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Cuadernos de Bioética

ISSN: 1132-1989
bioética@um.es
Asociación Española de Bioética y Ética
Médica
España

León Correa, Francisco Javier


EL ABORTO DESDE LA BIOÉTICA: ¿AUTONOMÍA DE LA MUJER Y DEL MÉDICO?
Cuadernos de Bioética, vol. XXI, núm. 1, enero-abril, 2010, pp. 79-93
Asociación Española de Bioética y Ética Médica
Murcia, España

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=87513725006

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El aborto desde la bioética: ¿autonomía de la mujer y del médico?

EL ABORTO DESDE LA BIOÉTICA:


¿AUTONOMÍA DE LA MUJER Y DEL MÉDICO?

THE ABORTION FROM BIOETHICS:


AUTONOMY OF WOMAN AND PHYSICIAN?

Francisco Javier León Correa


Centro de Bioética Facultad de Medicina,
Pontificia Universidad Católica de Chile
Alameda, 340. Santiago de Chile.
562-3543048.
fleonc@uc.cl

Resumen

Analizaremos en esta reflexión sobre el aborto desde la bioética el concepto de


autonomía, según el modelo individualista liberal y según el personalismo, para
aplicarlo a la toma de decisiones tanto de la mujer, como del médico, y la sociedad
en general. En el momento en que se plantea en España una liberalización del aborto
provocado, con una ley de plazos que sustituya la despenalización en determinados
supuestos vigente desde 1985, es necesario profundizar en los aspectos éticos, más
allá de los planteamientos jurídicos y sociales. Deben unirse la Bioética y el Dere-
cho, pues ambos buscan el mismo fin: la promoción del respeto a la vida humana
y a los derechos fundamentales; resguardar —en la medida que sea posible—, los
valores contenidos en una relación interpersonal que lleve a una vida lograda a
la mujer con embarazo no deseado, al feto y al médico; y siempre, asegurar los
derechos de las más vulnerables, la mujer y el feto, sin olvidarse de los deberes de
todos para con ellos.
Palabras clave: aborto, bioética, autonomía.

Cuad. Bioét. XXI, 2010/1ª 79


Francisco Javier León Correa

Abstract

In this reflection on abortion, we will analyze from the bioethics viewpoint the
concept of autonomy, in accordance with the liberal individual model and personal
ambitions to be applied to the woman’s and the doctor’s decision making and the
society in general. Now that the abortion liberalization is being proposed in Spain
through a law that intends to substitute the decriminalization of certain assumptions
that have been in effect since 1985, it is necessary to analyze in deep the ethical as-
pects beyond the legal and social approaches. Bioethics and Law must join together,
since both have the same aim: the promotion of human life respect and its basic
rights; safeguard —as long as possible—, the values within an interpersonal rela-
tionship that lead to fulfill a woman’s life having an unwanted pregnancy, as well
as that of the fetus and the doctor; and always trying to protect the rights of those
who are the weakest: the woman and the fetus, without disregarding everyone’s
duties with them.
Key words: abortion, bioethics, autonomy.

1. Introducción fundamentación y más congruente —en


cuanto a nuestros deberes éticos— con
Antes de entrar directamente a las de- la protección del embrión.
cisiones en torno al aborto, que pueden La segunda cuestión es la autonomía
analizarse desde muy distintas perspec- de la mujer para decidir: ¿Qué es la au-
tivas, tenemos que abordar en Bioética tonomía?, ¿cuáles son sus límites, si los
dos conceptos muy utilizados en todos tiene?, ¿puede la madre —u otras perso-
los debates sobre este tema, que dan nas, incluido el médico— decidir por el
lugar a varias preguntas. La primera es feto?, y finalmente, ¿puede la madre —u
sobre el estatuto del embrión humano: otras personas, incluido el médico— rea-
¿Qué o quién es el embrión y el feto? lizar un acto profundamente maleficente
¿De quiénes hablamos cuando discuti- con el feto como es el aborto, por un
mos sobre el aborto? El debate sobre el motivo beneficente para la madre? En
estatuto del embrión humano nos lleva definitiva, ¿Es posible una autonomía
enseguida a otra pregunta unida a ésta: sin la responsabilidad correspondiente
¿Cuándo comienza la vida humana? ¿Es ante uno mismo y los demás?
una cuestión que debe ser determinada Quizás sean éstas las preguntas más
por la Filosofía o por la Ciencia? ¿O qui- fundamentales que se plantean en todos
zás por las dos? No es posible responder los debates y desde distintas perspecti-
a estas preguntas en pocas páginas, pero vas bioéticas en torno al aborto, aunque
sí comentaremos que es el personalismo ciertamente no son las únicas. Veremos
ontológico el que proporciona una mejor a continuación la segunda de ellas, cen-

