La gente boyacense ama su idiosincrasia, demostrando profundo amor por su
terruño donde cultiva diferentes productos agrícolas y se dedica a la ganadería.
El boyacense demuestra gran trabajo y responsabilidad en lo que hace. Se adapta
fácilmente a las circunstancias y son eficientes en cualquier oficio sobre todo si este pertenece al nivel agropecuario; además se adapta muy rápidamente a cualquier contexto con el ánimo de mejorar su calidad de vida y ser más emprendedor.
En todo el departamento se encuentran elementos culturales que mezclan las
tradiciones de los pueblos aborígenes que habitaron la región con las costumbres españolas.
La artesanía es una de las expresiones artísticas más importantes de Boyacá,
manifestada en la cerámica, la cestería, la orfebrería, el torno y el decorado, cuyos orígenes se pueden datar desde los tejidos aborígenes, elaborados en fibras vegetales como algodón y fique. También se destaca el uso artesanal de la tagua en algunos municipios como Chiquinquirá y Ráquira.
La religión predominante es el Catolicismo principalmente profesada a través de
la Iglesia católica, que ha influido notablemente en la idiosincrasia y la cultura de los habitantes del departamento durante su historia.
La principal zona económica del departamento es el Corredor Industrial de
Boyacá, la zona más densamente poblada y la cual concentra el 90% de la industria y servicios del departamento. Geográficamente se encuentra en el Valle del Alto Chicamocha y cuenta con una población de medio millón de habitantes. Además de reunir las tres principales ciudades, Tunja ( sector político y servicios), Duitama (sector comercial, sector industrial y servicios) y Sogamoso (sector comercial, sector industrial y servicios) , reúne un enorme complejo turístico (Paipa) y artesanal (Nobsa y Tibasosa).