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Acción Psicológica

ISSN: 1578-908X
accionpsicologica@psi.uned.es
Universidad Nacional de Educación a
Distancia
España

DEL BARRIO GÁNDARA, V.; ROA CAPILLA, M.L.


FACTORES DE RIESGO Y PROTECCIÓN EN AGRESIÓN INFANTIL
Acción Psicológica, vol. 4, núm. 2, junio-, 2006, pp. 39-61
Universidad Nacional de Educación a Distancia
Madrid, España

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=344030758002

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FACTORES DE RIESGO Y PROTECCIÓN EN AGRESIÓN INFANTIL

RISK AND PREVENTIVE FACTORS OF CHILD AGGRESSION


V. DEL BARRIO GÁNDARA Y M.L. ROA CAPILLA
Facultad de Psicología. Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED)

Resumen Abstract
Se exponen los factores de riesgo que han This paper presents the most important risk
sido considerados como los más relevantes para factors behind aggressive children and adoles-
explicar la aparición de la agresión en niños y cent: biological, personal, family and social fac-
adolescentes (biológicos, personales, familiares tors. The data obtained contribute to the con-
y sociales). Con ello se asientan las bases para fection of prevention plans for inhibition the hit
poder construir los planes de prevención que rate of these problems. Children and adolescent
pueden evitar la aparición de las conductas aggression is the mayor family and social con-
agresivas que hoy tienen una incidencia tan alta cern.
y preocupante, tanto para la familia como para
la sociedad.

Palabras Clave Key Words


Factores de riesgo, factores protectores, Risk factors, preventive factors, aggression,
agresión, niños children
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Introducción Se ha venido cuantificando la violencia in-


