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PRECIOS DE SUSCIÍICIÜN. ANO X X X . —NUM. X L V I I . PRECIOS DE SUSCRICIÓN, PAGADEROS EN ORO.

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&S0. SEMSSTKÍ.

Madrid.... 35 pc^L'tas. iB pesKlHS, 10 pesetas.


ALCALÁ, 23. Cnba, Puetto-RicD y Filíiiinsa.,, II pea03 tnerica. 7 pesos fnerteí.
Provincins. 40 id. !l M. ][ id. DenTás Estados úc Auiéríca y
Eitranjero. ¡a id. 26 id. 14 id. M a d r i d , 23 d e D i c i e m b r e d e if Asia 60 pesetas d francos. 3S peseUB 6 franooi.
'é'

EL G E N lí Jí A i. C O N D E D E iM O L T K E
• J E F E SUPERIOR DEL ESTADO M.AVOR ALEMÁN.
3G2 LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA Y AMERICANA. N." XLVII

SUALVRIO. tuvo fuerzas ]iara llegar hasta el portal de su casa, y allí catástrofe. El ave que equivale en género á los guardianes
cayó bañado en sangre, falleciendo á las cuatro horas, no del f^crrallo es desplumada á toda prisa por los que quie-
sin declarar antes qne no conocía al agresor. ren ajjrovccharsc de sus carnes. Todas las industrias que
TEXTO.—Crónica Rcncml, por D . José Fernándcr: nrcmón.—Nueslros ETaba- Las costumbres modestas y pacíficas de la víctima hicie- ha inventado el hombre para recreo del estómago, jircpa-
ilns , por D. Euscbiti Hn.rTÍneí IÍK VL-lnítri. — So'notn'íJii-. relación di: Nn-
chtbueria, piir í'cí-Ha'Jj'ííir {D. Isidorn. Fürnáfldux Flórt^).—l.ittniliiia aiiii:-
ron creer que aquel asesinato ]iudiera ser una horrible ran sus manjares m;is suculentos. Los muchaclios sallan de
ricjmn , p.ir D. J. F. Sanmanfn y Aguirre.^SMcntiurn , ptJiísin., pot I>. Ma- equivocación. Escritor estimable, no tenia una de esas placer.
imtl dL-lPalac¡(i.—¡ Cruel!, piicsfa.por U. Tti'itilii Laealle.—Nii[:Mrii Siiple- grandes reputaciones ó ]>0HÍción que hicieran atribuir su Contemos la historia de dos pavos.
nicnla ^^li^t¡co.;po^ E. M. üc V.—Recueráiis di; Cutnca , por V . - - L a Plaxa
M a / o r un l3K PascuaK de Naviiiad, |xir X — L i b r a s presi;nrailiis á tsla Re- muerte á las ¡deas, ni era uno de esos escritores agresii'os — i Vaya unas carnes las tuyas ! —decía un pavo gordo á
dnccióti Dar aulorcsó eiiilarcs. p o r V . ^ S u e l I n s — Advenenaias. — Anunciiis. y personales que provocan odios y venganzas: y los que le otro nuiy llaco:— \ te atreverás á presentarte en esqueleto
—Sui'LESiESTo.—Silutla-s de Puscvia, |X)r D. E fttÁs y Prat.—Rl arle en conocían y trataron no se explican, en las condiciones de
B.ircrl(ina, |jor D. Luis ALftiníO.—Tipas inarlrilefi.>s, por D. Carliii Pron-
al certamen que se acerca? Los míos si que son muslos;
launí,—Dolora, pcesia, por D. Josú M.irla Cnrcia MarUneü.—Carta á Con- su vida , aquel trágico fin. La desaparición del asesino y la mira cuánta carne tienen mis alones: soy todo manteca: tú
auelu, pocsia, pnr D. JiMÉ J.iekíon Vevan. - Música p"pular, pi>r IJ. Eduar- falta de datos para esclarecer el crimen han hecho lemcr á no honras á la clase.
do áit Palacio.—Cerlaroun cientldco, litErjriu y musical, pnr X.—Anuntios. codo el mundo que pueda quedar impune. ¿Tendrá la suerte — Tienes razón; no debo ir al mercado n¡ salir de este
y la sagacidad suficiente la nueva Dirección de Seguridad corral: tales cosas me contaron de las Pascuas, que [jcrdí el
GR.\LAI)ÓS.—RelTatodel Rt-neral Conde lie Molike. jefe syperinr .Leí E.siaJo
ifayiir alem;in.—¿íi Misa del Guilo, com pus icio ti j- dibujo ik Hiuilnvetí —
para descubrir al agresor ? En estos crímenes obscuros es apetito y las carnes.
A'íjíijíííí'ííí, compíisidün y dibujo de |-li:niiene);ildo Katevan. Ciihiumbres en donde puede acreditarse una buena jiolicia. — ; Qué te contaron?
IKipulartb de Madrid; La Plaza Jtavor un Pascua? lir Navidad, dibujo origi-
nal dr: J, Araujo, —Suciedad de VeloiM|H--diMas de iVJ.idrid: Cirreras verifica- Adversarios del Sr. (iarcia \''ao, deploramos con indigna- — Me dijeron que nos cebaban para asarnos v comérse-
das L'n ¡US Jardines del Buen Huliro el =M de Niivienibte último. (Diliujo del ción tan bárbaro crimen, y deseamos su castigo. nos. Tú estás á ]Hinto, amigo mío. Viéndote, recobro el
natural, pi>i Combii). - Recuerdos de vi;iii-: Silueía^ du la ciu 'ad de Cuenca
•f cocina improvis,-iiLa por Lbaidy en el paiiii de las Kscuel-s de A^iirre,
apetito.
ínauH-railaB rfciuniemenie. ílJibuja del natural, puT Campuianti.V—Retrato —-Lo dices par;i asustarme. Pues no lo conseguirás; en
lie D, Fausto Tuodtiro de Aldrey, íunda.dor )• liirLUlor dt; La Opinión Na-
cional át: Caracas (Venczi;ela];f en Caracas, en aSSó.
Ha fallecido en estos días un antiguo periodista, que fué prueba de ello, mírame comer.
también magistratlo en la Audiencia de la Habana. Don —Veo tu enjuuilia ])cgada en la pared de la cocin;i. ¿No
SUPLEMENTO.—Bellas Artes: Don Jaime T el í'pHftt/í/Oííu'-, eslntini ecuestre (iabriel Estrella procedía del partido moderado; fué direc- comprendJas, cuando nos alimentaban cou nueces v otros
m u d e l a d a p o r D . Agaiiiio Vallmiljain. íDu fntogriría reniinda par D. Luis tor de Lii E.'^piv'ií!, uno de los dianos más iinportanics del regalos, cjuc eso tendría alguna intención? Cuando los
Alfouso.J—MimumenlOB nrifMicos de ll^jiaíia: Rctaiiln de! altar mayuren la periodo de 1S4ÍJ al 6S, é ingresó en la unión liberal en una hcMubres halagan y engordan á alL;nien,no es ]>ara hala-
•' cii;edra.l de PliLseniia. (De fot;igraf[a ile Laurent.)—En c-1 esírenn tU un
driima. cuadro de E. Schachinfií'r. (¡íe foli)i¡raría directa.) — Retraln lie de las divisiones del partitlo. Había escrito para el teatro, y garle y engordarle, sino parii comérsele después.
S. K, Hussein Sermed Effendi, ministro plenipotenciario de Turijuia. ijue la mayor parce de sus artículos de fondo se publicaron sin — ¡Calla, miserable esqueleto!
fué, cercade la curte de Kspafin. - Retrato del Hcnetal Pitlit!, icfc del cua'lo firma, por lo cual su reputación política y literaria nn era
loiliUr deí Pieüidento de la R(:|)ública Irancesa; -f en Parií. <d 3 del actual, — ¡Esqueleto! Quisiera ser menos aún; ser la sombra
pojíular, aunque era reconocida en los círculos más inleli- de un pavo.
SuPLEMEXTo AifTlsTií:o.—La Adoral•il'^?l de ios A>¡g^!ea¡ cuadro de Tiziauo gcntes. Era uno de los representantes acreditados del anti- Los dos jjavos enmudecieron: la cocinera y el ama se
Vécenlo. guo periodismo, y fué también notable en su tiempo por acercaban armadas de cuchillos.
su arrogante y simpática figura. Descanse en paz aquel — ¡Qué hermoso está aquel p:ivo! ^ d i j e r o n contemplan-
amigo nuestro. do al más gordo.
CRÓNICA GENERAL. — Será para el primer dia de Pascua.
— (iY el otro? Ño vale nada.
Oiri) periodista notable le ha seguido á la tumba en estos —No importa, el gasto se hizo ya; ése le enviaremos al
L domingo prnxiino pasado celebró en el sa- dias: el escritor cubano D. Calixto Bernal, fundador de maestro.
Eí Deinúcrtitii y redactor principal que fué de \-.\ Racista — jlnfaincs, infames!—exclamaba el pavo fiaco.—Ni
lóii del CoiiSLTvatorio la Unión Ibero-Ame-
ricaiia un acto público, en honor de la idea Hispijnü-Aiiieriaiiia. Escribió algunos tratados de derecho aun me libro yo de sus bocas.
político; fué gran pro])agador de las ideas democráticas, — i Lo ves, imbécil? J A qué sacrificarse por nada? Si-
á que rinde culto, y ]iara solemnizar lainsta- gue mi sistema, y pues todos hemos de morir, muramos
lacitin en Méjico de otro centro que se pro- diputado por Puerto Príncipe y escritor de gran valia.
Ha muerto á los ochenta y Íos años de edad. hartos.
pone coadyuvar al noble objeto para que ha
i sido l'undada dicha Asociacitjn. Desde aquel dia los pavos, inspirándose en esa filosofía
* La ceremonia fué brillante. Presidióla el Mi- sensual, son tan enamorados}- voraces. Engordan por con-
i^f nistro de Estado, Sr. Morct, teniendo á su lado vicción, sabiendo que han de parar en la cazuela.
En una de las últimas conferencias del Ateneo fué, al
Sr. Cánovas del Castillo y ul representante de decir de los periódicos, muy aplaudido un joven catedrá-
Méjico, fíencral Riva Palacio. Leyóse primero una tico, que explicó, si no estumos equivocados, los efectos Cuando el diablo inventó los dulces y se hizo confitero,
Memoria por el secretario Sr. Conde de las Navas, rese- fisiológicos de la música en el organismo. Aunque no pre- sabía que inventaba una nueva tentació'u.
ñando los trabajos de la Sociedad y encomiando los diver- senciamos el buen éxito que tuvo el orador, no nos sor- En efecto, los galanes obsequiaron á sus novias con
sos actos de amistad que han mediado entre las repúbücas prendió, por estar convencidos de su mérito, Don José Pa- yemas, caramelos y pastillas, é hicieron estragos en las go-
hispano-amcricanas y Espitña; Arenioria tan discreta como rada y Santín es un joven de vasta instrucción y aptitud losas.
fué bien leída por su auttir. La Sociedad recibió con gran extraordinaria para diversas profesiones; habla con gi-an fa-
agrado una carta entusiasCa del ministro de Bolivia, Sr. Ar- Y por si no era bastante golosina, el demonio enseñó á
cilidad en lenguaje escngidn : es á la vea médico y artista; unos y á otros las miradas dulces, las palabrita? de miel y
ce, en favor del pensamiento, y después de leída el acta de desempeña en la Escuela de Bellas Artes la cátedra de ana- las frases almibaradas.
constitución de la Union Ibcro-.Aiiicncana en Méjico, se tomía pictórica, ganada por oposición contra adversarios
pronunciaron tres discursos notables por los tres persona- Estando un día en su taller machacando almendras, en
de gran valer, en ejercicios muy lucidos; es pintor de buena un momento de inspiración tuvo una idea brillante, y
jes citados que ocupaban la mesa prcsidenc¡al,_ escuela; en música tiene conocimientos profundos, y ha brotó de ella el mazapán. Encantado de su descubrimiento,
No es posible extractar aquí aquellos tres discursos, iiis- escrito en diversos periódicos artículos muy originales. tomó una "caja redonda y d¡ó al dulce la forma de culebra,
pirados todos en un mismo sentimiento j diversos y varia- Véase con cuánto motivo esperábamos que el Ateneo en honra y recuerdo de la figura que adoptó en el Pa-
dos como los talentos de tan diatini^uidos oradores. El del recompensase con su aplauso su talento indisputable. raíso.
Sr. Cánovas, sobrio, castizo y de gran elevación, inspiróse Pasaba en aquel momento por alli cerca un fraile muy
en las pasadas glorias, comunes para América y España, y goloso, y le llamó.
en especial para el Estado llamado Nueva España, por la Contra nuestra naturaleza benévola, tenemos que con- — Quiero que pruebes este dulce y me des tu opinión—
semejanza que hallaron sus descubridores entre sus paisa- signar más á menudo catástrofes y calamidades que sucesos dijo el diablo.
jes y los de la jjatriu q u t recordaban con amor. Distinguió prósperos; y es que en esta vida,'mezcla de placeres y do- —¿Dulce, y en esa forma horrible ? i Vade retro! ¿Quie-
la unidad política del Estado, de otra unidad que se funda iores, la dosis de éstos es la principal, y sólo entran aqué- res introducirte en mi cuerpo, condenado?
en leyes de raza, v respetando la jirimera, presintió para el llos á manera de sazón para dar un poco de gusto. — 'I'oma tus precauciones, y prueba.
porvenir, en siglos todavía remotos, vínculos estrechos, no Haremos gracia al lector del detalle de ruinas y pérdidas
como los pasados, sino de mutua protección dentro de una La curiosidad y el apetito pudieron más en el fraile que
ocasionadas por un ciclón en la provincia de Pontevedra; la prudencia.
gran libertad c independencia. Y saludó en términos elo- baste saber que ha echado, no á vuelo, sino á volar, cam-
cuentes á todos los pueblos de América que tienen sant^re Bendijo el dulce y pidió un cacho.
panas ; ha sacado á los muertos de sus tumbas; ha volcado — (Que te parece ?—dijo el diablo.
española, lievan apellidos como ¡os nuestros y escriben sus embarcaciones ahogando á sus marineros; derribado una
epitaños en el idioma de Cervantes. Tuvo el discurso del — Dame otro pedazo.
capilla protestante matando á sus ministros, v sembrado el — ¿Está bueno?
Sr. Cánovas ]ieriodos varoniles y brillantes, y rasgos deli- ]>;us de árboles y ramas destrozados.
cados de hondo sentimiento. — Corta un poco más.
Y para que se'vea que la teoría de los dolores v alegrías — Pero habla, ¿qué opinas de él ?
El general Riva Palacio, figura venerable, que con su es cierta, el telégrafo nos comunica la horrible rioticia de —,; Qué opino? ¡Espíritu infernal! ¡malvado! has con-
barba canosa nos recordó al poeta Rui'/ Aguilera, cantó las haberse incendiado un vapor en el Mississipl, pereciendo seguido la rehabilitación de la culebra.
glorias de Méjico y España, y ensalzó, entre las nobles con- quemados 140 colegiales que se dirigían á sus casas para
diciones de nuestra raza, la preferencia que ha dado siem- disfrutar las vacaciones. Esta catástrofe dolorosa, que deja
pre á un ideal sobre los intereses materiales. Hermoso es, este año sin Nochebuena á tantas familias, no se hubiera D. Ramón es un niilloniirio que vive solo en un guardi-
decía en un gallardo párrafo, ver el mar surcado por las producido en Madrid tan cercade las Pascuas, por habér- llón destartalado, sufriendo el hambre con resignación y
escuadras modernas, con sus acorazados prodigiosos, y ver selas anticipado este año los estudiantes, produciendo un alegría. Por excepción, única en el año, celebra á solas la
notar el humo ])or las chimeneas de innumerables buques, confiicto universitario, la dimisión del Rector, que no ha Nochebuena, porque salen por debajo de la puerta vapo-
con las riquezas y progresos de la industria; pero es aún sido aceptada. res agradables de cocina.
más grande ügurarae avanzando por mares solitarios las tres Su vecino el sacristán da unos golpecitos por fuera y
¡Ciento cuarenta jóvenes que mueren quemados como dice con voz amistosa :
frágiles carabelas que conducían á Colón y á s u s tripulacio- [as antiguas brujas! Confesemos que ningún novelista fi'i-
nes en busca de lo desconocido. El discurso del Ministro -—¿Me convida usted, vecino?
nebre ha ideado un espectáculo tan cruel y espantoso. ¿Ha- D. R a m ó n , contrariado, guarda los restos de la comida,
de Méjico fué conmovedor. brá exageración en el telegrama? Confiem'osen la inexacti- y abre después de un rato y dice:
Terminó el acto con una improvisación brillante del Mi- tud de las noticias telegráficas de América. — Llega usted tarde, D. Pancracio.
nistro de Estado, D, Segismundo Moret: con su palabra
rápida y elegante, que en vez de seguir parece que prececie Este examina el plato, ya vacio, y e.-íclama conster-
al pcnsíimienio, concluyó aquella sesión interesante, seria nado;
El juicio de La Fiebre del li'ui, drama en tres actos y en — ¡ C ó m o ! ¿ H a cenado usted de carne? No lo hubiera
y a i c c t u o s a , dedicada á borrar resentimientos, á hacerse verso, estrenado con muy buen éxito en el teatro de la creído de usted. Adiós, D. Ramón.
mutua justicia estados que J'ueron uno solo y se enemista- Princesa, no nos corresponde. Digamos algunas palabras
ron un dia, y viviendo separados, no pueden menos de esti- acerca de su autor. — Escuche usted, yo soy un buen católico.
marse, d e t e n e r comunidad de sentimientos, y cierto or- — No escucho.
D, Rafael 'l'orromé es un joven de unos veinticuatro — Un momento. Sepa usted que compré en la jílaza un
gullo de familia que haría sentir en España como propias años, que representa todavía menos edad : es redactor de besugo para solemnizar esta vigilia, y me dejé saquear por
las desdichas de América, y á los americanos no poder ver La GiKcla Universal y colaborador de algunos otros dia- el pescadero: traje á casa el pez, le asé en mi fogón v' bajé
con indiferencia las desventuras de España. rios. La noche antes del estreno sólo conocían y aprecia- á la tienda por un panecillo. ¿Puede hacer más un hombre
ban su valer algunos amigos y los directores de periódi- de buenas ideas?
cos que se ulilizjiban de su pluma. Una sola noche ha
No es, por desgracia, corto en Madrid el número de ho- bastado para popularizar su nombre y poner en relic\'e su — ¿Cómo hay huesos en lugar ile espinas en el plato?
micidios; pero por regla general suceden en riña y con tálenlo. ^ C u a n d o volví á e n t r a r e n la cocina, había desapare-
ocasión del juego, de los celos ó de la bebida. Se explica, cido mi besugo : sólo vi en el suelo algunas espinas y res-
Le deseamos muchos éxitos en la difícil senda i[ue ha tos de l;i cabeza: encima del fogón un gato negro dormía
por lo tanto, la~ impresión que ha producido en estos días emprendido.
el asesinato inexplicable de un joven profesor y periodista, cerca de la lumbre. ¿Qué hubiera usted hecho en mi caso?
¡Feliz poeta! aun no tiene historia y ya ha obtenido Pues hice lo que usted hubiera hecho. Me he cenado el
el Sr. (iarcia Vao, uno de los redactores de Las Düininka- aplausos.
ifs del Libre Pensamiento. Sucedió al anochecer, en la ptaxa gato. Ese gato no es canie para m i , sino pescado. Porque
de Chamberí, cuando salía el Sr. García Vao del colegio Dios sabe que compré besugo en la plazuela.
para dirigirse á su casa, que estaba próxima. U n individuo, El tambor, el instrumento de guerra qne ya sólo tocan
al parecer en traje de artesano, asesto una puñalada por la en España los muchachos y los alabarderos, anuncia las Es Nochebuena.
espalda al profesor, que iba embozado en su capa; el herido Navidades. Doblan sus pescuezos los pavos presintiendo la Un hombre está tendido en la calle boca arriba, y otro
JS\" XLVIl LA ILUSTEACIOíT ESPAÑOLA Y AMERICAKA. 363

