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Economía del país - mi familia

Como se puede observar en el mapa genealógico mi familia es bastante


grande, ya que para tenerla en cuenta no sólo tomo mi familia nuclear, es decir
mis papás y mis hermanos, si no que agrupo a todos los miembros que a lo
largo de los años significaron un aporte esencial en mi crecimiento y mi vida.

Pero como anteriormente había mencionado, mi familia actualmente no está


así de unida como aparece en el árbol genealógico, porque ha sufrido una serie
de problemas que afectaron a la misma al punto de que en al actualidad existe
rivalidad, envidia, problemas de comunicación entre otros que provocaron
separación.

Claramente, los motivos son muchos y variados, pero el gran factor principal
que provocó esta separación fue el dinero. El dinero es un factor que puede ser
muy bueno o muy malo dependiendo de las circunstancias. Para ser más
específicos debemos hacer referencia a la economía, ya que el dinero por sí
solo no representa ningún inconveniente, así como tampoco ningún riesgo. El
verdadero detonante de las diversas situaciones que se pueden presentar en
una familia, generalmente es la economía del país.

Esto es así porque la economía tiene un gran poder de influencia no sólo en


una familia si no que también en una sociedad entera, donde todos dependen
de cómo esté la economía de sus país para poder afrontar los distintos gastos
que tengan habitualmente, por consiguiente para poder sobrevivir en la vida
diaria. Por ejemplo, si la economía del país está en crisis, también lo está la
sociedad y por ende lo está una familia, la cual deberá reducir gastos, pedir
préstamos entre otras actividades para poder superar esa crisis.

Y es aquí donde entra en juego la función de la familia, si la familia este en


serios problemas económicos es evidente que recurrirá a pedir ayuda a su
grupo familiar, porque cómo habíamos mencionado en un principio, la familia
representa el entorno en el cual el individuo busca refugio y protección. El
problema se genera en esa ayuda que se presta, y en cómo se devolverá. Esto
es lo que sucedió con mi familia.

Pero antes de explicar específicamente como fue que se dieron los hechos,
comenzaré por explicar como estaba en ese momento la economía del país y
cuál fue el detonante específico que generó conflictos.
El 14 de mayo de 1989, Carlos Menem, el candidato del Frente Justicialista
Popular se impuso al radical Eduardo Angeloz con el 49,3% de los votos. Y el 8
de julio, ante la delicada situación económica y social, Menem se hacía cargo
de la Presidencia de la Nación.

Heredó una economía en rápida descomposición, una hiperinflación cercana al


$5.000% y una deuda externa que rondaba los 63.000 millones de dólares. Una
vez en la presidencia, cambió el mensaje populista de su campaña por un duro
programa de ajuste, el cual provocó divisiones en la CGT y acusaciones de
diversos sectores, por considerarlo contrario a los postulados del general
Perón.

El nuevo presidente no hacía más que poner en marcha aquello que


académicos, economistas y funcionarios estadounidenses y del Banco Mundial
y del Fondo Monetario Internacional establecieron a comienzos de 1989 en el
denominado “Consenso de Washington” : disciplina fiscal, prioridad del gasto
público en educación y salud, reforma tributaria, tasas de interés positivas
determinadas por el mercado, tipos de cambio competitivos, políticas
comerciales liberales, mayor apertura e la inversión extranjera., privatización de
empresas públicas, desregulación y protección de la propiedad privada.

Así, el proceso de privatizaciones estuvo a cargo de José Roberto Dromi y


María Julia Alsogaray, hacia el final de la presidencia de Menen, y virtualmente
no quedó ninguna empresa en manos del Estado. Si bien el objetivo principal
era romper con el monopolio estatal, las empresas gozaron de un virtual
monopolio, ya que se distribuyeron territorialmente la provisión de servicios. De
esta manera se puede entender claramente como los usuarios se
transformaron en rehenes de las empresas, que fijaron altas tarifas y con total
libertad redujeron los servicios a los territorios que mayores ganancias les
brindaban. El servicio ferroviario, por ejemplo, quedó reducido al Gran Buenos
Aires y dejó aisladas a importantes zonas del país.

