Biodivers. Amazon. Año 5 Vol.

5 - 2015

AMAZONÍA COLOMBIANA: AMENAZAS Y OPORTUNIDADES PARA SU

CONSERVACIÓN

Lina Peláez\ Ana Lemos 2 , Lorena Valencia3, Gina Macías 4

1
Parque Nacional Natural Amacayacu, Leticia, Amazonas.
2
Florida International University, Miami, Florida.
3
Maestría en Estudios Amazónicos, Universidad Nacional de Colombia, sede Amazonia, Leticia,
Amazonas.
4
Departamento de Biología, Universidad de la Amazonia, Florencia, Caquetá.
*Persona de contacto: limapeco@gmail.com

Resumen
Colombia es un país que se distingue por poseer una abundante diversidad biológica y cultural.
Alberga aproximadamente 10% de la biodiversidad biológica mundial y más de 30 grupos étnicos.
Mucha de esta diversidad se encuentra en la Amazonía, la cual abarca aproximadamente el 50% del
territorio nacional. Aunque la Amazonía colombiana aún mantiene mucho de su carácter natural, la
región se encuentra bajo varias presiones.
Históricamente, la Amazonía colombiana ha tenido muy poca presencia del Estado. Sin embargo,
es una de las áreas de mayor interés por sus recursos naturales, tanto para conservación como para
explotación. Amenazas como economías extractivas, crecimiento poblacional e infraestructura han
motivado la declaratoria de áreas protegidas como estrategia de conservación. Algunas de estas áreas
protegidas se encuentran traslapadas con territorios indígenas y con concesiones mineras y petroleras.
Colombia, por su ecosistema amazónico, ha sido considerado uno de los países con mayores reservas
de minerales. En los últimos años, los títulos de concesión para exploración y explotación de
minerales e hidrocarburos han aumentado significativamente. Es importante destacar que para allanar
el camino para las industrias, en términos de infraestructura, se necesitan carreteras y electricidad.
La Amazonía de Colombia, igual que la de sus países vecinos, enfrenta procesos que amenazan con
destruir sus riquezas naturales y socioculturales, además de acentuar los efectos del cambio climático
mundial. Colombia se encuentra en una encrucijada. Ahora que se está accediendo a lo que antes eran
zonas de no penetración o áreas intangibles, surge un interés por la región. Una buena noticia es que
ha cambiado, por ahora, la situación de inestabilidad política y hay un incremento de la seguridad, lo
que permite una mayor exploración de la región. Esta apertura no solo tiene el interés de los
científicos, también ha capturado la atención de otros actores en los sectores de minería, agricultura y
energía.

Palabras claves: Amazonía colombiana, cambio climático, economías extractivas, pueblos

indígenas, infraestructura.

Abstract
Colombia is a country blessed with an abundance of biological and cultural diversity. lt holds
approximately 10% of the world's biological diversity and more than 30 ethnic groups. Much of this
diversity is found in the Amazon, which covers around 50% of the country. Although much of the
Colombian Amazon still keeps much of its natural character, the region finds itself under various
pressures.

Historically the Colombian Amazon has had very little support from the government. However, it
is one ofthe most interesting areas dueto its natural resources, both for conservation and exploitation.
Threats such as extractive economies, growing populations, and infrastructure have led to the
declaration of protected areas as a conservation strategy. Sorne of these protected areas are overlap
with indigenous territories and mining and oil concessions.

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Due to its Amazonian ecosystem, Colombia has been considered one of the countries with the
largest reserves of minerals. Recently, the concession agreements for mineral and hydrocarbon
exploration and exploitation have significantly increased in the Amazon. It is important to mention
that roads and electricity are needed in order to facilitate the work and development of industries.

The Colombian Amazon, along with its neighboring countries, faces processes that threaten to
destroy its natural and socio-cultural wealth as well as amplifying the effects of global climate change.
Colombia finds itself in a difficult situation. Currently there is more access to non-penetration or
intangible areas and more interest in this region. Good news is that at the moment the political
violence and instability that once characterized Colombia is dissuading. There is more safety in the
region, allowing further understanding and cxploration of it. This openness has brought not only the
interest of scientists, but has also captured the attention of other actors in the mining, agriculture and
energy sectors.

Key words: Colombian amazon, climate change, extractive economies, indigenous people,
infrastructure.

Introducción anuales, lo que hace de este sector el más

Colombia es un país megadiverso y la
Amazonía es responsable de albergar parte de
esta diversidad. La Amazonía representa
aproximadamente el 41% del territorio
nacional (483 037 km2) y 6.2% de toda la selva
Amazónica. Política y administrativamente
está dividida en 1O departamentos (Amazonas,
Caquetá, Cauca, Guaviare, Guainía, Meta,
Nariño, Putumayo, Vaupés y Vichada), 20
corregimientos y 189 resguardos indígenas
(Sinchi 2007).
La confluencia de la cordillera de los Andes
y el Escudo de Guyana conforman la
Amazonía colombiana. Se compone de rocas
ígneas de la era precámbrica y rocas
sedimentarias de la era paleozoica. El suelo es
muy pobre y la parte superior está compuesta
por una fina capa de hojarasca y otros tipos de
vegetación en diferentes grados de
descomposición. Esta capa es la fuente más
importante de nutrientes y la única protección
contra la erosión (Sinchi 2007).
En cuanto al clima, aunque la mayor parte
de la cuenca amazónica está al sur del
Ecuador, las precipitaciones aumentan
gradualmente hacia el extremo noroccidental,
que corresponden a Colombia, Ecuador y parte
del estado brasilero del Amazonas. Dentro de
esta zona hay dos núcleos de mayor
precipitación y dos regímenes de lluvia
alternos. En las regiones tropicales del
hemisferio norte, la época lluviosa es durante
el verano (abril a noviembre). Esta zona bordea
los departamentos de Caquetá y Putumayo, y
cuenta con una precipitación de 6000 mm
húmedo de la cuenca amazónica (Galvis et al.
2006). El segundo núcleo de precipitación está
en medio de la planicie amazónica que
comprende a la cuenca occidental del río
Negro, es decir, aquella que cubre el
departamento del Vaupés y parte de Guainía.
Presenta lluvias durante los meses de
noviembre a mayo con precipitación anual de
3500mm.
La Amazonía colombiana afronta múltiples
amenazas pero en la actualidad cuenta con
figuras de protección como los resguardos
indígenas (figura de derecho colectivo sobre el
territorio), Parques Nacionales Naturales y
Zonas de Reserva Forestal establecidas por la
Ley 2 de 1959. Aunque esto permite que dos
tercios de la Amazonía colombiana estén bajo
algún tipo de protección y se tenga la
proporción más grande de selva natural y de
bosque en píe, esta es una las regiones de
Colombia en donde se presentaron y se
presentan diferentes actividades que han
degradado y afectado las poblaciones nativas y
su entorno natural (Fig. 1).
Las economías o bonanzas extractivas que
se han presentado históricamente en la
Amazonía no solo explotaron de forma masiva
los recursos, sino que generaron la
implantación de nuevos usos del suelo,
migraciones y asentamientos en territorios de
comunidades indígenas. Ejemplos de estos son
la explotación del oro, la quina, y el caucho.
Estos han causado cambios socioculturales,
pérdida de la biodiversidad y el deterioro de
los ecosistemas. Para poder trasladar los
recursos extraídos se generaron nuevas vías de

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comunicación e infraestructura para la energía Es un reto para todos los habitantes de la

eléctrica, lo que facilitó la deforestación de
grandes extensiones de bosques y el aumento
de la población existente. En la actualidad, los
recursos naturales como el agua, los
hidrocarburos, los minerales y los productos
agropecuarios · han generado un renovado
interés por la Amazonía, ya que el país ha
basado su crecimiento económico en la
e~tracción de estos recursos. Esto ha permitido
que se generen políticas que hagan más
accesible estas zonas a la exploración y
explotación de diversos recursos (Cepal2013).
Cabe destacar que la importancia de la
Amazonía no solo radica en la cantidad de
recursos naturales que posee. En los últimos
años se ha podido comprender el papel que
cumple como reguladora del clima regional y
global. La deforestación, como resultado de las
actividades extractivas, es un factor que
agudiza el efecto del cambio climático,
minimiza el potencial de mitigación del mismo
y altera los ciclos naturales conocidos por
siglos por las comunidades indígenas. En
particular estas comunidades tienen una
percepción sobre los cambios que curren en su
entorno y han podido generar estrategias de
adaptación basadas en el conocimiento
tradicional.
Figura l. La Amazonía colombiana: Áreas Protegidas, Tierras Indígenas, Presiones y Amenazas.
Amazortía colombiana lograr un equilibrio
entre el adecuado uso de los recursos naturales
y el desarrollo de las diferentes actividades
económicas de la región. Este balance es
primordial para poder mantener y disfrutar de
una de las zonas de mayor interés mundial.
Áreas protegidas en la Amazonía
colombiana
La constitución política colombiana declara
que "Colombia es un país diverso, pluriétnico
y multicultural". Por lo tanto, debe velar por la
conservación de esas expresiones naturales o
culturales. Para tal fin, el Estado colombiano
ha creado e implementado diversas iniciativas
para el cuidado del medio ambiente y la
protección de los recursos naturales, mediante
la creación del Código de Recursos Naturales.
En este se reconoce el ambiente como
patrimonio común y establece
responsabilidades para su preservación y
manejo, entre otras leyes expedidas. Sin
embargo, el país se enfrenta a diferentes
presiones, como la infraestructura, las
economías extractivas y el cambio climático,
que pretenden ser minimizadas por medio de la
figura de las áreas protegidas.

