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Estables y
Duraderas
David Richo
DAVID RICHO
Cómo mantener
relaciones estables
y duraderas
Prólogo................................................................................................ 11
Agradecimientos ................................................................................ 13
Introducción ....................................................................................... 15
2. .Amor y menos.............................................................................. 72
El reflejo del amor......................................................................... 72
Cuando negamos nos desposeyeron ............................................. 77
Lo que nos duele nos consuela...................................................... 79
¿Hasta qué punto fue buena para mí mi familia? ......................... 82
Iluminar el daño ............................................................................ 85
Un viaje heroico............................................................................. 91
Prácticas........................................................................................ 92
~7~
4. El romance: La primera fase de la relación................................ 129
Cómo elevarse en el amor ........................................................... 131
Cuando el romance es adjetivo ................................................... 136
A qué se parece el amor............................................................... 140
Prácticas...................................................................................... 143
Epílogo.............................................................................................. 279
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y dedicado.................................................................................... 282
Paso uno: Permitirnos saber o recordar ...................................... 284
Prácticas...................................................................................... 286
Paso dos: Permitirnos sentir......................................................... 289
Prácticas...................................................................................... 290
Paso tres: Una oportunidad para repetirlo.................................... 292
Paso cuatro: Abandonar las expectativas .................................... 293
Paso cinco: El agradecimiento como ejercicio............................ 294
Paso seis: La gracia del perdón ................................................... 295
Paso siete: Los rituales de curación ............................................ 297
Prácticas...................................................................................... 298
Paso ocho: Hacerse uno mismo de padre y / o madre y volverse a
conectar.............................................................................. 299
Prácticas...................................................................................... 301
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Prólogo
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expandir nuestra conciencia de dar y recibir amor.» En mi experiencia
aconsejando a parejas y formando profesionales, aparece siempre una
pregunta: ¿Cómo podemos expandir nuestra capacidad de manejar más
amor y más energía positiva, si seguimos saboteando cualquier avance?
Nosotros —Gay, mi esposo, y yo— le llamamos a eso el «Problema de
los límites superiores» y el definitivo desafío humano.
Este libro muestra, precisamente, el modo en que las ondas del amor,
que se van ensanchando de forma continua, pueden fluir más libremente,
dentro y entre todos nosotros. David Richo sienta los escalones que van
del amor personal al amor universal. Las prácticas espirituales de este
libro, no son un accesorio del trabajo psicológico, sino que lo llevan a
cabo.
KAIHLYN HENDR1CKS,
Doctora
Agradecimientos
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mente conmigo en la producción de este libro. Ella fue la primera en
comprender qué es lo que yo intentaba hacer. Y además, me di cuenta,
con admiración, de que Edén no sólo sigue un proyecto hasta el final,
sino que también se preocupa y le importa mucho que sea lo mejor
posible.
Estoy en deuda con David Reich, quien revisó y corrigió despia-
dadamente mi libro con respeto y competencia. Sus preguntas me ayu-
daron a prestar más atención a mis propios debates internos. David utilizó
su vista de lince para darse cuenta de mis inconsistencias y de mis faltas
de lógica y eliminarlas, además de percibir el corazón que hay en mi
libro.
Todo mi respeto y agradecimiento a Adam Friedson, un querido
amigo y una persona admirable y generosa que creyó en este proyecto
desde hace mucho tiempo. Su elegante vínculo con su esposa Allie, me
enseña que las relaciones pueden funcionar muy bien.
Doy las gracias a mis muchos clientes y estudiantes de estos más de
treinta años, en los que he vislumbrado unas chispas muy intrigantes
procedentes del fuego de las relaciones humanas, su continuidad con el
pasado y su potencial para un resplandeciente futuro.
Estoy agradecido a todas las personas de mi vida que han sido lo
suficientemente valientes para tener relaciones conmigo: mi familia.
amigos, colegas y parejas. He reconstruido un corazón procedente década
uno de ellos, especialmente los que me han aman :
nalmente y a los que he amado, a cambio, de ese modo. El ,r que recibí
me ha durado como una protección.
Por último, rindo honores al trabajo de Chógyam Trungpa Rinpochc,
mi primer maestro en el camino intransitable de Buda que, en 1971, abrió
el entonces recién descubierta posibilidad de integrar el trabajo
psicológico y la práctica espiritual. Fue a través de un portal tan radiante
que me atreví a emprender el proyecto de armonizar la psicología, el
catolicismo, la perspectiva de Jung, la mitología, la poesía, mi historia y
todos los dones preciosos que han hecho de mi vida el curioso
espectáculo público que ha sido.
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Ojalá que yo y todas estas fuerzas que me ayudan, sigamos dejando
pasar la luz.
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Introducción
Así pues, las cinco A nos llegan como regalos en la infancia y luego
nosotros las obsequiamos a otros. No son resultado de esfuerzo alguno,
sino el desbordamiento o exceso automático del amor que recibimos. No
tenemos que intentarlo, sino que sencillamente nos damos cuenta de que
somos atentos, que apreciamos, etcétera, a aquellos a los que amamos. Y
lo mismo puede decirse de la compasión, que es un don espiritual, una
gracia que se nos concede como resultado de una práctica atenta y
considerada. No es ninguna tarea, sino que nos damos cuenta de que la
compasión sucede o se presenta en y a través de nosotros, cuando
estamos presentes en el mundo de una manera más atenta y considerada.
Esta compasión se muestra gracias a las cinco A, que son ahora cinco
gracias que recibimos y damos.
El viaje heroico es una metáfora del anhelo que siente el alma hu-
mana, de algo que pueda reparar y restaurar, lo que se ha roto o perdido
en nuestro mundo limitado. El viaje del héroe o de la heroína implica,
primero, el abandono de lo familiar; luego, pasar a través de una pugna o
lucha a un lugar nuevo; y finalmente, el regreso al hogar con el don de
una conciencia más elevada que está a la disposición de todos los que la
quieran. Dos personas pueden encontrarse en romance y oponerse en
conflicto, sólo para emprender, al final, un compromiso o dedicación
mutuos que durará toda la vida. Parece que no somos capaces de amar de
una forma madura a menos que pasemos por todo el itinerario de una
expedición así de arriesgada, pero esta metáfora occidental no está
completa sin la atención y la dedicación.
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abismos sin fondo, sino portales que llevan a una vida más rica. En este
libro pongo necesariamente mi acento en cómo nos quedamos
empantanados y cómo las cosas se estropean o van mal, pero también
puede confiar en que le mostraré diferentes maneras de hacer que las
cosas funcionen mejor, de que toda experiencia nos convierta en mejores
personas y cómo crear un mundo mejor.
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PRIMERA PARTE
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cionarnos con los demás de un modo sano. Eso significa relacionarnos
atenta y consideradamente, sin ser posesivos, ni sentir un temor
incapacitante a la intimidad. Sin embargo, nadie se relaciona con una
desenvoltura perfecta sin aprender esa habilidad; al igual que nadie baila
perfectamente sin que se lo enseñen. Hay personas que dominan el baile y
otras que nunca lo harán, aunque es posible que los demás no se den
cuenta. Una relación también puede parecer que funcione, pero sin
embargo, no proporciona una verdadera intimidad o compromiso, algo
que es un verdadero problema si se ha contraído matrimonio y se tienen
hijos. Como bailarines podemos negarnos a mejorar nuestra habilidad con
pocas consecuencias o ninguna en los demás, pero si hacemos lo mismo
con una relación, alguien puede resultar herido. («Relación» en este
contexto, significa una involucración íntima, tanto si viven juntos como
separados.)
Hemos oído hablar del daño que nuestras heridas infantiles pueden
hacerle a nuestras relaciones adultas, pero yo adopto una visión
generalmente positiva de la fase infantil de nuestro viaje humano. Lo que
nos sucedió entonces no es tan importante como el modo en que lo
consideramos ahora: positivamente, como algo que hemos superado al
crecer; o negativamente, como algo que sigue hiriéndonos a nosotros y a
nuestras relaciones. Si somos capaces de lamentar el pasado y, por lo
tanto, disminuir su impacto en nuestras vidas presentes, podre
mos mantener nuestros límites al tiempo que seguimos estrechamente
vinculados a una pareja. Siempre que tengamos un programa para en-
frentarnos a la adversidad, ningún problema podrá conducirnos a la
desesperanza.
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paz de observar el yo, las situaciones y las personas; la que las evalúa y
responde de un modo que les permite avanzar hacia nuestros objetivos.
No dejamos de lado este aspecto del ego, sino que construimos sobre él.
Nos ayuda en las relaciones, haciendo que seamos responsables y sensi-
bles en nuestras elecciones y compromisos. El ego neurótico, por otro
lado, es esa parte nuestra impulsada u obstaculizada de forma compulsiva,
por el miedo o el deseo, alimentando la arrogancia, el apego, la sensación
de tener derecho a algo y la necesidad de controlar a otras personas. En
ocasiones, es una autonegación y hace que sintamos que somos víctimas
de los demás. Este ego neurótico es el que nuestra tarea espiritual en la
vida tiene la intención de desmantelar. Su tiranía asusta a la intimidad y
hace que se aleje, y amenaza a nuestra autoestima.
Estar atento y dedicado, es una elegante práctica budista que atrae toda
nuestra atención a lo que está sucediendo aquí y ahora. Lo lleva a cabo
liberándonos de nuestra costumbre mental de entretenernos con temores
basados en el ego, deseos, expectativas, evaluaciones, apegos,
inclinaciones, defensas y demás. El puente que va desde las distracciones,
al aquí y ahora, es la experiencia física de prestar atención a nuestra
respiración. La clásica pose sentada juega una parte importante en la
meditación atenta y dedicada al animarnos a permanecer quietos y
centrarnos físicamente. Además, estar sentado de esta forma es tocar la
tierra y ésta, a causa de su solidez y concreción de aquí y ahora, nos hace
conectar con ella y que nos concentremos frente a unas seducciones
mentales que nos apremian. Nos sentamos para practicar el modo en que
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nos comportaremos durante el día. Sin embargo, estar atentos y dedicados
implica más cosas que sentarse. Es un no aferrarse al ego momento a
momento, además de tener una presencia tranquila en la sencillez
resultante cuando experimentamos la realidad sin el abigarramiento
producido por las artes decorativas del ego.
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de ésos.
Tener la mente atenta y dedicada es un camino para dar a los demás las
cinco A, esos componentes esenciales del amor, el respeto y el apoyo. En
sánscrito existen unas palabras que significan «atender» y «quedarse o
permanecer». Y nosotros prestamos atención y nos quedamos con alguien
(nos dedicamos a esa persona) en sus sentimientos y en su problema de
aquí y ahora. Cuando yo acepto a alguien de esta manera serena, se
producen cambios en mí y ambas personas empezamos a descubrir los
medios más hábiles para llegar a un afecto y compromiso más
apreciativos. Aceptar es también el primer paso para abandonar el control
y permitir la libertad y, por lo tanto, esta aceptación atenta y dedicada es
nuestra base de trabajo para las relaciones. Las cinco A son los resultados
y las condiciones de una mente atenta y dedicada.
A pesar de que decir eso pueda sonar raro, tener la mente atenta y
dedicada es, en sí mismo, un entorno que contiene. Cuando nos sentamos,
nunca estamos solos porque todos los santos y los bodhisattvas (seres
iluminados) del pasado y del presente están con nosotros. La meditación
atenta y dedicada significa estar en contacto y continuidad con una larga
tradición. Sentarse es ser ayudado y contenido. Cuando Buda se sentó en
la tierra, fue como si se hubiera sentado en su regazo. Para nosotros es lo
mismo.
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inestable y que tenga necesidad de ser reflejado (véase el capítulo 2). El
compromiso despiadado de Buda para reconocer la transitoriedad, será
aterrador y destructor para alguien sin unos cimientos firmes, como un yo
separado y autónomo, así como inteligentemente protegido. Por último, la
llamada para vivir en el presente, llega en el momento equivocado para
alguien que necesita, primero, explorar el pasado y librarse de sus
ataduras. Este es el motivo de que tanto el trabajo psicológico, para la
individuación; como la práctica espiritual, para la falta de ego, se exijan
siempre como requisitos duales para la iluminación de unos seres tan
hermosos y diseñados tan misteriosamente como nosotros.
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Para bien o para mal, nuestro desarrollo psíquico es el resultado de un
continuo vitalicio de relaciones. El objetivo del adulto es abrirse paso a
través de cada una de ellas. Nosotros luchamos respetuosamente con las
relaciones pasadas, como hizo Jacob con el ángel, hasta que producen su
bendición. La bendición es la revelación de lo que encontramos a faltar o
perdimos, y saber eso, nos da fuerza para dejar correr el pasado y
encontrar satisfacción a nuestras necesidades en nosotros mismos y en
otras personas que pueden amarnos de maneras que se afirman a sí
mismas. Esta clase de amor, restaura o repara las estructuras psíquicas
que se perdieron o quedaron dañadas en la niñez y empezamos a tener un
sentido coherente de quien somos, lo que a su vez hace posible que
amemos a otras personas de ese mismo modo tan potente. Recibimos de
los demás y, por lo tanto, aprendemos a dar, ya que el amor enseña la
generosidad. Así pues, la maduración consiste en no dejar las necesidades
atrás, sino en reclutar a otras personas para que nos apoyen y que puedan
dar unas respuestas generosas y adecuadas a nuestra edad y necesidades.
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Las necesidades emocionales originales de la vida, fueron satisfechas
en los entornos contenedores de la matriz, los brazos de nuestra madre
que nos alimentaba, la calidez de nuestro hogar y la protección de nuestro
padre y nuestra madre, que son los lugares forzosos e indispensables para
un desarrollo sereno. En un entorno tan seguro y englobante, los niños
sienten que están viviendo en un pliegue deseguridad que también tiene
lugar suficiente para que expresen libremente sus sentimientos. A ellos les
parece que sus padres pueden manejar sus sentimientos y reflejarlos con
un amor que lo acepta todo; en pocas palabras, que en la posada hay lugar
para su verdadero yo.
~ 40 ~
Recuperar el pasado y deshacerlo son nuestros objetivos paradójicos
en las relaciones. ¡No es de extrañar que sean tan complejas! Su com-
plejidad no es cuestión de las transacciones entre dos adultos sino del
hecho de que tales transacciones no han empezado nunca: en vez de eso,
lo que hay son dos niños que se tiran el uno al otro de la manga, gritando
al unísono: «¡Mira lo que me sucedió cuando era pequeño!» De hecho, le
estamos pidiendo a un espectador que repare un problema del que no
tiene ni idea y poca habilidad para hacerlo, y todo el tiempo y energía que
se invierte en esa transacción, nos distrae de la primera parte de nuestro
trabajo, que no es otra que reparar nuestra propia vida.
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para aquellos que siguen caminando y que no se dejaron detener por el
espejismo.
Mientras siga usted queriendo algo de fuera, estará insatisfecho porque hay una
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parte suya de la que todavía no es completamente propietario... ¿Cómo puede
estar completo y satisfecho si cree que no puede poseer esta parte (de sí mismo)
hasta que otra persona haga algo?... Si es condicional, no es completamente
suyo.
A. H. ALMAAS
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percibíamos cerca las cinco A, es posible que sintiéramos que la culpa era
nuestra y eso puede habernos dejado con una necesidad acuciante de dar
satisfacciones toda la vida. Esta clase de satisfacción o reparación, es fútil
y confunde mucho, ya que la verdadera tarea es hacer un viaje de salida al
mundo para encontrar algo de lo que nos faltaba y luego descubrirlo,
también, en nosotros mismos.
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gracias del amor, cambia con el tiempo y no es porque los amantes sean
menos generosos con lo que ofrecen, sino porque son más conscientes de
las necesidades y recursos siempre cambiantes.
Atención
Estar escondido es una alegría, pero que no te encuentren es un desastre.
D. W. WINNICOTT
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dentro de nosotros o se convierte en una fuente de vergüenza. Una
sintonización defectuosa, en la niñez, puede conducir a que más tarde
tengamos miedo a defendernos nosotros mismos o que nos impida confiar
en que otros se acercarán a nosotros. Una sincronización defectuosa
también puede hacer que tengamos miedo y que seamos solitarios.
leñemos miedo a exponer algunas regiones de nuestra topografía psíquica
a causa de nuestra desesperanza innata de que lleguemos, alguna vez, a
encontrar el reflejo humano requerido.
Una atención sintonizada crea una zona cada vez mayor de confianza
y seguridad. Nos sentimos alentados a buscar -en lugar de esperar— que
emerjan nuestros anhelos sumergidos y que esas esperanzas a las que se
ha impedido crecer, asuman sus plenas dimensiones. Creemos que, por
fin, nos cuidarán o atenderán. Esto es amor bajo la forma de una atención
atenta y dedicada y nos sentimos seguros en ella. Además, en esta clase
de atención a nuestra verdad, está implícita la verdad del que la
proporciona. Confiamos en que diga lo que es cierto para él y de ahí es de
donde procede nuestra sensación de seguridad.
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yecciones de nuestro propio ego ya no hagan que se vea borroso y eso
exige un interés y una curiosidad sinceros, respecto a la verdad misteriosa
y sorprendente que es usted. Un padre, una madre o una pareja que haya
llegado a conocerle de un modo superficial, es posible que únicamente se
encuentre con sus creencias respecto a usted. Esas creencias, o
predisposiciones, pueden durar años, impidiendo que la persona acepte la
clase de información que le revelaría su verdadero yo. Este verdadero yo
es un potencial abundante, no sólo una lista de rasgos, y la intimidad sólo
podrá producirse cuando esté usted siempre expandiéndose en los
corazones de los demás, no escondido y encerrado en su mente. Nuestra
identidad es como un caleidoscopio. Con cada vuelta que le damos, lo
volvemos a poner en un estado que no es ni el anterior ni el final, sino uno
nuevo que refleja las posiciones de aquí y ahora de las piezas de que
disponemos para trabajar. El diseño siempre es nuevo porque los cambios
son continuos. Eso es lo que hace que los caleidoscopios y nosotros
seamos tan atrayentes y hermosos. A los padres, madres y parejas que nos
dan atención, les encanta ver ese mandala nuestro que evoluciona.
Aceptación
Para que los padres acepten a sus hijos deben estar libres de planes o
ideas preconcebidas para ellos. Estas representaciones paternales pueden
empezar antes del nacimiento y van desde «Será un chico» a «Este bebé
será como una chispa de vida en nuestro matrimonio y hará que
funcione», o «Esta niña hará lo que yo no pude hacer». Cada una de estas
frases es un rechazo sutil de nuestra individualidad, con sus limitaciones y
su potencial. Nuestros progenitores sólo podrán aceptarnos después de
que hayan conseguido desmantelar las representaciones originales que se
habían formado de nosotros, en favor de las personas que vamos a ser.
Esto significa que no han de disgustarse con nosotros ni sentirse
decepcionados por no cumplir un trato que nosotros jamás hicimos. La
aceptación es incondicional, ya que significa la validación de las
elecciones y del estilo de vida de alguien, incluso si no estamos de
acuerdo con ellos. Es lo contrario de dar lecciones de moral, ya que es un
estilo de pura atención dedicada y atenta. Observamos todo lo que es y
hay, y todos sentimos lo que sentimos respecto a lo que es, pero luego nos
concentramos únicamente, en lo que es tal como es.
Aprecio
El aprecio proporciona profundidad a la aceptación: «dé admiro, me
deleito contigo, te valoro, te respeto, te reconozco a ti y a todo tu po-
tencial. Te aprecio como único.» Para adquirir las riquezas del valor
personal y la confianza en uno mismo, necesitamos, precisamente, esta
clase de aliento. La evolución humana es el resultado de los logros
humanos y de las validaciones consiguientes, pero también procede de la
fe de una persona en lo que vale otra. La creencia de un padre en que su
hijo tiene un gran potencial, de hecho engendra potencial en el hijo. Una
creencia mantenida durante mucho tiempo y afirmada continuamente, da
a la gente la capacidad de lograr que algo se haga realidad. Muchos siglos
de creer en el poder curativo de la fe, por ejemplo, hacen que cada vez se
produzcan más curaciones por la fe. En esta y en todas las cinco A, la
satisfacción de la necesidad instila esa cualidad en la personalidad.
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El aprecio también incluye gratitud hacia cualquier amabilidad o
regalo que podamos ofrecer. El aprecio como gratitud, nos reconoce a
nosotros y la manera de extendernos y, como la intimidad es cuestión de
dar y recibir, el aprecio promueve la cercanía. Cuando damos, esperamos
instintivamente que nos den las gracias, y no se trata de una expectativa
egoísta o de clase media, sino de un deseo de que la transacción se
complete de manera normal. Si no hay gratitud, sabemos que falta algo en
una relación.
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Afecto
Nuestra necesidad primordial es dar y recibir amor y este amor lo ex-
presamos emocional, espiritual y físicamente. Un contacto afectuoso o un
abrazo de alguien que realmente nos ama, es capaz de penetrar en
nuestros cuerpos y restaurar nuestras almas. Todos nuestros temores, por
profundos que quizás sean, pueden quedar borrados con una sola caricia
amante.
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durante toda la vida, incluye el que nos amen con el aspecto que tenemos,
o sea, con la forma de nuestro cuerpo, nuestro estilo de asearnos, nuestra
elección de ropas, estén conformes o no con el modelo actual de
excelencia. Nuestra manera de estar presentes describe más y mejor lo
que estamos a punto de hacer que cualquier cosa que hayamos hecho o
que hagamos. El contacto íntimo se realiza con una presencia viviente y
no con un conjunto de genitales o con palabras que prometan amor. Como
adultos, es posible que veamos un cuerpo hermoso y digamos «Tener ese
cuerpo para mí, me haría feliz». ¿Qué es lo que nos ha sucedido para que
estemos tan confusos que creamos que nuestras necesidades pueden ser
satisfechas por una cara bonita? Gran parte de la atracción es intuitiva y
cuestión de la historia física y psíquica. No hay que tomárselo demasiado
personalmente, ya que deshacerse del ego es dejar de tomarse las cosas a
título personal.
Como resulta que la opinión de sus padres era tan crucial para usted en
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su infancia, no ser amado puede que haga que se sienta indigno de ser
amado y responsable de ello. El amor puede, más adelante, compararse a
estar a la altura de los estándares de otra persona y puede ir acompañado
de una sensación de obligación; es posible que se sienta así hacia sus
parejas, toda su vida y que nunca conozca la antigua historia que se
esconde en ello.
Admisión
55 ~
tros mismos. Es posible que nos hayamos dado cuenta de que ser real
significa perder el amor de aquéllos de quien lo necesitamos más y, en ese
caso, puede que nos hayamos convertido en lo que los demás necesitan
que seamos como precio por ser amados. El falso yo resultante debe, al
final, dejar paso a una versión más verdadera si es que la intimidad nos va
a funcionar alguna vez. Si para nosotros nunca fue seguro ser nosotros
mismos —si tuvimos que ocultar lo que éramos— puede que ahora no
creamos de verdad en nuestros talentos y virtudes y que nos sintamos
como impostores y fraudes. Intentar vivir de acuerdo con las necesidades
y deseos de otros es como ser un pichón de cisne e intentar convertirse en
un pato, sólo porque resulta que se encuentra usted viviendo en una
charca de patos. El yo falso es el de un conformista que es un príncipe
heredero que se oculta.
Una vez sanos ya no admitimos que los demás nos controlen, aunque
comprendemos y sentimos su dolor cuando nos damos cuenta de que el
control es una compulsión o coacción. La mayoría de personas
controladoras no son capaces de dejar de serlo, porque no lo controlan y
al intentar controlarnos no nos están insultando, sino que más bien es que
se ponen al mando de forma automática y dominan a las personas y las
situaciones. Lo hacen a causa de un miedo espeluznante de no ser capaces
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de dejar que las cosas sigan su curso. Es necesario seguir un programa
espiritual para ser liberado de la compulsión de ser controlador y para ser
compasivo hacia ese tipo de personas. Un poder superior al ego debe
intervenir porque éste no se rendirá con facilidad ni se volverá tan
amablemente tolerante.
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(o incluso alegre,» o «¿Cómo te atreves a decir no?» Cuando el amor es la
fuerza vital de una relación o de una familia, cada miembro se vuelve
plenamente completo como él mismo. Esta es la alternativa al control, que
genera un falso yo.
59 -
• La ilusión domina y avasalla a la realidad y puede presentarse como
negación, proyección, fantasía, esperanza, idealización, depreciación o
deseo: «Tengo una imagen mental de o una creencia respecto a ti o a esto,
y oscurece lo que eres de verdad.»
Por último, tenga bien presente que siempre es aceptable no saber qué
es o significa algo. Esta capacidad de soportar el misterio es lo que Kcats
llamaba «la capacidad negativa», o «estar inmerso en inseguridades,
misterios y dudas sin esforzarse por alcanzar el hecho y la razón».
Cuando tenemos la mente atenta y dedicada es cuando nos comportamos
precisamente así: soportando lo que encontramos de desconocido y, sin
embargo, sentados serenamente. Desde esa posición se permite que un
significado único madure con el tiempo, en su propio tiempo. Se trata de
una alternativa al frenesí del ego por imponer un significado interino o
provisional de su léxico de actitudes o disposiciones estándar.
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PRÁCTICAS: NUESTRAS HABILIDADES
Práctica no quiere decir que tenga usted que obligarse a mejorar, sino que confíe en
su potencial para abrirse. Todas las sugerencias de prácticas que encontrará a
continuación, tienen un solo propósito: proporcionarle un programa de medios
hábiles. Para conseguir que sea un adulto sano psicológica y espiritualmente
consciente, tanto solo como en relaciones de uno a uno, y en, y para el mundo. En
estas prácticas, el trabajo psicológico y espiritual se supone que ha de hacerse no
secuencialmente, sino simultáneamente. A medida que hacemos nuestro trabajo
psicológico, nos volvemos más expertos psicológicamente. Las parejas que
solucionan las cosas juntas con la ayuda de herramientas terapéuticas, pueden
mejorar muchísimo la salud psicológica de su relación. Pero hacer prácticas
espirituales juntos, profundiza su vínculo en cuanto al alma, y los compañeros del
alma, después do todo, son aquellos cuyos caminos espirituales se han encontrado.
Sentarse juntos a meditar contribuye poderosamente al vínculo como sostenerse el
uno al otro en un abrazo sexual, porque tener la mente atenta y dedicada es la mejor
herramienta para la comunicación y para procesar los problemas que surgen en una
relación. Así que sentarse es una práctica de relación y no sólo una práctica
espiritual.
Es posible que quiera comentar sus prácticas a una persona en la que confíe además
de su pareja, buscando maneras de aplicar lo que está aprendiendo, a sus amistades
y también con el trato diario con la gente. Este programa no consiste únicamente en
hacer que sus relaciones íntimas sean más eficaces, sino también en iluminar el
camino que lleva a un amor eficaz para todo el mundo.
~ 62 ~
Las prácticas nos muestran lo vasto que es nuestro potencial para ser adultos sanos
que saben cómo amar, y también nos muestran dónde se hallan nuestras
constricciones y dónde nos puede estar acechando la resistencia al amor. Las
prácticas elevan nuestra autoestima cuando nos observamos activando nuestro
potencial para amar y soltamos las barreras que le hemos colocado. Por inadecuados
o defectuosos que imaginemos que somos, tenemos en nosotros lo necesario para
descubrir la integridad. Las palabras y las prácticas de este libro ofrecen momentos
de reparación y de nuevos ajustes que pueden hacer que el dolor sea menos
impactante o intimidados
Las secciones de prácticas amplían las ideas y los temas que se han explorado en
cada capítulo, y deberían leerse tanto si decide robar los ejercicios como si no. Estas
secciones complementan y mejoran el texto, pero tome nota también de que no es
necesario hacer todas las prácticas. Algunas se han diseñado para personas
introvertidas, y otras para extrovertidas; algunas están hechas a medida de
problemas concretos y, por lo tanto, no sirven para todos; pero aún así, creo que
encontrará este libro mucho más excitante, si prueba algunas prácticas de cada
capítulo. Elija las que más le atraigan, le desafíen o encajen con sus circunstancias y
personalidad. Se dará cuenta de que el resultado es que su relación -y usted mismo-
se enriquecen de una manera conmovedora y poderosa.
Por último, asegúrese de fijarse en sus sensaciones corporales mientras lee este libro
y va haciendo los ejercicios, ya que le proporcionarán sensaciones respecto a dónde
puede que deba trabajar, qué le retiene, y qué es lo que le sostiene.
~ 63 ~
dos, la espalda recta y las manos sobre sus rodillas o muslos. Preste atención a su
respiración. Cuando los pensamientos o ansiedades entren en su mente, limítese a
etiquetarlos como pensamientos y vuelva a ser consciente de su respiración. No
intente dejar de pensar. La práctica exige únicamente que cuando usted se dé cuenta
de un pensamiento, vuelva a la conciencia de su respiración. Cuando acabe su
meditación, intente ponerse lentamente en pie y vea si es capaz de mantener la
misma sensación de conciencia durante todo el día. Al final, la respiración se vuelve
más real y más interesante que nuestras historias.
CÓMO DEJAR EL CONTROL • Un control sano significa ordenar nuestras vidas de unas
maneras responsables. Por ejemplo, manteniendo el control de un automóvil o de
nuestra salud. Un control neurótico significa que uno actúa de acuerdo con la
necesidad compulsiva de hacer que todo, y todo el mundo, cumpla nuestros deseos.
El control es lo que decidimos buscar cuando nos dimos cuenta de lo que hay de
implacable en nuestra existencia y nos sentimos desvalidos frente a ello. Toda vía no
éramos capaces de decir: «Me quedaré con esta dificultad y veré qué puede
ofrecerme. Me doy cuenta de que parece que así me vuelvo más fuerte.» Decir sí a
nuestra experiencia, de esta manera tan consciente, nos lleva a tener más poder. ¿Es
capaz de tomar una decisión, de comprometerse a ser menos controlador y a
dedicarse a esto como su proyecto actual?