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trándonos en la autonomía de la mujer Éstas son buenas razones para discutir


y del médico en las decisiones sobre el con él, para convencerle o para supli-
aborto. carle, pero no para obligarle o causarle
daño alguno si obra de modo diferente a
2. La autonomía de la mujer: ¿puede la nuestros deseos. Para que esta coacción
madre decidir por el feto? fuese justificable, sería necesario que la
conducta de este hombre tuviese por
Hay una gran variedad de concep- objeto el perjuicio de otro. Para aquello
ciones y de valoraciones acerca del que no le atañe más que a él, su inde-
principio de autonomía y su ámbito pendencia es, de hecho, absoluta. Sobre
dentro de la ética clínica, en la atención sí mismo, sobre su cuerpo y su espíritu,
de salud1. Es un término muy usado en el el individuo es soberano»3.
ámbito jurídico, pero ahora nos interesa Pero en la práctica nos enfrentamos
un análisis ético, para profundizar en lo muchas veces a pacientes no competen-
que la filosofía nos puede aportar sobre tes o con la competencia disminuida,
la autonomía2. que hacen difícil la aplicación inmediata
Nos encontramos con la afirmación del principio de Stuart Mill, aunque es-
de una autonomía radical en bastantes tuviéramos de acuerdo con él, de forma
autores, especialmente en el ámbito an- que debemos ir a decisiones subrogadas,
glosajón. Se afirma la autonomía como cada vez más alejadas de esa «soberanía
una posesión del individuo que decide individual». También, en el ámbito lati-
con independencia absoluta sobre sí noamericano, la familia cumple un papel
mismo, conforme a lo escrito por Stuart importante en las decisiones clínicas y
Mill: «Ningún hombre puede, en buena en el consentimiento informado, frente
lid, ser obligado a actuar o a abstenerse al individualismo más extremo. Esto se
de hacerlo, porque de esa actuación o presenta de un modo más complejo en
abstención haya de derivarse un bien las decisiones de la mujer frente al abor-
para él, porque ello le ha de hacer más to, por las presiones de su compañero,
dichoso, o porque, en opinión de los de sus padres cuando es menor de edad,
demás, hacerlo sea prudente o justo. por la mentalidad social de rechazo a la
madre soltera, etc. Y asimismo, frente
a esa independencia del paciente que
1 Rodríguez López, P. La autonomía del pa- decide, muchas veces vemos situaciones
ciente, información, consentimiento y documentación de desigualdad de recursos, injusticias
clínica. Dilex. Madrid, 2004. Simón, P; Barrio, IM
¿Quién decidirá por mí? Triacastela. Madrid, 2004.
en el acceso igualitario a los cuidados
Silva, D.H. La autonomía en la relación médico pa- de salud, grandes diferencias entre la
ciente. Aspectos bioéticos y médico legales. Dosyuna
EdicionesArgentinas, Buenos Aires, 2008.
2 León, FJ. «Autonomía y beneficencia en la
ética clínica: ni paternalismo ni Medicina defensi- 3 Mill, S. Sobre la libertad. Alianza editorial,
va». Biomedicina, 3 (2006), 257-260. Madrid, 1970, 4.

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medicina pública y la privada, y fuertes atención de salud, y en torno a la vida


desigualdades entre pacientes muy bien y la muerte5.
informados y pacientes con una muy Pero esta concepción de la autono-
baja educación sanitaria. También esto mía es bastante pobre, pues queda sin
provoca a veces argumentos favorables ningún otro referente que la decisión
a la legalización del aborto, para que no sin coacción, cuando tenemos la expe-
existan diferencias sociales entre ricos riencia todos de que de modo autónomo
y pobres. podemos decidirnos por algo que no
Coexisten en nuestros países de he- nos conviene, que después nos provoca
cho dos modelos, el de la salud privada y remordimientos y que va en contra de
el de la salud pública. Pero no podemos nuestros valores más fundamentales. La
mantener la idea de que la privada sería autonomía es una expresión de la digni-
el ámbito del paciente que desea ser dad de la persona humana, de todos los
autónomo, mientras la pública queda seres humanos, y está profundamente
—de hecho, no en los teóricos dere- ligada a la relación entre libertad y dig-
chos— como el ámbito de la beneficencia nidad de la persona6.
y la justicia. Este planteamiento sería El problema actual que algunos au-
radicalmente injusto. Todos los pacientes tores norteamericanos tratan de resolver
son autónomos, ricos y pobres, pero la es equilibrar en el análisis bioético los
cuestión es ¿hasta donde llega desde el principios de autonomía con los de jus-
punto de vista ético su autonomía, sean ticia y beneficencia, en un sistema que
ricos o pobres? ha privilegiado de modo unilateral la
La autonomía es un concepto in- autonomía del paciente, que ha llevado
troducido por Kant en la ética4. Etimo- a una Medicina defensiva contraria a
lógicamente significa la capacidad de los intereses de los médicos y de los
darse a uno mismo las leyes. En la Ética propios pacientes. Se busca ahora una
Kantiana el termino autonomía, tiene un «beneficencia no paternalista» que pue-
sentido formal, lo que significa que las da sustentar un sistema de salud más
normas morales le vienen impuestas al humanizado, y una medicina que no
ser humano por su propia razón y no esté simplemente a la defensiva antes
por ninguna instancia externa a él. En los derechos cada vez más exigentes de
bioética tiene un sentido mas concreto
y algunos —sobre todo en el ámbito
anglosajón— la definen como: la capaci- 5 Charlesworth, M. La Bioética en una sociedad
liberal. Cambridge University Press. 1996. Engel-
dad de tomar decisiones sin coacciones hardt, TH. Los fundamentos de la Bioética. Paidos,
en lo referente al propio cuerpo y a la Barcelona, 2002. En España, Sádaba, J. La vida en
nuestras manos. Ediciones B, Barcelona, 2000.
6 León, F.J. «Dignidad humana, libertad y
4 Gracia, D. «La deliberación moral: el mé- bioética». Cuadernos de Bioética, 12 (1992), 5-22.
todo de la ética clínica». Med Clin, Barcelona, 117 Abellán, J.C. Bioética, autonomía y libertad. Funda-
(2001), 18-23. ción Universitaria Española, Madrid, 2006.

