Carracedo

● Prof. Maria Hurtado

Español 11 Honores
Sábado, 26 de septiembre de 2020.
Karel Carracedo
Ensayo sobre “Los Héroes de las diferentes épocas”

La Iliada es el poema épico de la literatura universal más antiguo que poseemos los seres
humanos. Escrito por Homero hace más de tres mil años, cuenta los sucesos de dos grandes
héroes durante la Guerra de Troya, Hector y Aquiles. Sus nombres quedaron plasmados en la
historia por los discípulos del autor, quienes cantaron y conservaron la inmortalidad de estos
dos guerreros.

Un héroe en la Tiempos Clásico era un personaje noble, honrado, amoroso hacia sus seres
queridos, responsable y sobre todo honorable. Aquiles no era mucho menos. Hijo de Tetis,
una diosa del mar, fue bañado en fuego celeste para hacerlo invulnerable al hierro.
Claramente al tener una gran ventaja sobre sus contrincantes, la decisión de sacrificar su vida
durante los combates no le era del todo descabellada. En cambio Hector, un mortal común y
corriente, cuya valentìa y coraje no provenían de un ritual de dioses, tuvo el mismo valor y
cumpli​ó​ con su cometido, de igual o mejor manera que Aquiles.

Hector, representando a los Troyanos en una guerra prolongada, como lo fue la guerra de
Troya, tenía el objetivo de recuperar a la princesa Helena secuestrada por París, un guerrero
Griego. Lucho y dio su vida por los Troyanos. Nunca abandonó a su pueblo incluso sabiendo
que tendría que en algún punto, enfrentarse a un semi-dios, una muerte segura. A pesar de
esto no desistió y luchó hasta su último aliento. Aquiles, el de los pies ligeros, se retira del
campamento Griego por una ofensa del Rey Agamenón; pero al ver su ciudad temblar y
padecer durante su ausencia, socorre a la guerra para darle el respiro que necesitaba y poder
ganarla.

Semi Dioses o mortales, se valoran varios aspectos importantes para analizar este poema y
responder esta pregunta: Quién fue el verdadero héroe de esta historia? Considerando la
nobleza de estos dos protagonistas, es difícil responder, por lo que, debemos profundizar en
sus sentimientos más recónditos. De lo que estamos seguros, o por lo menos cada bando, es
que en esta historia no hay villanos.

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Hector fue noble y leal a su pueblo durante los diez años de guerra, inclusive después de que
una lanza le atravesase su garganta: “Por tus padres te lo ruego, divino Aquiles: respeta mi
cadáver, entrégalo a los míos y que los troyanos lo lloren en mi ciudad.” Hasta en sus
últimas palabras, Hector tenía claro quienes eran los suyos. Y jamás dejó fuera de su mente a
los Troyanos,. Sin importar que, Hector les fue completamente leal a los Troyanos. En
cambio Aquiles, tuvo un momento de ceguera que le resta la lealtad de un héroe. Por motivos
propios abandonó a los Griegos y no pensó bien las consecuencias de su ausencia. Un
verdadero héroe sin importar las criticas o bajo cualquier circunstancia tiene el derecho de
abandonar a su pueblo.Y aunque regresó y logró ganar la batalla contra Troya, sus malas
decisiones le costaron cientos de vidas a los Griegos. También podemos estar de acuerdo en
que no se le puede dar crédito por regresar a la batalla, ya que esto nunca hubiera tenido que
pasar si no hubiera decidido retirarse en primer lugar. Mencionemos también que en algún
punto de la batalla. Hetor quiso arreglar un pacto con Aquiles sin desviar el hecho de una
muerte segura: ​“Escúchame, brillante Aquiles. Uno de los dos ha de morir aquí. Si la victoria
es mía, te despojaré de tus armas, pero no insultare tu cadáver, que entregaré a los tuyos
para que lo lloren. Prométeme tú lo mismo y sean los dioses testigos de nuestro pacto.” Sin
embargo, la respuesta de Aquiles no fue como la de un verdadero Héroe que mantiene
siempre en alto sus principios… ​“No me hables, Héctor, de pactos que no pueden existir
entre tú y yo, como no existen entre los leones y los hombres, ni entre los lobos y los
corderos. Tú morirás hoy bajo mi lanza y los perros y los buitres destrozarán
ignominiosamente tu cadáver, que arrastraré tres veces alrededor de la tumba de Patroclo.”

