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EL VERDADERO ROSTRO DE DIOS

Las nuevas claves del Santo Grial

Manuel Plata Luque


Título original: El verdadero rostro de Dios. Las nuevas claves del Santo
Grial.
Imagen de la cubierta: Bootes, Coma Berenices et Mons Maenalus.
Firmamentum Sobiescianum, sive uranographia. Prodromus Astronomiae.
Johanes Hevelius. 1690. Dominio público. Escaneado por Torsten Bronger. 4
de abril de 2003.
Fuente: http://www.atlascoelestis.com/hev 09.htm
Diseño de cubierta: Manuel Plata Luque.

© 2020, Manuel Plata Luque.

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E–mail: manuelplata1967@gmail.com
A mi padre Francisco, que, desde ese lugar donde todo
es posible, me está mostrando caminos inexplorados.
A mi madre Conchi, que, desde su humildad en este
lugar, me da fuerzas para caminar por esa senda.
A los dos, porque me habéis demostrado que el trabajo
silencioso e ilusionado siempre da sus frutos.

A mi hija Virginia y a mi nieto Javier, herederos de


semejante legado.
Y el rostro de Dios se ha manifestado en un rostro
humano concreto. No apareció como un ángel, sino
como un hombre, nacido en un tiempo y un lugar. Así,
con su encarnación, el Hijo de Dios nos indica que la
salvación pasa a través del amor, la acogida y el
respeto de nuestra pobre humanidad, que todos
compartimos en una gran variedad de etnias, de
lenguas, de culturas… pero todos hermanos en
humanidad.

Papa Francisco
Mensaje de Navidad y Bendición Urbi et Orbi 2018
Manuel Plata Luque

INTRODUCCIÓN

Casi todas las cosas que atañen al ser humano adolecen del mismo
gravísimo error: el perezoso intelecto selecciona unos cuantos datos
de la superficie de un asunto, y, a continuación, emite un juicio
absoluto sobre su naturaleza; luego, en base a tan liviano análisis,
pretende sentar doctrina. Eso en el mejor de los casos, pues no es
infrecuente que el hombre renuncie a su facultad discursiva, y se
limite a tomar como dogma de fe el producto surgido de una mente
ajena, posiblemente más elevada, pero igualmente imperfecta, sin más
argumento que el de la autoridad de su autor.
Un ejemplo de esta afirmación lo podemos encontrar en la leyenda
del Santo Grial. Si se pregunta a cualquier persona qué piensa que es
el Grial, responderá siempre del mismo modo: el Grial es el cáliz que
Cristo utilizó en la Última Cena. Algunos más informados
especificarán que José de Arimatea recogió en él una mezcla de
sangre y agua de la herida del costado del Señor yacente y lo trasladó
a Gran Bretaña para ocultarlo.
Luego están los aficionados a las novelas y películas de cierto
contenido esotérico, que jurarán ante la tumba de sus padres que el
Grial es el útero de María Magdalena, y que la sangre de Cristo
contenida en él no es más que la semilla de Su sagrado linaje. Y no
dudarán en basar tan absurda teoría en un fresco de Leonardo da
Vinci, La última Cena, en donde dicen que no aparece ningún cáliz
con el que celebrar la Transustanciación del vino en sangre; en su
lugar, cuentan, el maestro florentino dibujó un vacío con forma de
triángulo invertido entre Jesús y el personaje de cara impúber que
aparece a su derecha, que debería ser el apóstol San Juan, pero que,
según ellos, en realidad se trataría de la Magdalena. Los defensores de

7
El verdadero rostro de Dios.

semejante disparate deberían explicar por qué Leonardo iba a dejar


fuera de la escena al discípulo preferido de Jesús, aquél que presenció
su Transfiguración y su última oración en Getsemaní antes de su
detención, tortura y muerte; y, por supuesto, también sería necesario
que aclarasen cómo osan mantener que en la mesa del fresco no existe
ninguna copa de vino, cuando, si se observa con detenimiento, se
puede comprobar que cada uno de los comensales, incluido Cristo,
tiene delante un vaso de cristal con vino rosado.
Pero sea un cáliz o sea una persona, para todos ellos, el Grial es
algo palpable oculto a la vista de los hombres. De hecho, algunos
aficionados excéntricos se arriesgan a ofrecer recompensas por alguna
pista fidedigna que los lleve a la preciada reliquia.
Si se habla con un experto en el tema, sus afirmaciones serán más
eruditas y pragmáticas. Para estos, el Grial no es un objeto de nuestra
realidad tangible, sino un concepto literario y sociológico que surge a
comienzos de la década de 1180 en una obra del poeta francés
Chrétien de Troyes, Li conte du Graal, en la cual, el misterioso
objeto, ni es sagrado, ni es un cáliz. De vincularlo con la escena de la
Última Cena, más bien sería la escudilla que contuvo el pan durante la
Sagrada Eucaristía. Es un poco más adelante, en Le Roman de
l’Estoire dou Graal, de Robert de Boron, donde se empieza a asimilar
el Grial con la famosa copa.
Toda esta confusión se debe a un hecho singular: el eclecticismo
de la literatura griálica. Desde que se escribieron los primeros versos
que introdujeron la idea de un objeto maravilloso que concedía la
inmortalidad y la prosperidad a quien lo contemplara, los sucesivos
autores no se han conformado con desarrollar un modelo unitario, sino
que se permitieron modificar conceptos anteriores, incluso
contradiciéndolos, conformando así una especie de mosaico de teselas
de innumerables colores. Semejante creación, vista de cerca, sólo
muestra monótonos trocitos cerámicos irregulares rodeados de débiles
líneas de pegamento. El verdadero mensaje únicamente aparece si
cambiamos la perspectiva de la visión. Es precisamente cuando nos
alejamos del fenómeno griálico, cuando, a modo de autoestereografía,
la imagen cobra vida por sí sola. Ya no se trata de un poema de
Chrétien de Troyes, Robert de Boron o Wolfram von Eschenbach que
utiliza una sugerente palabra para denominar los conceptos más
diversos; nos encontramos ante un único concepto definido a través de
sus múltiples cualidades, nociones independientes unas de otras, pero
Manuel Plata Luque

que adquieren su auténtico sentido cuando se cohesionan en torno al


objeto al que definen.
Y como tal mosaico hemos concebido el presente trabajo. No
hemos pretendido ser una tesela más, sino el pegamento que las une.
Nuestra intervención se limita a la del artista –y no el mejor de ellos;
más bien al contrario– que observa desde arriba todas las piezas con
las que cuenta y las dispone según mejor considera con el fin de
actualizar el potencial que cada fragmento lleva dentro, que no es otro
que unirse con su semejante para alcanzar un resultado más elevado,
mostrar el verdadero rostro de Dios.
Hubo alguien que dijo: ¡Sed irreverentes con las doctrinas que se
basan únicamente en criterios de autoridad! ¡Atreveos a desafiar lo
convencional y destripad por vosotros mismos todo cuanto caiga en
vuestras manos! Pues bien, hagamos caso a tales palabras y
escudriñemos los recovecos de la historia para averiguar si el famoso
Grial ha existido realmente o no fue más que el fruto de una
imaginación poderosa que tuvo la suerte de convertirse en uno de los
iconos más importantes de la historia.

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El verdadero rostro de Dios.

LOS ANTECEDENTES

El primer texto de la historia en el que aparece el concepto de


Grial es Li conte du Graal1, de Chrétien de Troyes. Si nos fijamos en
la parte final de la dedicatoria que el autor le ofrece a su mecenas, el
conde Felipe de Flandes, podemos comprobar que la obra está basada
en un extraño libro que el conde le entrega al poeta para que guie su
trabajo. Nada se dice de este libro, ni de su procedencia; ni siquiera
del contenido de la composición de Troyes se puede deducir tal
información. Hay que esperar a que, en 1205, el bardo alemán
Wolfram Von Eschenbach publique su obra Parzival para poder
encontrar una referencia más precisa a la fuente del libro.
Por lo bello e interesante de su contenido no nos hemos resistido a
reflejar en toda su extensión el fragmento en el que se cuenta cómo
aflora a la luz pública un misterioso y ancestral secreto denominado
Grial:

El viejo Kyot, el maestro del que hablaban los hombres en los días
pasados, encontró en la lejana ciudad de Toledo un relato escrito
en árabe2, arrinconado y olvidado por los hombres: la historia del

1
de Troyes, Chrétien. Li conte du Graal (Perceval). (Manuscrito base: Paris, BnF, fr. 794. (ca.1235).
(Edición de Pierre Kunstmann, Ottawa/Nancy, Université d’Ottawa/Laboratoire de français ancien,
ATILF. 2009). (Última revisión 16–6–2013). Edición digital de l’ENS de Lyon dans la Base de français
médiéval. [En línea]. Disponible en: http://catalog.bfm–corpus.org/PercevalKu [2019, 3 de
noviembre].
2
El original alemán de la expresión «escrito en árabe» es «in heidenischer schrifte», literalmente,
«escrito en pagano», como muy acertadamente ha resaltado el doctor Aquilino Suárez Pallasá, de
la Pontificia Universidad Católica Argentina, en su artículo Sobre el Flegetânîs del libro IX de
Parzival de Wolfram von Eschenbach, en el que nos detendremos más adelante. El doctor Suárez
remarca este detalle por la importancia que tiene a la hora de interpretar el nombre del sabio que
encontró un misterio llamado Grial. Nosotros mantenemos la errónea traducción para ser fieles al
Manuel Plata Luque

maravilloso Grial. Pero primero debía aprender las letras para


poder descifrarlo, ya que, ni siquiera el poderoso arte negro podría
servir de nada en su interpretación. Por la gracia de las aguas
bautismales, a la luz de nuestra Santa Fe, él leyó el cuento, que
había permanecido oculto desde tiempo inmemorial; porque, según
nos cuenta la historia, la habilidad de los paganos nunca ha sido
capaz de mostrarnos la virtud que reside oculta en este poderoso
Grial [a cuya información tenían acceso], ni sus maravillas se
habían abierto hasta ahora a los ojos cristianos.
Los misteriosos papeles contaban esto:
«Hubo una vez un pagano, de nombre Flegetanis, que
había ganado fama de sabio, y que tuvo multitud de
visiones maravillosas. Provenía de la raza de Israel y
por sus venas corría la sangre de los reyes de antaño,
como Salomón. Ejerció su actividad en aquellos lejanos
días, ya desaparecidos, antes de que nosotros
pudiéramos portar la cruz de nuestro Santo Bautismo
como escudo frente a los artificios y artimañas del
infierno; y fue el primero de los hijos de la Tierra en
contar la historia del Grial. Por parte de su padre, un
pagano, tenía por dios un becerro. ¿Cómo pudo el
diablo inculcar semejante locura a un pueblo tan sabio
y antiguo? Y el Altísimo, que conoce todas las
maravillas, ¿por qué no extendió Su mano para
convertirlos a la luz de Su Verdad? Porque, ¿quién
puede soportar su poder?
El mitad pagano y mitad hebreo Flegetanis podía leer
en lo alto del cielo cómo ruedan las estrellas en sus
órbitas, cómo rodean el cielo silencioso, y el punto
donde termina su deambulación. También pudo leer en
las estrellas la esencia de la vida y de la Unidad de los
hombres, y observar en ellas los extraños secretos que
conforman aquello que se llama Grial, y de los que
habló con mucha discreción. En un cúmulo de estrellas
estaba escrito lo que se dice a continuación, y debe ser
cierto su contenido, pues, ni el nombre de esa
constelación ni la tradición que se ha creado en torno a
ella pueden estar equivocados. Así habló Flegetanis:
En un tiempo remoto, una hueste de ángeles
trajo a la Tierra esta maravilla, pero, al ser
demasiado puros para el pecado y el dolor de la

texto del que hemos tomado el fragmento, aunque en su momento aclararemos tal extremo.
Véase la nota 189.

11
El verdadero rostro de Dios.

Tierra, decidieron retornar a los cielos de


donde provenían, y encargaron a los hijos de
los hombres bautizados que preservasen tales
misterios, y los guardasen con un corazón
humilde. De este modo, los depositarios de este
servicio serán aquellos caballeros que se
distingan por ser los mejores de la humanidad.»
Una vez que Kyot, mi maestro, leyó la asombrosa historia que
contó Flegetanis, acudió a los antiguos libros latinos a buscar el
nombre de aquella gente a quienes Dios había considerado dignos
de cuidar de este maravilloso Grial, aquellos que eran verdaderos
y puros en sus tratos y cuyo humilde corazón podría ser apropiado
para tan elevada misión. En Gran Bretaña, en Francia, en Irlanda
buscó a esta gente hasta la extenuación, inspeccionando con
meticulosidad las viejas crónicas; hasta que en la tierra de Anjou,
la historia salió a la luz. 3

El famoso libro que el conde Felipe de Flandes le entregó a


Chrétien de Troyes para que se inspirase había sido escrito por una
persona de nombre Flegetanis, un nombre que, según la mayoría de
los estudiosos, significaría el que conoce las estrellas, –aunque más
adelante veremos que esta teoría no es de todo correcta– y cuya
profesión era, precisamente, contemplar los astros.
Con relación a este personaje, no deja de llamar la atención un
hecho curioso. Cuando Wolfram von Eschenbach relata la genealogía
de Flegetanis, no tiene problemas en identificar su linaje hebreo; sin
embargo, para referirse a su estirpe paterna recurre a un acertijo, nos
dice que descendía de un pueblo sabio y antiguo que adoraba a un
becerro. Algunos han relacionado este pueblo pagano con los
musulmanes, pero tal argumento no parece demasiado válido. La
primera incongruencia es la idea de un musulmán adorando un ídolo,
algo totalmente inimaginable. Si algo caracteriza al Islam es su
rechazo más absoluto a la idolatría, y es inconcebible encontrar a uno
sólo de sus miembros que identifique a Alá con un Becerro.
Por otra parte, en el mismo texto se deja claro que Flegetanis
ejerció su actividad en aquellos lejanos días, ya desaparecidos, antes
de que nosotros pudiéramos portar la cruz de nuestro Santo Bautismo

3
Von Eschenbach, Wolfram. Parzival a knightly epic. Anastatic reprint of the edition London 1894.
(Trad. Jessie L. Weston. 1912). (Vol. 1, lib. IX, vv. 351 y ss.). (New York. G. E. Stechert & Co). Edición
digital de Project Gutenberg. [En línea]. Disponible en: http://www.gutenberg.org/ebooks/47297
[2019, 3 de noviembre]. Todas las traducciones de este trabajo han sido realizadas por el autor.
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como escudo frente a los artificios y artimañas del infierno. Es decir,


que la tradición del astrónomo que escribió el libro hallado por Kyot
en Toledo es anterior al nacimiento del Cristianismo y, por tanto, muy
anterior al Islam; y ello, sin contar que el pueblo sarraceno aparece
mencionado numerosas veces a lo largo de toda la literatura griálica
sin ningún problema.
La teoría más plausible nos remitiría a los egipcios, por su culto al
dios–becerro Apis; pero, ¿qué interés podría haber tenido el alemán en
ocultar el nombre de tan prestigiosa nación? Se nos escapa la razón
por la que alguien que cita en su obra innumerables países –
incluyendo uno tan alejado de la zona cultural mediterránea como
Groenlandia–, ignoraría de tal forma una de las principales fuentes de
la civilización occidental, especialmente en un contexto en el que se
trata de ensalzar la tradición intelectual recibida por el astrónomo.
Entonces, ¿es posible que esa expresión pretenda ocultar algún hecho
concreto?
Como acabamos de decir, la única información que tenemos sobre
la línea paterna de Flegetanis es que se trata de un pueblo sabio y
antiguo que adora a un becerro como un dios. Da la impresión de que,
al abordar de una forma tan ambigua la rama paterna de Flegetanis,
Eschenbach pretendía referirse, no a un pueblo concreto fácilmente
nombrable, sino, más bien, a un difuso grupo de personas unido por su
amor al estudio y al conocimiento de las cosas excelentes, y cuyo
credo estaría representado por un becerro.
Ante tal indefinición, podría parecer que la interpretación literal
del pasaje no nos lleva a ningún sitio. Nada más lejos de la realidad.
Tales palabras dicen mucho más de lo que parece. Para interpretarlo,
abordaremos el asunto desde una perspectiva cercana, la clave
materna, la parte hebrea de Flegetanis.
El primer elemento no afectivo que una madre le transmite a su
hijo en el momento de nacer es, sin duda, la comunicación verbal; de
ahí el término lengua materna, empleado para referirse al idioma
natural de cualquier persona. Si la madre de Flegetanis era judía, es
prácticamente seguro que debemos tener en cuenta en este caso el
idioma hebreo.
Al leer el texto original de Eschenbach, nos encontramos este
fragmento:

Ein Heide war er vaterhalb,

13
El verdadero rostro de Dios.

Flegetanis, der noch ein Kalb


Anbetete, als wär es Gott. 4

Por influencia de su padre, que era pagano,


Flegetanis, adoraba un Becerro
Como si fuera Dios.

La palabra alemana empleada para referirse a Becerro es Kalb,


pero resulta que Kalb tiene un segundo significado muy peculiar,
pantorrilla, la parte baja de la pierna. Esta doble acepción becerro–
pantorrilla no es exclusiva del idioma alemán; así, tenemos el inglés
calf, el francés veau, el griego μοσχάρι (transliterado, moschari), o el
vitulo latino, por poner unos pocos ejemplos. Y aquí empieza lo
interesante. La palabra hebrea para referirse a esa parte del cuerpo es
‫תיו‬S
֖ ָ ְ‫( מַ ְרגּ‬transliterado, margelogtav), y podemos encontrarla, por
ejemplo, en Ruth 3:8: ‫תיו‬S ֽ ָ ְ‫( וְ הִ נֵּ ֣ה ִאשָּׁ֔ ה ֹשׁכֶ ֖בֶ ת מַ ְרגּ‬transliterado, wəhinnêh
’iššāh šōḵeḇeṯ margəlōṯāw)5, ... y he aquí, una mujer estaba acostada
en sus piernas.
Esta palabra tiene otra casi homófona, ‫( מַ ְר ָגּלִ ית‬transliterado,
margalit), que, además del nombre de mujer Margarita, significa lo
mismo que su equivalente griego μαργαρίτη (transliterado,
margarite), perla. Si acudimos a la etimología de perla, nos
encontramos con que la teoría más valorada por los filólogos propone
que esta palabra derivaría de la latina pernula, diminutivo de perna,
en castellano, pierna.
Visto desde este punto de vista, y haciendo una interpretación
amplia, podríamos concluir que la familia paterna de Flegetanis
provenía de un pueblo antiquísimo con una gran reputación de sabio,
que practicaba la ciencia astronómica, y rendía culto a un becerro, o a
una perla. En tales condiciones, la pregunta con que Eschenbach
remata la presentación de la dinastía de Flegetanis es apropiada.
¿Cómo un pueblo tan sabio y antiguo podía entregarse al riguroso
estudio científico y, al mismo tiempo, rendir culto a ídolos tan
banales? Salvo que...
Salvo que dichos ídolos no fueran tales, o, al menos, no fuesen

4
Von Eschenbach, Wolfram. Parzival und Titurel Rittergedichte. (Trad. y com. Karl Simrock. 1883).
(Sexta edición revisada). (Lib. V, frg. 454, vv. 1–3). Stuttgart. Verlag der J. G. Cotta'schen
Buchhandlung.
5
Anónimo. Libro de Ruth. Edición digital de Biblia Paralela. [En línea]. Disponible en:
https://bibliaparalela.com/interlinear/ruth/3–8.htm [2019, 3 de noviembre].
Manuel Plata Luque

asumidos como tales por el pueblo que supuestamente los adoraba, de


igual manera que nos cuenta Idries Shah en su libro Los sufis: En
breve, los sufis fueron capaces de manifestar libremente ideas como:
Soy un adorador de ídolos, pues entiendo qué significa adorar ídolos;
pero el idólatra lo ignora.6
¿Es posible que tal becerro –o, tal vez, una perla– hiciese
referencia a algún objeto celestial concreto con un significado especial
para esa sabia nación?
Más adelante responderemos a esta pregunta; de momento, nos
plantearemos otra no menos interesante: ¿qué tipo de libro escribiría
un astrónomo? O, dicho de otra forma, ¿qué elementos utilizaría un
astrónomo para escribir un libro en el que trata de plasmar una
materia hermética? La respuesta es evidente: ese libro debería
contener claras referencias astronómicas. Sin embargo, quitando
alguna aislada referencia a determinados ciclos y órbitas planetarios,
poco más podemos encontrar en toda la literatura griálica. Que un
reputado sabio como Flegetanis emplease toda su erudición en escribir
historias de caballería cuya única finalidad, al decir de los estudiosos,
sería la de modelar un determinado comportamiento en el bárbaro
hombre medieval, sin introducir casi ninguna referencia a su arte, nos
parece poco creíble.
¿O, tal vez, eso no es del todo así? ¿Acaso entre las líneas de las
principales obras de la literatura griálica se encierra un enigma sólo al
alcance de unos cuantos iniciados? No olvidemos que Eschenbach nos
dice que la revelación de Flegetanis es absolutamente verdadera, y
como garantía de que ello es cierto, nos trae un argumento, al parecer,
muy poco consistente: la confianza ciega en que, ni el nombre dado a
una constelación concreta, ni la tradición cultural que se ha elaborado
en torno a ella, pueden estar equivocados.
Y decimos al parecer, porque es probable que este razonamiento
no sea suficiente en los tiempos actuales en los que argumentos fútiles
expresados con palabras evidentes son tomados por más verdaderos
que aquellos envueltos en un lenguaje menos explícito, aunque su
base sea más sólida. Sin embargo, en la época en la que se escribieron
los primeros textos griálicos, las palabras de los antiguos no eran
tomadas a broma por muy arcanas que pudieran sonar. Una clara

6
Shah, Idries (1964). Los sufis. (Octava edición. 2016). (Trad. Pilar Giralt, Francisco Martínez). (Cap.
2, p. 67). Barcelona. Editorial Kairós (Colección Sabiduría perenne). ISBN–13: 978–84–7245–339–5.

15
El verdadero rostro de Dios.

LAS CLAVES PARA INTERPRETAR EL GRIAL

Aunque la leyenda del Grial apareció con Chrétien de Troyes,


muchos otros autores han ido dando forma a la idea que hoy tenemos
de ese maravilloso objeto, de modo que cada matiz aportado ha ido
enriqueciendo el mensaje. Sin embargo, dicho proceso no ha sido un
mero fenómeno acumulativo, sino que, de la lectura de las diferentes
obras, podemos deducir que cada narrador ha ido jugando al despiste,
modificando determinados aspectos de la herencia recibida y
añadiendo información nueva. Esta argucia nos la desvela el
benevolente Wolfram von Eschenbach:

Luego, Trevrezent le dijo a su sobrino: Jamás he visto maravilla


semejante, pues nunca pensé que con la ira se podría ganar la
bendición, ¡y la Trinidad eterna te ha concedido tu deseo! Sin
duda, tu disfraz ha sido muy efectivo. Ahora debo reconocer que
antes te mentí, porque quise disuadirte de que buscaras el Grial.7

Como se puede leer en el fragmento anterior, las confusiones que


se han sembrado tenían como finalidad seleccionar al candidato
adecuado para ostentar la corona del Grial, alejando por aburrimiento
a los simples curiosos o malintencionados. De modo que, aunque a
primera vista los datos aportados por un autor parezcan contradecir
textos anteriores, no hay que descartar totalmente ninguna palabra.
Para comenzar nuestro análisis debemos partir, pues, de lo
innegable, de la fuente de todo el fenómeno, Li conte du Graal, donde
se establecen los personajes y las escenas que luego serán

7
Ibíd. nota 3. (Vol. 2, lib. XVI, vv. 183–186).
Manuel Plata Luque

desarrollados por el resto de autores. Y lo primero que vamos a hacer


es buscar una clave con la que ayudarnos para realizar la ingeniería
inversa necesaria para destripar el auténtico sentido de todo este
fenómeno. Vayamos a ello.
Cuando la madre de Perceval le está aconsejando cómo debe
comportarse cuando sea armado caballero, le dice lo siguiente:

Biax filz, ancor vos vuel dire el:


ja an chemin ne an ostel
n’aiez longuemant conpaignon
que vos ne demandiez son non;
le non sachiez a la parsome,
car par le non conuist an l’ome.8

Buen hijo, aún os quiero decir algo más:


ni en camino ni en albergue
tengáis mucho tiempo compañero
sin que le preguntéis su nombre;
conoced el nombre de la persona,
pues por el nombre se conoce al hombre.

Este fragmento es deliciosamente interesante, pues con él, Troyes


nos está invitando, de una forma muy sutil, a que escudriñemos los
nombres de los distintos personajes y objetos que aparecen en su obra:
Por el nombre se conoce al hombre...
Pero la tremenda inteligencia de esos versos no se queda aquí. Si
el autor, a través de la madre, reconoce que no es cortés permanecer
mucho tiempo con un compañero sin saber su nombre, él mismo
estaría cometiendo una grave falta de consideración hacia sus lectores,
pues la mayor parte de la historia transcurre sin que conozcamos el
nombre del protagonista principal. De hecho, ni el mismo Perceval
recuerda su propio nombre hasta que realiza el viaje de vuelta a casa
desde la corte del rey Artus. Cuando el hasta entonces muchacho se
conoce a sí mismo, es cuando aparece su nombre. En consecuencia, la
expresión anterior se podría completar de este modo: ... y por el
hombre se conoce el nombre.
Aquí tenemos la verdadera clave para comprender lo que se
esconde detrás de la historia del Grial. Los nombres de las personas y

8
Ibíd. nota 1. (Vv. 555–560).

17
El verdadero rostro de Dios.

cosas que aparecen en la obra nos llevarán a una realidad concreta; y


analizando esta realidad, podremos encontrar nuevas aristas del
complejo poliedro elaborado por los prodigiosos autores griálicos en
cada situación descrita.
Estamos, por tanto, ante dos aspectos opuestos del análisis. Por un
lado, tenemos los nombres de los personajes, nombres que es preciso
desmenuzar para poder deducir a qué hechos concretos se refieren.
Este regusto mostrado por Troyes hacia la etimología y el enigma nos
llevará a introducirnos en un campo muy sugerente: el misterioso
mundo de la religión órfica, del que aparecen referencias contundentes
en Li conte du Graal, como más adelante demostraremos. Por otra
parte, una vez que hemos alcanzado este primer objetivo, es preciso
completar el significado de los objetos y personajes designados, a
través de las cualidades de dichas realidades, acudiendo a las antiguas
tradiciones para identificar referentes que se ajusten a cada uno de los
patrones expuestos.
Una de estas tradiciones tiene que ver con el lugar en el que
apareció el legajo con los escritos de Flegetanis, Toledo. Wolfram
Von Eschenbach no nos aclara si tales documentos se escribieron en
esta ciudad, pero sí que aparecieron en ella. Es decir, la tradición
oriental que representa el astrónomo Flegetanis, mitad hebreo, mitad
pagano, toma cuerpo en este lugar.
Tenemos, pues, dos elementos no poco importantes por donde
comenzar nuestra investigación: Toledo y la astronomía, un binomio
muy de moda en el siglo XII. La obra cumbre del Toledo científico
son las famosas Tablas Toledanas, un conjunto de tablas astronómicas
que empleaba un sistema de coordenadas para localizar las diferentes
estrellas conocidas.
Las Tablas Toledanas, o Tabulae Toledanae, atribuidas al sabio
andalusí Azarquiel, fueron redactadas en el periodo de la Taifa de
Toledo, en 1069, bajo los auspicios del rey Al Mamún. Estas tablas no
fueron un invento original de los científicos de Al Ándalus; con
anterioridad ya existían trabajos similares, como los de Al Juarismi o
Al Battani. Lo que se hace en Toledo es rectificar las estrellas, esto
es, actualizar su ubicación, además de referenciarlas a la propia latitud
de la ciudad de Toledo. Esta obra fue decisiva en su tiempo, pues
sirvió como material de trabajo a los astrónomos de todo Occidente.
Dos siglos después, otro rey toledano, esta vez cristiano, Alfonso
X, ordenó actualizar los datos de las tablas en un trabajo denominado
Manuel Plata Luque

Tablas Alfonsíes, extendiendo hasta el Renacimiento el prestigio de


Toledo como capital europea de la ciencia astronómica.
En el prólogo de esta obra, el rey sabio hace una apreciación
interesante:

[11]E nos obedeçimos su mandado que de[be] ser obedesçido e


rehesimos los ynstrumentos lo mejor que se pudo haser e
trabajamos en rectificar una sason e siguimos en rectificar el sol
quanto un año complido.
[12] E antes desto y despues rectificamoslo todavia cuanto entrava
en las ygualdades [equinoccios] y en los dos tropicos [solsticios] e
en los otros quartos del çielo. que son el medio de tauro y
descurpion. de leon y aquario.9

Las principales medidas astronómicas que llevó a cabo el rey sabio


tenían que ver con los dos equinoccios –ygualdades–, los días del año
en que hay la misma cantidad de horas de luz que de oscuridad; y los
dos solsticios –tropicos–, aquellos en los que el sol permanece
estático en los dos extremos de su aparente movimiento anual de
elevación. Estos cuatro importantes puntos celestiales, además, se
ponían en relación con los otros quartos del çielo, cuatro
constelaciones de gran trascendencia para los antiguos astrónomos.
En efecto, Aldebarán, Antares, Régulus y Fomalhaut, las estrellas
más brillantes de los cuatro cuartos celestiales a los que se refiere
Alfonso X, esto es, las zonas dominadas por Tauro, Escorpio, Leo y
Acuario –esta última no tiene estrellas especialmente brillantes,
siendo la más próxima Fomalhaut, en la constelación de Piscis
Austrinus–, eran las que ocupaban los principales puestos en el
firmamento el día de la Creación de la Tierra.
El Bundahishn, que significa Creación Primordial, es el nombre
que tradicionalmente se da a unos textos de la cosmogonía y
cosmología zoroástricos, escritos en lengua pahlavi, de los que se
desconoce su nombre original.
Según este libro sagrado, cuando el dios Ahura Mazda creó el
firmamento, ordenó las estrellas en constelaciones, de las que destacó
las doce zodiacales, que, a su vez, serían regidas por las denominadas
Cuatro Estrellas Reales:
9
de Castilla, D. Alfonso X. The Alphonsine Tables of Toledo. (Ed. de José Chabrás y Bernard R.
Goldstein. Springer Science & Business Media , B.V. 2003). (P. 20). Archimedes, vol. 8. Dordrecht.
Springer. ISBN–13: 978–90–481–6404–2. Doi: https://www.doi.org/10.1007/978–94–017–0213–3.

19
El verdadero rostro de Dios.

Sobre estas [doce] constelaciones, designó a cuatro jefes, en cuatro


direcciones; Él [a su vez] nombró un jefe sobre estos [cuatro]
jefes; ... Tishtar [Aldebarán] es el jefe del Este, Sataves [Antares]
es el jefe del Sur, Vanand [Régulus] es el jefe del Oeste, Haptoring
[Fomalhaut] es el jefe del Norte; [y] el Señor del Trono [el jefe
supremo], Capricornio, a quien llaman el Señor del Cielo Medio. 10

Gracias a los modernos sistemas de simulación estelar, podemos


calcular el momento de la historia en que estas cuatro estrellas
ocuparon los cuatro puntos representativos del firmamento,
equinoccios y solsticios; y resulta que tal disposición tuvo lugar en un
periodo de varios años que tiene como punto medio el año 5500 a.C11.
Curiosamente, esta fecha coincide con el Anno Mundi, el año de la
Creación del Mundo, propuesto por algunos historiadores de la
antigüedad, como el 5499 a.C. de Julio Africano –y con él, Jorge
Sincelo–, o el 5509 a.C. de Panodoro de Alejandría, que marca el
origen del calendario bizantino.
Este hecho nos permite suponer que los astrónomos de la
antigüedad vieron en esta división estelar un punto de referencia para
comprobar el movimiento de precesión de la Tierra, considerando
aquella fecha como el comienzo de un ciclo. Esto es importante, pues
más arriba hemos dicho que la única referencia astronómica hecha por
el astrónomo Flegetanis trata sobre ciclos planetarios, momentos que
son decisivos en la vida de los guardianes del Grial.
Pero las Tablas no fueron la única producción científica que surgió
en la vieja capital hispana. El mismo Azarquiel inventó numerosos
artefactos para la observación del firmamento y redactó abundantes
obras de la misma materia. También el rey sabio se esforzó en
transmitirnos el legado de sus antepasados más allá de las Tablas
Alfonsíes.
En una de sus obras, los Libros del Saber de Astronomía, nos
habla de la influencia de las distintas constelaciones en la
personalidad de los nativos de cada signo. Somos conscientes de que
estos Libros se produjeron casi un siglo después de Li Conte du
Graal, pero la fórmula empleada en ellos de mezclar astrología y

10
Anónimo. Greater Bundahishn. (Trad. Behramgore Tehmuras Anklesaria. 2002). (Cap. II, vv. 3 y
4). Edición digital de Joseph H. Peterson. [En línea]. Disponible en:
http://www.avesta.org/mp/grb1.htm#chap2 [2019, 3 de noviembre].
11
Imágenes 1, 2 3 y 4.
Manuel Plata Luque

astronomía es muy anterior; y, lo mismo que las Tablas Alfonsíes son


una actualización de las Tablas Toledanas, también los Libros del
Saber de Astronomía, y más concretamente, La ochaua espera et de
sus XLVIII figuras con sus estrellas, son una recopilación de la
información existente sobre las diferentes constelaciones.
Al adentrarnos en el contenido de este libro, nos tropezamos con
una tercera herramienta de interpretación. Cuando los sabios
medievales toledanos abordaron el estudio de las constelaciones,
acudieron a distintas tradiciones para alcanzar una comprensión lo
más extensa posible. Veamos, a modo de ejemplo, cómo describen a
la constelación de Hércules:

La setena figura de septentrión es esta genuflexu. á que dizen en


latín incurvatus sub genu ipsius. et dízenle otrossí saltator. et en
castellano el que tien ell ynoio incado. et en aráuiguo a dos
nombres, ell uno algeci aleroc betihi. que quier dezir genuflexu, et
ell otro nombre es taquiz. que quier dezir caçador. 12

Si, como sabemos, por el nombre se conoce al hombre, cada


nuevo nombre añadirá un rasgo al objeto nombrado. Esta
multiplicidad de atributos, que conforma fielmente la personalidad de
lo observado, tiene un destacado equivalente en el mundo del Grial: la
Espada del Extraño Tahalí, y más concretamente, su pomo.
En la Quête del saint Graal13 se nos habla de la singular factura de
esta espada, cuyo pomo está construido con una piedra que contiene
todos los colores que pueda haber en la Tierra, lo que le da un mayor
valor al arma; pero este valor no estriba en la extraña propiedad
multicolor en sí misma, sino en el hecho de que cada color tiene una
virtud propia. Esta curiosa metáfora la hemos interpretado como un
raro, por extemporáneo, llamamiento a la unidad de todos los pueblos
de la Tierra, muy semejante al que lanzó el papa Francisco en su

12
de Castilla, D. Alfonso X. Libros del Saber de Astronomía. Los .IIII. Libros de la Ochaua Espera. et
de sus .XLVIII. figuras. con sus estrellas. (Compilados, anotados y comentados por don Manuel Rico
y Sinobas. 1863). (T. I, p. 29). (Madrid. Tipografía de d. Eusebio Aguado). Edición digital de
Biblioteca Digital de Castilla y León. Disponible en:
https://bibliotecadigital.jcyl.es/es/catalogo_imagenes/grupo.cmd?path=10074511 [2019, 3 de
noviembre].
13
Anónimo. Quête del saint Graal. (Manuscrito base: Bibliothèque Municipale de Lyon, Palais des
Arts n° 77). (Fol. 208b). (Edición de Christiane Marchello–Nizia y Alexei Lavrentiev. 2019). (Última
revisión 30–11–2018). Edición digital de l’ENS de Lyon dans la Base de français médiéval. [En línea].
Disponible en: http://catalog.bfm–corpus.org/qGraal_cm [2019, 3 de noviembre].

21
El verdadero rostro de Dios.

Mensaje Urbi et Orbi de 2018:

Entonces, nuestras diferencias no son un daño o un peligro, son


una riqueza. Como para un artista que quiere hacer un mosaico: es
mejor tener a disposición teselas de muchos colores, antes que de
pocos.14

Todas las bondades del mundo, comparadas con colores, aparecen


reunidas en este pomo. También en este caso, el autor de la Quête del
saint Graal introduce conceptos que parecen tener origen toledano.
Veamos lo que dice el Libro de las Siete Partidas, del mismo autor
que el Libro del Saber de Astronomía, el rey sabio Alfonso X de
Castilla.
En la Segunda Partida, Título XXI, Ley 4, titulada Como los
caualleros deuen auer en si quatro virtudes principales, se menciona
el pomo de la espada de una forma semejante a la que acabamos de
citar, es decir, como un lugar destacado en donde se reúnen todas las
virtudes de la Tierra. Hay que aclarar que en el castellano medieval, al
pomo se le llamaba mançana:

Bondades son llamadas las buenas costumbres, que los omes han
naturalmente en si, a que llaman en latin Virtudes: e entre todas
son quatro las mayores,... E porende los Antiguos, por
remembrança desto, fizieron fazer a los Caualleros armas de
quatro maneras... E porque los Defensores non aurian
comunalmente estas armas, e aunque las ouiessen, non podrian
siempre traerlas, touieron por bien los Antiguos de fazer vna, que
se mostrassen todas estas cosas [virtudes] por semejança... E assi
como las armas que ome para ante si, para defenderse, muestran
fortaleza, que es virtud que faze a ome estar firme a los peligros
que auinieren; assi como en la mançana es toda la fortaleza de la
espada,...15

También en Li Conte du Graal aparece esta espada, y su pomo

14
Papa Francisco (2018). Mensaje Urbi et Orbi del Santo Padre Francisco. [En línea]. Disponible en:
http://www.vatican.va/content/francesco/es/messages/urbi/documents/papa–
francesco_20181225_urbi–et–orbi–natale.html [2019, 3 de noviembre].
15
de Castilla, D. Alfonso X. Las Siete Partidas del sabio rey don Alfonso el IX con las variantes de
más interés, y con la glosa del lic. Gregorio López. (Pp. 852–853). (Edición de Ignacio Sanponts y
Barba, Ramón Marti de Eixalá, José Ferrer y Subirana. 1843). (Barcelona. Imprenta de Antonio
Bergnes y Cª). Edición digital de Google Books. [En línea]. Disponible en:
https://books.google.es/books?id=g7U9AQAAMAAJ [2019, 3 de noviembre].
Manuel Plata Luque

reincide en el concepto de multiculturalidad, pues, según nos cuenta


Chrétien de Troyes, estaba elaborado con oro, del mejor de Arabia o
de Grecia. Además, su hoja se encontraba guardada en una vaina de
orifrés de Venecia, como si ese cúmulo de virtudes estuviese
protegido por San Marcos, el patrón de la ciudad de los canales.
La catedrática de Filología Latina de la Universidad de Murcia,
Francisca Moya del Baño, a la que posteriormente volveremos a
recurrir, ha acuñado una frase que nos parece absolutamente acertada:
ciertamente si un poeta lo es bueno, nada en su obra es sin razón.
Chrétien de Troyes lo era, y da fe de ello la tremenda repercusión que
tuvo la humilde escudilla que introdujo entre sus versos. Por eso
consideramos que no es sin razón la referencia a Arabia y a Grecia;
tampoco a Venecia, la portadora de la espada, aunque esta última
referencia la dejaremos para otro trabajo en el que abordaremos las
extensas implicaciones del Grial.
Comencemos, pues, nuestro análisis con todas estas claves sobre
la mesa, y, cual escrupuloso espía, superpongamos la obra alfonsí, a
modo de rejilla de Cardano, sobre las palabras de los autores griálicos
para destripar el trascendental mensaje que, escondido entre los ajados
pergaminos de un olvidado cartapacio, logró perpetuarse a lo largo de
la Historia.

23
El verdadero rostro de Dios.

Imagen 1
Equinoccio de primavera de 5500 a.C.
Fuente: Stellarium 0.19.3. Licencia GPL
Manuel Plata Luque

Imagen 2
Solsticio de verano de 5500 a.C.
Fuente: Stellarium 0.19.3. Licencia GPL

25
El verdadero rostro de Dios.

Imagen 3
Equinoccio de otoño de 5500 a.C.
Fuente: Stellarium 0.19.3. Licencia GPL
Manuel Plata Luque

Imagen 4
Solsticio de invierno de 5500 a.C.
Fuente: Stellarium 0.19.3. Licencia GPL

27
El verdadero rostro de Dios.

EL COMIENZO DE UN CICLO

Si tuviésemos que resumir la historia del Grial en cinco líneas,


diríamos que un inocente joven llamado Perceval, que se ha criado
lejos de la sociedad, decide convertirse en caballero, y con ese fin, se
traslada a la corte del rey Artus. En su camino de vuelta a casa, se
alberga sucesivamente en tres castillos: el de un noble; el de una
princesa virgen; y, finalmente, el de un rey que dedica su tiempo libre
a pescar. En este último, que se antoja el más importante de todos,
observa una extraña procesión en la que intervienen una lanza, una
escudilla, dos candelabros y una bandeja de plata para trinchar.
Esta sinopsis, ampliamente reconocida entre los aficionados a la
literatura griálica –no tanto por el público en general–, si bien puede
servir para plantear el tema, se muestra incompleta sin un detalle de
suma importancia al que muy poca gente le presta la atención que
merece. Para ser más exactos, diremos que son dos detalles, dos
situaciones que, a modo de paréntesis, abren y cierran la aventura
central de Perceval.
Justo después de salir de su casa, el joven galés se encuentra con
un campamento de caza formado por chozas de ramas en cuyo centro
destaca una rica tienda que pertenece al señor que dirige la partida, y
en la que se encuentra dormida su bella prometida:

Au main, au chant des oiselez,


se lieve et monte li vaslez,
s’a au cheval chier antandu
tant que il vit .i. tref tandu
an une praerie bele
Manuel Plata Luque

lez la doiz d’une fontenele.16

Por la mañana, con el canto de los pájaros,


se levantó y montó el muchacho,
y tanto anduvo su querido caballo
que vio una tienda levantada
en una bella pradera
cerca del cauce de una fuentecilla.

A causa de la necedad del muchacho, la joven de la tienda cae en


desgracia, hasta tal punto que arrastrará su ultraje hasta que, el mismo
que la deshonró, al final de sus andanzas, vuelva a encontrarla y la
redima del mal causado. En este sentido, la primera aventura de
Perceval se puede considerar como el comienzo de un movimiento
circular que se cerrará en el mismo punto en el que comenzó.
Estaríamos ante el primero de los dos movimientos cíclicos que narra
Li conte du Graal.
Arrancaremos el análisis en este punto de la historia. Si nuestra
teoría es correcta, deberíamos encontrar en el firmamento alguna
correlación con esta escena.
Al parecer, comenzamos con buen pie, pues, efectivamente, la
constelación de Acuario contiene un grupo de estrellas denominado en
árabe ‫ﺔ‬sssssssss‫( ﺍﻷﺧﺒﻴ‬transliterado, al Aḣbiyah), la Tienda. Este pequeña
subconstelación forma la fuentecilla de la que mana el curso de agua
de Acuario, una imagen que nos trae a la memoria el entorno donde se
había erigido la desventurada tienda que arrasó Perceval.
Acudamos a La ochaua espera y comprobemos lo que, respecto de
la constelación de Acuario, nos dice el rey sabio:

La nouena [estrella] es en el braço diestro. La dezena es la


septentrional de las tres que son en la palma diestra. Et la onzena
es la delantrera de las dos miridionales que fincan. La dozena es la
siguiente destas dos. et dizen á la nouena. et á la dezena. et á la
onzena. et á la dozena. çad alahbra. que quier dezir uentura de las
tiendas17

Las estrellas a las que se refiere son, respectivamente: γ Aqr


(gamma Aquarii), conocida con el nombre de Sadachbia; π Aqr (pi

16
Ibíd. nota 1. (Vv. 633–638).
17
Ibíd. nota 13. (T. I, lib. II, p. 81).

29
El verdadero rostro de Dios.

Aquarii) o Seat; η Aqr (eta Aquarii), Hydria; y ζ Aqr (zeta Aquarii), o


Sadaltager.
Recordemos que nuestro algoritmo de interpretación se basa en la
astronomía árabe y la mitología griega. Ya tenemos el primer paso;
nos queda el segundo.
Para los griegos, Acuario puede ser tanto Ganímedes, el hermoso
joven encargado de servir el vino a los dioses del nevado Olimpo,
como una representación del diluvio que envió Zeus para arrasar a la
raza humana, a la que Prometeo había ayudado llevándoles el fuego
de las artes, y poner fin, de este modo, a la Edad de Bronce de la
humanidad. No es necesario profundizar mucho en la interpretación
para encontrar que ambas situaciones conviven sin problemas en la
escena de la Tienda.
En el primer caso, la constelación de Acuario representa a
Ganímedes, un joven pastor frigio de cuya belleza se encaprichó Zeus.
Queriendo tenerlo a su lado, el Crónida se sirvió de un águila –o él
mismo se transfiguró en dicha ave, según la versión– para raptarlo y
trasladarlo al Olimpo, donde se convirtió en copero de los dioses, a
quienes les escanciaba ambrosía en sus copas desde una tinaja.
Este mito bien podría asemejarse a lo vivido por el joven Perceval
en dos momentos diferentes de su estancia en la Tienda; el primero,
cuando entra en ella y lanza una exclamación de admiración al ver su
interior: ¡Dios, aquí veo vuestra casa! –tal debería haber sido la
expresión de Ganímedes al aparecer por primera vez en el Olimpo–; y
al final, cuando, tras robarle unos besos a la muchacha, sacia su sed
con el vino que estaba reservado para el prometido de la
desafortunada:

Un bocel trueve plain de vin


et .i. henap d’argent selonc,...18

Encontró un barril lleno de vino


y una copa de plata al lado,...

... et verse an la cope d’argent


del vin, qui n’estoit pas troblez,...19

18
Ibíd. nota 1. (Vv. 736–737).
19
Ibíd. nota 1. (Vv. 746–747).
Manuel Plata Luque

... y en la copa de plata


vierte el vino, que no era vulgar,...

La segunda identidad de esta constelación, y la que nos parece más


ajustada a los sucesos narrados en el poema de Troyes, tiene que ver
con los miembros de la familia del dios más favorable a la humanidad
–con el permiso de Dioniso–, Prometeo.
Cayo Julio Higinio, en su Astronomía poética, nos dice de
Acuario:

Hay quienes dicen que se trata de Ganímedes,... Hegesianax, por su


parte, ha dicho que se trataba de Deucalión, porque bajo su
reinado cayó tal cantidad de agua del cielo que dicen que se
produjo un diluvio.20

Por su parte, Germánico Julio César, en su traducción de


Fenómenos, de Arato de Solos, también llega a la misma conclusión:

Proximus infestas, olim quas fugerat, undas Deucalion paruam


defundens indicat urnam.21

Al lado, Deucalión, que una vez huyó de las destructivas olas,


señala una pequeña urna que vierte.