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El aborto desde la bioética: ¿autonomía de la mujer y del médico?

los pacientes. En un reciente libro Alfred un sujeto que ha olvidado tenerse en


Tauber, médico y filósofo, estudia cómo cuenta a sí mismo. Precisamente para
el principio de autonomía del paciente expresar la excelencia del ser personal
—vivamente reivindicado en la sociedad utilizamos la palabra «dignidad»8.
contemporánea— se debe articular con El hombre es el único ser verdade-
la beneficencia (no paternalista) y la ramente libre, profundamente libre,
responsabilidad7: «La beneficencia y la íntimamente libre que hay en nuestro
responsabilidad son principios morales universo material. Y su libertad se ma-
no sólo compatibles con la autonomía nifiesta como poder. Poder libre frente
del paciente, sino estrechamente atados al poder de la naturaleza, frente a los
a ella». mismos datos y hechos reales que le
En definitiva, la cuestión del aborto presenta el conocimiento —que pue-
no es únicamente un tema de la autono- de admitir o no—, frente a las demás
mía de la madre, sino que hace referencia libertades. Es la posibilidad de elegir
al choque entre esa autonomía y la bene- también lo que está mal, por ejemplo.
ficencia debida al feto como ser humano, El bien no nos seduce totalmente y no
cuya dignidad debe ser respetada. nos obliga a actuar, sino que libremente
debemos elegir lo mejor, pero podemos
2.1. Libertad y dignidad como valores com- no hacerlo, e incluso podemos llamar
plementarios en el ser humano bien a lo que sabemos que es un mal,
como en el caso de la interrupción del
El ser humano es un ser personal, es embarazo no deseado.
capaz de trascender la dimensión pura- La afirmación de una libertad abso-
mente biológica; lo biológico le condicio- luta llevaría a la negación de la propia
na pero no le determina absolutamente, libertad. La libertad y la autonomía no
actúa siempre desde su racionalidad implican realizar siempre lo que uno
libre. Las ciencias experimentales no desea, lo que a uno le gusta o lo que ve
penetran ese núcleo interior del hombre, que le conviene, pues éstas remiten siem-
situado más allá de lo que puede ser co- pre a la dignidad del ser humano que
nocido, observado y experimentado por debe guiar su actuar como persona. En
la ciencia natural, física, biología, medi- definitiva, es fundamental en el ámbito
cina, etc. Desde la propia experiencia de de la bioética, entender el valor com-
sí es fácil la superación del materialismo plementario que tienen la dignidad y la
o del cientificismo: tanto Shopenhauer libertad del hombre, sin contraponerlos
como el agnóstico Popper entienden que en falsas disyuntivas. La libertad remite
el materialismo radical es la filosofía de siempre al ser que le da su sentido y la

7 Tauber, AI. Patient Autonomy and the Ethics 8 León, F.J. «Dignidad humana y derechos
of Responsibility. Massachusetts, USA, MIT Press, humanos en Bioética». Urbe et Ius, 7 (2006), 14-
2005. 23.

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posibilita, a la vez que la limita: yo debo aquellas personas que prestan su ayuda
actuar siempre como el hombre que soy, o promueven esa «solución» para el em-
con la dignidad de persona que tengo, y barazo no deseado. Es necesario encon-
en relación con los demás. No son sólo trar soluciones que respeten la dignidad
los condicionamientos que la propia na- de todas las personas involucradas en la
turaleza física impone como necesarios, decisión, donde también se debe incluir
sino muy especialmente la presencia de al hijo no nacido11.
las demás libertades y el descubrimiento
de la propia dignidad personal del sujeto 2.2. Dignidad humana, ética y derechos
que actúa y de los demás con los que se humanos
relaciona. Esa diferencia de libertades
está siempre presente en el orden del La dignidad humana es la dignidad
actuar humano, y es precisamente lo que de un ser que es fín en sí mismo, por
puede multiplicar el poder de la propia ser persona. La personalidad es algo
libertad individual9. esencial al hombre, no es una simple
La autonomía, por tanto, no es ilimi- cualidad que se adquiere, se tiene por
tada, es parte de la libertad responsable ser hombre12. Por esto, es la única base
del ser humano que sabe que debe posible para una fundamentación pro-
actuar respetando la libertad de los de- funda de los derechos humanos. En la
más, aunque ello le limite o le ocasione raíz está la dignidad del ser humano y
un problema, y sabe también que debe de su libertad. Tanto la dignidad de la
actuar conforme a su propia dignidad mujer como la del feto están en juego
de persona. Esto le obliga moralmente a en las decisiones morales de abortar. Y
cuidar y respetar los bienes básicos que también está en juego el fundamental
conforman su dignidad: la vida, la salud, derecho humano a la vida, que tenemos
la conciencia propia y de los demás10. todos los seres humanos. No es un de-
En definitiva, una actuación libre de recho positivo, no tenemos el derecho a
la madre que aborte su propio feto, no vivir, de modo que pudiéramos «exigir»
sólo está provocándole al feto un grave a los demás que nos mantengan siem-
daño privándole del mayor bien que es pre con vida, sino que es un derecho
la vida, sino que está provocándose a negativo: derecho a que nadie atente
sí misma una pérdida irreparable en su contra nuestra vida, derecho a que no
propia dignidad moral como persona. Y nos quiten injustamente la vida. Y ese es
en esto tienen también responsabilidad
11 León, F.J.»El diálogo bioético en las técni-
cas de reproducción asistida», Acta Bioethica, 13 (2)
9 Garay, J. Diferencia y libertad. Madrid, Rialp, (2007), 161-167.
1992, 331. 12 Spaemann, R. «¿Todos los hombres son
10 Gómez-Lobo, A. Los bienes humanos básicos. personas?». En: Varios autores. Bioética. Consi-
Una introducción a la ética de la ley natural. Medite- deraciones filosófico-teológicas sobre un tema actual.
rráneo, Santiago de Chile, 2006. Madrid, Rialp, 1992, 71-73.