h o m b r e I c p o l p c a . LÜS g e n t e s .icutlcn h o r r o r i z a d i i s . El liom- gasti, Last v Ready ; éste cayó, en la segunda vuelta á la pista, El retablo del altar mayor (reproducido en el grabado de Se-
retirándole l u e g o ; corrieron casi j u n t o s , con agilidad y destreza, vcrini de la pág. 3S0, sobre limpia y artística fotografía de L a u -
b r e n o se m u e v e , y ccinla c o n voz v i n o s a :
adelantándose á todos los corredores, .Arturo Periquet y José Ri- rentj es una obra maestra de escultura, que tiene mucha seme-
Suena, suena, tambor tniu, bera, quien ganó al cabo, por media rueda de máquina, el pri- janza con el retablo principal de la basílica de Burgos
Esto nDohtí es Navitlatl, mer premio, un precioso termómetro, adjudicándose el segundo, Consta de tres cuerpos, que surgen de un precioso zócalo de-
Y miciiiras lenga y¡> brazos una botonadura de hibar, A su compañero Periquet. corado con bellos bajos relieves; en los nichos, que forman esbel-
Na Cf^iD dtí rtduLilar. En la cuarta, Gran //«WiCtijí (2.COD metros), tomaron parte tas columnas, frisos y bajos relieves, hay hermosas estatuas polí-
los mismos coiredores, q u e d á n d o l a victoria por el joven P e r i - cromas, sobre repisas de mucho g u s t o ; en los dos primeros
L o s itgcntcs sepüRin a! b o r r a c h o ; é s t e se resiste^ p i - quet íjíí)'j¡y y gorra color rojo y n e g r o ) , que fué muy aplaudido figuran cuatro buenos cuadros del madrileño Francisco Rizi, á
diftido su t a m b o r . y á quien se aojudicó el primer premio, un paisaje al óleo. quien algunos críticos atribuyen el decorado general del retablo;
— ¡Qué t a m b o r ? — ¡ c prc.i^uiitan, La reunión terminó á las tres v media con un Concurso de agi- a! último sirven de remate, en la parte central, un soberbio g r u -
— K s e q u e e s t á e n el s u e l o . lidad y dejíresa. por los Sres. fiibera (D, José) y R e a d y , que po, el Crucificado y las tres .Marías, y otras estatuas de ángeles
obtuvieron nutridos aplausos. y santos en las parles laterales.
— ¿ N o ve u s t e d q u e es iiti h o m b r e ? Formaban el Jurado los Sres. Soriano, presidente honorario Posee la catedral de Plasencia otras riquezas a r t í s t i c a ? : u n a
E l b o r r a c h o h a b í a Lomado p o r t a m b o r el v i e n t r e d e un de la Sociedad; Ribera (D, Eugenio), presidente efectivo; De sorprendente sillería en el coro, que parece ejecutada por algún
amigo. R i v a s , del Veloz Club de Cádiz ; Gabilondo, del Veloz Club de discípulo de Berruguete ó de Vergara ; verjas de hierro, que ad-
Valladolid ; Cresiveü, del Club Velocipedista de Sevilla, y San- miten comparación con las más ricas de Toledo y B u r g o s ; sepul-
JOSÉ FERNÁNDEZ BREMÓN. tos, secretario de la Sociedad de Madrid. cros y mausoleos de mucho mérito, como el del prelado D. Pedro
La concurrencia, numerof^a y distinguida , se retiró muy satis- Ponce de Deon, bajo nicho artesonado que forma un arco de
fecha del certamen y de la finura y galantería de los individuos medio punto y con excelente estatua de mármol.
NUESTROS GRABADOS. todos de la Sociedad que tan dignamente preside D. Eugenio
Ribera,
Plasencia, que fué conquistada por Alfonso VI y reedificada
por Alfonso \ " ] I I , tuvo sede episcopal, según algunos autores,
A estas carreras de velocípedos se refiere nuestro grabado de en la época de los godos, y según otros, su primer obispo, don
EL GENERAL CONDE DE MOLTKE, la pág. 572, dibujo del natural, por Comba, Bricio, fué consagrado en 1190, cuando creó la diócesis el pajia
Una noticia á los velocipedistas madrileños : el ingeniero me- Clemente l l l ,
jult su]ieriiM del Esladn JiUyor alein/in. cánico Mr. C o p e l a n d , de Nueva York, ha enrayado reciente-
mente, con buen éxito, un bicido de vapor, de su invención 0 %
En defensa de los provectos itiililares presenladcis al Parla-
(sistema S t a r , rueda pequeña delantera), que pesa, con maqui-
m e m o alemán y reciamente L-onibaLÍdus por la üposiLiDn, pronun- EELLAS ARTES.
n i i l a y caldera, nueve kilogramos, y da iSo vuellas, sobre su eje,
ció el general Conde de Mollke. en la sesión d e l 4 del actual, un
por minuto, cüisservatido en él los pedales para casos impre-
imporianttsimo discurso que fia causado seníacion profunda en E¡ tstrciio de un draina, cu.idrD de E. Scliacliin(;i.T.
vistos.
los circuios diplDmáí-icos de Europa.
Un grupo de juveniles rostros que reflejan en su expresión
HÍKO notar que las grandes potencias están en la actualidad emociones d i s t i n t i s : esas bellas muchachas pertenecen al público
soportando un inmenso mateiial de guerra que no pueden sos- de lespremikrfs, y asisten al estreno de un drama cuyas escenas
tener pür lar^o tiempo ; que la alianza con Francia es imposible D. FAUSTO TEODOliO DE ALDUEV, las interesan de cliverso m o d o ; unas representan el dulce arroba-
mientras e&La nación no reivindique la restílución de Alsacia 3' miento del é:tta&is; otras, curiosidad femenina; algunas, completa
fundador y director de La Opinión Xai:¡ot!izI, de Carneas.
Lorena, «las cuales fdijo) estamos resueltosá no restiiuirjamás»; indiferencia-
nue la alianza con Austria es preciosa, aunque Alemania solo
En los primeros días de Abril próximo pasado falleció en Ca- El cuadro de E. Schachinger que damos á conocer en el gra-
delje contar para las eventualidades del porvenir con sus propias
r.acas, capital de la república de Venezuela, un español benemé- bado de la página 381, plana quinta del Supltmento, es un estudio
fuerzíis; que la unidad de! imperio ha sido ganada li costa de
rito, D. l'austo Teodoro de Aldrey, cuyo retrato publicamos en fiEonómico tan bien ejecutado como delicioso.
lírandes sacrificios, y e s nectsario conservarla; que e! Parlamento,
la pagina 376,
en fin, rechazando los provectos militares, y especialmeníe el re-
lativo al seinenado, asumiría en absoluto la responsabilidad de El Sr. Aldrey nació en la Coruña en 1835; en sus primeros « «
los desastres que pudieren resultar de una invasión enemiga, años lleváronle sus padres á Puerto Rico, y más larde á Vene-
zuela, donde se educó y fijó su residencia; joven inteligente y de S. E. ilUSSEIN 3ERMED EFFENDI,
aunque el mundo entero sabe que Alemania no piensa ahora en
n u e r a s conquistas, sino en conservar lo que posee y defenderlo una actividad sin igual, dedicóse á los negocios mercantiles con ministTü pIunipoiEnciiLría du Turqidü, en la curte de Espada.
en caso necesario. , fortuna varía, y luego, cediendo :l los impulsos de su corazón,
abrazó la carrera periodística, y fundó £¿ Porvenir, primero, y £ ! 13 del corriente falleció en esta capital S. E. Hussein Ser-
N i n g u n a ocasión mejor para ofrecer á nuestros lectores (en la después La Opinión sVaaonal, que han sido los órganos mUs im- med Effendi, enviado extraordinario y ministro plenipotenciario
plana primera del presente níimero) un excelente retrato de ese portantes en la prensa liberal venezolana desde hace veinticinco de S. M. t. el Sultán de T u r q u í a , cerca de la corte de España.
ilustre anciano, que conserva á la edad de ochenta y seis años^ bien años, y este último, que todavía existe, es el decano de los que Nació Sermed Effendi (cuyo retrato damos en la página 384,
cumplidos la vigorosa inteligencia y las enérgicas resoluciones se publican en Venezuela, y uno de los de más crédito y circula- octava del Siiplemenlo) en Conslantinopla, en 1830, y era des-
de la juventud. ción dentro y fuera del país. cendiente de noble y antiquisima familia del .•^sia M e n o r ; á la
Aunque la biografía del Conde de Moltke es bien conocida, N o sin gran trabajo pudo el Sr. Aldrey sostener sit periódico edad de quince años ingresó en la Cancillería imperial, en clase
apuntaremos aquí sus fechas niAs notable;^. y elevarlo al nivel en que aparece, al que no ha llegado ningún de agregado, y dos después mereció que le otorgasen el nombre
Carlos Bernardo de Moltke nació en P a r c h i m , e n el Mecklem- otro en aquellas regiones, donde las vicisitudes de la poliiicalia- de Sermed, que significa eterno; pasó luego al despacho de t r a -
burpo, el 26 de Octubre de iSoo; sirvió primero en el ejercito di- cen muy difícil, si no imposible, que u n a publicación de esta es- ducciones de la Sublime P u e r t a , y sucesivamente ascendió á los
namarqmjs, y pasó al de Prusia en J822; asistió á la campaña de pecie viva muchos años; y aunque estuvo continuamente en la grados de cuarta y de tercera clase, siendo luego nombrado pri-
Siria cun el ejercito otomano, en 1S39; fué nombrado ayudante arena ardiente de los partidos, y siguió al liberal venezolano mer secretario de la Embajada imperial en Berlín, y más larde,
d e c a m p o del príncipe Federico Guilleimo, y en 1858 llegó al hasta en sus errores, mostró siempre Ja necesaria habilidad para con la misma categoría, en la de Londres.
empleo de jefe de Estado Ma\ or del ejército prusiano; en 1864 sortear los peligros de su posición y los amaños de sus adversa- De5em|ieñó luego los impoitantes cargos de cónsul general de
d i r i g i ó l a s operaciones de guerra contra Dinamarca, siend.-i ge- rios, y pudo hacer de su periódico un verdadero órgano de la T u r q u í a en B u d a - P e s t y enviado extraordinario cer-a de la corte
neral en jefe de las tropas aliadas el príncipe Federico Carlos; opinión pública, interpietándola en la justa medida que las le- del Rey de Servia, y no habiendo aceptado su traslación á Mon-
En iSóri dirigió también la guerra contra Austria, y despucs de yes y costumbres políticas de aquel país permiten. tenegro, obtuvo el nombramien.o de ministro plenipotenciario
la batalla de 5 a d o « a tomó el mando en jefe del ejercito para F u n d o también en Caracas un gran establecimiento tipográ- en Madrid.
marchar sobre Viena, pactándose á los tres días el armisticio del fico ; en torno de La Opinión Nacional supo a g r u p a r , en calidad
22 de lulio, que consajírú los triunfos de Prusia. Estaba condecorado con el gran cordón de Takovo de Serviii,
de redactores ó c o l a t o r a d o r t s , á casi todos los periodistas y lite- y era gran oficial de ia orden turca del Medjidié, comendador de
Nombrado jefe de Estado Mayor g e n e r a l , preparo con largos ratos de Venezuela, y no descuidó la publicación de trabajos im- ia de Francisco José de A u s t r i a - H u n g r í a y caballero de otras de
y profundos estudios el plan de campana conira Erancia, y le portantes piocedenies del extranjero, contribuyendo asi en gran Prusia, S u e c i a y Bélgica.
llevo A cabo, como es sabido, con precisión matemática y ener- manera á la cultura y á la regeneración moral y política d e l E s - El Gobierno de S. M . la Reina R e g e n t e dispuso que se tribu-
gía inquebrantable, hasta conseguir sus dos principales objeti- tadü : de laa prensas de La Opmiin A'aciona/han salido además tasen al finado honores de teniente general que fallece con mando
v o s : U rendición de Metz y la toma de París. . , , muchos de los libros que durante estos últimos años se han pu- en plaza, y el cadáver de S. K. Sermed Effendi fué llevado con
El 16 de Junio de 1871 fué nombrado feid-mariscal, y luego blicado en Venezuela. solemne pompa y militar acompañamiento, en la tarde del do-
conde v miembro vitalicio de la alta Cámara. ^ Era el Sr. Aldrey un trabajador incansable, hombre probo y mingo ig, á la estación del camino de hierro del Mediodía, para
El General Moltke es orador elocuentísimo y escritor militar leal, de excelente corazón, de una generoEÍdad y desprendimiento ser conducido á Barcelona y desde allí á Conslantinopla, donde
de primer orden : han excitada la atención de Europa su //isioria inagotables; y en medio de las distracciones de su agitada exis- será inhumado en panteón de familia.
'ie la c<i>np<iña ,ü [866 y su Meir.orm <ü-¿ Estado Mayor altimn tencia, jamás olvidó á Eu patria n a t a l : su periódico ha sido siem-
sobre ¡a camputln ií<- 1S70-71. pre decidido partidario de la influencia española en América, y o o
* cuando los terremotos de Andalucía, inició la suscríción en so-
« * corro de las víctimas, que produjo tan buenos resultados. EL GENERAL PITTrÉ,
LA MISA DEL GALLO. Su muerte ha sido muy sentida, no sólo en Caracas, sino en jefe del cuarto militar del Presidente de la Repübliísi fiancesa.
toda la República, y el entierro de su cadáver fué una manifes-
(Carapusici6n HlL-górica de Riudavíls.)
tación que pudiera llamarse nacional: á él asistieron el Presi- Las personas que hayan concurrido á las ceremonias y fiestas
En piimer término, la nave mayor de un templo en el acto de dente que entonces era de la República, general Crespo, con oficiales más importantes celebradas en París en los años últimos,
celebrarse el santo sacrificio de la misa á las doce de la noche todos los Ministros; representaciones de los gobiernos de algu- hun tenido ocasión de observar que al lado izquierdo y algo de-
del 34 de Diciembre, en conmemoración del nacimiento del R e - nos Estados de la federación venezolana ; el ai-zobispo de Cara- trás del Sr. Presidente de ia República francesa, estaba siem-
dentor del mundo; á un lado el órgano, que interpreta con sua- cas, Sr. Uzcotequi; muchos miembros de los Cuerpos legislado- pre un caballero de noble apostura, fisonomía franca y simpáti-
ves armonías los cánticos de gloria de la Iglesia, y a otro iado r e s ; todas las autoridades de la capital, y numeroso pueblo. ca, largos bigotes cuidadosamente encerados, cabello entrecano,
la torre con su enhiesta flecha v sus agudos capiteles, y cuwis El Sr. Aldrey era uno de los partidarios más acérrimos del ac- y aspecto, en suma, de hombre enérgico é inteligente : era el ge-
campanas voltean llamando á los fieles; sobre la alta bóveda, tual presidente de la República, general Guzmán Blanco, quien nera! Francis P i t t i é , secreUrio general y jefe del cuarto militar
que desaparece bajo nacaradas nubes, grupos angélicos que en- le distinguía mucho con su amistad. de la presidencia de la República.
tonan celestiales melodías, y el genio del Cristianismo suspen- Descanse en paz el honrado y laborioso periodista español. «Corazón de poeta, que latía en el pecho de un soldado*, dicen
dido en el cfpacio, en medio de la nave, y mostrando al mundo del general Pittié, resumiendo en bella frase la vida militar y las
el ramo de laurel y el ramo de oliva, mistica representación del 0% aficiones literarias de aquel h o m b r e , los periódicos paruienses;
sublime Gioria in íxeehú Deo ti in ierrapax komimbits iioiim vo- como en E s p a ñ a se ha dicho del general Ros de Olano y se puede
¡UiUalis. « D O N J A I M E 1 E L C O N Q U Í S T A U O K » , E S T A T U A E C U E S T R E mo-
delada por D. Agaplto Vallmitjana.—(Véase el articulo ritulado decir del Sr. Conde de Cheste.
Tal es la composición alegórica de Riudavets que reproduci- El A ríe en Eajcelena, página 379:) £1 Sr. Pittié (cuyo retrato damos en la página 384, última del
iiios en el grabado de la página 3G4, y la cual parece inspirada Suplemento) nació en Nevers, en iSacj; hizo sus primeros estudios
en k conmovedora leyemia de Bét.'ker, Alaesí Pérez el organista. en el liceo Carlomagno, y siguió la carrera militar en ía escuela
o de Saint-Cyr, de la que salió con el empleo de t e n i e n t e ; estuvo
o o CATEDRAL DE PLASENCIA. en la guerra de Crimea y en el sitio de Sebastopol, concurriendo
CARRERAS DE VELOClt'EPOS EN EL BUEN RETIKO. ]it.'tabIo dül altar Lnayor. á los más notables hechos de armas en aquella sangrienta lucha,
hasta caer herido en el asalto del G r a n d - R e d a n ó rediente;
L a « S o c ¡ e d a d de Velocipedistas de M a d r i d » , constituida en Plasencia, la antigua Dulcís Placida, así llamada por su deli- era teniente coronel en 1870, cuando estalló la guerra franco-
esta capital hace algunos años por jóvenes de la buena sociedad. cioso emplazamiento sobre el valle de J e r t e , en medio de cam- alemana, y aun se recuerda su bizarra conducta en la batalla de
E udo celebrar las carreras de otoño en ia tarde del 28 de Noviem-
re último, en los Jardines di;[ Buen Re'.iro.
Excita ya la curiosidad, por lo menos, del público español esa
piña pintoresca y rodeada de ásperas sierras, conserva todavía
monumentos arquitectónicos, y también famosas ruinas, que re-
Pont-Nuyelles, donde logró detener al frente de un regimiento,
situado en las a h u r a s y desfiladeros de Frechencourt y de Bave-
velan su pasada grandeza. lincourt, la marcha victoriosa de la 16.^ división prusiana, que
rama del .Mp;-/, á juzgar por la concurrencia distinguida que ha Descuella entre todos la catedral, como acontece en las ciuda- intentaba envolver el ala derecha del ejército francés.
presenciado los certámenes de velocipedistas en el año actual, des históricas de nuestra patria, aunque no ha sido terminaiia
no sólo en Madrid, sino en Barcelona, Zaragoza, Valladolid y Desde que, ya genenil, fué U.imado por Mr. Grevy á ejercer el
con sujeción al proyecto primiiivo, y probablemente no se termi- cargo de jefe del cuarto militar de la Presidencia, sacrificó el dios
otras ciudades españolas; aunque suponemos que pasará mucho nará nunca: data su fundación del año I49S, en que hizo cons-
tiempo antes de que llegue á tener la importancia que tiene en de la guerra en holocausto á las m u s a s ; escribió y cinceló fina-
truir la capilla mayor el obispo de la diócesis D. Gutierre de To- mente los sonetos de las Scabieufes y el liorna» de ¡a vingiúme
P a r í s , BruselasT A m i t e r d a m , y especialmente en iVueva l o r k ledo, de egregia es'tírpe, y fué su primer arquitecto Juan de Alba,
y hiladelfia, en las que las sociedades de biciclistas revisten ca- atinte, y últimamente habla publicaclo su bello libro A iravers ¡a
á quien sucedieron en la dirección de las obras, á principios del vie (que tenemos á la vista), cuyos versos, elegantes y varoniles,
rácter de instituciones eminentemente nacionales. siglo XVI, los ilustres Diego de Siloe, maestro de las catedrales son testimonio elocuente de! espíritu caballeresco y del coraxón
Cuatro fueron las carreras verificadas en el Buen Retiro, en de Burgos y de Granada, y Alonso de Covarrubias, maestro de la generoso de su autor.
vez de cinco que anunciaba el p i o g r a m a , porque la cuarta no basílica toledana.
pudo efectuarse por rotura de un bieldo. H a fallecido casi repentinamente en P a r t s , á los cincuenta y
Su fachada principal, que ya conocen nuestros lectores (véase siete años de edad, el 3 del corriente, y no sólo deja recuerdos
L A iLUSTRACícJN Esi'AÍiOLA Y A.MERICA.VA de 18S5, tomo ir, de soldado valiente y poeta de verdadero genio, sino también de
página 2S8), perLenece al Renacimiento, y presenta magnífico hombre afable y cultísimo, que no se ha creado u n a sola enemis-
iviDera ( U . Pedro), i i r r o t . L a s : y saim; : gano p i m . t i ^ , . . . . . . . trabajo de escultura, con estatuas, bustos y relieves labrados en tad en el ejercicio de las delicadas funciones que desempeñaba
(medalla de plalaj el Sr. Ribera, que lucía ^p^ríd-y azul marino y piedra berroqueña; las columnas de la nave principal, colosales cerca del Presidente de la República francesn.
gorra a^ul y oro, y montaba niii^utiia l i o w e , de 52 pulgadas de de forma cilindrica, terminan en los arranques de la ixíveda coil
Nuestros lectores recordarán que el general P i t t i é visitó la ca-
altura y 18 kilogramos de peso. gallardo rameado de palma que es la admiración de los inteli-
pital de España, hace un a ñ o . con motivo de las solemnes hon-
En la s e g u n d a , / ? , ; ^uniors (2,000 metros), fueron corredores gentes ; sus dos naves laterales son bellísimas, y en la del lado
ras celebradas por el alma del malogrado monarca D. Alfon-
l o s S r e s . Zugíisti, Reaily, Ribera, E r r o l , Last y Sainz, ganando del Evangelio se venera la célebre imagen de la Asunción de la
so X l l , investido de la repiesentación del Presidente de la Re-
también el ágil Ribera un magniiico álbum. V i r g e n , titular de la iglesia, que sólo se descubre u n a vez en el
pública francesa.
E a tercera, Gran Nacional f4 oco metros), tuvo por competi- año, el 14 de Agosto, víspera de su festividad, y se vuelve á cu-
dores á los dos hermanos Ribera ( D . Pedro y D. José), Arturo brir en la tarde de la octava.
Periquef, Felipe Santos, Francisco Gordo (de Aranjuez), ¿ u - EusEBio MARTÍNEZ DE VELASCO.
<í L A MISA DEL G A L L O. &
COMPOSICIÓN V n I n r j O D E I? I U D A \- r : T 3 .
LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA Y AMERICANA. 365
N.° XLVII

