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“¿ES LA APLICACIÓN DEL PRINCIPIO PERSECUTORIO DEL

NEGOCIO UN ARMA EFICAZ ANTE LA SIMULACIÓN O


FRAUDE A LA LEY POR PARTE DEL EMPLEADOR EN EL
PROCESO LABORAL PERUANO?”

La relación asimétrica de poder que existe entre el trabajador y el empleador no solo


está presente en el desarrollo de la relación laboral, sino que se evidencia al momento
que el trabajador pretende ejecutar una sentencia judicial favorable. Es común que las
sentencias que reconocen créditos laborales, aún estando revestidos estos créditos con el
privilegio de primer orden que le otorga la Constitución Peruana, se tornan declarativas
cuando el empleador se desprende de su patrimonio por simulación o fraude a la ley,
con la finalidad de sustraerse de su obligación de pago.
Muchas veces los trabajadores se han encontrado con que sus ex_empleadores han
transferido todo o parte de sus bienes a otra persona natural o jurídica, incluso han
dispuesto de aquellas herramientas con las que se desarrolló la actividad laboral, a veces
en forma onerosa y otras en forma gratuita como los anticipos de herencia; sin embargo,
en estos casos muy pocas veces el trabajador invoca la aplicación el principio
persecutorio del negocio bien por desconocimiento ó bien por la compleja realidad que
hace imposible la probanza de la existencia de simulación o fraude a la Ley, logrando
así el empleador su cometido de utilizar al tercero para burlar a los créditos laborales, lo
que atenta contra principios bases del Derecho Laboral como son el principio de
irrenunciabilidad de los derechos laborales, el privilegio del que gozan este tipo de
créditos, la ajenidad del negocio, y la vinculación personal y patrimonial que se
establece entre el trabajador y el empleador en una relación laboral, dada su naturaleza
tuitiva.
El carácter persecutorio de los bienes del negocio se encuentra reconocido en nuestra
legislación laboral a través del D. Leg. 856, y conforme al Art. 3 inciso b) de dicha
norma legal basta que “En los casos de extinción de las relaciones laborales e
incumplimiento de las obligaciones con los trabajadores por simulación o fraude a la
ley, es decir, se compruebe que el empleador injustificadamente disminuye o
distorciona la producción para originar el cierre del centro de trabajo o transfiere
activos fijos a terceros o los aporta para la constitución de nuevas empresas, o cuando
abandona el centro de trabajo…” para que se cumpla el supuesto de la norma y el
trabajador pueda afectar el bien y eventualmente rematarlo para hacerse cobro de su
acreencia laboral, para ello el trabajador debe aportar los medios probatorios necesarios

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y el Juez Laboral debe enfocarse en determinar si la transferencia de los bienes del
empleador a un tercero se ha efectuado por simulación o fraude a la Ley, girando en
torno a ello la actividad probatoria pudiendo recurrir incluso a prueba indiciaria, que le
permita concluir en la ineficacia de la transferencia, sin que sea necesario que el
trabajador recurra a un proceso previo de declaración de nulidad de acto jurídico, y ello
es así porque la acción persecutoria tiene por finalidad perseguir los bienes del
empleador por constituir la garantía para el pago de las acreencias laborales1.
Con la finalidad de hacer más viable la aplicación del principio persecutorio del negocio
y apremiar los bienes del empleador, resultaría necesario (de lege ferenda) que el propio
D. Leg. 856 establezca algunos supuestos en los que deba entenderse que las
transferencias resultan ineficaces por Fraude a la Ley como el hecho de que la
disminución patrimonial sea durante o posterior a la generación del crédito laboral, que
sea a título gratuito, o que siendo a título oneroso se transfieran bienes a personas
naturales que tengan cierta vinculación familiar o comercial con el empleador ó que
tratándose de personas jurídicas sus accionistas estén relacionados con éste, supuestos
éstos donde se presuma legalmente la existencia del perjuicio a los trabajadores
invirtiéndose así la carga de la prueba, teniendo el empleador que acreditar que además
de los bienes de los que ha dispuesto, existe otros igualmente realizables para cubrir las
acreencias laborales puestas a cobro. Mientras ello no ocurra le seguiremos imponiendo
al trabajador la pesada y difícil carga de aportar todos los medios probatorios necesarios
para acreditar la existencia de simulación o fraude a la Ley en las transferencias que
realice su empleador, lo que resulta a veces un camino tedioso y empedrado teniendo en
cuenta la informalidad de nuestro mercado laboral, en el que el trabajador labora para su
empleador pensando durante toda la vigencia de la relación laboral que el local, la
maquinaria, equipos etc. que componen el centro de trabajo son el respaldo de sus
acreencias laborales, mientras que al cese ó estando ya en curso un proceso laboral se
encuentre recién con la ingrata sorpresa que los “medios de producción” utilizados por
su empleador para la generación de riqueza fueron transferidos a terceras personas y
éstas probablemente a otras más.

Mg. Cecilia Izaga Rodríguez


Ch. 18.06.2007

1
HUERTA RODRÍGUEZ HUGO, El Carácter Persecutorio de los Créditos Laborales,
Primera Edición, Lima – Perú, Editorial RODHAS, 2003, p. 97.
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