Recordemos brevemente la historia de Prometeo y el castigo que,


en represalia por su osadía, el que reúne las nubes lanzó sobre los
hombres.
Un día se sometió al juicio de Zeus una controversia sobre qué
partes de un toro sacrificado debían ser ofrecidas a los dioses y cuáles
podrían quedárselas los humanos para su consumo. Prometeo fue el
encargado de crear los dos lotes entre los que el Olímpico debía
elegir. Buscando el bienestar de los hombres, separó la carne de los
huesos y la reemplazó por grasa para, posteriormente, recubrir el
conjunto con la piel. El otro lote lo formó con la carne, enmascarada
entre las vísceras. Presentadas las dos opciones ante el juez, este
20
Higinio, Cayo Julio. Fábulas. Astronomía. (Edición de Guadalupe Morcillo Expósito. 2008). (P.
284). Madrid. Akal (Colección Clásicos Latinos). ISBN–13: 978–84–460–1651–9.
21
Caesar, Germanicus. Aratus Solensis (Faenomena). (Edición de Alfred Breysig. 1899). (P. 34, vv.
561–562). Lipsia. Teubner. Edición electrónica de Internet Archive. [En línea]. Disponible en:
https://archive.org/details/arateasolen00germuoft/page/n3 [2019, 3 de noviembre].

31
El verdadero rostro de Dios.

escogió la que parecía más apetitosa, y apartó para los humanos lo que
creyó despojos. Cuando se descubrió el engaño ya era tarde, y Zeus
tuvo que mantener su palabra; sin embargo, jugó otra baza y decidió
privarlos del fuego con que poder cocinar esa carne. Pero el temerario
Prometeo, el eterno adalid de la humanidad, entró secretamente en el
Olimpo y robó una llama del fuego que ardía en el Carro del Sol para
luego compartirla con los hombres.
Zeus no podía tolerar que los humanos disfrutasen de aquello que
les había prohibido, de modo que pergeñó una acción que
contrarrestase las mercedes recibidas. Así, ordenó a Hefesto que
modelase con arcilla una mujer de gran belleza, o, como definió
Hesíodo, un bello mal. Para garantizarse el éxito, le pidió a cada uno
de los dioses que la adornasen con un don que la hiciese irresistible a
los ojos de los hombres; de hecho, su nombre, Pandora, significaba
eso, regalo de todos. Alguien con tales atributos divinos no podía
entrañar ningún peligro para nadie. El truco estaba en el regalo que le
otorgaría Hermes, el mensajero de Zeus, pero también un conocido
embaucador: Pandora sería una mentirosa de carácter voluble.
El siguiente paso requería encontrar una persona a la que
entregarle el regalo envenenado. El destinatario fue un hermano de
Prometeo, Epimeteo. Si el primero tenía la virtud de la clarividencia,
Epimeteo adolecía de todo lo contrario, su visión de futuro era más
bien corta. Prometeo le recomendó a su hermano que no aceptase
ningún regalo que viniese de Zeus, pues preveía el aciago plan del
dios.
Esta nueva deslealtad llevó a Zeus a castigar a Prometeo, y lo
mandó encadenar a una roca situada en el Monte Cáucaso. Como esta
pena parecía no molestar demasiado al condenado, decidió aumentar
su sufrimiento, y ordenó que un águila volase todos los días hasta
donde se encontraba encadenado y le devorase el hígado, que cada
noche se volvía a regenerar.
Transcurrido un tiempo, se produjo un lamentable suceso que vino
a mudar la suerte de Prometeo. Hércules era discípulo del centauro
Quirón, un famoso médico maestro de héroes. Mientras disputaba con
otros centauros, Hércules les lanzó una flecha envenenada con la
sangre de la Hidra, con tan mala fortuna que se clavó en la pierna de
su maestro. A causa de su inmortalidad, el sabio estaba condenado a
una terrible existencia, pues el veneno, del que no existía antídoto, le
provocaba un dolor insoportable. Para tratar de enmendar su error,
Manuel Plata Luque

Hércules se dirigió a la montaña donde se encontraba Prometeo, y le


pidió que intercambiase su mortalidad con Quirón. Apiadado por el
sufrimiento ajeno, Prometeo aceptó, aún a sabiendas de que su
tormento diario se prolongaría eternamente. Este sacrificio
desinteresado conmovió a Zeus, que decidió liberarlo de su condena a
cambio de que dejase de ayudar a los humanos –de todas formas, se
había demostrado sobradamente que cada intento de Prometeo de
ayudarlos acababa con un mal mayor para sus beneficiarios– y que,
como recordatorio, portase un anillo forjado con un eslabón de su
cadena en el que se había engastado un trozo de la roca en la que
estuvo cautivo.
En cuanto a Pandora, una vez que se quitó de enmedio al
entrometido Prometeo, Zeus volvió a ofrecérsela a Epimeteo, quien,
en esta ocasión, la aceptó para no contravenir la voluntad de tan
terrible dios. La primera parte de su plan ya estaba lista; sólo quedaba
rematar la faena.
Pandora no llegó sola a la casa de Epimeteo. Con ella viajaban una
tinaja tapada y una consigna clara: conocedor de la debilidad de la
mujer, Zeus le aconsejó no abrir la tapadera, aunque no especificó las
consecuencias. Como no podía ser de otra forma, la curiosidad de
Pandora la llevó a desobedecer las instrucciones. Al abrir la tinaja, de
su interior surgieron todas las desgracias posibles: vejez, enfermedad,
trabajo, locura, vicio y pasión. Al darse cuenta de su error, Pandora
cerró la tapadera, pero ya era tarde; el mal se había apoderado de ella
y del resto de la humanidad.
Pasó el tiempo y los hombres se acostumbraron a sobrellevar los
males. Esta situación tampoco agradaba a Zeus, y decidió acabar de
raíz con sus tribulaciones. Como era incapaz de ingeniar una
calamidad que perjudicase de forma definitiva a los humanos que no
fuese prevista por Prometeo, optó por acabar con todos ellos por
medio de un diluvio. Por aquel entonces, los dos hermanos habían
tenido descendencia. Prometeo tuvo a Deucalión; y Epimeteo, a Pirra.
Ambos primos eran, a su vez, pareja.
Cuando visualizó el mal que se avecinaba, Prometeo –siempre
Prometeo–, le recomendó a su hijo que fabricase un arca y se
guareciese allí con su mujer. De este modo, Deucalión y Pirra se
convirtieron en el origen de la civilización postdiluviana.

33
El verdadero rostro de Dios.

Ahora volvamos a la escena de Perceval en la Tienda y


analicémosla en toda su extensión, poniéndola en relación con la
constelación de Acuario, en su variante vinculada con Prometeo.
Lo primero que llama la atención es el detalle del anillo robado a
la doncella, un anillo de metal con una piedra engastada, similar al
que tuvo que llevar Prometeo a causa de su pecado, y que, igualmente,
acompañó a Perceval durante todo su periplo como recuerdo del mal
causado a la muchacha. Este anillo no aporta nada a la historia del
Grial; de hecho, no vuelve a aparecer hasta el reencuentro con la
joven ultrajada. Y, si la finalidad es mostrar la necedad del galés, esta
queda sobradamente acreditada en infinidad de ocasiones a lo largo
del poema. En cambio, el siguiente fragmento de Troyes añade una
pista sobre un personaje que, tras provocar involuntariamente la
desgracia de alguien, se ve obligado a portar un estigma, lo que nos
recuerda bastante las condiciones que aceptó Prometeo para ser
liberado de su castigo:

–Encor, fet il, me dist ma mere


qu’an vostre doi l’anel preïsse,
mes que plus rien ne vos feïsse.
Or ça l’anel, jel vuel avoir.22

–También –añadió él–me dijo mi madre


que de vuestro dedo cogiese el anillo,
y que no os hiciera nada más [ningún otro mal].
Ahora quiero tener ese anillo.

La idea de un Perceval–Prometeo viene reforzada por la


advertencia de la propia doncella de la Tienda cuando, al final de las
aventuras en los castillos, Perceval se reencuentra con ella en el
camino:

–Si as, fet ele, que ge sui


si cheitive et ai tant d’ennui
que nus ne me doit saluer.
D’angoisse me covient suer
qant nus m’areste ne esgarde.23

22
Ibíd. nota 1. (Vv. 710–713).
23
Ibíd. nota 1. (Vv. 3775–3779).
Manuel Plata Luque

–Sí lo has [hecho] –dijo ella–, porque soy


muy desgraciada y tengo mucho temor,
porque nadie me debe saludar.
[Ese temor hace que, incluso]
aunque nadie me detenga ni me mire,
sude a causa de la angustia.

–Que li Orguilleus de la Lande,


qui autre chose ne demande
se bataille non et meslee,
ne sorveigne a ceste assanblee,
que s’il vos trovoit ci elués,
certes, il vos ocirroit lués.24

–Que el Orgulloso de la Landa,


que no pide otra cosa
que batalla y lucha,
no llegue inesperadamente a esta reunión,
ya que si os encontrase aquí,
de cierto que os mataría de inmediato.

Estas palabras se parecen demasiado a las que Esquilo pone en la


boca del coro en Prometeo encadenado:

Tú eres osado y en vez de ceder por estos amargos sufrimientos,


hablas con demasiada libertad. Un temor penetrante altera mi
corazón y me estremezco por la suerte que te espera: dónde debes
abordar para contemplar el fin de estos sufrimientos. Pues el hijo
de Cronos tiene un carácter inaccesible y un corazón inflexible.25

La asimilación del Orgulloso de la Landa con Zeus no sólo


aparece de una manera implícita, como alguien que inflige un gran
daño a quien no ha cometido delito alguno. Si Hesíodo, en su
Teogonía, dice del Olímpico: Al mismo tiempo, los vientos expandían
con estrépito la conmoción, el polvo, el trueno, el relámpago y el

24
Ibíd. nota 1. (Vv. 3799–3804).
25
Esquilo. Prometeo encadenado. (P. 7). Edición digital de Biblioteca Digital ©Instituto
Latinoamericano de la Comunicación Educativa ILCE. Disponible en:
http://bibliotecadigital.ilce.edu.mx/Colecciones/index.php?clave=ObrasClasicas [2019, 3 de
noviembre].

35
El verdadero rostro de Dios.

llameante rayo, armas del poderoso Zeus, y llevaban el griterío y el


clamor en medio de ambos26, Troyes nos muestra una imagen casi
calcada cuando hace aparecer al Orgulloso de la Landa en su
encuentro con Perceval:

Queque il parloient ensi,


li Orguilleus del bois issi
et vint ausi con une foudre
par le sablon et par la poudre,
criant:27

Mientras hablaban así,


el Orgulloso salió del bosque
y vino como un relámpago,
por la arena y por el polvo,
gritando:

La presencia de este particular Zeus también se hace notar en los


males que descargó sobre la doncella de la Tienda, que adoptaría en
este caso el papel de Pandora, la bella muchacha que, sin haber
cometido ninguna falta –recordemos que su indiscreción no era más
que el don otorgado por Hermes, y no una cualidad elegida
voluntariamente–, fue la primera en sufrir los males que surgieron de
la tinaja. En este caso, el Orgulloso de la Landa asume una segunda
identidad, la del necio y corto de miras Epimeteo:

–Ne sui si borgnes ne si lois


que vostre fauseté ne voie.28

–No soy tan tuerto ni tan bizco


que no vea vuestra falsedad.

Con la pareja que engendró a Pirra y con el padre de


Deucalión, tenemos los ingredientes que, a nuestro juicio,
marcan el verdadero comienzo de las andanzas de Perceval, y
que no es otro que el diluvio que, según la mitología griega,
terminó con la Edad de Bronce y dio paso a nuestra era humana,

26
Hesíodo. Teogonía. (Edición de Luz, Moléculas y Vida. 2007–2008). (P. 8). Universidad de
Salamanca. Disponible en: http://campus.usal.es/~licesio/lmv.htm [2019, 3 de noviembre].
27
Ibíd. nota 1. (Vv. 3813–3817).
28
Ibíd. nota 1. (Vv. 815–816).
Manuel Plata Luque

la de Hierro.
Cuando Chrétien de Troyes describe la tienda, nos dice:

... an l’aigle feroit li solauz,


qui mout luisoit clers et vermauz,
si reluisoient tuit li pré
de l’anluminement del tré.29

... un águila hacía que el Sol,


que lucía muy claro y rojizo,
derramara su luz sobre todo el prado
por la iluminación de la tienda.

Antes de la llegada de Perceval, todo el entorno del


campamento tiene una iluminación brillante y rojiza; pero este
aspecto broncíneo, que proviene directamente del Sol, no es fruto
de la radiación directa del astro, sino de su reflejo en la Tienda,
cuyas lonas tienen grabadas un águila, el escudo de armas del
Orgulloso de la Landa, el señor del campamento. Recordemos
que este ave, emisario especial de Zeus, es el protagonista, tanto
en el rapto de Ganímedes, como en el martirio de Prometeo en la
montaña del Cáucaso.
Este pájaro sagrado también está representado en los cielos,
muy cerca de Acuario. Y bien puede reflejar los rayos del Sol,
como dice Troyes; se trata del único ave que no se encandila al
mirar directamente a nuestra fuente de luz, y por eso era el
encargado de recuperar los rayos que lanzaba Zeus.
Nos encontramos ante el perfecto elemento que simboliza el
auténtico sentido de la existencia humana, y nadie ha sabido
comprender este hecho mejor que nuestro rey Alfonso X el
Sabio. En un magistral párrafo de La ochaua espera deja claro
que el verdadero rostro de Dios sólo puede verse a través de su
reflejo en su enviado especial, el encargado de difundir su Luz a
toda la Tierra, sin tener preferencias por un pueblo concreto.
Cristianos y judíos, musulmanes y gentiles, todos honran a la
misma expresión del Dios común, Padre de todos. Deleitémonos
con una de las primeras llamadas a la concordia universal de la
historia, ideada por quien contemplaba el cielo y miraba las

29
Ibíd. nota 1. (Vv. 643–646).

37
El verdadero rostro de Dios.

estrellas; mas en el entretanto perdió la tierra y los reinos:

Et nuestro Sennor Dios la ondró otrossí quando quiso que la su


figura fuesse acerca dell en el cielo, et que los omes sanctos et
amiguos dell. et que sabian de las sos poridades. la uiessen allá, et
entendiessen cuemo se seruia Dios della. Et otrossí la significança
desto por qué era. et en esta acordança que estaba allí, según que
dicho auemos. esta figura, fueron omes de muchas leyes. Et
primeramientre los iudios, que los patriarcas et prophetas dellos
fueron. Et los gentiles otrossí los que fueron estrelleros, uieron esta
figura en el cielo, et possiéronla en sos libros. Et San Joan
euangelista que fue Xpiano [cristiano]. et muy amigo de Dios, la
escreuió en el su libro de la Apocalipsis, assi que los sus dichos se
acordaron sennaladamientre en lo que dixeron los prophetas sobre
esta razón de la águila. Et Mahomet en el su libro que llaman
almeherech. que quier dezir tanto cuemo el libro del sobimiento. do
él quiso fazer entender que sobiria al cielo, et que sabría las
poridades de Dios, porque entendiessen que era su amiguo. en
aquel libro fabla él desta aue que uiere allá. Et por ende pues que
todas las gentes de las leyes se acordaron en esto, puede ome
entender que gran uertud et gran significanca a en la figura dell
águila.30

30
Ibíd. nota 13. (T. I, lib. I, p. 46).
Manuel Plata Luque

GORNEMANZ DE GOORZ

Después de conseguir las armas en la corte del rey Artus, el primer


lugar donde Perceval pide albergue es el castillo de Gornemanz de
Goorz, un noble caballero que se ofrece a enseñarle las artes de la
caballería. Comenzaremos por analizar el nombre –por el nombre se
conoce al hombre– de tal señor.
Cuando Perceval se encuentra con Gornemanz de Goorz y le pide
albergue, este le pone como única condición que, además de los de su
madre, debe aceptar los consejos que él mismo le imparta:

Et li prodom respont : « Biau frere,


beneoite soit vostre mere,
que ele vos conseilla bien.
Mes volez . . . plus nule rien ?
–Oïl. –Et quoi ? –Tant, et non mes,
que vos me herbergiez hui mes.
–Mout volantiers, fet li prodon,
mes que vos m’otroiez .i. don
dont grant bien venir vos verroiz.
–Et coi ? » fet il. « Que vos cresroiz
le consoil vostre mere et moi.31

Y el prohombre responde: –Buen hermano,


bendita sea vuestra madre,
que tan bien os aconsejó.
Pero, ¿queréis decirme algo más?
–Sí. –¿Qué? –Una cosa solamente:
que me alberguéis hoy.

31
Ibíd. nota 1. (Vv. 1403–1413).

39
El verdadero rostro de Dios.

–Con mucho gusto –dice el prohombre–,


pero a condición de que me otorguéis un don
que veréis que os proporcionará gran beneficio.
–¿Cuál? –dijo él. –Que seguiréis
los consejos de vuestra madre y los míos.

De este modo, el señor del primer castillo donde descansará


Perceval tras ser armado caballero se convierte en su consejero e
instructor en todos los saberes que necesita para ejercer la caballería.
Pero tales consejos no son simples recomendaciones; Perceval acepta
someterse a la autoridad de Gornemanz, lo que hace que sus palabras
se conviertan en preceptos vinculantes.
Esta función del prohombre estaría en consonancia con su nombre,
que tiene una sospechosa similitud con una institución flamenca
existente en los tiempos en que se escribió el poema: la Cornemanz.
En el Flandes del siglo XII existía una figura llamada Cornemanz,
Coremanz o Cornemani, un órgano colegiado de consultores
judiciales laicos, perteneciente a una corte eclesiástica, y encargado de
asesorar a un juez.
En 1971, la romanista suiza Ricarda Liver publicó en la revista
Vox Romanica un artículo titulado Cornomannia: Etymologisches
und Religionsgeschichtliches zu einem stadtrömischen Fest des
Mittelalters (Cornomannia: Historia etimológica y religiosa de un
festival romano de la Edad Media), en el que analiza la etimología de
la palabra Cornomannia, el nombre de una fiesta medieval que tenía
lugar en Roma ante el papa. Según la estudiosa, esta palabra estaría
vinculada con el Cornemanz flamenco:

Sprachlich steht einer Ableitung der Form Cornomannia von


cornemannus nichts im Wege. Der Wandel des nachnebentonigen e
zu o wird bei der allgemeinen Unstabilitat der Vokale in dieser
Stellung nicht verwundern.32

Lingüísticamente, no hay nada que impida una derivación de


Cornomannia a partir de Cornemannus. El cambio de la tónica e a
o forma parte de la inestabilidad general de las vocales de esta
posición, lo que no nos debe sorprender.

32
Liver, Ricarda (1971). Cornomannia: Etymologisches und Religionsgeschichtliches zu einem
stadtrömischen Fest des Mittelalters. (P. 36). Vox romanica XXX. (Pp. 32–43). Doi:
http://doi.org/10.5169/seals–24598.
Manuel Plata Luque

En ese estudio se parte de dicha correlación de términos y, por


ello, primero se analiza el concepto Cornemanni:

Die Bezeichnung c (h) or (n) emanni für Gerichtsbeisitzer ist für


Flandern im 13. Jahrhundert belegt. Auch das Grundwort, von dem
sie abgeleitet ist, das mit dem dt. Kür verwandte chora, scheint erst
zur selben Zeit und ebenfalls in den Grenzgebieten zwischen dem
Niederdeutschen und dem Französischen nachgewiesen zu sein.33

La designación c (h) or (n) emanni para asesores judiciales se


evidencia para Flandes en el siglo XIII. Incluso la palabra básica
de la que deriva, chora, relacionada con el alemán Kür, parece
haberse establecido también, y al mismo tiempo, en las regiones
fronterizas entre la Baja Alemania y Francia.

El Glossarium mediae et infimae latinitatis, publicado por Charles


du Fresne, señor de Cange (1610–1688), es un glosario de latín
medieval y moderno. En la entrada Chora, encontramos Coremanz
como un órgano colegiado similar al de los concejales de una villa:

Core et Coremanz, in Libert. Calesii renovatis a Mathilde comit.


Atrebat. ann. 1304. ex Reg. 69. Chartoph. reg. ch. 365 :

... Quiconques destourbera eschevins ne Coremanz, quant il sieent


en banc et font conjure, il doit amender au seigneur de iij. soubz.34

Nadie interrumpirá a los concejales ni a los Coremanz, cuando


estén sentados en sus escaños y hayan hecho juramento. [El
infractor] debe abonar [una sanción] al señor de tres sueldos.

Este colegio de consejeros se debió de extender por gran parte de


la cristiandad, como se puede deducir de lo relatado en el libro
History of Trial by Jury:

In a charter granted to the inhabitants of Acre in 1231, we find the


following: Jurare debent Choremanni (i.e. Jurati) primo jus

33
Ibíd. (P. 37).
34
du Cange, C. et al. (1678). Glossarium mediae et infimae latinitatis. (éd. augm. 1883–1887). (T. 2,
col. 312c) Niort. L. Favre. [En línea]. Disponible en: http://ducange.enc.sorbonne.fr/chora [2019, 3
de noviembre].

41
El verdadero rostro de Dios.

Ecclesiæ,… 35

Al parecer, esta institución habría penetrado en Italia cuando


Carlomagno introdujo el Schöffengericht, un tribunal de jurados,
apoyándose en un órgano autóctono anterior, el Scabino, aunque esto
es sólo una hipótesis de Ricarda Liver, apoyada por la presencia de
terminología similar en el derecho italiano.
Como podemos comprobar, las funciones de este órgano llamado
Cornemanz son idénticas a las que Gornemanz se atribuye en cuanto
consejero del joven caballero. Pero el nombre de este noble nos da
mucha más información.
Volvamos al artículo de Ricarda Liver, y centrémonos ahora en la
fiesta medieval que designa la palabra que se analiza en el mismo:
cornomannia.

La cornomannia

La cornomannia era una fiesta relacionada con las diaconías


romanas, y está descrita en el Liber Politicus, un libro que forma parte
del Canonicus Benedictus, del siglo XII.
El Sabbato de Albis, el primer sábado después de Pascua, por la
tarde, las campanas sonaban, y toda la población se acercaba a su
parroquia, desde donde se trasladaban en procesión hasta la Basílica
de San Juan de Letrán, la sede episcopal del obispo de Roma, el papa.
Una vez allí, esperaban a que el sumo pontífice saliese fuera,
momento en que comenzaba el festival.
Cada arcipreste formaba un círculo de baile con los clérigos de su
diaconía y, una vez dispuestos, empezaban a interpretar una serie de
canciones en latín y griego, alabando al papa y pidiendo limosna. En
este momento, el sacristán de cada diaconía se convertía en el centro
de la fiesta. Este, que en el Liber Politicus aparece con el nombre
latino de mansionarius, vestía de bufón y portaba una corona de flores
con forma de cuernos, y se movía de forma absurda en el centro del
círculo de personas, saltando y embistiendo con los cuernos.
Según cuenta la antropóloga Lucía Dentice–Clark en su artículo
The Jester from the Sacristy. The Cornomannia. Ritual and Politics in

35
Forsyth, William (1852). History of Trial by Jury. (Cap. V, p. 120, n. 3). (London. John W. Parker
and son, West Stand). Edición digital de Google Books. [En línea]. Disponible en:
https://books.google.es/books?id=A6oDAAAAQAAJ [2019, 3 de noviembre].
Manuel Plata Luque

the Lauda of the Saturday in Albis in Medieval Rome36, parafraseando


a Paul Fabré en Le Polyptique du Chanoise Benoit, los movimientos
del sacristán eran como los de Sileno, el amigo íntimo del dios amante
de la humanidad, Dioniso:

Hoc laudat papa Romanus en Albis Pascalibus


Quando venit coronatus scolae cornibus anterior
Ut Silenus cum, Mnasylo deriso, cantatibus,
Quo sacerdotalis lusus designet misterium 37

Así, durante el período en Albis después de la Pascua, el papa


romano
celebró el festival durante el cual el maestro de coro, coronado con
cuernos
como Sileno, vino cantando y divirtiéndose con sus sacerdotes
a la manera de Mnasylus

Al final del baile, tres diócesis le presentaban al papa un regalo


simbólico: Santa María in Via Lata, una corona y una joven zorra sin
amarrar, que huye –coronam et vulpeculam non ligatam, que fugit–;
Santa María in Aquiro, una corona y un gallo –coronam et gallum–; y
San Eustaquio, una corona y una gamuza –coronam et domulam–.
Estos regalos eran recompensados por el papa con una cantidad de
dinero.
La Cornomannia no era una fiesta estrictamente cristiana, sino una
mezcla peculiar de elementos cristianos, paganos y extra–religiosos.
Hemos dicho que las protagonistas de la fiesta eran las diaconías. En
la primitiva iglesia cristiana, el término diaconía se utilizaba para
denominar un hospicio u hospital dedicado a asistir a los pobres y
enfermos. El papa les proporcionaba suministros, y estas, a su vez, le
devolvían un interés anual. Precisamente, la fiesta de la Cornomannia
era el día en que las diaconías se reunían para agradecer con sus
elogios los beneficios especiales que el papa les brindaba: la
concesión de provisiones que permiten a la diaconía proporcionar
alimentos a los ciudadanos necesitados.
36
Dentice–Clark, Lucía (2001). The Jester from the Sacristy. The Cornomannia. Ritual and Politics in
the Lauda of the Saturday in Albis in Medieval Rome. A.A.T.I. Conference (Treviso–Venezia). [En
línea]. Disponible en http://www.luciadentice.com/6928.html [2019, 3 de noviembre].
37
Fabré, Paul (1889). Le Polyptique du Chanoise Benoit. En Travaux & mémories des Facultés de
Lille. (T. I, p. 10). [En línea]. Edición digital de Bibliothèque Nationale de France. Disponible en:
https://gallica.bnf.fr/ark:/12148/bpt6k66507f/ [2019, 3 de noviembre].

43
El verdadero rostro de Dios.

No deja de llamar la atención la gran similitud que hay entre las


instituciones protagonistas del festival, las diaconías, y el ostel que
tanto se prodiga en el cuento del Grial, y que analizaremos más
adelante.
De todo el personal vinculado con una diaconía, el que juega un
papel principal es, precisamente, el sacristán, el único personaje laico
del colegio diaconal, conocido con el nombre de mansionarius. Un
mansionarius era un oficial romano que, en la Antigua Roma,
gerenciaba y supervisaba una mansio, edificios que, repartidos a lo
largo de toda la red de calzadas del imperio, hacían las veces de
alojamiento, posada y estación de mantenimiento, refresco y descanso
de viajeros y caballerías, lo mismo que los ostels.
Centrémonos ahora en la simbología de los regalos que las tres
parroquias antes citadas ofrecían al papa.
Como hemos dicho, la primera entregaba una corona y una zorrilla
joven, que es presentada de una forma un tanto extraña: non ligatam,
que fugit; no amarrada, que huye. Esta expresión ha desconcertado a
los estudiosos que se han acercado a analizar este festival. Según
nuestra opinión, esta vulpecula podría hacer referencia a una
constelación de estrellas que se encuentra situada en una zona
celestial muy peculiar. Estamos hablando de la constelación del Canis
Minor, la forma en que Zeus inmortalizó a un animal muy vinculado
con Dioniso, la zorra de Teumesia. Este asterismo se encuentra justo
al lado de Orión, en la zona de influencia de una de las cuatro
Estrellas Reales persas, Aldebarán, en Tauro.
Cuenta la mitología griega que la zorra de Teumesia tenía
atemorizado al pueblo de Tebas, la ciudad que fundó Cadmo, el
abuelo de Dioniso. De hecho, en la versión que cuenta Pausanias, la
zorra fue enviada por el propio Dioniso para castigar a los tebanos por
su impiedad. Este animal tenía el don divino de que, por más que
fuese perseguido por depredadores, nunca sería atrapado.
Por otra parte, había un perro llamado Laelaps, cuya cualidad era
la contraria, siempre atrapaba a la pieza que perseguía. Fue un regalo
que Zeus hizo a la hermana de Cadmo, Europa, quien, posteriormente,
se lo dio a su hijo Minos, el padrastro del Minotauro y padre de
Ariadna, esposa de Dioniso. Minos, a su vez, se lo regaló a Procris y
más tarde, el perro pasó a ser propiedad de Céfalo.
A causa de la peculiaridad del perro Laelaps, el pueblo de Tebas le
pidió ayuda a Céfalo para terminar con su azote. Esto provocó una
Manuel Plata Luque

paradoja: un perro que siempre atrapaba a su presa debía perseguir a


una zorra que no podía ser atrapada nunca. La persecución prosiguió
durante un tiempo hasta que Zeus, desconcertado, decidió transformar
a ambos animales en piedra y subirlos a los cielos en la forma de
Canis Maior, o Perro Mayor; y Canis Minor, el Perro Menor,
respectivamente.
De modo que tenemos una constelación, Canis Minor, que es una
vulpecula, literalmente, zorra pequeña, que huye indefinidamente,
como la ofrenda de Santa María in Via Lata en la Cornimannia.
El segundo regalo es el de Santa María in Aquiro, una corona y un
gallo, coronam et gallum. Si la zorra de Teumesia es un animal que
representa una constelación en el entorno de Orión, el gallo es otro
animal que está vinculado con otro personaje catasterizado, Asclepio,
en la zona diametralmente opuesta a la anterior, Escorpio.
El origen de la vinculación del gallo con Asclepio es desconocido,
pero uno de los pensadores más grandes de la historia así lo cuenta.
Platón escribió que las últimas palabras de Sócrates antes de fallecer
fueron: le debemos un gallo a Asclepio.
Finalmente, la parroquia de San Eustaquio entregaba una corona y
una hembra de gamo –coronam et domulam–. No se nos debe olvidar
que la zorrilla de Teumesia era perseguida por un perro que Zeus
regaló a la abuela de Ariadna; y que, en el otro extremo del
firmamento, el gallo representa a Asclepio, el hombre que resucitó a
Glauco, el nieto de la anterior y hermano de Ariadna. El tercer regalo
es una hembra de gamo, un animal asociado con el esposo de Ariadna,
Dioniso Cornudo. No sería descabellado pensar que la hembra de este
animal constituya la imagen de la esposa del dios, Ariadna. Pero, ¿con
qué constelación se podría relacionar esta tercera ofrenda? En el
firmamento, existen dos asterismos que hacen referencia a la hija de
Minos, la Corona Boreal y Virgo. Recordemos que todos estos
presentes van acompañados de coronas, que evocan a aquella que
Dioniso le entregó a su esposa como regalo de bodas, la Corona
Boreal, de la que más adelante hablaremos. Pero también podría ser
Virgo. Los textos astronómicos más conocidos suelen relacionar a
Virgo con Erígone o Astrae. Sin embargo, es probable que,
originalmente, la mujer que fue catasterizada como Virgo fuese la
misma Ariadna. En el libro Star–names and their meanings, se dice lo
siguiente:

45
El verdadero rostro de Dios.

Parece que Eratóstenes aludió [a la constelación Coma Berenice]


por primera vez como el cabello de Ariadna en su descripción de la
corona de Ariadna;... Pero durante casi 2000 años su derecho a un
lugar entre las constelaciones fue inestable, limitándose a ser un
mero amorphotoi [cúmulo de estrellas sin forma]... conectado con
Virgo,...38

De ser esto cierto, estaríamos ante una situación desconcertante:


los tres regalos que se ofrendan en la fiesta dionisíaca de la
Cornimannia se corresponderían con las tres constelaciones de la
astronomía china en las que se ubican sendas Puertas Celestiales:
Tianguan, Tianmen y Tianyue.

Dos albergues para el Sol y una Virgen Mediadora

El rey Alfonso X, en el prólogo de las Tablas Alfonsíes, enumera


cuatro constelaciones concretas dominadas por las Cuatro Estrellas
Reales Persas. El denominador común de tales Estrellas Reales, con la
excepción de Fomalhaut, reside en su situación al borde de un camino
celestial, la eclíptica, el recorrido que realizan el Sol, la Luna y los
planetas en su movimiento aparente por la misma franja celestial,
atravesando las doce constelaciones zodiacales.
Además del diario de Este a Oeste, el Sol realiza otro movimiento
de periodicidad anual, en el que varía su elevación sobre el horizonte.
El momento en que alcanza su posición más alta se llama solsticio de
verano –en el hemisferio Norte–, y ocurre entre los días 21 y 22 de
junio. Al contrario, entre el 21 y 22 de diciembre, nuestra estrella se
encuentra en su posición más baja; es el solsticio de invierno.
La palabra solsticio significa Sol Parado –del latín Sol Sistere–,
pues en esos dos momentos del año, el astro detiene por un día su
camino, ascendente o descendente, para invertir el sentido del
movimiento. En el solsticio, el Sol pareciera que descansa de su
interminable trayecto en una mansio u ostel, para continuar después
con energías renovadas.
Además de los solsticios, hay otros dos momentos significativos
en el recorrido anual del Sol; son los equinoccios, que dividen en dos
mitades el periodo entre solsticios. En los equinoccios, el Sol no
38
Allen, Richard Hinckley (1899). Star–names and their meanings. (P. 168). (New York, Leipzig,
London, Paris. G.E. Stechert). Edición digital de Internet Archive. [En línea]. Disponible en:
https://archive.org/details/starnamesandthe00allegoog [2019, 3 de noviembre].
Manuel Plata Luque

detiene su camino; este fenómeno se caracteriza por que la Tierra


tiene la misma cantidad de horas de luz que de oscuridad. Al igual que
hay dos solsticios, también tenemos dos equinoccios: el de primavera,
el 21–23 de marzo; y el de otoño, en iguales fechas de septiembre. De
estos dos equinoccios, el más significativo, astronómicamente
hablando, es el de primavera, pues, históricamente, era el que marcaba
el comienzo del año, el momento en que la naturaleza se despierta de
su sueño invernal. Se diría que es el que abre y cierra el ciclo anual.
De modo que para los sabios que estudiaban las estrellas, el Sol
atravesaba cada año cuatro puntos decisivos, los solsticios de verano e
invierno y los equinoccios de primavera y otoño.
Estos puntos están asociados a determinadas constelaciones. El día
de los solsticios, cuando el Sol está en su posición más extrema,
detrás de él hay una constelación que, a causa de su fuerte luz, no
podemos ver. Esta triple alineación Constelación – Sol – Tierra
determina el nombre del lugar del solsticio. En estos momentos, el
solsticio de verano ocurre entre las constelaciones de Géminis y
Tauro, mientras que el de invierno tiene lugar en Sagitario,
curiosamente, en la misma dirección en que podemos encontrar el
centro galáctico.
Por su parte, la constelación relacionada con el equinoccio se
determina por la que aparece en el horizonte oriental en el momento
en que el Sol despunta el día en que se equiparan las horas de luz y
oscuridad. Actualmente, el de primavera se produce entre Piscis y
Acuario, y el equinoccio de otoño tiene lugar en la constelación de
Virgo.
Esta asociación de constelaciones con los cuatro puntos solares no
siempre es la misma; a lo largo de la historia, se van sucediendo
secuencialmente. Esto es debido a otro movimiento, este de mucha
más periodicidad, la precesión de los equinoccios.
La Tierra tiene varios movimientos, entre los que se encuentran
los conocidos de rotación sobre sí misma, que da lugar a los días y las
noches; y el de traslación, el que tiene lugar en un año y provoca las
estaciones. Además de este, está el movimiento de precesión, un
bamboleo alrededor de un eje imaginario semejante al de una peonza
cuando pierde velocidad de giro y está a punto de caer. Un giro
completo de precesión tiene una duración aproximada de veintiséis
mil años, y en su transcurso, la inclinación del globo terráqueo va
variando de posición, lo que hace que el cielo que observamos en un

47
El verdadero rostro de Dios.

determinado momento del año nunca sea el mismo. Si hemos dicho


que la constelación que determina hoy el equinoccio de primavera es
Piscis, hace dos mil años, la triple alineación se producía en Aries. Es
por esto que, tradicionalmente, este momento es conocido como punto
Aries, aunque, en puridad, habría que llamarlo punto Piscis, o, mejor,
punto Piscis–Acuario; del mismo modo, el que se produce en el
equinoccio de otoño debería llamarse punto Virgo, aunque la
denominación oficial es punto Libra.
Tras este breve paréntesis astronómico, volvamos al cuento del
Grial. En un momento uniremos estos dos elementos.
Ya hemos visto que una vez que Perceval ha visto cumplido su
objetivo de ser armado caballero, decide regresar a casa, pero,
inexplicablemente, parece equivocarse de camino y toma uno bastante
más largo que el de ida, que lo obliga a pernoctar en tres castillos
diferentes: el de Gornemanz de Goorz; el de la sobrina de este,
Blancaflor; y el del Rey Pescador.
Cuando Chrétien de Troyes describe los castillos, lo hace de una
forma llamativa. Tanto el de Gornemanz de Goorz como el del Rey
Pescador aparecen situados en la ribera de un río, mientras que el de
Blancaflor lo ubica en la orilla del mar. Lo curioso del caso es la gran
similitud en el entorno de los dos castillos ribereños.
Veamos primero cómo se describe el paraje donde se encuentra el
castillo de Gornemanz de Goorz:

Et li vaslez sanz nul arest


s’an va poignant par la forest,
tant que es terres plainnes vint
sor une riviere qui tint
de lé plus d’une arbalestee,
si s’estoit tote l’eve antree
et retrete an son grant conduit.
Vers la grant riviere qu’il vit
s’an va tote une praerie,
mes an l’eve n’antra il mie,
qu’il la vit mout parfonde et noire
et asez plus corrant que Loire.
Si s’an va tot selonc la rive
lez une grant roiche naïve,
et de l’autre part l’eve estoit
Manuel Plata Luque

si que l’eve au pié li batoit.39

Y el muchacho sin demora


se fue cabalgando por el bosque,
hasta que llegó a tierras llanas
en las que había un río que tenía
de ancho más de un tiro de ballesta,
y en donde el agua que llegaba
remansaba su gran curso.
Hacia el gran río que vio
se dirige, atravesando toda una pradera,
pero en el agua no entró
porque la vio muy profunda y negra
y con una corriente más rápida que la del Loira.
Siguiendo la orilla, se dirige
cerca de una gran roca madre.
En la parte opuesta de esa roca había otra agua
que rompía contra su base.

Y ahora, el del Rey Pescador:

Et itant dura sa proiere


que il vint sor une riviere,
a l’avalee d’une angarde.
L’eve roide et parfonde esgarde
et ne s’ose metre dedanz,
et dist: «Ha! sire Dex puissanz,
qui ceste eve passee avroit
de la ma mere troveroit,
mien esciantre, sainne et vive.»
Ensi s’an va selonc la rive
tant que a une roche aproiche
et que l’eve a la roche toiche,
que il ne pot aler avant.40

Y tanto duró su plegaria


que acabó llegando a un rio que, en ese lugar,
formaba una cascada junto a un promontorio.
El joven observa el agua empinada y profunda
de la cascada, y no se atreve a meterse dentro.

39
Ibíd. nota 1. (Vv. 1301–1316).
40
Ibíd. nota 1. (Vv. 2970–2989).

49
El verdadero rostro de Dios.

Y dijo: «¡Oh! Señor Dios Todopoderoso,


si pudiera pasar este agua
a mi madre encontraría,
según mi entendimiento, sana y viva.»
Así pues, se va bordeando la orilla
hasta que llega a una roca
a cuyos pies llega el agua
de modo que no puede continuar adelante.

En ambos casos, Perceval llega hasta la orilla de un río, en un


paraje donde hay un elevado promontorio de roca madre que le
impide proseguir su camino, por lo que debe detenerse un momento
para sopesar las posibilidades. La única opción que le queda es vadear
el cauce, pero esto es inviable, pues ambos ríos –no sabemos si se
trata del mismo en dos puntos diferentes– son profundos, y sus aguas
forman rápidos y cascadas que baten sobre el pie de sendos
promontorios.
En estos dos enclaves, Perceval ve cómo las torres de los castillos
surgen de la nada. En el de Gornemanz de Goorz, las torres emergen
de la tierra como brotes de hierba, y, por si no se le queda claro al
lector, lo repite hasta en tres ocasiones:

Sor cele roche, an .i. pandant


qui vers mer aloit descendant,
ot .i. chastel mout riche et fort.
Si con l’eve aloit au regort,
torna li vaslez a senestre
et vit les torz del chastel nestre,
qu’avis li fu qu’eles nessoient
et que fors del chastel issoient.41

Sobre esa roca, en una pendiente


que hacia el mar iba bajando,
había un castillo muy rico y fuerte.
Allí donde el agua del rio desembocaba en una bahía,
giró el muchacho hacia la izquierda
y vio las torres nacer del interior del castillo,
pues le pareció que nacían
y que emergían del interior del castillo.

41
Ibíd. nota 1. (Vv. 1317–1324).
Manuel Plata Luque

Algo parecido ocurre con el castillo del Rey Pescador. La torre


central, y más alta, emerge poco a poco, empezando por la punta
superior. Tras ella, aparecen las otras torrecillas que la escoltan:

Lors vit devant lui an .i. val


le chief d’une tor qui parut.42

Entonces vio ante él, en un valle,


la punta de una torre que apareció.

Por otra parte, no deja de llamar la atención el hecho de que,


donde antes no había modo alguno de atravesar el río, de repente
aparecen sendos puentes levadizos, lo que lleva a Troyes a realizar
una observación de perogrullo, contraria a la necesaria economía del
lenguaje, tan propia del género poético:

... et, devant, .i. pont torneïz,


qui estoit fez et establiz
a ce que sa droiture aporte:
le jor ert ponz, et la nuit porte.43

... y, delante, un puente levadizo,


que estaba hecho y establecido
para lo que justamente se concibió:
de día era puente, y de noche, puerta.

También en ambos casos, el encuentro con el propietario del


castillo es muy similar: mientras Perceval se encuentra detenido frente
al río que le corta el paso analizando las posibilidades de continuar su
camino, aparecen los señores de los dos castillos, y el joven les pide
albergue para reponerse de su largo trayecto.
Tantas semejanzas nos lleva a preguntarnos por el motivo que
llevó a Chrétien de Troyes a equiparar de tal manera ambos castillos.
Propongamos una teoría.

Tres puertas celestiales

En el firmamento, justo en la orilla de los dos extremos del río que

42
Ibíd. nota 1. (Vv. 3044–3045).
43
Ibíd. nota 1. (Vv. 1343–1346).

51
El verdadero rostro de Dios.

forma la Vía Láctea, encontramos dos zonas celestiales gobernadas


por sendas Estrellas Reales Persas: la constelación de Tauro, con
Aldebarán –Tishtar–, como estrella principal; y la de Escorpio, regida
por Antares, o Sataves.
Lo interesante de estas zonas celestiales es que la estructura de
determinadas estrellas se corresponde exactamente con la descripción
que Chrétien de Troyes realiza de las torres de los castillos. La
fortaleza de Gornemanz de Goorz estaba formada por cuatro bajas
torrecillas que rodeaban una quinta más alta y robusta:

Enmi le chastel, an estant,


ot une tor et fort et grant;
une barbacane mout fort
avoit tornee vers le gort,
qui a la mer se conbatoit,
et la mers au pié li batoit.
A .iiii. parties del mur,
don li quarrel estoient dur,
avoit .iiii. basses torneles,
qui mout estoient forz et beles.44

En mitad del castillo, elevada,


había una torre fuerte y grande;
tenía una barbacana redondeada muy fuerte
por la zona de la bahía
que al mar combatía,
a ese mar que batía la base de la roca.
En los cuatro paños del muro,
cuyos sillares eran duros,
había cuatro bajas torrecillas
que eran muy fuertes y bellas.

Esta composición muestra un sospechoso parecido con la formada


por otras tantas estrellas, las más brillantes de las constelaciones de
Orión, Géminis, Auriga y Tauro; concretamente, Betelgeuse, Alhena,
Elnath y Aldebarán, respectivamente. La torre central sería ζ Tauri, o
Al Hecka, el Cuerno Sur del Toro45.
No podemos olvidar la referencia a la barbacana que defiende la
parte del castillo que da al mar, cuyas embestidas combate

44
Ibíd. nota 1. (Vv. 1325–1334).
45
Imagen 5.
Manuel Plata Luque

firmemente. Esta barbacana coincidiría con la constelación de Aries,


que se encuentra a continuación de Tauro, mirando hacia la zona
celestial conocida como Agua, formada por Piscis, Ballena, río
Erídano y Acuario, constelación esta última que, recordemos, derrama
peligrosamente sus aguas sobre el mundo. De este modo, la
constelación del Carnero, a modo de ariete, protege el interior de la
fortaleza de las aguas del Diluvio.
Lo más desconcertante de todo es que en estas dos zonas existen,
tal y como afirma el poeta, sendas constelaciones chinas que de día
son puentes, a través de los cuales el Sol cruza el profundo y
caudaloso río de la Vía Láctea –en la astronomía china, Río de Plata,
銀河 (transliterado, Yínhé)– en su recorrido por el camino de la
eclíptica, y de noche se convierten en Puertas Celestiales. Sus
nombres son Tianguan, en Tauro; y Tianyue, en Sagitario, cerca de
Escorpio46.
La Puerta Celestial Tianguan (天關) está constituida por las dos
estrellas que conforman el sistema binario ζ Tauri, o Al Hecka, en el
borde de la Vía Láctea. Su nombre evoca algo cerrado, pues 關
(transliterado, Guan), es una palabra que vendría a significar círculo
íntimo –de amigos, o familiares–, lugar fortificado, paso fronterizo
muy vigilado, algo encerrado bajo llave; y este nombre tiene todo el
sentido, pues, efectivamente, se puede decir que dicha Puerta Celestial
se encuentra encerrada en el medio de las cuatro referidas
constelaciones, Tauro, Auriga, Géminis y Orión. Como vemos, este
nombre se corresponde con la descripción del castillo de Gornemanz
de Goorz, que era una fortaleza muy bien defendida por sus cuatro
muros y torres perimetrales.
En una posición diametralmente opuesta a Tianguan, y también en
mitad del Río de Plata, nos encontramos con otra Puerta Celestial,
Tianyue (天籥), Llave Celestial, compuesto por 天 (transliterado,
Tian), Cielo; y 籥 (transliterado, Yue), Llave. Esta Puerta Celestial se
encuentra situada entre 1 Sagittarii y 4 Sagittarii.
También en este punto podemos encontrar una composición
estelar semejante a la forma del castillo del Rey Pescador. Este
aparece descrito con una alta torre en su centro, rodeada de otras más

46
Sun, Xiaochun y Kistemaker, Jacob (1997). The Chinese Sky During the Han: Constellating Stars
and Society. (Cap. 5, p. 101; Apénd. II, p. 174). Leiden, New York, Köln. BRILL. ISBN–13: 978–
9004107373.

53
El verdadero rostro de Dios.

bajas:

L’an ne trovast jusqu’a Barut


si bele ne si bien asise.
Quarree fu, de pierre bise,
si avoit torneles antor.47

No se encontraría una igual hasta Barut,


ni tan bella ni tan bien asentada.
Era cuadrada, de roca granítica,
y tenía torrecillas alrededor.

