Está en la página 1de 18

César Vallejo

Ir a la navegaciónIr a la búsqueda
Para otros usos de este término, véase César Vallejo (desambiguación).

César Vallejo

Información personal

Nombre de
César Abraham Vallejo Mendoza
nacimiento

Nacimiento 16 de marzo de 1892


Santiago de Chuco, La Libertad (Perú)

Fallecimiento 15 de abril de 1938


(46 años)
París, Francia

Sepultura Cementerio de Montparnasse 

Nacionalidad Peruana

Afiliaciones Partido Comunista Peruano 


Familia

Cónyuge Georgette Philippart de Vallejo

Educación

Educado en Universidad Nacional de Trujillo


Universidad Nacional Mayor de San Marcos

Información profesional

Ocupación Poeta, ensayista, narrador, periodista y educador

Movimiento Vanguardismo 

Género Poesía 

Obras notables Los heraldos negros (1918), poemario


Trilce (1922), poemario
Escalas (1923), narraciones
Fabla salvaje (1923), novela corta
El Tungsteno (1931), novela
Paco Yunque (1931), cuento
Rusia en 1931 (1931), ensayos
España, aparta de mí este cáliz (1939), poemario
Poemas humanos (1939), poemario

Firma

[editar datos en Wikidata]

César Abraham Vallejo Mendoza (Santiago de Chuco, La Libertad; 16 de


marzo de 1892-París, 15 de abril de 1938) fue un poeta y escritor peruano. Es
considerado uno de los mayores innovadores de la poesía del siglo XX y el
máximo exponente de las letras en su país. 1 Es, en opinión del crítico Thomas
Merton, «el más grande poeta católico desde Dante, y por católico entiendo
universal»2 y según Martin Seymour-Smith, «el más grande poeta del siglo XX
en todos los idiomas».3
Publicó en Lima sus dos primeros poemarios: Los heraldos negros (1918), con
poesías que si bien en el aspecto formal son todavía de filiación modernista,
constituyen a la vez el comienzo de la búsqueda de una diferenciación
expresiva; y Trilce (1922), obra que significa ya la creación de un lenguaje
poético muy personal, coincidiendo con la irrupción del vanguardismo a nivel
mundial. En 1923 dio a la prensa su primera obra narrativa: Escalas, colección
de estampas y relatos, algunos ya vanguardistas. Ese mismo año partió
hacia Europa, para no volver más a su patria. Hasta su muerte residió en París,
con algunas breves estancias en Madrid y en otras ciudades europeas en las
que estuvo de paso. Vivió del periodismo4 complementado con trabajos
de traducción y docencia.
En la última etapa de su vida no publicó libros de poesía, aunque escribió una
serie de poemas que aparecerían póstumamente. Sacó en cambio, libros en
prosa: la novela proletaria o indigenista El tungsteno (Madrid, 1931) y el libro
de crónicas Rusia en 1931 (Madrid, 1931). Por entonces escribió también su
cuento más famoso, Paco Yunque, que saldría a luz años después de su
muerte. Sus poemas póstumos fueron agrupados en dos poemarios: Poemas
humanos y España, aparta de mí este cáliz, publicados en 1939 gracias al
empeño de su viuda, Georgette Vallejo. La poesía reunida en estos últimos
volúmenes es de corte social, con esporádicos temas de posición ideológica y
profundamente humanos. Para muchos críticos, los Poemas
humanos constituyen lo mejor de su producción poética, que lo han hecho
merecedor del calificativo de «poeta universal».

Índice

 1Biografía
o 1.1Primeros años
o 1.2La bohemia de Trujillo
o 1.3El recuerdo de María Rosa
o 1.4Viaje a Lima. Los heraldos negros
o 1.5Prisión en Trujillo.  Trilce
o 1.6Viaje a Europa
o 1.7Muerte en París
 2Obras
o 2.1Poesía
o 2.2Narrativa
o 2.3Teatro
o 2.4Ensayo
o 2.5Traducciones
 3Compilaciones de la obra de Vallejo
o 3.1Obras completas
 4Véase también
 5Referencias
 6Bibliografía
 7Enlaces externos

Biografía[editar]
Primeros años[editar]
César Abraham Vallejo Mendoza nació el 16 de marzo de 1892 en Santiago de
Chuco, pueblo en una zona alta del departamento de La Libertad, en Perú. Hijo
de Francisco de Paula Vallejo Benites y María de los Santos Mendoza
Gurrionero, fue el menor de once hermanos; su apariencia mestiza se debió a
que sus abuelas fueron indígenas y sus abuelos gallegos, uno de ellos fue el
sacerdote mercedario José Rufo Vallejo, quien yace en las catacumbas de la
iglesia del pueblo de Pallasca en Áncash.5 Vallejo era un «hombre muy
moreno, con nariz de boxeador y gomina en el pelo», recordaba César
González Ruano, en una entrevista publicada en el Heraldo de Madrid, el 27 de
enero de 1931.

