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Dedicatoria

Este trabajo va dedicado principalmente a Dios quien nos cuida y nos da la vida para poder
hacer realidad este trabajo. A nuestros padres por su comprensión y ayuda en momentos malos
y menos malos. Quienes nos han enseñado a encarar las adversidades sin perder nunca la
dignidad ni desfallecer en el intento. Nos han dado todo lo que somos ahora como personas,
nuestros valores, principios, nuestra perseverancia y empeño, y todo ello con una gran dosis de
amor y sin pedir nunca nada a cambio. A nuestros docentes quienes nos brindan a diario sus
conocimientos para poder hacer realidad nuestro gran sueño.
iii
Agradecimientos

Queremos agradecer principalmente a Dios, porque ha sabido guiarnos por el camino del bien,
dándonos sabiduría, inteligencia para poder tener éxito en nuestra vida, y poder servir a la
sociedad con nuestros conocimientos, para el progreso del país, el de nuestra familia y en lo
particular. A nuestros padres y hermanos que, con su apoyo incondicional, nos han enseñado que
nunca se debe dejar de luchar por lo que se desea alcanzar. Al Arq. Luis Andrey Paredes
Vásquez, por los conocimientos, experiencias que nos a compartido y por los consejos brindados.
iv
Resumen

La ventilación natural depende de la diferencia de presiones para mover el aire fresco a través de
la construcción. Esta diferencia de presiones puede ser causada por el viento o el llamado efecto
bouyancy creado por la diferencia de temperaturas o diferencias en la humedad del aire.
v
Tabla de Contenidos

Capítulo 1 Introducción e información general...................................................................1


Ventilación natural………………………………………………………………………1
Los efectos de la ventilación natural…………………………………………………….4
Las fuerzas motoras de la ventilación natural…………………………………………...5
Corrientes dinámicas de ventilación…………………………………………………….7
Generar ventilación cruzada……………………………………………………………..8
Ubicar las aberturas de acuerdo con la estrategia de ventilación a seguir………………11
Captar adecuadamente el viento………………………………………………………...13
Aumentar las diferencias de presión alrededor de la edificación……………………….17
Corrientes térmicas (o convectivas) de ventilación……………………………………..19
Los métodos de predicción de la ventilación natural……………………………………25
Los impedimentos de la ventilación natural……………………………………………..27
¿En que nos beneficia la ventilación natural?...................................................................29
Capítulo 2…………………………………………………………………………………..31
Conclusión……………………………………………………………………………….31
Recomendaciones………………………………………………………………………..32
Lista de referencias………………………………………………………………………33
Capítulo 1

Introducción e información general

VENTILACIÓN NATURAL

En el tema anterior se expusieron sobre el movimiento aparente del sol y los preceptos
básicos para controlar la radiación solar, principal causa de calentamiento de las
edificaciones en climas tropicales. Sin embargo, estos preceptos pudieran ser
insuficientes para lograr condiciones de confort. De hecho, aunque fundamental, el
control solar es sólo una entre otras técnicas de diseño bioclimático. Éstas no sólo
incluyen prevenir el arribo del calor, sino extraer el excedente que se pudiera presentar, lo
que se conoce como enfriamiento pasivo. En el tema venidero se discutirá (a manera de
síntesis práctica del curso) el conjunto de técnicas relativas al diseño bioclimático. Antes,
al igual que se hizo con el control solar, se dedicará un tiempo a explicar la técnica de
enfriamiento pasivo más importante y más vinculada con el diseño arquitectónico, que es
la ventilación natural.

¿Qué es el viento?

El viento se origina en el calentamiento producido por el Sol a la Tierra y en la


rotación de la misma. Consiste en la remoción de las capas de aire o su movimiento de las
zonas más calientes a las más frías, buscando un equilibrio.

Figura 1
Medición del viento

El viento, al ser un vector de velocidad, se mide en metros por segundo o kilómetros por
hora. La medición de la velocidad y dirección del viento se efectúa con instrumentos
registradores llamados anemómetros, que dispone de dos sensores, uno para medir la
velocidad y otro para medir la dirección del viento.
Figura 2

¿Qué es la ventilación?

“Ventilación es el proceso que permite sustituir al aire ambiente interior de un local (aire
viciado), suministrando aire fresco, ya sea por medios naturales o mecánicos”.
Charles Broto.

“Ventilación es el mecanismo por el cual aportamos aire limpio a un recinto,


consiguiendo diluir los contaminantes incidentes en el recinto y extraer parte del aire del
recinto”
Martin Baró.
“En arquitectura se denomina ventilación al movimiento intencionado de aire
desde y hacia el exterior; y a través de las diferentes partes del edificio, con la
finalidad de:

Asegurar la renovación del aire respirable.