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Fuente: Estrategia de Conservación y Sostenibilidad de la Amazonía Colombiana, PNN 2011.

Es significativo y necesario que el país conservación y por esto es importante conocer
pueda contar con áreas dedicadas a la cuál ha sido la dinámica de la creación de las

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áreas protegidas en el territorio colombiano y
cómo está conformado su contexto político,
social y económico.
Territorio destinado para la conservación
En Colombia actualmente existen 58 áreas
protegidas las cuales representan más de 14.2
millones de hectáreas (ha) de área natural
conservada. Estas áreas constituyen el 14% del
territorio continental colombiano y son parte
del Sistema de Parques Nacionales Naturales,
conformado por 42 Parques Nacionales
Naturales, 12 Santuarios de Fauna y Flora, 2
Reservas Naturales, un Vía Parque y un Área
Natural Única (Parques Nacionales Naturales
2014).
El ente encargado de la administración y
manejo de las áreas protegidas en Colombia es
la Unidad Administrativa Especial del Sistema
de Parques Nacionales Naturales (UAESPNN),
el cual forma parte del Sistema Nacional de
Áreas Protegidas (SINAP), ente que incorpora
otras figuras de conservación diferentes a las
del sistema de parques. Las figuras de manejo
existentes en la actualidad están clasificadas de
la siguiente manera: Parque Nacional Natural,
Reserva Natural, Área Natural Única,
Santuario de Flora, Santuario de Fauna y Vía
Parque.
En la Amazonía colombiana existen 11
áreas protegidas (Fig. 2 y Tabla 1). Estas áreas
de conservación pueden estar en zonas de
traslape, lo cual se refiere a la superposición
total o parcial de un área del sistema de
Parques Nacionales Naturales de Colombia
con un resguardo o un territorio indígena. Los
resguardos son instituciones legales y
sociopolíticas de carácter especial,
76
conformados por una o más comunidades
indígenas que, con un título de propiedad
colectiva, gozan de las garantías de la
propiedad privada (Artículo 21 del Decreto
2164 de 1951).
Es importante mencionar que tanto en áreas
protegidas como en resguardos y territorios
indígenas, además de los usos tradicionales y
culturales, solo es posible la construcción y
mejoramiento de vivienda rural, de
infraestructura para educación, salud y
recreacwn, electrificación y acueducto,
cultivos de autoconsumo y pequeñas obras de
infraestructura. No se permiten actividades
extractivas, como la minería de metales, la
explotación de hidrocarburos, actividades
agropecuarias como la ganadería y los cultivos
industrializados (Parques Nacionales
Naturales de Colombia 2011).
En cuanto a la ocupación humana en las
áreas de los Sistemas de Parques Nacionales,
23 de las 58 se encuentran traslapadas con
resguardos indígenas legalmente constituidos o
con territorios indígenas que tienen un fuerte
arraigo con su territorio y costumbres. La
mayoría de estas áreas protegidas fueron
declaradas antes de la promulgación de la
constitución política de 1991 y de la adopción,
por parte de Colombia, de convenios
internacionales como el convenio 169 de la
OIT y el convenio de Diversidad Biológica.
Por esta razón las prioridades de creación,
generalmente, obedecieron a una estrategia
nacional, orientada a la conservación de
ecosistemas representativos y no a los tratados
internacionales que fueron establecidos
posteriormente (Parques Nacionales Naturales
de Colombia 2011).
[.
Biodivers. Amazon. Año 5 Vol. 5- 2015

Figura 2. Áreas protegidas en la Amazonía colombiana.

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Fuente: Estrategia de Conservación y Sostenibilidad de la Amazonia Colombiana, PNN 2011.

Tabla l. Áreas protegidas de la Amazonía colombiana.

Extensión
Área protegida Creación
(ha)
Parque Nacional Natural 2 782 353 Creado mediante resolución Ejecutiva n. 0 120 en 1989. Se ampió
Serranía de Chiribiquete mediante resolución n. 0 1038 del21 de agosto de 2013.

Reserva Nacional Natural 1 092 500 Creación: 1989.

Puinawai
Parque Nacional Natural 1 056 023 Nace de las Autoridades Tradicionales Indígenas. Año de
Yaigoje Apaporis creación: 2009.
Parque Nacional Natural 97 189 Creada mediante la resolución 1311 de 2007.
Serranía de los Churumbelos

Parque Nacional Natural Río 999 880 Declarado mediante resolución n. 0 0764 de 2002 del Ministerio
Puré del Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible.

Reserva Nacional Natural 855 000 Creada mediante resolución ejecutiva n.o 122 del 21 de
Nukak septiembre (Acuerdo 0047 del INDERENA).

Parque Nacional Natural 575 500 El parque fue declarado bajo la resolución ejecutiva n.o 190 del
Cahuinari 19 de Octubre de 1987.
Parque Nacional Natural La 422 000 Año de creación: 1984.
Pa a
Parque Nacional Natural 293 500 Fue creado en 1975 y en 1987 se amplió a la extensión actual.
Amaca acu
Parque Nacional Natural Alto 77 336 Creado mediante resolución n. 0 198 de 2002.
Fragua Indi Wasi
Santuario de Flora Plantas 10 204 Creado mediante resolución 0994 del16 de junio del2008.
Medicinales Orito Ingi-Ande
Total Áreas Protegidas 8 261 485
Fuente: Parques Nacionales Naturales (2014).

