Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Para ello iniciaremos el presente trabajo repasando algunos artículos del CA.
EL DELITO DE CONTRABANDO
Artículo 863.- Será reprimido con prisión de 6 meses a 8 años el que, por cualquier acto u
omisión, impidiere o dificultare, mediante ardid u engaño, el adecuado ejercicio de las
funciones que las leyes acuerdan al servicio aduanero para el control sobre las importaciones
y las exportaciones.
“Que dentro de los deberes formales de los administrados debe considerarse comprendido el
de colaborar con los actos de verificación y fiscalización y el de evitar toda obstrucción al
ejercicio de tales funciones por parte de la Dirección General Impositiva. Que el
incumplimiento a estas obligaciones está sancionado con las multas establecidas en el
artículo 43 (hoy 39-sic-) de la misma ley (refiriéndose a la ley de procedimientos tributarios –
sic-). Y que este incumplimiento puede concurrir con los delitos de atentado y resistencia
contra la autoridad, tipificados en el Capítulo I Título XI del Código Penal, y que por ende la
conducta descripta es pasible de las sanciones de prisión y de multas, previstas por las
normas penales y tributarias.”
Por su parte el citado artículo 239, sostiene que será reprimido con prisión de 15 días a 1 año
el que resistiere o desobedeciere a un funcionario público en el ejercicio legítimo de sus
funciones o a la persona que le negara asistencia a requerimiento de aquél o en virtud de
una obligación legal.
En el análisis del CA, queda claro, que la conducta que estamos tratando, solo resultará
típica si existe dolo, mediante ardid u engaño, apunta el artículo 863.
Queda descartado que el ardid o engaño pueda responder a otra forma de culpabilidad que
no sea el dolo. En este sentido y a fin de definirlo podemos citar entre otras definiciones que
el dolo se comete con previsión y voluntad, siendo que el ímpetu imprevisto se adapta al
dolo indeterminado.
La Corte Suprema de Justicia de la Nación ha señalado que “... comete defraudación fiscal
quien utiliza un ardid con la intención deliberada de obtener un beneficio personal, es decir
una acción u omisión dolosa, que tiene sus características propias, aun que sea
sustancialmente análoga al dolo penal y al dolo civil... ” y, consideramos que con este
importante fallo, se ha definido la conducta que tipifica delitos en nuestro ordenamiento
legal tributario aplicable a nuestro entender al artículo 863 del CA.
Vemos por ejemplo en la causa TOMÁS IVÁN MORO, S/TENTATIVA DE CONTRABANDO" Causa
N° 58.247, folio 117, N° de orden 25.650 - Juzgado Nacional en lo Penal Económico N° 7,
Secretaría N° 13 - Sala "A", sobre la que luego volveremos, que la ocultación del dinero en
efectivo es la actitud normal de todo pasajero y no puede entenderse que constituya ardid o
engaño tendiente a impedir o dificultar el control aduanero de importaciones o
exportaciones.
En este punto, resulta interesante realizar una importante aclaración con relación al control
cambiario en cuanto que, de acuerdo con el voto de los Dres. Edmundo Hendler y Nicanor
Repetto en diversos precedentes de este tribunal, los instrumentos meramente
representativos de valores dinerarios no constituyen mercaderías susceptibles de
importación o exportación, salvo que se trate de compras o ventas de billetes hechas por
entidades emisoras (couf. Regs. 260105,187/06, entre otros de esta Sala "A").
Que la ley aduanera describe el delito de contrabando refiriéndolo a las funciones de control
sobre importaciones y exportaciones (artículo 863 del Código Aduanero).
Que, como ha sido señalado por la Excma. Corte Suprema de Justicia de la Nación, esas
funciones de control son distintas de las que se refieren al control de cambios y "no cualquier
acto que afecte la actividad ,estatal en materia de policía económica puede ser considerado
contrabando" (conf. Fallos 312:1920, considerando XV). Además, en dicho precedente se
señala que los bienes jurídicos en función de los cuales se castiga el contrabando son
distintos de los tutelados por el régimen penal cambiario. Interpretar que estos últimos se
encuentran comprendidos entre los primeros, sería aplicar analógicamente una ley penal, lo
que se encuentra vedado por el artículo 18 de la Constitución Nacional (conf. Fallos 319:
1920, considerando XVIII).