fantil con precisión desde los años ochenta.
Parece evidente que la violencia en los niños Pfeiffer (2004), especialista en el tema sostiene
y adolescentes ha sufrido un incremento en los que en Suiza el incremento se sitúa entre un 100
últimos tiempos. Las estadísticas llevadas a cabo y un 50 por cien. El mismo autor estima que en
en los Estados Unidos detectan este aumento, España, la subida alcanza un 50%. Las cifras
cuantificado objetivamente, desde los años oficiales en nuestro país admiten un incremento
ochenta. Este fenómeno lo percibe también el del 10% de faltas y un 10% de delitos por lesio-
hombre de la calle a través de los medios de co- nes en la población general. Pero esto sólo afecta
municación que nos informan cada día de suce- a los casos que terminan en un proceso legal.
sos agresivos perpetrados por niños. No es raro También es verdad que las cifras de asesinatos
que en institutos de segunda enseñanza se pro- permanecen estables, e incluso bajan en países
duzcan conductas de ataque, por grupos de pre- donde se ha gastado mucho dinero en preven-
adolescentes, contra compañeros y profesores. ción, como ocurre en los Estados Unidos.
Lo más alarmante son las muertes que se han
producido en las escuelas; las más espectacula- La violencia, la agresividad, el vandalismo, la
res en los EE.UU, donde adolescentes armados delincuencia son síntomas de una socialización
con pistolas o rifles han asesinado a compañeros inadecuada, puesto que en ella priman las mo-
y maestros. De igual manera, hay un incremento tivaciones individuales frente a las sociales.
de la violencia contra indigentes e inmigrantes y, Todo ello es especialmente preocupante puesto
en general contra personas que están indefen- que, un comportamiento excesivamente agresi-
sas ante estos grupos violentos, que los atacan vo en la infancia, predice la agresividad durante
sin ningún escrúpulo. Pensábamos que era algo la adolescencia y la edad adulta, y si esto no
que ocurría en otras culturas, pero ya lo tenemos fuera suficiente, la existencia de patologías al-
en casa. Comenzó a perfilarse con crudeza hace canzada la madurez. Este hecho ya justifica so-
unos 10 años, pero las cosas van en aumento: los bradamente el que se preste especial atención a
chicos de Alcacer que abusaron salvajemente y las manifestaciones de agresividad durante el
mataron a dos chicas; el chico de la catana que periodo que dura la socialización del niño.
asesinó a sus padres y hermana; Raquel e Iría Desde un punto de vista teórico es ya clásica
que, por curiosidad de qué se sentía al matar, lo la teoría de Dollar et al. (1939) según la cual la
hicieron con su compañera de curso; el suicidio agresión se explica como una conducta instinti-
de Jokin; por el acoso al que lo sometieron sin va y también aprendida, nacida como resultado
piedad sus compañeros. Más recientemente un de la frustración. Lo instintivo tendría su asien-
grupo de chicos quemaron a una mujer sin techo to en estructuras biológicas, lo aprendido en el
en un cajero; el apuñalamiento de un compañero sistema de valores trasmitido.
en un patio de recreo en Bilbao; la agresión a
una niña en un colegio de Badajoz; el niño apa- Al final, el desencadenante concreto de la
leado por sus compañeros en Barcelona; un agresión vendría a ser la frustración que se pro-
alumno que ataca a su profesor en Córdoba; los duce circunstancialmente, cuando no se alcan-
niños de Hospitalet que pegaban a transeúntes zan las metas personales o sociales deseadas.
para filmar sus caras; los niños de Sevilla que ve- Recientemente Beck (2003) ha tratado de
jaron y maltrataron a una niña con síndrome de explicar la agresión desde dos tipos de emocio-
Down; y otros casos que confirman una alargada nes, la ira y la hostilidad. Otras explicaciones
lista, cuyos protagonistas son adolescentes. Por las podemos encontrar en Spielberger, et al.
otra parte, crecen las asociaciones de víctimas: (1988), quien puso especial énfasis en el egoís-
de padres agredidos por sus hijos (1%), de pro- mo y los pensamientos, y en autores como Ban-
fesores amenazados, de niños acosados por sus dura (1973), que destacó los aspectos sociales.
compañeros, lo cual es un síntoma añadido más
de que la violencia crece. Además aparece un Es decir que la agresión hoy, si unimos estas
nuevo tipo de violencia lúdica y gratuita que es explicaciones teóricas, vendría a constituir un
quizás la forma más repugnante de toda clase de modelo tripartito: biológico, etológico y ecoló-
violencia. gico. Habría unas estructuras orgánicas indivi-
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duales (organismo), unos patrones de compor- monales o de los desequilibrios en los neuro-
tamiento (instinto) y un aprendizaje de modos transmisores. Este carácter interactivo de lo bio-
de expresión e inhibición de la conducta agresi- lógico y lo psíquico, hoy vigente, se viene seña-
va que emanan de la sociedad (cultura). lando desde hace tiempo (Akiskal y McKinney,
1975) Así, las relaciones entre agresividad y hor-
Veamos con más detalle cada uno de estos monas es un tema controvertido en el desarrollo
aspectos. del niño. La relación entre ellas se puede esta-
blecer en tres direcciones: las hormonas pue-
den estar implicadas en el desarrollo de la agre-
Factores somáticos o biológicos sión como causa, como consecuencia o como
mediador (Martín Ramirez, 2003). Siempre se
Aunque no nos vamos a centrar en las bases ha relacionado la testosterona con la agresión,
biológicas de la agresividad, nos referiremos sin embargo cada vez hay más constancia de
aquí a los que se han considerado los más im- que el papel social de género incrementa las res-
portantes factores de este tipo tanto funcionales puestas agresivas de los varones que se ven fre-
(hormonales, neurales) como estructurales. Es- cuentemente avocados a ellas.
tos últimos son los más conocidos y tienen una
clara secuencia causal. Las malformaciones, le- Con respecto a los neurotransmisores en-
siones cerebrales traumáticas, especialmente en contramos el mismo problema, de forma que el
la zona orbitofrontal, poseen una relación cla- concepto interactivo entre contexto y respuesta
ramente conocida con algunas formas de agre- se va constituyendo como la más potente expli-
sividad (Roussy y Toupin, 2000). Hay otras ra- cación. Fundamentalmente, la tesis vigente es
zones de tipo acumulativo que pueden producir que se trata de una función complementaria:
alteraciones estructurales como la mala nutri- una activación del sistema dopaminérgico junto
ción, problemas de salud específicos o el estrés a una inhibición del serotonérgico.
producido por el maltrato. Todos ellos pueden
provocar transformaciones en las estructuras Un estudio con metaanálisis muestra que los
prefrontales, cuerpo calloso y sus conexiones grupos de sujetos con conductas antisociales
límbicas, e incluso, en el tamaño del hipocampo presentan bajos niveles de serotonina en el flui-
y en el uso asimétrico de los hemisferios. Esas do cerebroespinal. Concretamente, con el meta-
transformaciones se asocian a la aparición de bolito de la serotonina 5 HIAA (ácido hydrox-
comportamientos agresivos de mayor o menor yindoleacetic). Esto se halla modulado por la
intensidad y con difícil solución (Teichener, edad, ya que los sujetos menores de 30 años
2004). presentan más agresión que los mayores (Moo-
re, Scarpa y Raine, 2002).
Es interesante, desde una perspectiva infan-
til, comprobar que este tipo de alteraciones ac- Esa interacción entre contexto y respuesta
túan con mucha más fuerza en el período pre- neural se muestra en la activación del sistema
coz de crecimiento acelerado, parece que la dopaminérgico así como en la inhibición fun-
relación afectiva con la madre acelera el desa- cional del sistema serotonérgico, lo cual se con-
rrollo del vermis; incluso, como ya había adver- firma en los estudios realizados sobre ganadores
tido Harlow, los monos separados de sus ma- que compiten bajo la influencia de la experien-
dres se vuelven agresivos y parece ser que, si cia repetida de agresión. El desarrollo de agre-
esa condición no se da, el desarrollo cerebral sión aprendida a través del reforzamiento de la
progresa adecuadamente (Prescot, 1980). agresión por la victoria tras periodos de con-
frontación fortalece la conducta agresiva y de-
Respecto a las alteraciones de tipo funcional crece la emocionalidad. Situaciones estresantes
la secuencia no está tan clara. Hay un problema provocan incrementos en agresión (Kudryavt-
de antes y después de difícil determinación. De seva, 2000).
hecho puede darse el caso de que una altera-
ción hormonal pueda producir agresión o, por En cualquier caso, los excesos de las sinapsis
el contrario, que los acontecimientos del entor- durante la adolescencia temprana y la prima-
no provoquen un desajuste de los niveles hor- cía del sistema límbico sobre el neocortex en si-
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tuaciones emocionalmente cargadas, pueden lle- diferencias se han querido explicar a través de
var al incremento de la agresión (más en chicos modelos biológicos, modelos de socialización
que en chicas). En la adolescencia tardía, la parental diferencial, así como por el aprendiza-
poda sináptica y el incremento del procesa- je observacional (Bandura, 1973; Maccoby y
miento neocortical de situaciones cargadas Jacklin 1980).
emocionalmente pueden permitir al adolescente
llegar a ser más racional en situaciones induc- Estos modelos aportan diferencias respecto
toras de emoción negativa y a elegir vías alter- a las formas de agresividad en niños y niñas
nativas a la agresión (Yurgelun-Todd, 1998; (Bjorkquist, Lagerspetz y Kaukiainen, 1992).
