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Democracia, liberalismo y derechos de los homosexuales

¿Cuál es el fondo del debate? ¿Quién tiene la razón? Un análisis de los argumentos que se
han formulado en contra y a favor de las uniones homosexuales en Estados Unidos y en
Colombia.

Farid Samir Benavides Vanegas *

Pro y contra del 113


En los próximos días se discutirá en la Corte Constitucional la demanda contra el artículo 113 del
Código Civil que impide el matrimonio entre parejas del mismo sexo. El trato discriminatorio al
que se somete a estas últimas se considera contrario a la Carta.

Los defensores del matrimonio gay acuden al liberalismo y al constitucionalismo como base de
su estrategia para obtener acceso, en iguales condiciones, a los derechos de que disfrutan las
parejas heterosexuales.

Los opositores enfrentan la democracia de las mayorías al liberalismo, y sostienen que conceder
igualdad a los homosexuales llevaría a un exceso en los derechos de las minorías. Si analizamos
con detenimiento su retórica, se verá que pretenden señalar el matrimonio gay como parte de una
conspiración mundial que busca acabar con las tradiciones y con el derecho de las mayorías a
imponer su moral sobre las minorías.

I. La retórica liberal

Las minorías también tienen derechos


Uno de los trabajos políticos más consistentes a lo largo del siglo XX fue el del movimiento de
los derechos civiles en Estados Unidos, que luchó contra la segregación de las comunidades de
Afroamericanos. La estrategia de movilización se resumía en la concepción de los derechos
como algo a lo que todos los seres humanos tienen igual acceso. A pesar de la oposición de la
mayoría blanca, la minoría negra obtuvo conquistas que persisten hasta hoy en día.

Las comunidades gay de Estados Unidos han luchado para obtener un tratamiento igual, de modo
que no se vean discriminadas por el sólo hecho de su identidad sexual. La lucha se ha dado en
diversos frentes, pero el más importante ha sido el de la descriminalización de prácticas que
forman parte de la vida íntima.

Decisión privada de dos adultos capaces


De manera sorpresiva, dado su carácter extremadamente conservador, la actual Corte Suprema
encontró que la penalización de la sodomía era inconstitucional. En Lawrence vs. Texas (2003)
la Corte dijo que debía protegerse el derecho a la privacidad de las personas y que ese derecho se
veía afectado cuando el Estado intervenía en la decisión privada de dos adultos capaces. De
acuerdo con la Corte la Constitución de Estados Unidos garantiza la libertad de todos y no la
posibilidad de imponer un código de conducta moral de un grupo en particular.
Para los grupos de derecha se trató de una decisión que afecta la moral de la familia y que forma
parte de la agenda homosexual, como lo señaló el juez católico conservador Antonin Scalia en su
opinión disidente. Para Scalia, la Corte debió ser neutral en este caso, lo que significa hacerse del
lado de la mayoría cristiana y heterosexual.

II. La retórica de las mayorías

Las mayorías son la voluntad general


La Corte Suprema de Justicia del Estado de Vermont decidió que negar el acceso de las parejas
del mismo sexo a los derechos de las parejas heterosexuales implicaba negarles un tratamiento
igual, y para sus hijos la protección que el Estado debía proveer.

En abril de 2009 el Congreso de ese Estado se convirtió en el primero en aprobar el matrimonio


de personas del mismo sexo por la vía legislativa. El 18 de noviembre de 2003 la Corte Suprema
de Justicia de Massachusetts había decidido que las parejas del mismo sexo tenían derecho a
celebrar contratos de matrimonio, pues no existía justificación alguna para negar a estos
ciudadanos/as el acceso a una institución vital para el desarrollo de la comunidad.

La Corte de ese Estado, al igual que la de Alaska, encontró que de lo que se trataba no era del
derecho a la conservación de la institución del matrimonio, sino de la protección del derecho de
cada persona a escoger su compañero/a independientemente de su sexo. En esto es importante
señalar que lo que buscaban las parejas del mismo sexo no era la protección de un privilegio sino
el acceso en condiciones de igualdad a un derecho.

La derecha responde
La respuesta a las decisiones liberales de las Cortes ha sido la de acudir a las mayorías para de
ese modo modificar el texto constitucional, dándoles a ellas la facultad de imponer su visión al
final del debate.

Recientemente en California se aprobó por ley la prohibición del matrimonio gay, luego de que
la Corte Suprema del Estado encontrara que era constitucional. El gobierno republicano de
Arnold Schwarzenegger promovió la “Proposición Número 8” para lograr la prohibición de ese
tipo de enlaces. La proposición fue aprobada y el matrimonio gay quedó prohibido. Sin embargo
un juez federal encontró que con ella se violaba la Constitución de Estados Unidos. De modo que
desde el pasado 4 de agosto el matrimonio entre personas del mismo sexo es nuevamente legal
en California. Sin embargo la Corte Suprema de Justicia decidió suspender esta decisión
mientras estudia la apelación interpuesta en contra de la decisión del juez federal.