Que el concepto de mercadería no es compartido en la misma causa por todos los jueces del
tribunal, en este sentido se señala que de tal forma, los billetes de banco, revisten el
carácter de mercadería. Al ser un objeto susceptible de importación o exportación, están
sujetos al control aduanero y, en su ingreso o egreso, puede ser gravado o prohibido por
causas diversas fundadas en el interés general.
De cualquier forma, el Dr. Juan Carlos Bonzón, comparte los conceptos vertidos por los
jueces preopinantes sobre la falta de ardid o engaño en la causa TOMÁS IVÁN MORO, e
incluso va más allá al señalar que en algunos casos, resulta difícil diferenciar la ocultación
con fines de eludir el control aduanero de la simple ocultación por razones de seguridad. Y
señala que en este sentido, la doctrina y jurisprudencia admiten que en ciertos supuestos y,
aún, en la hipótesis de que el pasajero actuara dolosamente, su proceder no superaría el
ámbito infraccional.
El mismo magistrado, para intentar echar luz sobre este tema, señala que para determinar si
el acto u omisión imputado es delito o infracción aduanera, debe analizarse cada caso
concreto, poniéndose énfasis en la forma o modo en que se haya intentado el ingreso o
egreso ilegal de mercaderías por vía de equipaje y no como muchas veces ocurre, en la
cantidad, calidad o valor de la misma.
b) realizare cualquier acción u omisión que impidiere o dificultare el control del servicio
aduanero con el propósito de someter a la mercadería a un tratamiento aduanero o fiscal
distinto al que correspondiere, a los fines de su importación o de su exportación;
c) presentare ante el servicio aduanero una autorización especial, una licencia arancelaria o
una certificación expedida contraviniendo las disposiciones legales específicas que regularen
su otorgamiento, destinada a obtener respecto de mercadería que se importare o se
exportare, un tratamiento aduanero o fiscal más favorable al que correspondiere;
e) simulare ante el servicio aduanero, total o parcialmente, una operación o una destinación
aduaneras de importación o de exportación, con la finalidad de obtener un beneficio
económico.
Disentimos con esta definición en lo referente al inciso a), toda vez que observamos que la
acción típica no requiere para su comisión más que la mera materialidad para configurar la
acción descripta en este inciso. Sin que se limite a ninguna forma de culpabilidad específica.
• El inciso c) describe una conducta en la que la voluntad del sujeto sea la de obtener un
beneficio fiscal o aduanero, por lo tanto su voluntad debe probarse exigiendo así que la
conducta sea dolosa para quedar encuadrada.
Podemos avalar nuestra teoría, con lo dicho por el Dr. Juan Carlos Bonzón en su obra
Diferenciación entre Delitos e Infraccione Aduaneras. Similitud de Tratamiento Tributario
cuando señala que “es imposible amalgamar con la actual redacción del artículo citado lo
referente a la responsabilidad de todas las infracciones aduaneras, ya que conforman un
grupo heterogéneo de ilícitos, que requieren distintas clases de culpabilidad”
Pero esta doctrina no es pacífica, ya que el Dr. Vidal Albarracín, en una publicación de la
revista El Derecho, titulado “Criterio diferenciador entre delitos e infracciones aduaneras y
de estas entre sí”, sostiene que cuando el dolo recibe cierto respaldo sea documental –
mentira documentada-, o de otra índole ( como por ejemplo una valija con doble fondo en el
equipaje), vale decir si la acción asume entidad para al menos dificultar el control aduanero,
el hecho deja de ser infracción y adquiere categoría de delito”
Y receptando de algún modo todas estas vertientes doctrinarias podríamos intentar echar
algo de luz al tema señalando que parece estar siempre en juego la medida en que se atenta
contra el bien jurídico tutelado, que en este caso es el control aduanero, de forma tal que si
la conducta ilícita reviste una gravedad tal que compromete la posibilidad de realizar el
control aduanero, requiriendo por parte de la Administración Nacional de Aduanas (ANA) un
esfuerzo y pesquisa más allá de lo razonable para detectarlo, estaríamos frente a una figura
delictual, donde resulta indudable el dolo por parte del infractor en el esfuerzo realizado
para evadir el control aduanero.