En 1992 se estaba recuperando el peso como unidad de cuenta nacional sobre


la paridad exacta y fija con respecto al dólar. Se prohibía además toda emisión
de moneda sin el respaldo en las reservas internacionales de divisas. Si bien el
programa trajo aparejada cierta estabilidad, posibilidad de viajes al exterior,
compras en cuotas y con tarjetas de crédito, esos frutos tuvieron como
contrapartida la caída de los salarios reales, que recuperados del proceso
inflacionario, iniciarían un descenso continuo. Los salarios estaban congelados,
pero los precios de los productos de la canasta familiar y las tarifas de los
servicios y de los alquileres no. Se puede decir que de cierta manera se estaba
viviendo una realidad inexistente, fue en esta época en donde mi familia,
específicamente mi núcleo familiar comienza a comprar un terreno y empieza a
emprender proyectos a futuro, ya que la “supuesta economía” se lo permitía. Es
aquí donde comienza todo el conflicto, ya que mis padres comienzan a pedir
dinero prestado a mi tía, y demás familiares, y en esos momentos el dólar
estaba uno a uno, por lo cual hasta el momento no existía conveniente alguno
en devolverlo, el problema surgió después con la aparición de la crisis y la
inflación.

La disminución del índice de pobreza fue tan solo un reflejo de la disminución


de la inflación acompañada por un breve crecimiento del PBI y no una
consecuencia redistributiva de la riqueza. El crecimiento de las exportaciones
estuvo centrado en sectores de uso intensivo de los recursos naturales y la
brecha salarial entre mano de obra calificada y no calificada creció en gran
medida.

En 1992 Argentina renunció a la inmunidad soberana y ratificó la jurisdicción de


los tribunales de Nueva York para los contratos vinculados a la deuda externa.
Un año después, el Gobierno emitió 25,000 millones de dólares en bonos, que
posibilitaron a los Bancos acreedores desembarazarse de los créditos
incobrables Según Cavallo ésta era la forma de Solucionar el problema de la
deuda.

En diciembre de 2000, el Gobierno obtuvo un crédito de 30.700 millones de


dólares al que denominaron “blindaje”.

Pero la ineficiencia continuaba, por lo cual De la Rúa depositó sus esperanzas


en Domingo Cavallo que por entonces, el ex funcionario del gobierno de tacto y
de Carlos Menem contaba con un 70% de imagen positiva y había salido
tercero en las elecciones de 1999, y unos nueve días después, el Congreso le
concedió poderes especiales que le permitirían gobernar por decreto,
transformándose de ese modo en “superministro”.

Se diseñó un plan de competitividad que pretendía controlar la evasión de


capitales, disminuir el gasto público y aumentarlos ingresos a fin de recuperar
liquidez y reducir la necesidad de refinanciación de la deuda externa.
La situación social se deterioraba cada vez más. Las huelgas y los disturbios
por los bajo salarios y las malas condiciones laborales se sucedían
cotidianamente. Los inversores desconfiaban de la paridad cambiaria y de la
capacidad del Estado para pagar sus deudas. La bolsa de Buenos Aires
registró bajas sucesivas y el riesgo del país aumentó, convirtiendo a la
Argentina en la nación más proclive a suspender sus compromisos.

El sistema financiero estaba al borde del colapso. El 1 de diciembre, Cavallo


decretó el estado de excepción monetario, que implicaba la inmovilización
parcial de todos los depósitos bancarios durante 90 días, topes de hasta 250
pesos o dólares por semana en las extracciones de efectivo y la imposición del
uso de tarjetas de crédito y débito para la realización de pagos. Esta medida
fue conocida como “el corralito”. Como consecuencia, disminuyó el consumo y
la actividad productiva, Los diversos actores sociales, partidos políticos y
centrales sindicales dispusieron movilizaciones y paros en protesta por la
situación. Se produjeron saqueos a comercios. El Gobierno respondió con la
dimisión de Cavallo y la declaración del estado de sitio, esta decisión fue
repudiada, durante los días 20 y 21 de diciembre con cacerolazos de protesta y
movilizaciones de la policía. Ante la delicada situación económica, el Ministro
dispuso un recorte salarial del 3% a los jubilados y empleados estatales que
percibieran más de mil pesos.