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A la mitad de la década de 1980, el
Gobierno colombiano tituló más de 20
millones de hectáreas en la Amazonía
colombiana bajo la figura de Resguardo
Indígena, lo que representa más de la mitad del
área amazónica colombiana. Esto obedeció a
diferentes posiciOnes políticas a nivel
internacional, relacionadas con la protección
de las minorías étnicas y la implementación de
una estrategia de protección ambiental. Este
reconocimiento tuvo un papel significativo en
la población indígena, ya que permitió la
articulación de organizaciones con posición
política, que se consolidaron en la década
siguiente (Echeverri 2004).
La creación de los primeros Parques
Nacionales en Colombia se realizó a travé·s del
Instituto Nacional de los Recursos Naturales
Renovables (INDERENA), donde se hicieron
importantes aportes para la definición de
políticas, se sentaron las bases institucionales
de la gestión pública ambiental en el país y se
crearon varios Parques Nacionales Naturales.
En el año 1993, hubo un cambio en las
políticas y el INDERENA pasó a ser parte del
Ministerio del Medio Ambiente. El nuevo
Ministerio asumió las funciones de la división
de parques, pasando esta a la UAESPNN
(Parques Nacionales Naturales de Colombia
2014).
Hasta el 2001, la política de parques estaba
basada en el control y vigilancia de los
recursos naturales. Estaba más orientada a la
conservación de ecosistemas representativos,
basándose en una función estética en los
valores biológicos y ecológicos que estos
encierran, y sus declaratorias se basaban en
estudios netamente científicos, dejando de lado
el componente social. A partir del cambio de
INDERENA a UAESPNN, se replantea la
política basada en control y vigilancia, y se
empiezan a involucrar políticas más acordes a
la realidad de las áreas protegidas, las cuales
mantienen una relación directa o indirecta con
comunidades locales.
Debido a este cambio de orientación de
políticas, en el año 2001 se publica y adopta la
Política de Participación Social en la
Conservación: "Parques con la Gente", la cual
tiene como objetivo misional involucrar una
política de manejo basada en tres pilares:
78
• Asegurar la continuidad de los procesos
ecológicos y evolutivos naturales para
mantener la diversidad biológica.
• Garantizar la oferta de bienes y servicios
ambientales, esenciales para el bienestar
humano.
• Garantizar la permanencia del medio
natural o de algunos de sus componentes
para el mantenimiento de la diversidad
cultural del país y de la valoración social de
la naturaleza.
(Parques Nacionales Naturales de Colombia
2011)
Para la declaratoria de estas áreas
protegidas se ha contado con el apoyo de
diferentes entidades no gubernamentales que
han tenido una presencia de mucho tiempo en
la región mediante sus investigaciones básicas
o aplicadas. Entre ellas se pueden mencionar la
ONG Tropenbos que llegó en el año 1985,
enfocándose en el fortalecimiento de las
culturas tradicionales a través de investigación
propia en recursos naturales (Rodríguez et al.
2011). Fundaciones como Natura, Puerto
Rastrojo, Conservación Internacional, Gaia,
Omacha y Natutama, así como iniciativas que
han nacido del interés individual por la
conservación (como las reservas de la sociedad
civil) han aportado información básica para el
desarrollo de una política pública de
conservación en la Amazonía.
Además de las áreas protegidas establecidas
por el gobierno central, la Amazonía ha tenido
otro tipo de protección informal. Al igual que
el resto del país, el territorio amazónico
colombiano no ha estado exento de las
presiones subyacentes del conflicto armado
que sufre hace más de 50 años. La
participación de diferentes actores del conflicto
han contribuido de una u otra forma a la
conservación del territorio amazónico, por
ejemplo, obstaculizando la entrada de grandes
proyectos de infraestructura y "el desarrollo",
que favorecerían la deforestación y afectación
de la biodiversidad, así como la contaminación
de fuentes hídricas (Arena, en prensa). Por esta
razón se debe observar que los grupos armados
al margen de la ley han tenido un papel en la
conservación de la Amazonía colombiana.
Dicho eso, las tentativas para regularizar el
uso de zonas en la tierra de conflicto han
encontrado complicaciones. Por ejemplo, bajo
la ley 160 de 1994, se crean las zonas de
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reserva campesina con el propósito de regular
la ocupación y el aprovechamiento de las
zonas baldías. Se prioriza su entrega a
campesinos de bajos recursos, buscando con
esta iniciativa frenar la ampliación de la
frontera agrícola en tierras selváticas por
colonos. Eso para evitar que posteriormente
vendieran a terratenientes generando una
problemática territorial. El gobierno de la
época quiso dar solución mediante esta figura,
tratando de frenar además la proliferación de
cultivos ilícitos, lo que resultó en otros
problemas.
La iniciativa de zonas de reserva campesina
inicialmente permitió que muchos campesinos
se organizaran y tuvieran sus unidades
productivas; sin embargo, con el cambio de
gobierno esta iniciativa se truncó, tras el
argumento de que estas zonas eran territorios
para grupos armados al margen de la ley.
Infraestructura en la Amazonía colombiana
La Amazonía colombiana es una región con
características únicas y un área de gran
importancia estratégica para los diferentes
sectores de la sociedad colombiana.
Históricamente, la Amazonía colombiana ha
tenido poca presencia del Estado colombiano y
ha sido vista como una región inhóspita y de
baja prioridad. Además del poco interés
institucional, la Amazonía colombiana, al igual
que todo Colombia, ha pasado por momentos
de violencia y de inestabilidad política. Esto ha
contribuido a la escasa infraestructura de
carreteras y megaproyectos de hidroeléctricas.
En el periodo 1945-1965, Colombia
experimentó una severa violencia política que
dejó entre 100 mil y 300 mil víctimas. Este
período fue tan brutal que se conoce como "La
Violencia" (Neira 1989). En un esfuerzo por
detener los conflictos entre los partidos
conservador y liberal, las partes acordaron
dejar que el partido contrario también
gobernara en la alternancia de períodos
presidenciales. El acuerdo fue llamado el
"Frente Nacional" (Paredes y Díaz 2007). Este
acuerdo hizo que los dos principales partidos
cesaran de luchar entre sí; sin embargo,
limitaba la participación de otros partidos en el
proceso electoral y de gobernanza. Esto llevó
al surgimiento de la guerrilla izquierdista y los
insurgentes armados. Estos grupos incluyen a
las Fuerzas Armadas Revolucionarias
79
Colombianas (F ARC) y el Ejército de
Liberación Nacional (ELN). El conflicto
armado se llevaba a cabo en las zonas remotas
de Colombia, muchas de ellas en la Amazonía.
Esto ha disuadido la penetración en la región
en términos de inversiones para proyectos
grandes de infraestructura y ha brindado una
protección informal.
En comparacton con otros países
amazónicos, la Amazonía colombiana está
relativamente intacta. La región tiene 1764 km
de carreteras, es decir, solo el 1.3% (o 3.6
km/km2) de la longitud total de carreteras en
toda la Amazonía. Entre el 2000 y 2010, solo
el 2.8% de los bosques Amazónicos
colombianos han sido deforestados (RAISG
2012). Solo una represa está siendo
inventariada en la región. Este dato es
asombroso comparado con el número de
represas en países como Brasil (340) y Perú
(44) (RAISG 2012, International Rivers 2015).
Los proyectos de infraestructura se
consideran a menudo como formas de
promover el crecimiento económico en una
región (Perz et al. 2012). Al principio del
milenio, bancos, compañías multinacionales y
varios gobiernos nacionales en América
pnonzaron inversiones en proyectos de
infraestructura a gran escala para facilitar la
conexión regional y la integración a la
economía global. En Colombia hay dos
políticas principales asumidas por el gobierno
central, que abordan la construcción y el
mejoramiento de la infraestructura vial
existente: la Iniciativa para la Integración de
Infraestructura Regional de Suramérica
(IIRSA) y el Plan de Ampliación de Nación
Red Vial2000-2021.
Algunos de los proyectos que están siendo
apoyados por estas políticas están en la
Amazonía y son motivo de preocupación. La
presencia de las carreteras impulsa y acelera la
deforestación. Asimismo, su construcción se
asocia con formas depredadoras de la
extracción de recursos forestales (como la tala
ilegal), la sustitución de los paisajes forestales