Sin embargo, si el accionar contrario al derecho positivo, resulta de fácil detección por parte
de ANA, a través de los controles que podríamos denominar rutinarios o normales al ingreso
de mercadería, podríamos pensar en la ausencia de dolo y considerar la acción una
infracción.
En nuestra opinión, y dado que no podemos distinguir allí donde el legislador no distingue,
consideramos que la correcta interpretación es la llamada amplia.
Nuestra teoría es abonada por el artículo 11 del Decreto 618/97, que determina:
Art. 11.- Constituyen aduanas las distintas oficinas que, dentro de la competencia que se les
hubiere asignado, ejerzan las funciones de aplicación de la legislación relativa a la
importación y exportación de mercadería, en especial las de percepción y fiscalización de las
rentas públicas producidas por los derechos y demás tributos con que las operaciones de
importación y exportación se hallan gravadas y las de control del tráfico internacional de
mercadería.
Vemos que una de las funciones de la ANA es proteger la percepción de tributos que
pudieran gravar las operaciones de importación y exportación.
Y como ya analizamos en el presente trabajo la alusión del inciso b) del artículo 864 del CA
al perjuicio fiscal, podemos afirmar que el control aduanero tiene fines fiscales tendientes a
la percepción de tributos aduaneros y no aduaneros.
Esta postura fue sostenida por la Suprema Corte de Justicia de la Nación cuando sentenció
por mayoría que, encontrándose probado que el imputado intentó eludir el control aduanero
al ingresar las mercaderías (…) desde la zona indicada por la ley 19640 de Tierra del Fuego,
debía responder por el delito de contrabando sin que quepa analizar si se trata de efectos
importados o de industria nacional, atento a que en este caso se adeudarían impuestos
internos al consumo.
Esto nos introduce en un nuevo problema, el concurso entre el CA y la Ley Penal Tributaria.
Generando un verdadero problema de competencia, de posibilidad de doble juzgamiento y
de escándalo jurídico.
Artículo 913.- Salvo disposición especial en contrario, cuando un mismo hecho configurare
simultáneamente una infracción aduanera y un delito, se impondrán las penas previstas para
el delito.
Artículo 914.- Cuando concurrieren varios hechos que configuraren independientemente una
infracción aduanera y un delito, se impondrán separadamente las previstas para cada uno de
ellos.
ARTICULO 1º — Será reprimido con prisión de dos (2) a seis (6) años el obligado que mediante
declaraciones engañosas, ocultaciones maliciosas o cualquier otro ardid o engaño, sea por
acción o por omisión, evadiere total o parcialmente el pago de tributos al fisco nacional, al
fisco provincial o a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, siempre que el monto evadido
excediere la suma de cuatrocientos mil pesos ($400.000) por cada tributo y por cada
ejercicio anual, aun cuando se tratare de un tributo instantáneo o de período fiscal inferior a
un (1) año.
De acuerdo con el análisis del CA que veníamos desarrollando, el inciso b) del artículo 864
reprime con prisión de 6 meses a 8 años a quienes “… con el propósito de someter a la
mercadería a un tratamiento aduanero o fiscal distinto al que correspondiere…” realicen
cualquier acción u omisión. Acción reprimida por los artículos 1° y 2° de la Ley 24769 solo
que variando las penas de acuerdo a la causal objetiva de punibilidad, estableciendo la
misma en cuatrocientos mil pesos para la evasión simple y en cuatro millones para el caso de
evasión agravada, conducta que se encuentra reprimida con prisión de 3 años y 6 meses a 9
años.
Pensemos las opciones que pueden darse ante un sujeto que introduce al país mercadería,
sometiéndola a un tratamiento aduanero diferente al que le corresponde, importando esto
un menor pago de tributos.
El primer problema será determinar si estamos frente a una situación que encuadrará en la
definición de concurso real o ideal, en este sentido repasemos rápidamente la diferencia
entre uno y otro:
El quid del problema consiste en determinar que figura legal se aplica, o si bien se aplican
ambas, mediante el desarrollo de la teoría del concurso de leyes (real o ideal), o del llamado
concurso aparente o impropio, recodando que en el primer caso las normas en crisis no se
excluyen, mientras que en el segundo, una de ellas desplaza a las restantes.
