El reciclaje viene siendo desde la década de los noventas, una forma

de darle uso de nuevo a diversos materiales que las sociedades

emplean con la finalidad de disminuir los niveles de contaminación por
los desechos excesivos que no solo contaminan por reacciones
químicas que pueden emitir como por ejemplo las latas de
desodorantes en aerosol o los químicos de aceites, combustibles y
gases que se expelen hacia la atmosfera, sino también porque pueden
servir para abonar la tierra, para generar nuevas materias primas
como en el caso del plástico, para que la vida marina no sufra por las
cantidades de plástico que se arrojan al mar y terminan por “atrapar”
peces que sufren, entre otros ejemplos de las ventajas que ofrece la
tendencia de reciclar que aunque lleva ya más de dos décadas todavía
no es una práctica constante o común.
Y es que por ejemplo la ropa que usamos en la cotidianidad de
nuestras vidas no es ajena a la posibilidad de ser reciclada ya que
grandes cantidades de prendas se emplean en diversas regiones del
mundo y se desechan rápidamente debido a factores como por
ejemplo que cambien las estaciones de clima en algunas regiones del
mundo, pero también es un factor de cambio, el hecho de que las
prendas de vestir responden a ser cambiadas debido a las tendencias
que la moda establece.
Este último factor puede ser percibido como algo superficial (y en
efecto, lo es) sin embargo en sociedades como por ejemplo la
Norteamericana o Europea, influye sobre medida este elemento. Lo
que hace que las personas entren en el mundo del consumismo,
llevando a que sus prendas de vestir se empleen pocas veces y
desechándolas con los correspondientes “cambios de colecciones” y
así se generan alrededor de “ciento veinte mil libras de ropa que ya no
se usa por semana” según lo que se muestra en el video: “The Clothing
Waste Crisis: How Our Shopping Habits Are Hurting the Planet”

Para este problema se plantean soluciones como por ejemplo la generación de

conciencia respecto a los hábitos de consumo de las personas para que en efecto,
no se consuma tantas prendas que no van a ser utilizadas más de dos veces,
además de incentivar ideas como la adquisición de prendas en reciclaje. Esta
última propuesta es la más difícil de llevar a cabo ya que debe lidiar con las ideas
de rechazo que genera el uso de prendas de vestir que no se han adquirido
nuevas en las grandes tiendas que se dedican a comercializar en abundancia.
Por otro lado persiste el problema de que hacer con las grandes cantidades de
prendas que se entregan para reciclar ya que aunque existen (en el caso de los
Estados Unidos) organizaciones que se dedican a la selección y re organización
de prendas de vestir para ser repartidas de nuevo; no hay claridad sobre como
poder entregar estas “donaciones” o si por el contrario se deben vender a precios
muy bajos para países que requieren este apoyo, como lo muestra el video en la
región africana de Kenia.

Sin embargo la administración Trump decidió en el año 2018 colocar algunos

aranceles este proceso por lo que Kenia optó por parar y no seguir empleando
estas prendas de vestir. Pero el problema no es solo colocar aranceles ya que de
raíz se puede identificar que la problemática responde al concepto denominado:
“fast fashion”. Concepto que sirve para denominar los cambios rápidos en las
colecciones que tanto diseñadores como almacenes tienen y que ante un mercado
de consumidores consumista, se genera que las prendas de vestir no cumplan
siquiera con un tiempo de uso medio.

Muchas de las prendas que las personas creen reciclar terminan en campos de
basura siendo incineradas; muchas de las fibras con las que se producen estas
ropas son sintéticas y a base de materiales plásticos que al quemarse van a
originar gases que afectan y contribuyen al deterioro de la capa de ozono. Las
quemas de prendas de vestir responden a la gran cantidad por semana que llegan
a estos campos de recolección. Por lo que esta práctica que puede solucionar el
problema inmediato, genera otra problemática incluso con mayor afectación para
todo el mundo como lo es el deterioro de la capa de ozono.