El joven Vallejo

Sus padres querían dedicarlo al sacerdocio, lo que él en su primera infancia


aceptó de muy buena gana; de ahí que existan tantas referencias bíblicas y
litúrgicas en sus primeros versos. Sus estudios primarios los realizó en el
Centro Escolar N.º 271 del mismo Santiago de Chuco, pero desde abril de
1905 hasta 1909 estudió la secundaria en el Colegio Nacional San Nicolás
de Huamachuco.
En 1910 se matriculó en la Facultad de Letras de la Universidad Nacional de
Trujillo, pero debido a problemas económicos retorna a su pueblo, con el
propósito de trabajar y ahorrar para continuar luego sus estudios. Apoyó a su
padre en las tareas administrativas de gobernador y toma contacto con la
realidad de los mineros de Quiruvilca, cerca de Santiago de Chuco, lo que
recordará más adelante en su novela El tungsteno.
Viajó a Lima en 1911 para matricularse en la Facultad de Medicina de San
Fernando, pero nuevamente abandonó el claustro universitario por razones
económicas o tal vez por desilusionarse de dicha carrera. Consiguió un empleo
de preceptor de los hijos de Domingo Sotil, un rico minero y hacendado
de Acobamba (departamento de Junín), trabajo en el que permaneció durante
siete meses6. Luego regresó a Trujillo, y en 1912 consiguió un modesto empleo
como ayudante de cajero en la hacienda azucarera “Roma”, en el valle
Chicama, donde fue testigo de la cruel explotación de los peones indios.
La bohemia de Trujillo[editar]
Artículo principal: Grupo Norte
La “bohemia trujillana” o Grupo Norte, 1916. Vallejo es el cuarto de los sentados, de izquierda a derecha. Atrás de él, Antenor

Orrego.

En 1913 regresó a Trujillo con el propósito de retomar sus estudios


universitarios en Letras. A fin de costearse sus estudios, trabaja como maestro
en el Centro Escolar de Varones N.º 241, y luego como profesor del primer año
de primaria en el Colegio Nacional de San Juan, donde tuvo como alumno
pequeño a Ciro Alegría, que más tarde se convertiría en un gran novelista. 7 El
22 de septiembre de 1915 se gradúa de bachiller en Letras con su tesis El
romanticismo en la poesía castellana.
En 1916 frecuenta con la juventud intelectual de la época agrupada en
la bohemia trujillana, conocida luego como Grupo Norte, donde figuran Antenor
Orrego, Alcides Spelucín, José Eulogio Garrido, Juan Espejo
Asturrizaga, Macedonio de la Torre y Víctor Raúl Haya de la Torre. Publicó sus
primeros poemas en los diarios y revistas locales (algunas de las cuales son
recogidas por publicaciones de Lima) y se enamora de María Rosa Sandoval,
joven atractiva e inteligente, que fue la musa inspiradora de algunos de sus
poemas de Los heraldos negros.
En 1917 conoce a Mirtho (Zoila Rosa Cuadra), una muchacha de quince años
con quien sostiene un apasionado y corto romance. Al parecer, Vallejo intenta
suicidarse a causa del desengaño pero es convencido por sus amigos para
viajar a Lima con el fin de retomar sus estudios en la Universidad Nacional
Mayor de San Marcos y conseguir su doctorado en Letras y Derecho.
El recuerdo de María Rosa[editar]
El recuerdo de María Rosa Sandoval es la inspiración de su primer libro, “Los
heraldos negros”, y se junta al de la madre del poeta también llamada María en
la imprecación a Dios de su poema “Los dados eternos”: “Tú no tienes Marías
que se van…” Después de más de un año de romance, ella desaparece sin
dejar huella. Se sabrá después que María Rosa viajó a las serranías
de Otuzco para alejarse del poeta a quien no quería entristecer con su
enfermedad mortal: una tuberculosis que terminó con su vida en 1918. La
misteriosa amada que tanta importancia tiene en la poesía de Vallejo dejó un
inédito diario de vida revelado en la novela biográfica Vallejo en los
infiernos de Eduardo González Viaña.
Viaje a Lima. Los heraldos negros[editar]
Monumento a César Vallejo en el exterior de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas de
la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

Se embarca en el vapor Ucayali, y llega a Lima el 30 de diciembre de 1917.


