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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio de Educación Universitaria

Universidad Valle Momboy

Facultad de Ciencias Económicas, Administrativas, Gerenciales

Carrera: Administración de Empresas

Programa de Extensión de Estudios Modulares (PEEM)

LA INFLACIÓN EN
VENEZUELA

Profesora:

Reinalda Molina C.

Estudiante:

Nellymar Ramirez

CI: 27.021.787

Tovar, octubre de 2020


Introducción

Posteriormente de haber sido Venezuela uno de los países en Latinoamérica con


menor inflación durante varios períodos del siglo XX, desde mediados de los años setenta
comenzó a registrarse una paulatina inflación. Ello se debió, a un inicio de temporales
aumentos de oferta monetaria que se producían por la formación de políticas fiscales
expansivas, mediante las cuales se proveían significativas cantidades de recursos a la
economía, esto era particularmente evidente en los ciclos de bonanza petrolera. En 1989
y 1996, debido a la caída de los precios del petróleo y a la inexistencia de capitales
previamente ahorrados para remediar la disminución de los ingresos, se originaban
aumentos de los precios internos debido a las fatales devaluaciones con efectos opuestos
para la población, por la contracción de los ingresos reales y el aumento de la pobreza.
A lo largo del gobierno de Hugo Chávez Frías, el manejo de lo económico se
sujetó a los objetivos políticos del régimen en el llamado “socialismo del siglo XXI”; donde
una serie de medidas implantadas causaron profundas distorsiones que, paralizaron la
inversión, exterminaron la capacidad de producción con la que el país contaba, crearon
grandes y progresivos desequilibrios fiscales y parafiscales, monetarios y cambiarios;
ampliaron la deuda pública, tanto interna como externa, que hizo a la economía
vulnerable, más dependiente que nunca de los precios de los hidrocarburos. Cabe señalar
que en un escenario tan deformado, no es de extrañar que la inflación haya iniciado con
un resultado que dio como ajuste el tipo de cambio, debido a la alta demanda de divisas
que se produjo creando un clima de incertidumbre generalizado, debido a la agitación
política que en aquel entonces existía, se habla de los años 2002 y 2003.

En 2012, se creía que la inflación había sido vencida, pero fue un tanto engañosa,
y a su vez insostenible, puesto que la situación que la había generado no se podía
mantener. Por una parte, los controles de precios tenían que ser constantemente
revisados, pues a muchos productores y distribuidores obligaban a trabajar, teniendo en
cuenta lo afectante que sería reconocer la existencia de pérdidas, que conducían a
problemas de desabastecimiento; y por otra parte, el bajo precio de las divisas
preferenciales incentivaba su adquisición. En resumen, fue en ese año, donde se abrió
paso a la revisión de los precios controlados, el esperado ajuste del tipo de cambio oficial,
el disparatado gasto público, la expansión monetaria y otras cuantas más circunstancias
que fueron existentes y llegaron con certeza de que la inflación rebrotaría a partir de 2013,
como de hecho sucedió.

La escasez creciente de divisas preferenciales ha contribuido a fijar los precios en


función de los costos esperados de reproducción, aun cuando un productor utilice
materias primas que importó con dólares subsidiados, no puede establecer su precio
basado en ese costo; pues no sabe si al momento de reponer sus insumos, obtendrá
dólares baratos o a un tipo de cambio mucho mayor, por lo que debe aumentar sus
precios hoy, para mañana disponer de bolívares suficientes para comprar divisas más
elevadas. Igual sucede con el comerciante de productos extranjeros que, aun cuando los
haya importado con dólares preferenciales, aumenta sus precios debido a la expectativa
de devaluación existente. Esa práctica difícilmente podrá ser evitada con la imposición de
controles de precios o prohibiciones legales, esto es lo que actualmente sucede en
Venezuela con monedas extranjeras como el dólar y el peso.

Se afirma que a partir del mes de noviembre de 2019, la economía venezolana se


ha visto totalmente dolarizada, se estima que en promedio, el 54% de las operaciones de
compra-venta se realizan en dólares. Utilizando como referente a Ecoanalítica; una
encuestadora nacional, hace constar que más de 4 millones de venezolanos radicados en
países del exterior envían remesas a sus parientes, para sostener la economía familiar, el
mismo estudio confirma que, Maracaibo siendo la segunda ciudad más grande de
Venezuela, está realizando en un 86% sus transacciones en moneda extranjera, lo que ha
marcado una brecha entre los que están trabajando por bolívares y los que reciben
dólares de las remesas.
Es importante recalcar que atraído consigo infinidad de problemas; realizar dichas
políticas que solo han causado incrementos en el dinero base y la oferta monetaria, con
su consecuente efecto inflacionario, el estímulo de la demanda no ha sido acompañado
por aumentos equivalentes de la oferta de bienes y servicios. Las limitaciones de oferta
interna han sido ocasionadas por diversos factores. Uno es el efecto negativo de una
serie de acciones gubernamentales y políticas públicas que ha sido señalado como el
culpable de la escasez de productos por el acaparamiento de mercancías, acciones
especulativas contra los consumidores, maltrato a los trabajadores y muchas otras
prácticas indebidas.