con paisajes agrarios, y los proyectos de
infraestructura y urbanización a gran escala.
Las carreteras están claramente asociadas a las
regiones con mayores niveles de deforestación
y pueden afectar a las poblaciones que se
encuentran en aislamiento voluntario,
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causando pérdida de la identidad cultural, la
cohesión, la fragmentación y el aumento de la
población.
En 2000, el Banco Interamericano de
Desarrollo (BID) presentó el plan de acción
para la integración de la infraestructura de
América del Sur, con la intención de
implementar proyectos y cambios en la
legislación, y para facilitar el comercio
regional y mundial. IIRSA tiene previsto
organizar la infraestructura fisica de las vías
aéreas, vías navegables, carreteras, oleoductos
y gasoductos, líneas eléctricas y de fibra
óptica. El área de interés se divide en 12 ejes
de integración y desarrollo. Colombia es parte
de 2 de los 12 ejes: los ejes de los Andes y la
Amazonía. En mayo de 2015, 36 proyectos han
sido identificados oficialmente y se encuentran
en diversas etapas, 31 proyectos de IIRSA en
Colombia están previstos o en ejecución en el
Amazonas (IIRSA 2015).
De conformidad con la Ley 105 de 1993, el
Plan para la Expansión de la Red Nacional de
carreteras 2000-2021 (adoptado por
Documento CONPES 3085 de 2000)
(CONPES 2010), redefinió el sistema de
carreteras bajo control del Gobierno. El
gobierno central es ahora responsable de 16
575 km de carreteras, de las cuales 4 924.70
km son pavimentadas. El Plan transfirió a los
gobiernos nacionales varias carreteras
importantes y definió las prioridades para la
inversión en mejoras viales.
La cuenca del Amazonas es vista por
gobiernos, compamas inversionistas y 1930. En este tiempo, como resultado del
consumidores, virtualmente como una fuente
inagotable de recursos hidráulicos para la
producción energética En algunos países como
Brasil, la energía hidroeléctrica es la fuente
principal de energía. La Amazonía colombiana
ha sido muy poco alterada en términos de
infraestructura hidroeléctrica. La represa
Andaquí es la umca que está siendo
inventariada en esta zona. Esta tiene una
capacidad planeada de 687 MW y un costo
estimado de USD $744.9 millones
(International Rivers 2015).
Sin embargo, la infraestructura no solo se
refiere a grandes proyectos como puentes,
carreteras e hidroeléctricas. También se deben
80
tomar en consideración los centros urbanos y
en avance de la frontera agrícola que también
han transformado el paisaje. Esta
transformación en la Amazonía ha sido
marcada por la presencia de extranjeros,
quienes usaron, desde la colonización, las
redes de ríos que sirvieron como autopistas
fluviales que facilitaron la penetración a la
región. (Arcila 2010). El desarrollo urbano de
la Amazonía fue alentado por razones
religiosas, económicas y políticas que buscaron
de cierta forma "civilizar" una región muy
poco entendida.
En el siglo XIX y principios del XX se
fundaron varios poblados como Puerto Rico,
San Vicente del Caguan y Florencia. En este
tiempo misiones religiosas buscaban convertir
a los pueblos indígenas al cristianismo y
"civilizarlos". La iglesia Católica buscó
reordenar el territorio en poblados
permanentes, pero las nociones de propiedad y
vivir de los misioneros y conquistadores
europeos fueron muy diferentes a la
cosmovisión de los indígenas. Para los
conquistadores, la propiedad sobre la tierra se
entendía como un espacio privado para ser
usado. En contraste, las comunidades
entienden la propiedad como comunal y el uso
del espacio está en función de las necesidades
de vivienda, trabajo y relaciones familiares
(Aprile-Gniset 1992). Este nuevo concepto del
ordenamiento territorial cambió la cara de la
Amazonia colombiana (Mayorga 2002).
Otro periodo importante en la ocupación de
la Amazonía colombiana fue alrededor de
conflicto con Perú, Colombia necesitaba tener
acceso a la zona de confrontación en el río
Putumayo y el bajo Caquetá. La construcción
de los carreteables La Tagua-Caucayá,
Altamira-Florencia y Pasto-Mocoa-Puerto Asís
se llevó a cabo. Esto promovió el movimiento
de personas de lugares del interior del país a la
región de la Amazonía colombiana y, por ende,
el deterioro de grupos indígenas (Sinchi 2007).
Desde finales de la década de 1940 hasta
finales de la década de 1960, hubo varios
procesos que influyeron en la migración a la
región. Después de la expedición de la Ley 200
de 1936, hacendados y terratenientes de varios
departamentos forzaron el desplazamiento de
aparceros y arrendatarios. Estos tenían la
Biodivers. Amazon. Año 5 Vol. 5- 2015
esperanza de convertirse en propietarios de la
tierra e incitaron la colonización del sur de la
Amazonía. Adicionalmente, procesos políticos
como el conflicto de La Violencia, generaron
el desplazamiento de pobladores del interior de
Colombia que no tenían un lugar donde
asentarse. Esto originó el poblamiento del
piedemonte andino-amazónico. La Amazonía,
debido a la extensión y densidad de su bosque
y a la poca presencia del estado colombiano,
también fue vista como un área propicia para la
expansión de cultivos ilícitos en Caquetá y
Putumayo en 1960. Esta economía ilegal trajo
un flujo masivo de personas a la región (Sinchi
2007).
A lo largo de su historia, la Amazonía
colombiana ha vivido diversos procesos
sociales, en los que la colonización de la selva,
los conflictos sociales y culturales, y de uso del
suelo han impactado la región. La poca
infraestructura que existe en la Amazonía
colombiana es debido a la penetración de las
misiones religiosas en la época de la conquista
española y las varias bonanzas de economías
extractivas (detalladas en la siguiente sección)
que atrajeron personas a la región con la
promesa de una mejor vida. Hoy en día,
economías extractivas como la explotación de
hidrocarburos y la minería también mantienen
esa promesa ante muchos colombianos. Estas
presiones económicas y ambientales son
motivo de preocupación, ya que pueden alterar
el balance delicado de la región.
Economías y bonanzas extractivas en la
Amazonía colombiana
La Amazonía colombiana, debido a sus
características biogeográficas y geológicas, es
una región con diversas riquezas naturales
renovables y no renovables, las cuales han sido
aprovechadas a través de una sucesión de
bonanzas extractivas. Según Zárate (200 1), "el
extractivismo se puede definir como cualquier
actividad primaria de obtención y apropiación
de recursos naturales, sean estos de origen
mineral, vegetal o animal o de productos
asociados. La obtención extractiva difiere
sustancialmente de la actividad agrícola o
industrial en tanto su objeto no es la
reproducción deliberada del recurso utilizado.
Esta característica hace que la extracción
conduzca en general al agotamiento del
recurso, sobre todo cuando no se tienen en
81
cuenta los ritmos de regeneración natural del
mismo, los cuales son distintos para cada
recurso o grupo de recursos".
Estas bonanzas extractivas han vinculado a
la Amazonía a los mercados internacionales y
nacionales, y han dado origen al saqueo y a la
destrucción de los recursos naturales, así como
a la violencia y muerte de seres humanos.
Además de las transformaciones de los
ecosistemas y de las organizaciones sociales
existentes, estas dinámicas han sido el motor
de desplazamientos y/o migraciones, las cuales
dieron paso a la fundación de pueblos y
caseríos (Arcila 2010). Existen varios ejemplos
de bonanzas extractivas en la Amazonía
colombiana.
El oro
Las condiciones estructurales, el clima y la
topografia de la subregión Noroccidental
amazónica han determinado la presencia de
depósitos aluviales de oro en los lechos de los
ríos Putumayo y Caquetá, así como en la zona
de Sucumbios y Mocoa. El oro de filón se
encontraba en la subregión Suroriental. En la
época prehispánica, la explotación del oro les
permitió a los nativos del noroccidente
amazónico tener un medio de pago para
acceder a elementos como sal, algodón,
textiles, perros y hachas que les proveían los
indígenas de los Andes (Arcila 2010). Hacia
1850, la extracción de oro causó
contaminación de ríos y cambios hidráulicos
por la presencia de dragas, principalmente en
los ríos San Juan, Oritopungo y Putumayo
(Franco 2011).
Entrando al siglo XX, los inmigrantes de
Nariño llegaron al municipio de ' Orito,
Putumayo, para extraer oro, bonanza que llegó
hasta la década de los 50. Posterior a esta
extracción se dieron dos bonanzas limitadas.
La primera fue entre los 70 y 80 del siglo XX