"SONSONICHE."
RELACIÓN DE NOCHEBUENA.

No dejaba de tener mérito el acudir á la cena del Tio


Coscojo; porque, á excepción de su hija mayor, que vivía,
con sus dos pequen Líelos, en el cortijo, los demás parientes
habitaban en pueblos distante el que menos sus dos le-
guas y el dia había sido cruel; no habían cesado el
viento ni la lluvia; los caminos estaban intransitables, y
el anochecer había cerrado frío, negro y temeroso. Siempre
eran de esperar salteadores en el camino; pero en aquella
noche la ocasión parecía ser más golosa, y ningún jinete
düjü de llevar montadas las pistolas, ni de acariciar la gar-
ganta de la escopeta Pero Coscojo había dicho que nadie
de la familia le faltase; y Coscojo era respetado de sus pa-
rientes, y además anciano y rico. Por la tarde y por la no-
che fueron viniendo jinetes y carromatos Y resultó que
el Tír, Coscojo tuvo razón. «¡No haya miedo del camino—
les había escrito— no pasará nada!»
LA I L U S T R A C I Ó N E S P A Ñ O L A Y AMERICANA. K" XLVTI

Todos entraban por el portalón del corral, dejaban fituras; mientras, las batatas agrietaban su piel ru- un día, después de haber matado á un baratero fa-
sus caballos en h s pesebreras, ó el carro bajo el co- gosa entre el rescoldo, y las castañas chascaban, y moso, desapareció de la ciudad. Se supo luego que
bertizo, y luego por el gallinero y el patio pasabaa al las manzanas, enterneciéndose, exhalaban un perfume capitaneaba una banda de ocho hombres; que roba-
zaguán. Los que babian llegado de noche se queda- delicioso. Una olla de barro, gigancc>ca. dominaba ba, secuestraba y asesinaba en los término? de Cór-
ban parados y como lelos al abrir la puerta. toda esta población culinaria, y en ella her\'ía ya el doba, Málaga y Jaén, según los casos.
—¿Qué es esto—decían. — ¡Jesús, qué bonito! vino tinto cnn azúcar, rajas de limón v corteza de E n Andalucía, la tierra clásica de los bandidos, no
¡Válganos Dios y qué rumbo! canela, que serviría luego para oir historias, para mi- inspiran horror sino aquellos de quienes se teme
A lo cual contestaba el Tio Coscojo: rar el baile, para disputar con todos y de todo, para daño; los demás encuentran respeto y simpatías, por-
—-Esta Nochebuena no es como otras; vosotros olvidar el tiempo y dejar venirse el alba, que allí se rinde culto al valor, á las audacias y te-
no habéis caído en la cuenta de que hoy nos va- La fiesta, pues, sería excepcional. Entre hombres, meridades. Si al mucho corazón para matar y nrorir
mos á reunir todos los de la familia, cosa que mujeres y chicos, eran más de veinte. Con el fuego se añade corazón para los sentimientos, el Ijandido
nunca ha sucedido, porque unos habéis estado fuera de la chimenea y algunas cañas, todos recobraban su viene á ser el héroe admirado de todos. Sonsoniche
por esos mundos; otros os habéis portado muy mal buen humor y las ganas de divertirse. En una noche había tenido fierezas y generosidades inauditas; se
conmigo y no he querido volveros á ver; otros como Nochebuena hay obligación de animar á los decía que no asesinaba sino á los hombres de mala
¡ Pero este año todos estáis por aquí cerca; yo he compañeros; no es buen cristiano quien no se pro- condición y que eran duros con el pueblo; que se-
comprendido que soy viejo y debo perdonar, y he pone comer, beber y alegrarse Bien pronto las cuestraba únicamente á los ricos de fortuna mal ad-
perdonado! En fin. [todos nos reunimos esta no- mozas y todos los huéspedes empezaron á poner la quirida; que era muy religioso y la providencia de
che, y es cosa de tirar la casa por la ventana 1 mesa — formada de otras \'arias en fila — cubriéndola los verdaderos pobres. Eso de pasearse, sin su cuadri-
Y detrás del Tin Coscojo aparecía la Tia Mm'iojia^ su de muchos manteles y ordenaron sobre ella la loza lla y casi sin armas, por los pueblos, y entrar en casa
mujer, y decía: de Triana, cucharas de peltre y de palo, tenedores de los jueces y escribanos, m u y seriamente, á pregun-
— ¡ S í ! ¡Hoy no faltará ninguno! ¡ Ko tendre- de cuerno y de hierro, cañas, vasos, platitos con en- tarles en qué estado estaban ias causas que se le for-
mos como otros años que calentarnos los cascos en curtidos, especieros, saleros y otros adminículos. maban por sus robos y asesinatos, lo solía él hacer
pensar sí cenaréis bien ó mal, tristes ó alegres, en A las once y media exclamó el Tio Coscojo: cada lunes v cada jueves, habiendo matado á un
otros sitios! ¡Dios bendiga vuestra obediencia, que — ¡ Ea ! ¡ ya podéis despertar á los chicos I alguacil, en la alcaldía, sólo del susto, al nombrarse.
honráis padre y madre y seréis honrados por vues- Y sus tres hijas entraron en las habitaciones y sa- E n cierta ocasión robó con su banda una diligencia
tros hijos! caron á los pequeñincs para que asistiesen á la cena. en que venía una linda loven con su anciano padre.
Y al decir esto se limpiaba los ojos con el ribete Los chicos, bostezando, corrieron entonces al Naci- —¿Qué trac usted? — le preguntó Sonsoniche.-—
de su falda, bien por enternecimiento del corazónj miento ó á cobijarse bajo la campana de la chimenea. Cuatro mil duros, señor—exclamó el viejo ;—el dote
bien porque le lloraban siempre. Allí, delante de ella. \'estidos con sus mejores mar- de mi hija, que se iba á casar en Granada.—¿Y quie-
El zaguán era grande. La chimenea estaba en la selleses, pecheras, corbatas y botonaduras estaban res á tu novio?—preguntó Sonsoniche.— ¡Ah, señor,
pared de la derecha, según se entraba viniendo del los hombres, hablando de las cosechas, de los asesi- que si le quiere !—contestó, por ella, el padre, alzando
camino. E n el fondo había tres puertas que daban ]iatos y secuestros; recordando los gustos y disgustos los ojos al cielo.— Pues yo apadrino la boda, y esos
á los cuartos de familia, y en la pared de la izquierda de la familia:cada uno empeñándose en convencer á cuatro mil duros son mi regalo—exclamó Sonsoni-
otras dos correspondientes á dos salas, almacenes de los otros de que él era el más listo y el más rumboso che. En cambio, otro día, llegando á un cortijo
frutas secas y de grano. Por esta misma pared subía y valiente de todos los andaluces, y, por lo tanto, de donde no habían querido dar hospitalidad á uno de
una escalera \'olada y de tabla, con barandal, que todos los españoles. su banda, hizo degollar á seis personas, hombres,
conducía al sobrado, donde los mozos tenían sus dor- Y los chicuclos, disipado ya el sueño, inquietos, mujeres y niños. Verdad es que después, con toda
mitorios. alborotadores, avivaban sin cesar el fuego, arrojando su gente, allí mismo, ante los cuerpos sin vida, rezó
— ¡Qué bonito! ¡qué bonito!—repetían todos. en la chimenea haces y haces dejara, de coscoja, de un credo. Hombre vehementísimo, sus resoluciones
Y en efecto, el ^íaguán no parecía el mismo. Las retama, de alhucema y tomillo La enorme campa- eran súbitas: empezó su vida del camino demostrán-
puertas de los cuartos estaban adornadas con gran- na devolvía parte del humo, y este humo velaba y dolo : después de haber hecho su primer muerte, sin
des colchas de vivos colores y de dibujos de ramaje; perfumaba el recinto. Y al resplandor de la hoguera dinero y eon más desprecio que horror al trabajo,
se habían sacado de los cuartos dos cómodas con es- brillaban en los lienzos de las paredes el cobre y el pensó en agregarse á una banda que infestaba la
pejos, y sus floreros de claveles de papel y candeleras azófar, limpísimos ; los peroles, los cazos, los e-calfa- provincia de Córdoba, y se presentó al capitán pi-
de cristal jaspeado, y varios lienzos con santos y vír- dorcs, los almireces, algún braserillo, las bandejas diendo plaza.—Aquí—le dijo el capitán scñnlando á
genes. A los lados de la chimenea había largos vasa- de pintados toreros y bandidos, y los cañones de las otros siete hombres —nunca somos más que ocho,
res, y estos vasares estaban revestidos de papeles con escopetas y retacos, dejados en los rincones ó colga- aunque tengamos muchos que quieran unírsenos.
viñetas de corridas de toros y de asaltos de bando- dos de algún asta de buey ó de ciervo. Para que tú vinieses hoy, sería preciso hacer un
leros, V llenos de botellas y comestibles de Navidad; Y como la alegría se comunica, y la llama entona, hueco, y sólo la muerte puede hacerlo. — P u e s , en-
y entre botellas y cajas, formando hileras, había lam- y las mujeres y los niños charlan como cotorras y tonces, /ya esiá hecho!—contestó. Y sacando el cu-
parillas, encendidas,de color. A más, por todos lados como jilgueros, el buen humor y el ruido crecían y chillo rápidamente, se lo clavó en el corazón al capi-
colgaban candiles negros, y sobre las cómodas y me- crecían. tán. Y como algunos lanzasen un grito, aterrados se
sillas descansaban algunos velones de dos mecheros, y volvió á ellos, y poniéndose el dedo en los labios, ex-
¿Quién se acordaba ya del frío, de la lluvia ni del clamó : — i Sonsoniche I Entró de capitán con aquel
de cuatro, con pantallas en que había también figuras temor de la noche?
de la gente del camino y de la muleta ; si bien á nombre.—Contaban sus compañeros que era contra-
Y menos se acordaron cuando el Tio Coscojo ex- dictorio, violentísimo; bueno como el pan á ratos, y á
todos los eclipsaba el velón descomunal, con honores clamó :
de araña, que pendía de la negra viga central del te- ratos espantoso, por sus injustificados furores. Parecía
— ¡Todo el mundo aquí! ¡ A s e n t a r s e ! ¡A cenar I que luchaban en su alma el bien y el mal sin triunfo
cho.—En una rinconada de! zaguán, á la derecha del Pero después de haberse sentado, le pareció de ri-
portalón, encontraron los nietos una sorpresa: un Na- definitivo.—Teníannos cincuenta años; era de regu-
gor que volvieran á levantarse;—aquella noche era lar estatura, color terroso, ojos ncgrosy vivos, gran-
cimiento pequeñito, cuyos peñascos eran de papel noche de invocar á Dios y de bendecir la cena.
de lija, donde se alzaba una casita de corcho, con des patillas, la frente con arrugas, más que de los
Y se alzó, y poniendo algo más tiesa que de cos- años, del ceño constante ; los dientes largos y blancos,
su estrella encima, de hoja de lata; unos pastorcitos, tumbre su delgada y torcida figura...
una muía y un buey, de barro; un torrente, de pe- el cuello corto y el cuerpo robusto. Se conocía ser tan
(Pero los perros del corral ladraron en esto, y ágil como fuerte. Los años, sin embargo, le habían
dacitos de espejo ; un.rebaño de ovejas, de cartón, y casi al mismo tiempo sonaron en el portalón del
un bosque, de astillas de pino rizadas. La Virgen tenía hecho mella. No era lo que había sido cuando joven.
zaguán dos golpes como dados con el puño, y un —Su jaca era famosa ; la vio correr un día, y se la
un traje verdadero de tela azul y grana y su paño- ruido, como el arañar impaciente, en los tablones,
lito á la cabeza para que no se constipase con el^frio pidió al contrabandista que la montaba ; éste quiso
de un perro.) replicarle;—/ Sonsoniche! exclamó como siempre, y se
de la noche. E n el portal de Belén no parecía el Niño
Jesús en ningún lado, porque el fabricante del Naci- Todos se estremecieron nerviosamente y se mi- quedó con ella : era un águila, y sólo podía ser segui-
miento había tenido la ocurrencia de poner en^ el raron. da por su perro, un alano poderosísimo, de larga cola,
pesebre un niño de alcorza, y ya se lo había comido — | A esta hora!....—exclamó el Tio Coscojo.— leonado, cabeza gruesa, y chato. A su jaca y á su perro
uno de los chicos. I Pues no estamos todos? debía ya muchas \ñdas. No cabía duda de que gozaba
Y recorrió con la vista la concurrencia. de gran protección en toda la comarca. Ni la Guar-
Como la familia debía pasar allí toda la noche y Los golpes y el arañar se repetían. E l cortijero se dia Civil, recién creada, ni los carabineros y soldados
no volver á sus pueblos sino muy entrado el día, adelantó, y por una juntura de la puerta miró y que le habían buscado y perseguido muchas veces
los abuelos tenían dispuesto que se comiese el pavo, dijo: habían podido sorprenderle jamás. Sus hombres eran
y todo el mundo había traído en las alforjas algún —¿Quién ? más bien ejecutores de sus mandatos que compañeros
obsequio; y la Tia Moñona no cesaba de ir y venir — ¡ Abre, Coscojo I suyos, y no dejaba él de tener cierta desconfianza de
de la cuadra á la cocina con cajas de turrón, de pasas Imposible decir la expresión del rostro del ancia- su sagaz teniente. Algunas veces se habían mirado ya
y de higos, cubiertas de relucientes figuras de majas no. Pareció vacilar un momento, pero un momento uno y otro como se miran un oso y una raposa.
y majos; ni de traer capachos del rico limón, de nada más; luego quitó la traiica y abrió, diciendo
la fina naranja, del transparente dátil, y de plátanos con voz temblorosa, que afectaba respeto, humildad Este era el personaje que aparecía en la puerta del
y chirimoyas; cajoncillos de bizcochos borrachos, y dulzura ; zaguán en el momento de comenzarse la cena: algu-
tarros de miel y de almíbares, saquillos de mosta- — ¡ A tiempo se llega! no le conocía personalmente ; otros le conocieron por
chones y otras pastas confitadas, de formas serias Los hijos del Tío Coscojo se levantaron, al ver al revelación del miedo, y todos, al fin, por su mote: los
para la gente moza, y figurando monigotes para los recién venido, más blancos que el papel. mismos niños temblaron, porque sus padres, cuando
niños Todo esto formaba ya grandes pirámides — ¡ Sentarse todos ! ^ e x c l a m ó el que entraba. ellos hacían algo malo, exclamaban: «¡ Q K Í viene
y grupos no muy lejos de la chimenea, en sitios —¡ El señor es amigo !—repuso el viejo, Sonsonichcl»; y Sonso7iÍche al fin había venido^ y en
estratégicos, con los barrilitos de las aceitunas, es- Un enorme alano había entrado con aquel hom- efecto veían que se asustaban sus padres.
cabeches y mariscos, las cajas de mazapán, de mer- bre, y saltaba gozoso delante del fuego. El bandido entregó al Tío Coscojo su capote, se
melada, de jalea y otras. E n sitios frescos había ido Y un nombre corrió de boca en boca y de oído en quitó el calañés y sacudió el agua contra el suelo con
colgando la Tin Moñona los capones, los pollos y los oído; nombre pronunciado con sorpresa, con admi- una mano, mientras en la otra tenía su retaco.
pavitos, unos vestidos, otros en carnes; y los cuartos ración y con espanto. •—¡Que entren la jaca y la den un pienso sin desen-
curados de ciervo, gamo y coclihio. En cuanto á la —Es -Soiisoniche/ sillarla, Coscojo!
campana de la chimenea, quedó toda de gala con los Y luego añadió:
dibujos que formaban los cordones de longanizas. —Veo que no me engañaste el otro día, y que tie-
Pero las mozas no guisaban en el fogón del zaguán; nes mucha y buena gente. No esperabas tú esta vi-
aquel día guisaban en otra cocinilla que estaba den- Sonsoniche era el apodo; se nombraba Julián Bue- sita, ¿eh? Ni yo creí hacértela; pero ¡qué quieres! no
tro, y en el hogar sólo figuraban algunos peroles, no, y su padre había sido chalán en Lucena. Cuando siempre las cosas salen á pedir de boca.—¡Salud, ca-
donde se preparaban las tortillas con miel y el aceite murió su padre, tenía Sonsoniche veinte años y to- balleros!
para los buñuelos, las tortas, pestiños, y otras con- dos los vicios posibles. Derrocho su herencia, y Y se dirigió á la chimenea, donde estaba una
LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA Y AMEKICANA. 367
N.° X L V I I