Brownlee, 1999; Spear, 2000; citados en Kirsh, Las niñas parecen manifestar conductas agresi-
2003) vas indirectas o relacionales y los niños con-
ductas de agresión directa o abierta. El modelo
Todo ello constituye la base física de la agre- de las representaciones sociales (Campbell y
sión y regula lo que los etólogos han llamado Muncer, 1994; Campbell, Sapochnik Muncer,
conducta de defensa básica (Lorenz, 1966) que 1997), sostiene que niños y niñas difieren en
compartimos con los animales; pero la agresión este aspecto que contiene, a su vez, atribuciones
humana es mucho más compleja. y actitudes distintas que son transmitidas por la
cultura. Loeber y Stouthamer-Loeber (1998) su-
gieren que las diferencias de género en la con-
Factores Personales ducta agresiva, puede ser explicada por el um-
bral diferencial de niños y niñas a la exposición
Dejando a un lado las bases biológicas, las de factores de riesgo, dado que varones y hem-
características de un joven violento, según del bras se enfrentan a distintas exigencias que pue-
Barrio (2003), serían las siguientes: sexo mas- den conducirles a diferentes formas de expre-
culino, temperamento difícil, alta impulsividad, sión de la agresión; por ejemplo, las mujeres
poco autocontrol, poca autoeficacia, deficien- podrían manifestar conductas agresivas, sólo
tes lazos afectivos y bajo rendimiento escolar. cuando son expuestas a un mayor número de
Muchas de estas características conforman el elementos de riesgo que los hombres.
núcleo de lo personal y tienen carácter natural y
también artificial. En población adolescente española se han
encontrado en algún caso mayores puntuacio-
nes de agresión en las chicas (Lemos et al.,
Sexo 1992), pero suele ser agresión verbal.
Algunos estudios han señalado que las dife-
Las primeras manifestaciones de rabia y rencias sexuales en agresividad no son tales si se
frustración en los bebés son similares en am- contemplan las distintas formas de agresividad.
bos sexos, pero las diferencias entre ellos emer- Crick y Grotpeter (1995) encuentran que, tanto
gen muy precozmente en lo que se refiere a la chicas y chicos entre 9 y 12 años, muestran si-
agresividad instrumental (Loeber y Hay, 1997; milares puntuaciones globales en agresión; no
Loeber y Stouthamer-Loeber, 1998), no sólo en obstante, la conducta agresiva relacional es más
la cantidad, sino especialmente en su calidad. alta en las mujeres que en los hombres (Crick y
Puesto que muchos estudios han señalado una Grotpeter, 1995). Este tipo de agresión se rela-
mayor agresividad en los varones (Maccoby y ciona con niveles altos de rechazo de iguales,
Jancklin, 1980; Hyde, 1984; Caprara y Pastorelli, soledad, depresión y aislamiento; y con estos
1993; Pastorelli, Barbaranelli, Cermak, Rozsa y mismos resultados se han encontrado niños de
Caprara, 1997), las diferencias se modulan 3 a 4,5 años (Crick et. al.,1997).
cuando se estudian los diferentes tipos de agre-
sión (Crick y Grotpeter, 1995; Crick, Casas, y Aunque las diferencias en la conducta agre-
Mosher, 1997; Galen y Underwood, 1997). La siva directa tienden a desaparecer en la edad
media de diferentes datos es que, en episodios adulta (Campbell, Sapochnik y Muncer, 1997),
policiales asociados a la violencia, hay una pro- ya desde la adolescencia las mujeres continúan
porción de 9/1 entre varones y mujeres, estas manteniendo mayor agresividad expresiva indi-
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recta (descarga de ira) que los hombres (Galen y “El temperamento se refiere a fenómenos de
Underwood, 1997). naturaleza emocional característicos de un su-
jeto que incluyen su susceptibilidad ante los es-
También se han encontrado diferencias en el tímulos emocionales, la fuerza de sus hábitos, la
destinatario de la agresión, en chicos y chicas rapidez de sus respuestas, la calidad de su ta-
con edades entre 10 y 13 años, las chicas suelen lante, ánimo o afecto (mood) y todas las pecu-
utilizar más agresión social contra las chicas, liaridades de la fluctuación e intensidad del áni-
mientras que los chicos tienden a usar la agre- mo; estos fenómenos se consideran como
sión física contra los chicos. dependientes de la constitución y de origen he-
Las chicas son más agresivas si se trata de reditario” (Allport, 1937).
agresividad indirecta (hablar mal de los otros,
excluir a compañeros...). Esto se puede expli- El estudio del temperamento infantil se ini-
car por el deseo de las chicas por crear relacio- cia con Fries (1937). Éste se dedicó a la obser-
nes más emocionales, intimas o cerradas, lo que vación de las diferencias que se hacían pa-
parece predisponerlas a la victimización. tentes en las conductas de niños recién
nacidos. Ello le permitió una primera clasifi-
En ocasiones se ha buscado una explicación cación en dos tipos temperamentales: 1) niños
evolutiva a las diferencias de género en la agre- con alta actividad congénita, y 2) niños de baja
sión, bien en función del momento en que co- actividad congénita. Thomas, Chess y Birch
mienza la conducta agresiva, bien en función (1968) llegaron a las mismas conclusiones. Se-
del desarrollo sobre el tiempo de la misma. En gún un estudio realizado por estos autores se
este sentido, cabe matizar que las chicas desa- encontraron también: 1) niños de tempera-
rrollan conductas antisociales más frecuente- mento difícil (alta actividad-bajo acercamiento-
mente durante la adolescencia en comparación poca ritmicidad); 2) niños de temperamento
con los chicos, cuya agresividad se desarrolla fácil de características opuestas y 3) niños de
en edades más tempranas (Loeber y Stoutha- temperamento mixto.
mer- Loeber 1998).
Por su parte Buss (1995), resume toda la in-
Estudiando la agresividad física verbal e in- vestigación sobre el tema diciendo que las ca-
directa en cuatro países (Finlandia, Israel, Italia racterísticas fundamentales del temperamento
y Polonia) entre sujetos de 8, 11 y 15 años, las son: la emocionalidad (capacidad de reacción
chicas usaban principalmente la agresión indi- afectiva), la actividad, (entendida como nivel de
recta, en segundo lugar, la agresión verbal y, por arousal), la sociabilidad, (preferencia por la
último, la agresión física. Entre los chicos la compañía), y la impulsividad, (tendencia a res-
agresión indirecta era el estilo menos usado en ponder sin reflexión). Como es evidente la agre-
todas las edades. La agresión física y verbal era sión se halla íntimamente unida a los procesos
en los chicos igualmente usada a la edad de los de emocionalidad, actividad e impulsividad.
8 y 11 años, mientras que, a la edad de 15 años,
la agresión verbal superaba la agresión física y El temperamento difícil, que aparece cons-
era el estilo más usado. Los varones toman tantemente ligado a la agresión, se caracteriza
como blancos, en mayor medida, a otros varo- por un alto nivel de actividad e impulsividad
nes para la agresión directa, pero el género no normalmente asociado con problemas de agre-
se relaciona con tomar como objetivo un chico sión e hiperactividad (Schaughency y Fagot,
o una chica para emitir una agresión indirecta. 1993). Concretamente, la impulsividad correla-
(Österman, Björkqvist, Lagerspetz, 1999) ciona fuertemente con “Trastornos de conduc-
ta”, es decir, trastornos de tipo exteriorizado
que, normalmente, se asocian a agresión o a
Temperamento y Agresividad otras conductas que implican riesgo de cometer
conductas agresivas (sexo, drogas, la conduc-
Si partimos de una definición de tempera- ción peligrosa) y que manifiestan una deficien-
mento podemos contemplar en ella los distintos cia de la conducta autorregulatoria (Wills,
elementos que lo constituyen. Sandy y Yaeger 2000).
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Aunque se considera que el temperamento florece con más probabilidad al darse las carac-
está determinado biológicamente, sin embargo, terísticas siguientes: a) búsqueda de sensacio-
existen varias posiciones. Para Baumrind nes, b) baja percepción del riesgo o daño, c)
(1993), el ambiente puede actuar sobre el tem- baja capacidad para diferir la gratificación.
peramento difícil del niño, pudiendo los padres
influir en esta característica a través de un estilo Eysenck defendía que sus tres dimensiones
educativo que incluya el razonamiento, las es- estaban relacionadas con la conducta delin-
trategias de disciplina adecuadas y la comuni- cuente: la alta extraversión hace que los sujetos
cación persuasiva. Si asumimos que el tempe- sean más difíciles de condicionar y, conse-
ramento difícil es un factor de riesgo para el cuentemente, tengan más dificultades en la in-
desarrollo de problemas, su impacto dependerá hibición de sus tendencias antisociales, al tiem-
de la calidad del modelo educativo que propor- po que por su baja activación cortical, buscan
cionan los padres. Rutter (1987), señala que el nuevas situaciones estimulantes. Con relación
temperamento no es inmutable, los padres que al neuroticismo, esta dimensión no ha sido es-
son sensibles a las necesidades de sus hijos sir- pecialmente importante para la delincuencia en-
ven de escudo protector a la vulnerabilidad del tre los más jóvenes.
hijo. Para Belsky (1991) el temperamento del
niño puede ser influido por los padres, tanto de No obstante, los sujetos con valores altos en
forma positiva como negativa. Esto es lo que neuroticismo, muestran mayores conductas an-
los autores llaman personalidad, que consiste tisociales dado el efecto multiplicador que la
en la interacción entre temperamento y am- ansiedad ejerce sobre las conductas o impulsos,
biente. incrementando el motivo (drive) dominante.

