Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Quedan prohibidos, dentro de los límites establecidos por la ley y bajo los
apercibimientos legalmente previstos, la reproducción total o parcial de esta
obra por cualquier medio o procedimiento, ya sea electrónico o mecánico, el
tratamiento informático, el alquiler o cualquier otra forma de cesiónde la obra
sin la autorización previa y por escrito de los titulares del copyright.
E–mail: manuelplata1967@gmail.com
A mi padre Francisco, que, desde ese lugar donde todo
es posible, me está mostrando caminos inexplorados.
A mi madre Conchi, que, desde su humildad en este
lugar, me da fuerzas para caminar por esa senda.
A los dos, porque me habéis demostrado que el trabajo
silencioso e ilusionado siempre da sus frutos.
Papa Francisco
Mensaje de Navidad y Bendición Urbi et Orbi 2018
Manuel Plata Luque
INTRODUCCIÓN
Casi todas las cosas que atañen al ser humano adolecen del mismo
gravísimo error: el perezoso intelecto selecciona unos cuantos datos
de la superficie de un asunto, y, a continuación, emite un juicio
absoluto sobre su naturaleza; luego, en base a tan liviano análisis,
pretende sentar doctrina. Eso en el mejor de los casos, pues no es
infrecuente que el hombre renuncie a su facultad discursiva, y se
limite a tomar como dogma de fe el producto surgido de una mente
ajena, posiblemente más elevada, pero igualmente imperfecta, sin más
argumento que el de la autoridad de su autor.
Un ejemplo de esta afirmación lo podemos encontrar en la leyenda
del Santo Grial. Si se pregunta a cualquier persona qué piensa que es
el Grial, responderá siempre del mismo modo: el Grial es el cáliz que
Cristo utilizó en la Última Cena. Algunos más informados
especificarán que José de Arimatea recogió en él una mezcla de
sangre y agua de la herida del costado del Señor yacente y lo trasladó
a Gran Bretaña para ocultarlo.
Luego están los aficionados a las novelas y películas de cierto
contenido esotérico, que jurarán ante la tumba de sus padres que el
Grial es el útero de María Magdalena, y que la sangre de Cristo
contenida en él no es más que la semilla de Su sagrado linaje. Y no
dudarán en basar tan absurda teoría en un fresco de Leonardo da
Vinci, La última Cena, en donde dicen que no aparece ningún cáliz
con el que celebrar la Transustanciación del vino en sangre; en su
lugar, cuentan, el maestro florentino dibujó un vacío con forma de
triángulo invertido entre Jesús y el personaje de cara impúber que
aparece a su derecha, que debería ser el apóstol San Juan, pero que,
según ellos, en realidad se trataría de la Magdalena. Los defensores de
7
El verdadero rostro de Dios.
9
El verdadero rostro de Dios.
LOS ANTECEDENTES
El viejo Kyot, el maestro del que hablaban los hombres en los días
pasados, encontró en la lejana ciudad de Toledo un relato escrito
en árabe2, arrinconado y olvidado por los hombres: la historia del
1
de Troyes, Chrétien. Li conte du Graal (Perceval). (Manuscrito base: Paris, BnF, fr. 794. (ca.1235).
(Edición de Pierre Kunstmann, Ottawa/Nancy, Université d’Ottawa/Laboratoire de français ancien,
ATILF. 2009). (Última revisión 16–6–2013). Edición digital de l’ENS de Lyon dans la Base de français
médiéval. [En línea]. Disponible en: http://catalog.bfm–corpus.org/PercevalKu [2019, 3 de
noviembre].
2
El original alemán de la expresión «escrito en árabe» es «in heidenischer schrifte», literalmente,
«escrito en pagano», como muy acertadamente ha resaltado el doctor Aquilino Suárez Pallasá, de
la Pontificia Universidad Católica Argentina, en su artículo Sobre el Flegetânîs del libro IX de
Parzival de Wolfram von Eschenbach, en el que nos detendremos más adelante. El doctor Suárez
remarca este detalle por la importancia que tiene a la hora de interpretar el nombre del sabio que
encontró un misterio llamado Grial. Nosotros mantenemos la errónea traducción para ser fieles al
Manuel Plata Luque
texto del que hemos tomado el fragmento, aunque en su momento aclararemos tal extremo.
Véase la nota 189.
11
El verdadero rostro de Dios.
3
Von Eschenbach, Wolfram. Parzival a knightly epic. Anastatic reprint of the edition London 1894.
(Trad. Jessie L. Weston. 1912). (Vol. 1, lib. IX, vv. 351 y ss.). (New York. G. E. Stechert & Co). Edición
digital de Project Gutenberg. [En línea]. Disponible en: http://www.gutenberg.org/ebooks/47297
[2019, 3 de noviembre]. Todas las traducciones de este trabajo han sido realizadas por el autor.
Manuel Plata Luque
13
El verdadero rostro de Dios.
4
Von Eschenbach, Wolfram. Parzival und Titurel Rittergedichte. (Trad. y com. Karl Simrock. 1883).
(Sexta edición revisada). (Lib. V, frg. 454, vv. 1–3). Stuttgart. Verlag der J. G. Cotta'schen
Buchhandlung.
5
Anónimo. Libro de Ruth. Edición digital de Biblia Paralela. [En línea]. Disponible en:
https://bibliaparalela.com/interlinear/ruth/3–8.htm [2019, 3 de noviembre].
Manuel Plata Luque
6
Shah, Idries (1964). Los sufis. (Octava edición. 2016). (Trad. Pilar Giralt, Francisco Martínez). (Cap.
2, p. 67). Barcelona. Editorial Kairós (Colección Sabiduría perenne). ISBN–13: 978–84–7245–339–5.
15
El verdadero rostro de Dios.
7
Ibíd. nota 3. (Vol. 2, lib. XVI, vv. 183–186).
Manuel Plata Luque
8
Ibíd. nota 1. (Vv. 555–560).
17
El verdadero rostro de Dios.
19
El verdadero rostro de Dios.
10
Anónimo. Greater Bundahishn. (Trad. Behramgore Tehmuras Anklesaria. 2002). (Cap. II, vv. 3 y
4). Edición digital de Joseph H. Peterson. [En línea]. Disponible en:
http://www.avesta.org/mp/grb1.htm#chap2 [2019, 3 de noviembre].
11
Imágenes 1, 2 3 y 4.
Manuel Plata Luque
12
de Castilla, D. Alfonso X. Libros del Saber de Astronomía. Los .IIII. Libros de la Ochaua Espera. et
de sus .XLVIII. figuras. con sus estrellas. (Compilados, anotados y comentados por don Manuel Rico
y Sinobas. 1863). (T. I, p. 29). (Madrid. Tipografía de d. Eusebio Aguado). Edición digital de
Biblioteca Digital de Castilla y León. Disponible en:
https://bibliotecadigital.jcyl.es/es/catalogo_imagenes/grupo.cmd?path=10074511 [2019, 3 de
noviembre].
13
Anónimo. Quête del saint Graal. (Manuscrito base: Bibliothèque Municipale de Lyon, Palais des
Arts n° 77). (Fol. 208b). (Edición de Christiane Marchello–Nizia y Alexei Lavrentiev. 2019). (Última
revisión 30–11–2018). Edición digital de l’ENS de Lyon dans la Base de français médiéval. [En línea].
Disponible en: http://catalog.bfm–corpus.org/qGraal_cm [2019, 3 de noviembre].
21
El verdadero rostro de Dios.
Bondades son llamadas las buenas costumbres, que los omes han
naturalmente en si, a que llaman en latin Virtudes: e entre todas
son quatro las mayores,... E porende los Antiguos, por
remembrança desto, fizieron fazer a los Caualleros armas de
quatro maneras... E porque los Defensores non aurian
comunalmente estas armas, e aunque las ouiessen, non podrian
siempre traerlas, touieron por bien los Antiguos de fazer vna, que
se mostrassen todas estas cosas [virtudes] por semejança... E assi
como las armas que ome para ante si, para defenderse, muestran
fortaleza, que es virtud que faze a ome estar firme a los peligros
que auinieren; assi como en la mançana es toda la fortaleza de la
espada,...15
14
Papa Francisco (2018). Mensaje Urbi et Orbi del Santo Padre Francisco. [En línea]. Disponible en:
http://www.vatican.va/content/francesco/es/messages/urbi/documents/papa–
francesco_20181225_urbi–et–orbi–natale.html [2019, 3 de noviembre].