Este texto original, como todos los que hemos utilizado en el


presente trabajo, está basado en el manuscrito fr. 794 de la
Bibliothèque Nationale de France, en París. Sin embargo, en otro
manuscrito de Li conte du Graal, concretamente el 12576, conservado
en la misma biblioteca, precisa que son dos las torrecillas que escoltan
a la principal.
En una edición inglesa de 2015, The complete story of the Grail,
traducida por Nigel Bryant, podemos leer:

But suddenly, in a valley close by, the top of a tower caught his eye.
From there to Beirut you wouldn’t have found one more handsome
or impressive: it was square and built of stone, and flanked by two
smaller towers;…48

Pero de repente, en un valle cercano, la punta de una torre llamó


su atención. Desde allí hasta Beirut no encontrarías otra tan
hermosa o espectacular: era cuadrada y construida en piedra, y
flanqueada por dos torrecillas más pequeñas;…

Creemos que tal castillo se podría corresponder con la formación


del arco de Sagitario, donde la torre central sería la flecha, formada
por las estrellas Alnasl –la punta– y Kaus Medius –la estrella media
del Arco– . Esta torre estaría flanqueada por Kaus Borealis y Kaus
Australis, los dos extremos del Arco49. Recordemos que lo primero
que Perceval vio emerger del suelo del valle fue la punta de la torre

47
Ibíd. nota 1. (Vv. 3046–3049).
48
De Troyes, Chrétien. The complete history of the grail. (P. 27). (Traducción de Nigel Bryant. 2015).
Cambridge. D. S. Brewer. ISBN–13: 978–1–84384–400–6.
49
Imagen 6.
Manuel Plata Luque

central. Cuando la constelación de Sagitario sale por el horizonte


oriental, la primera estrella que emerge de la tierra es, precisamente,
Alnasl, la punta de la flecha, y, tras ella, Kaus Borealis.
Además, Troyes compara esta torre central con algo que llama
Barut. Esta palabra es una forma arcaica para referirse a la ciudad de
Beirut, y, de hecho, el modo en que dicha frase está construida parece
llevarnos a tal acepción. Sin embargo, Barut tiene un segundo
significado, concretamente, el que los pueblos orientales utilizan para
nombrar a la pólvora.
Procedente del indio बा त (transliterado, bārūt), la podemos
encontrar en los idiomas persa –‫( ﺑﺎﺭﻭﺕ‬bârut)–, árabe –‫ﺎﺭﻭﺩ‬ ُ ‫( َﺑ‬bārūd)–,
kurdo –‫( ﺑﺎﺭﻭﻭﺕ‬barût)–, macedonio –барут (barut)–, y muchos otros.
Podría parecer complicado relacionar la pólvora con la flecha que
el centauro Sagitario mantiene tensa en su arco. Sin embargo, cuando
analizamos la historia de este polvo explosivo, aparece la explicación.
Jack Kelly, en su libro Gunpowder: Alchemy, Bombards, and
Pyrotechnics: The History of the Explosive that Changed the World,
cuenta lo siguiente:

Sobre el año 1240, los árabes consiguieron el conocimiento del


salitre (“Nieve china”) de Oriente, tal vez a través de la India.
Poco después, conocieron la pólvora. También descubrieron los
fuegos artificiales (“Flores chinas”) y cohetes (“Flechas
chinas”).50

La flecha del Sagitario está preparada para ser disparada, es decir,


posee la energía potencial del arco tenso, que se volverá en energía
cinética una vez se libere. Del mismo modo, la flecha china obtiene su
movimiento a través de la energía química de la pólvora. La frase de
Troyes no se encontraría una igual hasta Barut, podría traducirse
como que no se encuentra una flecha con tanta energía potencial hasta
que aparece en Occidente la flecha china propulsada por Barut.
Tenemos, además, otra forma de relacionar esta agrupación estelar
con Perceval. Aunque el nexo de unión del joven galés con Sagitario
lo abordaremos más adelante, de momento adelantaremos que, según
Wolfram von Eschenbach, el escudo de armas de la familia de
Perceval es un Avestruz. Este ave aparece en el yelmo del rey

50
Kelly, Jack (2004). Gunpowder: Alchemy, Bombards, and Pyrotechnics: The History of the
Explosive that Changed the World. (P. 22). New York. Basic Books. ISBN–13: 978–0–465–03722–3.

55
El verdadero rostro de Dios.

toledano Kaylet, primo de Gahmuret, el padre de Perceval. Pues bien,


el conjunto de estrellas formado por Alnasl, Kaus Medius y Kaus
Australis constituía la primitiva constelación árabe de Al Na'am al
Warid, las avestruces que van [a cruzar el río]51.
Una vez analizadas las dos primeras Puertas Celestiales Chinas,
abordaremos una tercera, Tianmen, (天門), donde 門 (transliterado,
Men) significa Portal, un lugar por el que pasar de un sitio a otro, y se
encuentra en la constelación de Virgo, entre las estrellas 53 Virginis y
69 Virginis, en un punto intermedio entre las dos puertas anteriores52.
Si bien esta tercera Puerta Celestial no se encuentra cerca de la Vía
Láctea, sí que aparece en el camino del Sol, en la eclíptica. Según
nuestra hipótesis, este portal de paso se correspondería con el tercer
castillo que visita Perceval, el de Belrepeire, que, efectivamente, no se
encontraba en la orilla de ningún río.
Estamos convencidos de que la eclíptica que recorre el Sol se
corresponde con el camino de Perceval, y los albergues en donde se
hospeda el caballero serían los puntos determinantes de este recorrido
celestial.
El punto Piscis y el punto Virgo estarían representados por la
Tienda de la muchacha ultrajada y el castillo de la virgen y muy pura
princesa Blancaflor, respectivamente, lugares más para pasar de largo
que para quedarse a descansar. Las fortalezas de Gornemanz de Goorz
y del Rey Pescador serían los solsticios de verano e invierno,
respectivamente.
Antes hemos dicho que cuando Perceval llega a los castillos
asentados en la ribera del río, unas grandes rocas le obligan a detener
su camino, y, justo en ese momento, surgen de la nada los albergues
en los que descansará. Es justo lo que le ocurre al Sol cuando llega a
los dos extremos de su movimiento ascendente y descendente. En el
caso del primer castillo, el de Gornemanz de Goorz, este aparece en lo
alto de la roca, y Perceval lo contempla desde abajo, desde la orilla
del río. El descanso, pues, se halla en la parte más alta del periplo,
como en el solsticio de verano. En el caso del Rey Pescador, ocurre lo
contrario. Perceval sube a lo alto del otero y, desde allí, ve aparecer el
castillo en el fondo del valle, en lo que sería el solsticio de invierno.
Por otra parte, el castillo de Blancaflor parece un lugar de paso
más que un sitio para permanecer:
51
Ibíd. nota 39. (P. 355).
52
Imagen 7.
Manuel Plata Luque

... et dist : « Biau frere, vostre ostex


certes n’iert pas anquenuit tex
con a prodome covandroit.
Mes qui vos diroit or androit
tot nostre covine et nostre estre,
vos cuidereiez, puet cel estre,
que de malvestié le deïsse
por ce qu’aler vos an feïsse.
Mes se vos plest, or remenez,
l’ostel tel con il est prenez,
et Dex vos doint meillor demain. »53

... y dijo: –Buen hermano, vuestro albergue


ciertamente no será esta noche el que
convenga a un prohombre.
si ahora os dijese
cuál es nuestra situación y nuestro estado,
tal vez pensaríais
que lo digo con mala intención,
para que os marchéis.
Pero, si os place, quedaos ahora
y aceptad el albergue tal y como está,
y que Dios os lo conceda mejor mañana.

Lo mismo ocurre con la Tienda donde comienzan las aventuras del


mozo simplón. Allí, Perceval se limita a saciar su hambre y su sed,
pero no tiene intención de detenerse mucho tiempo para descansar.
Estos serían los dos equinoccios, esos momentos en que las horas de
día y de noche se equiparan. Para que no nos quepa duda, Troyes lo
menciona en el castillo de Blancaflor:

... et les meisons erent overtes


ausi de nuiz come de jorz.54

... y las casas estaban abiertas


tanto de noche como de día.

Esta descripción contrasta con la del acceso al castillo de

53
Ibíd. nota 1. (Vv. 1833–1843).
54
Ibíd. nota 1. (Vv. 1762–1763).

57
El verdadero rostro de Dios.

Gornemanz de Goorz, que de día era puente y de noche, puerta.


La identificación de los cuatro albergues –si consideramos como
tal el avituallamiento que Perceval se proporcionó a sí mismo en la
Tienda, contra la voluntad de su dueña– con los cuatro puntos
determinantes de la eclíptica es solamente una mera apreciación, sin
más prueba que lo que se mostrará en las siguientes páginas. El lector
no debe sentirse en la obligación de aceptar como verdadera tal
aseveración; sin embargo, esperamos convencerlo con los argumentos
que se aportan a continuación.
Manuel Plata Luque

Imagen 5
Zona de Tauro con la Puerta Celestial Tianguan

59
El verdadero rostro de Dios.

Imagen 6
Zona de Sagitario con la Puerta Celestial Tianyue.
Manuel Plata Luque

Imagen 7
Zona de Virgo con la Puerta Celestial Tianmen.

61
El verdadero rostro de Dios.

EL CASTILLO DE GORNEMANZ

Acabamos de ver cómo los tres regalos que las diaconías romanas
ofrecían al papa durante la fiesta de la Cornimannia son
sospechosamente semejantes a otras tantas constelaciones en las que
los chinos de la antigüedad situaron tres Puertas Celestiales, y que
contienen estructuras estelares similares a las de las torres de los
ostels en los que Perceval descansa de su largo camino. Centrémonos
ahora en la zona que ha dado origen a todo este paréntesis, la de la
Puerta Celestial Tianguan, en las constelaciones de Tauro, Auriga,
Géminis y Orión, las mismas que presiden el cielo nocturno durante
los tres meses de invierno, tiempo en el que Dioniso custodia el
oráculo de Delfos, normalmente protegido por Apolo, al que acudían
los griegos a pedir consejo, al igual que hizo Perceval con
Gornemanz.
Si dionisíaco es el ambiente que se respira en esta fiesta medieval,
cuyo nombre y origen parecen estar inspirados en el órgano consultor
denominado Cornemannia, o Cornemanz, no lo es menos el que
impregna la escena en la que Perceval se quita la armadura ante
Gornemanz de Goorz, y se queda con la cota de piel de ciervo que le
elaboró su madre:

Uns des vaslez son cheval prant,


des .ii. qui furent venu la;
et li altres le desarma,
si remest an la robe sote,
es revelins et an la cote
de cerf mal fete et mal tailliee
Manuel Plata Luque

que sa mere li ot bailliee.55

Uno de los dos pajes


que acudieron tomó su caballo,
y el otro lo desarmó,
y así quedó en su rústico vestido,
con las abarcas y la cota
de ciervo, mal hecha y mal cortada,
que le había dado su madre.

Esta cota de ciervo es, sin duda, una nebris, la prenda dionisíaca
por excelencia. Se trata de un atributo del culto al dios Dioniso
portado por sus seguidores –ménades, sátiros, silenos o bacantes– en
las procesiones y ceremonias que se celebraban en su honor.
Generalmente está hecha de piel de cérvido, pero puede ser también
de pantera, cabra, lince o zorro, y se solía anudar sobre el hombro
derecho con las dos patas delanteras, para que pueda cubrir la parte
izquierda del portador.
Perceval aparece, pues, vestido como un seguidor de Dioniso, con
lo que se podría deducir que Gornemanz de Goorz, su maestro, bien
podría ser la imagen del dios del éxtasis místico.
Antes destacamos una pequeña constelación, Canis Minor, que
representaba una plaga que envió Dioniso para castigar a los impíos
habitantes de la ciudad que fundó el abuelo del dios. Se encontraba en
el entorno de Tauro, justo al lado de Orión. Centrémonos ahora en
este gigante:

... et en la otra mano diestra tien un palo cuemo tuerto en el cabo,


et la manga sinistra cuemo si quissiese escudarse con ella, et el
palo cuemo si quissiese ferir con él.56

El Libro de la ochaua espera nos muestra a un Orión sujetando un


palo o bastón corto. ¿Y qué hacía Gornemanz cuando se lo encontró
Perceval?:

Li prodom an sa main tenoit


par contenance .i. bastonet;...57

55
Ibíd. nota 1. (Vv. 1416–1422).
56
Ibíd. nota 13. (T. I, lib. III, p. 92).
57
Ibíd. nota 1. (Vv. 1352–1353).

63
El verdadero rostro de Dios.

El prohombre tenía en su mano,


como de costumbre, un bastoncillo;...

La constelación zodiacal que sigue a Tauro es Géminis. En el libro


toledano se puede leer:

Esta figura de gémini es muy marauillosa. que maguer sea de razón


que es conueniente. assí cuemo seer figuradas dos mugeres que
están en pie en manera cuemo que quisiessen andar, pero con todo
esto es muy estranna figura por estas razones que diremos. Lo uno
primeramientre porque las ymágenes destas dos mugieres son
yguales. que non es la una mayor que la otra, nin an departimiento
ninguno en fayçion nin en miembros. La otra razón es porque están
amas desnudas et descalças.58

Y, ¿quién iba tras Gornemanz cuando Perceval llegó al castillo?:

... et aprés lui vienent vaslet


dui; desafublé sont venu.59

... y detrás de él vienen dos muchachos;


los dos vienen desnudos.

Esta descripción de dos donceles desnudos caminando detrás de su


señor fuera del castillo puede resultar extraña en una historia normal
de caballería. Sin embargo, parece que con esta explicación
astronómica, la escena es menos surrealista.
Tenemos una tercera constelación en la zona de Tianguan; se trata
del Tenedor de Riendas, o Auriga:

El tenedor de las riendas llaman en castellano á esta otra


figura, et en latín retinens habenas [retenedor de riendas].
et en arauiguo muneic alayna.60

Cuando Gornemanz se presta a mostrarle a Perceval las tácticas


guerreras, una de las cosas que le enseña es, precisamente, a retener
las riendas:
58
Ibíd. nota 13. (T. I, lib. II, p. 66).
59
Ibíd. nota 1. (Vv. 1354–1355).
60
Ibíd. nota 13. (T. I, lib. I, p. 39).
Manuel Plata Luque

... et dit : «Amis, or aprenez


d’armes et garde vos prenez
comant l’an doit lance tenir
et cheval poindre et retenir.61

... y dijo: –Amigo, aprended ahora


a coger las armas y la defensa
y como se debe sujetar la lanza
y espolear y retener el caballo.

Parece que cada vez está más cerca una posible vinculación entre
el consejero de Perceval, el cielo estrellado de invierno en el
hemisferio septentrional y una fiesta con claros tintes dionisíacos.
Pero, ¿cómo conectar de una manera irrefutable a Gornemanz de
Goorz y a este grupo de constelaciones, con el dios Dioniso?
La respuesta puede residir oculta en la segunda parte que hemos
planteado para completar la ya famosa proposición esgrimida por la
madre de Perceval: ... por el hombre se conoce el nombre. Fijémonos
con atención en un detalle ofrecido por Chrétien de Troyes.
Después de intercambiar las primeras palabras, Gornemanz se
presta a enseñar a Perceval el arte de las armas. Para ello, le pide a su
paje que le traiga su equipación militar y, una vez que la tiene, lo
primero que hace es colocarse las espuelas, que son descritas como
tranchanz, desgarrantes, cortantes:

Et li prodon se fist chaucier


les esperons tranchanz d’acier...62

Y el prohombre se hizo calzar


Las espuelas desgarrantes de acero...

Si acudimos a la descripción que el Libro de la ochaua espera


hace de la constelación de Tauro, encontraremos una nueva
coincidencia:

Et la primera de las que son en la forma es la septentrional de las


quatro que son en la taíadura… La quatrena es la mas miridional

61
Ibíd. nota 1. (Vv. 1429–1432).
62
Ibíd. nota 1. (Vv. 1423–1424).

65
El verdadero rostro de Dios.

de las quatro. et estas quatro son en el logar de la taíadura del


toro… et figuráronle cuemo si fuese taíado que ouiese menos de la
cinta ayuso. Et esto fizieron porque todas las estrellas dell son
desde la taíadura arriba contra la cabeça...63

Macarena Calderón Sánchez, profesora del Departamento de


Filología, Comunicación y Documentación de la Universidad de
Alcalá de Henares, en su artículo Dioniso y el toro: fuentes literarias
y epigráficas, publicado en la revista Synthesis, pone en evidencia la
fuerte conexión de este dios con la constelación de Tauro, en un
contexto en el que se produce un desgarro, o taiadura:

De Estesímbroto de Tasos, uno de los primeros mitógrafos griegos,


se conserva un fragmento interesante donde el autor explica
etimológicamente el nombre de Dioniso como Διόνυξον, por el
nacimiento con cuernos del dios, en relación con el aoristo del
verbo desgarrar (ἔνυξε), puesto que al nacer desgarró el muslo de
Zeus por la cornamenta.
Ferecides de Atenas, contemporáneo de Estesímbroto, cuenta que
las nodrizas de Dioniso, cuando murieron, fueron convertidas por
Zeus en estrellas, concretamente fueron situadas en la constelación
de Tauro formando la frente, los cuernos y el ojo. Aunque no se
explica por qué pasaron a formar parte de esta constelación,
pensamos que podría existir relación con Dioniso–niño
tauriforme.64

En Bacantes, de Eurípides, Dioniso nace con cuernos de toro y


coronado de serpientes, lo que parece remitirnos a la constelación de
Tauro. En efecto, la estrella del Cuerno Norte del Toro, Elnath, forma
parte de dos constelaciones, la de Tauro y la de Auriga. Esta última
representa a Erictonio, hijo de la Virgen Atenea y del herrero Hefesto.
Erictonio es un ser mitad hombre, mitad serpiente, a quien se atribuye
la invención del carro tirado por caballos. Su forma es cerrada, a
modo de guirnalda pentagonal que coronase los cuernos de Tauro.
Todas las noches de invierno, Toro y Serpiente aparecen en los cielos
unidos por una estrella.

63
Ibíd. nota 13. (T. I, lib. II, p. 64).
64
Calderón Sánchez, Macarena (2017). Dioniso y el toro: fuentes literarias y epigráficas. (P. 5).
Revista Synthesis, vol. 24, núm. 2. e021. Centro de Estudios Helénicos. Facultad de Humanidades y
Ciencias de la Educación. Universidad Nacional de La Plata. ISSN 1851–779X.
Doi: https://doi.org/10.24215/1851779Xe021.
Manuel Plata Luque

Además de lo anterior, hemos encontrado un interesante elemento


–diríamos que casi definitivo– que une a Gornemanz de Goorz con
Dioniso Táurico y con el concepto de tranchanz, trinchar,
descuartizar, desgarrar. Este vendría dado por su apellido.
Goorz, o Goort, es el participio de goor, la forma flamenca y
frisona del verbo neerlandés gaar, con el significado de hervido,
cocido, asado. Esta etimología la podemos encontrar en
Etymologisches Wörterbuch der friesischen Adjektiva (Diccionario
etimológico de adjetivos frisones), de Volkert F. Faltings:

FNF bök. gåår ‘fertiggekocht (punto de ebullición), –gebraten


(asado)’ (FU 83)
hall. Goor ‘gar [gekocht (hervido)]’ (MOH 2,66)65

Si tomamos el nombre del instructor de Perceval tal y como lo


escribió Chrétien de Troyes, parecería que está formado por un
nombre, Gornemanz, y un apellido toponímico, de Goorz, que
incluiría la preposición de en función de genitivo francés; lo que nos
daría: Gornemanz, natural de la localidad de Goorz. Sin embargo, en
un contexto idiomático flamenco, la palabra de no sería tal
preposición, sino el artículo determinado el. Como apuntábamos más
arriba, Goorz, o Goort, es un participio que significa hervido, cocido,
asado. En este supuesto, obtenemos un significado alternativo:
Gornemanz, el Hervido, el Asado. Este apelativo puede resultar
estrafalario, hasta que acudimos a la historia de Dioniso:

Enmascarados con yeso, los Titanes, un buen día, atraen al


niño Dioniso tentándolo con fascinantes juguetes, una peonza,
una bramadera, muñecas, tabas e incluso un espejo. Mientras
el joven dios se queda asombrado por la imagen devuelta por
el círculo de metal brillante, los Titanes lo golpean, lo
degüellan con un cuchillo llamado mákhaira, descuartizan su
cuerpo en siete trozos y se entregan a una cocina tan extraña
respecto de la tradición culinaria habitual que le será
dedicado todo un «Problema» aristotélico. Los miembros de
la víctima se arrojan a un caldero donde se ponen a hervir;
tras ello, los Titanes los cogen, los ensartan en espetones y los

65
Faltings, Volkert F. (2010). Etymologisches Wörterbuch der friesischen Adjektiva. (P. 226). Berlin,
New York. Walter de Gruyter. ISBN–13: 978–3–11–023135–9.

67
El verdadero rostro de Dios.

ponen a asar. En pleno festín de carne hervida asada...66

Lo verdaderamente importante de esta versión de la muerte del


niño dios, en la que, según nuestra opinión, se inspiró Chrétien de
Troyes para nombrar al consejero e instructor de Perceval, es que se
trata de un mito perteneciente a una congregación de iniciados, el
orfismo, cuyo dios es, precisamente, un becerro, Dioniso Táurico:

El crimen que cometen los Titanes consiste, según la tradición


órfica, en descuartizar, cocinar y comerse al niño dios. Nono no
recoge todas estas aberraciones, tan sólo el descuartizamiento...
Pero, ¿qué sucede con los pedazos del dios? Se omite en Nono la
parte en que los Titanes asan y cuecen los miembros de Dioniso y
se los comen, quizá la parte «teológicamente» más importante del
mito para el orfismo, la bárbara eucaristía.67

Si el ritual órfico parece centrarse en una cena en la que los


invitados se comen a Dioniso trinchado, hervido y asado, órfica habría
que llamar a la cena que tiene lugar en el castillo del Rey Pescador,
donde se trinchó y sirvió una pata de ciervo, el animal que simboliza a
Dioniso. En este punto cabría reseñar que el modo en que se ha
cocinado este muslo de ciervo, untado de grasa, es el utilizado en las
cenas rituales de la antigua Grecia. En la Odisea, por ejemplo, se cita
en varias ocasiones, como la que se celebró en honor de la diosa
Atenea:

Tan pronto como la novilla se desangró y los huesos quedaron sin


vigor, la descuartizaron, cortáronle luego los muslos, haciéndolo
según el rito, y, después de pringarlos con gordura por uno y otro
lado;...68

La constelación de Tauro se caracteriza por estar cortada de


cintura para abajo; lo mismo ocurre con las reses que se sacrifican en
66
Detienne, Marcel (2001). Apolo con el cuchillo en la mano. (Pp. 91–92). Madrid. Ediciones AKAL.
ISBN–10: 84–460–1137–9.
67
Hernández de la Fuente, David. Elementos órficos en el canto VI de las Dionisíacas: El mito de
Dioniso Zagreo en Nono de Panópolis. (P. 40). Revista de ciencias de las religiones. ISSN 1135–471.
Nº 7, 2002, pp. 19–50.
68
Homero. La Odisea. (Versión directa y literal del griego por Luis Segalá y Estalella. 1910). (Canto
III, vv. 455 y ss.). (Barcelona. Montaner y Simón, Editores). Edición digital de Project Gutenberg. [En
línea]. Disponible en: https://www.gutenberg.org/files/58221/58221–h/58221–h.htm [2019, 3 de
noviembre].
Manuel Plata Luque

los rituales sagrados griegos, cuyos muslos son cubiertos de grasa


antes de hervirlos y asarlos.
Como vemos, cuando Chrétien de Troyes acometió el encargo del
conde Felipe de Flandes, no se limitó a cubrir el expediente para
percibir sus honorarios. A la vista de la capa de hermetismo que
envuelve a sus personajes, hay que concluir que Li conte du Graal no
trata de una simple historia caballeresca elaborada con personajes
salidos de la fértil cabeza del autor, sin ningún vínculo con el exterior;
hay mucho más.

69
El verdadero rostro de Dios.

BLANCAFLOR

Después de despedirse de Gornemanz de Goorz, Perceval llega a


Belrepeire, un reino gobernado por la princesa Blancaflor.
Su situación es muy precaria. Situado a la orilla del mar, el castillo
que acoge la corte se encuentra sitiado por un señor de la guerra que
pretende raptar a la princesa para hacerla suya; y tal situación de
bloqueo ha provocado el abandono de cualquier actividad económica,
que ha abocado al reino a una situación de ruina, a pesar de disponer
de una gran cantidad de recursos. Tales circunstancias hacen que el
reino haya caído en un estado de desesperación y abatimiento.
A Perceval no le importa demasiado el estado en el que se
encuentra el castillo, ni el de sus habitantes; únicamente necesita
comer y descansar un poco para continuar su camino al día siguiente.
Pero algo ocurre esa noche que le hace tomar partido, por primera vez
en su vida, en favor de alguien que no sea él mismo. Blancaflor se
dirige a su alcoba para informarle de sus pesares e interceder ante él
para la salvación de todos sus súbditos; y allí, después de insinuarse la
unión de los dos amantes, Perceval decide socorrer a la princesa y a su
reino.
Si Gornemanz de Goorz y el Rey Pescador vivían junto al Río de
Plata, Blancaflor lo hace a orillas del mar, en medio del inmenso
espacio que se abre entre las dos zonas opuestas del mismo río que es
la Vía Láctea. La secuencia del viaje de Perceval empieza en la
morada de Gornemanz de Goorz y termina en la del Rey Pescador. El
primer albergue se encuentra situado en lo alto de una enorme roca
junto al río, mientras que el castillo del Grial aparece ante los ojos del
muchacho en el valle fluvial. Esta estampa tiene todo el aspecto de
una imagen especular, con el eje de reflexión en el castillo de
Manuel Plata Luque

Belrepeire. De este modo, la Puerta Celestial Tianmen, el Portal, se


constituye en un lugar de paso obligado para ir de un extremo al otro,
o, mejor, el punto medio en donde los dos extremos pueden
encontrarse, la Puerta que nos abre una Virgen Santísima Mediadora
en la que se pueden conciliar los contrarios, la constelación de Virgo:

Et este signo de uirgo es muy diuerso de los otros, et muy


marauilloso. según entendieron los sabios. Es su figura de mugier
uirgen. et tiene alas estendudas cuemo si quissiese uolar. et tiene
las piernas et los pies descalços, et ell uno puesto ante ell otro á
manera que quier andar, et cuemo quien anda, et está uestida et
cinta, cuemo si fuesse fazendada pora yr ayna. et tiene los braços
abiertos, et las palmas estendudas. et ell un braço mas drecho
contra adelantre. et ell otro mas allegado al cuerpo, á manera de
aue que quier començar á uolar. ó a uolado. ó ua posando.69

Para el Libro de la ochaua espera, Virgo es una doncella que se


asemeja a un ave por dos cualidades; primero, porque tiene dos alas
extendidas; y segundo, por los brazos, que también son comparados
con alas. En ambos casos, la posición, tanto de alas como de brazos,
sugiere el principio o el final de un vuelo.
Cuando, en Li conte du Graal, la princesa Blancaflor aparece por
primera vez, se describe como asemejada a dos aves:

Et la pucele vint plus jointe,


plus acesmee et plus cointe
que espreviers ne papegauz.70

Y la doncella llegó muy cerca [de él],


con más donaire y más encantadora
que gavilán o papagayo.

Además, la Virgen del libro toledano aparece vestida con ropas


para yr ayna, para caminar con decisión, pero descalza. Parece difícil
imaginar a una persona descalza fuera de casa, aunque esté vestida
con la intención de realizar algo con resolución. Eso es lo que le
ocurre a Blancaflor cuando, en la intimidad de su alcoba, se compone
con un recatado manto sobre su camisa de dormir para acudir a

69
Ibíd. nota 13. (T. I, lib. II, p. 72).
70
Ibíd. nota 1. (Vv. 1793–1795).

71
El verdadero rostro de Dios.

Perceval a contarle los males que la afligen:

.I. mantel cort de soie an grainne


a afublé sor sa chemise,
si s’est en avanture mise
come hardie et corageuse,...71

Un manto corto de seda color grana


se puso sobre su camisa,
y se lanzó a la aventura
como audaz y atrevida,...

Estas dos situaciones parecen indicar que Blancaflor es la


constelación de Virgo, aunque tales argumentos, por sí mismos, se
quedan algo escasos para afirmar con rotundidad tal identidad. Sin
embargo, sí que tenemos un inequívoco nexo de unión. Por el nombre
se conoce al hombre, y el nombre Blancaflor nos sugiere precisamente
pureza, virginidad. No en balde, los autores cristianos, desde San
Beda el Venerable a Fray Luís de Granada, vinculan la flor de lirio
blanco con la Purísima e Inmaculada Concepción de la Santísima
Virgen María.
Cuando abordamos la fiesta de la Cornimannia, pudimos
comprobar que esta constelación de Virgo podría tener su origen en el
personaje de Ariadna, la hermana del Minotauro. Y, de hecho, bien
podría ser así, pues esta palabra griega, Ἀριάδνη (transliterado,
Ariádnē), significa muy pura, purísima, muy santa, santísima; y hasta
el laureado poeta Ovidio, en su Metamorfosis, sustituye su propio
nombre por el de su virtud más evidente, la virginidad:

... y cuando con ayuda virgínea fue encontrada, no reiterada


por ninguno de los anteriores, esa puerta difícil con el hilo
recogido,
al punto el Egida, raptada la Minoide, a Día
velas dio, y a la acompañante suya, cruel, en aquel
litoral abandonó. A ella, abandonada y de muchas cosas
lamentándose,
sus abrazos y su ayuda Líber le ofreció,...72

71
Ibíd. nota 1. (Vv. 1950–1953).
72
Ovidio Nasón, Publio. Metamorfosis. (Traducción de Ana Pérez Vega. 2002). (Lib. VIII, vv. 172–
177). Edición digital de Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. [En línea]. Disponible en:
http://www.cervantesvirtual.com/obra–visor/metamorfosis––0/html/ [2019, 3 de noviembre].
Manuel Plata Luque

Según la mitología griega, Ariadna era hija del rey cretense Minos.
Un día, con motivo del cumplimiento de un tratado, un príncipe
ateniense, Teseo, arribó a la isla de Creta acompañado de ocho
compatriotas para ser entregados en sacrificio al monstruo Minotauro,
que se encontraba encerrado en el interior de un laberinto. Ariadna,
enamorada del joven príncipe, lo ayudó a escapar del encierro, y en
agradecimiento, Teseo se la llevó en su barco rumbo a Atenas con la
promesa de casarse con ella.
En mitad de la travesía, el barco realiza una parada en una isla.
Allí desembarcan los marinos y la doncella para descansar del periplo,
al tiempo que se consuma una traición. Aprovechando que se
encuentra dormida, los atenienses zarpan dejando a Ariadna sola en la
isla. Al oír los lamentos y llantos de la muchacha, el dios Dioniso,
Líber para los romanos, se apiada de ella y, como dice Ovidio, sus
abrazos y su ayuda Líber le ofreció.
Esta situación es la que vive Blancaflor, cuyo castillo, al borde del
mar y rodeado del ejército enemigo, se asemeja a una isla desierta y
yerma. Y, lo mismo que la Muy Pura Ariadna, derrama lágrimas de
desesperación y clama por su insoportable situación. En ese momento,
Perceval, que después de las enseñanzas de Gornemanz asume el
papel de Dioniso, la abraza y se compromete a librarla –Líbera– de
sus enemigos:

Dex, se lui plest, vos donra mialz


demain que vos ne m’avez dit.

Dios, si lo quiere, os concederá mañana


algo mejor de lo que me habéis dicho.

...

Et cil la beisoit,
qui an ses braz la tenoit prise.73

Y él la besó,
el que en sus brazos la tenía tomada.

Además de la presencia de un personaje con las características de


73
Ibíd. nota 1. (Vv. 2050 y ss.).

73
El verdadero rostro de Dios.

Ariadna, en el castillo de Belrepeire tienen lugar otros sucesos que se


ajustan a las características de un elemento que el Libro del Saber de
Astronomía asocia de manera inequívoca con la constelación de
Virgo, el planeta Mercurio:

Et qui en esto parare mientes fallará á y muchas marauillas et


poridades grandes encerradas, pora obrar bien et mal. Ca esta
figura es casa del planeta mercurio, et su exaltación. Et este
planeta es de natura mesclada. et que se conuierte ayna. que
quando se cata con las buenas planetas es buena, et quando se cata
con las otras es mala.74

La constelación de Virgo es la casa del planeta Mercurio, el


equivalente romano de Hermes; y, como decimos, el castillo de
Belrepeire acoge algunos hechos que, sin duda, nos recuerdan a este
dios.
Para empezar, fijémonos en las cualidades que adornan a Hermes.
La primera, y más significativa, es la de mensajero. En efecto, Hermes
es el encargado de llevar los mensajes de Zeus y, cuando cumple esta
función, su credibilidad nunca es puesta en duda.
Una vez que Perceval derrota en singular combate al senescal de
Clamadeux de las Ínsulas, Anguinguerón, y le perdona la vida, este,
en agradecimiento, se compromete a difundir la noticia de tal gesta
para que todo el mundo conozca su superioridad con las armas:

Et se je le tesmoing t’an port


que tu m’aies d’armes oltré,
veant mes genz, devant mon tré,
ma parole an sera tenue
et t’enors an sera creüe,
c’onques chevaliers n’ot greignor.75

Y si yo llevo el testimonio
de que tú me has humillado con las armas,
viéndome mi gente delante de mi tienda,
mi palabra será respetada
y tu honor será creído,
que nunca hubo caballero más grande.

74
Ibíd. nota 13. (T. I, lib. II, p. 72).
75
Ibíd. nota 1. (Vv. 2250–2255).
Manuel Plata Luque

Además de portador de noticias, Hermes también cumple otra


función relacionada con el transporte, en este caso, la de guiar a las
almas de los fallecidos hasta el Hades, donde quedarán aprisionadas.
Esta función de psicopompo tiene su reflejo en las consecuencias de la
derrota de Anguinguerón a manos de Perceval. El senescal considera
tal resultado como una muerte en batalla:

... que tu par tes armes toz seus


m’aüsses an bataille mort.76

... que tú, sólo con tus armas,


me hayas muerto en batalla.

Así, su alma debe ser llevada al Hades, y esta función la cumple


Perceval cuando lo envía como prisionero a la corte del rey Artus. Y
no sólo Anguinguerón será conducido a una prisión semejante al
Hades; todos aquellos a los que Perceval derrota se encaminan
sumisos a su encierro.
Además de portador de mensajes y de almas, Hermes era conocido
como el protector del comercio; y resulta que la única vez que se
describe una actividad comercial en el poema es en Belrepeire,
cuando la victoria de Perceval permite el acceso a los productos que
transportaba un barco llegado a las costas para protegerse de un
temporal. Hay una segunda alusión a un mercado muy bullicioso en el
castillo de Escavalón, durante la aventura de Gauvain, pero su
relación con Belrepeire se abordará más adelante.
Además de los anteriores atributos, Hermes posee una pintoresca
cualidad. Aunque hemos dicho que a la hora de transmitir los
mensajes de Zeus, su palabra era sagrada, sorprendentemente, este
dios es también el protector de ladrones, arteros y mentirosos. Y por
supuesto, también esta faceta aparece en el entorno de Belrepeire. A
pesar de que Anguinguerón prometió que su palabra sería tomada por
verdadera en su propio campamento, lo que provocaría el fin de las
hostilidades, cuando Clamadeux de las Ínsulas oyó de boca de un
testigo la derrota de su senescal y la propuesta de dar por concluido el
sitio, otro consejero decide dejar por embustero a Anguinguerón, y
recomienda continuar el cerco con una estrategia menos honorable
que la de las armas, pero más astuta: derrotar a los castellanos por

76
Ibíd. nota 1. (Vv. 2248–2249).

75
El verdadero rostro de Dios.

medio de la inanición.
La función más conocida de Hermes la hemos dejado para el final.
A causa de sus continuos viajes como mensajero y como favorecedor
del comercio, Hermes es considerado el protector de ambas
actividades; y así, se le rinde culto en aquellos lugares necesarios para
poder llevarlas a efecto, los caminos, los cruces y las fronteras.
Para no perderse y tener seguridad en su trayecto, los viajeros
solicitan la guía del dios con la ancestral práctica de amontonar
piedras en cruces de caminos y límites de las poblaciones. A esta
acumulación de piedras, denominada herma, se le añadió más tarde
una columna cuadrangular coronada por un busto de Hermes que, en
numerosas ocasiones, era representado con dos cabezas, masculina y
femenina, en referencia a Hermes y Atenea, en cuyo caso, a la
columna se la llamaba hermatenea; o Hermes y Afrodita, de donde
proviene la palabra hermafrodita.
En el interior de la ciudad amurallada de Belrepeire podemos
encontrar, sin ninguna duda, una herma. Troyes nos presenta dos
monasterios con los muros derruidos y sus escombros amontonados
en torno a sendas torres cuadrangulares desprovistas de tejados. Uno
pertenece a una orden religiosa masculina, y el segundo, a monjas. El
modo en que se describen los sentimientos de los religiosos de ambos
sexos refuerza la idea de la verdadera naturaleza de dichos
monasterios:

... li uns de nonains esbaïes,


l’autres de moinnes esgarez.77

... el uno de monjas sorprendidas,


el otro, de monjes extraviados.

La palabra esbaïr significa asombrase, sorprenderse; y esgarer,


extraviarse, desviarse del camino, equivocarse de camino. No parece
muy probable que después de muchos días de sitio, los sentimientos
que embarguen a monjes y monjas sean precisamente de sorpresa y
equivocación. En cambio, si se unen estas dos palabras, obtenemos
una frase con el sentido de sorprendidos de que alguien se haya
equivocado de camino.
El castillo de Belrepeire se constituye así en cruce de caminos y

77
Ibíd. nota 1. (Vv. 1756–1757).
Manuel Plata Luque

frontera entre los dos territorios de los castillos situados a orillas del
río que forma la Vía Láctea, el de Gornemanz de Goorz y el Rey
Pescador. Quien por allí transita no debe temer perderse, pues la gran
herma se encarga de guiar sus pasos. De este modo, la muy pura
princesa Blancaflor deviene en irreprochable Virgen Mediadora y
portal de paso obligado hacia los misteriosos secretos que se llaman
Grial.

77
El verdadero rostro de Dios.

PERCEVAL

Estamos ante el primer protagonista de todo el ciclo griálico, y el


primer aspirante al trono del Grial de la historia. Comenzaremos su
análisis con la recomendación de la madre de este asilvestrado héroe,
conocer el nombre de cuantos personajes se nos presenten.
A lo largo de la historia, el nombre del afamado caballero galés ha
sido transcrito de muchas maneras: Perceval, Percival, Parzival,
Parsifal, Perlesvaus... También han sido muchos los intentos de
deducir su significado a partir de tales nombres: hombre persa, desde
Parsi–Fal; por ese valle, desde Par–ci–val. Estas propuestas pueden
tener su interés, pues, como hemos comentado, es mucha la
información que los distintos autores han tratado de transmitirnos.
Pero tales interpretaciones, por sí solas, no nos dicen nada; no existe
un gran contexto al que referenciarlas, salvo algún detalle disperso
que parece buscado para adecuarse a la teoría propuesta por el
postulante.
Sin embargo, hay una forma de ese nombre que aparecía escrita en
los primeros textos medievales, y que sí tiene un encaje contundente
en el nuevo universo que proponemos en este trabajo. Tal nombre es
Piercheval, con sus diversas variantes: Pierchevaus, Percheval,
Perchevaus. Son muchos los ejemplos que podemos traer, pero nos
quedaremos con los siguientes:

“Ci endroit vient li contes a Piercheval ensi come i vint au chastiel


de Bielrepaire” (p.262, fig. 211), “Ci vient li contes a Piercheval
ensi come il ert en la queste dou brachet” (p. 267, fig. 212)... “Ci
vient li contes a monsigneur Piercheval” (p. 468, fig. 230)78

78
de Troyes, Chrétien. Les manuscrits de Chrétien de Troyes: The manuscript of Chrétien de Troyes.
Manuel Plata Luque

“De Percheval dire vos weil” (Gerbert, v. 16719, f. 219; fig. 125)...
“Or revenrons a Percheval” (Second Continuation, v. 1 var.,
p.229; fig.209)... “Chi recomence a Percheval” (Second
Continuation, v. 25435, p.294; fig.215)79

Ha, Dius! On dist de Piercheval... 80

... an initial showing Perceval riding up to a castle at C2 32265 is


annotated ‘Pierchevaus li Galois’ (see Figure 1, p.75)81

Esta forma del nombre del protagonista de Li conte du Graal


puede deducirse fácilmente de pierre–cheval, o pierre–chevaus.
Chevaus es una palabra del francés antiguo que tiene como formas
alternativas chevax y chevals, y es el plural de cheval, caballo.
Estamos, pues, ante una nada disimulada alusión a piedra–caballo, o
piedra–caballos. Y existe un personaje dentro de la mitología griega
que lleva por nombre caballo–piedra: Hipólito.
En 1988, el arquitecto José Luís Picardo Castellón ingresó en la
Real Academia de Bellas Artes San Fernando con un discurso titulado
Hipólito (caballo de piedra)82, donde el académico lee este nombre
desde el griego ἵππολίθος (transliterado, hippolithos), de ἵππος
(transliterado, híppos), caballo, y λίθος (transliterado, lithos), piedra.
Por otra parte, existe una corriente que lo hace derivar de Ἱππόλυτος
(transliterado, Hippólytos), siendo la segunda parte λύειν
(transliterado, lyein), desatar, liberar, dar rienda suelta; en tal caso,
este nombre significaría el que le da rienda suelta a los caballos.
Esta cualidad de liberar de las riendas a los caballos, implícita en
el nombre Hipólito, aparece mencionada al comienzo del poema,

(Edición de Keith Busby, Terry Nixon, Alison Stones y Lory Walters. 1993). (Vol. I, p. 375).
Amsterdam – Atlanta. Rodopi. ISBN–13: 978–90–5183–593–9.
79
Ibíd.
80
Anónimo. Le roman du renart, publié d’après les manuscrits de la Bibliothéque du Roi des XIII, XIV
et XV Siècles. (Edición de M. D. M. Méon. 1826). (T. 4, p. 5, v. 106). (Paris. Chez Treuttel et Wúrtz,
Libraries). Edición digital de Google Books. [En línea]. Disponible en:
https://books.google.es/books?id=x95W0vO21UYC [2019, 3 de noviembre].
81
Hinton, Thomas (2012). The Conte Du Graal Cycle: Chrétien de Troyes' Perceval, the
Continuations, and French Arthurian Romance. (P. 97). Cambridge. D. S. Brewer. ISBN–13: 978–1–
84384–285–9.
82
S.C. (1998, 23 de febrero). José Luís Picardo ingresó en la Academia de Bellas Artes. ABC. P. 47.
Disponible en:
http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/madrid/abc/1998/02/23/047.html
[2019, 3 de noviembre].

79
El verdadero rostro de Dios.

referida a Perceval:

Por la dolçor del tans serain


osta au chaceor son frain,
si le leissa aler peissant
par l’erbe fresche verdeant.83

Por la benignidad del tiempo sereno


le quitó el freno al corcel
y lo dejó que paciera
por la verde hierba fresca.

Al principio de este trabajo le reprochamos a Chrétien de Troyes


su descortesía al no presentarnos el nombre del protagonista a pesar
del consejo que él mismo puso en los labios de su madre. Así,
acompañamos al muchacho a lo largo de todas sus peripecias sin saber
cómo se llamaba. En este punto debemos rectificar y reconocer que sí
que nos proporcionó el nombre –aparece en el verso 92, en un poema
que contiene 8960–, sólo que no estuvimos a la altura intelectual del
poeta y no supimos detectar su guiño erudito.
Además, por si no éramos capaces de detectarlo, volvió a
recordárnoslo una segunda vez. Cuando Perceval –o Piercheval, o
Hipólito–, tras ser armado caballero, se encuentra con su primer
mentor, Gornemanz de Goorz, este le pregunta por sus habilidades
con el caballo. La respuesta del joven es concluyente:

« Jel sai corre amont et aval


tot autresi con je soloie
le chaceor, quant je l’avoie
an la meison ma mere pris.84

–Yo sé hacerlo correr arriba y abajo,


como solía hacer
con el corcel que me traje
de casa de mi madre.

Aquí tenemos las dos primeras referencias que nos insinúan el


personaje escondido tras el nombre Piercheval. Se trataría de alguien

83
Ibíd. nota 1. (Vv. 91–94).
84
Ibíd. nota 1. (Vv. 1382–1385).
Manuel Plata Luque

que sabe hacer correr a los caballos sin control, arriba y abajo;
etimológicamente, Hipólito. Pero también tenemos otra información
muy interesante en el segundo fragmento citado: el corcel que me
traje de casa de mi madre. ¿Qué Hipólito de la mitología se trajo de
casa de su madre una afición desmedida por los caballos? Sin duda, el
hijo de Teseo e Hipólita, la reina de las amazonas, aquellas feroces
guerreras que se hicieron famosas por sus habilidades ecuestres.
Casi todos los hechos que le acontecen a Perceval tienen las
características propias de este mito. Expondremos brevemente lo que
Eurípides narra en su obra Hipólito, y lo compararemos con
determinados fragmentos de Li conte du Graal.
Como hemos dicho, Hipólito era hijo de Teseo y de la reina
amazona Hipólita –aunque algunos autores proponen otros nombres,
como Antíope o Melanipa–. De todos los dioses del Panteón griego, la
preferida de Hipólito era Artemis, la diosa de la caza y el bosque. Tal
era la devoción que le profesaba, que la vida del muchacho transcurría
en la soledad de la floresta. Así arranca el texto de Eurípides, con un
Hipólito que llega de cazar en el bosque, lanzando elogios a tan
placentero lugar y a su madre espiritual.
Por su parte, el comienzo del cuento de Troyes es casi idéntico:

Ce fu au tans qu’arbre florissent,


fuelles, boschaige, pré verdissent,
et cil oisel an lor latin
dolcemant chantent au matin
et tote riens de joie anflame,
que li filz a la veve dame
de la Gaste Forest soutainne
se leva, et ne li fu painne
que il sa sele ne meïst
sor son chaceor et preïst
.iii. javeloz, et tot ensi
fors del manoir sa mere issi.
Et pansa que veoir iroit
hercheors que sa mere avoit,
qui ses aveinnes li herchoient ;
bués .xii. et sis hierches avoient.
Ensi an la forest s’an antre,
et maintenant li cuers del vantre
por le dolz tans li resjoï
et por le chant que il oï

81
El verdadero rostro de Dios.

des oisiax qui joie feisoient ;


totes ces choses li pleisoient.85

Fue en el tiempo en que los árboles florecen,


las hojas, el bosquecillo y el prado verdean,
y los pájaros cantan su latín
dulcemente por la mañana
y todo se inflama de alegría,
cuando el hijo de la dama viuda
se levantó en la Yerma Floresta Solitaria,
y no le fue gravoso
poner la silla
sobre su corcel y tomar
tres jabalinas; y de ese modo
salió de la casa solariega de su madre.
Pensó que iría a ver
a los labradores que tenía su madre,
que le rastrillaban la avena;
tenían doce bueyes y seis pastores.
Así se internó en la floresta,
y en ese momento el corazón se le alegró
en su interior por la dulzura del momento
y por el feliz canto
de los pájaros que escuchaba;
todas estas cosas le agradaban.