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El aborto desde la bioética: ¿autonomía de la mujer y del médico?

el derecho del feto. Y no poseemos los manifiesta —existe vida humana— pero
derechos humanos fundamentales —el sin todas las características que le son
derecho a la vida, a la salud, a la libertad propias, como consecuencia directa de
de conciencia—, porque los demás o la su naturaleza humana: autoconciencia,
sociedad acuerden que los tenemos. Los libertad, dominio de sí, ejercicio del
demás y la sociedad deben respetarlos entendimiento y de la voluntad.
y además promover su respeto, precisa- Estos son los términos que según
mente por ser la expresión de lo valioso algunos definen la «calidad de vida», o
y trascendente de cada vida humana y una vida humana de calidad: no mere-
primera expresión de su dignidad13. cería ser llamada vida humana la que no
El aborto es, en definitiva, uno de poseyese en plenitud esos atributos del
los mayores atropellos de los derechos hombre, o que no pudiese poseerlos en
humanos, del derecho humano funda- un futuro, o que los hubiese perdido de
mental a la vida. manera irrecuperable. Por tanto, tam-
poco merecería una protección social y
2.3. Dignidad humana y «calidad de vida» jurídica, o al menos, no una protección
semejante a la de una persona normal-
La persona humana no es, por tan- mente constituida, desde el punto de
to, valiosa por lo que «tiene», sino por vista biológico15. Por esto se ha llegado
lo que «es». Es fundamental, por ello, en algunos casos a diferenciar entre
desarrollar toda una antropología de la «manejar blastocistos, cuidar embriones
dignidad humana, que la establezca en el y respetar fetos»16, diferencias difíciles de
lugar primordial, de finalidad, respecto
al conocimiento científico y técnico, por
15 Casado, M. (Comp.) Nuevos materiales
una parte, y respecto a toda legislación de bioética y derecho. Fontamara, México, 2007.
en materia de bioética, por otra14. Vázquez, R. Del aborto a la clonación. Principios de
Es importante esta premisa en múlti- una Bioética liberal. Fondo de Cultura Económica,
México, 2004. Salles, ALF «El aborto» En: Luna, F;
ples ámbitos de la bioética. Veremos muy Salles, ALF. Bioética: nuevas reflexiones sobre debates
someramente el que ahora nos ocupa, clásicos. Fondo de Cultura Económica, Buenos
en el que es particularmente necesaria: Aires, 2008: 247-280. Para una crítica de estas posi-
ciones: Ballesteros, J (ed) La humanidad in vitro. Co-
todo lo referente a la vida humana en
mares, Granada, 2002. Díaz de Terán, MC. Derecho
estado embrionario o fetal. Es una de y nueva eugenesia: Un estudio desde la Ley 35/88, de
las situaciones en que la vida humana se 22 de noviembre, de técnicas de reproducción asistida.
EUNSA, Pamplona, 2005. Rhonheimer. «Derechos
fundamentales, ley moral y defensa legal de la vida
13 Germán Zurriaraín, R. Los embriones huma- en el estado constitucional democrático» En: Ética
nos congelados, un desafío para la Bioética. Ediciones de la procreación. Rialp, Madrid, 2004: 223-280.
Internacionales Universitarias, Madrid, 2007. 16 Masiá, J. «Manejar blastocistos, cuidar
14 Martínez, J.; Perrotin, C.; Torralba, F. Re- embriones respetar fetos» En: Masiá, J. (Ed.) Ser
pensar la dignidad humana. Editorial Milenio, Lleida, humano, persona y dignidad. Universidad de
2005. Burgos, J.M. Repensar la naturaleza humana. Comillas, Desclée de Brouwer, Bilbao, 2005: 323-
Eiunsa, Madrid, 2007. 325.