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conseguir esta buena disposición, pídale a su pareja que le describa algo que la haya
estado molestando y fíjese en el modo en que usted juzga lo que ella dice,
queriendo controlar sus reacciones, teniendo miedo de ella, queriendo arreglarla y
demás. Reconozca cada una de esas reacciones como distracciones del ego y vuelva
a escuchar abiertamente. Cuando su pareja haya terminado, dígale qué distracciones
interrumpieron su escucha atenta y dedicada de su historia y reconózcalas como
ego. Comprométase a darse cuenta de ellas en conversaciones futuras y también
puede comprometerse a escuchar con su corazón para ver dónde están las cinco A.
¿Cómo puede ser eso? Gracias a la costumbre atenta y considerada que está
construyendo en la meditación, volviendo a su respiración sin que le distraigan las
actitudes.
He aquí una práctica que utiliza a la mente atenta y dedicada, para responder de una
manera apreciativa y sin embargo, autoprotectora, cuando alguien le critique:
• Acerqúese a cualquier persona que tenga un problema con usted con una
intención consciente de darle las cinco A. Dígaselo en voz alta y cuando ella hable
manténgalo en su corazón; eso describe una manera profundamente amante de
escuchar que es útil en cualquier momento de la vida y en todas /as
comunicaciones:
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• Reconozca el impacto que ha causado en la otra persona y los sen timientos que
ha hecho surgir en ella. No utilice la negación para protegerse. No minimice ni
deseche su impacto contrastándolo con sus buenas intenciones. El impacto tiene
más importancia que las intenciones.
• Comprométase a tomar lo que dice la otra persona, como información y no como
censura.
• Sin embargo, hable claramente si el íeedback incluye culpa, insultos, ridículo o
humillaciones. No permita eso cuando se esté usted cuidando de sí mismo.
• Rectifique siempre que sea apropiado, diseñe un plan para cambiar y pida apoyo.
Esta práctica instila la virtud de la humildad y logra que sea usted más abierto y
cautivador.
Mientras sigamos creyendo que una pareja es igual que siempre o lo que
imaginamos que es, operaremos partiendo de esa imagen y no desde la conciencia
de sus necesidades. Podemos cambiar esta costumbre mental dándole las cinco A y
escuchando, de verdad, sus necesidades. Una persona que sepa que la hemos
encasillado o postergado en nuestras mentes, no confiará en nosotros y, por lo tanto,
no nos mostrará sus necesidades. Entonces fracasan las comunicaciones y aparecen
las discusiones o las posturas defensivas que se apoderan de la situación.
Utilizando las cinco A como postes indicadores, pregúntese qué es lo que necesita
~ 66-
usted más de una pareja o un amigo. Pregúntele a su pareja o a un amigo, qué es lo
que necesita de usted. Tenga cuidado de no confundir las necesidades con
solicitudes, planes o remedios. Por ejemplo, decir «Necesito que me escuches» no
describe una necesidad sino una solicitud. Si uno dice: «Necesito más espacio en esta
relación» no describe una necesidad sino un plan. Si uno dice «Necesito una copa»,
no describe una necesidad sino (por lo menos la ¡dea que uno tiene) un remedio.
Cuéntele a su pareja sus presentes deseos, planes e ¡deas para remedios y luego
identifique la necesidad que se ocul ta detrás de cada una de estas cosas y pídale
que le escuche. Por ejemplo, detrás del deseo de ser escuchado puede que esté la
necesidad de una auténtica atención, una concentración sin distracciones en sus pa-
labras y sentimientos con respeto y un aprecio sincero.
CÓMO SENTIRSE AMADO • Empiece este ejercicio volviendo a sus recuerdos de sentirse
amado en la infancia y fíjese en cualquier conexión con las clases de amor que busca
como adulto. Luego pregunte a su pareja qué es lo que le parece amor y dígale lo
que se lo parece a usted. Es posible que no se sienta amado por alguien que le ama
de verdad, porque se lo demuestra de maneras que usted no entiende como amor.
Es como oír una lengua extranjera y dar por sentado que es un galima tías. Pida una
traducción. Para los adultos, el desafío de la intimidad es ampliar nuestro concepto
original del amor para que se acomode a la única manera de amar de una pareja.
Podemos seguir pidiendo lo que queremos, al tiempo que intentamos aceptar una
aproximación y nos abrimos a versiones nuevas del amor.
con esa información? El amor que yo ofrezco ¿es infantil, paternal o adulto? El amor
que yo busco ¿es infantil, paternal o adulto? Cuando nos parece que nos llega poco
amor o nada en absoluto, es posible que busquemos una prueba de amor y, cuantas
más pruebas buscamos, más amenazado, puesto a prueba y en un brete, se siente
nuestra pareja. ¿Estoy yo en alguna de estas posiciones?
67 ~
alguien nos ama, se preocupa por nosotros y nos respeta, el cuerpo de esa persona
se convierte en un recurso para la reparación del descuido o abusos de nuestro
pasado.
CÓMO PERCATARSE DE LAS ACTITUDES • Una presencia amante, adopta cinco formas:
68 ~
atención, aceptación, aprecio, afecto y admisión. El camino que conduce a una
presencia tan amante, es tener la mente atenta y dedicada. El contacto consciente es
incondicional al conceder las cinco A, y no está condicionado por las actitudes del
ego, como el temor, las demandas, las expectativas, los juicios o el control. Fíjese en
el cuadro de la página siguiente, sobre cómo puede encontrarse en ambos lados, en
su modo de relacionarse con su pareja. Muestre los resultados a su pareja y pídale
feedback para hacer cambios y también para obtener una respuesta compasiva.
COMPROMISO ESPIRITUAL CON LAS CINCO A • Las cinco A son propósitos o fines en sí
mismas. Dar y recibirlas, no son únicamente modos de satisfacerlas, sino también las
prácticas espirituales por medio de las cuales satisfacemos nuestro destino heroico
de traer al mundo los beneficios y tesoros que encontramos en nuestro camino.
Visto en términos espirituales, pueden ser explicadas del siguiente modo:
• Atención significa ser consciente de que todas las cosas están conectadas entre
sí.
Apreciar Criticar.
Ser afectuoso Comportarse egoístamente o de un modo
abusivo.
• Siento que soy uno con todos los seres humanos y la naturaleza. Me doy cuenta
de su dolor y de su alegría. Tomo decisiones que logran que me sienta más
69 ~
conectado y cerca de ellos.
• Acepto los hechos de la existencia, tanto los que me parecen positivos como los
que me parecen negativos. Me rindo ante lo que no puede ser cambiado y
confío en que será útil en el camino de mi vida.
• Doy las gracias por todo lo que ha sido y estoy abierto a todo lo que será.
Muestro aprecio por todo lo que recibo.
• Muestro mi amor en todos mis pensamientos, palabras y obras.
Por último, practique este estilo de meditación: cuando inhale, piense o diga una de
las cinco A en forma de adverbio (por ejemplo: «atentamente», «apreciativamente», y
así sucesivamente). Cada vez que inhale, pase de una palabra a la siguiente, o
sencillamente repita la misma palabra. Un adverbio modifica un adjetivo, verbo u
otro adverbio. Utilizar de
esta forma, un adverbio, crea una sensación automática en la mente de que algo no
está acabado y, de forma natural, buscamos un objeto. Ese objeto puede ser una
emoción o experiencia difícil por la que esté usted pasando, o podría tratarse de la
siguiente persona o circunstancia con que se encuentre.
Una alternativa es inspirar y espirar con dos palabras, una de las cinco A y la otra,
una virtud en la que esté trabajando, por ejemplo «atentamente compasivo»,
«apreciativamente generoso», etcétera; o puede imaginarse un problema,
preocupación o persona en concreto, que ocupará, inmediatamente, sus
pensamientos y mientras respira de manera consciente, decir: «Tengo esto
compasiva o aten
tamente», etcétera.
70 ~
Amor y menos
humanas, pero esa capacidad requiere ser activada antes de que podamos
utilizarla plenamente. Todos tenemos lo necesario para sentir, pero para
experimentar nuestros sentimientos plenamente y con seguridad, deben
ser, en cierto sentido, «instalados» por alguien a través del reflejo.
Reflejar algo implica la consideración positiva incondicional de nuestras
necesidades, valores y deseos únicos que muestra alguien que nos
proporciona, de manera atenta y dedicada, las cinco A. El elemento de la
atención consciente significa que nos sentimos amados sin miedo, apego,
control, expectativas, predisposiciones, defensas, adicción o
enjuiciamiento. Por ejemplo, si sentimos miedo y se le presta atención,
aceptación, aprecio, afecto y admisión conscientes, éste queda instalado
de verdad; o sea, que a partir de ese momento somos capaces de
reconocerlo y sentirlo de un modo seguro. Lo opuesto del reflejo es la
vergüenza. Cuantos menos reflejos hayamos recibido, más avergonzados
de nosotros mismos puede que estemos.
71 ~
Aquí tenemos un ejemplo del reflejo y de su alternativa; Un niño tiene
miedo de ir a la escuela por primera vez; su madre le dice: «Ya sé que da
miedo y está bien sentir esc miedo; hoy iré contigo a la escuela y
72 -
me quedare un rato y cuando vuelva a casa estaré pensando en ti. Luego
vendré y estaré esperando puntualmente a que salgas e iremos a comprar
un helado. Puedes tener miedo, ¡pero no permitas que te impida divertirte
en la escuela y lo que te divertirás al salir!» Este niño y el adulto en que
se convertirá más adelante, no es probable que se abandone, sino que
confiará en su capacidad de sobrevivir al miedo. El miedo no significará
«alto», sino «procede con coraje y el apoyo de otras personas». El
sentimiento de miedo ha sido legitimizado, instalado con seguridad y de
forma permanente, porque ha sido reflejado con las cinco A.
73 -
Permitir que la pareja reflejada tenga su propia historia, representa un
desafío importante para los que quieren ofrecer un reflejo. Cuando somos
conscientes, no estamos arreglando, sino más bien apoyando a otra
persona en su congoja o aflicción o en sus elecciones. Respetamos su
libertad y, sin embargo, estamos a su lado si necesita que le echemos una
mano; es el mismo protocolo que seguimos al hacer de padres a los
adolescentes mayores. No nos quedamos a un lado y dejamos que les
hagan daño, sino que les informamos de las posibles consecuencias. Sin
embargo, una vez que tienen la información, no les impedimos que hagan
elecciones que puedan dañarles o perjudicarles. Una madre no puede
impedir las equivocaciones de su hija, pero sí puede ayudarla a
enfrentarse a sus consecuencias.
Los adultos sanos aprecian a los que reflejan lo que quedó sin ser
reflejado en la infancia. Los adultos no sanos intentan sorber o chupar lo
que necesitan de otras personas. En relaciones maduras encontramos
personas que nos reflejan; descubrimos los mismos poderes de reflejo
dentro de nosotros y luego se los mostramos a otras personas.
- 75 ~
la mano? ¿Eres capaz de apreciar lo que he hecho?» En segundo lugar,
podemos abrirnos al reflejo que nos llega como una gracia, un regalo
espontáneo de otras personas y del universo. Sí, la naturaleza también nos
refleja, nos sostiene ahora mismo. Como habitamos en un universo
generoso, de hecho estamos recibiendo el reflejo y nuestro reto es darnos
cuenta de ello. La amabilidad del universo se refleja en las enseñanzas de
compasión universal de Buda. Cuando nos damos cuenta de que el reflejo
es, a menudo, una forma de gracia, quedamos libres de lamentarnos de
que no vamos a encontrarlo.
Cuando contemplamos una imagen de la cara compasiva de Buda,
vemos todas nuestras penas y alegrías reflejadas allí. Este tipo de reflejo
también adopta dos formas: una desactivación de nuestro ego temeroso y
pegajoso, así como compasión por nuestra difícil situación como
humanos. Es el equivalente a una fuerza que nos ayuda a enfrentarnos a
las condiciones de la vida. La presencia de la mente del Buda significa
que podemos estar separados pero que no estamos solos.
El reflejo engendra en nosotros un sentimiento del yo y hace lo mismo
que el autopsicólogo Heinz Kohut llamaba «una interiorización
transmutadora: la unicidad con una fuente idealizada de fuerza y calma».
El niño compite con sus padres por el poder y queda frustrado en el
intento, por lo que interioriza el poder de sus padres en lugar de competir
con ellos y el resultado es que desarrolla una sensación de maestría y
autoestima. En la vida adulta conoce el modo de interiorizar el apoyo de
los demás y, por lo tanto, consigue el poder de apoyarse a sí mismo. La
interiorización transmutadora nos proporciona un padre o madre interior
que nos cuida, un yo adulto coherente que puede proteger al niño interior.
Decir «Yo soy Buda» es una forma espiritual de interiorización
transmutadora. En la práctica de la devoción a Avalokiteshvara, el
bodhisattva de la compasión, el iniciado empieza por honrar al
bodhisattva y termina reconociendo que no hay distinción entre ambos.
Un santuario puede verse como un reflejo de lo que somos en nuestra
naturaleza esencial, o sea, nuestra naturaleza de Buda, la conciencia de
Cristo, el aliento de Dios, el Y) superior.
Lo divino nos refleja porque nuestra humanidad incluye una divinidad
que nunca puede ser dañada o disminuida. Esta es otra implicación de la
mente atenta y dedicada, que nos libera de una identificación limitadora
con nuestro ego y hace que despertemos antes nuestra identidad más rica
con toda la naturaleza y toda la diversidad. El equivalente de lo divino en
el budismo, es bodhichitta, la mente iluminada del Buda, que se encuentra
~ 76
en todos nosotros.
7
7
sorprendernos, considerando lo difíciles que son estas tareas. Es posible
que, en medio de la inalterable privación de mi pasado, haya decidido:
Pues mira, no voy a necesitar lo que no está ahí.
- 78 ~
es posible que en las relaciones adultas toleremos los abusos. Seguimos
volviendo a buscar más dónde únicamente hay menos. («Sigues
haciéndome daño y no puedo dejarte.») Si cada mañana de nuestra
infancia nos despertábamos pensando: «Aquí hay alguien que me odia y
yo no puedo irme. Alguien de aquí me hará daño hoy y yo tengo que
quedarme. Alguien no me quiere aquí y no tengo otro lugar al que ir»,
¿cómo podemos ahora irnos fácilmente? Lo triste es que la lección de que
somos impotentes se vuelve a confirmar cada día que nos quedamos en
una situación dolorosa.
El amor explotador de nuestros padres nos lleva a creer que nosotros
somos defectuosos, no que ellos son inapropiados por abusar de nosotros.
Decir: «Lo hacían por mi bien» es colaborar en el abuso. Esta clase de
conformidad y de rendición ante una autoridad injusta, engendra un odio
hacia uno mismo que se expresa por medio de la violencia, ya sea abierta
o encubiertamente. Los orígenes de la venganza se hallan aquí. Podemos
disminuir el odio que sentimos hacia nosotros mismos sintonizando con él
plenamente, de una manera consciente —sin vergüenza, miedo, censura y
demás— y recibiéndolo con compasión, dirigida hacia nosotros mismos y
a los demás.
En la infancia aprendimos estrategias de autoprotección. Descubrimos
maneras físicas y mentales de aclimatarnos al dolor o enterrarlo. Nos
acondicionamos para escapar mientras permanecíamos allí, y ahora, estas
mismas estrategias no hacen más que dejarnos empantanados en
situaciones insostenibles. Fíjese en la ironía: nos protegemos por medio
de la negación y la disociación, por lo que tenemos éxito, únicamente, si
nos quedamos a merced del abuso.
Mientras que el reflejo (el hecho de que otro nos acepte) nos da poder,
el abuso se lleva el acceso a nuestro poder. En una relación de abuso, es
posible que creamos que no podemos dejarla porque las cosas podrían
mejorar, por lo tanto, nuestro poder queda desinflado de dos maneras: por
la creencia de que no podemos librarnos del abuso y aferrándonos a una
esperanza infundada de que el abusador cambiará. Estas son las mentiras
que aprendimos cuando nos acostumbramos a la infelicidad y al dolor. 'Ial
como dijo Shakespeare: «Lloro para tener lo que tengo miedo de perder.»
En algunas relaciones en las que se producen abusos, pensamos que no
somos capaces de vivir sin el otro. Cuando todo lo que conocemos es el
drama, nos imaginamos que las relaciones son sólo cuestión de eso.
Podemos entrenar a nuestras parejas para que jueguen a nuestros únicos
partidos de drama y alboroto, que pueden adoptar la forma de abandonos
~ 79 ~
y reconciliaciones continuas, de comportamientos seductores y luego de
negaciones, controversias, triángulos, infidelidades, adicciones y demás.
Cuantío las cosas están tranquilas y funcionan con suavidad, es posible
que nos sintamos aburridos e incluso inseguros. Si el hogar de nuestra
infancia era tempestuoso, es posible que veamos el estrés como algo
normal. Es casi como si nos sintiéramos impulsados a recrear los paisajes
agostados de nuestro desierto pasado. Algo en nuestro interior quiere
acabar con eso, pero sólo conseguimos restaurarlo.
~ 80 ~
condicionado para aceptar que nuestras vidas no se supone que hayan de
ser cómodas. De igual modo, podemos creer que las relaciones jamás nos
funcionarán y que estamos destinados a ser infelices e insatisfechos. Con
esa perspectiva, es posible que no seamos capaces de soltar un «ya tengo
bastante» cuando sentimos dolor. En lugar de eso puede que nos
preguntemos: «¿Por qué molestarme?»
~ 81 ~
de nuestra identidad está basada en la familia y se deriva de ella. Si
identidad significa aquello que se puede identificar sobre nosotros, somos
definitivamente ramas de un árbol de familia. Me miro en el espejo y veo
los ojos de mi padre; le grito a mi esposa y oigo las palabras de mi madre;
acaricio a mi hijo y siento los brazos de mi abuela; sermoneo, manipulo,
controlo o exijo a mis hijos y recuerdo cómo me trataron a mí cuando era
niño; me enfrento a un vecino problemático y mira por donde, me
encuentro con ese ego de nuevo rico tan familiar que caracteriza a tantos
hombres de mi familia. Mi nombre es el apellido de mi familia; mi tumba
ya me espera junto a las de mi familia. Llegué aquí con unos rasgos
ancestrales y dejaré tras de mí los mismos rasgos. Mi vida es un capítulo
y no un libro.
IDe todos modos, entre mis padres y yo, hay diferencias: yo pido
disculpas cuando hago daño a los demás; tengo más recursos para en-
frentarme a los problemas interpersonales; me he vuelto más consciente y
amable gracias a todos los libros de autoayuda que he leído y a todos los
terapeutas que he conocido. Mis antepasados inmigrantes nunca tuvieron
la posibilidad de hacer estas cosas.
~ 82 ~
como entre los hijos y los padres. En esta clase de familia, los padres no
tienen miedo ni son demasiado orgullosos para pedir disculpas a sus hijos
(y viceversa) cuando es apropiado. Los acontecimientos de la vida son
procesados con paciencia y cuidado, averiguando las reacciones,
intuiciones y sentimientos de cada persona. Los miembros de la familia
disponen de gran cantidad de tiempo y de permiso para sentir plenamente
y para solucionar las cosas a su manera. Las crisis no se convierten en
secretos que hay que guardar y no hay límite para hablar libremente. ¿Me
preguntó alguien alguna vez cómo me sentía cuando se produjo una
crisis en la familia?
83 ~
la familia funcional se suponía que debía desempeñar para nosotros.
Hacerse más adulto significa tener un progenitor interior que nos cuida y
que es el supervisor de nuestro niño indisciplinado interior, protege al que
está en peligro y consuela al que está asustado. Issa fue un poeta japonés
nacido en 1763, del que abusaron en la infancia y que escribió: «No
tengas miedo/débil ranita/estoy aquí para respaldarte.» Es frecuente que el
sentimiento de soledad no sea el resultado de la falta de gente que nos
entretenga, sino de la ausencia de un yo adulto que alimente a nuestro
niño interior que, en cierto modo, se siente abandonado. (La soledad
también es una manera apropiada de sentir que estamos efectuando una
transición, adoptando una postura, volviéndonos más despiertos
espiritualmente o encontrándonos a nosotros mismos.) Es posible que nos
tomemos nuestra soledad al pie de la letra y busquemos compañía en
todos los lugares equivocados. Cuando el niño que tenemos en nuestro
interior no puede fiarse de nuestro padre interior, se apega a algo o a
alguien —cualquier cosa o persona- como sustituto. Un padre interior
solícito y fiable hace compañía a ese niño asustado de una manera tierna
y poderosa, ayudándonos a salir de unos apegos inapropiados. Aunque no
elimina la soledad, reduce su impacto. Las palabras de la escritora y
maestra Nataiie Goldberg, son muy útiles: «Utiliza la soledad. Su dolor
crea una sensación de urgencia para volver a conectarse con el mundo.
Tomad ese dolor y utilizadlo para impulsaros más profundamente en
vuestra necesidad de expresión: para hablar, para decir quién sois.»
Los antiguos romanos sabían lo difícil que podía ser la vida de familia.
Se dieron cuenta de que sólo, con los medios humanos, no se podía
mantener sanas y salvas a las familias y que se necesitaba la ayuda del
ciclo y de la tierra para que un grupo humano fuese verdaderamente
funcional. Por lo tanto, reconocieron e invocaron a los dioses apropiados
para cada área de dificultad. (Los dioses son personificaciones de la
gracia, un don especial que nos llega sin haberlo pedido y nos ayuda a
trascender los límites de nuestro ego y nuestra voluntad.) Vésta, era la
diosa del fuego del hogar, en torno al cual se reunía la familia para
disfrutar del calor y la compañía y en el que se preparaba la comida. Los
Lares, eran los espíritus de los ancestros, invocados como reconocimiento
de que los padres solos no son suficientes como fuentes de alimentación y
cuidado; también necesitamos la ayuda délas generaciones anteriores. Los
Penates, eran los pequeños ángeles de la mesa y de las alacenas. Jano, que
tenía una cara en cada lado de la cabeza, protegía la puerta delantera de la
familia del mundo exterior, con una cara mirando hacia las propiedades
de la familia y la otra hacia el resto del mundo. Había también tres dioses
de la puerta; uno para la propia puerta, uno para los goznes y uno para el
~ 84
dintel o umbral. Juno, la diosa del matrimonio y de la familia, protegía el
bienestar físico y psíquico de todas las personas de la familia. Todas estas
presencias invisibles ayudaban a que el hogar funcionara. Las imágenes
religiosas en las casas de hoy en día, piden lo mismo que los romanos a
las fuentes de protección y cuidado, más allá de lo meramente humano.
Iluminar el daño
Nuestra grandeza aparecerá entonces,
más conspicua cuanto más cosas grandes seamos capaces de crear
de las pequeñas, más útiles de lo doloroso
y más prósperas de entre lo adverso, y en qué lugar
para que florezcan bajo el mal y consigan sacar comodidad del dolor.
Majestuosas a pesar de estar en ruinas...
MILTON. El Paraíso perdido
~ 85
Como las cinco A, son el componente del soporte emocional, cuando
no las recibimos, nos sentimos desconectados y aislados física, emocional
y espiritualmente. La falta de alguna de las cinco A nos parece como un
vacío en nuestras psiques, un agujero, una deficiencia; y sin embargo,
cada A no satisfecha es más que un agujero. Si nos quedamos con el dolor
del vacío, se nos abre una cámara espaciosa en nuestra psique. Después
de todo, ser humano es ser deficiente, tener algunos agujeros y, sin
embargo, la deficiencia puede tener un lado positivo.
86 ~
movimiento y no toda la pieza. El vacío significa que no tenemos la
sensación de que nos sostienen, sin red alguna en la que podamos caer
tranquilamente. Nuestra práctica es una red, un para- caídas y lo mismo
son nuestras relaciones sanas. ¿Oué necesito como soporte cuando miro
dentro de los agujeros que hay en mí?
8
7
víctima de la depresión cuando otros nos traicionan es apropiado. Unos
lapsos ocasionales en la indefensión nos ayudan a olvidarnos del ego y
del control y todos los héroes verdaderos les dan la bienvenida.
Tal como el héroe de guerra Tom Daly dijo: «A menudo, los aconte-
cimientos que consideramos nuestras heridas más profundas son, de
hecho, iniciaciones que nos separan de los insanos encantos de la ino-
cencia, la grandiosidad, la pasividad, la violencia o la adicción.» Nece-
sitamos estas iniciaciones, ya que sin ellas es posible que nos resistamos
al crecimiento y al cambio, o que incluso neguemos nuestra
responsabilidad hacia otras personas y hacia nuestro destino de trascender
al ego personal. Incluso una traición y abuso en la infancia, a pesar de que
son censurables, tienen un lado positivo para seres como nosotros, que se
benefician de unas ordalías iniciáticas. Cada disrupción, interrupción y
fracaso de nuestros padres a sintonizar empáticamente con nosotros, nos
ayuda a conseguir el poder para enfrentarnos al futuro, con todas sus
separaciones, desengaños y derrotas. Todo lo que hace falta para acceder
a este poder, es una disposición a visitar el pasado y permanecer el tiempo
suficiente con su dolor, para recibir su beneficio.
8
8
los contrarios aparentes que surgen en un padre o una madre, es que está
madurando: «Esta misma madre es, en ocasiones, sensible a mí y en otras,
inalcanzable y soy capaz de amarla en ambos momentos y confiar en que
ella me ama en cualquier caso.» Todos nosotros hemos tenido algunas
experiencias buenas y malas con nuestros padres. Cuando, siendo adultos,
volvemos la vista atrás hacia nuestra infancia y vemos únicamente los
abusos -o sólo los buenos momentos— sabemos que nos enfrentamos al
desafío de convertirnos en adultos que pueden soportar los opuestos con
ecuanimidad.
8
9
Creemos que somos la suma de todas las cosas malas que nos han
sucedido, pero eso sólo es cierto si no hemos trabajado en nosotros
mismos. De hecho, todo lo que nos ha sucedido y nuestro trabajo en ello,
proporciona los ingredientes necesarios para que surjamos como aquello
que se suponía que teníamos que llegar a ser. En una relación sana,
podemos decir con seguridad: «Unete a mí en mi caos, no para ayudarme
a eliminarlo sino para ayudarme a tolerarlo.» Quedarse en uno mismo de
una manera sostenida y empática, lo que conseguimos concediéndonos las
cinco A, moviliza unos poderes que una vez quedaron enterrados bajo el
dolor. Esto hace más por nosotros que cualquiera de nuestros intentos de
arrancar nuestro problema de raíz.
Un viaje heroico
Las fases del viaje heroico encajan exactamente con las de las relacio-
nes íntimas. El héroe abandona el entorno familiar; pasa por una serie de
9
0
pruebas y regresa a casa con una esposa, tesoro, amuleto o poder de
curación. Las relaciones también empiezan abandonando a la familia, a lo
familiar; pasando por una serie de conflictos en territorio desconocido y
volviendo a todo el yo de uno, pero esta vez dentro de una pareja
comprometida. Como resulta que las necesidades infantiles son las mis-
mas que tenemos en la intimidad adulta, el viaje nos lleva de vuelta a
donde empezamos, pero sin el miedo a la soledad que al principio nos
impulsó a dejar el hogar. Los obstáculos que se encuentran en el viaje a la
intimidad y que adoptan la forma de conflictos que surgen en el trans-
curso de una relación, cuando se superan con éxito se convierten en un
puente hacia la verdadera comunión y compromiso. Lo que parece que se
interpone en el camino es el camino. El amor adulto es el objetivo del
viaje humano. El héroe se supone que se convertirá en el amante de una
pareja y luego formará pareja con el mundo. No se trata exclusivamente
de un trabajo personal. Cada una de las prácticas o ejercicio, tanto psico-
lógicos como espirituales, nos prepara para iluminar y servir al mundo. El
amor es, de hecho, un viaje desde la soledad a través de la cercanía o
intimidad y la oposición hasta llegar a la comunión.
9
1
PRÁCTICAS
COMPROBAR LA SEGURIDAD • Escoja cualquiera de las siguientes preguntas con las que
se sienta más identificado, y anote sus respuestas en su diario. ¿Puedo permitirme
ser yo mismo y dejar que surja el amor contigo? ¿Es posible que esta relación me
proporcione una zona de seguridad en que las partes mías que están sumergidas
puedan salir a la superficie? ¿Seguirás cuidándome y atesorándome si te muestro
mis peores rasgos y mis sentimientos menos atrayentes?
BÚSQUEDA ADULTA • Los adultos maduros llevan a una pareja una expectativa modesta
de satisfacción de necesidades. Buscan únicamente alrededor de un 25 por ciento (la
dosis adulta) de la satisfacción de sus necesidades en otra persona (el 100 por cien
es la dosis infantil), y el otro 75 por ciento le llega del yo, la familia, los amigos, la
carrera, las aficiones, la espiritualidad/religión e incluso las mascotas (¡los perros son
expertos dando las cinco Al).
92 ~
mitad de una barra de pan es mejor que nada. Aceptar una cuarta parte de ella
puede ser uno de los secretos de las relaciones de éxito.
Conteste a estas preguntas en su diario o junto con su pareja: ¿Cuáles son mis
fuentes de satisfacción de necesidades y qué porcentaje de mis necesidades se ve
satisfecha por cada fuente? ¿Cuáles son tus fuentes y porcentajes? ¿Cómo reacciono
ante esta agudeza de Chekhov: «Si tienes miedo a la soledad, no te cases»?