Esta devoción por Artemis que Hipólito vive en la soledad de los


bosques despierta los celos de la diosa de la unión y la socialización,
Afrodita, que elabora una trama para castigar al joven. Merced a su
poder, consigue que la esposa de su padre, Fedra, se enamore
perdidamente de él.
A propósito, si antes hemos identificado a Blancaflor con Ariadna,
la esposa del dios cornudo Dioniso, es apropiado destacar que, tanto el
padre de Hipólito, Teseo, como su madrastra, Fedra, tienen una
especial conexión con la santísima virgen. Fedra es, precisamente, la
hermana de Ariadna; y el príncipe ateniense que mató al Minotauro,
lo hizo gracias a la ayuda de esta doncella, con la que, además, se
escapó de Creta con la intención de contraer matrimonio al llegar a
Atenas.
Continuemos con la historia de Eurípides. Fedra, asesorada por

85
Ibíd. nota 1. (Vv. 69–90).
Manuel Plata Luque

una dama de compañía, decide confesarle su amor prohibido a


Hipólito. Este, tras escuchar la declaración, la rechaza de forma
vehemente y se aleja. Fedra, a la vez avergonzada y despechada,
decide suicidarse, no sin antes vengarse del joven. Escribe una carta
en la que cambia los papeles; cuenta que la causa de su suicidio es la
indecente proposición de amor del hijo de su esposo y la humillación
que por ello sufrió. Cuando Teseo se entera del contenido de esta
misiva, condena a su hijo al destierro y le pide a Poseidón que lo
castigue con la muerte. Cuando Hipólito viaja en un carro por un
camino junto al mar, Poseidón lanza una bestia marina que asusta a
los caballos. Estos se encabritan y salen descontrolados –Jel sai corre
amont et aval, primera variante de Hipólito–, haciendo que el carro
choque contra unas rocas y que Hipólito muera despeñado. Aquí
tenemos la segunda etimología de este nombre, en la que aparecen las
piedras y los caballos, o, en francés, Pierre–Cheval.
Después de esto, Artemis, que no puede permitir que su seguidor
fallezca a causa de su fidelidad, le pide a Asclepio que lo resucite.
Este detalle, también es de vital importancia en nuestra investigación,
y más adelante profundizaremos en ello.
Ahora, veamos el siguiente fragmento de Li conte du Graal:

... et dit : « Frere, mout t’a neü


uns pechiez don tu ne sez mot,
ce est li diax que ta mere ot
de toi quant tu partis de li,
que pasmee a terre cheï
au chief del pont, delez la porte,
et de ce duel fu ele morte.86

... y dijo: –Hermano, mucho te ha perjudicado


un pecado del que tú no sabes nada,
se trata del dolor que sintió tu madre
por ti cuando te separaste de ella,
que cayó desvanecida a tierra
en la cabeza del puente, delante de la puerta,
y por este dolor murió.

86
Ibíd. nota 1. (Vv. 6176–6182).

83
El verdadero rostro de Dios.

Et n’eüsses pas tant duré


s’ele ne t’eüst comandé
a Damedeu, ce saches tu.
Mes sa parole ot tel vertu
que Dex por li t’a regardé
de mort et de prison gité.87

Y no hubieras durado tanto


si ella no te hubiese encomendado
al Señor Dios, que lo sepas.
Pero sus palabras tuvieron tal virtud
que Dios, por ella, te ha preservado
de la muerte y te ha salvado de la prisión.

Las referencias a las dos madres de Hipólito en estos pasajes son


indudables. Por un lado, tenemos a la madre política, Fedra: mucho te
ha perjudicado un pecado del que tú no sabes nada, el dolor que
sintió tu madre por ti cuando te separaste de ella,... y por este dolor
murió. Por otra parte está su madre espiritual, Artemis, en su
intercesión ante Asclepio: Y no hubieras durado tanto si ella no te
hubiese encomendado al Señor Dios... Dios, por ella, te ha
preservado de la muerte.

Los centauros

Cuando Perceval llega al territorio del Rey Pescador, lo único que


puede ver es a dos hombres montados en una barca en mitad de un
profundo río. No hay ningún puente por el que atravesar el cauce, ni
lugar en el que albergarse. En ese momento, el Pescador le ofrece su
castillo, y le recomienda a Perceval que suba a una roca y mire a la
otra orilla. El caballero le hace caso, pero no ve nada; piensa que el
pescador lo ha engañado. Pasado un tiempo, en el lugar indicado,
aparece un castillo. Poco a poco, un puente levadizo va descendiendo
hasta que une las dos orillas del río. Perceval gira las riendas de su
corcel hacia la puerta abierta y, en el mismo umbral, es atendido por
unos sirvientes de la casa, que lo desarman y se hacen cargo de su
caballo.
A continuación, es dirigido a un gran salón en cuyo centro hay una
enorme chimenea, una campana de bronce macizo sustentada por
87
Ibíd. nota 1. (Vv. 6187–6192).
Manuel Plata Luque

cuatro columnas. Lo acomodan en un sillón junto a su anfitrión, el


Rey Pescador, que está esperándolo tumbado en un diván, pues sus
piernas están inmovilizadas por una dolorosa enfermedad. Cuando
ambos comensales están dispuestos, el rey ordena que comience la
cena.
En ese momento, un sirviente trae una espada colgada por un
talabarte y se la entrega al Rey que, a su vez, se la regala a Perceval.
Este la toma en su mano y la alza para poder contemplarla. El Rey
Pescador le advierte que la espada, forjada por el herrero Trebuchet,
se rompería cuando menos se lo esperara.
Guardado el regalo a buen recaudo, comienza la cena, precedida
por un extraño ritual. De una cámara adyacente al gran salón sale un
paje, que sujeta por su parte central una lanza blanca. De la punta del
hierro de la lanza mana, de forma incesante, una gota de sangre, que
corre por el asta y mancha la mano del portador; es decir, la sangre no
brota a borbotones, sino gota a gota, como si procediera de una herida
más bien superficial. Este detalle es de suma importancia.
Tras el paje de la lanza, aparece una doncella que lleva en sus
manos un plato de escasa profundidad hecho de oro y hermosas
gemas. Escoltando a la doncella del Grial vienen dos donceles con
sendos candelabros nielados. La misteriosa procesión se cierra con
una muchacha que lleva un trinchador de plata, una bandeja donde se
troceará la dionisíaca pata de ciervo con grasa que se tomará en la
cena.
Ante tal despliegue, Perceval, que ha sido aleccionado por
Gornemanz de Goorz en la discreción, no pregunta nada, ni por qué
sangra la lanza, ni a quién sirve el Grial.
Hasta aquí, el breve recordatorio. Desde que Chrétien de Troyes
abrió el jugoso melón del Grial, todas las versiones que han
pretendido ampliar su contenido, y todos los estudios que han
abordado este fenómeno, coinciden en una única cuestión
importantísima: la pregunta que Perceval no formuló podría haber
sanado al Rey Pescador de sus dolencias y, con ello, habría logrado
traer la prosperidad a todo el reino del Grial. Es más, en Troyes, el
joven caballero deja pasar su primera ocasión de formular la pregunta
sanadora, pero en Eschenbach se le da una segunda oportunidad que,
esta vez sí, aprovecha para cumplir su designio. Más adelante
abordaremos con más detalle esta interesante cuestión de la pregunta
no formulada.

85
El verdadero rostro de Dios.

Conviene llamar la atención sobre el hecho de que el único que


puede realizar tal sanación es un caballero, un personaje vinculado de
forma indisoluble a un caballo. Y resulta que el médico más famoso
de la historia de la mitología occidental fue un ser con esas mismas
características: el centauro Quirón.
Quirón era un sabio centauro que destacaba por su altos
conocimientos de medicina. Además de sanar a los enfermos, fue
maestro de grandes héroes, como Aquiles, Jasón, Teseo o Hércules. El
discípulo más aventajado de este centauro fue el afamado Asclepio, el
hijo de Apolo que, como acabamos de ver, resucitó a Hipólito, a
consecuencia de lo cual, fue castigado con la muerte, aunque ascendió
a los cielos catasterizado como la constelación de Ofiuco, o el
Serpentario.
También Quirón está representado en el firmamento, nada menos
que con dos constelaciones: Sagitario y Centauro.
Como Sagitario, Quirón es mostrado ejerciendo el arte que le
enseñó su amigo Apolo, el tiro con arco. Esta constelación aparece
situada en el borde de la Vía Láctea, con la flecha –γ2 Sagittarii o, en
árabe, ‫ﻞ‬sssssss‫( ﺍﻟﻨﺼ‬transliterado, Al Nash), la punta– dispuesta en el
medio de la misma, en un lugar de lo más llamativo, pues está justo al
lado del punto donde se ubica el centro galáctico, formado por un
profundo agujero negro –recordemos que Perceval no puede cruzar el
río, precisamente, por su enorme profundidad–– Además, muy cerca
de dicho punto, la tradición china ha situado la Puerta Celestial
Tianyue, de la que ya hemos hablado anteriormente. La escena en la
que los sirvientes del Rey Pescador desarmaron a Perceval en el
puente que estaba abatido sobre el profundo río es la misma que la
que muestra al centauro Quirón con su arco descansando en una
Puerta Celestial que se encuentra en mitad del Río de Plata.
La constelación del Centauro es otra versión del mismo sabio. Se
encuentra en la otra orilla de la Vía Láctea, junto a la constelación de
Escorpio; y la inmensa mayoría de los atlas celestiales lo representan
con un lobo –la constelación Lupus– cogido con la mano izquierda y
empuñando una jabalina con la derecha.
En la descripción que La ochaua espera nos ofrece del Centauro,
esta jabalina es sustituida por una rama de vid –Kabd al Karm– a
modo de espada, siguiendo la tradición astronómica árabe:

La ochena es la septentrional de las dos delantreras de las quatro


Manuel Plata Luque

que son en el ramo de la uid.88

Ese conglomerado de estrellas también era conocido en la


astronomía árabe antigua como Al Shamarih, la rama rota de
palmera89.
Algunos autores identifican esta rama de vid con el tirso
dionisíaco, el arma que las bacantes emplean para atacar a aquellos
que desean causar mal a la humanidad. La función ofensiva de este
ramo de vid también consta en La ochaua espera:

Pero lo mas a lo del centauro, que son dos figuras, la una del que
es medio ome et medio cauallo, la otra porque tiene de la mano
sinistra colgado un louezno, et en la diestra tiene un ramo,
asemeiante quel quier ferir con él90

Una imagen casi calcada a esta es la que Chrétien de Troyes


describe cuando Perceval está a punto de abandonar a su madre:

... et par tot la ou il aloit


.iii. javeloz porter soloit.
Ses javeloz an volt porter,
mes .ii. l’an fist sa mere oster
por ce que trop sanblast Galois;
si eüst ele fet toz trois
mout volantiers, s’il poïst estre.
Une reorte an sa main destre
porta por son cheval ferir.91

... y por todas partes donde iba,


solía llevar tres jabalinas.
Sus [tres] jabalinas quiso llevar,
pero su madre le hizo dejar dos,
para que no pareciera demasiado galés;
le hubiese hecho dejar las tres
con mucho gusto, si ello hubiese sido posible.
Una redorta en su mano derecha
lleva para ferir a su caballo.

88
Ibíd. nota 13. (T. I, lib. III, p. 110).
89
Ibíd. nota 39. (P. 150).
90
Ibíd. nota 13. (T. I, lib. III, p. 108).
91
Ibíd. nota 1. (Vv. 603–611).

87
El verdadero rostro de Dios.

Perceval, como el Centauro, lleva una única jabalina de las tres


que solía portar; y además, para ajustarse a las palabras del libro
toledano, aparece con una redorta, un ramo de vid en su mano
derecha.
Según el Diccionari de la Llengua Catalana del Institut d’Estudis
Catalans92, la palabra redorta significa sarmiento, es decir, una rama
de vid. Si en La ochaua espera, la rama de vid se lleva para ferir con
él, la redorta o sarmiento de Perceval tiene la misma finalidad: por
son cheval ferir.
No nos podemos olvidar de la vieja constelación árabe Al Na'am
al Warid, las avestruces que van [a cruzar el río], formada por Alnasl,
Kaus Medius y Kaus Australis, en el arco de Sagitario, que nos invita
a mirar al otro lado de la orilla del Río Lácteo.
Recapitulemos. Un centauro armado, Quirón bajo la forma de
Sagitario, se encuentra junto al río que forma la Vía Láctea mirando
hacia la orilla opuesta. Sus armas, el arco y la flecha, están sobre el
cauce, junto a una Puerta Celestial, el mismo lugar donde los
sirvientes del Rey Pescador desarman a Perceval. Cuando este
centauro cruza la Vía Láctea, aparece en la otra orilla sentado al lado
de una constelación mitad marina, mitad terrestre –a continuación
abordaremos la figura del Rey Pescador–, Escorpio. Antes de
comenzar la cena, el caballero galés sujeta una espada en alto, al igual
que el Centauro de la constelación sujeta una rama de vid con la que
ha de ferir. Eventualmente, esta espada se romperá, como la rama
rota de palmera, Al Shamarih, que narraban las tradiciones árabes
antiguas.
Parece que, además de los atributos de Hipólito, Piercheval asume
los del centauro Quirón, el sanador. Nos gustaría abundar en esta
teoría, y lo haremos por medio del forjador de la espada que el Rey
Pescador le regala al muchacho, Trebuchet.

Trebuchet

Las estrellas que forman el tirso dionisíaco, o el ramo de vid, o de


palmera rota, están muy cerca de la constelación de Libra, o la
Balanza.

92
Diccionari de la Llengua Catalana. (Segunda edición). Edición digital de Institut d’Estudis
Catalans. [En línea]. Disponible en:
https://dlc.iec.cat/results.asp?txtEntrada=redorta&operEntrada=0 [2019, 3 de noviembre].
Manuel Plata Luque

Cuando La ochaua espera se refiere a esta constelación, lo hace


del siguiente modo:

Et esta es casa de Venus, de que rescibe muchas uertudes et


muchas fuerças pora bien. Et por ende qui de la uertud deste signo
se quisiere ayudar, es mester que pare mientes á la planeta de
Venus, et en sus estados, et en sus mouimientos, et en sus flaquezas,
et en sus fuerças. et en sus alegrías, et en sus duelos. Et según
aquello que fallare en ella, en la natura del signo deue començar
sus obras.93

Parece que para interpretar el significado de la Balanza hay que


fijarse en el planeta que representa a Venus–Afrodita, la diosa de los
emparejamientos que causó la desgracia de Hipólito, y la esposa del
herrero más famoso de toda la mitología griega: Hefesto–Vulcano.
Como ocurre en Li conte du Graal, Hefesto forjó una espada que
le regaló a un héroe, Peleo, quien, además, tuvo un destino idéntico al
de Hipólito.
Peleo se encontraba exiliado en Yolco cuando la esposa del rey,
Astidamía, se enamoró de él, y pretendió seducirlo. Ante el rechazo
de Peleo, Astidamía lo acusó ante su marido de la afrenta, y el rey lo
condenó a ser abandonado en medio del bosque de los fieros
centauros, amordazado y sin la espada que le forjó Hefesto, aquella
que lo hacía invencible, con la idea de que los equinos lo matasen.
Cuando todo presagiaba una muerte inevitable, apareció el centauro
Quirón –el maestro de aquel que resucitó a Hipólito, Asclepio– que lo
salvó de su fatal destino.
Esta relación entre la constelación de la Balanza y Hefesto,
alcanzada a través de su infiel consorte, parecería estar muy traída por
los pelos, pero tenemos un ejemplo más claro de esta identidad. Se
trata del Astronomicon de Manilio.
En el Libro II, en el apartado en que se nombra a los dioses
tutelares de los distintos signos zodiacales, Manilio vincula a
Hefesto–Vulcano con la constelación de Libra:

fabricataque Libra Vulcani94

93
Ibíd. nota 13. (T. I, lib. II, p. 73–74).
94
Manilio. Astronomicon. (Edición de H. W. Garrod. 1911). (Lib. II, p. 28, vv. 442–443). (London,
Edinburgh, New York, Toronto and Melbourne. Henry Frowde). Edición digital de Internet Archive.
[En línea]. Disponible en: https://archive.org/details/astronomiconlibe00maniuoft [2019, 3 de

89
El verdadero rostro de Dios.

Libra pertenece a Vulcano, el que la fabricó

Pero es que, además, la propia etimología del nombre del herrero


que aparece en el poema de Troyes nos lleva a esta conclusión:

... n’alez se chiés Trabuchet non,


.i. fevre qui ensi a non,...95

... id exclusivamente a casa de Trebuchet,


un herrero que así se llama,...

Trébuchet es una palabra francesa, hoy en desuso, que hace


referencia a una balanza de dos platillos suspendidos en una varilla
horizontal utilizada para pesajes de precisión. Se trata del mismo
objeto que forma la constelación de la Balanza. A su vez, el término
balanza tiene su precedente en la latina talentum, derivada del griego
τάλαντον (transliterado, talanton), balanza, peso. Este τάλαντον
proviene de la raíz proto – indoeuropea *tel–, soportar, raíz que
también da la palabra latina tollere, de donde procede tullido96.
De modo que tenemos a un herrero tullido llamado Trebuchet, con
una especial vinculación con la constelación de la Balanza. Este
herrero forjó una espada que fue regalada a un héroe acusado
injustamente de seducción por la esposa de un rey, el cual lo condenó
a morir a los pies de los caballos. Este héroe fue salvado en el último
momento por un sabio médico que está representado en los cielos en
forma de constelación. Estamos ante la descripción del herrero
Hefesto.
No debe olvidársenos que Hefesto fue el que forjó la corona que
Dioniso le ofreció a Ariadna como regalo de bodas, y que forma otra
constelación, la Corona Boreal.
Para finalizar el análisis de Perceval, no podemos dejar escapar
algo que aparece escrito en las Tablas Alfonsíes. Allí, la constelación
del Centauro es llamada chyron, phillyrides, sagittarius tenens
pateram seu crateram97, es decir, Quirón, hijo de Phillyra, Sagitario

noviembre].
95
Ibíd. nota 1. (Vv. 3665–3666).
96
Entrada *tel–1. Raíces proto–indoeuropeas (PIE). Edición digital de Etimologías de Chile. [En
línea]. Disponible en: http://etimologias.dechile.net/PIE/?tel [2019, 3 de noviembre].
97
de Castilla, D. Alfonso X (1252). Divi Alphonsi Romanorum et Hispaniarum Regis astronomicae
Manuel Plata Luque

sosteniendo la pátera o la crátera. Estos dos utensilios que sostiene el


Centauro son de lo más sugerentes. Una pátera es un plato de escasa
profundidad utilizado en las libaciones de las ceremonias religiosas; y
una crátera, una gran copa en la que se mezcla el vino y el agua.
Nótese que la expresión pateram seu crateram no utiliza la
conjunción copulativa «y», sino la disyuntiva «o», lo que significa que
está haciendo alusión a un mismo concepto que puede estar
representado por un símbolo u otro.
Si recordamos, las dos formas más conocidas que,
alternativamente, puede adoptar el Grial son, por un lado, la escudilla,
el plato poco profundo tipo bandeja que relata Troyes; y por otro, la
copa de Robert de Boron, en donde José de Arimatea guardó la sangre
de Jesús, que fluía gracias al agua que utilizó para lavar las heridas de
la pasión. ¿Un Centauro sosteniendo un objeto idéntico al Grial en sus
dos formas más conocidas no es la viva imagen de Perceval?

tabulae. (Ed. de Paschasius Hamellius. 1545). (P. 209). (Paris. Ex Officina Christiani Wecheli).
Edición digital de Google Books. [En línea]. Disponible en:
https://books.google.es/books?id=5ZBmAAAAcAAJ [2019, 3 de noviembre].

91
El verdadero rostro de Dios.

EL REY PESCADOR

Acabamos de descubrir la sorprendente identidad del principal


protagonista de Li conte du Graal, Perceval; una mezcla de Hipólito,
Peleo y Quirón, representado este, a su vez, por las constelaciones de
Sagitario y Centauro. Ahora centraremos nuestra mirada en su
anfitrión y compañero de mesa en el momento en que tiene lugar la
Procesión del Grial: el Rey Pescador.
Cuando Perceval llega a la orilla del río donde pesca el Rey, este
le ofrece su castillo para pernoctar, y le describe su ubicación:

Je vos herbergerai enuit.


Montez vos an par cele frete
qui est an cele roche ferte;
et quant vos la amont vanroiz,
devant vos, an .i. val, verroiz
une meison ou ge estois,
pres de rivieres et de bois.98

Yo os albergaré esta noche.


Subid por esta quebrada
que está en la roca,
y cuando lleguéis arriba,
delante de vos, en un valle, veréis
la casa donde vivo,
cerca de ríos y de bosques.

El castillo, como se ve, está erigido cerca de los dos hábitats


naturales del Rey Pescador, el agua y la tierra. Leamos lo que La

98
Ibíd. nota 1. (Vv. 3022–3028).
Manuel Plata Luque

ochaua espera nos dice de la constelación de Escorpio:

Et este signo de escorpión a en sí muchas naturas diuersas. ca éll


es fecho á figura de un animal á que llaman escorpión en latin. et
en muchas tierras. Mas en Espanna llámanla alacrán, et es
animalia de muy estranna faycion. Ca ella a en sí dos naturas, la
una de agoa et la otra de tierra, et la de agoa que es mas fuerte en
quanto semeía á los cangreíos de la mar. et á las langostas, en
aquellos dos braços delantre. que a. con que toma lo que quiere
tomar, et en los otros con que anda, et que se encoge et que se
estiende, á la manera destos otros animales de agoa. La otra
natura es de tierra, en que aborresce el agoa. et non se quiere
llegar á ella, et que la ponçonna tiene en somo de la cola, que es
fecha de siete nudos, et otrossí porque esta ponçonna es de su
natura fría et seca, en que semeía á la tierra.99

También en esta ocasión nos encontramos con que en el libro


toledano aparece descrita una constelación que recuerda bastante a un
personaje del Grial. Si el Rey Pescador, o, como lo llama Wolfram
von Eschenbach, Amphortas, hacía su vida entre la tierra y el agua, el
Alacrán alfonsino tiene esta doble naturaleza anfibia. Por cierto, la
palabra alemana para anfibio es amphi–bisch. ¿Sería posible que
Amphortas procediese de la expresión alemana amphi–orts, amph–
orts, de ambos lugares?
Nos gustaría llamar la atención sobre la similitud que hallamos
entre el frío de la herida envenenada de las piernas de Amphortas –En
el tiempo que te he dicho, el rey no puede descansar bien; su carne, a
través de la escarcha, se vuelve más fría que la nieve100– y el del
veneno, o ponçonna, de la cola del Escorpión que se cita en La
ochaua espera.
Parece que ya tenemos identificada la constelación que representa
al Rey Pescador; nos falta su equivalente de la mitología griega.
La verdadera cualidad por la que es conocido este Rey, y de donde
deriva su apelativo, es la de ser un consumado pescador. Hay un
pescador mitológico cuyas extremidades con las que anda se
transformaron en cola de animal marino: Glauco.
Glauco era un pescador beocio que ejercía su actividad tanto en
tierra firme como en medio del mar. Ovidio, en su Metamorfosis, nos

99
Ibíd. nota 13. (T. I, lib. II, pp. 75–76).
100
Ibíd. nota 3 (Vol. 1, lib. IX, vv. 974–975).

93
El verdadero rostro de Dios.

dice:

«No un prodigio, ni soy yo un fiero monstruo, oh virgen,


sino un dios», dice, «del agua, y mayor derecho sobre las
superficies
Proteo no tiene, y Tritón, y el Atamantíada Palemon.
Antes en cambio mortal era, pero claramente destinado
a las altas superficies, ya entonces me afanaba en ellas,
pues ora sacaba, las que sacarían peces,
mis redes, ora en una mole sentado gobernaba con mi arundo el
lino.101

La vida anfibia de Glauco nos recuerda demasiado las palabras del


Libro de la ochaua espera y los hábitos del Rey Pescador.
Un día, después de su jornada de pesca, Glauco dispuso sus peces
en tierra firme. Después de observar cómo estos recobraban la vida al
depositarlos sobre la hierba, el mismo pescador decidió probarla con
el fin de obtener la inmortalidad. Tras hacerlo, consiguió su
pretensión, pero a un precio demasiado alto, pues se vio condenado a
la fealdad y a una vida alejada del resto de los hombres. Algo
parecido le ocurrió a Amphortas con el Grial, que, si bien le impidió
la muerte, le dejó una vida de sufrimiento aún mayor.
Este Glauco reúne todos los requisitos para ser un candidato
perfecto a personaje del Grial, menos uno: no tiene ningún parentesco
con Ariadna. Sin embargo, podríamos estar ante un caso más en el
que Chrétien de Troyes utilizó la metonimia como recurso para
ampliar las cualidades de su elenco.
Además de Fedra y Ariadna, el rey Minos tuvo un hijo de nombre
Glauco, y según nos cuenta Higinio en su Astronomía poética, al igual
que Hipólito, también fue resucitado por Asclepio. Es más, el famoso
bastón de Asclepio, o de Esculapio, símbolo universal de la Medicina,
tiene su origen en este pasaje.
Glauco murió ahogado en una tina de miel. Enterado de su muerte,
Asclepio sintió una gran pena y se ofreció a sus padres para resucitar
al niño. Estaba encerrado en un cuarto con el cadáver para obrar el
milagro, cuando apareció una serpiente y empezó a trepar por su
bastón. Aterrado, la sacudió, y una vez en el suelo, la golpeó
repetidamente con el mismo garrote hasta matarla. A continuación,

101
Ibíd. nota 73. (Lib. XIII, vv. 917–923).
Manuel Plata Luque

llegó otra serpiente con unas hierbas en la boca, que colocó sobre su
compañera fallecida; el remedio funcionó y le devolvió la vida. En
este momento, ocurre algo muy parecido a lo que le sucedió al
pescador Glauco. Al ver que tales hierbas le devolvían la vida al
reptil, Asclepio decidió colocarlas sobre el cadáver del pequeño
Glauco, quien también retornó del mundo de los muertos.
Apolodoro, en su Biblioteca Mitológica, reconoce este milagro:

Encontré algunos que se decía habían sido resucitados por aquel,


éstos: Capaneo y Licurgo, como dice Estesícoro en su Erifile;
Hipólito, según dice el autor de Naupáctica; Tindáreo, según dice
Paniasis; Himeneo, según dicen los Órficos; y Glauco, el hijo de
Minos, como dice Meleságoras.102

La fusión que Troyes hace de los dos Glaucos nos parece premeditada, y
para nada traída al azar; entre ellos hay ciertos paralelismos, como el hecho de
realizar su tránsito de vida en la frontera que separa dos medios opuestos, el
terrestre y el líquido, amén de vencer a la muerte por medio de hierbas que
antes habían resucitado a animales.
A su vez, los dos protagonistas de la cena del Grial, Glauco–Amphortas e
Hipólito–Piercheval, tienen bastantes semejanzas entre sí. Ambos comienzan
sus historias en el mismo escenario, una pradera virgen; y, ambos, también,
acaban su primera vida como humanos en la orilla del mar.
Pero el vínculo más importante entre la dupla de resucitados y su
resucitador se da en el firmamento: las dos constelaciones, la de Sagitario y la
de Escorpio, aparecen a orillas del gran río de la Vía Láctea y a los pies del
gigante Ofiuco, la constelación en la que fue catasterizado Asclepio,
coronadas por la serpiente que el hijo de Apolo sostiene con sus poderosas
manos.
Parece, pues, que ya tenemos localizados a los dos comensales de la cena
más misteriosa de la historia moderna. Contemplemos ahora lo que pasaba al
otro lado de la mesa; deleitémonos con la Procesión del Grial.

102
Apolodoro. Biblioteca mitológica. (Edición de José Calderón Felices. 1987). (Libro III, p. 94).
Barcelona. Akal. ISBN–10: 84–7600–179–7.

95
El verdadero rostro de Dios.

EL LANCERO Y LOS DONCELES DE LOS CANDELABROS

La Procesión del Grial está encabezada por un doncel que porta


una lanza blanca de cuya punta mana de forma incesante una gota de
sangre:

Quequ’il parloient d’un et d’el,


uns vaslez d’une chanbre vint,
qui une blanche lance tint
anpoigniee par le mileu,
si passe par delez le feu
de ces qui leanz se seoient ;
et tuit cil de leanz veoient
la lance blanche et le fer blanc,
s’issoit une gote de sanc
del fer de la lance an somet
et jusqu’a la main au vaslet
coloit cele gote vermoille.103

Mientras hablaban de diversas cosas,


un doncel de una habitación vino,
portando una lanza
empuñada por la mitad.
Pasa por el lado del fuego
de aquellos que allí dentro están sentados;
y todos los de dentro veían
la lanza blanca y el hierro blanco.
Salía una gota de sangre
del hierro de la lanza, por la punta,
y hasta la mano del doncel

103
Ibíd. nota 1. (Vv. 3178–3189).
Manuel Plata Luque

fluía esta gota bermeja.

Este lancero no es otro que la constelación que los griegos


llamaban Βοώτης (transliterado, Bootes), Boyero, el que guarda los
bueyes; y los astrónomos árabes, ‫( ﺣﺮﻣﺎ‬transliterado, Ramah),
Lancero. Para estos, la hilera vertical de estrellas que conforma el
cayado que el Boyero porta en su mano derecha era ‫( ﺭﻣﺢ‬transliterado,
Romh), Lanza104. Esta doble identidad podemos comprobarla con más
facilidad en la estrella μ Bootis (mu Bootis), llamada en griego
Alkalurops, Cayado, y en latín, Venabulum, Venablo.
En el Libro de la ochaua espera se nos aclara esto:

La diez et sessena es la que es en la cinta, et dixo Ptolomeo que es


en la pierna diestra, et en el tibial de las bragas, et esta estrella es
la que sigue azimeç alrrameç, et en aráuiguo le dizen al romh. que
quiere dezir la lança. Et la diez et setena es la siguiente de las dos
que son en ell ancho de la cinta. La diez et ochena es la delantrera
dellas. Et estas tres fazen triángulo luengo, et á todas estas
estrellas que son arrededor de azimeç. dizen los árabes acilab. que
quier dezir las armas. Et la diez et nouena es la que es en el talón
diestro. La ueyntena es la septentrional de las tres que son en la
pierna, et algunos le dizen al romh. que quier dezir lança. Et la
ueynte et una es la mediana destas tres. La ueynte et dossena es la
miridional destas. Et dizen á estas dos acilab. que quier dezir
armas.105

Esta constelación es la imagen que Chrétien de Troyes utilizó para


representar al doncel que porta una de las lanzas más famosas del
mundo, y que es el origen de una de las dos preguntas más ansiadas
por todos los buscadores del Grial: ¿Por qué sangra la lanza?
La respuesta permanecía escondida en España. El Libro de la
ochaua espera nos lo aclara por dos veces:

V. CONSTELLACION DE LA OCHAUA ESPERA


De la figura de EL QUI DA UOZES. et de las estrellas que son

104
Samaha, A. H. M. Arabic names of stars. Helwan Institute of Astronomy and Geophysics
Bulletins, núm. 39, pp. 8 y 9. Physical Department. Ministry of Publics Works, Egypt. Edición digital
de The SAO/NASA Astrophysics Data System (ADS). [En línea]. Disponible en:
http://adsabs.harvard.edu/full/1936HelOB..39....1S [2019, 3 de noviembre].
105
Ibíd. nota 13. (T. I, lib. I, p. 25).

97
El verdadero rostro de Dios.

dentro en la forma, et
de fuera de la forma.

Et la cinquena estrella que sigue á estas es en el ombro sinistro. La


sessena es en la cabeça. La septena es en el ombro diestro. La
ochena es la que mas se declina destas á septentrión, et es en la
asta de los perros, et dizen á la asta en aráuiguo açat acaya. Et la
nouena es la que aún es mas septentrional desta. et es en el cabo de
la asta, et es común á la asta et al pie dell genuflexu.106

VII. CONSTELLACION DE LA OCHAUA ESPERA


De la figura del GENUFLEXU. et de las estrellas que son dentro en
la forma, et
de fuera de la forma.

La ueynte et nouena es la que es en la punta del pie diestro, et es la


nouena de la constellacion del que echa uozes. et es en somo de la
asta et es común á amos, et esta estrella non deuia ser de la cuenta
del genuflexu. porque ella es puesta en la cuenta del que echa
uozes. mas porque toca al pie desta figura pónenla otrossí en esta
tabla, et dízenle la común entre este pie et la asta del que da
uozes.107

Si en Toledo se encontraba escondido el misterio del Grial,


también en Toledo residía la solución del enigma. Y ahora, después de
casi novecientos años, sale a la luz: De la lanza mana de forma
ininterrumpida una simple gota de sangre porque su punta está
levemente clavada en la superficie del pie del genuflexu, es decir, de
Hércules108.
Más arriba hemos puesto en evidencia el juego del despiste de los
distintos autores relacionados con la literatura del Grial. En muchas
ocasiones parece que pretenden ayudarnos a comprender
determinados conceptos que quedaron sin resolver en textos
anteriores cuando, en realidad, lo que hacen es poner un señuelo que
distraiga nuestra atención de la verdad. Esto es lo que ocurre con la
explicación que Wolfram von Eschenbach nos da sobre por qué

106
Ibíd.
107
Ibíd. nota 13. (T. I, lib. I, p. 30).
108
Imagen 8.
Manuel Plata Luque

sangra la lanza que abre la Procesión del Grial:

A medida que se acerca el momento en que Saturno termina su


viaje –ese tiempo lo conocemos por la herida, además de por otra
señal, por la caída de la nieve en verano–, a tu tío y rey empieza a
dolerle el frío de su herida como nunca. Para mitigar este dolor, se
hunde la lanza en lo profundo de la herida envenenada. Como en la
punta de la lanza aún hay restos del ardiente veneno, esto
amortigua algo el terrible y doloroso frío de la herida. Es por eso
que el carmesí de la sangre brota de la punta de la lanza; así
seguirá hasta que la saquen de nuevo.109

Para Eschenbach, Amphortas está impedido porque en su juventud


fue alcanzado en las piernas por una lanza envenenada que le provocó
una herida mortal. Cuando intentaron sanarlo, mostrándole el Grial, le
dieron la inmortalidad, pero no le evitaron los terribles dolores. Según
esta versión, la punta de la lanza sangraría por estar introducida en la
herida, en un intento de mitigar el dolor. Pero hay una ligera
contradicción en la artimaña del poeta alemán. El mismo Eschenbach
dice que la lanza deja de sangrar cuando es sacada de la herida del
Rey Pescador. Sin embargo, en la Procesión del Grial, el Rey está en
el salón, y la lanza sale de un cuarto anexo, se pasea por todo el
comedor y desaparece por otra puerta, todo ello, sangrando
incesantemente. En ningún momento es colocada en la herida, y, sin
embargo, va sangrando.
Nos parece que, de nuevo, la verdad está escrita en las estrellas, y
una de estas verdades se encuentra en la constelación de Boyero, o,
mejor, del Lancero.
Después del Lancero, el poema dice que venían dos donceles con
candelabros nielados. Sin embargo, cuando habla del Grial, parece
que este, en lugar de venir detrás de los donceles, habría entrado en el
salón del trono escoltado por las luminarias que portaban:

Et lors dui autre vaslet vindrent,


qui chandeliers an lor mains tindrent,
de fin or, ovrez a neel.
Li vaslet estoient mout bel,
cil qui les chandeliers portoient.
An chascun chandelier ardoient

109
Ibíd. nota 3 (Vol. 1, lib. IX, vv. 965–970).

99
El verdadero rostro de Dios.

.x. chandoiles a tot le mains.


.I. graal antre ses .ii. mains
une dameisele tenoit
et avoec les vaslez venoit,...110

Y entonces, otros dos donceles vinieron


llevando en sus manos candelabros
de fino oro, trabajados a niel.
Los donceles eran muy bellos,
aquellos que llevaban los candelabros.
En cada candelabro ardían
diez velas por lo menos.
Un grial entre sus dos manos
una doncella portaba
y con los donceles venía,...

Después de lo visto hasta el momento, no nos cabe ninguna duda


de que estos dos donceles son las constelaciones de Hércules y
Ofiuco. Según el texto, los candelabros están trabajados con niel. El
arte de niel es propio de la orfebrería, y consiste en realizar oquedades
con cincel en el cuerpo metálico del objeto para, posteriormente,
esmaltarlas con una aleación de plata y plomo.
Si algo caracteriza a estas dos constelaciones es que ambos
representan a donceles que sostienen en sus manos herramientas de
percusión semejantes a cinceles: Hércules es mostrado en casi todos
los atlas celestiales portando el garrote con el que derrotó a la Hidra
en uno de sus doce trabajos. Por su parte, Ofiuco, o Asclepio, es más
conocido por su símbolo del bastón y la serpiente enrollada, como ya
ha quedado expuesto anteriormente.
En el poema se nos dice que aunque los donceles entran primero,
lo hacen escoltando al Grial. Y, efectivamente, podemos observar que
tanto la pierna izquierda de Hércules, como la cabeza de la
constelación de la Serpiente –Serpens Caput–, la que sujeta Asclepio,
están casi en contacto con el Boyero, y flanqueando a la Corona
Boreal. Esta proximidad a Bootes puede ser la razón por la que Troyes
nos presenta a los donceles con los candelabros antes que al Grial.

110
Ibíd. nota 1. (Vv. 3201–3210).
Manuel Plata Luque

Imagen 8
Bootes, Coma Berenices et Mons Maenalus.
Firmamentum Sobiescianum, sive uranographia.
Prodromus Astronomiae.
Johanes Hevelius. 1690. Dominio Público.
Escaneado por Torsten Bronger. 4 de abril de 2003.
Fuente: http://www.atlascoelestis.com/hev 09.htm

101
El verdadero rostro de Dios.

EL GRIAL

Aunque la literatura nos haya mostrado un Grial con diferentes


aspectos –una piedra preciosa, el cáliz de la Última Cena–, el original
no es más que una simple escudilla, un plato que porta en su interior
un alimento sólido nada sofisticado: su contenido se limita a una
humilde hostia, un alimento para pobres. De esta guisa lo describe
Chrétien de Troyes:

.I. graal antre ses .ii. mains


une dameisele tenoit
et avoec les vaslez venoit,
bele et jointe et bien acesmee.
Qant ele fu leanz antree
atot le graal qu’ele tint,
une si granz clartez an vint,
ausi perdirent les chandoiles
lor clarté come les estoiles
qant li solauz lieve et la lune.111

Un Grial entre sus dos manos


una doncella portaba
y con los donceles venía,
bella y elegante y bien adornada.
Cuando ella entró dentro
con el Grial que tenía,
una gran claridad vino
que hizo que las velas perdiesen
111
Ibíd. nota 1. (Vv. 3208–3217).
Manuel Plata Luque

su claridad, como las estrellas


cuando el sol sale, y la luna.

Le graal, qui aloit devant,


de fin or esmeré estoit;
pierres precieuses avoit
el graal de maintes menieres,
des plus riches et des plus chieres
qui an mer ne an terre soient;
totes autres pierres valoient
celes del graal sanz dotance.112

El Grial, que iba delante,


de fino oro puro era;
piedras preciosas tenía
el Grial, de muchas formas,
de las más ricas y de las más caras
que ni en el mar ni en la tierra haya;
todas las otras piedras juntas valían
como las del Grial, sin duda.

Et ne cuidiez pas que il ait


luz ne lanproies ne saumons:
d’une seule oiste, ce savons,
que l’an an ce graal aporte,
sa vie sostient et conforte,
tant sainte chose est li graax;
et tant par est esperitax
que sa vie plus ne sostient
que l’oiste qui el graal vient.113

Y no penséis que había


lucios, ni lampreas ni salmones;
con una sola hostia, eso es lo que sabemos,
que se le lleva en ese Grial,
su vida se sostiene y se refuerza
tan santa cosa es el Grial;

112
Ibíd. nota 1. (Vv. 3220–3227).
113
Ibíd. nota 1. (Vv. 6204–6212).

103
El verdadero rostro de Dios.

y tan espiritual es
que su vida no se sostiene
más que de la hostia que en Grial viene.

También en este caso encontramos en los cielos una escudilla que,


escoltada por dos donceles con cinceles de nielar en las manos,
aparece inmediatamente detrás del que porta una lanza blanca. Se trata
de la Corona Boreal. En El Libro de la ochaua espera, los sabios
toledanos la describen así:

Et la corona septentrional que fallarán adelantre es aquí puesta en


la asta que llaman de los perros, que tiene en la mano diestra aquel
que mete uozes. Et cuemo que esta figura de la corona sea
complida en sí. paresce aquí en la pintura cuemo mas minguada
porque se tiene con la asta sobre dicha, et por esto faze otra figura
cuemo escudilla que es y a quanto quebrada, et por esta razón la
llaman en aráuiguo cacaaht almecequin. que quier dezir en
castellano la escudilla de los pobres, et otros le dizen la escudilla
del pastor.114

Una de las cosas que llama la atención en la descripción que


Chrétien de Troyes realiza del Grial es el fuerte contraste entre la
sencillez del contenido que porta, frugalidad que llena de orgullo a
todos los que lo refieren, y la extremada riqueza con que es descrito el
continente, de la que tampoco se duda en hacer alarde.
También en el Libro de la ochaua espera se destaca la doble
naturaleza de esta constelación de la Corona Boreal, que no sólo es
una humilde escudilla de pobre; también es una lujosa corona de rey:

Otra figura ay que llaman la corona septentrional, que uiene


enpues desta que auemos dicho del que da uozes. et dízenle en latin
corona septentrionalis. et en castellano la corona del septentrión,
et en aráuiguo aladil axemeli. et algunos la llaman otrossí en
aráuiguo elfeca. Et esta figura es fecha á manera de corona real
que ua en derredor de la cabeca cuemo guirlanda, et a en ella ocho
estrellas. La primera dellas es la luziente que está cerca del medio
desta corona, et dízenle en aráuiguo munix elfeca. que quier dezir
la luziente de la corona.115

114
Ibíd. nota 13. (T. I, lib. I, p. 26).
115
Ibíd. nota 13. (T. I, lib. I, p. 27).
Manuel Plata Luque

A lo largo de este estudio hemos visto que en los personajes y las


escenas del Grial se mezclan tanto tradiciones astronómicas árabes
como mitología griega; aquí ocurre otro tanto. También hemos
podido comprobar la permanente referencia a Ariadna, la esposa de
Dioniso. Si por el nombre se conoce al hombre, el nombre de Ariadna
viene en nuestro auxilio para establecer, sin ningún género de dudas,
la identidad del Santo Grial.
Como vimos cuando tratamos el personaje de Blancaflor, la
palabra Ariadna significa muy santa, santísima. Este es, precisamente,
el primer y, junto a espiritual, único calificativo que, en Li conte du
Graal, se le da a la rica escudilla que porta la humilde hostia:

... tant sainte chose est li graax;


et tant par est esperitax...116

... tan santa cosa es el Grial;


y, del mismo modo, es espiritual...

Según el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua,


el adjetivo tanto, o tan, en su segunda acepción, se utiliza para
intensificar la cantidad, magnitud o intensidad de lo designado por el
sustantivo al que precede. Así, la expresión tan santa cosa es el Grial
se puede sustituir por el Grial es cosa muy santa; o lo que, según la
etimología griega, es lo mismo: el Grial es Ariadna.
Al utilizar esa estructura concreta en la construcción de la frase,
Troyes ha convertido el masculino Grial en algo femenino, de tal
modo que crea las condiciones para que el nombre de la hermana del
Minotauro encaje a la perfección, sin causar problemas de
concordancia con el sujeto.
En este punto, Wolfram von Eschenbach nos echa una mano al
definirnos la naturaleza del Grial de una forma un tanto extraña: la
equipara con una mujer que conservase su pureza y estuviese libre de
maldad. Prácticamente, identifica el Grial con Ariadna. Unos versos
después, nos describe la comitiva que introduce el Grial en el salón
del Rey Pescador, formado por siete doncellas entre las que destaca la
propia portadora del Grial:

Zu den achtzehn Ersten

116
Ibíd. nota 1. (Vv. 6209–6210).

105
El verdadero rostro de Dios.


Da stand die Magd die Krone tragend
schön aus den Gespielen ragend.117

Las siete [doncellas] pasaron con delicadeza



Allí permanecía la doncella que portaba la corona [y el Grial]
sobresaliendo en hermosura sobre sus [seis] compañeras.

Siete son también las principales estrellas que conforman la


constelación de la Corona Boreal. En The Practical Astronomer:
Explore the Wonders of the Night Sky, de los astrónomos Anton
Vamplew y Will Gater, se especifica que las estrellas principales de
Corona Borealis son, precisamente, siete, entre las que destaca la
estrella Margarita Coronae: The best way of finding Serpens Caput is
to use Corona Borealis, as the Crown’s seven main stars form a
lovely semi–circular chain with the ends pointing slightly off–north.
There is one star in Corona Borealis with any real brightness and that
is Alpha (α) Coronae Borealis. 118
A estas alturas, estamos en disposición de comprender en toda su
extensión el trascendental significado de esta muchacha, o, más
concretamente, del obsequio con el que fue agasajada el día de su
boda.

La ostentosa corona

Para los antiguos griegos, la corona de Ariadna no era un objeto


vulgar, sino el regalo de bodas que el dios que más se volcó en
conseguir el desarrollo de la humanidad le ofreció a la única mujer
que lo enamoró, y como tal regalo de dioses, no había nada que se le
pudiera asemejar.
Francisca Moya del Baño, en su artículo La corona de Ariadna, ha
trazado a la perfección el rastro a los orígenes de este asterismo, y en
sus palabras podemos intuir ya unas características que se suelen
atribuir al Grial.
Si por algo es codiciada esta escudilla, es por la fantástica
propiedad de conceder la inmortalidad y la eterna juventud a quien la
117
Ibíd. nota 4. (Lib. V, frg. 436, vv. 21–22).
118
Vamplew, Anton y Gater, Will. (2010). The Practical Astronomer: Explore the Wonders of the
Night Sky. (P. 98). London. DK. (Colección DK Astronomy). ISBN–13: 978–1405356206
Manuel Plata Luque

contemple. Francisca Moya nos recuerda que Hesíodo, en su


Teogonía, admite que esos fueron los primeros dones que, junto con la
corona, se le concedió a Ariadna por desposarse con Dioniso:

Dioniso, de dorada cabellera, tomó por floreciente esposa a la


rubia Ariadna, joven hija de Minos, y Zeus la hizo inmortal y
exenta de vejez.119

En todos los textos en los que se menciona el Grial se reconoce la


riqueza de su manufactura y, lo que es más importante, el gran
resplandor que desprende. La nobleza de los metales y gemas
empleados en la elaboración de la corona y su deslumbrante brillo son
argumentos recurrentes en distintos autores:

Pero por la otra parte gira en un círculo luminoso la Corona, que


brilla de forma desigual, pues la estrella que luce con máximo
esplendor en el centro de la guirnalda supera la luz de todo el
círculo, distinguiéndose su ardiente fuego de las claras llamas.120
Astronomicon. Manilio.

