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Cómo evitar el Alzheimer: ¿se puede

prevenir?
La enfermedad de Alzheimer es la causa más común de demencia. Se trata de
una enfermedad neurodegenerativa progresiva e irreversible. Y es la primera
causa de discapacidad neurológica, causante de grandes costes sociales y
económicos en las sociedades modernas.
Las proyecciones advierten que el número de afectados por demencia 
superará los 130 millones en 2050, según el informe mundial de 2015
de Alzheimer’s Disease International lo que supondrá un coste difícilmente
asumible por nuestras sociedades.
Pero, ¿cómo evitar el Alzheimer? Para dar respuesta a esta pregunta  resulta
clave investigar cómo prevenir su aparición y promover hábitos de vida
beneficiosos para nuestra salud cerebral. 

Evitar el Alzheimer: el avance en las estrategias de


prevención  
La forma de entender la enfermedad ha evolucionado en los últimos años. Ahora
se sabe que el Alzheimer es una enfermedad de larga duración, que empieza a
producir daños en el cerebro hasta 15 o 20 años antes de que se manifiesten
los primeros síntomas. Esta constatación ha abierto la puerta a investigar sobre
cómo prevenir su desarrollo.

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En el Barcelonaβeta Brain Research Center de la Fundación Pasqual
Maragall se llevan a cabo diversos proyectos de  investigación clínica para
conocer mejor cómo se inicia la enfermedad de Alzheimer y de qué manera
evoluciona.
Uno de los objetivos más importantes es diseñar estrategias de prevención que
nos ayuden a retrasar o incluso frenar la aparición de los síntomas.

Lamentablemente, a fecha de hoy ninguno de los ensayos clínicos de nuevos


fármacos para modificar el curso de la enfermedad en personas con Alzheimer
han tenido éxito. En este contexto, expertos nacionales e internacionales
apuestan por poner en marcha estudios de prevención, tanto primaria como
secundaria, dirigidos a personas cognitivamente sanas. Se trata de actuar antes de
que se haya producido la pérdida neuronal que conlleva la aparición de los
síntomas.
Un estudio realizado recientemente en Reino Unido demuestra que las
investigaciones de factores de riesgo y estrategias de prevención recibieron tan
solo el 5% de la financiación destinada a demencias. El resto se dedican a la
subvención de estudios relacionados con el diagnóstico (11%), la atención y el
acompañamiento al enfermo (20%) y a la búsqueda de las causas, la cura y el
tratamiento (64%). Esta tendencia, no obstante, está cambiando en los últimos
años y los recursos se están reorientando a la investigación de estrategias
preventivas.
Prevención secundaria: tratar el Alzheimer antes de que
aparezcan sus síntomas
¿Se podrá detener el avance de la enfermedad de Alzheimer algún día? ¿Se
conseguirá un fármaco que frene la aparición de los síntomas? Una de las
observaciones más frustrantes de los últimos años ha sido ver cómo fracasaban
todos los ensayos en Fase 3 de medicamentos novedosos desarrollados a lo largo
de los últimos 15 años. Todo apunta a que el fracaso podría estar relacionado con
una administración del fármaco demasiado tardía, pues el cerebro ya tendría
unas lesiones probablemente irreversibles.
La investigación clínica del Alzheimer se enfrenta a una nueva perspectiva: la de
una enfermedad con una fase preclínica silenciosa, que comienza décadas
antes de que los primeros síntomas se manifiesten. La prevención
secundaria es aquella que se dirige a modificar los procesos de la enfermedad en
personas que no presentan síntomas, pero que ya están experimentando cambios
cerebrales detectables mediante biomarcadores específicos.

Se trataría, pues, de intervenir en etapas previas, cuando la persona no


presenta síntomas, frenando o haciendo más lento el progreso de la
neurodegeneración para evitar llegar a la fase de demencia o retrasar al máximo
su aparición.