Por último, el alto psicoticismo resulta en


un aumento de la propensión a conductas de-
Personalidad lictivas, a causa de su reducida sensibilidad ha-
cia los sentimientos de las personas y de su falta
Actualmente, podría decirse que existen dos de culpa.
grandes modelos de estructura de personalidad:
el de tres dimensiones postulado por Eysenck Estas dimensiones están todas relacionadas
(1975) (Neuroticismo, Extroversión y Psicoti- con una base neurológica. En apoyo a la rela-
cismo) o el más reciente de los cinco grandes: ción entre delincuencia y activación (sustrato
Cordialidad, Apertura, Neuroticismo, Extrover- biológico de la extroversión) figuran los resulta-
sión y Conciencia, denominado modelo instru- dos hallados por Coren (1999), sobre 754 uni-
mental (McCrae y Costa, 1991). En ambos se versitarios quienes completaron una medida de
encuadran la extroversión y el neuroticismo, activación y otra relativa a sus conducta delicti-
que son consideradas las estructuras básicas vas o antisociales durante su escolaridad como
con las que constantemente se relacionan la vio- adolescentes. Consistente con la hipótesis de
lencia y la agresión. La base empírica de esta re- Eysenck, los chicos y chicas con menores nive-
lación está bien fundada en numerosos estudios les de arousal se implicaron en un mayor nú-
(del Barrio et al., 2001). mero de actividades delictivas o antisociales du-
rante sus años escolares.
La aproximación a la agresividad desde el
estudio de la personalidad ha sido abordada Los resultados de los estudios sobre la com-
extensamente por Caprara y sus colaboradores binación entre extraversión y neuroticismo son
(Caprara y Pastorelli, 1989; Caprara, Barbara- algo más confusos. Mientras que Eysenck de-
nelli y Comrey, 1992; Caprara, Manzi, Perugni, fendía que la extroversión y el neuroticimo eran
1992; Bandura, Barbaranelli, Caprara y Pasto- predictores de la delincuencia en diferentes gra-
relli, 1996; Caprara, Barbaranelli y Zimbardo, dos (Eysenck y Gudjonsson, 1989), otros estu-
1996). dios no han encontrado relaciones entre la com-
binación de puntuaciones altas en estas
Por una parte, la extroversión propicia unas variables y la conducta delincuente (Furnham y
formas de vida en donde la conducta violenta Thompson, 1991).
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Heaven (1993), a propósito de las dimensio- sujetos agredidos (víctimas) bajo en extraver-
nes de personalidad de Eysenck, encuentra que sión, pero difirieron en sus resultados sobre
el psicoticismo es el mejor predictor de la delin- neuroticismo. Mientras que los primeros no en-
cuencia, frente a las otras dimensiones de ex- contraron diferencias para esta dimensión de
traversión y neuroticismo. El psicoticismo se personalidad, los segundos encontraron que tan-
consideró como un elemento mediador de cier- to los agresores (bullies) como los agredidos
tos factores de la comunicación familiar (Hea- (víctimas) presentaban altas puntuaciones en
ven, 1994) o como elemento que dificultaba el neuroticismo.
control del temperamento y la conducta de obe-
decer (Furnham y Gunter, 1983). Estos autores En población española también se ha en-
realizan una aproximación multidimensional a contrado esta asociación con los cinco grandes,
la agresividad, considerando tanto sus aspectos los niños más agresivos obtienen bajas puntua-
interpersonales, personales como contextuales. ciones en Cordialidad y Conciencia (Tur et al.,
Dentro de este marco, examinan las diferencias 2004), por el contrario hay una correlación po-
individuales o dimensiones de la personalidad sitiva entre Neuroticismo y conducta violenta
como constructos hipotéticos o estructuras afec- tanto en adultos (Sobral et al., 2000) como en ni-
tivo-cognitivas que se desarrollan durante la on- ños (del Barrio et al., 2001). La conducta agresi-
togénesis y que constituyen variables mediado- va, por tanto, siempre aparece positivamente
ras de la agresividad. relacionada con los factores de Neuroticismo,
Extraversión, Psicoticismo, mientras que, por
En los estudios llevados a cabo con los nue- el contrario, se muestra negativamente correla-
vos factores, los Cinco Factores, los hallazgos cionada con Conciencia, Cordialidad, y Apertu-
son parecidos: los jóvenes violentos tienen nive- ra.
les más bajos de Conciencia y Cordialidad (John
et al., 1994). Otros constructos personales han sido igual-
mente relacionados con la agresividad. Por
Un estudio posterior de Heaven (1996) es- ejemplo, Caprara, Barbaranelli, Comrey (1992) y
tudió la relación entre delincuencia autoinfor- Caprara, Manzi y Perugini (1992), encuentran
mada y los Cinco factores de personalidad del cuatro constructos indicativos de agresividad:
NEO (McCrae y Costa, 1991) en una muestra la susceptibilidad emocional, la irritabilidad, la
de 216 adolescentes de 17 años de edad media. rumiación y el sentimiento de culpa.
Sus resultados muestran que las variables de
personalidad que se relacionan con la delin- Williams (1990) no halló correlaciones sig-
cuencia son la agradabilidad, la conciencia y el nificativas entre ninguna de las dimensiones de
neuroticismo; las dos primeras correlacionaron personalidad de Eysenck e ira, sin embargo
negativamente con la escala de vandalismo, cuando controla el efecto de la extraversión en
pero la agradabilidad correlacionó además con el neuroticismo, encuentra que la extraversión
la escala de violencia interpersonal. El neuroti- correlaciona negativamente y de forma signifi-
cismo se relacionó con la delincuencia, modu- cativa con la ira. En un estudio anexo Heaven,
lado por el sexo, de manera que se vinculó con en una muestra con adolescentes, recogió una
la violencia interpersonal entre las mujeres y medida de ira rasgo encontró que ésta se rela-
con el vandalismo entre los hombres. cionaba sólo en los varones directamente con
la conducta delictiva, e indirectamente, a tra-
La agresividad social o el maltrato entre vés de la sociabilidad y el psicoticismo de Ey-
iguales conocida como bullying (matonismo) senck. En las mujeres, a pesar de no darse dife-
(hostigamiento o agresividad social que, de for- rencias en las puntuaciones de ira respecto a
ma reiterada, se dirige a determinados menores los hombres, no apareció esta relación. En los
denominados víctimas, normalmente en el con- grupos combinados de neuroticismo y extraver-
texto escolar) ha sido también estudiada con re- sión, observa que el grupo caracterizado por
lación a la personalidad entre escolares (Slee y alto neuroticismo e introversión presenta ma-
Rigby, 1993; Mynard y Joseph, 1997). Ambos yores niveles de ira que el grupo correspondien-
estudios, encontraron que los sujetos agresores te a alto neuroticismo y extraversión (NI ( NE,
(bullies) puntuaban alto en psicoticismo, y los similarmente aunque con significación marginal
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los sujetos neuróticos introvertidos superaban Praag, 1989). Un sujeto extravertido tiene con-
en ira a los introvertidos emocionalmente esta- ductas próximas a uno impulsivo, aunque con
bles NI ( SI). La explicación de ello puede ser otro matiz. Se entiende por impulsividad la ten-
que los sujetos que muestran sus emociones no dencia a responder rápidamente a los estímulos,
llegan a la acción y los que las reprimen sí. sin reflexión y cometiendo por ello un alto por-
centaje de errores en la respuesta (Schweizer,
Para Gray (1991) las conductas delictivas se 2002).
producen más fácilmente en sujetos con una
baja sensibilidad al castigo y una alta sensibili- Heaven (1993) asocia, entre otras, las di-
dad al refuerzo. mensiones de Eysenck junto con una medida
independiente de impulsividad en adolescentes.
Inicialmente Eysenck y Eysenck (1963) des- La impulsividad correlacionó significativamente
cribieron la extraversión con dos componentes, con la delincuencia autoinformada en ambos
el de sociabilidad y el de impulsividad, sin em- sexos, mostrando un efecto directo en los varo-
bargo, los elementos de impulsividad fueron nes y un efecto mediado por el psicoticismo en
posteriormente eliminados, y esta característica, las mujeres. Tanto el psicoticismo como la so-
entendida como la responsable de las conductas ciabilidad, se relacionaron directamente con la
disruptivas, quedó recogida en la dimensión de conducta delictiva tanto en chicas como en chi-
psicoticismo (Eysenck, Eysenck y Barrett, 1985), cos. La impulsividad en este caso se relacionó
siendo para algunos autores la alta sociabilidad en los varones indirectamente a través del psi-
la responsable de la conducta delincuente en coticismo, y no hubo ninguna relación en el
los adolescentes (Eysenck y Gudjonnsson, caso de las mujeres. La impulsividad, como ras-
1989). go de personalidad implicado en el neuroticis-
Como han mostrado los estudios revisados, mo y/o la conciencia mostraron asociaciones
se puede concluir que tanto la agresividad como significativas con una escala que recogía ele-
la ira, se han relacionado con las distintas ca- mentos afectivos de placer-displacer (felici-
racterísticas de personalidad, de forma no aza- dad/infelicidad; alegría/fastidio; amistosidad/có-
rosa. De manera consistente, especialmente la lera; calma-intranquilidad; popularidad-soledad)
agresividad, se han conectado con elevadas ca- y elementos de arousabilidad (alerta-somnolen-
racterísticas de neuroticismo, alta extraversión, cia; fuerza-debilidad; excitación-aburrimiento;
baja agradabilidad y baja conciencia, o similar- lleno de energía-cansado).
mente, con altas características de la dimensión Los resultados obtenidos, en otro estudio,
de psicoticismo de Eysenck. mostraron que la emoción es un componente
Además de todo lo visto hay parámetros de importante de la impulsividad, la alta impulsi-
la personalidad que se asocian estrictamente a vidad correlacionó con un alto nivel de afecto
la conducta agresiva, como los que siguen. negativo y baja arousabilidad tanto como con
una mayor variabilidad afectiva y de arousal.
Los niños impulsivos experimentaron más emo-
ciones negativas y sus estados emocionales fluc-
Impulsividad tuaban más a lo largo de las dos semanas en
las que se evaluó. Asimismo, cabría añadir que
La impulsividad es entendida como un con- la impulsividad predijo el humor en los niños
cepto multidimensional que incluye dificulta- pero no en niñas.
des en la contención de la conducta, manejo de
emociones, (particularmente sexuales y agresi- Loeber, Stouthamer-Loeber, Van Kammen y
vas), procesamiento rápido de la información, Farrington (1989), postularon que las bajas pun-
búsqueda de novedad y dificultades para recibir tuaciones en agradabilidad y la conciencia, así
gratificaciones demoradas. Se ha relacionado como la conducta delictiva se relacionan con
con experiencias familiares, factores genéticos y un fallo en la adecuación en el control de im-
disfunciones en el mecanismo de neurotrans- pulsos (ego-control). En este mismo estudio los
misión cerebral de serotonina como mediador chicos que presentaron puntuaciones altas en
de la inhibición de conducta (Plutchik y Van conciencia y apertura y realizaron mejor las ta-
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reas académicas consideradas, presentando en tituye mediante la interiorización de la imagen