Otra característica muy importante sobre un héroe es el amor y afecto que le tiene a su
familia. Un verdadero ejemplar del mismo tiene siempre presente las consecuencias de sus
actuares sobre los demás, sobre todo de sus seres más cercanos. Podemos decir de Héctor que
cumple esta cualidad de una manera ideal, como fueron sus últimas palabras hacia su hijo y
esposa antes de entregar su vida por el pueblo Troyano. Nunca desviando su objetivo y sin
huir de sus responsabilidades: ​“Por la gloria de mi padre y de Troya, no puedo retroceder
ante Aquiles. Presiento que el fin de nuestra ciudad se acerca. Entonces nuestras mujeres
serán condenadas a la esclavitud y nuestros guerreros serán pasto de los perros junto a las
cóncavas naves. ¡Cierre la negra muerte mis ojos antes de presenciar tanta desdicha!” El
valiente Héctor puede percibir el fin de su pueblo y el de su propia vida, aun así mantiene en
pie su palabra a los Troyanos y se retira hacia el campo de batalla.

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Por otro lado tenemos el Poema del Mio Cid, el cantar de gesta más importante y antiguo de
de la humanidad y uno de los pocos cantares que logramos conservar. Este trata sobre la
pérdida y recuperación del honor en el destierro de un héroe de la Edad Media como lo fue
Rodrigo Diaz de Vivar, también conocido como el Cid Campeador. Rodrigo reúne todas las
características de un héroe medieval. Es profundamente religioso, afectuoso y tierno con su
mujer e hijas, inteligente y astuto, valiente en cada batalla y sobre todo leal a su rey y a su
familia. Al igual que Aquiles en la Ilíada, El Cid campeador es alejado de su pueblo. Con la
peculiar diferencia de que no fue por decisión propia, sino por un destierro del Rey Alfonso
VII hacia El Campeador. Lo que sí podemos rescatar es la similitud de estas dos importantes
obras y sus protagonistas es que los dos vuelven a su tierra. El Cid por un lado, siéndole leal a
su rey y Aquiles leal a los Griegos. Esta lealtad también permanece presente en el Cid hacia
su esposa e hijas. A quienes trata con el mayor de los cari​ños y no confía sus vidas en manos
desconocidas. Nunca dejándolas atrás y siempre con el objetivo de tomar las mejores
decisiones para su honor y familia.

Por lo general los héroes de la Edad Media poseen una inteligencia superior que les permite
solucionar problemas que otros no han podido. Muchas veces aplicando estas habilidades en
viajes que como en el caso del Cid, incluyen el exilio. Luego de ser desterrado por el Rey, él
mismo ordenó que no se le pudiera proveer al Cid de alimentos ni refugio. Por esta razón el
Cid tuvo que encontrar una manera de conseguir dinero para emprender su viaje en busca de
su honor anteriormente perdido. Por lo que decide llenar con clavos dos arcas usadas en esos
tiempos para cobrar impuestos y empeñarla ​a dos individuos de su confianza. Una solución
muy astuta por su parte. Pero incluso con este engaño el Cid Campeador logra mantener su
nombre limpio, ya que estas arcas fueron empeñadas y su propósito siempre fue devolverle el
dinero proporcionado. Tampoco podemos omitir el hecho de la valentía y desempeño en el
campo de batalla de un héroe de la Edad Media ya que esta es una de sus características más
importantes. Y el Cid Campeador no carece de esta cualidad, ya que en su propio nombre
lleva la prueba definitiva de esta virtud. El Cid “Campeador” recibe este apodo por sus
grandes actuaciones en las batallas por la reconquista en el siglo XIV. Sin dejar de lado su
aspecto profundamente religioso, ya que en estos tiempos para un héroe español, el
cristianismo era algo que no podía faltar dentro de sus cualidades. Y una vez más, el Cid
dominaba este aspecto de una manera excelente. Y podemos notarlo ya que el Cid incluso al

