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Torres Luana

3ro 2da
EES nro 2
Día de los Veteranos y Caídos en la Guerra de Malvinas:

1- ​En ese momento mis papás eran muy chicos, tenían 5 años. Mi mamá vivía en Entre
Ríos y mi papá en Derqui, no recuerdan mucho, pero si que sus familias estaban atentos a
las noticias, que se veían pasar aviones más de lo normal, que tenían miedo sus padres y
por eso no los dejaban jugar mucho tiempo en el patio.
Hoy piensan que fue una guerra injusta e innecesaria. También agradecen que a ninguno
de sus familiares les haya tocado ir a esa guerra.

2- ​Las consecuencias que dejó la guerra a los ex combatientes según los relatos del
documental son varios. Siendo tan solo adolescentes de 18 años debieron enfrentarse a
una situación que jamás habían imaginado, los que se salvaron, los que volvieron ya nunca
volvieron a ser los mismos, tuvieron daños psicológicos por todo lo vivido, pero además por
la falta de reconocimiento del Estado por el que habían luchado, pasaron muchos años para
que su valentía fuera reconocida; además, muchos no consiguieron trabajo, no encontraron
posibilidades de inserción en la sociedad a la que defendieron. Sus vidas cambiaron por
completo. Hay aspectos sin embargo que los hacen únicos, a mi parecer, su valentía, su
fuerza para seguir adelante con sus vidas y el amor a su patria. A pesar de ser tan chicos
fueron grandes héroes.

4- ​Argentina pudo haber ganado la guerra y si no lo hizo fue por una combinación de mala
suerte y una artillería y munición con fallas . El documental cuenta que Argentina adelantó la
guerra, que de haber esperado a la fecha en un principio planificada hubiese tenido más
armamentos, como así también tener una base aérea mejor preparada.

5- ​La Argentina tenía cerca de 200 aviones de combate en el inicio de la Guerra de


Malvinas en 1982, El resto de la Fuerza Aérea Argentina fue formado por entrenadores,
medios de transporte y helicópteros.

A finales de abril de 1982, varias unidades de la FAA comenzaron a ser trasladados a las
bases al sur del país, que estaban más cerca de las islas.

Ocho bombarderos Canberra fueron a la base de Trelew, junto con los aviones de
reconocimiento Learjet.

Diez IAI Dagger fueron a San Julián, acompañados por 15 Skyhawk A-4B.

Río Gallegos recibió 24 Skyhawk y Mirage 10 IIIEA de los Grupos 5 y 8.

Comodoro Rivadavia recibió otros Mirage y Rio Grande recibió 10 Dagger, además de los
aviones Super Etendard de la Armada Argentina (ARA) y los A-4Q que aterrizaron en el
portaaviones ARA 25 de Mayo.
En los primeros combates entre aviones supersónicos argentinos (Mirage y Dagger) y Sea
Harrier subsónicos británico, se mostro una fuerte superioridad del caza pequeño Inglés
equipado con misiles guiados por infrarrojos Sidewinder AIM-9L, dotados por los
estadounidenses. Hacia el final del conflicto, el Sea Harrier dispararía 26 misiles
Sidewinder, con 18 victorias, y ninguna derrota en el combate aéreo.
La gran mayoría de los disparos fue en encuentros traseros con objetivos que no
maniobraron o incluso sabian que estaban siendo atacados. El Sea Harrier fue finalmente
bautizado por los argentinos como «La muerte negra» debido a su característica pintura.
Las Islas Malvinas tenían tres pistas de aterrizaje, pero la mayoría tenía poca capacidad
para operar aviones de combate. Ellos tendrían que haber sido expandidos después de la
invasión argentina (incluyendo sus áreas de escape) para recibir aviones A-4 y Mirage /
Dagger, lo que no ocurrió.

Sólo los bombarderos bimotores Canberra tenían poder de volar a las Malvinas y volver sin
repostar, pero también eran más vulnerables a la interceptación de Sea Harrier. El Mirage y
Dagger, a su vez, sólo podían mantener la PAC en la zona de las islas a grandes altitudes,
o ataque evitando el empleo de postcombustión (cámara de postcombustión). Esto debido a
que necesitaban ahorrar combustible, ya que carecen de la capacidad de REVO (recarga) y
las Malvinas estaban en el límite de su ámbito de actuación, con el combustible que podría
llevar en los tanques internos y externos.
Los aviones disponibles estában diseñados para misiones de corto alcance y operaciones
de apoyo aéreo cercano. La FAA se había especializado más en los últimos años, en
operaciones de contrainsurgencia (utilizando los Pucara) y no contra un enemigo externo.