Asegurar la renovación de aire, tanto el control de la humedad,
concentraciones de gases o partículas en suspensión.

Luchar contra los humos en caso de incendio.


Bajar las concentraciones de gases o partículas a niveles adecuados para el
funcionamiento de maquinaria o instalaciones.
Proteger determinadas áreas de patógenos que puedan penetrar vía aire.
Colaborar en la condición térmica del edificio.

Figura 3
LOS EFECTOS DE LA VENTILACIÓN NATURAL

Renovar el aire caliente interior por aire más fresco de afuera abriendo puertas y ventanas
es un procedimiento usual en edificaciones. Obviamente, el refrescamiento será tanto más
efectivo cuanto más fresco esté el aire que ingresa respecto del que sale. Si la diferencia
de temperatura entre ambos fuese pequeña, la utilidad de ventilar sería limitada. Pero
ventilar implica a su vez crear corrientes de aire, las cuales, de hallarse a temperaturas
inferiores a la de la piel, generarían una sensación de enfriamiento. Asimismo, si dichas
corrientes estuviesen más frías que las superficies internas de la envolvente, el aire, al
pasar por ellas, las enfriaría.

Figura 4

De lo anterior se desprende que la ventilación natural en climas cálidos persigue tres


objetivos:

1. Expulsar el aire caliente de los ambientes y sustituirlo por aire más fresco de afuera. A
este tipo de intercambios se les llama intercambios de masa. Su eficacia depende de la
diferencia de temperatura entre el aire que entra y el aire que sale y del caudal de
ventilación: a mayor diferencia y caudal mayor será la potencia de enfriamiento. Se dice
que el aire así empleado actúa como un fluido vector de calor.

2. Refrescar a las personas expuestas a las corrientes de aire. Este refrescamiento obedece
al vínculo directo entre el confort y la velocidad del aire, el cual se da a través de los
intercambios convectivos de calor sensible entre el aire y la piel y los intercambios de
calor latente asociados con la evaporación del sudor. A mayor diferencia de temperatura,
mayor velocidad y menor humedad mayor será el enfriamiento.

3. Enfriar las superficies de los cerramientos expuestos a las corrientes de aire. Dicho
enfriamiento se produce en razón de los intercambios convectivos de calor sensible entre
el aire y los cerramientos. Su eficacia depende de la diferencia de temperatura entre el
aire y las superficies y de la velocidad con que el aire roce esas superficies.
LAS FUERZAS MOTORAS DE LA VENTILACIÓN NATURAL

Para que el aire fluya alrededor y dentro de las edificaciones se requiere de alguna fuerza
motora. Ésta puede originarse de causas naturales o de equipos fabricados por el hombre.
El aire sólo se moverá al ser empujado, succionado, calentado o enfriado. En cada caso el
movimiento será causado por una diferencia de presión que hace que el aire fluya desde
la zona de mayor presión hasta la zona de menor presión, buscando con ello restituir el
equilibrio. Esta diferencia de presión puede ser de dos tipos:

· Diferencia de presión dinámica: es la que produce un empuje o una succión del aire,
caso en el cual se habla de una corriente dinámica.
· Diferencia de presión estática: es la que se genera al calentar o enfriar el aire, caso en el
cual se habla de una corriente convectiva o corriente térmica. El viento atmosférico tiene
de por sí una presión dinámica proporcional al cuadrado de su velocidad:

Donde ρ es la densidad del aire (kg-masa/m3).


Esta presión es producida sólo por la velocidad (como cuando se sopla sobre un objeto),
por lo que una masa de aire detenida no tiene presión dinámica. Sin embargo, en todos
los casos –moviéndose o detenido–, el aire tiene también una presión estática, aquella que
se origina de su propio peso (en el caso del agua, por ejemplo, la presión estática es la
que frena a una persona a sumergirse en demasía, a riesgo de dañar el oído):

Donde P0 es una presión estática de referencia a una altura z0 (por ejemplo, a nivel del
suelo) (N/m2).
ρ es la densidad del aire (kg-masa/m3)
g es la aceleración de gravedad (m/s2)
z es la altura en la que se evalúa el aire, medida por encima de z0 (m)
Adviértase que la multiplicación (ρ.g.z) no es otra que el peso de la columna de aire que
está entre z0 y z. De allí, que al restársele a P0, lo que se obtiene es simplemente la
presión estática del aire a esa nueva altura, la cual será obviamente menor si z indica un
lugar más alto que z0. Nota: la presión atmosférica es en realidad la presión estática a una
altura z de la atmósfera. Ésta disminuye con la altitud, pues a mayor altitud, menor
cantidad de aire hay hasta la superficie de la atmósfera, es decir, menos peso se tiene por
encima (como cuando se está, en el caso del agua, más cerca de la superficie). Ahora
bien, cuando se calienta una masa de aire ésta se expande, disminuyendo su densidad o,
lo que es lo mismo, su peso, dando lugar a un flujo ascendente que deja una depresión
que succiona el aire más frío y pesado, el cual que cae. De manera esquemática, deberán
recordarse siempre las siguientes correspondencias:

Aire caliente → menos denso (más liviano) → ascendente


Aire frío → más denso (más pesado) → descendente

En climatización pasiva, empujar o succionar el aire se logra explotando la relación entre


el viento atmosférico y la forma de la edificación, con el objeto de aumentar la diferencia
de presión dinámica, mientras que calentarlo se logra por intermedio de la radiación
solar, lo que tiene por objeto modificar la diferencia de presión estática.

Figura 5

CORRIENTES DINÁMICAS DE VENTILACIÓN

El aire es empujado o succionado cuando alrededor o dentro de las edificaciones se


presentan diferencias de presión dinámica que lo obliguen a fluir desde las zonas de altas
presiones hasta las zonas de bajas presiones a fin de restituir el equilibrio. Cualquier
obstáculo que desvíe o cambie la trayectoria del aire así impulsado entorpecerá su flujo,
produciendo en él pérdidas dinámicas, en especial si es obligado a ascender o descender
(siempre que tal movimiento vertical no se deba a un aumento o disminución de
temperatura). Cuando el viento choca con una edificación se generan respecto de ésta
presiones dinámicas positivas en el lado de barlovento y presiones dinámicas negativas
en el lado de sotavento. Éstas varían a lo largo y ancho de las fachadas y dependen de la
forma de la edificación, sus alrededores, el ángulo de incidencia del viento y su
velocidad. Para intentar emparejarlas con la menor pérdida energética el aire buscará
entrar por cualquier abertura que esté del lado de barlovento y salir por cualquier abertura
que esté del lado de sotavento.

Figura 6: Campo de presión alrededor de una edificación.

GENERAR VENTILACIÓN CRUZADA

La ventilación cruzada significa que se colocan aberturas del lado de las presiones
positivas para la entrada del aire y aberturas del lado de las presiones negativas para la
salida del mismo. A tal fin la orientación de la edificación, así como la ubicación relativa
de las ventanas, espacios y particiones internas debe adecuarse a la dirección dominante
de los vientos de la zona, con el objeto de que el aire pueda entrar, fluir y salir con
facilidad. Mientras más se entorpezca el flujo al interior más se producirán zonas de
estancamiento y turbulencias que generarán pérdidas de velocidad, disminuyéndose la
eficacia de la ventilación cruzada.
Figura 7: Adaptación de la orientación de la edificación a la dirección de los vientos y
acoplamiento de las ventanas y particiones internas a su trayectoria natural.

Diversos experimentos han mostrado sin embargo que para el caso de ventilación cruzada
no se requiere en rigor que las ventanas de entrada de aire (aquellas que se encuentran
bajo presiones positivas) sean totalmente perpendiculares a la dirección del viento
incidente. De hecho, aunque los coeficientes de presión tiendan a ser más bajos, se podrá
considerar que se tiene un margen de unos 60º hacia ambos lados, dentro del cual la
ventilación, siempre que sea cruzada, será adecuada (ver figura). Este hecho es
importante en el trópico puesto que permite sin mucha dificultad conciliar el control solar
con la ventilación (si, por ejemplo, se plantease con base en criterios de control solar una
edificación alargada este-oeste con fachadas ciegas en esas orientaciones y aberturas en
las orientaciones norte y sur en un sitio en el que predominan vientos alisios del noreste,
el que el viento llegue desde esa dirección podrá entenderse como no problemático
respecto de la ventilación).
Figura 8

Es más fácil generar ventilación cruzada cuando la planta es dispersa (con volúmenes
salientes y entrantes) que cuando es compacta. Ello habilita inducir flujos de ventilación
independientes en cada espacio, permitiendo resolver el conflicto entre ventilación y
privacidad en algunos recintos, pues disminuye la necesidad de aberturas internas que
comuniquen las aberturas externas de entrada y salida del aire. Además, una planta
dispersa reduce la importancia de la orientación respecto de la incidencia del viento

Figura 9: Una edificación dispersa permite tener ventilación cruzada en todos los
espacios así cambie la dirección del viento.
Otra posibilidad es usar atrios centrales abiertos (o con cerramientos permeables o de
apertura controlable), patios o cualquier espacio grande central que atraviese la
edificación, sirva para actividades comunes y a su vez distribuya las corrientes de aire e
induzca ventilación cruzada en los recintos de uso más privado. Ello implica sin embargo
comunicar dichos recintos con el espacio central por medio de aberturas internas abiertas
o permeables, menguando con ello la posibilidad de lograr privacidad acústica y visual.