¿Presento una necesidad de talla adulta de las cinco A? ¿Se ha moderado desde mi
niñez (igual que mi necesidad de leche)? ¿Puedo recibir una cantidad adulta,
moderada, de atención y sentirme feliz con ella? ¿O tengo una sensación que me
corroe de que no conseguí aquello que me estaba destinado? ¿Insisto en ello ahora?
¿Me regocijé en el día de nuestra boda, cuando todas las células de mi cuerpo
estaban a punto de llorar por lo que me sucedió en mi niñez? ¿Puedo unirme a
Henry David Thoreau cuando decía: «Yo vendré a ti, amigo mío, cuando ya no te
necesite. Entonces encontrarás un palacio, no un asilo de pobres.»
CÓMO ENFRENTARNOS A NUESTRAS OPCIONES • ¿De qué modo encaja la tabla de la página
siguiente con sus experiencias? ¿Qué frases le describen a usted?
~ 93
O:
CÓMO RECHAZAR LOS ABUSOS • La intimidad implica que hay que abrirse a los
sentimientos de los demás. Sin embargo, eso no significa que debamos permitir que
abusen de nosotros. Hemos de hablar claramente y decir «¡ay!» directamente a la
persona que hiere nuestros sentimientos. Si alguien es abusivo físicamente, hemos
de huir con rapidez y pedir ayuda. En el caso de incomodidades de larga duración
en una relación, he aquí un ejercicio que puede ayudar: podemos comprometernos
a no padecer más de treinta días de infelicidad y dolor emocional con una pareja,
antes de hablarle de ello directamente o de hacerle acudir a un terapeuta. ¿Estoy en
el plan de los treinta días o en el de los quince años? Al mismo tiempo, hay algunos
casos en los que no tenemos que enfrentarnos a los demás, pero tampoco hemos
de tolerar los abusos, insultos o falta de cortesía. Por ejemplo, es posible que nos
encontremos en una cena de familia en la que un pariente achispado nos diga cosas
sarcásticas. No tenemos por qué detenerle, pero tampoco tenemos que quedarnos
ahí. Esta regla puede servir también en el caso de una fiesta cuando el nivel de
ingesta de alcohol del grupo llega a un punto en el que ya no es posible llevar una
conversación inteligente. En ambos casos, nos vamos, pero no lo hacemos para
castigar ni juzgar a nadie, sino para cuidarnos a nosotros mismos.
Hable con un terapeuta o/y un amigo íntimo de cualquier abuso o maltrato que
usted sufra en su relación y pídales sugerencias respecto a la forma de proceder. Si
~ 94 ~
el maltrato es físico, involucre a la policía. Pida ayuda si usted no es capaz de ver la
gravedad del maltrato pero otros sí pueden. MENSAJES CONTRADICTORIOS • Recuerde el
mensaje paternal que escuchó con mayor frecuencia en su infancia. ¿Cuándo le llega
ahora? Por ejemplo, puede que el mensaje fuera: «Si te sucede algo bueno, seguro
que lo pierdes.» Ahora, cuando le prometen un trabajo, usted se preocupa:
«Cambiarán de opinión y después de todo, no me lo ofrecerán.» Cree que esta clase
de suceso es un viejo patrón en su vida, pero el recuerdo no confirma sus
sentimientos. Usted está funcionando sencillamente, por culpa de un
miedo/creencia que le instalaron muy al principio. Ese niño que no se merece nada,
sigue oculto en usted y aparece siempre que se le presenta algo bueno.
El miedo que siente ahora puede ser configurado nuevamente como una llamada de
atención que hace el niño. Dele la bienvenida y abrácele, tranquilizándole y
afirmando que ya no es impotente y que usted gestionará sus pérdidas y se alegrará
con sus alegrías. Puede decirle: «El yo adulto está aquí para el niño que hay en mí.
Sé que todavía sientes esos temores, pero ahora estoy aquí contigo. Tengo muchos
recursos y puedes fiarte de mi protección. Me siento aquí contigo con lo que tú/yo
siento de una manera atenta, dedicada y consciente.» Esta técnica metafórica de
imaginación activa, acaba con la sensación que tiene el niño, de que no se merece
nada y aumenta su confianza en sí mismo/usted mismo.
La mayoría hemos interiorizado muchos mensajes por los que nos juzgamos e
insultamos, aunque cuando nos damos cuenta de la existencia de una voz interior
autodegradante o autodesvalorizadora y censora, ya no tenemos que someternos a
ella. Podemos concentrarnos en dicha voz como el asalto de un enemigo interior
que está atrapado en una costumbre contra él mismo. Podemos dar una nueva
dirección a la voz censuradora con paciencia, convirtiéndola en una nueva voz
amistosa, como la de un tío gruñón que se compadece de ese niño interior asus -
tado; que nos habla con amabilidad, que nos responde con atención, aceptación,
aprecio y afecto, además de admitir los errores. Así es cómo nos calmamos,
consolamos e impedimos que nos rindamos.
La voz amante del aliado interior nos acepta tal como somos y nos sentimos más
fuertes y más dignos de ser amados. Lo que funciona es una nueva dirección
paciente de la voz crítica para que pase a ser una nueva voz amistosa, una con una
compasión gruñona hacia nuestro niño interior asustado. Cuando trabajamos en
nosotros de esta manera, lo que funciona es una nueva fuerza impulsora adulta.
Nuestra nueva
~ 95 ~
voz interior no debe ser un soliloquio, ya que está siendo escuchada por los
compañeros iluminados de gracia, que nos ayudan en el camino. No estamos solos
en nuestras prácticas. El amor nos rodea por todas partes.
Todos somos dignos de ser amados porque en nosotros hay una plenitud duradera,
nuestra naturaleza de Buda, una capacidad de amar que sigue, sea lo que sea lo que
nos haya sucedido en la vida. La bondad básica es el corazón, el núcleo de nuestro
ser. No tiene necesidad de ser conjurado por el esfuerzo, sino que se trata de una
gracia que se nos concede a todos y que permanece, intrínsecamente, en la
naturaleza humana. Accedemos a la dimensión del don -la gracia- cuando nos
miramos a nosotros mismos con amistad.
Las defensas de nuestro ego, surgen en reacción a la enemistad que nos muestran
otras personas. Así pues, se originaron en un anhelo frustrado de amor. Es por eso
que nuestro hinchado ego se merece compasión y no insultos. Podemos elegir
sentir compasión por nosotros mismos, o sea, ser un Buda para nosotros. Las
primeras palabras de Buda después de la iluminación, mientras miraba al mundo y al
corazón humano, fueron: «Maravilloso, maravilloso.» O, por el contrario, podemos
hacer campaña en contra de nosotros y ser un Lutero, que clava en nuestros
corazones sus noventa y cinco tesis sobre todo lo que tenemos de malo. Cuando
usted oiga esas voces críticas en su interior, imagínese que es un misionero y
trabaje, amable pero infatigablemente, para convertirlas en una forma más
compasiva de espiritualidad. Luego, la próxima vez que hablen, ya serán
correligionarios en la cuestión de pensar y amar de una manera atenta, dedicada y
benevolente.
Cuando los desesperados del ego neurótico -el temor, la codicia, las expectativas, el
enjuiciamiento, el control, la adicción y demás—amenazan a nuestro dominio
psíquico, ha llegado el momento de estar atento y dedicado. Siéntese en silencio y
tranquilamente o pasee lentamente mientras contempla cada asalto estresante y lo
deja correr con una etiqueta como «no es más que un pensamiento», o con una
afirmación como «Dejo el control de este problema pase lo que pase». Luego
amplíe su preocupación personal a la benevolencia universal, al amor maduro:
«Ojalá todos los seres se olvidaran de lo que se interpone en el camino de su
felicidad.» ¡Esta es la manera de pasar del ego-amor al eco-amor!
ADMITIR AMBOS LADOS • Lea estas preguntas y frases a su pareja o a usted mismo y
cuestiónese cómo puede actuar según ellas:
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necesario para manejar el dolor y disfrutar del placer.
• ¿Mi madre fue siempre amable conmigo? ¿Mi padre siempre fue tierno
conmigo? No, he descubierto que la consistencia es algo raro en las
relaciones humanas. Con una historia así, nunca esperará que alguien o algo
sea perfectamente consistente, perfectamente agradable o perfecto de algún
modo. El hecho de que yo me acomode a los hechos de mi existencia, hace
que yo sea un adulto sano. ¿Podría haber llegado a ese acomodo si hubiera
pasado todo mi tiempo, únicamente, en el lado hermoso del río?
CÓMO ENCONTRAR LOS AGUJEROS • Para nosotros es doloroso encontrarnos del todo y,
por ello, evitamos los agujeros que los desengaños de la niñez y las relaciones
adultas, han dejando en nosotros, pero lo cierto es que nos lanzamos a ellos y los
atravesamos. He aquí un ejercicio que nos dará poder y que debe hacerse de una
manera callada y meditativa:
~ 97 ~
1. Encuentre los agujeros que hay en usted, los lugares en que las cinco A se han
quedado sin ser satisfechas. ■
2. Piense en todas las ocasiones en que ha intentado llenar esos aguje ros con
alguien o algo.
3. Comprométase a escalar esos cráteres tan aterradores y quedarse sentado en
ellos usted sólo, sin intentar llenarlos, las únicas herramientas que debe llevar
consigo son las cinco A. Limítese a quedarse en cada una de sus deficiencias de
una manera atenta, acogedora, apreciativa y afectuosa, admitiéndola
plenamente para quedarse allí sin protestar, sin sentirse avergonzado o culpable.
Las cinco A son la única satisfacción verdadera de las necesidades y al conce-
dérselas a sí mismo, está sanando heridas que recibió porque no las recibió de
otros en su pasado.
Al quedarse en sus lugares vacíos una y otra vez, verá gradualmente cómo se abren
a unos espacios vivaces. Nuestros vacíos no están tapados ni cancelados, sino
expuestos por las cinco A.
Alicia, ella sola, siguió al Conejo Blanco a un agujero que la condujo a las partes de
sí misma que la confundían y le daban miedo. Pregúntese usted si sus diversas
parejas no se suponía que no eran más que unos conejos que intentaban mostrarle,
amablemente, el camino hacia su yo más profundo. Ahora, por fin, está usted
deseando entrar. (Por cierto, un alma gemela es una pareja que está dispuesta a
hacer ese viaje con usted llevando las mismas herramientas.)
CÓMO SER TESTIGO DEL DOLOR • Al principio de su vida o durante la misma, su pareja o
usted es posible que hayan padecido abusos y/o traiciones y daños. Ofrézcale a su
pareja la experiencia de ser un testigo atento y dedicado del dolor que usted aún
siente. Ello significa escuchar con atención, aceptación, admisión, afecto y aprecio
completos a lo que la otra persona nos revela y a los sentimientos que se ocultan
detrás de la historia de esa persona. Como testigo atento y dedicado, usted no
aconseja ni intenta hacer nada, sino que simplemente acepta lo que le dice y lo
siente de una manera respetuosa y alentadora. Considere lo que su pareja le diga
como completamente confidencial y no hable de ello más adelante, a menos que la
otra persona se lo pida. Una advertencia: no intente realizar este ejercicio si uno de
ustedes no se siente preparado para enfrentarse al dolor, ya que esta práctica puede
hacer aflorar algún dolor que había sido reprimido y controlado durante años.
~ 98 -
En reacción a una irritación causada por un parásito o un grano de arena, el
poder autocurativo de la ostra hace que se cubra con capas de aragonita.
Después de varios años, se crea una perla, compuesta de los mismos materiales
del interior de la concha de la ostra, así pues, una perla consigue su belleza y
valor desde lo más profundo de su propio caparazón protector. El brillo único
(«oriente») de las perlas, depende de la refracción de la luz sobre sus capas
translúcidas. La iridiscencia que emiten algunas perlas, está ocasionada por la
superposición de muchas capas sucesivas que dispersan la luz que da en ellas. A
diferencia de otras gemas, las perlas no se tallan ni se pulen. Pueden pudrirse
fácilmente y su blandura hace que sean vulnerables a los ácidos y al calor. A las
perlas les gusta estar sobre la piel humana, que es la mejor manera de mantener
su brillo.
CÓMO DOLERSE DEL PASADO • Vaya al apéndice y lea la introducción. Cuando se sienta
preparado, empiece los pasos para llorar las pérdidas y abusos en su infancia. Siga
con los pasos según su propio ritmo; a medida que vaya leyendo este libro, puede ir
trabajando en un paso con cada uno de los capítulos que le precedan. También
puede optar por hacerlo después de leer todo el libro. Respetar su propio ritmo, es
un elemento esencial de éxito, en cualquier ejercicio.
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SEGUNDA PARTE
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nuestros sentimientos son bienvenidos y apoyados con las cinco A y
cuando cada vez más, parte de nuestro lado oscuro, es percibido por el
otro, que lo satisface también con las cinco A.
104 ~
mos confundir la dependencia con la conexión. Las personas inseguras
puede que intenten crear una conexión con nosotros promoviendo la
dependencia a través de la oferta de riquezas, humor, halagos, obliga-
ciones o deudas. Las cinco A, especialmente la admisión o el permiso,
ofrecen un camino alternativo fiable.
Por supuesto, no todo el mundo está hecho para una relación ple-
namente comprometida. Uno puede trabajar diligentemente con todos los
ejercicios de este libro y seguir no siendo capaz de satisfacer las
necesidades de otro adulto en un vínculo íntimo. Es posible que no esté
orientado a las relaciones o que, sencillamente, no tenga interés por
realizar el trabajo que exige una relación, llay personas que se sienten
más cómodas con relaciones o amistades ligeras y que, además, sólo
están, psicológicamente, calibradas para ellas. Se sienten impulsados no
por el miedo a la intimidad, sino por un reconocimiento veraz de que la
intimidad no está hecha para ellos. No hay vergüenza alguna en no querer
una relación. Una persona sana no lo es por una relación, sino por su
propio ser.
10
5
colectiva. Es para aquellos que disfrutan con un compromiso para toda la
vida, para trabajar a través, en y dentro de un contexto de familia. Es
igualmente legítimo elegir una vida de celibato, una vida homosexual,
una vida promiscua o el matrimonio, o cualquier variación de todas ellas.
El problema para un adulto sano, no es qué elección hace, sino si refleja
sus verdaderos deseos y se lleva a cabo con integridad. Este libro,
incluyendo los ejercicios o prácticas, está destinado a los lectores gay o
heteros, a los casados y a los no casados, a los amigos, a los compañeros,
a cualquiera que intente amar a alguien y ser feliz.
¿Cómo sabe uno si está hecho para tener una relación? Fíjese en las
categorías siguientes y vea cuáles le describen de una manera más exacta.
- 106
igual si una pareja se va o se queda. Por el momento quiero pasar solo
el 75 por ciento de las horas en que estoy despierto.
Algunas personas ven este problema en términos extremistas: estamos
o no hechos para las relaciones. En realidad, podemos combinar opuestos
aparentes. Podemos conocer nuestro nivel de comodidad y diseñar
nuestro nivel de compromiso para que esté a esa altura. No debemos
tener miedo que alguien se apodere del gobierno de nuestra vida y nuestra
mente. Podemos decidir el tamaño del punto de apoyo que una pareja
puede tener sobre nuestra psique. Esto sucede de dos maneras:
conocemos y respetamos nuestros deseos, valores y necesidades más
profundos y encontramos una pareja que está de acuerdo con ellos y que
está dispuesta a unirse a nosotros en ellos. Las palabras «adultos que
consienten» lo dicen todo: dos personas que son verdaderamente adultas
y que están verdaderamente de acuerdo pueden preparar un plan muy
agradable.
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8
¿Qué pretendemos?
Todos los días, la verdadera caricia
sustituye al amante fantasmal.
ANAÍS NIS
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9
no está tan preocupado por lo que su pareja obtenga de él. Es interesante
ver que cuando Pedro encuentra a alguien, o bien ella es la persona
adecuada pero no está disponible, o bien está disponible pero no es
exactamente adecuada. Esto le hace seguir buscando y se siente de-
cepcionado, aunque está plenamente convencido de que está buscando
intimidad y no la encuentra. Sin embargo, en realidad sólo está haciendo
prácticas.
'Ianto Pedro como Pablo, es posible que se casen. Pablo elige sabia-
mente a su pareja porque el matrimonio le va bien. Pedro al final, se casa
con alguien con quien pueda continuar jugando al escondite.
~ 110 ~
Revelación total
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3
Puedo intentar conseguir que hagas cosas para mí o que me las proporciones. Esas
son mis maneras de conseguir que tú demuestres que me amas.
Es posible que quiera una relación por razones narcisistas: tenerte ahí para mí
cuando y como yo quiera. Puede que no esté disponible para un verdadero
intercambio. Es posible que no dé la bienvenida a alguien que llega con exigencias
personales y tendré que aprender a hacer honor a las mismas y es posible que ello
me lleve tiempo. ¿Tienes tiempo?
Me he dado cuenta de que con mi historial de infancia angustiada, la cuesta de las
relaciones se va inclinando mucho. Puede que vea en ti a uno de mis progenitores o
a ambos y que intente conseguir que me des lo que ellos me dieron o no pudieron
darme.
Es posible que intente controlarte. Tendrás que estar atento para pillarme en mis
múltiples modos marrulleros de manipularte. Y si me pillas y me lo echas en cara,
puedo tener tanto miedo que te ataque por enfrentarte a mí. Puede que no sea
capaz de soportar tu libertad o tus elecciones. Soy celoso e incluso paranoico en
ocasiones. El hecho de que tengas amigos íntimos puede resultarme intolerable.
Si tú necesitas a alguien que no te haga llorar nunca, yo no soy el adecuado. Podría
hacerte daño.
Sólo puedes amarme tal como soy, no como tú necesitas que sea. Te decepcionaré
una y otra vez, y otra vez más siempre que esperes que yo cumpla tus criterios. Sólo
puedes amarme incondicionalmente y sin garantías de que hacerlo así, te vaya a
proporcionar alguna recompensa.
Por otro lado, también puedo ofrecerte algunas cosas valiosas, más de lo que el
dinero puede comprar (cosa de la que es posible que no siempre tenga en gran
cantidad). En cada una de éstas, reconozco mis limitaciones y me comprometo a
trabajar en ellas.
Sé quién soy y no me avergüenza admitir lo que sé. Al mismo tiempo, sé que soy
capaz de mentir o esconderme para protegerme.
Estoy trabajando en mí mismo. Estoy buscando maneras de amar de un modo más
auténtico. Lo hago a fuerza de errores, preguntando y haciendo, cayéndome y
levantándome, dándome de puñetazos y dejando que me los den, siendo y
volviéndome algo.
Quiero amarte del modo que tú quieras ser amada y agradeceré que me digas cómo.
Estoy siempre examinando mi comportamiento para ver exactamente, cómo soy de
controlador y exigente y aunque a menudo no me dé cuenta, te agradezco que
digas: «¡Ay!» Cuando veo en qué y cómo molesto, rectifico. Es posible que te haga
daño, pero nunca será con malicia, sólo porque no me doy cuenta o porque mi
asustado ego está estrangulando mi deseo de ser amable.
Estoy intentando sentirme más seguro siendo vulnerable, dejando que la verdad
salga a flote, por muy amenazado que eso me haga sentir. Es un trabajo en progreso
que no está, ni siquiera, cerca de estar terminado. Puede que incluso puedas oír
cómo me abro precisamente ahora, en esta presentación honesta -y embarazosa- de
mí mismo. No estoy intentado quedar bien. Quiero ser lo bastante bueno para amar
honestamente y quiero ser transparente para que puedas ayudarme a conocer
dónde debo trabajar.
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Actúa de acuerdo con mi actuación, no con mis promesas; revisa mi historia
llamando a mis anteriores esposas, parejas, amantes y amigos. Luego busca señales
de cambio. Decide teniendo los ojos bien abiertos; da un consentimiento informado.
Si sabes que soy un ser humano falible con amor para dar y no mucha práctica en
darlo de forma consistente pero que me he comprometido a seguir practicando, no
voy a decepcionarte. A mí sólo se me puede amar con todos mis defectos, mis
esfuerzos por rectificarlos y mis fracasos en ese intento. Acéptame tal como soy y
ama lo que pueda suceder entre nosotros.
A mí sólo puede amarme alguien que me ame por mi fragilidad, el alcance de la cual
seguirá sorprendiéndonos a ambos. A mí sólo puede amarme alguien que me ame
con mi arrogante ego, con mi lado oscuro y con todas las cicatrices de mi infancia. A
mí sólo puede amarme alguien que, como yo, se haya librado de la creencia de que
cualquiera puede ser perfecto para cualquier otra persona.
Harán falta redaños y perseverancia para estar conmigo. Necesitarás unos brazos
que puedan sostener a un niño interior asustado sin perder el respeto al adulto
exterior. Necesitarás ojos que puedan vislumbrar el terror que en ocasiones se
esconde detrás de una máscara de rabia. Necesitarás un corazón que sea capaz de
soportar el dolor y la pérdida sin perder la confianza en el amor que está intentando
encontrarte.
He vivido demasiado tiempo en el pasado de «no lo suficiente» y en el futuro de
«todavía no». Me siento más preparado que nunca para el amor en el aquí y el
ahora. Me he enamorado antes, habitualmente con la imagen de un ideal o la
proyección de una pareja de fantasía. Pero esta vez. me gustaría levantarme y estar
enamorado del tú verdadero. Esta vez. trabajaré para doctorarme en las cinco A.
Puede que sólo de esta manera tú y yo no nos perdamos el amor, esa cosa tan
maravillosa.
Acabo con estas palabras de Twelfth Night: «Te he abierto incluso el libro de mi alma
más secreta.»
PD.: No te dejes engañar por mi elocuencia. En ocasiones puedo ser absolutamente
rudo.
He llegado a reconocer que ser digno de confianza no exige que yo sea rígidamente
compatible sino que sea fiablemente real... ¿Soy capaz de ser lo bastan te expresivo
como persona para que yo me comunique sin ambigüedades?
CARL ROGERS
Existe, realmente, una base física para una conexión entre la atención
o cuidado y la gratificación sexual. La hormona de la pituitaria, la
oxitocina se libera en los momentos cariñosos que siguen al sexo. La
oxitocina actúa sobre las glándulas mamarias para estimular la secreción
de leche en las madres lactantes. Parece que la naturaleza pretende que el
sexo este conectado con la ternura de la alimentación, como si, en el
amor, amamantáramos mutuamente a nuestros corazones.
Pero sin que Sandra lo sepa, Jaime tiene y ha estado teniendo durante los
últimos dos años y medio, un amorío ardiente con Silvia, de veintinueve años,
una de las secretarias del trabajo. Se quedan en la oficina hasta altas horas de la
noche, tienen conversaciones telefónicas con sordina, a primera hora de la tarde
11
7
acuden a moteles que están dos ciudades más allá y se citan subrepticiamente,
para encontrarse en playas casi desiertas. La excitación de su aventura es
alimentada por un abandono sexual que ninguno de los dos había pensado que
fuera posible, lo que intensifican con la utilización ocasional, de drogas blandas.
11
8
de cancelar sus otras necesidades, y por mucho que le ofrezca Silvia, no es capaz
de conseguir que él rompa su matrimonio. Jaime lo sabe y no culpa ni a Sandra ni
a Silvia, de nada. En su interior, reconoce que tiene lo que quiere, lo tiene todo.
11
9
Pero Jaime se traga la culpa y la vergüenza y nunca piensa que no es
auténtico porque, para él, ser aceptable es cuestión de equilibrio. Mientras sea
capaz de tener sus tres mundos separados y a dos de sus mujeres íelices, tiene el
control. Y como para él la salud mental es cuestión, únicamente de control,
piensa que no necesita ayuda ni que tiene nada que solucionar. Es capaz de vivir
durante años, tal como lo hace hoy, sin perturbarse ni sentirse molesto, en su
castillo de naipes de tres pisos.
Tantos anhelos
~ 120 ~
Revelar nuestros anhelos a nuestra pareja, es confiar en que los com-
prenderá, los albergará y los reflejará como algo perfectamente legítimo.
Esa validación es lo que ansiamos aún más que su satisfacción. En
ocasiones nuestros anhelos son tan fuertes, y la pareja de nuestros sueños
tarda tanto en llegar, que nos conformamos con sexo como si fuera amor.
Afortunadamente, abundantes relaciones o contactos con escaso amor,
hastiarán rápidamente. Este hastío puede ser un don que dirija a nuestra
psique de vuelta al camino de la integridad.
El sexo no es un juego. Hace que surja una verdadera y duradera emoción, así
como unas consecuencias prácticas. Ignorarlo es degradarse uno mismo y no
tener en cuenta la importancia de las relaciones humanas... Una vida sexual
activa, dentro de un marco de compromiso personal, aumenta la integridad de
las personas involucradas y forma parte de una vivacidad floreciente.
EPICTERO
12
2
de la flor. Sus cabezas chocan de forma sonora aunque sin dolor y de
repente se encuentran mirándose a los ojos y lo único que hay entre ellos
es la fragancia del cactus.
Un año más tarde, Julio y Julia llegan por fin a una boda, en la que no
son ni testigo ni dama de honor. En esta alegre ocasión, sin tener ni idea
del modo en que se conocieron o de su mutuo interés botánico, la persona
que les va a casar y que ama la poesía, cita estas líneas de la Elegía de
Cray: «Más de una flor nace para florecer sin que nadie la vea, y
desperdicia su dulce aroma en el aire del desierto.» Esta dulzura no se
desperdicia en Julio y Julia, sino que dura más allá de su extraordinario
romance, de sus conflictos normales y perfuma sus vidas de almas
gemelas.
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4
PRÁCTICAS
COMPARAR LOS DESEOS • ¿Tiene usted (o quiere) un estilo de vida cara a cara o lado
a lado? Si coloca primero las manos, de modo que la palma de una esté frente a
la otra y luego cambia de posición y coloca la parte exterior de sus manos, lado a
lado, es decir, que ambas palmas estén hacia afuera y sus pulgares casi se
toquen, ya tiene una ilustración de los dos estilos. Si ambos miembros de la
pareja están de acuerdo en cualquiera de los dos estilos, la vida puede seguir
suavemente. Si uno quiere una configuración y el otro quiere la opuesta, surge el
conflicto. Ponga una palma de cara hacia adentro y la otra hacia afuera y verá el
problema. Luego coloque sus manos dorso con dorso, con las palmas hacia
afuera. Ahí tiene usted un ejemplo de distancia. ¿Cuál encaja en su situación?
Si su relación es de «palmas hacia afuera», ¿las manos siguen tocándose en los
pulgares o se han separado, de modo que ahora usted y su pareja están cada vez
menos juntos? Esto sucede con frecuencia en las relaciones en las que el acento
está en la libertad individual. Los compromisos en el transcurso de una relación
son saludables, pero cuando favorecen la autonomía, la distancia puede crecer y
cuando los compromisos favorecen los vínculos, crece la intimidad. ¿En qué lugar
está usted en esta relación? Medite en estas preguntas y déle sus respuestas a su
pareja de un modo que no implique censura. Haga un plan para que ustedes se
alineen de un modo más satisfactorio y si no son capaces de hacerlo, piense en la
posibilidad de pedir ayuda a un terapeuta. Los adultos diseñan un estilo de vida
que esté a la altura de los porcentajes de sus necesidades de tiempo para estar
solo, y para estar juntos. Por ejemplo, si cada uno quiere pasar juntos el 50 por
ciento de su tiempo, eso necesita, lógicamente, intereses externos. Anote estas
preguntas en su diario: ¿Tiene intereses y aficiones? ¿Le molesta que su pareja
tenga un interés externo? ¿Ya ha incluido todo esto en la ecuación de su
relación?
Si es capaz de ver la diferencia que hay entre una buena pareja y una no tan
buena, pero no es capaz de dejar a alguien que no es bueno para usted, si comete
las mismas equivocaciones con una pareja después de otra, o si es usted víctima
de -o voluntario para- un depredador después de otro, pídale a un amigo que sea
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el patrocinador de su relación. (A lo largo de la vida, todos necesitamos asesores,
abogados y patrocinadores.) Un patrocinador de relación, hace de perro ojeador
de aves, o, más bien, de perro de presa y tiene que aprobar a todas las parejas
potenciales, ya que usted ha admitido que sus poderes de evaluación son débiles.
Esta sugerencia nada habitual, puede que tenga más sentido de lo que pueda
parecer a primera vista.
¿Daría la culpa a las fresas por su reacción alérgica, a las setas por envenenarlo, o
al libro por contundirle? ¿Da usted la culpa de su infelicidad a su pareja?
Fijémonos bien en las preguntas. Cada objeto ofrece ventajas pero tiene un déficit
grave. Los adultos pueden dejar de lado las cosas buenas si lo malo las supera:
«Aun a pesar de que estoy loco por ti y eres un proveedor sensacional, no puedo
seguir contigo mientras sigas siendo tan mentiroso y rechaces la ayuda que te
ofrecen.» ¿Se siente seducido por las ventajas de una pareja mientras pasa por
alto, niega o se miente a sí mismo, respecto a sus desventajas? ¿O se comporta de
acuerdo con toda la verdad, aun a pesar de que desearía que no fuera así? ¡Cuánta
tolerancia a la pena y cuanta autoeducación hacen falta para no hacer caso a ese
«aun a pesar de»!
pesar de que no sé si alguna vez volveré a encontrar a otra persona, tengo que
dejarte ¡porque no estás al nivel de mi alma de adulto!»
~ 126 ~
proporcionas las esenciales.»?