15
de Castilla, D. Alfonso X. Las Siete Partidas del sabio rey don Alfonso el IX con las variantes de
más interés, y con la glosa del lic. Gregorio López. (Pp. 852–853). (Edición de Ignacio Sanponts y
Barba, Ramón Marti de Eixalá, José Ferrer y Subirana. 1843). (Barcelona. Imprenta de Antonio
Bergnes y Cª). Edición digital de Google Books. [En línea]. Disponible en:
https://books.google.es/books?id=g7U9AQAAMAAJ [2019, 3 de noviembre].
Manuel Plata Luque
23
El verdadero rostro de Dios.
Imagen 1
Equinoccio de primavera de 5500 a.C.
Fuente: Stellarium 0.19.3. Licencia GPL
Manuel Plata Luque
Imagen 2
Solsticio de verano de 5500 a.C.
Fuente: Stellarium 0.19.3. Licencia GPL
25
El verdadero rostro de Dios.
Imagen 3
Equinoccio de otoño de 5500 a.C.
Fuente: Stellarium 0.19.3. Licencia GPL
Manuel Plata Luque
Imagen 4
Solsticio de invierno de 5500 a.C.
Fuente: Stellarium 0.19.3. Licencia GPL
27
El verdadero rostro de Dios.
EL COMIENZO DE UN CICLO
16
Ibíd. nota 1. (Vv. 633–638).
17
Ibíd. nota 13. (T. I, lib. II, p. 81).
29
El verdadero rostro de Dios.
18
Ibíd. nota 1. (Vv. 736–737).
19
Ibíd. nota 1. (Vv. 746–747).
Manuel Plata Luque
31
El verdadero rostro de Dios.
escogió la que parecía más apetitosa, y apartó para los humanos lo que
creyó despojos. Cuando se descubrió el engaño ya era tarde, y Zeus
tuvo que mantener su palabra; sin embargo, jugó otra baza y decidió
privarlos del fuego con que poder cocinar esa carne. Pero el temerario
Prometeo, el eterno adalid de la humanidad, entró secretamente en el
Olimpo y robó una llama del fuego que ardía en el Carro del Sol para
luego compartirla con los hombres.
Zeus no podía tolerar que los humanos disfrutasen de aquello que
les había prohibido, de modo que pergeñó una acción que
contrarrestase las mercedes recibidas. Así, ordenó a Hefesto que
modelase con arcilla una mujer de gran belleza, o, como definió
Hesíodo, un bello mal. Para garantizarse el éxito, le pidió a cada uno
de los dioses que la adornasen con un don que la hiciese irresistible a
los ojos de los hombres; de hecho, su nombre, Pandora, significaba
eso, regalo de todos. Alguien con tales atributos divinos no podía
entrañar ningún peligro para nadie. El truco estaba en el regalo que le
otorgaría Hermes, el mensajero de Zeus, pero también un conocido
embaucador: Pandora sería una mentirosa de carácter voluble.
El siguiente paso requería encontrar una persona a la que
entregarle el regalo envenenado. El destinatario fue un hermano de
Prometeo, Epimeteo. Si el primero tenía la virtud de la clarividencia,
Epimeteo adolecía de todo lo contrario, su visión de futuro era más
bien corta. Prometeo le recomendó a su hermano que no aceptase
ningún regalo que viniese de Zeus, pues preveía el aciago plan del
dios.
Esta nueva deslealtad llevó a Zeus a castigar a Prometeo, y lo
mandó encadenar a una roca situada en el Monte Cáucaso. Como esta
pena parecía no molestar demasiado al condenado, decidió aumentar
su sufrimiento, y ordenó que un águila volase todos los días hasta
donde se encontraba encadenado y le devorase el hígado, que cada
noche se volvía a regenerar.
Transcurrido un tiempo, se produjo un lamentable suceso que vino
a mudar la suerte de Prometeo. Hércules era discípulo del centauro
Quirón, un famoso médico maestro de héroes. Mientras disputaba con
otros centauros, Hércules les lanzó una flecha envenenada con la
sangre de la Hidra, con tan mala fortuna que se clavó en la pierna de
su maestro. A causa de su inmortalidad, el sabio estaba condenado a
una terrible existencia, pues el veneno, del que no existía antídoto, le
provocaba un dolor insoportable. Para tratar de enmendar su error,
Manuel Plata Luque
33
El verdadero rostro de Dios.
22
Ibíd. nota 1. (Vv. 710–713).
23
Ibíd. nota 1. (Vv. 3775–3779).
Manuel Plata Luque
24
Ibíd. nota 1. (Vv. 3799–3804).
25
Esquilo. Prometeo encadenado. (P. 7). Edición digital de Biblioteca Digital ©Instituto
Latinoamericano de la Comunicación Educativa ILCE. Disponible en:
http://bibliotecadigital.ilce.edu.mx/Colecciones/index.php?clave=ObrasClasicas [2019, 3 de
noviembre].
35
El verdadero rostro de Dios.
26
Hesíodo. Teogonía. (Edición de Luz, Moléculas y Vida. 2007–2008). (P. 8). Universidad de
Salamanca. Disponible en: http://campus.usal.es/~licesio/lmv.htm [2019, 3 de noviembre].
27
Ibíd. nota 1. (Vv. 3813–3817).
28
Ibíd. nota 1. (Vv. 815–816).
Manuel Plata Luque
la de Hierro.
Cuando Chrétien de Troyes describe la tienda, nos dice:
29
Ibíd. nota 1. (Vv. 643–646).
37
El verdadero rostro de Dios.
30
Ibíd. nota 13. (T. I, lib. I, p. 46).
Manuel Plata Luque
GORNEMANZ DE GOORZ
31
Ibíd. nota 1. (Vv. 1403–1413).
39
El verdadero rostro de Dios.
32
Liver, Ricarda (1971). Cornomannia: Etymologisches und Religionsgeschichtliches zu einem
stadtrömischen Fest des Mittelalters. (P. 36). Vox romanica XXX. (Pp. 32–43). Doi:
http://doi.org/10.5169/seals–24598.
Manuel Plata Luque
33
Ibíd. (P. 37).
34
du Cange, C. et al. (1678). Glossarium mediae et infimae latinitatis. (éd. augm. 1883–1887). (T. 2,
col. 312c) Niort. L. Favre. [En línea]. Disponible en: http://ducange.enc.sorbonne.fr/chora [2019, 3
de noviembre].
41
El verdadero rostro de Dios.
Ecclesiæ,… 35
La cornomannia
35
Forsyth, William (1852). History of Trial by Jury. (Cap. V, p. 120, n. 3). (London. John W. Parker
and son, West Stand). Edición digital de Google Books. [En línea]. Disponible en:
https://books.google.es/books?id=A6oDAAAAQAAJ [2019, 3 de noviembre].
Manuel Plata Luque
43
El verdadero rostro de Dios.
45
El verdadero rostro de Dios.
47
El verdadero rostro de Dios.
39
Ibíd. nota 1. (Vv. 1301–1316).
40
Ibíd. nota 1. (Vv. 2970–2989).
49
El verdadero rostro de Dios.
41
Ibíd. nota 1. (Vv. 1317–1324).
Manuel Plata Luque
42
Ibíd. nota 1. (Vv. 3044–3045).
43
Ibíd. nota 1. (Vv. 1343–1346).
51
El verdadero rostro de Dios.
44
Ibíd. nota 1. (Vv. 1325–1334).
45
Imagen 5.
Manuel Plata Luque
46
Sun, Xiaochun y Kistemaker, Jacob (1997). The Chinese Sky During the Han: Constellating Stars
and Society. (Cap. 5, p. 101; Apénd. II, p. 174). Leiden, New York, Köln. BRILL. ISBN–13: 978–
9004107373.
53
El verdadero rostro de Dios.
bajas:
But suddenly, in a valley close by, the top of a tower caught his eye.
From there to Beirut you wouldn’t have found one more handsome
or impressive: it was square and built of stone, and flanked by two
smaller towers;…48
47
Ibíd. nota 1. (Vv. 3046–3049).
48
De Troyes, Chrétien. The complete history of the grail. (P. 27). (Traducción de Nigel Bryant. 2015).
Cambridge. D. S. Brewer. ISBN–13: 978–1–84384–400–6.
49
Imagen 6.
Manuel Plata Luque
50
Kelly, Jack (2004). Gunpowder: Alchemy, Bombards, and Pyrotechnics: The History of the
Explosive that Changed the World. (P. 22). New York. Basic Books. ISBN–13: 978–0–465–03722–3.