III. En Colombia

Catolicismo como petición de principio


En Colombia se han dado tres argumentos retóricos contra el matrimonio gay:

1.- Se trata de un acto inmoral. Este argumento se basa en una concepción que une democracia
y moralidad por encima de los derechos de las minorías. De acuerdo con los opositores esto
significa que dado que la mayoría de los colombianos es católica no es posible conceder
derechos iguales a las parejas del mismo sexo.

El argumento no se sostiene mientras no sepamos cuál es la opinión de la mayoría de los


colombianos, si esa mayoría es católica y, si lo es, cuántos de esos católicos están de acuerdo con
el matrimonio gay y con la unión civil para parejas del mismo sexo.

Quienes esgrimen este argumento no aportan razones y sólo acuden a una distorsión de las
prácticas de los homosexuales con el fin de asociarlos con crímenes como el abuso de menores.
Aún en el evento de que la homosexualidad fuera inmoral desde un punto de vista católico (algo
que tampoco ha sido demostrado), debe recordarse que nuestra Constitución no protege morales
religiosas sino la moral civil que corresponde a todos y a todas, protección que pasa por el
respeto a los derechos de las minorías.

Conspiración mundial contra Colombia


2.- Las parejas del mismo sexo tienen algunos derechos pero no todos. Esto significa que
pueden acceder a ciertas instituciones pero si piden un trato igual estarían abusando de sus
derechos.

Este argumento fue esgrimido en la discusión para revisar la decisión de la Corte Suprema de
Massachusetts en 2003 y años atrás en Hawaii para reformar la Constitución y proteger los
derechos de la mayoría indígena. Los opositores a los derechos de las parejas del mismo sexo
arguyeron en Hawaii que se trataba de la actitud de una minoría blanca y gay que quería imponer
su punto de vista a las mayorías de la isla.

La retórica de los opositores busca que las mayorías sean tratadas como mayorías oprimidas, de
modo que la conciliación entre democracia y liberalismo se dé a través de la protección de los
derechos de las mayorías en contra de los “abusos” de las minorías.

En Colombia este argumento se ha usado en algunos periódicos para mostrar que los Estados
Unidos y las comunidades gays están dirigiendo una conspiración global en contra de los
heterosexuales colombianos.

Tradición, familia ¿y propiedad?


3.- La Constitución protege la tradición del matrimonio. Este argumento se usa para unificar
lo moral con lo democrático. Con base en él se sostiene que los grupos homosexuales atacan la
institución del matrimonio y que la obligación de las Cortes es proteger a la tradición.

Basta decir que uno de los resultados del liberalismo es precisamente la protección de los
individuos como individuos y por tanto la protección de sus derechos en contra de prácticas
religiosas que puedan resultar opresivas.
Conclusión

Tres ideas, tres preguntas


La discusión en Colombia se ha movido desde la simple homofobia hasta la idea de los derechos
de igualdad como exceso. Para efectos de la discusión conviene formularse tres preguntas:

a. Si la Constitución tiene una base liberal que protege los derechos de todos los ciudadanos e
incluso los de las minorías, ¿qué es lo que justifica que un grupo de personas sea tratado de
manera diferente sólo por el hecho de su identidad sexual?

b. ¿Qué justifica que la concepción moral de la mayoría –suponiendo que esa mayoría realmente
exista− se imponga sobre las minorías? ¿Esto significa que la mayoría católica colombiana puede
prohibir otras religiones y creencias por el sólo hecho de constituir mayoría?

c. Si nuestra Constitución se basa en la tradición liberal –con los elementos sociales con los que
cuenta todavía−, ¿qué es lo que justifica que una concepción religiosa tradicionalista (por
ejemplo, el matrimonio como institución) se imponga por encima de la libertad de contratar a
que tienen derecho todos los habitantes del territorio colombiano?

Lo religioso y lo civil
No parece existir ningún argumento a favor de la limitación a los derechos de parejas del mismo
sexo. Moral mayoritaria, tradición y, mucho menos, homofobia, no pueden considerarse como
razones válidas para privar de derechos a un grupo de personas fundamentándose exclusivamente
en su identidad sexual.

Al privar a las parejas del mismo sexo de su derecho a un trato igual al de las parejas
heterosexuales se les está discriminando. La unión civil e inclusive el matrimonio son contratos a
los cuales tienen y deben tener acceso las parejas del mismo sexo.

* Investigador, Campus per la Pau, Universitat Oberta de Catalunya UOC


faridbenavides@gmail.com

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