Conoce a lo más selecto de la intelectualidad limeña. Se encuentra
con Clemente Palma, que había sido un furibundo detractor de su obra poética
(había calificado de mamarracho el poema «El poeta a su amada»), pero quien
esta vez le da muestras de respeto. Llega a entrevistarse con José María
Eguren y con Manuel González Prada8, a quien los más jóvenes consideraban
entonces un maestro y guía. En la capital, Vallejo se vinculó con escritores e
intelectuales como Abraham Valdelomar9 y su grupo Colónida, José Carlos
Mariátegui; con ambos hace profunda amistad. También conoce a Luis Alberto
Sánchez y Juan Parra del Riego. Asimismo, publicó algunos de sus poemas en
la revista Suramérica del periodista Carlos Pérez Cánepa.
En 1918 entra a trabajar al colegio Barrós de Lima. Cuando en septiembre de
ese año muere el director y fundador de dicho colegio, Vallejo ocupa el cargo.
Se enreda en otra tormentosa relación amorosa, esta vez con Otilia Villanueva,
una muchacha de 15 años, cuñada de uno de sus colegas. Debido a ello pierde
su puesto de docente. Otilia será la inspiradora de varios de los poemas
de Trilce.
Al año siguiente consigue empleo como inspector disciplinario y profesor de
Gramática Castellana en el Colegio Nacional Nuestra Señora de Guadalupe.
Ese mismo año ve la luz su primer poemario Los heraldos negros, que
muestran aún las huellas del modernismo en su estructura, aunque ya se
vislumbran algunas características muy peculiares en el lenguaje poético. El
poeta toca la angustia existencial, la culpa personal y el dolor, como, por
ejemplo, en los conocidos versos «Hay golpes en la vida tan fuertes... ¡Yo no
sé!» o «Yo nací un día / que Dios estuvo enfermo». Circularon relativamente
pocos ejemplares, pero el libro fue en general bien recibido por la crítica.
Prisión en Trujillo. Trilce[editar]
Su madre había fallecido en 1918. La nostalgia familiar lo empuja, en mayo de
1920, a retornar a Santiago de Chuco. El 1.º de agosto ocurre un incendio y
saqueo de una casa del pueblo, perteneciente a la familia Santa María
Calderón, arrieros negociantes de mercaderías y alcohol desde la costa,
suceso del que se acusa injustamente a Vallejo como participante y azuzador.
Se esconde pero es descubierto, apresado y arrojado a un calabozo
de Trujillo donde permanecerá durante 112 días (del 6 de noviembre de 1920 al
26 de febrero de 1921). El 24 de diciembre de 1920 gana el segundo premio (el
primero fue declarado desierto) de la Municipalidad de Trujillo con el poema
«Fabla de gesta (Elogio al Marqués de Torre Tagle)»; lo curioso de este suceso
es que Vallejo compitió escondiendo su identidad bajo un seudónimo, a fin de
dar imparcialidad al concurso.
En la obra ya citada, Vallejo en los infiernos, Eduardo González Viaña, el autor,
que también es abogado, revela piezas claves del expediente judicial seguido
contra el poeta y muestra que todo aquel fue una construcción deliberada por el
juez y sus enemigos para hundirlo en una prisión infame. Se procesó a las
víctimas y se excluyó de la acción penal a los implicados. Se inventó
testimonios y se les adjudicó a personas que después declararon que ni
siquiera conocían Santiago de Chuco,el lugar de los hechos. Por fin, el hombre
sindicado como autor material fue conducido a Trujillo para que declarara ante
la corte superior. Sin embargo, en el largo camino, los gendarmes que lo
custodiaban lo mataron a balazos pretextando que había querido fugar. Más
todavía, el autor ha indagado las otras ocupaciones del juez ad hoc. En verdad,
aquel era abogado de la gran empresa cañavelera Casagrande y de la minera
Quiruvilca en las cuales los trabajadores operaban sin horario y eran víctimas
de horrorosas condiciones laborales. Todo ello evidencia el carácter político del
juicio penal. En Vallejo se trataba de escarnecer a su generación, jóvenes
universitarios que intentaban alzarse contra la injusticia y abrazaban el
anarquismo y el socialismo, las utopías del siglo.
El proceso judicial nunca se cerró. El poeta salió de la cárcel en virtud de una
liberación provisional. Años después en Europa sabía que no podría volver
jamás a la patria. La cárcel y los “infiernos” denunciados en esa novela tenían
la puerta abierta para él.
Tras salir en libertad condicional, se dirige nuevamente a Lima, donde su
cuento de corte fantástico Más allá de la vida y de la muerte fue premiado en
un concurso literario. El monto del premio lo destina a financiar otras
publicaciones literarias. En octubre de 1922 ve la luz su segundo
poemario: Trilce, prologado por su amigo Antenor Orrego. Es recibido
tibiamente por la crítica, que no alcanzaba aún a comprender la literatura de
vanguardia, salvo por el propio Orrego, quien dijo de Vallejo: «A partir de este
sembrador se inicia una nueva época de la libertad, de la autonomía poética,
de la vernácula articulación verbal».
Trilce anticipó gran parte del vanguardismo que se desarrollaría en los años
1920 y años 1930. En este libro, Vallejo lleva la lengua española hasta límites
insospechados: inventa palabras, fuerza la sintaxis, emplea la escritura
automática y otras técnicas utilizadas por los
movimientos dadá y suprarrealista. Se adelantó a la renovación del lenguaje
literario que después ensayaría Vicente Huidobro en su
poemario Altazor (1931) y James Joyce en su relato onírico Finnegans
Wake (1939).
En marzo de 1923, Vallejo publicó una corta edición de Escalas o Escalas
melografiadas, colección de relatos y cuentos, algunos ya vanguardistas. Otra
narración suya, titulada Fabla salvaje, fue publicada el 16 de mayo en la
serie La novela peruana dirigida por Pedro Barrantes Castro.
Es admitido nuevamente como profesor en el Colegio Guadalupe, puesto en el
cual no durará mucho, tras ser declarado cesante.
Viaje a Europa[editar]

Vallejo frente a la Puerta de Brandenburgo en Berlín.

