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Complutum, 9, 1998: 49-60

LA CRONOLOGÍA ABSOLUTA EUROPEA Y EL INICIO DE


LA COLONIZACIÓN FENICIA EN OCCIDENTE
IMPLICACIONES CRONOLÓGICAS EN CHIPRE Y EL PRÓXIMO ORIENTE

Mariano Torres Ortiz

RESUMEN. - El análisis de las dataciones calibradas de carbono 14 obtenidas tanto en los niveles más antiguos
de lasfactorías fenicias como de los poblados orientalizantes de la Península Ibérica sugiere una fecha más an-
tigua de lo que se creía para el inicio de la colonización fenicia en occidente tal y como ya ha sido propuesto
por investigadores como MtE. Aubet, P. Castro, V. Lulí. R. Micó y A. Mederos. No obstante, la cronología pro-
puesta por los mismos puede ser refinada mediante su contrastación con la secuencia dendrocronológica obteni-
da en los yacimientos palafíticos suizos del Bronce Final y sus correlaciones con culturas italianas de la Edad
del Hierro. As4 propongo una fecha alrededor del 825 cal. A.C. para la fundación de las primeras colonias feni-
cias en Occidente.
ABs’rRAcr- The analysis ofthe C14 calibrated dates from the earliest strata of the Phoenician colonies and
Orientalizing villages (Ea rly ¡ron Age) of Southern Iberia suggests an earlier datefor the beginning of the Phoe-
nician colonization in Western Mediterranean ¡han ¡bat assumed such as it has been already proposed by scho-
lars such as M”.E. Aubet, P. Castro, V. Lulí, R. Micó and A. Mederos. However, the chronological framework
proposed by them can be improved through its testing with ¡he dendrochronological sequencefrom the Swiss La-
te Brome Age palaphyitic sites and 11w relations to the Italian cultures of the ¡ron Age. So, ¡ propose a date circa
825 cal. B.C. for ¡he foundation of¡he flrst Phoenician colonies in the West
PALABRAS CLAVE: Cronología absoluta, Colonizaciónfenicia, Mediterráneo occidental, Chipre, Próximo Orien-
te Antiguo.
KEY Woíws: Absolute chronology, Phoenician colonization, Western Mediterranean, Cyprus, Ancient Near
East.

1. INTRODUCCIÓN En el caso español, servida para aclarar la si-


tuación en uno de los más actuales problemas de
La fecha del inicio de la colonización fenicia nuestra Protohistoria como es la existencia del hiatus
en Occidente es uno de los temas más polémicos de la poblacional que algunos investigadores (Belén y Es-
Protohistoria y la Historia Antigua de la Península Ibé- cacena 1992; 1995) proponen para la baja Andalucía
rica debido a las diferentes metodologías usadas por en el tránsito del segundo al primer milenio A.C.
ambas disciplinas, siendo aún hoy motivo de encendi- En el caso del Próximo Oriente, servida para
das discusiones entre especialistas de ambos campos. matizar algunas de las hipótesis sobre la organización
Si en un principio la batalla se planteaba en del comercio fenicio en la zona como respuesta a las
el campo del más puro positivismo, del interés del da- cambiantes condiciones socio-políticas existentes en
to por el dato, el panorama ha cambiado en ¡a actuali- la zona debidas a la expansión asiria y que han sido
dad y el conocimiento de la fecha de las primeras fun- analizadas por diversos investigadores (Frankenstein
daciones fenicias en Occidente es de gran importancia 1979; Bono 1988).
a la hora de resolver problemas que afectan tanto a la Presentando los términos básicos de la discu-
Protohistoria española como a la propia historia del sión la Historia Antigua se ha Venido basando tradi-
Próximo Oriente en general. cionalmente en el uso de las fuentes escritas de la An-

Departamento de Prehistoria. Facultad de Geografía e Historia. Universidad Complutense. Ciudad Universitaria sin. 28040
Madrid, Tel/Fax: 00-34-1-3946008, E-Mail: toaes@idecnet.com
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tigíledad clásica como principal fuente de información tro de la zona de desastre del radiocarbono entre 800-
acerca de esta cuestión. Por ello han Venido defen- 400 cal. A.C. (Baillie y Pilcher 1983), el denominado
diendo una presencia muy antigua de los fenicios en “efecto plareau”, con lo que su uso es doblemente
la PenínsulaIbérica, finales del segundo milenio A.C. problemático. Sólo utilizándolas con otros datos,
(las fechas se citan según las convenciones fijadas por como he señalado, podemos sacar buen partido de
Castro, Lulí y Micó 1996: 6, nota 2) a partir del relato ellas.
de Veleyo Patérculo (1-Iist. Rom. 1,2,1-3) sobre la fun-
dación de Gadir, hecho que sitúa 80 aiíos después de la
guerra de Troya (circa 1104 A.C.). Este dato encaja 2. FECHAS RADIOMÉTRICAS
además con otras fechas antiguas de colonias fenicias
occidentales como Utica, circa 1 lOt A.C. (Plinio, Nat. 2.1. Los asentamientos fenicios
Hin XVI,216; De mirabilis auscultationibus 134) y
Lixus, donde se menciona la existencia de un templo Almagro-Gorbea (1977: 541-543) ya trató el
de Hércules más antiguo que el de Cádiz (Plinio, Nat. tema de la calibración de las fechas de carbono 14 de
Hist. XIX,63). las colonias fenicias en aquel momento disponibles:
Sin embargo, las excavaciones de diversos Toscanos y la necrópolis de Jardín. Este investigador
asentamientos fenicios en la Península Ibérica no pro- señaló que la calibración de las dataciones radiocar-
porcionaron datos que permitieran llevar los comien- bónicas de Toscanos según la cronología histórica
zos de la colonización más allá del 770-760 arq. A.C. egipcia era aceptable, pero un poco alta según la cali-
a partir de las asociaciones del material fenicio de bración MASCA, considerando las fechas convencio-
Toscanos IV y la necrópolis de Laurita con kotylai del nales de radiocarbono excesivamente bajas (ibidem:
Protocorintio Antiguo y Medio (Shefton 1982: 338- 542-543, fig. 203). No obstante, no se cuestiona la ne-
339, nota 2), que llevan a fechar por extrapolación los cesidad de elevar la fecha de fundación de las colo-
niveles más antiguo del propio Toscanos y los de Cho- nias fenicias de la costa malagueña y sigue confiando
rreras y Mono de Mezquitilla en el segundo y tercer en la cronología arqueológica tradicional.
cuartos del siglo VIII arq. A.C. Posteriormente, Schubart (1982: 81-82) tam-
Pero el uso de las fechas calibradas de carbo- bién ofrece la calibración de una de las fechas obteni-
no 14 hace emerger un marco cronológico que sitúa la das por él en el nivel más antiguo de Morro de Mez-
colonización fenicia varias decenas de años antes de quitilla (B-?), señalando que la calibración directa de
lo que se creía a partir de las fechas aceptadas para la la misma era 810 cal. A.C. aunque no especifica que
cerámica geométrica griega. En este sentido, Aubet tabla de calibración utilizó para calcular esta fecha.
(1994), Castro, Lulí y Mico (1996) y Mederos (1997) Sin embargo, la mención de la fecha calibrada parece
proponen una cronología anterior en más de un siglo responder a que la datación radiocarbónica conven-
a la actualmente admitida. cional no se ajustaba al resultado arqueológico y se
No obstante, la cronología utilizada por estos buscaba una correspondencia entre ambos tipos de
autores me parece excesivamente elevada por utilizar evidencia.
siempre las fechas de carbono 14 más altas (vid. in- No obstante, los primeros investigadores en
fra), con los problemas que ello comporta, así como usar fechas de carbono 14 calibradas para cuestionar
por razones de coherencia histórica y de comparación la cronología arqueológica tradicional de las primeras
con la secuencia arqueológica de Palestina, donde una colonias fenicias de la Península ibérica han sido Au-
elevación tan radical de la cronología produciría serios bet (1994: 317-323) y Castro (1994:144-145).
problemas al comprimir potentes estratos de ocupación Concretamente, Aubet recopiló todas las da-
en un pequeño intervalo de tiempo. taciones radiocarbónicas obtenidas tanto en las colo-
En este sentido, el uso combinado de la evi- itas fenicias de la costa malagueña: Toscanos, Morro
dencia radiocarbónica calibrada, de la secuencia den- de Mezquitilla; como de los poblados orientalizantes
drocronológica de los lagos suizos, la cronología usada coetáneos a las mismas: Ronda la Vieja-Acinipo, Ce-
en Israel e, incluso, las fuentes escritas, hace surgir un rro de la Mora, Setefilla, Medellín, etc. Así, a partir
marco cronológico que considero coherente para el de la calibración de la fecha B-4 178 sugirió la posibi-
inicio de la colonización fenicia en Occidente. lidad de que la factoría de Morro de Mezquitilla hu-
Por último, quiero señalar que el uso de fe- hiera sido fundado con un coeficiente de probabilidad
chas de carbono 14 no está exento de problemas, ya del 93% entre el 894 y el 835 cal. A.C., lo que impli-
que la calibración de estas proporcionan amplios in- caba elevar alrededor de un siglo la fecha derivada de
tervalos temporales, por lo que han de ser usadas con la evidencia arqueológica (Aubet 1994: 321, 323).
cautela y combinadas con otro tipo de evidencias Al mismo tiempo, esta fecha fue utilizada
como las señaladas en el párrafo anterior. Igualmente, por Castro (1994: 144) para fijar el inicio de la colo-
muchas de las dataciones caen en las cercanías o den- nización fenicia en la Península Ibérica circa 900 cal.
A.C. en un trabajo en que este investigador planteaba Castro, Lulí y Micó (1996: 194) como por Mederos
una propuesta de cronología absoluta para la necrópo- (1997: 85 tabla 16) para fijar la cronología absoluta
lis de Campos de Urnas de El Molar (ibidem: 130- de las primeras importaciones fenicias procedentes de
148). Posteriormente, en una reciente síntesis de todas la costa hacia el 900 en consonancia con las fechas
las dataciones radiométricas de la Península Ibérica más altas de Morro de Mezguitilla y el Cerro de la
realizada por el propio Castro, Lulí y Micó (1996: Mora. La calibración directa de esta fecha proporcio-
193-195), también ha sido usada en este sentido. na una fecha de 910 cal. A.C. y un intervalo a dos sig-
Esta datación se obtuvo a partir de una mues- mas de 1160-790 cal. A.C.
tra de carbón vegetal procedente del estrato fenicio Esta es la única fecha realmente consistente
más antiguo que en la campaña de 1982 se corres- para suponer que el comienzo de la colonización feni-
ponde con el estrato de nivelación A/Hl (Schubart cia puede ser fechado en el tránsito de los siglos X-IX
1985: 167-168 fig. 15), sobre el que se construyen las cal. A.C., ya que es completamente coherente con las
primeras estructuras domésticas e industriales docu- dataciones más bajas (1-?: 2650+100 b.p., 1-?: 2640+
mentadas en el Morro de Mezquitilla (nivel Bla de 180 b.p., 810 cal. A.C.) ofrecidas por el nivel superior
1982). y que se enmarcan en el rango de las fechas bajas de
Sin embargo, existe una segunda datación ra- Morro y Cerro de la Mora. Sin embargo, la evidencia
diocarbónica (B-?: 2640±30bp.) que fecha el mismo combinada de todas las demás fechas me hacen dejar-
contexto arqueológico, nivel fenicio más antiguo, y la en reserva por el momento.
que debió obtenerse a partir de una muestra proceden- No obstante, hay que señalar que todas las fe-
te de las excavaciones llevadas a cabo en 1976 (Schu- chas tienen una alta desviación estándar (entre 90 y
bart 1982: 81-82). Esta datación, mucho más valiosa 180 años de radiocarbono) que diftculta enormemente
debido a su baja desviación standard, ofrece una cali- su uso para determinar la cronología absoluta de las
bración directa de 805 cal. A.C. y un intervalo a dos primeras importaciones fenicias en la serranía de Ronda.
sigmas de 836-785 cal. A.C. (vid, apéndice).
21.2. El Cerro de la Mora
2,2, Los poblados orientalizantes Este interesante yacimiento ha sido objeto de
excavación durante los últimos años por un equipo de
Asumiendo que las primeras importaciones la Universidad de Granada dirigido por J. Carrasco,
fenicias llegaron a los poblados indígenas de la Pri- obteniendo una interesantísima secuencia cultural que
mera Edad del Hierro al mismo tiempo o poco después abarca desde el Bronce argárico hasta la época impe-
de las fundaciones de los primeros asentamientos fe- rial romana (Carrasco, Pastor y Pachón 1981: 308).
nicios en el sur de la Península Ibérica, las dataciones Igualmente, se ha efectuado un total de 10 dataciones
radiocarbónicas de los niveles que presentan estas pri- radiocarbónicas procedentes de contextos pertenecíen-
meras importaciones servirían también para fijar la tes al Bronce Argárico, Bronce Tardío, Final y Prime-
cronología absoluta del inicio de la colonización feni- ra Edad del Hierro (Período Orientalizante), lo que
cia en el Mediterráneo occidental. constituye hasta la fecha una de las series más exten-
Así, las fechas radiocarbónicas obtenidas en sas obtenidas en la Península Ibérica.
Ronda la Vieja-Acinipo (Ronda, Málaga), el cerro de la Concretamente, tres son las fechas pertene-
Mora (Moraleda de Zafayona. Granada) y en el Con- cientes al período que nos ocupa: UGRA-235 (2740+
vento de las Franciscanas Concepcionistas (Vejer de 90 b.p.), UGRA-231 (2670±100b.p.) y UGRA-232
la Frontera, Cádiz), procedentes de estratos que pueden (2670±90b.p.), que al parecer proceden de contextos
ponerse en relación con los más antiguos niveles de los con presencia de cerámicas fenicias (Castro, Lulí y
poblados fenicios documentados, son especialmente Micó 1996:191). Todas las fechas se contextualizan en
interesantes a la hora de dirimir esta cuestión. las fases Ib-II (Aubet 1994: 318-319), lo que no deja
de ser problemático ya que la fase Ib se corresponde
2.2.1. Ronda la Vieja-A cinipo con el Bronce Final local y, en su momento, final, em-
En este poblado se han obtenido tres fechas piezan a documentarse las primeras cerámicas fenicias
radiocarbónicas (Aguayo et alii 1991: 311; Carrilero (Castro, Lulí y Micó 1996: 191); mientras que la fase
1992: 136, vid, apéndice): una de ellas procedente de II correspondería ya a un momento inmediatamente
un fondo de cabaña de planta circular en el que ya se posterior a los inicios de la Edad del Hierro.
ha documentado la presencia de importaciones feni- De nuevo, al igual que en Mono de Mezquiti-
cias, y dos más de una casa de planta rectangular com- lía, la fecha más elevada (UGRA-235: 2740+90 b.p.)
puesta por varias habitaciones e igualmente con pre- ha sido la utilizada para fechar el inicio de la coloni-
sencia de cerámica importada. zación fenicia (Mederos 1997: 85, tabla 16). Esta data-
La fecha asociada a las cabañas circulares (1- cíón ofrece calibraciones directas de 890, 880 y 850
?: 2770+90 b.p., vid, apéndice) ha sido usada tanto por cal. B.C. y un intervalo a dos a de 1160-760 cal. A.C.
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Las dos fechas más bajas (UGRA-23 1: 2670+ este contexto, arrojando un intervalo de máxima pro-
lOO b.p., UGRA-232 2670±90b.p.) han sido de nuevo babilidad a dos a (93%) en la segunda mitad del siglo
desechadas a pesar de proceder del mismo contexto IX A.C., concretamente entre 858 y 796 cal A.C.
estratigráfico y arqueológico. Estas fechas ofrecen, al Por otra parte, en la cabaña VI, se halló un
igual que las fechas más bajas de Acinipo, una cali- conjunto cerámico que tipológicamente se encuadra en
bración directa de 810 cal. A.C. (vid, apéndice para los las fases Lacial LIB y III y sería posterior al documen-
intervalos a 1 y 2 a), aunque es necesario señalar que tado en la cabaña II. Algunos tratamientos de las su-
todas las fechas del Cerro de la Mora poseen una des- perficies de las cerámicas sugieren una fecha arqueo-
viación standard de 90-100 años de radiocarbono, por lógica enmarcada en la segunda mitad del siglo VIII
lo que, al igual que en el caso de Ronda la Vieja-Acini- arq. A.C. (Olde Dubbelink y Van der Plicht 1990: 234).
po, hace necesario usarlas con prudencia. Sin embargo, las dataciones radiocarbónicas
también sugieren que la cronología de este contexto es
2.2.3. Convento de las Franciscanas más alta que lo que sostiene la cronología arqueológi-
Concepcionistas (Vejer de la Frontera, Cádiz) ca actualmente aceptada. Concretamente, tres de las
De la estructura 4 de la excavación llevada a fechas (OrN 16466, OrN 16467 y OrN 16469; vid.
cabo en la Iglesia del convento de esta orden religiosa apéndice) del estrato más profundo de esta cabaña, el
se obtuvo una datación de carbono 14 realizada sobre H, se enmarcan entre la segunda mitad del siglo lix cal.
una muestra de hueso asociada a materiales arqueoló- A.C. y la primera mitad del VIII, no en la segunda mi-
gicos que normalmente se vienen fechando en la se- tad del mismo como señala la evidencia cerámica. En
gúnda mitad del siglo VIII arq. A.C. (Giles et alii todo caso, las fechas de Cl 4 son anteriores casi con to-
1993-94: 4748, lám 1:3,6,8,10-II), entre ellos un pla- da seguridad a la fecha de 770 arq. A.C. que se acep-
to de barniz rojo que presenta una anchura de borde de ta actualmente para el comienzo de la fase Lacial III.
16 mm (ibidein: lám. 1:3) con paralelos en los niveles Así, el radiocarbono parece sugerir una fecha
más antiguos de factorías fenicias de la costa malague- en tomo a finales del siglo IX A.C. para el tránsito
ña como Chorreras y el Morro de Mezquitilla. entre el período Lacial lIB y el III, un hecho que pare-
La fecha (UBAR-347: 2690±50b.p.) ofrece ce verse confinnado con las dataciones dendrocrono-
una calibración directa de 822 cal. A.C. y un intervalo lógicas obtenidas en Suiza.
a dos sigmas de 922-793 cal. A.C. y un intervalo de
máxima probabilidad a un sigma (77%) entre 855-804
cal. A.C., lo que fecharía el estrato en la segunda mitad 3. LA SECUENCIA
del siglo IX cal. A.C. DENDROCRONOLÓGICA SUIZA:
En este sentido, esta fecha parece apuntar CRONOLOGÍAS CRUZADAS CON
también a finales del siglo IX cal. A.C., tanto en su ITALIA Y LAS COLONIAS
calibración directa como en su intervalo de mayor pro- FENICIAS DE OCCIDENTE
babilidad, como el momento en que las primeras co-
lonias fenicias se instalaron en la costa meridional de Sin duda, uno de los mayores avances en los
la Península Ibérica. últimos años a la hora de establecer la cronología ab-
soluta de un contexto arqueológico es la aplicación de
23. Borgo Le Ferriere-Satricum y la la dendrocronología. Sin embargo, a causa de la natu-
cronología calibrada de la Edad del raleza orgánica de la madera, es difícil que la misma
Hierro en el Lacio se preserve normalmente en el registro arqueológico,
ocurriendo esto sólo bajo ciertas condiciones,
Las excavaciones efectuadas en este intere- Un lugar donde ello ocurre es en los yaci-
santísimo yacimiento en la década de los ochenta ex- mientos palafíticos suizos, en los que se han obtenido
humaron los restos de varias cabañas datadas en la varias secuencias que han servido para fechar de una
Edad del Hierro Lacial. En dos de ellas se realizaron manera muy ajustada varias fases de la cultura de
dataciones radiocarbónicas que son de la máxima uti- Hallstatt (Ruoff y Rychner 1986; Sperber 1987; Rych-
lidad a la hora de discutir la cronología absoluta de la ner 1988; Rychner, Bóhringer y Gassmann 1996).
Edad del Hierro en esta región (Olde Dubbelink y Van Estas secuencias dendrocronológicas han sido
der Plicht 1990). a su vez correlacionadas con las culturas del hierro de
Concretamente, del hogar del estrato inferior la Península Itálica por varios investigadores italianos
de la misma, para el que se ha propuesto una cronolo- (Bettelli 1994; Peroni 1994; Pacciarelli 1996) y ha
gía arqueológica entre 800-750 arq. A.C., se ha obte- permitido elevar las cronologías de las diferentes fases
nido una datación radiocarbónica (GrN- 11669, 2670± que la integran. De estas sincronías, podemos servir-
30 b.p.) que analizamos a continuación. La fecha ra- nos a su vez para intentar determinar una fecha abso-
diocarbónica sugiere una cronología más antigua para luta basada en la dendrocronología para el inicio de la
colonización fenicia en el Mediterráneo centro-occi- con toda probablilidad del rey de Tiro Balezoros men-
dental. cionado por Menandro de Éfeso y Flavio Josefo en
En este sentido, el principal elemento de cul- Contra Apionem 1,124 (Peñuela 1953: 228-230).
tura material que proporciona la posibilidad de obtener El año 18 de Salmanasar III está bien fijado
una cronología crozada son las navajas de tipo Benac- en el 841 A.C. y sabemos por Flavio Josefo (Contra
ci, que se documentan en el horizonte de Móringen en Apionem 1,124-125) que Balezoros (Ba’almanzer) rei-
los lagos suizos y que en Italia se incluyen dentro de nó 6 años, su sucesor Mettenos (Mallan) 9 años y
la fase Bologna líA, cuya fase más reciente es coetá- posteriormente reinó Pygmalion 47 años. Si los datos
nea al período Lacial BIA. A su vez, en este último que nos proporciona flavio Josefo son correctos se
período se documentan el mismo tipo de importacio- extraen las siguientes conclusiones cronológicas:
nes de cerámica geométrica griega que en los niveles 1. Si el 841 A.C. fue el primer año del reinado
más arcaicos de Cartago o Sant’ Imbenia, por lo que se de Ba’almanzer, 836 A.C. fue el último. Mettenos
puede extrapolar la fecha de esta fase de los Campos reinaría de 836 a 828 A.C. y Pygmalion de 828 a
de Urnas suizos para los mismos. 782 A.C. El año 7 de Pygmalion se corresponde-
Dado que el horizonte Móringen se fecha con ría con el 822 A.C.
seguridad en la segunda mitad del siglo IX A.C, ya 2. Si, por el contrario, el 841 A.C. fue el último
que para el horizonte anterior, Auvernier Nord, dispo- año del reinado de Ba’almanzer, Mettenos go-
nemos de una serie de fechas dendrocronológicas en- bernaría entre 841 y 833 A.C., mientras que Pyg-
tre 878-850 A.C. (Rychner, Bóhringer y Gassmann mahón lo haría entre 833 y 787 A.C. El año 7 de
¡996: 311-312) y para uno posterior, el denominado este rey seria el 827 A.C.
por Pare (1996: 103) Early Hallstatt C otra de 778+5 Ello nos proporciona un marco temporal en-
A.C. procedente del túmulo 8 de Wehringen “Hexen- tre 827-822 A.C. para la fundación de Cartago. Para
bergle”, Pacciarelli (1996: 186 fig. 1) fecha el comien- ello asumo que los reyes de Tiro contaban como año
zo del periodo Lacial III circa 810 A.C. 1 de su reinado el último de su predecesor, es decir, el
Por tanto, se puede proponer con bastante se- año 6 de Ba’almanzer es también el año 1 de Melle-
guridad una fecha en torno al 825-800 A.C. para el nos, etc. Si ello no fuera así y se contara como año 1
inicio de la colonización fenicia en el Mediterráneo del rey el primero que reinara completo, la fundación
occidental, lo cual viene a coincidir con las fechas de Cartago se situaría entre 825-820 A.C. En todo ca-
históricas barajadas por los autores clásicos para la so, el marco temporal se situaría entre 827-820 A.C.,
fundación de Cartago. algunos años anterior a la fecha tradicional de Timeo.
Por su parte, Peñuela (1954: 32), con el fin
de acomodar la evidencia proporcionada por la ms-
4. CRONOLOGÍA ABSOLUTA Y cnpción asiria y la fecha de Timeo, propuso que Eh-
FUENTES ESCRITAS ssa huyó de Tiro entre el 825 y el 820 A.C., pero que
no fundó Cartago hasta el 814 A.C.
Las dataciones radiocarbónicas de los dife- Así, observamos una coincidencia entre los
rentes yacimientos fenicios y orientalizantes de la Pe- datos que nos proporcionan las fuentes escritas y las
nínsula Ibérica y la cronología absoluta que se des- dataciones absolutas de carbono 14 y dendrocronolo-
prende de la secuencia dendrocronológica suiza vienen gía. Como consecuencia, una sombra de duda viene a
a coincidir perfectamente con la fecha histórica que extenderse sobre la datación de las diferentes fases
recogen diferentes fuentes acerca de la fundación de del Geométrico griego, sobre la que se ha venido sos-
Cartago en el último cuarto del siglo IX A.C. teniendo hasta el momento el marco cronológico de la
En este sentido, conviene recordar la afirma- cerámica fenicia (Alvar y Wagner 1985: 82) y que ha
ción de flavio Josefo (Contra Apionem 1,125) de que tenido como consecuencia que durante muchos años,
Cartago fue fundada en el año séptimo del reinado de principalmente entre aquellos que nos dedicamos a la
Pygmalión por su hermana Elissa, que había huido de Arqueología, se haya creído que datos arqueológicos
Tiro. Normalmente, se ha situado el año 7 de Pygma- y fuentes escritas no nos estaban describiendo un mis-
lion en el 814 A.C. siguiendo la afirmación de Timeo, mo proceso histórico.
recogida por Dionisio de Halicarnaso (Ant. Rom. 1,74, En este sentido, la coincidencia de la cultura
1), de que Cartago fue fundada treinta y ocho años material entre los niveles más arcaicos de Cartago res-
antes de la celebración de la Primera Olimpiada. pecto a las fundaciones fenicias más antiguas de la
Sin embargo, la evidencia proporcionada por Península Ibérica como Castillo de Doña Blanca-Ga-
la inscripción asida IM 55644 permite plantear la po- dir, Chorreras y el Morro de Mezquitilla, permiten fi-
sibilidad de una fecha ligeramente anterior a través jar con cierta seguridad el comienzo del fenómeno co-
del sincronismo entre el año 18 de Salmanasar III con lonial fenicio en el Mediterráneo occidental en el últi-
el gobierno del rey de Tiro Ha’almanzer. Este se trata mo cuarto del siglo IX A.C. y no entre 770-760 arq.
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A.C., tal y como se ha venido suponiendo a partir de Antiguo y Medio del Ática (900-750 arq. A.C.). Igual-
la cronología atribuida a la cerámica geométrica grie- mente, tampoco hay que olvidar los dos skyphoi docu-
ga y la fecha atribuida en base a la misma a los estra- mentados en el asentamiento nurágico de Sant’Imbe-
tos 111-II de Tiro (Bikai 1978: 67-68), coetáneos a la nia asociados a cerámica fenicia del horizonte funda-
misma (Aubet 1994: 263). cional de las colonias occidentales. Uno de ellos pre-
sentaba decoración de semicírculos colgantes (Bafico,
D’Oriano y Lo Schiavo 1995: 88, 93, fig. 2), mientras
5. LA CRONOLOGÍA ABSOLUTA DE el segundo mostraba la típica decoración & chevron
LAS COLONIAS FENICIAS DE propia del MG II (Lo Schiavo y D’Oriano 1990: 137
OCCIDENTE Y SUS fig. 14:3, 139-140 fig. 15:2; Bafico, D’Oriano y Lo
IMPLICACIONES EN TIRO, CHIPRE Schiavo 1995: 88).
Y LA CRONOLOGÍA BÍBLICA Igualmente, conviene poner en cuarentena el
valor de la fecha de finales del siglo VIII A.C. pro-
5.1. Tiro puesta para una urna egipcia de alabastro hallada en
el estrato III (Bikai 1978: pl. 13) y que ha sido utiliza-
Sin lugar a dudas, el primer yacimiento que da en defensa de su cronología baja por parte de James
se ve afectado por la elevación de la cronología de las (1993: ¡19, 336-337, nota 41). La urna presenta una
colonias fenicio-occidentales es Tiro. La estratigrafía inscripción jeroglífica en la que se lee que perteneció
llevada a cabo por Bikai (1978) ha servido durante los al sacerdore egipcio Pasheri. Uno de los títulos que
últimos 20 años como la vara de medir de la cronolo- ostenta este personaje parece ser que es más frecuente
gía de las colonias occidentales, ya que los materiales a finales de la dinastía XXV (747-656 A.C.) y durante
excavados en los estratos V-ll, especialmente los de toda la XXVI (664-525 A.C.) según señala de Meule-
los niveles 111-II, fechados por Bikai (1978: 68) entre naere (cit. en Ward 1978: 83). No obstante, existen
740 y 700 arq. A.C., muestran claros paralelos en los ejemplos anteriores y varias de las formulas y títulos
niveles fundacionales de las mismas (Aubet 1994: presentes en la inscripción aparecen con posterioridad
263). a la dinastía XX y alcanzan el período tolemaico (ibi-
La fecha de finales del siglo VIII parece ajus- dem).
tada para el estrato II, ya que en el mismo se documen- Así, el estrato III se nos muestra como el coe-
tó una kotyle eubea, tal vez un original corintio, que táneo a la colonización fenicia en occidente tanto en
muestra un doble hacha propio del Protocorintio Anti- lo que se refiere a importaciones griegas como a los
guo y fechable entre 720-690 A,C. (Bikai 1978: pl. II materiales propiamente fenicios, ya que en el mismo
a:24; Coldstream y Bikai 1988: 41, pl. 13:197). No se documenta por primera vez el jarro de boca de seta
obstante, del mismo nivel procede también un plato (Bikai 1978: pl. 5:14-17 y 19-23), uno de los fósiles
eubeo con decoración de semicírculos colgantes (Bikai directores de la colonización, mientras que en el IV se
1978: pl. 1 la:20) similar a los hallados en los estratos documenta la variante que muestra borde corto de sec-
IX y X-í (ibidem: pl. 22a:5-6, 24:5) al que teórica- ción cuadrada (Bikai 1978: pl. 14:2-5), forma tipológi-
mente corresponde una datación anterior y que, pro- camente anterior y que no se documenta en las colo-
bablemente, deba considerarse intrusivo en este nivel. itas occidentales.
En el estrato III se documentó un fragmento La aplicación de la cronología absoluta euro-
del pie de una crátera del Geométrico Medio II (MG pea a la estratigrafía de Tiro fecharía el comienzo del
II) (Bikai 1978: pl. 1 la:27; Coldstream y Bikai ¡988: estrato III en el último cuarto del siglo IX y primera
41, pl. 12:85) que parece se encontraría en un contex- mitad del VIII A.C., mientras que para el II sigue
to demasiado moderno para el mismo (Coldstream y siendo aceptable una fecha en torno a la segunda mi-
Bikai 1988: 41). Sin embargo, este hecho viene a con- tad del siglo VIII A.C. a partir de la evidencia propor-
firmar lo que ya conocemos en occidente: la existen- cionada por la kotyle eubea.
cia de algunas importaciones del MG II en los prime- Este hecho exigiría la revisión de la cronolo-
ros momentos de la colonización fenicia. En este sen- gía del Chipriota Gemétrico III (CG III), fijada ac-
tido cabe recordar el fragmento de una pyxis del MG tualmente por Karageorghis (1982: 9-10, 128) entre
II hallada en Huelva (Shefton 1982: 343-344, taf. 30: 850-750 arq. A.C., a la que se asocia la fecha de las
a) que, aunque sin contexto estratigráfico preciso, debe ceramicas de la clase Black-on-Red 1(111) (vid. mfra).
corresponder a este momento inicial de la coloniza-
ción definido por el estrato III de Tiro. En la misma 5.2. Samaria
dirección apunta el hallazgo en Cartago del fragmento
de una copa monoansada de producción eubea común Este yacimiento es una de las claves de la
entre el Subprotogeométrico 1 y III de esta isla (Vegas cronología de Palestina ya que, según se desprende de
1992: 357-358, fig. 1:8). equivalentes al Geométrico la evidencia biblica (1 Reyes, XVI,23-24), la ciudad
fue fundada por Omri en el año sexto de su reinado (MG 1), lo que convierte la fecha de cierre de este es-
(ch-ca 880 A.C.). No obstante, la evidencia cerámica trato en el terminas ante quem para el inicio del MG
proporcionada por este yacimiento ha sido objeto de 1. Coldstream (1968: 310) prefirió la cronología baja
discusión por parte de diversos investigadores (Aharo- basándose en la propia dinámica interna de la evolu-
it y Amiran 1958; Wright 1959; Kenyon 1964; Stager ción de la cerámica griega, deduciendo que el MG 1
1990; Whigtman 1990). debió comenzar poco antes del 850 A.C. Ello se debió
El problema principal consistía en qué con- a que aceptó la destrucción de Telí Abu Hawan III,
junto cerámico debía atribuirse a la primera fase cons- donde se había documentado otro fragmento del MG
tructiva del yacimiento. Si el conjunto cerámico II se 1, a finales del siglo IX A.C., fijando una fecha para el
asociaba con la fase constructiva 1 (Kenyon 1964: 148), final de esta fase circa 800 A.C. Sin embargo, la cro-
había que aceptar una cronología baja del estrato VA- nología de Telí Abu Hawan ha sido revisada reciente-
IVB de Megiddo, que ofrecía los mejores paralelos mente (vid. mfra).
para el mismo, con lo que debía fecharse en el siglo De haber aceptado la cronología alta palesti-
IX A.C. y no pertenecería al período salomónico co- na, que parece la más probable según se desprende de
mo se viene manteniendo actualmente. la cronología absoluta europea, el MG 1 habría co-
Sin embargo, el detallado análisis estratigrá- menzado ya en la segunda mitad del siglo X A.&, fe-
fico efectuado por Wright (1959: 18-26) demuestra chando a su vez la cerámica de la clase Black-on-Red
que los conjuntos cerámicos 1 y II fueron encontrados 1(111) documentada en el mismo estrato y el comien-
en contextos de nivelación y rellenos para la erección zo del CG III.
de la fase constructiva 1, mientras que el conjunto ce- Otra evidencia que parece confirmar la fecha
rámico III era el que se documentaba sobre los suelos en el siglo X de Megiddo VA-IVB son las tres data-
de ocupación de esta fase, presentando claros paralelos ciones radiocarbónicas para el estrato VíA obtenidas
con los materiales excavados en el nivel IVA de Me- recientemente a partir de carbón y que proporcionan
11l3-lOOSy 1034-921 caíA.
giddo, fechado en el siglo IX A.C. fechasentre 1113-1017,
Adicionalmente, Samaria es uno de los yaci- C. (Finkelstein 1998: 170), proporcionando un tenn¡-
nus post quen¡ para VA-IVB. Ello situaría casi con
mientos que sirvió a Coldstream para fijar la cronolo-
seguridad el estrato VíA en el siglo XI cal. A.C., lo
gía absoluta de la cerámica geométrica griega, ya que
que a su vez proporciona una datación absoluta a las
se documentaron once fragmentos de la misma durante
cerámicas chipriotas del Chipriota Geométrico 1 (CG
la excavación de este importante asentamiento. De es-
1) halladas en el mismo.
tos, todos menos uno pertenecián al MG II ático
Igualmente, una fecha ante quem para Megi-
(Coldstrean 1968: 304), aunque no se encontraron en
ddo VA-IVB la proporcionan los complejos cerami-
un contexto estratigráfico seguro. Sólo uno de ellos
parece ser que se halló en el nivel V según recordaba cos 1 y II de Samaria, procedentes de rellenos y nive-
laciones sobre los que Omri erigió las primeras cons-
Kenyon en una carta dirigida a Rus (1970: 146).
trucciones de su capital circo 880 A.C. Las similitu-
Sobre esta endeble evidencia, la posible exis-
des entre esta cerámica y la obtenida en Megiddo VA-
tencia de un fragmento del MG II en Samaria V, fe-
IVB, ya señalada por Wright (1959: 20), fechan esta
chado en la primera mitad del siglo VIII A.C. (Colds-
tream 1968: 309) basa la asunción de que este período última en la segunda mitad del siglo X y los comien-
zos del IX A.C.
debe haber finalizado circo 750 A.C. Sin embargo, hay
que recordar la pervivencia de materiales del MG II
en contextos teóricamente más tardíos (vid sup ra). 5.4. Hazor

Posiblemente, este yacimiento ha proporcio-


53. Megiddo
nado la secuencia cerámica más afinada de la Arqueo-
logia palestina durante la Edad del Hierro. Además, la
En este yacimiento, la revisión al alza de la
datación otorgada a sus diferentes estratos ha servido
cronología de los estratos 111-II de Tiro a partir de la
durante los últimos años como base de la cronología
evidencia dendrocronológica europea solucionaría los
palestina alta, a la que no obstante se han opuesto in-
problemas cronológicos que plantea el nivel VA-IVB,
vestigadores como Kenyon (1964), Whightman (1990)
que se cree corresponde con los últimos años del rei-
y Finkelstein (1996).
nado de Salomón (Maisler 1951; Van Beek 1951; Veámos que nos puede decir la cronología
Aharoni y Amiran 1958; Wright 1959; Yadin 1970;
fenicia sobre este yacimiento. Recientemente, Pesen-
Aharoni 1972; Aharoni, Yadin y Shilloh 1993).
co (1996: 165) ha señalado la existencia de nueve ja-
En este nivel VA-IVB se hallaron dos frag- rros de boca de seta, elemento característico del hori-
mentos de skyphoi áticos o de influencia ática clasifi- zonte colonial fenicio, procedentes principalmente de
cados por Coldstream (1968: 303-304) como Geomé-
los estratos VI-V, aunque un ejemplar procede del
trico Antiguo II (EG II), o mejor Geométrico Medio 1
56 MARIANO TORRES ORTIZ

VII. Ello implica que, aplicando la cronología absolu- 1968: 307). No obstante, aunque hallada en el estrato
ta europea, Hazor VI debe haber comenzado a finales III, la copa no posee un contexto estratigráfico seguro,
del siglo IX A.C., lo que viene a coincidir con la fe- señalando el excavador que la misma fue hallada al
cha otorgada por diversos investigadores (Yadin er oeste de la casa 25 (1934: 24), concretamente bajo las
alil 1958: 23; Aharoni y Amiran 1958: 173, 183; fundaciones de estructuras pertenecientes al estrato II
Wright 1959: 17). (Herrera y Balensi 1986: 170 nota 4). Por ello, no
Una segunda correlación se puede establecer puede usarse este fragmento con plenas garantías para
a su vez con la secuencia chipriota, ya que en ¡-¡azor fechar el tránsito entre el MG 1 y el MG II.
VI-V se ha documentado la existencia de cerámica de Igualmente, el skyphos con decoración de se-
la clase Black-on-Red II (IV) (Aharoni y Amiran micírculos colgantes tampoco puede ser utilizado para
1958: 177), característica del Chipriota Arcaico 1 (CA fijar el tránsito entre el Protogeométrico y el Geomé-
1). A su vez, el inicio del CA 1 es coetáneo al del es- trico Antiguo. Durante la revisión de los materiales de
trato III de Tiro, en el que se han documentado abun- las viejas campañas de Hamilton efectuada por Herre-
dantes jarros de boca de seta, con lo que se cierra per- ra y Balensi, se ha podido fijar el contexto preciso de
fectamente el círculo. esta pieza, que apareció asociada a un segundo sky-
Por su parte, las importaciones chipriotas de phos fechable en el tránsito entre el MG II y el LG 1
la clase Black-on-Red 1(111) se documentan desde el en una fosa que cortaba el pavimento de la casa 42
estrato Xb (Yadin etalii 1961: pl. 172:1; Zarzeki-Peleg (Herrera y Balensi 1985: 37, 1986: 170).
1997: 282; Ben-Tor y Ben-Ami 1998: 27 fig. 16, 29). Pero, sin embargo, este segundo skyphos es
Teniendo en cuenta la correlación aceptada entre Ha- muy útil para determinar la fecha del tránsito entre el
zor X y Megiddo Va-IVb (Aharoni y Amiran 1958: MG II y el LG 1, ya que en el estrato III se ha docu-
¡73, 183; Wright 1959: 16; Zarzeki-Peleg 1997: 284 mentado un abundante lote de material fenicio que in-
tabla 5; Ben-Tor y Ben-Ami 1998: 33) y las fechas cluía cerámica de barniz rojo y la denominada cerá-
absolutas existentes para Megiddo Vía que lo fechan mica de Samaria (Balensi 1985: 69; Herrera y Balensi
en el siglo XI cal. A.C., podemos colegir lógicamente 1985: 37). No obstante, no se ha documentado en el
que los estratos X-VJI de Hazor se datarían entre me- mismo ningún fragmento de jarro de boca de seta, pe-
diados del siglo X y finales del IX A.C. Por elio, es ro si de su precedente con borde corto de sección cua-
bastante verosímil que el estrato X, con su muralla de drada (Herrera y Balensi 1985: 37), lo que indicaría
casamatas y su puerta de seis cámaras, pueda ser data- que Telí Abu Hawan III sería equivalente a Tiro IV y,
do en tiempos de Salomón (1 Reyes, IX,15) según la por tanto, anterior a la expansión colonial fenicia. Ello
interpretación tradicional de la mayoría de los arqueo- implicaría una fecha anterior a circo 825 A.C. para el
logos bíblicos. final del mismo según la cronología que venimos pro-
poniendo.
5,5. TeIl Abu Hawan
5.6. Tel Dor
La importancia de este yacimiento ha sido
fundamental a la hora de fijar la cronología de la cerá- Las excavaciones llevadas a cabo durante los
mica protogeométrica y geométrica griega (Desbo- últimos años en este yacimiento por parte de E. Stem,
rough 1952: 294; Coldstream 1968: 304 y Ss.; James han proporcionado una considerable cantidad de im-
1993: 120). Concretamente, el estrato de referencia pa- portaciones chipriotas que confirman la secuencia re-
ra este asentamiento es el III de las campañas llevadas lativa de las mismas en las estratigrafías palestinas.
a cabo por Hamilton entre 1932 y 1933 (Hamilton Así, fragmentos de al menos ocho vasijas chi-
1933, 1934). pijotas lithite Painted 1 y Bichrome 1 (Gilboa 1989:
Procedentes de este estrato, este investigador 205-211, 1998: 418; Stem 1991: 88) han sido halladas
en el estrato IX de este interesante yacimiento, aunque
publicó dos fragmentos griegos: un skyphos tesalo-ci-
no se ha confirmado aún su asociación con cerámica
cládico con decoración de semicírculos colgantes (Ha-
bícroma filistea del siglo XI A,C., fecha propuesta pa-
milton 1934: 24, pl. 12:96) y una copa barnizada (ibi-
ra este nivel.
dem: 23-24, pl. 13:95). Coldstream (1968: 303) clasifi-
Por otra parte, cerámicas fenicias bícromas e
có el primero como posiblemente perteneciente al EG,
importaciones chipriotas de la clase White Painted se
mientras que el segundo no sería anterior al MG 1.
han documentado en el estrato VIII de Tel Dor, aso-
La copa barnizada llevó a Coldstream (1968:
ciadas a gran cantidad de fragmentos de la clase Black-
321) a fechar la transición entre el MG 1 y el MG II
circo 800 A.C., ya que aceptó la datación del nivel de on-Red, fechándose todo el conjunto entre 1000 y 925
destrucción que sella este estrato propuesta por Mais- A.C., ya que se asocia el final de este nivel con la
campaña de Sheshonq ¡(vid. supra).
ler (1951: 25) en tomo al 815 A.C. en relación con una
campaña del rey de Damasco Hazael (Coldstream Desgraciadamente, no se han publicado aún
las importaciones protogeométricas griegas (Gilboa, dría confirmada tanto por la datación RT-2527 (2920±
com. pers.), del máximo interés a la hora de confirmar 25 b.p.) obtenida en el estrato 5-2 (=Late VI) de Beth
o abandonar las cronologías cruzadas que se vienen Shean, con un intervalo a 1 a de 1127-1040 cal. AC.,
aceptando hasta el momento. y en el que se han documentado importaciones de ce-
rámica del CG 1 (Mazar 1997: 159-160, 165 nota 5),
57. Chipre como por las obtenidas en el estrato VíA de Megiddo
que ha proporcionado importaciones chipriotas de la
Del análisis de los datos que nos proporcionan clase U/hite Painted 1 (vid. supra) y también fechado
las secuencias dendrocronológicas europeas y las es- por C 14 en el siglo XI cal. A.C.
tratigrafías palestinas, se deduce que la cronología
propuesta por Gjerstad en su periodización de la Edad
del Hierro en Chipre es demasiado baja tal y como ya 6. CONCLUSIONES
señalaron Albright, Van Beek (1951) y Birmingham
(1963). El análisis de todos los elementos examinados
Así, las correlaciones de Chipre con la estra- me lleva a las siguientes conclusiones:
tigrafía de Tiro fijaría el tránsito entre el CG III y el
CA 1 en el último cuarto del siglo IX A.C. a partir de 1. La fecha de la fundación de las colonias fenicias en
la evidencia dendrocronológica europea. Tiro 111-II occidente deben ser revisadas al alza. En este sentido,
sería coetáneo del horizonte Kition definido por Bikai propongo una fecha de circa 825 A.C. basándome
(1987: 68-69 table 2) para Chipre y que se correspon- tanto en los datos que nos proporciona el carbono 14
dería en sus inicios con el inicio del CA 1. calibrado como la dendrocronología.
Igualmente, el inicio del CG 111 habría que
situarlo hacia mediados del siglo X A.C. a partir de las 2. Esto viene a confirmar la cronología que las fuentes
dataciones actualmente aceptadas para los estratos clásicas proponen para la fundación de Cartago que,
VA-IVB de Megiddo, X de Hazor y IIIB de Telí Abu arqueológicamente, es coetánea a establecimientos fe-
Hawan, en los que se documenta la cerámica Black- nicios tanto de la Península Ibérica: Castillo de Doña
on-Red 1(111) que, según Gjerstad (1948: 435-436), Blanca-Gadir, Morro de Mezquitilla y Chorreras; co-
empieza a producirse masivamente en este período. mo muy probablemente de Cerdeña: Sant’Antioco
Para el Chipriota Geométrico II (CG II), la (Sulcis).
evidencia cronológica la proporcionan curiosamente la
fíbula de codo y el asador articulado de tipología del 3. Por último, hay que señalar la necesidad de revisar
Bronce Atlántico hallados en la tumba 523 de Ama- la cronología de la cerámica geométrica griega ya que,
thus asociado a cerámicas del CG 1 y del CG II (Kara- si bien sus fases finales se hayan relativamente bien
georghis 1987; Karageorghis y Lo Schiavo 1989). datadas por las fechas proporcionadas por Tucídides
Concretamente, la fíbula de codo cuenta con datacio- para la fundación de las colonias griegas de Sicilia
nes absolutas en el depósito de la Ría de Huelva (Al- (Mons 1996) y diversos sincronismos con material
magro-Gorbea 1977: 524-525) y en San Román de egipcio como el escarabeo de Bocchoris (Coldstream
Hornija (Delibes de Castro 1978: 236-237) que, cali- 1968: 316-317); la transición de sus diversas fases se
bradas, caen en la primera mitad del siglo X A.C. basa en la cronología de algunos yacimientos palesti-
(Ruiz-Gálvez 1995: 79-80; Mederos 1996: 96, tabla nos como Teil Abu Hawan cuyos materiales y crono-
2), lo cual demuestra que el comienzo del CG II debe logía han sido objeto recientemente de una revisión
colocarse circa ¡000 A.C. si no un poco antes. No (Balensi 1985; Herrera y Balensi 1985). En este senti-
obstante, no podemos pronunciarnos sobre si se trata do apunta también la reciente revisión de las fechas
de una corta etapa de transición entre los tipos del CG radiocarbónicas disponibles para el período llevadas a
1 y III como ya propusieron Van Beek (1951: 27) y cabo recientemente por Manning y Wenninger (1992)
Vandenabeele (1971: 17). y que sugieren que tanto el Protogeométrico como el
Por su parte, el CG 1 habría que fecharlo des- EG comenzaron antes de lo que actualmente se viene
de comienzos del siglo XI A.C. como ya sugiriera defendiendo a partir de la serie de 46 dataciones obte-
también Van Beek (1951: 27). Esta cronología ven- nida en el yacimiento de Kastanas (ibidem: 648).
58 MARIANO TORRES ORTIZ

APÉNDICE: FECHAS DE C14 (Calibración efectuada con el programa CALID 3.0)


Morro de Mezquitilla (Málaga). Capanna 11 (focolare interno).
local D.C. 831-803100%
B-4178: 2750±50HP (cal. D.C. 897, 870). 2ocal D.C. 895-8757%
Nivel fenicio más antiguo, lora VIII. Madera. cal D.C. 858-79693%
local B.C. 920-828100% Olde Dubelink y Van der Plicht 1990: 235.
2ocal D.C. 992-95112%
cal D.C. 949-81188% GrN-16471: 2555+65 DI> (cal. D.C. 780).
Schubart 1983: 130. Capanna VI (strato A).
B-?: 2640+30 BP (cal. D.C. 805). local D.C. 800-76027%
Nivel fenicio más antiguo. 7. cal D.C. 680-54073%
local B.C. 817-797100% 2ocal D.C. 820-48093%
2ocal D.C. 836-785100% cal D.C. 4504207%
Olde Oubelink y Van der Plicht 1990: 235.
Schubart 1982: 81-82.
Ronda la Vieja-Acínipo (Málaga). GrN-16472: 2585+65 HP (cal. B.C. 790).
Capanna VI (strato A).
1-?: 2770+90 BP (cal. D.C. 910). local B.C. 820-76045%
Cabaña circular. Carbón. cal D.C. 680-65012%
local D.C. 1000-820100% cal D.C. 640-55043%
2ocal D.C. 1160-790100% 2ocal D.C. 85049099%
Carrilero 1992: 136. cal D.C. 4404201%
Olde Dubelink y Van der Plicht 1990: 235.
1-?: 2650±90HP (cal. D.C. 810).
Habitaciones aglutinates que se superponen a las cabañas GrN-16466: 2620+30 HP (cal. D.C. 801).
redondas y rectangulares. Capanna VI (strato D).
local D.C. 920-76085% local B.C. 811-792100%
cal D.C. 630-59010% 2ocal D.C. 824-775100%
cal B.C. 580-5605% Olde Dubelink y Van der Plicht 1990: 235.
2ocal D.C. 1000-510100%
Carrilero 1992: 136. GrN-16467: 2620+55 DI> (cal. D.C. 801).
1-?: 2640+180 HP (cal. D.C. 810). Capanna VI (strato D).
Habitaciones aglutinates que se superponen a las cabañas local D.C. 840-76090%
redondas y rectangulares. cal D.C. 620-60010%
local D.C. 990-520100% 2ocal D.C. 900-76076%
2ocal D.C. 1260-370100% cal D.C. 680-54024%
Carrilero 1992: 136. Olde Dubelink y Van der Plicht 1990: 235.

Ceno de la Mora. GrN-16468: 2455+30 DI> (cal. D.C. 522).


Capanna VI (strato E).
UGRA-235: 2740±90HP (cal. D.C. 890, 880, 850). local D.C. 756-68441%
Capa 42, fase lb-II. Carbón. cal D.C. 54247437%
local D.C. 980-96011% cal D.C. 46141822%
cal D.C. 940-81089% 2ocal D.C. 762-62742%
2ocal D.C. 1160-760100% cal D.C. 596-5724%
Gónzález, Sánchez y Villafranca 1987: 384. cal D.C. 56740854%
Olde Dubelmk y Van der Plicht 1990: 235.
UGRA-231: 2670+100 BP (cal. D.C. 810).
Tabla 3, fase Ib-II. Carbón. GrN-16468: 2595+35 BP (cal. D.C. 796).
local D.C. 990-9607% Capanna VI (strato D).
cal D.C. 940-76089% local D.C. 807-773100%
cal D.C. 620-6004%
2ocal D.C. 1050-490100% 2ocal D.C. 824-75986%
cal D.C. 675-6622%
Gónzález, Sánchez y Villafranca 1987: 384. cal D.C. 634-55813%
UGRA-232: 2670+90 BP (cal. D.C. 810). Olde Dubelink y Van der Plicht 1990: 235.
Capa 9, fase Ib-II. Carbón.
local D.C. 980-9604% Beth Shean.
cal D.C. 940-76095%
2ocal D.C. 1020-530100% 8T-2527: 2920±25DP (ca]. D.C. 1116).
Gónzález, Sánchez y Villafranca 1987: 384, Area SE, Locus 28817, Estrato S-2. Grano.
local D.C. 1127-1040100%
Vejer de la Frontera (Cádiz). 2ocal D.C. 1198-11775%
(JBAR-347: 2690+50 HP (cal. D.C. 822). cal D.C. 1167-100995%
Estructura 4. Hueso. Mazar 1997: 160, 165 nota 6.
local D.C. 895-87623%
cal D.C. 855-80477% ~T-2325: 2982±38HP (cal. D.C. 1257, 1247, 1207).
2ocal D.C. 922-793100% Area SD, Locus 28817, Estrato 5-2.?.
Giles et alii 1993-94: 46, 48. local D.C. 1260-123124%
cal D.C. 1229-115362%
Borgo Le Ferriere-Satricum. cal D.C.
2ocal 1148-113014%
E.C. 1313-1048100%
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