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Taller 3: aprendizaje colegial e innovación

Grupo: 90003_216

Presentado por:

Juan Sebastián Marín Erazo

Código: 1006246868

Presentado a:

Clara Inés Ramírez álzate

Tutor

Universidad abierta y a distancia UNAD

Programa: ingeniería de sistemas

Competencias comunicativas

Calima Darién valle del cauca

11 octubre de 2019
Introducción
En el presente trabajo podemos evidenciar las estrategias de comprensión lectora que fueron
aplicadas a un texto que tiene como título las consecuencias del maltrato infantil algo que algunas
personas no lo hemos vivido, ni tampoco conocemos casos pero es algo que golpea muy fuertemente
nuestra sociedad y que a los niños les genera muchos problemas ya que se ven muy afectados por
malas decisiones o mala información de los padres que aun después de mucho tiempo siguen
pensando en que a las malas se aprende mejor.

Las consecuencias del maltrato infantil


El pedagogo analiza los resultados de diversas investigaciones sobre el castigo
físico a los menores y reflexiona sobre las consecuencias que dichas prácticas
generan en el desarrollo de la personalidad de los niños y en la cultura del país.

“Al ver que unos cuantos gritos de amenaza no producían efecto, me sacaste de la
cama, me llevaste a la terraza y allí me dejaste (…), en camisón, ante la puerta
cerrada. No voy a decir que estuviese mal hecho; es posible que no hubiese
realmente otra manera (…); pero lo que pretendo, al mencionar este hecho, es
caracterizar tu sistema educativo y su efecto sobre mí. Sin duda después me
mostré ya obediente, pero quedé interiormente dañado”.

Con estas palabras, Franz Kafka en su célebre Carta al Padre, describe uno de los
efectos más lesivos y prolongados del maltrato infantil. Los niños maltratados son
muy fácilmente reconocidos por los profesores: son huraños, miedosos y,
especialmente tristes. Saben que los rechazan en su propia casa y eso produce
profundo dolor ¡se les ve en su mirada!

Inicio esta columna con la cita de Kafka, ya que, la Carta al Padre, es una de las
joyas universales de la literatura. Todos los padres y madres deberíamos leerla en
algún momento de la vida y debería ser lectura obligada en caso que se sospeche
autoritarismo o maltrato del padre o la madre hacia su hijo o hija.

Según el último estudio adelantado en Colombia por la Universidad de la Sabana,


el 52 % de los padres actuales maltrata a sus hijos. Lo hacen en su mayoría con
palmadas, pero también es muy alto el porcentaje que recurre al rejo o al palo (47
%). La conclusión es clara: cerca de la mitad de los hogares en Colombia,
maltratan a sus hijos. La cifra debería preocupar a la sociedad, porque un niño
maltratado tenderá a tener dificultades emocionales, afectivas y sociales a
mediano y largo plazo. Estudios realizados por la investigadora Yolanda Puyana,
permiten pensar que, 30 años atrás, los niveles de castigo físico y golpizas eran
todavía mayores, pues se producían en el 62 % de los hogares.
En una sociedad tan enferma emocionalmente como la colombiana, es
relativamente comprensible el maltrato. Lo que no debe generar la más mínima
duda de la necesidad de rechazarlo como práctica que viola los derechos
humanos, y que expone a la sociedad a complejos problemas de convivencia en el
mediano plazo. En los barrios, los conflictos suelen resolverse a las patadas; lo
mismo en los bares, en las canchas deportivas y en las calles. Nunca hay que
olvidar que hemos convivido con la guerra, las mafias, los secuestros, las
masacres, las desapariciones y el asesinato. Se nos endureció el corazón de ver
tantas muertes: ¡ya hemos perdido la cuenta! Por eso, a algunos llega a
parecerles casi natural, que asesinen los líderes sociales, que se generalice la
corrupción o que un presidente del Congreso haga trampas para beneficiar a su
partido y viole, en medio de marrullas, los derechos de la oposición. Al propio
presidente de la república le pareció que la violación de los derechos de la
oposición por parte del senado, era un problema menor y que no deberíamos
preocuparnos por ello. Es cierto, en Colombia la ética ha sido un problema menor
para la sociedad, las empresas, el gobierno y las familias. Tal vez por eso la
reconciliación y el perdón, le están quedando grandes a un país que se
acostumbró a resolver a bala, machete, y sin ética, los problemas que enfrenta a
diario.