Figura 10: Este es el caso de la casa colonial típica.


UBICAR LAS ABERTURAS DE ACUERDO CON LA ESTRATEGIA DE
VENTILACIÓN A SEGUIR

De manera general, la altura de las aberturas se corresponde con la altura más ventilada de los
ambientes:

Figura 11: Ubicación vertical de las aberturas a los efectos de ventilar distintas zonas de
la edificación.

El ancho de las aberturas debe ser lo suficientemente grande y la ubicación de las mismas
debe permitir que el flujo se reparta lo más uniformemente posible en todo el espacio a
ventilar cuando se trate de refrescar a las personas y a todo lo largo y ancho de los
cerramientos cuando se trate de enfriar la masa de la edificación.

Figura 12: Distribución de los flujos a lo largo y ancho de los espacios agrandando las
ventanas y ubicándolas convenientemente.
Sin embargo, repartir las corrientes de aire a lo largo y ancho de un ambiente no implica
necesariamente colocar ventanas grandes abiertas para la entrada y salida del viento,
tratando de que éstas abarquen todo el ambiente. De hecho, las aberturas pueden
colocarse de tal manera que generen un ligero cambio de dirección del flujo de aire,
creando una corriente ensanchada y circular a través de todo el espacio. Esto se logra
cuando las ventanas de entrada y salida del aire no están alineadas con la dirección del
viento (ver figura). Si bien con ello se afecta un tanto el caudal de ventilación total por
aumentarse las pérdidas al chocar el aire con las paredes, tal pérdida queda compensada
desde el punto de vista del confort por una mayor velocidad en algunas zonas y una mejor
repartición de las corrientes.

Figura 13: Repartición del aire desalineando las ventanas.

Usar aberturas en los techos, además de hacer correr el aire por el plafón, permite extraer
el aire caliente que se podría estancar si sólo se contara con ventanas ubicadas a baja
altura. Los techos de doble inclinación facilitan la colocación de tales aberturas. Un techo
así genera una ventilación cruzada entre las aberturas colocadas en él y las aberturas de
cara a estas últimas, lo que no basta para generar una ventilación cruzada completa,
requiriéndose colocar ventanas en la fachada opuesta. Ello crea una “doble” ventilación
cruzada, con lo que se resuelve tanto el enfriamiento de las personas como el
enfriamiento del techo

Figura 14: Uso de techos de doble inclinación para repartir verticalmente las corrientes
de aire.
CAPTAR ADECUADAMENTE EL VIENTO

Aumentar las velocidades de aire y por ende las probabilidades de lograr confort en razón
del aumento de los intercambios convectivos y evaporativos entre la piel y el aire puede
hacerse apelando al llamado efecto Venturi. Dicho efecto se da cuando un fluido circula a
través de un estrechamiento (por ejemplo, un embudo). En ese caso, la velocidad del
fluido aumenta.

Figura 15: Efecto Venturi.

Los aleros, la vegetación, las pantallas solares, el entorno construido y otros elementos
pueden diseñarse con formas aerodinámicas que canalicen la ventilación generando el
efecto Venturi. Tales recursos son útiles especialmente en sitios de poco viento en los que
cualquier aumento de velocidad puede hacer la diferencia entre malestar y confort
(recuérdese que una corriente de aire es sensible sólo si supera los 0.4 m/s). En sitios de
vientos apreciables, en cambio, esta estrategia pudiera ser contraproducente, a menos que
se complemente con elementos de control de la ventilación que eviten la inconveniencia
de velocidades mayores que 1 m/s, las cuales están asociadas con el levantamiento de
polvo y objetos livianos.

Figura 16: Uso de formas aerodinámicas para favorecer la velocidad del aire
canalizando el flujo.
Contrariamente, la presencia de obstáculos en las inmediaciones de una edificación puede
restringir severamente la llegada del viento. Una masa vegetal cuyas partes más
frondosas se encuentren a la altura de las ventanas o un muro de lindero pueden ser en
este sentido muy perjudiciales. El manejo de la vegetación o cualquier elemento aledaño
en aras de permitir la ventilación deberá evidentemente conjugarse con los criterios de
control solar. Por otro lado, en países como Venezuela en los que el criterio de la
seguridad es fundamental, son comunes los muros altos destinados a proteger las
edificaciones. Conviene por ende considerar el uso de enrejados o celosías o incorporar
aberturas en los muros (las cuales pudieran contar con rejas). Ello siempre que se acepte
la visibilidad hacia adentro.

Figura 17: Muros con aberturas.

