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La mayor crisis de Bolivia precedió a la Guerra del Pacífico. “¡Agua, tatay!”, pedía la gente en los
pueblos. Se sumaron enfermedades, miles de muertos, alza de precios y protestas.
Entre 1877 y 1879, Bolivia experimentó una de las coyunturas de crisis más dramáticas de su
historia, acontecimiento que precedió a la Guerra del Pacífico.
Casto Rojas afirmó que entre 78-79 se “flageló al país con la sequía, la peste, el hambre y la
guerra’’ (Rojas, 318); eventos sucesivos que el historiador Roberto Querejazu caracterizó,
empleando una metáfora bíblica, como la presencia de los “Jinetes del Apocalipsis” (Querejazu,
195-199).
El evento inicial fue la sequía en el año agrícola 77-78, originada en la corriente del “Niño” que se
debe al calentamiento superficial de las aguas del océano Pacífico en la zona oriental ecuatorial y
que ocasiona, en algunas regiones, sequías y en otras lluvias abundantes. La sequedad fue intensa
particularmente en Cochabamba, donde la pluviosidad promedio anual fue de 146,4 mm, mientras
que el promedio normalmente es de 471 mm.
En dicho periodo las lluvias “estuvieron concentradas en tan solo 12 días’’ (Henriquez, 81). El
resultado fue que “Las semillas de cereales y patatas depositadas en los surcos de los valles
centrales no pudieron germinar… En las ciudades como en los pueblos las gentes sacaron de los
templos las imágenes que creían más milagrosas y, confiadas en su ayuda, las pasearon por calles
y plazas en patéticas rogativas, clamando a coro a los cielos; ¡Agua, tatay!... ¡agua, tatay!”
(Querejazu, 195).
En 1889 un autor afirmaba que otras localidades también tuvieron sequía. “No hubo una sola
población que no sufriera el tremendo flagelo, acaeciendo en todas ellas tristísimas escenas de
desolación y de miseria”.
Los precios de los alimentos aumentaron fuertemente; por ejemplo, el trigo que se cotizó el 13-
Abr-77 en 5,6 Bs/fanega, el 2-Feb-79 llegó a 57. El precio del maíz en la primera fecha fue de 7,2
Bs/fanega y en la segunda llegó a 72,0 (Pentimalli y Rodríguez, 32). En La Paz el precio de la papa
en marzo-75 fue de 3,2 Bs/carga y en feb-79 llegó a Bs. 5,8 (La Reforma, La Paz, 23-Mar-75; El
Heraldo, Cbb.,1-Feb-75).
Epidemias y defunciones
Querejazu describe que la sequía originó la aparición de mosquitos en los charcos que se
multiplicaron dando lugar al surgimiento del paludismo, primero en los Yungas de La Paz y que se
extendió rápidamente a los departamentos de Cochabamba (Arque, Sipesipe, Quillacollo, Cliza,
Punata, Tarata, Arani, Sacaba, Totora, Mizque y Aiquile), Chuquisaca y Tarija. (Querejazu, 195),
convirtiéndose en epidemia.
La situación de los hospitales en Cochabamba fue calamitosa debido a que solamente existía el
“San Salvador”, insuficiente para atender la enorme cantidad de enfermos que llegaban de las
provincias. Las autoridades crearon en febrero de 1879 el hospital “Santo Domingo” y luego el
“Asilo de la Caridad”. El primero se cerró un mes después, porque se convirtió en foco de
irradiación de la fiebre tifoidea.
El autor anónimo que escribió sobre la Guerra del Pacífico diez años después relataba
conmovedoramente que “los habitantes de los campos invadieron las ciudades para buscar el
sustento en los numerosos asilos que la caridad pública improvisó… aun que solo para conjurar el
mal en parte… En Cochabamba, llamada no sin razón el granero de Bolivia, por sus abundantes
producciones agrícolas la caridad se declaró impotente para socorrer a tantos menesterosos, y es
sabido que el Consejo Municipal ocupaba todos los días a sus gentes en hacer recoger los
cadáveres de los que durante la noche morían de hambre en las calles de la ciudad” (Anónimo, 68-
69).
En Cochabamba entre mayo y junio de 1878 se registró la mayor cantidad de defunciones debido
al paludismo y hasta marzo del 79 aumentaron por la hambruna ya que las reservas de alimentos
se habían agotado. Las muertes entre 75-77 fueron 1.375 y 5.538 en 78-79 (Pentimalli y Rodríguez,
19)
En Cochabamba con la finalidad de cubrir los crecientes gastos de salud, el municipio dispuso
descontar 25% de los sueldos a los empleados y clausurar la mayoría de las unidades escolares
para destinar los recursos al financiamiento extraordinario de los gastos que demandaba atender
los efectos de la sequía y epidemias. El Consejo Municipal dejaba a la iniciativa privada la
educación y pasó a realizar colectas públicas.
En enero de 1878 se dispuso la expropiación del 20% de la producción de maíz en las propiedades
que obtengan una producción mayor a las 50 fanegas y el 10% de las cosechas de trigo y cebada
para que se entregue a los agricultores que las necesiten. Se creó un empréstito de 500.000
bolivianos a las personas de ingresos altos para financiar el pago por la expropiación de las
cosechas (Morales, t. II, 450-452)
Prefecto, vecinos y empresarios en Potosí acordaron una suscripción voluntaria con el propósito
de instalar una “Olla del pobre”, que proporcione comida a los necesitados. (Morales, t. II, 453).
En las ciudades de Oruro y Sucre también se tomaron medidas para enfrentar el problema del
hambre y en La Paz y Oruro solicitaron al gobierno central la importación de harina. En Sucre la
iniciativa fue recurrir a los donativos para importar harina.
Fotos archivo
En Sucre, el 28-Oct-78, aconteció una poblada de gran magnitud que linchó “a los
monopolizadores de víveres y piden a la municipalidad el abaratamiento de las subsistencias”
(Morales, t. II, 111) Pentimalli y Rodríguez, estiman que habrían participado cerca de 10.000
personas, que tomaron la torre de la catedral tocando campanas y buscando cereales y harina
atacaron domicilios de propietarios.
La migración cochabambina
Según Rojas todas las medidas fracasaron y el gobierno central ya no realizó ninguna acción. “El
pueblo fue abandonado a su propia suerte, y se le dejó perecer miserablemente… Largas y
famélicas caravanas tonaron el camino de la pampa salitrera para no volver más a la tierra de los
antepasados” (Rojas, 319).
Histórica crisis
Una consecuencia, a diferencia de lo que ocurre hoy cuando cientos de bolivianos regresan a
Bolivia, fue que miles de cochabambinos migraron hacia las salitreras chilenas, en busca de trabajo
y de mejores condiciones de vida.
* Economista, profesor de la Universidad Mayor de San Andrés.
Bibliografía
- Morales, Agustín. Los primeros cien años de la República de Bolivia.1861-1890. t. II (1925) La Paz,
Empresa Editora Veglia & Edelman.
- Pacheco Mario Napoleón. Crisis económicas en Bolivia, 1800-2015. (manuscrito inédito, 2020)
- Pentimalli de Navarro, Michela y Rodríguez Ostria Gustavo (1989) “Las razones de la multitud
(Hambruna, motines y subsistencia: 1878-1879)”, en Estado y Sociedad. No. 5.
- Querejazu Calvo, Roberto. (2009) Guano, salitre, sangre. Historia de la Guerra del Pacífico (La
Participación de Bolivia). La Paz, Librería Editorial “GUM”.
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