ABRIR LAS VENTANAS • Dibuje una habitación cuadrada, vista desde arriba, con una
venlana panorámica en cada pared. Marque las ventanas con las direcciones de la
brújula. Debajo de la palabra «este», por donde aparece el día, escriba tres cosas
de su vida que estén surgiendo ahora. Debajo de la palabra «oeste», por donde se
pone el sol, escriba tres cosas de su vida que estén terminando ahora. Debajo de
la palabra «norte», escriba tres cosas de su vida que le estabilicen y le guíen,
como hace la Estrella del Norte. Debajo de la palabra «sur», escriba tres cosas de
su vida que evoquen su espontaneidad y creatividad, la clase de accesibilidad que
puede producirse cuando nos enfrentamos a una cálida exposición al sur. Acaba
de dibujar la imagen de una mente humana sana, un espacio claro que se abre a
todas las direcciones posibles sin obstrucciones, distracciones o miedo.
Ahora pregúntese si su psique es una habitación con aberturas como ésas. ¿Cómo
mira por cada una de las ventanas? ¿Quién le ayuda a abrir sus ventanas y quién
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intenta cerrarlas? ¿Quién dice «¡So!» cuando usted dice «¡Arre!» y quién dice
«¡Venga!»? Escriba sus respuestas en el diario y comparta lo que descubra con su
pareja y con cualquier ángel de la guarda o bodhisattva que le llame desde fuera
de cada ventana.
El romance:
La primera fase de la relación
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bio. Las relaciones que únicamente o principalmente están basadas en la
atracción física o sexual, no son capaces de pasar con éxito por esas
curvas.
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¿Cuál es el motivo de que para que el viaje del amor sea completo,
deba pasar por las tres fases? Eso es lo que hace falta para ser capaz de
dar y recibir plenamente las cinco A. Tienen que florecer con una fra-
gancia embriagadora; ser diseminadas por ahí por los vientos, enraizarse
más firmemente, y luego volver a sembrarse a sí mismas para un futuro
continuado. Por lo tanto, en el romance, dos egos se encuentran con dos
egos ideales en un amor ideal. En el conflicto, los dos egos se encuentran
en un amor contrario o incompatible. En el compromiso, dos personas se
encuentran o reúnen en un amor sin ego.
Pero nada de esto representa que tengamos un defecto, sino que es así
como aman los humanos. Las proyecciones se establecen, precisamente,
~ 130
para ser transformadas; y las imágenes son señales de tráfico que nos
dirigen a la realidad. La sombra no tiene por qué llegar antes que la luz. Y
lo más importante, en el romance, por ciego que sea, nos ven en todo
nuestro potencial de ser amados. El romance nos da la oportunidad de ser
apreciados en toda nuestra grandeza y eso es tan normal y legítimo, como
cuando en nuestra infancia se nos hacían tantas fiestas o se nos alababa
tan efusivamente. La opinión o visión ideal que un amante tiene de
nosotros, no es falsa: refleja quiénes somos realmente. Si el amor
romántico es sano, nos refleja de un modo que puede enriquecer nuestra
autoestima.
Por otro lado, nuestro primer romance puede que nos haga una
promesa seductora: nuestras necesidades originales insatisfechas, las
cinco A, ¡pueden ser satisfechas al fin! Esta es, probablemente, la ilusión
más cruel del romance: «Puedo escaparme de rositas. No tengo que penar
por lo que me perdí en el pasado; puedo saltarme esa fase y encontrar lo
que perdí ¡justo aquí, en tus brazos!»
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1
El romance florece en el deseo; el amor en la voluntad. En el romance
pensamos: «Estoy contenido por ti y tú por mí. Estamos encontrando o
volviendo a descubrir las cinco A que buscábamos en nuestra relación
primordial. Siempre he querido que me amaran así y ahora que lo he
encontrado, no quiero dejarlo escapar jamás, y creo que nunca tendré que
hacerlo, por lo que, poderosamente, siento que florece entre nosotros. Lo
siento tan fuerte que debe ser real y nunca cambiará.» De hecho, el
corazón de la ilusión está contenido en esta última frase: «fuerte» no
significa inmutable, sólo enfático o enérgico.
«Sé que él puede ser afectuoso y cercano porque era de ese modo al
principio», es una frase que no tiene en cuenta el poder del romance para
suspender nuestros temores de cercanía o intimidad v tapar nuestro lado
oscuro para que nada se interponga en el camino a la unión
sexual. Podemos ser engañados por el aspecto que tienen las cosas en la
fase del romance, y sentirnos traicionados, cuando el fulgor se va apa-
gando y nuestra pareja regresa a sus miedos, prioridades adicciones ori-
ginales e instintos básicos. Nuestra pareja no estaba mintiendo, sino que
estaba «cayendo en el amor» y «cayendo fuera» de su carácter habitual.
Cuando el baile haya terminado volverá a ser como siempre. De eso
también se desprende que cuando alguien tiene miedo a la intimidad,
incluso en la fase de romance, es que tiene un miedo más fuerte que su
instinto. En ese caso, hemos de ser doblemente cautelosos.
Bess describe el romance que hace caso omiso de todo lo que no sea
una sensación. La doncella Marión describe el amor que respeta tanto un
sentimiento apasionado como unas prioridades sensatas. Ella no ha caído
en el amor y se ha vuelto menos consciente de los propósitos de su vida.
Se ha elevado en el amor y se ha vuelto más consciente de sus
necesidades, deseos y valores más profundos. El amor es nuestra
identidad y la manera de ponerlo en práctica es amando de un modo sano.
~ 134
Cuando el romance es adictivo
No puedo esperar que unas formas externas venzan a la pasión y a la vida, cuyas
fuentes están en el interior.
SAMUEL TAYIJOR COLERIDGE
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5
La adicción o el enviciamiento, también se siente exactamente igual
que el amor incondicional: «Aunque me traicione del modo que sea, sigo
amándola incluso después de todos estos años.» («Todos estos años» es
una pista de que ha habido una interrupción del ciclo natural.) Pero en la
adicción, estábamos enganchados más bien que vinculados. ¿Se acuerda
de Cumbres Borrascosas? Se cree que es una gran historia de amor pero,
en realidad, es la historia de una gran adicción. Kathy no es capaz de
olvidarse ni abandonar a Heathcliff a pesar de que él le hace daño con
mucha frecuencia; Heathcliff no puede dejar y olvidarse de Kathy pero
tampoco quiere quedarse con ella.
Sin embargo, Ashley también tuvo parte en ello. Una adicción al sexo
o a una relación, nunca es unilateral. Una de las partes puede sentirse más
fuertemente atraída que la otra, pero cuanto más deseada es, más amada
se siente y más control tiene sobre lo mucho que responderá o no
responderá. En un vínculo tan doloroso (o más bien atadura) una persona
toma el enfoque directo y la otra recurre al patrón indirecto de seducción
y retirada. Nunca estamos solos en el escenario, el otro miembro del
reparto siempre está haciendo su papel.
137 -
En la misteriosa trayectoria de nuestras vidas, podemos pasar de un
punto focal o crisis o fascinación, a otro. Dieciocho años de concentrarnos
en nuestros hijos, veinte años en una carrera, catorce en una adicción
física, siete en una obsesión con un hombre o una mujer y puede que cada
uno de estos períodos, algunos de los cuales se han solapado, sirva para
mantenernos alejados de un modo seguro de nuestra propia vida interior.
Tenemos miedo de no tener nada entre nosotros y nosotros mismos.
Nuestra vida interior parece un vacío aterrador, cuando en realidad es un
espacio de una amplitud tremenda. Una meditación consciente, atenta y
dedicada, nos abre a ese espacio y nos muestra que después de todo, no da
tanto miedo. Tener una mente atenta y dedicada, es estar libre del miedo
que impulsa a la adicción.
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9
amo, incluso en los momentos en que no me satisfaces. Mi amor es capaz
de sobrevivir a los períodos en que tú no tienes nada que darme. Esta
clase de amor, refleja no mi propia necesidad o expectativas, sino un
compromiso con un camino de dar y recibir.
Es posible que durante toda nuestra vida esperemos o exijamos que las
personas nos demuestren amor, precisamente del mismo modo en que nos
amaron la primera vez: haciéndonos toda clase de alharacas,
defendiéndonos, demostrándonos afecto físico, etcétera. Uno de mis
primeros recuerdos es el de mi abuela y de cómo me sentía amado por
ella sólo por cómo se quedaba conmigo cuando mi madre se iba al
trabajo. Se sentaba a mi lado mientras yo hacía mi rompecabezas de Dick
Tracy y escuchaba conmigo los programas infantiles de la radio. A
diferencia de mi madre, ella no tenía que ir a ningún lado.
14
0
Cuando nuestras demandas de amor se vuelven compulsivas o in-
saciables, tenemos una pista que nos dice que dudamos de la propia
capacidad de ser amados, porque cuando dudamos de ella, es frecuente
que necesitemos ver que se demuestra una y otra vez. Esto parece
narcisisia de nuestra parte, pero visto desde una perspectiva más com-
pasiva, puede que sugiera que tenemos una muy mala opinión de no-
sotros. De hecho, la necesidad de ser visto como algo especial, puede ser
una compensación por no sentirse amado.
PRÁCTICAS
SÓLO TENGO QUE DARME CUENTA DE DÓNDE ME HALLO • Cuando hay compromiso, dos
egos sanos se relacionan. A la mayoría de empresas humanas, incluyendo las
relaciones familiares o íntimas, las afiliaciones religiosas o educativas y cualquier
interés de larga duración, las caracterizan tres fases. Vea si es usted capaz de
encontrarse a sí mismo en una de estas tres fases de la relación, que
corresponden al viaje heroico:
14
2
amplio. Así es la forma en que las relaciones
sanas curan al mundo. Yo elijo estar ahí.
¿A qué se parecen las cinco A en su fase actual?
Utilice esta tabla para encontrar su manera presente de relacionarse. Si parece ser un
adicto, escriba reflexiones acerca de las frases siguientes en su diario: Usted sigue
persiguiendo a alguien que no le quiere o no le respeta. Sigue con alguien con quien
no puede solucionar los problemas o que es un abusador. Está con alguien que le
deja vacío. Sigue volviendo a por más a un lugar en que sólo hay menos. Nunca
puede conseguir lo suficiente de aquello que no necesita. Se olvida de que si no
puede conseguir lo suficiente, es que no lo necesita. Está intentando volver a formar
y deshacer, simultáneamente, un vínculo con sus padres. Tiene un vínculo adictivo
con alguien que también es adicto a usted. Usted es el objeto de la adicción de
alguien.
¿Lo que viene a continuación es algo que podría decir usted?: «Cuando no soy
capaz de despegarme, ni siquiera sé si realmente quiero quedarme. Mientras estoy
locamente enamorado, pierdo mis límites y en ocasiones incluso el respeto por mí
mismo. Aceptaría cualquier cosa sólo por tener mi dosis (de él o ella). Eso es lo que
14
3
pierdo en mis apegos adictivos.»
Elay que trabajar para ver qué es lo que pretendemos realmente. Diga lo siguiente en
voz alta si se le puede aplicar a usted: «De hecho, cada pensamiento sobre la
persona que me amó o que me dejó, es en realidad una súplica de atención de esa
parte de mí herida y que no ha terminado de crecer, que ahora está volviendo a
experimentar su dolor original a través de su versión más nueva del padre o la madre
que me abandonó, ya fuera física o emocionalmente. Los pensamientos obsesi vos
respecto a este hombre o esta mujer actual, son en realidad, urgentes súplicas de mi
pasado. Un gran dolor en las relaciones actuales me da una pista que puede que no
sea bienvenida respecto a los vínculos familiares que se rompieron hace mucho
tiempo. Esta persona no hace más que resucitar el viejo problema, que siempre es
actual.
14
4
SEDUCIR Y RETIRARSE • Cuando una persona asume el estilo de seducir y retirarse,
seduce a causa del terror que le produce estar sola y abandonada. Se retira o retrae a
causa del terror que le da la posibilidad de estar cerca, de ser tragada. Está a merced
de un pánico que crea una respuesta refleja. En el contexto de este temor, la
seducción no es una mentira ni la retirada un castigo. Podemos responder a una
persona que actúe de este modo hacia nosotros, con compasión en lugar de con
venganza. Pregúntese en silencio: ¿Puedo estar a un lado como un testigo que no
juzga y apoyar a esa persona-a encontrar ayuda para solucionar su miedo? Si el que
está seduciendo y retirándose es usted, ¿qué le parecería buscar ayuda con un
terapeuta o psicólogo?
ENCONTRAR EL PROGRAMA • En mi consulta como terapeuta, sigo descu briendo que las
adicciones, casi siempre, deben seguir su curso. Marcel Proust parece apoyarme con
su comentario de que el amor obsesivo es «como un hechizo malvado en una
historia de hadas, contra el que uno está indefenso hasta que el encantamiento ha
pasado». La terapia y la práctica espiritual ayudan, pero no son capaces de competir
con una descarga de adrenalina. Una relación adictiva promete y entrega una
excitación que la mayoría de la gente interpreta como estar vivo de verdad. Es difícil
dejar eso, especialmente cuando es tan poco lo que acude a ocupar su lugar. La
adicción es, en última instancia, una forma de dolor, como expresan las viejas
canciones: «¿Quién puede darme lo que tú me das?» «¿Quién puede hacerme sentir
así?» «¿Quién, ¡oh! quién, es capaz de causar un dolor lan bueno?» «¡Nunca habrá
otro como tú!» «¿Por qué tus besos han de torturarme así?»
La práctica espiritual puede desbaratar los frágiles pero tozudos intentos del
ego, por controlar a los demás y hacer que el mundo obedezca nuestros
deseos. Lo que se necesita es meditar sobre las tres marcas de nuestra
existencia: la transitoriedad, el sufrimiento y el hecho de que un yo sólido es,
al final, una ilusión. No somos capaces de ver nada de esto sin la ayuda de
otra persona, especialmente mientras somos adictos, por lo que necesitamos
145 ~
un programa con un patrocinador o padrino, una práctica espiritual con un
maestro y una terapia.
14
6
Por lo tanto, se trata de un problema espiritual, ya que trasciende los poderes
del ego, así como psicológico porque suspende los poderes del ego sano. En
respuesta, se exige un trabajo tanto espiritual como psicológico.
Examine las preguntas siguientes en su diario: ¿Cuál de todas las cinco A está
usted buscando? ¿Cómo es que no fue capaz de cuidarse a sí mismo en este
drama? ¿Cuáles son sus sentimientos? ¿Son los mismos que ha estado evitando
durante muchísimo tiempo? ¿Cómo puede sentirlos ahora de maneras seguras y
catárticas? ¿Ha llegado el momento de someterse a una terapia?
He aquí algunos consejos prácticos para las personas que tienen enamo-
ramientos no correspondidos. No sugiera unos planes complicados para pasar
tiempo juntos cuando él/ella sólo quiera charlar de vez en cuando. No
proponga planes cuidadosamente preparados e invitaciones que parecen
¡nocentes o educadas, pero que sólo pretenden inducir a más contacto. Más
contacto es más distracción del único enfoque sano para un
~ 148 ~
adicto: su propio trabajo en usted mismo. Utilice afirmaciones como: «Estoy
dejando mi ansia de contacto con Jaime» y «Estoy dejando mi apego a Jaime».
Apúntese a un programa de doce pasos.
14
9
estar ahí juntos sin esfuerzo en lugar de un modo planeado, ninguna
preocupación por el tiempo o los horarios, la sensación de que alguien quiere
estar ahí y no en otra parte y, finalmente, que ninguna de las actitudes del ego
está en funcionamiento. Todo en un momento así es ofí the record y como tal, es
inmensamente permisivo.
15
0
Los conflictos
151 ~
romance puede insoportable en el conflicto.
152 ~
Esta fase es una parte completamente normal, necesaria y útil del
proceso de construcción de un vínculo duradero. Sin la pugna que entraña,
podríamos perdernos el uno en la otra y viceversa y, por lo tanto,
perdernos nosotros mismos. Necesitamos el conflicto a fin de evolucionar
de una proyección romántica a una autoafirmación madura. Se trata de la
fase de amor que corresponde a la fase de separación del viaje heroico.
153 ~
Mi yo mejor. Funcionamiento adulto. Mi yo peor.
En este modo, me verás En este modo, soy claro, En este modo verás mis
siendo amante, heroico y fiable y comprometido al rasgos malos,
compasivo. ¡Hay poca trabajo de tratar, procesar y autocompasión,
necesidad de que trabaje solucionar cosas. paranoia. Aquí no es
en mí mismo! posible trabajar en la
relación. Antes es
preciso un trabajo
personal.
Las difíciles demandas del amor, resultan ser los únicos ingredientes de la
integridad y la edad adulta y esto es porque somos capaces de trabajar,
cooperativamente, con nuestra pareja para hacer que las cosas sean
154 ~
mejores y/o podemos desarrollar nuestros poderes para cuidarnos a
nosotros mismos, si una pareja no acude en nuestra ayuda.
155 ~
A casi todos nosotros nos resulta difícil estar con los demás y, sin
embargo, el amor implica dar un paso para seguir solucionando las cosas.
Cuando nos negamos a hacer eso o lo hacemos sólo a regañadientes, en
realidad no queremos a nadie. Es posible que sigamos sintiendo un
vínculo de sentimiento, de historia o de obligación, pero eso no es amor ni
tampoco será suficiente para unas relaciones felices y eficaces.
Lo que hace que las relaciones nos dejen tan perplejos, es que no están
basadas en un pensamiento lógico y razonado, sino en unos sentimientos y
unas necesidades ambiguos, que nos confunden, esquivan la mente y
hacen que el corazón se tambalee. En ocasiones, el amor funciona de
forma automática, pero casi siempre lo hace porque trabajamos en ello.
Podemos localizar fácilmente, aquello en lo que hay que trabajar:
Cualquier cosa que no funcione necesita trabajo. Como todos los adultos
tienen cosas que elaborar, la negativa a trabajar es el equivalente a ser
reacio a relacionarse como adulto. Y si se ha llevado a cabo una cantidad
razonable de trabajo y no se ha producido cambio alguno, ello indicará
que la relación está lista para ser liberada de modo que ambas partes
puedan seguir adelante. Algunas relaciones jamás funcionarán y cuando
desperdiciamos nuestra energía intentando rejuvenecerlas, acabamos,
sencillamente, sintiéndonos vacíos y agotados.
todas partes. Se dio cuenta de que le ayudaría que ella tuviera cuidado en
la forma de decir las cosas. Antes, Margot criticaba el desaliño de Emilio,
utilizando frases acusadoras con «tú» («Tú siempre lo dejas todo hecho un
desastre y nunca lo limpias») a lo que él se encrespaba y explotaba. Ahora
ella utiliza frases con «Yo» que le informan de sus reacciones personales
ante sus costumbres («Me siento herida cuando dejas la casa hecha una
porquería, porque hace que yo crea que no te importo nada»); y Emilio
157 ~
recibe el mensaje sin sentirse regañado. En este contexto, un entorno
contenedor, los cambios de conducta se producen más fácilmente.
Procesar su propio miedo a la- luz del de Emilio, ha hecho que Margot
deje de andar de puntillas alrededor de él porque ha captado su longitud
de onda. Ahora puede amoldarse a sus miedos sin tener que mimarlos o
sentirse humillada por ellos. Esto ha sucedido porque Margot se está
librando de su ego y dejando que entre el amor, después de haberse dado
cuenta de que la pareja adecuada llegó justo en el momento adecuado, por
lo que ella puede hacer su trabajo, o sea, convertirse en un adulto más
comprensivo.
159 ~
aptitudes y dones, sus limitaciones, la herencia familiar, su historia
personal y el impacto de su experiencia pasada en su vida presente.
Comportarse de acuerdo con las verdades personales, significa hacer
concesiones en cuanto a sus limitaciones; activando su potencial para
utilizar sus dones y talentos y hacer elecciones que reflejen su estándar,
valores e integridad.
El pasado en el presente
Ramilletes recordados que hace mucho que se marchitaron...
dejaron en mi memoria el encanto de otro tiempo con el que yo...
agobié a este nuevo ramillete.
HENRI MAT.
16
0
presentar sus reclamaciones pendientes. Nos enfrentamos a nuestros
problemas pasados, a fin de que no aparezcan una y otra vez en nuestras
relaciones presentes, o para que, si lo hacen, nos demos cuenta de su
aparición y seamos responsables de ella. Si no tenemos conciencia de
nuestro pasado, es posible que parezca que estamos involucrados en una
relación adulta, pero que en realidad estemos poniendo en escena un
argumento de hace mucho tiempo. Los recuerdos del pasado surgirán en
proporción directa a la aparición de la intimidad y ello es así porque, tanto
el pasado como el presente, nos ofrecieron o nos ofrecen la posibilidad de
recibir aquello que siempre hemos ansiado: atención, aceptación, aprecio,
afecto y que se nos admita, permita y anime a ser quienes somos.
~ 161 ~
mismos. Cuando la conciencia conecta nuestras experiencias presentes
con sus determinantes infantiles, conseguimos la sensación de que nuestra
experiencia de la vida ha ampliado su significado. Eso forma parte de
nuestra capacidad de calmarnos a nosotros mismos.
Hombres y mujeres
Ser un hombre o una mujer pura y simplemente es fatal; uno debe ser una mujer
que sepa ser hombre y un hombre que sepa ser mujer.
VIRGINIA WOOLF
Las divisiones las hacen los hombres, como el muro entre Berlín Este y
Berlín Oeste que ni un pájaro ni una nube, respetaron jamás. El mie
163 ~
do asociado a escalarlo existía en la mente humana; el arrojo y valentía
involucrado en su demolición llegó, cuando el corazón se unió a ello. Las
dicotomías agudas entre hombres y mujeres, o entre homosexuales y
heterosexuales, o entre negros y blancos son, como el muro, artificios de
la parte asustada y más pavorosa del lado oscuro de los humanos. La
finalidad de una espiritualidad consciente y dedicada, es aclamar la afi-
liación y desafiar a la división y así ver las diferencias como meros ador-
nos a las similitudes y difuminar el miedo a las diferencias.
Y sin embargo, una tolerancia así exige trabajo; a pesar de que no-
sotros contenemos a ambos géneros, a menudo tenemos miedo del poder
que hay en el sexo opuesto y deseamos poseerlo o ser poseído por él.
Además, el ego, que es impulsado por el miedo y la codicia, puede ser
rígido, estar apegado a estereotipos, a la defensiva y condicionado
respecto al amor. La práctica espiritual puede liberarnos de este ego
disfuncional, o sea, de quedar atrapados por el miedo y el deseo. Hay una
realidad en mí que trasciende al ego y con la que me pongo en contacto
cuando estoy libre de miedo y de deseo. El miedo y el deseo retroceden,
no porque yo les abandone, sino porque ya no me gobiernan. Librarse de
ello significa no estar ya impulsado por obsesiones o compulsiones.
Nuestro reto es encontrar algo de lo que deseamos en los demás, en
nuestra propia energía contrasexual —la energía masculina de una mujer o
la energía femenina de un hombre— y transformar en nosotros, aquello
que tememos en los demás.
En el caso de las mujeres, por otro lado, tratar puede significar hablar y
hablar, hasta que sepamos de qué estamos hablando. Esto implica ir dando
vueltas al problema, no como un medio de evitarlo, sino como una manera
de prestarle nuestra atención. Procesar, en el caso de las mujeres, puede
significar sentir los problemas tanto presentes como pasados, y también
que los sentimientos sean escuchados y apreciados. En cuanto a la
solución, puede llegar fácilmente de una sensación de ser escuchada y
atendida, de ser reflejada con amor. Así pues,
~ 165 ~
¿Introvertido o extrovertido?
~ 167 ~
Un introvertido es fácil que sea mal comprendido y por ello, a menudo,
tendrá que explicarse a sí mismo y su conducta o se sentirá como un
extraño. Cuando sienta la necesidad de retraerse, tendrá que pedir un
tiempo libre en lugar de retirarse unilateralmente, lo que a la otra persona
podría parecerle un rechazo. Una persona introvertida, también es muy
probable que tenga que luchar por el derecho a ser ella misma. Cuando su
pareja necesite que sea otra persona que no es, notará la presión para que
sea falso a fin de ser amado. Una persona introvertida incluso puede
sentirse tan solo, o tener tanto miedo a estar solo, que aprenderá a
comportarse como una persona extrovertida, a fin de conseguir la
aprobación. En su verdadero yo, es un introvertido, pero en su falso yo, ha
aprendido a ser un extrovertido.
Parte del trabajo de llegar a ser sano, es conocer nuestro tipo psico-
lógico auténtico y luego hacer elecciones que estén en consonancia con él.
Si somos introvertidos, necesitamos un trabajo que no nos exija que
trabajemos todo el día con el público. Si no somos capaces de pensar a
toda prisa, necesitamos pedir tiempo para tomar una decisión o dar una
opinión. En cualquier caso, hemos de reconocer que como introvertidos
tenemos, automáticamente, que ser más asertivos que la mayoría de la
gente, aun a pesar de que la asertividad sea algo que no nos llegue de un
modo natural. El truco consiste en encontrar un equilibrio entre
afirmarnos y ser honestos con nosotros mismos.
CÓMO CALIBRAR LA FELICIDAD • Si es usted infeliz en una relación, puede que no sea
culpa de su pareja. Es posible que sea porque usted no cree tener derecho a la
felicidad. Tome en consideración las señales siguientes, de esta clase de creencia.
¿Cuál de ellas le corresponde a usted? Exprese, escribiendo durante tres minutos, su
experiencia de cada una de ellas y luego formule lo opuesto de cada frase y exprese,
también por escrito, de qué manera podrían aplicársele a usted.
~ 169
(Continúa de la pág.
• La lealtad hacia los demás es a expensas de la lealtad conmigo mismo: me siento
anterior)
motivado por la obligación, el agradecimiento, la historia, la culpa y la piedad.
• Niego continuamente mi instinto de autoprotección.
• No soy capaz de hablar claramente de una relación o de cambiarla o abandonarla
porque eso puede hacer daño a alguna otra persona. Me digo a mí mismo: «Tú te
hiciste la cama, ahora duerme en ella.»
• Antes de reclamar mi propio poder o satisfacer mis necesidades, primero debo
hacer feliz a los demás.
• Mientras mantenga feliz a mi pareja, mi relación tendrá éxito.
• Estoy dispuesto y deseoso de permitir que una pareja lesione mi corazón.
Si mis padres o unas creencias religiosas o culturales, modelaron el estilo descrito por
estas frases ¿significa eso que todavía gobiernan mi psique? ¿Cuándo voy a
apoderarme del Despacho Oval de mi propia psique?
Procesar un problema significa explorar y abrirse paso a fuerza de trabajo por las
implicaciones de un acontecimiento y las intenciones que hay detrás de la conducta
de los actores principales. Esto sucede, tanto cuando se presta atención a los
sentimientos, como cuando se busca un cambio.
He aquí una sencilla técnica para procesar acontecimientos: Diga lo que sucedió tal
como usted lo vio; exprese lo que sintió entonces y lo que siente ahora; explore lo
que queda por solucionar y para hacer el seguimiento. Si lo hace diariamente tendrá
menos problemas y menos estrés.
~ 170
(Continúa de la pág.
La solución
anterior) se inicia cuando llega usted a un acuerdo para cambiar un patrón de
comportamiento a fin de que se pueda romper un ciclo disfuncional; y se completa,
cuando un estilo de relacionarse nuevo y más satisfactorio, se haya convertido en una
segunda naturaleza. En el caso de los adultos, no existe entonces ningún
resentimiento que saque a relucir el pasado. La plena solución es, en última instancia,
el resultado automático de tratar y procesar a fondo. La renuncia a tratar, procesar y
solucionar los problemas, puede ser señal de desesperanza, el toque a muerto por
una relación.
INFORMAR RESPECTO AL IMPACTO • Cualquier cosa que haga nuestra pareja que suscite
un sentimiento en nosotros, se merece un informe sobre ese sentimiento y el
impacto que tiene en nosotros. Decimos: «Cuando tú hiciste/dijiste esto, yo me sentí
así.» Lo decimos de manera consciente, atenta y dedicada. O sea, sin culpar a nadie ni
esperar nada; se trata, sencillamente, de información. Nadie causa un sentimiento,
pero
las acciones y las palabras son los catalizadores de los sentimientos. El otro miembro
de la pareja escucha sin ofrecer una solución inmediata o ponerse a la defensiva, y
pregunta: «¿De qué tienes miedo? ¿Qué crees u opinas respecto a esto o a mí? ¿Qué
quieres de mí, precisamente ahora?» Reúnase con su pareja y háganse el uno al otro
estas preguntas durante cinco minutos. Cuando estamos comprometidos a trabajar
en nosotros mismos, agradecemos las preguntas que aparecen en este libro y la
información sobre nosotros que conseguimos respondiéndolas. ¿Está usted
empezando a agradecerlas?
HAY QUE ENCONTRAR UN CENTRO • Llegar a unos acuerdos que tengan éxito, exige
responsabilidad. En una relación en la que un miembro de la pareja sea,
sustancialmente, más responsable que el otro, puede parecer que uno necesite que el
otro cambie. Por ejemplo, uno de los miembros de la pareja es posible que siempre
llegue puntual y haga con gran exactitud lo que tiene planeado o prometido hacer,
independientemente de las circunstancias. El otro, puede que haga las cosas con
desgana o sea, irresponsable, que no cumpla los compromisos y no sea de fiar. El
miembro altamente responsable, puede que le dé la culpa al otro o que intente
cambiarle con poco éxito. Una persona se equivoca o se descarría por exceso, y la
otra por defecto. La virtud está en el medio, en el centro consciente, atento y
dedicado, no en cualquiera de los dos lados de la línea de falta. El objetivo en el caso
de un miembro de la pareja, es menos compulsión; y en el caso del otro, más
fiabilidad. Si sólo es uno el que hace el trabajo y cambia, es posible que acepte a su
pareja y la vea con diversión y compasión y ya no quejándose de ella. Estar en el
centro hace que nos sintamos tan bien que sentimos menos necesidad de conseguir
que los demás cambien. Tome en consideración la tabla siguiente:
~ 171
(Continúa de la pág.
anterior)
Un extremo El centro consciente, Un extremo
irresponsable atento y dedicado compulsivo
~ 172
¿Son, usted y su pareja, opuestos a este respecto y si es así, cómo lo están
manejando? ¿Insiste usted en que sea el otro quien cambie, o es capaz de ver y
admitir que algo es un problema personal cuando lo es?