en el Guainía. Fue realizada inicialmente por
los indios Curripacos, que después de 1983
serían reemplazados por brasileros
denominados "garimpeiros", quienes
introdujeron técnicas nocivas para el medio
ambiente como la utilización del mercurio. La
segunda bonanza fue en las serranías del
Taraira en el Vaupés, la cual también fue
limitada por el acceso a recursos para mantener
las poblaciones. En la actualidad, en los ríos
Caquetá, Putumayo, Puré y Cotuhé y algunos
de sus tributarios se viene desarrollando esta
Biodivers. Amazon. Año 5 Vol. 5- 2015
minería de forma ilegal afectando la actividad
pesquera, la cobertura vegetal y generando
conflictos sociales e institucionales. Esta
actividad es la causa de que cientos de
hectáreas de bosque primario hayan sido
destruidas, ya que cerca de 1 m2 de tierra debe
ser removido para conseguir un gramo de oro
(Arcila 2010).
La quina
Es una sustancia que se extrae de la corteza
de un árbol amazónico, la cual se empleó, y
aún se emplea, como remedio contra la
malaria. Hacia la segunda mitad del siglo XIX
se presentó la extracción de esta corteza en
Colombia, con la exploración, el
descubrimiento y la explotación de los quinales
de la Bota Caucana y el territorio conocido
como Gran Caquetá, el cual comprendía casi
toda la región amazónica colombiana (Zárate
2001, Arcila 2010). Estas exploraciones fueron
realizadas por la Compañía Colombia y una de
las empresas de Rafael Reyes, quien
posteriormente sería presidente de Colombia.
La extracción de quina trajo actividades como
la cría de ganado y la introducción de
numerosos cultivos y pastizales, lo que
ocasionó el desplazamiento, hacia el medio y
bajo Putumayo, de varios asentamientos
indígenas. Estos desplazamientos también
estuvieron ligados a los sistemas de enganche
y sujeción de mano de obra nativa para la
explotación de quina y de caucho, dando paso
a un fenómeno de redistribución de tierras,
transformación de los espacios y procesos
sociales de los indígenas. En 1884, la bonanza
de la quina terminó debido a la producción en
las plantaciones del sudeste asiático la cual
afectó los precios internacionales (Zárate
2001).
Económicamente, la extracción de la quina
no le aportó mucho al país, al ser una actividad
concentradora y excluyente, pero dio paso a la
fundación de poblados en el Cauca amazónico.
También se dio la construcción de caminos
como el que comunica Uribe (Meta) con
Colombia (Huila) y la urbanización y el auge
comercial transitorio de Mocoa (Arcila 2010).
La industria quinera le facilitó a la actividad
cauchera una mínima infraestructura urbana y
de servicios, incluida una red de caminos.
También proporcionó una avanzada
comercialización, localización y subordinación
inicial de mano de obra local indígena y
82
foránea. De esta manera, la extracción de quina
fue la principal responsable de los procesos
migratorios durante este periodo (Zárate 2001).
Caucho
Posteriormente a la quma se dio la
extracción del caucho. El caucho tomó
importancia como materia prima a raíz de los
estudios realizados por los franceses en
Sudamérica en el siglo XVIII y porque
aumentó su consumo, debido al desarrollo y
producción de llantas para bicicletas y
automóviles. La extracción se dio en dos
bonanzas. La primera se extendió desde
mediados del siglo XIX hasta 1914, la segunda
hacia el año de 1924 y los años 60 del siglo
XX (Arcila 201 0).
Inicialmente, los empresarios colombianos,
quienes laboraban en zonas aledañas a los ríos
Orteguaza y Caguán, fueron quienes
explotaron el caucho trayendo mano de obra de
Huila y Tolima. Posteriormente y debido a la
tala masiva de los árboles de caucho negro o
Castilla (Hevea brasiliensis) el producto se
agotó y se presentó un desplazamiento hacia
las áreas del río Caquetá (Gómez et al. 1995).
Posterior a los colombianos, entre 1890 y
1920, la extracción del caucho fue ejercida por
la Casa Arana, bajo un régimen de terror y de
servidumbre indígena. El territorio dominado
estaba entre !quitos, Perú, y los afluentes del
río Amazonas en Colombia (Gómez et al.
1995, Zárate 2008).
Este proceso cambió las posesiones y el
usufructo de los bosques en la región de Cará-
Paraná y en el Igará-Paraná, cuyos límites en el
río Putumayo estuvieron demarcados por los
establecimientos de "Arica", especialmente por
"El Retiro". Esta zona y hasta la
desembocadura del río Cotuhé en el Putumayo
(Tarapacá) estuvieron bajo el control de la
Casa Arana. De esta forma, Julio César Arana
y socios se adueñaron de estas regiones
colombianas por medios ilegales y
establecieron descaradamente la esclavitud de
los indígenas de la región del Putumayo,
obligándolos a trabajar a través de métodos
criminales, los cuales han sido narrados en
varios documentos. Es de anotar que estos
delitos fueron cometidos por los agentes de
Arana, empresa denominada posteriormente
como "The Peruvian Amazon Company".
Mientras esto sucedía, el Gobierno colombiano
Biodivers. Amazon. Año 5 Vol. 5-2015
no intervino ni ejerció control en la zona a
diferencia del Gobierno peruano, quien
secundó las acciones de esta empresa. Solo
hasta 1930 y después de denuncias nacionales
e internacionales se tomaron medidas para
acabar con estos crímenes y Colombia, junto a
las Fuerzas Armadas, recuperó el departamento
del Putumayo (frontera entre Colombia y Perú)
(Gómez et al. 1995).
Entre 1942 y 1970, se dio el segundo auge
del caucho, lo que transformó
significativamente los bosques de donde se
extrajo el látex (Franco 2011). La parte de la
Amazonía más afectada fue la Noroccidental
'
pero se extendió a los departamentos de
Guaviare, Caquetá y Putumayo, en donde los
tratos contra la población nativa fueron
totalmente inhumanos (Arcila 2010). De
nuevo, las condiciones favorables del caucho
en el mercado estimularon fuertes olas
migratorias de campesinos, individuos
empobrecidos, aventureros y buscadores de
fortuna. Parte de estos migrantes se articularon
directamente a la actividad cauchera, otros lo
hicieron de forma indirecta como
transportadores, comerciantes y prestadores de
todo tipo de servicios. Algunos campesinos se
asentaron en áreas selváticas donde empezaron
a cultivar la tierra para abastecer su consumo y
la demanda de alimentos derivada de la
extracción del caucho, transformando el uso de
suelo y el poblamiento de la Amazonía
colombiana (Arcila 2010).
Luego del auge del caucho en la Amazonía,
la explotación se traslada a las plantaciones en
Malasia, lo que contribuyó a que disminuyera
la presión sobre el territorio amazónico
(Gómez et al. 1995, Zárate 2008).
Las tigrilladas
Entre 1940 y 1960, sucedieron las
tigrilladas, en donde se dio la extracción
masiva de pieles de diferentes animales, para
exportarlos a Europa y USA. Las tigrilladas
afectaron a muchas especies, como caimanes,
caimán negro (Melanosuchus niger), cerrillos
(Tayasu pecari), nutrias (Lontra longicauda),
perros de agua (Pteronura brasiliensis),
jaguares (Panthera onca) y tigrillos
(Leopardus spp.). Para la cacería de estos
últimos se diezmaron las poblaciones de
83
churucos (Lagothrix lagothricha) como
camada para atrapar los felinos (Franco 2011).
Paralelamente a las tigrilladas, entre 1950 y
1970, se presentó el comercio de fauna
silvestre (primates, tortugas, caimanes, etc.)
con fines biomédicos y como mascotas (Franco
2011). Un ejemplo fue la exportación de más
de 13 600 primates con fines biomédicos de
Colombia a Estados Unidos, entre 1964 y 1973
(Bennett 2011). Esta bonanza fue otra fuente
de asentamientos humanos, como el de San
José del Guavi are y Leguízamo, que eran
acopiadores de las pieles y el pescado que
demandaba la región andina (Arcila 2010).
La madera
Después de la bonanza cauchera se presentó
la extracción de madera, a partir de 1940 hasta
la actualidad. La principal especie que se ha
aprovechado comercialmente ha sido el cedro
(Cedrela odorata) (Arcila 2010, Franco 2011).
A partir de 1940, a través de las
autorizaciones concedidas por la Inspección
Nacional de Bosques y con el fin de aserrar los
diferentes árboles de madera fina que se
encontraban en la selva, se organizaron grupos
de baquianos, abridores de trocha, canoeros,
aserradores y arrieros. Esta extracción se
focalizó en los departamentos de la Amazonía
Noroccidental donde se utilizó la
infraestructura dejada por las anteriores
bonanzas. Se abrieron otras vías de penetración
y de comunicación para interconectar las
corrientes de agua por donde se sacaba la
madera. Estas extracciones han causado el
incremento de poblaciones como la del
Putumayo, la cual entre 1951 y 1964 aumentó
