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SEGUIMOS DESPLAZADOS

Aunque con el acuerdo de paz firmado entre el estado y la guerrilla de las F.A.R.C.
(Fuerzas armadas revolucionarias de Colombia) se proponía que los flagelos del conflicto
terminaran, aún nos encontramos ante diversas situaciones que persisten y que sobre
todo afectan la sensación de haber alcanzado la paz y que la democracia contemplada en
la Constitución de 1991 se preservara luego de más de cuarenta años de conflicto bélico
con organizaciones terroristas y narcotraficantes.
Una de estas situaciones adversas que aún persisten en nuestra sociedad (y va en
detrimento claro de la democracia en su concepto de permitir a los integrantes de una
comunidad la elección de representantes que garanticen su bienestar) es el
desplazamiento, que desde la antigüedad ha hecho parte de los grupos humanos y este
es uno de los puntos que hace de este fenómeno una característica natural y normal por
lo que para la sociedad Colombia en ocasiones pasa desapercibido.
Es decir, el ser humano en un principio fue nómada y como tal se desplazaba por diversas
regiones en búsqueda de mejores condiciones para que pudiese sobrevivir a las
inclementes condiciones de un territorio o del clima. Pero con estos mismos
desplazamientos los grupos humanos pudieron encontrar mejores condiciones para su
existencia por lo que pasaron de este fenómeno de desplazamiento constante a procurar
una vida que fuese mucho más sedentaria y así se daría paso a la agricultura, a la
posesión de la tierra, a las primeras nociones de organización social como el feudalismo,
el comercio y demás.
Pero, con esto surgieron algunas problemáticas de tipo social y convivencial, como el
desplazamiento forzado, que es la acción de sacar bajo amenazas o bajo la presión de la
violencia a un grupo de personas de sus terrenos, una práctica que se ha dado en varios
países del mundo y que deja como resultado que tanto la agricultura como la vida en los
centros urbanos se modifique. En Colombia podemos encontrar miles de ejemplos de
campesinos que tuvieron que salir de sus casas, cultivos, terrenos, costumbres y demás
porque grupos armados como la guerrilla de las F.A.R.C. amenazaron y violentaron a
estas personas, haciendo que se fueran en búsqueda de protección a los centros
urbanos. La toma insurgente a la población de Bojaya en el departamento de Choco, es
tan solo un ejemplo de cómo sus pobladores tuvieron que soportar un ataque terrorista
que incluso tratando de resguardarse en la iglesia del pueblo, no encontrarían protección
por que armas no convencionales (cilindros de gas con metralla) se emplearon para
asesinar a los campesinos que allí se refugiaron o por ejemplo la masacre de El Salado
una pequeña población que en el año 2000 tuvo que soportar una cruel matanza que duró
al menos cuatro días y que termino con el desplazamiento de más de 250 familias
campesinas (Según datos encontrados en la revista Semana)
“Un triste ejemplo para ilustrar las dificultades que en Colombia se ha tenido para
generar un proceso de organización de los movimientos sociales, lo constituye
la masacre de Trujillo (Valle) que, según la Comisión Nacional de Reparación y
Reconciliación, se llevó a Cabo entre 1988 y 1994 con más de 200 muertos.”
Tomado de Democracia Participativa en Colombia Un Sueño Veinte Años Después. Pág.
33 Guzmán Rendón Alejandro. Universidad de Caldas 2010
Lo anterior ilustra desde una evidencia de un hecho real como esta clase de actos que
van en contra de la integridad de un pueblo afecta también su democracia en tanto la
posibilidad de conformación de grupos de representación ante la coacción que en este
caso el desplazamiento por medio de la violencia genera.
Este fenómeno del desplazamiento es algo que para nosotros puede pasar desapercibido
o incluso considerarlo solo como un evento histórico, pero imaginar solamente la zozobra
que debe significar la idea de tener de un momento a otro que abandonar sus
pertenencias, su lugar de residencia, sus enceres y demás junto con tener que empezar
prácticamente de cero en un sitio nuevo, con otro clima, en donde no se conoce a nadie,
en donde no hay familiares, en donde se desconocen las costumbres. Son circunstancias
que hacen pensar que la vida no es para nada sencilla bajo este fenómeno.
El escritor colombiano Alfredo Molano en su obra Desterrados plasma algunos ejemplos
de historias que se caracterizan precisamente por el desplazamiento y sobre todo por la
frustración que significa tener que dejar de lado todo lo que conecta a una persona con su
identidad regional, con su cariño de familia, con sus recuerdos o con un sinfín de
elementos que las personas quienes ejercen y someten al desplazamiento no tienen en
cuenta. Por ejemplo:
“Resulto ser un señor vecino de por ahí, al que con malos tragos al que le dio por
montarnos la por desplazados, era una broma pero toda broma tiene su veneno…”
Tomado de Desterrados, Molano Alfredo. Editorial Norma.
En las anteriores líneas tomadas de la historia Osiris compilada en el texto de Molano, se
evidencia como los “desplazados” tan solo por el hecho de llegar a un nuevo territorio se
ven abocados a maltratos que hacen de su estancia en un nuevo lugar una experiencia
traumática en la que muchas personas no logran un buen nivel de aceptación con lo que
se originan otros problemas de tipo social que pueden desencadenar en situaciones como
el consumo de drogas, la prostitución, empleo subnormales entre otros.
En Colombia el desplazamiento ha sido y seguirá siendo una problemática muy grave que
en los centros urbanos casi que ni importa ya que para las personas del común este
evento no repercute en la cotidianidad y la comodidad de la urbe. Tanto así que al
firmarse los acuerdos de paz no se pensó en las soluciones a esta situación como por
ejemplo la restitución de tierras, políticas de protección por parte del estado a los
campesinos, garantizar la seguridad y devolver las tierras robadas por los grupos
armados a los campesinos que por derecho han trabajado por varias generaciones estos
territorios y que también es un factor de afectación al modelo de democracia que se
estipulo en la constitución de Colombia; una perspectiva que sugería una solución a esta
problemática es:

“Se requería buscar alternativas para reconciliar la relación abajo-arriba, pero sin
un consenso de todos los actores y la consolidación de movimientos sociales,
porque sencillamente la democracia representativa no podría ser la vía, y debía
buscarse una alternativa: la democracia participativa”
Tomado de Democracia Participativa en Colombia Un Sueño Veinte Años Después. Pág.
34 Guzmán Rendón Alejandro. Universidad de Caldas 2010
Luego entonces dentro de este fenómeno del desplazamiento forzado el conceso de los
factores violentos armados que como el caso de El Salado llevaron a que se diera “una
fiesta de sangre” como lo describe la revista Semana en un portal web y por ende
encaminar los esfuerzos para que la relación de distanciamiento de toda índole que llevo
a que estos actos de violencia se dieran, en esencia el acercamiento y la concertación
serían los caminos para evitar que fenómenos como estos se den de nuevo en Colombia.
Por último es importante que dentro de estos caminos de conciliación que eviten la
repetición de masacres, desplazamientos o actos que atenten no solo contra el concepto
de democracia sino contra la humanidad de las personas que componen todo el pueblo
de Colombia, somos hermanos de patria, una familia que no debería ser sometida, por
ello es valioso el aporte de Antonio Elizalde en tanto un cierre que este orientado al
diálogo para el respeto:
“Sólo el inclaudicable respeto a la diversidad de los
innumerables mundos que habitan en el ancho mundo de América Latina
garantiza que esa autonomía no se confine al jardín de las utopías. Sólo el
fomento y la articulación de estas diversidades en un proyecto político
democrático, desconcentrador y descentralizador puede potenciar los recursos
sinérgicos indispensables para la decantación de un desarrollo a la medida del
ser humano."
Tomado de Democracia Representativa y Democracia Participativa. Elizalde Hevia
Antonio. Universidad San Francisco de Asís 2000.
Luego entonces el desplazamiento más que problema debe abordarse como una
oportunidad de mejoramiento que le permita nuevas políticas de estado, resarcir su
anteriores equivocaciones y que por ejemplo una reforma agraria se pudiese generar de
manera tal que se pueda repartir los terrenos de forma equitativa para evitar en el futuro,
desigualdad que despierte la envidia entre hermanos de la misma patria y por ello
acciones armadas se realicen dejando como resultado continuar con este antecedente
histórico que en realidad no ha permitido que nuestro país avance, sino que por el
contrario lo ha mantenido frenado desde hace muchos años.

Bibliografía:
- Democracia Participativa En Colombia Un Sueño Veinte Años Después.
Guzmán Rendón Alejandro. Universidad de Caldas 2012.
- Democracia Representativa y Democracia Participativa. Elizalde Hevia
Antonio. Universidad San Francisco de Asís 2000.
- Desterrados. Molano Alfredo Editorial Norma 2000.
En la Web:
- Fiesta de Sangre: Así fue la masacre de El Salado
https://www.semana.com/nacion/articulo/masacre-de-el-salado-como-la-planearon-y-
ejecutaron-los-paramilitares/557580

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