general mejor ejecución escolar. de si mismo fraguada en el espejo que nos de-
vuelven los otros y fundamentalmente aquellos
La impulsividad parece que implica veloci- que forman el entorno inmediato del grupo al
dad en la respuesta, alta emocionalidad y au- que se pertenece. Entre 0-2 años se fragua la
sencia de reflexividad asociada con motivacio- imagen corporal, de 2-5 se produce la concep-
nes primarias; todo ello naturalmente ción incipiente del yo y de 5-12 se nutre y con-
incrementa la probabilidad de aparición de con- solida una idea de si mismo que hace una crisis
ductas violentas. Por ello, la impulsividad ha en la adolescencia y que permanece a lo largo de
sido señalada como uno de los factores explica- la vida (Coopersmith, 1967). Una de las peores
tivos más potentes de agresión (Patterson, 1992) formas de frustración es la que el sujeto siente
y de otras variables análogas como hiperactivi- respecto a sus propios logros. Cuando la autoi-
dad, alcoholismo, suicidio y conducta adictiva magen es mala, la frustración más honda está
(Plutchik y Van Praag, 1989; Huang et al., 2001). servida. El resentimiento que produce el des-
Todas ellas pertenecen a la constelación de la contento consigo mismo es una de las fuentes
violencia y actúan como multiplicadores de la primarias de la agresión. Hay autores que con-
misma. sideran que la sobrevaloración de si mismo pue-
Un aspecto especial de la impulsividad es la de provocar el mismo efecto fundamentalmente
incapacidad que el sujeto tiene para diferir la en la infancia media, ya que se producen per-
gratificación. Esta característica se encuentra cepciones narcisistas que dificultan una buena
fuertemente asociada a la conducta delictiva y integración y el rechazo del grupo. Una serie de
violenta, desde los estudios de Erikson (1968) al trabajos han encontrado una relación entre au-
poner de manifiesto que los niños que, verbal- toimagen negativa y elementos que, a su vez,
mente y con acciones, tomaban la decisión de promocionan la agresión: es el caso de la de-
gastar inmediatamente el dinero obtenido pro- presión (del Barrio et al., 1994), con el rendi-
tagonizaban más acciones violentas y eran más miento académico (Bosacki, 2003) con la falta
quebrantadores de normas que aquellos que, de vínculos familiares (Simoms et al., 2001), fac-
por el contrario, eran capaces de acumularlo. tores que suelen aparecer frecuente y positiva-
mente correlacionados con agresividad.
La impulsividad juega un papel importante
en la estabilidad de los niños para inhibir la La relación indirecta del autoconcepto con
agresión durante las señales de castigo (Atkins, la agresión se encuentra también a través de las
Osborne, Bennett Hess y Halperin, 2001), al habilidades sociales. Los niños con un autocon-
tiempo que como conducta inhibidora de estra- cepto negativo presentan también pocas habili-
tegias de solución de problemas, induce a co- dades sociales (Alonso y Román, 2003) y éstas a
meter mayores errores y exagerar las atribucio- su vez inducen al rechazo y a su vez la agre-
nes hostiles (Dodge y Coie, 1987). sión.

Al lado de las características de la personali- Se han hallado relaciones significativas entre


dad que se muestran como estimulantes de la la baja autoestima y varias formas de conducta
agresión, existen dimensiones personales rela- exteriorizada, pero también se han hallado rela-
cionadas con su inhibición. Entre ellas se ha ciones entre una sobreestimación de la compe-
destacado especialmente la autoestima, la em- tencia y la conducta agresiva al menos durante
patía y la autoeficacia. la infancia media (Edens, 1999).
Graziano, Jensen-Campbell y Finch (1997),
con un conjunto de escalas de autoestima refe-
Autoestima ridas cada una de ellas a distintos dominios con-
cretos (académico, social atlético, aspecto físico
Este concepto se difunde con el psicoaná- y conducta), obtuvieron relaciones directas y
lisis y es, en su última raíz, una aceptación cons- significativas entre la autoestima social y las re-
ciente de los distintos aspectos del ego. Desde un laciones con los iguales de ambos sexos y entre
punto de vista evolutivo, la autoestima se cons- la autoestima académica y todos los dominios
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de ajuste evaluados (ajuste académico, relacio- gativamente con agresión (Carrasco y del Ba-
nes con los iguales, conducta en clase y relacio- rrio, 2002; Carrasco y del Barrio, 2003).
nes con el profesor).
Los niños con un alto sentido de eficacia
Otros datos interesantes al respecto aluden a para los recursos agresivos, manifiestan metas
que los niños rechazados-agresivos tienden a hostiles ante situaciones de represalia, mientras
sobreestimar sus niveles de aceptación y popu- que aquellos que presentan una alta eficacia
laridad entre sus compañeros de clase (Bu- percibida para los recursos prosociales, persi-
kowski, Sippola, Verlan y Newcomb, 1993; Ci- guen metas amistosas encaminadas a la resolu-
llessen et al , 1992) y que los profesores evalúan ción de problemas interpersonales (Perry, Perry
a los niños agresivos-rechazados, significativa- y Rasmussen,1986), muestran que la percepción
mente menos competentes social y conductual- de eficacia, actúa como un mediador sociocog-
mente que otros niños (Volling, MacKinnon-Le- nitivo en relación con los estilos de conducta
wis, Rabiner y Baradaran, 1993). agresiva o prosocial. Los sujetos que se perciben
ineficaces en las actividades académicas, las re-
En general, los niños agresivos son evalua- laciones interpersonales y en su capacidad para
dos como niños significativamente menos acep- resistirse a la implicación en actividades de ries-
tados, menos competentes y más desviados en go, presentan menores niveles de conducta pro-
relación con problemas de conducta que los ni- social y mayores niveles de síntomas depresi-
ños no agresivos. vos como hemos visto anteriormente (Bandura
Según Moore y Kikham (2001), los niños et al., 1996).
victimas de agresión en la escuela tienen una Igualmente Allen, Leadbeater y Aber (1990),
autoestima inferior a los que no son agredidos, observaron que los sujetos con baja eficacia per-
por tanto la autoestima es un protector contra la cibida de autocontrol, se implican más en acti-
agresión del otro. vidades de consumo de drogas, conductas se-
xuales de riesgo y conductas delictivas.
Autoeficacia Otros autores como Hoeltje, Zubrick, Sil-
burn y Garton (1996) han estudiado la relación
La autoeficacia es aquella característica per- de la autoeficacia percibida en adolescentes con
sonal mediante la cual el sujeto se percibe como diversas medidas de funcionamiento familiar,
capaz de llevar a cabo sus propósitos. Se dife- como estilo educativo parental, uso de reforza-
rencia de la autoestima porque no se refiere al dores, disfunción familiar y en relación con me-
concepto de sí, sino a la capacidad de resolución didas de ajuste, como problemas interpersona-
de problemas. Bandura ha estudiado detenida- les, consecución académica y puntuaciones en el
mente la autoeficacia y su repercusión en la vida cuestionario de psicopatología infantil de Ac-
emocional, cosa que mucho antes había señala- henbach en sus tres respectivas versiones au-
do Erickson, quien vio también la relación entre toinformada, padres y profesores (CBCL: Child
la autoeficacia y la agresión. Continuamente la Behavior Checklist; Achenbach; 1991a; 1991b;
frustración se relaciona con la agresión como ya 1991c). De sus resultados concluyen que los su-
hemos dicho; por tanto, si un sujeto es eficaz, su jetos con puntuaciones altas en autoeficacia tie-
habilidad en la consecución de metas le man- nen una actitud más positiva ante cualquier pro-
tendrá a salvo de situaciones frustrantes. Una blema relacionado con estas variables.
correlación negativa entre agresión y autoefica-
cia aparece consistentemente en todos los estu-
dios. Estos evidencian que los niños autoefica- Empatía
ces rinden más en la escuela, son más populares
con los amigos y presentan una mejor adapta- La empatía consiste en la capacidad de en-
ción social (Bandura, et al., 2001); exactamente tender los sentimientos del otro lo que conlleva
lo mismo se ha encontrado en niños españoles, conductas de ayuda. Se considera que es una
en donde la autoeficacia y el rendimiento co- de las bases de la comunicación interpersonal y
rrelacionan positivamente entre si y ambos ne- un instrumento potente para la inhibición de la
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agresión. Asimismo, se define como una res- El sujeto, por su inmadurez biológica, se nu-
puesta afectiva para la aprehensión y compren- tre dilatada e inmediatamente de los estímulos
sión del estado emocional del otro (Eisenberg et que encuentra en el seno familiar, pero éste, a su
al., 1996). En ciertos autores, además de la vez, elabora sus normas y obtiene sus recursos
aprensión cognitiva y afectiva se subraya la fa- de la sociedad y cultura que la alberga y la con-
ceta de sentir la necesidad de ayudar al que lo diciona (Wahler, 1996).
necesita. La empatía es la base de la conducta
altruista, que resulta incompatible con la agre- La familia es la trasmisora de las normas
sión al otro, justo lo que se considera una con- básicas de las conductas que resultan adecuadas
ducta prosocial, diametralmente opuesta a la para instalarse en el mundo eficazmente. El
agresión y la violencia, de manera que, cons- niño absorbe las normas familiares con una fa-
tantemente se ha estado encontrando una rela- cilidad sorprendente, posibilitada por un poten-
ción negativa entre empatía y agresividad. (Ban- te vínculo sentimental y la inmediatez y preco-
dura et al, 1996; Mestre et al., 2000; Del Barrio, cidad del contacto que son los elementos
et al., 2003). Como han mostrado todos los es- básicos del aprendizaje en la niñez. Piénsese en
tudios que se han realizado sobre el tema en el lenguaje, que consiste esencialmente en unas
muy diversas culturas. reglas de comunicación; el niño aprende aquel
que usa su familia mediante aprendizaje vicario
Concretamente, en población española se ha y en él se siente instalado básicamente a lo largo
encontrado repetidamente estos mismos datos de toda la vida, a pesar de que aprenda otros
que confirman el papel inhibidor de la empatía lenguajes más tarde. Algo muy paralelo ocurre
sobre la agresión (Carrasco y del Barrio, 2003). con el aprendizaje de cualquier norma.
La empatía en su doble dimensión cognitiva: La familia tiene una estructura y una fun-
percepción correcta de emociones, adopción de ción (del Barrio, 1998). La función es la sociali-
perspectivas) y afectiva (respuesta emocional zación y la estructura suele ser la nuclear (pa-
congruente) mitiga e inhibe la agresión (Eisen- dres e hijos), pero que puede tener muchas
berg, 1996). variaciones y, en los últimos tiempos, han proli-
ferado muchas y diferentes, que pueden ser más
Muchos autores señalan que una de las ra- o menos facilitadoras de su función.
zones por las que las chicas son menos agresivas
que los chicos se debe a sus altos niveles de em- La familia tiene tres funciones básicas: pro-
patía (Worthen, 2000) y las consecuencias que tección, alimentación y educación. Todas ellas
ello tiene en la capacidad de hacer amigos y se desarrollan en un proceso complejo que pue-
pertenecer a grupos, lo que a su vez genera ba- de llevarse a cabo porque hay una vinculación
jos niveles de agresividad. sentimental y una necesidad de integrar al suje-
to joven en un grupo social.