...y para que por una perenne


estrella clara fuera, cogida de su frente su corona,
la envió al cielo. Vuela ella por las tenues auras
y mientras vuela, sus gemas se tornan en nítidos fuegos
y se detienen en un lugar –el aspecto permaneciendo de corona–,
que medio del que se apoya en su rodilla está, y del que la sierpe
tiene.121
Metamorfosis. Ovidio.

Pero hay un texto citado por la catedrática Moya que nos parece el
más interesante de todos. En él, se especifica el origen de la materia
prima con la que se fabricó la corona, y nos aclara muchas más cosas.
Se trata de un fragmento de la Astronomía poética, de Cayo Julio
Higinio:

sed ut ait qui Crética conscripsit, quo tempore Liber ad Minoa


119
Moya del Baño, Francisca (1968). La corona de Ariadna. (P. 97). Actas del III Congreso Español
de Estudios Clásicos, vol. 2, pp. 95–105. Disponible en:
https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=1234033 [2019, 3 de noviembre].
120
Manilio. Astrología. (Traducción de Francisco Calero y María José Echarte. 2002). (P. 16).
Biblioteca Básica Gredos. Barcelona. Gredos. ISBN–10: 84–249–2598–X.
121
Ibíd. nota 73. (Lib. VIII, vv. 177–182).

107
El verdadero rostro de Dios.

uenit cogitans Ariadnen comprimere, hanc coronam ei pro muñere


dedit; qua delectata non recusauit condicionem. Dicitur etiam a
Vulcano jacta ex auro et Indicis gemmis; per quas Theseus
existimatur de tenebris labyrinthi ad lucem uenisse, quod aurum et
gemmae in obscuro fulgorem luminis efficiebant. 122

Pero, como dice el que escribió los Crética, en la época en que


Baco visitó a Minos con la intención de amar a Ariadna, le entregó
esta Corona como obsequio; y ella, encantada con este obsequio,
no rehusó lo que se le pedía a cambio. Se dice también que había
sido fabricada por Vulcano con oro y piedras preciosas de la India;
y gracias a estas gemas se cree que pudo Teseo salir a la luz desde
las tinieblas del laberinto, porque el oro y las piedras preciosas en
medio de la oscuridad producían un fulgor luminoso.

Este breve texto dice mucho más de lo que parece. Veámoslo.


El oro y las piedras preciosas con que se elaboró la corona
provienen de la India, y estos materiales tienen la virtud de brillar de
un modo sobrenatural. ¿Podría esta afirmación tener algo de cierto,
más allá de la inspiración poética de su autor?
La tiene; está haciendo referencia a los nagamani, unas gemas
radiantes que los demonios de la tradición india, los naga –en hindi,
नाग–, unos personajes con forma de serpiente, portan en su cabeza
para alumbrarse en su oscuro mundo infraterrestre y acuático, el
Patala.
En la cultura india existen unos seres mitológicos que encarnan las
dos caras de la moralidad: el bien y el mal. Los primeros son los
devas, unos benévolos dioses menores que proporcionan bienestar a
los hombres. Los representantes del mal son los asuras, que viven en
Patala, el nombre del inframundo en la cosmología hindú, equivalente
al Hades griego.
Del reino de Hades se dice que está infinitamente colmado de
riquezas; otro tanto ocurre con Patala. En un texto hindú, el Vishnú
Purana, donde se describe esta región, se dice que su suelo es
amarillo, sembrado de las más preciosas gemas, y cubierto por oro.
El reino de Patala está dividido en siete regiones superpuestas
unas a otras, siendo la más profunda de ellas la morada de los naga,
de donde proviene su nombre, Nagaloka o Lugar de los Naga. A
pesar de encontrarse en lo más profundo de la Tierra, y, por tanto,
122
Ibíd. nota 21. (P. 100).
Manuel Plata Luque

excesivamente alejado de la luz natural, no existe la oscuridad en


aquel sitio; las joyas que los naga lucen en sus capuchas producen tal
resplandor que en nada envidian a los rayos solares.
Que Patala se encuentre bajo tierra no significa que sea un lugar
sólido. De hecho, se trata de un reino de agua, y su propio nombre así
lo indica. Patala proviene de patanti alam, que significa bien regado,
bastante húmedo. Por eso, a los naga se los suele asociar con aquellos
lugares en donde el profundo reino del inframundo se comunica con el
nuestro de la superficie: ríos, lagos, pozos, o el mismo Océano.
Esta idea del nagamani, o piedra de serpiente, también aparece en
el contexto del Grial, concretamente en Wolfram von Eschenbach.
Como se sabe, en esta versión, el Rey Pescador fue herido con una
lanza envenenada, pero evitó la muerte cuando lo pusieron delante del
Grial; además, el terrible dolor del veneno inyectado en sus carnes es
ligeramente mitigado al introducir en la herida la misma punta
envenenada que le provocó el mal. Esta escena no es fruto de la
imaginación de Eschenbach, ya que en la medicina tradicional del
mundo entero existe la práctica de colocar una piedra de serpiente
encima de una mordedura para extraer el veneno.
En el libro Nagamanickam or Nagamani. (The mystery of snake
pearls and snakestones), de Alok Jagawat, se describe una curación
de picadura de serpiente con este método, que se asemeja demasiado
al proceso que se siguió con Amphortas para evitarle la muerte y los
dolores de la herida a causa del veneno.

Un día, un hombre muy enfermo fue llevado a nuestro pequeño


palacio. Me pareció inconsciente ya que no se movía. Su cuerpo fue
puesto en una típica cama india o Charpai. Como se informó, fue
mordido por una serpiente mientras trabajaba en sus campos y fue
llevado a nuestra casa a propósito. Mi abuela poseía un objeto muy
sagrado que podía curarlo y esta fue la razón de su visita. Ella
entró y regresó sosteniendo una pequeña piedra en su mano. Era
una pequeña piedra del tamaño de un pequeño huevo. Ella pegó
esta piedra en el lugar donde el hombre fue mordido. Para mi
sorpresa, la piedra cambió de color y se volvió negra oscura.
Entonces, mi abuela apartó la piedra de la herida y la sumergió en
leche durante bastante tiempo. Después de ese tiempo, el color de
la leche cambió a azul pálido. 123

123
Jagawat, Alok (2017). Nagamanickam or Nagamani. (The mystery of snake pearls and
snakestones). (P. 4). [En línea]. Disponible en:

109
El verdadero rostro de Dios.

En The Bearer of Crazed and Venomous Fangs124 se nos dice que


el físico persa del siglo XIII, Zakariya al–Qazwini, en su Maravillas
de la Creación, cita las piedras de serpiente, en árabe hajar alhayyat,
como método para eliminar el veneno de las mordeduras.
Por otra parte, en un tratado de 1617, Les diverses leçons, de
Louis Guyon, se cuenta una cosa muy interesante:

Se ha acreditado que Alberto el Grande, en su tratado de las


imágenes, dijo que si se hace tallar en cualquier piedra preciosa la
imagen de la hierba del Serpentario, con sus manchas y estrellas, y
dicha piedra se lleva encima [como amuleto], tiene la propiedad de
combatir todos los venenos. También se ha acreditado que Pierre
de Albano dijo haber escrito que había encontrado en cierto libro,
del que se servían los antiguos Reyes de Persia, que quien hiciese
tallar en una hematita la figura de un hombre genuflexo rodeado de
una serpiente a la que le sujeta la cabeza con su mano derecha y la
cola con su izquierda, y que engarzase esta piedra en un anillo de
oro fino, este anillo protegería de todos los venenos a quien lo
portase. Si esta imagen tuviese alguna virtud, cosa que no sé, sería
necesario tallarla bajo la constelación de ciertos astros que
otorgan tal propidad a esta talla. En esos discursos se dice también
que el ágata o jacinto, el zafiro oriental, la esmeralda y la piedra
llamada draconitis, porque se la encuentra en la cabeza del
Dragon, y otras cosas más que se han citado anteriormente, tienen
las mismas propiedades.125

Aunque más adelante volveremos a referirnos a estre texto,


cuando hablemos de la piedra ágata, de momento nos gustaría
destacar que hay dos referencias a un amuleto formado por una piedra
preciosa en la que se tallaría una imagen que reuniría las cualidades
de las constelaciones de Hércules, el genuflexu, y del Serpentario, u
Ofiuco, que en el Libro de la ochaua espera es representado
sujetando la cabeza de la serpiente con la mano derecha, y su cola,
con la izquierda.

https://books.google.es/books/about/NAGAMANICKAM_OR_NAGAMANI_THE_MYSTERY_OF.html?
id=Km6QDgAAQBAJ [2019, 3 de noviembre].
124
DiMarco, Vicent (2014). The Bearer of Crazed and Venomous Fangs. (Cap. 3, p. 64).
Bloomintong. iUniverse LLC. ISBN–13: 978–1–4917–1893–3.
125
Guyon, Louis (1617). Les diverses leçons. (Cap. X, p. 72). (Lion. Claude Morillon). Edición digital
de Google Books. [En línea]. Disponible en: https://books.google.es/books?id=aq73dNAPsAQC
[2019, 3 de noviembre].
Manuel Plata Luque

Si a esto le añadimos que tal gema habría que engarzarla en un


anillo de oro fino, un círculo similar a la Corona Boreal, esta imagen
nos traería a la memoria el cortejo del Grial, con los donceles de los
candelabros tallados, junto a la portadora de la muy santa escudilla.
Además, esta piedra funciona como el lapis exillis de Eschenbach; no
es necesario colocarla en la herida, basta con estar junto a ella para
que cumpla sus funciones sanadoras.
Hablando de lapis exillis, no podemos evitar caer en la tentación
de traer hasta aquí un entremés de Miguel de Cervantes, El retablo de
las maravillas126. Esta pieza breve presenta a un grupo de
embaucadores titiriteros ambulantes, cuyo espectáculo consiste en
hacer desfilar por el escenario a diversos personajes imaginarios que
únicamente podrían ser vistos por aquellos que tuviesen sangre
limpia, es decir, los verdaderos cristianos viejos y los hijos legítimos,
y no los judíos conversos, ni los bastardos. Cuando, al final de la
obra, aparece un militar diciendo que él no ve a los personajes, los
espectadores del pueblo –que tampoco los ven, pero que fingen para
no ser considerados indignos– le gritan: ¡De “ex illis” es!, ¡De
“ellos” es!, queriendo referirse a que pertenece a los impuros.
Lo llamativo de este caso es que Cervantes parece estar recreando
el pasaje de Eschenbach en el que otro militar, el hermano bastardo y
no cristiano de Perceval, Feirefiz de Anjou, no puede ver el Grial a
causa de dicha doble impureza. Sólo cuando es bautizado, está en
disposición de ver la sagrada piedra llamada lapis exillis. ¿Acaso
Cervantes nos está insinuando que ese cabo furriel –que, a más
abundamiento, tiene la misión de pedir ostel, alojamiento, para la
tropa que se aproxima–, era del lapis exillis, es decir, del Grial?
Teniendo en cuenta que illis es el plural de ille, y este, a su vez, es
cognado del término latino antiguo uls, más allá, nos preguntamos si
lapis exillis no habría que traducirlo como piedra de más allá, piedra
venida de los confines de la Tierra.
Recordemos que en el fragmento anterior de Higinio se hacía una
alusión genérica a la India, a una terrae plus ultra, una tierra cuasi
mítica más allá del mundo occidental. Pero en esos versos no decía
nada del medio del que se obtenían el oro y las piedras preciosas para

126
De Cervantes Saavedra, Miguel. Entremés del Retablo de las maravillas. (Edición electrónica de
Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes). [En línea]. Disponible en:
http://www.cervantesvirtual.com/obra–visor/el–retablo–de–las–maravillas––0/html/ [2019, 3 de
noviembre].

111
El verdadero rostro de Dios.

fabricar la corona de Ariadna. Sin embargo, la catedrática de la


Universidad de Murcia nos aporta nueva información al respecto:

Mucho más claro queda este pasaje en Pausanias I 17, 3, el cual,


además de decir Peribea Περίβοια, nos cuenta el viaje de Minos y
que éste, para creer en el origen divino de Teseo, le pide la señal.
Teseo se hunde en las profundidades del mar y vuelve con el anillo
pedido y con la corona de oro, regalo de Anfitrite:

Θησέα δέ σφραγίδα τε έκείνην έχοντα


καΐ στεψανον χρυσοΰν, 'Αμφιτρίτης δώρον,
άνελθεΐν λέγουσιν έκ της θαλάσσης.

'Dicen que Teseo surgió del mar con el anillo pedido y una corona
de oro, regalo de Anfitrite'.
Esta corona, pues, será la que le alumbrará en el laberinto.127

Y es que hay una versión de la corona de Ariadna en la que no


habría sido Dioniso el que se la regaló, sino que sería Teseo el que la
sacó del fondo del mar, la llevó a Creta, y se la colocó en la cabeza, al
igual que los demonios naga, para iluminarse en el oscuro laberinto
subterráneo de Knossos.
La idea de oro y gemas brillantes provenientes de un mar de la
India, utilizados para alumbrar oscuras estancias, no sólo permeó la
tradición helenística; tenemos un interesante ejemplo en el mundo
judeo–cristiano–musulmán. Se trata de The first Book of Adam and
Eve also called The Conflict of Adam and Eve with Satan, un cuento
escrito originalmente en árabe y traducido al inglés por el Dr. SC.
Malan, Vicario de Broadwindsor, que trabajó en la edición etíope
editada por el Dr. E. Trumpp, Profesor de la Universidad de Munich.
El cuento forma parte de The Forgotten Books of Eden, una colección
de libros apócrifos recogidos en un volumen por su editor, Rutherford
H. Platt, Jr.
En este cuento se dice:

5 Y Adán lloró ante el Señor Dios, y le suplicó y le rogó que le


diera algo del jardín, como una señal para él, para que lo
consolara.
6 Y miró Dios el pensamiento de Adán, y envió al ángel Miguel

127
Ibíd. nota 120. (P. 103).
Manuel Plata Luque

hasta el mar que llega a la India, para que tomase de allí barras de
oro y se las llevase a Adán.
7 Esto hizo Dios en Su sabiduría para que estas barras de oro,
estando con Adán en la cueva, brillaran con luz en la noche a su
alrededor, y pusieran fin a su miedo a la oscuridad.
8 Entonces el ángel Miguel descendió por orden de Dios, tomó las
barras de oro, como Dios le había ordenado, y se las llevó a
Dios.128

6 Las barras de oro eran del mar de la India, donde hay piedras
preciosas. El incienso era del borde oriental del jardín; y la mirra
de la frontera occidental, donde la amargura cayó sobre Adán.129

¿Podría ser que el oro con que los Magos de Oriente agasajaron al
Niño Jesús el día de la Epifanía tuviese el mismo origen que el que se
empleó para confeccionar la Corona de Ariadna, es decir, el Santo
Grial? ¿Acaso los misterios que se contienen en este legendario
concepto son algo que se desplazó desde partes orientales, llegó hasta
Jerusalén, y, gracias a las cruzadas, se extendió de forma discreta por
toda la Europa medieval?
Con todos estos precedentes, no es extraño que aquel que mezcló
tradiciones árabes y helenísticas describiese con tanta magnificencia y
tan poco rubor un objeto que pretendía transmitir un mensaje de
humildad. Será el contenido de la escudilla el que ponga el
contrapunto de mesura.

La humilde hostia

Si el Santo Grial aparece en el imaginario colectivo de la sociedad


occidental como la más fabulosa joya jamás creada, a causa de la
opulenta descripción que de él hizo Chrétien de Troyes, posiblemente
influido por la fastuosa variante grecorromana de la Corona Boreal,
los astrónomos árabes, con su visión inspirada en las austeras arenas
del desierto, aportaron una versión muy diferente.
Para tales sabios, la Corona Boreal es una circunferencia rota y
abierta, más parecida a una diadema que a una corona propiamente

128
Anónimo. The Forgotten Books of Eden. (Edición de Rutherford H. Platt, Jr. 1926). (Caps. XXIX y
XXX). Edición digital de Sacred Texts. [En línea]. Disponible en:
https://www.sacred–texts.com/bib/fbe/index.htm [2019, 3 de noviembre].
129
Ibíd. (Cap. XXX).

113
El verdadero rostro de Dios.

dicha; de hecho, fue esta imperfección la que los llevó a denominar a


esta constelación con el nombre de ‫ﺎﻙ‬ssss‫ﻌﺔ ﺍﻟﻤﺴ‬sssss‫( ﻗﺼ‬transliterado, qas’at
al–masakin)130, Plato del Pobre, forma semejante a la persa Kasah
Darwishan, Plato del Derviche, o Kftaah Shekesteh, Plato Roto.
Esta variante humilde de la constelación ha sido contemplada en
Li conte du Graal a través de la sencillez del alimento que porta, una
hostia.
Tal afirmación podría reputarse meramente interpretativa, y con
razón. Cualquier lector mínimamente suspicaz exigiría que se le
demuestre la presencia de una hostia en esa constelación, para
asimilarla con la escudilla de Troyes; y es justo que le concedamos su
deseo.
Alfeca es el nombre arábigo por el que es conocida la estrella más
brillante de la Corona Boreal, α Coronae Borealis (alfa Coronae
Borealis). Sin embargo, la denominación que se le da en el mundo
latino, Gemma, piedra preciosa, está más en consonancia con la
riqueza material que antes hemos visto. Muy parecido es el nombre
que recibe en griego, y también coherente con el origen marino de los
materiales con los que se elaboró la corona de Ariadna. Para los
helenos, α Coronae Borealis es μαργαρίτης (transliterado, margaritis),
que significa perla.
La palabra margarita viene del persa merverit. Hay que decir que,
originalmente, esta palabra no hacía referencia a la conocida flor. La
nomenclatura de tal planta se debe a que los persas representaban las
perlas con una especie de lóbulos radiantes, de modo que la imagen
final se asemejaba a esta flor. Cuando Alejandro Magno conquistó
Persia, vio este símbolo representado en todos los edificios,
monumentos y obras de arte; tanto profanos como sagrados. Al igual
que hacía con todos los descubrimientos que llamaban su atención, se
lo hizo llegar a su maestro Aristóteles que, justo en esa época, había
conocido la flor, enviada también por Alejandro desde Egipto, de
donde esta especie es originaria. La semejanza de aspecto hizo que el
sabio bautizase el nuevo descubrimiento botánico con el mismo
nombre de las perlas radiantes persas.
Es altamente probable que este modo de representar las perlas
proceda de los nagamani indios, las lucientes gemas del sombrero –o

130
Anónimo. An Eleventh–Century Egyptian Guide to the Universe. The Book of Curiosities. (Edición
y traducción de Yosser Rapoport y Emilie Savage–Smith. 2014). (P. 622). Brill. ISBN–13: 978–
9004256996.
Manuel Plata Luque

corona– con que los naga se iluminan en su mundo subterráneo, cuya


forma de esfera rodeada de lóbulos es perfectamente acorde con la
función que se les atribuye.
No debería dejarnos indiferentes el paralelismo que hay entre estas
perlas lucientes indias, que iluminan el oscuro inframundo acuático de
Patala; la corona que Dioniso trajo de la India, y que, en otra versión,
Teseo extrajo del fondo del mar y le sirvió para iluminarse en el
interior del laberinto del Minotauro; y que el Grial derramase una
fuerte iluminación en el salón del trono del Rey Pescador, que se
encontraba en el interior de un castillo situado en las orillas de un
profundo y caudaloso río, el lugar asociado a los demonios naga.
Pues resulta que todos esos hechos tienen un nexo en común, una
estrella llamada con la palabra griega Margarita, α Coronae Borealis,
conocida como la luziente de la corona. Y da la casualidad que esta
misma palabra, μαργαρίτης, es el término que la Iglesia Ortodoxa
Griega utiliza para referirse a la Sagrada Forma, u Hostia.
En el libro Πατερική Θεολογία (transliterado, Paterikí Theología),
Teología Patrística, del profesor de la Universidad Aristóteles de
Tesalónica, Ioannou S. Romanidou, podemos leer:

Επάνω δηλαδή στο άγιο Αρτοφόριο, εκεί που κομματιάζεται ο Αμνός


από τον ιερέα, δεν κομματιάζεται ο Χριστός, αλλά πολλαπλασιάζεται
απολλαπλασιάστως εις τους πολλούς. Υπάρχει δηλαδή ολόκληρος ο
Χριστός σε κάθε ένα τεμάχιο του Θείου Άρτου (μαργαρίτη).131

Nuevamente, en el sagrado Artoforio, donde el Cordero Divino es


troceado por el sacerdote, Cristo no se separó, sino que se está
multiplicando para muchos. Así pues, Cristo está completo en cada
pedazo de Divino Pan (margarita).

En este breve texto aparece citado un término que, junto con


Margarita, se emplea para referirse a la Sagrada Hostia: άρτος, Artos,
que significa pan.
El Αρτοφόριο (transliterado, Artoforio), literalmente, el que
transporta el Pan, es un armarito móvil con forma de capilla que
contiene, como su propio nombre indica, la Sagrada Eucaristía. Según
un panfleto titulado El Templo de Dios – una isla Celestial sobre la
tierra pecadora, del obispo Alexander Vasilievich Mileant, de la
131
S. Romanidou, Ioannou (2004). Πατερική Θεολογία (Teología Patrística). (Cap. 42). Tesalónica.
Editorial ΠΑΡΑΚΑΤΑΘΗΚΗ ΕΚΔΟΣΕΙΣ. Código: 3272–0001.

115
El verdadero rostro de Dios.

Iglesia Ortodoxa Rusa de fuera de Rusia:

Sobre la mesa del altar, junto con el libro de los Evangelios, se


coloca la pequeña cruz manual con la que el celebrante bendice a
los fieles en los ritos sagrados. Detrás de la mesa santa se
encuentra el tabernáculo (artophórion) para la reserva de las
sagradas especies, allí donde no existe la paloma eucarística.132

En los templos ortodoxos, el Sagrado Pan puede encontrarse, tanto


en un receptáculo colgado del techo sobre el altar –en el interior de la
περιστέρι (transliterado, peristeri), la paloma eucarística–, como
directamente sobre la Santa Mesa, en un lugar de honor. El sacerdote
ortodoxo Nicolás Vera Illán, en un artículo titulado La Eucaristía en
las iglesias ortodoxas, explica la ubicación del artoforio dentro del
altar:

En todas las Iglesias Ortodoxas, el Bendito Sacramento es


reservado en el artophorio, pequeño sagrario que está encima de la
santa mesa y que contiene la reserva que es consagrada el Jueves
Santo.133

El artoforio, la capilla donde reposa el Artos, o Pan Divino, ocupa


un lugar permanente y destacado en la santa mesa, denominación que
se le da al altar en la iglesia ortodoxa.
Como no se le puede escapar a nadie que haya leído Li conte du
Graal, este nombre, Artos, es idéntico al del famoso rey que armó
caballero a Perceval, Artus, traducido normalmente como Arturo o
Arthur.
El nombre Arturo puede provenir del mundo romano,
concretamente del linaje de la gens Artoria. Este nombre, a lo largo de
su evolución, nunca ha perdido la segunda letra «r», como ocurre en
el poema de Chrétien de Troyes. Algunos investigadores relacionan
Artus con el griego ἄρκτος (transliterado, Arctos), Oso, pero, también
en este caso, para llegar al Artus de Troyes, se pierde una letra, la c,

132
Obispo Alejandro (Mileant) (1999). El Templo de Dios – una isla Celestial sobre la tierra
pecadora. (Traducción de Matushka Elena Amilahvari). (Los Angeles). Edición digital de Iglesia
Ortodoxa Rusa de la Santa Protección. [En línea]. Disponible en:
http://www.iglesiaortodoxa.cl/especiales/templo.html [2019, 3 de noviembre].
133
Vera Illán, Nicolás (2009, 8 de noviembre). La Eucaristía en las iglesias ortodoxas. Infocatólica.
[En línea]. Disponible en: http://www.infocatolica.com/?t=opinion&cod=4705 [2019, 3 de
noviembre].
Manuel Plata Luque

que en otros contextos se ha mantenido hasta la actualidad: en inglés,


el Círculo Polar Ártico, se traduce como Arctic Polar Circle, y en el
idioma del poema, en francés, Cercle Arctique.
Hemos visto que Chrétien no tiene problemas en desfigurar las
palabras para adaptarlas a la finalidad de su obra, y, dado que el
contexto del poema es estelar, no sería descartable que este nombre
derivase de la estrella Arcturus. Sin embargo, trataremos de encontrar
el sentido correcto por medio de las palabras del poema.
Antes de acometer la disección, nos gustaría precisar que esta
diferencia entre Arturo y Artus aparece claramente establecida en la
mayor obra literaria del mundo, el Quijote, en donde se dice que Artus
es una forma alternativa de Arturo, una especie de alias, y no un modo
diferente de escribir el mismo:

¿No han vuestras mercedes leido, respondio Don Quixote, los


anales é historias de Ingalaterra, donde se tratan las famosas
fazañas del rey Arturo, que continuamente en nuestro romance
castellano llamamos el Rey Artus, ...134

En esta reflexión, Cervantes admite que el auténtico nombre del


rey es Arturo, nombre que existe en el idioma español, y como tal, lo
emplea en esa misma frase. Sin embargo, reconoce que, en castellano,
ese nombre es reemplazado sistemáticamente por otro que, si bien es
muy similar, no es idéntico, Artus. Tal vez podría ser este el motivo
por el que Cervantes escogió para su más famoso personaje un
apelativo parecido a nombres reales como Quesada, Quijana o
Quijada; parecido, sí, pero no idéntico; y, en todo caso, utilizado
como nombre de guerra.
Abundando en esto, nos encontramos con un trabajo de María
Coduras Bruna, doctora de Filología Española por la Universidad de
Zaragoza, titulado Influjos de la antroponimia artúrica. La presencia
del nombre Tristán en un fogaje aragonés de 1495. En este
documento, que analiza la moda medieval de bautizar a los hijos con
los nombres de los héroes de las novelas de caballería, aparece el
nombre Artos.

134
de Cervantes Saavedra, Miguel. El ingenioso hidalgo Don Quixote de la Mancha. Parte primera.
(T. l, p. 152) (Edición de d. Juan Antonio Pellicer. 1797). (Madrid. Imp. Gabriel de Sancha). Edición
digital de Google Books. [En línea]. Disponible en:
https://books.google.es/books?id=caxQAAAAcAAJ&hl=es [2019, 3 de noviembre].

117
El verdadero rostro de Dios.

–En un documento del 3 de agosto de 1502, Juan Vellido y Maria


Ribera otorgan, entre otros bienes, que luego cancelan, a los
infanzones Artos de Cantavilla y Bernaldino Jimenez varios
instrumentos para hacer papel (Pedraza, 1993: 50, doc. 86–88).135

Centrándonos en el análisis, podemos ver que, cuando Perceval


llega a la corte del rey Artus, se lo encuentra en el salón del trono
sentado frente a una mesa, en el lugar de honor, callado y en estado
pensativo:

Et li rois Artus s’ert asis


au chief d’une table pansis;...136

Y el rey Artus estaba sentado


en la cabecera de una mesa, pensativo;...

Esta imagen no tiene nada que ver con la tradicional de la Tabla


Redonda, donde ningún caballero, ni siquiera el propio rey –que, en
tal caso, no deja de ser un primus inter pares–, ocupaba un lugar
destacado sobre el resto.
Aunque el montaraz le pide que lo arme caballero, Artus, sumido
en sus pensamientos, no reacciona. Decepcionado, el muchacho, que
está montado en su caballo, da media vuelta, y con las ancas de su
cabalgadura golpea la cabeza del rey, tirándole el sombrero de fieltro
que porta, el cual cae encima de la mesa:

Tantost del retorner s’atorne,


le chief de son chaceor torne,
mes si pres del roi l’ot mené
a guise d’ome mal sené
que devant lui, sanz nule fable,
li abati desor la table
del chief .i. chapel de bonet.137

A continuación gira para retornar [a su casa],


la cabeza de su corcel gira,

135
Coduras Bruna, María (2013). Influjos de la antroponimia artúrica.La presencia del nombre
Tristán en un fogaje aragones de 1495. (P. 206). Archivo de Filologia Aragonesa (AFA). Núm. 69. Pp.
197–213. ISSN: 0210–5624.
136
Ibíd. nota 1. (Vv. 905–906).
137
Ibíd. nota 1. (Vv. 929–935).
Manuel Plata Luque

pero tan cerca del rey lo ha llevado


a causa de sus pocas entendederas,
que delante de él, y esto no es fábula,
le tiró sobre la mesa
de la cabeza un sombrero de fieltro.

Esta esperpéntica escena debe de tener algún sentido más allá de la


demostración del escaso civismo de Perceval, lo que queda
sobradamente evidenciado a lo largo de todo el poema de Troyes en
situaciones más coherentes.
El rey no lleva corona en este pasaje, sino un sencillo sombrero de
fieltro o, como dice el poema, un chapel de bonet. Veamos qué nos
dice la etimología al respecto.
En Philologie française ou dictionnaire étymologique, de François
Joseph Michel Noël, en la entrada chapelet, chapeau, se dice lo
siguiente:

Chapelet est un diminutif de chapeau, et s’est dit d’abord de ce qui


couvre la tête, comme une guirlande, une couronne; on dit un
chapelet de roses, pour une couronue [sic] de roses.
De Cupidon le diademe
Est de roses un chapelet.
CL.MAROT.138

También tenemos esta acepción en Wiktionary:

chapel \ʃa.pɛl\ masculin

Variante de chapeau; pour le sens de «couronne de fleurs» →


voir chapeler et chapelet en ancien français.

Les filles n’apportaient à leur mari que leur cœur et une verte
couronne, ou, comme on l’appelait, un chapel de fleurs. –
(Gabriel EYSENBACH, Histoire du blason et science des
armoiries, 1848)

Il est à présumer que l’usage des chapels de fleurs se perdit


lorsque l’opulence, dédaignant une parure que tout le monde

138
Noël, François Joseph Michel (1831). Philologie française ou dictionnaire étymologique. (Vol. I, p.
190). (París. Le Normant Père). Edición digital de Google Books. [En línea]. Disponible en:
https://books.google.es/books?id=MNVDAAAAcAAJ [2019, 3 de noviembre].

119
El verdadero rostro de Dios.

pouvait se procurer à peu de frais, y substitua des couronnes


ornées de rubans, de bandes d’or ou d’argent et de pierreries.
– (M. Ph. LE BAS, L’Univers, tome 4, 1841)

La fabrication des chapels de paon, élégantes couronnes


ornées quelquefois de broderies et de dorures, jouissait
d’assez grands priviléges. – (Auguste DUMONCHAU, «Mélange
– Les feseresses de couvre–chiefs», Journal des demoiselles,
n° 6, juin 1841)139

Por su parte, bonet, que ha llegado hasta la actualidad como


bonete, tendría su origen en la palabra latina medieval abbonis,
diadema que sirve de peinado. Volvamos a Wiktionary:

bonet
Étymologie
Origine obscure, le latin médiéval abonnis («bandeau servant de
coiffure [diadema que sirve de peinado]»)140

La etimología nos ha mostrado que el rey Artus sí que tenía


corona, y no una simple, sino una corona doble, el chapel y el bonet.
Además, esa corona estaba, primero en lo alto de su cabeza, en la
parte superior de la mesa, a modo de peristeri, paloma eucarística; y
luego, tras caer de las alturas, se colocó directamente en la parte más
noble de esa mesa, como el artoforio. Por otro lado, chapel es una
palabra homófona de chapelle, capilla, la forma que adopta el
artoforio, en cuyo interior reposa la Sagrada Eucaristía.
Pero todavía podemos encontrar un rastro más que equipara al
famoso rey con el Divino Pan Ortodoxo. Si el Artos rey llevaba sobre
la cabeza una doble corona, o, lo que sería lo mismo, una corona
múltiple, resulta que el Artos de la Eucaristía lleva grabada en su cara
superior la corona múltiple más famosa del mundo, la corona de
espinas de Cristo, formada por múltiples ramas de espino.
En el libro Food, Feast and Faith, an Enyiclopedia of Food
Culture in World Religions, de Paul Fieldhouse, al tratar sobre la
Pascua Ortodoxa, se dice lo siguiente:

139
Entrada chapel. Wiktionary. [En línea]. Disponible en: https://fr.wiktionary.org/wiki/chapel
[2019, 3 de noviembre].
140
Entrada bonet. Wiktionary. [En línea]. Disponible en: https://fr.wiktionary.org/wiki/bonet [2019,
3 de noviembre].
Manuel Plata Luque

Durante la vigilia de Pascua celebrada en la tarde del Sábado


Santo, una gran barra de pan de levadura, conocida como el artos,
es bendecida y rociada con agua bendita. Por lo general, el artos
está decorado con una imagen de la cruz y una corona de espinas o
una escena de resurrección.141

En resumen, si alguien demandaba una prueba contundente de la


existencia de una humilde hostia en la ostentosa constelación de la
Corona de Ariadna, ante sus ojos la tiene, aunque tengamos que haber
recurrido a tradiciones distintas a la católica romana, que siempre se
ha pensado que era la clave de interpretación del ¿mito? del Grial.
Por otro lado, si se recuerda, nos preguntábamos si la perla que
adoraban los miembros de la familia paterna del astrónomo persa
Flegetanis podía hacer referencia a algún objeto celestial con un
significado especial para dicho pueblo. Ahora vemos que sí, nada
menos que la perla de la corona de Ariadna, la perla radiante que los
mismos persas –no sólo ellos– representaban en forma de Margarita,
representación esta que, a su vez, le da nombre a la estrella más
luminosa de dicha constelación.
Pero es que, además, esa perla estaba íntimamente emparentada
con un becerro, el dios al que adoraba ese pueblo de sabios. Resulta
que aquél que le regaló a su esposa una corona fabricada con oro y
gemas brillantes del mar de la India, con una perla radiante en su
centro, no es otro que el joven dios–toro Dioniso, el becerro adorado
por un pueblo sin fronteras territoriales, una nación formada por
ciudadanos de todos los lugares del mundo amantes del conocimiento;
desde los seguidores de Apis en Egipto, hasta los hindúes que veneran
a un dios de la sabiduría al que representan con una cabeza de elefante
de la que sobresalen dos colmillos a modo de cuernos, de nombre
sospechosamente similar a Dio–Niso, Jia–Nisa, más conocido como
Ganesha. O desde los órficos griegos, hasta los árabes
premusulmanes, de quienes decía Heródoto en Historia: De los dioses
[los árabes] creen sólo en Dioniso y Urania: además, dicen que su
corte de pelo se realiza de la misma manera que el propio Dioniso; y
se cortaban el pelo en un círculo redondo, afeitándose el pelo de las

141
Fieldhouse, Paul (2017). Food, Feast and Faith, an enyiclopedia of Food Culture in World
Religions. Vol. I. (P. 166). Santa Barbara. ABC–CLIO. ISBN–13: 978–1–4408–4614–4.

121
El verdadero rostro de Dios.

sienes. Ahora llaman Orotalt a Dioniso, y a Urania, Alilat.142


La profesora de la Universidad de Alcalá de Henares, Macarena
Calderón Sánchez, a la que antes hemos citado a cuenta de la relación
de Dioniso con el toro en la constelación de Tauro, recoge en el
mismo artículo una abundante colección de referencias que identifican
al dios con la figura de toro joven, o becerro. Sólo a modo de ejemplo,
citaremos un fragmento en el que se recalca esta identidad:

Pero es en De Iside et Osiride donde se halla la clave para


entender la relación entre Apis y Dioniso, el toro y las
representaciones tauriformes: tal y como afirma Plutarco, las
ceremonias dionisíacas eran iguales que las celebradas en honor
de Apis, el toro sagrado en la mitología egipcia:

(…) pero las (ceremonias) que los sacerdotes hacen


abiertamente cuando entierran a Apis, […], en nada difiere
de una Procesión báquica. […] por eso también, muchos
griegos hacen estatuas de Dioniso en forma de toro. Y las
mujeres de los eleos también lo invocan pidiendo “que el
dios venga a ellas con pie bovino”. Y entre los Argivos
Dioniso lleva el epíteto “nacido de novilla”, (…).143

Parece probado el componente multicultural que encierra el


misterioso Grial, que lo mismo es escudilla de pobre que ostentosa
corona; puede tener origen árabe o indio; puede viajar en el tiempo, y
formar parte de la antigua y pagana Hélade, como mostrar atributos de
la ortodoxa cristiana Grecia actual. Si hay un objeto en el mundo que
sea capaz de mostrar el verdadero rostro de Dios, ese es, sin duda, el
Santo Grial.
Los autores del Libro de la ochaua espera –o, más bien, sus
antecesores– han aterrizado en el siglo XXI para reclamar su
silenciosa contribución a una leyenda que se creía exclusivamente
católica y romana, y geográficamente norteeuropea; y nos invitan a
salir de nuestra propia autocomplacencia, recordándonos que los
occidentales no somos el ombligo del Universo, e invitándonos a
escudriñar todas las implicaciones que cualquier dogma establecido

142
De Halicarnaso, Heródoto. The History of Herodotus. Paralel English/Greek. (Traducido por G. C.
Macaulay). (Lib. III, párr. 8). (London, New York. Macmillan). Edición digital de Sacred Text. [En
línea]. Disponible en: https://www.sacred–texts.com/cla/hh/hh3000.htm [2019, 3 de noviembre].
143
Ibíd. nota 64. (P. 6).
Manuel Plata Luque

pueda esconder.

123
El verdadero rostro de Dios.

EL TRINCHADOR DE PLATA

Detrás de los dos donceles con candelabros que escoltan al Grial


viene un objeto un tanto extraño, pues, además de ser merecedor de
formar parte de la sagrada Procesión, cumple una función más
prosaica. Estamos hablando del trinchador de plata, una bandeja que
desafía todos los intentos de explicación. Esto es lo que nos cuenta
Chrétien de Troyes:

Aprés celi an revint une


qui tint .i. tailleor d’argent.144

Después de esta vino una [doncella]


que tenía un trinchador de plata.

Li premiers mes fu d’une hanche


de cerf an gresse au poivre chaut.
Vins clers ne raspez145 ne lor faut,
a cope d’or, sovant a boivre.
De la hanche de cerf au poivre
devant ax uns vaslez trancha,
qui de devant lui treite l’a
atot le tailleor d’argent,
et les morsiax lor met devant
sor .i. gastel qui fu antiers.146

144
Ibíd. nota 1. (Vv. 3218–3219).
145
Vin raspez. Vino de baja calidad que se hacía macerando en agua pasas o uvas nuevas. N. d. A.
146
Ibíd. nota 1. (Vv. 3268–3277).
Manuel Plata Luque

El primer plato fue una pierna


de ciervo con grasa y pimienta picante.
Vino claro no adulterado no les faltó,
en una copa de oro, suave al paladar.
La pierna de ciervo a la pimienta,
ante ellos un doncel trinchó,
ya que la había dispuesto ante él
sobre el trinchador de plata,
y los trozos los colocó ante ellos
presentados sobre un pastel que estaba entero.

Después de procesionar con el resto de objetos sagrados, el


trinchador de plata se emplea para trocear una pata de ciervo con
grasa que había de cena. Una vez despiezada, los trozos se
dispusieron en una torta que haría de plato, y este pastel de carne se
presentó a los comensales entero, para que ellos mismos lo fuesen
partiendo en porciones individuales.
El nexo de unión entre los dos soportes, el trinchador y el plato de
pan, es la misma pata de ciervo, que pasa del primero al segundo.
Continuando con la franja celestial que hemos seguido en este
estudio, la constelación que vendría después de Hércules sería Lira.
En el Libro de la ochaua espera, se muestra así:

A esta otra figura que uiene después del genuflexu dizen en latín
testudo siue uultur cadens. et en castellano lo llaman galápago, et
en aráuiguo a tres nombres, el primero es azulafe. et el otro
zuliaca. et el tercero alsanja. et en griego le dizen allora. et a en
esta figura diez estrellas. La primera es la luziente que es en el oío
de este mismo galápago, et dízenle en aráuiguo alnars alceke. que
quier dezir boeytre cayente,...147

Et esta figura possieron por semeíanca los sabios dos animalias, la


una á que dizen galápago, et á la otra boeytre cayente, et á cada
una destas dieron su manera en que las semeíaua…148

Para los latinos, esta constelación es testudo sive vultur cadens, la


Tortuga o Buitre Cayente, y, según los sabios antiguos, esta doble
naturaleza es apropiada a su apariencia.
Abordaremos esta constelación de la mano de nuestra vieja amiga

147
Ibíd. nota 13. (T. I, lib. I, p. 31).
148
Ibíd.

125
El verdadero rostro de Dios.

la etimología.
La palabra buitre proviene del latín vultur, que, a su vez, derivaría
de vellere, que significa arrancar o desgarrar, en alusión al modo en
que estas aves arrancan los trozos de carne antes de comerlos. No es
difícil asociar esta acepción con el trinchador del cuento del Grial.
Algo más complicado será explicar lo de la pata de ciervo y su
disposición en una torta de pan redonda. Empecemos por esta torta, o
gastel qui fu antiers.
El hecho de que Troyes dedique un verso de su poema para contar
algo tan poco significativo a primera vista como que la torta estaba
entera cuando se presenta ante los comensales, debe de tener algún
sentido.
El romanista e hispanista austríaco Leo Spitzer publicó un artículo
titulado Encore une fois gâteau, donde analiza el significado de este
fragmento de Li conte du Graal:

Le glossaire de Bartsch–Wiese traduit « assiette (de pain) », le


dictionnaire de Breuer–Foerster « Kuchenscheibe ». Cet usage doit
être ancien, vu la sémantique du lat. mênsa « table » que nous
explique le dictionnaire étymologique d'Ernout–Meillet: « Le sens
premier semble être celui de « gâteau » sacré, rond et partagé en
quartiers par deux diamètres perpendiculaires l'un à l'autre, sur
lequel on disposait à l'origine les offrandes et les victuailles offertes
aux dieux... En passant dans la 1. commune, mensa a pris le sens de
« support sur lequel on place les mets » et, plus généralement, de «
table à manger ». Un gastel qui fu antiers semble indiquer que le
gâteau pouvait aussi être coupé en compartiments (comme la torte
allemande).149

El glosario Bartsch–Wiese traduce como «plato (de pan)» el


término «Kuchenscheibe» que aparece en el diccionario de
Breuer–Foerster. Este uso debe ser antiguo, dada la semántica del
latín mênsa, «mesa» explicada en el diccionario etimológico de
Ernout–Meillet: «El primer significado parece ser el de «pastel»
sagrado, redondo y dividido en cuartos por dos diámetros
perpendiculares entre sí, sobre el que se disponían originalmente
las ofrendas y los alimentos destinados a los dioses ... Al pasar a la
lengua popular, mensa tomó el sentido de «soporte en el que se

149
Spitzer, Leo (1939). Encore une fois gâteau. Revue Trimestrelle consacré a l’étude des langues et
des littératures romanes, núm. 259. Pp. 374–375. Disponible en:
https://www.persee.fr/doc/roma_0035–8029_1939_num_65_259_3947 [2019, 3 de noviembre].
Manuel Plata Luque

colocan los platos» y, en general, « mesa para comer». Un gastel


que fu antier parece indicar que la torta también podría cortarse en
compartimentos (como la torta alemana).

De modo que el gastel qui fu antiers sería una torta redonda


destinada a dividirse en porciones. Esto ya nos va dando ciertas
pistas.
Josefa López Alcaraz, profesora del Departamento de Filología
Francesa, Románica, Italiana y Árabe de la Universidad de Murcia, en
su traducción de los Fabliaux, nos habla de la palabra francesa tourte,
torta.

Las antiguas reposterías habían recibido, a causa de su forma


redonda, el nombre de tourte o tarte, del latín torta. Ese nombre fue
aplicado más tarde exclusivamente a los pasteles calientes que
contenían legumbres, carne o pescado. Pero a finales del siglo XIV
se llamó tourte o tarte a la repostería que contenía leche, hierbas,
frutos o confituras, y pâté la que envolvía a cualquier tipo de carne
o pescado.150

La tourte francesa, ese gastel caliente relleno de carne que se tomó


de cena en el castillo del Rey Pescador, así como la torta española,
provienen del latín vulgar torta, y esta, del latín clásico tortam, que
quiere decir torcido.
Volvamos al libro de Alfonso X el Sabio. Hemos visto que la
constelación de la Lira era conocida en latín como testudo –tortuga–,
palabra que procede del participio latino tortus, torcido. Según el
lexicógrafo Sebastián de Covarrubias, esta denominación puede
venirle al animal “del progresso que tiene mouiendose tortuosamente,
a un lado y a otro, sin yr por via recta.”151
Después de encontrar al buitre que conforma el trinchador de
plata, parece que ya tenemos al segundo animal de la constelación de
la Lira, el galápago o tortuga, que estaría representado en el cuento
del Grial por la torta de carne, que, como acabamos de ver, solía
servirse dividida en porciones, de forma muy semejante a las placas
150
Anónimo. Los Fabliaux (III). (Edición bilingüe. Introducción, traducción y notas de Josefa López
Alcaraz. 2003). Servicio De publicaciones de la Universidad de Murcia. Murcia. Nausicaä Edición
Electrónica S. L. ISBN–10: 84–8371–372–1.
151
de Covarrubias Orozco, Sebastián (1611). Tesoro de la Lengua Castellana o Española. (P. 49).
(Madrid. Luís Sánchez). Edición digital de Google Books. [En línea]. Disponible en:
https://books.google.es/books?id=K10MJdL7pGIC [2019, 3 de noviembre].

127
El verdadero rostro de Dios.

que conforman el caparazón de la tortuga. El nexo común con el


trinchador es la pata de ciervo, que vendría a cumplir la sentencia del
Libro de la ochaua espera, cuando dice:

Onde por todas estas razones tenemos que los sábios llamaron á
este galápago boeytre cayente, et diéronle semeíante ende ca non
porque fuesse galápago et boeytre todo en uno. Et por ende non
puede seer que en esta figura non haya grande significança. et gran
uertud. porque los sábios nombraron dos animales de sendas
naturas muy departidas. et diéronlos semeíança de una
conueniente. en algunas fayçiones.152

Los sabios asimilaron los dos animales a través de ciertas


fayçiones, características comunes. La pata de ciervo puede ser
desgarrada por un buitre y sus tendones se utilizarían como cuerdas
del chelys (en griego, χέλυς, y en latín, testudo), el instrumento que
dio origen a la lira, y cuya caja de resonancia era, precisamente, un
caparazón de tortuga.

