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Ética Profesional

RESUMEN SOBRE “LA OBLIGACION”

Facilitador(a): Bony Suriel


ROSELY ALT. GRULLON | 2019-1343
RESUMEN SOBRE “LA OBLIGACION”
Obligación es aquello que una persona está forzada (obligada) a hacer. Puede
tratarse de una imposición legal o de una exigencia moral. Por ejemplo: “Pagar
los impuestos es una obligación de todos los ciudadanos”, “Si quieres seguir
trabajando para nosotros, tienes la obligación de llegar puntual todas las
mañanas”, “Ayudar a los más necesitados es una obligación de todos los que
tenemos la suerte de tener trabajo”.
Dentro del ámbito del Derecho, existe lo que se conoce por el nombre de obligación
jurídica. Este es un término que se emplea para referirse a la relación o vínculo
jurídico que se establece entre dos personas, una acreedora y una deudora. Al estar
unidas se hace vital que esta última tenga que llevar a cabo el cumplimiento de una
prestación a la primera.
Las obligaciones también pueden asociarse a preceptos religiosos. En este caso,
no es la ley la que castiga el delito, sino el dios o la institución religiosa. Los judíos
tienen la obligación de no comer cerdo, mientras que los cristianos tienen la
obligación de no tener relaciones sexuales antes del matrimonio.
Las obligaciones pueden provenir de la propia conciencia o moral. Si una persona
descubre que un amigo está en problemas, puede sentir que está obligado a
ayudarlo y dejará de hacer lo que está haciendo para ayudarlo.

Definición de Obligación Moral


Una persona es una persona concienzuda, es decir, desde un punto de vista moral,
reflexionará sobre su comportamiento y cuestionará si su comportamiento es
correcto. Todos tenemos valores personales que se convierten en el código del
comportamiento correcto, que es la brújula que distingue el bien del mal. Estos
valores morales marcan el nivel teórico del comportamiento, pero la vida es práctica,
a veces el ser humano encuentra oposición entre el nivel teórico y el
comportamiento práctico diario.

Imponer obligaciones personalmente


La gente piensa que debe ser fiel a estos estándares para ser verdaderamente feliz.
Esto conduce a la conciencia de las obligaciones morales, es decir, a la necesidad
de ser consecuente y consecuente con esos valores personales.
La importancia de la convivencia entre razón y sociedad.
Por otro lado, también existen normas sociales que promueven la convivencia social
y la armonía en los grupos. En este caso, el cumplimiento de estas normas sociales
también responderá a obligaciones morales. De esta manera, la razón y el
conocimiento se convierten en el razonamiento mediante la acción correcta, es
decir, el valor del deber, que ilumina la voluntad. La obligación moral simplemente
se refiere a la presión que la razón ejerce sobre la voluntad.

CONCIENCIA MORAL
Como indica el núcleo del hombre, el hombre es un gran hombre. Una de las
características humanas es la intimidad. En otras palabras, la capacidad de todos
para pensar correctamente sobre el comportamiento. La conciencia moral muestra
la integridad moral del ser humano, es decir, el buen comportamiento se puede
distinguir a través del juicio racional.

Por el contrario, así como actuar puede conseguir un fin, lograr la bondad es un fin
en sí mismo, porque realizar buenas acciones hará que quienes se sientan
tranquilos y satisfechos con sus comportamientos se sientan felices. Desde una
perspectiva social, la conciencia moral muestra la importancia del respeto a los
demás.
La sociedad también juega un papel muy importante en la construcción de la ética
social, porque la educación es uno de los medios más importantes para formar
personas. El conocimiento es una visión de libertad y una visión de reflexión moral.
Los humanos tenemos el don de la libertad.

En otras palabras, tiene la capacidad de realizar buena voluntad, pero también


puede haber mala conducta. Lo importante es que, desde un punto de vista ético,
las personas son responsables de las consecuencias de sus acciones, para que
sean buenas haciendo las cosas y puedan reparar el daño causado por
determinadas fallas.

