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LA MISIÓN COMPARTIDA EN TIEMPO DE COVID-19

Fraternidad Misionera Franciscana santa Clotilde, Río Napo1.

El Espíritu “llama a la Vida Consagrada a elaborar nuevas respuestas... nuevos


proyectos de evangelización para las situaciones de hoy” (VC, 73).

Hasta en nuestras comunidades más remotas se deja sentir el ambiente desolado y triste
que ha invadido a todo el mundo, por la pandemia del Coronavirus. Solamente el
silencio del río, los árboles, la lluvia, la fuerza del sol y la luna, el canto de las aves, los
animales del bosque y los espíritus de la Selva, continúan empujando la claridad del día
y la espesura de la noche en nuestra Querida Amazonía. Solamente la naturaleza
contempla de cómo todos los que actualmente vivimos en estas tierras ancestrales nos
hemos sentido obligados a bajar nuestro ritmo de vida para ver si con este silencio,
aislamiento y lejanía de unos con otros, podemos vivir un poco más en este mundo, del
cual nos hemos olvidado por mucho tiempo.

Ciertamente nuestra sociedad ya vivía en una crisis. Estábamos avanzando demasiado


rápido y a toda costa, hasta el punto de no importarnos el bienestar de la humanidad y
de la creación entera. Vivíamos corriendo en un inmenso túnel oscuro demasiados
acelerados, que no sabíamos dónde y cómo íbamos a terminar. Esta crisis, de la cual
todos éramos víctimas, nunca la quisimos abordar por miedo u omisión. Sin embargo,
este pequeño virus nos ha hecho tocar nuestra fragilidad y vulnerabilidad, poniendo al
descubierto las grandes crisis que siempre hemos tenido y que estuvieron afectando a
los más pobres del mundo, incluyendo la madre tierra. Ahora, porque nos afectan a
todos sin distinción alguna, le hemos puesto atención. ¡Qué manera de llevarnos a
reaccionar! Un microscópico virus ha detenido el tiempo, para escuchar nuevamente el
grito de nuestra población y darnos cuenta que las comunidades siguen siendo víctimas
de la ya mencionada crisis socioambiental, y ahora también víctimas de la pandemia del
COVID 19.

1
Fray Jaime Marreros Tananta OFM, Fray Pedro Palomino Casazola OFM y Fray Francisco Javier
Miranda OFM, forman la fraternidad Misionera Santa Clotilde perteneciente a la Provincia Franciscana
de los XII Apóstoles del Perú, dentro del Vicariato Apostólico san José del Amazonas. Dicha fraternidad
atiende pastoralmente a las 112 comunidades extendidas en las cuencas de los ríos Napo, Curaray,
Arabela y Tambor; y son autores de la presente reseña, escrita a partir de la visita pastoral a las
comunidades que junto a los Equipos Misioneros llevaron a cabo desde el 20 al 30 de abril del presente
año en medio de la cuarentena nacional.

1
Santa Clotilde 13 de mayo del 2020
Ésta situación vuelve a revelar los grandes problemas que las poblaciones olvidadas
padecen desde hace décadas atrás, pero hoy más que nunca se hacen más visibles,
poniendo en evidencia las desigualdades sociales que siempre han existido en nuestro
país. A estos pueblos se les ha “acostumbrado” a vivir siempre de promesas políticas,
engaños y olvido por parte del Estado y autoridades locales. Pues es inconcebible que a
estas alturas, muchas poblaciones no puedan acceder a una salud integral, a una
educación de calidad, a una digna alimentación, a un sistema de agua potable para su
consumo, a tener luz eléctrica las veinte y cuatro horas del día, a un sistema de
comunicación eficaz, a vivir en su ambiente natural sin ser explotado ilegalmente y a
otras necesidades básicas para sobrevivir.

La causa del reino de Dios proclamada por Jesucristo nos invita a realizar la Misión
Evangelizadora de la mano con la promoción humana2 que desde las culturas
amazónicas no es más que el fortalecimiento del “Buen Vivir” de sus comunidades 3; y
conforme a lo que la Iglesia nos pide en este contexto histórico provocado por la
pandemia del coronavirus, nos sentimos impulsados a fortalecer la sinodalidad del
Puesto de Misión Santa Clotilde, sumando nuestros carismas e instituciones a cargo,
para llegar juntos donde solos o individualmente no podemos llegar4.

De esta manera, recorrimos en cuatro Equipos Misioneros integrados por las áreas de
Salud, Educación, FECONAMNCUA (Federación de comunidades Nativas del Medio
Napo, Curaray y Arabela) y Parroquia todas las comunidades del Distrito del Napo y
Distrito de Torres Causana, buscando en primer lugar informar y concientizar a las
autoridades y comuneros sobre la crisis y consecuencias de esta pandemia en la Salud,
Educación, Economía y otros ámbitos locales; haciendo énfasis en la organización
interna, con el fin de que ellas mismas establezcan normas de convivencia para el
cuidado y prevención del COVID, priorizando el cuidado de los niños y personas más
frágiles y vulnerables, respetando la inmovilización temporal en el río, la vigilancia
permanente para que gente foránea no ingrese a sus comunidades, la creación de una
comisión para la compra y venta de productos en las comunidades más cercanas o en las
lanchas autorizadas, preparación de espacios de aislamiento para recibir a familiares y
otros comuneros desplazados de Iquitos, Lima u otras ciudades; y finalmente, se les
motivo a seguir su ritmo productivo manteniendo y cultivando sus chacras, además de la
crianza de animales para su consumo familiar y local, para que su economía de
supervivencia no se vea afectada por la crisis.