Fue recién en estos momentos en donde en mi familia se comienzan a ver los


primeros conflictos, el dólar había aumentado, y mis papás todavía no habían
terminado de devolver a mi tía el total del dinero prestado, por lo cual ahora el
hecho de que el dólar había aumentado complicaba la situación ya que no se
podía devolver todo en el mismo importe que había sido adquirido. Es entonces
que todo esto trae aparejado una serie de pleitos familiares, conflictos internos,
y discordia en la familia. Obviamente todavía los problemas no eran grandes,
simples discusiones, hasta que se terminó de devolver la cantidad prestada.
Pero era lógico, que de un pequeño problema, en un futuro se desatara un gran
conflicto, el cual culminaría con separación y malas relaciones familiares.

3. La economía familiar y las relaciones en mi familia.

A partir de ese conflicto, que mucho tuvo que ver con el cambio económico a
nivel nacional, mi núcleo familiar entendió que lo apropiado era optar por pedir
préstamos en un banco en lugar de pedir dinero prestado a la misma familia, ya
que tarde o temprano generaría esta serie de inconvenientes. Fue por eso que
por un tiempo la situación de la familia marchaba bastante bien, sin problemas,
las reuniones familiares continuaban, cada vez que había algún cumpleaños
todos nos reuníamos a festejarlo juntos, al igual que la fechas importantes
como navidad y año nuevo.

Pero los problemas no tardaron en llegar, cuando tenía aproximadamente doce


años, nació mi último hermanito, y en ese entonces nosotros vivíamos en un
departamento. Al ver que ya no entrábamos mis papás decidieron mudarse a
una casa más grande, la cual venían construyendo hace un tiempo. El
problema era que la casa todavía no estaba terminada, y el financiamiento de
la misma era algo elevado. De a poco trataron de hacer frente a los gastos de
la misma, y poder continuar con la construcción. Todo estaba sucediendo
según lo planeado, hasta que una de mis tías les pide prestado dinero a mis
padres para afrontar una gran deuda que tenía. Pero como antes había
mencionado, mis padres habían entendido que la mejor manera de solucionar
estos problemas no era mediante préstamos familiares, para evitar futuros
problemas que podrían presentarse.

El gran error estuvo en que mi familia conoce y respeta perfectamente la


función principal de una familia, ayudarse entre sus miembros, motivo por el
cual a pesar de que mis padres querían evitar cualquier tipo de futuro conflicto,
accedieron al préstamo para apoyar a uno de los miembros de la familia. Y allí
nació el problema principal que de a poco iría convirtiéndose en el central
detonante de la familia y sus problemas relacionales. Porque es desde ese
momento, que mi tía no termina de pagar ese dinero prestado, entonces por
más que el lazo familiar exista y que entre los individuos de la familia se trate
de olvidar aquellos conflictos y la deuda existente, es inevitable olvidarse de
ella.

Todo esto de a poco fue aislando cada vez más a la familia al punto tal que hoy
en día nos reunimos cada vez que sucede alguna situación trágica, o que algún
miembro de la familia se encuentra en mal estado, o enfermo. Lo cual genera
que las relaciones familiares se vayan debilitando cada vez más, y que no
exista una buena comunicación entre los miembros.

El problema clave está en que por naturaleza la familia obviamente se va


agrandando y nuevos miembros van formando parte de mi familia, mientras
que las relaciones van disminuyendo, alcanzando un nivel de afectividad
mínimo y casi inexistente entre los miembros más jóvenes de la familia, por el
corto lazo de relación que hay. Esto sucede, ya que como las reuniones
familiares se fueron reduciendo, y son mínimas, los nuevos integrantes de la
familia no crecen con ese sentimiento de unidad con el cual crecimos los
demás, aquél sentimiento que demostraba la unidad de mi familia, que todos
juntos formábamos un conjunto perfecto, en el cual nos sentíamos cómodos,
seguros y queridos.