En derecho penal, se conoce como concurso real a la pluralidad de actos en una misma
sentencia. En el concurso real, cuando un agente, buscando un determinado resultado,
ejecuta diversas acciones, cada una de ellas un distinto tipo penal, las penas de cada uno de
estos delitos pueden unificarse.
En nuestro caso, estaríamos en presencia de esta figura si un sujeto decide a fin de pagar
menores tasas aduaneras declarar la mercadería que importa de forma incorrecta y como
consecuencia de esto además paga menos impuestos internos, menos I.V.A. y menos
Impuesto a las Ganancias. El sujeto ha cometido por lo menos dos tipos penales uno
reprimido por el artículo 864 del CA y otro reprimido por la Ley 11683 y de superar la cifra
evadida los pesos cuatrocientos mil también tipificado en la Ley 24769.
• Las penas de los tipos penales se acumulan de la siguiente forma: Se suman las penas para
cada delito no pudiendo superar ésta el triple de la pena por el delito más grave.
• Debe haberse descartado la unidad de acción. Es decir, cada acción típica y antijurídica
debe poder sostenerse por sí sola, y no depender una de la otra.
En tanto se conoce como concurso ideal cuando con una sola acción se cometen varios tipos
delictivos homogéneos. Podríamos decir que se da una aparente unidad de acción y
pluralidad de delitos.
Su conducta será reprimida por los mismos artículos que el caso anterior, aunque se ve más
clara la figura en los supuestos de contrabando agravado que sanciona el artículo 865 al que
nos referiremos seguidamente, más concretamente en su inciso g); pero el delito fiscal
aparecerá como una consecuencia no necesariamente buscada; pese a lo cual se encontrará
reprimido por la ley 11683 y en el caso de mediar ardid o engaño en la evasión fiscal también
por la ley 24769.
Lo que en definitiva vemos es que habrá unidad de hecho, cuando la actuación corresponda a
una misma manifestación de voluntad y sea valorada unitariamente en un tipo penal. Sin
embargo, esta unidad de hecho, para integrar el presupuesto voluntario del concurso ideal
tiene que dar lugar a la realización de varios tipos delictivos (uno introducir mercadería
prohibida en territorio nacional y otro evasión fiscal), por lo que el hecho voluntario único
debe abarcar pluralidad de fines.
Si entendemos que existe concurso ideal, por ser un mismo hecho, será de aplicación lo
establecido en el artículo 54 del Código Penal (CP):
ARTICULO 54.- Cuando un hecho cayere bajo más de una sanción penal, se aplicará
solamente la que fijare pena mayor.
CONTRABANDO AGRAVADO
d) Se cometiere mediante violencia física o moral en las personas fuerza sobre las cosas o la
Comisión de otro delito o su tentativa;
“El texto del artículo 947 del Código Aduanero es claro en cuanto a que sólo establece -en lo
que aquí interesa- el trato como infracción de contrabando menor respecto de la figura del
inciso "g" del artículo 865 de ese cuerpo legal, y ninguna de sus palabras permite extenderlo
válidamente a los demás supuestos de contrabando agravado que esa norma contempla.
Estimo, además, que el significado que surge de la letra de dicha disposición coincide con la
intención del legislador.
Así lo pienso pues ya en su redacción original el citado artículo 947 asimiló la figura de
contrabando menor a sólo dos supuestos de contrabando agravado: los contemplados en los
incisos "a" y "h" del artículo 865. Y según se expresó en la exposición de motivos de la ley
22.415,
"El fundamento por el cual se limitó el tratamiento de excepción a esos dos supuestos es que
en ellos la agravación cede o se neutraliza frente a su insignificancia económica. Por el
contrario, en las otras hipótesis calificantes, dado que ninguna incidencia corresponde
asignarle a la entidad económica de lo contrabandeado no es del caso otorgarle un
tratamiento más benigno, ya que contienen otros fundamentos de agravación que no residen
en el aspecto económico" ("Anales de Legislación Argentina", 1981, Tomo XLI-A, página
1468)”.
Más allá de esta aclaración y con relación a la figura de contrabando agravado que tipifica el
artículo 865 del CA, entendemos que se repite el problema de competencia relacionado con
el correcto encuadramiento y la superposición o no, de acuerdo con la postura que se tome
con relación a la significación de “encuadre fiscal” con las leyes 11.683 y en especial con la
24769.