¿Me estoy relacionando con alguien que pesa sobre mi energía vital como un íncubo,
una presencia invisible pero de todos modos, pesada? (Nuestra energía vital es la que
quiere iluminarnos desde el interior e iluminar al mundo a través de nosotros.) ¿Por
qué permito que alguien limite mi energía? ¿Es una costumbre que procede de mis
primeros años de vida? ¿Estoy con alguien que me vacía de mi energía? ¿Estoy con
alguien que se deleita en mi energía y que alienta su liberación? He aquí algunas
sugerencias que pueden ayudarle a volver a encender la luz de su energí,a si ésta ha
fallado:
- 173 ~
• Cuente ese secreto, cuya ocultación le ha complicado la vida.
• ¡Cuando lea esta lista olvídese de todos los «Sí, pero...» que le vengan a la mente!
No TENER QUE SABERLO • El famoso cuadro de san Jorge luchando con el dragón, no es
siempre la mejor metáfora de la pugna o la lucha. Hoy en día, la mayoría de nuestros
dragones son sutiles y psicológicos; algunos tienen unas configuraciones que nos
confunden y que deben ser contempladas antes de que puedan ser comprendidos y
luego nos enfrentemos a ellos, por lo tanto, no siempre podemos enfrentarnos a
nuestros problemas en cuanto surgen. La confusión es una fase completamente
legítima de la solución de las cosas. Es posible que necesitemos un período de
ambigüedad, incerteza, o falta de claridad, antes de que podamos ver qué está
sucediendo. Cuando uno o ambos miembros de la pareja están confusos, es que ha
llegado el momento adecuado para sentarse de un modo atento y consciente con la
confusión. Eso significa que no nos apegamos a ella, ni intentamos controlarla, o
insistamos en acabar con ella, pues tiene vida propia. Es como el tiempo que necesita
pasar la masa en oscuridad para poder fermentar y que no se puede acortar; la
paciencia es un ingrediente tanto del pan como del amor. Si respetamos nuestro
ritmo temporal y nuestros cambios de humor, aumentará la confianza en nosotros
mismos. En el siglo xvm, el reverendo Sydney Smith ofreció la deliciosa sugerencia:
«En momentos de depresión, examine brevemente la vida humana, no más allá de la
comida o la hora del té.
Pregúntense mutuamente: ¿Eres capaz de estar conmigo y junto a mí con flexibilidad,
aguantando tu tensión y sin hacer gestos prematuros para terminar con ella? ¿Eres
capaz de relacionarte con tu tensión o confusión en lugar de dejarte empujar o
intimidar por ella? Formulen un compromiso verbal de tratar y procesar, únicamente,
cuano > ¿~ : - estén igual de preparados para ello. Si parece que nunca e<ár ;a-a-
dos al mismo tiempo, este es otro problema que ha\ -atar antes de que estén
preparados.
~ 174 ~
Piense en lo siguiente: En ocasiones es necesario dejar que mis sentimientos se
produzcan sin hacer nada al respecto; a veces la contención es más importante para
mi crecimiento que soltarlos; eso significa entregar el control sobre mis sentimientos
y dejarme llevar por ellos a donde quieran ir o permanecer, de ese modo respeto mi
propio ritmo y confío en mí mismo. En su diario, cite algunos ejemplos de ocasiones
en las que se rindió, o no, a sus sentimientos y respetó su propio ritmo.
SEA CAPAZ DE DISTINGUIR EL CONFLICTO DEL DRAMA • Los conflictos pueden solucionarse
con ¡as herramientas que hemos estado aprendiendo: el tratamiento, el procesado y
la solución. El drama no responde a estas herramientas, sino que necesita un
programa espiritual y una gran cantidad de trabajo personal. Utilice la tabla de la
página siguiente, para ver en qué lugar está usted en el problema al que ahora se
esté enfrentando. Haga una lista de los estilos del lado izquierdo que le atraigan más,
escríbalos en forma de afirmaciones y colóquclos donde puedan verlos, tanto usted
como los amigos que le visiten.
- 175
Conflictos sanos El drama estresante
Se coloca el problema sobre la mesa entre
nosotros, y lo vemos en perspectiva. Los problemas se hacen mayores que
nosotros dos, nos poseen y perdemos
perspectiva.
Exploramos la situación. Explotamos la situación.
Tratamos directamente el problema. Eludimos el problema o lo tapamos.
Utilizamos invectivas para descargar
Expresamos francamente, nuestros nuestros sentimientos el uno en el otro,
sentimientos, aceptando la responsabilidad de o llevar a cabo unas exhibiciones
ellos como nuestra y sin darle la culpa a la otra teatrales/histriónicas que pretenden
persona o sentir vergüenza. manipular, intimidar o distanciar al otro.
Estamos buscando una manera de mantener Explotamos, nos comportamos de
estable la relación y no utilizamos la violencia. manera violenta, nos desquitamos, o nos
alejamos con malhumor.
Seguimos concentrados en el problema
presente. Utilizamos el problema presente para
sacar a colación un viejo resentimiento
que contamina el proceso presente.
Estamos comprometidos a utilizar un estilo Uno de nosotros toma una decisión
bilateral en el procesado del problema y la unilateral o secreta.
toma de decisiones.
El problema se soluciona por medio de un
acuerdo para cambiar algo para mejor. El problema sigue siendo una herida
abierta con un resentimiento que
permanece y un estrés continuado.
Ambos estamos buscando una manera de Uno de nosotros debe ganar y ver cómo
mejorar nuestra relación. el otro pierde.
Peleamos limpiamente. Utilizamos unas tácticas despiadadas.
Admitimos que la responsabilidad del Estamos convencidos de que el
problema es mutua. problema es absolutamente culpa del
otro.
Estamos comprometidos a solucionar las
cosas, pero respetamos el tiempo del otro. Insistimos en que este problema se
solucione de acuerdo con nuestro ritmo,
sin mostrar tolerancia alguna por un
descanso.
Intentamos manejar el problema mano a mano. Atestamos el escenario, trayendo a
alguna otra persona o alguna otra cosa
como distracción (por ejemplo: un lo, la
bebida).
Si es necesario, buscamos ayuda en terapia o
en un grupo de apoyo. Rehusamos la ayuda o intentarnos
utilizarla para justificar nuestra posición
personal.
Ambos queremos crecer gracias a este Queremos que el otro a:.--. - 1= ur-
conflicto. lección.
Dejamos correr el apego que temamos al Insistimos -cada uno- en salimos con la
resultado que queríamos, en favor de una nuestra.
solución con la que ambos seamos capaces de
vivir.
en /a pág. siguiente'
176 ~
(Continúa de la pág. anterior)
Conflictos sanos El drama estresante
Nos damos cuenta de cualquier Sólo vemos las cosas en blanco y negro.
complejidad.
Estar de acuerdo, en estar en desacuerdo, es La ambigüedad es intolerable.
aceptable.
Nos damos cuenta, reflejamos y sentimos Estamos tan atrapados en nuestro propio
una profunda compasión por el dolor del dolor, que no vemos el del otro, o pensa-
otro. mos: «Él/ella se lo merece.»
17
7
codicia; a amar incondicionalmente. Tener la mente consciente, atenta y dedicada, es
un camino con corazón porque exige nuestra atención mutua sin enjuiciamiento,
control, expectativas y todas las demás invasiones sin corazón, del ego. Shakespeare
(al llegar a este punto de nuestro viaje juntos, ya no hay duda de que lo reconocemos
como un bodhisattva de sabiduría) en Medida por Medida, nos muestra el camino: «Ve
a tu pecho, llama a su puerta y pregúntale a tu corazón qué es lo que sabe.» Copie
estos preceptos en su diario y ponga un ejemplo del modo en que practica cada uno
de ellos o no consigue llevarlos a cabo. Ponga remedio a los fracasos, siempre que
sea posible, por medio de conductas concretas y/o disculpas verbales. Pregúntese:
¿Hasta qué punto le ayuda su relación a ser más consciente moralmente? ¿Hasta qué
punto le permite a usted y a su pareja, volver a visitar y reparar sus fallos? ¿Hasta qué
punto está comprometido a no vengarse cuando se enfrenta a una injusticia
percibida?
SER MÁS ADULTO • ¿Qué es lo que busco en las relaciones cuando estoy necesitado de
satisfacciones infantiles? ¿Qué es lo que busco cuando tengo necesidades adultas?
Responda a estas preguntas, localizando el lugar en el que se encuentran, en la
siguiente tabla:
~ 178 ~
(Continúa de la pág. anterior)
Un niño necesitado dice: Un adulto sano dice:
Dependo de ti. Dependemos el uno del otro.
Satisface plenamente mis necesidades. Satisface moderadamente mis
necesidades.
Ayúdame a repetir situaciones o escenas He llevado luto por el pasado y lo he llo-
viejas y dolorosas de mi niñez y de ante- rado, he aprendido de él y ahora quiero
riores relaciones. algo mejor.
Hágase estas preguntas y anote las respuestas en su diario: ¿Qué parejas de mi vida
han llamado o han atraído a mi yo adulto? ¿En quién pienso cuando estoy en el
mejor de mis momentos? ¿Qué parejas atrajeron a mi yo de niño necesitado? ¿Qué
cara se me aparece cuando estoy en mi momento más bajo? También puede
preguntar: ¿Cuál o cuáles de mis aficiones o pasatiempos me alimentan como adulto
y cuáles están mimando a la indigencia o necesidad de mi niño interior? Si tiene
problemas para localizar la voz del adulto, la voz del padre que refleja, cuente su
historia a sus amigos. En su respuesta oirá su voz adulta. ¿Es porque son más adultos
que usted? No, sencillamente es que no se han quedado sordos por culpa de los
decibelios de su drama, los cuales distorsionan al adulto.
~ 179 -
mientras la proyectamos en los demás. Es posible que sea nuestra sombra la que
habla, cuando nos damos cuenta de que otra persona está haciendo algo que
nosotros haríamos, pero que no podemos admitirlo. Despreciamos ver en otra
persona lo que es inconsciente en nosotros mismos. Nuestro trabajo consiste en
hacer amistad con nuestra sombra, reconociendo nuestras propias proyecciones y
reclamándolas como nuestras.
Los problemas de nuestros primeros años: Puede muy bien ser, que estemos
reaccionando ante asuntos no terminados de nuestros primeros años, si nos
descubrimos pensando: Está haciendo exactamente lo mismo que me hicieron cuando
era niño. Veo que estás recreando un momento del pasado que tiene una carga muy
fuerte para mí. Estoy reaccionando en el presente a un estímulo del pasado. «Parece
como si fuera un recuerdo», decía Keats, cuando hablaba de la facilidad de escribir
ciertas líneas de poesía. ¿Cuánto de lo que sentimos es justamente eso?
Transacciones que parecen estar teniendo lugar aquí y ahora, acostumbran a ser
regresos al pasado en las tres maneras. Tome una experiencia reciente con alguien
que le afligiera o acongojara y ante quien usted reaccionó con fuerza. Vcalo de las
maneras esbozadas en este ejercicio y luego admita, ante la persona que le molestó,
lo que ha descubierto respecto a su verdadera motivación. Pregúntese: ¿Me molestó
porque estoy proyectando mi sombra en él y viendo en él lo peor de mí? ¿Estoy
reaccionando de este modo a causa de que mi ego acreditado está indignado o se
siente ultrajado? ¿Estoy teniendo todos c- - sentimientos porque algo, procedente de
mi vida anterior, está resu<. - tando? La misma técnica es útil para explorar
cualquiera de nuestras actitudes, creencias, reacciones, prejuicios o causas de
disgusto. Com prométase, continuamente, a ver a los tres sospechosos de su interio'
y a hacerles salir a campo abierto.
~ 180
las relaciones, es la pena, así que es útil buscar primero ahí, nuestras reacciones
internas auténticas a los estímulos dolorosos. Trueque las penas con su pareja.
Túrnense para completar esta frase: «Me siento triste cuando tú .» Y puede que
quiera añadir: «Y oculto mi tristeza .»
Responda a las siguientes preguntas en su diario: ¿Me acepto a mí mismo tal como
soy y a mi pareja tal como él/ella es? Puedo responder sí, si no estoy intentando
cambiarme a mí mismo o a ella. ¿Acepto que tanto la introversión como la
extraversión son completamente legítimas? Puedo responder sí, si no me quejo del
estilo de mi pareja o siento vergüenza del mío propio. ¿Soy capaz, también, de
reconocer que es posible que me encuentre tan lejos al final del espectro de la
introversión o extraversión, que tengo una capacidad limitada para relacionarme con
alguien del lado opuesto?
~ 181
gritándonos para animarnos cuando ven que nos acercamos a ese objetivo
tan deseado y esperado y que, al final, lo conseguimos.»
~ 182
Los temores aparecen a toda
prisa y los peligros, también
La absorción y el abandono
183 ~
estar.» Tener miedo al abandono significa temer que si alguien nos deja,
es posible que estemos tan desolados que no sobrevivamos
emocionalmente. Es el equivalente a una pérdida de atención, aprecio o
afecto. Si tenemos miedo al abandono, decimos: «Quédate conmigo.» En
cualquier caso, tenemos miedo cuando el poder o la fuerza parecen estar
«ahí fuera» y no dentro de nosotros. Nos sentimos atrapados y controlados
y a merced de los demás.
~ 184 ~
temores: la sensación-sentimiento primitivo y celular de acontecimientos
que configuran la ausencia como un rechazo.
185 ~
aparezca, repentinamente, cuando estamos preparados para tratar, procesar
y solucionarlo, hace que sea un polizón amigable. Si el programa descrito
en esta parte del libro nos funciona, estaremos preparamos para trascender
nuestro miedo, y si no, estaremos recibiendo una señal para que demos un
paso atrás y trabajemos en nosotros de otras maneras, consiguiendo
primero, más recursos internos y luego, cuando estemos preparados,
enfrentándonos de nuevo a nuestro miedo. Si el programa no le funciona,
no es motivo para que sienta vergüenza o fracaso, sólo para que vuelva a
tomar en consideración su ritmo. Trabajar en el miedo puede beneficiarnos
espiritualmente así como psicológicamente, porque sentimos compasión
hacia nosotros mismos, cuando nos damos cuenta de que esa «profunda
incapacidad para amar» que sospechamos en nosotros, no es en realidad
un obstáculo insuperable o egoísmo, o maldad, sino una costumbre que
aprendimos y que podemos superar trabajando. Podemos adoptar un
enfoque similar al miedo a que nos quiten aquello que tenemos y que
puede haberse convertido en un principio rector de nuestra vida, haciendo
que nos aferremos demasiado a lo que tenemos. Es posible que
descubramos que la avaricia oculta un punzante terror a la pérdida. La
compasión por las manos que aprietan la bolsa y aflojarlas suavemente, es
más apropiado que censurarlas y golpearlas.
~ 186 ~
Únicamente en el estado de abandono y soledad completo, experimentamos los
poderes beneficiosos de nuestras propias naturalezas... Ser un niño significa
evolucionar hacia la independencia y esto exige desapegarse de los orígenes. Así
que el abandono es una condición necesaria.
C. G.JUNO
Los celos
Milton llama a los celos «El infierno del amante injuriado». Pero podemos
convertirlo en algo un poco mejor —digamos que un purgatorio— cuando
trabajamos con él como una pena. Los celos son una combinación de tres
sentimientos: daño, ira y miedo. Una traición que percibimos, nos hace
daño y nos encolerizamos. 'Penemos miedo a la posibilidad de perder una
fuente de alimentación y cuidado y de no ser nunca más capaces de
encontrar otra; la creencia paranoide que hace que los celos sean tan
punzantes. Los celos se encuentran en el umbral de la pena, que nuestro
ego no nos permite cruzar. En lugar de llorar de tristeza y miedo, nuestro
ego arrogante, ultrajado y posesivo, entra en la lucha y nosotros atacarnos
ferozmente y le damos la culpa, insultando en lugar de demostrar una
cólera sana, cuando declaramos nuestra indignación por la traición
percibida.
Una nota final sobre los celos: algunos hombres se quedan boquia-
biertos mirando a otras mujeres en presencia de sus parejas, y eso puede
ser causa de que la pareja sienta un dolor y unos celos innecesarios y
comprensibles. El giro de cabeza parece un desprecio y un abandono. Un
hombre es capaz de custodiar ese ojo errante suyo mientras está en
compañía de su esposa o de su pareja. La excusa de «no puedo evitarlo»
no es aceptable si procede de un adulto. Tenemos derecho a mirar hasta
cansarnos, aquello que nos resulta atractivo, pero cuando nuestra pareja
está presente, la mejor parte del amor y el cuidado y preocupación están
delante de nuestros ojos, en la pareja.
La infidelidad
El paradigma convencional ha sido: «Si juegas de acuerdo con las reglas,
te mereces una esposa fiel y una relación estable.» Una promesa así
engendra la sensación de que se tiene derecho a algo. .Alguien que
siempre haya sido fiel, lo pasará especialmente mal. enfrentándose ai
abandono o a la infidelidad. Su ego se siente insultado, con el posible
resultado de una amargura frustrante y que durará toda la vida hacia la
pareja ofensora: «Pensé que cuidarían de mí para siempre n queme
dejarían de lado por otra persona.» El dolor más profundo en la infidelidad
puede golpearnos cuando reconozcamos: El posee Lis cinco Apara dar,
pero se las está dando a otra persona. Al principio yo las
18
8
recibí de él y luego vi cómo se desvanecían. Esperé a que le reaparecieran
y cuando sucedió así, él estaba en los brazos de otra persona.»
~ 189
imposible en esa relación. Así que, en última instancia, dos amantes son
menos que uno. En el triángulo nadie está ofreciendo todo su yo.
~ 190 ~
Es frecuente que cuando nuestra pareja nos sea infiel, nos pregun-
temos: «¿Cómo es capaz de irse con alguien nuevo tan deprisa? Ha estado
conmigo durante años y ahora yo no soy nada y iésa a la que conoce desde
hace dos meses lo es todo!»
Por su parte, la pareja que se queda atrás, puede que diga: «Debería ser
capaz de soportar que él tenga otra pareja», aun a pesar de que su cuerpo
dice: «No puedo soportarlo.» Se trata de lo que se postulaba en la era de
los sesenta. La parte del «amor libre» de esa década, no es lo que más nos
interesa como adultos que cuidan de sí mismos. Llaga caso de la
información que le proporciona su cuerpo, recordando que una relación es
cuestión de honestidad y de felicidad y no de soportar dolor.
~ 191 ~
En cuanto a la tercera persona del triángulo, «la otra mujer/cl otro
hombre», puede causarle un gran dolor a la pareja traicionada. Una
práctica profundamente espiritual, es la de decidir y tomar la resolución -
¿precisamente ahora?- de no volver a desempeñar este papel en el futuro.
Deje que alguien que ya tiene una relación, acabe con ella —que no sólo
prometa terminarla— antes de relacionarse íntimamente con esa persona.
Se trata de un compromiso para comportarse de una manera respetuosa y
amante con otros seres humanos vulnerables: no inflingiré dolor a ninguna
otra persona. Esto es espiritualidad puesta en práctica.
19
2
pregonando el fin del mundo, sino que indicaba un ingrediente necesario
de nuestra humanidad común. Los seres como nosotros, nunca serían
capaces de florecer en un mundo tropical de satisfacciones
ininterrumpidas. Para tener una experiencia humana plenamente realizada,
necesitamos todas las estaciones del año y nuestra vida interior sólo puede
florecer en un mundo con sombras. El desafío, es una lealtad despiadada a
las estaciones de la vida y al cambio. Esto incluye pérdidas, abandonos y
finales elegidos o impuestos. Aunque recibir las cinco A es gratificante, el
desengaño también puede ser una gracia, «la cuadriga más veloz para
llegar a la iluminación» como dice el dicho tibetano.
- 193
De Dorothy podemos aprender que ver los «pies de barro» de alguien,
puede enseñarnos aún más, que «sentarse a sus pies». La decepción es
«desilusión», o sea, estar libre de ilusiones, proyecciones y expectativas.
Todo lo que queda es una mente atenta, consciente y dedicada. A alguien
que me haya decepcionado, puedo decirle: «Gracias por liberarme de otra
de mis ilusiones.»
- 194
mi vida me he sentido así con otras personas y sé lo sola que te sientes.
Ahora estoy aquí para ti y quiero compensarte.
ELLA: Gracias. Me siento segura contigo porque es una relación en la
que mis necesidades y sentimientos pueden salir a la superficie. Veo
cómo se satisfacen con atención, aceptación, aprecio, afecto y
permitiéndome ser yo misma tal como soy en el momento. Confío en
poder revivir contigo mis necesidades y deseos arcaicos sin exigir que
los satisfagas a la perfección. Haces que me sea posible volver a
intentarlo y moderar mis necesidades de acuerdo con lo que los adultos
pueden dar a otros adultos. Siento un temor reverencial y la esperanza
de que eso sea posible para mí contigo y también te lo ofrezco a ti.
Sí, así habla usted cuando hace el trabajo, un trabajo que sólo está
completo cuando tiene una dimensión espiritual de compasión.
- 195
está sintiendo lo que ella se impidió sentir
hace años. Ahora que Roberto se ha ido y ella ya
no tiene una tarea concreta, no tiene nada que la
distraiga de la realidad de su vacía vida y de la
que le robaron.
El trato que hizo Catalina al casarse, no incluía ser amada sino sólo ser
atendida por un hombre que se ganara el pan. Su religión, que apoyaba el
arreglo, la consolaba pero también la mantuvo atada a ese modelo de
servidumbre. Ahora a Catalina no le queda nada más que sus recuerdos y
sentimientos y ésos la asustan. Pero si es capaz de sentir esos
sentimientos, quererse a sí misma y olvidarse de su pasado, será capaz de
seguir adelante con el resto de su vida y sin amargura. El trabajo de llorar
el pasado hará que eso sea posible, ya que implica sentir plenamente y
también, dejar marchar todo por completo. Puede que Catalina sea capaz
entonces de ir en pos de nuevos objetivos que, finalmente, reflejen sus
necesidades y deseos más profundos. Puede volver a reinventarse a sí
misma en lugar de limitarse a gestionar su vejez hasta que se muera, tal
como muchos de sus amigos y amigas están haciendo. A Catalina la
estafaron verdaderamente, pero ella podrá obtener un beneficio si es capaz
—al fin— de invertir en sí misma.
Las relaciones que dan más poder, son aquéllas en las que cada miembro de la
pareja eleva al otro a una posesión más elevada de su propio ser.
TEILHARD DE CHARDIN
PRÁCTICAS
ENFRENTARSE AL ABANDONO Y A LA ABSORCIÓN • Encuéntrese a sí mismo en la tabla
siguiente:
- 196
Miedo al abandono Miedo a ser absorbido
(el perseguidor) (el que se distancia)
No es capaz de retirarse fácilmente No es capaz de llegar a un
cuando su pareja necesita espacio. compromiso con facilidad, cuando la
pareja necesita que le tranquilicen.
Se aterra o no parece conseguir el Se distancia o no parece capaz de
contacto suficiente. conseguir espacio suficiente.
- 197
(Continúa de la pág.
anterior)
Miedo a ser absorbido (el que se
Miedo al abandono (el perseguidor) distancia)
Es exageradamente atento, acepta
Da por hechas las atenciones de una
exageradamente y admite también de
pareja o se siente asfixiado por ellas.
forma exagerada.
198 ~
Miedo al abandono
(el perseguidor)
~ 199
* Detrás del miedo a la absorción está el miedo al rechazo.
~ 200
jardín hay muchos insectos dañinos y piensa que podrá hacer presa en ellos.
El búho, que nos parece una presencia sombría es, en realidad, nuestro
aliado. Un sentimiento no invitado y que nos embarga es precisamente eso.
El estilo de la mente atenta, consciente y dedicada, es permitir que se pose
ahí y haga lo que hace. Gradualmente nos ¡remos dando cuenta de los dones
o bienes que resultan de ello.
De igual modo, haga un plan para ser más sensible a las muchas maneras que
tiene de abandonar, emocional mente, a los demás. Encuentre maneras de
permanecer con ellos en sus males -manteniendo el abrazo- especialmente
aquellos que pueda haber causado usted. Mecer al yo o a otras personas,
significa crear un ambiente contenedor, el am
~ 201
que nos traen un sentimiento más personal, a la práctica, pueden ser: «Que el
ser atento que me absuelve de todo lo inadecuado, me llene con luz desde la
coronilla de mi cabeza hasta la planta de mis pies.» Asegúrese de utilizar este
ejercicio, únicamente, después de mecer o acunar, para evitar que se con-
virtiera en un escape de nuestra experiencia, en lugar de completarla. Esta
combinación de lo psicológico y lo espiritual, también sirve para reconocer el
papel que desempeña la gracia en la curación, el don de la luz no conjurada
por el esfuerzo, del fuego no creado gracias al pedernal.
~ 202
adorables. Qué ironía que ocultemos lo que nos hace más atrayentes, o ¿es
que se trata del trabajo del ego, ese tramposo interior, que ha inventado otra
estratagema hermética para protegernos de la cercanía humana?
~ 204
Estos puntos funcionales adoptan unos significados inflados, aunque el
sentido auténtico procede del alma, el poder del yo espiritual que trasciende
al ego. Vivir consciente, dedicada y atentamente, no significa que repudiemos
cosas materiales hermosas; significa que no caemos víctimas del juego que se
esconde detrás de ellas. Vemos a través del
CÓMO MANEJAR LAS AMENAZAS Y LOS CELOS EN SU PAREJA • Es posible que su pareja
se sienta amenazada por la amistad que tiene usted con otra persona. Dentro
del contexto de un vínculo íntimo con alguien, la frase «Soy libre de tener
relaciones» se convierte en «Soy libre de tener relaciones, pero he de
diseñarlas cuidadosa y apropiadamente en relación con las reacciones de mi
pareja».
Pídale a su pareja que califique su miedo en una escala del uno al diez, en
que el diez será el más severo. Si califica su miedo de cinco o más elevado,
conviene en interés de la relación, que deje de hacer lo que la está asustando.
Y lo hará por libre elección, basándose en la compasión y el respeto por sus
sentimientos. Si califica el miedo en menos de cinco, continúe con lo que está
haciendo y siga comprobando. Al mismo tiempo, su pareja puede tratar el
problema por sí misma en terapia o dialogando con usted o sus amigos.
~ 205
mucho tiempo en el trabajo. En este caso, ambas personas pueden irse
alejando y la intimidad puede correr peligro. Existe una técnica sencilla que
puede ayudarles a convertirse e-
~ 206
Cómo soltarse
o desprenderse del ego
Un ego sano evoca, con buenos resultados, las cinco A en los demás.
Cuando tenemos el valor de compartir nuestras interioridades de maneras
únicas y con un espíritu libre, es probable que recibamos atención. Cuando
nos aceptamos a nosotros mismos, estamos orgullosos de quienes somos y,
al mismo tiempo, admitimos nuestras equivocaciones, es probable que
seamos aceptados. Cuando mostramos generosidad, compasión e
integridad, es probable que seamos apreciados. Cuando ofrecemos un
contacto afectuoso y consideración, es probable que, a cambio, recibamos
afecto. Y cuando nos comportamos de manera asertiva, con unos límites
claros y respeto hacia los derechos de los demás, es probable que los
demás nos permitan y nos concedan la libertad de ser nosotros mismos.
~ 208 ~
comporta siguiendo las órdenes de su ego neurótico y no establece límite
alguno.
20
9
sámente aquello que el ego fuerte y valiente siempre ha ansiado. Ese ego
fuerte es liberado alegremente cuando ya no tiene que promocio- nar y
levantar su poder, sino que puede dejarlo correr y confiar en sí mismo para
que la vida se desarrolle a su propia manera. La paradoja es que menos ego
significa más capacidad de manejar lo que sucede.
El ego inflado y neurótico tiene miedo al yo, porque cree que si se alía
con él perderá su capacidad distintiva, pero, en realidad, el Yo actúa a
través de nuestras características distintivas y halla su encarnación en todos
los egos individuales y, por lo tanto, satisface nuestro destino evolutivo.
Cuando el Dalai Lama dice que perdona a los chinos por haber tratado mal
al Tíbet y que no se vengará, no habla como un individuo. Es el yo
superior, la mente del Buda, quien habla a través de su personalidad única
y distintiva. El intelecto y la voluntad humana no son capaces de ser
responsables de tanta generosidad. Hace falta tener las gracias de la falta
de ego y de la iluminación. Tcnzin Gyatso, el hombre que está
desempeñando el papel evolutivo del Dalai Lama, está haciendo una
contribución a la evolución del mundo. Esto es lo que nos sucede cuando
ofrecemos los poderes de nuestro ego al amable dominio del yo. Nosotros
no perdemos, el mundo gana.
210 ~
La anatomía del ego arrogante
El ego aparece en frases como «Tengo razón», «Mi manera de hacer las
cosas es la manera correcta; soy perfecto», «No tengo necesidad alguna de
cambiar». Tenemos miedo a cambiar porque puede que signifique admitir
que estábamos equivocados o lamentando una pérdida (de algo que
valorábamos en nosotros mismos o de una sensación de seguridad). Se
reduce al miedo a la cercanía: «Si me ablando y me abro a los demás, se
acercarán demasiado.» «No puedes decirme nada» es lo mismo que «No te
puedes acercar lo suficiente para afectarme». Podemos hacer que nuestro
miedo a la cercanía parezca tozudez, una negativa a cooperar, una
necesidad inflexible de ganar o de tener razón, una incapacidad de admitir
que estábamos equivocados o una incapacidad para pedir disculpas.
