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Perspectiva educativa para el desarrollo del país, la democracia, la paz y la unidad

nacional
Por
Br. Subero Urbaez, Freddy Eusebio (CI: 17021474; facebook: freddysuber@yahoo.es;
freddysuber@googlemail.com; 0414-3818705). Tesista de la Lic. Edu. Menc. Biología de la Escuela de
Humanidades y Educación de la Universidad de Oriente Núcleo de Sucre-Cumaná

En los próximos 10 años nuestra educación tiene que ser verdaderamente equitativa y de calidad
garantizando la inclusión de todos los sectores sociales sin importar su raza, credo, ideología, condición
política y social. Debe ser el producto del consenso social, donde converjan todas las corrientes del
pensamiento político, económico, social y cultura del país. Una educación para la paz, la democracia, la
justicia y la unidad nacional necesaria para impulsar un desarrollo integral que redundará en mejoras de
la calidad de vida de la ciudadanía y el bienestar social. La educación para todo es la clave para superar
la crisis social, política y económica en la que estamos inmersos. Sin embargo, primero es necesario y
urgente acabar con la crisis en la educación.

Las instituciones educativas deben ofrecer al estudiante lo que no reciben en el hogar, tienen
que ser espacios adecuados para el desarrollo integral de sus capacidades intelectuales, deportivas y
culturales. En tanto, hay que construir infraestructuras que cubran estas expectativas y necesidades; con
espacios para la recreación y esparcimiento (parque, cine, salas virtuales, juegos didácticos, teatro,
deporte) para que el estudiante no vea la escuela como un lugar para asistir a clases; sino, como parte
de su vida. Por lo que es necesario mejorar las condiciones de las infraestructuras de las instituciones
que se encuentran en precarias condiciones, y que en buena medida se ubican en las zonas más pobres
del país. Las bibliotecas han de dotarse de libros, materiales didácticos, equipos de computación
conectados a internet que facilite la elaboración de las tareas escolares y la investigación.

Garantizar el uso de las TICS a todos los sectores sociales contribuye a disminuir los niveles de
desigualdad social, ya que en este mundo globalizado el uso de equipos informáticos se han convertido
en una necesidad para la investigación, la comunicación, el crecimiento intelectual y la resolución de
problemas prácticos en el campo laboral y profesional. Obviamente, aquel profesional que no posea el
adiestramiento en el uso de estas herramientas estará en desventajas con aquel que si lo posea. Es
incalculable la cantidad de información actualizada que se puede encontrar en la red (videos,
animaciones, tutoriales, materiales didácticos) que facilitan la comprensión de problemas prácticos y
científicos. Esto sin contar la cantidad de especialistas que pueden contactarse en cualquier lugar del
mundo, mediante videoconferencias.

En esta época de cambios y globalización hay que promover la formación de individuos


críticos, reflexivos, capaces de comprender su propia realidad y responder a las exigencias de la
sociedad. Por tanto, es urgente la dotación de los laboratorios de física, química y biología de las
instituciones de educación media con equipos de última generación, reactivos e insumos para
convertirlos en espacios para la investigación y el desarrollo de los proyectos científicos en
bachillerato. También conformar equipos docentes, en cada institución, capacitados para orientar a los
estudiantes en la elaboración de los proyectos y guiarlos en la construcción de sus propios conceptos
sobre problemas científicos, sociales, económicos y políticos, con la finalidad de sentar las bases para
su éxito en el nivel superior.

Otro aspecto que requiere atención es la demanda del docente por la dignificación de su
profesión. La discusión de la contratación colectiva tiene que ser amplia, que involucre a todos los
gremios y asociaciones que agrupan a los educadores del país. La contratación colectiva debe ofrecer
mejoras salariales, servicio de salud de calidad, la formación académica y pedagógica permanente,
promover la investigación y la creación de grupos docentes investigadores que estarán en las
instituciones dedicados, exclusivamente, a la investigación del hecho educativo para comprender y
mejorar la práctica pedagógica desde su propia realidad. También debe lograrse disminuir la matrícula
de estudiantes por profesor, especialmente en bachillerato donde la matrícula de alumno por docente
oscila entre 150 a 200 alumnos. Esto permitirá que el docente lleve a cabo un proceso de enseñanza-
aprendizaje más particularizado, mejorando así la calidad del aprendizaje y la eficiente de la práctica
pedagógica. Para la aplicación de esta medida se debe contar con la cantidad suficiente de docentes en
las distintas especialidades (física, química, biología, inglés, matemáticas, castellano, ciencias sociales
y lenguaje).

