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La comunicación se ha constituido en un campo del saber durante la última mitad del siglo XX.
Una disciplina con un capital simbólico propio, conformado por las transformaciones de
significación que se dan en una sociedad.
Dentro de esta comprensión del campo de la comunicación como redes de significación que al
compartirse se convierten en lugar de encuentro, contacto y conexión, se muestran algunas de
las nuevas formas de comprender el campo de la comunicación que ha venido apareciendo.
- La ciudad: no es solo un lugar para vivir sino que se constituye en el medio expresivo
para significar. La ciudad se convierte en el sitio donde nos hacemos significado cada
día.
- La mujer abre los ojos hacia otras posibilidades de comprensión. A todos los hombres
corresponde desarrollar esa sensibilidad femenina para construir un mundo más plural y
diverso.
- La música expresa identidad y sensibilidad de los jóvenes, construye memoria
simbólica de cada generación, reafirma identidades locales, conforma imágenes-mundo
y viabilizan otras voces. Es la red de significaciones que más se comparte, es la más
múltiple, diversa y conflictiva que habita la tierra.
- Los jóvenes toman la palabra y escriben la historia en presente. Han dejado de ser signo
de futuro y sujetos pasivos. Arman sus propias redes de significación y sentido sin
grandes discursos pero plenos de prácticas.
- Las nuevas tecnologías expresan nuevas formas de percibir y representar, otros estilos
de conexión y contactos. Son espacios de significación novedosos. Las nuevas
tecnologías llevan a que nos imaginemos nuevas formas de narrar y otros estilos de
conexión-apropiación de los significados. Hay un nuevo campo de expresión y acción
para significar, nuevas relaciones para experimentar y una nueva conformación del
paisaje simbólico.
En estos casos los medios aparecen más como herramientas al servicio de los movimientos que
como un fin en sí. Pero también es frecuente encontrar medios que son una experiencia
comunicacional que vale por sí misma. Las diferencias entre estos movimientos y en su propio
interior implican también modos distintos de entender la comunicación y sus apellidos.
Esta relación entre universidad y organizaciones comunitarias debe ser inscripta en el marco de
la ideal del desarrollo de la sociedad, de la búsqueda de justicia y democracia basada en la
perspectiva de derechos. Es pensar también los procesos en clave de derechos. Es incursionar en
una reflexión capa de poner en evidencia los modos de participación, el protagonismo de
diferentes sectores sociales y, dentro de esto, generar las formas de producción del
conocimiento por parte de estos actores, de comunicación de esos saberes y de acumulación y
gestión de poder.
Todos los actores sociales son fuente de un conocimiento socialmente útil. Democratizar la
producción y la difusión del conocimiento es también una experiencia político educativa. Esta
mirada política vinculada a la participación solo puede lograrse a partir del reconocimiento de la
asimetría y complementariedad de saberes entre actores universitarios y las organizaciones
comunitarias, sociales y populares.
No hay entonces hecho que no comprometa la subjetividad y la interacción entre varios. Son
relaciones que van definiendo identidades, modos de incorporarse a los procesos de
socialización y a la definición de la vida cotidiana y sus cambios. La forma de acercarse al otro,
forma parte de la personalidad propia y del sentido de lo que se hace
Las acciones de desarrollo suponen actividades constantes, cambiantes y cotidianas entre
sujetos, aunque uno sea más fuerte que el otro. Las acciones de desarrollo apelan a la
construcción de relaciones subjetivas entre los que participan en ellas, aunque estas sean
difíciles de planificar. Así, no hay sujeto pasivo, siempre media una relación activa.
Diversos estudios latinoamericanos nos demuestran la profunda asociación que existe entre
cultura y comunicación. La cultura es cambiante e incorporada subjetivamente dentro de los
sujetos, quienes además ayudan a construirla, pues no es exterior a ellos. De su constante
circulación en la sociedad se ha ido flexibilizando esa definición de identidades individuales o
grupales.
Es fundamental desmontar nuestra propuesta desde los otros y redefinir desde ellos nuestras
pretensiones. No solo nos motiva un respeto por las diferencias, sino posibilitar un verdadero
intercambio cultural con menos entredichos.
Esto supone que entre ese uno y sus otros hay diversas operaciones que pueden ser actividades
comunes y compartidas o no, pero que de hecho son diferenciales. Mientras que existan vidas
individuales e historias específicas, cada ser humano aporta sus especificidades a las identidades
sociales y culturales. Lo importante es aceptar que por más cercanía y comprensión que exista,
no se eliminan las diferencias. Así, proponemos no establecer simetrías absolutas pero tampoco
considerar a cada persona como un absoluto. Se trata de identificar lo que iguala y lo que
diferencia entre lo individual y lo colectivo y todas las mediaciones existentes.