152
Ibíd. nota 13. (T. I, lib. I, p. 32).
Manuel Plata Luque

EL FINAL DE UN CICLO

Después de abandonar el castillo del Rey Pescador, y tras


encontrarse con una doncella que sostiene el cadáver de un caballero
decapitado y que le informa de ciertos detalles que desconocía de su
madre y del rito sagrado del Grial, Perceval coincide en el camino con
una mujer que cabalga a lomos de un escuálido y mortecino palafrén.
Se trata de la joven a la que había mancillado cuando salió de la casa
de su madre en la Yerma Floresta. A causa de la acción de Perceval, el
prometido de la muchacha, que anteriormente lo habíamos comparado
con el propio dios Zeus, la condenó a cabalgar sola, manteniéndola
encadenada con un lazo invisible que él mismo se encargaba de
supervisar desde lejos, privándola a ella y a su montura de los más
mínimos cuidados, y matando a quien pudiera traerle algún consuelo,
siquiera el de la conversación.
El hecho de que aparezcan los mismos personajes que en la escena
de la tienda nos transmite la idea de final de ciclo, aunque no se cierre
en sentido estricto. Una vez muerta su madre, Perceval ya no tiene
ningún interés de regresar a su casa, de modo que, aunque ha
perfeccionado un giro completo, su movimiento ha sido más bien
helicoidal. Si cuando salió de su casa llevaba un objetivo claro,
convertirse en caballero, y tras lograrlo, volver a sus tierras, una vez
muerta la madre, sus metas han quedado difuminadas. Ha completado
un periodo, sí, pero, por desgracia, no es circular. Si el camino
astronómico comenzó en Acuario, su final se desvía un poco hacia el
norte: tras dejar el castillo del Grial en Sagitario, continua durante un
breve tiempo por la eclíptica, hasta que la joven que vela al caballero
muerto le informa de la muerte de su madre. En ese momento,
Perceval abandona el camino y toma un sendero que lo lleva hasta

129
El verdadero rostro de Dios.

Equuleus y Andrómeda.
Empecemos por la constelación del Caballito:

Percevax la santele va
toz uns escloz que il trova
d’un palefroi et megre et las,
qui devant lui aloit le pas.
Del palefroi li estoit vis,
tant estoit megres et cheitis,
qu’an males mains estoit cheüz.
Bien travelliez et mal peüz
sanble que il eüst esté,
ausi come cheval presté,
qui le jor est bien travelliez
et la nuit mal aparelliez.
Autel del palefroi sanbloit.
Tant estoit megres qu’il tranbloit
ausi com s’il fust anfonduz ;
trestoz les crins avoit tonduz
et les oroilles li pandoient ;
cuiriee et past i atandoient
tuit li mastin et li gaignon,
que il n’avoit se le cuir non
tant seulemant desor les os.153

Perceval va por el sendero


siguiendo unas huellas que había encontrado
de un palafrén flaco y cansado,
que iba delante de él al paso.
Se imaginó que el palafrén
estaba tan flaco y desgraciado
porque había caído en malas manos.
Muy trabajado y mal alimentado
parece que haya estado,
igual que un caballo prestado,
que de día se harta de trabajar
y de noche está mal cuidado.
Así lucía el palafrén.
Tan flaco estaba que temblaba
como si estuviera acatarrado;
todas las crines tenía rapadas

153
Ibíd. nota 1. (Vv. 3677–3697).
Manuel Plata Luque

y las orejas le caían;


piel y comida esperaban
el mastín y el perro de presa,
pues no tenía más que cuero
sobre los huesos.

Esto es lo que dice el poema de Troyes del caballo donde


cabalgaba la doncella. Acudamos a buscar su paralelo en el Libro de
la ochaua espera. En este caso, la constelación de Equuleus es
llamada la Pieza del cauallo:

Et la segunda manera es porque aquella pieça de cauallo semeía de


cosa muerta, et muerta non puede seer ninguna cosa sinon quan
non finca en ella espirito, de guisa que non se puede ayudar de
ninguna cosa ni seer cuemo ante era. Et por ende quanta nobleça et
fortaleça muestra el cauallo siendo uiuo. tanta flaqueça muestra en
él siendo muerto, et mayormientre quan es fecho pieças: onde
mucho conuiene á los que usaren por este saber, que paren mientes
en las fayçiones de las figuras, et en la manera de cuemo están, si
muestran que son uiuas. ó parescen si son muertas, ó si sannas ó
enfermas, et si enfermedad an de quál manera es. ó en qué
miembros la an. Et otrossí si son presas ó sueltas, otrossí si las
fieren ó si las tienen derribadas al suelo por fuerça. assí cuemo si
un ome derribasse á otro, ol firiesse. ó trauasse dell pora afogalle.
ó si la figura mesma fuesse fecha á manera de ome muy pobre, ó
muy flaco, assí que semeíasse cosa uil. et muy astrosa, ó si tuuiesse
sota sí alguna bestia pora fazelle mal. ol mordiesse. ol picasse
alguna aue en los oíos, ó le metiesse las unnas por la boca, ó si le
cayesse alguna cosa que leuasse en la mano, ó en la cabeça. ó en el
cuello, ó á cuestas, ó en tropeçasse. ó lo ouiesse de uerter. ó de
quebrantar.154

¿Alguien puede negar que el palafrén de la mancillada muchacha


posee todas las características que el libro toledano le aplica a la
constelación de Equuleus? La comparación más evidente es aquella en
la que el primero está siendo perseguido por dos perros de presa para
devorarlo, mientras que el de la Pieza del cauallo tiene sota sí alguna
bestia pora fazelle mal. ol mordiesse.
Vayamos ahora a por la muchacha. Nosotros consideramos que se
trata de la constelación de Andrómeda, que en el Libro de la ochaua

154
Ibíd. nota 13. (T. I, lib. I, pp. 49–50).

131
El verdadero rostro de Dios.

espera se la denomina Mugier encadenada:

Et esta figura, á que llaman la mugier encadenada, es fuerte de


entender mas que ninguna figura deste libro, según semeíança. Ca
ella aparesce mugier manceba que está en pie. et tiene la cabeça
descubierta, assí que non tiene sobre los cabellos ninguna cosa que
gelos cubra, et está en pie cuemo que anda ó quiere andar, et
uestida. et cinta, et descalça una partida de las piernas, que
parescen los pies todos, et demás de todo esto tiene los braços
abiertos en cruz, et las palmas estendudas. Et tiene otras mayores
marauillas en sí. ca está cinta con una cadena que a en el cabo
colgada bien cuemo correa, et tiene otra cadena echada bien sobre
las rodiellas. et por estas cadenas que tiene desta guisa la llaman
la mugier encadenada. Et demás de todo esto tiene en sí
marauillosa cosa, cuemo en tener dos pezes atrauesados. ell uno en
los pechos sobre la encadenadura de la cinta, et ell otro en los pies
so la encadenadura de las rodiellas. et estos pezes son comunales,
pero mas tiran á seer grandes que pequennos. et tienen las colas
abiertas, et las alas con que nadan bien cuemo si fueren uiuos. ó
quisiessen nadar. Onde por estas cosas todas es muy marauillosa
esta figura, cuemo seer de faycion de mugier. que es cosa flaca mas
que ell ome por natura, et seer embargada de tan estrannos
embargamientos cuemo de cadenas, en que a tres embargos. El
primero seer de fierro, que es muy fuerte cosa, tal que no se puede
quebrantar ni romper sinon con otro tal cuemo sí. ó con fuego. Et
por ende es atadura que agrauia mucho, et embarga al que es della
atado. La segunda porque es muy pesada, et faze gran
embargamiento. La tercera porque nunca la ponen á cosa sinon en
aquella que tienen presa, et que non quieren que se uaya.155

Veamos lo que dice Troyes de la doncella:

... et une pucele ot desus,


einz si chestive ne vit nus.
Neporquant assez bele fust
se assez bien li esteüst ;
mes si malemant li estest
qu’an la robe que ele vest
n’avoit plainne paume de sain,
einz li sailloient hors del sain
les memeles par les costures.

155
Ibíd. nota 13. (T. I, lib. I, pp. 53–54).
Manuel Plata Luque

A neuz et a grosses costures


de leus an leus ert atachiee,
et sa char si fu dehachiee
de noif, de gresle et de gelee.
Desliee et desafublee
estoit, si li paroit la face
ou avoit mainte leide trace,
que ses lermes par tot sanz fin
i avoient fet le traïn ;
que jusqu’au manton li coloient
et par desor sa robe aloient
jusque sor les genolz colant.156

... y una doncella llevaba encima,


nunca antes se vio a alguien tan miserable.
Sin embargo, sería bastante bella
si estuviese bastante arreglada;
pero tan mal estaba
que en la ropa que vestía
no había un simple palmo sano,
antes bien le salían fuera del seno
los pechos por las costuras [abiertas].
Con nudos y gruesas costuras
de cuando en cuando iba remendada;
y su carne estaba desgarrada
por la nieve, el granizo y el hielo.
Desatada y desnuda
tenía [la cabeza], así aparecía la cara
donde tenía un muy feo rastro,
pues sus lágrimas, que recorrían todo su cuerpo sin detenerse,
habían llegado hasta las piernas;
hasta la saya le fluyeron
y por debajo de su ropa discurrieron
hasta derramarse en las rodillas.

Como vemos, tanto la mugier encadenada como la doncella del


palafrén llevan el cabello descubierto, sin ningún tocado. Además, las
lágrimas que le recorren todo el cuerpo y le bajan por la saya hasta
derramarse en las rodillas son una forma de referirse a las cadenas de
la constelación de Andrómeda, que, efectivamente, tiene otra cadena
echada bien sobre las rodiellas. Es el feo rastro que presenta la faz de

156
Ibíd. nota 1. (Vv. 3701–3721).

133
El verdadero rostro de Dios.

la joven, que se encuentra embargada, presa por la férrea cadena del


Orgulloso de la Landa. Esta, con lágrimas en los ojos, le ruega a Dios
que la libre del encadenamiento a que la tiene sometida el tirano
caballero, condena que no se merece, pues no cometió delito alguno.
Esta situación es similar a la que vivió Andrómeda, que fue
encadenada a unas rocas al borde del mar como ofrenda a un
monstruo marino para purgar el pecado de soberbia de su madre
Casiopea. En este caso, como en el del cuento del Grial, la doncella es
librada por un muchacho que lucha contra el mal que la atenaza.
También podemos encontrar similitud entre los pechos que la doncella
exhibe fuera del corpiño y el pez que hay sobre los pechos de la mujer
encadenada.
En este punto, la historia de Perceval parece terminar, salvo dos
momentos puntuales en los que se nos muestra al galés como perdido,
hasta que, finalmente, un ermitaño le perdona sus pecados y le marca
un nuevo objetivo que perseguir.
Al contrario del circular, que tiene un principio y un final, el
movimiento espiral seguido por Perceval sugiere una continuidad.
Una circunferencia interrumpe su trazado cuando se encuentra con su
propio comienzo, como un ouróboros; en cambio, el movimiento
helicoidal, al igual que un muelle, se sucederá sin solución de
continuidad hasta que alguien exterior a la propia dinámica del flujo
lo corte.
En este sentido, mucho se ha escrito sobre la abrupta interrupción
del cuento del Grial, y muchas han sido las teorías. La que más peso
tiene es que el autor falleció antes de poder terminarlo. Sin embargo,
nosotros pensamos que el relato se interrumpió sencillamente porque
Troyes contaba una historia helicoidal, que comenzó con la salida de
Perceval de su casa, realizó un ciclo completo, y ese movimiento se
prolongó, como en una carrera de relevos, con la historia de Gauvain,
que realizó un recorrido similar al anterior, con idénticas estaciones de
hospedaje y situaciones calcadas, aunque invertidas, como si esta
segunda aventura fuese un reflejo especular de la anterior. Así, Li
conte du Graal termina como termina un muelle, con un corte brusco
que interrumpe la fluida evolución de sus espiras. El principal
argumento para apoyar tal hipótesis sería, precisamente, el punto en
que la obra se interrumpe, que coincide exactamente con el final del
ciclo de Gauvain, sin sustraernos ningún hecho esencial equiparable a
aquellos que perfeccionó Perceval.
Manuel Plata Luque

No nos demoraremos mucho en recordar las aventuras de Gauvain,


pero destacaremos que comienza con la llegada de la fea mujer de la
mula, un personaje con atributos similares a los de la muchacha que
cerró el ciclo de Perceval.
En efecto, las dos son doncellas, ambas aparecen montadas en una
cabalgadura, y sus rostros son mostrados como feos; la una por el
rastro de las lágrimas; la otra, porque tiene labios de asno –en la
descripción de la mugier encadenada, la cabeza de Andrómeda forma
parte del caballo Pegaso: Et en somo de la cabeça a una estrella que
es común á la cabeça desta mugier. et á la ueriía del cauallo. et
dízenle en aráuiguo raz almara. que quier dezir cabeça de la mugier–
. Si la muchacha mostraba los pechos por fuera de la ropa, y lo
comparamos con el pez delantero de la constelación de Andrómeda, la
doncella de la mula tiene los dos peces narrados en el libro toledano,
una giba en el pecho y la espalda corcovada. Además, si la mugier de
la constelación está en pie cuemo que anda ó quiere andar, la fea
mujer tiene las piernas como si quisiese ponerse a bailar. Además,
ambas portan las cadenas propias de esta constelación, pues esta
última lleva su pelo recogido en dos trenzas que parecen de hierro. No
en balde, Troyes las denomina objetos del infierno, anfer, palabra que
utiliza para componer un pareado con el verso siguiente, que termina
en fer, hierro.
Como vemos, este es el punto de unión de la historia de Perceval y
la que posteriormente le acontece a Gauvain. Hemos dicho que las
situaciones que le ocurren a este caballero son similares, aunque
inversas, a las que vivió Perceval. Así, Gauvain llega al primer
castillo de su recorrido, el de Tiebaut de Tintagel. Si el castillo de
Gornemanz estaba situado sobre una roca, el de Tintagel se encuentra
en un llano. Por determinadas razones, en aquel lugar debería
celebrarse un torneo con la participación inexcusable del señor del
castillo. Este, a diferencia de Gornemanz, no es consejero, sino que es
aconsejado por sus cortesanos. De igual modo, a diferencia de
Gornemanz, no es un experto caballero, y por eso se está demorando
el torneo, pues sus consejeros temen que pueda ser derrotado por
Meliant de Liz.
Gauvain no encuentra hospitalidad en ese castillo, pues la única
portezuela que no había sido tapiada, estaba cerrada con una fuerte
puerta, así que decide pernoctar en un prado rodeado de estacas; nada
que ver el débil vallado con la robusta fortaleza de Gornemanz.

135
El verdadero rostro de Dios.

Cuando los del interior del castillo se percatan de su presencia,


resuelven que sea Gauvain el que dispute el torneo en lugar del señor,
de modo que, más por interés que por hospitalidad, finalmente es
albergado en el interior de las murallas.
Frente a un Perceval orgulloso y recién armado caballero, Gauvain
es veterano y humilde, y, aún conociendo sus fuerzas, renuncia a
alardear de ellas.
Tras abandonar Tintagel, Gauvain recala en el segundo castillo de
su periplo, Escavalon. Este castillo es muy similar al de Belrepeire.
Ambos se encuentran situados al pie del mar y poseen una gran
riqueza en monedas y metales preciosos. Sin embargo, aquí terminan
los parecidos. Mientras que los habitantes de Belrepeire no podían
disfrutar de su fortuna, pues el sitio a que estaban sometidos les
impedía adquirir alimentos y productos, los de Escavalon parecían
vivir en una permanente feria por la intensa actividad comercial.
Cuando Perceval llegó a Belrepeire, en un principio fue acogido
con poco entusiasmo. La falta de víveres hacía complicada la
subsistencia de los moradores; en tales condiciones, una boca más que
alimentar no era un plato de buen gusto. Además, el estado ruinoso
del recinto no se prestaba a recibir invitados. Sin embargo,
posteriormente, sus habitantes lo consideran un buen candidato para
convertirse en su señor.
En el caso de Gauvain, ocurre todo lo contrario. Sin conocerlo de
nada, el señor de Escavalon lo acoge calurosamente, y en una muestra
de gran confianza, lo envía a su hermana, a quien le da instrucciones
de que lo reciba como si fuera su hermano. Cuando ambos se
encuentran, la escena de la muchacha ofreciéndole su amor –amor que
fue más allá del meramente fraternal– sin reparos es semejante a la de
Blancaflor en la cámara de Perceval.
Sin embargo, cuando es reconocido como el hombre que mató al
padre del rey y de la doncella, es sitiado por la muchedumbre en la
torre principal, olvidando el sagrado deber de hospitalidad. Es decir,
Perceval llegó a un castillo sitiado y lo liberó; Gauvain es acogido en
un castillo libre y termina asediado.
Después de este pasaje y otras peripecias, Gauvain llega a un
enclave semejante a aquél en el que Perceval se encontró con el Rey
Pescador. Se trata de un río cuya anchura es mayor que la de un tiro
de ballesta. Allí se encuentra con un barquero que, como el Rey
Pescador, lo ayuda a atravesar el cauce y lo invita a alojarse en su
Manuel Plata Luque

casa, que también se encuentra en la orilla opuesta.


Pero la verdadera aventura de Gauvain tiene lugar en el castillo del
señor de las tierras que baña ese río. Y aquí nos encontramos con más
similitudes especulares. Si el castillo del Rey Pescador estaba
asentado en un valle, este lo está en lo más alto de un acantilado; y si
el primero era de fuerte granito, este está construido de fino mármol.
El culmen de esta extraña identidad invertida de las aventuras de
Gauvain y Perceval se da cuando, una vez dentro del castillo, el
primero se convierte en el señor de aquellas tierras y una doncella le
informa de que la única condición para ostentar tal puesto es
permanecer de por vida encerrado entre aquellas paredes. Ante tal
perspectiva, Gauvain se aflige y se recuesta en la cama, a semejanza
del Rey Pescador. La doncella observa el cambio de semblante y la
postura reclinada, y aunque intuye que se encuentra mal, no le
pregunta qué le ocurre, produciéndose la paradójica situación en la
que el caballero que repite el recorrido de Perceval pasa a ocupar la
misma situación que la que tenía el Rey Pescador, siendo él el que
necesita de la pregunta de alguien para sanarse de sus dolencias.
Poco después, Gauvain abandona el castillo y se encuentra a la
Orgullosa de Logres y al Orgulloso de la Roca del Angosto Camino, a
quien vence en singular combate. Esta escena recuerda a la de la
muchacha que vela el cadáver de su amado y a la que se encontró
Perceval a su salida del castillo del Rey Pescador.
Luego de esto, Gauvain, engañado por la Orgullosa de Logres,
espolea a su caballo para atravesar el Vado Peligroso, y, una vez
superado el obstáculo, se apresta a recomponer a su corcel del
esfuerzo realizado, en una imagen en la que la caballería se asemeja al
débil palafrén de la constelación de Equuleus.
También en esta ocasión, de la constelación del Caballito se pasa a
otra vinculada con Andrómeda. Cuando Gauvain recupera a su
caballo, continúa su camino hasta que se tropieza con un caballero
que lo reta a un duelo. Ambos acuerdan que el combate sea
presenciado por testigos, y los de Gauvain serán miembros de la corte
del rey Artus, que se encuentran celebrando Pentecostés en un lugar
llamado Orcania. Este nombre, claramente derivado de orca, animal
que ya se conocía en la edad media, se puede vincular sin problemas
con el de la constelación Cetus, el monstruo marino que Poseidón
envió para devorar a Andrómeda encadenada en la orilla del mar.
Establecido el pacto, Gauvain regresa al palacio de mármol y

137
El verdadero rostro de Dios.

envía a un paje a Orcania, para trasladar el aviso del duelo a los


caballeros de la corte de Artus. Este paje es la contraparte de la
doncella fea de la mula. Al igual que esta, llega a la corte para
movilizar a los caballeros, pero, a partir de ahí, todo son opuestos:
frente a la fealdad y las malas maneras de la mujer, el paje es un
hombre bello, dispuesto y servicial. Y si la primera montaba una mula
renqueante, este cabalga sobre un corcel brioso y bien cuidado,
semejante a la constelación de Pegaso. Cuando el paje llega ante el
rey Artus, se interrumpe el poema.
En el cuento se pueden encontrar, pues, dos ciclos completos y
similares, el de Perceval y el de Gauvain, que acaban de igual manera,
con un mensajero a caballo llegando a la corte del rey Artus para
poner en marcha a quienes escuchan sus palabras.
Tal vez el modo de finalizar no sea demasiado ortodoxo, pero,
¿acaso hay algo ortodoxo en el misterioso poema de Chrétien de
Troyes?
De hecho, no podía acabar de otra forma, porque una narración
más extensa habría iniciado un nuevo ciclo en el punto en que el paje
le comunicó a Artus el duelo de Gauvain. Probablemente, algún otro
caballero, si no el propio Rey Artus, habría presenciado el combate y,
tras la victoria de Gauvain, este le habría confiado su promesa de
recuperar la lanza que sangra y, para no romper el corazón de su
madre y hermana, habría permanecido en el castillo de la Roca de
Champguín. En este punto habría comenzado el nuevo ciclo de
búsqueda de la lanza que, a su conclusión, habría traído una nueva
vuelta de muelle, y así, ad infinitum.
En cambio, este final nos parece totalmente acertado, porque no es
algo limpio, del tipo circunferencia, sino que se trata de una ruptura
de muelle, con el que Troyes parece decirnos que termina ahí como
podría haber terminado en otro sitio, porque una línea helicoidal no
tiene un final, como la circunferencia, en un punto concreto.
De lo que sí estamos convencidos es de que el abrupto final no se
debió a la muerte del autor. Si uno lee la introducción que Chrétien de
Troyes le dedica a su mecenas, el conde Felipe de Flandes, no parece
que haya sido escrita al comienzo de la obra, sino que, más bien, nos
transmite la sensación de un trabajo culminado. Las últimas frases así
parecen atestiguarlo: Ce est li contes del graal,... s’orroiz comant il
s’an delivre. Este es el cuento del Grial,... oíd cómo se le ha dado a
luz.
Manuel Plata Luque

UN HOGAR SANADOR

Cuando nos detenemos en el poema de Chrétien de Troyes,


observamos algo que, cuanto menos, llama la atención. A pesar de la
importancia capital del Grial, en realidad, el tema recurrente de la
obra es el concepto hospitalidad. El inequívoco término utilizado para
referirse a esta incesante demanda de refugio y alimentos es ostel. A
lo largo de todo el poema, dicha palabra, con sus distintas variantes,
se emplea en más de sesenta ocasiones, frente a las menos de treinta
de Graal.
La palabra ostel, derivada de la latina hospitalis, pertenece al
francés antiguo, y su significado original hacía referencia a hospital
de enfermos y desamparados. Posteriormente se amplía su significado
al más genérico de acoger al desamparado, de donde surge la palabra
hôtel. En el mundo francófono existe una institución fundada y
dirigida por la Iglesia llamada hôtel–Dieu, morada de Dios, dedicada
a acoger a huérfanos, indigentes y peregrinos. Más tarde, este término
sale del mundo eclesial y pasa a designar a los albergues de viajeros,
sustituyendo en este caso a la latina mansio, que, no se nos debe
olvidar, estaba dirigida por un mansionarius, el mismo título del
protagonista de la fiesta medieval dionisíaca Cornimannia, que estaba
basada en una institución, las diaconías, cuya finalidad era,
precisamente, la de acoger y mantener a personas desamparadas.
El concepto hospitalidad, en el sentido de proveer los cuidados
necesarios a quien los necesite, aparece en Li conte du Graal de varios
modos, no siempre claros.
Nos podemos encontrar tres situaciones totalmente diferentes en
las que una persona siente necesidad de ayuda, y que, también, son
resueltas de forma distinta.

139
El verdadero rostro de Dios.

La primera situación es aquella en la que Perceval requiere de


hospitalidad durante su periplo. Desde que sale de casa de su madre,
el poema describe situaciones en las que el caballero necesita
alojamiento o comida, o ambas: la primera noche, como buen
asilvestrado, duerme en el bosque; al día siguiente está hambriento y
asalta la tienda de una doncella que ha acampado para pasar una
jornada de campo; más tarde, solicita descansar en los castillos de
Gornemanz de Goorz, Blancaflor y el Rey Pescador. En todos los
casos, sea con la acogida favorable de los huéspedes o sin ella –como
el caso de la doncella de la tienda–, Perceval recibe las atenciones
requeridas.
El segundo supuesto es cuando alguien precisa la ayuda de
Perceval, pero este no se la ofrece. Cuando ocurre esto, el necesitado
y sus allegados sufren las nefastas consecuencias de dicha falta de
conmiseración, en forma de carestías, enfermedades y muerte. Es el
caso de la propia madre del héroe. Aunque este la ve caída en el suelo,
no se compadece de ella y continúa su marcha sin acudir a comprobar
su estado. La madre muere, y el propio hijo sufre las consecuencias,
pues su pecado hace que no pregunte por el significado de la
Procesión del Grial.
El tercero es similar al anterior, pero ahora, Perceval se interesa
por su semejante. Cuando esto ocurre, el damnificado recupera la
salud, el patrimonio y la felicidad. Hay dos ejemplos claros de esto. El
primero ocurre cuando llega a la corte del rey Artus. Allí, Perceval le
pregunta a un carbonero cómo se llega al castillo real. Este le da la
respuesta y le comenta que el rey está alegre y triste. Más por
curiosidad que por compasión, el muchacho se interesa por las causas
de tales sentimientos opuestos. Sea por lo que fuere, el caso es que
pregunta, y esa pregunta hace que, sin quererlo, el sencillo montaraz
consiga devolverle la felicidad al rey y la prosperidad a su reino.
Gracias a ese sentimiento oculto de compasión, se enterará por
boca del propio rey que el motivo de su tristeza es la humillación que,
tanto él como la reina, han sufrido por parte del Caballero Bermejo. A
Perceval parecen no importarle los pesares de los reyes; sin embargo,
al matar a dicho caballero para arrebatarle las armas, logra, de forma
indirecta, vengar la afrenta.
Por otra parte, tenemos lo ocurrido en el castillo de Belrepeire,
donde Perceval tampoco pregunta a su anfitriona por las causas de la
miseria que asola su reino, pero, al igual que le ocurrió con el rey
Manuel Plata Luque

Artus, Blancaflor le cuenta sus preocupaciones sin que exista pregunta


previa, y las armas de Perceval le devuelven la salud y el bienestar a
sus súbditos, y la prosperidad económica a sus dominios. En este
supuesto, la acción de desagravio sí es plenamente consciente.
Esta noción de hospitalidad reparadora adquiere su máxima
expresión en el lugar más destacado de todo el poema: la chimenea
del salón del trono del Rey Pescador.

La chimenea de bronce

Cuando Perceval llega al salón del trono del castillo, se encuentra


al Rey Pescador recostado en un diván e iluminado por una poderosa
chimenea de bronce en la que arde un fuego con tanta intensidad que
consigue iluminar todo el salón del trono sin necesidad de más puntos
de luz. Este fuerte resplandor es el recurso utilizado por Chrétien de
Troyes para equiparar la real estancia con un albergue:

... si ot devant lui .i. feu grant


de sesche busche, bien ardant,
et fu antre .iiii. colomes.
Bien poïst an .iiii.c. homes
asseoir anviron le feu,
s’aüst chascuns aeisié leu.
Les colomes forz i estoient
qui le cheminal sostenoient,
d’arain espés et haut et lé…
… Derriers lui vit .i. bacheler,
antor le feu qui cler ardoit…
… Leanz avoit .i. luminaire
si grant con l’an le porroit faire
de chandoiles an .i. ostel. 157

... había ante él un gran fuego


de madera seca que ardía con gran intensidad,
y que estaba entre cuatro columnas.
Con comodidad podían cuatrocientos hombres
sentarse alrededor del fuego,
ampliamente acomodados cada uno en su sitio.
Las columnas eran fuertes,
y sostenían la chimenea

157
Ibíd. nota 1. (Vv. 3083 y ss.).

141
El verdadero rostro de Dios.

alta y ancha de bronce macizo…


…Detrás de él vio a un escudero,
deambulando alrededor del fuego que claro ardía…
… Dentro del salón había una luz
tan intensa como la que podían emitir
las velas de un albergue.

Esta imagen se corresponde con el espacio celeste ocupado por


Escorpio y Centauro, que permanecen juntos sentados frente a una
chimenea, la constelación del Altar, o Ara; o, como aparece en el libro
toledano, del Fogar, el Hogar.
La chimenea del Rey Pescador y la constelación del Hogar
descrita en el Libro de la ochaua espera tienen sospechosas
coincidencias:

Et estos fogares son fechos de muchas maneras... ay otros que


fazen daquellos metales que sufren fuego, assí cuemo fierro, ó
cobre, ó plata, ó oro. Et cada uno destos an mester los omes segund
so poder, ó so riqueza, por calentarse, et por end los fazen los mas
apuestos que pueden ser et los mas ricos. mas los mas nobles
daquellos son de plata ó de oro. á que se calientan los
emperadores, et los reyes, et los otros nobles sennores que son por
el mundo. Et esta forma que está en el cielo. que es fecha á manera
de fogar. es assemeíante de las meíores. Ca él es bien laurado. et
apuesto. et non semeía que está cuemo oluidado. ni uacío. antes
semeía que está sobrel cosa que arde muy de rezio. et que echa muy
grandes flamas. Et aun ay mas. que de las estrellas que son en esta
figura, et son siete, que las quatro dellas están en medio de la
flama. Et esto non puede seer sin gran significança. et sin gran
uertud. et sin gran huebra, pora qui bien lo sobier escodrinnar. et
catar las cosas que y a mester.158

Sin duda, la chimenea del salón del trono del Rey Pescador hace
alusión a la constelación del Ara. Para empezar, el material de que
está hecha es de uno de los metales nobles que enumera el libro
toledano, de bronce macizo. Si en Li conte du Graal se hace hincapié
en las cuatro columnas que hay alrededor del fuego, La ochaua espera
pone especial énfasis en las cuatro estrellas que están en medio de la
flama. En la hoguera del hogar del Grial había madera seca que ardía
con gran intensidad, y en la constelación, una cosa que arde muy de
158
Ibíd. nota 13. (T. I, lib. I, p. 113).
Manuel Plata Luque

rezio, et que echa muy grandes flamas. Y, si este asterismo no semeía


que esté cuemo olvidado, lo mismo habría que decir de la chimenea
del Rey Pescador, que es el centro de atención de toda la estancia.
Pero hay un hecho que no encaja en esta historia. Si todo lo que
rodea al Rey Pescador está descrito con gran magnificencia, no tiene
sentido que la chimenea sea de bronce, cuando, en el libro toledano, el
metal apropiado para emperadores, reyes y nobles es el oro y la plata.
Para entender esta discrepancia es preciso recordar que la
hospitalidad es la verdadera línea interpretativa de toda la literatura
griálica. Troyes utiliza la chimenea de bronce –y, más concretamente,
la inmensa luz que desprende el fuego que arde en su interior– como
punto de unión entre el salón del trono y un ostel, un hospital donde
restañar las heridas. Aquí, la tradición hebrea viene a echarnos una
mano.
Hemos dicho que el Libro de la ochaua espera contempla las
constelaciones desde el punto de vista principalmente árabe. En él, la
constelación del Hogar es una variante de la grecolatina Ara, o Altar.
En el Libro del Éxodo 27 se describe el Altar de Bronce más
célebre de la historia occidental, el que Yahve–Adonai mandó
construir a Moisés para curar las enfermedades del espíritu de su
pueblo, y que debía instalarse dentro del tabernáculo. Además, en el
Levítico 6:12–13 se dice que en este altar arderá un fuego perpetuo.
Sin embargo, no fue este el único objeto de bronce que Yahve–
Adonai regaló al pueblo de Israel para su bienestar; también la salud
física podía ser restituida por medio de un artefacto que se asemeja a
la chimenea del Rey Pescador: la serpiente de bronce ardiente elevada
sobre una columna. En Números 21:4–9 podemos leer:

Partieron del monte de Hor, por el camino del mar Rojo, para
rodear la tierra de Edom, y el pueblo se impacientó por causa del
viaje.
Y el pueblo habló contra Dios y Moisés: ¿Por qué nos habéis
sacado de Egipto para morir en el desierto? Pues no hay comida ni
agua, y detestamos este alimento tan miserable.
Y el Señor envió serpientes abrasadoras entre el pueblo, y
mordieron al pueblo, y mucha gente de Israel murió.
Entonces el pueblo vino a Moisés y dijo: Hemos pecado, porque
hemos hablado contra el Señor y contra ti; intercede con el Señor
para que quite las serpientes de entre nosotros. Y Moisés intercedió
por el pueblo.

143
El verdadero rostro de Dios.

Y el Señor dijo a Moisés: Hazte una serpiente abrasadora y ponla


sobre un asta; y acontecerá que cuando todo el que sea mordido la
mire, vivirá.
Y Moisés hizo una serpiente de bronce y la puso sobre el asta; y
sucedía que cuando una serpiente mordía a alguno, y éste miraba a
la serpiente de bronce, vivía.159

Nótese el paralelismo que hay entre las serpientes abrasadoras


que Yahve–Adonai envía para morder al pueblo impío y el ardiente
veneno que provocó la herida del Rey Pescador en la versión de
Wolfram von Eschenbach: Como en la punta de la lanza aún hay
restos del ardiente veneno, esto amortigua algo el terrible y doloroso
frío de la herida160. Si la serpiente ardiente de bronce de Moisés sana
a aquellos que han sido heridos por las serpientes ardientes enviadas
por Yahve–Adonai, la misma lanza ardiente que provocó el daño en
las piernas de Amphortas es la que logra mitigar el dolor de su herida.
Por otro lado, también es significativo que, tanto en el caso de esta
serpiente de bronce elevada sobre una columna, como en el lapis
exillis de Wolfram von Eschenbach, su mera visión baste para
mantener con vida a quienes sufren heridas mortales, lo que nos lleva
a intuir que, muy probablemente, la chimenea del salón del trono es,
en realidad, la verdadera fuente que mantiene la vida, aunque con
dolores, del Rey Pescador. El lapis exillis es una piedra refulgente
encargada de mantener con vida al rey tullido; mientras que en
Troyes, la escudilla, o Grial, no sirve a este rey, sino a un desvalido
anciano que se encuentra recluido en una habitación anexa al salón del
trono. El único nexo común en ambas versiones es un objeto que
proyecta una potente luz sobre el Rey Pescador, sea el lapis exillis o la
chimenea de bronce elevada sobre columnas, a modo de la serpiente
ardiente de bronce izada en una columna.
Si en la Biblia, la salud espiritual se asemeja a la física por medio
de dos objetos similares en cuanto a su naturaleza ígnea y broncínea,
el hogar de bronce de Li conte du Graal aúna estas dos propiedades,
lo que nos transmite la idea de que la sanación que proporciona tal
chimenea es de tipo holístico.
Este bienestar integral aparece recreado en las palabras del mismo
Troyes cuando escribe que, una vez que Perceval se enfrentó al
159
Anónimo. Números 21:4–9. Edición digital de Biblia Paralela. [En línea]. Disponible en:
https://bibliaparalela.com/numbers/21–4.htm [2019, 3 de noviembre].
160
Ibíd. nota 3. (Vol. I, lib. IX, vv. 976–977).
Manuel Plata Luque

ejército que sitiaba el castillo de Blancaflor, la prosperidad y la alegría


volvieron al reino en forma de alimentos y salud.
Cuando el joven caballero llega a Belrepeire, se encuentra un
panorama desolador:

... et chevalche tant que il voit


I chastel fort et bien seant.
Defors les murs ne voit neant
fors mer et eve et terre gaste...
… Se bien eüst as sergenz,
mout fussent bel, mes il avoient
meseise eü tant qu’il estoient
tel qu’an poïst mervellier,
de geüner et de vellier.
Et cil ot bien defors trovee
la terre gaste et escovee,
dedanz rien ne li amanda,
que par tot la ou il ala
trova anhermies les rues
et les meisons viez decheües,
que home ne fame n’i avoit…
… Molins n’i mialt ne n’i cuist forz
an nul leu de tot le chastel,
ne trova pain ne gastel,
ne rien nule qui fust a vandre
don l’an poïst .i. denier prandre. 161

Y cabalga tanto que llega a ver


un castillo fuerte y bien situado.
Fuera de los muros no ve nada más
que mar y agua, y tierra yerma…
… Si los servidores hubiesen sido prósperos
habrían sido más atentos; pero
habían padecido mucha miseria
–tanta que uno podría asombrarse–
por los ayunos y desvelos.
Y si él había encontrado afuera
la tierra yerma y barrida,
dentro del recinto nada lo mejora,
pues por donde él iba
encontraba desoladas las calles

161
Ibíd. nota 1. (Vv. 1704 y ss.).

145
El verdadero rostro de Dios.

y las casas veía derruidas,


sin que las habitara hombre ni mujer…
… Ni molinos, ni muelas, ni hornos
había en ningún lugar de todo el castillo,
ni encuentra pan ni tortas,
ni nada que estuviese en venta
que pudiera adquirirse con dinero.

En cambio, cuando hace frente a los enemigos de Blancaflor, la


fortuna cae sobre el reino entero:

Ce jor meïsmes uns granz vanz


ot par mer chaciee une barge
qui de fromant portoit grant charge
et d’altre vitaille estoit plainne.
Si con Deu plot, antiere et sainne
est dedanz le chastel venue ;
et quant cil dedanz l’ont veüe,
s’anvoient savoir et anquerre
qui il sont et que il vont querre…
… Or ont bien fete lor besoigne
cil qui achatent et qui vandent.
A la nef deschargier antandent,
s’an font tot devant ax porter
por cez dedanz reconforter.
Qant cil del chastel venir voient
ces qui la vitaille aportoient,
croire poez que grant joie orent,… 162

Ese mismo día un gran vendaval


había sorprendido en el mar a una barca
que llevaba una gran carga de trigo
y estaba llena de otras provisiones.
Porque así lo quiso Dios, entera y sana
ha llegado hasta la delantera del castillo
y cuando allí delante la vieron los vigías del castillo,
enviaron a averiguar y saber
quiénes eran sus tripulantes y qué es lo que querían…
...Ahora han hecho un buen negocio
los que compran y los que venden.
Se ponen a descargar la nave

162
Ibíd. nota 1. (Vv. 2522 y ss.).
Manuel Plata Luque

y lo hacen llevar todo


para reconfortar a los de dentro.
Cuando los del castillo vieron venir
a los que llevaban las provisiones,
os podéis imaginar la gran alegría que tuvieron,…

Veamos la sorprendente descripción que El Libro de la ochaua


espera hace de la constelación del Fogar:

... et por este logar lo sopieron los antigos. et mostraron, et dixeron


ende mucho. Et dieron aún carrera por o todauía lo sopiessen los
que auian de uenir. et obrassen por ello, et sin esto que fallaron,
sopieron otrossí cuemo se guardassen de las grandes enfermedades
cuando las ouiessen. Et non tan solamientre assí. mas aún dotros.
Et de cuemo deuiassen danno de sos enemigos, et lo podiessen ellos
fazer. Et de cuemo arredrassen los males, et las pestilenças que
uienen muchas uegadas enna tierra, assí cuemo mortandades que
uienen ennos omes asso ora por el dannamiento del ayre. ó quando
faz muy grandes secas, ó muchas lluuias además, ó fuertes yeladas.
ó grandes pedriscos, porque non tan solamientre mueren los omes.
et pierden lo que an. mas aun en las otras animalias uiuas caen
muchas mortandades, que de enfermedat. que de no fallan que
coman. Et demás la tierra mesma se danna en tal manera que es
assí cuemo emponçonnada. porque las animalias que y uiuen non
pueden en ella auer uida. et an á morir por fuerça.163

... y es en este lugar [la constelación del Hogar] donde los antiguos
sabios encontraron tal conocimiento que luego mostraron y
propagaron. No contentos con eso, crearon una escuela para que
tales conocimientos no se perdiesen, y estuviesen a disposición de
los que habían de venir detrás de ellos, pues tales hallazgos
incluían soluciones para protegerse de las grandes enfermedades.
Y no solamente eso, si no otras cosas más. Los mismos incluían
técnicas para defenderse de los enemigos y, al mismo tiempo, para
poder provocarles daño, así como soluciones para las grandes
plagas que pueden afectar de forma indirecta al ser humano, por
contaminación del aire, por grandes sequías, por lluvias
torrenciales o por fuertes heladas o pedriscos. Estas catástrofes no
sólo dañan la vida y las propiedades de los hombres; también
provocan la matanza de los animales vivos, bien por enfermedad o
por falta de alimento. De este modo, al desaparecer la vida animal,

163
Ibíd. nota 13. (T. I, lib. III, p. 114).

147
El verdadero rostro de Dios.

la tierra se vuelve yerma, como si estuviese envenenada.

Como vemos, la imagen de Perceval devolviendo la salud, el


bienestar y la prosperidad, no sólo al reino de Blancaflor, sino
también a los marineros que proporcionaron los tan preciados víveres,
es idéntica a la de los antiguos sabios que encuentran en la
constelación del Hogar la solución a los mismos males.
Si esta hipótesis es válida, y la verdadera fuente de la inmortalidad
de Amphortas es la chimenea de bronce, que funcionaría a modo de la
mosaica serpiente ardiente de bronce, necesariamente nos surge una
nueva cuestión: ¿qué función cumple el Grial de Troyes en toda esta
historia?
Manuel Plata Luque

¿QUÉ ES ESTO DEL GRIAL?

Cuando, caída la noche, Perceval llega a Belrepeire, un apartado


castillo situado en una remota tierra a orillas del mar, lo primero que
hacen sus anfitriones es invitarlo a que se recueste junto a la princesa
en un diván sobre el que habían extendido una colcha de jamete.
Imitando a la pareja, los cincuenta caballeros que defendían el castillo
se acomodaron formando pequeños grupos de cuatro, cinco y seis
personas. A continuación, sirven lo único que tenían para cenar, cinco
panes. A pesar de tener que alimentar a Perceval, Blancaflor,
cincuenta caballeros y un número indeterminado de sirvientes, parece
que los cinco panes son suficientes, al menos para saciarlos.
Finalmente, una barca lanzada por una tormenta hasta las orillas del
mar proporciona abundante alimento a tan necesitada población.
En el castillo del Rey Pescador ocurre otro tanto. Es un lugar
alejado de cualquier vestigio de civilización y se encuentra a orillas de
una masa de agua, en esta ocasión, un río. También aparece un
hombre montado en una barca que invita a Perceval a una cena
abundante, la cual se celebra dentro de un salón en el que cabrían
cuatrocientas personas. Y, lo mismo que en Belrepeire, el anfitrión
aparece recostado en un diván.
Antes hemos identificado al Rey Pescador con Glauco. Veamos
cómo describe Ovidio la metamorfosis de este pescador beocio:

Hay, a un verde prado confines, unas playas, una de cuyas partes


de olas, la parte otra se ciñe de hierbas,
las cuales, ni adornadas novillas con su morder dañaron,
ni plácidas las cortasteis, ovejas, o las greñudas cabritas.
No la abeja de ahí se lleva diligente sus recolectadas flores,
no han ofrecido ellas para la cabeza festivas guirnaldas ni nunca

149
El verdadero rostro de Dios.

manos armadas de hoz las cortaron. Yo el primero en aquel


césped me senté, mientras mis linos mojados seco,
y para recontarlos, cautivos, en orden mis peces,
ahí encima expuse, esos que a las redes el azar,
o su credulidad a los corvos anzuelos había llevado.
La cosa semejante es a una fingida, pero ¿qué a mí el fingirlo me
aprovecha?
Al ser tocada esa grama empezó mi botín a moverse
y a mudar su costado y en la tierra como en la superficie a
apoyarse.
Y mientras me paro y me admiro a la vez, huye toda esa multitud
a las olas suyas y a su dueño nuevo y a la playa dejan.
Me quedé suspendido, y vacilo un tiempo y la causa inquiero,
de si dios alguno tal cosa, o si el jugo lo hiciera de tal hierba.164

Agotado de su larga jornada de pesca, Glauco vara su barca en la


orilla del mar, en un paraje desierto y completamente virgen, tapizado
por un prado de verde hierba, con la intención de descansar.
Aprovechando la parada, decide realizar un recuento de los peces
capturados, de modo que los agrupa en orden sobre la hierba. En ese
momento, se produce el milagro. Aquellos que descansaban
recostados sobre la hierba, recobran la vida, y, huyendo de su captor,
vuelven a las seguras y nutritivas aguas.
Este pasaje es el que se recrea en las dos cenas a las que Perceval
asiste; pero no aparece narrado de forma directa, sino a través de la
versión cristiana de este mito: las dos cenas de los panes y los peces.
En los cuatro Evangelios se cuenta cómo Jesús dio de comer a
cinco mil personas con tan sólo cinco panes.
Queriendo que los discípulos descansaran de su dura tarea de
divulgar las enseñanzas, los montó en una barca y los llevó a un lugar
desierto al otro lado del mar de Galilea. Cuando hubieron llegado allí,
se encontraron con que la muchedumbre que habían dejado en la orilla
opuesta los estaba esperando. Como los peces de Glauco, los
confiados seguidores de Jesús se dejaron atrapar por sus palabras y lo
siguieron hasta aquel apartado y virgen lugar.
Sorprendido por tal circunstancia, Jesús decidió sanar a los
enfermos y mostrarle a sus seguidores las enseñanzas secretas. Así
pasó el tiempo, hasta que los discípulos le pidieron a Jesús que
despidiera a las gentes para que tuviesen tiempo de llegar hasta un

164
Ibíd. nota 73. (Lib. XIII, vv. 924–941).
Manuel Plata Luque

poblado donde pudiesen comprar víveres para cenar. En este


momento, Jesús hace algo que nos recuerda las dos cenas de Perceval,
pero, sobre todo, el mito de Glauco; les pide a los discípulos que
dividan en pequeños grupos a las cinco mil personas que allí se
encontraban presentes, y los hagan recostarse encima de la hierba:

Entonces Jesús dijo: Haced recostar los hombres. Y había mucha


hierba en aquel lugar; y se recostaron, en número como de cinco
mil varones. Y Jesús tomando los panes, habiendo dado gracias, los
repartió a los discípulos, y los discípulos a los que estaban
recostados;...165

En la orilla del mar de Galilea, Jesús logra reunir a una gran


multitud y los alimenta con tan sólo cinco panes, los mismos que
había en el castillo de Belrepeire –repeire significa lugar apartado
donde reunirse en privado–. Además, la cifra de cincuenta caballeros
recuerda a aquellos cinco mil hombres varones a los que los
discípulos invitaron a recostarse en la suave colcha de hierba; del
mismo modo que la de los cuatrocientos hombres que cabían en el
salón del Rey Pescador es similar a los cuatro mil que, en una segunda
cena en otro desierto al borde del mar, se recogen en Mateo 15:38, y
Marcos 8:9.
La referencia en el Evangelio a la hierba, y su conexión directa
con la alimentación que recibieron los que encima de ella estaban
recostados, no puede tener más conexión con lo que le ocurrió a los
peces de Glauco, sobre todo, teniendo en cuenta una exquisita
contradicción en el texto evangélico.
En Marcos 6:33, se dice que el gentío siguió a Jesús a pie hasta el
desierto lugar donde tuvo lugar la cena. Por su parte, Juan 6:22
confirma que a aquella remota orilla solamente había llegado una
única barca. Sin embargo, inmediatamente después, en Juan 6:24, se
dice que, al día siguiente de tener lugar la santa cena, los cinco mil
que habían dormido sobre la hierba, se montaron en barcas y se
echaron a la mar, como le ocurrió a los peces de Glauco; e, incluso, al
mismo Glauco:

El día siguiente, cuando la gente que estaba al otro lado del mar

165
Evangelio de San Juan 6:10–11. Versión Reina Valera Gómez. Edición digital de Biblia Paralela.
[En línea]. Disponible en: https://bibliaparalela.com/rvg/john/6.htm [2019, 3 de noviembre].