La conciencia
Esta es la realidad de la experiencia: todos usan acciones para juzgar si lo que han
hecho está bien o mal. Este conocimiento de la propia conducta es conciencia, y la
inteligencia humana comprende el llamado primer principio de acción: para hacer el
bien y evitar el mal, no podemos hacer a los demás lo que no queremos que nos
hagan a nosotros. Nosotros, el intelecto (o la conciencia), hacemos juicios sobre
comportamientos específicos; por lo tanto, los comportamientos de conciencia son
juicios que aplican estos primeros principios a comportamientos específicos.

La moralidad
Esta es la cualidad del comportamiento humano, lo llamamos bueno o malo. Es un
término relacionado con la calidad del comportamiento humano. El término
"inmoralidad" se usa para personas que carecen de un sentido de responsabilidad
moral. Dado que la palabra "inmoralidad" significa mal moralmente, significa un
comportamiento con cierta calidad moral. Si hay una clara oposición a la
inmoralidad, entonces la palabra moral implica bondad moral.

Moralidad subjetiva
La conciencia moral consciente en el conocimiento que tenemos o debemos tener
las normas o reglas morales; es la facultad que nos permite darnos cuenta si
nuestra conducta moral es o no es valiosa. Existen dos posiciones fundamentales
que explican la naturaleza de la conciencia moral: la innatista y la empírica.

La posición innatista afirma que la conciencia nace con el individuo, es una


capacidad propia de la naturaleza humana. Se afirma, por ejemplo, que la capacidad
para juzgar lo bueno y lo malo de una conducta es un don divino, o, es
un producto propio de la razón humana, la misma que descubre a priori el sentido
del bien y del mal.

Clases de conciencia
La conciencia sociológica abarca todo nuestro "yo", lo que nos permite darnos
cuenta de nuestra propia existencia como entidad individual y la existencia de los
demás y del mundo material que nos rodea, como algo fuera de nuestro "yo".

Por otro lado, la conciencia moral conoce el valor moral, es decir, sabe qué hacer y
qué no hacer, y por tanto puede distinguir el bien del mal.

La conducta obligatoria
La conducta moral es una conducta obligatoria conforme al deber, es decir, el
individuo se haya obligado a comportarse de acuerdo a una regla o norma de acción
y a evitar los actos prohibidos por ella. La obligatoriedad moral impone deberes al
sujeto. Toda norma establece un deber. El carácter social de la obligación moral,
viene dado por las siguientes razones: en primer lugar, existe obligatoriedad moral
para un individuo cuando sus decisiones y sus actos afectan a los demás, o a la
sociedad entera; en segundo lugar, lo obligatorio de un acto no es algo que el
individuo establece, sino que lo encuentra ya establecido, en una sociedad dada u
en tercer lugar, las normas morales, no son modificadas por cada individuo, sino
que cambian de una sociedad a otra; por tanto el individuo decide y actúa en el
marco de una obligatoriedad dada socialmente.

El deber moral
El deber es la obligación moral que la afecta a cada persona y que se fundamenta
en obrar según los principios de la moral, la justicia o su propia conciencia. En ética,
el deber es comúnmente asociado con conciencia, razón, rectitud, ley moral y virtud.
De acuerdo a la moral general puede haber las siguientes clases de deber: deberes
del individuo para con la nación, deberes militares, deberes del trabajador o
empleado, deberes familiares, deberes humanos etc.

De acuerdo a la moral especial pueden considerarse los siguientes: los deberes


para con Dios, los deberes del hombre para consigo mismo y los deberes para con
el prójimo.
Conciencia Psicológica
La conciencia psicológica es un darse cuenta de la presencia de sí mismo; de las
cosas y los hechos que se encuentran fuera del yo, y de la reflexión resultante de
los propios actos y de las realidades existentes en el mundo que le rodea.

El juicio moral

La conciencia moral, como justa de nuevos actos, sólo puede darse cuando somos
actos humanos voluntarios, los actos en los que ha intervenido la liberación de la
acción. No puede haber tribunal de conciencia cuando los actos realizados han sido
obligados por una autoridad o por una acción coercitiva de agentes ajenos a
nuestros mismos.

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