Luego entonces el reciclaje es apenas un primer paso pero se requiere seguir

trabajando en cambiar la mentalidad de las personas respecto a que el fast
fashion no siga siendo una tendencia que manipule el uso y compra en masa de
las sociedades ya las prendas no se les está dando un uso prolongado ni tampoco
se está permitiendo que regiones del mundo que pueden necesitar esta clase de
apoyo lo tengan, así que la solución real es cambiar la mentalidad y entender que
las prendas no pueden ser entendidas como algo de desuso inmediato sino que
ha sido diseñadas para acompañar durante un ciclo determinado de uso a las
personas.
 RECYCLING CLOTHES
Recycling has been since the nineties, a way of reusing various
materials that societies use in order to reduce the levels of pollution
due to excessive waste that not only contaminates by chemical
reactions that can emit as well as For example, aerosol deodorant
cans or chemicals for oils, fuels and gases that are expelled into the
atmosphere, but also because they can be used to fertilize the land, to
generate new raw materials such as plastic, so that marine life do not
suffer from the amounts of plastic that are thrown into the sea and end
up fish that suffer, among other examples of the advantages offered by
the trend to recycle that although it has been going on for more than
two decades is still not a constant or common practice .
And it is that for example, clothes that we use in the daily life of our
lives is not alien to the possibility of being recycled since large amounts
of garments are used in various regions of the world and are quickly
discarded due to factors such as changes in the weather seasons in
some regions of the world, but it is also a factor of change, the fact that
clothing responds to being changed due to the trends that fashion sets.
This last factor can be perceived as something superficial (and indeed
it is), however, in societies such as North America or Europe, this
element influences to a large extent. What makes people enter the
world of consumerism, leading to their clothing being used seldom and
discarding them with the corresponding “collection changes” and thus
generating around one hundred and twenty thousand pounds of
clothing that no longer It is used per week ”according to what is shown
in the video:“ The Clothing Waste Crisis: How Our Shopping Habits Are
Hurting the Planet ”For this problem, solutions are proposed, such as
generating awareness regarding the consumption habits of the people
so that in effect, so many garments are not consumed that they will not
be used more than twice, in addition to encouraging ideas such as the
acquisition of garments in recycling. This last proposal is the most
difficult to carry out since it must deal with the rejection ideas
generated by the use of garments that have not been acquired new in
the large stores that are dedicated to marketing in abundance. On the
other hand, the problem persists of what to do with the large quantities
of garments that are delivered for recycling, since although there are
(in the case of the United States) organizations that are dedicated to
the selection and reorganization of garments to be distributed again;
There is no clarity on how to deliver these “donations” or if on the
contrary they should be sold at very low prices for countries that
require this support, as shown by the video in the African region of
Kenya. However, the Trump administration decided in 2018 to place
some tariffs on this process, so Kenya chose to stop and not continue
using these garments. But the problem is not only to place tariffs since
at its roots it can be identified that the problem responds to the concept
called: ”fast fashion”. Concept that serves to name the rapid changes
in the collections that both designers and warehouses have and that in
the face of a consumer market of consumers, it is generated that the
garments do not even comply with an average wear time. Many of the
garments that people believe they recycle end up in garbage fields
being incinerated; Many of the fibers with which these clothes are
produced are synthetic and based on plastic materials that when
burned will cause gases that affect and contribute to the deterioration
of the ozone layer.
The burning of clothing responds to the large amount per week that
arrive at these collection fields. Therefore, this practice, which can
solve the immediate problem, generates another problem with even
greater impact on everyone, such as the deterioration of the ozone
layer. Then recycling is just a first step but it is required to continue
working on changing people mentality regarding fast fashion not
continuing to be a trend that manipulates the use and mass purchase
of societies and garments are not being used. Giving prolonged use
nor is it allowing regions of the world that may need this kind of support
to have it, so the real solution is to change the mentality and
understand that the garments cannot be understood as something of
immediate disuse but rather that it has been designed to accompany
people during a certain cycle of use.