en 28 179 personas según el censo del Dane
(Arcila 2010, Cepal2013). Más recientemente,
entre 1998 y 2009, se concedieron permisos de
aprovechamiento sobre un volumen de 961 904
m3 en 67 553 ha de Amazonas, Caquetá y
Putumayo (Fundación Alisos 2011).
La deforestación en la alta Amazonía en la
segunda parte del siglo XX se ha asociado a la
apertura de vías de comunicación y medios de
transporte. Estos procesos han estado inmersos
en dinámicas económicas que incentivaron el
extractivismo indiscriminado, lo que también
logró que la región se articulara a los mercados
nacionales e internacionales (Zárate 2001).
Biodivers. Amazon. Año 5 Vol. 5- 2015
El extractivismo maderero se ha prolongado
por 70 años en la Amazonía en la región
noroccidental y suroriental. Al igual que las
pasadas bonanzas, esta contribuyó a la
urbanización de municipios como Puerto Asís,
Florencia, Leticia y Mocoa. Los efectos
negativos del extractivismo maderero
reportados por Corpoamazonia indican que de
1993 a 1997 el volumen de extracción
disminuyó de 78 629.2 m 3 a 38 559.5 m3 , lo
que significó una reducción de más del 50%,
debido al agotamiento del recurso (Arcila
2010).
A nivel regional, la Amazonía es la región
con más hectáreas deforestadas,
principalmente por la introducción de
Tabla 2. Deforestación en la Amazonia colombiana. (Tomado y modificado de Cepal2013).
Área deforestada acumulada (km 2)
1980- 1989 1990-1999
19 973 27 942
Luego del agotamiento del cedro se empezó
a explotar especies como la quinilla
(Manilkara bidentata), acapú (Minquartia
guianensis ), achapo ( Cedrelinga cateniformis),
castaño (Lecythis spp.), andiroba (Carapa
guianensis) y recientemente el caracoli
(Osteophloeum platyspermum) (Arcila 2010,
Franco 2011).
La pesca
Desde 1950 a la actualidad se intensificó y
cambió la actividad pesquera en la Amazonía
colombiana. Se reemplazaron las artes
tradicionales, como la vara, por las mallas y se
empezó a utilizar motores· fuera de borda y
cuartos fríos para el almacenamiento de
grandes volúmenes de peces como los bagres y
los peces de escama. El uso de tecnologías no
tradicionales ha contribuido a la disminución
de la población de peces por debajo de talla
mínima permitida para la pesca, así como el
volumen de pesca, lo cual se observa en la
actualidad (Franco 2011).
84
pastizales para ganado. Entre 2000 y 2005
fueron transformadas en pastos 278 111 ha de
bosque (49% de la hectáreas transformadas), a
zonas agrícolas (20%) y bosque degradado
(26%), indicativo de tala selectiva, cultivos
ilícitos o fuego. Entre 2005 y 201 O disminuyó
la deforestación, pero la transformación a
pastos se mantuvo como el primer factor. Esta
actividad es preocupante debido a la pérdida de
la biodiversidad y al bajo nivel de
sostenibilidad, debido a la pobreza de los
suelos de la región. Las zonas del piedemonte
amazonense y el departamento del Guaviare
han sido las más transformadas de la región
(Tabla 2) (Cepal2013).
Área total
·
deforestada
2000-2005 1980-2005 (%)
29 302 6
Cultivos ilícitos
Otra de las olas extractivas que se presentó
desde· la década de los 70 fue el
establecimiento de cultivos de marihuana y de
coca con fines ilícitos, lo que provocó un auge
económico entre las comunidades indígenas y
por lo tanto el abandono de actividades
tradicionales, como la chagra (Franco 2011).
Inicialmente se dio la bonanza de la
marihuana la cual fue efimera y se concentró
en el departamento del Guaviare y el sur del
Meta. Esta actividad provocó que se abrieran
nuevas trochas y rutas de transporte terrestre y
fluvial, lo que afectó el entorno natural por la
fragmentación de los ecosistemas.
Hacia finales de la década de los 80 llegó a
la Amazonía el cultivo de coca junto con su
proceso de transformación. Inicialmente se
presentó en los municipios de Miraflores y San
José del Guaviare, en Guaviare, en el PNN La
Macarena y en las selvas del Vaupés. Desde
allí se esparció a otros departamentos como el
Caquetá, Putumayo y Amazonas (Fig. 3).
Hasta el 2001 Putumayo fue el mayor
Biodivers. Amazon. Año 5 Vol. 5- 2015
productor de coca en el contexto nacional e
internacional y, en 2002, Miraflores (Caquetá)
tenía 14 606 ha para el cultivo de coca, lo que
le mereció la reputación de capital mundial de
la coca (Arcila 2013).
Dentro de los principales impactos de estas
bonanzas están el surgimiento y consolidación
de caseríos como municipios en los
departamentos de Caquetá y Putumayo,
permitiendo que entre 1973 y 1995 la
Amazonía pasara de 293 197 habitantes a 968
255. El aumento de la población produjo un
crecimiento desordenado de las cabeceras
Figura 3. Cultivos ilícitos en la Amazonía colombiana.
Ecuador
Perú
Fuente: Estrategia de Conservación y Sostenibilidad de la Amazonia Colombiana, PNN 2011.
La minería
El proceso de la rnineríaJegal e ilegal se dio
hacia los años 80 en los departamentos de la
Amazonía, convirtiéndose en la bonanza
extractiva que más está afectando esta región.
Las políticas públicas tienen mucho que ver
con estas bonanzas. En los últimos gobiernos
colombianos (2002-2010 y 2010-2014), la
economía del país ha cifrado sus expectativas
85
municipales de San José del Guaviare, Orito,
Puerto Asís, Florencia y San Vicente del
Caguán. También se disminuyó la agricultura
lícita, lo que promovió el desabastecimiento
alimentario. Se debe anotar que parte de la
población realizó esta actividad como un modo
de supervivencia, lo cual junto a la
concentración de tierra, la deforestación, la
pugna por el territorio y el control del tráfico
ongmaron problemas sociales como la
violencia (Franco 2011, Arcila 2013).
;,'·
Brasil
CONVENaONES
c:J Slb<e(ion Planlde
- O>lli.oslidtos 2009
, , . Ol:ttilfosllicitos 2008
® cabecera Oepartamemal
c::J Unlte Departamental
JZiZl I'NN DTAM
~I'NNO!r•sOTs
de crecimiento en sectores como la minería y
la producción de hidrocarburos. El plan
nacional de desarrollo "Prosperidad para
todos" (2010-2014) proyectó al país y a la
Amazonía con un modelo de desarrollo
fundado en la extracción de riquezas naturales,
denominadas las "locomotoras", las cuales
incluyen la explotación en diferentes
departamentos de la Amazonía colombiana
(Fig. 4) (Fundación Alisos 2011).
Biodivers. Amazon. Año 5 Vol. 5-2015
Entre 1998 y 2010, se dieron en concesión
para el desarrollo de la minería 156 títulos con
cerca de 115 000 ha en la Amazonía
colombiana. Tres departamentos concentran el
76% del área concesionada: Guainía, Vaupés y
Puturnayo (Fundación Alisos 2011). Los
mínerales de mayor interés son materiales de
construcción y arrastre, oro, vanadio, niobio,
tantalio, cobre, molibdeno, plata y zinc (Garay
Figura 4. Minería en la Amazonía colombiana.
Ecuador
Perú
CATASTRO MINERO MAYO 2010
I:I]Tit(to
~S.Oieltud
Fuente: Estrategia de Conservación y Sostenibilidad de la Amazonía Colombiana, PNN 2011.
La mínería ilegal de la región amazónica se
desarrolla en cuatro ejes: la cuenca del río
Inírida, la cuenca del río Caquetá, y las
cuencas de los ríos Puturnayo y Amazonas.
Estas rutas también pueden ser utilizadas para
el tráfico de cocaína (Alisos 2011). Su
presencia se facilita por la falta de vigilancia
estatal, la ausencia de alternativas económícas
de la región, y los altos precios del oro y otros
minerales en el mercado internacional. En la
Amazonía colombiana, . los resguardos
indígenas y los parques naturales enfrentan
amenazas potenciales por el incremento de
solicitudes mineras, especialmente en Vaupés,
lo que ha dado lugar a conflictos entre
empresas y comunidades indígenas. En 201 O,
86
2013). Los impactos ambientales que genera la
mínería incluyen alteración y desestabilización
de los cauces de ríos y quebradas,
contaminación de las aguas con mercurio y
cianuro, y alteración de la estructura de los
ecosistemas.
Brasil
CONVENOONES
:CJ SIJbrtJ¡;;on PhanicJo
® Cebecera D&p.!'trt!lmenlttl
t::J Urnl:o OcpetrUJmontol
llZiJ F'NN OtAM
9 PNN Otros ors
once resguardos de la Amazonía contaban con \
títulos mineros sobre 70 000 ha y se
presentaron solicitudes míneras en resguardos
indígenas sobre cinco veces el área ya titulada.
En cuanto a la mínería legal, los proyectos se
encuentran en el centro del Caquetá y unas
pequeñas franjas en el sur del Guaviare y
Vaupés con explotación de minerales,
especialmente el oro (Cepal 2013).
Los hidrocarburos
La extracción del petróleo inició en los años
30 del siglo XX cuando empresas como la
Shell y la Roosevelt llegaron a Puerto Rico, en
Caquetá, en busca del oro negro. A partir de
Biodivers. Amazon. Año 5 Vol. 5- 2015
esta incursión, otras empresas siguieron