Factores sociales El “Apego” es un vínculo amoroso primario


que se establece entre el niño y la persona que lo
cuida en sus primeros años. Cualquier persona
Los elementos sociales pueden pertenecer
que cuide primariamente a un niño puede esta-
al microcosmos familiar o bien al mesocosmos
blecer esos lazos amorosos que se generan en el
o exocosmos que consideraremos a continua-
contacto precoz y continuado. El apego es el
ción.
más eficaz vehículo de la socialización. Alguna
vez lo hemos denominado “la autopista de la
socialización” por la rapidez que imprime a di-
Factores Familiares cho proceso. En el desarrollo moral y social
siempre hay un primer estadio elemental y bio-
Lo social tiene un ámbito muy vasto e inte- lógico de placer o displacer y un segundo, ya
ractivo pero no cabe la menor duda de que la fa- social, en el que el niño se mueve buscando con-
milia es el primer ámbito de la socialización in- tentar a las personas que quiere. Este es el gran
fantil. “haber” de la familia: sus vínculos afectivos. El
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apego, bien establecido, produce seguridad y fa- misivo se incluyen, por orden creciente el laissez-
cilidad para aprender, puesto que la actividad faire, la hiperindulgencia, el desafecto, el descuido
exploratoria del niño aumenta y con ella la rá- y el abandono. En el Autoritario, se encuentra el
pida absorción de los modelos socialmente perfeccionismo, la rigidez, la dureza, el rechazo y
adaptados (Zahn-Waller y Radke-Yarrow, 1990). el maltrato. Por último, el modelo Autorizado se
caracteriza por la atención, dedicación, afectuo-
En un estudio sobre este tema (Constantino, sidad, control, flexibilidad y disciplina.
1996), se muestra que la mayor parte de los niños
diagnosticados con conducta agresiva patológica Los niños sin problemas suelen tener este
muestran un apego inseguro, evaluado con el último tipo de crianza, siendo la negociación
“Test de la Situación ante el Extraño” de Ains- una de las conductas características en este tipo
worth; además todos ellos presentaban puntua- de familias (Schaffer, 1989).
ciones más altas en conducta exteriorizada en el
CBCL (Achenbach y Edelbrock, 1983); por el con- La calidad de las relaciones de crianza co-
trario el grupo control, con las mismas caracte- rrelaciona positivamente con nivel de adapta-
rísticas psicosociales, pero con apego seguro, pre- ción de los hijos, popularidad, competencia aca-
sentaba unas puntuaciones en conducta agresiva démica y calidad del grupo de amigos, y
y violenta significativamente más bajas. siempre negativamente con la agresión, como
muestran algunos estudios longitudinales (Xie et
Otro estudio longitudinal (Egeland et al., al., 2001). Naturalmente, en el reverso de la mo-
1993) ha mostrado que un apego inseguro entre neda encontramos que las malas relaciones con
seis meses y tres años es un buen predictor de la los hijos y el abuso, en cualquiera de sus formas,
agresividad escolar de esos niños a los nueve resulta ser un factor de riesgo importantísimo
años, sobre todo si se combina con hostilidad de la violencia en los jóvenes (Sanmartín, 1999).
materna. En esa misma dirección apuntan los Todo ello se complica aún más si el sexo es mas-
datos de Simons et al., (2001), que muestran culino y la clase social baja.
cómo el apego está mediando en el desarrollo de
características, tales como la cognición social y En población española hemos encontrado
la autoestima, al tiempo que también lo hace datos que apoyan estas tesis: los padres con una
con la agresión; de tal forma que los adolescen- crianza que da apoyo, controla la conducta de
tes con baja calidad de apego tienen también sus hijos y es flexible en las normas, produce
bajos niveles de cognición social, autoestima y efectos beneficiosos sobre cualquier tipo de
alta conducta agresiva. emociones, ira y agresividad incluidas (Roa y
del Barrio, 2002; Del Barrio y Aluja, 2004; Tur et
En la familia son especialmente importantes al., 2004).
los tipos de crianza que canalizan la sociali-
zación del niño. Entre todas las posibles combinaciones,
aquella que une el desafecto y la ausencia de
Así como el apego tiene su vigencia máxi- normas es la que produce consecuencias más
ma en los tres primeros años de vida, la vigencia desastrosas en el proceso de socialización, pues-
de la crianza dura hasta la adolescencia. La to que se contravienen las bases más profundas
crianza y los modelos educativos parentales, es- de la misma: la pertenencia a grupo y la asun-
tán unidos a un padre/madre/ hijo que potencia, ción de sus normas. En este tipo de estudios se
fomenta, o promueve todos los aspectos del cre- ha encontrado también que las madres que tie-
cimiento del niño, conduciendo y guiando la nen una alta desiderabilidad social provocan un
nueva vida a través del desarrollo personal, so- aumento de la conflictividad en los hijos (Roa y
cial y emocional. Dada la incidencia en los pro- del Barrio, 2003). Probablemente a la base de
blemas conductuales/y o emocionales del hijo, este fenómeno se encuentra un desajuste entre
resulta particularmente relevante conocer los expectativas y logros que siempre son fuente de
modelos educativos que utilizan los padres que frustración y, por tanto, de la probabilidad de
pueden incidir en estos problemas. aparición de la agresión.
Se han establecido tres grandes géneros: Per- Además de esa socialización sentimental, a
misivo, Autoritario y Autorizado. En el estilo per- la que venimos haciendo referencia, se da el
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aprendizaje social (Bandura, 1982). Los padres cultural. Así los sistemas educativos de los pa-
primero, los compañeros y los “ídolos” sociales dres, van a estar relacionados con el apoyo que
más tarde, proporcionan los modelos que se co- los padres reciben tanto de la familia como de
pian. El aprendizaje vicario tiene su época más los amigos, o de cualquier tipo de institución
activa entre los 0-4 años y tanto unos modelos social. La pertenencia a una determinada clase
como otros obtienen su influencia y su fuerza social está asimismo unida al nivel educativo
del cariño o la admiración, que son a su vez re- que, a su vez, está relacionado con el estatus de
alidades emocionales. trabajo parental y con las normas y valores de-
sarrollados por las distintas clases sociales. En
Otros elementos familiares son también de los últimos años, se achaca a la televisión el au-
gran relevancia. Ya, en el estudio llevado a cabo mento de la agresividad y violencia del niño; sin
hace años por Thomas et al., (1968), se aislaron embargo, también cabría pensar que lo que re-
unos elementos ambientales perturbadores que, almente hace este medio, es impedir la comuni-
esencialmente, se conservan y que hacen re- cación, los juegos y las discusiones entre pa-
ferencia a la interacción entre aspectos perso- dres-hijos, a través de las cuales se produce gran
nales y sociales. Para Baumrind (1967), tanto parte de la educación del niño (Bronfenbren-
aquellos padres que utilizan modelos educati- ner, 1974a) .
vos basados en el autoritarismo, como los que
utilizan métodos permisivos o indulgentes con En la misma línea Belsky (1984), considera
sus hijos, tienden, con frecuencia, a tener hijos que la educación del niño está determinada por
con comportamientos de tipo agresivo, con es- las características de éste, la de los padres y la
casa autoestima y alta impulsividad. Particular- del contexto en el que se mueven.
mente, las conductas de hostilidad y agresivi- En el análisis de los elementos familiares
dad que se dan en niños educados con un adquieren relevancia algunas características pa-
modelo autoritario, se deberían al exceso de cas- ternas especialmente peligrosas en relación con
tigo y al uso frecuente de técnicas de poder la aparición de agresión en el hijo. Como no po-
(Baumrind, 1967). Parece ser que las relaciones día ser menos, dado que el aprendizaje vicario
conflictivas padres-hijo que suelen darse en el es fundamental en el niño, la violencia paterna
modelo autoritario, son las que producen nive- es un gran factor de riesgo. Padres agresivos
les más elevados de conducta agresiva en el niño suelen tener hijos con esta misma conducta (Go-
(Sanders et al., 1992). Para otros autores, todas etting, 1994). En estudios observacionales se
las características del modelo autoritario, toma- aprecia, como el padre agresivo es poco afec-
das globalmente, se señalan como factores de tuoso con sus hijos (Burgental, Love, Kaswan y
riesgo para el desarrollo de la conducta agresiva April, 1975) y suele ser también una persona
y hostil del niño (Meeters et al., 1994). Sin em- desadaptada, incoherente, arbitraria y dada a
bargo, no falta quien considera que la hostilidad las explosiones de cólera. Este tipo de conducta
y la agresión se deben fundamentalmente al es- parece ser parte de un sistema familiar conflic-
caso o nulo apoyo afectivo que los padres ex- tivo donde los hijos están expuestos constante-
presan a sus hijos y niveles bajos de compro- mente a situaciones de violencia (Patterson,
miso en la educación (Maccoby y Martín, 1983). 1976). Por tanto, hijos con conducta antisocial,
suelen tener padres con este mismo problema
Bronfenbrenner (1979), desde una postura (Phares, 1996). A esto se añade el problema del
ecológica, propone la existencia de cuatro nive- alcoholismo paterno que, por otra parte, es pro-
les de sistemas ambientales diferenciados que bable que promuevan conductas antisociales,
son la base del desarrollo humano: el microsis- tales como agresividad y malos tratos (West y
tema, el mesosistema, macrosistema y exosis- Prinz, 1987).
tema, todos ellos interactúan entre si, pero afec-
tan al sujeto con una menor o mayor En el caso de la madre, las conductas emo-
proximidad. Basándose en la metáfora de la fa- cionalmente negativas representan el mayor fac-
milia como “ecosistema”, dicho autor, analiza tor de riesgo. Las madres depresivas perciben
las interrelaciones que se producen entre los mayor número de problemas de conductas, tan-
miembros de la familia y su entorno social y to interiorizadas como exteriorizadas, en sus hi-
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jos (Roa y del Barrio, 2003) lo que aumenta la las chicas. La explicación posible es que los chi-
crítica y la mala relación. Tallegen (1985) man- cos son más vulnerables biológicamente a un
tiene que la madre neurótica promueve expe- amplio rango de situaciones psicosociales (Eme,
riencias emocionales que son negativas para su 1979). No obstante, otra explicación puede ser
hijo. Para Belsky et al., (1995) las madres con ni- que los padres castigan con más frecuencia a
veles altos de neuroticismo se caracterizan por los chicos que a las chicas (Hetherington, Cox y
un modelo educativo carente de afecto y sensi- Cox, 1982).
bilidad hacia el hijo. Se puede decir que el neu-
roticismo materno predice ciertas caracterís- Los padres con desavenencias están menos
ticas negativas en la conducta del niño. comprometidos en la crianza y utilizan con ma-
yor frecuencia técnicas educativas basadas en la
Por el contrario, la extroversión materna ac- imposición y el uso frecuente del castigo (Kitz-
túa como un antídoto (Belsky, et al., 1995). Los mann, 1999). Parece que los problemas del niño,
estudios sobre este aspecto indican que las ma- en familias conflictivas, derivarían de los límites
dres con puntuaciones altas en extraversión, me- poco claros y las expectativas inadecuadas que
dida a través del (NEO-PI; MacCrae y Costa, estos padres, enfrascados en sus conflictos, tie-
1984) son más afectuosas, sensibles y cariñosas. nen de sus hijos (Patterson, 1982).
En cualquier caso, la extraversión materna está
unida a experiencias positivas (Tellegen, 1985). A pesar de que el divorcio puede ser una so-
En este sentido, podría interpretarse que la ex- lución positiva al destructivo funcionamiento
troversión materna esta considerada como un familiar, sin embargo, para los hijos, el periodo
factor inhibidor de problemas en el niño. Con- de transición que sigue a la separación o divor-
cretamente en población española se ha encon- cio es estresante. Durante el primer año, los ni-
trado una relación negativa entre extroversión ños de cualquier edad suelen tienden a sentirse
materna y agresión (Roa y del Barrio, 2002). depresivos, infelices ansiosos y socialmente ais-
lados. En niños de corta edad, se da con fre-
Otro de los elementos familiares relaciona- cuencia un aumento de las conductas de queja,
dos con la agresión infantil son las relaciones agresividad y negativismo, independientemente
matrimoniales. Para algunos autores estas re- del sexo (Hetherintong, Cox y Cox, 1982).
laciones son consideradas como el centro o el
corazón de la solidaridad y, por tanto, el ele- La revisión de 92 estudios, sobre este tema,
mento esencial que determina la calidad de la realizada por Amato y Keith (1991a) indican
vida familiar (Steger y Kotler, 1979). Se asume que los efectos del divorcio en el niño incluyen
que las relaciones matrimoniales afectan a la áreas como rendimiento escolar y problemas de
vida familiar a través de las interacciones que se conducta. Existen diferencias de sexo en la for-
establecen entre los padres y los hijos (Erel y ma de reaccionar ante la situación estresante
Burman, 1995). Según los estudios realizados del divorcio. Los chicos presentan conductas de
el desajuste matrimonial está relacionado con aislamiento social, se sienten más tristes y des-