También carecía de coordinación efectiva con las otras dos fuerzas, porque el Ejército y la
Marina mantuvieron a la Fuerza Aérea afuera de los planes de invasión de las Malvinas
hasta el día anterior.

Con la invasión, la FAA estaba con la mayor responsabilidad en la defensa de las islas.
Justamente la fuerza que tenia prohibido por la ley practicar operaciones en el mar, una
misión que era exclusiva de la ARA.

La mayoría de los aviones de la FAA no tenían equipo de navegación o de radar, sistemas


necesarios para las operaciones en el mar.

La FAA no sabía cómo ajustar correctamente los fusibles de bombas a las misiones
anti-buque (el 60% de las bombas que alcanzaron los objetivos no explotaron). La ARA
sabía cómo ajustar las espoletas, pero no pasó la información a la FAA, que tampoco pido
su ayuda.

Malas decisiones tácticas


Durante el gran desembarco anfibio llevado a cabo por los británicos en la Bahía de San
Carlos, el 21 de mayo, las aeronaves argentina atacaron a los barcos de guerra (que podría
defenderse y que no llevaban las tropas), en lugar de centrarse en ataques a barcos de
transporte y portaaviones. Atacaron en pequeñas formaciones separadas, en lugar de
grandes formaciones de ataque . Esto facilitó las intercepciones por los cazas Sea Harrier
ingleses.

El único radar Westinghouse AN / TPS-43 instalado por la FAA en las islas era de
importancia fundamental, pero no fue acompañado por una unidad similar para su
instalación en otra posición.

La instalación de radar estaba en un mal lugar, lo que permitió que los ingleses se
acercaran a las islas no detectados, haciéndose pasar por suelo.

La ARA tenía una buena cantidad de misiles anti-buques instalados en sus buques de
guerra, pero la FAA no tenía misiles anti-buque. Cuando comenzó la guerra, la Aviación
Naval tenía sólo cinco aire-superficie Exocet AM-39, claramente insuficiente para una
campaña contra un enemigo fuerte.

6- ​En 1982, el Crucero ARA “General Belgrano” fue torpedeado y hundido por un submarino
británico en el Atlántico Sur durante el conflicto bélico por las Islas Malvinas.
De sus 1093 tripulantes, 323 fallecieron en el ataque. El hecho generó una fuerte polémica,
ya que el ataque se produjo fuera del área de exclusión establecida por el gobierno británico
alrededor de las islas. La entonces primera ministra británica, Margaret Thatcher, fue
ampliamente cuestionada.
De sus 1093 tripulantes, 323 fallecieron en el ataque. El hecho generó una fuerte polémica,
ya que el ataque se produjo fuera del área de exclusión establecida por el gobierno británico
alrededor de las islas. La entonces primera ministra británica, Margaret Thatcher, fue
ampliamente cuestionada.
7- ​Uno de los aciertos fue cubrir sólo la etapa de ocupación de las islas, el resto fue
actuando sin planificación y sobre la marcha.

8- ​La guerra de Malvinas es un hecho muy triste para nuestra historia nacional, miles de
inocentes fueron victimas no sólo de un ejército extranjero tan poderoso como el de
Inglaterra, sino sobre todo del propio argentino.
Las islas Malvinas son uno de esos espacios de la memoria donde el orgullo y el dolor
arden juntos. «Malvinas» son las islas usurpadas por Gran Bretaña desde 1833 y son
también «la guerra» librada en el contexto de terrorismo de Estado.
Hoy esta guerra es un motivo para reflexionar sobre el lugar de Malvinas en la memoria
nacional y fundamentalmente sobre las vidas de aquellos que fueron a las Islas, los que
vivieron y sufrieron la guerra, los que pelearon en el campo de batalla, los que volvieron y
también los que se quitaron la vida por el dolor y el abandono de la posguerra.