Hastiado de la mediocridad local, tenía ya sus miras puestas en el Viejo


Mundo. Con el dinero que le adeudaba el Ministerio de Educación, se embarca
rumbo a Europa, de donde no regresará más. Viaja en el vapor Oroya el 17 de
junio de 1923, con una moneda de quinientos soles. Arriba a París el 13 de
julio. Sus ingresos —siempre insuficientes— provenían del periodismo, si bien
fungió también de traductor. Escribía para el diario El Norte de Trujillo, y las
revistas L'Amérique Latine de París, España de Madrid y Alfar de La Coruña.
Sus dos primeros años en París fueron de mucha estrechez económica, al
punto que muchas veces tuvo que dormir a la intemperie. Inicia su amistad con
el escritor español Juan Larrea y con Vicente Huidobro; traba contacto con
importantes intelectuales como Pablo Neruda y Tristan Tzara.
A principios de 1924 recibe la noticia de la muerte de su padre. En octubre es
hospitalizado en un hospital de caridad pública, a consecuencia de una
hemorragia intestinal. Fue operado y pudo restablecerse.
En 1925 empieza a trabajar como secretario de la recién fundada Les Grands
Journaux IberoAméricains o Los Grandes Periódicos Iberoamericanos, una
vasta organización publicitaria. También empezó a colaborar para la revista
limeña Mundial. Ese año el gobierno español le concedió una modesta beca
para que pudiera continuar sus estudios universitarios de Derecho en España.
En los dos años siguientes visitó periódica y brevemente Madrid a fin de cobrar
a plazo fijo el monto de la beca, aunque sin estudiar; en octubre
de 1927 renunció a dicha beca. Nunca se doctoró en Letras ni en Derecho.
Renunció a su trabajo en Los Grandes Periódicos Iberoamericanos en 1926 y
conoció a su primera compañera francesa, Henriette Maisse, con quien
convivió hasta octubre de 1928. Con Larrea fundó la revista Favorables París
Poema, y con Pablo Abril de Vivero el semanario La Semana Parisién. Ambas
publicaciones tuvieron vida efímera. Empezó a enviar colaboraciones para la
revista limeña Variedades.

Vallejo y Georgette en París

En 1927 conoció en París a Georgette Marie Philippart Travers, una joven de


18 años que vivía con su madre en un apartamento situado enfrente del hotel
donde se hospedaba. Profundizó en sus estudios sobre el marxismo. Apareció
una narración suya en Amauta, la revista que fundó en Lima su amigo José
Carlos Mariátegui y en la que también se reprodujeron varias de sus crónicas
periodísticas.
En abril del año siguiente enfermó nuevamente de gravedad, pero se recuperó
a los pocos meses. Todavía le acompañaba Henriette. Empezó a interesarse
con más ahínco por las cuestiones político-sociales. Ese mismo año realizó su
primer viaje a Rusia. Retornó a París y fundó la célula parisina del Partido
Socialista que había fundado Mariátegui en su patria (después
denominado Partido Comunista Peruano).
En 1929 empezó a convivir con Georgette (quien acababa de heredar el
apartamento y bienes de su fallecida madre) y junto con ella realizó un segundo
viaje a Rusia. Se detiene
en Colonia, Varsovia, Praga, Viena, Budapest, Moscú, Leningrado y varias
ciudades italianas, antes de retornar a París. Inició su colaboración para el
diario El Comercio, como corresponsal oficial, y continuó haciéndolo con las
revistas Variedades y Mundial. Esta labor periodística fue forzosamente
suspendida en 1930 a raíz de la crisis mundial, cuando dichas revistas
desaparecieron, al igual que el suplemento dominical de El Comercio, donde se
publicaban sus artículos.
César Vallejo en Niza, 1929

