Está en la página 1de 1

¿Quién no ama los placeres y desea gozar de lo bello?

Sólo los miedos impiden encuentros que la carne apetece.


Hemos convertido en infierno este paraíso.
Absurdas normas elevadas como banderas
y con la espada impuestas a base de castigos
han traído la envenenada manzana hasta la cuna de los niños.
Miserables,
los hombres nos creemos virtuosos cuando somos gilipollas.

Francisco López Matas

También podría gustarte