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Masacre de Tulsa: qué ocurrió en la oculta

matanza del "Wall Street negro", uno de los peores


crímenes racistas en la historia de EE.UU.
Beatriz Díez (@bbc_diez) BBC News Mundo

 9 horas

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Derechos de autor de la imagen Reuters Image caption Durante el estallido de violencia se lanzaron
explosivos desde el aire contra los residentes del llamado Wall Street negro.

Fue una de las peores masacres contra la comunidad negra en Estados Unidos, pero es prácticamente
desconocida.

A propósito de las protestas contra la brutalidad policial extendidas por todo EE.UU., estos días se recuerda
en Tulsa, Oklahoma, uno de los episodios más trágicos en la historia de la ciudad.

Ocurrió en 1921 y dejó un rastro de muerte y destrucción en un próspero barrio de población negra conocido
como el "Wall Street negro".

 "EE.UU. nunca ha sido un país blanco y es una historia que por mucho tiempo no se ha querido
contar"
 "Es importante hablar sobre raza y esas conversaciones deberían centrarse en criar niños
antirracistas"

Paradójicamente, el presidente de EE.UU., Donald Trump, eligió esta ciudad del medio-oeste del país para
reanudar su campaña para las elecciones presidenciales del próximo 3 de noviembre.

Derechos de autor de la imagen AFP Image caption Trump reanuda este sábado sus actos de campaña, pese
a las advertencias por el riesgo de contagio de coronavirus entre multitudes.

Allí se presenta este sábado 20 de junio ante sus simpatizantes, ajeno a las críticas de quienes se preguntan si
este era el mejor lugar para retomar sus mítines dada las tensiones raciales que se viven en el país.

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Fin de las recomendaciones.

Cómo se produjo la masacre


Todo empezó con el rumor de que un joven negro había atacado a una chica blanca en un hotel del centro de
Tulsa.

Era la mañana del 30 de mayo de 1921 y Dick Rowland coincidió en un elevador con una mujer llamada
Sarah Page. Los detalles de lo que pasó entonces varían según la fuente.

Entre la comunidad blanca de la ciudad empezaron a circular relatos del incidente que se fueron
exagerando a medida que se compartieron con más personas.

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La policía de Tulsa arrestó a Rowland al día siguiente y abrió una investigación.

Un incendiario reportaje en la edición del 31 de mayo del periódico Tulsa Tribune fue el acicate para que
estallara un enfrentamiento entre blancos y negros cerca del tribunal donde el alguacil y sus hombres habían
bloqueado el último piso para proteger a Rowland de un posible linchamiento.

Hubo disparos y los afroestadounidenses, que eran minoría, comenzaron a replegarse hacia el distrito de
Greenwood, conocido como el "Wall Street negro" por la abundancia de negocios y su prosperidad
económica.

Derechos de autor de la imagen Reuters Image caption El distrito de Greenwood, en Tulsa, se conocía como
el Wall Street negro por su prosperidad económica.

Temprano en la mañana del 1 de junio, Greenwood fue saqueado y quemado por alborotadores blancos.

El entonces gobernador de Oklahoma, James Robertson, declaró la ley marcial y desplegó la Guardia
Nacional.

Un día después del estallido racial, la violencia cesó.

Durante los disturbios, 35 cuadras quedaron en ruinas, lo que significó la destrucción de más de 1.200 casas.

Más de 800 personas tuvieron que ser atendidas por lesiones y en un principio se dijo que hubo 39 muertos,
pero los historiadores calculan que murieron al menos 300 personas.
Más de 6.000 personas -la mayoría afroestadounidenses- fueron detenidas en el centro de convenciones y
algunas permanecieron allí hasta ocho días.

Derechos de autor de la imagen Reuters Image caption Los disturbios dejaron más de 1.200 casas en ruinas.

El Wall Street negro


A principios del siglo XX, el distrito de Greenwood era una floreciente comunidad con salas de cine,
restaurantes, tiendas y un estudio de fotografía.

Era un vecindario autosuficiente y boyante, separado del resto de la ciudad por las vías del ferrocarril.

El apelativo de Black Wall Street ("Wall Street negro") pone de manifiesto su bonanza económica, que hizo
que el barrio fuera considerado uno de los mejores del país para la comunidad negra.

Ese boom fue dilapidado en dos días de fuego y violencia.

Tensiones previas
La masacre racial de Tulsa no se produjo como un hecho aislado e inesperado.

Para comprender lo que pasó hay que entender que dos años antes, cuando los militares estadounidenses
regresaron de la Primera Guerra Mundial, muchos soldados negros fueron linchados con sus uniformes
puestos.

De hecho, el verano boreal de 1919 se conoce en EE.UU. como el "Verano Rojo" por la cantidad de
linchamientos y otros crímenes que se cometieron en distintas ciudades del país contra la población
afroestadounidense.

Derechos de autor de la imagen Reuters Image caption Al igual que en muchas otras ciudades de EE.UU, en
aquella época, en Tulsa había una rigurosa segregación racial a principios del siglo XX.

"La masacre de Tulsa surge de ese contexto", le explica a BBC Mundo Ben Keppel, profesor del
Departamento de Historia de la Universidad de Oklahoma.

"Hay bastantes pruebas de que el barrio era un próspero centro económico, lo que aporta un elemento de
envidia.

"La presencia de ese Wall Street en tiempos de una rigurosa segregación racial trastornaba a los
supremacistas blancos, que no podían permitir ese ejemplo de igualdad y por eso sentían que lo tenían que
quemar", señala Keppel.