Estas acusaciones, han sido las excusas para justificar una serie de
penalizaciones y castigos, tales como confiscaciones, cierres forzosos de actividades,
expropiaciones o expoliaciones, así como restricciones de todo tipo, entre los que se
destacan los controles de precios que en muchos casos condenan a productores,
importadores y comerciantes a trabajar a pérdida, al fijarlos sin tomar en consideración la
evolución de los costos de producción y distribución de las empresas.

Conscientemente se menciona a los principales causantes de la hiperinflación en


Venezuela, siendo una de las tantas veces que no hacen uso productivo de dicho
mandato en el que se encuentran; la izquierda como partido político siempre tendrá que
ver con la intervención en la política monetaria y el Banco Central de Venezuela (BCV),
principalmente a través de la inyección de dinero inorgánico en la economía.
Adicionalmente, el déficit fiscal de la República es financiado por el BCV, lo cual genera
un proceso conocido como la monetización del déficit. El exagerado crecimiento de la
deuda externa sin control entre los años 2007 y 2012 que dejó sin respiro al país al
quintuplicarse la acumulación de juicios a causa de las expropiaciones en esa época que
comenzaron a deteriorar la economía a partir del año. Por otro lado, debido a la crisis
económica que azota al país desde 2013, el gobierno ha reducido dramáticamente las
importaciones de materia prima para la industria y aumentado la importación de productos
terminados y de alimentos envasados, lo cual ha generado una reducción de la oferta de
bienes producidos en el país.

En marzo de 2020 nuevamente surge la inflación, en este caso se debe al virus


denominado Coronavirus o Covid-19, que no afecta solo a Venezuela sino a nivel
mundial, provocando desempleo y convirtiendo este fenómeno en algo natural y cotidiano.

No está de más, hacer hincapié de la emigración que abarca Venezuela, aunque


siempre ha existido de una forma moderada. Es a partir de 2015 que se incrementa la
salida del país de casi un 30% de la población, todo es debido a la inflación de su
economía, y que vino y se mantiene un aumento sumamente elevado desde que el país
entró a la hiperinflación. Según la OEA, ha sido catalogado exageradamente pero cierta,
como una de las emigraciones más grandes de la historia del hemisferio. Según la
Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) el deterioro de la situación política,
económica y de derechos humanos en Venezuela continúa, por lo que el apoyo
internacional se hace necesario. Un último informe describe que van 4.8 millones de
venezolanos registrados entre refugiados y migrantes.
Notoriamente, el desempleo se ha ido incrementando en los años de
hiperinflación. En octubre de 2019 la tasa de desempleo llega al 35%. Para finales de año
se estimó que aumentará hasta el 40%, y además que un 60% de la población
económicamente activa pertenezcan al sector informal, lo que influye en el bajo salario,
que de alguna forma ha hecho que muchos jóvenes emigren a otros países,
lamentablemente.
Conclusión

La situación país que vive Venezuela, dejará un antes y un después en la vida de


cada habitante, la mala organización, la implantación de nuevas políticas dejan marcas
imborrables, que solo afectan a una población que luchan día a día para abastecer un
hogar. La inflación de Venezuela es ejemplo de cómo NO se debe manejar un país, y que
la economía siempre debe estar en la cima para comprender y actuar ante dichas
circunstancias, teniendo en cuenta que los elementos físicos y mentales en las personas,
juegan un papel fundamental, puesto que se debe estar conscientemente de los cambios,
porque no es nada fácil ir de la mano con la inflación. A veces, o en cada instante, como
ciudadanos tampoco cumplimos nuestros deberes y derechos, exigimos y somos
partidarios de bienes en común que no dejan fruto en presente ni en futuro. Debería surgir
entre nosotros la pregunta de ¿Qué hago como ciudadano para mejorar la economía?
¿Puedo involucrar a las personas de mi entorno en dicha reflexión? ¿Por qué
obligatoriamente se debe tener competencia con mi vecino comerciante? ¿Esto afecta la
economía? Cada una de las interrogantes que surgen, tienen un propósito y es el de
poder mejorar internamente con nosotros mismos para así hacer la diferencia afuera.
Referencias Bibliográficas

Disponible en: http://www.debatesiesa.com/la-inflacion-en-venezuela-sus-causas-y-


correccion/ /consultado 06 de octubre del 2020, 08:30 pm.

Disponible en: http://www.debatesiesa.com/la-inflacion-en-venezuela-sus-causas-y-


correccion/ / consultado 09 de octubre del 2020, 04:30 pm.

Disponible en: https://datosmacro.expansion.com/ipc-paises/venezuela / consultado 10 de


octubre del 2020, 06:30 pm.

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