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entender desde el respeto fundamental 3. La autonomía del médico: ¿Puede el


debido a toda vida humana, aun en fase médico decidir por el feto?
de blastocisto, embrión o feto.
En el caso de la vida humana en En España el aborto provocado está
estado embrionario o fetal, no se puede explícitamente penalizado en base a la
confundir la potencia de ser con el no protección del derecho a la vida del no
ser: existe ya un ser humano que puede nacido, pero la Ley lo despenalizó en
ir desarrollando sus posibilidades y po- determinados supuestos y se atienden
tencialidades a lo largo del tiempo. El en los hospitales públicos desde finales
embrión tiene ya la cualidad humana, de los ochenta. Esto dio lugar a un am-
es un ser humano con potencia de de- plio debate ético y jurídico que marca
sarrollar todas esas características que también el inicio de la preocupación por
definen en la madurez a una persona. la bioética como disciplina en nuestro
Esa potencia es poder, no es negación del país19. Recientemente se está preparando
ser: la dignidad humana la tiene por el una reforma de la legislación existente
hecho de «ser humano ya», como vimos para introducir una «ley de plazos» que
anteriormente. Esto sirve igualmente en lo permita de modo libre en determinado
todo el ámbito de la bioética en pedia- tiempo de gestación. Con todo legal-
tría, donde tampoco existe un desarrollo mente se está interpretando de manera
completo de las potencialidades del ser. laxa lo que en la propia Constitución
Y sirve también cuando el feto presenta Española se expresaba con los términos:
deficiencias, anomalías genéticas, o en- «Todos tienen derecho a la vida»20, y se
fermedades que le llevarán irremisible- está tergiversando la propia actual legis-
mente a la muerte17. No es razonable que lación vigente21. A la par, España ha sido
nosotros decidamos desde fuera que ese el país de Europa con mayor crecimiento
feto no va a tener una «suficiente calidad en las tasas de abortos provocados en los
de vida», pues esta es una apreciación últimos años, con un crecimiento cons-
subjetiva que no puede universalizarse: tante desde 1985 hasta ahora; en el 2006,
cada uno tenemos la medida de lo que uno de cada seis embarazos termina
pensamos es calidad en nuestra vida18.
17 Carrasco de Paula, J. et al. Identidad y esta-
tuto del embrión humano. Ediciones Internacionales 19 Blanco Rodríguez, B. La Ley del aborto: sig-
Universitarias, Col. Etica y Sociedad. Madrid, 2000. nificado y control de su aplicación. Grupo de Estudios
Varios autores. Diagnóstico prenatal, neonatología y de Actualidad. Valencia, 1988.
discapacidad severa. Problemas éticos. Institut Borja 20 Calvo-Álvarez, J. Aborto y Derecho. Consi-
de Bioètica y Fundación Mapfre Medicina. Madrid, deraciones críticas en torno a la doctrina del Tribunal
2001. Constitucional español. Instituto de Ciencias para la
18 Alarcos, F.J. ¿Vivir dependiendo? Ética, Familia, Univ. de Navarra, Pamplona, 1997.
derecho y construcción biográfica en la dependencia. 21 AEBI. Comunicado de la Asociación Española
Comares, Granada, 2007. Ferrer, U. «El viviente, de Bioética y Ética Médica sobre la revisión de la Ley
la vida y la calidad de vida», Cuadernos de Bioética, que regula la Interrupción Voluntaria del Embarazo.
66 (2008), 213-222. Octubre 2008.

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El aborto desde la bioética: ¿autonomía de la mujer y del médico?

mediante aborto provocado legalmente dentro del propio sistema público de


declarado22. salud, como ocurre en algunos países.
Pero independientemente de lo que Ante esto, debemos tener en cuenta la
señalen en cada momento las leyes, es posición generalizada de la mayoría de
necesario tener en cuenta que no todo las organizaciones médicas en contra, y
lo permitido legalmente es éticamente las exigencias éticas de protección a la
correcto. Puede ser que no se penalice vida humana no nacida que están ex-
en determinados supuestos el aborto presamente escritas en algunos Códigos
en algunas legislaciones, pero eso no lo Deontológicos.
convierte en algo moralmente aceptable La Asociación Médica Mundial, en
y debe ser éticamente justificado23. una Declaración sobre el aborto terapéu-
Tampoco entramos aquí en cuáles tico, señala26:
deberían ser las soluciones sociales a 1. El primer principio moral que se
temas como el embarazo adolescente, impone al médico es el respeto a la
los abortos provocados ilegales, y otros. vida humana desde su comienzo.
Algunos ofrecen como solución de estos 2. Las circunstancias que ponen los inte-
dramas sociales la legalización o, al reses vitales de la madre en conflicto
menos, la despenalización del aborto con los intereses vitales de su criatura
provocado, sin considerar que, en sí por nacer, crean un dilema y plantean
mismo, el aborto es un drama más que se el interrogante respecto a si el emba-
añade a los anteriores24 y que cualquier razo debe o no ser deliberadamente
solución debe centrarse en la educación interrumpido.
para una paternidad responsable, y no 3. La diversidad de respuestas a esta
sólo en la exigencias de unos supuestos situación es producida por la di-
derechos reproductivos que incluirían versidad de actitudes hacia la vida
el aborto25. de la criatura por nacer. Esta es una
Lo cierto es que puede existir una cuestión de convicción y conciencia
presión social hacia los médicos para individuales que debe ser respeta-
encargarles de la realización legalmen- da.
te aprobada de los abortos, incluso 4. No es función de la profesión médica
determinar las actitudes y reglas de
22 El aborto en España 23 años después (1985- una nación o de una comunidad en
2008). Instituto de Política Familiar, Madrid, particular con respecto a este asunto,
2008. pero sí es su deber asegurar la pro-
23 Ollero, A. Bioderecho. Editorial Aranzadi,
S.A. Navarra, 2006. tección de sus pacientes y defender
24 Gómez Lavín, C. «Consecuencias psico-
patológicas del aborto en la mujer». Cuadernos de 26 Asociación Médica Mundial. Declaración de
Bioética, 17-18 (1994), 28-30. Oslo sobre el Aborto Terapéutico. Adoptada por la 24ª
25 Jensen, L. «Aborto, derechos reproductivos Asamblea Médica Mundial Oslo, Noruega, agosto
y paternidad responsable». Ars Medica, 6 (2002), 1970 y enmendada por la 35ª Asamblea Médica
113-120. Mundial Venecia, Italia, octubre 1983.

