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EL RÉGIMEN TRIBUTARIO ADUANERO

La Administración Aduanera tiene como rol principal en el presente siglo a la facilitación del
comercio exterior, es decir, tiene como misión principal ir creando nuevas herramientas
tecnológicas que simplifiquen los trámites para acceder a los servicios aduaneros, eliminando
progresivamente el uso del papel. Dicho enfoque no es patrimonio del Perú; es una corriente que
se viene aplicando en base a las directivas emitidas por la Organización Mundial de Aduanas
(OMA), dado que vivimos dentro de un mundo globalizado.

Es así, como, observamos la evolución de los nuevos modelos de gestión que se vienen aplicando
en los negocios internacionales, y podemos citar a Basaldúa para mencionar que “Con motivo del
comercio exterior, entre las aduanas de los diversos Estados y los sujetos del tráfico internacional
de mercaderías se establecen relaciones jurídicas derivadas de las importaciones y exportaciones,
en sus distintas modalidades y condiciones”.

Dichas relaciones jurídicas están orientadas a desplazar a la función recaudadora de las aduanas a
un segundo plano, debido a la proliferación de Acuerdos Comerciales que eliminan o reducen la
aplicación de aranceles aduaneros dentro del marco de los procesos de integración económica
que el Perú gestiona mediante una agenda comercial priorizada por el Plan Estratégico Nacional
Exportador 2025[2].

En ese sentido, en las siguientes líneas, vamos a referirnos al régimen tributario aduanero
aplicable a las importaciones partiendo de las formas en que se produce el nacimiento de la
obligación tributaria aduanera, la determinación de la obligación tributaria aduanera que se
plasma en la declaración aduanera de mercancías (DAM)[3] y el momento en que se configura la
exigibilidad de esta.
II. SUJETOS DE LA OBLIGACION TRIBUTARIA ADUANERA

En la obligación tributaria aduanera, intervienen como sujeto activo en su calidad de acreedor


tributario, el Gobierno Central[4] representado por la Administración Aduanera (SUNAT),
Institución que ejerce las facultades de fiscalización, recaudación, determinación, sancionadora y
la potestad aduanera[5] para exigir el cumplimiento de dicha obligación.

Y de otro lado, son considerados como sujetos pasivos de la obligación tributaria aduanera los
contribuyentes y responsables, precisando que son contribuyentes para fines aduaneros, al dueño
o consignatario de la mercancía. Es preciso advertir que el legislador ha omitido toda referencia a
la responsabilidad solidaria del Agente de Aduanas, con lo cual queda claro que ésta ya no existe
en materia aduanera.

III. NACIMIENTO DE LA OBLIGACION TRIBUTARIA ADUANERA

debe advertirse que una persona puede resultar deudora de los derechos aduaneros por diversas
causas y que, por lo tanto, la obligación de pagar el tributo no se deriva necesariamente de haber
realizado el hecho gravado”. De allí que para la legislación aduanera existen diferentes momentos
en los que puede nacer la obligación tributaria, como veremos a continuación.

El artículo 140° de la Ley General de Aduanas precisa cuatro supuestos para el nacimiento de la
obligación tributaria aduanera:

En la importación para el consumo, en la fecha de numeración de la


declaración;

Este primer supuesto, nos permite enfatizar que el único régimen sujeto al pago de tributos es el
régimen de importación para el consumo, para lo cual deben cumplirse con las normas de
valoración vigentes, para efecto de determinar la base imponible que está constituida por el valor
FOB, más el flete y el seguro.

b) En el traslado de mercancías de zonas de tributación especial a zonas de tributación común, en


la fecha de presentación de la solicitud de traslado;
Para este supuesto, podemos invocar lo señalado en el numeral 4) del Articulo VIII del PECO[7], las
mercancías importadas con aplicación del arancel común anexo al mencionado Convenio[8], serán
exclusivamente para el uso y consumo en los territorios señalados en su artículo I, que por parte
del Perú comprende a los Departamentos de Loreto, San Martín y Ucayali; por lo que, su
internamiento a otros territorios no comprendidos dentro de sus alcances deberá observar las
disposiciones generales vigentes en cada país.

De otro lado, tenemos a la Ley N° 27037, que tiene el objeto de promover el desarrollo sostenible
e integral de la Amazonía estableciendo para tal efecto entre otras medidas, la exoneración del
IGV e IPM aplicable a la importación de bienes que se destinen al consumo en la Amazonía[9],
precisándose en el artículo 18° del Reglamento de la Ley de la Amazonía, que dicho beneficio
corresponde a la importación que realicen las empresas ubicadas en la Amazonía[10] para el
consumo de los bienes en la misma zona.

c) En la transferencia de mercancías importadas con exoneración o inafectación tributaria, en la


fecha de presentación de la solicitud de transferencia; y

Este supuesto, se encuentra concordado con el artículo 210° del Reglamento de la Ley General de
Aduanas[11] que estipula que la mercancía importada con inafectación o exoneración no podrá
ser transferida o cedida por ningún título, ni destinada a fin distinto del que originó dicho
beneficio, dentro del plazo de cuatro (4) años contados a partir del día siguiente de la numeración
de la declaración. En caso de que se transfieran o cedan antes del plazo señalado en el párrafo
anterior, se deberán pagar previamente los tributos diferenciales. Siendo importante relevar que,
no están comprendidos en los párrafos anteriores, aquellos casos en que, por Acuerdos, Tratados
o Convenios Internacionales, o por disposiciones especiales se establezcan plazos, condiciones o
requisitos para la transferencia o cesión de dichos bienes.

d) En la admisión temporal para reexportación en el mismo estado y admisión temporal para


perfeccionamiento activo, en la fecha de numeración de la declaración con la que se solicitó el
régimen.

Respecto al último supuesto Basaldúa (2016) precisa que “(…) las personas que importan las
mercaderías bajo una destinación aduanera suspensiva no son deudoras de los derechos
aduaneros, porque tales destinaciones no configuran el hecho gravado por esos tributos. Sin
embargo, cuando los beneficiarios no cumplieren las obligaciones esenciales inherentes a esos
regímenes suspensivos, puede nacer respecto de ellos una obligación aduanera tributaria. (…)”

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