En términos generales, la perturbación que produce una barrera contra el viento


desaparece completamente a una distancia de 12 veces la altura de dicha barrera cuando
ésta se encuentra aguas arriba, en dirección de la proveniencia del viento. Así, un muro
de 2.5 m de alto requeriría en rigor ubicarse a 30 m de distancia. Se trata como se ve de
una restricción severa. Es por ello que en la práctica se considera aceptable una distancia
de 5 veces la altura del obstáculo, a sabiendas de que el viento llegará algo disminuido. A
medida que la barrera se desalinea respecto de la dirección del viento su perturbación se
reduce. Para ventanas de pisos superiores el problema tenderá del mismo modo a
desaparecer. Se debe señalar que del lado de sotavento (donde las presiones son
negativas) las construcciones o la vegetación, si están muy cerca, afectan también la
ventilación, pues trasladan hasta detrás de ellas los coeficientes de presión negativos. Es
importante pues evitar –siempre que sea posible y juzgándose conjuntamente el problema
del control solar– la presencia de obstáculos que alteren la libre llegada y salida del
viento.
Figura 18: Estudio en laboratorio de una barrera construida (CSTB).

Obviamente, en ciudades, lo antedicho puede ser un problema difícil de solucionar


cuando se diseñe una edificación relativamente baja. En tales casos se debe observar la
real proveniencia del viento, considerando que las vías públicas y los “corredores” que
conforman los edificios aledaños pueden producir el efecto Venturi en direcciones
específicas. Si en cambio se diseña un conjunto urbano de varias construcciones la
ubicación relativa de las mismas debe preservar una correcta llegada del viento en cada
una de ellas (ver figura). Se trata de un caso en el que orientar las fachadas de captación
del viento perpendicularmente al mismo puede ser inconveniente si las construcciones se
ubican las unas detrás de las otras.

Figura 19: Determinación del plan urbano favoreciendo la llegada del viento.
Finalmente, siempre es provechoso proporcionarle al usuario la posibilidad de dirigir las
corrientes de aire según la dirección del viento (la cual normalmente varía en el tiempo) o
según el área de permanencia en el recinto. Para ello son útiles las ventanas batientes,
basculantes o de romanillas, las cuales proporcionan ciertas posibilidades a tales efectos.
Sin embargo, el criterio más importante al momento de escoger el tipo de ventana es
adecuar la permeabilidad de las mismas a los requerimientos de ventilación (porcentaje
de área abierta respecto del área total de la ventana), pues el caudal y el ancho de las
corrientes de aire dependen de ello. En tal sentido las ventanas corredizas resultan menos
provechosas. Obviamente, dependiendo del tamaño total de la ventana y de la necesidad
real que se tenga de maximizar la ventilación (lo cual depende sobre todo del clima)
podrá considerarse el uso de ventanas con menor o mayor permeabilidad, habida cuenta
de que otros criterios como la iluminación, la practicidad (a nadie le gusta limpiar
ventanas de romanillas) o los gustos pueden resultar esenciales para el usuario.

Figura 20: Permeabilidad de diferentes tipos de ventanas.


AUMENTAR LAS DIFERENCIAS DE PRESIÓN ALREDEDOR DE LA
EDIFICACIÓN

Más arriba se apuntó que a mayor diferencia entre las presiones dinámicas de las
fachadas de entrada y salida del aire mayor será la energía disponible para ventilar. Se
puede al respecto apelar a muchos recursos constructivos que incrementen tales
diferencias. En líneas generales, cuanto mayor sea la resistencia que ofrezca la forma de
la envolvente y su entorno inmediato al libre flujo del viento atmosférico mayores serán
los coeficientes de presión entre uno y otro lado.

Figura 21: Aumento de la ventilación manejando las diferencias de presión.


Cuando por cualquier razón no se pueda contar con ventilación cruzada convendrá
colocar al menos dos ventanas en la misma fachada y orientar dicha fachada de manera
que la incidencia no sea completamente perpendicular. Ello hace que los coeficientes de
presión no sean del todo iguales, induciendo una entrada de aire en una de ellas y una
salida en la otra. Sin embargo, lo que resulta realmente de provecho en tales casos es
incorporar salientes que induzcan diferencias de presión localizadas.

Figura 22: Creación de diferencias de presión para una ventilación unilateral.