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Francisco Javier León Correa

los derechos del médico dentro de la a. Nunca el médico puede matar por acción
sociedad. u omisión: Esto que se aplica a la eu-
5. Por lo tanto, donde la ley permita tanasia, se aplica también al aborto
el aborto terapéutico, la operación provocado, que es una grave falta
debe ser realizada por un médico ética y deontológica.
competente en la materia y en un b. El médico no puede iniciar tratamientos
lugar aprobado por las autoridades fútiles y sin esperanza. La obstinación
del caso. terapéutica —aunque a veces pue-
6. Si un médico estima que sus con- dan pedirla los familiares o los pa-
vicciones no le permiten aconsejar o dres— es un error ético y una falta de
practicar un aborto, él puede retirar- competencia, y esto es válido también
se, siempre que garantice que un co- para delimitar con un juicio de pro-
lega calificado continuará prestando porcionalidad cuáles son los límites
la atención médica. de la intervención médica terapéutica
En el Código Deontológico de los en el feto durante el embarazo.
Colegios de Médicos de España, en el c. Los padres, y especialmente la ma-
capítulo sobre reproducción humana se dre embarazada tiene un deber ético de
dice (Artículo 24. 1): «Al ser humano preservar la vida de su hijo y de aceptar
embriofetal enfermo se le debe tratar los tratamientos para salvarla, si se
de acuerdo con las mismas directrices trata de medios que ofrecen una
éticas, incluido el consentimiento infor- esperanza razonable de beneficiarle
mado de los progenitores, que se aplican y que pueden obtenerse y aplicarse
a los demás pacientes». sin grave inconveniencia, dolor o
En todos los textos deontológicos mé- gasto.
dicos está claramente señalado el campo d. Hoy, la discusión en torno al aborto ya
lícito de actuación del médico, y también no se centra en el problema clásico de si
el de su abstención ética, y es importante el embrión es ser humano o no. Su centro
que se respete el derecho a la objeción de gravedad se ha desplazado a la
de conciencia de los profesionales de la cuestión, planteada por el liberalismo
salud27. más extremo del pretendido derecho
Como resumen de la doctrina deon- de abortar de la madre, en virtud de su
tológica mayoritariamente aceptada, autonomía moral, independientemente de
señalaríamos con Gonzalo Herranz28: los datos de la embriología y la reflexión
antropológica sobre el embrión. Por eso
27 León, FJ. «Fundamentos ético-jurídicos de
es necesario subrayar los límites que
la objeción de conciencia de los profesionales de la dignidad moral imponen a la deci-
la salud». Revista CONAMED, 42 (2006), 3-8. sión de la madre, y de los familiares
28 Herranz, G. «Eutanasia o Medicina»,
y del médico tratante, si de verdad
Cuadernos de Bioética, 4 (1990), 21. Los mismos
argumentos del autor sobre eutanasia, pueden quieren respetar el derecho a la vida
aplicarse también en el caso del aborto. del no nacido.

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El aborto desde la bioética: ¿autonomía de la mujer y del médico?

e. Y finalmente, recordar con el Código de una vida que vale la pena ser vivida,
de Ética chileno, que «el respeto de la lograda, realizada, en un proyecto de
vida humana desde su inicio y hasta su autorrealización. La libertad está en la
término constituye el fundamento básico raíz del deseo: es el medio para lograr la
del ejercicio profesional médico». felicidad. La mujer con un embarazo no
deseado debe aún en su situación explo-
4. Los principios de la Bioética: ¿Auto- rar sus potencialidades y no renunciar a
nomía y beneficencia frente a justicia ese deseo. Y el médico también.
en el aborto? Acorde con ese deseo está la estima
de sí mismo, psicológica (autoestima) y
Ya tenemos bastantes referencias para moral: la autoconfianza, que no sólo es
poder comprender por qué no es válido constatar nuestras capacidades sino te-
el argumento del choque de principios ner una conciencia lúcida de las propias
en Bioética, entre la autonomía de la ma- limitaciones. Todos somos sujetos de dig-
dre y su beneficencia, y la maleficencia nidad, e iguales, y así Ricoeur comenta
que se realiza con el feto abortado. Pero que «la estima de sí es moral cuando no
antes de terminar con esto, quisiéramos es ególatra, reconoce a los otros como
dejar claro que un acto de aborto nunca sujetos de autoestima dignos». Tanto la
es un acto de beneficencia para la madre mujer como el feto son seres humanos
tampoco, pues rompe cualquier ideal de dignos, y la dignidad como cualidad
propuesta ética de una vida feliz. esencial no admite un más o menos, una
Expondré este ideal que presenta la comparación matemática.
ética según la definición de Paul Ricoeur: Todos ejercemos nuestra libertad
«anhelo de vida realizada —y, como tal, en el horizonte de una vida buena que
feliz—, con y para los otros, en institu- pretendemos realizar, en el horizonte
ciones justas»29. El sujeto moral, en todo que nos dan los ideales. La vida moral
el análisis, no es solamente la mujer con pretende llevar a plenitud nuestras
un embarazo no deseado sino también potencialidades y proyectos de vida.
el médico. Por eso, el embarazo no deseado puede
presentarse como una limitación fuerte
4.1. Primer nivel ético: anhelo de una vida de la libertad, en un primer momento.
realizada Todos, pero de modo especial la mujer
con un embarazo no deseado, debemos
Lo primero en ética es «Desear efi- reescribir bastantes veces en nuestra
cazmente una vida lograda». La ética vida esos horizontes e ideales, aunque
es ese deseo, antes que una mera nor- los mantengamos como fines. Todos te-
mativa. Deseamos ser felices, disfrutar nemos limitaciones, y existen ocasiones
en que se nos presentan de modo más
29 Ricoeur, P. Soi Même Comme un Autre. fuerte. Y todos las enfrentamos con la
Editions du Seuil. París, 1990. ayuda de los demás, no sólos. La mujer