Prevención primaria: reducir las posibilidades de


padecer demencia
En los años cincuenta se pensaba que la arterioesclerosis y el colesterol eran
consecuencias inevitables del envejecimiento. Sin embargo, un estudio iniciado
en 1945 en la ciudad norteamericana de Framingham nos ha permitido conocer
mejor  los factores de riesgo de las enfermedades cardiovasculares. Con la
aplicación de este conocimiento, la mortalidad por estas causas se ha conseguido
reducir globalmente hasta un 70%.
Gracias a este estudio, hoy sabemos que no es la vejez, sino la hipertensión, la
diabetes y la obesidad los factores de riesgo que aumentan las posibilidades de
padecer enfermedades cardiovasculares. También hemos comprendido que el
ejercicio moderado, la dieta y no fumar son claves para su prevención.

En los últimos años se han publicado los primeros estudios que prueban
la existencia de oportunidades para hacer prevención primaria en el ámbito
de las demencias. Es decir, que existen un conjunto de prácticas que pueden
disminuir el riesgo de presentar las causas que probablemente conducirán a
alguna de ellas.
Centrándonos en cómo prevenir el Alzheimer, sabemos que lo que es bueno
para el corazón, también lo es para el cerebro. Se calcula que adoptando
unos hábitos de vida saludables se podrían prevenir casi uno de cada tres
casos. El ejercicio físico, la actividad cognitiva, las relaciones sociales y la
dieta tienen un papel muy relevante en la salud de nuestro cerebro.
Existen estudios, realizados en países nórdicos, que han demostrado la
disminución de la incidencia de demencia en personas mayores de 65 años que
habían incorporado en su vida cotidiana prácticas de prevención para el control
de los factores de riesgo cardiovascular.

Consejos para prevenir el alzheimer


 Controlar los factores de riesgo cardiovascular: colesterol,
hipertensión, diabetes, obesidad, tabaquismo.
 Dieta equilibrada: llevar una dieta variada y equilibrada, como
la dieta mediterránea, que incluya alimentos como aceite de oliva virgen
extra, legumbres, frutos secos, fruta, verdura, pescado…
 Ejercicio físico: caminar y mantenerse activo es fundamental.
Siempre adaptando la actividad a las características de la persona.
 Mente activa: ofrecer retos a la mente ayuda a mantener
nuestra reserva cognitiva, aprender nuevas habilidades, hacer
crucigramas, leer, apuntarse a talleres o cursos…
 Vida social: relacionarse con otras personas nos ayuda a mantener
las conexiones neuronales activas y resulta clave para nuestro bienestar.
Ensayos clínicos de fármacos para la prevención
Bajo esta nueva visión, los ensayos clínicos de nuevos medicamentos se están
trasladando hacia fases más iniciales de la enfermedad, en personas que no tienen
síntomas  pero que presentan un riesgo elevado de llegar a padecer la demencia.

Este tipo de prevención requiere del estudio y seguimiento de grandes grupos de


personas, como el Estudio Alfa de la Fundación Pasqual Maragall. Este estudio
permitirá saber más sobre cómo evoluciona la enfermedad ya en su fase
preclínica y posibilitará la participación  en ensayos clínicos de nuevos
tratamientos preventivos a personas con alto riesgo de desarrollarla.
Por otro lado, estos estudios científicos para prevenir el Alzheimer nos ayudarán
también a comprender mejor la relación entre la enfermedad y determinados
factores médicos, genéticos o ambientales.

La esperanza está puesta en poder contar en el futuro con fármacos que


modifiquen la evolución de la enfermedad y que se puedan administrar en la fase
preclínica del Alzheimer, retrasando la aparición de la sintomatología. Esto, para
muchas personas podría significar que quizá nunca llegarían a presentar
síntomas.

Se ha estimado que si  se pudiera retrasar cinco años la aparición de los síntomas,
el número de personas en la fase clínica (la que conlleva la demencia) podría
reducirse más de un 35%.

Uno de los proyectos más importantes a nivel europeo para ayudarnos a


entender cómo prevenir el Alzheimer es el consorcio EPAD (European
Prevention of Alzheimer's Dementia), en el que participa el BarcelonaBeta Brain
Research Center de la Fundación Pasqual Maragall junto a otras 35 instituciones,
con el objetivo de prevenir o retrasar el desarrollo de la enfermedad en personas
que se encuentran en riesgo de desarrollarla. EPAD además lidera una estrategia
nueva de ensayos clínicos con fármacos para la prevención del Alzheimer.

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