La comunicación hace posible que dialoguen las heterogeneidades, sin eliminar diferencias,
pero cuestionando desigualdad. Los proyectos tienen que dar cuenta, permitir que se expresen y
atender a esos múltiples sujetos y sus identidades. No podemos unirlas bajo una denominación
falsamente homogeneizadora, sino garantizar el ejercicio de la autoestima y el desarrollo.
Las interlocuciones y las relaciones conllevan una conformación de poder. El modo como las
relaciones se van estructurando depende de otras preexistentes antes del inicio del contacto. Se
asientan en pre relaciones que marcan la existencia de igualdades o diferencias, quitándoles el
tono esencialista. Además, toda acción de desarrollo debe preguntarse por la formación de que
poderes está contribuyendo y como estos ejercitan en relación con el autoritarismo.
La comunicación no depende solo de la voluntad y las características de los actores sino de los
contextos en que se encuentran. El “espacio de comunicación”, entendido como el sitio
simbólico donde se producen las interlocuciones y que contienen ya tipos de situaciones,
relaciones y valoraciones. El lugar físico, ya contiene énfasis y atmosferas diferentes.
Cada proyecto de desarrollo debe contener una estrategia comunicativa precisa que defina las
relaciones a construir, los métodos, sus etapas, sus posibles conflictos y soluciones, sustentados
en diagnostico no solo sociales, sino también comunicativos, abordando la intersubjetividad.
Según Graciela Frigerio, para construir un saber acerca de las instituciones, nos
debemos acercar a ellas como un objeto de conocimiento.
¿Qué es una institución? Funcionan como instancias de aprendizaje social de los
sujetos, que van formando y dejando sus marcas, a su vez, nosotros vamos
moldeándolas, construyéndolas día a día.
Autores de las teorías de las organizaciones Castoriadis y Chevalier utilizan 2 metáforas
para referirse a las instituciones. Estas se relacionan con lo instituido e instituyente. La
Arquitectura Institucional habla sobre la función socialmente establecida para esa
institución, es decir, la tendencia conservadora y normativa, instituido. El tejido
institucional es la institución en permanente movimiento de deconstrucción y
construcción de formas sociales, es lo instituyente.
Las instituciones forman parte de nuestra cotidianeidad, les damos significado y nos las
representamos de manera diferente, son establecimientos u organizaciones socialmente
establecidas, su normativa prescribe los procesos y practica de los actores.
¿Qué es un actor? Sujeto que desempeña un rol. Touraine y Crozier señalan que existen
diferentes maneras de interpretar un rol y que cada sujeto goza de un margen de
libertad. Ese margen de libertad o espacio de cada actor determina el poder.
El poder es característico y propio de las instituciones, no tiene existencia por sí mismo,
produce en la dinámica del tejido de relaciones que instauran los actores para convivir
en las instituciones.
El poder se relaciona con el conflicto, que es una situación en la cual se persiguen los
mismos objetivos con valores opuestos o el mismo objetivo. En toda institución el
conflicto, al igual que el poder, es inherente a su propio funcionamiento y este influye
en los actores y en la eficiencia institucional.
Según Frigerio, estos conflictos se agrupan en previsibles, que pueden ser anticipados y
alteran la cotidianeidad pero no representa novedad alguna y los imponderables que
aparecen como novedosos.
Las modalidades de tratamiento de conflictos son: 1) El conflicto se ignora y no se
busca solución, 2) El conflicto se elude y se puede encontrar malestar institucional, 3)
El conflicto se redefine y se resuelve, ya que no se resuelve pero se opera por un nuevo
cambio de contexto y por ultimo 4) El conflicto se elabora y se resuelve.
- Habla de la necesidad de trabajar para asumir conocimientos, saberes que son negadas
para cuestionar las agendas que se construyen desde los medios masivos de
comunicación pero también desde las instituciones educativas y desde el estado, esto
implica armar lazos y alianzas.
- Dice que uno de los desafíos que se presentan para la comunicación comunitaria en
Argentina es el de “poner al país roto a contar”, que según Jesús Barbero, esto se puede
interpretar con un doble sentido por un lado el sentido de narrar, de contar que somos,
quienes somos, que queremos y que buscamos; y por el otro el sentido de ser tenidos en
cuenta.
d) Cuarto: Las formas de participación depende del tipo de sociedad política en donde
se vive.