55
El verdadero rostro de Dios.
53
Ibíd. nota 1. (Vv. 1833–1843).
54
Ibíd. nota 1. (Vv. 1762–1763).
57
El verdadero rostro de Dios.
Imagen 5
Zona de Tauro con la Puerta Celestial Tianguan
59
El verdadero rostro de Dios.
Imagen 6
Zona de Sagitario con la Puerta Celestial Tianyue.
Manuel Plata Luque
Imagen 7
Zona de Virgo con la Puerta Celestial Tianmen.
61
El verdadero rostro de Dios.
EL CASTILLO DE GORNEMANZ
Acabamos de ver cómo los tres regalos que las diaconías romanas
ofrecían al papa durante la fiesta de la Cornimannia son
sospechosamente semejantes a otras tantas constelaciones en las que
los chinos de la antigüedad situaron tres Puertas Celestiales, y que
contienen estructuras estelares similares a las de las torres de los
ostels en los que Perceval descansa de su largo camino. Centrémonos
ahora en la zona que ha dado origen a todo este paréntesis, la de la
Puerta Celestial Tianguan, en las constelaciones de Tauro, Auriga,
Géminis y Orión, las mismas que presiden el cielo nocturno durante
los tres meses de invierno, tiempo en el que Dioniso custodia el
oráculo de Delfos, normalmente protegido por Apolo, al que acudían
los griegos a pedir consejo, al igual que hizo Perceval con
Gornemanz.
Si dionisíaco es el ambiente que se respira en esta fiesta medieval,
cuyo nombre y origen parecen estar inspirados en el órgano consultor
denominado Cornemannia, o Cornemanz, no lo es menos el que
impregna la escena en la que Perceval se quita la armadura ante
Gornemanz de Goorz, y se queda con la cota de piel de ciervo que le
elaboró su madre:
Esta cota de ciervo es, sin duda, una nebris, la prenda dionisíaca
por excelencia. Se trata de un atributo del culto al dios Dioniso
portado por sus seguidores –ménades, sátiros, silenos o bacantes– en
las procesiones y ceremonias que se celebraban en su honor.
Generalmente está hecha de piel de cérvido, pero puede ser también
de pantera, cabra, lince o zorro, y se solía anudar sobre el hombro
derecho con las dos patas delanteras, para que pueda cubrir la parte
izquierda del portador.
Perceval aparece, pues, vestido como un seguidor de Dioniso, con
lo que se podría deducir que Gornemanz de Goorz, su maestro, bien
podría ser la imagen del dios del éxtasis místico.
Antes destacamos una pequeña constelación, Canis Minor, que
representaba una plaga que envió Dioniso para castigar a los impíos
habitantes de la ciudad que fundó el abuelo del dios. Se encontraba en
el entorno de Tauro, justo al lado de Orión. Centrémonos ahora en
este gigante:
55
Ibíd. nota 1. (Vv. 1416–1422).
56
Ibíd. nota 13. (T. I, lib. III, p. 92).
57
Ibíd. nota 1. (Vv. 1352–1353).
63
El verdadero rostro de Dios.
Parece que cada vez está más cerca una posible vinculación entre
el consejero de Perceval, el cielo estrellado de invierno en el
hemisferio septentrional y una fiesta con claros tintes dionisíacos.
Pero, ¿cómo conectar de una manera irrefutable a Gornemanz de
Goorz y a este grupo de constelaciones, con el dios Dioniso?
La respuesta puede residir oculta en la segunda parte que hemos
planteado para completar la ya famosa proposición esgrimida por la
madre de Perceval: ... por el hombre se conoce el nombre. Fijémonos
con atención en un detalle ofrecido por Chrétien de Troyes.
Después de intercambiar las primeras palabras, Gornemanz se
presta a enseñar a Perceval el arte de las armas. Para ello, le pide a su
paje que le traiga su equipación militar y, una vez que la tiene, lo
primero que hace es colocarse las espuelas, que son descritas como
tranchanz, desgarrantes, cortantes:
61
Ibíd. nota 1. (Vv. 1429–1432).
62
Ibíd. nota 1. (Vv. 1423–1424).
65
El verdadero rostro de Dios.
63
Ibíd. nota 13. (T. I, lib. II, p. 64).
64
Calderón Sánchez, Macarena (2017). Dioniso y el toro: fuentes literarias y epigráficas. (P. 5).
Revista Synthesis, vol. 24, núm. 2. e021. Centro de Estudios Helénicos. Facultad de Humanidades y
Ciencias de la Educación. Universidad Nacional de La Plata. ISSN 1851–779X.
Doi: https://doi.org/10.24215/1851779Xe021.
Manuel Plata Luque
65
Faltings, Volkert F. (2010). Etymologisches Wörterbuch der friesischen Adjektiva. (P. 226). Berlin,
New York. Walter de Gruyter. ISBN–13: 978–3–11–023135–9.
67
El verdadero rostro de Dios.
69
El verdadero rostro de Dios.
BLANCAFLOR
69
Ibíd. nota 13. (T. I, lib. II, p. 72).
70
Ibíd. nota 1. (Vv. 1793–1795).
71
El verdadero rostro de Dios.
71
Ibíd. nota 1. (Vv. 1950–1953).
72
Ovidio Nasón, Publio. Metamorfosis. (Traducción de Ana Pérez Vega. 2002). (Lib. VIII, vv. 172–
177). Edición digital de Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. [En línea]. Disponible en:
http://www.cervantesvirtual.com/obra–visor/metamorfosis––0/html/ [2019, 3 de noviembre].
Manuel Plata Luque
Según la mitología griega, Ariadna era hija del rey cretense Minos.
Un día, con motivo del cumplimiento de un tratado, un príncipe
ateniense, Teseo, arribó a la isla de Creta acompañado de ocho
compatriotas para ser entregados en sacrificio al monstruo Minotauro,
que se encontraba encerrado en el interior de un laberinto. Ariadna,
enamorada del joven príncipe, lo ayudó a escapar del encierro, y en
agradecimiento, Teseo se la llevó en su barco rumbo a Atenas con la
promesa de casarse con ella.
En mitad de la travesía, el barco realiza una parada en una isla.
Allí desembarcan los marinos y la doncella para descansar del periplo,
al tiempo que se consuma una traición. Aprovechando que se
encuentra dormida, los atenienses zarpan dejando a Ariadna sola en la
isla. Al oír los lamentos y llantos de la muchacha, el dios Dioniso,
Líber para los romanos, se apiada de ella y, como dice Ovidio, sus
abrazos y su ayuda Líber le ofreció.
Esta situación es la que vive Blancaflor, cuyo castillo, al borde del
mar y rodeado del ejército enemigo, se asemeja a una isla desierta y
yerma. Y, lo mismo que la Muy Pura Ariadna, derrama lágrimas de
desesperación y clama por su insoportable situación. En ese momento,
Perceval, que después de las enseñanzas de Gornemanz asume el
papel de Dioniso, la abraza y se compromete a librarla –Líbera– de
sus enemigos:
...
Et cil la beisoit,
qui an ses braz la tenoit prise.73
Y él la besó,
el que en sus brazos la tenía tomada.
73
El verdadero rostro de Dios.
Y si yo llevo el testimonio
de que tú me has humillado con las armas,
viéndome mi gente delante de mi tienda,
mi palabra será respetada
y tu honor será creído,
que nunca hubo caballero más grande.
74
Ibíd. nota 13. (T. I, lib. II, p. 72).
75
Ibíd. nota 1. (Vv. 2250–2255).
Manuel Plata Luque
76
Ibíd. nota 1. (Vv. 2248–2249).
75
El verdadero rostro de Dios.
medio de la inanición.
La función más conocida de Hermes la hemos dejado para el final.
A causa de sus continuos viajes como mensajero y como favorecedor
del comercio, Hermes es considerado el protector de ambas
actividades; y así, se le rinde culto en aquellos lugares necesarios para
poder llevarlas a efecto, los caminos, los cruces y las fronteras.
Para no perderse y tener seguridad en su trayecto, los viajeros
solicitan la guía del dios con la ancestral práctica de amontonar
piedras en cruces de caminos y límites de las poblaciones. A esta
acumulación de piedras, denominada herma, se le añadió más tarde
una columna cuadrangular coronada por un busto de Hermes que, en
numerosas ocasiones, era representado con dos cabezas, masculina y
femenina, en referencia a Hermes y Atenea, en cuyo caso, a la
columna se la llamaba hermatenea; o Hermes y Afrodita, de donde
proviene la palabra hermafrodita.
