Está en la página 1de 1

Sabemos que vamos a morir,

pero no sabemos cuándo (salvo


los suicidas).
Por si acaso, aprovechemos el momento.
Mañana podríamos estar ya muertos.
La sabiduría no es suficiente,
es más: no sirve de nada.
El animal no la necesita para entregarse
plenamente al presente.
Nosotros, presos de hábitos y miedos,
de domesticación mediante reforzamientos y castigos,
acabamos desorientados del sentido único
de la vida: satisfacer lo más completamente los deseos.
Así, aunque los avances técnicos nos ayudarían
a una casi perfecta satisfacción, esta jaula
en que habitamos rodeados de muros de normas y límites,
de envenedados juicios electrificada,
nos mantiene miserablemente adictos
a circos y religiones, a drogas múltiples,
sucedáneos, circos, sin vuelo alguno
de nuestro alma, de alas dotada y anhelo de alturas,
de libertad.

Francisco López Matas

También podría gustarte