Para atender los problemas de violencia, repitencia, retraso, abandono y deserción estudiantil
que se expresan en las desigualdades de aprendizaje y de rendimiento escolar, producto de las
desigualdades sociales; cada institución educativa deben contar con personal especializados en las
distintas áreas del saber científico (psicólogos, sociólogos, trabajadores sociales, pedagogos y
médicos). La idea es que los docentes trabajen en conjunto con estos especialistas para focalizar las
acciones pertinentes a la solución de problemas de aprendizaje, conducta, salud, etc. Se trata de que el
estudiante reciba una atención integral para el desarrollo de sus capacidades intelectuales durante el
proceso de socialización.

En el nivel superior es necesario una mayor inversión para impulsar la investigación, mejorar
los servicios estudiantiles (transporte, comedor, salud, biblioteca) y los beneficios económicos
(ayudantías, becas residencias, créditos para libros y financiamiento de tesis). Las universidades
requieren ampliar sus campus universitarios, mejorar las condiciones de sus infraestructuras y aumentar
su planta profesoral para poder recibir una mayor cantidad de estudiantes y garantizar una educación de
calidad en igualdad de condiciones, no se trata de que todos los estudiantes ingresen a las distintas
universidades del país; sino que todos (en la medida de lo posible) reciban la misma educación en
cuanto a calidad. Todas las universidades del país deben pasar por un proceso de estandarización de su
calidad educativa, tomando en cuenta que este nivel educativo garantiza el acceso a una mejor calidad
de vida, en la medida que el egresado se inserta en el campo laboral. Por ende, una educación superior
de calidad es garante del incremento de la capacidad productiva y de desarrollo del país.

Las universidades deben convertirse en una especie de empresas prestadoras de servicios debido
a su disponibilidad de profesionales especializados y en formación, por lo cual pueden firmar
convenios con la empresa privada y pública con el propósito de tener ingresos propios que les sirvan
para mejorar su capacidad operativa y fortalecer su autonomía financiera. Es oportuno retomar la idea
de la universidad productiva, han de convertirse en centros de desarrollo científico, tecnológico e
industrial. Por lo que la empresa privada debe asumir su responsabilidad social con la educación
superior. Esto estrecharía la relación de las universidades con los medios de producción del país y así
acabar con los prejuicios políticos, sociales, económicos e ideológicos que pretenden llevar la
educación por un lado y el desarrollo productivo por otro lado. Esta integración permitiría a la
universidad ofertar a sus profesionales en las distintas empresas del país, asegurándole de una vez los
puestos de trabajos a sus egresados.

Por otro lado, las universidades que tengan dentro de sus pensum de estudios las carreras de
educación deben promover la investigación educativa para que sus egresados tengan una formación
sólida en investigación. A su vez, servir de apoyo ministerio de educación en la realización de
investigación educativa y en la elaboración de instrumentos de evaluación y supervisión del sistema
educativo que incluyan variables como: la condición del docente (especialización, postgrado,
satisfacción laboral), situación de la infraestructura (condición de los salones, bibliotecas, salas vituales
comedor, espacios de recreación), rendimiento académico, condiciones socioeconómicas de los
estudiantes, nivel educativo de los padres, entre otros que a bien se consideren agregar.

Al final de cada año escolar se deben aplicar estos instrumentos con el propósito de construir
una base de datos que le permita a los investigadores en educación analizar y comprender la realidad de
los problemas educativos y proponer las posibles soluciones que deben ser consideradas a la hora de
implementar políticas, reformas y programas educativos. De esta manera las decisiones en materia
educativa serán acertadas o efectivas porque responderán a las exigencias y necesidades que demanda
la educación.

Por último, es evidente que para acabar con la crisis educativa es necesario una fuerte inversión
por parte de estado y la participación de toda la sociedad. Por lo tanto, el ministerio de educación tiene
que abrir un espacio institucional para el debate sobre los planes educativos donde se involucren los
representantes de las organizaciones políticas, económicas, sociales, culturales, los gremios docentes,
las universidades y las organizaciones internacionales; con la finalidad de diseñar un currículo que
recoja el sentir y los intereses de toda la sociedad, es decir los planes educativos, serán producto del
consenso social y responderán a las necesidades de desarrollo de la nación. Para ello, el ministerio de
educación tiene que ser una institución autónoma y democratizada, que responda a los intereses
sociales y educativos. En donde sea la presión social (representantes de todas las formas de
organización existente en el país) la que marque la pauta en el diseño de políticas y programas
educativos para el desarrollo sostenido del país y el bienestar social.

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