-211
que tenemos derecho a ser amados y honrados por todo el mundo y a tomar
represalias si nos ofenden.
El amor incondicional es amor sin las condiciones —la cara— del ego.
Esta clase de amor está libre de miedo. Cuando amamos incondicional-
mente, el apego se convierte en un vínculo sano, comprometido e inteli-
gente. Establecemos y mantenemos vínculos, pero no nos volvemos po-
sesivos, ni nos permitimos ser poseídos. En lugar de intentar controlar a
una pareja, respetamos sus límites y nos ganamos su respeto. Ea sensación
de tener derecho a algo o a todo, da paso a una asertividad que se cuida a sí
misma y que se inclina con gracia ante el hecho de que no siempre
conseguimos lo que queremos. Esta cualidad admirable, no sólo nos trae el
respeto de los demás, sino también el nuestro.
21
2
prueba de la existencia de la energía del ego en nosotros. Esta ciase de
energía no es sana, porque hace que nos sintamos estresados, heridos,
compulsivos, frustrados e intimidados.
Cada uno de los ingredientes del ego neurótico es una fuente de dolor.
Icncr tanto miedo que siempre estemos en guardia v, sin embargo, siempre
nos hieran, duele mucho. Es doloroso tener que aguantar nuestras riendas
fuertemente. Es estresante intentar controlar siempre a los demás. Duele
enfrentarse a las condiciones de la existencia sin la
213 ~
promesa de que nos vayan a eximir de ellas. Sería trágico morir sin haber
quedado muy bien en todas nuestras relaciones; y sin embargo, por muy
malo que pueda ser algo de nosotros, también tiene una dimensión
positiva. Existe una semilla de bondad, un potencial no aprovechado en
cada elemento del ego neurótico:
En contraste al estilo del ego arrogante e inflado, está el segundo estilo del
ego neurótico y disfuncional. El estilo del ego desinflado y empobrecido es
un estilo basado en el miedo a ser víctima o sumiso, lo que impide una
intimidad no jerárquica. Las actitudes siguientes caracterizan al ego
empobrecido:
~ 214
responsables. Sentir piedad por uno mismo y creer que se es una
víctima, también pueden ser formas de desespero y de caer presa de
la ilusión de que no existe alternativa alguna al doloroso
predicamento en que se encuentra uno.
• Seguidor. «Todo el mundo sabe qué debe hacer, menos yo. Tengo
que seguir a los demás. Dime lo que he de hacer y creer y lo haré y
lo creeré.» Detrás de esta actitud, yace el temor de hacerse cargo de
la propia vida o de cometer un error.
• El que se culpa así mismo. «Siempre estoy equivocado o lo hago mal.
Me doy la culpa de todo lo malo que sucede. Estoy avergonzado de
mí mismo y lleno de culpa.» Detrás de esta actitud, se esconde el
miedo a la responsabilidad.
• Indigno. «No me merezco nada, ni la abundancia, ni el amor, ni el
respeto.» Detrás de esta actitud, está el miedo a recibir.
«No le importo a nadie. Nadie se preocupa por mí. No
• Insignificante.
soy nada.» Detrás de esta actitud, reside el miedo a ser amado, el
miedo a las cinco A (que puede verse oculto detrás de cada
autodcgradación).
21
5
El ego arrogante y cl ego empobrecido son, en realidad, dos caras de
una misma moneda. De hecho, al ego neurótico le han llamado el «Bebé
Rey». Como un rey, el ego arrogante cree que tiene un derecho divino
(creer tener derechos) a tener pleno control, a ser amado y respetado por
todo el mundo y a ser el primero o el centro de todo. El ego empobrecido,
igual que un bebé, parece indefenso y, sin embargo, tiene el poder de
movilizar a la gente en torno a sus necesidades. Después de todo, un bebé
es el centro de atención. Un bebé controla la conducta de los demás. Un
bebé tiene derecho a un tratamiento especial. Ser adulto, moral y
psicológicamente, significa destronar al ego real y dejar que el ego infantil
crezca. Los filos neuróticos del ego son la autoinflación y la autodeflación.
El ego sano, como la virtud, está justo en el centro, entre ellos.
21
6
que usted no eligió pero que no puede cambiar. Para salir del papel del
seguidor, tome la iniciativa a la hora de hablar claramente en cualquier
circunstancia o relación que en la actualidad le este molestando. Para dejar
de darse la culpa a sí mismo, reconozca que es responsable de su conducta
al tiempo que también aprecia el modo en que se comportó de acuerdo con
la luz que usted tenía en ese momento.
~ 217
adicción, nuestro yo esencial no se ve afectado por circunstancias
existcnciales o por apegos personales. Así pues, el yo siente como un vacío
y eso nos da miedo. Sin embargo, si nos quedamos con el vacío en el yo,
pasamos a través del agujero y llegamos a la totalidad o integridad. El
vacío se convierte en el portal que da entrada a una riqueza más amplia que
nos estábamos perdiendo. Estar libres del drama del ego, es tener libertad
para contactar con nuestra propia alma, un espíritu afín, un amigo del alma
que no tiene igual.
Cuando nos damos cuenta de que los hechos de la vida, por muy
feroces que sean, no son castigos sino ingredientes de profundidad,
amabilidad y carácter, podemos abandonar la creencia de que somos
inmunes (o que necesitamos serlo). «Eso no me puede estar pasando a mí»
o «¡Cómo se atreven a hacerme eso a mí!» cambian y pasan a: «A mí
puede sucederme cualquier cosa humana y haré todo lo que pueda para
enfrentarme a ello.» De hecho, la fuerza para enfrentarnos
~ 218 ~
a los retos, es directamente proporcional a lo capaces que seamos de
librarnos de la creencia de que tenemos derecho a algo.
Una vez que dejamos de luchar con las circunstancias y nos limitamos a
enfrentarnos a ellas y manejarlas, nos sentimos serenos, cambiando lo que
se puede cambiar y aceptando lo que no se puede. Al hacerlo así, ponemos
una base sólida para respetarnos a nosotros mismos, una alternativa sana a
una creencia universal a que tenemos derecho a algo. Esto significa, entre
otras cosas, que hay que establecer y mantener unos límites personales
para que los demás no se aprovechen de nosotros. Así pues, el respeto por
uno mismo es fuerza y no debilidad, ya que nos da poder para algo y no
sobre algo. Supera nuestro miedo a la escasez y la privación y, surgiendo
de nuestro interior, sentimos amor y libertad en abundancia.
21
9
y de la compasión. Los hechos de la vida son como la ley, severos pero no
crueles. El sí incondicional no es más que atención y cuidado, fidelidad a
la realidad sin sucumbir a actitudes sediciosas y tentadoras.
En ocasiones pensamos que estamos solos y eso hace que los hechos
sean aterradores y que nos quiten todo nuestro poder. Cuando preguntamos
por qué cambian las cosas, por qué sufren los inocentes y por qué la gente
nos hace daño, sentimos desespero y amargura. Pero cuando decimos sí a
los hechos de la vida, nos damos cuenta de que no es cuestión de fatalidad
sino de realidad y de su abundante potencial. Nos conectan con el resto de
la humanidad y nos colocan en lo que es, la atención y el cuidado, no en
los deseos o expectativas del ego. La llamada a que pronunciemos el sí
incondicional, nos muestra que la espiritualidad no es cosa de la
trascendencia del mundo, sino de involucrarnos más profundamente en él.
¿De qué modo decimos sí? Mostrando las cinco A de un modo atento y
dedicado. Como testigos de lo que es, concedemos nuestra atención a los
~ 220
cambios y finales, a los planes fracasados, a la injusticia, al sufrimiento y a
la deslealtad ocasional en la historia de nuestra vida. Aceptamos todo lo
que forma parte de la mezcla de una vida humana. Lo apreciamos todo
como algo que, en cierto modo, es valioso para nuestro desarrollo. Nos
fijamos con afecto en lo que es y en lo que ha sido. Permitimos y
admitimos que los acontecimientos y las personas sean ellos mismos.
Por último, es posible que nos demos cuenta de que ante nosotros se
abren dos caminos: por un lado, como sugieren algunas escuelas de
budismo, podemos encontrar la felicidad y la plena iluminación en esta
vida. Pero Jung defiende que no seremos capaces de escapar al sufrimiento
y a la sombra, por muy sanos que nos volvamos. El desafío es sostener con
júbilo, estos dos puntos de vista opuestos.
~ 221
PRÁCTICAS
IR MÁS ALLÁ DEL «O ESTO O AQUELLO» • Nuestro ego se siente muy incómodo con la
incerteza que insiste en ver las cosas en términos de blanco y negro, de ganar o
perder. Cuando nos limitamos a mantener en nuestros corazones y mentes los
opuestos a los que nos enfrentamos, cuando les dejamos coexistir en nosotros sin
elegir a uno con preferencia al otro, protegemos la ambigüedad de nuestro
predicamento; es una forma de confiar atenta y dedicadamente. Dejarse atrapar en las
polaridades ideadas por el ego arrogante, es vivir en el miedo. Por con tra, la falta de
egocentrismo significa que permitimos que llegue a nosotros un amor que lo engloba
todo.
Puede que a cada pesar que tengamos respecto al pasado, se le pueda seguir
directamente la pista hasta llegar a un pensamiento y elecciones de «esto o aquello» y
que sintamos vergüenza como parte del pesar. El trabajo es reconocer nuestra
vergüenza y pesar y perdonarnos. Imagínese la cantidad de energía vital que ha sido
aplastada por viejos pesares. ¿Se concederá a sí mismo su oportunidad de ser feliz,
haciendo el trabajo necesario para dejar atrás todo eso? Escriba, en su diario, ejem-
plos de cosas que lamenta de su pasado y hable del modo en que las dejará atrás.
Cuando sea necesario, pida apoyo a otras personas.
222 ~
adulto y funcional. Esta clase de persona detiene los insultos de manera no violenta,
considerándolos información respecto a la cólera agresiva de la otra persona, cuya
frustración puede, incluso, llegar a engendrar compasión. Comprométase a abandonar
el estilo de venganza y a buscar maneras de crear reconciliación. Haga este
compromiso en silencio, primero en su interior, y luego en voz alta, a su pareja.
~ 223
incluso en broma, son una manera de sacar a hurtadillas la cólera que no se ha
expresado, otro ejemplo del modelo de venganza. Un adulto sano intenta seguir el
modelo de reconciliación, habiéndose vuelto muy sensible a sus propias dosis de
dolor y al dolor oculto cuando lo infligen los demás. Esta clase de persona se libera
de la necesidad de aprobación y hace menos intentos para conseguirla. Se evalúa
desde el interior, donde se encuentra el yo y no desde el exterior, que es donde se
hallan otros egos asustados. Si utiliza usted el sarcasmo, el ridículo, las bromas
pesadas, el tormento, las cosquillas o las bromas hirientes, comprométase a dejar de
utilizar estas armas pasivas-agresivas en contra de su pareja o de cualquiera.
Comprométase primero con usted, mismo en silencio, y luego en voz alta, con su
pareja.
CÓMO LIBERARNOS DE LOS DERECHOS QUE CREE TENER EL EGO • Responda en silencio a las
preguntas de este apartado. ¿Cree usted que «Tengo derecho a que las cosas se
hagan a mi manera; a que me digan la verdad; a ser amado, cuidado y apreciado
por todo el mundo, a que me hagan promesas y las cumplan y a que me den un
tratamiento especial o una consideración especial en Lodo lo que hago»? Detrás de
estas creencias están las racionalizaciones «las promesas deberían cumplirse», «soy
especial», «eso no puede estarme sucediendo a mí», y «¡cómo se atreven!». Es
posible que estas creencias enmascaren el miedo a la privación: «no voy a conseguir
lo suficiente», «no conseguiré lo que me pertenece por derecho propio», «no
sobreviviré como persona individual si tengo que ser como todos los demás».
Pensar de este modo, es ignorar una condición de la existencia: las cosas no siempre
son justas o iguales.
La creencia de que se tiene derecho a algo, puede adoptar la forma de expectativas,
una reacción excesiva a que se aprovechen de uno, una sensación de que se nos
debe algo o una creencia de que nos están estafando. El mejor ejemplo de esta
característica del ego es la reacción que es posible que tengamos cuando otro
coche nos cierra el paso. ¿La sensación de «¿Cómo se atreve a hacerme eso a mí?»
se convierte en una persecución frenética y llena de venganza? ¿Se le queda eso en
el buche durante el resto del día? La sed de venganza y la indignación son pistas
que indican la presencia de un ego arrogante, narcisista y muy, pero que muy
asustado. Pero detrás de la airada sensación de humillación, está la tristeza por no
haber sido tratado con amor y respeto, las cosas que creemos que tenemos derecho
a recibir de todo el mundo. Lo que realmente queremos decir cuando alguien nos
corta el paso es: «¡Cómo te atreves a no tratarme con respeto! ¡Cómo le atreves a no
amarme!» En secreto, el ego cree que siempre ha tenido derecho a eso.
Comprométase a pedir amor directamente, cada vez que se dé cuenta de que cae
presa de una de las reacciones del ego descritas en este capítulo.
~ 224
CÓMO ABANDONAR TODO FINGIMIENTO • El egocentrismo puede ser transformado en
un aprecio y amor muy sanos hacia uno mismo, incluyen do un deseo sano de
permitir que todo lo que hacemos o decimos nos revele tal como somos
auténticamente. Puede que pensemos: «Si realmente me conocieran, no les
gustaría.» De hecho, este sentimiento no está basado en lo que descubrirían
sobre nosotros, sino en cómo. A la gente le disgustamos por lo que ellos
descubren, no sobre nosotros, sino sobre lo que ocultamos. De hecho, les
gustamos y nos respetan porque admitimos, de manera cautivadora, nuestros
límites y nuestras insuficiencias. Saber esto nos proporciona otra posibilidad más
de articular nuestra verdad, de abandonar un fingimiento o una apariencia. El
adulto sano pasa de una postura a una pose. Quiere estar expuesto para que
pueda actuar libremente sin la necesidad de inventar o proteger una imagen que
ha creado él mismo. ¿Tiene usted lo que hace falta para ser despiadado en su
viaje para llegar a ser libre del ego?
~ 225
¿El párrafo anterior le describe a usted? En su diario, escriba sobre algunos
ejemplos de su infancia y del pasado reciente. Comprométase, en silencio, a
abandonar lodo fingimiento con su pareja, preguntándose en una escala del uno
al diez, lo confortable que le parece esta posibilidad. Eso le dará información
sobre su nivel de confianza en la relación. Comparta la información con su
pareja.
CÓMO PEDIR UNA AUDITORÍA DEL ECO • A lo largo de este libro, he recomendado que
se busque el feedback de otras personas respecto a nuestro comportamiento y
actitudes. Como adultos debemos considerar que todo el mundo es nuestro
maestro y nadie es un competidor. Asi pues, ponerse y comportarse a la
defensiva significa perder una información útil. Defender cómo somos, es seguir
donde estamos y eso arruina nuestras probabilidades de desarrollo personal y de
intimidad. En lugar de eso, escuche el feedback de tal manera que encuentre en
él una verdad útil. Nada desarma tanto como la receptividad y el hecho de
recibir el feedback con agrado, pronto se revela como una manera de recibir más
amor. Comprométase a pedir el feedback de los demás, con respecto a las
reacciones de su ego y a recibirlo con optimismo. Hágalo en silencio, en su
interior y luego en voz alta con su pareja.
CÓMO OLVIDARSE DE LA CULPA • Podemos utilizar la culpa y las críticas para cubrir
necesidades que no hemos expresado o que no han sido satisfechas. Nuestras
necesidades esenciales esperan ser satisfechas detrás de todas las capas del ego:
miedo, apego, control, queja y defensas. Manifestar nuestras necesidades en
lugar de dar la culpa a otra persona por no satisfacerlas, conduce a la franqueza
y vulnerabilidad que constituyen la auténtica intimidad. Aplique este
conocimiento entendiendo el impulso de culpar a alguien como una señal de
alguna necesidad insatisfecha y manifestando la necesidad en lugar de la cul pa.
Cambie «te equivocaste al hacer esto» por «necesito tu atención, aceptación,
aprecio, afecto o permiso y admisión».
Cuando se descubra pensando de manera crítica en una pareja o un amigo
~ 226
(«Deberías dejar de fumar»), intente cambiarlo por un deseo afirmativo, incluso
suplicante y amable («Ojalá encontraras la fuerza para dejar de fumar»). Utilice
esta misma técnica cuando sea crítico consigo mismo: «Ojalá pueda llegar a la
fuerza que sé que tengo para dejar esta costumbre.» Cuando escuche las noticias y
vea a un criminal o a alguien que le resulte repugnante, haga prácticas diciéndose
en su interior: «Ojalá encuentre el camino de Buda. Ojalá se convierta en un gran
santo.» Esto es lo que quiere decir no rendirse ni abandonar a nadie, el camino real
hacia la libertad partiendo del instinto vengador del ego. Nosotros dejamos que las
consecuencias de las acciones de los demás se pongan a su altura, o no. No
imponemos la sentencia, ni siquiera la pronunciamos. No somos ni verdugos ni
jurados, sólo unos testigos justos y vigilantes. No nos alegra que «recibieran su
merecido». Sólo esperamos que sean capaces de despertarse.
CÓMO IR MAS ALLÁ DE NUESTROS VICIOS • En el budismo, los «seis venenos» (el orgullo,
la envidia, el deseo, la codicia, la ignorancia y la agresión) son los vicios del ego
que nos mantienen atascados en samsara, el mundo del renacimiento continuo.
Podemos liberarnos de ellos haciendo elecciones que dimanan del lado más
iluminado del ego. Así pues, el orgullo deja paso a la humildad; la envidia a la
alegría por la buena suerte de los demás; el excesivo deseo deja paso a la satisfac -
ción por lo que tenemos; la codicia deja paso a la generosidad; la ignorancia a la
voluntad y compromiso de informarnos; la agresión deja paso a la compasión no
violenta. Así es cómo el reino del ego envenenado se convierte en un espacio
dentro del cual podemos despertarnos. Dibuje una tabla. En la columna izquierda
haga una lista de los seis venenos y de los síntomas que tiene usted cuando está
envenenado por ellos; en la columna derecha, haga una lista de las maneras en
que se comporta y siente cuando ya se ha purgado de ellos.
227 ~
Ser adulto, espiritualmente, incluye hacer un frecuente examen de conciencia y una
necesidad de rectificar cuando sea apropiado. La alternativa -que el mal sólo está
en los otros- nos concede un permiso siniestro para vengarnos y castigar.
22
8
natural y automática de los humanos a la penitencia. Tal como Shakespeare dice
en La tempestad: «Al ser ellos penitentes, la deriva de mi propósito no se extiende
ni a un fruncimiento más de ceño.»
Una versión corta de los seis pasos es este enfoque triple: admitir, pedir disculpas
y rectificar. Necesitamos un modelo sencillo como éste cuando -en una cena de
Nochebuena, por ejemplo- nuestros hijos sacan a relucir algo de su pasado que
muestra uno de nuestros fallos como padres. Nuestro ego quiere defenderse u
olvidar, pero nuestro amor por ellos nos ayuda a dejar de lado a nuestro orgullo.
Cuando amamos, sentimos pena, y decimos que lo lamentamos cuando vemos a
alguien que sufre a causa de algo que hicimos, por muy buena intención que
tuviéramos. El impacto de nuestras acciones en los demás, es todo lo que
importa cuando amamos. El propósito conmovedor de esto y de lodo nuestro
trabajo, es dejar salir primero, a una respuesta amante antes de a una reacción del
ego.
A algunos nos educaron con prácticas religiosas que incluían confesarnos con un
cura que nos imponía la penitencia que debíamos hacer por nuestros pecados. En
este enfoque, somos responsables de pedir disculpas a aquéllos a los que
hayamos podido hacer daño. Esta clase de penitencia no es una forma de
desquite o venganza contra nosotros mismos, sino más bien, una manera adulta
de redimirnos y de quedar libres de culpa. Algunos programas terapéuticos
utilizan un enfoque similar para la recuperación. La humildad es la base de toda
transformación y las relaciones son centrales, eléctricas, espirituales, porque nos
humillan una y otra vez; y al final elegimos esa humildad y es entonces cuando en
nosotros surge una virtud.
Por último, cuando alguien nos hace daño, es posible que sintamos que nos han
convertido en víctimas. «Tú me hiciste eso a mí» es la experiencia del aislamiento,
que enfatiza nuestras polaridades. Sin embargo, cuanc usted descubre que tiene
esa misma tendencia o que, en ocasiones, ac'j? de la misma manera, la
experiencia se convierte en una de conex «Yo también soy así» no excusa el
abuso, pero nos ayuda a encontra' camino que lleve a una comunicación
compasiva y a la recon< : -
CÓMO AUMENTAR LA COMPASIÓN • La grandiosidad y la creencia de que se tiene
derecho a algo («un gran ego») pueden ser intentos impulsados por el pánico para
apuntalar un sentido del yo que se desmorona y para mantener alejada la amenaza
de aniquilación. (Según Freud: «El ego es la verdadera sede de la ansiedad.») La
próxima vez que vea a alguien que se comporta con arrogancia, sea consciente del
dolor y del miedo que esconde bajo esa máscara de omnipotencia y tenga compa-
sión por él. La compasión crece en nosotros cuando también nos damos cuenta de
~ 229 ~
que el ego inflado acostumbra a tener sus raíces en una atención desigual o ineficaz
en la infancia. Una persona que ha sido humillada, insultada, menospreciada,
criticada sarcásticamente, etcétera, puede hacer las mismas cosas más adelante a
otras personas, una manera patética de mostrarle al mundo cómo -y cuán
profundamente- le hirieron. Cultive una respuesta compasiva hacia esas personas
en su vida que parecen estar más impulsadas por el ego. Es posible que sean las
que más necesiten al amor. (Las cinco A son, en sí mismas, un ejercicio para soltarse
del ego y para ser compasivo y un apoyo.) La victoria del amor hace que los
deportes del ego ya no sean tan atractivos. Comprométase a ser consciente de los
momentos en los que el ego de otra persona esté inflado y en lugar de permitir que
su ego siga el mismo camino, responda con un amor tierno y que desarme. Así es
cómo cambiaremos el reflejo de competir y crear distancia en la decisión de cuidar
y estar cerca.
CÓMO LIBRARNOS DEL EGO PARA PODER AMAR • Las costumbres del ego -el miedo, la
codicia, la censura, el control, el apego al resultado, las preferencias, quejas,
predisposiciones y defensas- son interferencias. Se oponen al reflejo, al tiempo que
protegen y respaldan al ego. Responda a las preguntas siguientes en su diario
después de una sesión de meditación: ¿Mi ejercicio de meditación me está
ayudando a ir mas allá de las interferencias de mi ego? ¿Me enseña que tengo lo
necesario para ser testigo de los sentimientos y conductas tanto míos como de los
demás sin que las capas dramáticas de mi ego neurótico se interpongan en el
camino?
Siga luego con estas afirmaciones: Me doy cuenta de cuándo y cómo actúo desde el
ego y pido disculpas. Ahora mismo decido actuar de un modo que esté libre del ego.
Abandono la inclinación a tener miedo, a aferrarme, quejarme, controlar, censurar y
demás. Les pido a los que me rodean que me indiquen cualquier palabra o hecho que
indique
~ 230 ~
que el ego es posible que esté surgiendo en mí. Este es el camino de la despiadada
fidelidad a la verdad y también es el camino para librarnos del sufrimiento y dejar
de hacer sufrir a los demás.
El terror que nos ataca en una crisis procede de la impotencia que sentimos frente
a ella. (Joseph Campbell define al infierno como estar «atascado en el ego».) Sólo
escaparemos de quedar devastados por las crisis si nos libramos de las causas del
colapso: los hábitos que aparecen en el lado izquierdo de la tabla. Y lo haremos
formando unos hábitos alternativos que aparecen en el lado derecho y que son
las claves para la ecuanimidad y para vivir con felicidad y a través de la adversi -
dad. Así pues, tener una mente consciente, atenta y dedicada, es una respuesta
sana y cuerda y no una reacción dramática al estrés de la vida y a las crisis que se
presenten en una relación. Fíjese en que las costumbres que aparecen en el lado
izquierdo, las construcciones del ego neurótico, deshacen nuestro poder de
enfrentarnos a la realidad, al tiempo que inflan el poder que tiene ésta sobre
nosotros.
23
1
(Continúa de la pág.
anterior)
Interferencias del ego neurótico Posibilidades sanas en una
mente atenta y dedicada
Control. Cooperación.
Venganza/retribución. Pedir disculpas y perdonar a los
demás.
Exigencia. Solicitar.
Expectativa. Acuerdo.
Análisis. Contemplación.
Aceptación de lo que es tal como
Comparación o evaluación basadas en es.
un modelo de perfección.
Éstas son las elaboraciones del ego disfuncional que Éstas son las colaboraciones del ego sano en
se queda sólo. relación con los demás.
He aquí un resumen de las enseñanzas lojong. Lea, todos los días, las frases en voz alta
y haciendo unas pausas meditativas:
~ 232
• Que pueda considerar que todos los seres son algo precioso.
• Que siempre respete a los demás como superiores, al tiempo que mantengo
mi autoestima.
• Que sea capaz de enfrentarme a mi oscuridad interior y convertirla en bondad.
• Que pueda sentirme conmovido por la compasión hacia el dolor que se oculta
en el despecho que los demás puede que muestren hacia mí.
• Cuando los demás me hieran, ojalá sea capaz de olvidarme de la venganza, al
tiempo que luche siempre en contra de la injusticia.
• Ojalá que sea capaz de reconocer a los que me traicionan como maestros
sagrados.
• Ojalá sea capaz de ofrecer alegría a todos los seres y cargar de manera secreta
con su sufrimiento.
• Ojalá que todos los seres y yo también, estemos libres de las preocupaciones
del ego por la pérdida y la ganancia.
CÓMO CONSTRUIR UN EGO SANO • Nuestra autoestima sana puede aumentar cuando nos
fijamos en nosotros mismos de una manera atenta y dedicada, concediéndonos las
cinco A. Lo hacemos afirmándonos tal como somos:
Contemplo mi vida y a mí mismo sin miedo a lo que puedo ver o a aquello que
puedo descubrir que todavía me falta por trabajar. Me miro sin censura, culpa o
vergüenza, pero con una sensación de responsabilidad por cualquier manera que
tengo de herir a los demás y pido disculpas y rectifico. Me acepto a mí mismo tal
como soy sin un apego a arreglar, cambiar o controlar mis inclinaciones naturales y
mis atributos. Abandono cualquier apego al resultado de lo que está sucediendo en
mi vida, precisamente ahora, y de lo que sucederá en eí futuro. Me amo a mí mismo
tal como soy y cuido de mé mismo. Presto atención a mi cuerpo y a lo que me dice
de mí mismo y de las alegrías y estrés de mis circunstancias. Estoy libre de miedo y
de anhelos. Comparto con otros los dones que recibo. Ojalá todos los seres sean
felices a causa de mi trabajo, mis dones y mi práctica.
23
3
TOMÁRSELO PERSONALMENTE • Piense en cada una de las cinco condiciones de la
existencia que aparecen en la página 217, añadiéndole alguna propia y escriba
ejemplos de cada una en su propia vida. Luego diga sí a cada una de ellas del
modo siguiente: «Sí, esto me sucedió y le concedo atención, aceptación, aprecio
y afecto y lo admito y permito que sea lo que fue/es. Estoy agradecido por el
modo en que he crecido a partir de esta experiencia. Soy compasivo hacia
aquellos que hoy están pasando por ello. Ojalá todos los seres encuentren
felicidad en la vida tal como es.»
Cuando veo que no soy nada, eso es sabiduría. Cuando veo que lo soy todo, eso
es amor. Mi vida es un movimiento entre estas dos cosas.
NISARGADATTA MAHAKAI
Cuando las relaciones
terminan
233 ~
que hacer era seguir intentado evocarlas y que algún día las veríamos
aparecer. Ahora, por fin, hemos de admitir que ese «algún día» nunca
llegará.
Es por eso que los pasos de la pena respecto a las pérdidas infantiles
(véase el Apéndice) pueden aplicarse también al final de las relaciones. Si
tenemos unos sentimientos más fuertes después de una relación de los que
jamás hemos experimentado mientras duraba, es señal de que nuestra
pena se parece a la de pérdidas pasadas y las está reviviendo. Estamos
llorando por más cosas que sólo este final. Muchos finales estaban
apilados en nuestro interior, esperando su oportunidad de recibir la
atención de las lágrimas.
234 ~
Cuando alguien me ha hecho daño, el resto deja de importarme. En
una privación tan profunda, el ego se enfrenta a su verdadera cara:
frustrado, asustado, atrapado en un apego doloroso, impotente para alterar
lo que otros nos puedan estar haciendo. El héroe que llega a un umbral así
sólo puede decir: «¡Este debe de ser el sitio!»
235 ~
• ¿Usted y su pareja se demuestran el uno al otro, amor, respeto y
apoyo dando y recibiendo las cinco A?
• ¿Disfrutan y se sienten seguros el uno en compañía del otro?
• ¿Buscan tiempo, periódicamente, para estar con el otro?
• ¿Esta relación es plena a la hora de estar a la altura de sus propias y
más profundas necesidades, valores y deseos?
• ¿Su vida sexual juntos, es satisfactoria?
• ¿Sigue usted siendo fiel al otro?
• ¿Confía en su pareja?
• ¿Usted y su pareja están dispuestos a trabajar juntos en los con-
flictos?
• ¿Están cumpliendo los acuerdos a que han llegado mutuamente?
• Con respecto a heridas pasadas, ¿vive usted ahora en una atmósfera
de fracasos rectificados en lugar de unos resentimientos mantenidos
por tozudez?
