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Responsabilidad del Estado

Dr. Julio Uribe Acosta

Facultad de Derecho – Posgrado Derecho Constitucional y


Administrativo

Bogotá D.C.

2018
“La solidaridad debe ser: Universal, Exagerada y Peligrosa”… Dr. Uribe

Pregunta 1.
A la luz de la filosofía del hombre topo que el profesor Pérez Luño analiza en el tema Núm. 1, diga
si en nuestra Constitución Política de 1991, así como en los acuerdos de la Habana también se
recogen los verbos: Reconocer, Garantizar, y Promover; analizar una sentencia emitida por la Corte
Constitucional que a nuestro juicio toma la decisión de fondo con base en el verbo “promover”.
No podremos iniciar el desarrollo de este trabajo, sin dilucidar la necesidad de relacionar al lector
con el tema propuesto por el docente, y para ello, nos basamos en una síntesis de los apuntes
tomados en clase y la sustracción de pequeños apartes de la lectura que integraremos en el
presente contenido y de esta manera ilustrar de forma sencilla nuestras respuestas.
El hombre topo es un personaje ficticio del que se vale el Doctor Pérez Luño, para enseñar y adherir
con un poco de filosofía, creatividad e imaginación una de sus obras denominada los Derechos
Fundamentales. En virtud de lo anterior, entraremos en un relato cuyo contexto se suscita en
España, donde la lectura nos narra la experiencia de un hombre que elige de manera voluntaria vivir
clandestinamente y confinado en una biblioteca instalada en los sótanos de una Institución cultural,
la cual estaba sepultada como consecuencia de las ruinas producto de la contienda bélica; este
episodio tuvo duración desde la caída del régimen constitucional (tras la guerra civil) de la II
República, hasta la promulgación de la Constitución de 1978, momento en el cual siente el deseo de
retornar a la sociedad e incorporarse a la vida civil, su auto exilio, fue su manera de rechazo hacia la
opresión causada durante el régimen instaurado en 1939. Es así que, durante sus años de
sometimiento voluntario a confinamiento, hubo personas que le proporcionaron lo necesario para su
subsistencia, quienes además trataron en lo posible de mantener actualizados sus materiales
bibliográficos. El hombre topo durante la permanencia en dicho aislamiento por el trayecto de
muchos años, se alimentó de doctrina, pero al momento de la promulgación de la nueva Constitución
de 1978, carecía de conocimiento en cuanto a datos sociológicos que le permitieran vislumbrar de
manera acertada la realidad actual política y social; del trasfondo inmerso en la nueva Constitución,
dado que esta fue creada “… a través del consenso o del compromiso entre las fuerzas políticas
constituyentes, quienes determinaron la peculiaridad de algunos rasgos informadores de la nueva
Constitución…” (Pág. 109 Pérez Luño).
En razón de lo anterior, el hombre topo, se propone buscar tres personas consideradas para él como
idóneas y obtener información de ellas, para poder deducir si los cambios plasmados en la nueva
Constitución efectivamente eran favorables o no. Las personas que lo ayudaron a encontrar
respuestas y claridad sobre el tema aludido, fueron en su orden: un Sacerdote, un Empresario y un
Abogado Laboralista de quienes obtiene puntos de opinión interesantes; tres personas con puntos
inclinados desde diferentes ópticas de interpretación de la Constitución entrante, algo que conlleva
a reflexionar si cada uno de estos personajes entendió la Constitución a su manera y esta es una
sola; o para cada uno de ellos desde su espacio y necesidad de satisfacción y garantía en afinidad
de sus derechos, ven la materialización en una Constitución diseñada para cada uno de ellos, es
decir : “… parecían desembocar más que en tres concepciones de una única Constitución, en tres
constituciones diferentes …” ( Pág. 129 Luño).
Las concepciones a que se referían son las siguientes:
-. Fundamentación iusnaturalista objetivista: iniciando su investigación el hombre topo se entrevista
con el Párroco, quien considera que, los derechos y libertades plasmados en la nueva Constitución
son la respuesta de una inspiración iusnaturalista; de tal manera que la positivización de los
derechos humanos, es concebida desde las premisas iusnaturalistas como la consagración
normativa de unas exigencias previas, de unas facultades que le corresponden al hombre por el
mero hecho de serlo, en conclusión por su propia naturaleza; por esto al ordenamiento jurídico no le
incumbe crear u otorgar derechos y libertades de la persona, sino que su función incide en
“reconocer” esos derechos inviolables e inherentes al ser humano, que son superiores a las leyes
positivas y al arbitrio de los gobiernos…” al respecto, el hombre topo entiende que: “… este
fundamento no debe situarse en un orden ontológico cerrado y ahistórico de valores metafísicos,
eternos e inmutables; dado que se corre el riesgo de que un sector de la sociedad sintiéndose
interprete y portavoz de ese orden axiológico objetivo, intente imponer una “tiranía de valores” a los
demás, lo que sería abiertamente incompatible con un sistema abiertamente pluralista …”.
-. Fundamentación positivista: El Empresario parte su tesis con una fundamentación liberal, quien
encierra un gran valor para garantizar las libertades públicas de signo individual; comenzó aclarando
que cualquier reflexión sobre el significado de los derechos fundamentales en la Constitución, debe
partir de la definición del sistema político como Estado de Derecho, dado que este tipo de Estado,
tiene como objetivo prioritario la garantía, a través del Derecho, de la libertad de los ciudadanos ante
la injerencia del gobierno, aplicando la separación de poderes, el respeto al Principio de la
Legalidad, y la independencia de los jueces y todo ello a fin, también, de salvaguardar el orden
económico social establecido. Manifiesta que la adjetivación de “social y democrático” no pueda
entenderse de otro modo que como una cláusula programática dirigida a encausar en beneficio de
todos los ciudadanos la acción de los poderes públicos. “… pero, en modo alguno, debe
interpretarse esa adjetivación social y democrática como un mandato jurídicamente exigible dirigido
a los poderes públicos, para una transformación económica y social encaminada a la protección de
las clases menos favorecidas, a través de una política tendiente a una redistribución equitativa de
riqueza…” (pág. 131 Luño).
La Constitución debe leerse en clave garantista, es decir, como un instrumento jurídico para
mantener y asegurar el “statu quo” económico y social; para el Empresario lo anterior es la
interpretación acertada ya que esta se corrobora al comprobar el conjunto de artículos esenciales y
en los que se emplea el término “garantizar”, como prueba inequívoca de la orientación del texto. Por
su parte el hombre topo admite que para alcanzar la condición de derechos fundamentales, es
preciso que los valores expresados en los derechos naturales hayan sido objeto de recepción
normativa en el Derecho Positivo, preferentemente en el texto constitucional. Pero ello no implica
que el Derecho positivo sea la única fuente de fundamentación de los derechos y libertades, porque
de aceptarse esta idea, de acuerdo con las premisas de un estricto positivismo jurídico, se
desembocaría en la imposibilidad de llegar a cualquier justificación de los derechos fundamentales
que trascendiera al orden jurídico positivo -.
Fundamentación alternativa: El Abogado Laboralista es una persona más contemporánea que los
anteriores interlocutores, siendo así, una persona con alta credibilidad como lo acreditaba en
abundantes testimonios; de inmediato hizo conexión ante la consulta del hombre topo, ya que para
él “… nada que afectara a la aplicación de los derechos fundamentales consagrados en la
Constitución le era ajeno o indiferente …”, inicia la exposición de su punto de vista manifestando: “…
que a su juicio la Constitución no puede ser contemplada como la meta de llegada o el balance de
cambio en un sistema político y social, sino que es el punto de partida para un amplio programa de
transformaciones profundas; de ahí que los derechos fundamentales constitucionales no puedan ser
considerados como categorías dirigidas a “reconocer” valores o ideales eternos, ni, instrumentos
encaminados a “garantizar” el statu quo económico y social …”, continúa su exposición manifestando
de manera categórica que, “… más allá de las formas lingüísticas utilizadas, no siempre con acierto
constitucional, los derechos fundamentales son, ante todo, mecanismos para “promover” e impulsar
ese ambicioso programa de transformaciones políticas, sociales y económicas; los artículos que
emplean expresamente el término “promover” son los que reflejan la auténtica voluntad
constitucional… ” ; para él, “… cuando la constitución usa las expresiones “reconocer” o “garantizar”
lo hace por plegarse a la inercia de fórmulas heredadas del pasado …” (Pág. 124 – 125 Pérez
Luño).
Pregunta1.1
Diga si en la Constitución de 1991 y en los Acuerdos de la Habana, también se recogen los verbos:
“promulgar”, “reconocer” y “garantizar”.
Para responder este punto y concentrándonos ahora en la realidad de nuestra Constitución Política
promulgada en el año 1991, en su artículo 2, localizamos los verbos “promover” y “garantizar”
indicados en la pregunta; el artículo 2 de nuestra Constitución se estructura con base a principios
constitucionales mediante los cuales se establecen los fines del Estado.
Artículo 2. Fines esenciales del Estado: “servir a la comunidad, “promover” la prosperidad general y
“garantizar” la efectividad de los principios, derechos y deberes consagrados en la Constitución;
facilitar la participación de todos en las decisiones que los afectan y en la vida económica, política,
administrativa y cultural de la Nación; defender la independencia nacional, mantener la integridad
territorial y asegurar la convivencia pacífica y la vigencia de un orden justo. Las autoridades de la
República están instituidas para proteger a todas las personas residentes en Colombia, en su vida,
honra, bienes, creencias, y demás derechos y libertades, y para asegurar el cumplimiento de los
deberes sociales del Estado y los particulares”.
Para efectos de congruencia, referente a los verbos encontrados, pasaremos a hacer una breve
delineación del significado de cada verbo; así las cosas y en su orden, en primer lugar encontramos
al verbo “promover”, el cual según su disposición es un verbo de carácter transitivo cuyo significado
es el siguiente:
Promover:
1. Fomentar o favorecer la realización o el desarrollo de una cosa, iniciándola o activándola si se
encuentra paralizada o detenida provisionalmente.
2. Hacer que se produzca un hecho como respuesta o reacción a algo.

En segundo lugar encontramos el verbo “garantizar” que igualmente se refiere a un verbo transitivo
cuyo significado es el siguiente.

Garantizar:
1. Dar garantía o seguridad de que determinada cosa se va cumplir, va ocurrir o realizarse.
Sinónimo: asegurar.

Al Verbo Reconocer: Lo hallamos en el artículo 93 de nuestra Constitución: 


Art. 93: Los tratados y convenios internacionales ratificados por el Congreso, que reconocen los
derechos humanos y que prohíben su limitación en los estados de excepción, prevalecen en el orden
interno.
Los derechos y deberes consagrados en esta Carta, se interpretarán de conformidad con los
tratados internacionales sobre derechos humanos ratificados por Colombia.
Incisos 3 y 4 adicionados por el artículo 1 del Acto Legislativo No. 2 de 2001. El nuevo texto es el
siguiente:
El Estado Colombiano puede reconocer la jurisdicción de la Corte Penal Internacional en los
términos previstos en el Estatuto de Roma adoptado el 17 de julio de 1998 por la Conferencia de
Plenipotenciarios de las Naciones Unidas y, consecuentemente, ratificar este tratado de conformidad
con el procedimiento establecido en esta Constitución.
La admisión de un tratamiento diferente en materias sustanciales por parte del Estatuto de Roma
con respecto a las garantías contenidas en la Constitución tendrá efectos exclusivamente dentro del
ámbito de la materia regulada en él.
El verbo reconocer nos trae una generalidad de significados que expondremos a continuación:
Reconocer:
1. Distinguir o identificar a una persona o una cosa entre varias por una serie de características
propias.
2. .Examinar con cuidado y atención una cosa o a una persona para conocer mejor su estado y
formarse un juicio acerca de ella.
3. Admitir o aceptar, en contra de lo que se había defendido o de los propios gustos, la certeza o
realidad de lo que se dice o sucede. “todos reconocieron que era imprescindible llevar a cabo una
acción conjunta".
4. Admitir una cosa como legítima o auténtica.
5. Aceptar como legítimo un nuevo gobierno o un nuevo estado de cosas establecido en un país.

Ahora bien, vemos como con la incorporación de los verbos transitivos (ya descritos) el Estado pasa
a convertirse en el sujeto activo adquiriendo grandes responsabilidades; el constituyente se ocupó
de tramar e hilvanar cuidadosamente cada principio constitucional fundante y pilar de la nueva
Constitución de 1991, atraídos por el influjo de la Constitución Española de 1978, de donde
adoptamos e incluimos los verbos referidos. Iniciamos un nuevo punto de partida cuya esencia es la
de alcanzar un resultado favorable para todo aquel que necesitare acogerse a la esplendidez y
derroche de garantías e igualdades plasmadas y que ahora ofrece la Constitución al
autoproclamarnos como un “Estado Social de Derecho”. En tal sentido nuestro Estado ahora es
acreedor de grandes deberes dado a su compromiso que se deduce en el Estado de Bienestar y de
“procura existencial” para cada uno de sus asociados.
Es importante recordar que venimos de un Estado y Constitución Liberal a los cuales renunciamos;
estado instituido en columna de la “legalidad” como principio, es decir “ la autoridad solo podía hacer
lo que ordenaba o indicaba la ley ”, un Estado que NO reconocía los perjuicios causados continuando
la línea del absolutismo y, en el que su premisa mayor fue: “ lo propio del Estado es imponerse a
todos sin compensación”.
Por las razones anteriormente expuestas, creemos que el constituyente aprovechó la oportunidad
para dejar atrás un Estado que se regía y movía en torno a su principio de Legalidad; su función
estaba lejos del entorno de la protección y garantías exageradas para sus administrados, pero en el
que mal o bien surgió y sobrevivió parte de muy buenas generaciones, nos apartamos de una
Constitución Liberal, para dar paso a una Constitución fundada en principios constitucionales de
máxima relevancia y connotación, entre ellos señalaremos por su preeminencia y relación con el
tema que nos ocupa, los siguientes: “respeto por la dignidad humana” , “solidaridad”, “igualdad” y
“equidad”, que se convierten en columna vertebral del Estado, para asumir la responsabilidad en
caso de un daño antijurídico estipulado en el universo del artículo 90 de la Constitución Política.
Acuerdo de la Habana: En relación con El Acuerdo de la Habana, los verbos: “promover”,
“garantizar” y “reconocer” fueron inscritos de manera reiterada en cada punto del convenio, esto
quiere decir que los mandos de la extinta FARC, no titubearon en dar rienda suelta a cada verbo
para todas sus pretensiones y así revestir el cumplimiento de lo que se estaba pactando por parte
del Gobierno; de esta manera y para dar mayor claridad a lo que expresamos, pasaremos a
relacionar la cantidad de veces que se repite cada verbo en el Acuerdo de la Habana:
Examinando el Acuerdo Final de la Habana, con fecha de expedición 24 de noviembre de 2016,
encontramos el verbo “garantizar “ repetido 251 veces; encontrándolo en: el Preámbulo, en la
Introducción, en el punto No 1 “Hacia un Nuevo Campo Colombiano: Reforma Rural”, en el punto No
2 “Participación Política: Apertura Democrática para Construir la Paz”, en el punto No 3. “Fin del
Conflicto” cabe anotar que en este punto se repite el verbo aludido de manera insistente; en el punto
No 4. “Solución al Problema de Drogas Ilícitas” y en el punto No 5. “Acuerdo sobre las Víctimas del
Conflicto: Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición”, incluyendo la
Jurisdicción Especial para la paz y Compromiso sobre Derechos Humanos”, así como también en
sus anexos y los llamados “Otros Acuerdos y Proyecto de ley de Amnistía, Indulto y Tratamientos
Penales Especiales”. El “verbo promover” se encuentra repetido 142, veces también en cada punto,
siendo su ´última aparición en la pág. 283 y finaliza en su orden descendente numérico, encontrando
el “verbo reconocer” reiterado 19 veces, iniciando en la pág. 6, que corresponde a la Introducción, en
los puntos núm. 2, 3, 4 y 5 en lo referido a la Jurisdicción Especial para la Paz, en lo concerniente al
“Acuerdo de Desarrollo del numeral 23 del Acuerdo de Creación de una Jurisdicción Especial para la
Paz”. Finalizando en la página 194, en uno de los puntos de los “principios generales para la
implementación que se denomina: Profundización de la democracia y “construir sobre lo construido”.
Pregunta 1.2
Análisis de Sentencia T 881 de 2002.
Elegimos la sentencia T 881 de 2002, como quiera que se relaciona de manera directa con los
puntos desarrollados hasta el momento; esta sentencia trata sobre la vulneración de un principio
pilar de la Constitución de 1991, “el Principio de La Dignidad Humana”.
Relato de los hechos:
“…1. En el segundo semestre del año 2000, el Instituto nacional penitenciario y carcelario INPEC y
el Distrito Turístico y Cultural de Cartagena de Indias, celebraron el convenio interadministrativo No.
1580 de 2000, mediante el cual el INPEC se obligó, entre otras, a recibir en la Cárcel de Distrito
Judicial de Cartagena a los contraventores enviados por las autoridades del Distrito de acuerdo con
las leyes vigentes en la materia; a su vez, el Distrito de Cartagena se obligó entre otras, a “cubrir el
pago de los servicios públicos que demande la utilización del pabellón designado por el INPEC para
los contraventores en proporción equivalente al uso del mismo.
2. En virtud de la ejecución del referido convenio, la Cárcel de Distrito Judicial de Cartagena, desde
el mes de marzo del año 2001, inició la atención de los contraventores cuyo número había oscilado
hasta el mes de septiembre de 2001 entre 180 y 200 personas. Esta situación encareció los costos
de funcionamiento del plantel carcelario, entre ellos el rubro a pagar por concepto de energía
eléctrica.
3. A pesar de que el INPEC hasta la fecha de los hechos (Septiembre de 2001), había cumplido
todas las obligaciones contractuales, el Distrito de Cartagena se desentendió por completo del
asunto, iniciando una cadena sucesiva de incumplimientos, entre los cuales se encuentra el no pago
proporcional de los servicios públicos en función del uso de los mismos por parte de los
contraventores.
4. Simultáneamente, la Cárcel de Distrito Judicial de Cartagena, por diversas circunstancias, entre
las que se cuentan la insuficiencia de la partida presupuestal para el pago de los servicios públicos y
el encarecimiento de los precios de los mismos, por lo referido en los numerales anteriores, omitió el
pago oportuno de las facturas por concepto de energía eléctrica a la empresa Electrocosta.
5. A pesar de la situación de incumplimiento, la Directora de la Cárcel de Distrito Judicial de
Cartagena, Dolores Guerra Millán, adelantó todas las conductas necesarias para evitar el inminente
racionamiento en el suministro de energía a la Cárcel de Distrito Judicial de Cartagena.
6. A su vez la empresa Electrocosta, amparada en el artículo 140 de la ley 142 de 1994, y en virtud
del incumplimiento del contrato de condiciones uniformes celebrado con el INPEC, inició desde el
mes de agosto de 2001, una serie de racionamientos diarios en el suministro de energía prestado a
la Cárcel de Distrito Judicial de Cartagena, por espacio de 5 a 6 horas diarias.
8. A partir de esta situación irregular, día 9 del mes de septiembre de 2001, el señor Austreberto de
Ávila y 10 personas más, recluidas en la Cárcel de Distrito Judicial de Cartagena “San Sebastián de
la Ternera”, presentaron acción de tutela contra la empresa Electrificadora de la Costa Atlántica
S.A…”
Es fácil advertir las consecuencias y desencadenamiento de problemática a partir del racionamiento
de energía se empezaron a presentar los siguientes hechos:
Primero: el suministro de agua para usos sanitarios se opera mediante el uso de motobombas, para
que éstas funcionen se requiere energía eléctrica.
Segundo: por razones de seguridad carcelaria, no existen fogones de gas, por tanto la cocción y
preparación de los alimentos al interior del penal se realiza mediante estufas eléctricas.
Tercero: por el lugar geográfico (costa caribe) las situaciones ambientales son en ocasiones
insoportables y ante el calor excesivo se hace necesario el uso de abanicos o ventiladores que
también funcionan con energía eléctrica.
Cuarto: por el estilo y la época de la construcción de la cárcel, existen zonas muy oscuras en las que
se hace indispensable la iluminación artificial, la cual opera por razones de seguridad mediante
energía eléctrica.
Quinto: el número de personas recluidas es cercano a 1200.
Como podemos ver, todo lo anterior fue provocado por los racionamientos de energía eléctrica a los
que fueron sometidos los internos de la cárcel mencionada en condiciones inclementes, situaciones
de permanencia que se tornaron infrahumanas, contexto que un Estado Social de Derecho
predicado mediante la Constitución de 1991, le correspondía revisar en el contenido de los principios
de uno de los pilares fundantes como lo es la Dignidad Humana.

Es así como la Sala de la Corte Constitucional encargada de la revisión de Tutela, realizó una
recapitulación de la disposición jurisprudencial en la cual se determinó la esfera del término de la
Dignidad Humana, que como entidad normativa se puede entender en dos formas, “… a partir de su
objeto concreto de protección y a partir de su funcionalidad normativa …”.

Afirmamos la importancia y excelsitud que se deriva de una síntesis emitida de la confección


jurisprudencial a lo referente del contenido de la expresión Dignidad Humana, que como entidad
normativa de ella se desprenden dos maneras para su máxima expresión constitucional: una es a
partir de su objeto concreto de protección y la segunda parte de su funcionalidad normativa; de lo
anterior la Corte a través de jurisprudencia ha trazado tres lineamientos claros y totalmente
diferenciables que a continuación enunciaremos:

Dignidad Humana Como Objeto Concreto de Protección:


1- La Dignidad Humana entendida como autonomía o como posibilidad de diseñar un plan vital y de
determinarse según sus características (vivir como quiera).
2- La Dignidad Humana entendida como ciertas condiciones materiales concretas de existencia (vivir
bien).
3- la Dignidad Humana entendida como intangibilidad de los bienes no patrimoniales, integridad
física e integridad moral (vivir sin humillaciones).

Dignidad Humana a partir de su Funcionalidad Normativa:


1- La Dignidad Humana entendida como principio fundante del ordenamiento jurídico y por tanto del
Estado, y en este sentido la dignidad como valor.
2- La Dignidad Humana entendida como principio constitucional.
3- La Dignidad Humana entendida como derecho fundamental autónomo .

Conclusión:
Vemos entonces como la Corte Constitucional partiendo de la base de la naturaleza jurídica, de los
principios fundantes de nuestro Estado Social de Derecho y de la expresión “Dignidad Humana” y de
la garantía de su protección como derecho fundamental y como principio constitucional emite una
sentencia en la que aparece el verbo transitivo promover de la que esencialmente en su contendido
apreciamos: que la prestación de un servicio público de manera continua y eficiente el artículo 365
de la C.P establece: “los servicios públicos son inherentes a la finalidad social del Estado y el
designio social que debe garantizar el Estado frente a la prestación eficiente de ellos ”, de lo anterior
surge del análisis de los artículos 1° y 2°, de la Constitución que los instituye como uno de los
principios fundamentales de los fines del Estado; por lo tanto, los servicios públicos son el medio por
el cual: “el Estado realiza los fines esenciales de servir a la comunidad, “promover” la prosperidad
general y “garantizar” la efectividad de los principios, derechos y deberes constitucionales”
(Sentencia T 406 de 1993).

Pregunta No 2.
En el acuerdo de la Habana o en las reformas constitucionales que se realizaron para poderles dar
desarrollo, ¿hay normas constitucionales inconstitucionales?

En efecto, como se advierte en el procedimiento especial legislativo le dio espacio al denominado