dad llena de asechanzas, y el aborrecimiento de todos


moza, y puío cerca el retaco ; tomó vina silla y sen- había concluido de cenar en la misma tabla de la y por todos los hombres. Todo lo poseo por mi va-
tóse, y tendió las manos hacia el fuecro como sí estu- chimenea; y sentado miraba todo aquel bullicio con lor, á condición de no poder gozar de ello nada. ¿El
viese solo en el zaguán. Vestía un chaquetón de ca- mirada indefinible. dinero? Robo, pero soy pobre; robo para los demás;
lesero, de CLiyos bolsillos salían las calatas de dos Había comido poco del mejor trozo del pavo, y
para mi, casi no lo necesito; robo para dar al pastor
pistolas: en la cintura lle^'aba canana y una faca bebido media botella de manzanilla nada más Mi-
que me avisa de que la pareja ha cruzado por el ca-
rando y mirando el alegre concurso, fue quedándose
enorme. Las polainas eran de correal, muy destroza- mino; al ventero que me oculta; al confidente que
pensativo, y dobló el brazo y dejó sobre una mano la
das y sencillas. cabeza. ¿En qué pensaba? ¿'En algún nuevo crimen? me da noticia del ricacho que ha vendido el grano,
La aparición de Sníisotiic/ic al empezar la cena ha- Por su frente, rojizamente iluminada, cruzaban sin V de quién se pondrá en viaje, y al curial que me
bía creado una situación difícil. Todos esperaban sen- duda muchos y contrarios pensamientos, pues su piel empapela y que tiene presos á mis compañeros. Ni
tados, pero todos volvían !a cabeza hacia la cliimenea; cetrina y curtida se doblaba y desdoblaba, y sus ce- f-'-rancisco Esteban, ni José María, ni Redondo, mu-
algunos de ellos, con el vaso ó la cuchara todavía en jas se alzaban y contraían, y sus ojos, ya se fijaban rieron ricos. Y ¿cómo murieron? ¡ ó á manos de otro
la mano. en algún rincón del zaguán, ya miraban el fuego guapo, ó á las del verdugo I
El TÍO Coscojo se rascaba la cabeza, parado ante como entreteniéndose con la llama. Y Sonsoniche, al decir esto, dobló la cabeza y dejó
Sfmsonicliv y olvidado del rezo. Todas las pasiones, todos los sentimientos pare- de oir del todo el rumor que antes oía confusamente
— ¿Que haces ahí, espanlajo?—prorrumpió el ban- cían cruzar por su semblante, iluminarle y obscu- de los tamborcillos, rabeles, panderetas, guitarras,
dido con acento cnya natural dureza templaba cierto recerle. La noche que fuera reinaba, y la alegría voces y cantos.
dejo de cariño.—¡A cenar, á divertiros, pronto! A del hogar que tenía delante, parecían librar batalla Y en efecto, todos sus sentidos los tenía puestos
Tni me basta con esta moza, que me pondrá aquí la en su pensamiento. O acaso en aquel instante pre- en la contemplación interior de uno de sus recuerdos
cena, en la tabla, con lo que yo la pida. Y no acor- sentía riesgos cuya proximidad apretaba su corazón. de niño, Todavía recordaba haber visto pasar entre
darse para nada de mi. ¿Entendéis? ¡Que como si Mas esto no podía ser. ¡Temer 61, Sonsoniche! soldados, sobre un burro, \-e5tido con un saco negro,
yo no estuviera! Diriase, no obstante, que algo temía; que temía á un famoso bandido, asombro de fiereza, pero que
No es fácil divertirse, cuando ya no hay ganas, de fijarse en el regocijo de los que alli cenaban, porque entonces caminaba atribulado, compungido, llevando
orden superior ¡ mas el TU> CÜSCOJO recorrió la mesa, apartaba los ojos de ellos, y alguna v^7. estuvo para un Cristo de cobre en la temblosa mano, tan segura
conversó con sus hijos, les declaró con cierta vcrgüen- volverse, y alzó la mano y puso el dedo en los labios con el cuchillo. Cuando aquel hombre llegó á la es-
cilla que él mantenía relaciones ocultas aunque hon- y rompió casi á decir: ¡Sonsoniche! calera del patíbulo, subió á lo alto, se abrazó á los
radas, y á costa sólo de su dinero, con Sonsoniche y De pronto, por encargo del viejo Coscojo^ se llegó frailesy les rogó que le encomendasen á Dios: se dejó
su banda, y les dijo que la víspera le había enviado á él la menor y más linda y graciosa de sus hijas atar los pies }•• las manos, y al sentarse en el banqui-
dos mil reales para la seguridad del camino. Sonso- para ofrecerle un obsequio. Traía en sus brazos una llo gritó: • Rogad por mi. hermanos tnios! Apretó el
í/:'f7/t', pues, era im verdadero amigo de la casa, y gran caja de mazapán, sin tapa, mostrando una enor- verdugo el tornillo, y le cubrió después el rostro con
hasta un protector de ella y de toda la familia ; y él mísima culebra tachonada de flores de almidón azu- un pañuelo blanco. Y al anochecer (él lo vio, ]iorque
se alegraba mucho, después de todo, de que hubiese carado y de flores de papel de colores y oro. fué con su padre) bajaron el cuerpo. le desnudaron,
venido, porque asi les presentaría él á todos como hi- le cortaron la cabeza, los brazos y los pies y los arro-
—¡Tome un pedacitol señor—le dijo ella alargando jaron en una gran caldera de aceite hirviendo. El
jos y sobrinos y nietos; con lo cual en Coda la co-
marca, y muchas leguas más allá, sólo tendrían que los brazos. resto se lo llevaron los Hermanos de la Paz y Cari-
temer los desafueros... de la justicia. Sonsoniche la miró entre complacido y terrible, dad al cementerio de los ahorcados. En aquel tiempo
— ¡A sentarse, pues, y cenar — dijo el cortijero á como debió mirar Heredes á Salomé cuando le pre- los cuartos de los ejecutados se fijaban en un palo
los que se habían levantado—que se enfría la sopa! sentó, en el plato, la cabeza del Bautista Luego, en los caminos: y él había visto la cabeza de aquel
con la punta de su navaja, tomó uno de los trocitos criminal y sus brazos y sus pies, durante muchos
Y en efecto, el graJí lebrillo de sopa de pan no
ya cortados sin dejar de mirar á la muchacha años, en las carreteras de Granada, de Andújar y
echaba ya humo. ; Pobre Sonsoniche! ¡para nosotros, ni su corazón, Montoro. Ya no le harían cuartos; pero cuando la
— i Vino!—^exclamó el más valiente de los hijos, ni su cerebro tienen arcanos, y vamos á revelar al justicia le cogiese y el verdugo le esperase, ¿iría él
decidiéndose á soltar la voz;—; vínol mundo sus sentimientos y sus pensamientos; que también así, desmayado, entre la compasión desde-
Y corrieron por la mesa los porrones de cristal, las todos los sepan, y los poetas de la calle los pongan ñosa de aquel mismo populacho que nunca había
botellas, las jarras y la bota. en romance y los canten los ciegos, y hasta los oído el nombre de Sr>nsoni\:líc sin miedo? ¡Vivir
Y todo siguió el curso anteriormente trazado; salvo hombres que meditan y estudian, estudien y mediten mal para morir temblando, deshonrándose!
que las madres cambiaron de sitio temerosamente los misterios del corazón y todo el mal y todo el Se pasó la mano por los ojos. Al separarla, su mi-
bien que puede encerrarse en el pecho de un ban-
para tener á su lado á sus hiios, y que alguno, sin rada se cruzó con la mirada tranquila del Tío Cos-
dido—que al fin es un hombre!
darse de ello e.Kplicación satisfactoria, sintió que el cojo,
gaznate se le había estrechado en un minuto. S í ; al entrar en el cortijo no se asombró de ver
gente: va sabía que debía encontrarla; pero en aque- Y el TÍO COSCOJO, ese anciano, antes sin prestigio
¡Extraño espectáculo! ¡misterio indescifrable! [Allí para él, se le aparecía entonces como ser extraordi-
había muchos hombres, muchas escopetas, muchas lla noche debía ser sorprendido por la Guardia Civil, nario, resplandeciente de felicidad. Le había cono-
pistolas, muchos cuchillos, y nadie pensó ni un solo á tres letfuas de distancia de alli tuvo confidencia, y cido hacía muchos años, cuando Coscojo era todavía
momento en que todo esto sirviese para concluir con huyó de su guarida ; la lluvia,le obligó á buscar am- pobre ; pero estaba ya casado y tenia hijos. También
paro bajo techado conocido A él no le importaban
Cazuelas, sartenes, fuentes, ensaladeras fueron lle- ni el dolor ni el placer ajeno ; quería descanso para Coscojo en su juventud habia sido hombre vagabun-
gando, entre el continuo choque de los platos, del su cuerpo y su jaca, dar algunas cabezadas junto á la do, y gozó gran reputación como escopeta negra;
cristal, de los cubiertos, y el creciente bullicio La lumbre, y seguir su lucha diaria, sin tregua, sin tér- alto, seco, enjuto, de piernas de alambre, calzado con
blancura de los manteles se manchó de las salsas y el mino, contra la ley y contra el destino. Se sentó y se correas, armado de una tercerola desvencijada, no
vino; se cubrió de huesos de aves y de cascaras de calentó ; miró y vio mujeres graciosas, como de Ma- dejaba liebre, perdiz, gamo, ciervo ni jabalí convida;
fruta, de churretes de almíbar y arroz con leche. Al la "^a : hombres gallardos, como de aquella tierra; ni- sobre el césped, sobre el hielo, en el monte, en el
poco rato no parecían personas, sino gorriones pi- ños graciosos y sonrientes, como todos los niños; y llano, parecía haber nacido para limpiar de pelo y
coteando en un montón de basura, Los chicos habían •\'Íó á todos, si pálidos y temblorosos en un principió, pluma la Naturaleza. ¡Será bandido al fin!—decían
puesto los rabeles, chicharras, tamborcillos y zam- sosegados, alegres, felices luego. Sus ojos despertaron todos, Y no lo fué; se casó, labró tierra, trabajó, en-
bombas junto á ellos, y tocaban y cantaban, llenas á sus recuerdos; sintió emociones extrañas que jamás señó á trabajar á sus hijos, compro una cortijada,
las manos, y los labios y los carrillos, de dulce. había experimentado hasta entonces, quizás porque casó bien ó mal á sus hijas, se hizo viejo entre el
Por fin una voz, voz argentina, fresca, de en- antes era joven y la juventud se avergüenza de los respeto de la comarca, y allí lo tenía presidiendo la
canto, sonó, impaciente, diciendo:—¡Baile' ¡baile' sentimientos tiernos; quizás porque con los años la cena y ordenando el baile, y sus hijos le escuchaban
¡seguidillas.' ¡seguidillas/—^ otra, de mujer tam- fortaleza del cuerpo se había ido gastando y la del inclinando la cabeza, y sus hijas le abrazaban , y sus
bién, pero bronca y en el diapasón de X^s Juergas^ espíritu flaqueaba sin la antigua dureza de la carne. nietos le ofrecían las sobras de las cajas de turrón y
contestó : -— / malagueñas ! ¡malaguaias /— Y los Los niños que alli veía, bellísimos y alborotados, le le pedían besos ¡ O h , qué vejez tan segura y tan
hombres cogieron las indispensables guitarras,_ y recordaron su infancia; los mozos solteros, su vida envidiable! ¡Con qué apacibilidad tendría el Cristo
las mujeres los panderos y las castañuMas; y alguien vacía de verdaderos amores, y los mozos casados, un en la mano el Tio Coscojo cuando muriese!
descolgó de la espetera algún instrumento de latón hogar en que no había pensado nunca; un solo ho- Y Sonsoniche^ al pensar esto, se agarró un puñado
para concertar las voces y los pasos—y en un tris gar que cambiar por sus cien madrigueras. Todo esto de paño del chaquetón, y le apretó contra el pecho.
quedó limpio el zaguán dé bancos y taburetes y tra- había brotado en él lentamente sin darse cuenta; Entonces fué cuando llegó la hija menor de Cos-
zado un redondel con asientos, dentro del cual se llegado ese momento providencial en que la gota de cojo, con la culebra de mazapán en las manos y la
bailaba y cantaba. aiTua empuja el último grano de arena, y pasa al fin sonrisa en la boca.
Nadie se acordaba ya de Som-onic/ic excepción por la roca; y todo esto le había transformado y es- El gracioso rostro de Amparo—éste era su nom-
hecha del Canelo Después de haber comido un ca- tremecido, y le conturbaba y le complacía, y le bre— dio curso diferente alas ideas de Sonsoniche.—
zolón de sopas y huesos, había dado varias vueltas indignaba Con los ojos en el fuego, viendo el palpi- ¡Ser querido por una mujer como ella!—Más guapa,
sobre si mismo, como mirándose la cola, acostándose tar de las llamas, creía seguir el curso de su vida. sí, las habia tenido, las había encontrado en las ta-
junto á su amo ; pero alzaba de cuando en cuando su — ¿Qué culpa tengo yo?—decíase.— Nací entre bernas y en las mancebías. ]iero ésta era honrada . y
cabeza de dogo, y le miraba, como esperando una gente que vivía del espanto; me desteté con manza- ésta y las que eran como ella no podían quererle, aun-
nilla ; mi primera mirada se deslumhró con los colo- que querían á otros que no eran (an hombres. Él lo re-
orden. Al fin: cordaba; había empezado á querer una vez; - un día
— / Cosco/o/ exclamó Sonsoniche—| que abran la rines de una baraja ; con los fulgores de dos cuchillos
en r i ñ a : mis compañeros me dijeron que sólo es en Montoro, pasando en su jaca por la calle, vio una
puerta al Canelo! joven detrás de una ventana, entre jaulas, rosales y
Y el perro salió—á velar por su amo en el camino, hombre y digno de serlo quien riñe, roba y mata; y
vi. de cierto, en estampas, en romances, en boca de matas de claveles; una vieja que había en la puerta
á escuchar en el silencio, á penetrar la obscuridad dijo: — ¡Ese que pasa es Sonsoniche /—y la joven dio
con sus ojos. todos, á los más fieros y matadores. Yo comparo mi
vida con la piedra que he tirado muchas veces en el un grito, pero no se retiró, sino que volvió á mirarle,
Los perros del corral ladraron: sentían al Canelo y le miró tanto y con ojos tan relampagueadores, que
charco y forma una onda, y esta onda se ensancha
y crece, y es la misma que se pierde en la orilla ; yo él volvió la jaca y repasó; y al siguiente dia pasó
dar vueltas alrededor de la casa. también, y pocas noches después la habló por la reja.
nací para esto, y no he podido menos de serlo. Pero,
á la verdad, me engañaron y me engañé yo mismo; Convenido con ella, quedaron en huir del pueblo y
III. él juró casarse con ella si huia:—acudió con la jaca,
Y el baile continuaba, y á una tonada seguía porque el gusto de ser arrogante y temido y feroz, y
de hundir un puñal en un pecho, no iguala, no, montó ella en la grupa, y salió la Tordilla, ilumi-
o t r a ; y al compás de las palmas y de los ¡nlésf de ahora me atrevo á decírmelo, uo iguala la inquie- nando con las chispas del pedernal la obscuridad del
los jaleadores, se disparaban, unos á otros, como en tud constante, el continuo peligro de la vida; el camino—Agárrate bien ¡mitesoro!—dijo;y para suje-
una función de fuegos de artilicio, todos los cantares, eterno destierro de la ciudad y del cariño ; el dia, que tarla mejor la ciñó su faja al cuerpo, haciendo de los
vivos ó lánguidos, amorosos ó airados, de Anda- hay que evitar; la noche, que hay que vivir; la sole- dos uno. Pero al poco trecho una voz /alio!
lucía
•Y Sonsoniche ¿qué hacía en tanto? El bandido
COSTUMBRES POPULARES DE MADRID.