irrumpiendo en varios municipios de Caquetá y
Putumayo, con la consecuente apertura de
trochas y el aumento de la población. En los
años 70 las empresas decidieron cerrar los
pozos y los nuevos pobladores se asentaron e
instauraron cultivos de primera necesidad y
ganadería incipiente. Posteriormente, en el
Putumayo se mantuvo esta actividad y permitió
que parte de la infraestructura de
intercomunicación vial se diera por el
transporte del crudo (Arcila 2013).
El actual auge petrólero se ha expresado en
la Amazonía colombiana con la asignación de
bloques de exploración en la Cuenca Orinoco-
Amazónica con gran potencial de crudos
pesados. Dichos bloques están ubicados
especialmente en el piedemonte, en la cuenca
Caguán, Putumayo, Vaupés, Amazonas y
Llanos. En Caquetá y Putumayo se ubican más
del 90% de los proyectos exploratorios o de
producción de la Amazonía. En 2010, la
Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH)
asignó nuevos bloques en zonas cercanas a
parques naturales, resguardos indígenas y
reservas forestales de la Amazonía colombiana
(Fig. 5 y 6) (Cepal2013).
Figura 5. Hidrocarburos en la Amazonía colombiana.
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c::J llnOPAOMfTlDAr.EGOC
liE]T>A
Fuente: Estrategia de Conservación y Sostenibilidad de la Amazonía Colombiana, PNN 2011.
87
Las actividades de explotación como la
agricultura, la ganadería, la caza, la silvicultura
y la pesca representan el 18.75% del Producto
Interno Bruto (PIB) regional en la Amazonía
colombiana; sin embargo, la Amazonía solo
aporta 1% del PIB nacional. La ganadería tiene
importancia ambiental pues genera
deforestación por medio de la potrerización,
especialmente en los departamentos de
Caquetá, Putumayo y recientemente en
Guaviare (Garay 2013).
La ganadería
Los programas estatales que han promovido
en el siglo XX la colonización de la Amazonía
colombiana y actividades como la ganadería
han dado como resultado un cambio en el uso
del suelo. Estas actividades han cambiado el
entorno natural al convertir la selva en
pastizales para el ganado, sin tener en cuenta
que estos suelos no son aptos para esta
actividad. Por eso, cerca de las cuatro millones
de hectáreas que estaban dedicadas a
actividades agrícolas y pecuarias hacia la
primera década del siglo XXI, se encontraban
cubiertas de pasto (Tabla 3) (Arcila 2010).
Brasil
CONVENCIONES
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 Biodivers. Amazon. Año 5 Vol. 5- 2015
Figura 6. Minería e Hidrocarburos en la Amazonía colombiana.
\ j' Ecuador
Perú
Fuente: Estrategia de Conservación y Sostenibilidad de la Amazonía Colombiana, PNN 2011.
Tabla 3. Superficie convertida en praderas
(noroccidente amazónico) (Tomado de Arcila 2010)
Departamento Superficie
Caquetá 64.56%
Guavi are 15.22%
Sur del Meta 15.83%
Putumayo 3.47%
Otro de los factores que fomentó en el siglo
XX la ganadería y, por lo tanto, el
desplazamiento hacia la Amazonía fue la
reforma agraria de 1961 y la colonización de
baldíos, en donde se produjeron varios frentes
de migración en todo el país. A raíz de esto se
reportó en Guaviare más de 140 000 ha de
selvas y sabanas naturales transformadas en
praderas, con un hato de 70 000 cabezas. En el
Caquetá, se llegó a tener un millón de cabezas,
más de 5000 en los alrededores de Leticia y
150 000 en Putumayo, lo que permite concluir
que para sostener 1.5 millones de cabezas, se
afectaron cerca de 2.5 millones de hectáreas de
_bosques en la Amazonía (Fajardo 2008).
88
B ras i 1
D
BLOQUES HIDROCARBUROS MAYO 2010
AREA EH EXPLORACION
0 AAEA EN PROOUCCION
[J AREA RESERVADA
DOPEN ROUNO 3)10
c:J PROP AOMITIDANEGOC
OTEA
Agricultura lícita
La agricultura en la Amazonía colombiana
varía bastante a través del tiempo histórico y
entre grupos culturales. En la actualidad, hay
más de 138 000 ha dedicadas a la producción
agrícola lícita de tipo empresarial y campesina.
Entre estas se encuentran las plantaciones de
palma de aceite y los cultivos de primera
necesidad, como la yuca, el plátano y el maíz.
(Arcila 2010). La producción de arroz en el
Putumayo afecta ambientalmente la Amazonía
ya que se utilizan humedales, los cuales
quedan contaminados y afectan el entorno de
varias especies vegetales y animales que
dependen de estos para su subsistencia (Garay
2013).
La principal consecuencia de las diferentes
actividades extractivas han sido los
desplazamientos de pueblos indígenas y las
migraciones de colonos procedentes de otros
departamentos colombianos. Estos
movmuentos han sido los principales
generadores de cambio espacial y movilidad de
las comunidades indígenas, junto al
establecimiento del predominio misional, que
creó un modelo de asentamientos nucleados
Biodivers. Amazon. Año 5 Vol. 5- 2015
(Gómez et al. 1995). Estos desplazamientos
resultaron en la creación de poblados, donde se
concentró el comercio, los servicios de
educación y salud, y se introdujeron nuevas
actividades agrícolas, así como nuevas formas
de apropiación del suelo, además del aumento
en la presión sobre los recursos amazónicos.
Los desplazamientos se realizaron
principalmente a través de vías fluviales, con el
objetivo de establecer lugares que permitieran
la extracción de los diferentes recursos, lo que
generó una transformación a partir de las
riveras de los ríos navegables (Zárate 2001).
Las "ganancias" de la extracción de
diferentes recursos (hidrocarburos, minería,
productos vegetales y cultivos ilícitos) no
siempre son tangibles. En la parte legal, la
inversión pública en salud, educación,
saneamiento básico, agua potable, energía e
infraestructura se pierden debido a la debilidad
institucional, la corrupción, el daño ambiental,
el crimen organizado y la exacerbación de los
conflictos sociales. Las ganancias son efímeras
y en algunos casos se terminan gastando en
licor, compra de estupefacientes y prostitución
(Avina 2012).
Como conclusión, hablar de
economías extractivas "sostenibles" realmente
es un reto. Requiere la responsabilidad y la
voluntad de realizar proyectos que mitiguen los
daños y que en realidad recompensen
económicamente a las comunidades de donde
se extrae. Se debe tener en claro que los
efectos ambientales perdurarán por miles de
años, lo cual nunca podrá ser resarcido
económicamente (Fierro 2013).
Cambio climático en la Amazonía
colombiana
El cambio climático es un tema global que
cada día cobra mayor importancia y el cual
acentúa sus efectos cada vez con mayor
preocupación. Se evidencia en la alteración de
fenómenos naturales, y puede deberse al
aumento de gases efecto invernadero (GEl) o a
factores externos tales como modulaciones de
los ciclos solares, erupciones volcánicas o
cambios antropogénicos. El dióxido de
carbono (C0 2) es uno de los GEl más
importantes y su emisión a la atmósfera por el
cambio en el uso del suelo ocupa el segundo
lugar a nivel mundial con una fuerte
contribución de las zonas tropicales.
Actualmente la concentración de dióxido de
89
carbono en la atmósfera es de 388 partes por
millón (ppm) y sigue en aumento, caso similar
con otros gases de efecto invernadero muy
potentes como el metano (CH 4) y el óxido
nitroso (N0 2) (IPCC 2014).
Para comprender de una mejor forma la
dinámica de los ecosistemas en la modulación
de los GEl, debemos comprender cómo
algunos de estos biomas funcionan
fisiológicamente. La Amazonía, como el
bosque continuo más grande del planeta,
cumple un papel importante en la regulación
del clima local y global, ya que su dinámica
permite ser un perfecto regulador del ciclo de
carbono (Poveda 2011).
Los bosques maduros de la Amazonía
almacenan 120 Pg de carbono en su biomasa,
y a través de la fotosíntesis y la respiración
procesan 18 Pg de C anualmente (Malhi 2008),
más del doble de la tasa de emisiones de
combustible fósil. Es por esto que cualquier
alteración en la dinámica del bosque
amazomco impacta sustancialmente la
concentración de co2 atmosférico y de esta
manera agudiza los efectos del cambio
climático. A su vez, el bosque amazónico
produce gran cantidad de evapotranspiración,
la cual da lugar a una gran cantidad de
precipitación reciclada, lo cual cumple un rol
importante en el proceso de retroalimentación
entre los Andes y la Amazonía. En términos de
hidrología e interacciones biológicas, debemos
entender que en el suelo de la Amazonía se
almacenan alrededor de 7000 km3 de agua. Las
tasas de precipitación y evapotranspiración en
la Amazonía son del orden de 50%, Jo que
quiere decir que más o menos la mitad de la
lluvia que cae en la cuenca amazónica es
generada por evapotranspiración del bosque