En el interior de la ciudad amurallada de Belrepeire podemos
encontrar, sin ninguna duda, una herma. Troyes nos presenta dos
monasterios con los muros derruidos y sus escombros amontonados
en torno a sendas torres cuadrangulares desprovistas de tejados. Uno
pertenece a una orden religiosa masculina, y el segundo, a monjas. El
modo en que se describen los sentimientos de los religiosos de ambos
sexos refuerza la idea de la verdadera naturaleza de dichos
monasterios:
77
Ibíd. nota 1. (Vv. 1756–1757).
Manuel Plata Luque
frontera entre los dos territorios de los castillos situados a orillas del
río que forma la Vía Láctea, el de Gornemanz de Goorz y el Rey
Pescador. Quien por allí transita no debe temer perderse, pues la gran
herma se encarga de guiar sus pasos. De este modo, la muy pura
princesa Blancaflor deviene en irreprochable Virgen Mediadora y
portal de paso obligado hacia los misteriosos secretos que se llaman
Grial.
77
El verdadero rostro de Dios.
PERCEVAL
78
de Troyes, Chrétien. Les manuscrits de Chrétien de Troyes: The manuscript of Chrétien de Troyes.
Manuel Plata Luque
“De Percheval dire vos weil” (Gerbert, v. 16719, f. 219; fig. 125)...
“Or revenrons a Percheval” (Second Continuation, v. 1 var.,
p.229; fig.209)... “Chi recomence a Percheval” (Second
Continuation, v. 25435, p.294; fig.215)79
(Edición de Keith Busby, Terry Nixon, Alison Stones y Lory Walters. 1993). (Vol. I, p. 375).
Amsterdam – Atlanta. Rodopi. ISBN–13: 978–90–5183–593–9.
79
Ibíd.
80
Anónimo. Le roman du renart, publié d’après les manuscrits de la Bibliothéque du Roi des XIII, XIV
et XV Siècles. (Edición de M. D. M. Méon. 1826). (T. 4, p. 5, v. 106). (Paris. Chez Treuttel et Wúrtz,
Libraries). Edición digital de Google Books. [En línea]. Disponible en:
https://books.google.es/books?id=x95W0vO21UYC [2019, 3 de noviembre].
81
Hinton, Thomas (2012). The Conte Du Graal Cycle: Chrétien de Troyes' Perceval, the
Continuations, and French Arthurian Romance. (P. 97). Cambridge. D. S. Brewer. ISBN–13: 978–1–
84384–285–9.
82
S.C. (1998, 23 de febrero). José Luís Picardo ingresó en la Academia de Bellas Artes. ABC. P. 47.
Disponible en:
http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/madrid/abc/1998/02/23/047.html
[2019, 3 de noviembre].
79
El verdadero rostro de Dios.
referida a Perceval:
83
Ibíd. nota 1. (Vv. 91–94).
84
Ibíd. nota 1. (Vv. 1382–1385).
Manuel Plata Luque
que sabe hacer correr a los caballos sin control, arriba y abajo;
etimológicamente, Hipólito. Pero también tenemos otra información
muy interesante en el segundo fragmento citado: el corcel que me
traje de casa de mi madre. ¿Qué Hipólito de la mitología se trajo de
casa de su madre una afición desmedida por los caballos? Sin duda, el
hijo de Teseo e Hipólita, la reina de las amazonas, aquellas feroces
guerreras que se hicieron famosas por sus habilidades ecuestres.
Casi todos los hechos que le acontecen a Perceval tienen las
características propias de este mito. Expondremos brevemente lo que
Eurípides narra en su obra Hipólito, y lo compararemos con
determinados fragmentos de Li conte du Graal.
Como hemos dicho, Hipólito era hijo de Teseo y de la reina
amazona Hipólita –aunque algunos autores proponen otros nombres,
como Antíope o Melanipa–. De todos los dioses del Panteón griego, la
preferida de Hipólito era Artemis, la diosa de la caza y el bosque. Tal
era la devoción que le profesaba, que la vida del muchacho transcurría
en la soledad de la floresta. Así arranca el texto de Eurípides, con un
Hipólito que llega de cazar en el bosque, lanzando elogios a tan
placentero lugar y a su madre espiritual.
Por su parte, el comienzo del cuento de Troyes es casi idéntico:
81
El verdadero rostro de Dios.
85
Ibíd. nota 1. (Vv. 69–90).
Manuel Plata Luque
86
Ibíd. nota 1. (Vv. 6176–6182).
83
El verdadero rostro de Dios.
Los centauros
85
El verdadero rostro de Dios.
Pero lo mas a lo del centauro, que son dos figuras, la una del que
es medio ome et medio cauallo, la otra porque tiene de la mano
sinistra colgado un louezno, et en la diestra tiene un ramo,
asemeiante quel quier ferir con él90
88
Ibíd. nota 13. (T. I, lib. III, p. 110).
89
Ibíd. nota 39. (P. 150).
90
Ibíd. nota 13. (T. I, lib. III, p. 108).
91
Ibíd. nota 1. (Vv. 603–611).
87
El verdadero rostro de Dios.
Trebuchet
92
Diccionari de la Llengua Catalana. (Segunda edición). Edición digital de Institut d’Estudis
Catalans. [En línea]. Disponible en:
https://dlc.iec.cat/results.asp?txtEntrada=redorta&operEntrada=0 [2019, 3 de noviembre].
Manuel Plata Luque
93
Ibíd. nota 13. (T. I, lib. II, p. 73–74).
94
Manilio. Astronomicon. (Edición de H. W. Garrod. 1911). (Lib. II, p. 28, vv. 442–443). (London,
Edinburgh, New York, Toronto and Melbourne. Henry Frowde). Edición digital de Internet Archive.
[En línea]. Disponible en: https://archive.org/details/astronomiconlibe00maniuoft [2019, 3 de
89
El verdadero rostro de Dios.
noviembre].
95
Ibíd. nota 1. (Vv. 3665–3666).
96
Entrada *tel–1. Raíces proto–indoeuropeas (PIE). Edición digital de Etimologías de Chile. [En
línea]. Disponible en: http://etimologias.dechile.net/PIE/?tel [2019, 3 de noviembre].
97
de Castilla, D. Alfonso X (1252). Divi Alphonsi Romanorum et Hispaniarum Regis astronomicae
Manuel Plata Luque
tabulae. (Ed. de Paschasius Hamellius. 1545). (P. 209). (Paris. Ex Officina Christiani Wecheli).
Edición digital de Google Books. [En línea]. Disponible en:
https://books.google.es/books?id=5ZBmAAAAcAAJ [2019, 3 de noviembre].
91
El verdadero rostro de Dios.
EL REY PESCADOR
98
Ibíd. nota 1. (Vv. 3022–3028).
Manuel Plata Luque
99
Ibíd. nota 13. (T. I, lib. II, pp. 75–76).
100
Ibíd. nota 3 (Vol. 1, lib. IX, vv. 974–975).
93
El verdadero rostro de Dios.
dice:
101
Ibíd. nota 73. (Lib. XIII, vv. 917–923).
Manuel Plata Luque
llegó otra serpiente con unas hierbas en la boca, que colocó sobre su
compañera fallecida; el remedio funcionó y le devolvió la vida. En
este momento, ocurre algo muy parecido a lo que le sucedió al
pescador Glauco. Al ver que tales hierbas le devolvían la vida al
reptil, Asclepio decidió colocarlas sobre el cadáver del pequeño
Glauco, quien también retornó del mundo de los muertos.
Apolodoro, en su Biblioteca Mitológica, reconoce este milagro:
La fusión que Troyes hace de los dos Glaucos nos parece premeditada, y
para nada traída al azar; entre ellos hay ciertos paralelismos, como el hecho de
realizar su tránsito de vida en la frontera que separa dos medios opuestos, el
terrestre y el líquido, amén de vencer a la muerte por medio de hierbas que
antes habían resucitado a animales.
A su vez, los dos protagonistas de la cena del Grial, Glauco–Amphortas e
Hipólito–Piercheval, tienen bastantes semejanzas entre sí. Ambos comienzan
sus historias en el mismo escenario, una pradera virgen; y, ambos, también,
acaban su primera vida como humanos en la orilla del mar.