Los nuevos miembros de la familia, no pudieron conocer esa unidad, y por lo


tanto aunque la familia se agrande, las relaciones disminuirán en igual medida,
al punto tal que habrán miembros que no lleguen a conocer del todo a otros. Y
de ésta manera la familia se irá dividiendo cada vez más, quedando solamente
pequeños núcleos familiares, dejando de lado ese sentimiento de unidad.

Este problema no sólo está relacionado con la economía del país, si no


también con la situación de la sociedad misma. En la actualidad la sociedad ya
no es una sociedad entera y unida, hay diferentes personas con opiniones y
puntos de vista diferentes y opuestos que tiene objetivos distintos y van en
busca de los mismos sin importar a quien tengan adelante o a quién puedan
lastimar alcanzando esos fines. El índice de individualismo ha crecido bastante
los últimos diez años, es por eso que cada uno se preocupa por su persona y
no por los demás, lo cual ha dado nacimiento a un gran nivel de envidia,
egoísmo, discordia y competencia constante entre los individuos de todo una
sociedad y por ende de toda una familia.

Creo que esto influyó e influye bastante en mi familia, puedo observarlo


normalmente, ya que todo el tiempo hay alguien que tiene algo más que el otro
y no pierde oportunidad alguna para hacérselo notar.

El sentimiento de superioridad está muy latente, y es algo que no logro


comprender del todo ya que si somos una familia, ¿Por qué debemos
superarnos entre nosotros? Eso es algo que está en el ser humano, la
superación personal y el sentir que se puede siempre un poco más que el otro.
El conflicto se genera cuando, ese sentimiento de superación se transforma en
envidia y deseo de sentirse más que el otro. Porque al ser una familia,
debemos entender que todos somos eso, y no uno solo separado, si no que
todos juntos conformamos a esta familia, y que sin uno de nosotros la familia
no sería lo que es, no hay ni mejores ni peores, todos formamos parte de esta
familia que construimos juntos de a poco, en la cual cada uno de nosotros es
importante.
Aunque la gente adulta no lo pueda entender con esta facilidad, ellos
simplemente creen lo que quieren creer, y no lo que debería ser. Es por este
motivo que mi familia se está separando cada vez más, porque todos tienen
objetivos y conceptos distintos y no aceptan otros. Cada núcleo familiar tiene
un concepto acerca de lo que la familia es y como debería ser, estableciendo
como familia ejemplo su propio núcleo familiar, pretendiendo que los demás
miembros de la familia copien ese modelo. Y cada núcleo familiar que
conforma mi familia completa, posee un ejemplo diferente al que quieren que
nos adaptemos y copiemos, pero nadie lo hace porque para cada uno, su
núcleo familiar es el mejor y el perfecto, cerrándose en sus ideas sin dar lugar a
otras opciones o consejos que los demás miembros de la familia puedan
ofrecer.

En el pasado esto no era así, todos teníamos el mismo estilo de núcleo familiar,
y todo era bastante parejo, se aceptaban críticas constructivas, conformando
un todo y no pequeños núcleos familiares egocéntricos.

Es de esta manera, como se da lugar a la rivalidad entre los miembros de mi


familia, donde todos se quieren imponer sobre todos, donde cada uno cree que
para sentirse mejor debe ser mejor que el otro o tener algo que el otro no
tenga, así nace la envidia, el querer tener lo que el otro tiene. Son sentimientos
que en una sociedad se aceptan porque somos todos diferentes y las
relaciones no son tan estrechas como en una familia. Pero en una familia estos
sentimientos son inaceptables, ya que compartimos lazos familiares, estamos
unidos por lazos de sangre, y es inexplicable como entre personas que se
quieren y antes compartían todo, ahora exista este nivel de rivalidad y envidia
constante.

Obviamente el cariño y el amor siempre va a existir porque juntos pasamos


muchas situaciones difíciles y afrontamos diversos problemas, pero las
diferentes situaciones por las cuales pasa el país a medida que pasan los años,
y a su vez la evolución que es inevitable en la sociedad, generan estos tipos de
conflictos que perjudican bastante a una familia, y a cada individuo que la
compone. A su vez, provocan que las relaciones en la familia se vayan
deteriorando y no sean las que fueron años atrás. El cuál es mi caso

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