Está en la página 1de 4

BENEMERITA UNIVERSIDAD AUTONOMA DE

PUEBLA.
FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS SOCIALES.
LICENCIATURA EN CIENCIAS POLITICAS.
HISTORIA DE LOS ESTADOS UNIDOS

KAREN PAOLA MARTINEZ MARTINEZ


Nº 28
 Durante 12 años, el régimen de Saddam violó 16 resoluciones de Naciones Unidas
en torno al desarme. Sin embargo, durante esos años Irak fue contenido y en ocasiones
castigado por transgredir las disposiciones de la ONU, por ejemplo, a través de bombardeos
aéreos ante la violación iraquí de la zona de exclusión aérea

En septiembre de 2002, en su discurso ante la Asamblea General de las Naciones


Unidas, Bush expuso su preocupación sobre Irak. Remarcó que su país se enfrentaba al
desafío de grupos criminales y regímenes ilegales que, junto al terrorismo, amenazaban la
seguridad común. Agregó que los peligros provenían de un régimen y solicitó la
colaboración del Consejo de Seguridad para trabajar en las resoluciones necesarias para
desarmar a Irak. Pero aclaró que Estados Unidos actuaría sólo si el Consejo no lo hacía.
Una semana después, antes de enviar una resolución al Congreso, advirtió que, si el
Consejo de Seguridad no trataba el problema de Irak, Estados Unidos lo haría “le he dicho
al pueblo americano que ocurrirá...Si las Naciones Unidas no actúan y si Saddam no se
desarma, Estados Unidos liderará una coalición para desarmarlo.

El giro definitivo en la cuestión Irak se produjo el 28 de febrero, cuando el


Secretario de Prensa de la Casa Blanca, anunció que el objetivo de Estados Unidos de
Norteamérica no era simplemente el desarme de Irak sino que ahora incluía el cambio de
régimen. El 5 de marzo de 2003, Francia y Rusia anunciaron que bloquearían cualquier
resolución que autorizara el uso de la fuerza contra Hussein. El día siguiente, China declaró
que adoptaría la misma posición. El Reino Unido reflotó una propuesta de compromiso,
pero los cinco miembros permanentes del Consejo no se pusieron de acuerdo. De cara a una
seria amenaza a la paz y la estabilidad internacional, el Consejo de Seguridad se paralizó.

El 20 de marzo las fuerzas de la coalición, encabezadas por Estados Unidos, Gran


Bretaña y España, iniciaron acciones militares contra el régimen de Saddam Hussein,
violando las normas del derecho internacional que proscriben el uso de la fuerza (Art. 2, 4
de la Carta de Naciones Unidas). De esta manera, Bush cumplía lo que en enero había
prometido ante el pueblo norteamericano: “Estados Unidos no depende de las decisiones de
otros”. Esta frase coincide con lo sostenido por (Kennedy, P. 2003): “la impresión general
que últimamente da Estados Unidos es que no nos importa lo que piensa el resto del
mundo. Cuando necesitamos ayuda - para perseguir a terroristas, congelar activos
financieros y habilitar bases aéreas a las tropas estadounidenses, jugamos con el resto del
equipo; cuando no nos gustan los planes internacionales, nos damos media vuelta”.

Con o sin aprobación de Naciones Unidas, Estados Unidos de Norteamérica atacaría


Irak. Fundamentalmente por dos razones: Estados Unidos se arrogó el poder de atacar
primero de acuerdo a su Estrategia de Seguridad Nacional. Su rol de única superpotencia
mundial le permitió adoptar una política de aún por sobre el Consejo de Seguridad que es el
encargado de reglamentar el derecho de recurrir al uso de la fuerza armada. Irak era para
Estados Unidos uno de los objetivos en la lucha contra el terrorismo internacional y la
proliferación de armas de destrucción masiva. En segundo lugar, porque Estados Unidos,
en su condición hegemónica, busca consolidar su poder y evitar que su supremacía sea
disputada por otros Estados. Como sostiene (Russell, 2003; p.7): “lo que estamos
discutiendo es esencialmente el rol de Estados Unidos de Norteamérica en el mundo y
distintas formas de ejercicio de poder”. Después de todo, la política se define como la lucha
por el poder y por los recursos para aumentar ese poder. La presencia de Estados Unidos en
Medio Oriente es esencial para preservar el actual statu quo y los intereses norteamericanos
en la zona. Así lo indicaba (Brzezinski, 1998; p. 40) hace unos años, “Eurasia es el tablero
en el que la lucha por la primacía sigue jugándose”. Este es el objetivo estratégico de
Estados Unidos de Norteamérica.

Desde un punto de vista geopolítico, esta historia fue un gran error de Estados
Unidos de Norteamérica. Ayudó a Irán, no a Israel. La invasión y ocupación convirtió a
Irak en un Líbano

Hay quien dice que Washington se ve motivado por la necesidad de garantizar que
el petróleo siga llegando a los consumidores norteamericanos, lo cual explicaría su interés
en Asia Central, el Próximo Oriente, y otras regiones del globo. En realidad, Norteamérica
depende en gran medida de sus fuentes de energía doméstica y de Venezuela, principal
fuente de importaciones petrolíferas de Estados Unidos de Norteamérica. El 15% del
petróleo importado procede de África. De lo que trata todo esto es de cómo los beneficios
de las grandes corporaciones pueden verse aumentados enormemente vendiendo energía a
quienes carecen de ella y de vencer a China y a Rusia en la carrera por hacerse con el
control de las reservas de gas y petróleo de Asia Central y la cuenca del Mar Caspio.

BIBLIOGRAFIA.

http://www.elpais.com/comunes/2003/guerrairak/escenario.html

declaraciones del Presidente Bush ante la Asamblea General de las Naciones


Unidas, septiembre de 2002, en

http://www.whitehouse.gov/news/releases/2002/09/20020912-1.html

También podría gustarte