Está en la página 1de 1

Desde que nacemos siempre tenemos una constante llamada papá, cuida nuestros primeros pasos

e inclusive es tanto el amor que nos brinda que es inevitable que la primera palabra que salga de
nuestra inocente y tierna boca sea “papá”, a medida que vamos creciendo nuestro padre se
convierte en nuestro mejor amigo, nuestro cómplice, nuestro compañero de juegos. Se convierte
en nuestro ejemplo, aprendemos sus gustos que en muchas ocasiones se convierten en los
nuestros, disfrutamos de esos espacios tanto que se convierten en nuestro refugio y así mismo
papá se convierte en nuestro héroe y no cualquiera, sino el mas poderoso y grande de todos.

Continuamos creciendo y conocemos nuevos amigos con los cuales divertirnos, sin embargo,
sabemos que siempre que lleguemos a casa, papá seguirá ahí para escuchar nuestras historias y
observar el mundo a través de nuestros ojos llenos de curiosidad y chispa. Nuestros gustos
cambian y así mismo el amor de papá se adapta y nos guía, porque en nuestro afán de comernos
el mundo, olvidamos las bases, los principios y en ocasiones a las personas que siempre están para
nosotros, pero papá con sus superpoderes nos ayuda a poner los pies sobre la tierra y a tomarnos
de la mano para cumplir nuestros objetivos y ambiciones.

Papá en su esencia siempre será el hombre fuerte y de buen corazón, generoso pero medido,
valiente, pero sin importar que, constante, ese fiel compañero que, aunque a veces no valoremos
suficiente su amor siempre será incondicional y siempre será la lupa sobre nosotros que nos ayude
a ver nuestras oportunidades de mejora para trabajar cada día en ser mejores personas.

José ingenieros, psicólogo y filosofo argentino dice: “Es hermoso que los padres lleguen a ser
amigos de sus hijos, desvaneciéndoles todo temor, pero inspirándoles un gran respeto”

De eso se trata la paternidad, el temor a la figura del padre se puede perder con el tiempo, pero
esas acciones como padre, los pequeños detalles, hacen que el amor y el respeto perduren y mas
importante estás pequeñas cosas harán que nuestros niños y adolescentes sean su mejor versión y
hagan un mundo mejor para todos.

También podría gustarte