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Observe que no sólo afirma que el Señor caminaba en el huerto, sino que “…
oyeron el sonido de los pasos de Dios caminando…”. Éste es el punto, Dios se
encontraba físicamente presente en el huerto. Sin importar la forma que este
asombroso sonido adoptara, Adán y Eva podían oírlo.
Ellos oían a Dios, pero hacían algo más que eso, conversaban y tenían comunión
con Él.
Ése era el plan del Señor para el ser humano. Es lo que Él siempre ha deseado:
estar cerca de Sus hijos, deleitarse en ellos y que ellos se deleiten en Él.
Dios quiere permanecer cerca de nosotros, anhela que lo escuchemos y que
vayamos corriendo a Su amorosa presencia.
Dios le otorgó a Adán y a Eva todo lo que pudieran necesitar o desear. Sin
embargo, también les entregó algo más: una opción. Les dio libre albedrío para
elegir acercarse o no al árbol de la vida; a fin de participar de Su bondad.
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Acérquese a la sabiduría
En ese capítulo, leemos que los beneficios de la sabiduría son mejores que los de
la plata y del oro.
Se nos enseña que es más valiosa que las piedras preciosas. Larga vida, riquezas
y honra le pertenecen a quien es diligente en buscar la sabiduría del Señor.
Así como Adán y Eva, nosotros también poseemos la habilidad de buscar con
diligencia y acercarnos al árbol de la vida.
Búsquelo a Él
El árbol de la vida es la fuente de todo lo que Dios tiene reservado para nosotros.
No hay poder alguno en sólo querer que los mejores y más altos anhelos de Dios
se manifiesten.
Sin embargo, existe una riqueza de bendiciones para disfrutar aquí y ahora,
cuando busca a Dios a cada instante de su vida.
Acérquese a lo correcto
No obstante, se supone que debe existir una gran diferencia entre el tipo de cosas
que los creyentes buscamos.
cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas
estas cosas» (Mateo 6:31-32).
Porque “…su Padre celestial sabe que necesitan todas estas cosas” (Mateo
6:32,[Traducción libre de New American Standard]).
Por esa razón, sólo debemos acercarnos y alimentarnos del árbol de la vida.
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Conéctese a la Palabra
Ésta es una de las principales formas en las que usted puede experimentar, de
manera personal y poderosa, su comunicación diaria con Dios.
¿Qué se nos enseña en Mateo 6:33? Que busquemos, nos dirijamos y nos
esforcemos por alcanzar primero todo Su reino y Su justicia —la forma en que
Dios hace las cosas—.
Mientras más conozca los caminos de Dios y más alinee su vida y sus actitudes a
éstos, más lo sorprenderán las bendiciones del Señor; pues se está alimentando
del árbol de la vida.
Apéguese al Plan
Nuestra labor es mantenernos cerca del árbol de la vida, a fin de que podamos
comenzar a comprender de qué se trata el plan.
Y si no ha buscado el plan que Dios tiene para usted, se está perdiendo la mejor
parte.
Todos le creemos a Dios para recibir cosas en el futuro, y no hay nada de malo en
ello; lo malo es no valorar lo que ya se nos ha dado o quejarnos por lo que
aún no hemos recibido.
No escuche las dudas que el diablo trata de utilizar, a fin de llenar su mente con
temor y desesperación.
Recuerde que Dios no obra por la murmuración, sino cuando usted se acerca con
fe: «Pero mi justo vivirá por la fe. Y si se vuelve atrás, no será de mi
agrado» (Hebreos 10:38, Nueva Versión Internacional). Además de ser
agradecidos, debemos ser pacientes.
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En Lucas 8:15, Jesús nos declara que la buena tierra produce fruto con paciencia.
Si buscar la voluntad de Dios y vivir de acuerdo con ésta no demandara paciencia,
cualquiera podría lograrlo.
Y creo que estaría de acuerdo con que es mucho más atractivo ser paciente y
esperar recibir lo mejor de Dios que actuar apresurados y truncar Su
voluntad: «Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más
altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros
pensamientos» (Isaías 55:9).
La voluntad de Dios no es sólo un buen plan, ¡es el mejor plan! Y vale la pena
esperar por su cumplimiento.
El Padre descendía por Su libre albedrío para caminar con Sus hijos.
Ellos no tenían que suplicarle para que descendiera, pues era Su idea.
Anhelaba acercarse a ellos tanto como pudiera; y hoy en día, aún continúa siendo
Su deseo: manifestarse a Sus hijos y acercase a ellos, a fin de que busquen Su
compañía.
Cuando usted conoce a una persona cuya esencia es la bondad, observe que ésta
se agrada en hacerle el bien a los demás; de igual manera se agrada el
Señor: «Pero en cuanto a mí, el acercarme a Dios es el bien; he puesto en
Jehová el Señor mi esperanza, para contar todas tus obras»(Salmos 73:28).
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«Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por
Dios sabiduría, justificación, santificación y redención» (1 Corintios 1:30).