151
El verdadero rostro de Dios.

vio que no había otra barca sino aquella en la que habían entrado
sus discípulos, y que Jesús no había entrado con sus discípulos en
la barca, sino que sus discípulos se habían ido solos... ellos
también entraron en unas barcas y vinieron a Capernaúm,
buscando a Jesús.166

Después del descanso nocturno, todos los allí presentes, Jesús,


discípulos y gentío, se echan al mar, a pesar de no haber más que una
única barca. Pero antes de eso, en la reunión secreta que tiene lugar en
el lugar apartado y cubierto de hierba, ocurrieron cosas muy
interesantes.
Lo primero que hizo Jesús fue actuar como la serpiente izada de
Moisés, sanando a los enfermos –es el mismo Jesús el que, en Juan
3:14, se identifica con esta serpiente ardiente de bronce–. Luego, los
allí presentes formulan preguntas que el Maestro se encarga de
responder; y al final de la reunión, reciben un alimento similar a aquél
cuyo nombre también es una pregunta, maná, expresión que proviene
del hebreo ‫( מן הוא‬transliterado, mãn hû), literalmente, ¿qué es esto?, a
causa de la pregunta que hicieron los israelitas cuando vieron aparecer
en el desierto el pan venido del cielo.
Y es que, aquellos que habían sido saciados en el prado desierto,
se identificaron con sus antepasados del desierto del Sinaí que, bajo la
guía de Moisés, habían comido el alimento venido del cielo. Y, como
sus mayores, también se plantearon una cuestión similar: si nuestros
padres vieron y creyeron, ¿qué es lo que harás, Jesús, para que
veamos y te creamos? Jesús responde a esta pregunta con otra
referencia al maná:

Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está


escrito: Pan del cielo les dio a comer. Entonces Jesús les dijo: De
cierto, de cierto os digo: No os dio Moisés pan del cielo; mas mi
Padre os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es
aquel que descendió del cielo y da vida al mundo. Entonces le
dijeron: Señor, danos siempre este pan.167

El pan del maná, pues, está íntimamente relacionado con las


enseñanzas secretas que tienen lugar en lugares desiertos, apartados de
las ciudades, y que son desveladas a base de preguntas, que se pueden

166
Ibíd. Juan 6:22–24.
167
Ibíd. Juan 6:31–34.
Manuel Plata Luque

resumir en una: ¿qué es esto que estoy viendo?; idéntica a la que se


planteó el pescador Glauco cuando, en el virginal prado desierto,
contempló la resurrección de los peces: Me quedé suspendido, y
vacilo un tiempo y la causa inquiero.
Los hebreos que recibieron el primer maná se preguntaron qué era
aquel misterio, y como recompensa a sus inquietudes, recibieron
aquello que podía saciarlos. En cambio, aquellos que se habían
acostumbrado a recibir los beneficios que les había reportado la
pregunta de sus antepasados, se olvidaron de preguntar. Cuando el
iniciado se queda en la superficie de la enseñanza mostrada, es decir,
desprecia el maná porque es excesivamente liviano para su alma, sin
inquirir sobre su verdadera naturaleza, sólo puede ser digno de
asombro y lástima. Asombro, porque teniendo ante sí algo sublime,
venido del cielo, no pregunta por su esencia, y se condena a sufrir la
picadura de la serpiente de la privación de cosas excelentes. Y
lástima, porque pierde la esperanza de hallar aquello que busca y
rechaza volver a contemplar los ritos una segunda vez, sin saber que
la generosidad del maná es tal que, simplemente con volver a su seno,
le mostrará sus enseñanzas sin que tenga que preguntar nada.
En efecto, el maná, la humilde hostia que se porta en el Grial,
siempre da una segunda oportunidad. Perceval, al igual que los malos
judíos, renunció a preguntar la primera vez que lo vio, y quedó
condenado a vagar durante cinco años por un desierto –il par .i. desert
aloit– sin rumbo fijo. Sin embargo, un grupo de auténticos judíos,
aquellos que sí preguntaron qué era lo que venía del cielo, le
mostraron el camino a seguir para alcanzar su objetivo.
Estos auténticos judíos aparecen en el poema de Troyes como los
peregrinos que vuelven de visitar la ermita, y son contrapuestos a los
crueles judíos que, con sus palabras contra Yahve–Adonai,
provocaron la aparición de las serpientes ardientes que los mataban
como a perros, y, de forma indirecta, motivaron la creación de la
serpiente de bronce elevada sobre el mástil:

Li fel Giu par lor anvie,


qu’an devroit tuer come chiens,
se firent max, et a nos biens,
qant il an la croiz le leverent;
aus perdirent et nos salverent.168

168
Ibíd. nota 1. (Vv. 6084–6088).

153
El verdadero rostro de Dios.

A los crueles Judíos, por su odio,


se les debería matar como a perros;
se hicieron mal a sí mismos, y a nosotros bien,
cuando lo alzaron en la cruz;
ellos se perdieron y a nosotros nos salvaron.

La indumentaria que portan estos peregrinos es la propia de los


judíos de la edad media: tabardos de lana –prendas shatnez– y
chaperones, o capuchas, en la cabeza. Además, el hecho de ir
caminando descalzos recuerda el precepto de no portar ningún tipo de
calzado de cuero –ne'ilat ha'sandal– en el día de Yom Kippur.
Este es el último de los Aseret Yemei Teshuvá, Diez Días de
Arrepentimiento, en el que los judíos se arrepienten de corazón de
todos sus pecados, y piden perdón a Yahve–Adonai para que los
perdone. El día de Yom Kipur, Dios se prepara para realizar el juicio a
las almas de todos los judíos por las acciones cometidas el último año.
Para ser exculpados, los fieles dedican este día al arrepentimiento
espiritual, y se comprometen a caminar la senda del año venidero,
libres de culpa.
Los peregrinos que se encuentran con Perceval vuelven de celebrar
una ceremonia en la que le han solicitado al ermitaño el perdón de sus
pecados, recordando que ese acto es el más importante que se puede
realizar. Estas palabras provocan las sinceras lágrimas de
arrepentimiento de Perceval, que desea acudir a la misma ermita para
confesarse. Los recurrentes llamamientos al arrepentimiento y el
perdón nos hacen pensar que el grupo con el que se ha tropezado
Perceval está de regreso de celebrar el Yom Kippur.
Además, para confirmar la identidad judía de los peregrinos –más
bien habría que llamarlos criptojudíos, pues aparecen enmascarados
con la forma de cristianos–, dicen que, al día siguiente de su Día del
Arrepentimiento en la ermita, durante su camino de vuelta a casa, han
ido amarrando ramas de árboles para marcar el sendero hasta el
ermitaño. Sin duda, esta acción de amarrar ramas hace referencia a la
festividad que se celebra al día siguiente de Yom Kippur, el Sukkot, la
Fiesta de los Tabernáculos, que conmemora el periodo en que los
buenos judíos que preguntaron por el maná, peregrinaban por el
desierto y descansaban en cabañas hechas de ramas:

– Sire, qui aler i voldroit,


Manuel Plata Luque

si tenist le santier tot droit


et se preïst garde des rains
que nos noames a noz mains
qant nos par ilueques venismes.
Tex antresaignes i feïsmes
por ce que nus n’i esgarast,
qui a ce saint hermite alast. »169

–Señor, quien quisiese ir allí


debería tomar el sendero recto
y prestar atención a las ramas
que hemos amarrado con nuestras manos
cuando veníamos por este lugar.
Tales señales hicimos
para que nadie que fuese
a ese santo ermitaño se perdiera.

Como se ha señalado en otro lugar, la información de este texto


del manuscrito fr. 794 de la Bibliothèque Nationale de France se
puede ampliar con la del manuscrito 12576:

Sir, anyone wishing to go to him should head straight along the way
we’ve come, throught the deep, dense wood, and look out for the
branches we tied together as we came: we left them as signs so that
no one seeking the holy hermit should lose his way.170

Señor, cualquiera que desee ir hasta él debe dirigirse directamente


por el camino por el que hemos venido, a través del profundo y
espeso bosque, y buscar las ramas que hemos atado cuando
veníamos por dicho sendero: las dejamos como señales porque
nadie que busque al santo ermitaño debería perderse en el camino.

Las ramas que los peregrinos criptojudíos amarraron eran las de


los árboles de un bosque espeso. En Levítico 23:40 se concretan las
cuatro especies de árboles cuyas ramas se deben anudar el día de
Sukkot, y una de ellas es descrita, precisamente, como árboles espesos
–‫ﬠֵץ־ﬠָֹ֖בת‬, transliterado, êṣ–‘āḇōṯ–:

Y tomaréis el primer día gajos con fruto de algún árbol hermoso,

169
Ibíd. nota 1. (Vv. 6111–6115).
170
Ibíd. nota 49. (P. 55).

155
El verdadero rostro de Dios.

ramos de palmas, y ramas de árboles espesos, y sauces de los


arroyos;...171

Convencido por los peregrinos, Perceval retorna al entorno del


Grial y vuelve a contemplar el rito sagrado, en esta ocasión, en forma
de la Eucaristía que el ermitaño se encuentra celebrando a su llegada.
Esta simple visión, junto con su sentido arrepentimiento, son
suficientes para que el maestro de la Congregación del Grial le revele
de boca a oído los conocimientos que se le negaron la primera vez que
asistió a la procesión del castillo del Rey Pescador:

... et li hermites li consoille


une orison dedanz s’oroille
et li ferma tant qu’il la sot ;
et an cele orison si ot
asez des nons Nostre Seignor,
tuit li meillor et li greignor
que nomer ost ja boche d’ome,
se por peor de mort nes nome.172

... y el ermitaño le recomendó


una oración al oído
y la repitió tanto que se la aprendió;
y esta oración contenía
bastantes nombres de Nuestro Señor,
todos ellos los mejores y más grandes,
[tanto] que jamás boca de hombre debe nombrar,
salvo que se nombre en peligro de muerte.

Si por el nombre se conoce al hombre, al escuchar y aprenderse de


memoria los nombres más sublimes del Todopoderoso, Perceval llegó
a conocer de primera mano Su auténtica naturaleza; en definitiva,
contempló el verdadero rostro de Dios.
Ese rostro de Dios, si se mira con arrepentimiento sincero y
humildad, salva la vida de quien se encuentre en peligro de muerte, al
igual que la serpiente de bronce elevada sobre el mástil o el lapis
exillis. Algo parecido ocurre con la constelación del Fogar, donde los
sabios antiguos como Flegetanis, cuando la contemplaron con

171
Levítico 23:40. Versión Biblia Jubileo 2000. Edición digital de Biblia Paralela. [En línea].
Disponible en: https://bibliaparalela.com/leviticus/23–40.htm [2019, 3 de noviembre].
172
Ibíd. nota 1. (Vv. 6259–6266).
Manuel Plata Luque

detenimiento, descubrieron enseñanzas que mostraban cuemo se


guardassen de las grandes enfermedades cuando las ouiessen.
También los árabes tienen su particular oración, similar a la que
escuchó Perceval de labios del ermitaño, aunque en este caso no se
recitan los nombres de Alá, sino que manifiesta la idea de hospitalidad
reflejada en Li conte du Graal, que, recordemos, incluye el bienestar
corporal y la prosperidad económica, tanto personal como social.
En el mundo islámico existe una expresión que comprende el
bienestar integral, tanto la salud corporal como la estabilidad del
patrimonio y la protección de colectivos humanos como la familia o,
en el caso que nos ocupa, de todo un reino. Se trata de Al Afiyah
(‫ﺔ‬sssssssssss‫)ﺍﻟﻌﺎﻓﻴ‬, y su virtud también está vinculada, como en Yom Kippur,
con el arrepentimiento por los pecados cometidos, de cara al juicio
que se celebrará en el Más Allá.
Esta oración resume a la perfección tal estado de bienestar
completo:

‫ﻮ‬sssss‫ﺄﻟﻚ ﺍﻟﻌﻔ‬sssss‫ﻲ ﺃﺳ‬sssss‫ﻢ ﺇﻧ‬sssss‫ﺮﺓ ﺍﻟﻠﻬ‬sssss‫ﺪﻧﻴﺎ ﻭﺍﻵﺧ‬sssss‫ﻲ ﺍﻟ‬sssss‫ﺔ ﻓ‬sssss‫ﺄﻟﻚ ﺍﻟﻌﺎﻓﻴ‬sssss‫ﻲ ﺃﺳ‬sssss‫ﻢ ﺇﻧ‬sssss‫ﺍﻟﻠﻬ‬
‫ﻨﻲ ﻭ‬sssssss‫ﻲ ﺩﻳ‬sssssss‫ﺔ ﻓ‬sssssss‫ﻦﻭﺍﻟﻌﺎﻓﻴ‬sss‫ﻲ ﻭﺁﻣ‬sss‫ﺘﺮ ﻋﻮﺭﺗ‬sss‫ﻢ ﺍﺳ‬sss‫ﺎﻟﻲ ﺍﻟﻠﻬ‬sss‫ﻲ ﻭﻣ‬sss‫ﺎﻯ ﻭﺃﻫﻠ‬sss‫ﺩﻧﻴ‬
‫ﻦ‬ssss‫ﻨﻲ ﻭﻋ‬ssss‫ﻦ ﻳﻤﻴ‬ssss‫ﻲ ﻭﻋ‬ssss‫ﻦ ﺧﻠﻔ‬ssss‫ﺪﻯ ﻭﻣ‬ssss‫ﻦ ﻳ‬ssss‫ﻦ ﺑﻴ‬ssss‫ﻨﻲ ﻣ‬ssss‫ﻢ ﺍﺣﻔﻈ‬ssss‫ﺎﺗﻲ ﺍﻟﻠﻬ‬ssss‫ﺭﻭﻋ‬
173
‫ﺘﻲ‬ssss‫ﻦ ﺗﺤ‬ssss‫ﺎﻝ ﻣ‬ssss‫ﻚ ﺃﻥ ﺃﻏﺘ‬ssss‫ﻮﺫ ﺑﻌﻈﻤﺘ‬ssss‫ﻲ ﻭﺃﻋ‬ssss‫ﻦ ﻓﻮﻗ‬ssss‫ﻤﺎﻟﻲ ﻭﻣ‬ssss‫ﺷ‬

¡Oh Allah! Te pido bienestar en este mundo y en el Más Allá. ¡Oh


Allah! Te pido perdón y seguridad en mi religión y mis asuntos
mundanos, en mi familia y en mi propiedad. ¡Oh Allah! Oculta mi
culpa y mantenme a salvo de las cosas que temo. ¡Oh Allah!
Guárdame desde el frente y desde detrás de mí, en mi derecha y en
mi izquierda, y por encima de mí, y busco refugio en Tu grandeza
porque he de recibir un daño inesperado desde debajo de mí.

No debería extrañarnos que el espíritu hospitalario reflejado en Li


conte du Graal tenga como máxima expresión una oración
musulmana; después de todo, el libro que inspiró la composición del
poema fue encontrado en un Toledo que, aunque ya cristiano en el
momento en que se escribe la obra de Chrétien de Troyes, todavía
mantenía una fuerte personalidad andalusí.
Bajo nuestro punto de vista, esta vocación de hospitalidad que
rodea a todos los personajes del Grial es la respuesta a la segunda gran

173
Anónimo. [En línea]. Disponible en:
https://www.ahlalhdeeth.com/vb/showthread.php?t=233386 [2019, 3 de noviembre].

157
El verdadero rostro de Dios.

pregunta que Perceval no formuló. Si antes logramos responder a la


primera de ellas, por qué sangra la lanza, en este caso, la respuesta es
menos gráfica, pero, en cambio, tiene un mayor alcance: con el Grial
se sirve a toda la Humanidad, concediéndole lo que esta precisa para
su felicidad, lo que queda resumido en una única palabra de origen
árabe: al Afiyah.
Manuel Plata Luque

LA CONGREGACIÓN DEL BECERRO

Hasta ahora, hemos analizado los principales personajes y objetos


que rodean al Grial desde una perspectiva estrictamente astronómica y
mitológica, sin entrar en análisis profundos sobre las nuevas
implicaciones que surgen a raíz de los hallazgos que se han aportado
en el presente estudio. Sin embargo, no nos gustaría cerrarlo sin antes
tratar de comprender qué se esconde detrás del oscuro objeto llamado
Grial, cuya finalidad es proporcionar al afiyah, bienestar integral, a la
humanidad.
Creemos haber logrado responder a las dos preguntas más
codiciadas por los buscadores del Grial. Sin embargo, haciendo honor
a la tradición griálica de conseguir grandes metas por medio de las
preguntas, planteamos una nueva: ¿por qué el tema central de un
concepto, a priori cristiano, está inspirado en una idea islámica muy
semejante a otra hebrea, la de la serpiente de bronce izada? A esta,
habría que añadirle otra más. Si, como hemos visto, las escenas y
personajes del Grial hacen referencia a constelaciones, ¿qué sentido
podría tener esconder algo tan inofensivo detrás de un velo de novela
de caballerías? ¿Es que existe una segunda capa de hermetismo que
protege un núcleo mucho más profundo?
Wolfram von Eschenbach dividió la actividad del sabio Flegetanis
en tres ramas del saber: la astronomía, o el estudio de los movimientos
de los cuerpos celestes; la astrología, el modo en que las estrellas
influyen en la esencia del hombre; y una tercera que se limita a definir
como extraños secretos que conforman aquello que se llama Grial.
Si, como hemos visto, las dos primeras se pueden identificar con
la parte astronómica de nuestro trabajo, basada en los nombres árabes
de las constelaciones, ¿acaso esos extraños secretos se encontrarían

159
El verdadero rostro de Dios.

en la parte griega del pomo de la espada forjada por el herrero


Trebuchet–Hefesto? ¿Es posible que los mitos griegos escondan los
verdaderos contenidos secretos que se pretenden transmitir a través de
las narraciones de la literatura griálica, y que sólo estarían al alcance
de unos pocos elegidos? Y, en tal caso, ¿sería posible descifrarlos?
Vamos a intentar darle respuesta a alguna de estas cuestiones.
Cuando Perceval se encuentra con el Rey Pescador, le hace una
petición que hemos comprobado que es recurrente a lo largo de todo
el poema:

–Or m’anseigniez, fet il, por Dé,


ou je porroie avoir ostel.174

–Ahora, mostradme –dijo–, por Dios,


dónde podría tener albergue.

Ante tal solicitud, el rey le da una respuesta extraña:

Et il li dist: De ce et d’el
avreiez vos mestier, ce cuit.
Je vos herbergerai enuit.175

Y él le dijo: De eso y [también] de otras cosas


tendréis necesidad, eso creo.
Yo os albergaré esta noche.

Aunque el muchacho cree que únicamente necesita el albergue, el


Rey Pescador considera que, en realidad, precisa de algo más; sin
embargo, sólo le proporciona aquello que le ha preguntado. De las
otras cosas no dice nada; habrá que suponer que Perceval debe
conseguirlas del mismo modo que la primera, preguntando por ellas.
¿Es posible que la expresión otras cosas que Chrétien de Troyes
pone en boca del Rey Pescador sea lo mismo que los extraños
secretos que conforman aquello que se llama Grial, de Eschenbach?
Y, ¿puede ser que estos estén, a su vez, relacionados con una
misteriosa expresión que aparece en El libro de la ochaua espera?
Más arriba hemos visto que en la descripción de la constelación
del Ara, o Fogar, los autores que compusieron el libro toledano

174
Ibíd. nota 1. (Vv. 3018–3019).
175
Ibíd. nota 1. (Vv. 3020–3022).
Manuel Plata Luque

destacaron cómo los sabios de la antigüedad hallaron en esta figura


enseñanzas para prevenir las enfermedades. Dicho fragmento termina
con una frase idéntica a la que Chrétien de Troyes pone en los labios
del Rey Pescador: Et non tan solamientre assí. mas aún dotros.
¿Qué está ocurriendo aquí? ¿De qué otras cuestiones halladas por
los sabios antiguos nos están hablando tan insistentemente Troyes,
Eschenbach y don Alfonso de Castilla? En el libro toledano tenemos,
una vez más, una pista hacia la solución.
Después de introducirnos la larga lista de hallazgos encontrados en
la constelación del Fogar que sirven para conseguir la prosperidad de
la humanidad, nos cuela una explicación un tanto enigmática:

Et todas estas cosas sopieron los sabios antigos por este saber, que
es muy noble et celestial, et aun otras muy grandes, assí cuemo las
cosas que son graues, á guisa que se fiziessen muy rafezmientre. et
las que semeían que en ninguna manera non podrien seer. fazer
que fuesen, et las que non se podrien fazer sinon en muy grandes
tiempos, aguisar que se fiziessen en muy poco. Et por ende los
sabios encobrieron mucho esta cosa, ca non quisieron que la
sopiessen sinon los omes entendudos. porque non podiessen otros
obrar ninguna cosa mala con ella.176

Y todas estas cosas supieron los sabios antiguos por este saber, que
es muy noble y celestial, y aún otras muy grandes, así como un tipo
de conocimiento extremadamente elevado, con el que se podría
alcanzar con suma facilidad cualquier cosa, por muy complicada
que fuese; incluso aquellas que parecen imposibles de conseguir.
De tal nivel es este conocimiento que hasta las cosas que precisan
de largo tiempo para su consecución, es posible obtenerlas en
poco. Es por eso que los sabios ocultaron de forma tan estricta
semejantes saberes, y únicamente permitieron el acceso a
determinados hombres con unas condiciones personales muy
exigentes; cualquier otra persona con malas intenciones habría
podido utilizarlos para hacer el mal.

Este fragmento es casi idéntico al de Eschenbach que hemos


reflejado al comienzo de este trabajo, que contaba cómo Flegetanis
encontró grandes secretos en una constelación, que sólo reveló a un
reducido grupo de omes entendudos de corazón puro, para evitar que
tales misterios cayesen en manos inadecuadas.
176
Ibíd. nota 13. (T. I, lib. III, p. 114).

161
El verdadero rostro de Dios.

La teoría de la existencia de unos conocimientos elevados,


altamente peligrosos si son utilizados de una manera inadecuada, no
es exclusiva del ciclo griálico o el Libro de la ochaua espera. Ya
Estrabón hacía mención a algo parecido en su Geografía. Cuando
Alejandro Magno envió a Onesícrito a entrevistarse con el
gimnosofista Calano, el filósofo indio le habló de algo similar:

Anteriormente había abundancia de maíz y cebada en todas partes,


como ahora hay polvo; las fuentes entonces fluían con agua, leche,
miel, vino y aceite, pero la humanidad, en su plenitud y lujo, se
volvió orgullosa e insolente. Júpiter, indignado por esta situación,
destruyó todo y asignó al hombre una vida de trabajo. Al
reaparecer la templanza y otras virtudes, nuevamente hubo
abundancia de cosas buenas. Pero en la actualidad, la condición
de la humanidad se acerca a la saciedad y la insolencia, y existe el
peligro de que las cosas que ahora existen desaparezcan.177

¿Existieron realmente tales sabios de la antigüedad a los que se


refieren Wolfram Von Eschenbach y el rey castellano? ¿Podrían
tratarse de aquellos que encontraron los elevados conocimientos que
lograron hacer de la Tierra un lugar próspero durante la Edad de Oro,
como afirmaba Calano? No seremos nosotros quienes respondamos a
esta pregunta.
El catedrático de Historia del Derecho y de las Instituciones en la
Universidad Nacional de Educación a Distancia, Javier Alvarado
Planas, en un excepcional artículo titulado Saberes translaticios: la
leyenda de las dos columnas prediluviales, aborda un tema más que
interesante, la posible existencia de una evolucionada civilización
prediluviana que habría adquirido un alto nivel de conocimientos, y
que habría intentado preservarlos de un cataclismo de gran magnitud:

Según ciertos textos antiguos y medievales, las enseñanzas


reveladas por Dios a Adán y luego transmitidas a sus sucesores,
fueron fijadas por escrito en dos columnas que habrían de
conservarse tras un anunciado diluvio o catástrofe universal... En
concreto, [Flavio] Josefo expone que el tercer hijo de Adán y Eva,

177
Estrabón. The Geography of Strabo. Literally translated, with notes, in three volumes. (Traducido
por H.C. Hamilton y W. Falconer. 1903). (Lib. XV. Cap. I.). (London. George Bell & Sons). Edición
digital de Perseus Digital Library. [En línea]. Disponible en:
http://www.perseus.tufts.edu/hopper/text?doc=Perseus%3Atext%3A1999.01.0239%3Abook%3D15
[2019, 3 de noviembre].
Manuel Plata Luque

Seth, “se hizo él la más excelente persona y dejó descendientes que


seguían sus mismos pasos. Y, siendo todos ellos de buena
condición, habitaron tranquilos y felices las mismas tierras, sin que
hasta el momento de la muerte les aconteciera nada desagradable e
inventaron la ciencia relativa a los cuerpos celestes y a su
regulación. Y con el fin de que no escaparan a los hombres estos
descubrimientos ni se perdieran antes de ser conocidos, al
advertirles Adán que tendría lugar la desaparición de todo rastro
de vida, en un caso por efecto del fuego y en otro por la fuerza y
abundancia de agua, levantaron dos columnas, una de adobe y otra
de piedra, y en ambas escribieron los descubrimientos, para que,
incluso desaparecida la de adobe por el diluvio, permaneciera la
de piedra y permitiera a los hombres conocer el texto de la
inscripción, además de señalar que habían erigido también otra
columna de adobe. Y permanece hasta el día de hoy en la región de
Siris”. Retengamos tres de las ideas de Josefo; la existencia
prediluvial de dos columnas del saber, la destrucción cíclica por
agua o fuego y la traslación del saber, particularmente circunscrito
a la astronomía.178

Al parecer, Flavio Josefo utiliza los mismos argumentos que


Calano para explicar el cataclismo que destruyó una civilización
prediluviana tecnológicamente avanzada:

Siguiendo el relato bíblico, Josefo explica que el Diluvio sobrevino


cuando los hombres estaban “poderosamente dominados por el
placer de los vicios…179

Esta tradición parece quedar ratificada por un astrónomo


almeriense del siglo XI, historiador de la ciencia y cadí de Toledo,
Abu–l–Qaim ibn Said, más conocido como Said al–Andalusi, en su
Libro de las categorías de las naciones:

Un grupo de sabios ha pretendido que todas las ciencias conocidas


antes del diluvio dimanaron del primer Hermes, que residía en el
Alto Egipto… Él es el que llaman los hebreos Yarid, hijo de
Mahla’il, hijo de Anus (Enos), hijo de Sit (Set), hijo de Adán. Ése es
el profeta Idris –sobre él sea la paz–. Dicen que él fue el primero

178
Alvarado Planas, Javier (2013). Saberes translaticios: la leyenda de las dos columnas
prediluviales. GLOSSAE. European Journal of Legal History 10, pp. 48–69. (P. 50). Disponible en:
http://www.glossae.eu/glossae–10–2013/ [2019, 3 de noviembre].
179
Ibíd.

163
El verdadero rostro de Dios.

que habló acerca de los cuerpos celestes y de los movimientos


estelares... Dicen que fue el primero que predijo el diluvio, y
anunció que un cataclismo celeste de agua y fuego cubriría la
tierra. Temiendo entonces la desaparición de la ciencia y la
enseñanza de las artes, construyó las pirámides que están en el Alto
Egipto, y representó en ellas todos los oficios y los instrumentos;
dibujó en ellas los atributos de las ciencias, deseando preservarlas
para quienes vinieran tras él, temiendo que desaparecieran sus
trazas del mundo.180

Los elevados conocimientos adquiridos por esa supuesta


civilización prediluviana se habrían ido transmitiendo de forma
discreta:

En suma, los conocimientos revelados por Dios a Adán y a Eva, y


transmitidos por éstos a sus descendientes, sobrevivieron al diluvio
al ser conservados en dos columnas que sirvieron a los
descendientes de Noé. De estos, pasó a los caldeos y a Abraham,
quien los transmitió a los egipcios, éstos a los griegos de quienes,
se supone, pasaron a los romanos.181

¿Será verdad que en algún lugar de la Tierra existe ese poderoso depósito
con el conocimiento hallado por una civilización prediluviana ya
desaparecida? ¿Es posible que, como escriben antiguos autores que vivieron
en un tiempo en que la literatura no era el fenómeno trivial que es hoy, una
congregación de hombres puros preserve tales tesoros del saber y los vayan
mostrando en función de la capacidad de asimilación del limitado cerebro
humano?
Sin duda, a lo largo de la historia, el hombre ha necesitado transmitir
secretos. Muchos grupos han utilizado el método que mejor asegura la
confidencialidad, el mismo que empleó el ermitaño para enseñar a Perceval, el
de boca a oído; pero, por alguna razón desconocida, además, han sentido la
necesidad de plasmar por escrito sus conocimientos arcanos. Muchos han sido
los que, a lo largo de la historia, han dejado entrever que no siempre las cosas
son lo que parecen. Decía Erasmo de Rotterdam:

Digo más, que también se ha de guardar esta regla en la lición de


toda escritura, que de dos partes está compuesta, es a saber, de
sentido simple literal, de fuera, y de misterio encerrado de dentro,

180
Al Andalusi, Said. Libro de las categorías de las naciones. (Cap. X, pp. 85–86). (Traducido por
Felipe Maíllo Salgado. 1999). Madrid. Akal. Serie Historia Medieval. ISBN–10: 84–460–1092–5.
181
Ibid. nota 179. (P. 51).
Manuel Plata Luque

que son como cuerpo y ánima, que no haziendo hincapié en el


literal, en este caso el principal respeto tengas al misterio que está
dentro. Tales son quasi todas las escrituras de los poetas, y entre
los filósofos las de Platón y de los que le siguen, y sobre todo están
muy llenas de misterio las Escrituras Sacras del Testamento Viejo y
Nuevo,...182

Hagámosle caso al humanista holandés y veamos lo que, en su


Segundo Alcibíades, escribía Platón al respecto:

Pero, mi querido Alcibíades, este es una especie de enigma. Tal es


la manera de escribir de este poeta y de todos los demás. Porque
toda poesía es naturalmente enigmática, y no es fácil a un
cualquiera penetrar su sentido.183

Más tarde, en el siglo III, el filósofo y gran erudito Porfirio, en De


las imágenes de los dioses, reiteraba esta idea, poniéndola en relación
con algo ya familiar, el conocimiento del verdadero rostro de Dios por
medio de sus manifestaciones físicas, o dicho de otro modo, por
medio de sus nombres:

1. «Hablaré a quienes está destinado; profanos, cerrad vuestras


puertas.» Pues desvelo nociones de una sabiduría teológica; es
Dios y las potencias de Dios lo que los hombres han revelado
mediante estas nociones.
Lo han hecho a través de imágenes apropiadas a los sentidos,
imprimiendo las cosas invisibles en las otras visibles, para aquellos
que han aprendido a descifrar en las representaciones lo que se
encuentra grabado referente a los dioses, de la misma manera que
se haría en los libros.184

182
Iffland, James (1998). Don Quijote como Sileno: ¿una pista para descifrar las intenciones de
Cervantes? Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Anales Cervantinos. Vol. 34. Pp.
142–143. Cit. 25. [Citando a El Enquiridión o Manual del caballero cristiano, ed. DÁMASO ALONSO.
(Pp. 238–239). Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1971].
Doi: https://doi.org/10.3989/anacervantinos.1998.008. Disponible en:
http://analescervantinos.revistas.csic.es/index.php/analescervantinos/article/view/162 [2019,
3 de noviembre].
183
Platón. El segundo Alcibíades o de la oración. Edición digital del Proyecto Filosofía en Español.
[En línea]. Disponible en: http://www.filosofia.org/cla/pla/azc11039.htm [2019, 3 de noviembre].
184
Porfirio. Peri Agalmaton. De las imágenes de los dioses. (Traducción de Stéphane Fèye). Edición
digital de La Puerta, retorno a las fuentes tradicionales. [En línea]. Disponible en:
http://www.lapuertaonline.es/ar110.html [2019, 3 de noviembre].

165
El verdadero rostro de Dios.

La frase con la que Porfirio abre su discurso, «Hablaré a quienes


está destinado; profanos, cerrad vuestras puertas», o, expresado de
otra manera, «Hablaré a quienes es lícito. Cerrad las puertas,
profanos», es una fórmula que encabezaba los textos de la religión
mistérica griega de la que hemos hablado en varias ocasiones, el
orfismo.
Ya va siendo hora de abordar esta cuestión en profundidad, y lo
haremos como tantas veces se ha recomendado en la literatura
griálica, y nosotros hemos venido haciendo a lo largo de este trabajo,
formulando una pregunta: ¿Es posible que los órficos griegos, una
congregación de sabios que adoraban a un becerro, fuesen los
depositarios de ese corpus de conocimiento prediluviano?

El río del Hades

Cuando el ermitaño Trevrezent le cuenta a Perceval la historia de


la herida incurable de su hermano Amphortas, le revela algo de suma
importancia:

Tampoco aquí terminamos nuestro trabajo, porque de nuevo nos


lanzamos a la búsqueda de [otro remedio; en esta ocasión,] la
rama que la Sibila le trajo a Eneas como escudo contra los
peligros del infierno, y que lo protegería contra el humo y el fuego
del Flegetón, y los ríos que fluyen en el infierno. Y durante mucho
tiempo la buscamos, porque pensábamos que, en el caso de que la
lanza hubiese sido forjada en el fuego del infierno y, por tanto, el
veneno del infierno hubiese sido la causa que nos robó la alegría,
esta rama podría traernos la salvación.185

Wolfram von Eschenbach echa mano del pasaje del Libro VI de la


Eneida de Virgilio en el que Eneas pide ayuda a la Sibila de Cumas
para visitar el Hades, y cumplir así con la promesa que le hizo al
espíritu de su difunto padre. En dicha aventura, Eneas, una vez que ha
desembarcado en las proximidades de Cumas, se dirige al templo de
Apolo, lugar donde habita la Sibila, una famosa pitonisa que revelaba
oráculos. Una vez allí, se encuentra con unos relieves cincelados en
oro con los que Dédalo, el mismo que diseñó una pista de baile para la
resplandeciente, o luziente, Ariadna, decoró dicho templo cuando lo

185
Ibíd. nota 3. (Vol. 1, lib. IX, vv. 841–845).
Manuel Plata Luque

fundó tras huir de la isla de Creta, y cuyos motivos no son otros que la
historia que llevó a la futura esposa de Dioniso a huir de su tierra en
compañía de Teseo: la muerte del hijo de Minos, Andrógeo, que
provocó el conflicto con Atenas; el tributo anual de siete jóvenes que
el rey cretense impuso a la ciudad para levantar el sitio que la
mantenía en la penuria; los amores de Pasífae con el toro de Poseidón
y el nacimiento de Minotauro; para finalizar con la creación del
laberinto y la ayuda de Ariadna a Teseo para encontrar la salida tras
derrotar a la bestia.
Sin embargo, lo que en este momento nos interesa no es la nueva
referencia a Ariadna, aun indirecta, en una obra griálica, sino la
necesidad de Eneas de descender al Hades para obtener conocimientos
secretos, para lo cual, tuvo que convencer a la Sibila de que le
franqueara el paso; y a modo de conjuro, le lanzó una súplica en la
que utilizó un recurso muy curioso y, al parecer, contundente; se
equiparó al mismo Orfeo:

Si Orfeo pudo evocar los manes de su esposa con el auxilio de su


lira y de sus canoras cuerdas;… ¿Para qué he de recordar al
gran Teseo? ¿Para qué a Alcides? También yo soy del linaje del
supremo Jove.186

En resumen, si Eneas consiguió la rama de la Sibila por el mero


hecho de pertenecer a la misma estirpe que Orfeo, se puede decir que
los guardianes del Grial, que también la encontraron, son claramente
órficos. Además, Eneas descendió al Hades con la intención de
conseguir un conocimiento reservado, y para acometer dicho viaje
tuvo que presenciar un ritual que comenzó con una expresión
indudablemente órfica, «¡Lejos, lejos de aquí, profanos!», similar a la
conocida «¡Cerrad la puerta, profanos!», y siguió con una invocación
al río de los muertos, Flegetón, al que la Sibila considera un dios
protector de los secretos que se ocultan bajo tierra:

¡Oh dioses, que ejercéis el imperio de las almas, calladas


sombras, Caos y Flegetón! ¡Oh vastas moradas de la noche y del
silencio! séame lícito narrar las cosas que he oído. ¡Consiéntame

186
Virgilio Maron, Publio (19 a.C.). Eneida. (Traducción de Eugenio Ochoa). (Comentario de Ana
Pérez Vega). Edición digital de Wikisource. [En línea]. Disponible en:
https://es.wikisource.org/wiki/La_Eneida_(Ochoa) [2020, 20 de junio]

167
El verdadero rostro de Dios.

vuestro numen descubrir los arcanos del abismo y de las


tinieblas!187

Es sorprendente la conexión entre este pasaje, en donde el río


Flegetón es el guardián de secretos insondables, pero dispone de
potestad suficiente para desvelarlos de forma discreta cuando los
profanos se han alejado, han cerrado las puertas, y el hecho de que,
como se explicó al comienzo de este trabajo, un personaje de nombre
similar, Flegetanis, tenga las mismas cualidades, aunque en este caso,
su conocimiento abarque materias que proceden de un lugar
diametralmente opuesto al Hades, las profundidades del Cielo.
Pero no acaban aquí las similitudes. Acabamos de decir que la
comunidad del Grial cuenta que sus miembros buscaron la misma
rama que la Sibila le ofreció a Eneas para que le sirviese como escudo
contra los peligros del infierno cuando descendiese para conocer los
secretos del inframundo. Recordemos que más arriba hemos transcrito
el pasaje que describe cómo Flegetanis descubrió y transmitió
discretamente los secretos del Grial en aquellos lejanos días, ya
desaparecidos, antes de que nosotros pudiéramos portar la cruz de
nuestro Santo Bautismo como escudo frente a los artificios y
artimañas del infierno. Al utilizar la misma expresión, parece que el
autor nos quiere sugerir de forma sutil que Flegetanis utilizó la pagana
rama de oro para acceder a dichos misterios, y que ahora, ese
salvoconducto ha sido sustituido por la Cruz, como si se hubiese
producido una translatio studii semejante a aquella de la que habla el
catedrático Alvarado Planas, de una antigua civilización pagana a otra
más moderna cristiana.
¿Debería sorprendernos el hecho de que el primer occidental que
habló del concepto translatio studii fuese Chrétien de Troyes, en el
prólogo de su novela Cligés, en donde cuenta que la caballería surgió
en Grecia, se desplazó hasta Roma y culminó en Francia? ¿Debería
sorprendernos que Wolfram von Eschenbach utilizase un lance de un
poema que nos habla de conocimientos ocultos de tradición griega y
de la transmisión de este legado hasta Roma, encarnada en el viaje del
héroe desterrado Eneas? ¿Debería sorprendernos que, como cuenta
Ovidio en el libro XV de su Metamorfosis, Hipólito, antes de ser
resucitado por Asclepio, calentase su maltrecho cuerpo en las aguas
del río Flegetón para, poco después, desplazarse en secreto hasta los
187
Ibíd.
Manuel Plata Luque

alrededores de Roma, en donde comenzó su nueva vida con el nombre


de Virbio, huyendo, como Eneas, de la injusticia griega? No, en
absoluto; no debería sorprendernos saber que en la antigüedad existió
un arte llamado nigromancia al que acudía todo aquel iniciado que
deseaba obtener conocimiento por medio de la invocación a los
espíritus de los muertos, como hizo la Sibila con el río Flegetón. Y
tampoco debería sorprendernos saber que el propio Kyot, aquél que
halló en Toledo el manuscrito del Grial, tuvo que recurrir a un arte
cristiano equivalente a la pagana nigromancia para poder descifrar su
significado.
En este punto, conviene traer el artículo del doctor Aquilino
Suárez Pallasá, de la Facultad de Filosofía y Letras de la Pontificia
Universidad Católica Argentina, titulado Sobre el Flegetânîs del libro
IX de Parzival de Wolfram von Eschenbach. En él, el doctor Suárez
argumenta –consideramos que muy acertadamente– que el nombre del
personaje que escribió el misterioso libro hallado en Toledo, proviene,
precisamente, del río Flegetón.
Antes de abordar el estudio del nombre del sabio, lo primero que
el doctor Suárez aclara en su artículo es la errónea traducción de la
expresión «escrito en árabe», y que al comienzo de este trabajo ya
anticipábamos:

Leemos en la traducción ya citada: "Kyot, el famoso maestro,


encontró archivado en Toledo el texto originario de esta historia,
escrito en árabe. Antes tuvo que aprender los signos mágicos, sin
estudiar el arte de la magia negra". Leemos también: "Un
pagano, llamado Flegetanis, alcanzó gran fama por su saber. Este
físico procedía de Salomón y era de la estirpe israelita". En el
primer pasaje es evidente un exceso de interpretación. El texto
altoalemán dice: "in heidenischer scnrifte" (v. 3), donde el
adjetivo heidenisch no significa 'árabe', sino 'pagano' o 'gentil'.
Entender que "in heidenischer schrifte" significa 'en árabe', como
hacen los filólogos alemanes y luego el traductor, no es más que
efecto de una inferencia desacertada, propiciada por la presencia
connotativa del nombre hispánico medieval Toledo, esto es Dólet
del texto altoalemán. El nombre de la ciudad española de Toledo,
en efecto, sugería de inmediato al hombre culto europeo de
comienzos del siglo XIII asociación con el mundo arábigo e
incluso con el judío. De otro lado, contribuye al equívoco la
frecuente identificación de paganos y sarracenos en la literatura

169
El verdadero rostro de Dios.

de la Edad Media. En realidad heidenisch vale aquí mejor como


'pagano' o 'gentil' que como 'árabe', como queda dicho,… 188

A continuación, acomete el análisis del nombre Flegetanis en base


al significado universal y transversal de los ríos del infierno. Y, por
supuesto, una de las corrientes interpretativas a las que alude es la de
los seguidores de Orfeo:

La tradición órfica, aplicando a la interpretación del sentido de


este río el simbolismo del número cuatro, determinó que en la
relación de las cuatro corrientes del mundo subterráneo con los
cuatro elementos primordiales y con las cuatro direcciones del
espacio Pyriphlegethon representa el elemento fuego y el punto
cardinal Este,… En conclusión, la armonía de las tres referencias,
esto es, culto del becerro, descendencia de padre gentil y madre
hebrea y magia o ciencia de Oriente de Flegetânîs, nos pone en el
camino de la buena interpretación y traducción. ¿Cómo no habría
de ser así, si lo que leemos en la versión castellana –que “Como
pagano, Flegetanis vio con sus propios ojos en las estrellas
misterios ocultos y habló de ellos con gran timidez”–, en el
original altoalemán –que “Flegetânîs der heiden sach, | da von er
blúwecliche sprach, | im gestim mit sînen ougen | verholenbreriu
tougen”–, y en la perícopa evangélica –que del mismo modo, los
Reyes Magos vieron en el cielo la estrella de Jesús– tienen igual
sentido en el plano literal? Y no solamente tiene igual sentido
literal, agrego, sino que el texto de San Mateo pudo haber sido el
que inspiró a Wolfram la visión de Flegetânîs de las maravillas
del cielo,…189

No difiere mucho esta teoría, en cuanto al origen oriental de los


conocimientos que alcanzó Flegetanis, de la nuestra, que plantea la
misma procedencia de los materiales con los que se construyó la
Corona de Ariadna, elementos que, en ambos casos, fueron
trasladados por magos desde algún lugar «plus ultra» hasta el Levante
mediterráneo –Jerusalén, Tracia, Atenas, el lugar concreto es lo de
menos– para, posteriormente, extenderse por resto de Europa,
podando con el discreto filo de las palabras las sierpes del

188
Suárez Pallasá, Aquilino. Sobre el Flegetânîs del libro IX de Parzival de Wolfram von Eschenbach.
[En línea], Stylos, 14 (2005). Disponible en: https://repositorio.uca.edu.ar/handle/123456789/4202
[2020, 20 de junio]
189
Ibíd.
Manuel Plata Luque

oscurantismo incivilizado.