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ser desterrado de forma injusta habla con Dios de una manera mesurada: "¡Bendito seas, Dios
mío, Padre que estás en lo alto! Contra mí tramaron esto mis enemigos malvados". Nunca sin
faltar el respeto y sin culpar de sus problemas, El Cid se mantiene leal a Dios. Lo cual
muchos de nosotros en situaciones probablemente de menor importancia, lo culparemos por
los hechos sucedidos. Otra cualidad del Cid Campeador era la generosidad hacia sus vasallos,
la cual él recibe de vuelta en forma de lealtad, al mismo tiempo que él es leal a su rey. Este es
un gran ejemplo del sistema Feudal de la Edad Media. En el que el rey a cambio del servicio
de sus más nobles guerreros, les daba a cambio pedazos de tierra para que pudieran mantener
a sus familias. Los vasallos de estos guerreros de igual manera, le pagaban a sus señores
feudales con su lealtad. Pero la lealtad de los vasallos del Cid se plasmaba de una manera
diferente. Ya que la misma no era solo por el sentimiento de la lealtad como una obligación.
Más bien era algo que ellos mismos le sentían auténticamente gracias a su generosidad.

A diferencia de los héroes de los Tiempos Clásicos y la Edad Antigua, están los héroes
modernos, cuyas características más allá de la lealtad y la nobleza tratan más de la justicia y
empatía. Un gran ejemplo de esto sería “Batman” o el Hombre Murciélago. Este personaje
trata sobre un joven millonario, el cual decide luchar por la justicia y la maldad que acecha
Ciudad Gótica. Cabe recalcar que este es el único superhéroe de los tiempos modernos que no
cuenta con habilidades más allá de ser un humano común y corriente.

A diferencia de los héroes en las anteriores épocas, la gran mayoría de los héroes cuentan con
cualidades sobrehumanas las cuales les permiten enfrentar adversidades las cuales una
persona común no podría.
Igual que Héctor en la Ilíada, Batman no posee una característica más allá de las ganas y el
sentimiento de necesidad en ayudar a su gente. También podemos rescatar que sin importar la
época de un héroe, la forma de su muerte siempre será algo muy importante. Para todos los
héroes es significativo el hecho de que si llega su momento, no será en la cama de un
hospital, sino luchando contra lo que le causó ese daño o tal vez en alguna misión que
represente una gran parte de su personalidad. Jamás veremos a un Hector, Aquiles, a el Cid o
a cualquier super heroe de la edad moderna con o sin super heroes, morir de una forma que
no quede en mente y boca de la población.

En conclusión, todos los épocas en los diferentes tiempos de nuestra civilización cuentan con
una serie de características que los hace propios de su tiempo de existencia. Unos pueden

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tener diferentes prioridades a otros pero siempre tendrán en común que son un ejemplo para
la sociedad. Y aunque algunos sacrifiquen más que otros, o que tal vez muchos tengan las
facilidades que los hace tomar estas decisiones heroicas, no podemos quitarles el crédito de
que hacen algo que no muchas personas se atreverían a hacer, y es poner en riesgo su vida
por un desconocido y por su propio nombre. Finalmente tenemos que tener siempre en cuenta
que para un héroe una de las cosas más importantes a lo largo de su vida y que llevan siempre
en la cabeza es cómo serán recordados por la sociedad. ¿Qué se dirá de ellos? ¿Cómo serán
recordados? ¿Habrán valido la pena todos los sacrificios que tome? Son algunas de las
preguntas que los motivan a hacer las grandes hazañas que hacen y tomar estas decisiones tan
nobles que resaltan sus nombres entre toda la masa.