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Los dilemas bioéticos se pueden presentar en el día a día, y de alguna manera podemos hacer

parte de ellos, lo importante es saber responder por convicción de la manera más asertiva
posible.

Por ejemplo la bioética en la situación actual: no cabe duda de que estamos viviendo
momentos excepcionales a causa de la crisis generada por el COVID-19. No vamos a insistir en
ello.

En las UCI los médicos se ven enfrentados a seleccionar quien vive y quien no, es decir a quien
salvan, esta elección por lo general la hacen por los más jóvenes con la supuesta convicción de
que tiene “más por vivir” que una persona de edad, como si la vida de un adulto mayor fuera
menos importante. Esta práctica no nace ahora, siempre se ha hecho en este tipo de
calamidades, solo que antes no era tan visible por lo tanto la opinión pública tal vez no era
muy consciente de ello.
Es de agradecer, por eso, que se haya dado a conocer en los medios de comunicación, no para
meter miedo a nadie, no para desconfiar de nuestros profesionales, no para generar
polémicas, sino porque un principio básico de la Bioética es la trasparencia.

Lo dramático y excepcional de la situación obliga a extremar el rigor y la sensibilidad ética en la


toma de decisiones. Los principios, las normas y los valores éticos sobre los que se asienta
nuestra sociedad tienen que estar presentes en cada decisión, por difícil y estresante que sea
lo que cada profesional sanitario esté viviendo.

Alguno puede echar de menos ahora una mejor formación y un mayor entrenamiento en
Bioética. Esta, sin duda, será una lección para el futuro. Pero ahora hay que extremar la
prudencia, la justicia, la fortaleza y la templanza.

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