Está en la página 1de 3

Análisis del texto la Colombia de la cacerola

Este artículo de opinión pertenece al género discursivo periodístico. Tiene


como locutora a la periodista Laura Ardila Arrieta, y va dirigido a los lectores del
sitio web la sillavacia.com y el público en general, entre ellos, toda la
ciudadanía colombiana: los líderes y lideresas sociales, los internautas, las
nuevas generaciones, el gobierno nacional y otras generaciones. Ahora bien, el
hecho de destacar el rol de periodista permite legitimar el discurso que nos
habla sobre el cacerolazo en Colombia como una forma de manifestación y
rechazo contra la violencia y el miedo. Sin duda, la intención de la locutora
respecto al tema es exaltar el cacerolazo como una manera de protesta social,
con el propósito de llamar la atención y persuadir a la sociedad colombiana
sobre lo que está sucediendo, con el fin de que no sean indiferentes a la
situación que se vive y se sumen a la lucha social que es necesaria.
En consecuencia, el texto evidencia un contrato social de habla entre una
periodista que exalta y promueve el cacerolazo como forma de protesta frente a
toda la situación del país y la sociedad colombiana de la cual espera que
atienda su colaboración al llamado que se le hace.
También, la locutora presenta diferentes puntos de vista:
En el primer punto de vista afirma que la sociedad colombiana es pacifica para
manifestarse en contra del vandalismo, el miedo, la represión y el toque de
queda del gobierno nacional, esto se puede evidenciar en el texto cuando dice.
“Pero más allá de ese árbol, hay todo un bosque por mirar y entender en el
gesto colectivo espontáneo, solidario e histórico, sin precedentes, que se está
viendo en Colombia, precisamente a pesar de la violencia y el miedo” (Arrieta ,
2019). La enunciadora se identifica con este punto de vista y lo justifica con
distintas voces, entre ellas, las acciones de los protestantes de las diferentes
ciudades del país que es corroborado con dos videos, que permite apreciar la
unión de las personas para evitar la violencia y el primer cacerolazo que fue
detallado por Linterna Verde, un proyecto que analiza las conversaciones
digitales.
Al identificarse con este punto de vista permite a la locutora presentarse como
un sujeto competente, critico, analítico y conocedor de la situación del país,
incluso, por el tono de respeto y estilo directo con el que presenta ese punto
de vista, se puede diferir que también es un sujeto promotor de la lucha y
protesta social sin violencia.
A partir del punto de vista que se presenta de la sociedad colombiana pacifica,
la enunciadora le atribuye una imagen positiva a los protestantes: personas
cuestionadoras, recursivas, creativas, defensores, autónomos, protagonistas de
la protesta, que de manera organizada quieren hacer historia. Es evidente que,
este es un aliado al cual la enunciadora desde su competencia, exalta,
engrandece, y promueve frente a la situación comentada.
Por otro lado, en el segundo punto de vista señala que la sociedad colombiana
se opone a las acciones del gobierno para estigmatizar la protesta social, en
efecto, se puede ver reflejado cuando se menciona que “semanas previas al
paro el gobierno hizo campañas a favor del mismo que aumentaron la molestia
de muchas personas y la sensación de una desconexión presidencial”, es más,
frecuentemente el gobierno hablaba del paro con la intención de generar miedo
por supuestos actos vandálicos que se podían presentar, también, cuando
señala la famosa frase “¿y de que me hablas viejo?” respuesta que dio el
presidente luego que un periodista le preguntara sobre el asesinato de 8
menores en un campamento de las Farc, en suma a eso, el rendirle homenaje
al exministro de defensa que fue presionado a renunciar por el congreso por el
suceso antes mencionado. En consecuencia, la enunciadora rechaza y se
opone a las acciones del gobierno, esto se ve inmerso en el texto cuando
afirma que, el país está viendo la realidad de lo que está pasando y a medida
que la atención sobre los actos vandálicos disminuya, se verá con más claridad
la sociedad que quiere un cambio, además, según un estudio de la firma
Deloitte, las nuevas generaciones cada vez creen menos en políticos y
permanentemente ponen en duda la autoridad.
En concordancia, partiendo de los puntos de vista que se le atribuyen a la
Colombia descontenta, la enunciadora crea una imagen negativa del gobierno
de duque: incompetente, impopular, indiferente, y censurador de los problemas
que vive el país, todo esto se evidencia por la cadena semántica de los
sucesos anteriormente mencionados, y sin duda, es un oponente a quien la
enunciadora desde su rol, se distancia y pone en duda su accionar.
Por último, la tonalidad predominante en el discurso es la apreciativa debido a
que, maneja un estilo directo, respetuoso, crítico sobre la Colombia de la
cacerola y por ende, aprecia, acoge, promueve, engrandece el cacerolazo
como forma de manifestación social, sim embargo, se puede ver también la
tonalidad intencional porque busca persuadir a los interlocutores por medio de
actos de habla, como: la afirmación, la explicación, la precisión de hechos que
tienen relación directa sobre lo que se habla.

Referencias:
 Arrieta, L. (2019, 24 noviembre). La Colombia de la cacerola [Sitio web]
Recuperado de:
https://lasillavacia.com/colombia-cacerola-74649

Darwin Alonso Mosquera Ruiz


1940348

También podría gustarte