"Además, justo después de la guerra, la economía en EE.UU. cayó en una profunda recesión que afectó a la
industria petrolera. Hay un racismo preexistente que está soterrado y que sale a la superficie cuando hay
problemas económicos.

"Hay que entender lo que pasaba para luchar contra ello, contra la creencia en la supremacía de los blancos",
apunta el historiador.

Una tragedia escondida


Sin embargo, por mucho tiempo no fue posible entender lo que pasaba porque simplemente no se sabía.
El propio Keppel no oyó hablar de la masacre racial de Tulsa hasta que llegó como profesor a la Universidad
de Oklahoma y un estudiante lo mencionó en clase. Era 1994. No lo había estudiado ni en la escuela ni en el
instituto ni durante su formación universitaria.

Derechos de autor de la imagen Reuters Image caption La masacre racial de Tulsa permaneció oculta
durante décadas.

Esa situación ha cambiado. Los trágicos incidentes ya forman parte del currículo escolar, aunque gran
parte de los estadounidenses siguen sin conocer los detalles.

Desde su puesto como coordinadora de programas en el centro cultural de Greenwood, Michelle Brown
intenta mantener vivo el recuerdo y recopila testimonios de los pocos sobrevivientes que siguen con vida.

"Después de la masacre tanto los negros como los blancos escondieron lo que pasó bajo la alfombra,
tenían que salir adelante", le cuenta Brown a la periodista de la BBC Jane O'Brien.

"Hablar de ello era revivirlo y era demasiado doloroso. Hubo madres que no volvieron a saber de sus hijos,
esposas que perdieron a sus maridos, niños que se quedaron sin padres… nunca supieron nada de ellos".

Los alrededor de 300 muertos fueron enterrados en fosas comunes y los cuerpos nunca se encontraron.

Tampoco nadie pagó por lo sucedido.

"En los años 90 se emprendieron acciones legales para intentar obtener justicia para los sobrevivientes, pero
técnicamente los delitos habían prescrito y no se hizo nada", indica el profesor Keppel.

Las autoridades de Tulsa pusieron en marcha el año pasado un proyecto para localizar las fosas mediante un
radar de penetración subterránea y posteriormente identificar a las víctimas.

"Tenemos que hablar de esto como comunidad porque la ciudad está sufriendo, la ciudad está dividida
porque no hemos lidiado con esta parte de la historia, tenemos que hacerlo si queremos seguir adelante
como una Tulsa unida, tiene que haber una discusión que lleve a la reparación y la reconciliación", subraya
Brown.

Difícil reparación
La cuestión de la reparación es delicada. Las vías del tren todavía separan Greenwood del resto de la ciudad.

Más allá de algunos puntos históricos, casi no hay pruebas de ese "Wall Street negro" en Tulsa.

"Aquí vivía mi familia en 1921, ahora es una calle sin salida", relata Therese Aduni.

Su abuelo fabricaba relojes, su padre nació pocos meses después de la masacre.

"Acaban de aceptar la palabra masacre, por años lo llamaron disturbios, así las compañías de seguros no
tenían que pagar daños a los propietarios de casas o de negocios que lo perdieron todo", le explica Aduni a
la BBC.

Derechos de autor de la imagen Reuters Image caption Durante mucho tiempo se habló de disturbios en
lugar de masacre para que las compañías de seguro no tuvieran que pagar daños.

"La gente quiere darle un cierre a esto, oímos sobre las reparaciones a los japoneses, a los sobrevivientes del
Holocausto, ¿por qué nosotros no?", plantea.
Para Aduni, la reparación tiene que llegar en forma de desarrollo económico, algo que -denuncia- se le ha
negado sistemáticamente a la comunidad.

"¡No tenemos un supermercado! Necesitamos un supermercado, una zapatería, una lavandería… queremos
todos los negocios que teníamos antes, queremos que los restauren, eso sería reparación para mí".

Las autoridades de la ciudad dicen que están trabajando en abordar la desigualdad racial y que ha habido
cierto progreso.

Debate más profundo


Keppel observa con satisfacción el creciente número de documentales, libros y reportajes sobre lo que
sucedió en Tulsa hace casi 100 años.

"Espero que a medida que se acerca el centenario no solo se supere la amnesia institucional sino que
cambie la forma como los estadounidenses se ven a sí mismos como sociedad", sostiene.

Derechos de autor de la imagen PA Image caption Las protestas contra la brutalidad policial y la
discriminación racial se han extendido por distintas ciudades de EE.UU. y otros países.

"Estamos inmersos en un debate en el que una vez que has reconocido que eso ocurrió y que fue grave, la
pregunta es qué hacemos, cuáles son las implicaciones para nuestras instituciones públicas.

"En todas partes del país hay historias que se han mantenido ocultas y que deben ser expuestas y
discutidas. Debemos plantearnos qué pasa ahora en Tulsa y otras ciudades, qué necesitamos aprender",
expone.

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Keppel reflexiona sobre el actual debate sobre el racismo en EE.UU.

"Lo que pasa ahora lleva tiempo fraguándose. En los últimos 10 años, o cinco o uno, este mal
comportamiento policial se ha dado en repetidas ocasiones por todo el país y la gente está harta.

"Hay pocos momentos en la historia en los que las circunstancias se unen con las emociones y catalizan una
conversación más grande. Espero que este sea uno de esos momentos", concluye.

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