LA PLAZA MAYOR EN ^ ^ S C U A S DE NAVIDAD.^


DIBUJO OElGl>f^ DE J_ A R A U J O .
370 LA I L U S T E A J I O N ESPAÑOLA Y AMERICANA. N° XLVII

C o n t e s t ó m e t i e n d o e s p u e l a s , p o r q u e ella c o n los b r a - sus causas y q u e les dejasen al fin v i v i r en u n r i n - Si tiene interés todo esto que al problema iiolitico atañe
zos a l cuello n o le dejaba m a n e j a r el t r a b u c o . L e d i s - c ó n t r a n q u i l o s . ¡ E n ú l t i m o t é r m i n o , se iría lejos, en la América española, en el campo científico y en el li-
p a r a r o n a l g u n a s b a l a s , p e r o él siguió v o l a n d o , y ella m u y lejos, fuera de E s p a ñ a ! terario puro encierra y ofrece nombres hoy, gracias á los
le a p r e t ó el cuello m á s firme. C u a n d o llegó á su g u a - ; H a b í a e n t r a d o en esta n o c h e c a n s a d o d e l u c h a r , esfuerzos de Torres, Caicedo, Cañete. Várela y otros, re-
r i d a ; — ¡ D é j a t e r e s b a l a r ! — l a dijo s o l t a n d o la faja movidos V incorporados :i nuestra cultura literaria con
de m a t a r y de h u i r , y su n e g r o e s p í r i t u , al c h o q u e gran beneficio niicalro. Trasladar nombres seria larga la-
Y ella resbaló en efecto, p e r o m u e r t a . — ¡ o h , si ella de a q u e l l a e s p l é n d i d a alegría q u e le r o d e a b a , se ras- rea; repetir excelencias conocidas, y sacar otras olvidadas,
h u b i e s e v i v i d o !—j P e r o n o ; ella le q u e r í a p o r q u e e r a gaba por fin! trabajo que no es de este lugar. Pero ]}recisaj y mucho, con-
m a l o , y si h u b i e r a v i v i d o h u b i e r a sido s i e m p r e r p a l a ! D i o un beso á J o s e í t o ; u n beso en q u e t e m b l a b a signar que, aparte de ios trabajos cieutificD-i, especialmen-
F i j ó , p u e s , sus ojos en el r o s t r o d e A m p a r o , y vió en u n a e m o c i ó n profunda, y se alzó de la silla te JLiridicosy filosólicos dcííello, Manterola, Zavas, Baralt,
él algo de p u r e z a y de reposo q u e sólo h a b í a visto en Caro y tantos otros—algunos tan interesantes para nos-
las p i n t u r a s de las s a n t a s . otros como los de Bello acerca del poenuí del Cf'(/, — una
IV. literatura que, además de los va nombrados, cuenta á poetas
Se fué A m p a r o , y Soíisnuw/n' retiró e n t o n c e s los y prosistas como Medardo Rivas, Olmedo, Flores (el Mus-
ojos d e a q u e l c u a d r o d e d i c h a s y se r e c o n c e n t r ó m á s P e r o en vez d e soltar al n i ñ o d u l c e m e n t e , le a r r o - Kct americano), Olhón, Acuña, Paz, Lozano, Mármol, San-
e n sí m i s m o . E s t a b a c a n s a d o , p e r o el s u e ñ o había j ó d e s ú b i t o , con sobresalto y con i r a , casi en el fuentes, Isaacs, y otros muchos que no olvido, aunque callo,
h u i d o de sus ojos .... fuego. y cpie tiene de toda nuestra literatura de oro la armonía y
Sonsoniche, si q u i e r e s d o r m i r e s t á n h e c h a s to- — / Suisonic/ic/ ¡ Sonsoniche •—gritó furiosamen- la brillantez, la delicadeza de sentimiento y la gallardía de
d a s las c a m a s — v i n o á decirle el Tin Coscojo. c\]ires¡i')n, todo ello fundido y troquelado en la contempla-
t e , l a n z á n d o s e á c o g e r su r e t a c o . ción sid>li[ne de aquel mundo cuvas bellezas naturales en-
U n m o v i m i e n t o n e g a t i v o fué la c o n t e s t a c i ó n . Cesó el b a i l e , cesó el c a n t o , cesaron las g u i t a r r a s y cantan y asombran y son verdaderamente sentidas con
S i g u i ó a r d i e n d o e n c o p l a s y bailes el z a g u á n . las p a n d e r e t a s , y t o d o s los r a í d o s c e s a r o n ; y q u e d ó s e unaluerzade sentimiento naturalista que no podemoscom-
Sonso?!Íc//¿' se d i s p o n í a á l e v a n t a r s e y dar un vis- e s p a n t a d a I m u d a y q u i e t a la c o n c u r r e n c i a , c o m o prender nosotros los habitantes de la vida montitona de las
tazo p o r la c u a d r a , c u a n d o e s t u v o á p i q u e de caer figuras de m o v i m i e n t o á q u i e n e s d e s ú b i t o falta el grandes poblaciones, y que por esto mismo falta en mu-
d e la silla y r o d a r p o r el suelo. U n o d e los p e q u e - resorte. chos que se llaman iiuluriiHs/íis: una literatura asi, que pro-
ñ u e l o s d e la hija del Tio Cosca/o—la q u e vivía en el duce los cantos heroicos de Olmedo, la dniznra de Flores,
(Con el r e t a c e e n la m a n o d e r e c h a y el d e d o índice ei verbo de Bello, la frase entusiasta de Paz, el toque suave
c o r t i j o — h a b í a e c h a d o á r o d a r u n a n a r a n j a ; la n a r a n j a d e la izquierda en la b o c a , el b a n d i d o estiraba el
se h a b í a m e t i d o debajo d e la silla d e Sonsoniche^y el cuello hacia el p o r t a l ó n é i m p o n í a silencio.) tiernamente sentido, á lo suhlimc, delicado, de Isaacs es
c h i c u e l o . por d e t r á s , g a t e a b a para cogerla. E n t o n c e s se oy<) d i s t i n t a m e n t e el a r a ñ a r del Ca- nna literatnra que dignamente puciic poner su florón en la
— ¿ Q u é haces, c h a v a l i l l o P ^ e x c l a m ó el b a n d i d o , ndo, q u e l a d r a b a bajifo, bajito. diadcíoa hermosa tie nnestra literatura ]}eninsular.
repuesto. U n i n s t a n t e después r e s o n ó u n g o l p e seco. No es ciertamente México, uno de los paiseü americanos
que en tiempos totlavia no remolos formaron parte de
y v i e n d o sonreír al c h i c o , q u e ¡e e n s e ñ a b a la na- — ¿ Quién?—preguntó el Tio Cose jo. nuestra nacionalidad, el que menos títulos tiene para figu-
r a n j a , le c o g i ó , sin d a r s e c u e n t a d e e l l o , y le puso D o s voces c l a r a s , p a u s a d a s , c o m o d e q u i e n e s saben rar diíínamente en el concierto de la literatura bispano-
s o b r e sus rodillas. h a n d e ser recibidos con c a r i ñ o y r e s p e t o , dijeron á amcricana. Aparte de Flores, Paz, Manterola, Othnn. vaci-
U n a m u j e r v i n o c o r r i e n d o , a s u s t a d a , y con los un t i e m p o : lados honrosamente al lado de los ]ioctas ni;is distinguidos
b r a z o s e x t e n d i d o s para llevarse al n i ñ o . — / La pareja f de la América es])añola, cuenta con vates no menos dignos
— ¡Déjale e s t a r , mujer— e x c l a m ó Sonsoniche, sepa- E l Tio Coscojo ^'olvió la cabeza y m i r ó hacia el si- de estimación y aplauso, como Altamirano, Pcza, Nava-
r á n d o l a con d u l z u r a . — ¿Crees q u e v o y á c o m é r m e l o ? rrete, Rojas, Alarct'in, Galván, Calderón, Serán, Coutreras,
t i o d o n d e e s t a b a Sonsoniche L e vió desaparecer p o r Peredo y Riva Palacio, objeto preferente el último d e e s -
L a m a d r e se a p a r t ó , p e r o n o lejos. la p u e r t a del c o r r a l , p u e s t o t o d a v í a en la boca el te- tos renglones.
Y g r a n d e fué la sorpresa d e t o d o s los q u e se fijaron rrible dedo. Es Riva Palacio uno de loa hombres más ¡lustres que
en a q u e l i n c i d e n t e ; SoJisoniche s o n r i ó , y a l z a n d o su E l viejo hizo q u e e n c o n t r a b a dificullad p a r a des- actualmente cuenta la República mexicana. Como nues-
m a n o d e r e c h a tiró u n pellizco cariñoso al c h i c u e l o . c o r r e r los c e r r o j o ; y r e t i r a r la t r a n c a , y al fin abrió, tro Ros de Olano, general y escritor á un mismo tiempo,
D e s p u é s cogió el r e s t o del m a z a p á n q u e h a b í a en la d i c i e n d o con voz a p a c i b l e : bajo el uniforme del soldado esconde un corazón de ver-
t a b l a , y se le a l a r g ó s o n r i é n d o s e . — i Llegan ustedes tarde para la cena! dadero poeta. No hay más que leer sus rimas, ])ara com-
E l chico t e n d r í a unos c u a t r o a ñ o s : era m u y r u b i o ; ( A esjialdas del c o r t i j o , c o m o al pie de la v e n t a n a prender, por la dukúra d e q u e están impregnadas, por la
d e ojos n e g r o s , con u n o s mofletitos c o m o m a n z a n a s delicadeza de sentimiento que revelan, que su autor no sólo
d e l p a j a r , s o n a r o n dos tiros,) es poeta, sino que siente y canta como una mujer. Así no
y dos c a r r e r a s de d i e n t e s finos c o m o g r a n o s de a r r o z . — i Fio Cojto/b—contestó el m á s viejo d e los g u a r - es extraño que durante mucho tiemjio velase sn personali-
— ¿ Cómo te llamas ? d i a s — llegamos á tiempo! dad literaria con cl seudónimo de Rosii Esf>iii'.>, nombre que
— / fosciio I el General consiguió hacer popular con sus romances v
Sonsonic/ic n o h a b í a t e n i d o j a m á s s o b r e sus r o d i - FERNANFLOR. cantares, en su patria y en los Estados Unidos, hasta e'l
llas u n n i ñ o . — U n n i ñ o para él n o h a b í a significado punto de que corporaciones serias, creyendo en la existen-
n u n c a n a d a , ni le h a b í a p a r e c i d o m á s q u e u n e s t o r b o cia de la fingida poetisa, extendiesen diplomas honorarios
a su favor.
p a r a t o d o , salvo el caso de q u e sirviese p a r a secues- LITERATURA AMERICANA.
t r a r l e y sacar d i n e r o ; m a s a h o r a , en la disposición Las composiciones poéticas de Riva Palacio, conser-
«PÁGIN.^S EN VERSQii POR V I C E N T E KTVA PALACIO. vando cl misterio del sendi'mimo, las reunió en un tomo,
d e su á n i m o , se fijó y d e s c u b r i ó q u e , en e f e c t o , los
chicos t i e n e n algo q u e a t r a e e n su m i r a d a , l í m p i d a ; México, — 1 8 8 6 . que intitul<j Flures tfcl almn ,c[ distinguido escritor mejicano
Sosa, cl año 1875. La prensa americana, aun la más encar-
e n su v o z , sin a f e c t a c i ó n ; en sus m o v i m i e n t o s , n o nizada enemiga de las opiniones políticas dei General, le
p e n s a d o s y sueltos. E m p e z ó á s e n t i r ese fluido d e tributó sus aplausos, ignorante cM/rnia/f liícrari.i q u e , se-
i n o c e n c i a , de c a n d o r ; ese p e r f u m e de t o d a s las rosas " 'AS5--¿Í;_>/ J^J t;-i-EX hoy países en mucho bcnemcritos de gún la expresión del citado Sosa, se había cometido. La es-
del a l m a q u e e x h a l a n los n i ñ o s . H a b í a oído h a b l a r T, la civilizíLción, que viven desconocidos p:ira pañola Ocupóse también ilel libro. El inteligente critico
d e esta s i m p a t í a irresistible q u e i n s p i r a la infancia; 1 los demás al través de una c;ipa siipcríicial de Sr, Fernández Merjno, en la Hcvisla de A/ií/n/iidíj, tuvo fra-
d e la t e r n u r a infinita de las m a d r e s ; de q u e n a d a cosmopolitismo. Nos ¡.ignoramos los unos á ses de elogio para los apólogos, romances y cantares, pre-
h a y e n la Creación q u e r e s u m a t o d a s sus esencias los otros profundamente, y son pocos v en sentándolos como modelos de buen decir, gracia, ternura
v i t a l e s c o m o el a m o r p o r los hijos ; p e r o h a s t a en- y encantos,
])oca entidad los que lum penetrado a}go v
t o n c e s n o lo h a b í a c r e í d o . — S e e x p l i c ó al fin u n e p i - '^f<'lJ^f^}¿ sienten la vida y modo de ser de otros pueblos Desde entonces acá han pasado más de diez años. Riva
sodio i n c o n c e b i b l e d e los anales d e su p a r t i d a . E n M V ' ^ ' I l i i e e l suyo, Palacio se presenta otra vez en la arena literaria con un
c i e r t a ocasión secuestró al n i ñ o d e u n rico p r o p i e t a - ' • • de Inglaterra en Es- nuevo libro que titula Pá^hiíis en versú, pero como los an-
en Francia; empieza tiguos paladines, seguro de su triunfo, con la visera descu-
r i o , y se le dejó e n c o m e n d a d o á u n o de sus c o m p a - bierta y la noble frente levantada. Sesenta y dos poesías
ñeros, en u n a c u e v a . E l g u a r d i á n del n i ñ o se d i v i r t i ó De España corre una
leyenda ridicula y falsa, que nos pone en más bajo escalón contiene cl libro, en las cuales emplea casi todas las formas
desde l u e g o e n d a r l e pescozones, p u n t a p i é s y h a s t a del que por circunstancias pasajeras ocupamos, acumu- de la métrica, abundando no obstante las quintillas, que
e n p i n c h a r l e . P a g a r o n días y días sin q u e llegara lando sobre nosotros los vicios todos y las malas cualida- maneja eon suma facilidad , los romances y los sonetos. No
el rescate, y la b a n d a r e c l a m ó p o r fin la m u e r t e del des de la raziL latina; y de rechazo se desconoce, v se tiene se puede decir que Riva Palacio pertenece á deterntinada
n i ñ o . P e r o c u a n d o q u i s i e r o n a r r a n c á r s e l o al g u a r d i á n , en muy otra cosa de lo que es, á esa América española, escuela, pues sus composiciones refiejan los diferentes to-
éste se p u s o d e l a n t e , y dijo q u e al q u e quisiera q u i - deslumbradora, adornada de todos los dones que pueden nos de la poesia objetivo-subjetiva de nuestra época. Cierto
hacer de una tierra un edén, y poblada de una raza hija y es, como dice atinadamente el colector de las Pii^i^inas rii
társelo le m e t e r í a en el c u e r p o t o d a la m e t r a l l a del T-eisfí, que no hay en ellas las dudas filosóficas que roen el
t r a b u c o . — E l t i g r e se h a b í a h e c h o á v i v i r c o n el fal- hermana nuestra, que empieza su vida nacional en esa cons-
titución fraccionaria que es la base de otra más orgánica y espíritu en los tiempos que alcanzamos, la exposición de
d e r i l l o , y le q u e r í a y defendía.— Sonsoniche, recor- los ])roblemas sociolf'>gicos, cuya solución preocupa y ab-
perfecta, y á cuyos destinos va enlazado el problema del
d a n d o este e p i s o d i o , c o m p r e n d i ó q u e él sería capaz de equilibrio de razas en la América, que se impone de día sorbe á los grandes jiensadores; en una palabra, lo que
a m a r y defender t a m b i é n e n i g u a l t r a n c e é^Joscíío. en día. llena el cerebro, dejando ^'acio el corazón ; pero á falta de
disquisiciones filosóficas, la ternura y la belleza abundan
Y le p a s ó la m a n o p o r e n t r e el c a b e l l o , y c o n s u s Cualquiera que sienta amor á esos momentos de gesta- en ellas, y si a! lector, por las razones que dejo dichas, no
ción de ios pueblos, surcados :i veces de agitaciones y mal- le hacen pensar, hacen en cambio seiiíir, que es en mi con-
dedos g r u e s o s , encallecidos p o r el c o n s t a n t e rozar d e estares propios del nacimiento, pero brillando también con
las r i e n d a s y el c o t i t i n u o m a n e j o del retaco y de la cepto imo de los líncs primorfliales de la poesia.
la eclosión magnífica y risueña de toda aurora, ha de sentir
faca, se le alisó d e s p u é s c o n c u i d a d o ¿Ser padre por fuerza cariño á esos pueblos de la América hisiiana, en Empezando por el examen de las composiciones del libro,
de n i ñ o s así? E s t e deseo surgió con a n g u s t i a y c o n los que corre á modo nuevo nuestra sangre. Todos los nom- las hay en él de carácter eminentemente subjetivo, como
delicia de su c o r a z ó n P e r o n o los h a b í a t e n i d o , ni bres que alli son timbre de gloria á nosotros nos tocan y las tituladas Un recuerdo, Duda y fe, Húv, A dos gdundri-
q u e r i d o t e n e r l o s , ni los p o d r í a t e n e r t a m p o c o q u i z á s nos interesan, porque son nuestros, suenan con el dulce y naM, Til y yo, Lejo^ de (i. Sueños y renlidndes, Mí T'eníwn,
armonioso acento del castellano, y recuerdan otros nom"- A mi n/iidre, Cun/eires, En un álbmn, Onei-eüas, Celos, Yo
a u n q u e q u i s i e s e , p o r q u e los hijos n o n a c e n d e la y til, Rne<;ii, Hastío, y otras que sería ]iesada tarea enume-
bres ilustres de nuestra patria. En cierto modo sus desti-
v i o l e n c i a en las c u e v a s ni en los c a m i n o s P a r a ser nos son los nuestros; son como nuestros hijos; no el hijo rar. En todas ellas se rcHejan los sentimientos del poeta,
p a d r e t e n d r í a q u e ser h o m b r e h o n r a d o . — Y u n a pa- romano que quedaba sujeto á despótico poder del padre todas son impresiones del momento, latidos y quejas del
l a b r a , la p a l a b r a q u e s i e m p r e , c o m o la estrella de los toda su vida, sino como el hijo germano, que, fuerte y a p a r a corazón expresados con suma delicadeza. Es notable la que
R e y e s M a g o s , r e s p l a n d e c e con luz de s u p r e m a felici- llevar la jniíiiM, se emancipa y crea vida propia, sin olvi- lleva por titulo Ln Noehc de ¡a muerte, que sin salirse del
d a d ; la p a l a b r a m á g i c a q u e p r o n u n c i a n t o d o s los dar nunca los lazos fuertes interiores de generación y ca- genero subjetivo, reviste no obstante formas fantásticas
b a n d i d o s c u a n d o la edad les r i n d e , c u a n d o les h a s t i a riño que le unen á la casapaterna. dignas de Bócqucr,
el c r i m e n , c u a n d o el desprecio de la v i d a se c a m - E s preciso seguir su historia de h o y , no con odio, sino I ¡ Cómo estii olismira la noche I
b i a e n t e m o r d e la m u e r t e ; la p a l a b r a ¡Indulto! hizo con lei-antado espíritu; que en todas esas revueltas desdi- ¡ Quii nuRTo está ul lirma.menlo I
chadísimas que les han afligido, acusando un período de Ni una iiii[r>rclia sobre cl mimiio.
e s t r e m e c e r s e sus labios. P e r d ó n , y él p o d r í a v o l v e r á Ni en la.s somliras un lucero.
su p u e b l o , y h a c e r s e u n a t a r d í a f a m i l i a , y t e n e r en crisis forzosamente morboso, se elabora la potente y vigo- Ni un leve nimnr quu turbe
sus brazos p e q u e ñ i n e s s u y o s , y dejar e n t r e sus m a - rosa existencia de libertad y civilización que ya se inicia, T a n espanloFio ailcncir),
por ejemplo, en el desenvolvimiento juridico de Colombia, Ni un vieniecillo que mueva
necitas a c a r i c i a d o r a s sus c a n a s . Y p o d r í a d a r fiestas Las llores [iei ceracnierío.
cuva constitución es la más liberal del mundo, y cuyos có- Inmensas y trijies uves
c o m o a q u é l l a , y m o r i r al fin e n su c a m a , confesado digos ofrecen ejemplo digno de anotarse y tenerse en cuen- Cnií.in ptir el cielo netTo ,
y l l o r a d o , c o m o el Tio Coscojo m o r i r í a . — E l t e n í a Y aunquf nii lofiro inirarlas.
ta, y de la cual ha de surgir nueva era de brilla para nues-
nobles y ricos p a d r i n o s ; [ q u i é n s a b e ! o t r o s m á s infa- tra raza, germinando bajo aquel sol brillante, aquel cielo Puedo i'.ecir que las veo. ' '
] IJuí soln estoy ! [enga frío :
m e s q u e él h a b í a n c o n s e g u i d o q u e se sobreseyesen hermoso y al lado de aquella naturaleza repleta de vida. ¡ Qué solo cMoy ! tengo miedo ;
N.- XLVII LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA Y AMERICANA. 371

