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Tema | Economía de fichas

Módulo | Intervencion desde la psicologia clínica en los trastornos de la infancia y

la adolescencia
Angel Fernadez

CONCEPTO Contenido
La economía de fichas es una de las técnicas de modificación de conducta más
Concepto
extendida en ámbitos escolares, psicoeducativos, campamentos y, en definitiva,
en todos aquellos entornos en los que se focaliza la educación en el área Bibliografía
comportamental.

Es una técnica específica para desarrollar conductas funcionales y reducir aquellas

otras problemáticas. Básicamente, se utiliza el reforzamiento positivo y el castigo
negativo, orientados ambos hacia la ganancia o pérdida de fichas en función de la
presentación de respuestas deseadas o conductas problemáticas. (Figura 1)

Figura 1.

Se trata de establecer un sistema económico en el que existen unas fichas (clips,

canicas, papeletas, etc.) a modo de unidad monetaria, y unas conductas sobre las
que se establece una cantidad de ganancia o de pérdida de esas fichas. Realizando
las conductas que previamente han sido establecidas, son recompensados con
fichas que posteriormente podrán intercambiar por una serie de reforzadores
materiales o sociales.

Es importante que, de manera previa a la puesta en marcha del sistema de fichas,

se convenga conjuntamente (padres e hijos, profesor y alumnos) el valor de las
fichas, las conductas que van a ser premiadas y el valor en fichas que tiene cada
conducta. Igualmente, deberá establecerse el valor de intercambio de las fichas
en cuestión de acceder a los diferentes tipos de reforzadores, tanto los materiales
(rotuladores, golosinas, etc.) como los gratificantes (actividad libre durante unos
minutos, una cantidad de tiempo de juego, etc.).

El programa de refuerzos irá cambiando a medida que
las conductas se vayan instaurando y consolidando.
Al principio se debe reforzar la conducta con fichas
cada vez que ocurra, de esta manera se cuenta con
la máxima motivación del niño facilitando así su
implementación. Una vez adquirida y mantenida la
conducta, se dará paso a un refuerzo intermitente.
De igual manera, el sistema de intercambio de
puntos o fichas irá cambiando. Serán frecuentes al
inicio del programa, y a medida que las conductas
se vayan consolidando se irán espaciando los
intervalos de intercambio. Se trata de conseguir
paulatinamente una deshabituación de las fichas
y de los reforzadores, siendo reemplazados los
reforzadores materiales por otros de carácter social,
tales como un gesto de aprobación, un elogio, una
señal de reconocimiento, una caricia, una sonrisa,
etc.
Algunos aspectos para tener en cuenta:
• La tabla o lista de conductas a realizar debe
estar en un lugar especialmente visible de la
casa o el aula.
• La tabla debe contener el número de fichas a
ganar por cada una de las conductas realizadas
dentro del espacio de tiempo establecido para
su realización. Es decir, el niño ganará X fichas
por hacer los deberes, siempre y cuando los
haga dentro del horario establecido para ello.
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• Igualmente, se plasmarán desde el principio el
conjunto de conductas que suponen un coste o
pérdida de fichas, así como el número de fichas
que se pierden en cada una de las conductas.
• Tanto la administración de fichas por
conductas deseables como su retirada por
conductas punitivas, se puede realizar durante
la dinámica familiar que se esté llevando a
cabo en ese momento, ya que así actuará a
la vez como reforzador social. No obstante,
no debe suponer una interrupción notable de
dicha dinámica. Por ejemplo, si se acuerda
una ganancia de fichas por comer verdura, las
fichas serán administradas sin necesidad de
darle demasiado énfasis o también pueden
entregarse al final de la comida.
Lo verdaderamente importante es que en el
momento de la realización de la conducta se
reconozca al niño su buen comportamiento
y el hecho de que ha ganado una ficha, con
independencia de cuándo se registre en la
tabla dicha ganancia.
• Desde un principio se aclara y explica el motivo
por el que unas conductas ganan fichas y otras
las pierden. Se razonará dicha contingencia una
por una. Se trata de que durante la puesta en
marcha del programa termine asociando el tipo
de consecuencias que tiene su comportamiento,
tanto el disruptivo como el deseable.

• Con la idea de motivar el mantenimiento de
las conductas implantadas, se tratará de
habituar al niño de manera gradual a tolerar
demoras, tanto en la recepción de las fichas
como en su intercambio por refuerzos. Para
ello, se podrá ir estableciendo un subsistema
de fichas mediante las cuales se puede obtener
fichas de mayor valor que las primeras, así
como un sistema en el que la consecución
de reforzadores mayores se haga más fácil a
medida que aprenda a acumular dichas fichas.
Por ejemplo, por cada 50 fichas acumuladas y
sin haber sido intercambiadas, cada una de las
siguientes valen el doble; o llegado un número
de fichas acumuladas se le da un bonus de 25
fichas. Si seguimos progresando en el sistema
de fichas, a partir de un gran número de ellas,
por ejemplo 100, hay más cantidad bonus por
la consecución de menos fichas.
Por ejemplo, establecemos hitos a los 50
puntos, luego a los 75, después a los 90. A los
100 hay un reforzador muy deseado por el niño.
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• Los reforzadores materiales deberán estar
expuestos, ser visibles, ser reales.
Se debe asignar un lugar específico de la casa o el
aula para el cambio de fichas por reforzadores.
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