En esta primera parte de su estancia parisina, que va de 1923 a 1929, se sitúa


la composición de algunos cuantos poemas (después llamados Poemas en
prosa), un libro o recopilación de ensayos: Contra el secreto profesional y un
proyecto de novela incaica: Hacia el reino de los Sciris, todos los cuales fueron
publicados póstumamente, a excepción de algunos ensayos y relatos sueltos.
La razón de esta parquedad de creaciones literarias se debió a que se hallaba
más absorbido en producir artículos y crónicas para diarios y revistas pane
lucrando.
En 1930 viajó a Madrid a raíz de la publicación de su poemario Trilce, que
señaló el descubrimiento de su poesía en España, donde fue sometida a la
crítica. Retorna a París pero al poco tiempo es expulsado, acusado de hacer
propaganda comunista. Junto con Georgette vuelve a Madrid donde pasa
dificultades económicas. Allí es testigo de la caída de la monarquía borbónica y
la proclamación de la Segunda República Española (1931); se relaciona
también con grandes literatos españoles como Miguel de Unamuno, Federico
García Lorca, Rafael Alberti, Gerardo Diego y José Bergamín. Publicó también
su novela proletaria El tungsteno, y su libro de crónicas y ensayos Rusia en
1931, que se convirtió en un superventas: tres ediciones en solo cuatro meses.
Le niegan, en cambio, la publicación de su cuento Paco Yunque, por ser «muy
triste».
En octubre de 1931 realizó un tercer y último viaje a Rusia para participar en el
Congreso Internacional de Escritores Solidarios con el Régimen soviético.
Retorna a Madrid y continúa con pasión su tarea literaria, pero los editores
españoles se niegan a publicar sus obras de teatro Lock-out y Moscú contra
Moscú (conocida después como Entre las dos orillas corre el río), así como su
libro de crónicas Rusia ante el segundo plan quinquenal (continuación de Rusia
en 1931), y su recopilación de ensayos El arte y la revolución. La razón
principal: por ser obras de carácter marcadamente marxista y revolucionario.
Por esta época empieza también a escribir (hasta 1937) una serie de poemas
que póstumamente serían publicados con el título de Poemas humanos.
Decidió regresar a París en 1932, cuando es levantada la anterior restricción de
ingreso. Ese año Georgette es hospitalizada debido a un mal causado por los
continuos abortos provocados (según testimonio de Juan Larrea, amigo y
biógrafo de Vallejo); pero se recupera. Al año siguiente Vallejo escribió un
extenso artículo, publicado por entregas en el Germinal de París, titulado ¿Qué
pasa en el Perú?. Por ese tiempo deambula por pensiones y hoteles parisinos
en medio de una gran angustia económica.
En 1934 se casó por lo civil con Georgette. Por entonces termina de escribir
otra de sus obras teatrales, Colacho Hermanos o presidentes de América,
sátira contra los gobiernos latinoamericanos que veía como sumisos a la
política exterior estadounidense, pero que ningún editor se animó a publicar.
También le rechazan otro libro de ensayos que quiso dar a la prensa: Contra el
secreto profesional. Entre 1935 y 1936 escribió varios cuentos: El niño del
carrizo, Viaje alrededor del porvenir, Los dos soras y El vencedor, bocetos
narrativos que serían publicados años después de su muerte.

II Congreso internacional de escritores para la defensa de la cultura.

Al estallar la guerra civil española en 1936, colaboró con fervor en la fundación


del Comité Iberoamericano para la Defensa de la República Española y de su
vocero, el boletín Nueva España. Le acompaña en esa labor Pablo Neruda. En
diciembre de dicho año viaja por unos días a España, pasando
por Barcelona y Madrid, preocupado por el desarrollo de los acontecimientos.
En julio de 1937 vuelve por última vez a España para asistir al II Congreso
Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura. Visita
Barcelona, Valencia, Jaén y el frente en Madrid. De vuelta a París, es elegido
secretario de la sección peruana de la Asociación Internacional de Escritores.
Entre septiembre y noviembre escribió sus últimas composiciones líricas
de Poemas humanos y España, aparta de mí este cáliz; así como el drama de
tema incaico La piedra cansada.
Muerte en París[editar]
A inicios de 1938 trabaja como profesor de Lengua y Literatura en París, pero
en marzo sufre de agotamiento físico. El 24 del citado mes es internado por
una enfermedad desconocida (después se supo que fue la reactivación de un
antiguo paludismo, que sufrió cuando era un niño) y entra en crisis el 7 y el 8
de abril. Fallece una semana más tarde, el 15, un viernes santo de llovizna,
pero no un jueves, como había dicho en su poema «Piedra negra sobre una
piedra blanca». Se le realizó un embalsamamiento. Su elogio fúnebre estuvo a
cargo del escritor francés Louis Aragon. El 19 sus restos son trasladados a la
Mansión de la Cultura y más tarde al cementerio de Montrouge, en los
suburbios del sur de la capital francesa.
Después de treinta y dos años de reposar allí, el 3 de abril de 1970 su
viuda Georgette Vallejo trasladó sus restos al cementerio de Montparnasse,
escribiendo en su epitafio:
He nevado tanto para que duermas.

Obras[editar]
Vallejo abarcó prácticamente todos los géneros literarios: poesía, narrativa
(novelas y cuentos), teatro y ensayo. Se debe también mencionar su copiosa
labor periodística (crónicas y artículos).
Poesía[editar]

Portada de la edición príncipe de Los heraldos negros.

Es comúnmente aceptado que es en la lírica donde Vallejo alcanza su


verdadera expresión y sus más altas cotas. Consta de tres etapas: modernista,
vanguardista y revolucionaria.
Etapa modernista
Artículo principal: Los heraldos negros
Comprende el libro de poemas Los heraldos negros (Lima, 1919). Constituye el
comienzo de la búsqueda del poeta por una diferenciación expresiva, la cual se
irá consolidando a lo largo de toda su obra. Para Vallejo era necesario fundar
un lenguaje poético diferente a lo tradicional. Vallejo estuvo influenciado por el
nicaragüense Rubén Darío, fundador de modernismo y máximo exponente en
Hispanoamérica, y el poeta modernista uruguayo Julio Herrera y Reissig.
Según Mariátegui «en estos versos principia la poesía peruana, en el sentido
indigenista». Efectivamente, el poeta nos habla de lo nativo. Allí están las
profundas vivencias de los sucesos cotidianos, la vida familiar y aldeana, el
paisaje tierno y eglógico, pero expresados todavía con el gusto modernista y
las formas métricas y estróficas de la poesía clásica.
También encontramos temas más elevados como la protesta contra el destino
del hombre, la muerte, el dolor, la conciencia de orfandad, el absurdo, todos
ellos tratados por el poeta con un acento muy personal.
En efecto, el poeta despliega en el poemario características que lo convierten
en un libro único: la exhibición impúdica de sentimientos, la muestra
descarnada del sufrimiento, la radical desnudez de la palabra.
El primer poema de la serie da título al libro y se refiere a los momentos en que
la muerte, o el simple paso del tiempo, nos dan una señal angustiosa, cual
sacudida. «... son las crepitaciones de algún pan que en la puerta del horno se
nos quema.» Esta imagen, en realidad tan fundada como innovadora, fue
objeto de burla de Miguel de Unamuno, ya que el anquilosamiento retórico en
que se hallaba la poesía y la literatura española por aquellos tiempos, aún no
podía permitir entender que se pudiera extraer lo profundo de lo cotidiano,
incluso de lo doméstico.
Etapa vanguardista
Artículo principal: Trilce