Pero el vínculo más importante entre la dupla de resucitados y su
resucitador se da en el firmamento: las dos constelaciones, la de Sagitario y la
de Escorpio, aparecen a orillas del gran río de la Vía Láctea y a los pies del
gigante Ofiuco, la constelación en la que fue catasterizado Asclepio,
coronadas por la serpiente que el hijo de Apolo sostiene con sus poderosas
manos.
Parece, pues, que ya tenemos localizados a los dos comensales de la cena
más misteriosa de la historia moderna. Contemplemos ahora lo que pasaba al
otro lado de la mesa; deleitémonos con la Procesión del Grial.
102
Apolodoro. Biblioteca mitológica. (Edición de José Calderón Felices. 1987). (Libro III, p. 94).
Barcelona. Akal. ISBN–10: 84–7600–179–7.
95
El verdadero rostro de Dios.
103
Ibíd. nota 1. (Vv. 3178–3189).
Manuel Plata Luque
104
Samaha, A. H. M. Arabic names of stars. Helwan Institute of Astronomy and Geophysics
Bulletins, núm. 39, pp. 8 y 9. Physical Department. Ministry of Publics Works, Egypt. Edición digital
de The SAO/NASA Astrophysics Data System (ADS). [En línea]. Disponible en:
http://adsabs.harvard.edu/full/1936HelOB..39....1S [2019, 3 de noviembre].
105
Ibíd. nota 13. (T. I, lib. I, p. 25).
97
El verdadero rostro de Dios.
dentro en la forma, et
de fuera de la forma.
106
Ibíd.
107
Ibíd. nota 13. (T. I, lib. I, p. 30).
108
Imagen 8.
Manuel Plata Luque
109
Ibíd. nota 3 (Vol. 1, lib. IX, vv. 965–970).
99
El verdadero rostro de Dios.
110
Ibíd. nota 1. (Vv. 3201–3210).
Manuel Plata Luque
Imagen 8
Bootes, Coma Berenices et Mons Maenalus.
Firmamentum Sobiescianum, sive uranographia.
Prodromus Astronomiae.
Johanes Hevelius. 1690. Dominio Público.
Escaneado por Torsten Bronger. 4 de abril de 2003.
Fuente: http://www.atlascoelestis.com/hev 09.htm
101
El verdadero rostro de Dios.
EL GRIAL
112
Ibíd. nota 1. (Vv. 3220–3227).
113
Ibíd. nota 1. (Vv. 6204–6212).
103
El verdadero rostro de Dios.
y tan espiritual es
que su vida no se sostiene
más que de la hostia que en Grial viene.
114
Ibíd. nota 13. (T. I, lib. I, p. 26).
115
Ibíd. nota 13. (T. I, lib. I, p. 27).
Manuel Plata Luque
116
Ibíd. nota 1. (Vv. 6209–6210).
105
El verdadero rostro de Dios.
…
Da stand die Magd die Krone tragend
schön aus den Gespielen ragend.117
La ostentosa corona
Pero hay un texto citado por la catedrática Moya que nos parece el
más interesante de todos. En él, se especifica el origen de la materia
prima con la que se fabricó la corona, y nos aclara muchas más cosas.
Se trata de un fragmento de la Astronomía poética, de Cayo Julio
Higinio:
107
El verdadero rostro de Dios.
123
Jagawat, Alok (2017). Nagamanickam or Nagamani. (The mystery of snake pearls and
snakestones). (P. 4). [En línea]. Disponible en:
109
El verdadero rostro de Dios.
https://books.google.es/books/about/NAGAMANICKAM_OR_NAGAMANI_THE_MYSTERY_OF.html?
id=Km6QDgAAQBAJ [2019, 3 de noviembre].
124
DiMarco, Vicent (2014). The Bearer of Crazed and Venomous Fangs. (Cap. 3, p. 64).
Bloomintong. iUniverse LLC. ISBN–13: 978–1–4917–1893–3.
125
Guyon, Louis (1617). Les diverses leçons. (Cap. X, p. 72). (Lion. Claude Morillon). Edición digital
de Google Books. [En línea]. Disponible en: https://books.google.es/books?id=aq73dNAPsAQC
[2019, 3 de noviembre].
Manuel Plata Luque
126
De Cervantes Saavedra, Miguel. Entremés del Retablo de las maravillas. (Edición electrónica de
Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes). [En línea]. Disponible en:
http://www.cervantesvirtual.com/obra–visor/el–retablo–de–las–maravillas––0/html/ [2019, 3 de
noviembre].
111
El verdadero rostro de Dios.
'Dicen que Teseo surgió del mar con el anillo pedido y una corona
de oro, regalo de Anfitrite'.
Esta corona, pues, será la que le alumbrará en el laberinto.127
127
Ibíd. nota 120. (P. 103).
Manuel Plata Luque
hasta el mar que llega a la India, para que tomase de allí barras de
oro y se las llevase a Adán.
7 Esto hizo Dios en Su sabiduría para que estas barras de oro,
estando con Adán en la cueva, brillaran con luz en la noche a su
alrededor, y pusieran fin a su miedo a la oscuridad.
8 Entonces el ángel Miguel descendió por orden de Dios, tomó las
barras de oro, como Dios le había ordenado, y se las llevó a
Dios.128
6 Las barras de oro eran del mar de la India, donde hay piedras
preciosas. El incienso era del borde oriental del jardín; y la mirra
de la frontera occidental, donde la amargura cayó sobre Adán.129
¿Podría ser que el oro con que los Magos de Oriente agasajaron al
Niño Jesús el día de la Epifanía tuviese el mismo origen que el que se
empleó para confeccionar la Corona de Ariadna, es decir, el Santo
Grial? ¿Acaso los misterios que se contienen en este legendario
concepto son algo que se desplazó desde partes orientales, llegó hasta
Jerusalén, y, gracias a las cruzadas, se extendió de forma discreta por
toda la Europa medieval?
Con todos estos precedentes, no es extraño que aquel que mezcló
tradiciones árabes y helenísticas describiese con tanta magnificencia y
tan poco rubor un objeto que pretendía transmitir un mensaje de
humildad. Será el contenido de la escudilla el que ponga el
contrapunto de mesura.
La humilde hostia
128
Anónimo. The Forgotten Books of Eden. (Edición de Rutherford H. Platt, Jr. 1926). (Caps. XXIX y
XXX). Edición digital de Sacred Texts. [En línea]. Disponible en:
https://www.sacred–texts.com/bib/fbe/index.htm [2019, 3 de noviembre].
129
Ibíd. (Cap. XXX).
113
El verdadero rostro de Dios.
130
Anónimo. An Eleventh–Century Egyptian Guide to the Universe. The Book of Curiosities. (Edición
y traducción de Yosser Rapoport y Emilie Savage–Smith. 2014). (P. 622). Brill. ISBN–13: 978–
9004256996.
Manuel Plata Luque
115
El verdadero rostro de Dios.
132
Obispo Alejandro (Mileant) (1999). El Templo de Dios – una isla Celestial sobre la tierra
pecadora. (Traducción de Matushka Elena Amilahvari). (Los Angeles). Edición digital de Iglesia
Ortodoxa Rusa de la Santa Protección. [En línea]. Disponible en:
http://www.iglesiaortodoxa.cl/especiales/templo.html [2019, 3 de noviembre].
133
Vera Illán, Nicolás (2009, 8 de noviembre). La Eucaristía en las iglesias ortodoxas. Infocatólica.
[En línea]. Disponible en: http://www.infocatolica.com/?t=opinion&cod=4705 [2019, 3 de
noviembre].
Manuel Plata Luque
134
de Cervantes Saavedra, Miguel. El ingenioso hidalgo Don Quixote de la Mancha. Parte primera.
(T. l, p. 152) (Edición de d. Juan Antonio Pellicer. 1797). (Madrid. Imp. Gabriel de Sancha). Edición
digital de Google Books. [En línea]. Disponible en:
https://books.google.es/books?id=caxQAAAAcAAJ&hl=es [2019, 3 de noviembre].
117
El verdadero rostro de Dios.
135
Coduras Bruna, María (2013). Influjos de la antroponimia artúrica.La presencia del nombre
Tristán en un fogaje aragones de 1495. (P. 206). Archivo de Filologia Aragonesa (AFA). Núm. 69. Pp.
197–213. ISSN: 0210–5624.
136
Ibíd. nota 1. (Vv. 905–906).
137
Ibíd. nota 1. (Vv. 929–935).