CORRIENTES TÉRMICAS (O CONVECTIVAS) DE VENTILACIÓN

Cuando el movimiento del aire se produce por diferencias de temperatura el flujo tiende a
desplazarse verticalmente siguiendo la ruta que ofrezca la menor resistencia. Como ya se
apuntó, la diferencia de temperatura conlleva una diferencia de densidad y por ende una
diferencia de presión estática, que es la fuerza motora de las corrientes térmicas. Por otro
lado, en vista de que la presión estática varía también con la altura, las corrientes térmicas
serán tanto más fuertes cuanto mayor sea la diferencia de altura entre las masas de aire a
temperaturas disímiles que activan el flujo.

ventanas opuestas de 1 m2 c/u, sometido a un viento de incidencia perpendicular, es


decir, a una ventilación cruzada franca. La temperatura del aire del local es 5ºC mayor
que la del aire exterior, por lo que se genera un flujo térmico que expele el aire más
caliente de adentro por la parte alta de cada ventana e introduce el aire más fresco de
afuera por la parte baja. En la gráfica de la derecha se muestran los caudales globales de
ventilación del local (corrientes dinámicas + corrientes térmicas) en función de la
velocidad del viento incidente y se les compara con los caudales que se producirían
únicamente por efecto de las corrientes dinámicas. Nótese que cuando la velocidad del
viento supera los 0.5 m/s las corrientes térmicas dejan de tener influencia en el caudal
global. Esto es así debido a que la fuerza dinámica del viento incidente comienza a
superar con creces la fuerza generada por la diferencia de temperatura, deshaciendo las
corrientes que se producen por efecto de esta última.

Tabla 1: Influencia del viento y la diferencia de temperatura


en el caudal global (datos tomados de Hobaica).
Para ilustrar mejor la influencia de las diferencias de temperatura y las diferencias de
altura en la fuerza de las corrientes térmicas, razónese el caso de la derecha. Se trata de
un local con dos ventanas en cada fachada, una arriba y otra abajo. La temperatura
interior es mayor que la exterior, por lo que se produce una corriente térmica ascendente
que expulsa el aire caliente por las ventanas de arriba, aire que es sustituido por aire más
fresco que penetra por las de abajo. Estas corrientes serán tanto más fuertes cuanto mayor
sea la diferencia de temperatura (Ti-Te) y la diferencia de altura H. Como ya se indicó,
las corrientes térmicas pudieran quedar anuladas si sobre el local incide un viento de
cierta magnitud (caso de la derecha). En el ejemplo de la página anterior ese límite se
daba a 0.5 m/s. Sin embargo, éste en realidad varía según la fuerza que tengan las
corrientes térmicas. Para el caso presente, si se consideran iguales todas las ventanas e
igual a 1 la diferencia entre los coeficientes de presión en ambas fachadas, las normas
británicas (BS 5925–1980) plantean como límite:

Figura 23

Es decir, la velocidad de viento para la cual los flujos térmicos pierden significación es
proporcional a la raíz cuadrada de la diferencia de temperatura y a la raíz cuadrada de la
diferencia de altura. En las siguientes figuras se muestra la dependencia de esta velocidad
límite respecto de la diferencia de altura para una diferencia de temperatura de 5ºC y
respecto de la diferencia de temperatura para una diferencia de altura de 10 m:

Tabla 2: Velocidad de viento por encima de la cual se anulan las corrientes térmicas
(Calculados usando la norma británica BS 5925–1980)

De todo lo expuesto se concluye:

1. En edificaciones adecuadamente ventiladas con corrientes dinámicas las corrientes


térmicas tienen poca relevancia.

2. En edificaciones con poca ventilación dinámica (bien por restricciones de diseño o por
indisponibilidad de viento) las corrientes térmicas serán beneficiosas cuando se den
diferencias de temperatura importantes y/o se tengan diferencias de altura grandes entre
las aberturas de entrada y salida del aire.

Sobre la base de estas conclusiones se presentan a continuación dos estrategias en razón


de las cuales las corrientes térmicas podrían ser de provecho en regiones de clima
tropical:

La primera se fundamenta en explotar la diferencia de altura en edificaciones altas (figura


de la derecha). Aquí las corrientes térmicas producidas por la diferencia de temperatura
se amplifican por la diferencia de altura entre las aberturas inferiores de entrada y las
aberturas superiores de salida del aire. Este flujo es francamente vertical puesto que las
corrientes térmicas siempre tienden a subir y el cauce construido para canalizarlas es
vertical. Por tal razón a los movimientos de aire producidos de esta forma se les conoce
también con el nombre de tiro térmico o efecto de chimenea (no obstante, en una
chimenea el tiro térmico se produce no tanto por la diferencia de altura como por la
elevada diferencia de temperatura que crea la leña encendida).

Figura 24: Corrientes térmicas en una edificación alta.

