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Enunciado:
Vamos a trabajar en este TP con el caso de la compañía alemana de tecnología Siemens,
retomando y ampliando la información presentada sobre la misma en las lecturas del
módulo. Esta compañía, con sus casi 180 años de vida, es un gran testimonio de la
evolución, impacto y proyecciones de la tecnología para la resolución de necesidades
humanas y organizacionales.
Siemens arrancó como un emprendimiento o startup, fundada en Berlín por Werner Von
Siemens, con un equipo inicial de solo 10 personas, en el año 1847. Para esta compañía,
170 años de historia superando desafíos económicos, sociales, políticos y tecnológicos,
se explican fundamentalmente por un espíritu innovador incubado desde los orígenes y
un conjunto de características o valores esenciales que han perdurado a lo largo del
tiempo y las nuevas generaciones. Según la historia oficial que la misma compañía relata
en sus manuales, es la combinación entre curiosidad científica y acción empresarial la
nota predominante que les ha permitido construir una organización exitosa a través del
tiempo, dominando la cadena de valor global de la industria eléctrica. Y todo ello, con
una fuerte vocación internacional para llegar a mercados externos al país de origen, aun
desde épocas bien tempranas de su existencia.
El mundo, con Europa como epicentro, comenzaba a tener una dinámica inusitada y se
necesitaban de manera imperiosa mejores comunicaciones, tanto para la
correspondencia entre personas y organizaciones como para el creciente despliegue de
las líneas ferroviarias y la transmisión de noticias a través de los medios de prensa. Es la
telegrafía eléctrica, desarrollada con múltiples aportaciones e impulsada especialmente
por la simplificación de la codificación lograda por el francés Morse, la tecnología que
viene a dar respuesta desde Siemens.
Previo a la segunda Revolución Industrial, el éxito en la comercialización de la telegrafía
eléctrica que Siemens logró en distintas partes del mundo, sentó las bases de una nueva
era en materia de comunicaciones, casi similar a lo que veremos con la introducción de
Internet a finales del Siglo 20. El cambio de paradigma que durante varias décadas se
fue consolidando en el marco de esta primera Revolución Industrial tuvo múltiples
manifestaciones y la primera tecnología de telegrafía eléctrica, fue una de ellas. Y es
aquí donde el rol de Siemens cobra valor histórico: siempre las nuevas tecnologías
requieren del coraje y habilidad empresarial para llevarlas a instancias masivas y
modelos comercializables en distintas partes del mundo.
Advirtiendo de forma creciente que las nuevas tecnologías digitales harían realidad el
principio de producir masivamente, pero con crecientes capas de personalización para
abastecer a segmentos de mercado específicos, Siemens direccionó buena parte de sus
esfuerzos e inversiones para llegar en 1996 a lo que denominó “Totally Integrated
Automation” (TIA), plataforma tecnológica para integrar todos los elementos de las
operaciones de producción en cualquier industria, colocando los aspectos de hardware
y software en un solo tablero. Es decir, Siemens hace posible que las empresas puedan
aprovechar al máximo las nuevas tecnologías digitales al ponerlas en un entorno
(plataforma) en el que es fácil gestionarlas y tomar decisiones en base a los datos que
generan acerca de todos los aspectos de la producción.
A partir de este hito de 1996, Siemens siguió mejorando su plataforma TIA y generando
innovaciones tecnológicas adicionales, hasta llegar a su hito más reciente: en 2016 crea
“MindSphere”, el primer sistema operativo de Internet de las Cosas (IoT) abierto y
basado en la nube. Con esta tecnología, una empresa puede conectar todos los
artefactos dotados de conectividad a través de sensores, en un solo tablero que permite
su aprovechamiento y optimización. Es decir, una de las tecnologías claves de la Cuarta
Revolución Industrial, como es la llamada Internet de las Cosas, vuelve a encontrar en
Siemens un actor protagónico capaz de ofrecer una solución que acerque esa tecnología
al mundo de los beneficios concretos para la productividad y rentabilidad de las
empresas. Gerd Tacke, ex CEO de Siemens, años atrás en una celebración de aniversario
de la empresa, lo expreso con claridad: “Para nosotros, la tecnología no es un fin en sí
mismo. Medimos nuestro desempeño técnico contra el progreso que ofrece a nuestros
clientes y, más allá de eso, a personas en muchos países del mundo”.
Video ilustrativo: