Hoy tomé al sol desde su tallo

Arranqué sus pétalos y encima

la noche me nevó la vista

con estrellas sin tallos ni pétalos

ni flores

Ni noches

A la distancia

una bala era disparada contra mi pecho

Naciera el seco río de tristes rosas

Pálidas

Casi transparentes

inhertes

En el cráter más profundo de esta luna desierta

Quemando venía

la luz nueva

Negra azabache

asecha

mis pensamientos contra la cama

Y de rehén me toma

Apunta con hoja de otoños

a mi corazón de inviernos nocturnos

apagados
Descansando junto a la hoguera fría

Pobres bestias

que sus huesos congelados quiebran

Me fui hace mucho ya y

ellas quedaron

Mendigándole caricias al Sol

Agachando la cabeza ante

el hacha de acordes menores

suaves

tristes

áridos

Ajados

Que a mi cuello atas

No es más su maestro que

una bestia más

Entre correas y corrosiva

mi saliva escapa

rabiada

Y me quemo

Y aullando

torpe solitaria bestia

torpe

Mendígo una caricia

Al Sol