Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Clasificar, esto es, ordenar o disponer por clases, tipos o modelos las diversas
manifestaciones del derecho, atendiendo a sus fines, a sus valores y los contenidos
específicos de las actividades que regula, ha sido por muchos años preocupación y
ardua tarea de los juristas.
1
H.L.A. Hart, El concepto de derecho, trad. Genaro R. Carrio, 2a. ed., México, Editora Nacional, 1980, p. 234.
2
Stammler, op. Cit., p. 33.
3
Recasens Slches, Introducción al estudio del derecho, p. 296.
4 García Máynes, Introducción al estudio del derecho, p. 40.
4
5
Giorgio del Vecchio, Persona, Estado y Derecho, Madrid, Instituto de Estudios Políticos, 1957, p. 530.
Por tanto, las diferencias que se pretenden establecer entre el derecho positivo y el
natural a veces resultan infructuosas, puesto que en todos los ordenamientos
positivos "queda todavía -y quedará siempre- un margen de inspiración estimativa
o de derecho natural, que aún no ha encarnado en la realidad del derecho positivo,
que está todavía pendiente de obtener cumplimiento satisfactorio" 6 Por tal motivo,
tiene razón Preciado Hernández al señalar que “no se trata de dos órdenes o
sistemas cerrados, sino de dos aspectos de una misma realidad. Esa realidad es el
derecho, y sus dos aspectos o dimensiones son: lo natural o racional, y lo positivo o
técnico"7
Por último, se expresa la idea que sobre el derecho natural expone José Castán
Tobeñas: "derecho natural, es el conjunto de los principios universales de derecho,
concebidos por la razón y fundados por la naturaleza del hombre”. 8
Derecho Vigente
El derecho vigente está integrado tanto por las reglas de origen consuetudinario,
que el poder público reconoce, como por las normas que formula. La vigencia
deriva siempre de una serie de supuestos; tales supuestos 16 cambian con las
diversas legislaciones. Por lo que se refiere al derecho legislado, su vigencia se
encuentra condicionada por ciertos requisitos que la ley señala. Conforme a nuestra
Constitución, son preceptos jurídicos obligatorios los aprobados por ambas
cámaras, sancionados por el Ejecutivo y publicados en el Diario Oficial de la
Federación. En cuanto a la costumbre como práctica social reiterada a la cual una
comunidad determinada le otorga el carácter de obligatoria, sólo podrá convertirse
en derecho vigente cuando sea reconocida por el Estado. Esta aceptación puede ser
expresa o tácita: la primera aparece en los textos legales y la segunda cuando los
tribunales toman en consideración estas normas consuetudinarias para la resolución
de las controversias que ante ellos son planteadas.
El orden vigente no sólo está integrado por las normas legales y las reglas
consuetudinarias que el poder público reconoce y aplica, sino que a él pertenecen
otros preceptos de carácter genérico que integran la juris-prudencia obligatoria y
las normas individualizadas (diversas resoluciones judiciales y de carácter
administrativo, contratos, testamentos, etcétera). La validez de todas estas normas
depende siempre de un conjunto de requisitos extrínsecos, establecidos por otras
del mismo sistema.
En cuanto a la circunstancia de que una ley pueda ser obedecida o no, cabe decir
que: “Contra la observancia de la ley no puede alegarse desuso, costumbre o
práctica en contrario" (artículo 9° del Código Civil para el Distrito Federal).
Para concluir, diremos, junto con García Máynez, que “el derecho vigente es el
políticamente reconocido, es decir, el que el Estado crea o aplica por medio de sus
órganos. La vigencia de cada ordenamiento tiene una serie de supuestos
sociológicos y el primero y fundamental es la existencia del Estado". 18
El distinguido jurista mexicano áscar Morineau, entendía por derecho objetivo: "la
norma bilateral que regula la conducta".23
Por su parte, existen autores que otorgan prioridad al derecho objetivo en relación
con el subjetivo. Señalan que si no existiera la norma, no podría derivarse de ella
un derecho subjetivo. Para Morineau tal posición no es sostenible, ya que el
derecho subjetivo y el objetivo se implican: "no es posible que exista una norma sin
autorizar conducta, pues ella es la autorización de conducta y no es posible que
exista el derecho subjetivo si no existe la norma que lo otorga. [...] El derecho
subjetivo es, por definición, la autorización de la conducta hecha por la norma a un
sujeto".24
El derecho objetivo es, pues, el derecho como ordenación o norma, mientras que el
derecho subjetivo "es el derecho como prerrogativa o facultad". 25
Existe desde tiempo atrás una distinción que ya es clásica entre los juristas: " la.lus
est norma agendi (derecho en sentido objetivo). 2a.lus est facultas agendi (derecho
en sentido subjetivo)".26
18
Garcìa Maynes, Op. Cit., p. 40
19
Ibidem, p. 36.
20
Galindo Grafías, op. Cit., p. 26.
21
Gustavo Radbruch, Introducción a la filosofìa del derecho. México, F.C.E. 1985, P. 84.
22
Rafael de Pina, Elementos de derecho civil mexicano, P. 61
23
Morineau, El estudio del derecho, México, Porrua. 1953, P. 65
24
Ibidem
25
Castàn Tobeñas, op. Cit., p. 92.
26
Ibìdem
normas facultativas, que son "las que convierten estos bienes jurídicos en derechos
subjetivos".