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con embarazo no deseado debe tener la sujetos éticos son sujetos con responsa-
ayuda del médico y de todos los profe- bilidad que deben decidir por criterios
sionales que le atienden, de su pareja o adecuados y hacerse cargo de las conse-
esposo, de sus padres, y de la sociedad cuencias de los propios actos. Lo contra-
entera, que deberá suplir de algún modo rio sería una expresión de paternalismo
si fallan los anteriores. que rebaja, que no reconoce plenamente
Pero, ¿qué es una vida plena, lograda, la dignidad del otro.
realizada? Podemos contestar que es una
vida que alcanza unos niveles de excelen- 4.2. Segundo nivel ético: autonomía con
cia externos al sujeto: el genio científico, el y para los otros. Articular Beneficencia y
rico empresario, el médico exitoso, el de- Autonomía
portista de élite, la actriz independiente y
triunfadora, realizan plenamente su vida, Nuestros proyectos de realización,
en ese aspecto de su actividad, pero no autónomos, no son estrictamente indivi-
quiere decir por eso que sea realizada en duales, o por precisar mejor, individua-
todo, en su vida familiar, afectos, ideales, listas. La apertura a los otros es precisa-
etc. Es cierto que en el caso de la mujer mente lo que nos construye moralmente
con un embarazo no deseado, este nivel y posibilita la realización personal. La
de excelencia externa puede estar muy acogida equilibrada del otro, la solicitud,
afectado, en el presente o en el futuro, la compasión, el respeto y el reconoci-
con una plenitud a medias. miento del otro son fundamentales en
Pero quizás una contestación más nuestra propia construcción moral. Tanto
profunda, desde un sentido propiamente la mujer con un embarazo no deseado
moral, sería que una vida realizada es como el médico que la atiende deberían
aquella en la que hay concordancia entre tenerlo en cuenta.
lo que acabamos haciendo y siendo, y los Es importante en la relación clínica
ideales que nos marcamos desde las po- el respeto a la autonomía de la persona
tencialidades que tenemos, incluyendo a la que se dirige la acción benefactora.
las personales y las que nos aportan los Entre otras consecuencias, podemos
demás, las exigibles para todos desde la mencionar éstas:
justicia y las que los demás nos dan gra- a. No se puede hacer el bien sin con-
tuitamente. Esta sería una vida lograda tar todo lo que se pueda con aquel
con niveles de excelencia internos, y a a quien se le hace ese bien. En la
esta autorrealización estamos todos lla- base de toda relación humana está
mados, también la mujer con embarazo el respeto a la dignidad, a quien es
no deseado. persona con dignidad. No se puede
Todos estamos convocados a vivir discriminar de modo injusto a la
nuestra vida con una autonomía desde mujer con un embarazo, deseado o
la que nos hacemos cargo de nosotros no, que puede sentirse «obligada»
mismos, con responsabilidad. Todos los socialmente al aborto.

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b. El paternalismo, la decisión efectiva 4.3. Tercer nivel ético: Articular autonomía,


por parte del benefactor sobre lo beneficencia y justicia
que es bueno para el beneficiario,
sólo está justificado si responde a El médico está ligado al paciente por
carencias reales de autonomía en un contrato profesional, y en el marco
éste, si se expresa sólo en el ámbito de una institución. Es, por tanto, el mé-
de esas carencias y en proporción dico un agente que interviene en lo que
a las mismas, y si se ejerce con la denomina Ricoeur el tercer nivel de la
intención prioritaria de que pueda intención ética, el de la justicia. Pero a
superarlas en la medida de lo posi- la vez, debe establecer relaciones perso-
ble. Toda acción social debe tener en nalizadas con los pacientes que atiende,
cuenta que se necesita una educación y por eso su actuación se mueve en el
y atención continuada para resolver segundo nivel ético del «con y para los
los problemas de marginalidad donde otros». No puede ignorar la justicia, pero
se producen generalmente los abortos debe actuar con beneficencia, desde una
provocados. La «solución rápida» del ética de las virtudes que ayude al otro a
aborto nunca resuelve nada por sí conseguir una vida lograda, en la mayor
sola, sino que empeora esa margina- medida posible.
ción de la mujer. Por otro lado, la mujer con un em-
c. En aquellos ámbitos en los que las barazo no deseado debe también tener
personas tienen suficiente capacidad, en cuenta los justos derechos del no
tienen derecho al respeto a su autono- nacido aún. Cometer una injusticia —no
mía, frente a cualquier paternalismo, respetar la vida del hijo— supone un
aunque después desde ella les toca acto maleficente para el hijo y para con
discernir lo que es su bien: esa es su ella misma, porque tampoco respeta su
responsabilidad. dignidad como persona y es, por tanto,
d. Por lo tanto, en la decisión del pacien- injusta consigo misma. Esta es la raíz
te responsable, es la autonomía la que más profunda del gran desequilibrio
debe abrirse lúcida y libremente a la personal que provoca el aborto en la mu-
beneficencia. jer. No es sólo el posible remordimiento
e. Dentro de la responsabilidad en la desde sus convicciones religiosas o ideo-
construcción de una vida lograda lógicas, sino la conciencia cierta de haber
desde su autonomía, está para la cometido una injusticia, con su hijo, y
mujer con un embarazo no deseado el consigo misma, que afecta gravemente
poner por delante la beneficencia del a su dignidad como persona.
otro, del hijo, por encima de lo que En una encuesta realizada en México
pueda presentarse como beneficencia en 2001 por Population Council30, par-
inmediata para ella.
30 González, D.; Billings, D. El Aborto en
México. Ciudad de México, IPAS, 2002, 16.