Cubierta de la primera edición de Trilce, con el retrato del poeta.

Comprende el poemario Trilce (Lima, 1922), uno de los mayores libros de


poesía de la vanguardia posbélica a nivel mundial. El poemario nace en un
contexto muy especial para el poeta. Su perplejidad ante el mundo se había
acrecentado: la muerte de su madre, sus fracasos amorosos, la experiencia de
no ser aceptado totalmente en Lima y su estadía en una lóbrega cárcel de
Trujillo, son los principales acontecimientos que marcaron el profundo
sentimiento de exclusión del poeta. Estas experiencias forjaron en él ese
sentimiento de ser humano preso de la existencia o de la sociedad y fueron el
origen del desgarramiento del poeta, del dolor infinito que encierra cada
poema, y de su densidad y hermetismo.
El nombre del poemario es un neologismo inventado por Vallejo, cuyo
significado hasta ahora es incierto. De acuerdo a la versión más extendida,
derivaría de «tres», pues el cambio del nombre del libro (originalmente Vallejo
le puso el título de Cráneos de bronce) fue cotizado por el impresor
en tres libras (treinta soles oro).
Al momento de aparecer cayó en el mayor vacío, pues la gente todavía estaba
acostumbrada a los versos románticos y modernistas. El mismo Vallejo lo
explica en carta dirigida a Antenor Orrego, y defiende a la vez su posición:
El libro ha nacido en el mayor vacío. Soy responsable de él. Asumo toda la responsabilidad de su
estética. Hoy más que nunca quizá, siento gravitar sobre mí, una hasta ahora desconocida
obligación sacratísima, de hombre y de artista. ¡La de ser Libre! Si no he de ser libre hoy, no lo seré
jamás. Siento que gana el arco de mi frente su más imperativa fuerza de heroicidad. Me doy en la
forma más libre que puedo y ésta es mi mejor cosecha artística. [...] ¡Dios sabe cuánto he sufrido
para que el ritmo no traspasara esa libertad y cayera en libertinaje! ¡Dios sabe hasta qué bordes
espeluznantes me he asomado, colmado de miedo, temeroso de que todo se vaya a morir a fondo
para que mi pobre ánima viva!10

Fue calificado como «disparate». Críticos como Luis Alberto Sánchez se


preguntaron extrañados por qué Vallejo había escrito un poemario de esas
características. Trilce significó la creación de un lenguaje muy personal, lo que
ya en sí implicaba una hazaña descomunal. Fue una ruptura con la tendencia
del pasado literario y con respecto a las normas expresivas tradicionales. El
libro refleja la poética personal de Vallejo, tal como él mismo lo explica: «La
gramática, como norma colectiva en poesía, carece de razón de ser. Cada
poeta forja su gramática personal e intransferible, su sintaxis, su ortografía, su
analogía, su prosodia, su semántica. Le basta no salir de los fueros básicos del
idioma. El poeta puede hasta cambiar, en cierto modo, la estructura literal y
fonética de una misma palabra según los casos.» (El arte y la revolución).
Trilce es un libro revolucionario porque pulverizó las normas estéticas y
retóricas:

 Usa vulgarismos, cultismos, regionalismos, tecnicismos, neologismos,


arcaísmos.
 Transita por todos los niveles del lenguaje.
 Crea un nuevo lenguaje poético a través de la deslexicalización del
mismo, puesto que tiene altos grados de agramaticalidad y violenta la
representación gráfica de las palabras.
 Usa múltiples figuras literarias: paradojas, prosopopeyas, animismo,
hipérboles numéricas, sinestesias, onomatopeyas, pleonasmos y antítesis.
Plenitud poética: Etapa revolucionaria y de compromiso social
Artículo principal: Poemas humanos
Artículo principal: España, aparta de mí este cáliz
Los poemarios de esta etapa son de publicación póstuma, labor que realizó la
viuda del poeta, englobando los textos bajo el título común de Poemas
humanos (París, julio de 1939). Aunque hay que señalar que España, aparta
de mí este cáliz, ya había sido ordenado por el mismo Vallejo en forma de libro
individual y fue publicado meses antes, en enero, en España.
El título de Poemas humanos fue impuesto a sugerencia de Georgette Vallejo,
quien afirmó haber leído en una libreta de apuntes de Vallejo que este tenía
planificado un libro de "poemas humanos", aunque sin mayor especificación. La
ambigüedad de esta afirmación ha llevado a diversos críticos y editores a
considerar arbitraria dicha imposición. Posteriormente, Georgette Vallejo dividió
los llamados Poemas humanos en dos bloques titulados Poemas en prosa (19
poemas) y Poemas humanos propiamente dichos (76). Así aparecieron en
la Obra poética completa, Francisco Moncloa Editores S.A., 1968. Según
Georgette, los primeros fueron escritos entre 1923 y 1929, y los segundos entre
1931 y 1937. Otros editores no han estado de acuerdo con esta división y han
preferido mantener en un solo cuerpo todos los poemas póstumos de Vallejo, a
excepción de España, aparta de mí este cáliz.
Aunque estos poemas tratan algunos temas recurrentes del autor, muestran
claras diferencias respecto a su obra poética anterior. Lo primero que se nota,
en el plano formal, es su retorno a los ritmos conocidos, al menos en buena
parte de los poemas, así como el abandono de la experimentación del
lenguaje, que había sido la nota predominante en Trilce. En esta nueva fase de
su poética su lenguaje es pues más accesible para el lector común. El poeta
buscaba precisamente acercarse más al pueblo.
Se considera que uno de los factores que más influyó en este cambio de rumbo
de su poesía fue su adhesión al marxismo, pensamiento que coincidía con
algunas de las preocupaciones que lo habían acompañado a lo largo de su
vida.
Si bien la nota reiterativa en estos poemas sigue siendo la insatisfacción del
poeta ante la vida y el pertinaz dolor de vivir; sin embargo, esta vez trae
consigo una nota de esperanza. Ella radicaría en su fe en la unidad de todos
los hombres. En Poemas humanos el poeta se abandona con seriedad o
patetismo exacerbado al dolor humano y nos obliga a pensar en las angustias y
esperanzas de todos aquellos que con el estómago vacío no tienen ni siquiera
una piedra en que sentarse. La obra está llena de paralelismos y oposiciones.
Usa el lenguaje de la conversación cotidiana, por eso parece que el yo poético
conversa con un amigo o un obrero. Hay fuertes exclamaciones en la
estructura lingüística, quiere dramatizar su poesía. Presenta un humanismo
esencial, literatura social y revolucionaria.
España, aparta de mí este cáliz, escrito en 1937 y publicado en 1939,
compendia los versos más intensos y hondos que escritor alguno haya llevado
a cabo sobre la guerra civil en ese país. La visión de la España combatiente
había conmovido a Vallejo, por lo que su poética estuvo al servicio de la causa.
Consta de 15 poesías y se considera el testamento poético de Vallejo.
En los versos que dan nombre al poemario, se manifiesta una prueba
premonitoria de su amor por España y su miedo por la derrota de la que
consideraba la causa justa.
Narrativa[editar]
En la narrativa de Vallejo también se aprecia su transformación ideológica.
 Escalas melografiadas (Lima, 1923) es un libro que agrupa doce relatos.
Algunos de ellos son de un sorprendente vanguardismo, poco cultivado
entonces. Se divide en dos secciones:
o Cuneiformes, seis estampas lírico-narrativas: Muro
Noroeste, Muro Antártico, Muro Este, Muro dobleancho, Alféizar y Muro
occidental.
o Coro de vientos, seis relatos o cuentos psicopatológicos: Más allá
de la vida y la muerte, Liberación, Los caynas,11 El
unigénito, Mirtho y Cera.
 Fabla salvaje (Lima, 1923) es una novela corta de carácter psicológico
que aborda la locura de un campesino de los Andes. Cercano al género
fantástico.
 Hacia el reino de los Sciris (terminado en 1928, se publicó
póstumamente) es una nouvelle histórica de tema incaico, todavía ligado al
modernismo.
Hacia 1930, influenciado por el marxismo, empezó a escribir relatos más
imbuidos de la problemática social y circunscritos en el llamado realismo
socialista.

 El tungsteno (Madrid, 1931) es una novela desigual sobre un conflicto en


una mina de los Andes. Es una novela "proletaria" que ataca no solamente
a los "gringos", sino también a los "arribistas" que imitan a los extranjeros y
explotan y oprimen a los pobres, los indios, y los "conscriptos" del ejército.
Publicada en España, fue muy popular en la década de 1930, la de la
depresión económica mundial.
 Paco Yunque (escrito en 1931), un cuento infantil de denuncia social que
fue rechazado por muchos editores. Finalmente fue publicado en 1951.
Ahora en el Perú, Paco Yunque es lectura obligatoria durante la enseñanza
primaria.
Se debe mencionar también otros relatos escritos entre 1935 y 1936, pero que
dejó inconclusos:

 El niño del carrizo


 Viaje alrededor del porvenir
 Los dos soras
 El vencedor
Su obra narrativa completa fue publicada en 1967, bajo el título de César
Vallejo. Novelas y cuentos completos (Lima, Francisco Moncloa Editores,
edición supervisada por Georgette Vallejo).
Teatro[editar]
De Vallejo se conservan cuatro piezas teatrales, ninguna de las cuales fue
estrenada o publicada durante su vida, aunque también se conservan los
fragmentos de un drama suyo, Mampar, pero en su versión en francés y bajo el
título de Les taupes (escrita entre 1929 y 1930), del que también se hacen
referencias en una carta crítica del productor Louis Jouvet. Dicho drama trata
del conflicto de un esposo con su suegra y se supone que el autor destruyó el
original.
Las cuatro piezas teatrales que se conservan íntegramente y que fueron
publicadas póstumamente (Teatro completo, Lima, Fondo Editorial PUCP,
1979, editado y prologado por Enrique Ballón Aguirre) son las siguientes:

 Lock-out (1930), drama escrito en francés; el propio Vallejo hizo una


traducción al castellano que no se conserva. Trata de un conflicto obrero en
una fábrica metalúrgica.
 Entre las dos orillas corre el río (años 1930), drama que fue el producto
de un largo y difícil proceso. Entre los títulos de versiones anteriores se
encuentran Varona Polianova, Moscú contra Moscú, El juego del amor, del
odio y de la muerte y varias permutaciones de este último.
 Colacho Hermanos o presidentes de América (1934). Una sátira que
expone la democracia peruana como farsa burguesa bajo presiones
diplomáticas y de empresas transnacionales.
 La piedra cansada (1937), drama de tono poético ambientada en la
época incaica e influida por las tragedias griegas.
Ensayo[editar]
Vallejo publicó un libro de crónicas titulado Rusia en 1931. Reflexiones al pie
del Kremlin (Madrid, 1931) y preparó para las prensas otro similar
titulado Rusia ante el segundo plan quinquenal (terminado en 1932 pero que
fue publicado tiempo después, en 1965).
Además, organizó dos libros de prosa ensayística y de reflexión: Contra el
secreto profesional (escrito, según Georgette, entre 1923 y 1929), y El arte y la
revolución (escrito entre 1929 y 1931), que reúnen diversos artículos, algunos
de los cuales fueron publicados en revistas y periódicos en vida del autor.
Ninguna editorial en España quiso publicar estos libros por su
carácter marxista y revolucionario. Serían publicados en 1973 (Lima, Editorial
Mosca Azul).
Traducciones[editar]
Vallejo tradujo del francés al castellano al General Mangin, Henri
Barbusse y Marcel Aymé. Dichas traducciones fueron publicadas
en París, Madrid y Buenos Aires. Posteriormente fueron compiladas en el
tomo Traducciones de sus Obras completas, publicadas por la Universidad
Ricardo Palma, tal como se indica en el capítulo "Obras completas" del
presente artículo.1213

Compilaciones de la obra de Vallejo[editar]


 Novelas y cuentos completos. Lima, Francisco Moncloa Editores, 1967,
(edición supervisada por Georgette Vallejo).
 Teatro completo, Lima, Fondo Editorial Pontificia Universidad Católica
del Perú, 1979. Editado y prologado por Enrique Ballón Aguirre y Georgette
Vallejo.
 Desde Europa - Crónicas y artículos (1923–1938), recopilación, prólogo,
notas y documentación por Jorge Puccinelli, Lima, Ediciones Fuente de la
Cultura Peruana, 1987.
 César Vallejo. Obras completas. Prólogo de Ricardo González Vigil.
Lima, Editora Perú S.A., julio de 1992 (edición popular en fascículos
distribuida gratuitamente por el diario La Tercera de Lima).
Obras completas[editar]
La última edición de Obras completas de César Vallejo es la de la Pontificia
Universidad Católica del Perú (1997-2003) en catorce volúmenes:

 Poesía completa. Presentación de Salomón Lerner Febres. Edición,


prólogo y notas de Ricardo Silva-Santisteban. Lima, PUCP, 1997. 4 tomos.
Bibliografía de Miguel Ángel Rodríguez Rea.
 Autógrafos olvidados. Estudio preliminar de Juan Fló y notas de Stephen
M. Hart. Lima, Tamesis/ PUCP, 2003. Contiene la edición facsimilar de 52
manuscritos ológrafos.
 Narrativa completa. Presentación de Salomón Lerner Febres. Edición de
Ricardo Silva-Santisteban y Cecilia Moreano. Lima, PUCP, 1999.
 Teatro completo. Presentación de Salomón Lerner Febres. Edición
de Ricardo Silva Santisteban y Cecilia Moreano. Lima, PUCP, 1999. 3
tomos
 Artículos y crónicas completos (Desde Lima - Desde Europa, 1918-
1938). Presentación de Salomón Lerner Febres. Edición y prólogo de Jorge
Puccinelli. Lima, PUCP, 2002. 2 tomos.
 Ensayos y reportajes. Edición y prólogo de Manuel Miguel de Priego.
Lima, PUCP, 2002.
 Correspondencia. Edición y prólogo de Jesús Cabel. Lima, PUCP. 2002.
Contiene 281 cartas de César Vallejo.
 Traducciones. Edición y prólogo de Rosario Valdivia Paz-Soldán. Lima,
PUCP, 2003.
 Cartas de César Vallejo a Pablo Abril de Vivero. Edición y prólogo de
Andrés Echevarría. Montevideo, Biblioteca Nacional de Uruguay, MEC,
2013.

También podría gustarte