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las dimensiones
de la
articulación
en el actual
contexto
DOCUMENTO MARCO
1 2
Introducción Finalidades, Fines
Pág. 3 y Objetivos
Pág. 5
3
La Articulación en
contexto de Pandemia
Pág. 7
4
La Unidad Pedagógica
como posibilitadora
de Trayectorias
de Aprendizaje
Resignificando Pág. 8
las dimensiones
de la articulación 5
La Articulación,
en el actual diferentes escenarios
Pág. 11
contexto
DOCUMENTO MARCO
6
Dispositivos de
Articulación
Pág. 15
7
Conclusiones
Pág. 17
8
Bibliografía
Pág. 18
9
Anexo: Marco
Normativo
Pág. 20
Hoy más que nunca toma fuerza el sentido de la articulación ante la necesi-
dad de pensar y actuar colaborativamente a fin de poder garantizar la educación
como derecho social y bien público y facilitar las trayectorias de las y los estu-
diantes dentro del sistema educativo.
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Santos Guerra utiliza el concepto de bisagra para referenciar los pasos de un nivel a otro, de un curso a otro,
de una asignatura a otra dentro del Sistema Educativo. El problema es que muchas bisagras no funcionan, chi-
llan al abrirse o cerrarse y en definitiva hacen daño a quienes tienen que realizar el paso por ellas. El problema
de las bisagras es que no son de nadie y como no son de nadie, están abandonadas. El mal funcionamiento
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de las bisagras del Sistema Educativo es una de las causales del abandono y/o interrupción de las trayectoria
En tal sentido, la articulación entre niveles y modalidades forma parte del en-
tramado institucional, que permite dar continuidad pedagógica a las trayectorias
escolares en el pasaje no sólo de un tiempo o espacio escolar, sino también de una
propuesta educativa integradora que se enmarcará tanto en los diseños curricula-
res correspondientes, como en el recorrido real de cada estudiante.
En este marco, se inscribe un eje que da continuidad y vertebra todos los nive-
les del sistema, resultando necesario identificar qué tienen en común los Diseños
Curriculares provinciales de Educación Inicial, Primaria y Secundaria y el de los
distintos Profesorados de Educación Superior, cuando explicitan las funciones y
finalidades de la educación.
En primer lugar hay que pensar, como sostiene Inés Dussel (2020), qué es
la escuela hoy, “¿un centro de distribución de tareas? ¿una posibilidad de
volver a construir lo público y construir otros conocimientos diferentes?”
4. LA UNIDAD PEDAGÓGICA
COMO POSIBILITADORA
DE TRAYECTORIAS DE
APRENDIZAJE
Inventemos pues; desde las posibilidades de continuidad que nos ofrece la Uni-
dad Pedagógica, pensemos en un sistema educativo integrado, con continuidad de
contenidos y estrategias.
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Desde los escenarios educativos deben generarse los cambios curriculares que incidan en la formación de los ciudadanos para la adopción de los prin-
cipios del paradigma ecológico. Es decir, según Vargas Hernández (s/f), promover una educación basada en el aprender a conocer, aprender a hacer,
aprender a convivir y aprender a ser, que permita a los educandos obtener los saberes, las destrezas, las actitudes y los valores necesarios para convivir,
interactuar, decidir en grupo, cuidar el entorno, trabajar en equipos, pensar críticamente y solucionar problemas. Capra,F (2000:242-244)
La escuela en expansión
La idea de “expansión” podría pensarse como aquello que trasciende las fron-
teras, o si se quiere, nos encuentra “más allá” del aula, justo allí, en un espacio di-
námico, vertiginoso y en transformación constante, espacio definido por instancias
de comunicación diferentes a las ya conocidas, donde también se inscriben los es-
fuerzos por mantener el vínculo pedagógico con las familias sin conectividad; ese es
nuestro nuevo escenario escolar.
La expansión, como fuerza que atraviesa las fronteras de la escuela para ingresar
a otros espacios, nos conduce a la aventurada tarea de revisitar aquello conocido.
Prácticas que se han ido construyendo y desarrollando con unos fundamentos que
hoy necesitan volver a mirarse, asumiendo que comenzamos a transitar una nueva
forma de organizar tiempos, espacios y tareas; la distancia física, lo virtual, la familia
y lo escolar.