tropical mismo (Phillips et al. 2009). Este
bosque natural es un mecanismo muy eficaz de
reciclaje de la precipitación y sumidero de
carbono. Desde allí se comienzan a entender
los problemas asociados con la deforestación.
La alta tasa de deforestación en la
Amazonía colombiana en el periodo 2000-
2010 es de 2.8 %, equivalente a 11 986 km2 , lo
que representa el 5% del total de la
deforestación en la Amazonía Andina (RAlSG
2012). Por lo tanto podría esperarse que en un
futuro cercano tenga un efecto en el clima
regional. Si la deforestación continúa a este
Biodivers. Amazon. Año 5 Vol. 5- 2015
ritmo, la mayor parte de los bosques tropicales
amazónicos desaparecería en 50 a 100 años.
Otro efecto que se puede evidenciar del
cambio climático es el aumento de la
temperatura de la superficie terrestre y
oceánica, que muestra un calentamiento de
0.85 [0.65 a 1.06] oc durante el período 1880-
2012. El incremento total entre los períodos
1850-1900 y 2003-2012 fue de 0.78 [0.72 a
0.85] °C.
La tasa de calentamiento durante los
últimos 15 años (1998 y 2012) fue de 0.05 [-
0.05 a 0.15] °C, cuando se presentó un fuerte
efecto del fenómeno El Niño. La tasa de
calentamiento registrada entre 1951 y 2012 fue
de 0.12 [0.08 a 0.14] °C por decenio, mayor a
los años siguientes (IPCC 2014). Además, es
muy probable que el ritmo de pérdida de hielo
de los glaciares en todo el mundo, excepto los
glaciares situados en la periferia de los mantos
de hielo, haya sido en promedio de 226 [91 a
361] Gt/año, durante el período 1971-2009, y
de 275 [140 a 410] Gt/año-1, durante el
período 1993-2009. Todos estos datos
evidencian el desequilibrio ecosistémico en
que podemos estar inmersos como
consecuencia de diferentes presiones
ambientales a causa del crecimiento
exponencial de la población humana.
Los aspectos sociales, en este tema, han
cobrado menor importancia, aunque es
evidente que los pobres del mundo y los
pueblos indígenas son y continuarán siendo los
más afectados por los efectos del cambio
climático. Los grupos indígenas amazónicos,
en general, son sensibles observadores de los
ritmos naturales y han acumulado un amplio y
sofisticado conocimiento de los ciclos
estacionales. Sus hábitos de vida, como la
siembra, pesca, cacería y recolección de frutos
y materiales silvestres están muy ligados a la
sucesión de estaciones bien establecidas, los
cuales han sido afectados en los últimos
tiempos, por el cambio desequilibrado del
clima.
Efectos y percepciones en el incremento de
temperatura afectan sobre todo el trabajo
hortícola. Las chacras o parcelas hortícolas son
áreas abiertas donde el calor se siente
fuertemente y las actividades han modificado
sus horarios tradicionales. Los indígenas son
conscientes de los índices ecológicos
90
complejos que ordenan la interrelación de los
ciclos del agua, los vientos y la temperatura, y
de sus efectos en los ciclos reproductivos de
los peces, la fauna terrestre y los frutales
silvestres, y en la regulación de las actividades
rituales y productivas de la gente (UICN
2014).
Comunidades campesinas y pueblos
indígenas están creando estrategias para
adaptarse al cambio climático, basados en el
conocimiento tradicional que tienen que ver
con la capacidad de respuesta frente a las
amenazas, además del diseño y la
implementación de políticas públicas de
adaptación al cambio climático considerando
el rol y la vulnerabilidad de las mujeres
(Echeverry 2009). Existen otras alternativas de
adaptación que privilegian el sistema de grupos
locales y buscan incrementar su resiliencia y
reducir la vulnerabilidad o integrar
conocimientos y experiencias que puedan ser
utilizadas por un conjunto mayor de la
sociedad para hacer frente a estos cambios
(Cutter et al. 2009).
La promoción de los conocimientos
tradicionales como una estrategia válida para la
adaptación al cambio climático, donde la
ciencia se integra con el conocimiento indígena
para la conservación de la naturaleza, está
relacionada con la consecución de las metas de
Aichi (CBD), y el Congreso Mundial de
Parques de la UICN (2010). Adicionalmente,
forma parte de los debates de la Convención
Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio
Climático (CMNUCC).
Los científicos calculan que de continuar el
grado de calentamiento global que actualmente
existe, en cuarenta años más, es decir para el
2050, se habrá perdido el 87% de la Amazonía,
ya que el aumento en la temperatura está
provocando una disminución de la humedad,
que se constituye en una gran barrera natural
para los incendios. A menor humedad, mayor
peligro de que la selva arda, ingresándose de
esta manera en un círculo vicioso, pues cuanto
más grande es la quema de bosque, mayor la
cantidad de los gases de carbono emitidos.
Actualmente, en Colombia se están
realizando algunas acciones de mitigación y
adaptación al cambio climático, tales como
herramientas en el fortalecimiento de políticas
ambientales, políticas legislativas y programas
Biodivers. Amazon. Año 5 Vol. 5- 2015
ambientales que generan impaCto social y
económico encaminado al mecanismo de
desarrollo limpio.
Según evaluaciones, entre un 12% y un
20% de las emisiones globales de gases de
efecto invernadero provienen de la
deforestación y la pérdida de cubierta forestal,
por lo cual la protección de los bosques se
convierte en una diana prioritaria de la lucha
contra el cambio climático. En este contexto, el
mecanismo REDD ha ido cogiendo fuerza.
Según el Plan de Acción de Bali (2007), es un
programa para la Reducción de Emisiones
derivadas de la Deforestación y la Degradación
forestal, así como para la conservación, la
gestión sostenible y el mejoramiento del stock
de carbono de los bosques en los países del sur.
Conclusiones
En comparación con otros países
Amazónicos, la Amazonía colombiana está
relativamente intacta. Las fuerzas del
desarrollo no han penetrado masivamente en la
región. Procesos históricos como La Violencia
y la presencia de grupos al margen de la ley
han protegido, de cierta forma, la Amazonía.
Asimismo, el desinterés gubernamental por
falta de conocimiento · sobre el área ha
conllevado a un desarrollo básico de
infraestructura en ciudades pocas pobladas, es
decir, con menos de 150 000 habitantes. El
crecimiento demográfico, debido a las varias
olas de migración alentadas por las economías
extractivas ha generado situaciones
impredecibles sobre el efecto antrópico en la
Amazonía.
En cuanto a las bonanzas extractivas, los
ingresos que reportaron durante los periodos en
que se sucedieron nunca podrán cubrir los
costos del daño ambiental que causaron.
Mirando hacia el futuro, conlleva replantear
ejercicios de planeación hacía del desarrollo en
términos sociales y ambientales. Las
condiciones de la producción agroforestal y
ganadera extendidas sobre ecosistemas
amazónicos alteran las condiciones del suelo
(Garay 2013). Los desplazamientos y la
coexistencia de las economías extractivas en
cercanías a los asentamiento indígenas ponen
en peligro el conjunto simbólico, cultural, de
costumbres y de identidades de estas
comunidades (Navia 2012).
91
La Amazonía colombiana se encuentra en
una encrucijada. Hay procesos en el horizonte
que pueden dictar el futuro de la región.
Finalmente, ver un fin al conflicto armado en
el país es buena noticia, pero a la vez esa
esperanza trae consigo preocupación por el
futuro. ¿Qué pasará con las áreas donde nadie
~e atr~vía explorar? Esto abre el panorama para
mvesttgadores y corporaciones
multinacionales. Es decir, el proceso de paz
puede tener impactos positivos o negativos en
el futuro de la Amazonía. Es momento
propicio para repensar en la Amazonía. No es
solo selva inaccesible con recursos infinitos.
Tampoco la Amazonía colombiana es un área
homogénea. Por lo tanto, es importante que las
políticas gubernamentales tengan en cuenta las
diferentes clases de biomas y culturas que
caracterizan cada región que la componen.
Agradecimientos
A la Agencia del Gobierno de los Estados
Unidos, United States Agency for International
Development (USAID) por el apoyo
financiero, a través del subacuerdo entre
Higher Education for Development (HED) y la
Universidad de la Florida (UF), #HED104-
9748-LAC-12-04. A la iniciativa Socios para
la Conservación de la Amazonía por la beca
para el grupo de investigación. Al docente
Santiago Duque, adscrito a la Universidad
Nacional, Sede Leticia, por su
acompañamiento y asesoría durante el proceso,
y finalmente a la Universidad Javeriana por
préstamo de sus instalaciones.
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