F,Moy miis" irístc , muy iristc , Acantilado muro se levanta Su primer maestro fué un suizo de la Valtclina, Sebas-
Muy sQlr> pon|iie estoy ínuurla. Con apiiiud que espanta,
Ayer üslaba en el mundo, Coronado de robles y de encinas . tián Zuccato, el padre de los dos célebres mosaístas Fran-
Ayer el vji^l ¡ilicnlo En donde tienden liúmedn su velo cisco y Valerio; cuéntase que su segundo maestro Juan Be-
Aniniiiliii m¡ existencia Las nieblas matutinas llini le despidió del estudio á los pocos meses, diciéndole
Dando vi|;<nr íi mi cutrpD. Con la primera luí que batía el cielo.»
que jamás sería un buen p i n t o r ; en 1505 hizo con el Gior-
Ahora toiius me alxiuJünan gione, que ya tenía gran reputación, el exterior de una
; QuLén se acueriln du lus inucrío? ':i> Prosigue el poeta describiendo la sierra de su país natal
con sus abruptas breñas coronadas de trepadoras plantas y cas* de Venecia, ilJondaco dei Tedcschi, y aunque tuvo la
Prosigue el poeta ii este tenor quejándose de liallarse embellecidas con toda la salvaje grandeva de la vegetación menor parte en ía obra, ganó la mayor en el éxito; dos
muerto y abancloniído de todas las .-ifeccioncs más tiernas y americana , y cuenta que años más tarde, en 1507, pintó su primer cuadro magistral,
suntas de la vida, y la composición reaukaria francamente la famosa Assuníti ( i ) para el altar luayor de Santa María
«Por la florida senda pedregosa
desconsoladora si al final no viniese el ángel de la fe en su De la can.ida umbrosa , dci Frari, y hoy existente en la citada Academia de Be-
t>usca, para, flotando por los etéreos espacios, conducir su Que al pie de la mnntafta se estrechaba. llas Artes. El gran artista se habla revelado.
^spiritu á la celeste mansión de las bienandanzaíi eternas, En fresca tarde de apacible día
Feliz atravesaba
La obra pictórica (según ahora se dice) de Tiziano Ve-
•'^nte su vista, el poeta, animado de santo entusiasmo, ex- En juvenil y alegre compa.'ifa.» cellio se puede considerar como dividida en tres grupos:
clama : retratos, cuadros mitológicos y cuadros religiosos.
y luego añade que En Ferrara, la corte del duque Alfonso I de E s t e , vi-
«jTiertio n.rc.i.nf¡el, )TL le sigo ; «De aquella siena en los pefinscas huecos viendo en sociedad con ¡lustres personajes, entró de lleno
l.evnntn , levanln el n i e l o ,
Que ni buscar E1 ¡iitir.ho
Despertaban los ecos en la pintura del retrato : comenzó por el de Lucrecia Bor-
Con el duro trotar de sus corceles.
Knlrc Us li(ini!ns de tuecn, Lucida caballjiala de amaiionas, gia, esa beldad célebre cuya memoria pretenden rehabilitar
Himnos alzaré s.1 qui: jiisti> Servidu de donceles , historiadores y críticos modernos, como Roscoe y Grego-
No se olviiln de los muerinsl* Animnsas, gallardas, juguetonas.* rovius, y concluyó por el de Felipe II; todos sus retratos,
La cuerda del amor, tratándose de un poeta dulce y me- los de Carlos V y Francisco I , los del Ariosto y el cardenal
Entre ellas cabalgaba la mujer amada del vate, el cual, Bembo, los de! A r e t i n o y el mismo Tiziano, si expresan la
lancólico , es la que mejor suena en su lira. Prueba de ello según confesión propia, hubiera pagado con su existencia semejanza individual de las personas retratadas, expresan
el siguiente soneto: una hora de su amor, loe pronto, entre las quiebras de la también el carácter de su época, la fisonomía política y
uLcjoídc t í . scllDra , el pensainienlQ
acantilada peña, descubre lista una flor q u e , meciéndose social de su tiempo, la representación viva de la sociedad
TLI imai,":!! pura encuenlra por doquiera, desde aquella inmensa altura, semeja que desafta al hombre en el siglo x v i ; porque de ig;ual manera que hay una fiso-
Entie In lu? que ardicnie rev«rlx;ra , á cogerla. El poeta lee en los ojos de su amada este deseo, nomía nacional que revela el origen del individuo, hav
En ];i niibi; ijue cruíai el finnaini;nto, y por lograrla se lanza á una empresa propia de tin titán. también, en las grandes épocas sociales, un carácter par-
' 0¡K0 111 vi)7. cuando suspira el viunlij
Aeariciandu ti agua en la ribecL, Son bellísimas las estrofas en que pinta su penosa ascen- ticular no menos visible, y ese carácter especial de los per-
Y e! aroma que se a i í a en la pradera sión á la peña. El ánimo se sobrecoge leyéndolas, y si no sonajes más poderosos de aquella centuria le han trasmi-
Es el áintiar. señora, de tu alitnio. fuera por su mucha extensión, de buena gana las copiaría tido á la posteridad los retratos de Tiziano.
y si le miri) en la [rrncioía jialma, íntegras. Después de graves peligros, se apodera de la
Si Eslás en el aroma ele las ílores ,
SI de la noche en la apacible calma deseada ilor, y al regresar triunfante junto á su amada la El que hizo del papa Paulo U l e s una obra maestra, que
Me haliliin de if no más los ruiíefinres, halla alzando por él al cielo sus preces. Su varonil acción los críticos modernos colocan á la misma altura que el re-
(• Me pueiles olvidar, alma de mi a l m a ;
¡•Puedo olvidarle I anuir de mis arnores?»
la ha conmovido, y apasionada, loca, le arrebata la flor de trato del papa León X por Rafael Sanzio; y se debe tener
entre las manos, en cuenta que el modelo no ofreció á Tiziano iguales ven-
Son de carácter objetivo, y en alto grado naturalistas, tajas, porque Alejandro Farnesio tenia una expresión ma-
^¿ Chtiíaco, romance que su autor denomina naciomil, en «Se la lleva á la boca, ligna y astuta, no la majestuosa, altamente soberana de
Y en llanto de ternura se desata.» Juan de Mediéis ; los retratos de Carlos V y Felipe II son
^t que dibuja con diestra mano uno de los tipos militares
de la República mexicana; E¡Álha, otro romance descrip- Como se v e , ei asunto del poema no puede ser más sen- páginas de historia en ¡as que se lee claram.ente ta gran-
tivo, que, como el titulado La Tarríe, que hace con el ante- cillo. Pero hay en todo él descripciones tan ricas de colo- deza de España en aquellos días.
rior ^f;jf/f7«/^ pinta con risueños colores la sierra y el valle rido, estrofas tan acabadas y sentidas, que el lector no Tiziano fué para el siglo xvi lo que su imitador Van
mexicano: y los titulados j?/.'Í/ÍW^ del chiima}, El'Canto del puede menos, cautivado por et interés de la fábula y la Dick para la aristocracia inglesa del siglo siguiente: un
e.xpiomdur y Lu Ficsía de Cfiepclliui, que son otras tantas es- elegancia del estilo, que saborear con deleite su lectura. gran pintor y un fiel cronista.
cenas de costumbres de México., descritas con ¡a naturali- Para terminar. Si Riva Palacio no hubiese conquistado ¿Quién no conoce, siquiera por la fotografía ó el gra-
c'íid y gracejo con que describe las de las provincias vas- anteriormente, con otras obras literarias, una justa y me- bado, los cuadros mitológicos de Tiziano P Nuestro Museo
cas nuestro popular Trueba. recida reputación, bastarían las Páginas en verso, objeto de del Prado guarda cuarenta y dos originales del insigne
Lea el curioso lector, en prueba de mi aserto, la siguiente estas nuil pergeñadas lineas, para concederle un envidia- maestro, y están entre ellos los mejores de aquel género :
ble lugar en el Parnaso castellano. La Bacanal, Ofrenda á ¡a diosa de los amores, Venus y Ado-
descripción de La Cosí/i, que tiene la luz y el colorido de la nis, Danae recibiendi' ¡a lluvia de oro, Venus recreándose con
naturaleza americana: J. F . SANMARTÍN V A G U I R R E . el Amor y ¡a Música, Diana y Acteón, Diana y Calixto, Si-
«Hadianie el sol meridiano si/o y Prometeo; en Venecia, palacio Barbarigo, existe la
L a m a tórrenles de fuego, Venus delante del Amor; en Roma, galería Borghese, el
Y sus ondas luminosaB Amor profano y ^ Amor sagrado; en Munich, Venus ini-
Aduermen al manso viento.
De aquella calma profunda SILENTIUM. ciando á una joven en el culío de Saco; en Viena y Dresde,
Sólo inierrumpc el silencio otras Venusy Danaes; en Inglaterra, en las galerías Na-
El ronco mai que sus afuas cional , de Cambridge y de Sttaford, bellísimos cuadros del
Aíola eslruendoso y iiertí.
De los apartados morros mismo género.
ConiTí los pcflascos negros ,
Que ya he cubren de espuma, Soí que los valles macilentos dora A Rafael se le llama el pintor de las Madonnas; á Mu-
Y ya aparecen «nhiesios. Llenándolos de encanto y de alegría; rillo, el de ias Concepciones y el del cielo; á Tiziano, el de las
Ni un [jareo sobre las ulas. Perfume que en el aire se evapora; Venus y Danacs.
Ni una nube sobre el ciclo; Eco de una olvidada melodía; Y sin embargo, las obras más perfectas de Tiziano, las
Parece el cielo un abismo ,
Parece el mar un desierto, Dulce reflejo de invisible aurora; que coronan su nombre de eterna gloria, son las de asunto
Lánguidns cuelgan lus hojas Vaga visión que desvanece el día religioso: con ellas comenzó su larga carrera y con ellas
Del allivo encolern , Tal fuiste para m ¡ !
Lánguidas flotan lius palmas terminó la existencia.
Del cayaco gigantesco; La Assunía ó Asunción de Ja Virgen Mar\a es en la vida
Fueijo eirculn en el aire, Ciego que ve la luz un solo instante, de Tiziano lo que fué en la del Sanzio la Disputa del Sacra-
Y el mnl del fimuimenlo Y de nuevo á la sombra se condena; mento, una nueva era; á partir de entonces, de 1507 á 1508,
Corno de ílDlanles rumas Náufrago que soñó playa distante; los dos grandes artistas dejan muy atrás á sus rivales y se
Envuelve roiUa velo. Pobre que envidia la fortuna ajena;
Sobre las ondas del rio lanzan á las sublimidades del arte con el ardor de la juven-
Se inclina el mangle soberbio, Astro descolorido y vacilante ; tud y el poderoso empuje de la inspiración v el genio.
Y buscando graia sombra Cisne que muere al exhalar su pena Tiziano tenía entonces treinta años, y Rafael apenas con-
Calla el znnale parlero. Ta! seré para t i !
Al abrijjo de la hierba taha cinco lustros.
Los esnialiados insectos
M A N U E L DEL PALACIO.
El Martirio de San Pedro dominicana, llamado vulgar-
Enmuiieccn, respetando mente San Pedro Mártir, es otro cuadro magistral de Ti-
El silencioso mislerio. Monlcvideo , ]8B6.
Duerme la verdosa ¡guana ziano; pintóle para la iglesia de San Juan y San Pablo, pan-
Sobre un tronco de lirbol seco. teón de los Dux de Venecia, y fué tan grande la admiración
Duerme el eainián perezoso producida por aquella soberbia pintura, que el Senado de
A la orilla del estero.
Loa loros y líuacamayoí
¡CRUEL! la República prohibió sacarla de ía capital bajo pena de la
Se a(:rupan liajo los cedros, vida ; y todavía existe allí, cubierta con tela de damasco y
Inmóviles, mientras llcfpi, • oro, como joya entre dobleces, aunque Bonaparte la arre-
El l e n a ! húmedo y fresco. Como todos los días.
Huye el guaco á la caflada, Ayer miré al balcón donde ttj estabas. bató en 1798 y la colocó en el Lou\Te, para que el Gobierno
Y el tigre con paso incierto 1 Pobres querellas mías I de Luis XVIll la devolviera magníficamente restaurada á
Siijue el rumor del arroya ,
Como siempre también, tú no mirabas. su altar primitivo, en 1815.
Que sale tí buscar sediento.
Terrible es aqnella calma. ¡Y eso que me veías! Hasta su última obra, El Entierro de Cristo, que pintó á
Pavoroso aquel silencio la edad de noventa y nueve aiios, mirada á algunos pasos
Que sijio el mar inlemimpe TEÓTIMO LAC.'VLLE. de distancia, revela fielmente el colorido del maestro, la
Can su monótono estruendo.»
Madrid, Diciembre 17,1885, faltara propia del autor de la Assunta; vista de cerca, se
reconoce en ella la mano trémula del centenario. Su vigor
H e copiado integro el romance, porque, siendo una de intelectual, su (genio 'potente, sobrevivía á sus facultades
las principales cualidades de los escritores naturalistas la físicas.
verdad en las descripciones, se vea que Riva Palacio NUESTRO SUPLEMENTO ARTÍSTICO.
puede figurar dignamente entre ellos. Otras composiciones En Viena existe desde 1870 la poética y tierna composi-
bay en el libro, morales unas, como los apólogos El Arroya ción religiosa que ofrecemos á nuestros lectores en el Su-
LA A D 0 R A C I 0 ^ • DE LOS A X G E L E S ,
y /(I Flor, La Azucena y d Huracán, í^a Muerte y ¡a Mari- plemento art'istico que acompaña á este número, reprodu-
A'S'í, La Rosa y la Espina, etc.; criticas otras, como Ep'tslo- cuadro de Tiniatjn Vecellio. ciendo en exacto facsímile, estampado á la sepia, el fino
^í, Gloria y La A/oral; circunstanciales algunas, como la grabado de Anderloni: es La Adoración de los Angeles.
Dedicada á La Patria (que tiene pretensiones de oda), Eii 9 ^ ^ Í : ; | ( J ^ ^ J I 7 [ A K O Vecellio fué el gran maestro de la es- Ticiano hizo en ese cuadro magnifico alarde de inspira-
"í Catedral de Toledo, I^a Noche en el Escorial, A Calderón í cuela veneciana: su larga carrera, sus triun- ción portentosa; la Virgen está sentada á la sombra de un
(fe la Barca y La Macrle del Urano: y de género indefinido 1 \ fos inmarcesibles, sus relaciones con los per- árbol, protegida contra el viento por un ropaje de anchos
las demás; pero todas ellas demuestran que su autor tiene sonajes más importantes del siglo xvi, le pliegues, Y hollando un tapiz de flores; tiene en su regazo
sobradas aptitudes para culti\-ar con éxito los diversos gé- ^ conceden la representación más genuína, al Niño Jesús, y le contempla sonriendo, con éxtasis amo-
neros de la lirica castellana. • ^ por sus obras y su influencia, de la escuela roso, juntando las manos en señal de admiración sublime;
p e intento he dejado para el final el ocuparme de la de Venecia, ese estilo pictórico eminentemente dos ángeles adoran de rodillas al divino Infante, y gozan
ultima poesía que contiene el libro, titulada ZÍJ Flor. Es ésta rico, ornamental, entusiasta en las formas y es- con el embeleso de la Madre; al fondo hay un encantador
"illa composición tierna, delicada y sentida, inspirada en el ^2) píendoroso de color, que habían fundado en pocos paisaje y un hermoso cielo surcado por ráfagas de luz naca-
Ldiiío de Núñez de Arce, cuya forma métrica ha adoptado i^ aiíos los dos Bellini, su rival Carpaccio y el desdi- rada.
su autor. Empieza asi: chado Jorge Barbarelli, il Gíorgione. También tenemos en el Museo del Prado selectas com-
líáció el Tiziano en Pieve di Cadore en 1477, y murió
«De la montana en el abniplo Banco, en Venecia el 1576, á los noventa y nueve años de edad, y posiciones religiosas de Tiziano; el famoso Cuadra de la
Limitando el bnrrancQ todavía con el pincel en la mano, delante de su cuadro El Gloria, F¿Entierro de. Señor (no la última obra del ilustre
Por dotide turbio, atronador, hirvicnte,
Revolviendo entre rocas >" cniíe brumas. Entierro de Cristo, que acabó Palma el Vieja y se conserva (1) Dice p . Pedro Madraío qvie Tiziana pintó la Assunía eti 1516.—Caíif,
Se despcfla Cl torrente en la Academia de Bellas Artes de Venecia, ¡osa dfscnplivo é hñíéTÍcu lU ¡os aiadros dtl Musí» dei Prado de Madrid-
ArrojandD con furia sus espumas. escaelas italianas , pág. 7 3 ; .
S O C I E D A D DE V E L O C I P E D I S T A S DE M A D R I D

