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para implementar las diferentes medidas de manejo y control. Sin embargo, debido a
que la SARA no se detecta en el momento de la depresión del pH ruminal, no existe un
tratamiento específico.
El tratamiento que se recomienda en un principio es ajustar la ración en tiempo y
forma, utilizando un antiácido ruminal de sales con efectos buffer como el bicarbonato
de sodio y el hidróxido de magnesio, que van a moderar la acidez ruminal, logrando
que el rumen mantenga su función normal con un pH mayor a 6. De bicarbonato se
recomiendan 240 a 250 g en solución acuosa y de hidróxido de magnesio de 1 g/kg de
peso corporal mezclado con un volumen doble de agua por vía oral, y soluciones de
electrolitos orales para minimizar la deshidratación (preferiblemente aquellas que
contienen bicarbonato de sodio adicional). Además, se tiene que elevar el suministro
de fibra efectiva, como heno de alfalfa (3 a 5 kg por vaca/día). Se tiene que administrar
cantidades crecientes de grano a los efectos para evitar cambios bruscos en la flora
ruminal que puedan ocasionar trastornos graves. Estos ajustes generalmente
resuelven el problema en 3 a 4 días.
Asimismo, estos casos deben tratarse administrando líquidos por vía intravenosa y se
puede usar una solución salina hipertónica (solución de cloruro sódico al 0,9%) con una
dosis de 50-100 ml/kg de peso corporal (según la gravedad de la deshidratación), 1 vez
al día durante 3 días y acceso a agua o soluciones electrolíticas. Se deben administrar
antibióticos que incluyan sulfonamidas (333 mg / kg) y tetraciclina (20 mg / kg) para
reducir el riesgo de abscesos hepáticos, así como también hepatoprotectores. La
recuperación debe ser visible en 2 o 3 días.