“Fas Track” o vía rápida, de la que se valió el Congreso con el propósito de acortar el tiempo
reglamentario para así dar paso y permitir los trámites legislativos de la reforma constitucional y de
las leyes ordinarias que se presentaron en tal sentido, iniciativas que en su orden tuvieron prelación
tanto en las Comisiones respectivas, así como también, en las sesiones plenarias de Cámara y
Senado.
En consecuencia, para que una Reforma Constitucional sea acorde a la Constitución, se tiene que
hacer en ocho votaciones distintas, las primeras cuatro en un mismo periodo legislativo con dos
debates en el Senado y dos en la Cámara, mientras que el periodo inmediatamente seguido de
sesiones se tramita la segunda vuelta, con otras cuatro votaciones.
Así las cosas, y a pesar de que el propósito buscado por medio del “Fas Track” fue aceptado por una
buena parte de la población de Colombia dada la urgencia con miras hacer posible la
implementación del acuerdo, lo cierto es que esta Reforma violó el artículo 375 de la Constitución
Política, el cual de manera taxativa indica la forma por medio de la cual se puede hacer una Reforma
de la Constitución a través de Actos Legislativos:
Art. 375.
“Podrán presentar proyecto de acto legislativo el Gobierno, diez miembros del Congreso, el veinte
por ciento de los concejales, o de los diputados y los ciudadanos en un número equivalente al
menos, al cinco por ciento del censo electoral vigente.
El trámite del proyecto tendrá lugar en dos periodos ordinarios y consecutivos. Aprobado en el
primero de ellos por la mayoría de los asistentes, el proyecto será publicado por el Gobierno. En el
segundo periodo la aprobación requerirá el voto de la mayoría de los miembros de cada cámara.
En este segundo periodo solo podrán debatirse iniciativas presentadas en el primero”
Encontramos varios autores que sostienen que los valores y principios constitucionales no son
meros postulados programáticos, sino verdaderas normas jurídico-positivas, obligatorias para todas
las autoridades que ejercen el poder, incluidos quienes administran justicia; en tal sentido en esas
normas se refleja la ideología filosófica y política de una Constitución.
Uno de ellos, es el profesor español Antonio Pérez Luño, que en su obra "Los derechos
fundamentales", subraya la primacía hermenéutica de los valores, " hasta el punto de determinar la
inconstitucionalidad de las propias normas constitucionales que contradigan su sentido ".
Cerramos este punto con una reflexión y ella es la falsa creencia de que el Derecho es norma de
norma y nada más.
Pregunta 2.1
¿El gobierno puede por Estado excepcional sacar reformas Constitucionales?
Previo a emitir un concepto frente a la pregunta propuesta, es menester comprender de qué se trata
el Estado de Excepción, para lo cual nos remitimos al art. 212 y subsiguientes de la Constitución
Política, en los cuales anota tres estados de excepción y que son: Guerra Exterior, Conmoción
Interna y Emergencia; estos postulados están llamados a operar en los escenarios de la normalidad
y anormalidad sujetos al imperio de la Constitución. Es importante resaltar que antes de la entrada
en vigencia de la actual Constitución, estos mecanismos eran conocidos como “Estado de Sitio”,
figura que permitía a los jefes de Estado de turno, la extralimitación de su ejercicio como autoridad y
desconocer los derechos humanos tanto de los insurgentes, así como de los ciudadanos vulnerando
sus derechos fundamentales, por lo tanto es de suma relevancia que en la nueva Constitución, se
limitara atribuciones endilgadas al poder ejecutivo en el momento de decretar Estados de Excepción,
que solo proceden en casos realmente excepcionales, de extrema gravedad, que pongan en riesgo
la estabilidad de la Nación, cuyo principal fin es la regulación de las relaciones humanas entre sí, su
interacción con el Estado y la relación de los órganos y ramas del mismo en situaciones de
normalidad.
Siguiendo la línea y en consecuencia con lo anterior, daremos una breve definición a cada uno de
los elementos mencionados en líneas anteriores:
-.Estado de Guerra Exterior: como previamente lo manifestamos, se encuentra plasmado en el art.
212 de la C.N, procedería en tal caso que nuestro Estado se vea en la necesidad de enfrentarse con
otro Estado sin haber podido solucionar sus diferencias a través de la solución pacífica de conflictos
existente en el marco Derecho Internacional, esto con miras a defender la soberanía Nacional a
causa de alteraciones de orden público internacional.
Adicionalmente, a la luz de la Constitución Política se resalta que “… los decretos legislativos que
dicte el Gobierno suspenden las leyes incompatibles con el Estado de Guerra, rigen durante el
tiempo que ellos mismos señalen y dejarán de tener vigencia tan pronto se declare restablecida la
normalidad. El Congreso podrá, en cualquier época, reformarlos o derogarlos con el voto favorable
de los dos tercios de los miembros de una y otra cámara”.
-.Estado de Conmoción Interior: En este caso y como lo precisa el art. 213 C.N, se turba el orden
público nacional o interno; para tal efecto la declaratoria puede ser total o parcial en todo el territorio.
Las causas que dan origen a este instrumento constitucional surgen cuando se atente de manera
grave contra “… la estabilidad institucional, la seguridad interna del Estado o la convivencia …”,
además está limitado a un término de 90 días que pueden ser duplicados por decisión del Gobierno
Nacional, previo concepto favorable del Senado de la República.