A pesar del siguiente análisis, debemos puntualizar que basándonos en que dentro del
ámbito territorial de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, por los delitos de la ley 24.769
tienen competencia los tribunales en lo Penal Tributario en la etapa de instrucción, y por los
delitos aduaneros la instrucción está a cargo del Fuero Penal Económico, nos hace
reflexionar sobre la realidad del concurso ideal entre la figura de evasión tributaria y el
delito de contrabando, dado que se configuran distintos hechos, la evasión fiscal se
materializa a través de la presentación ante la AFIP de una declaración ardidosa, en tanto en
el contrabando el delito se materializa ante la importación o exportación por la que se ha
burlado el control aduanero.
Pero como en los hechos cotidianos podemos verificar casos en los que como consecuencia
de la presentación de una declaración ante ANA ardidosa se paguen menores tributos no
aduaneros, entonces pese al problema de competencia recién planteado, verificamos una
clara situación de concurso ideal, es que consideramos pertinente realizar la siguiente
comparación; por la ya comentada aplicación del artículo 54 de Código Penal.
Por otro lado, importante doctrina ha señalado que a partir de un mismo hecho, la solicitud
de destinación de importación de la mercadería, podrían violarse al menos dos disposiciones
penales, una el delito de contrabando, y otra, el delito de evasión; o alternativamente,
dependiendo de la cuantificación del perjuicio fiscal, un delito, contrabando menor y
defraudación tributaria. Como en este caso “el hecho imponible de los impuestos al consumo
y de los gravámenes adunaros es el mismo, la destinación de importación a consumo, la
misma acción dirigida a violar una disposición legal que establece el pago del gravamen
aduanero, violará al mismo tiempo, la disposición legal que establezca el pago del impuesto
al consumo de que se trate” En estas hipótesis existe unidad de hecho o de acción, por lo
cual cabe destacar, en principio, la presencia de un concurso real de delitos o de un delito
continuado, porque no se aprecia que pueda haber dos o más hechos. En cambio, “la
aplicación de una norma no importa necesariamente la exclusión de la otra, porque el objeto
jurídico protegido de ambas es distinto; mientras una, la que tipifica la evasión, tiende a
proteger la hacienda pública, la otra, la que tipifica el contrabando, protege las facultades
de control propias de las aduanas.
Gran parte del problema, a fin de considerar la posibilidad de aplicar normas diferentes al
CA, para reprimir los delitos previstos en dicho código, se vinculan con el correcto encuadre
de cuál es la Naturaleza Jurídica de los ilícitos Aduaneros.
En este sentido, importante doctrina ha señalado que “Fácil es deducir que las infracciones
aduaneras forman parte de ese llamado “derecho penal económico”, más precisamente de la
rama del mismo clasificad como “Derecho Penal Aduanero”. Pero las mismas, configuran
dentro de éste, una subclasificación que podría llamarse “Derecho infraccional aduanero”,
configurativo de un cuerpo normativo especial, de características cualitativa y cuantitativas
diferentes de la previstas como delitos aduaneros"
Nos permitimos disentir con tan calificada opinión, en cuanto consideramos que toda
aplicación de una pena debe ser considerada de Naturaleza Jurídica Penal,
independientemente del Código de Fondo o ley que prevea dicha sanción.
Para echar más luz sobre el particular nos interesa citar al Español Saenz de Bujanda, quien
con su modo sencillo y didáctico nos muestra el camino en la siguiente afirmación “la
discusión es estéril, dado que las infracciones tributarias (en nuestro análisis, podemos
trocar tributarias por aduaneras –sic-) acarrean SANCIONES PENALES, por ende deben
aplicarse TODOS LOS PRINCIPIOS DEL DERECHO PENAL”
Naturalmente debemos considerar ahora si una infracción aduanera acarrea realmente una
sanción penal. Y vemos que la respuesta es afirmativa si tenemos en cuenta como definición
de pena, que PENA, es el castigo que prevé el orden legal al que lesione un bien del que
disfruta la comunidad, imponiéndole un sacrificio con finalidad correctora.
Consideramos que el control aduanero ES UN BIEN DEL QUE DISFRUTA LA COMUNIDAD, por lo
tanto creemos que la definición habitual de pena es aplicable a las sanciones previstas por el
CA, y la consecuencia directa de esta afirmación es que todos los principios del Derecho
Penal deben ser respetados a la hora de aplicar las sanciones a las que estamos haciendo
referencia.