En este punto nos detenemos a pensar a la escuela como un lugar que ofrece
tiempo libre para aprender y enseñar, que separa al estudiantado del mundo del
trabajo. Un lugar establecido para fines determinados. La lógica escolar y el espacio
escolar han sido diseñados a lo largo del tiempo y de los distintos contextos socio-
históricos, políticos y económicos sustentados por teorías pedagógicas que permi-
ten al sistema educativo sostener las trayectorias escolares de las y los estudiantes;
el lugar de la casa y lo que acontece en ella asume características y posibilidades
completamente diferentes.
En los períodos cercanos al paso de un nivel a otro, las expectativas de las fa-
milias, en base a las representaciones sociales que tengan, visibilizan ciertas acti-
tudes que refuerzan los rituales que acompañan a los mismos: las remeras de la
promoción, buzos, viajes de egresados, forman parte de estos rituales. El cambio
de guardapolvo, el uso de elementos como el cuaderno, la cartuchera y los útiles
escolares, son objetos que se convierten en símbolos sociales de cambio de nivel.
(Harf, Ruth, 2016).
Es por estas acciones que debemos replantearnos de qué manera será necesario
compartir con ellas la forma en que estamos diagramando, proyectando la articula-
ción entre el nivel inicial y primario, entre el nivel primario y secundario y entre éste
y la educación superior. ¿Cómo abordar esas representaciones sociales tan fuerte-
mente arraigadas para poder realizar modificaciones y que a la vez éstas sean consi-
deradas como un acompañamiento a las trayectorias escolares?
A su vez, la escuela tiene que dar lugar a que los rituales sean factibles y den
cuenta de la conformación de lo grupal, de su despedida y de su arribo. Más allá de
lo que es propio de los conocimientos construidos, transitar este momento afecti-
vamente es propio del estudiantar, para ello favorecer los canales de comunicación
y sostener la decisión de las familias y de los propios estudiantes, formará parte del
cierre del ciclo lectivo tan particular que transcurrimos.
Para comenzar, conocer los lineamientos curriculares de los otros niveles, re-
conocer que la totalidad de las y los docentes están comprometidos en la tarea
colectiva de articular, acordar concepciones, identificar y valorar la especificidad
de cada nivel, a fin de que no se pierda su identidad, es lo que habilitará el fun-
cionamiento del sistema como un todo integrado.
Un punto de partida que oriente los esfuerzos de las instituciones para arti-
cular en profundidad y con sentido educativo podría ser plantearse qué tipos de
experiencias incluir en un trayecto o itinerario didáctico que implique a estudian-
tes y docentes de distintos niveles, que acompañe y dé sentido a los espacios de
transición, propiciar proyectos integrales que pueden trascender las fronteras de
los ámbitos disciplinares.
8. BIBLIOGRAFÍA
- Aznar Minguet, Pilar (1996) “ La mediación educativa familiar: problemática del rol
paterno y propuestas educativas”, Universidad de Valencia. Facultad de Filosofía y
Ciencias de la Educación. Departamento de Teoría de la Educación. Ediciones Uni-
versidad de Salamanca .Teor. Educ. 8, 1996, pp. 129-139, Valencia
- Diseño Curricular para el Nivel Inicial (1997). Ministerio de Educación de Río Negro
- Harf, Ruth, (2017) “Articulación entre Niveles, Jornadas Gestión y Liderazgo”, No-
veduc, disponible en https://youtu.be/WEJm4siDSeg
- Harf, Ruth; Sánchez, Sandra y Zorzoli, Néstor. (2020) Nuevos desafíos: desde la
Habitualidad hasta la Excepcionalidad
- Maggio, Mariana, (2012) “Enriquecer la enseñanza, Los ambientes con alta dispo-
sición tecnológica como oportunidad”, Paidós
- Nicastro, Sandra y Greco, María Beatriz (2009) “Entre trayectorias, escenas y pen-
samientos en espacios de formación” Homosapiens. Santa Fé
- Terigi, Flavia (2009) “Las trayectorias escolares, del problema individual al desafío
de política educativa”. Ministerio de Educación de la Nación, Buenos Aires.