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tidarios de la legalización del aborto, los demás casos, el porcentaje se sitúa


se daban unos resultados bien signifi- por debajo entre 30% y 4%, cuando la
cativos. Aunque podamos dudar de la mujer es menor de edad, por falta de
objetividad estadística, nos dicen que el recursos económicos, cuando falla la
porcentaje de la población general que anticoncepción o la mujer es soltera31.
está de acuerdo con que la mujer tenga Es de justicia —y éticamente lícito— que
acceso al aborto varía entre 80% y 64% un médico intervenga cuando está en
cuando la vida de la mujer está en pe- peligro la vida de la madre, aunque de
ligro, está en riesgo grave su salud o el modo secundario se produzca el aborto
embarazo es resultado de una violación. del feto como efecto no deseado, después
La aceptación baja bruscamente desde el de una aplicación rigurosa del principio
52% cuando «el producto tenga defectos de doble efecto. Son dos vidas en juego
de nacimiento físicos o mentales» (sic), y habrá que delimitar muy bien estos
cuando la mujer es menor de edad o casos en la legislación32, pero en todos
ella así lo decide (20%) o por faltas de los demás casos no podemos dejar de
recursos económicos (17%), siendo la considerar todo lo dicho anteriormente
menor aceptación cuando la mujer es sobre los límites de la autonomía de la
madre soltera o cuando falla el método madre y del médico, la dignidad de esa
anticonceptivo (11%). Vemos claramente vida humana por nacer, y el deber de
que cuando existen situaciones graves justicia de proteger su vida. Y desde
la aceptación es mayor, pues los bienes luego, no son los datos sociológicos o
en juego que se enfrentan son mayores; estadísticos los que nos clarificarán los
mientras que la aceptación es bastante deberes éticos, lo que sería una forma
baja cuando se trata de otros bienes se- de falacia naturalista, al pasar de lo que
cundarios de la mujer que se ponen en se realiza habitualmente al plano de lo
la balanza con el bien de la vida de hijo, que se debe hacer. Nos dan a conocer
que desde luego no es considerado por de algún modo la medida en que una
la población mexicana como un mero sociedad incorpora los valores éticos,
«producto», aparte de que es difícil que pero la fundamentación de éstos precisa
tenga defectos de nacimiento si todavía de una mayor profundización.
está en el útero materno. Por tanto, debemos construir desde
Otra encuesta entre médicos pro- el principio de justicia, base de los prin-
porciona resultados aún muy parecidos cipios de autonomía y beneficencia. Por
pero más extremos. Entre un 97% y un delante de la autonomía de la mujer y
90% se da la aceptación cuando el em-
barazo es resultado de una violación, 31 Ibidem, 17, Encuesta durante Talleres rea-
pone en riesgo la vida de la mujer o le lizados por IPAS en hospitales de varios Estados
causa un grave daño a la salud, o cuan- mexicanos en 2002.
32 Besio, M. «Análisis ético sobre las inte-
do «el producto» presenta alteraciones rrupciones del embarazo, el aborto provocado y el
genéticas o congénitas serias. En todos aborto terapéutico». Ars Medica, 6 (2002), 83-94.

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El aborto desde la bioética: ¿autonomía de la mujer y del médico?

del médico, y de la beneficencia posible a la vida humana y a los derechos fun-


de la madre con el aborto, están las obli- damentales; resguardar —en la medida
gaciones de carácter absoluto y que no que sea posible—, los valores contenidos
admiten excepciones, impuestas por los en una relación interpersonal que lleve
principios de no maleficencia —no hacer a una vida lograda a la mujer con em-
daño al feto ni a la propia madre—, y de barazo no deseado, al feto y al médico;
justicia: respetar el derecho a la vida y a y siempre, asegurar los derechos de las
la salud del no nacido. más vulnerables, la mujer y el feto, sin
Aquí es donde deben unirse la Bio- olvidarse de los deberes de todos para
ética y el Derecho, pues ambos buscan con ellos.
el mismo fin: la promoción del respeto
Recibido: 28-02-2009
Aceptado: 08-06-2009

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