• ¿Su pareja está a la altura de lo que usted siempre quiso para sí
mismo en una relación íntima?
• ¿Ustedes dos están juntos por decisión propia, o a causa de la
historia, la familia, las convenciones sociales, la seguridad finan-
ciera, la influencia religiosa, la ausencia de una alternativa in-
mediata o los inconvenientes de la separación o el miedo a ella?
• Cuando usted describe la primera vez que se encontraron o la
primera vez que supo que estaba enamorado ¿lo hace con detalle,
entusiasmo y la sensación de que tuvo suerte?
• Su trío interior —corazón, cabeza y entrañas— ¿está de acuerdo en
la continuación de la relación?
236 ~
tarlo lanzándonos de cabeza a una relación nueva, contradice el curso de
la naturaleza. Trabajar con la pena, nos proporciona un ímpetu para
crecer, ayudándonos a avanzar hasta un nivel más elevado de conciencia.
La persona a la que encuentro inmediatamente después de terminar una
relación, es probable que esté al mismo nivel de madurez que mi antigua
pareja. La persona a la que encuentro cuando he estado solo durante un
tiempo -y he tenido la oportunidad de reflexionar, procesar y crecer a
partir de mi experiencia— es más probable que esté a un nivel más
elevado de madurez. Me comprometo a llevar luto y lamentarme y
aprender, tomándome todo el tiempo que necesite y no permitiendo que
una relación nueva me distraiga de mi trabajo.
Mientras uno se lamenta, no está disponible para los demás. Sus hijos
echan en falta a su padre ausente y, por lo tanto, también se convierten en
personas que guardan luto. A su vez, puede esperar que su dolor aumente
el suyo, porque usted les está reflejando. Se trata de un elemento normal
de la pena dentro de una familia, especialmente desde que la unidad
familiar se ha perdido.
En esta época puede que sufra trastornos del sueño. También puede
caer en patrones de autodcstrucción, por ejemplo, anorexia, adicción a
alguna sustancia o pensamientos de suicidio. Sentir pena implica un final,
algo que nuestros cuerpos es posible que asocien con un deseo de morir
que ha estado enterrado dentro de nosotros, desde la infancia.
~ 238 ~
sustituyendo la interacción por una acción interior, o sea, trabajo personal.
Permita cualquier sentimiento o pensamiento, pero frénese en cuanto a
actuar al respecto. Según un antiguo dicho, cualquier pájaro puede volar
sobre su cabeza, pero le toca a usted decidir si va a construir un nido entre
su pelo.
~ 239 ~
Probablemente cuando haya dejado de obsesionarse y ya no quiera o
necesite cambiar o incluso desquitarse de esa persona. El momento para
volver a ponerse en contacto es cuando usted ya no necesite dicho
contacto pero esté preparado para normalizar las relaciones. Eso sucede
cuando la carga ha desaparecido. (Normalizar las relaciones es
especialmente importante cuando hay que negociar problemas de los
hijos.)
'lenga cuidado con las falsas esperanzas que surgen cuando una pareja
que se va parece estar indeciso respecto a volver a emprender la relación.
Una persona a la que han dejado, puede que se sienta como un niño
pequeño que está esperando, con el sombrero en la mano, a que el otro sea
amable o que se aplaque y le acepte nuevamente. Es una manera normal
de sentir y puede conducir a una vulnerabilidad saludable para el futuro.
La psique tiene muchas maneras de aprender a soltar su dureza y dejar
entrar la luz. Al mismo tiempo, el niño pequeño y suplicante, le ayuda a
darse cuenta de que ha esperado demasiado de otras personas. He aquí un
poema de amor escrito por el sexto Dalai Lama: «Oh, exigí demasiado de
ti / en esta corta vida. / A lo mejor nos volveremos a encontrar / al
principio de la siguiente.»
Las cicatrices que deja la pena pueden ser muy feas durante años o
curarse razonablemente bien. El resultado depende de la habilidad de
nuestro trabajo, igual que las cicatrices de nuestro cuerpo muestran los
variados niveles de habilidad de los médicos que nos trataron a lo largo de
los años.
La luna llena apostada sobre el mar hace que la cara del cielo sea
radiante y trae a los corazones que están separados la punzante
melancolía de la noche.
Soplo y apago mi vela, pero aquí hay la misma luz; me pongo un
abrigo, pero hace el mismo frío.
Así que sólo puedo leerle mi mensaje a la luna cuando me tiendo en la
cama y ansio soñar contigo.
CHANO CHUI-LING
sufridora. Tener una mente atenta y dedicada, es como ver algo por pri-
mera vez -sin las intrusiones del ego que nos distraen— y por eso, otro
nombre para ello es la mente del principiante, que me ofrece una manera
de trabajar con la realidad, en lugar de contra ella.
241 -
La intención de la práctica no es calmar nuestra tormenta interior o
gestionarla, sino sentarse callada y tranquilamente en su ojo y, por lo
tanto, reflejar y recibir su energía. Mis intentos fanáticos por arreglar un
colapso doloroso, son una manera de huir de esa posibilidad. Mi
predicamento soy yo mismo, por muy negativo o terrorífico que pueda
ser. Todos mis intentos de evitarlo son escapes del pleno impacto de mi
vida tal como es ahora y las enseñanzas que se supone que me propor-
cionará. La sabiduría consiste en no escapar en absoluto. Tener la mente
atenta y dedicada, no es cuestión de dominarse o sosegarse, sino de
hacerlo por completo en nuestro aquí y ahora, reflejando verdaderamente,
nuestra realidad inmediata.
242 -
como el presente. De todos modos, su miedo aumenta en proporción
directa al desarrollo de una relación. Su distanciamicnto de su pareja,
José, ha hecho que la vida sea dolorosa para ambos. José, un ingeniero de
poco más de treinta años, tiene tanto miedo al abandono como Selene lo
tiene a la absorción, pero nunca leería un libro como éste. Durante su
relación, cuanto más espacio exigía Selene, más se aferraba José a ella y
cuanto más lo hacía, más espacio exigía ella.
Después de estar cinco años juntos, José le dijo a Selene que hacía un
tiempo que había empezado a relacionarse con otra persona y que la
dejaba. Su relación hacía mucho que no funcionaba para ninguno de los
dos, y tampoco habían sido una fuente mutua de cuidado y nutrición,
además de que ninguno de los dos era ya capaz de compartir sus
sentimientos con el otro. Selene de hecho, había querido romper, pero
ahora de repente, quería seguir más que nunca con la relación. El nombre
de José se había vuelto mil veces más querido para ella, ahora que iba
asociado al abandono. Su miedo a la absorción se convirtió en una
intolerancia al abandono.
Tú y esta pena, habéis permitido que me abra, pero no sois capaces de satisfacer la
necesidad que me habéis ayudado a identificar. Puedes abrirme, pero no puedes
llenarme; no es culpa tuya, es cosa mía.
La privación y el anhelo han estado conmigo toda mi vida y yo pensaba que José
podía ayudarme a curarlos. Mi trabajo consiste en curarme a mí misma y, al final,
encontrar a alguien que se una a mí en esta empresa. Ahora que se ha ido, genero la
ilusión de que todo iría bien si él estuviera aquí y eso es, probablemente, porque él
tropezó con esa puerta sellada que hay en mi psique y ahora yo le asocio con la
satisfacción, ya que la relación con él lúe importante y significativa. En realidad, José
no fue la persona importante, sino un disparador importante. Ahora es la imagen,
también importante, del disparo.
El José que perdí es todas las personas a las que he amado y perdido alguna vez.
En realidad, nunca le amé sólo a él, ya que yo había lanzado mi red mucho más lejos.
Quería todo el amor que alguna vez había echa
do en falta y él nte ofrecía esa posibilidad. Él hizo que toda mi esperanza y necesidad
de ser amada, parecieran posibles por fin. Cuando quedó claro que no podía
proporcionármelas, proyecté el resto sobre él, enraizándolo aún, más firmemente, en
mi vida. «¡Siento que las esperanzas y los temores de todos los años, se satisfacen esta
noche!» (Acabo de oír esta frase de un villancico en mi cabeza. Ahora veo que he
conocido este concepto desde el principio de mi infancia.)
Recibí una carta del [osé prosaico y tuve unos sentimientos muy fuertes de
esperanza y de pánico. Sé que necesito pasar tiempo fuera mientras me curo de la
herida de su marca y, sin embargo, le encuentro a faltar y quiero su contacto. Me
imagino que sólo estoy echando de menos al José físico, sin el que estoy mucho mejor.
Pero en el fondo, echo en falta a papá y a lodos los hombres que me han dejado, y
244 -
cuyo emisario y personificación, es el hombre que envió esta carta. Si le contesto, me
estoy tomando este sentimiento al pie de la letra, como si mis sentimientos fueran
respecto al José físico. Si le escribo a él en mi diario y no le envío esa carta, estoy
trabajando provechosamente con el José interior, mi asistenta social en la lucha para la
autolocalización. Yo era una persona desaparecida hasta que José me trajo a casa
conmigo misma. Yo llegué a casa cuando él se fue de casa.
También sé que yo era inadecuada para él, aunque la primera vez que se marchó, le
prometí todo lo que quiso para conseguir que volviera. Pero no puedo engañarme a mí
misma, yo no hubiera sino mejor como pareja, una vez que el humo se hubiese
desvanecido y nuestra vieja rutina hubiera vuelto a empezar.
¿Cómo puedo negar todos los hechos, previamente inaceptables, sobre José? Sigo
engañándome pensando que él era perfecto y que yo estropeé lo mejor que había
tenido nunca. Embellezco e inflo sus virtudes (puede que igual que él infla mis vicios).
Mi dolor empieza con una negación que me protege de la plena carnicería de esa
pérdida tan poderosa. Mi negativa suspende mi capacidad de evaluar las cosas
adecuadamente y, luego, magnifico, distorsiono y embellezco los valores de aquello
que he perdido. Esto es lo que hace que siga queriendo, tan desesperadamente, que
vuelva.
Ansio con vehemencia lo máximo que menos satisface. ¿Puedo aceptar esta
contradicción, esta necesidad irracional como una parte de mí que está bien .- Estoy
bien siempre que no actúe impulsada por mi necesidad y le llame para que me lo
solucione. ¿Qué es lo que hace que yo piense en esa opción? Estoy desesperada por
tener intimidad. Soy una adicta que busca lo que necesita, de alguien que no puede
dármelo. No se trata de que nadie pueda, es José el que no puede, y ahora tengo que
quedarme conmigo misma en este estado tan profundamente precario. Ser testigo de la
frágil niña perdida que hay en mi interior, puede ayudarme a conseguir compasión por
un yo que he abandonado muchas veces. ¿Esta compasión podría ser una manera de
pasar por todo esto que además me diera fuerza?
Mis defensas están bajas, pero algunas personas me dicen que tengo un aspecto
más atractivo. Una época fértil para mí: puedo deshacerme de unas costumbres
contraproducentes y que sabotean mi intimidad. ¿Cuánto tiempo tardaré en recaer en
245 -
los viejos patrones del miedo?
En mi cabeza oigo unas conversaciones que giran en torno a que en el futuro las
cosas se arreglarán, de algún modo, entre nosotros, pero forman parte de la fase del
regateo de la pena. También parecen ayudarme a recuperar una cierta apariencia de
mi poder.
José, ¿cómo puedes ver que estoy sufriendo este dolor y no detenerlo? Todo lo
que tienes que hacer es volver. Ya sé que yo sólo quiero que vuelva la relación para
terminar con mi dolor y no para recuperar algo realmente valioso. Siento la tristeza
de la propia relación y me imagino que estoy sintiendo, únicamente, la tristeza de su
final.
Ahora que te has ido me siento abandonada, pero durante toda la relación ya
estuve emocionalmente abandonada y nunca lo vi así. Incluso ahora, en lugar de
admitir ese hecho, estoy idealizando el pasado contigo. No es que tú tengas la culpa;
todo eso va de mí y de lo mucho que me aferro a las ilusiones. Tú eres perfecto, tal
como eres, José.
Veo a través de mi creencia mágica en las palabras: cartas llenas de palabras que
te escribo a ti para manipular una respuesta que no me va a
ser dada ahora. Es como si estuviera telefoneando a alguien cuya línea está ocupada,
mientras habla con otro. Ya no puedo seguir engañándome. Sé que mi necesidad de
contactar contigo no es puramente para verte y escuchar tu voz, sino más bien, para
convencerle y manipularte. Mi ego quiere ganar y ése es el motivo de que yo tenga
que permanecer alejada. Si para ganar te volviera a conseguir, eso daría poder a mi
ego derrotado.
¿Ansio tremendamente esa vieja relación sin futuro que tenía que desaparecer, o
la posible relación nueva con un futuro que no puede empezar hasta que yo deje
correr la vieja? Selene, ¡no estropees esta posibilidad de ser libre!
Me siento como una niña que se lamenta por que su amiga o amigo, de tanto
tiempo, está ahora jugando con otra persona nueva. Esta pérdida me golpea,
precisamente, en el nivel de mi psique de niña pequeña rechazada. Mi vieja e
insatisfecha necesidad de atención y cuidado, es responsable de la fiereza con que me
estoy aferrando al final.
246 -
fiable de una buena relación porque puede ser un gran acontecimiento cuando
estamos mal emparejados, como es nuestro caso. Nada de esto es culpa tuya, José.
He de ser capaz de presenciar cómo esta relación se va, del mismo modo que veo
cómo se marchitan las rosas: sin culpa ni dolor. Daré al mundo un regalo en forma de
gracias, por todo lo que estoy aprendiendo.
247 -
TERCERA PARTE
Comprometerse
Una vez que aceptamos que incluso entre los seres humanos
más íntimos siguen existiendo unas distancias infinitas,
podemos vivir maravillosamente uno al lado del otro. Siempre
que tengamos éxito en amar la distancia que hay entre uno y
otro, cada uno de nosotros será capaz de ver al otro como un
todo reflejado en el cielo.
RAINER MARIA RILKE
Nuestro compromiso
y cómo se profundiza
Pero, ¿qué sucede exactamente en nosotros, para que nos abram > al
mundo? En una relación comprometida, al final abandonev formidable
insistencia de nuestro ego en tener razón, en salim s : : la nuestra,
competir y ganar. Todavía podemos tener discu': : no duran tanto y
acaban en una solución además de c_-_ menos repetición del pasado. Nos
tomamos el conten: é : sión como información en lugar de como grano : -
resentimiento. En vez de que se satisfagan nuestra.' camos acuerdos.
Ahora peleamos pero no nos de-xn
~ 251 ~
mos tomarnos el ego del otro, más a la ligera y
dejamos de utilizar el poder sobre el otro
pasando, en cambio, a encontrar maneras de utili-
zarlo para lograr los objetivos comunes de la
relación.
Empezamos a fijarnos en la existencia de una insustancialidad gra-
ciosa —como el no yo del budismo— en las actitudes que ideamos frente
a los conflictos. No podemos justificar la queja de que nuestras posturas
son absolutamente inflexibles una vez que la compasión y la sabiduría las
bañan plenamente. Contemplamos con una leve diversión lo que una vez
nos pareció tan enorme, y dejamos de lado nuestra seriedad habiéndola
reconocido, finalmente, como una forma de dolor. Ahora el dolor abre un
nuevo camino y nos conduce a la compasión y al cambio, no a la culpa ni
a la vergüenza.
~ 252 ~
ven interpersonales y luego transpcrsonales. Las fases de las relaciones
nos llevan, desde un ego ideal a través de un ego y su sombra, a un yo que
transciende al ego y abraza al universo. Podemos descubrir el círculo de
la psicología y la espiritualidad que lo abarca todo en el reino de las
relaciones. Como Emily Dickinson decía: «Mi negocio es la cir-
cunferencia.»
Problema psicológico:
Potencial espiritual: Para qué está preparado
El síntoma
Podemos dejarnos atrapar, tanto en nuestra propia historia con to- dos
sus conflictos pasados y presentes, que perdamos la perspecn . en ese
caso, no nos demos cuenta de lo que Shakespeare dice Coriolano: «Hay
un mundo en alguna otra parte.» Cuando ...¿ más allá de nuestro pasado y
nuestras relaciones nos absort . ■ ' -
anima, nos abrimos a unos nuevos potenciales en el mun : . .. .- - »-
tros mismos. Dejamos correr el pasado para crear el fu:_.- dedicamos a
causas sociales, preocupaciones familiares, servicio, carrera, religión u
otras empresas de las que cambian el mundo. Ninguna transformación es
25
3
enteramente personal porque la bondad no puede evitar diluirse. Nuestra
pareja se amplía hasta incluir a todo el mundo y contribuimos a la
evolución planetaria. El objetivo original de dejar el hogar para iniciar
uno propio, se expande hasta convertirse en el objetivo más general de
hacer que el mundo sea el hogar de todas las personas. Cuando nos
comprometernos con una pareja dándole las cinco A, también nos
convertimos en portadores y suministradores de estos cinco aspectos de
amor al mundo.
~ 254
La energía vital tiene una forma única en cada uno de nosotros. Por
ejemplo, si yo nunca he tenido un período de tiempo en soledad (sin padre
o madre o sin una pareja en mi vida), es posible que nunca haya
descubierto mi vivacidad personal. (Vivacidad, en este caso, significa
permitir los sentimientos, ya que la confianza crece cuando muestro y
recibo sentimientos.) Es posible que nunca haya sentido mis sentimientos
más profundos ni me haya sentido incómodo con ellos. Es posible que
haya creído que sólo puedo encontrar —o mantener- mi propia energía
vital, en el contexto de una relación. Esta sensación de necesidad puede
ser una señal del modo en que he perdido contacto conmigo mismo. Otra
manera de decirlo puede ser: «He estado evitando permitir que surgiera
mi verdadero yo, asegurándome siempre tener alguien en mi vida. Yo
utilizo las relaciones para averiguar quién soy, lo que significa que nunca
lo descubro.»
La energía vital hace que confiemos, cada vez más, en nosotros mis-
mos. Una persona que confía en sí misma sabe que una relación sana no
está basada en una confianza absoluta en cualquier otra persona. Nadie es
digno de confianza constantemente. Las relaciones adultas están basadas
en la aceptación de ese hecho cierto de la falibilidad humana, no en una
rígida confianza, sino en un amor flexible c incondicional que nos permita
enfadarnos por una traición, pero que luego nos deje el suficiente corazón
para perdonarla, cuando una pareja nos pida perdón, rectifique y cambie
de verdad.
255 ~
Doy y recibo las cinco A
Dar y recibir en intimidad refleja un sano proceso dual que vemos en la
mayoría de áreas de la vida humana. Por ejemplo, nuestro cuerpo sobre-
vive, tanto dejando entrar al oxígeno, como salir al dióxido de carbono.
Las células son porosas para dejar entrar los nutrientes y excretar los
residuos. Nos comunicamos tanto hablando como escuchando y espiri-
tualmente recibimos indulgencia y damos amor. Incluso leer este libro
significa ¡aceptar palabras e ideas y ponerlas en práctica en el mundo!
Una segunda manera de que los adultos den y reciban con intimidad,
es a través de la práctica del sexo y de unos jugueteos mutuamente
elegidos. Usted practica el sexo cuando los dos quieren, no cuando uno de
ustedes empuja al otro a ello. Se puede ser íntimo sin tener que ser sexual.
Usted sabe el modo de divertirse juntos y juegan sin hacerse daño el uno
- 256
al otro, sin sarcasmos o ridículos, sin reírse de los fallos del otro.
25
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discretos de cólera no pueden enturbiar ni obstruir el flujo de nuestro
continuo amor.»
- 258
porcionándonos una sensación de coherencia cuando nos sentimos frag-
mentados, demostrándonos que existimos y dándonos una sensación de
control. Pero, en última instancia, son todas estrategias de agonía, y
confiamos en que susciten compasión en nosotros cuando veamos a
alguien atrapado en ellas.
~ 259
burdamente en su interior» tal como dice Shakespeare, es conveniente
funcionar como si tuviéramos una identidad y necesitara que la
defendieran. Aunque nuestro destino espiritual sea reconocer la unidad e
integridad, nuestra tarea psicológica es abandonar nuestra creencia en
ella, ya que a pesar de que no existe un yo sólido, separado e
independiente, cada uno de nosotros tiene un núcleo inviolado e
inalienable de responsabilidad y derechos personales. Ese núcleo es
nuestro ego sano, un rasgo distintivo provisional pero legítimo de quienes
somos.
~ 260 ~
decirlo. Un adicto que rechaza la ayuda es, básicamente, una persona que
se está suicidando y la respuesta adecuada es llorar por él. Decirle «Estoy
empezando el proceso de duelo por ti» es mostrarle su verdad, no decirle
a él la suya. Es una respuesta despiadadamente adulta a los hechos inmi-
nentes. «Si soy un adicto al alcohol, no soy capaz de cumplir mi parte de
nuestro contrato; no puedo proporcionarte ni siquiera un sustento mo-
derado o concentrarme en ti. Si rechazo la ayuda, incluso después de que
te hayas enfrentado a mí, es que decido alejarme cada vez más de ti.» Eso
sugiere que es posible que dé usted el próximo paso que pueda. Por
ejemplo, ponerse en contacto con Alcohólicos Anónimos.
El compromiso
Esencial significa intrínseco y constante. Existencial, para los propósitos
de este comentario, significa aquí y ahora, empírico. Un vínculo esencial
es un hecho cierto de las relaciones adultas íntimas, puede que físico y
habitualmente psicológico y espiritual. Al igual que toda energía, no
puede crearse ni destruirse, y sólo se hace plenamente evidente, en la fase
del conflicto de una relación. El vínculo en la fase del romance consta de
excitación, necesidad y apego a un ideal. El vínculo que se desarrolla en
el conflicto y trabajando con él, es duradero; ya no depende de si ustedes
se llevan bien o de si siguen juntos; como el vínculo de la religión, puede
incluso sobrevivir al abandono por nuestra parte. Un vínculo eser.. en una
relación sigue después del divorcio. Es el amor incondicional que puede
ser desmantelado pero nunca demolido.
- 261
Manifestamos este vínculo esencial del amor comprometiéndonos de
manera existencial, una decisión día a día de tratar, procesar y solucionar
los problemas y cumplir los acuerdos que surjan de ellos. Cuando aparece
una persona nueva y más atractiva, lo tomamos como información y no
como permiso para marcharnos. Nos hemos comprometido a quedarnos
con una pareja, mientras ella y nosotros estemos inmersos, de manera
eficaz, en la relación, o estemos ambos trabajando en ella para convertirla
en eficaz.
Un adulto se compromete con una persona con quien las cosas son
viables o funcionan, y retira este compromiso cuando las cosas ya no lo
son. A diferencia de un compromiso, un voto es la promesa de seguir
apegado a una relación, tanto si funciona como si no, tanto si es viable
como si no lo es. Como el propósito de una relación es la felicidad hu-
mana y no la conservación de una institución —como el matrimonio-, el
compromiso es razonable y los votos son peligrosos. Un compromiso es
con la viabilidad; un voto es con el tiempo («hasta que la muerte nos
separe»). Además, los votos pueden ser intentos sutiles de eximirnos de
los hechos dolorosos de la relación humana: la otra persona puede trai-
cionar, herirnos o marcharse. Cuando somos adultos nos damos cuenta de
que los votos y los planes no son, en realidad, nada más que deseos y lo
que es seguro es que no son las leyes por las que se gobiernan las
relaciones. El erudito en religión, Mircca Eliade escribe sobre el héroe:
«La ley de la vida vive en él con su consentimiento y sin reservas.»
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2
compromiso condicional. Esto se equipara al abrazo cuerdo, en lugar de al
agarre adictivo. Un padre o una madre ama incondicionalmcntc a su hijo
y se compromete con él sin condiciones. Un adulto ama incondicio-
nalmente y se compromete condicionalmente con una pareja. El amor
incondicional es una victoria espiritual, ya que, en realidad, significa que
no está condicionado por el miedo, el apego, el control o la sensación de
tener derecho que tiene el ego: la esencia de la atención, conciencia y
dedicación. Demostramos un amor incondicional por lo que no está
condicionado, la bondad básica en los demás, la mente del Buda.
Demostramos un amor condicional por lo que está condicionado, la per-
sonalidad del ego con sus múltiples formas.
Decir: «soy capaz de amarte y de dejarte» es tan sano como decir «soy
capaz de tener miedo a algo y hacerlo». En la codependencia, cuanta
menos cantidad de las cinco A conseguimos, más damos. Confiamos en
que dar hará que el otro nos dé más amor y como no nos sentirnos
bastante amados, creemos que no debemos de estar dando lo suficiente.
Seguimos dando más, pero como no nos sentimos lo bastante amados,
seguimos creyendo que no debemos de estar dando lo suficiente. Estamos
intentado conseguir, dando en lugar de compartiendo, en un intercambio
de igualdad. El resultado es la culpa.
Debo confesar (en una nota humorística pero que nos serene) que los
elementos virtuosos de la intimidad que aparecen en las secciones
anteriores, describen lo que, en teoría, se supone que debe estar instaurado
para el desarrollo individual ¡antes de los tres años de edad!
26
3
El ego inflado sólo nos da un conocimiento parcial de quiénes somos.
Aferrarse a nuestro ego es como vivir con un nombre falso, uno que
oculta nuestra integridad, nuestro potencial para dar y recibir un amor
incondicional: atención, aceptación, aprecio, afecto y admisión o permiso
puros.
Los demás llegan para darnos estas cinco A. Nos imaginamos que
Juan o María son nuestra mitad y abandonamos nuestra conexión y
compromiso con nuestra otra mitad, la propia: el ánima/ánimo
arquetípicos, energías masculina y femenina en todos nosotros. Es como
si tuviéramos un arquetipo de Robin Hood, una personificación del
heroísmo y la bondad de corazón, dentro de nosotros; sin embargo,
automáticamente, nos lo imaginamos como Juan. Dejamos que la persona
literal externa tome el lugar de la personificación interna metafórica de
nuestros poderes. En lugar de imitarle, tal como hacíamos de niños
cuando jugábamos juntos después de ver la película de Robin Hood, le
reverenciamos y, por lo tanto, reducimos nuestra propia estatura y po-
tencial espiritual. Rompemos el compromiso con nuestro pleno yo para
casarnos con otra persona, cuando en realidad necesitamos ambas unio-
nes. Confundimos nuestro trabajo intrapersonal, con nuestras necesidades
interpersonales. Sólo el Robin Hood interior del Bosque de Sherwood de
nuestra psique, tiene una energía vital auténtica que nunca morirá o
desaparecerá. Una energía que es lo bastante poderosa para unir a la
doncella Marión en la aventura cooperativa del amor adulto. El
compañero del alma de una mujer no es el hombre que se apodera de las
funciones de ella, sino el que la refleja con un ánimo complacido.
~ 264 ~
Aquí está la parte que hace que este proceso sea tan paradójico, tan
enigmático y tan confuso para nosotros: nuestro sobrenatural y misterioso
ánimo/ánima arquetípico, acostumbra a no poder ser contactado sin una
articulación a través de alguna persona concreta. Esto procede de nuestra
naturaleza como seres encarnados que se convierten en quienes son a
través del reflejo de otros. Nuestros padres, en nuestra infancia, nos
dieron las cinco A y así es cómo aprendimos a amarnos a nosotros
mismos. Sus corazones expresaban su aprecio por nuestra capacidad de
ser amados y, por lo tanto, nos permitían sentirlo en nuestros propios
corazones. Encontramos y siempre hemos encontrado nuestra fuente
interior de cuidado y atención, a través de la externa. Pero cuando
realizamos una identificación literal entre un progenitor o pareja y uno de
nuestros propios poderes internos, estamos confundiendo una imagen
universal arquetípica con una imagen personal; el canal con la fuente; la
balsa con la costa; el actor con el héroe; el santo con el dios; este hombre
con nuestro ánimo; a esta mujer con nuestra ánima. Así es cómo el
progenitor o la pareja, asume una estatura tan gigantesca en nuestra
psique. Se convierte, en lugar de señalarlo, en nuestro yo superior. Dejar
correr u olvidarnos del apego a las personas y a las cosas, es una manera
de abrirnos a la mente del Buda que hay detrás de todas las apariencias.
Como dice Rilke: «Las cosas sólo viven plenamente cuando parten.» De
hecho, Eneas reconoció, únicamente, a su diosa-madre, cuando le dijo
adiós como ayudante mortal.
~ 265
aceptamos la impermanencia que caracteriza a la existencia humana,
dejamos de buscar, dejamos de pedir, dejamos de manipular en un intento
de alcanzar la permanencia o la perfección y, en vez de eso, estamos
inmensamente agradecidos por esos momentos. Sin embargo, nadie puede
culparnos por no entender bien las relaciones en toda una vida. Nuestras
psiques fueron construidas con ¡una alegría complicada y que desafía a la
lógica! Se necesita una profundidad valiente y humor para entenderlo
todo y seguir el camino largo y tortuoso que lleva al todo y a la
integridad.
PRÁCTICAS
Te pido que respetes mi núcleo tierno, que no es algo que se deba llevar en la
solapa para que todos lo vean, sino que es un objeto de búsqueda diligente,
revelado, únicamente, a aquellos que están dispuestos a ponerlo al
descubierto. El trabajo necesario son las cinco A: atención, aceptación, aprecio,
afecto y permitirme o admitir que sea yo mismo, tener el derecho a acceder a
mis necesidades, valores y deseos más profundos. Yo puedo ser como una
margarita que lo revela todo indiscriminadamente a los futuros amantes, que
luego la hacen pedazos; o puedo ser como la peonía que esconde su centro de
~ 266
la vista, pero lo comparte, generosamente, con la abeja concienzuda que se
atreve a pascar por sus profundidades y encontrar la dulzura. Y, sin embargo,
demasiada seguridad es una barrera, no un límite, alrededor de la dulzura de la
vida y de los riesgos que hacen que sea excitante. El peligro de levantar límites,
es que podemos volvernos demasiado defensivos. ¿Unas cuantas caídas y heri-
das no nos ayudarían a crecer y a hacernos más atrevidos?