De tiempo atrás, los educadores sabemos que el autoconcepto es uno de los


factores más asociados al éxito en la vida. Es relativamente común que lleguen
más lejos, los niños que sienten más apoyo, seguridad y confianza de sus padres
y profesores. Esto ha sido ampliamente estudiado en la psicopedagogía y se le ha
denominado con el bello nombre de Efecto Pigmalión. La teoría concluye que, los
niños no responden a sus capacidades, sino a las expectativas que de ellos tienen
sus padres y maestros. Si el niño siente que sus padres y maestros tienen
expectativas altas y realistas, llegará lejos, porque así se genera la seguridad
necesaria para avanzar en la vida. Pero si el niño siente que sus padres y profes
creen que no podrá llegar lejos, entonces, perderá la confianza y la seguridad, dos
de los motores esenciales de la vida, que serán decisivos para vencer obstáculos
y para convertir cada dificultad en una nueva oportunidad en la vida, en lo que se
ha dado en llamar la resiliencia. Por el contrario, los niños maltratados tienen el
autoconcepto por el suelo. Se sienten rechazados y, por eso, su confianza y
seguridad son ínfimas. Son niños que viven con miedo, porque temen que, en
cualquier momento, los van a golpear, sin saber cuándo, dónde, ni por qué. La
arbitrariedad la han aprehendido conviviendo con sus padres: ¡Paradójicamente
son maltratados por quien afirma quererlos!

Otro efecto del maltrato infantil, lo expresa Kafka de manera clara: Me volví
obediente –dice-, pero –y esto es lo más importante- “quedé interiormente
dañado”. El niño maltratado, debilita su personalidad. Son niños amargados, con
enorme debilidad en sus interacciones sociales. En ocasiones se vuelven muy
agresivos, y en otras, muy huraños. En cualquier caso, no aprehenden a
interactuar con sus congéneres, porque lo que han visto es que las personas se
relacionan a las patadas, a los gritos y mediante humillaciones. Por lo general, en
sus hogares se respira temor y muy poca confianza.
En los hogares muy autoritarios se disminuye la comunicación, porque la única
voz que se escucha es la del padre o la madre. Se vive un eterno monólogo.
Padre o madre hablan, y el niño se somete. En cualquier caso, no se sabe lo que
quiere el menor, lo que piensa o lo que quisiera decir. No se le consulta para nada.
Él no participa en las decisiones, ya que se supone que debe obedecer para poder
ser formado. Aunque resulte increíble, el maltratador cree que a golpes se
“formará” el carácter del niño o niña. Supuestamente, así se volverá un adulto más
fuerte. Si él hablara y escuchara a sus hijos, sabría que eso no es cierto, que le
mienten sus creencias.

Los niños maltratados tienen gran dificultad para expresar sus sentimientos. Es
como si tuvieran un gran peso encima, porque sus vidas han sido invadidas. A eso
se refiere Kafka cuando dice que quedó “interiormente dañado”: disminuido,
arrugado emocionalmente, incapaz de decir lo que siente. Estos niños vivirán
como jóvenes y adultos, con mayor tristeza, depresión y soledad. Sin ninguna
duda, son niños más propensos al suicidio, porque carecen de identidad,
seguridad, proyectos y esperanza.

Es importante resaltar que, el maltrato impacta la estructura profunda emocional,


social y comunicativa del menor. De allí, que, por lo general, el daño provocado
sea difícilmente reparable. Estudios psicoanalíticos de seguimiento concluyen que
los padres maltratadores tienden a subvalorar al hijo y que privilegian la disciplina
y el rigor. Por ello, se tornan con frecuencia arbitrarios: quieren demostrarle al hijo,
que ellos siempre son los que mandan. Se sienten dueños de sus hijos y actúan
como si lo fueran. Kafka lo dice de manera brillante: “Tu opinión era justa;
cualquier otra era disparatada, extravagante, absurda. La confianza que tenías en
ti mismo era tan grande, que no necesitabas ser consecuente para seguir
teniendo siempre la razón.”