Manuel Plata Luque
Les filles n’apportaient à leur mari que leur cœur et une verte
couronne, ou, comme on l’appelait, un chapel de fleurs. –
(Gabriel EYSENBACH, Histoire du blason et science des
armoiries, 1848)
138
Noël, François Joseph Michel (1831). Philologie française ou dictionnaire étymologique. (Vol. I, p.
190). (París. Le Normant Père). Edición digital de Google Books. [En línea]. Disponible en:
https://books.google.es/books?id=MNVDAAAAcAAJ [2019, 3 de noviembre].
119
El verdadero rostro de Dios.
bonet
Étymologie
Origine obscure, le latin médiéval abonnis («bandeau servant de
coiffure [diadema que sirve de peinado]»)140
139
Entrada chapel. Wiktionary. [En línea]. Disponible en: https://fr.wiktionary.org/wiki/chapel
[2019, 3 de noviembre].
140
Entrada bonet. Wiktionary. [En línea]. Disponible en: https://fr.wiktionary.org/wiki/bonet [2019,
3 de noviembre].
Manuel Plata Luque
141
Fieldhouse, Paul (2017). Food, Feast and Faith, an enyiclopedia of Food Culture in World
Religions. Vol. I. (P. 166). Santa Barbara. ABC–CLIO. ISBN–13: 978–1–4408–4614–4.
121
El verdadero rostro de Dios.
142
De Halicarnaso, Heródoto. The History of Herodotus. Paralel English/Greek. (Traducido por G. C.
Macaulay). (Lib. III, párr. 8). (London, New York. Macmillan). Edición digital de Sacred Text. [En
línea]. Disponible en: https://www.sacred–texts.com/cla/hh/hh3000.htm [2019, 3 de noviembre].
143
Ibíd. nota 64. (P. 6).
Manuel Plata Luque
pueda esconder.
123
El verdadero rostro de Dios.
EL TRINCHADOR DE PLATA
144
Ibíd. nota 1. (Vv. 3218–3219).
145
Vin raspez. Vino de baja calidad que se hacía macerando en agua pasas o uvas nuevas. N. d. A.
146
Ibíd. nota 1. (Vv. 3268–3277).
Manuel Plata Luque
A esta otra figura que uiene después del genuflexu dizen en latín
testudo siue uultur cadens. et en castellano lo llaman galápago, et
en aráuiguo a tres nombres, el primero es azulafe. et el otro
zuliaca. et el tercero alsanja. et en griego le dizen allora. et a en
esta figura diez estrellas. La primera es la luziente que es en el oío
de este mismo galápago, et dízenle en aráuiguo alnars alceke. que
quier dezir boeytre cayente,...147
147
Ibíd. nota 13. (T. I, lib. I, p. 31).
148
Ibíd.
125
El verdadero rostro de Dios.
la etimología.
La palabra buitre proviene del latín vultur, que, a su vez, derivaría
de vellere, que significa arrancar o desgarrar, en alusión al modo en
que estas aves arrancan los trozos de carne antes de comerlos. No es
difícil asociar esta acepción con el trinchador del cuento del Grial.
Algo más complicado será explicar lo de la pata de ciervo y su
disposición en una torta de pan redonda. Empecemos por esta torta, o
gastel qui fu antiers.
El hecho de que Troyes dedique un verso de su poema para contar
algo tan poco significativo a primera vista como que la torta estaba
entera cuando se presenta ante los comensales, debe de tener algún
sentido.
El romanista e hispanista austríaco Leo Spitzer publicó un artículo
titulado Encore une fois gâteau, donde analiza el significado de este
fragmento de Li conte du Graal:
149
Spitzer, Leo (1939). Encore une fois gâteau. Revue Trimestrelle consacré a l’étude des langues et
des littératures romanes, núm. 259. Pp. 374–375. Disponible en:
https://www.persee.fr/doc/roma_0035–8029_1939_num_65_259_3947 [2019, 3 de noviembre].
Manuel Plata Luque
127
El verdadero rostro de Dios.
Onde por todas estas razones tenemos que los sábios llamaron á
este galápago boeytre cayente, et diéronle semeíante ende ca non
porque fuesse galápago et boeytre todo en uno. Et por ende non
puede seer que en esta figura non haya grande significança. et gran
uertud. porque los sábios nombraron dos animales de sendas
naturas muy departidas. et diéronlos semeíança de una
conueniente. en algunas fayçiones.152
152
Ibíd. nota 13. (T. I, lib. I, p. 32).
Manuel Plata Luque
EL FINAL DE UN CICLO
129
El verdadero rostro de Dios.
Equuleus y Andrómeda.
Empecemos por la constelación del Caballito:
Percevax la santele va
toz uns escloz que il trova
d’un palefroi et megre et las,
qui devant lui aloit le pas.
Del palefroi li estoit vis,
tant estoit megres et cheitis,
qu’an males mains estoit cheüz.
Bien travelliez et mal peüz
sanble que il eüst esté,
ausi come cheval presté,
qui le jor est bien travelliez
et la nuit mal aparelliez.
Autel del palefroi sanbloit.
Tant estoit megres qu’il tranbloit
ausi com s’il fust anfonduz ;
trestoz les crins avoit tonduz
et les oroilles li pandoient ;
cuiriee et past i atandoient
tuit li mastin et li gaignon,
que il n’avoit se le cuir non
tant seulemant desor les os.153
153
Ibíd. nota 1. (Vv. 3677–3697).
Manuel Plata Luque
154
Ibíd. nota 13. (T. I, lib. I, pp. 49–50).
131
El verdadero rostro de Dios.
155
Ibíd. nota 13. (T. I, lib. I, pp. 53–54).
Manuel Plata Luque
156
Ibíd. nota 1. (Vv. 3701–3721).
133
El verdadero rostro de Dios.
135
El verdadero rostro de Dios.
137
El verdadero rostro de Dios.
UN HOGAR SANADOR
139
El verdadero rostro de Dios.
La chimenea de bronce
157
Ibíd. nota 1. (Vv. 3083 y ss.).
141
El verdadero rostro de Dios.
Sin duda, la chimenea del salón del trono del Rey Pescador hace
alusión a la constelación del Ara. Para empezar, el material de que
está hecha es de uno de los metales nobles que enumera el libro
toledano, de bronce macizo. Si en Li conte du Graal se hace hincapié
en las cuatro columnas que hay alrededor del fuego, La ochaua espera
pone especial énfasis en las cuatro estrellas que están en medio de la
flama. En la hoguera del hogar del Grial había madera seca que ardía
con gran intensidad, y en la constelación, una cosa que arde muy de
158
Ibíd. nota 13. (T. I, lib. I, p. 113).
Manuel Plata Luque
Partieron del monte de Hor, por el camino del mar Rojo, para
rodear la tierra de Edom, y el pueblo se impacientó por causa del
viaje.
Y el pueblo habló contra Dios y Moisés: ¿Por qué nos habéis
sacado de Egipto para morir en el desierto? Pues no hay comida ni
agua, y detestamos este alimento tan miserable.
Y el Señor envió serpientes abrasadoras entre el pueblo, y
mordieron al pueblo, y mucha gente de Israel murió.
Entonces el pueblo vino a Moisés y dijo: Hemos pecado, porque
hemos hablado contra el Señor y contra ti; intercede con el Señor
para que quite las serpientes de entre nosotros. Y Moisés intercedió
por el pueblo.
143
El verdadero rostro de Dios.
161
Ibíd. nota 1. (Vv. 1704 y ss.).
145
El verdadero rostro de Dios.
162
Ibíd. nota 1. (Vv. 2522 y ss.).
Manuel Plata Luque
... y es en este lugar [la constelación del Hogar] donde los antiguos
sabios encontraron tal conocimiento que luego mostraron y
propagaron. No contentos con eso, crearon una escuela para que
tales conocimientos no se perdiesen, y estuviesen a disposición de
los que habían de venir detrás de ellos, pues tales hallazgos
incluían soluciones para protegerse de las grandes enfermedades.
Y no solamente eso, si no otras cosas más. Los mismos incluían
técnicas para defenderse de los enemigos y, al mismo tiempo, para
poder provocarles daño, así como soluciones para las grandes
plagas que pueden afectar de forma indirecta al ser humano, por
contaminación del aire, por grandes sequías, por lluvias
torrenciales o por fuertes heladas o pedriscos. Estas catástrofes no
sólo dañan la vida y las propiedades de los hombres; también
provocan la matanza de los animales vivos, bien por enfermedad o
por falta de alimento. De este modo, al desaparecer la vida animal,
163
Ibíd. nota 13. (T. I, lib. III, p. 114).