Tengo mucho miedo a dar: De ese modo podría perder. Si doy, puede que
quieras más y a mí no me quedará nada. Puedo hablarte de mí, pero no
mostrarte mis sentimientos; siempre me guardo algo. Cuando hacemos el
amor yo cierro los ojos, no fuera a ser que te apoderaras de mi asustada alma.
Soy capaz de escuchar tus palabras y aconsejar rápidamente, sin correr nunca
el riesgo de una reunión con esos extraños peligrosos: sus sentimientos, sus
daños, sus necesidades y sus ojos. Quiero vivir por encima de nuestro amor,
repartiendo lo que pueda escatimar, seguramente, de mi corazón asustado,
frugal y en guardia.
Tengo mucho miedo a recibir: Evito el contacto visual porque puede que mires
demasiado profundamente. No me gusta que me sorprendan o que me hagan
un regalo. Eso significa recibir lo que tú decidas dar y me asusta porque
significa que no tengo el control, -s que sigo siendo quisquilloso y difícil de
complacer. Y si me algo, he de estar seguro de que a cambio yo te daré algo
de _ . ■
~ 268
¿CUIDAR O VIGILAR? • Ser compasivo no significa convertirse en un vigilante. La
compasión respeta el potencial de los demás para activar su yo. Pregúntese,
interiormente o en su diario, en qué lugar de la tabla siguiente se encuentra.
Considere lo que aparece en la columna de la izquierda como su programa de
compasión.
~ 269
Cuidar Vigilar
Enseña una habilidad para que se Lleva a cabo una habilidad y puede
utilice en el futuro. que siga haciéndolo así en el futuro.
Está hecho a la medida de la Puede ser impuesto, tanto si se busca
voluntad o disposición del otro para como si no.
ser ayudado.
Mantiene unos límites personales Está dispuesto a olvidarse de los
respecto a cómo y cuándo hay que límites personales para satisfacer las
prestar ayuda: sabiamente necesidades del otro; salvajemente
condicional. incondicional.
Es sinceramente sensible a las Es posible que como orden del día
necesidades de la otra persona. primordial tenga la satisfacción de sus
propias necesidades.
Es una forma de respeto. Puede tratarse de una forma de
control.
CÓMO DISTINGUIR LA CÓLERA DEL ABUSO • Tanto la cólera consciente como el abuso
dañino, son viscerales e implican que se levanta la voz, se gesticula mucho, las caras
se ponen coloradas y hay un intenso contacto visual. Sin embargo, existe una
diferencia, como la tabla de la página siguiente le mostrará.
Utilícela como una lista de comprobación para examinar su manera - demostrar
cólera o enfado. ¿Se relaciona usted con su enfado de u” - ñera consciente, o se deja
poseer por ella? Estudie la tabla usted solo primero y luego con su pareja. Díganse,
mutuamente, dónde creen que se encuentra cada uno en ella y comprométase a
familiarizarse tanto con esta tabla que la recuerde cuando se enfade, haciendo una
pausa lo bastante larga, para recordarse a sí mismo que debe practicar un enfado o
cólera consciente y no el abuso. Para prepararse, practique haciendo pausas antes de
las numerosas actividades cotidianas. I lacer una pausa entre un estímulo exterior y
su propia reacción, hace que las elecciones sean más cuerdas, más libres y más
responsables. Las reacciones inconscientes e inmediatas, acostumbran a surgir del
miedo y de la ignorancia, y nos causan dolor a nosotros mismos y a los demás. Lo
irónico de la rabia es que parece ser la compuerta de un rebosadero cuando, en
~ 270
realidad, es una masa de troncos que impide la circulación en un río.
~ 271
(Continúa de la pág.
anterior)
El enfado o cólera verdaderos El abuso: la sombra de la cólera
Es breve y deja estar las cosas con una Se aferra a un resentimiento duradero,
sensación de cierre (como una odio, rencor o amargura (un fuego
bengala). que arde en rescoldo).
Incluye la pena y la reconoce. Incluye pena, pero la enmascara con
una invulnerabilidad fingida o una
negación.
Cree que el otro es un catalizador de la Cree que el otro es una causa de
cólera. cólera.
Trata al otro como a un igual Trata al otro como una diana.
Se origina en y promociona un ego Se origina y se perpetúa en un ego
sano. arrogante.
272 ~
(Continúa de la pág.
anterior)
Intenta conseguir un vínculo más Quiere sacar fuera la rabia sin importarle
profundo y más eficaz: si hiere al otro: un abusador
una persona enfadada avanza hacia avanza contra el otro.
la otra.
Coexiste y da poder al amor: Cancela el amor en favor del miedo:
no tiene miedo. se basa en el miedo.
Todas ellas son formas de tratar, Todas ellas son formas de evitar la propia
procesar y solucionar. pena y el disgusto.
Estos pasos crean intimidad porque contienen los elementos más cruciales de
la misma: mostrar su dolor al tiempo que usted se mantiene firme, es ser
vulnerable, no como una víctima, sino como una persona fuerte. Indicar sus
límites, es mantenerlos y mostrarse uno mismo. Seguir con la otra persona no
significa quedarse quieto para que abusen de uno, sino que significa
dedicarse a tratar, procesar y solucionar. Pasar por una experiencia con una
persona torturada significa seguir conectado a esa persona sin dejar que le
torture a usted. Quedarse es una práctica de la conciencia, atención y
dedicación que involucra la
~ 273 ~
devolución a la realidad del amor. Cuando alguien que le odia ve que usted
sufre pero no le abandona, es posible que confíe en usted y que llegue al
final a abrir ese puño que odia. Sin embargo, quedarse no es una estrategia
para el cambio. Nos quedamos a causa de nuestro compromiso a poner la
conciencia, atención y dedicación por delante de la censura, y a la compasión
por delante del ego. Devolvemos amor a cambio de odio, buscando la
comunión y no la retribución. Si alcanzamos la intimidad con el otro, somos
felices. Si lleva tiempo, seguimos con la misma idea, y si fracasa, nos
olvidamos de ello.
~ 274 ~
el interior. ¿Detrás de su culpa hay resentimiento?
TRABAJAR SOLO • Si está solo o quiere estar solo con su cólera, pruebe a andar
en círculos, preferiblemente al aire libre, diciendo: «¡No!» una y otra vez. O
ande al ritmo de una frase corta que describa el motivo por el que esté
enfadado. Por ejemplo «¡Tú no me escuchas!» Dé una patada fuerte en el
suelo, al tiempo que pronuncia la palabra que quiere enfatizar y luego
cambie el énfasis, pateando con el pie cuando diga palabras diferentes de la
frase.
CÓMO ACEPTARSE EL UNO AL OTRO • Hay una máxima zen que dice: «Siendo esto
así, ¿cómo procederé?» Esta pregunta adulta implica una aceptación de la
realidad tal como es o de una pareja tal como es, o sea, de un modo
consciente, atento y dedicado. Las alternativas serían: «Siendo esto así,
¿cómo procederías?» o «Puedo quejarme , Espero que tú lo cambies» o «Me
- 275
vengaré». Se trata de un punto de inflexión hacia el compromiso, cuando un
miembro de la pareja acepta al otro tal como es -por ejemplo, como alguien
que retrasa las cosas- v en lugar de quejarse, mira dentro de sí mismo y
pregunta: ¿Cómo procederé? ¿Qué haré? ¿Espero que cambie o encuentro
una manera de ci. - dar de mí mismo y de mis preocupaciones, utilizando mis
propios recursos?» No se trata de un modo de distanciarnos de nuestra
pareja sino de aceptar la responsabilidad por nuestro comportamiento \ eí
apuro que estamos pasando. Nos concede poder porque nos pone en
contacto con nuestra autoridad interior. Pruebe a aplicar la máxima zen a su
relación.
CÓMO AFIRMARSE UNO MISMO • Vuelva a cualquier frase de este libro que haya
subrayado o copiado en su diario. Es posible que le havan impresionado
porque se trata de sus propias verdades. Convierta cada una de ellas en una
afirmación volviendo a decirlas en primera persona, en presente,
positivamente y como algo que ya es cierto para usted Por ejemplo, la frase
«Un compromiso adulto es una empresa profundamente verdadera y adulta
de amor continuo», puede convertirse t- «Me comprometo a ser veraz en mi
manera de amar». La frase A miedo habría que concederle las cinco A, ya que
forma parte de c-' y así revelaría que tiene sabiduría y propósito», se
convierte en <Enc_-?- tro sabiduría y propósito en mis miedos cuando les
presto atenc ' i acepto, los aprecio, los permito y trato a mi yo asustado <_ >
- 276
Lo único que nos salva de volver a representarlo es un plan para cam biar. Preparar y
llevar a cabo un plan así, puede que le parezca casi imposible, pero la práctica es
para eso. Tanto la salud espiritual como la psicológica, exigen únicamente práctica y
no perfección y somos pocos los que nos sentimos enteros, excepto en algunos
momentos. De igual modo, pocos escaladores alcanzan la cima del Everest, pero eso
no significa que nadie pueda llegar a ella. El Everest en la psique, es el amor, y el ego
está perfectamente capacitado para alcanzarlo. Todo lo que hace falta es morir y
levantarse de nuevo.
A medida que vaya bajando por la lista, fíjese en si se le presenta alguna resistencia
y no intente desarraigarla. Lo único que tiene que hacer es formar una intención
más fuerte de amar y verá cómo la resistencia se debilita. A medida que vaya
deseando amor y alegría a personas a las que no conoce, así como a sus enemigos,
es posible que algo cambie en usted. Este ejercicio muestra los límites de nuestro
amor y nos ayudar a superarlos. Además, nos enseña a refugiarnos, no en la fama ni
en la fortuna, sino en el corazón.
Las afirmaciones de compasión, nos liberan del deseo de venganza del ego. Las
afirmaciones de amor, nos liberan para amar más. Desear alegría y gozo a los
demás, nos los trae a nosotros y desearles (y desearnos) ecuanimidad, responde a
las condiciones de existencia de todos. Empezamos a actuar basándonos en nuestra
práctica. Estamos comprometidos con otras personas del mundo, como personas
comprometidas con una práctica y esto es integridad espiritual. Los principios
organizadores del mundo, son las condiciones de existencia y sincronismo así que
cuando le decimos sí a los hechos de la vida y nos abrime - los mensajes en
sincronismo, esa integridad espiritual se convier- • totalidad espiritual.
Dominar este ejercicio lleva tiempo y, por supuesto, no se hace en sentada. Proceda
lentamente y respete su propio ritmo. Es pos ib - tarde un poco en llegar al nivel de
compasión en que pódame- r una afirmación con sinceridad. Exigirá que nos
transformemos - y nuestras relaciones, aunque si prestamos atención diaria ai
encontraremos nuestra recompensa.
Aquí desearía añadir una nota personal. Mucho antes de c • ejercicio, participé en un
viaje organizado a Egipto. Nuestrc . dos horas meditando en la cámara del faraón de
ia C'a~ - o Estando allí tendido, decidí espontáneamente, visca za- •’ as ge sonas de
mi vida. Me imaginé que sería una t----------------------- estuvieran presentes en un
lugar al que puede que nunca fueran en carne y hueso. Uno a uno, me imaginé a
cada miembro de mi familia, amigos, conocidos, etcétera. En aquel momento ése era
el único regalo que podía hacerles y al final de la meditación sentí que les amaba
aún más. Todavía no sabía nada de la práctica del metta, así que no incluí a toda la
humanidad, pero aunque con retraso, lo hago en este momento.
Ojalá que por el poder de las prácticas y ejercicios de este libro, sea capaz de
277 -
dar la bienvenida al amanecer que lo ilumina todo de amor y abundancia y
que pueda cuidar y atender de forma compasiva a aquellos que siguen
perdidos en el ocaso del miedo y del deseo que se oscurece constantemente.
27
8
Epílogo
~ 279 ~
parejas que se dedican, no sólo el uno al otro, sino a todos nosotros:
280 ~
De hecho, esta compasión por el sufrimiento de las otras personas,
era lo que le hizo iniciar su camino hacia el despertar.
• Mantenemos un compromiso constante de servir a los demás,
aunque no reclamamos tener las respuestas a los dilemas y con-
tradicciones de la vida. La mejor respuesta proviene de la acción y
no del intelecto. Por ejemplo, es posible que oigamos la pregunta:
«¿Si el amor es lo que gobierna el mundo, por qué hay niños que se
mueren de hambre?» Nuestra respuesta es sencillamente «nosotros
alimentamos a niños hambrientos». «¿Por qué hay tanta gente
buena que tiene una muerte tan dolorosa?» se convierte en
«trabajamos con los moribundos». En otras palabras, encontramos
el significado de nuestra vida mientras la vivimos. Cuando nos
damos cuenta de nuestra intensa y constante interconexión con todo
el mundo y con todas las cosas, la compasión es la única respuesta
posible. Cada pensamiento, palabra y hecho nuestro, rezuman
compasión y nos conducen a ella, suceda lo que suceda.
• No desesperaremos del amor, sino que trabajaremos hacia él. Nues-
tro viaje humano parece ser cosa del amor, de averiguar lo que es y
luego de aprender a darlo y recibirlo. Mientras leemos y trabajamos
con este libro, obtendremos un sentido más rico de lo que es el
amor y seremos más hábiles en compartirlo en una relación adulta.
• Si estamos libres del miedo y del deseo, podremos recibir, y una
vez recibamos, también podremos dar. La intimidad de dar y re-
cibir, tiene ahora un propósito más elevado. Ascender en el amor es
ese destino, y todo lo que hace falta para ello, es negarse a caer y
decidir, en cambio, lanzarse de cabeza a él.
Ahora que este libro llega a su final, al lector sólo le queda una
pregunta: ¿Estoy mejorando en el amor?
Estos dos
que están como en un paraíso el uno en los brazos del otro,
el Edén más feliz, ¡disfrutarán su plenitud de dicha sobre dicha!...
Y amor... y entonces ya no odiarás abandonar este Paraíso, sino que poseerás un
Paraíso dentro de ti, mucho más feliz.
MILTON, El Paraíso re-y y:
281 ~
Apéndice
282 ~
¿Por qué llorar por lo que nunca tuvimos? Porque teníamos una
sensación instintiva de las cinco A de ser unos buenos padres y de su
ausencia en nuestras vidas. Lloramos la pérdida de nuestro derecho de
primogenitura. Lloramos porque nuestros padres tenían esa misma
sensación y de algún modo, la ignoraron. Lloramos porque los que nos
amaban eran los que nos hicieron daño: «Mira cómo me hirieron en la
casa de aquellos que me amaban.» (Zacarías 13:6)
283 ~
sabilidad personal, así que no lo hacemos con los que han perpetrado
nuestras pérdidas, incluyendo a nuestros padres. Interrumpimos nuestra
propia curación durante el tiempo que seguimos teniendo que decir a
nuestros padres lo malos que pensamos que fueron. Sin embargo, es
apropiado pedirles información respecto a lo que nos sucedió. Si les habla
de su trabajo con la pena, asegúrese de que lo hace para que compartan
información y que no está intentando convencerles de que estaban equi-
vocados, hacerles daño o vengarse de ellos.
Una vez que hayamos recordado una causa de pena, podemos pasar a
hablar de ella con alguien en quien confiemos. «No hay duda de que
cierras la puerta a tu libertad, si niegas tus penas a tus amigos», le
~ 284 ~
PRÁCTICAS
Fíjese en cómo se siente mientras recuerda cada una de estas experiencias. ¿Las
experiencias originales estaban asociadas con dolor o cuidado; por ejemplo, le
arrastraban a través de la calle, le ayudaron acercándole la comida, le hicieron
pasar vergüenza en la escuela, fue rechazado por un posible amigo? Busque los
efectos en su nivel presente de autoestima y en sus relaciones actuales.
RECORDAR • Algunos de los abusos de los primeros años de vida, son demasiado
abrumadores para manejarlos directamente o de una manera segura. Es posible
que nos hayamos disociado del abuso (lo hayamos olvidado o insensibilizado),
una herramienta útil cuando éramos víctimas, impotentes para alterar nuestra
condición. El primer paso para curar los recuerdos, es volver a asociarnos con
nuestro pasado, utilizando nuestro poder adulto para mirar nuestro dolor, a fin
de poder pasar por él y luego abandonarlo.
Suponga, por ejemplo, que recuerda que le habían puesto en ridículo por «hacer
demasiadas preguntas». Ahora sigue usted teniendo miedo al rechazo si rebusca
demasiado a fondo en las manifestaciones o conductas de la gente. No se da
permiso para pedir, de forma asertiva, la información que quiere. Se comporta
como si todavía fuera un niño que tiene miedo a ser reprendido. Coloque las
experiencias de la infancia y de la edad adulta juntas y exprese el sentimiento
que aparece: cólera, tristeza, temor o las tres. Exprese estos sentimientos a
286 ~
alguien que los respete. No necesita darle la culpa al que se lo hizo, sino
únicamente, expresar con libertad su sentimiento actual. Al concederse a usted
mismo esta libertad de sentir, invierte el abuso original y el hecho de guardar
silencio. Primero, demuestra que no necesita el permiso de nadie; segundo,
muestra el sentimiento en lugar de ocultarlo; y tercero, lo deja atrás al expresarlo
(en vez de aferrarse a él, reprimiéndolo). Ha pasado de que ios demás le digan lo
que debería sentir, a decirle a los demás lo que siente en realidad.
• Trate a os r „ -dos como una admisión de algo que se hace a usted m $m:
algo cuxo alcance o gravedad tuvo miedo de admitirse a : mismo o a otra
persona. La remembranza significa de- . e abuso, no soportarlo. Es una
admisión que se hace a usted mismo de lo que sucedió y de lo que sintió
al respecto. No mporta si sus recuerdos son exactos o no, porque está t.-
aba ando en un impacto subjetivo y no, en una precisión histórica.
~ 287 ~
lugar de mis padres? ¿Estoy soportando una tortura para pagar por los
defectos de mis antepasados? ¿Toda mi vida adulta es un síndrome de
estrés postraumático en reacción a mi infancia?»
El primer paso es el único que realmente hemos de dar. Los siguientes llegarán
por sí solos. Surgirán plenos sentimientos y con ellos nuevas e instintivas
representaciones de acontecimientos, un perdón compasivo, dejarlo correr y
rituales para conmemorar el proceso. Por último, cuando nos demos cuenta de
que nosotros mismos estamos recordando y echando en falta las cosas buenas
que nos sucedieron, estaremos sintiendo nostalgia, esa pena ligera que señala el
ocaso del trabajo con la pena.
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tras se limpian los restos del desastre. Podemos confiar en que sobrevi-
viremos, ya que se nos construyó para esta tarea.
PRÁCTICAS
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Recuerde también que, además de la tristeza, el duelo puede involu crar el
procesado de otros sentimientos. A menos que el daño se exprese y procese, éste
se convierte en piedad por uno mismo. Una cólera no expresada, se convierte en
amargura. Una tristeza no expresada, se convierte en depresión. El miedo no
expresado, se convierte en un pánico paralizante. Estos resultados continúan el
abuso, aunque ahora nos lo estamos infligiendo a nosotros mismos.
Por lo tanto, en este paso admitimos todos los sentimientos y su total legitimidad
y luego los expresamos de una manera físicamente empática, por ejemplo,
llorando, gesticulando o cambiando la voz. Experimentar, plenamente, todos sus
sentimientos, conduce a la catarsis o liberación (las sustancias químicas halladas
en las lágrimas causadas por la pena, se ha descubierto que reducen el estrés. Las
lágrimas provocadas por las cebollas, no contienen dichas sustancias químicas).
Cuanto menos capaces seamos de sentir, más profunda deberá de haber sido la
herida. Es útil recordarlo también cuando se trate de nuestra pareja. Igual que
nosotros, esa pareja reservada que raramente expresa sentimientos es posible
que esté llena de pena no procesada procedente de la infancia.
Los sentimientos conectados con la pena, tienen sonidos. Unos sonidos que son
profundos, guturales e incluso, que dan miedo. Son fuertes e impredecibles, no
fríos y educados. Asegúrese de que tiene espacio libre para dejar que salgan
todos al exterior. Usted tiene derecho a todos sus sentimientos y no tienen que
ser ni justificados ni lógicos; pero tenga cuidado >i aparece una sensación de
rechazo, decepción, humillación, abandono o traición. Esto no es un sentimiento,
sino un juicio, una forma sutil de culpa, una visita del ego tramposo que susurra:
«tú eres quien tiene -azón o no dejes que se salga con la suya» en lugar de ¡me
due.e de verdad y estoy realmente asustado!». Localizar el sentimiento que se
oculta detrás del juicio sirve de ayuda. Detrás del desengar : ■■■■< ejemplo,
puede haber tristeza y la creencia de que se supone que : _ das las expectativas
han de ser satisfechas. Detrás de cada uno de estos juicios, de hecho, hay una
disputa con un hecho de la vida v una creencia de que tenemos derecho a un
tratamiento especial. Como adultos libres del ego infantil, damos por supuesto
que sufriremos m. - -• ..¿ños o decepciones, así como rechazos. En condiciones
normales de las relaciones humanas, tomamos nota de ellas sin alterarnos. ¡Vea
como el duelo nos desafía a desinflar y a trascender al ego! En este sentido se
trata tanto de trabajo psicológico como espiritual.
Según la mitología griega, el vino tuvo su origen en las lágrimas de Dionisio que
lloraba por Ampelos, su amante muerto. Así que la alegría al final procede de la
pena. Abandonar el miedo y la cólera en la pena es una manera potente de
encontrar serenidad y libertad adulta. El Baghavad Cita dice: «Lo que al principio
es un cáliz de pesadumbre, se convierte al final en vino inmortal.»
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Paso tres: Una oportunidad para repetirlo
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Paso cuatro: Abandonar las expectativas
¿De dónde venía esa voz? Era una gracia que yo no había planeado o
fabricado, la gracia del esfuerzo que me había comprometido a realizar.
Mi trabajo tuvo toda su recompensa en un minuto. Ese día en esa gran
ciudad, cuando por fin perdoné a mi padre en mi corazón, me sentí mucho
mejor. Luego supe que todo el mundo que tiene algo que ver en nuestra
vida tiene que encontrar un lugar en nuestro corazón antes de que
podamos ser completos.
temente de su dolor, puede que por vez primera, y lo sentimos con ellos.
El perdón aleja, por fin de nosotros, la carga de su dolor. Se trata,
realmente, de amor incondicional y promociona nuestra salud personal,
psicológica, espiritual e incluso física.
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El perdón es un poder, una gracia que nos permite sobrepasar los
límites normales de nuestro ego. El ego neurótico a menudo está enfo-
cado al castigo y a la venganza, de hecho, buscar la venganza es una
manera de resistirse al duelo. Sustituye el poder sobre lo injusto, por la
vulnerabilidad de sentirse triste por la injusticia. Por otro lado, la pena
sana conduce a un compromiso para enfrentarse, de un modo no violento
a los entuertos, para buscar la reconciliación y la transformación en lugar
de venganza y retribución. Es una manera de aprovechar el poder en lugar
de ser pisoteado por él o utilizarlo para pisotear a otras personas.
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a diferencia de un resentimiento duradero, no me distrae de mi trabajo
con la pena.
Diga las frases siguientes de vez en cuando, hasta que le parezca que
todo se ha convertido en algo cierto para usted: «Cuando recuerdo el daño
que los miembros de mi familia me han hecho, siento compasión por su
falta de adecuación, su ignorancia y el miedo que ocultaban. No deseo
vengarme o hacerle daño a nadie, ni siquiera que me comprendan.
Tnundo a mi familia con un amor que todo lo perdona y me regocijo por
el hecho de que ahora estoy libre de tener que cambiarles. Ya no saco a
colación mi historia con los miembros de mi familia, sino que únicamente
se la cuento a los amigos o en terapia.»
PRÁCTICAS
CREE UN RITUAL PARA LA PENA • Planifique un ritual con las siguientes cuatro partes.
1. Reconocimiento. Escriba una revelación plena de sus experiencias dolorosas
y un relato de sus procesos de duelo.
2. Abolición. Queme las páginas en las que escribió esas cosas y entierre las
cenizas junto con unas semillas o debajo de un árbol.
Para decir que hemos terminado de verdad nuestro trabajo con la pena,
necesitamos alcanzar, no sólo una catarsis de sentimientos, sino también
cuidarnos y alimentarnos a nosotros mismos y tener una intimidad sin
miedo con los demás. Los dolores del duelo, son los dolores del parto
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cuando nace el yo adulto. Dolerse o penar es prestar atención a esa parte
nuestra que está llorando de miedo y consolarla. Cuando lo hacemos, nos
hacemos de padres a nosotros mismos y mostramos la vulnerabilidad que
conduce a unas relaciones sanas. Como san Gregorio de Nyssa escribió
en el siglo IV: «Somos, en cierto sentido, nuestros propios padres y nos
damos a luz a nosotros mismos por medio de nuestra libre elección de lo
que es bueno.»
incluye aceptar y atesorar estos momentos y a las personas que nos los
traen. Puede que nunca nos prometieran un amor paternal en toda regla
sino sólo momentos de amor paternal, de vez en cuando, procedentes de
nuestros verdaderos padres y de otros adultos. Aquello que hemos estado
esperando ha llegado a nuestra vida muchas veces, ¿está ahora aquí?
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intimidad, y a medida que nos volvemos más sanos, buscamos de forma
más consciente, un contexto en el que podamos resucitar, con seguridad,
nuestros intentos originales de encontrar el reflejo que fueron frustrados.
Al mismo tiempo, es posible que temamos que nuestras heridas originales
puedan volver a abrirse. Entramos en una relación con deseo y miedo,
con esperanza y terror, con optimismo y pesimismo. Detrás de cada deseo
de una pareja o de una queja sobre ella, reside una añoranza no satisfecha.
Durante toda nuestra vida, seguiremos necesitando/buscando sintonizar
con nuestros sentimientos, bajo la forma de las cinco A. El miedo puede
ser una bengala que nos indique en que lugar, dentro de nosotros, está
situada esa añoranza por las cinco A.
PRÁCTICAS
Una vez que mi agonía en el jardín secreto de mi alma, por fin es permitida,
atestiguada, comprendida y sostenida de un modo amante, mi propia capacidad
de tolerar los sentimientos, por dolorosos que sean, se expande libremente. Esto
me permite sintonizar conmigo mismo. Una intimidad sana me ayudará a hacerme
de padre, a concederme las cinco A. Y cuando me reflejo en el contexto de que tú
me reflejas, las demandas que te hago a ti se vuelven más moderadas y yo doy
con un equilibrio feliz entre mi necesidad de que me cuides y me alimentes y mi
capacidad de hacerlo yo mismo.
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sintiendo. Luego, acúnelo, o sea, concédale su legitimidad de un modo que se
calme a sí mismo. Trate a sus sentimientos como si fueran bebés que lleva en los
brazos; los acuna por sucios y asquerosos que se pongan. Eso es ser consciente,
atento y dedicado de un modo personal, la concesión de las cinco A a uno mismo,
un abrazo amante de todo lo que uno es. La alternativa es disgustarse con uno
mismo, cosa que cuando aprendemos a amarnos a nosotros mismos va no es una
opción.
El hecho de que nos aceptemos y nos acunemos, hace que nos sintamos seguros
y ni- da poder. El padre que deja lo que está haciendo para escuchar a un niño
que gimotea, que dobla las rodillas para ponerse a su nivel, que sintoniza con él y
le abraza, está siendo un verdadero cuidador. El niño se Siente mejor \ sale
corriendo con una sensación mayor de poder. Rodemos hacer lo mismo por el
niño que llevamos dentro.
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tiernamente a las heridas de otros. Una vez que reconozcamos nuestras propias
heridas, nunca podremos herir a los demás del modo en que nos hirieron a
nosotros. Además, dejamos correr la culpa, el deseo de castigar, la venganza, el
control, el enjuiciamiento, la negación, el odio y la amargura. Dejar correr la
culpa es perdón, dejar correr la vergüenza es autoestima.
No hay nada vergonzoso en un padre o madre que pide perdón a sus hijos. Yo
soy padre y pido perdón a mi hijo por ser, tan a menudo, con trolador,
manipulador y exigente con él en nuestra vida juntos. Lo hago porque le amo y
porque quiero que entre nosotros haya una verdad intachable por muy
embarazosa que sea. Así es cómo, para cualquiera de nosotros, el trabajo y la
práctica se convierten en la primera frase de este libro hecha realidad: el amor
es la posibilidad de las posibilidades.
bendígala y vaya soltando cada capítulo diciendo: «Todo este -■ - dió a mí. Lo
acepto como la mano de cartas que me repartió . .
Podía haber sido mejor o podía haber sido peor. En este momento compasión
serena, entierro cualquier queja, culpa o remordimiento. Digo sí
incondicionalmente a todas las condiciones en las que he vio - do. Las aprecio por
haberme proporcionado las lecciones que necesitaba aprender. Siento afecto por
mí mismo y por todos aquellos que recorrieron el camino conmigo. Me permito
seguir adelante, a partir de este momento, sin temor o sin aferrarme al pasado o a
cualquiera de sus seducciones o distracciones. Pongo en fila india todo lo que me
ha sucedido y me limito a decir: «Oh, vaya eso sucedió. ¿Y ahora qué?» La tragedia
en la vida no es cualquier acontecimiento concreto, sino la pérdida de nuestra
capacidad de amar. Mi vida ha sido una historia y no una tragedia. Ojalá que yo y
todos aquellos a los que he conocido, estén iluminados por todo lo que pasamos
juntos.»
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