Los estudios psicológicos de seguimiento han permitido encontrar dos tipos de


padres maltratadores: los de personalidad muy fuerte, que avasallan al menor o, al
contrario: un padre que busca en su hijo la reafirmación del yo. Pese a lo
paradójico que resulte, un tipo de autoritarismo es el ejercido por quien presenta
tan poco reconocimiento social, que busca en el autoritarismo un mecanismo
compensatorio de autoafirmación.

El padre o madre autoritario, centraliza la autoridad en el hogar e impone la


disciplina sin ningún tipo de consulta, comunicación, diálogo o participación del
hijo. Lo más grave, es que el contexto social y cultural tan violento en el que
hemos vivido como sociedad, tiende a justificar el maltrato, el golpe y la
humillación. Muchos padres y madres todavía creen que es necesario golpear y
castigar a sus hijos, ya que presuponen que a futuro, los hará más fuertes. De
hecho, la mitad lo sigue haciendo. Son expresiones de una sociedad enferma y
violenta, que termina por justificar el castigo, el maltrato y la violencia a la mujer y
a los niños. Los maltratadores siempre se ponen como ejemplo: “A mí me pegaron
y no tuve problema en la vida”. No son conscientes de los efectos que el maltrato
ha tenido en ellos y en los niveles de intolerancia y violencia que suele permear
las relaciones entre los colombianos. Deberíamos decirles: precisamente por eso
estamos como estamos en la Colombia de hoy. La cultura del vivo, de la
desconfianza, de la violencia y de la trampa, se aprehende, principalmente, en los
hogares colombianos. Esas familias maltratantes, también han generado una
nación que obedece por miedo a los líderes autoritarios y que impide la
participación democrática de la sociedad.

En el hogar tiene que haber límites y es indiscutible que también están


equivocados los padres que no los establecen y que dejan a sus hijos hacer lo que
quieran. Dicen ser amigos de ellos sin darse cuenta que tenemos infinidad de
amigos, pero un solo padre y madre en la vida. Por eso la pérdida de autoridad en
los hogares, es un nuevo y creciente problema en las sociedades modernas, al
que tendremos que referirnos en una próxima columna. Paradójicamente, la
familia permisiva también expresa autoritarismo, en este caso el maltratante es el
hijo y los maltratados son los propios padres.

En las familias ocurre algo similar a lo que sucede en las naciones: las
democráticas son las que forman hijos más felices y sanos emocionalmente. Del
mismo modo, sólo las naciones democráticas garantizan el desarrollo humano. Si
queremos construir familias más democráticas, debemos elevar la calidad de la
comunicación en el hogar, crear condiciones para ampliar la participación de todos
los miembros; aceptar y respetar los derechos y las diferencias, y mantener las
decisiones en cabeza de los padres. La autoridad no se cede, pero la participación
y el diálogo, tienen que elevarse.

Están equivocados quienes creen que se necesita golpear a los niños para que
aprendan. No aprendemos así los adultos, ¿por qué van a aprender de esa
manera los menores? Están equivocados quienes siguen creyendo en pleno siglo
XXI, que “la letra con sangre entra”. No se educa con rejo, ni con palos. Sin duda,
hay que educar a los padres para que aprendan a poner los límites, y para que lo
hagan escuchando y respetando la identidad y los derechos de cada hijo. En
palabras más cotidianas, necesitamos una Pedagogía Dialogante y no una
humillante. A eso se refería Kafka, cuando caracterizaba el “sistema educativo” de
su padre: es un sistema para formar niños obedientes, pero dañados
interiormente. ¿Eso es lo que queremos para nuestros hijos y para la sociedad?

Estrategia de comprensión lectora:

 Hallar palabras claves del texto (se encuentra resaltado en


amarillo)

 Descubrir la idea principal del texto


Para mí la idea principal del texto es que podamos ver reflejado como el maltrato infantil
causa daño en los niños y las consecuencias que este tiene.

 Señalar las ideas principales párrafo por párrafo ( se encuentra


resaltado en rojo)

 Encontrar el significado de palabras por contexto

Huraños: Que rehúye el trato y la conversación con la gente, poco sociable

Relativamente: De forma aproximada.