La Constitución Política señala que “ los decretos legislativos que dicte el Gobierno podrán
suspender las leyes incompatibles con el Estado de Conmoción y dejarán de regir tan pronto como
se declare restablecido el orden público…”.
-.Estado de Emergencia: como bien lo señala el art. 215 de la Constitución Plítica, este mecanismo
se da aplicabilidad cuando no procede ninguno de los fenómenos jurídicos de los arts. 212 y 213
ibídem, en casos tale como, de “ orden económico, social y ecológico del país o que constituya grave
calamidad pública…”. El término establecido para su vigencia es de 30 días prorrogable. Además de
lo general aplicable a este particular instituto, tiene las siguientes reglas especiales: mediante él se
pueden establecer transitoriamente tributos, que regirán hasta el último día del año fiscal siguiente.
Habiendo hecho uso de este mecanismo el Gobierno deberá comunicarlo al Congreso, para el
efecto reunirlo si no estuviere reunido, para que a los diez (10) días de vencida la declaratoria se
ocupe del estudio de los respectivos decretos. El informe que sea presentado por el gobierno será
estudiado por el Congreso y se pronunciara sobre la conveniencia y oportunidad de la declaratoria y
las medidas tomadas. “ El congreso podrá durante la vigencia del tributo mediante ley tomar
determinaciones al respecto, bien para derogar, modificar, ampliar...”.
Ahora bien, ya analizados cada uno de los instrumentos jurídicos que nos ofrece la CP,
presentaremos nuestra postura frente al fondo de la pregunta efectuada, en los siguientes términos:
Es importante precisar que a través del art. 374 de la CN se establece las formas en que nuestra
carta puede ser reformada y que son: i) por el Congreso, ii) por una Asamblea Constituyente, iii) por
el pueblo mediante referendo; cómo podemos observar a la luz de la norma suprema, no se
estableció que el Presidente de la República mediante decretos emanados dentro de la declaratoria
de los Estados de Excepción pudiera reformarla, esto como consagración del principio de separación
de poderes previsto en el art. 113 superior, lo que deriva en que, por regla general la reforma de la
Constitución Política debe ser el congreso y no por la rama ejecutiva o judicial sin perjuicio de la
operatividad del principio de Colaboración Armónica; aunado a lo anterior, es pertinente señalar que,
la Corte Constitucional a través de su jurisprudencia ha indicado que la Constitución de 1991, “ está
dotada de supremacía y de rigidez, por lo cual su reforma exige procedimientos especiales
agravados en especial en dos aspectos: “… mayorías más estrictas y procesos de aprobación más
largos…”; de tal manera que, cuando hablamos de que la Carta Política se puede reformar a través
de Actos Legislativos promovidos por iniciativa del Congreso, la ciudadanía, el Gobierno o los
organismos representativos del orden territorial, deben tener ocho debates y dos vueltas, que
adicionalmente solo pueden discutirse y aprobarse en periodos ordinarios y consecutivos, en la
segunda vuelta los cuatro debates deben contar con mayoría absoluta y tiene control constitucional
por acción posterior a su promulgación.
Dicho lo anterior, es propio que en ocasiones el Constituyente le confiera directamente al ejecutivo
facultades para expedir normas con fuerza material de ley, normas que están contempladas en el
numeral 10 del art. 150 de la Constitución Política, siendo una clase especial de leyes, por medio de
las cuales el Congreso, titular de la facultad legislativa, se sustrae de ella para habilitar hasta por
seis meses al Presidente de la República y por solicitud de éste para legislar por una sola vez
mediante dichos decretos. Esta posibilidad es de carácter extraordinario, revestida de especiales
exigencias y garantías para intentar detener o eliminar los inconvenientes que puedan presentar este
tipo de concentración de poderes.
Finalmente, los decretos dictados por el Jefe de Estado en ejercicio de facultades extraordinarias y
decretos dictados en estados de excepción se diferencian principalmente en cuanto a su estructura y
en cuanto a su razón de ser. En el caso de los decretos legislativos no existe autorización previa por
parte del Congreso para ejercer la función legislativa, mientras que en los Estados de Excepción hay
una potestad normativa que es originaria para el ejecutivo ya que es la propia Constitución la que
habilita al Presidente para legislar sin que medie una ley del Congreso, en este caso la intervención
del Congreso sólo es posterior, y como ya se ha dicho, esta potestad se ejerce por razones de
urgencia. Al respecto la Corte Constitucional mediante la Sentencia C-153 DE 1993 señaló: “a
diferencia de lo que pasa en el ejercicio de las facultades extraordinarias, se van agotando en
cuando se van usando, en razón de que el Presidente no actúa aquí como legislador permanente
sino que está cumpliendo una función entregada por el Congreso, en el caso de las atribuciones en
los estados de excepción la naturaleza de las situaciones que se pretenden conjurar que son
variables y requieran una reacción inmediata hace que la posibilidad de cambio o adaptación sean
propias de las atribuciones que la constitución le da al Estado”. Es así como las normas dispuestas
por el Presidente de la República se deben ajustar plenamente a las disposiciones de la Constitución
Política, muy a pesar de ser proferidas dentro de la declaratoria del Estado de Excepción no puede
reformar la misma.

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