CARRERAS V E R I F I C A D A S [EN LOS JARDINES DEL BUEN RETIRO, EL 28 DE NOVIEMBRE ULTIMO,


Un velocipedista.—La partida.—Llegando á la meta.—(Dibujo del natural, por Comba.)
RECUERDOS DE VIAJE.

C U E N C A . — i V 2, SILUETAS ÜE LA I'ÜBLACIÓN. — 3 . COCINA L\1PK0\1SAIM i'Olí LHAIÍDV EN EL PATIÜ DE LAS KSCÜHLAS DE AGUIRRE RECIENTEMENTE INAUGURADAS.— ( D i b u ^ del natural, por Caoipuzano.)
¿74 LA itÜSÍKAClON ESPAÑOLA Y A M É Í I Í C A N A . íT.» :ÍLVI1

arLista, s i n o oLra q u e e j e c u t ó á la e d a d d e o c h e n t a y d o s En los siglos últimos ha sufrido Cuenca grandes infortunios: £ ; H p i i n . i , HiiA i i i o n i i i i i m t n N y j í v t c s , s u n a f i i i ' n l c z n c
a ñ o s ) , el Eccc-Hímto y s u c o m p a ñ e r o Lii Da/orosn, Sauin los ingleses la bombardearon dos dias cruelmente, en Agosto de historia: Navarra y Logroño, por D. Pedro J e Madrazo. ( F o -
1706; los franceses la saqiieron en 1Ü08 y la incendiaron en 1810; tograbados y heliogriifías J e Joarizti y Mariezcurrena; dibujos
Margarita, Descanso en ¡a huida á Egipto, Sania Catalina en
los carlistas la tomaron al asalto y saquearon, al mando del her- á pluma J e Passos, O . DelgaJo y Miró ; cromas de Xumetra.)
oración, San ferünima en el desierto, La Virgen de los Dolo- mano del Pretendiente, en los dias 15 y 16 de Julio de 1S74. Se han publicado los cuadernos 124 y 125 J e esta importante
res, La Adoración de los Santos Reyes, Jesucristo llevando obra, que tantas veces hemos recomenJaJo. Continúa abierta
la cruz. El Salvador en su aparición á la Magdalena, La la suscriciún, al precio J e 4 reales caJa cuaderno, en las prin-
E n la parte más alta de [a ciudad existen aún paredones y cipales librerías y en la casa editorial J e D. Daniel Cortezo y
Oración del huerto, y o t r o s .
ruinas del antiguo castillo, que fué residencia del tribunal de la C o m p a ñ í a , Barcelona (calléele Palbirs, salón de San J u a n ) .
L o s e s p a ñ o l e s d e b e m o s v e n e r a r la m e m o r i a d e T i z t a n o Inauisición á fines del siglo x v i ; levántase la catedral en la —Representante en M a d r i d : D . J u a n E, J e Bona (PreciaJos,
casi c o m o la d e u n g l o r i o s o c o m p a t r i o t a ; é l , q u e n o q u i s o falda del cerro, sobre escalinata ceñida de balaustres, sus dos ^\, bajo).
ir a las fastuosas c o r t e s d e L e ó n X v d e F r a n c i s c o I, a u n - portadas ojivales y una semicircular, su rosetón bajo a p u n t a d a
oji\'a en el segundo cuerpo, su torre piramidal (véase nuestro R e g i n n , por A. de L a m a r t i n e ; versión castellana por D. José
grabado) de tres filas de arcos sobrepuestos, que termina en una Feito García. Folleto de "¡^y páginas en S.", que se \ e n d e , á una
giralda ó figura de bronce con bandera en mano; cerca del cas- peseta, en las oficinas de La Pit'dicidad, Madrid (V'alen-
tillo está la torre poligonal de la iglesia de San Pedro, y m i s zuela, 6 ) .
o p i n a C e a n B e r m ú d e z , p a r a p i n t a r el r e t r a t o d e lu m a l o - allá se distingue el ábside de la antigua parroquia de San Mi-
g r a d a e m p e r a t r i z d o ñ a I s a b e l ; p a r a el E m p e r a d o r y p a r a g u e l ; domina el barrio del Alcázar la de Santa María de Gra- T a r t í i i ' i i i e n l o a A l p c i * , nuevas hazaTias del héroe tarasco-
s u hijo F e l i p e II p i n t ó casi t o d o s los c u a d r o s s u y o s q u e s e cia, antes sinagoga, consagrada al culto católico en 1403 después nes, por Alfonso D a u d e t ; versión castellana de D, Eusebio
de la matanza de los j u d í o s , y con artísticos sepulcros de la no- Blasco, con un Prólogo del traductor y un autógrafo de
g u a r d a n e n el M u s c o d e l P r a d o ; c o b r ó p e n s i ó n vitalicia p o r A. Daudet.— Ilustraciones J e Jiménez Aranda, De Beaumont,
ble familia de M o n t e m a y o r ; surgen J e las empinadas lomas, en-
las cajas d e M i l á n , q u e e n t o n c e s e r a c i u d a d e s p a ñ o l a , y e s a tre u n o y otro rfo, las cuadradas torrecillas J e S a n t a Cruz, San M o n t e n a r d , De Myrbach y Rossi.—Esta preciosa obra de Al-
p e n s i ó n , q u e le h a b í a c o n c e d i d o C a r l o s V , c o n f i r m ó l a F e - J u a n , San Esteban, San M a r t í n , San AnJrés y otras, hoy rui- fonso Daudet, « h u m o r a d a (como Jice con razón el Sr. Blasco)
l i p e I I y l a h i z o e x t e n s i v a á H o r a c i o V e c e l l i o , hijo del g r a n nosas ó mal restauraJas. y antes construidas sólidamente por el que rebosa gracia en todas sus p;iginas«, se presenta al pú-
a r t i s t a ; n o m b r ó l e el C é s a r c o n d e p a l a t i n o , n o b l e e s p a ñ o l , y rey Alfonso V l l í «alrededor de los muros de la ciudad, como blico español en correcta versión castellana, hecha por el po-
TÍKiano solía f i r m a r d e s p u é s s u s obi'aa n o t a b l e s c o n e s t a le- otros tantos centinelas y como enseñas sagradas que en caso d e pular escritor Eusebio Blasco, que «después J e veinte años de
y e n d a e n l e t r a s d e o r o : Tííianus Vecellius, eques O^saris. ataque reunieran á los feligreses y animaran su brío.» autor dramático, novelista y perioJista, se ha convertido en
traductor» sólo para traducir esa misma o b r a ; sus ilustracio-
Y a c e n s u s c e n i z a s e n la iglesia dci Frari: P a l m a el Viejo Fuera y a de la ciudad está el puente inmemorial de dos ojos, nes son bellísimas, como ejecutadas por artistas Í^Í Í'ÍÍY/IÍÍ/, y
p u s o u n a i n s c r i p c i ó n e n el s e p u l c r o d e s u m a e s t r o ; P a l m a bajo los cuales se deslizan unidos los J o s ríos Jücar y H u é c a r , y sus circunstancias tipográficas y materiales nada dejarán que
d Joven d e c o r ó el m a u s o l e o c o n u n b u s t o e n m a r m o l ; el á espaldas del convento dominico J e San Pablo, sobre la boz Jel desear al bibliófilo más exigente. En resumen: j quién no h a
g r a n C a n o v a , p o r e n c a r g o del S e n a d o v e n e c i a n o , h a b í a H u é c a r , se levanta desde el fondo del rio á la altura de 144 pies, de desear y adquirir un libro J e D a u J e t . traducido por Blas-
por más J e 30D J e l o n g i t u J , el soberbio puente de cinco arcos, co, ilustrado por Jiménez Aranda y De Beaumont, Montenard
p r o y e c t a d o u n g r a n d i o s o m o n u m e n t o , d i g n o d e la g l o r i a «obra digna de los romanos», q u e fundó el canónigo O. Juan del y Rossi, é impreso can elegante corrección y nitiJez en el esta-
d e ' r i z i a n o y d e l t a l e n t o d e l e s c u l t o r , c u a n d o el g e n e r a l Pozo en r533i y cuya construcción, dirigida sucesivamente por blecimiento Sucesores de Rivadeneyraf Un volumen de 330 pa-
B o u a p a r t e , a p o d e r á n d o s e d e V e n e c i a e n 1 7 9 6 , p u s o fin á los alarifes Francisco de L u n a , Juan Palacios y J u a n Gutiérrez gines en 8." mayor francés, Precio : 5 pesetas. Véndese en las
la a n t i g u a R e p ú b l i c a d e los D u x . d e l a O c e j a , J u r ó hasta 1589, costando, según se dice, 6 3 0 0 0 Erincipales librerías y en las oficinas J e los editores señores
ducados de plata. ópcz y C o m p a ñ í a , Madrid ( R u i z , S, primero izquierda).
E . M. DE V. No son las Escueias de Aguirre las primeras que la beneficen-
Diciembre cfiSfi.
cia ha creado en C u e n c a : el venerable obispo D. Antonio Pala- R á p i í l a iIi'M^M'iix-ión t'íwicn, ^tíolófrit-;» y n i i n e i - a <le
fox y Croy (el mismo que fué delatado á la Inquisición como la isla de Ceiiii (archipiélago lilipinol, por D. Enrique Abella
jansenista) construyó de nueva planta y funJii, á principios Jel y Casariega, ingeniero jefe J e l cuerpo J e Minas, (Publicada
R E C U E R D O S D E CUENCA. siglo actual, escuelas gratuitas para niñas y niños, con maestros de Real orden.) Con atento B. L. M. del limo. Sr. Director
bien retribuíJos y premios para estimular á los a l u m n o s ; « y general de Administración y Fomento del Ministerio de Ul-
aunque las dotó con bienes propios (Jice el iiutor que nos sirve Iramar hemos recibido un ejemplar de esta nueva obra del
SILUETAS DE LA CIUDAD.—COCIMA IMPROVISADA POR LHARDY de gula en este bosquejo), tuvo la modestia de litularla^ Escue- Sr. Abella y Casariego, la cual consta de unas 300 páginas en
EN EL PATIO DE LAS «ESCUELAS AGUIRRED. las de la Sociedad Econiímica, lo que no aceptó el público, que 4.", y está ilustrada con seis excelentes planos y mapas. Ma-
las llamó y sigue llamando Escuelas de Palujx. f drid, 1SS6.
«A la fundación de Cuenca, quienquiera la fundase, presidió
sin duda un feliz peníamienCo; nunca obtuvo ciudad alguna si- Entre las dos siluetas de la enriscada Cuenca que figuran en
luación más original y pintoresca. Dominada á la vez y domi- nuestro grabado, el artista Campuzano h a consagrado un re-
nante, ocupa la pendiente de una loma entre los profundos cau- cuerJo á maese L h a r J y ( D , A g u s t í n ) , el Vatel de los e.^peJicío-
ces de dos ríos que al pie de ella se ¡untan y ii la sombra de tres narios á la inauguración de las Escuelas de Aguirre. ARTÍCULOS DE PARÍS RECOMENDADOS.
altos picos q u e la protegen y custodian. El río q u e corre por el El contr.aste es magnifico: e n t r e la aspereza de las escuetas lo-
valle de Poniente es el caudaloso jticar; el que á Levante se des- mas, la cocina improvisada por el fondista suizo-madrileño en
lieaes el apacible l l u é c a r , que torciendo sesgadamente á Medio- Muchos industriales, especulando con el deseo que tienen to-
uno de los patios Jel nuevo edificio; y parece como que está sus- das las tnujeres de embellecerse y retrasar en lo posible la vejez,
d t a entre la ciudad y el arrabal, rinde tributo á su compañero pendida sobre la hoz del Júcar, y que ha sido evocada por los lanzan diariamente á la circulación una multitud de prospectos
L a loma ofrece un constante d a d i v e , cuya anchura en muchos cavernosos ecos de aquellas altísimas peñas. que anuncian cremas, glicerinas, lociones refrescantes ó astrin-
untos d a solamente lugar á u n a calle, gozando á uno y otro Un detalle fina!: la compañía dramática que actúa en el tea-
K ido las casas de idtntica perspectiva; escarpadas rocas enfrente,
en el fondo corrientes aguas y verdes alamedas. La población se
tro de Cuenca puso en escena, la noche en que llegaron los ex-
pedicionarios, la preciosa comeJia Zas Dos hijos, de nuestro que-
g e n t e s , pomadas ó aguas de Jouvcnce, polvos de arroz ó velu-
tinas,
ensancha al par que desciende, como una cascada desprendida Pero casi todos esos productos contienen, si no tóxicos, por lo
rido compañero Fernández Bremón.—V. menos algunas sustancias que, en efecto, momentáneamente ha-
de la cumbre ; y en lo más bajo, el arrabal imita un remando
rebosando fuera de las murallas.» cen desaparecer las arrugas ó embellecen el cutis; mas al cabo de
un plazo _más ó menos largo, la epidermis, tan sensible, tan írHgil,
liemos preferido esta reseña de la enriscada posición de Cuen- se marchita y arruga con l a influencia de tales polvos ó ungüen-
ca, hecha por el Sr. Quadrado, hace irnts de treinta afioa, en la L A P L A Z A M A Y O R D E -MADRID
tos perniciosos.
obra Recuerdos y heltezas de España, á las difusas y aun enfáticas EN LAS I'ASCt'AS DE NAVIDAD.
que pubhcaron los antiguos analistas de la ciudad, como Rizo Un perfumista concienzudo v Jocto en su arte, que emplee
en su Historia de Cuenca, y tambiún á la que escribió el R, P a - sólo sustancias perfectamente higiénicas y J e ])rimera elección,
Plazuelas y calles, escaparates de comercios y cuarta plana de en sus preparaciones, es por desgracia m u y JíFícíl J e encontrar
dre Risco en el tomo XXXVni de la España Sagrada, por su be- periódicos noticieros, anuncian desde hace días que las Pascuas
lleza en la forma, su brevedad y su e.-iactitud, para que sirva de en nuestra época ; porque su industria, más que otra cualquiera,
de Navidad y el Año Nuevo están llamando á las puertas J e este se presta favorablemente á enriquecerle en poco tiempo.
complemento á las interesantes siluetas de aquella población viejo mundo, el cual se rejuvenece, no obstante, cada trescientos
que presentamos en el grabado de la página 373, reproduciendo Por estas razones, lo mejor es recomendar vivamente á las mu-
sesenta y cinco días.
dibujos del natural hechos p o r nuestro colaborador .iriisiico T o - jeres que adquieran sus objetos J e locador en una casa J e primer
más Campuzano en su reciente viaje á la inauguración de las orden, recomenJable por toJos conceptos, como la casa D E G U E R -
Escuelas de Aguirre, de aquella capital. L A I N , 15, rué de la Paix, en París.
Cuenca data de los primeros años de la época sarracénica, aun-
que cerca de ella están las ruinas de la a n t i g u a Valeria, de cuya