147
El verdadero rostro de Dios.
149
El verdadero rostro de Dios.
164
Ibíd. nota 73. (Lib. XIII, vv. 924–941).
Manuel Plata Luque
El día siguiente, cuando la gente que estaba al otro lado del mar
165
Evangelio de San Juan 6:10–11. Versión Reina Valera Gómez. Edición digital de Biblia Paralela.
[En línea]. Disponible en: https://bibliaparalela.com/rvg/john/6.htm [2019, 3 de noviembre].
151
El verdadero rostro de Dios.
vio que no había otra barca sino aquella en la que habían entrado
sus discípulos, y que Jesús no había entrado con sus discípulos en
la barca, sino que sus discípulos se habían ido solos... ellos
también entraron en unas barcas y vinieron a Capernaúm,
buscando a Jesús.166
166
Ibíd. Juan 6:22–24.
167
Ibíd. Juan 6:31–34.
Manuel Plata Luque
168
Ibíd. nota 1. (Vv. 6084–6088).
153
El verdadero rostro de Dios.
Sir, anyone wishing to go to him should head straight along the way
we’ve come, throught the deep, dense wood, and look out for the
branches we tied together as we came: we left them as signs so that
no one seeking the holy hermit should lose his way.170
169
Ibíd. nota 1. (Vv. 6111–6115).
170
Ibíd. nota 49. (P. 55).
155
El verdadero rostro de Dios.
171
Levítico 23:40. Versión Biblia Jubileo 2000. Edición digital de Biblia Paralela. [En línea].
Disponible en: https://bibliaparalela.com/leviticus/23–40.htm [2019, 3 de noviembre].
172
Ibíd. nota 1. (Vv. 6259–6266).
Manuel Plata Luque
ﻮsssssﺄﻟﻚ ﺍﻟﻌﻔsssssﻲ ﺃﺳsssssﻢ ﺇﻧsssssﺮﺓ ﺍﻟﻠﻬsssssﺪﻧﻴﺎ ﻭﺍﻵﺧsssssﻲ ﺍﻟsssssﺔ ﻓsssssﺄﻟﻚ ﺍﻟﻌﺎﻓﻴsssssﻲ ﺃﺳsssssﻢ ﺇﻧsssssﺍﻟﻠﻬ
ﻨﻲ ﻭsssssssﻲ ﺩﻳsssssssﺔ ﻓsssssssﻦﻭﺍﻟﻌﺎﻓﻴsssﻲ ﻭﺁﻣsssﺘﺮ ﻋﻮﺭﺗsssﻢ ﺍﺳsssﺎﻟﻲ ﺍﻟﻠﻬsssﻲ ﻭﻣsssﺎﻯ ﻭﺃﻫﻠsssﺩﻧﻴ
ﻦssssﻨﻲ ﻭﻋssssﻦ ﻳﻤﻴssssﻲ ﻭﻋssssﻦ ﺧﻠﻔssssﺪﻯ ﻭﻣssssﻦ ﻳssssﻦ ﺑﻴssssﻨﻲ ﻣssssﻢ ﺍﺣﻔﻈssssﺎﺗﻲ ﺍﻟﻠﻬssssﺭﻭﻋ
173
ﺘﻲssssﻦ ﺗﺤssssﺎﻝ ﻣssssﻚ ﺃﻥ ﺃﻏﺘssssﻮﺫ ﺑﻌﻈﻤﺘssssﻲ ﻭﺃﻋssssﻦ ﻓﻮﻗssssﻤﺎﻟﻲ ﻭﻣssssﺷ
173
Anónimo. [En línea]. Disponible en:
https://www.ahlalhdeeth.com/vb/showthread.php?t=233386 [2019, 3 de noviembre].
157
El verdadero rostro de Dios.
159
El verdadero rostro de Dios.
Et il li dist: De ce et d’el
avreiez vos mestier, ce cuit.
Je vos herbergerai enuit.175
174
Ibíd. nota 1. (Vv. 3018–3019).
175
Ibíd. nota 1. (Vv. 3020–3022).
Manuel Plata Luque
Et todas estas cosas sopieron los sabios antigos por este saber, que
es muy noble et celestial, et aun otras muy grandes, assí cuemo las
cosas que son graues, á guisa que se fiziessen muy rafezmientre. et
las que semeían que en ninguna manera non podrien seer. fazer
que fuesen, et las que non se podrien fazer sinon en muy grandes
tiempos, aguisar que se fiziessen en muy poco. Et por ende los
sabios encobrieron mucho esta cosa, ca non quisieron que la
sopiessen sinon los omes entendudos. porque non podiessen otros
obrar ninguna cosa mala con ella.176
Y todas estas cosas supieron los sabios antiguos por este saber, que
es muy noble y celestial, y aún otras muy grandes, así como un tipo
de conocimiento extremadamente elevado, con el que se podría
alcanzar con suma facilidad cualquier cosa, por muy complicada
que fuese; incluso aquellas que parecen imposibles de conseguir.
De tal nivel es este conocimiento que hasta las cosas que precisan
de largo tiempo para su consecución, es posible obtenerlas en
poco. Es por eso que los sabios ocultaron de forma tan estricta
semejantes saberes, y únicamente permitieron el acceso a
determinados hombres con unas condiciones personales muy
exigentes; cualquier otra persona con malas intenciones habría
podido utilizarlos para hacer el mal.
161
El verdadero rostro de Dios.
177
Estrabón. The Geography of Strabo. Literally translated, with notes, in three volumes. (Traducido
por H.C. Hamilton y W. Falconer. 1903). (Lib. XV. Cap. I.). (London. George Bell & Sons). Edición
digital de Perseus Digital Library. [En línea]. Disponible en:
http://www.perseus.tufts.edu/hopper/text?doc=Perseus%3Atext%3A1999.01.0239%3Abook%3D15
[2019, 3 de noviembre].
Manuel Plata Luque
178
Alvarado Planas, Javier (2013). Saberes translaticios: la leyenda de las dos columnas
prediluviales. GLOSSAE. European Journal of Legal History 10, pp. 48–69. (P. 50). Disponible en:
http://www.glossae.eu/glossae–10–2013/ [2019, 3 de noviembre].
179
Ibíd.
163
El verdadero rostro de Dios.
¿Será verdad que en algún lugar de la Tierra existe ese poderoso depósito
con el conocimiento hallado por una civilización prediluviana ya
desaparecida? ¿Es posible que, como escriben antiguos autores que vivieron
en un tiempo en que la literatura no era el fenómeno trivial que es hoy, una
congregación de hombres puros preserve tales tesoros del saber y los vayan
mostrando en función de la capacidad de asimilación del limitado cerebro
humano?
Sin duda, a lo largo de la historia, el hombre ha necesitado transmitir
secretos. Muchos grupos han utilizado el método que mejor asegura la
confidencialidad, el mismo que empleó el ermitaño para enseñar a Perceval, el
de boca a oído; pero, por alguna razón desconocida, además, han sentido la
necesidad de plasmar por escrito sus conocimientos arcanos. Muchos han sido
los que, a lo largo de la historia, han dejado entrever que no siempre las cosas
son lo que parecen. Decía Erasmo de Rotterdam:
180
Al Andalusi, Said. Libro de las categorías de las naciones. (Cap. X, pp. 85–86). (Traducido por
Felipe Maíllo Salgado. 1999). Madrid. Akal. Serie Historia Medieval. ISBN–10: 84–460–1092–5.
181
Ibid. nota 179. (P. 51).
Manuel Plata Luque
182
Iffland, James (1998). Don Quijote como Sileno: ¿una pista para descifrar las intenciones de
Cervantes? Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Anales Cervantinos. Vol. 34. Pp.
142–143. Cit. 25. [Citando a El Enquiridión o Manual del caballero cristiano, ed. DÁMASO ALONSO.
(Pp. 238–239). Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1971].
Doi: https://doi.org/10.3989/anacervantinos.1998.008. Disponible en:
http://analescervantinos.revistas.csic.es/index.php/analescervantinos/article/view/162 [2019,
3 de noviembre].
183
Platón. El segundo Alcibíades o de la oración. Edición digital del Proyecto Filosofía en Español.
[En línea]. Disponible en: http://www.filosofia.org/cla/pla/azc11039.htm [2019, 3 de noviembre].
