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anoizo1s NNotcias | Fundéu BVA UNdéUBBVA Noticias del espaol imomentito | chocherita! | defensa | diminutivo | noticias 28/07/2005 | Diario El Comercio (Pert) iMomentito, chocherita!, una defensa de nuestro diminutivo Se celebré el dia del i del Pert. ma; hoy lo honramos con dos notas sobre el espafiol Es ya clasica en nuestros repertorios de relatos populares la historia del caminante que, cansado de tanto andar por algiin trecho serrano, pregunta por la meta de su camino a una humilde campesina y recibe por respuesta un jAquicito només! que en realidad hace referencia a un largo trayecto surcado por lo menos por un cerro, una quebrada y un rio con su puente colgante més. Hace poco pregunté por cierta panaderia en una larga avenida limefia y obtuve una versién urbana de esta misma respuesta: un amable vigilante me indicé: {Més arribita, a media cuadrita! Media cuadrita que en realidad resulté ser una cuadrota matizada por varios pasajes transversales, un mercadillo y un centro comercial en construccién. Aquicito només, més arribita, media cuadrita no hacen referencia en estos ejemplos precisamente a distancias cortas, y de ahi la grave confusién del caminante, asi como la ironia de la historia. La presencia del diminutivo no esta vinculada a los hechos que son materia de la conversacién sino mas bien a la comunicacién misma: -ito e -ita suele expresar entre nosotros cortesia, cuidado, diligencia (pero también, en algunas ocasiones, cachita y desprecio) frente al interlocutor. Por eso yerran quienes han querido ver en la proliferacién de diminutivos en el castellano peruano una intencién de “dulcificar la realidad” pasdndola por el agua tibia del lenguaje. Como el caminante de las historias previas, ellos miran el diminutivo con el lente de la referencia a la realidad externa, sin observarlo desde el punto de vista interno de la comunicacién, La misma sal que en Ciudad de México echa el cuate a sus elotes aqui se llama salcita. El mismo café que en Colombia se comparte con las amistades mas chéveres se convierte entre nosotros en un cafecito. El mismo chau con que se despiden las elegantes amigas montevideanas pasa a ser entre las regias sefioras limefias un chaucito, un adiosito. Y asi, hasta el infinito (perdén por el involuntario - ito). gQué ha pasado con nuestro castellano? Por qué la fiebre del diminutivo? Vaya problemita. UN ORIGEN ANDINO El asunto ya ha sido advertido en los estudios clasicos sobre el castellano nuestro, como en el pionero E] lenguaje peruano (1936) de Pedro Benvenutto Murrieta, quien propuso una escueta explicacién hispanista: la “influencia espafiola meridional”. Expertos contempordneos dicen, més bien, que hay que mirar al quechua, y ala importancia que en esta lengua tiene el diminutivo -cha, para encontrar la hpinwu fundouesinticiamamentto-chocherite- une defersa-de-nuestro-éminubve-S 12 anoizo1s NNotcias | Fundéu BVA raz6n1. En efecto, en este idioma se usa con mucha frecuencia el diminutivo en los sustantivos y adjetivos (como en chapucha ‘perrito pequeio y lanudo’ y miskicha ‘dulcecito, riquito’), no solo para indicar tamafio pequefio sino también para denotar afecto y, en algunos casos, desprecio, Una cancién quechua trae como frase inicial la siguiente expresién: Urpituchatas uywakurqani ‘Dice que yo crié una palomita’. En la primera palabra vemos que a urpi ‘paloma’ se le han afiadido nada menos que dos diminutivos juntos: el -itu del castellano y el -cha del quechua, de tal manera que terminamos teniendo no solo una palomita sino una bilingie palomitita. El creador de esta huanca ha integrado sin problemas el diminutivo de su propio idioma con el diminutivo espafiol. A tal extremo llega la necesidad del hablante de jugar con esta ficha del lenguaje. No es extrafio, pues, que en espafiol andino sea frecuente adjuntar el diminutivo a palabras que no lo podrian admitir en otras variedades del idioma, como es el caso de los hermosos pronombres estito y esito, “Déjamelo terminar estito”, le pide en Huancavelica un apurado joven en una cabina de Internet al encargado que le esta reclamando porque ya se ha cumplido su tiempo. Con estito él no quiere decir solamente que es corta la tarea que le falta terminar; lo que busca, esencialmente, es barnizar su pedido con toda la cortesia necesaria para e] momento. Tan eficaz es su expresién que el encargado no tiene mas remedio que concederle sus buenos cinco minutos adicionales. Algunos han querido ver en la proliferacién de dimunutivos de nuestro castellano un rasgo mas de peruanisima huachaferfa. Otros, una estrategia para disfrazar la cruda realidad. Hace poco escuché a tn periodista limefo ufanarse ante cémaras de que él no habla con diminutivos, como el resto de peruanos, porque a él le gusta llamar a las cosas por su nombre. Este Dia del Idioma es una buena ocasién para decirle “un momentito”, y aclarar que si los peruanos usamos tanto -ito ¢ -ita no es porque nos interese “dulcificar la realidad” ni dorarle la pildora a nadie, sino porque lo necesitamos diariamente, por profundas razones expresivas y comunicativas, que de eso se trata cuando hablamos del lenguaje. Y si no nos quiere escuchar pronunciarlo, por considerarlo huachafo 0 engafioso, pues podremos decirle con toda la cortesia de la que somos capaces: Vayase més allacito, amiguito. 1 Juan Carlos Godenzzi. “Transferencias lingilisticas entre el quechua y el espaol”, Signo y Sena 6, junio de 1996, pp. 73-99. Articulo publicado en el diario «E] Comercio» de Peri, en su edicién Dominical. ©MMXV - Los contenidos elaborados por Fundéu que se publican en esta web =~ lo hacen bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento- Compartirlgual 3.0 Unported hpinwu fundouesinticiamamentto-chocherite- une defersa-de-nuestro-éminubve-S 22

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