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19.

Prácticamente, el beneficiario es el organismo que prefiere el citado virus, por lo


que su situación es el de “alto riesgo”. (ANEXO N° 07: Adjunto Historia Clínica del
beneficiario emitido por la clínica El Golf).
13.- respecto al derecho a la salud y su vinculación indesligable al derecho a la
integridad y la vida, el Tribunal Constitucional, en la sentencia del 5 de setiembre de
2011, Ep. N° 01362-20210-HC/TC, fundamento 4, señala lo siguiente:
“en este sentido, el derecho a la salud se orienta a la conservación y al
restablecimiento del funcionamiento armonioso del ser humano en su aspecto
físico y psicológico; por tanto, guarda una especial conexión con los derechos
a la vida, a la integridad y a las dignidad de la persona humana, derecho
cuya esencia es indiscutible, pues, como expresa el artículo I del Título
Preliminar de la Ley General de Salud 26842, constituye la “condición
indispensable del desarrollo humano y medio fundamental para alcanzar el
bienestar individual y colectivo”. Por ello, siempre que el derecho a la salud
resulte lesionado o amenazado lo estará también el derecho a la integridad
personal e incluso en ciertos cosos podría resultar afectado el
mantenimiento del derecho a la vida”.
14.- En consecuencia, conforme se advierte, el beneficiario Carlos Enrique Palomino
Galindo se encuentra en el grupo de personas de alto riesgo de muerte, conforme a los
parámetros del MIMSA y la Organización Mundial de la Salud.
El deterioro grave de su salud a causa del COVID-19, afecta indefectiblemente su
derecho a la integridad personal y a la vida. Aunado a todo esto, está la situación de
hacinamiento en que se encuentra el penal, de la manera que en la celda donde se
encuentra mi patrocinado están siete personas. En una celda donde debe estar una
persona esta siete.
TERCERO:
La medida de prisión preventiva, en las condiciones actuales, se toma en una medida
“desproporcional”, que atenta contra derechos constitucionales esenciales que están por
encima de los 2fines del proceso”, además, se trata de una persona que se encuentra
siendo investigada y a la fecha no ha recibido ninguna sentencia condenatoria.
15.- Señor Juez, la medida de prisión preventiva debe obedecer estrictamente al
principio de proporcionalidad y razonabilidad. Sin embargo, el contexto actual ha
modificado el juicio de ponderación que sirvió para dictar la medida de prisión
preventiva, en un inicio, el Juez que dicto la prisión preventiva ponderó y determino que
vale más los “fines del proceso penal” que la libertad individual del beneficiado Carlos
Enrique Palomino Galindo.
16.- sin embargo, dado el contexto actual de la pandemia del COVID-19, la edad
avanzada del beneficiario (63 años), la enfermedad pulmonar crónica que padece y su
catalogación fáctica y legal como persona de “alto riesgo” de mortalidad, la balanza de
ponderación inicial gira completamente, ingresando a pesar junto a su libertad la salud,
y la vida del beneficiario. Y, justamente, aquí yace la relevancia constitucional de la
necesidad de protección de los derechos fundamentales del beneficio frente al peligro
latente que genera la pandemia del COVID-19, pues su alto riesgo y mortalidad para
personas catalogadas de “alto riesgo”, exige el estado a primar la PROTECCION DE
LA SALUD, INTEGRIDAD Y VIDA de las personas en general sobre cualquier
cuestión secundaria. Y, sobre todo, de aquellas de “alto riesgo” que se encuentran
privadas de su libertad, la razón es única: los citados derechos fundamentales se
encuentra por encima de cualquier otro fin o principio. Los citados derechos se
encuentran protegidos en los artículos 1°, 2° inciso 2, y 7° de la Constitución Política
del Estado.
Entonces, cabe preguntarse, ¿es proporcionalmente correcto perseguir los fines del
proceso penal, soslayando el derecho a la libertad, a la salud, a la integridad física y
psicológica y a la vida del investigado?, ¿es razonable que se pretenda preservar los
fines del proceso estando la vida del procesado en peligro de lesión?.
17.- En este sentido, señor juez, la balanza de ponderación debe ser la siguiente:

18.- Asimismo, bajo este nuevo panorama de análisis constitucional, se advierte lo


siguiente:
La medida ha dejado de ser IDONEA: se verifica fáctica y legalmente que la
privación de la libertad ya no es adecuada para los fines del proceso, ya el
encarcelamiento vulnera potencialmente la salud, integridad física y
psicológica y la vida del beneficiado. Sacrificar la salud del beneficiario no es
el medio adecuado para lograr los fines del proceso.
La mediad ha dejado de ser NECESARIA: pues al estar en juego no solo la
libertad sino la salud, integridad y vida del beneficiario, la prisión no necesaria
para los fines del proceso (por el contrario, se corre el peligro de extinción del
proceso con la muerte del beneficiario), debiéndose ordenar una medida menos
gravosa (comparecencia o detención domiciliaria), que garantice los derechos
constitucionales del beneficiario, así como, los fines del proceso.
La medida ha dejado de ser PROPORCIONAL ESTRICTO SENSU: pues
el ordenamiento jurídico no puede poner en riesgo la salud, integridad y vida
del procesado a costa de los fines del proceso. Sin procesado, no existe
proceso. En ese sentido, se debe privilegiar la libertad para poder proteger
debidamente los demás derechos del beneficiario y, también, los fines del
proceso.
19.- finalmente, se debe precisar que la situación jurídica de mi defendido es de
procesado, razón por el cual el principio de inocencia en él es patente y vigente,
máxime, cuando la prisión preventiva es de carácter excepcional, provisional, cautelar.

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