2
Cfr. Amazonia: Nuevos caminos para la iglesia y para una ecología integral. Documento preparatorio
del Sínodo de los Obispos para la Asamblea especial sobre la Región Panamazonica 8 de junio 2018. No.
8
3
Cfr. Amazonía: Nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral. Documento Final.
Asamblea especial para la Región Panamazónica. No. 6
4
Cfr. Amazonía: Nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral. Documento Final.
Asamblea especial para la Región Panamazónica. No. 39

2
Santa Clotilde 13 de mayo del 2020
La experiencia de estos días en las localidades nos ha hecho constatar que nuestras
comunidades siempre han adolecido de estas necesidades básicas para su sobrevivencia
que perjudica su desarrollo local. Una de las problemáticas más fuertes con las que las
comunidades se enfrentan en tiempos de COVID-19 es la desinformación por falta de
medios de comunicación eficaces, la salud y alimentación precarias convirtiendoles en
personas vulnerables y frágiles ante esta pandemia por los altos índices de desnutrición;
y el flagelo del dengue, la malaria y otras enfermedades. Otro elemento que afecta la
salud es el consumo desmedido del alcohol que termina perjudicando diferentes
aspectos de la vida personal, familiar y comunitaria. Además siguen siendo víctimas de
madereros, dragueros ilegales y comerciantes de pescado y carne que se aprovechan de
su situación de pobreza. Más aún siguen corriendo el riesgo que las aguas de los ríos y
cochas se contaminen por derrames petroleros provocados o por accidentes. En el
ámbito educativo, vuelven a ser excluidos de un sistema que no ha tomado en cuenta la
realidad amazónica, pues en la llamada educación a distancia o a través de los medios
de comunicación la mayoría de comunidades no cuentan con luz eléctrica permanente,
además muchas de ellas no tienen acceso a la televisión ni a la radio, no hay
comunicación por teléfono ni mucho menos internet. No menos importante es el
fenómeno de la migración obligada hacia las ciudades, que tienen que hacer los jóvenes
para continuar con sus estudios o conseguir un puesto de trabajo para ayudar a la
economía familiar. Situación que ahora les preocupa a los padres, debido a que muchos
de estos han perdido su trabajo, lo cual les impide seguir alimentándose, pagando renta,
estudios y otros gastos, convirtiéndose ahora en desplazados y obligados a retornar a su
tierra natal.

La confianza que muestran las comunidades al Puesto de Misión les permite externar
sus preocupaciones y necesidades, en ese sentido queremos destacar que algunas
autoridades y comuneros expresan que no han tenido jornadas de prevención durante
esta crisis por parte del Estado o las autoridades locales, a excepción de la presencia de
un alcalde o personal de los distritos que se acercaron a las comunidades para repartir
las canastas de víveres. Les preocupa que por otro lado, a la hora de entregar las
canastas, por parte del personal encargado no hacían entrega a todas las comunidades, ni
a todas las familias, en algunos casos la canasta fue incompleta y condicionada a
preferencias políticas. Tambien se preguntan, si habrá un apoyo económico por parte del
Estado para las comunidades nativas y campesinas, como lo ha hecho para otros
sectores del país. Finalmente, exigen la presencia del Estado con el fin de que pueda
proveerles en esta emergencia de alimento y medicina, además de informales sobre la
educación de sus hijos en esta situación.

No todo está perdido. En medio de esta situación crítica las comunidades han tenido la
capacidad de organizarse en sus respectivas localidades con todas sus limitaciones,
llegando a ejercer el liderazgo que les permite velar por el bienestar comunitario, la
animación pastoral y la seguridad comunal. A su vez, no son indiferentes a su propio
desarrollo, pues, mantienen un ritmo productivo para su supervivencia, muestra de ello,
es el manteniento y la producción de sus chacras (cultivo y producción doméstico

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Santa Clotilde 13 de mayo del 2020
rudimentario del campo), para su propia alimentación y comercialización para adquirir
enseres de primera necesidad. Son pueblos que aman su cultura y cultivan sus
tradiciones, a través del baile, bebidas, modos de vivir, de organizarse, etc. que intentan
trasmitir de generación en generación en medio de la discriminación que han sufrido
siempre.

Por todo lo antes mencionado, no podemos mostrarnos indiferentes, ante el grito


silencioso de nuestros pueblos en esta parte de la Amazonía peruana5, por eso alertamos
al Estado y Autoridades locales que las comunidades Indígenas y Campesinas de la
cuenca del Río Napo y sus afluentes: Río Curaray, Río Arabela, Río Tambor, son
poblaciones desprotegidas, débiles y vulnerables que hoy por hoy no están en las
condiciones de responder a la fuerza de esta pandemia, como ya lo han señalado los
obispos de los Vicariatos Apostólico de la Amazonía peruana 6, corriendo el riesgo
incluso hasta de desaparecer.

En esto que parece el fin, Dios que siempre está con nosotros, está gritándonos y
exigiéndonos en la voz del pueblo amazónico que procuremos salvarnos juntos; de lo
contrario, seguiremos pereciendo, pues esto es solo el inicio de otros males que
acecharán a la humanidad por nuestra irresponsabilidad e indiferencia.

5
“El grito de la Amazonía al Creador, es semejante al grito del Pueblo de Dios en Egipto (Cfr. Ex 3, 7). Es
un grito de esclavitud y abandono, que clama por la libertad” (QA 52).
6
Cfr. Comunicado de los Obispos de los Vicariatos Apostólicos de la Amazonía Peruana. A las
autoridades y toda la ciudadanía del Perú. 22 de abril del 2020.

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Santa Clotilde 13 de mayo del 2020

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