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Corrupción
Corrupción
Corrupción
Stephen C. Perks.
Además, la Biblia tiene mucho que decir no solo acerca del o cio
de gobernante, es decir, el propósito o función del gobernante (en
el caso del gobernante político, o magistrado, esta es la
administración pública de justicia o juicio), sino también acerca
del carácter del gobierno, la naturaleza o el tipo de gobierno que
Dios espera de aquellos que ejercen autoridad sobre otros. Esto es
lo que Jesús nos enseñó acerca de aquellos que gobiernan:
Pero por supuesto que este tipo de corrupción solo puede seguir
hasta que la gente empiece a darse cuenta de lo que está
sucediendo. Y cuando se dan cuenta de lo que está sucediendo,
ellos empiezan a dar pasos para ahora engañar a aquellos que los
quieren engañar con dinero degradado. ¿Qué sucederá cuando el
mercader de vino eventualmente se dé cuenta que aquel con quien
está negociando lo está engañando? ¿qué hará? Bueno Isaías nos
lo dice aquí. El empezará a diluir su vino con agua. El empezará a
engañar también. Entonces la corrupción se esparcirá a través de
toda la economía. Nadie podrá con ar en el mercado, y todos
tratarán de sacar ventaja de su prójimo.
Ahora, lo que Isaías describe, la degradación de la moneda es muy
común, y lo ha sido a través de toda la historia. De hecho, la
degradación de la moneda ha sido y continúa siendo una práctica
común de los bancos y gobiernos alrededor del mundo. Y las
consecuencias son devastadoras para la economía. Es la
degradación de la moneda lo que usualmente causa la in ación.
Cuando los bancos y los gobiernos se meten en este tipo de cosas,
arruinan la economía de la nación y empobrecen a la gente. Pero
los banqueros y la gente del gobierno normalmente se bene cian a
expensas del resto de la sociedad. Esta es una forma de
corrupción, y la Biblia la condena en términos no inciertos.
Cuando los gobiernos actúan de esta manera, permiten o dan
licencia a otros (por ejemplo, los bancos), para actuar de esta
manera, no están sirviendo a Dios administrando justicia, el cual
es su verdadero llamado bajo Dios; en cambio, ellos se sirven a
ellos mismos defraudando a otros. Esto nos lleva, entonces, a la
segunda parte de la descripción de la corrupción moral de
Jerusalén.
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