Otra estrategia potencialmente provechosa en climas tropicales es el llamado termosifón


(figura de la derecha). Un termosifón hace uso directo de la radiación solar a objeto de
calentar el aire y producir las diferencias de temperatura requeridas para crear las
corrientes térmicas. Ello demanda grandes áreas de vidrio expuestas al sol. Al pintarse de
negro los cerramientos de la edificación que dan hacia el termosifón, éstos absorben la
energía solar, calentándose y reemitiendo radiación de longitud de onda larga hacia el
espacio encerrado por los vidrios. Debido a que el vidrio es opaco a esta radiación, el aire
se calienta y sube, succionando el aire de los espacios de la edificación. Un termosifón es
en otras palabras el aprovechamiento del efecto invernadero con el objeto de ventilar.

Figura 25: Principio de funcionamiento de un termosifón.


Una variante de un termosifón es la llamada chimenea solar (siguiente figura). Se trata de
una estructura cuya forma es similar a la de una chimenea, cubierta de vidrio, ensanchada
en su parte inferior –a efectos de crear allí un invernadero–, independiente de la
edificación y conectada a los espacios a ventilar por medio de conductos. Dichos
conductos podrán eventualmente incluir en su interior extractores que acentúen el efecto
de succión producido por el ascenso del aire calentado.

Figura 26: Chimenea solar y principio de funcionamiento.

LOS MÉTODOS DE PREDICCIÓN DE LA VENTILACIÓN NATURAL


Existen numerosos métodos para predecir la ventilación natural diseñados con el objeto
de conocer desde la etapa de diseño tanto los caudales de ventilación como las
velocidades de aire al interior de las edificaciones. Bien que no esté entre los objetivos
del curso explicarlos con detalle, se le mencionará a fin de que el estudiante tenga
conocimiento de ellos. Estos métodos alcanzan diferentes grados de complejidad
dependiendo de la exactitud requerida y del usuario al que se destinen. Hay herramientas
de predicción complejas que sólo pueden usar especialistas o investigadores,
herramientas especialmente diseñadas para arquitectos en ejercicio y métodos sencillos
cuyo fin es dar una idea de los caudales de ventilación o las velocidades de aire que se
pudieran esperar en un ambiente. De una manera general, los métodos de predicción de la
ventilación natural pueden clasificarse en tres grupos: métodos analíticos, métodos
empíricos y métodos experimentales.

Métodos analíticos

Se basan en enfoques teóricos en los que se aplican principios de mecánica de los fluidos
y de análisis numérico. Se presentan comúnmente bajo la forma de programas de
computación. De éstos, los más difundidos son el método de red de presión para el
cálculo de caudales y los métodos CFD (“Computacional Fluid Dynamics”) para
reproducir en computadora los patrones del flujo con sus temperaturas y velocidades.

Figura 27: Izquierda: formulación del método de red de presión en una vivienda
sencilla / Derecha: visualización de las corrientes de aire, sus velocidades y
temperaturas para el caso de una ventilación unilateral usando el programa de CFD
Fluent.

Métodos empíricos
Combinan apreciaciones teóricas con ensayos en campo y laboratorio a fin de proponer
correlaciones de cálculo fácilmente aplicables tanto para predecir los caudales globales
como las velocidades medias de las corrientes de aire. Dichos métodos se ciñen a
condiciones muy específicas, por lo que su aplicabilidad queda restringida a los casos
particulares para los cuales fueron creados. De hecho, la mayoría ha sido propuesta para
edificaciones de un solo ambiente. No obstante, son muy útiles y prácticos cuando baste
contar con una estimación aproximada del orden de magnitud de la velocidad promedio o
de los caudales totales que atraviesan la edificación. En la siguiente figura se presenta
uno de ellos, el ya citado método de las normas británicas para el cálculo de caudales (BS
5925–1980), al cual puede apelarse de manera general para hacer una evaluación inicial
de las opciones de diseño que se planteen en un proyecto.

Figura 28: Formulación esquemática del método de las normas británicas BS 5925–1980
(Tomado de Santamouris et al)

LOS IMPEDIMENTOS DE LA VENTILACIÓN NATURAL


Aprovechar cabalmente la ventilación natural sólo es posible si ésta no choca con otros
criterios de diseño que pueden tener igual o mayor importancia. Por ejemplo, en una zona
en la que los ruidos externos sean intensos quizás no convenga diseñar las fachadas con
ventanas grandes abiertas, pues se podría incumplir con los requerimientos acústicos. De
igual forma, ventilar en una zona con un alto nivel de contaminación puede perjudicar la
salud de los ocupantes. Son diversos los impedimentos al diseñar una edificación para
que funcione con ventilación natural. A continuación, se mencionan algunos de ellos
(Santamouris et al):