Resiliencias: capacidad que tiene una persona para superar circunstancias traumáticas como
la muerte de un ser querido, un accidente, etc

Marullas: astucia para alagar a quien se pretende engañar


 Identificar el orden o las partes en que está estructurado el texto ( agregado en un
comentario )

 Representar el texto de manera visual y esquemática

 Relacionar lo mencionado en el texto con situaciones reales del


lector
Hasta este momento no he vivido ni he sabido de una experiencia de este tipo, pero si en algún
momento se presenta esta situación, se podría buscar una solución y las causantes de esta
situación.

 Indicar la conclusión a la que llega el autor en el texto


La conclusión a la que llega el autor es que las cosas con maltrato no entran, que se debe
cambiar esa mentalidad, porque si no aprenden las personas adultas a los golpes como va
aprender un nuño que apenas está empezando a vivir y con los golpes lo único que se genera
son problemas emocionales al niño que no solo se debe educar al niño sino también a los padres
que son los que guían ese camino.

Resumen
“Al ver que unos cuantos gritos de amenaza no producían efecto, me sacaste de la cama,
me llevaste a la terraza y allí me dejaste (…), en camisón, ante la puerta cerrada. No voy a
decir que estuviese mal hecho; es posible que no hubiese realmente otra manera (…); pero
lo que pretendo, al mencionar este hecho, es caracterizar tu sistema educativo y su efecto
sobre mí. Sin duda después me mostré ya obediente, pero quedé interiormente dañado”.

Esta narración de la carta al padre es con la cual se puede ver como se evidencia la problemática del
maltrato infantil que son algo largos y que perjudican, un niño que esté sufriendo de maltrato
infantil se reconoce de una forma muy fácil ya que son tristes y miedosos porque ellos sienten que
en su casa los rechazan y por ese motivo sienten una tristeza.

La carta al padre es algo que todos los papas deberían leer ya que es algo que debería ser
obligatorio porque en él se podría guiar en caso de sentir autoritarismo o maltrato infantil. Un
estudio revela que el 52% de los padres maltratan a sus hijos y se usa la excusa de que son
palmadas pero el 47% recurre a otros implementos como el palo y la correa es algo que da a
entender que la gran mayoría de niños sufren de maltrato infantil y esto trae consecuencias como
lo es tener problemas emocionales y cariñosos a corto, mediano y largo plazo pero también un
estudio revela que en la época de mucho atrás el porcentaje podría aumentar a un 62%.

En Colombia están emocionalmente enferma que el maltrato es comprensible sabiendo que es


una práctica que debe ser totalmente rechazada ya que con esto se generan problemáticas a
mediano plazo ya que cualquier problema lo intentan resolver a los golpes se volvió algo común
que maten a líderes sociales le salió un caparazón al corazón volviendo algo común que violen los
derechos humanos.

Desde hace mucho tiempo los profesores ven que se llega mucho más lejos cuando sienten una
seguridad y un apoyo por parte de sus padres y de sus maestros, si los niños sienten que sus papas
tiene altas expectativas con ellos y que saben que lo puede lograr los niños se esforzaran por que
saben que lo puede lograr, pero si por el contrario los niños sientes que sus papas no tiene
ninguna expectativa de ellos los niños empiezan a tener su autoestima muy baja por que viven con
miedo de que los van a golpear sin siquiera saber por qué, ya que son maltratados por quienes
aseguran quererlos.

Otro de los efectos más grande es que se logra lo que se desea pero interiormente se queda
dañado por que son niños que se vuelven muy agresivos y son muy poco sociables otra
consecuencia es que en los hogares donde son muy autoritarios se disminuye la comunicación ya
que tienden a solo escuchar lo que dice la mama o el papa donde se vuelve rutina la mama o el
papa dice y el niño obedece sin siquiera poder dar su opinión.

Un gran error también suele ser que piensan que educándolos de esta forma tan violenta ellos
cuando sean personas adultas van a ser fuertes sabiendo que por el contrario los niños
maltratados sufren para expresar sus sentimientos es como si cargaron con un peso que no los
deja liberarse a esto se le conoce como quedar interiormente dañada ya que estas personas que
son criadas así viven con tristeza, depresión y soledad llevándolos a ser mas propensos a sufrir de
un suicidio ya que son inseguros y les falta esperanza en la vida.