problemas de conducta exteriorizada en los hi- dichados y con una autoestima muy baja (Kur-
jos. Los niños con padres que tienen este tipo de der, 1988), con un aumento de la conducta anti-
problema presentan más agresividad, delin- social (agresión, ira y hostilidad) en los
cuencia (Egeland et al., 1988) y hostilidad (Ke- adolescentes (Hetherington, Cox y Cox, 1977b) y
ring, 1995). Este tipo de conducta aumenta con un bajo rendimiento escolar (Allison y Fursten-
la edad, por lo que es más fácil encontrarlos en berg, 1989). Como siempre, en las chicas el nivel
los adolescentes (Jouriles et al., 1991). de agresividad y el descenso de rendimiento es-
colar es menos acusado (Rutter, 1983), aunque
El fracaso escolar se da con más frecuencia las alteraciones emocionales son mayores (Het-
en este tipo de familias, con lo que se acumulan herington, Cox y Cox ,1978). Aunque el divorcio
dos factores de riesgo agravándose el problema conlleva un factor de riesgo de aparición de
en el caso de los varones (King et al., 1995). La agresión, algunas variables pueden modular sus
respuesta del niño a las desavenencias matri- efectos: la edad del niño, el sexo y estatus socio-
moniales se modula en función del sexo. Los económico. Asimismo una buena relación con el
chicos reaccionan de forma más violenta que padre que detenta la custodia puede amortiguar
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el efecto que produce el divorcio (Wierson et al., malas relaciones entre los padres, descenso eco-
1989). nómico, la falta de tiempo y la sobrecarga labo-
ral. En estos casos, los recursos y la capacidad
Dentro de las distintas formas de estructura de supervisión descienden y con ello aparecen,
familiar, la que mayor relación guarda con la la indisciplina y los problemas de conducta, re-
agresión, es el hogar monoparental. La mayor sintiéndose también el rendimiento escolar.
parte de las veces esta situación se produce por Todo ello son factores que inciden en el hecho
abandono o por divorcio, y el hogar suele estar de que las tasas de agresión sean más elevadas
al cargo de la mujer. Por lo general, las madres en este tipo de familias (Pons y del Barrio,
que viven solas tienen un exceso de trabajo, que 1995).
deriva de ser cabeza de familia. Los horarios de
trabajo suelen ser muy dilatados o extensos con
lo que suele darse una ausencia de supervisión o
control de los hijos (Hetherington, et al., 1993), La Escuela
que hace que la madre tenga problemas con la
autoridad y la disciplina que, a su vez, va a tener Además de la familia, en el microcosmos del
repercusiones negativas para el niño. Los cui- niño se encuentra otro importante factor: la es-
dados y atención prestados a sus hijos suelen cuela. No solo los padres socializan a sus hijos,
ser muy bajos; su conducta es más hostil y más los maestros y los iguales son otro medio a tra-
restrictiva, la comunicación y sensibilidad hacia vés del cual los niños pueden adquirir conductas
el niño es menor que la que se da en otras ma- socialmente aceptables o inaceptables. Existe
dres que no se encuentran en estas circunstan- evidencia de que los niños con altos índices de
cias (Howes y Stewart, 1987). Como concluye agresividad son vistos por sus profesores como
Demo (1988), a la hora de imponer disciplina y niños difíciles (Cillessen et al., 1992; Bukowski,
supervisar la conducta del hijo, estas madres Sippola, Verlan y Newcomb, 1993) El fracaso
suelen tener problemas. Otras conductas infan- escolar suele ser una de las notas dominantes.
tiles que acrecentan su probabilidad, en familias Los niños agresivos son evitados por sus com-
compuestas monoparentales son la hiperactivi- pañeros, lo que les lleva al aislamiento social, a
dad, aislamiento social y bajo rendimiento aca- la frustración y a la búsqueda de compañeros
démico. Al llegar a la adolescencia existe la po- rechazados por las mismas razones.
sibilidad de caer en la marginación, al Normalmente, son estos niños rechazados y
implicarse en grupos donde el consumo de dro- constituidos en grupos, los que atacan y mal-
ga, la violencia y el vandalismo son la tónica tratan a otros compañeros en la escuela, fenó-
general, siendo los chicos los que tienen mayor meno al que hemos hecho referencia anterior-
probabilidad de riesgo en comparación con las mente (bullying). Según datos de la fundación
chicas (Hetherington y Parke, 1993). Santamaría (Valencia, Investigación sobre ni-
Las condiciones en las que viven los hijos ños escolarizados), el 30% de los niños aban-
de padre único se pueden ver paliadas por el donan sus estudios y el 84% de los niños dete-
apoyo de amigos o familiares que actúan como nidos por delitos con violencia presentan
factores moduladores. Las madres pueden en- fracaso escolar.
contrar apoyo material o psicológico que va a Todos los niños que han tiroteado a sus com-
repercutir en su autoestima, del mismo modo, el pañeros en la escuela y que han sido estudiados
niño se beneficia de las relaciones con otros fa- en USA tienen como denominador común el
miliares. La presencia de otros adultos en el ho- fracaso escolar y el no tener amigos.
gar facilita la supervisión y el control de la con-
ducta del niño y del adolescente, reduciendo el
índice de problemas (Dornbusch et al., 1987).
Clase social
En líneas generales, se supone que el divor-
cio, el abandono o la viudedad, no producen di- La sociedad proporciona a sus miembros un
rectamente efectos negativos en los niños, pero conjunto de recursos y un sistema de valores
sí las circunstancias que suelen acompañarlos: que condicionan muchas de las conductas de
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sus miembros y éstas varían en función de las 1993). La mayoría de las investigaciones reali-
distintas clases sociales. zadas en este ámbito coinciden en que la agre-
sividad y la violencia es superior en niveles eco-
Entre los recursos relacionados con la vio- nómicos bajos, en los que existe mayor
lencia hay que plantearse la carencia de ellos, es desempleo y menor nivel de estudios; igual-
decir, el tema de la pobreza. En líneas generales, mente en los estudios sobre victimización apa-
las clases sociales deprimidas acumulan factores rece reiteradamente un dato: las familias proce-
de riesgo que hacen que se produzca un incre- dentes de contextos deficitarios agreden más a
mento de las conductas violentas y agresivas, sus hijos y parejas.
las razones para ello son plurales y vamos a con-
siderar algunas de ellas. Como ha señalado McLoyd (1991), en una
extensa revisión sobre las desventajas socioeco-
En primer lugar, el nivel de educación es nómicas y el desarrollo infantil, las situaciones
más bajo, con lo cual los recursos de autocon- de pobreza predicen dificultades cognitivas,
trol son menores y los sujetos con poca educa- bajo nivel intelectual, bajos niveles de logro aca-
ción no tienen acceso a una profesión segura démico y un incremento de los niveles de pro-
desde un punto de vista económico. Por tanto, blemas socioemocionales. El nivel socioeconó-
la frustración es más alta, al igual que la tenta- mico condiciona variables tales como el logro
ción de tomar por la fuerza lo que no se puede escolar, las interacciones verbales entre padres e
conseguir de otro modo. hijos, las expectativas de los padres sobre el éxi-
to de sus hijos, el estado de salud, las actitudes
En un reciente trabajo Evans (2004) de- de los profesores, las relaciones afectivas positi-
muestra cómo los bajos ingresos correlacionan vas, los eventos estresantes vividos, así como
con un cúmulo de carencias de otro orden entre las estrategias de disciplina y control, todos ellos
las que hay que mencionar las siguientes: menos elementos mediadores que ejercen importantes
control de tareas escolares, más horas de televi- efectos sobre el óptimo desarrollo del niño.
sión, menos acceso a libros y computadores,
más familias rotas o desestructuradas, más vio- En aquellos estamentos de la población con
lencia en el hogar, menos responsabilidad pa- peores condiciones económicas la prevalencia
terna y más autoritarismo, menos seguridad po- de problemas de conducta ha sido superior en
licial en los barrios, peores escuelas, menos relación con otros niveles económicamente más
recursos de ocio controlado, entornos más rui- favorables (McLoyd,1991; Conger, Conger, El-
dosos y polucionados y peor salud. A todo ello, der, Lorenz, Simons y Whitbeck, 1993). Estos
se une el tamaño de la familia que, en el caso de autores han destacado tanto problemas exter-
encontrarse incrementada, aumenta los proble- nalizados (agresividad, impulsividad, hiperacti-
mas de control de la conducta de sus miembros vidad…) como internalizados (ansiedad, depre-
jóvenes, todo ello unido a la escasez de recursos, sión…) con un predominio de los primeros en
lo cual es todavía más grave cuando la madre, las clases sociales más desfavorecidas (McLoyd,
que está al cargo de estas familias es muy joven, 1991; McLoyd, Jayaratne, Ceballo y Bohórquez,
circunstancia, por lo demás, muy frecuente en 1994) entendiendo que esta situación actúa
estos casos (Rutter, 1998). Por añadidura en la como factor de riesgo al desarrollo de conductas
clase social baja es más fácil que se produzca el delincuentes.
desempleo, con la agravación de los problemas
económicos pertinentes y la aparición de las de- Otros factores mediadores que pueden ex-
savenencias matrimoniales frecuentemente ai- plicar el aumento de alteraciones emocionales
readas (Bronfenbrenner, 1958). infantiles en las clases sociales bajas, han sido
enunciados por McLoyd (1998), destacando los
Los padres de clase social baja utilizan con problemas de salud mental de los padres, los
frecuencia, en la educación de sus hijos, el cas- conflictos entre cada uno de los padres y el nú-
tigo y las prohibiciones. Como consecuencia de mero de eventos vitales negativos vividos, los
las condiciones negativas en las que se desen- cuales contribuyen a que éstos exhiban menores
vuelve su vida, los niños tienen más problemas conductas positivas en la interacción con sus
emocionales y conductuales (Conger et al., hijos (Conger, et al., 1993). Asimismo, el au-
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mento de prácticas disciplinarias inadecuadas y emocionales que los que no están en esta cir-
(coercitivas, inconsistentes, hostiles, dominan- cunstancia (agresividad, bajo nivel cultural, de-
tes…), la exposición a modelos adultos agresi- sordenes mentales o criminalidad).
vos, la falta de calor materno, valores agresivos
El pandillismo, que se asocia fuertemente a
familiares, falta de apoyo social y falta de esti-
la agresión juvenil, se ve potenciado por el ma-
mulación cognitiva, son factores que favorecen
yor o menor acceso a estos grupos que ofrecen
las dificultades emocionales (Dodge, Pettit y Ba-
los distintos barrios. Un dato al respecto: el 54%
tes, 1994).
de la agresividad en jóvenes se produce en el
Considerado todo ello en conjunto, no es seno de una banda.
raro que el bajo nivel económico tenga una co-
rrelación con la agresión (Dodge, Petit y Bates,
1994; Guerra, Huessmann, Tolan y Acker, 1995). Televisión
Hay que señalar, no obstante, que los estu-
dios realizados por Olweus (1984) no encontra- Algunos programas de televisión que inci-
ron relación entre el estatus socioeconómico de tan a la violencia pueden ser causa de un au-
las familias y el nivel de agresividad de los chi- mento de agresividad en el niño.
cos. Parece que más que la pobreza en sí mis- No es raro, hoy día, que los niños dispongan
ma, son los factores que están asociados con de televisión en su propia habitación. Los pa-
ésta los que incrementan el riesgo para la agre- dres, a veces, son muy permisivos y dejan que
sión (Dodge et al., 1994; Guerra et al., 1995). los hijos la manejen a su antojo, sin saber, en la
mayoría de los casos, los programas que sus hi-
jos están viendo. Esto se incrementa cuando los
Factores contextuales niños tienen TV en el dormitorio. Según las en-
cuestas, en España, el 33% de los niños tienen
No solo las variables personales y familia-
televisor propio y pasan más horas ante él que
res influyen en la conducta, también es impor-
en la escuela.
tante el influjo que ejercen las situaciones donde
los individuos se desenvuelven y realizan su vida A esto hay que añadir el problema del
social. Analizaremos en este epígrafe los facto- aprendizaje vicario, el 96% de los programas te-
res contextuales relacionados con la agresivi- levisivos incluyen temas más o menos violen-
dad: el barrio en el que se habita y el contenido tos, sólo el 4% son antiviolentos (Donnerstein,
de la TV. 2003).
Los trabajos de Eron (1963) son pioneros y
El Barrio especialmente interesantes por ser sus datos el
resultado de un estudio longitudinal. Se sostiene
Los barrios pobres o marginales concentran (Eron et al. 1973) que los niños que ven progra-
una gran cantidad de personas que carecen de mas violentos, y gustan de ellos, en la primera
recursos económicos, con alta densidad de de- infancia son mayoría, pero la influencia de esta
sempleo y con gran porcentaje de familias mo- afición en su agresividad en la vida real, así
noparentales, este hecho puede influir en la con- como su interés por la violencia televisiva en el
ducta agresiva del niño. Otro aspecto a tener en futuro depende de si el niño era o no agresivo en
cuenta es que, en el barrio, la conducta agresiva la infancia. Los que lo eran mantienen el gusto