· Regulaciones anti fuego: Estas regulaciones normalmente restringen el flujo de aire


entre los ambientes, buscándose evitar la propagación del humo en el caso de un
incendio.
· Regulaciones acústicas: Estas regulaciones fijan el nivel mínimo de ruido que puede
entrar en un ambiente, lo que lleva a un determinado grado de aislamiento, en especial en
zonas urbanas ruidosas.
· Sombreado: La necesidad de bloquear la radiación solar puede ser un freno en la
escogencia de las ventanas más adecuadas para la ventilación.
· Privacidad: La necesidad de aislar mediante particiones a fin de dar privacidad a los
ambientes puede restringir los flujos de aire a través de las fachadas y entre los
ambientes.
· Lluvias: La necesidad de obstaculizar las lluvias puede ser un freno en la escogencia de
las ventanas más adecuadas para la ventilación.
· Seguridad: La protección contra la penetración indeseada de personas, animales o
insectos conlleva en muchos casos a bloquear, aunque sea parcialmente las aberturas.
· Contaminación: En las zonas con un elevado nivel de contaminación, puede ser
perjudicial para la salud permitir la entrada franca del aire exterior.
· Iluminación natural: El control de la iluminación natural puede ser un freno en la
escogencia de las ventanas más adecuadas para la ventilación.
· Ignorancia por parte de los usuarios: Los usuarios pueden ignorar la mejor manera de
aprovechar al máximo la ventilación, pudiendo impedir su correcto funcionamiento (por
ejemplo, al realizar remodelaciones o adaptaciones a fin de cambiar el uso de
determinados espacios).
· Forma de la edificación: La ventilación natural requiere de un proyecto particular de la
envolvente, lo que puede contrariar los conceptos arquitectónicos planteados.
· Hábitos de los usuarios: La ventilación natural implica que el usuario acepte un cierto
grado de fluctuación de las condiciones ambientales en los espacios internos. Esto hace
que en muchos casos prefiera la implantación de sistemas mecánicos de enfriamiento.
· Costos: La posibilidad de usar componentes que de alguna manera resuelvan algunos de
los impedimentos anteriores puede no ser aceptada por el promotor, por conllevar costos
adicionales a los previstos.
Las siguientes figuras muestran ejemplos de soluciones en los que se concilia la creación
de una ventilación cruzada adecuada con los requerimientos de privacidad acústica y
visual:

Figura 29: Ejemplos de soluciones arquitectónicas para resolver los problemas de


privacidad acústica y/o visual sin impedir una buena ventilación cruzada (tomado de
Givoni, Climate considerations in building and urban design).
¿EN QUE NOS BENEFICIA LA VENTILACIÓN NATURAL?

Confort
La falta de condiciones térmicas adecuadas provoca trastornos fisiológicos. Las
principales alteraciones se presentan en el aparato circulatorio y en los demás órganos
que intervienen directamente en el intercambio de calor.

Figura 30

Bajo condiciones de alta temperatura la presión arterial aumenta así como el ritmo
cardiaco y respiratorio; los vasos sanguíneos se dilatan, se incrementa la evo
transpiración, aumentando la demanda de oxígeno e ingestión de líquidos, además de
otros efectos secundarios.
El movimiento del aire tiene efectos térmicos en el individuo, aún sin cambiar su
temperatura, ya que a través del movimiento del aire se aumenta la disipación del calor
del organismo de dos maneras: incrementando las pérdidas convectivas y acelerando la
evaporación.

Convección: Es el transporte de calor mediante el movimiento de un fluido (aire, agua,


etc.). Es la transferencia de calor entre un objeto sólido y un fluido (el aire o el agua).

Figura 31
Capítulo 2

CONCLUSIÓN

Se puede suministrar una gran cantidad de aire refrescante al interior de un edificio en


climas cálidos utilizando conocimientos de construcción de torres. Pudimos darnos
cuenta cómo ahorrar el consumo de energía mediante la utilización de estos métodos. Es
sorprendente como podemos manipular el medio ambiente para nuestra conveniencia, ya
sea para residir en algún lugar con mayor comodidad o para realizar trabajos con mayor
facilidad.
RECOMENDACIONES

 Se debe de maximizar el viento inducido mediante el posicionamiento de las


aberturas que lo “atraparan”, el cual debe ser perpendicular a la corriente del aire
con referencia a los vientos de verano.

 Los edificios proporcionados con sistema de ventilación natural deberán ser


angostos. Es muy difícil suministrar de aire refrescante a espacios que son muy
amplios usando ventilación natural.

 Es preferible que cada cuarto tenga dos entradas de viento separadas y dos salidas
separadas, para maximizar la ventilación.
LISTA DE REFERENCIAS

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marcas registradas de los Estados Unidos. Consultado el 18 de septiembre de 2006.

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Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley, Berkeley, California. http://www.lbl.gov/

Facultad de Arquitectura, Diseño y Planificación, Universidad de Sydney,


Australia. https://web.archive.org/web/20111107120122/http://sydney.edu.au/architecture
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