• Que si bien en Fallos: 198:214 esta Corte consideró que la infracción del agente de
retención que mantiene en su poder impuestos retenidos vencido el plazo para su ingreso se
configura por simple omisión, con posterioridad –Fallos: 271:297– reviso dicho criterio
sosteniendo que “... no basta la mera comprobación de la situación objetiva en que se
encuentra el agente de retención, sino que es menester la concurrencia del elemento
subjetivo” en relación con “... el principio fundamental de que sólo puede ser reprimido
quien sea culpable, es decir, aquél a quien la acción punible pueda serle atribuida tanto
objetiva como subjetivamente” (en igual sentido: Fallos: 282:193; 284:42; 289: 336;
290:202; 292:195).
• Que de ello es así toda vez que las infracciones y sanciones tributarias integran el derecho
penal especial y le son aplicables las disposiciones generales del Código Penal, salvo
disposición expresa o implícita en contrario (Fallos: 287:74).
• Que, por último, cabe recordar que es concepto indudablemente recibido por el art. 18 de
la Constitución Nacional que el derecho penal –en cualquiera de sus ramas– es un sistema
riguroso y cerrado, formado por ilicitudes discontinuas, que no tolera ningún tipo de
integración por analogía, tendientes a completar los elementos esenciales de las figuras
creadas por la ley (Fallos: 301:395).
ARTICULO 861. – Siempre que no fueren expresa o tácitamente excluidas, son aplicables a
esta Sección las disposiciones generales del Código Penal.
Nosotros, consideramos que tal interpretación sería errónea, dada la importancia del voto de
la Dra. Carmen M. Argibay en la causa GOMEZ CLAUDIO MARCEL fallos 329:1514 en la que
leemos: “Esta postura,…, reduce de manera arbitraria la posibilidad de revisar aspectos de la
tipicidad subjetiva, so pretexto de que se trata de cuestiones de hecho. Esta tesis,…, no
parece ser cierta, pues una cosa es el raciocinio para obtener evidencias de las constancias
causídicas, y otra la operación deductiva, a partir de estos fenómenos comprobados, para
discernir el grado de conocimiento y voluntad delictiva.”
CONCLUSIÓN FINAL
En cuanto al artículo 864, hemos analizado en primer término su inciso a) y hemos criticado
la configuración del delito a través de la mera materialidad. Más adelante en nuestro trabajo
hemos analizado y explicado por qué a nuestro entender los principios del Derecho Penal
deben aplicarse a todo el régimen infraccional aduanero, y nos negamos a interpretar que
este inciso contiene una excepción tácita a su aplicación. Por lo tanto creemos firmemente
que para que resulte delictual la conducta del inciso de marras deberá la ANA demostrar la
causal subjetiva de punibilidad siendo el dolo el elemento del tipo que califique la conducta.
En tanto, de existir otra forma de culpabilidad, creemos que la misma debe ser considerada
una infracción.
Otro de los grandes temas que hemos abordado, es el alcance del inciso b) del artículo 864
del CA, en cuanto al término “tratamiento fiscal” y si tal definición legal se refiere a los
tributos aduaneros o si por el contrario comprende los no aduaneros.
En nuestra opinión, basada tanto en el propio texto del Código, como en el Decreto 618/97 y
apoyados en importantes opiniones doctrinarias, sostenemos que el alcance es tanto para los
tributos aduaneros como para los no aduaneros.
Esta certeza nos ha introducido en un nuevo problema que es la posible aplicación de la Ley
24769 vinculada con delitos aduaneros. En este punto hemos concluido que dado que puede
darse una clara situación de concurso ideal, por ejemplo en el supuesto que un sujeto
presente ante ANA en forma dolosa una declaración jurada falsa a fin de pagar menores
impuestos no aduaneros, es que sostenemos la posibilidad que deba aplicarse el artículo 54
del CP entre las penas establecidas por el CA y la Ley Penal Tributaria.
Terminamos nuestro trabajo analizando como fuera reseñado en esta conclusión final, la
posibilidad de que existan delitos aduaneros pese a la ausencia de dolo en el accionar.
Fuente: Tarifar - www.tarifar.com