184
Porfirio. Peri Agalmaton. De las imágenes de los dioses. (Traducción de Stéphane Fèye). Edición
digital de La Puerta, retorno a las fuentes tradicionales. [En línea]. Disponible en:
http://www.lapuertaonline.es/ar110.html [2019, 3 de noviembre].
165
El verdadero rostro de Dios.
185
Ibíd. nota 3. (Vol. 1, lib. IX, vv. 841–845).
Manuel Plata Luque
fundó tras huir de la isla de Creta, y cuyos motivos no son otros que la
historia que llevó a la futura esposa de Dioniso a huir de su tierra en
compañía de Teseo: la muerte del hijo de Minos, Andrógeo, que
provocó el conflicto con Atenas; el tributo anual de siete jóvenes que
el rey cretense impuso a la ciudad para levantar el sitio que la
mantenía en la penuria; los amores de Pasífae con el toro de Poseidón
y el nacimiento de Minotauro; para finalizar con la creación del
laberinto y la ayuda de Ariadna a Teseo para encontrar la salida tras
derrotar a la bestia.
Sin embargo, lo que en este momento nos interesa no es la nueva
referencia a Ariadna, aun indirecta, en una obra griálica, sino la
necesidad de Eneas de descender al Hades para obtener conocimientos
secretos, para lo cual, tuvo que convencer a la Sibila de que le
franqueara el paso; y a modo de conjuro, le lanzó una súplica en la
que utilizó un recurso muy curioso y, al parecer, contundente; se
equiparó al mismo Orfeo:
186
Virgilio Maron, Publio (19 a.C.). Eneida. (Traducción de Eugenio Ochoa). (Comentario de Ana
Pérez Vega). Edición digital de Wikisource. [En línea]. Disponible en:
https://es.wikisource.org/wiki/La_Eneida_(Ochoa) [2020, 20 de junio]
167
El verdadero rostro de Dios.
169
El verdadero rostro de Dios.
188
Suárez Pallasá, Aquilino. Sobre el Flegetânîs del libro IX de Parzival de Wolfram von Eschenbach.
[En línea], Stylos, 14 (2005). Disponible en: https://repositorio.uca.edu.ar/handle/123456789/4202
[2020, 20 de junio]
189
Ibíd.
Manuel Plata Luque
oscurantismo incivilizado.
Orfeo
171
El verdadero rostro de Dios.
190
Anónimo. The Derveni Papyrus ("Diagoras of Melos, Apopyrgizontes Logoi?"): A New
Translation. (Edición de Richard Janko. 2001). (P. 21, col. VII). Classical Philology, Vol. 96, No. 1. pp.
1–32. The University of Chicago Press. Disponible en: http://www.jstor.org/stable/1215469 [2019,
3 de noviembre].
Manuel Plata Luque
173
El verdadero rostro de Dios.
192
Hawking, Stephen (2007). La teoría del todo. (P. 88). (Traducción de Javier García Sanz. 2007).
Barcelona. Random House Mondadori. ISBN–13: 978–84–8306–752–9.
175
El verdadero rostro de Dios.
Así que dice (Orfeo) que este Crono nace del Sol y de la Tierra,
porque (los seres) tuvieron su origen por el chocarse de unos
contra otros por causa del sol.193
193
Bernabé Pajares, Alberto (1999). La teogonía órfica del papiro de Derveni. (P. 321). Revista
ARYS: Antigüedad, Religiones y Sociedades". V. 02. 1999. Pp. 301–338. Universidad de Huelva.
Disponible en: http://rabida.uhu.es/dspace/handle/10272/2703 [2019, 3 de noviembre].
Manuel Plata Luque
las cosas que ahora existen se unieron entre sí, (Dios) se llamó
"Afrodita". (Fue nombrado) "Persuasión" porque las cosas que
existen "cedieron" el uno al otro; "ceder" es lo mismo que
"persuadir". (Fue nombrado) "Armonía" porque encajó (hermose)
muchos (elementos) a cada una de las cosas que existen;...194
194
Ibíd. nota 191. (Pp. 28–29, col. XXI).
177
El verdadero rostro de Dios.
–¿Preguntasteis a la gente
a qué lugar iban de aquella manera?
–Jamás salió nada de mi boca.
–¡Dios nos asista! Ahora vamos a peor!…
... Vuestro nombre ha cambiado, amigo.
–¿Cómo? –¡Perceval el desgraciado!
¡Ay!, Perceval desdichado,
qué malaventurado eres ahora
por todo lo que no has preguntado,...
... Y no me causa menos lástima
aquello que te hace infeliz, [es decir],
que no has conocido qué se hace con el grial
y dónde se lleva,
que tu madre, que está muerta...
195
Ibíd. nota 1. (Vv. 3567 y ss.).
Manuel Plata Luque
179
El verdadero rostro de Dios.
181
El verdadero rostro de Dios.
LA ODISEA DE PERCEVAL
198
Davidi, Einat. La noche órfica de José Lezama Lima. Disponible en:
https://www.academia.edu/35751297/La_noche_órfica_de_José_Lezama_Lima [2019, 3 de
noviembre].
183
El verdadero rostro de Dios.
199
Ibíd. nota 69. (Canto I, vv. 243 y ss.).
Manuel Plata Luque
185
El verdadero rostro de Dios.
201
Ibíd. nota 69. (Canto I, vv. 119 y ss.).
202
Ibíd. nota 1. (Vv. 3365–3370).
203
Ibíd. nota 69. (Canto I, vv. 136 y ss.).
Manuel Plata Luque
Resulta que Telémaco recibe dos regalos que ya nos suenan, una
pátera y una crátera. Recordemos que más arriba nos hemos
204
Ibíd. nota 69. (Canto IV, vv. 590–593).
205
de Náucratis, Ateneo. The Deipnosophists; or, Banquet of the learned, of Athenaeus. Vol. II. (P.
740). (Traducción de C.D. Yonge. 1854). (London. Henry G. Bohn). Edición digital de Internet
Archive. [En línea]. Disponible en: https://archive.org/details/deipnosophistsor02atheuoft [2019, 3
de noviembre].
206
Constantini Medici, Roberti (1592). Lexici sev dictionarii graecolatini ex thesauro utriusque
linguae. (T. II, p. 912). (Hæredes Eustathii Vignon & Iacobus Stoer). Edición digital de Google Books.
[En línea]. Disponible en: http://books.google.com/books?id=8uMdYZTQ52sC&hl=&source=gbs_api
[2019, 3 de noviembre].
207
Ibíd. nota 69. (Canto IV, vv. 612 y ss.).
187
El verdadero rostro de Dios.
EPÍLOGO
Qui petit seme petit quialt. Quién poco siembra poco recoge. Con
estas palabras arrancó, allá por finales del siglo XII, uno de los
mayores fenómenos literarios de la Historia de la Humanidad, cuyas
repercusiones aún hoy están de moda. No hay poeta, escritor,
columnista, documentalista, cineasta o pintor que se precie que no
haya recurrido en alguna ocasión al Sagrado Cáliz de la Última Cena
para inspirarse. Incluso el mismísimo Papa de Roma ha acudido a
Valencia a celebrar la Eucaristía con uno de los candidatos más
firmes a ser el vaso que, según Robert de Boron, contuvo la sangre de
Cristo.
Poco se podía imaginar Chrétien de Troyes hasta dónde llegaría el
fruto del encargo que le hizo el conde Felipe de Flandes. O, tal vez, a
la vista de esas cinco primeras palabras, supiese que su obra no iba a
ser un poema más dentro del inmenso océano de la literatura
medieval, sino que, por el contrario, se erigiría en semilla primigenia
que, a modo de panspermia, sentó los cimientos de lo que, de una
forma más o menos consciente, más o menos dirigida, habría de venir
en el futuro. Su enigmática frase: Crestiens seme et fet semance d’un
romans que il ancomance, Chrétien siembra y echa la semilla de una
novela que empieza, es, cuanto menos, visionaria, y parece indicar
que, efectivamente, en aquellos tiempos ya lejanos existió un plan
para montar un gran entramado literario con base en ese hermético
poema.
No sólo los primeros versos; en realidad, toda la dedicatoria que el
autor francés dirige a su mecenas es una guía a los lectores sobre
cómo descifrar su contenido. De una lectura rápida de esta
introducción, lo primero que llama la atención es un error de bulto
189
El verdadero rostro de Dios.
191
El verdadero rostro de Dios.
193
El verdadero rostro de Dios.