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Hay personas que se la pasan trabajando, se levantan sagradamente a las 7 am, se

bañ an, cumplen su horario, llegan a casa cansados. Y asi se la pasan viviendo por añ os,
tal vez por vida, con vacaciones de tres semanas. Pagando la hipoteca, el cable, el auto,
esperando al retiro para darse la gran vida. Pero porque la gran vida debe darse ya a
vísperas del fin de tu vida? Porque debes tener recién el tiempo cuando tu salud ya no
te acompañ a? Porque postergas el compromiso con lo que realmente te apasiona
cuando ya estas arrugado y podrido? Para qué desechar tu vida en la premisa
materialista. No digo que vayamos de hippies muertos de hambre por la vida, no digo
que ser vago sea el camino. Simplemente no sé. Hay personas que se arriesgan por sus
sueñ os desde temprano y tienen todas las de perder, por cierto si tuviste la mala
fortuna de nacer en un país del tercer mundo tus posibilidades se reducen
abismantemente. Pero asi y todo estamos los que nos arriesgamos, nos lanzamos y
debemos soportar la pobreza, las criticas, las injusticias, la miseria y la falta de
oportunidades, pero tarde o temprano si la pasió n brilla y vive por si misma, la
ejerceremos. No sé trata de ser antisistema, se trata de que el sistema mata tus sueñ os,
estos países atrasados matan nuestros sueñ os. Y se supone que en los sueñ os es libre
el hombre, como diría el poeta.
- Eres poeta?
- No, no se me da bien eso de la métrica.
- Y que mierda importa eso?
- Imagino que no entra en el canon de lo que uno pueda llamar literario o
poético.
- Como si eso importara, la vida es la poesía, los momentos son poesía, mi cantar
es poesía.
- Te tienes fe.
- No sé trata de eso… ven, sígueme.

No tenia nada tangible, no tenia una medalla, no tenia un gran triunfo, una gran vida,
pero atesoraba la esperanza y una buena canció n que la maquillara. Y eso me hacia
invencible, glorioso y virtuoso. Eso me hacia pedalear con fuerzas, con ganas, con
dicha, con euforia, con el jolgorio propio de un niñ o. Eso realmente me hacia feliz, me
llenaba los pulmones de ilusió n. Creia que era infeliz, triste, que vivía una depresió n,
pero el pedalear al unisono de la esperanza y escuchando aquella canció n de verano
me mantenían en un estado en donde una prodigiosa armonía (tan dichosa) se
depositaba por sobre mi pecho donde hace minutos la angustia era reina y diosa. No
es que el pedalear me mantenga vivo, el pedalear me mantiene feliz, me mantiene
aterrizado a la algarabía infantil que a todos se nos pide erradicar con el pasar de los
añ os. Pedalear es el equilibrio, la armonía, el estado natural de las cosas. Pedalear es
algo hermoso, no exagero si llego a emocionarme al recordar lo que me produjo, esas
noches calurosas llenas de esperanza, de vida para algeuin que ha carecido de ella. No
sé. Pedalear con una buena canció n es la base de la vida, el aliñ o de la vida, la dulzura
de la vida, la poesía, una reserva moral dispuesta a rescatarte en los peores
momentos, eso es pedalear para mi. Los mejores momentos, los mas intensos los he
vivido arriba de mi bicicleta, las penas, las superaciones, las felicidades, los delirios
misticos.
Hay gente que espera a jubilar para hacer las cosas que les apasiona. Yo aun soy joven
y vivo en un país de mierda, tengo todas las de perder, pero lo hago.

Vivo en el país de los sueñ os incumplidos. Donde la gente se levanta no para cumplir
su sueñ o, se levanta sencillamente porque hay que levantarse, a pesar del sueñ o, a
pesar de la desidia.

Las penas de amor debiesen tener su propia cementerio.

Reconozco que le temo a la vida y estoy totalmente perdido, es mi realidad.

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