El problema es que estos niños que viven de esta manera son difícilmente reparables, por
consecuencia de que los padres maltratadores no valoran a su hijo antes por el contrario premian
el rigor y la disciplina, ya que ellos siempre quieren demostrar que tienen la razón y son los dueños
de sus hijos, otra manera de decirlo es como lo dicen Kafka “Tu opinión era justa; cualquier otra
era disparatada, extravagante, absurda. La confianza que tenías en ti mismo era tan grande,
que no necesitabas ser consecuente para seguir teniendo siempre la razón.”

los estudios han mostrado que existen dos tipo de padres maltratadores encontramos los padres
que tienen una personalidad muy fuerte y esto son los que tratan de tener total autoridad de sus
hijos, los padres autoritarios son los cuales se centralizan en solo su autoridad y no tiene ninguna
consulta o hablar con su hijo y lo peor es que cultural y socialmente justifican este tipo de cosas
como lo es el maltrato y la humillación porque aún existen personas que consideran que el
maltrato los va a hacer más fuertes para un futuro, sabiendo que con esto solo apoyan el maltrato
tanto como a los niños y a las mujeres así de enferma esta la sociedad que justifica los golpes.

Utilizando como excusa que cuando eran niños ellos fueron criados de esa manera y justificando
en que ellos no tienen problemas sin saber que las consecuencias de esto es que son personas
violentas y esto genera que las familias que son de esta manera sean las cuales por miedo se dejan
oprimir de los líderes sociales y son los cuales impiden la participación democrática generando
gran problema a la sociedad.

Lo que se quiere decir es que obviamente en el hogar debe haber unos límites y también es un
gran error no tenerlos porque ahí es cuando se deja a los hijos hacer lo que quieran, sabiendo que
en muchas ocasiones al buscar ser amigos sin saber que se puede tener muchos amigos en la vida,
pero solo una mama y un papa esto genera una gran problemática también porque si no se tiene
autoridad en los hogares se va a dejar que los hijos hagan lo que deseen y en este momento se
cambia los papeles ya que los padres dejan de ser los que maltratan a ser los maltratados.

Las familias se pueden comparar con las naciones las democráticas son las que viven más felices y
más tranquilos aparte de esto también son las que más desarrollo representan para sus hijos, pero
para poder lograr este tipo de cosas se necesita forjar una buena comunicación y no solo eso sino
también crear condiciones donde se amplié la participación de los miembros, siempre sabiendo
respetar las diferencias.

Con esto podemos ver lo equivocado que esta la sociedad que quiere con los niños hacer, lo que
no pudo con los adultos ya que ningún adulto aprende a los golpes entonces por qué un niño si lo
debe hacer? hay que quitarse esa mentalidad de que la letra a sangre entra eso lo único que hace
es que se tenga ese pensamiento de que todo a los golpes se soluciona, no se trata solo de educar
a los niños sino también a los padres para que aprendan a poner un límite pero también escuchar
a sus hijos.

Conclusión

Lo que se busca es poder tener un cambio en la mentalidad de los adultos que entiendan y
comprendan que con golpes y maltratos no generan soluciones antes por el contrario
problemas, ya que se logra lo que se desea pero no sabemos el daño tan grande que se causa a
los niños, tal vez en algunas ocasiones los padres lo hagan sin saber o lo hagan porque de esa
manera los criaron a ellos y utilizan esa excusa, pero no todas las personas reaccionas igual y las
consecuencias de este tipo de cosas se ve a futuro cuando los niños comienzan a comportarse de
una manera en la cual se les notan tristes y alejados de la sociedad entonces vuelvo y lo repito
este texto nos invita a un cambio de mentalidad y buscar mejorar para que no pasen están
situaciones con nuestros niños.

Bibliografía

De Zubiría, J. (2019 julio 25). Las consecuencias del maltrato infantil. Semana.


Recuperado de
https://www.semana.com/opinion/articulo/las-consecuencias-del-maltrato-
infantil-columna-de-opinion-julian-de-zubiria/624996

Marín, S. (2019). las consecuencias del maltrato infantil. Semana. 8-9,


recuperado de https://www.semana.com/opinion/articulo/las-consecuencias-
del-maltrato-infantil-columna-de-opinion-julian-de-zubiria/624996

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