Orfeo

En 1962, un grupo de arqueólogos se encontraba trabajando en un


yacimiento de la pequeña localidad de Derveni, cercana a Tesalónica,
Grecia, cuando, protegido de la destrucción –del tiempo y del
hombre– por toneladas de tierra, hallaron un conjunto funerario
datado en los siglos V–IV a.C., perteneciente a practicantes de la
religión órfica. En una tumba encontraron una jarra de bronce que
contenía cenizas humanas. La jarra, conocida con el nombre de
Crátera de Derveni, muestra una escena que representa el matrimonio
sagrado de Dioniso con Ariadna, en el que el dios aparece sentado
junto a la joven, con la pierna derecha apoyada sobre la izquierda de
esta, quien, a su vez, realiza un gesto, llamado Anakalypsis, vinculado
con este tipo de matrimonios rituales, en el que la esposa se retira el
velo de la cabeza. En el caso de este enlace concreto, ya sabemos lo
que ocurre en el momento en que Ariadna se destoca: recibe en sus
sienes el regalo de su amado esposo Dioniso, la Corona Boreal. Esta
escenografía nos recuerda el verso de Wolfram von Eschenbach que
decía que el, según nosotros, órfico Flegetanis fue el primero de los
hijos de la Tierra en contar la historia del Grial.
Pero en dicho yacimiento apareció algo más. En otra tumba fue
hallada una vasija que contenía un impactante documento, conocido
como el Papiro de Derveni, y su contenido es de lo más sugerente.
Se trata de un texto interno de la congregación, de uso exclusivo
para los iniciados. En él, entre muchas más sorpresas, se habla del
doble sentido que encierran los mitos, y que la comprensión de este
doble sentido sólo está reservada a los seguidores de dicha religión:

También demostraré que Orfeo compuso un himno que dice cosas


saludables y permisibles. Porque estaba hablando alegóricamente
con su composición, y era imposible (para él) establecer la
literalidad de sus palabras y lo que significaban. Su composición es
una rareza, un acertijo para los seres humanos. Pero Orfeo no
deseaba con ello decir acertijos increíbles, sino cosas importantes
por medio de acertijos. De hecho, está hablando alegóricamente
desde su primera palabra hasta la última, como lo revela incluso
en su reconocido verso: porque cuando le dice a sus oídos "cerrad
las puertas", quiere decir que no está haciendo composiciones para

171
El verdadero rostro de Dios.

la mayoría de las personas, (sino que sólo se dirige a) aquellos que


son puros de oído...190

El contenido fundamental del Papiro de Derveni desvela la


auténtica explicación del mito órfico de la creación del Universo. Es
necesario conocerlo para comprender el alcance de lo que se va a
desvelar a continuación.
Según los órficos, el Universo se originó del siguiente modo. Del
dios Caos (o de Noche, según la versión) nacen Urano y Gea. Urano
conoce un oráculo que le dice que uno de sus hijos lo destronará de su
reinado; así que decide copular permanentemente con su hermana Gea
e impedir que sus hijos salgan del interior de la madre. Esta, al sentir
toda la presión de tantos hijos en su vientre, decide tramar un plan con
uno de ellos, Cronos, para liberarse de semejante martirio: le pide que
le corte los genitales a su padre. Ese seno materno de Gea también es
conocido como Huevo Órfico, o Huevo Primigenio.
Cuando Cronos cumple con el plan previsto, el material genético
de Urano, junto con todos los hijos que ya había engendrado, salen
proyectados en lo que se conoce como la Eyaculación de Éter. De esta
eyaculación surge otro dios, Fanes, que significa el muy brillante,
aunque sería más preciso decir que esa misma eyaculación se
identifica con Fanes, y no que el dios Muy Brillante surge de un
acontecimiento exterior a él.
Después de este gran resplandor, Fanes desaparece y comienza el
verdadero reinado de Cronos. Al igual que ocurrió con su padre,
Cronos también siente la necesidad de reproducirse, y también lo hace
con una hermana, Rea. También él conoce otro oráculo que le
pronostica un final idéntico al de Urano: será destronado por un hijo.
Por su experiencia, Cronos sabía lo que le esperaba de haber
actuado como su progenitor, de modo que decidió no retener a sus
hijos en el seno materno. La solución que encontró fue permitir que
nacieran, pero, inmediatamente después de salir al exterior, se los
comería. La madre, como todas las madres, no podía soportar esa
acción contra natura, y decidió poner fin a tan cruel práctica; de modo
que engañó a Cronos sustituyendo a uno de sus hijos, Zeus, por una

190
Anónimo. The Derveni Papyrus ("Diagoras of Melos, Apopyrgizontes Logoi?"): A New
Translation. (Edición de Richard Janko. 2001). (P. 21, col. VII). Classical Philology, Vol. 96, No. 1. pp.
1–32. The University of Chicago Press. Disponible en: http://www.jstor.org/stable/1215469 [2019,
3 de noviembre].
Manuel Plata Luque

piedra envuelta en un manto. Pasado un tiempo, se cumplió el


oráculo. La titánide Metis, a instancias de Zeus, le proporcionó a
Cronos un emético que le provocó el vómito y le hizo expulsar a los
hijos devorados. Zeus aprovechó el momento para encabezar una
rebelión contra su padre y los hermanos de este, los Titanes. Esto
desembocó en una guerra llamada Titanomaquia, en la que Zeus, cuyo
epíteto más conocido es el que reúne las oscuras nubes, combate
lanzando rayos contra sus enemigos. Finalmente, el bando de los
Crónidas sale victorioso, y los Titanes son apartados a la zona más
oscura y alejada del Hades, el Tártaro. De este modo, Zeus pasa a
gobernar el Olimpo, un reino frío y luminoso. Que el Olimpo es
luminoso, lo sabemos por la propia etimología de la palabra. Όλυμπος
(transliterado, Ólympos), significa luminoso, y su carácter frío se
deduce del extendido apelativo nevado Olimpo.
Esta historia que acabamos de resumir, aunque parezca increíble,
tiene todo el aspecto de la actual teoría de la creación del Universo
desarrollada a partir de los trabajos de Albert Einstein, la teoría del
Big Bang.
Según esta, nuestro Universo surge de un Huevo Cósmico del
tamaño de un átomo que contiene la materia que compone todo lo que
actualmente conocemos. En un momento determinado, este huevo
estalla y se produce una gran proyección de materia, acompañada de
un inmenso destello –Fanes–. Esta fase, semejante a una eyaculación,
se denomina Inflación Cósmica, y sus últimos restos se han podido
fotografiar: es la denominada Radiación de Fondo de Microondas.
Después de la inflación cósmica y el gran fogonazo que la
acompañó, sobrevino una Edad Oscura en la que, debido al enorme
calor, las partículas subatómicas se movían con tal velocidad y se
entrechocaban con tal violencia que, en lugar de unirse para crear
materia compleja, permanecían como una sopa de gas oscuro,
formada por elementos subatómicos dispersos. El nombre de esta fase
se debe a que los fotones que trataban de escapar de la masa surgida
de la Gran Explosión eran inmediatamente reabsorbidos por la enorme
densidad de dicha nube gaseosa, y el Universo se convirtió en un
lugar absolutamente oscuro, pero lleno de materia, como la tripa de
Cronos. ¿Habrá alguna relación entre este hecho y que Cronos sea el
dios que devoraba a sus hijos en el mismo momento de salir al
exterior de Rea, hijos luminosos que luego formaron parte del
luminoso Olimpo –valga la triple redundancia–?

173
El verdadero rostro de Dios.

El astrofísico Miguel Ángel Sabadell, editor de ciencia de la


revista Muy Interesante, habla de la Edad Oscura del Universo en un
artículo titulado La edad oscura del cosmos:

Durante cientos de millones de años, una nube de gas opaco


encapotó el universo, hasta que fue electrificado por una intrigante
fuente de radiación... Hasta entonces, la historia del cosmos se
había caracterizado por la monotonía, únicamente rota
por fotones chocando contra el plasma que llenaba el espacio;
electrones libres; y núcleos de hidrógeno y helio moviéndose a
velocidades frenéticas. La luz era incapaz de escapar de esas
continuas colisiones, por lo que el universo era opaco a la
radiación. Pero la temperatura cósmica descendió lo suficiente
para que los núcleos de hidrógeno y helio atraparan los electrones
que volaban a su alrededor y se convirtieran en átomos neutros,
con lo que los fotones dejaron de interaccionar con la materia. Este
momento de desacoplamiento hizo que el universo se volviera
transparente: la luz pudo escapar y hoy la podemos ver en forma
de la citada radiación que permea el espacio.191

En este punto, nos gustaría recordar que el epíteto más famoso de


Zeus es: el que reúne las oscuras nubes; el que amontona las nubes.
¿Puede ser que Zeus no sea más que un acertijo órfico para referirse a
la etapa del Universo en la que las oscuras nubes de gas que
conformaban la Edad Oscura fueron amontonadas, densificadas, y los
rayos que lanzaba contra su padre, una velada referencia a esa
intrigante fuente de radiación que las electrificó y facilitó el
advenimiento de un reino de materia fría y luminosa?
Volviendo al Big Bang, cuando la materia subatómica presente en
la Edad Oscura se enfrió, los fotones pudieron escapar de la fuerte
atracción que ejercía la masa gaseosa, y es en ese momento cuando
comienza a iluminarse el Universo. Al mismo tiempo, las partículas
subatómicas empezaron a emparejarse y a formar los átomos que
componen toda la materia que hoy conocemos. Y, si todavía existe el
mundo físico, es porque vivimos en el reino de Zeus, es decir, en el
nevado Olimpo, literalmente, en un universo frío y luminoso, gracias
a lo cual, es posible que las partículas subatómicas puedan mantenerse
191
Sabadell, Miguel Ángel (2017). La edad oscura del cosmos. Muy Interesante. Núm. 436. Edición
digital. [En línea]. Disponible en:
https://www.muyinteresante.es/revista–muy/noticias–muy/articulo/la–edad–oscura–del–cosmos
[2019, 3 de noviembre].
Manuel Plata Luque

emparejadas formando átomos complejos, la materia.


El aclamado astrofísico y cosmólogo Stephen Hawking, en su
libro La teoría del todo, dice:

A temperaturas muy altas, las partículas se moverán con tanta


rapidez que pueden escapar de cualquier atracción mutua causada
por fuerzas nucleares o electromagnéticas. Pero cuando se enfríen,
cabe esperar que las partículas que se atraen mutuamente
empiecen a agregarse.192

Partículas encerradas en el interior de un Huevo Cósmico; Gran


Explosión que las libera con gran resplandor, a modo de potente
eyaculación brillante; nubes de gas oscuro que opacan el Universo;
partículas que no se pueden emparejar para crear materia compleja a
causa del tremendo calor que las mantiene en veloz movimiento y en
constante choque; fotones luminosos que, tras nacer, son
inmediatamente devorados por la misma masa gaseosa de la que
surgieron; una extraña fuente de radiación lanzada contra las oscuras
nubes que las electrificó y densificó; enfriamiento de la sopa
subatómica y emparejamiento de las partículas para dar origen a un
Universo frío y luminoso. Todas las fases de la creación propuestas
por la teoría del Big Bang son idénticas a la que los órficos elaboraron
varios siglos antes de Cristo, con la única diferencia de que estos
hacen intervenir en el proceso una poco científica, pero –y estamos
completamente seguros de ello– muy cierta, Inteligencia Divina.
Muchos podrán pensar que ambas situaciones son meras
coincidencias, que es imposible que antes del actual desarrollo
tecnológico alguien pudiera saber lo que sabemos hoy en día. Para
ellos, los mitos no son más que una forma de explicar los fenómenos
naturales utilizando símiles humanos y, como tales, únicamente
narran situaciones extrañas, sí, pero absolutamente enmarcadas dentro
del ámbito del comportamiento humano. Sería de locos pensar que
detrás de tales dioses pueda haber la más mínima referencia a la física
de partículas. Y, sin embargo...
Uno de los mayores expertos mundiales en el Papiro de Derveni es
el profesor Alberto Bernabé Pajares, catedrático de Filología Griega
en la Universidad Complutense de Madrid. En su estudio La teogonía

192
Hawking, Stephen (2007). La teoría del todo. (P. 88). (Traducción de Javier García Sanz. 2007).
Barcelona. Random House Mondadori. ISBN–13: 978–84–8306–752–9.

175
El verdadero rostro de Dios.

órfica del papiro de Derveni, el profesor Bernabé traduce un


fragmento muy curioso:

Así que dice (Orfeo) que este Crono nace del Sol y de la Tierra,
porque (los seres) tuvieron su origen por el chocarse de unos
contra otros por causa del sol.193

Inmediatamente después, analiza la traducción:

La segunda parte de este texto se interpreta a la luz de la afición


etimológica del comentarista unida a su método alegórico, que le
llevan a explicar Κρόνος a partir del verbo κρούω ‘entrechocar’,
más concretamente, como procedente de κρούων νόος “Intelecto
que choca”, de acuerdo con lo dicho en la col. XIV 7
...
llamando Crono al Intelecto que hace que las cosas se
entrechoquen

Un poco más adelante, el profesor Bernabé hace una llamativa


afirmación:

Esta pintoresca explicación etimológica le permite sustituir


alegóricamente la genealogía tradicional Cielo–Crono por una
especie de interpretación atomista en la que intervienen el sol como
fuente de calor y la actuación mecánica de una serie de partículas
que se entrechocan, al modo de la teoría atomista…

Vámonos a la columna XXI. Allí, el autor del papiro nos habla de


Zeus, el hijo de Cronos, y dice así:

... ni el frío con el frío. Al decir "(cuando Zeus) montó" (Orfeo)


revela que (los elementos), divididos en pequeños pedazos, se
movieron y se "montaron" en el aire, y al "montarse" se unieron
entre sí. Siguieron "montándose" hasta el punto en que cada uno se
juntó con su semejante. "Afrodita Celestial", "Zeus", "afrodisíaco",
"montar", "Persuasión" y "Armonía" son nombres convencionales
para el mismo Dios. Se dice que un hombre que se une sexualmente
con una mujer se "afrodiza", como dice el dicho. Porque cuando

193
Bernabé Pajares, Alberto (1999). La teogonía órfica del papiro de Derveni. (P. 321). Revista
ARYS: Antigüedad, Religiones y Sociedades". V. 02. 1999. Pp. 301–338. Universidad de Huelva.
Disponible en: http://rabida.uhu.es/dspace/handle/10272/2703 [2019, 3 de noviembre].
Manuel Plata Luque

las cosas que ahora existen se unieron entre sí, (Dios) se llamó
"Afrodita". (Fue nombrado) "Persuasión" porque las cosas que
existen "cedieron" el uno al otro; "ceder" es lo mismo que
"persuadir". (Fue nombrado) "Armonía" porque encajó (hermose)
muchos (elementos) a cada una de las cosas que existen;...194

Si los órficos reconocían que Cronos significaba entrechocar, la


palabra griega aquí empleada para referirse a emparejar es ζευγάρωμα
(transliterado, zeugároma), y zeugároma tiene la misma raíz que
yugo; o que cigoto, el huevo fecundado; y también tiene la misma raíz
que Zeus. Es decir, nos encontramos con una nueva asimilación del
nombre de un dios con una palabra que hace referencia a un principio
físico presente en una determinada etapa de la creación del Universo.
Y no, esta exégesis interna, elaborada por una Congregación del
Becerro, más conocida como Orfismo, no se centra en retorcidas
cualidades humanas aplicadas a los dioses de la creación para mitigar
el sentimiento de insignificancia del ser humano. Está hablando
claramente de partículas que, a causa del calor, se entrechocan sin
poder emparejarse, dentro del reinado del dios Cronos, que significa
entrechocar; y de esas mismas partículas uniéndose entre sí merced a
unas fuerzas atractivas que pudieron realizar su cometido en un
contexto de frío, y que formaron las cosas que ahora existen, en el
frío y luminoso reinado de Zeus, que significa emparejar.
Estas son algunas de las enseñanzas ocultas que, de manera
discreta, transmitía un sabio de la antigüedad, Orfeo, que bien podría
llamarse Flegetanis, el hombre que adoraba a un becerro como Dios.
Pero aquí no termina la relación de los órficos con el mundo del
Grial.
Todos los estudiosos del mundo griálico hacen especial mención a
la falta que comete Perceval al no preguntar por los misterios que
contempla. Cuando abandona el castillo del Rey Pescador, el joven se
encuentra con una dama con la que mantiene una conversación. En un
momento dado, esta le dice:

– Demandastes vos a la gent


quel part il aloient ensi ?
– Onques de ma boche n’issi.
– Si m’aïst Dex, or revalt pis !...

194
Ibíd. nota 191. (Pp. 28–29, col. XXI).

177
El verdadero rostro de Dios.

... «Vostre nons est changiez, amis.


– Comant? – Percevax li cheitis!
Ha! Percevax maleüreus,
con fus or mesavantureus
qant tu tot ce n’as demandé,...
... Si ne me poise mie mains
de ce que il t’est mescheü
que tu n’as del graal seü
qu’an an fet et cui an le porte,
que de ta mere qui est morte...195

–¿Preguntasteis a la gente
a qué lugar iban de aquella manera?
–Jamás salió nada de mi boca.
–¡Dios nos asista! Ahora vamos a peor!…
... Vuestro nombre ha cambiado, amigo.
–¿Cómo? –¡Perceval el desgraciado!
¡Ay!, Perceval desdichado,
qué malaventurado eres ahora
por todo lo que no has preguntado,...
... Y no me causa menos lástima
aquello que te hace infeliz, [es decir],
que no has conocido qué se hace con el grial
y dónde se lleva,
que tu madre, que está muerta...

Querido lector, sorpréndase con lo que cuenta el Papiro de


Derveni en su columna XX:

(En cuanto a los iniciados), estoy menos sorprendido de que (esas)


personas que han realizado los ritos y han sido iniciados en las
ciudades no los comprendan; porque es imposible escuchar lo que
se dice y aprenderlo simultáneamente. Pero aquellos que (han sido
iniciados) por alguien que hace de los ritos su profesión, son
dignos de asombro y lástima: asombro porque, aunque suponen,
antes de realizar el rito, que tendrán conocimiento; después de
haberlo realizado, se marchan sin obtener conocimiento, y sin
hacer más preguntas, como si supieran algo de lo que vieron,
escucharon o aprendieron; y lástima porque no les basta que hayan
malgastado la tarifa que pagaron de antemano, sino que también se
van sin su juicio. Antes de realizar los ritos, esperan tener

195
Ibíd. nota 1. (Vv. 3567 y ss.).
Manuel Plata Luque

conocimiento; después de haberlos realizado, se van despojados


incluso de sus expectativas.196

Los sentimientos que el autor del Papiro de Derveni tiene hacia


aquél que pretende ser iniciado en los misterios órficos y no pregunta
tras presenciar los ritos sagrados, son los mismos que los de la
doncella que Perceval encuentra a su salida del castillo del Rey
Pescador, castillo que está aislado en un remoto bosque,
completamente alejado de las ciudades. Estos sentimientos son
asombro y lástima, y la expresión que mejor los define es el
contundente «¡Dios nos asista!». La doncella parecía conocer lo que
se escondía en el castillo, y daba por sentado que cualquiera que
contemplase los ritos reaccionaría formulando las preguntas
correspondientes. Cuando interroga a Perceval, parece hacerlo para
confirmar su creencia, por eso, el tono que mantiene durante el
interrogatorio es normal hasta que se entera de que no ha preguntado
por los misterios que observó. Es en este punto cuando la chica
muestra asombro. Inmediatamente después, aparece la lástima hacia el
joven e inocente muchacho, porque la muerte de su madre no ha
servido para nada. Si en el fragmento órfico, el iniciando paga una
tarifa para poder acceder a los ritos, en el caso de Perceval, esta es
demasiado elevada, nada menos que la muerte de su madre. Cuando
decidió convertirse en caballero, asumió un alto riesgo, pues el precio
que tenía que pagar implicaba abandonar a su madre. Sin embargo, en
el momento en que está a punto de lograr el objetivo que se marcó,
malgasta su inversión al no preguntar.
La mañana siguiente a la misteriosa cena, Perceval decide
preguntar por lo que había visto la noche anterior, pero no al rey, sino
a algún sirviente, a alguien de menos categoría social, alguien que no
lo considerase una persona simple. Pero la pregunta debería habérsela
formulado, como dice el Papiro de Derveni, a alguien que hizo de los
ritos su profesión, es decir, al Rey Pescador, y, precisamente, en el
momento en que estos ritos tenían lugar, ni antes ni después.
El resultado más inmediato de esta falta es que Perceval, que en un
principio formaba parte de los selectos iniciados a los que se les
permite ver ritos secretos lejos de la ciudad, pasa a ser considerado
como un profano a quien se le cierran las puertas del conocimiento
verdadero –parece que las enseñanzas que se impartían en la ciudad,
196
Ibíd. nota 191. (P. 28, col. XX).

179
El verdadero rostro de Dios.

o, lo que es lo mismo, de forma exotérica, se limitaban a exponer las


materias de forma literal, sin desvelar el sentido profundo de lo
enseñado–, según la fórmula órfica «Hablaré a quienes es lícito.
Cerrad las puertas, profanos». A partir de ese momento, las únicas
puertas que se le dejan abiertas son aquellas que le facilitan la salida
del castillo con la mayor celeridad posible, las mismas que se cerrarán
a sus espaldas cuando traspase el umbral:

Qant il ot atornez ses manbres,


si s’an vet vers les huis des chanbres
que la nuit ot overz veüz,
mes por neant est esmeüz,
que il les trova bien fermez.
Il i apele et hurte asez:
l’an ne li oevre ne dit mot.
Qant asez apelé i ot,
si s’an va a l’uis de la sale.
Overt le trueve, si avale
trestoz les degrez contreval,
et trueve anselé son cheval
et vit sa lance et son escu,
qui au mur apoiez li fu.
Lors monte et vet par tot leanz
et n’i trueve nul des sergenz,
escuier ne vaslet n’i voit.
Il s’an vet a la porte droit
et trueve le pont abessié,
que l’an li ot ensi lessié
por ce que riens nel retenist,
de quel ore que il venist,
qu’il n’i passast tot sanz arest.
Et panse que an la forest
an soient li vaslet alé,
por le pont qu’il vit avalé,
cordes et pieges regarder.
N’a cure de plus atarder,
einz dit que aprés ax iroit
savoir se nus d’ax li diroit
de la lance qui ensi sainne,
se il puet estre an nule painne,
et del graal ou l’an le porte.
Puis s’an ist fors parmi la porte.
Ençois que il fust hors del pont,
Manuel Plata Luque

les piez de son cheval amont


santi qu’il levoient an haut,
et li chevax a fet .i. saut,
que, s’il n’eüst si bien sailli,
amedui fussent malbailli,
li chevax et cil qui sus iere.
Et li vaslez torna arriere
por veoir que ce ot esté,
et vit qu’an ot le pont levé,
s’apele et nus ne li respont.
« Di va, fet il, tu, qui le pont
as levé, car parole a moi !
Ou es tu quant je ne te voi ?
Trai toi avant, si te verrai,
et d’une rien t’i anquerrai
noveles que savoir voldroie. »197

Cuando se hubo armado,


se fue hacia a las puertas de las habitaciones
que por la noche había visto abiertas,
pero aunque recorrió [el castillo],
las encontró bien cerradas.
Llamó y golpeó insistentemente:
nadie le abrió ni le dijo palabra alguna.
Cuando hubo llamado bastante,
Se fue a la puerta de la sala.
La encontró abierta, descendió
todos los escalones hasta abajo,
y encontró su caballo ensillado
y vio su lanza y su escudo
que estaban apoyados en el muro.
Entonces montó y fue por todo el interior,
y no encontró a ninguno de los sirvientes,
ni vio a escuderos ni donceles.
Se fue derecho hacia la puerta
y encontró el puente bajado,
ya que lo habían dejado de ese modo
para que nada lo retuviera
en el momento en que llegase,
y lo pasase sin detenerse.
Y pensó que los donceles
habrían ido al bosque,
197
Ibíd. nota 1. (Vv. 3357–3407).

181
El verdadero rostro de Dios.

por el puente que vio bajado,


para revisar los lazos y trampas.
Procuró no rezagarse,
así es que se dijo que iría detrás de ellos
para saber si alguno de ellos le podía decir
algo sobre la lanza que sangraba de aquella forma,
si podía ser por alguna pena,
y adónde se llevaba el grial.
Entonces salió por mitad de la puerta.
Antes de que estuviese fuera del puente
sintió que los pies de su caballo
se elevaban en alto,
y el caballo dio tal salto,
que, si no hubiese saltado tan bien,
ambos habrían salido malparados,
el caballo y el que encima iba.
El muchacho se giró hacia atrás
para ver qué había pasado,
y vio que habían levantado el puente.
Llamó y nadie le respondió.
–¡Dime –dijo– tú, que has izado
el puente, alguna palabra!
¿Dónde estás, que no te veo?
Acércate, así podré verte,
y te preguntaré sobre cosas
nuevas que quisiera saber.

Como vemos, Chrétien de Troyes conecta, a la manera órfica, el


concepto de puerta cerrada con el de escuchar, de modo que en el
fragmento anterior ha repetido esta asociación hasta en tres ocasiones:
«nadie le abrió ni le dijo palabra alguna»; «y vio que habían
levantado el puente. Llamó y nadie le respondió»; «Dime tú, que has
izado el puente, alguna palabra!».
Después de todo lo expuesto, diríamos que no hacen falta más
comentarios. A nuestro entender, pocas dudas quedan sobre la
naturaleza órfica de la literatura griálica. Desde la falta de preguntas
de Perceval hasta la afición etimológica de los sucesivos autores, todo
parece indicar que la leyenda del Grial esconde un mensaje, cuando
no una enseñanza, secretos.
Manuel Plata Luque

LA ODISEA DE PERCEVAL

No podíamos cerrar el presente trabajo sin mostrar un nexo más


entre los versos de Troyes y los de otro texto, al parecer, órfico.
En un artículo sobre José Lezama Lima publicado por Einat
Davidi, investigadora asociada del Departamento de Hebreo y
Literatura Comparada de la Universidad de Haifa, en el que se aborda
la adscripción órfica del poeta cubano, la doctora Davidi reconoce que
el propio Lezama considera órfica la obra de Homero:

Aquí Lezama Lima rechaza la incompatibilidad entre Homero y el


orfismo. En su ensayo, supera la discrepancia entre ambos
presentando a la Odisea como una obra de carácter órfico... Para
Lezama, la Odisea es un apéndice del orfismo y la dimensión órfica
de la Odisea –el descenso al Hades en el capítulo once– representa
el momento supremo de la ética y del mito homérico. El orfismo es,
entonces, la quintaesencia de lo griego. Sin embargo, si se lee el
texto aun más profundamente, la relación entre la Odisea y el
orfismo aparece como algo muy diferente de una relación de
“derivation” o “outgrowth”... Orfeo ha sido reemplazado por
Ulises, y en lugar de reflejar el período órfico prearcádico, se deja
invadir por las visitas, reconocimientos, sombras paseadoras.” No
es que Orfeo haya influido a Homero, sino que Orfeo mismo era ya
homérico...” 198

Si la Odisea es órfica y órfico es Li conte du Graal, ¿existirá


alguna semejanza entre ambos textos? Veámoslo.

198
Davidi, Einat. La noche órfica de José Lezama Lima. Disponible en:
https://www.academia.edu/35751297/La_noche_órfica_de_José_Lezama_Lima [2019, 3 de
noviembre].

183
El verdadero rostro de Dios.

En el Canto I, podemos encontrar al hijo de Odiseo, Telémaco, en


una situación que se asemeja a la vivida por Blancaflor en Li conte du
Graal. Una miríada de inmisericordes aspirantes a casarse con su
madre, Penélope, todos ellos provenientes de las islas vecinas,
mantienen sitiado el palacio de Ítaca que, al igual que el castillo de
Belrepeire, se encuentra ubicado en un reino frente al mar. Los
pretendientes se niegan a abandonar las inmediaciones del palacio a la
espera de que la que consideran viuda se decida por uno de ellos,
consumiendo mientras tanto todos los recursos de la familia real y
colocando al reino en una situación de grave desabastecimiento.
El joven Telémaco sufre impotente tal situación a sabiendas de
que, en el momento en que se desbloquee, él mismo será víctima de
los acosadores:

Y no me lamento y gimo únicamente por él, que los dioses me han


enviado otras funestas calamidades. Cuantos próceres mandan en
las islas, en Duliquio, en Same y en la selvosa Zacinto, y cuantos
imperan en la áspera Ítaca, todos pretenden á mi madre y arruinan
nuestra casa. Mi madre ni rechaza las odiosas nupcias, ni sabe
poner fin á tales cosas; y aquellos comen y agotan mi hacienda, y
pronto acabarán conmigo mismo.199

La escena es idéntica a la que vive Blancaflor, cuyo castillo está


siendo asediado por el ejército de un prócer que manda en las islas,
Clamadeux de las Islas, dirigido por su senescal, Anguinguerón.
Incluso el motivo de tal asedio es el mismo que el narrado en la
Odisea, el deseo de Clamadeux de poseer a la señora del castillo,
Blancaflor:

... qu’il n’a el monde rien qui vive


tant dolante ne tant cheitive
que je ne soie plus dolante...
… A siege a ci devant esté
tot .i. iver et .i. esté
Anguinguerrons, qu’il ne se mut,
et tot adés sa force crut,
et la nostre est amenuisiee
et nostre vitaille espuisiee,
que il n’en a ceanz remeis

199
Ibíd. nota 69. (Canto I, vv. 243 y ss.).
Manuel Plata Luque

don se poïst repestre un eis,...


... Clamadex [des Illes],
qui avoir me cuide,
ne m’avra ja, s’il ne m’a vuide
de vie et d’ame, an nule fin,...200

... porque no hay nadie en el mundo que viva


con un dolor o desgracia
tan grandes como los que sufro yo...
… Anguinguerón, que no se mueve,
ha establecido un sitio ante este castillo,
que ya dura todo un invierno y un verano,
y su fuerza se va incrementando constantemente.
La nuestra está mermada,
y nuestros víveres, agotados,
tanto, que aquí no hay nada
con lo que se pueda alimentar una abeja,...
... Clamadeux [de las Islas],
que quiere conseguirme,
ya no me tendrá, como no sea vacía
de vida y de alma, un mal final,...

Además, en el poema de Homero, el anfitrión sufre y necesita la


ayuda de su invitado para ser curado de sus pesares y de los de su
reino; y, al igual que lo que le ocurrió a Blancaflor con Perceval,
Telémaco le cuenta a Atenea sus cuitas sin que esta pregunte nada.
Gracias a dicha confesión no solicitada, la diosa le da la solución.
Pero si los paralelismos entre esta escena de la Odisea y la que
tiene lugar en el castillo de Belrepeire son evidentes, no lo son menos
los que encontramos entre la cena que tiene lugar en el salón del trono
del palacio de Ítaca y la celebrada en el castillo del Rey Pescador.
La diosa Atenea, travestida de hombre, se aparece en las puertas
del palacio armada con una robusta lanza, justo en el momento en que
en el interior del salón del trono está a punto de comenzar la cena, y
allí aguarda a que el huésped la invite a entrar. Telémaco, apercibido
de su presencia, se acerca a ella y la acompaña a la mesa, no sin antes
desarmarla en la misma puerta de entrada y depositar la lanza junto a
una columna del salón:

Á la hora fuése derecho al vestíbulo, muy indignado en su corazón


200
Ibíd. nota 1. (Vv. 1987 y ss.).

185
El verdadero rostro de Dios.

de que un huésped tuviese que esperar tanto tiempo en la puerta,


asió por la mano á la diosa, tomóle la broncínea lanza,... Ya en el
interior del excelso palacio, Telémaco arrimó la lanza á una alta
columna,...201

También Perceval tuvo que esperar en el otero a que apareciese el


castillo del Rey Pescador y lo invitasen a entrar; y de igual modo, fue
desarmado en la misma puerta, y su lanza, guardada en el salón donde
se celebró la cena, apoyada en un muro:

... si s’an va a l’uis de la sale.


Overt le trueve, si avale
trestoz les degrez contreval,
et trueve anselé son cheval
et vit sa lance et son escu,
qui au mur apoiez li fu.202

... se va hacia la puerta del salón.


La encuentra abierta, baja
todos los escalones hacia abajo,
y encuentra ensillado su caballo
y vio su lanza y su escudo
que estaban apoyados en la pared.

Una vez dentro del salón, Telémaco acomoda a la visitante en un


lujoso sillón (θρόνους), mientras él se tumba a su lado en un diván
(κλισμούς), justo en las mismas posiciones que los dos comensales del
salón del Grial.
Sin hablar nada, esperan a ser servidos por el personal de servicio
de palacio. En ese momento, aparece un personaje que nos recordará
el momento, justo después de la Procesión del Grial, en que un paje
trincha la pata de ciervo en el trinchador de plata:

El trinchante sirvióles platos de carne de todas suertes y colocó á


su vera áureas copas.203

Pero hay más. Cuando, a instancias de Atenea, Telémaco visita


Esparta para preguntar por la suerte de su padre, el rey Menelao le

201
Ibíd. nota 69. (Canto I, vv. 119 y ss.).
202
Ibíd. nota 1. (Vv. 3365–3370).
203
Ibíd. nota 69. (Canto I, vv. 136 y ss.).
Manuel Plata Luque

muestra su hospitalidad obsequiándolo con algo muy llamativo:

... y también he de darte una magnífica copa [ἄλεισον] para que


hagas libaciones á los inmortales dioses y te acuerdes de mí todos
los días.204

En el Libro XI de El banquete de los eruditos, de Ateneo de


Naucratis, se habla de los distintos vasos griegos de los que se tiene
conocimiento. Con respecto al regalo que Menelao le ofrece a
Telémaco, el vaso de libaciones, o ἄλεισον, podemos leer lo siguiente:

La copa llamada ἄλεισον es la misma que la llamada δέπας... Y, en


consecuencia, Asclepiades, el Mirleo, dice: ‘Me parece que el
δέπας tiene casi la misma forma que el φιάλη. Para que los
hombres hagan libaciones con ella’. 205

A su vez, φιάλη (transliterado, phiálê) es el nombre griego de la


latina patera, el plato de escasa profundidad que se utilizaba para
realizar libaciones en honor de los dioses. No sólo eso. En el Lexicon
Graecolatinum206, de Roberto Constantini, encontramos una nueva
vinculación entre ἄλεισον y patera: χρύσειον ἄλεισον, aurea patera.
Junto a la pátera, Menelao le ofrece a Telémaco una triga, un carro
tirado por tres caballos. Cuando el hijo de Odiseo rechaza este
segundo presente, el rey de Esparta cambia su oferta:

Cambiaré el regalo, ya que puedo hacerlo, y de cuantas cosas se


guardan en mi palacio voy á darte la más bella y preciosa. Te haré
el presente de una cratera [κρητῆρα] labrada, toda de plata con los
bordes de oro, que es obra de Vulcano...207

Resulta que Telémaco recibe dos regalos que ya nos suenan, una
pátera y una crátera. Recordemos que más arriba nos hemos

204
Ibíd. nota 69. (Canto IV, vv. 590–593).
205
de Náucratis, Ateneo. The Deipnosophists; or, Banquet of the learned, of Athenaeus. Vol. II. (P.
740). (Traducción de C.D. Yonge. 1854). (London. Henry G. Bohn). Edición digital de Internet
Archive. [En línea]. Disponible en: https://archive.org/details/deipnosophistsor02atheuoft [2019, 3
de noviembre].
206
Constantini Medici, Roberti (1592). Lexici sev dictionarii graecolatini ex thesauro utriusque
linguae. (T. II, p. 912). (Hæredes Eustathii Vignon & Iacobus Stoer). Edición digital de Google Books.
[En línea]. Disponible en: http://books.google.com/books?id=8uMdYZTQ52sC&hl=&source=gbs_api
[2019, 3 de noviembre].
207
Ibíd. nota 69. (Canto IV, vv. 612 y ss.).

187
El verdadero rostro de Dios.

encontrado con otro personaje en una situación muy parecida,


Perceval, como un sagitario que tiene una pátera o una crátera –
sagittarius tenens pateram seu cratera–. Si tenemos en cuenta que el
nombre del joven al que se le ofrecen tales obsequios, Τηλέμαχος
(transliterado, Têlémakhos), significa el que combate desde lejos, en
alusión a un arquero, es decir, un sagitario, podemos concluir que el
mismo personaje que en un principio asumió un rol semejante al de
Blancaflor y al del Rey Pescador, una vez que obedece las
recomendaciones de Atenea, y abandona a su madre a merced de los
peligrosos pretendientes, se transmuta en Perceval y, a través de su
viaje iniciático, se convierte en el salvador de su propio reino.
Manuel Plata Luque

EPÍLOGO

Qui petit seme petit quialt. Quién poco siembra poco recoge. Con
estas palabras arrancó, allá por finales del siglo XII, uno de los
mayores fenómenos literarios de la Historia de la Humanidad, cuyas
repercusiones aún hoy están de moda. No hay poeta, escritor,
columnista, documentalista, cineasta o pintor que se precie que no
haya recurrido en alguna ocasión al Sagrado Cáliz de la Última Cena
para inspirarse. Incluso el mismísimo Papa de Roma ha acudido a
Valencia a celebrar la Eucaristía con uno de los candidatos más
firmes a ser el vaso que, según Robert de Boron, contuvo la sangre de
Cristo.
Poco se podía imaginar Chrétien de Troyes hasta dónde llegaría el
fruto del encargo que le hizo el conde Felipe de Flandes. O, tal vez, a
la vista de esas cinco primeras palabras, supiese que su obra no iba a
ser un poema más dentro del inmenso océano de la literatura
medieval, sino que, por el contrario, se erigiría en semilla primigenia
que, a modo de panspermia, sentó los cimientos de lo que, de una
forma más o menos consciente, más o menos dirigida, habría de venir
en el futuro. Su enigmática frase: Crestiens seme et fet semance d’un
romans que il ancomance, Chrétien siembra y echa la semilla de una
novela que empieza, es, cuanto menos, visionaria, y parece indicar
que, efectivamente, en aquellos tiempos ya lejanos existió un plan
para montar un gran entramado literario con base en ese hermético
poema.
No sólo los primeros versos; en realidad, toda la dedicatoria que el
autor francés dirige a su mecenas es una guía a los lectores sobre
cómo descifrar su contenido. De una lectura rápida de esta
introducción, lo primero que llama la atención es un error de bulto

189
El verdadero rostro de Dios.

que no fue corregido en su momento. Chrétien de Troyes escribe:


Dios es caridad, y quien vive en caridad, según lo escrito –San Pablo
lo dijo y yo lo he leído–, permanece en Dios, y Dios en él. En
realidad, esta cita no pertenece a San Pablo, sino a la Primera Carta
de San Juan, concretamente, el versículo 4:16. No es imposible que
Troyes se equivocara, pero más bien se nos antoja como una argucia
con la que nos obliga a fijarnos en el personaje elegido para perpetrar
tal equívoco, el apóstol de los gentiles, San Pablo, quien, como el
pomo de la espada de Perceval, fue el primero en fusionar el mundo
semita heredado del cristianismo con las enseñanzas helenísticas
representadas por Dioniso el Areopagita; además, de una manera
indirecta, está remitiendo a los curiosos al capitulo donde aparece
aquella cita para que nos fijemos en su primer versículo, en el que se
nos invita a examinar el espíritu de las obras inspiradas, más que su
fachada exterior.
Ya hemos constatado que, según los más destacados pensadores,
los poemas tienen un doble componente literal y espiritual, y Li conte
du Graal no es ninguna excepción. El mismo Troyes nos lo deja
entrever cuando sugiere que los beneficios que ha obrado su mano
derecha no van dirigidos al público en general, si no exclusivamente a
aquellos que contemplan los secretos y conocen lo más escondido que
hay en los corazones y en las entrañas.
Tal vez en este trabajo hayamos cometido un exceso al sacar a la
Luz aquello que estaba oculto por voluntad del propio autor y de sus
patrocinadores. Sin embargo, no hemos hecho más que imitar las
acciones de alguien con más razones que nosotros, el papa Francisco,
a cuyas palabras nos encomendamos para contravenir semejante
precepto.
El 8 de diciembre de 2015, día de la Solemnidad de la Inmaculada
Concepción de María, es decir, cuando se conmemora la Gran Pureza
de María, o como dirían los griegos, Ἀριάδνη Μαρία (transliterado,
Ariádnē María), el papa inauguró el Año Santo Jubilar de la
Misericordia con la apertura de la Puerta Santa de la Basílica de San
Pedro.
Cinco días más tarde, ese mismo gesto se volvió a repetir, no sólo
en Roma, donde el santo padre abrió la Puerta Santa de su Catedral, la
Basílica de San Juan de Letrán, sino a nivel global, con la apertura
simultánea de las Puertas Santas de todas las catedrales del mundo.
Poco después, el 21 de diciembre, en el cielo se abría otra Puerta,
Manuel Plata Luque

la Puerta Celestial Tianyue, para dar ostel al Sol en su día de descanso


semestral, durante el solsticio de invierno. Esa misma Puerta fue la
que atravesó el ignorante galés para contemplar el misterioso rito de
la Procesión del Grial en el interior del castillo de un hombre que se
encontraba postrado en una cama a causa de los terribles dolores que
le provocaba la herida de una lanzada, que nunca se acababa de
cerrar.
Justo tres días antes, la Puerta Celestial de otro ostel se abrió en
Roma, la Puerta Santa de la Caridad del Ostello Don Luigi di Liegro,
un albergue que gestiona Cáritas. Cuando el papa abrió la puerta del
ostel romano, que, junto con el anexo Comedor San Juan Pablo II,
cumple la misma función que aquellas mansiones que participaban en
la fiesta de la Cornimannia, dar refugio y comida a los más
necesitados, reconoció que estaba abriendo una puerta del cielo: La
entrada al cielo no se paga con dinero.
Una vez abierta la puerta, se celebró una Sagrada Procesión –
¿cómo sustraerse a comparar al portador de la Cruz Guía, el báculo
coronado por un Cristo sangrante que abre las procesiones, con el
paje que llevaba la lanza de cuya punta manaba sangre? ¿O a los dos
acólitos que, con sendos ciriales, escoltan al anterior, con los donceles
de los candelabros? ¿Cómo no comparar esta Sagrada Procesión con
la Procesión del Grial?– que terminó, como no podía ser de otra
forma, con una cena, la Eucaristía, celebrada por alguien que ha
hecho de los ritos sagrados su profesión, el papa Francisco, y dirigida
exclusivamente a aquellos que, sin pagar su tarifa, habían presenciado
la Procesión, los marginados de la sociedad.
Y llegó el día 5 de febrero de 2016. Ese día se conmemora a Santa
Águeda, o Ágata, cuyo nombre, ἀγαθός (transliterado, agathós),
significa libre de maldad, bondadosa. Águeda era una joven que
sufrió martirio por defender su virginidad, y se representa portando
entre sus manos una escudilla, o una copa –tenens pateram seu
crateram–, en la que porta un alimento que, como se dice en Li conte
du Graal, es el único necesario para sostener la vida, los pechos
maternos que le fueron amputados con tenazas. Esta muchacha
siciliana, que expiró con un grito de alegría, es la viva imagen de la
portadora del Grial en Wolfram von Eschenbach, Repanse de Joie,
Portadora de Alegría.
Incluso su nombre nos sabe a Grial. En efecto, la piedra ágata
aparece en los lapidarios medievales como un remedio contra venenos

191
El verdadero rostro de Dios.

y picaduras de determinados animales. Así, por ejemplo, Guido de la


Colonne, en su Historia de la destrucción de Troya, escribe que
Medea le regaló a Jasón un anillo con una piedra de ágata engastada,
que lo protegería de cualquier veneno enloquecedor. También, en un
lapidario de 1747, el Theurgia General, y Especifica de las graves
calidades, maravillosas virtudes, y apreciable conocimiento de las
mas preciosas Piedras del Universo, de Juan Bernardino Rojo, se
detallan las propiedades de la ágata:

Esta Piedra Agata... vale contra el veneno, y ponzoña de Arañas, y


Escorpiones, como dice Geronymo Cortès.208

Y, por supuesto, no olvidemos el tratado Les diverses leçons, de


Louis Guyon, del que hemos hablado más arriba, donde se decía
específicamente que «En esos discursos se dice también que el
ágata…, y otras cosas más que se han citado anteriormente, tienen
las mismas propiedades [contra los venenos]».
Resulta que el ágata, a semejanza de las piedras naga, se emplea
como antídoto contra el veneno que mantenía postrado en una cama a
Amphortas, el Escorpión celestial.
Pues bien, ese mismo día se cumplió una petición expresa del papa
Francisco: el traslado en Sagrada Procesión de las reliquias de dos
santos capuchinos, el Padre Pío y el Padre Leopoldo Mandic, hasta la
Basílica de San Pedro. Allí permanecieron durante seis días
recibiendo la visita de miles de devotos. La razón esgrimida por el
santo padre para tan magna reunión fue la vocación confesional de
ambos monjes.
Sin embargo, no fue este el único lazo que ese día los unió.
Dentro del castillo de un Rey Pescador de Galilea, la sede del
Trono de San Pedro, hay una inmensa chimenea alta y ancha de
bronce macizo, el Baldaquino de San Pedro, sustentada por cuatro
robustas columnas llameantes, las retorcidas columnas salomónicas
profusamente decoradas con ramas de laurel –Ca él [el Fogar] es bien
laurado–; y en su interior se encuentra el más grande Ara de la
cristiandad, el Altar Mayor.
208
Rojo, Juan Bernardino (1747). Theurgia General, y Especifica de las graves calidades,
maravillosas virtudes, y apreciable conocimiento de las mas preciosas Piedras del Universo. (P. 45).
(Madrid. Antonio Marin). Edición digital de Google Books. [En línea]. Disponible en:
https://books.google.es/books?id=xrJSPt9zgywC [2020, 18 de enero].
Manuel Plata Luque

Para recordarnos que estamos ante un Fogar celestial, por encima


de la chimenea se encuentra la Cúpula de San Pedro, decorada a la
manera de un estrellado cielo nocturno en el que crepitan las llamas
de treinta y dos serafines –Et esta forma que está en el cielo... está
sobrel cosa que arde muy de rezio, et que echa muy grandes flamas–.
Hay que saber que la palabra serafín proviene de la hebrea ֙‫שָׂ ָרף‬
(transliterado, saraf), que significa arder, y también, serpiente
ardiente venenosa; y este es el término utilizado para referirse a la
serpiente ardiente de bronce izada sobre un mástil que, en Números
21:8, Yahve–Adonai mandó construir a Moisés para salvar a los
falsos judíos que despreciaron el maná, y que hemos relacionado con
la chimenea ardiente de bronce del salón del trono del castillo del Rey
Pescador.
Pues en aquel entorno tan significativo descansaron juntos los
cuerpos incorruptos de un ignorante, pero valiente en las batallas –
podría ser Perceval, pero era Leopoldo, cuyo nombre significa esto
último–, y alguien postrado por los dolores de sus estigmas. Y todos
los de dentro veían la lanza blanca y el hierro blanco. Ambos santos
fueron dispuestos de tal forma que sus ojos estaban dirigidos hacia la
lanza del Grial, la estatua de Longinos portando una lanza blanca,
que, desde su hornacina en una de las columnas que soportan la
Cúpula, recuerda al lancero de Li conte du Graal a punto de salir de la
cámara. Y todos los fieles que allí dentro se congregaron pudieron ver
la lanza del legionario romano.
Leopoldo Mandic es conocido como el santo ignorante, a causa
del apodo que le pusieron sus hermanos capuchinos, que lo llamaban
confesor ignorante, de manga ancha, por absolver a todos los que
acudían a él, fuese cual fuese su pecado. Lo curioso es que la
verdadera vocación frustrada de este monje, y que mantuvo toda su
vida, fue fusionar las Iglesias de Oriente y Occidente en una única
comunidad. Precisamente, otro santo que se conmemora ese día 5 de
febrero es San Lucas abad, un monje siciliano que adoptó el ascetismo
basiliano, la regla desarrollada por uno de los Padres de la Iglesia
Ortodoxa Oriental, San Basilio.
Por su parte, el Padre Pío fue famoso por sus dolorosos estigmas,
que lo mantuvieron postrado en una cama gran parte de su vida, a
semejanza del Rey Pescador. A causa de su dolorosa experiencia, San
Pío decidió fundar una institución llamada Casa Alivio del
Sufrimiento, un nombre de inequívocos tintes griálicos. Incluso el

193
El verdadero rostro de Dios.

aislamiento total dentro de su celda durante diez años, al que fue


sometido por las inmisericordes autoridades eclesiásticas del
momento, nos trae a la memoria al anciano que llevaba doce años
encerrado en una habitación contigua al salón del castillo del Grial,
alimentándose exclusivamente con una humilde hostia.
Así, en la escena de San Pío trasladado a hombros en una
parihuela por sus hermanos capuchinos, no podemos evitar ver la que
se narra en el Parsifal de Wagner, en la que Amphortas es llevado por
los humildes caballeros de la Compañía del Grial,
Con toda esta monumental puesta en escena que, a lo largo de
varios meses, se produjo en el marco del Año Jubilar de la
Misericordia, el papa Francisco, jesuita y franciscano, pareció indicar
que, si los iniciados órficos debían pagar una tarifa para acceder a los
ritos sagrados, a partir de ese momento, el secreto del Grial se abría a
los no iniciados, con la única condición de que sean misericordiosos y
humildes; y con la apertura de puertas, parecía decir a voces:
¡Hablaré a quienes es lícito. Abrid las puertas, profanos!
Este significativo gesto no puede traer otra cosa que no sea Luz a
la misericordiosa Humanidad. Es por eso que, en el Mensaje de
Navidad de 2019, Francisco ha pedido que aquella Luz que, semejante
a la de la sanadora chimenea del Rey Pescador, hasta ahora sólo
iluminaba el interior del salón del castillo, se transmute en la que
emanaba de la serpiente de bronce izada sobre el mástil, y, cual
flamante pendón, encabece la definitiva batalla que, bajo el signo de
la Bula Misericordiae Vultus, consiga derrotar a aquellos que se
empeñan en ocultar el verdadero rostro de Dios.

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