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¿Qué sentido tiene ahorrar energía en nuestro hogar? Ustedes me dirán, “que ahorren las
administraciones públicas y las empresas, que nosotros apenas consumimos...”. Y, sin
embargo, usar la energía de forma inteligente beneficiará a su economía familiar y
además contribuirá a la protección del medio ambiente. Dos buenas razones para
apostar por el ahorro.
Si con eso no les basta, piensen que la energía es un bien escaso y sus fuentes tienden a
agotarse. Mientras se van desarrollando e implantando sistemas de producción
energética renovables susceptibles de utilizarse a gran escala, haremos bien en intentar
preservar los recursos que ahora tenemos.
El modelo social al que hemos llegado en el siglo XXI se basa en un consumo irracional
de la energía, pero el progreso no puede estar reñido con la razón, y en las últimas
décadas nuestra sociedad está tomando conciencia de que el desarrollo debe ser
compatible con el buen uso de los recursos energéticos y la conservación del medio
ambiente.
Electrodomésticos.-
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electrodomésticos por otros más eficientes energéticamente, con certificación energética
de clase A o superior, por las ventajas de ahorro y eficiencia energética y medio
ambiental que suponen.
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La donación de las lámparas se acompañó de distintos folletos divulgativos y cartelería
editada por el EREN en materia de energía, que incluyen consejos significativos y de
fácil aplicación para lograr la iluminación energéticamente más eficiente, el mayor
ahorro de energía en el hogar, el ahorro de energía en el automóvil, sobre el etiquetado
energético, información sobre fuentes energéticas como el gasóleo y el gas natural, etc.
En cuanto al etiquetado del alumbrado, los niveles de eficiencia son los mismos que en
el caso de las etiquetas de los electrodomésticos. La etiqueta incluye información sobre
los lúmenes, que indican la cantidad de luz que aporta la lámpara; los vatios, que
expresan la potencia y por último, las horas, es decir, el tiempo que funcionará la
lámpara.
Si comparamos una bombilla convencional de 100W con una lámpara de bajo consumo
de 20W, veremos que ambas nos dan la misma luz, pero con la de bajo consumo el
ahorro en 8.000 horas de funcionamiento será de 80€. Nada desdeñable, desde luego. Es
más, un gesto tan sencillo como sustituir las bombillas que suelen estar encendidas unas
5 horas al día, por lámparas de bajo consumo, puede reducir nuestra factura eléctrica
entre un 15 y un 20%.
Equipos ofimáticos.-
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Ahorro energético en los edificios.-
Este certificado informará de manera objetiva sobre las características energéticas de los
edificios, de forma que se pueda valorar y comparar su eficiencia energética, con el fin
de favorecer la promoción de edificios de alta eficiencia energética u las inversiones en
ahorro de energía. En definitiva, la certificación nos asegura que un edificio consume
más o menos energía, sin que ello suponga merma alguna en el confort.
Con todo ello se busca limitar la demanda energética de los edificios, optimizar el
rendimiento de sus diferentes instalaciones y fomentar el uso de energías renovables en
las viviendas, de forma que tanto el bolsillo del consumidor como el medio ambiente
salgan claramente beneficiados.
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Ahorro en el automóvil.-
El consumo energético del sector transporte en Castilla y León representa un 38% del
total, siendo uno de los principales responsables de la emisión de gases contaminantes a
la atmósfera.
Es evidente que el coche se lleva una buena parte del presupuesto de muchos hogares:
entonces, ¿por qué no hacer lo mismo que con los electrodomésticos, la calefacción o
las bombillas? Si nos informamos bien antes, podemos acertar en la elección del modelo
que más nos conviene, optar por el vehículo de menor consumo y menos contaminante,
e incluso aprender a realizar una conducción racional e inteligente que prolongue la vida
de nuestro vehículo y reduzca considerablemente tanto su mantenimiento como su
consumo.
De ahí la importancia del etiquetado energético de los turismos nuevos, iniciativa que
nace de la Directiva comunitaria de diciembre de 1999, incorporada en 2003 por un
Real Decreto propuesto por varios ministerios del gobierno de España. El objetivo es
informar acerca del consumo de combustible y de las emisiones de CO2 de los turismos
nuevos puestos a la venta u ofrecidos en arrendamiento financiero en la UE, de forma
que el comprador potencial sepa cuál es el modelo con el mejor rendimiento en cuanto
al combustible utilizado, a la hora de decidirse por uno u otro modelo entre los
disponibles en el punto de venta. Esta directiva promueve, asimismo, que los fabricantes
busquen fórmulas eficaces para disminuir el consumo energético de los automóviles.
¿De qué medios disponemos para informarnos acerca de todo lo anterior? En primer
lugar, está la etiqueta, que se coloca en cada vehículo y deberá contener, como mínimo,
la descripción del vehículo (marca, modelo, tipo de combustible), el consumo oficial de
carburante expresado en litros por cada 100 Km tanto en ciudad como en carretera y con
una media ponderada, la equivalencia en kilómetros recorridos por cada litro de
combustible repostado, y las emisiones de CO2 expresadas en gramos por Km
recorrido.
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Un vehículo de clase B consume entre un 15% y un 25% menos que el que se toma de
referencia para los de su segmento. Una berlina familiar de tamaño medio de clase B de
gasolina que recorre unos quince mil km al año, ahorra 294 litros, es decir, 260€ al año.
No está mal...
Por otro lado, conviene recordar que la mejor forma de ahorrar combustible y reducir la
contaminación atmosférica es hacer uso de las diferentes alternativas existentes al
automóvil. En concreto, el transporte público consume 15 veces menos energía: antes de
coger el coche, pregúntese si realmente es necesario para desplazarse: esta reflexión
puede ahorrarle dinero y reducir el consumo de energía y la contaminación.
Por último, los intentos de desarrollar vehículos únicamente movidos por energía
eléctrica han permitido grandes avances en el uso de motores eléctricos para minimizar
las emisiones contaminantes y el consumo de combustible de los vehículos de motor
tradicional. Los fabricantes están apostando por los vehículos llamados "híbridos", en
los que han conseguido una perfecta simbiosis entre los motores eléctricos y los de
combustión, que proporcionan buena autonomía y prestaciones, y minimizan las
emisiones contaminantes y el consumo de combustible de los vehículos de motor
tradicional.
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