del niño puede verse como un atributo muy en etapas posteriores, los que no lo eran no man-
apreciado. tienen esa afición; por otra parte, los niños agre-
sivos con gusto por la TV agresiva en la infancia
El efecto que produce en los hijos vivir en
son también más agresivos en edad adulta.
barrios marginales, considerados de alto riesgo
sobre todo en las grandes ciudades, ha sido es- Para explicar la acción de la TV sobre la apa-
tudiado por diversos autores (Rutter et al., rición de la agresión se recurre a varias teorías:
1979), quienes concluyen que dichos niños tie- en las cuales de destaca la “Identificación”
nen mayores tasas de desórdenes conductuales (aprendizaje vicario), la “Desensibilización” (que
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inhibe una respuesta de desagrado innata ha- La preferencia por juegos electrónicos vio-
cia la agresión) y una “Tercera variable”, referi- lentos parece asociarse con mayores problemas
da a las condiciones personales, temporales, fa- de conducta global y conductas interiorizada
miliares y ambientales donde el niño ve la TV. (problemas de pensamiento y ansiedad, depre-
sión) pero no en conductas externalizantes in-
Un trabajo reciente sobre este tema (Hues- cluidas la agresión. Según Funk, Hagan, Shim-
mann et al., 2003) muestra que los niños que ming, Bullock, Buchman y Myers (2002), los
ven TV violenta tienen una conducta más vio- niños con preferencia de juegos violentos pun-
lenta 15 años más tarde. Este fenómeno afecta túan más en todas estas variables que los que no
más a los hombres que a las mujeres. Por otra tenían esta preferencia. La explicación puede
parte, se ha de tener en cuenta también el grado encontrarse en un modelo de desensibilización,
de identificación que se produce con los perso- por el que la exposición a la violencia hace que
najes violentos y la percepción de realismo de la la percepción de la conducta propia de un niño,
ficción. Los individuos más jóvenes se ven más no sea percibida como agresiva. Por otra parte,
afectados que los adolescentes o adultos. En esta exposición puede promover una descone-
esta misma dirección apuntan los trabajos de xión entre las emociones normalmente asocia-
Meyers (2003). Además, la agresión futura co- das con los actos violentos (contracondiciona-
rrelaciona más fuertemente en aquellos sujetos miento o desensibilización).
que previamente tenían altos niveles de agre-
sión, tanto autoinformada como heteroinfor- Atendiendo a las consecuencias de los videos
mada; lo mismo que aparecía ya en los trabajos juego, Anderson y Bushman (2002) han pro-
de Eron, citados con anterioridad. Además, la puesto el General Agression Model (GAM) que
educación paterna y el éxito escolar son las va- consiste en diferenciar los elementos que inter-
riables que correlacionan negativamente con vienen en el proceso del aprendizaje de la vio-
más potencia, con ver TV violenta y con agre- lencia. Bajo este modelo se distingue, en primer
sión tanto en niñas como en niños. lugar, las variables de personalidad (actitudes a
Otro efecto indeseable de la violencia televi- la violencia, rasgos de hostilidad) y variables si-
siva es que los sujetos no agresivos incrementan tuacionales (exposición a la violencia real o mul-
su miedo a ser víctimas y este miedo les con- timedia) que interactúan para influir en el esta-
vierte en dianas de la agresión de sus compañe- do interno de los individuos: cogniciones
ros agresivos. (guiones agresivos, pensamientos hostiles), afec-
tos (sentimientos de hostilidad, ira) y arousal
Es evidente que la violencia de los medios de (tasa cardiaca, presión sanguínea) de manera
comunicación no es algo positivo, pero tampoco que todos ellos interactúan para producir la in-
se puede decir que sea la “causa de la violencia” terpretación de los individuos de un acto agre-
sin más, aunque sí un instigador de las formas sivo y la activación de los consiguientes proce-
de la misma. sos de toma de decisiones. Los videojuegos
Por si fuera poca la influencia de la televi- tienen efectos a corto y largo plazo; a corto,
sión, recientemente se han añadido los video- como una variable situacional que resulta en
juegos. La mayoría de los estudios presentan un incremento en las cogniciones, afectos y
problemas metodológicos y sólo obtienen medi- arousal y, a largo plazo, influyen en la promo-
das de la agresión a corto plazo. A pesar de esto, ción de creencias agresivas y actitudes creán-
la mayoría de los resultados coinciden en mos- dose esquemas agresivos, guiones conductuales
trar que los niños se muestran más agresivos agresivos y expectativas agresivas, tanto como la
después de ver o jugar con un videojuego vio- desensibilización a la agresión. Estos factores
lento (Funk, Hagan, Shimming, Bullock, Buch- sesgan la personalidad del sujeto hacia la agre-
man y Myers, 2002). sión, si bien hay pocos datos de los efectos de
los videojuegos a largo plazo.
Hay razones para pensar que los videojuegos
tienen un mayor efecto sobre la conducta vio- La relación entre videojuegos y agresión la
lenta que las películas, posiblemente por las ca- explica Kirsh (2003) con los siguientes argu-
racterísticas de realidad virtual que presentan. mentos:
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1. Los adolescentes son más agresivos y por Recientemente, se ha hallado una relación
tanto se sienten más atraídos por activi- entre el consumo de cocaina y descenso de la
dades de agresión. Más tarde la agresión capacidad de concentración y el consiguiente
decrece y esta preferencia también. descenso del rendimiento escolar. Otro dato
interesante hace referencia a que, los brotes es-
2. Los sujetos con altos niveles de arousal se quizofrénicos en adolescentes se consideran pre-
sienten más atraídos por imágenes vio- cipitados por la ingestión de drogas (Dodgen,
lentas. Esto ha sido puesto de manifiesto & Shea., 2000)
en sujetos con alta tasa cardiaca, altos
rasgos de búsqueda de sensaciones. En La relación de la droga con otras emociones
sujetos con alta hostilidad y elevados ni- relacionadas con la agresividad, como es la cul-
veles de adrenalina los niveles de agre- pa, la envidia, la vergüenza y los celos, han sido
sión son superiores y, por tanto, el video escasamente estudiadas; aunque la vergüenza y
juego les refuerza sus experiencias. la culpa, como emociones sociomorales, se han
asociado más directamente con la agresividad
El incremento de la agresión en la adoles- (especialmente la culpa se ha mostrado como
cencia temprana afecta al estado interno de las un inhibidor de la conducta antisocial, el consu-
variables del GAM reforzando e incrementan- mo de drogas y la conducta agresiva).
do las cogniciones afectos y arousal, reforzando
y creando afectos hostiles e incrementando el El incremento del consumo de sustancias
arousal relacionado con la agresión. Los video- psicoactivas en jóvenes, así como la tendencia a
juegos pueden ser más pronunciados en la ado- llevar a cabo esta conducta de forma precoz,
lescencia temprana que en la media y tardía tiene que alertar no sólo en relación con la sa-
adolescencia. El elevado arousal fisiológico ex- lud, sino también con la posibilidad de un in-
perienciado en los adolescentes tempranos inte- cremento mayor de la agresión.
ractúa con el estado interno de arousal causado
por la violencia de los video-juegos para crear
así un nivel acumulativo de excitación interna Factores de protección
que es mayor que en la adolescencia media y
tardía, resultando en más conducta agresiva. La Considerados en su conjunto, los elementos
toma de decisiones está en función del nivel de sociopersonales relacionados con el incremento
desarrollo: en la adolescencia temprana los in- de la agresión y la violencia en los individuos jó-
dividuos toman decisiones más impulsivas, con venes nos dan las pistas tanto de los factores
poca evaluación cognitiva durante las situacio- que permitan la posibilidad de prevención de
nes de carga emocional, en cambio, en la ado- la misma, como de aquellos que resultan escu-
lescencia tardía, la toma de decisiones llegará a dos protectores contra su aparición.
ser más racional y evaluativa.
Como las condiciones naturales no son cam-
biables, tendremos que centrar los esfuerzos en
los elementos educativos que pueden llegar a
Abuso de Sustancias producir, mediante el hábito, modificaciones in-
cluso en estructuras que antes eran considera-
Se sabe que el alcohol, es un buen predictor das como inmutables.
y un precipitante de la conducta violenta, prin-
cipalmente en hombres. La comorbilidad entre En primer lugar, se advierte que hay que in-
abuso de drogas y psicopatología predice mejor crementar la convivencia entre padres y niños
la conducta violenta en las mujeres que en los pequeños para que la formación de fuertes lazos
hombres (Nagin,.& Tremblay, 2001). afectivos se refuerce y que ello haga posible la
trasmisión de valores de socialización en la pri-
En cuanto al resto de drogas ilegales, pode- mera etapa de la vida que es, por otra parte, la
mos decir que predicen la conducta violenta más receptiva para la formación de hábitos que
tanto en hombres como en mujeres (Dodgen, & encaucen la tendencia egoísta en la que se for-
Shea, 2000). jan la mayor parte de las conductas agresivas.
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Por otra parte, hay emociones y actitudes ños. Los valores que se comunican a través de
que resultan incompatibles con la violencia. En- los ídolos, los modelos de ficción, las metas a
tre ellas destacan: la empatía, la generosidad o conseguir, que son las que los niños absorben a
la autoestima. Todas ellas son los grandes inhi- través de los videojuegos, el cine y sobre todo la
bidores de la agresión y eso se consigue sólo en televisión, deben ser adecuadas al fomento de
una comunicación individualizada y cálida, es conductas no violentas.
decir, en el seno de una familia.
Si queremos jóvenes esforzados, afables,
Junto a esto, cada familia tiene que tener competentes hay que transmitirles el esfuerzo,
perfectamente claro que una relación afectuosa la afabilidad y la competencia, con ello conse-
es el clima ideal, una cualidad que no tiene nada guirán lo que deseen de la vida sin necesidad de
que ver con la permisividad. El mundo familiar agredir, pero para que estos fines sean posibles
debe ahornar la conducta de los niños, esto se se requiere parafrasear la famosa sentencia “
lleva a cabo estableciendo unas normas de con- Cada sociedad tiene los jóvenes que se merece”.
vivencia claras y el control de su cumplimiento.
Asimismo, deben ser instituidos hábitos de
esfuerzo, nada de lo verdaderamente valioso es Referencias
gratis. La educación de la persona es la tarea
ineludible de los padres y no puede ser de nin- Achenbach, T. y Edelbrock, C.S.(1983). Manual for
guna manera delegada. the Child Behavior Checklist and Revised Behavior
Profile. Burlington: University of Vermont.
En segundo lugar, habría que considerar el
apoyo social a las familias que acumulen facto- Achenbach, T.M.(1981a). Manual for the Child Be-
res de riesgo para que puedan optimizar los há- havior Checklist and 1991 profile. Burlington,
bitos de crianza y evitar el conflicto familiar V.T.: University of Vermont, Department of Psy-
con la ayuda de expertos que actúen en los mo- chiatry.
mentos concretos en el contexto familiar. Es evi- Achenbach, T.M. (1981b). Manual for the Younth
dente que retirar la patria potestad es una deci- Self.Report and 1991 profile. Burlington, V.T.: Uni-
sión drástica a la que sólo habría que llegar en versity of Vermont, Department of Psychiatry.
casos extremos y que hay un camino intermedio
que todavía está sin explorar y cuyo coste social Achenbach, T. y Edelbrock, C.S.(1987). Manual for
debemos asumir cuanto antes. the Youth self report and profile. Burlington: De-
partment of Psychiatry University of Vermont.
En tercer lugar, todos los datos apuntan a
que el fracaso escolar es un caldo de cultivo de Akiskal, HS. y McKinney, WT. (1975). Depressive di-
la violencia. La detección precoz y prevención sorders: Toward a unified hypothesis. Science,182,
de los problemas de aprendizaje, la vigilancia 20-28.
de las tareas escolares por parte de los padres y
el apoyo en las dificultades de integración de Alonso, J. y Román, J.M. (2003). Educación familiar y
todo tipo es una meta imprescindible. La admi- autoconcepto en los niños pequeños. Madrid: Pi-
nistración tiene el papel sobre todo de adecuar rámide.
los sistemas de enseñanza, de tal modo, que se Allison, P.D. y Furstenburg, F.F. (1989). How marital
combata el fracaso escolar, no bajando el listón dissolution affects children: variations by age and
para todos, sino elevando el nivel de ejecución sex. Development Psychology, 25, 540-549.
de los individuos que tienen dificultades escola-
res. El profesor tendrá éxito en esta labor, si tra- Allen, J., Leadbeater, B. y Aber, J. (1990). The rela-
baja con sujetos que son personas y que se for- tionship of adolescents expectations and values to
man como tales en el seno de la familia. delinquency, hard drug use, and unprotected se-
xual intercourse. Development and Psychopatho-
Por último, la sociedad debe tomar concien- logy, 2, 85-98.
cia absoluta de que hay que tener una permisi-
vidad cero ante la violencia. Es la presión social Allport, G. W. (1937). Personality: A psychological in-
y no las leyes las que deben actuar sobre los ni- terpretation. New York: Holt.
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