9- yo no calcé tu bota compañero de Carlos Distéfano


Soldado de mi Patria, muchacho de mi Pueblo, mi criatura dormida, heredero del viento.
Qué cunas te faltaban, qué trincheras te vieron, qué fosas insondables albergaron tus
sueños...
Soldado de mi Patria, retazo de mi Pueblo, mi pibe de cojones, misil de los ensueños. Te
nombro y no te olvido, te busco y no te encuentro, te lloro por las noches y al alba aún me
acuerdo...
Porque sos la memoria de mi Patria, y yo tengo apenas tu recuerdo. Porque sos la
conciencia de la Patria y apenitas tengo tu pañuelo.
Y todas las canciones se han ido de mi lado. A todas las canciones las ha llevado el viento.
Toditas mis canciones ya están a tu costado. En buena compañía, mis versos con tu sueño.
Yo no calcé tu bota ni anduve a tu costado. Perdoname, te juro que lo siento. Yo no calcé tu
bota de soldado. Yo no calcé tu bota, hermano y compañero.
Me guarecí en el hueco de mi casa. Te supe fuera y me quedé adentro. Yo no calcé tu bota
de soldado. Me fui a barajas... y te escribí estos versos.
Yo no sé como se muere por la Patria. Sólo tengo versiones sobre ello. Unos declaman que
se dice “al enemigo hemos batido, estoy contento”.
Mientras que otros juran haber oído “no me dejen solo, hijos de ****, no me dejen solo que
me muero”.
Yo no sé como se muere por la Patria. Vos , compañero, seguro que los has hecho.
Yo no calcé tu bota, ni te lavé las llagas; perdoname, te juro que lo siento.
Yo no supe que andabas por Malvinas, hasta que oí por la radio algunos cuentos. Y
mientras vos besabas turba y greda, yo, compañero, me sentí contento. Y confundí el fútbol
con la guerra y al estadio con la plaza y al valor con el contento.
Yo no calcé tu bota, me enjuagué las manos. Perdoname, no fui malo, sólo necio.
Y tuya fue la niebla y los kelpers. Y mío, el capote de repuesto. Yo, confortado en la cama
de mi casa; vos, compañero, sin aliento.
Yo no calcé tu bota, ni te besé en la frente. “ Amsorry”, te juro que lo siento...
Y empezaron la colecta y la fanfarria. Yo dí un collar y vos, el cuello. Mi mujer, la pulsera y
vos, el brazo entero. Yo me duchaba con agua bien caliente y vos te helabas la sangre y los
ensueños.
Yo no calcé tu bota, ni te lavé los pies como el Mesías. Perdoname, te juro que lo siento.
Puse banderas, kilómetros de tela, celestes blancas, besadas por el viento. Clavaste, vos, la
pica de los bravos en el ombligo de un hostil desierto. Te acompañaban Martín Miguel de
Güemes y San Martín con Rosas y el destierro.
Yo no calcé tu bota, quedé en mis escritorios. Pobres trincheras de hombres muy pequeños.
Yo no calcé tu bota, yo me lavé las manos. Pilatos redivivo, te juro que lo siento.
Yo especulé con plazos prefijados, dólar tramposo de los mercados negros. Tu plazo fue de
amputaciones varias, de tu futuro, tus miembros, tus anhelos. Yo di un reloj, vos diste la
muñeca; yo fui un chanta y vos un hombre entero.
Yo un hombre en guerra de escritorios. Vos sos un pibe, cojones, cielo abierto. Vos sos la
conciencia de la Patria. Y yo, apenas tengo su pañuelo. Sé que me desprecian tu madre y
tu novia. Y tanta razón les va en ello. Tus ojos fijos, abiertos, me taladran mi conciencia de
párpados sin sueños. Yo no calzo tu bota, ni te seco una lágrima. Hermano te juro que no
puedo.
Sé que no merezco una escarapela. Sé que no merezco que me mires de nuevo. Yo conocí
el 2 de Abril a nuestros enemigos. Vos los tenías bien marcados desde tanto, mucho
tiempo.
Desde que te llamabas como Darwin, Passaponti y no eras un puerto. Desde que te lavaste
las patas en la Fuente , junto a un “Oscuro Coronel” me acuerdo. Desde la misma Vuelta de
Obligado, cuando mandaba Rosas desde el puerto. Vos sabías del Tercer Mundo mucho
antes, que los doctores armaran el entuerto.
Tuya es la isla y la conciencia de la Patria. Tuyo es el krill y el oro negro. Tuya, la plataforma
submarina. Tuyo, el dolor. Tuyo es el pueblo. Mío es el refugio de animémonos y vayan, la
impostura, el fraude y el cohecho.
Yo no calcé tu bota, ni me helé las manos, ni cavé trincheras entre turba hielo. Yo me quedé
confortado en mi casa, y tu conforto fue el trueno y el lamento.
Yo no soy digno de llamarte hermano, ni que me hables mutilado y muerto. Pero mirame
con tus ojos limpios, criatura con fusil, misionero del viento.
Yo no calcé tu bota de soldado. Es cierto. Te confieso y me confieso. Pero, mirame, mirame
te suplico. Abrí los ojos de hombre, niño muerto. Mirame compatriota, una vez sola, una vez
al menos...
Yo no calcé tu bota. No anduve a tu costado. Perdoname. Fui cobarde. Perdoname...
Te juro que lo siento.

10-

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