IL SECÓLO
catedral visigoda no quedan ni aun vestigios: el castillo de qi
Cenca fud refugio del insurrecto Hafsún y del último rey tole- por supuesto. J e hacerlos peJazos á los pocos m i n u t o s ' d e ' a b r a -
dano l a h l a ; recibióle el rey de Castilla y ele León D. Alfonso VI zarlos amorosamente, aunque sólo sea para descubrir el misterio
con la mano de la heilisima Zaida, hija del rey moro de Sevilla J e su mecanismo, para ver lo f¡ue tienen dentro. GAZZETTA DI MILANO
Aben-Abed ; recobráronle después los mahometanos, y los heroi- L a plasa Mayor de la coronada \'illaes la que ofrece, en la tem- Diario político
cos adalides Alvar Fáñez y Fernán Ruiz d e M i n a y a , al frente porada de Navidad, iisonomía característica, tradicional, in\aria-
de [os pendones concejiles de Avila, Segovia y Zamora, le to- 1 < í O 0 0 0 «'je ni p i a r e s p o r ilia.
ble, y J e ella pueden formarse idea exacta los lectores que no la
maron por asalto el 23 de Mayo de 1106, como dice la vieja cró- hayan \Í6to c i a n i i n a n d o nuestro grabado de las páginas iG3 y
nica que publicó el Padre Risco, ó en m i , comu consignan los I L S E C Ó L O , el más completo y el más popular de todos los
369, que rtproduce una bella composición del distinguido artista periódicos italianos, reparte á sus suscritüres por un a ñ o , como
Anales Toledanos; otra vez le conquistaron los sarracenos, y por J, ."Vaujo.
último, el rey D, Alfonso V l l l l é g a n o definitivamente, después prima gratuita, dos revistas ilustradas semanales y dos magnífi-
de largo cerco, enarbolando el glorioso estandarte de Castilla en Allí no ha entrado el progreso de ios tiempos: bajo k cas oleografías cuyo valor comercial es de 2 5 pesetas.
el minarete de la mezquita mayor de la población el 21 de S e p - itnlHnrlns jTífríl/i/.'/Jí nilí" ip. nsnhnn pn In i\o\ir-'<r.^-, A El abono por un año para I L S E C Ó L O , comprendidas las
tiembre de 1177 (aunque los Anales Toledanos suponen que fué citadas primas, en España y en todos los países de la Unión
en O c t u b r e , y los Campos/elatios, el 3 de Agosto), y del mismo postal, cuesta solamente 4 2 pesetas. ( P o r s e m e s t r e y por trimes-
año de la conquista datan el célebre fuero de la ciudad, escrito en eUio pieza. tre en proporción relativa.) Diríjanse los pedidos, acompañando
latfn romanzado, tal como se halla en un códice que se guarda La fiesta de N a v i J a J no es únicamente la fiesta de los templos: el importe en libranza J e fácil cobro ó giro postal, al editor
en la biblioteca del P.scorial, y su escudo de armas, un cáliz de es también la J e los palacios y las cabanas, la de los ricos y los Eduardo Sonzogno, en Milán (Italia).
OTO y u n a estrella de p l a t ü c n campo rojo (véase nuestro graba- pobres; toJus ceden á sus seducciones.
do), divisa eminentemente religiosa del concejo. Y tos favorecidos por la fortuna tienen además en ella motivos
do purísima alegría: l.a alegría íntima, la dicha inmensa que pro- DEPILATOIRES DUSSER.
La sede episcopal fué creada en 1183 por el pontífice Lucio H l , ducen los actos de caridad, socorrer A un desgraciado, enjugar
y consagrado el mismo año su primer obispo J u a n Yáñez, mozá- Estas preparaciones (Páíe Ej>ilaíoÍre Dusser para la cara, Pih-
una lágrima, aliviar el desamparo J e una triste'familia.—X , vore para los b r a z o s ) , cuya eficacia la gaTimiizan sus cincuenta
rabe d e T o l e d o , á quien sucedió el húrgales Julián, arcediano de
la Iglesia toledana, en quien «resplandeció miis que el brillo de años de éxito, hacen desaparecer en pocos instantes toda traza de
la mitra (dice el Sr. Q u a d r a d o ) e! divino rayo de la santidad*-, vellos que afean el rostió ó lus biazos. Las recomendamos á
nuestras lectoras.
por la humildad profunda, la caridad sin Itmiies, las virtudes to-
das del incomparable pastor cuya imagen se venera en los al-
LIBROS PRESENTADOS Dusser, inventor, I, ruc J- J. Roui^seau, P a r í s , y en las bue-
tares, k ESTA REDACCIÓN POR AUTORES Ó EDITORES. nas perfumerías.
Cuenca fué privilegiada notablemente por Fernando I I I , Al-
fonso X . Sancno IV (que reformó el fuero de la ciudad) y Fer-
F A S T A D E N A F É DE D E L A N G R E N I E R . Cincuenta mé-
nando I V | las violencias del rey D. Pedro 1 la impulsaron a l a
dicos J e los hospitales de París han demostrado su podero¡a
insurrección, en defensa de la inocente reina D." Blanca, y luego
eficacia f^oair'x los Re^fytadus, Grippe , Bronca, íis. Irritaciones
proclamó rey de Castilla, viviendo a u n el monarca legitimo, á en el domicilio del autor, Madrid (San Bruno, i ) , del pecho y J e la garganta. No conteniendo ni opio, ni morfina,
D. Enrique de T r a s t a m a r a ; fué teatro de sangrienta matanza de
M j m i i í i l i l e t ' í i l s i l i o a e i o n c s <!« Huí4lanci.-kM:iIimoiiti<.-i:>M, ni cod'ina, puede darse sin tem^jr á tos niños que padecen de
judíos en 1391, que coincidió con otros atropellos semejantes en
bebidas, licores, productos (¡uimicos^yjaimacéiiticos, con mdica¡.i\.n tos. Depósitos en las farmacias del mundo entero.
varias ciudades de Castilla y A r a g ó n ; conservóse fiel á Enri-
de ¡os medios para reconocerlas. Util á los municipios, inspec-
ue I V durante las alteraciones del reino en aquellos infaustos
3 las, y también á los reyes D."^ Isabel y D, F e r n a n d o , en la em-
peñada guerra de sucesión que no terminó hasta la toma del al-
tores J e mercaJos y revenJedoresde comestibles, é interesante
para las familias y toda clase de personas, sin necesidad J e ser n r v T TTrtO A T I P I I A adlierentes, in\isiblcs, e.iquisito per-
químico, por ü . Ginés Franco. Opúsculo de 17; p a g i n a s e n 8." rULVUo U i l i L l i l íui"«- H o u b i g a n t , perfumista,
cázar y castillo de Burgos y la famosa batalla de Toro. menor, que se v e n d e , á i.Jo pesetas, en Barcelona, librería J e Pa ris.
Terrible tragedia acaeció en Cuenca en los trastornos de las D. Manuel S a u r í , editor (.Plaza N u e v a , núm. 5),
Comunidades de Castilla: estaban al frente de los comuneros
dos audaces plebeyos, un frenero v un tal Calahorra, que insulta- r V o v e l í s l a s e H p n í i o R ' ! * c i i n t e i u p o r ú n o o s : Los Pasot de
ron bárbaramente al noble D. Luis Carrillo de Albornoz, el cual Ülloa, novela original, preceJida J e unos Apuntes autobiográ- E.u D'HOÜBIGANT ^r•"'"=''"''"
para los bafius. H'•"••"
o u b i g a n t'""'"-^
, perfu-
h a b í a turnado parte en el alzamiento, retirándose luego ; y la es- Jicos, por D,'^ Emilia Pardo Bazán, Se ha puolicado el tomo II lista, Parú.
posa de éste, *una d a m a varonil, D." Inés de Barrientos con- J e esta obra, que nuevamente recomendamos á nuestros lecto-
vidó á su casa á los jcfcs de la insurrección, que después de res Forma un elegante volumen Je 344 páginas en S.", y se
opípara cena pasaron del letargo J e la embringucz al sueño de la Per/unitrla Ninon, V' L E C O N T E ET C " , 3 1 , rué du (juaire
v e n d e , á 2,50 pesetas para los abonados á dicha Biblioteca y
eternidad, asesinados por servidnres ocultos tras los tapices de U S e p t e m b r e , París. ( Véani.e tí,s anuncios,)
á 3 pesetas para los que 110 lo s o n , en las principales librerías.
sala ; y la mañana siguiente alumbró sus cadáveres colgados de Diríjanse los pedidos á la casa editorial de D, Daniel Cortezo
las ventanas, excitando, en vez de enojo, mudo espanto en la ate- y C o m p a ñ í a , Barcelona (calle de Pallars, salón J e San Perfumería exótica S E N E T , 3 5 , rué du Q u a t t e S e p t e m b r e ,
r r a d a plebe.I» Juan). París. ( Véanse los anuncios.)
N." XLVII LA ILUSTRACIÓN ESPAFOLA t ÁMEHICA^A. 575

Verdadera A°:ua Bentiínca,

BOTOT Única, aprobada por


Afeccioitcs del Estoniano
l'ARIíJ, 2¿ Y 10, R U É UiLOtJOT,
- Atieiniít
V i n s r o s o

Y liN LAH KAHMACIAS


- Caleirtu-ras, etc. ProuedoT priuUcjiudu da la Corte de España

la A C A D E M I A d e M E D I C I N A d e F A B I S Jaton do I X O R A Pomada it IXORA


ASMA Y CATARRO Eseacb do IXORA iteüo di I X O R A
AgUiídeTQtadorílo IXORA P<il<>*asde irraxdB I X O R A
POLVOS DE BOTOT Curados coa los C I G A R R I L L O S ESPIC
O p r e i t i u i i c K i 'I'MN, C i i n s l i p t i i l u M , K c i r i t l g i u a Tiaaere . . . d e IXORA { CuldCrejia de I X O R A
:\í|iirniLili.' ül liiiiiiii,|k'[iotraeiieli'c<;lio.enliw:ielM.-luiMaiierviusOjr.iciln;il;(tíX|iei:toracÍüi:
Dentífrica con Quina j iiivuríci; lili liiuL'.iuiii's lili Ui> ijr¡.'riiie; ríspiíntnriiis ~Exigir esía /¡iriia; J.ESl'ti;,
PARÍS, Boulsvard de Sirasbourg, 37
Venta, p o r m a y o r : J. E S P I C , 2 0 , r u é Salnt-liazare, Parla, y en / a i principales Perfumerias de Amérioa.
y ui[ (>itiiciiiL.les Fatiiiauija úe ÍIÍSPAÑA •- 3 í r . l a C a j a . ••ttÉMillMJ
A NUESTRAS LECTORAS.
Depósito : 229, R u é St-Honore, FARIS ALIMENTOoELosNIÑOS Para poseer las verdaderas recetas d e juventud

¿V Por menor en l.i! prinnipaleí Casas, Vatü dar ftiiTza á l o s Jiiños y i l a s p e r s o -


n u s d é l i i i i t s d e l ¡¡echo ó il¡f\ e s i ü m a i ^ a , d '
iiliicüilus ilR'7(jro,(i'.íó d e i i n e n i i a , e | m e j o r '
V m a s [íi-aio (|f s a y u n u e s e l n \ C A I I O U T
L h e r m o s u r a , venidas e n línea recta d e N i ñ ó n d e
enclos y e n c o n t r a d a s p o r el doctor L e c o n t e , a s í
como los otros producios auténticos d e l a
tnerie h'inon, p e d i d l o s ú n i c a m e n t e á e s t a c a s a d e
Par/u MAQUINARIA INGLESA
ne LOS A H - i i i i l ^ l K . i i l i m f ' n i o n N i n t i v o y r e - París, 3 [ , rué du 4 Septembre. S i n tener nunca P U 2 i DEL AHGEL, 18,
cunstiiuyenti'iprtíparudoporDelanBreiiier, I n a d a q u e t e m e r d e l a s falsificaciones, e n c o n t r a r é i s
d e P a r í s — [)t'[iositoB m i J a s priiiiMpaleB
l a n t i u c í a s de E s p a ñ a , d e l a I s l a d e C u b a y alli la V é r i t a b l e L a i t M a m i l l a p a r a r e -
del resto deAiuerica. c o n s L Í t u i r el p e c h o s i n n e c e s i d a d d e r e c u r r i r a l -ter-
a l g o d ó n n i a l c a o u t c h o u c n i -k l o s a h u e c a d o r e s d e
las b a l l e n a s d e l c o r s é ; l a V é r i t a b l e e a u d e
"^ VINO '-' N i ü o n , q u e p u r i f i c a l a p i e l >• o s p e r m i t e d e s a f i a r
l a s a r r u g a s e n c u a l q u i e r e d a d ; el D U T e t d e N i -
§)iuctor': laimc Bache.
"=T^
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CHASSAING EXPOSITION UNIVERS^M878 lo h a p r o b a d o e l s a b i o d o c t o r C o n s t a n t i n o J a m e s
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Histérico,

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Palpitaciones
Tiro nervioso,
Enfermedades
Neurosis,
cerebrales
de cabeza, Vahídos,
de las Vias urinariasy
nerviosas.
Turbaciones
ó mentales,
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j j c n l m a n t e s o b r e el sistenin n e r v i o s o . » { C a z e t í e des Húbiíaiís.')
D O S I S ; D e 3 ;i 6 c á p s u l a s d i a r i a s . — F , n c a d a f r a s q u i l l o h a y u n a i n s i r u i : c i b n d e t a l l a d a .
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ineiUe a loüas l a s p e p s i n a s c o n o c i n a s El e m o l e o e n m e d i c i n a , d e l H i e r r o B a b u t e a u e s l a e n t e r a m e n t e f u n d a d o s o b r e l a c i e n c i a . ^ p r a . i a h l f . d r íacil d i t r e s L i o n , y la s o p u r t a n l o s
h a s t a h o y , u o c o u U e u o amidóA. ni ' n « pí^hirlins h e c t i n s p o r l o s s a b i o s m a s d i s t i n g u i d o s d e n u e s t r a é p o c a , l i a n d e m o s t r a d o 'ísiuniaí.'iií m a s d e l i í a d o s .
'vzucar de leche, n i eelatina. Laellcacia „ „ o i>i v í ^ í r l i r l p r o H i e r r o B a b a t e a u e s superior á ("ios los fernmnosos para c u r a r l o s
e s c i í n s i d c r i i ü l e . p u e s d o s p e r h i s Lonia- De v e n t a e n todau Ins Botiena j D r o e n a r í n s .
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a s e g u r a r laditíesLióti d e l o s a l l i n e n l o s , rf^7idadde¿oT?mZy l a s e n f e r m e d a d e s c ^ m s a d a s p o r l a d e b í U d a d y a i i e r a c i p n d e la sangi-e D o p á : j i t o g e n e r a l e n P.<i >n.ñn.. p u r a 1H v e n t a a l
y e n u n cuarlu üe liora.liaccu desoparo- f c o i S c u e n c f a d é fatigas, veladas y e x c e s o s d e tuda clase. - El H i e r r o K a b u t e a u e s l i ñ o r i n n " n f , Rroa. D . V l C i J N T E F E R R E I l 7 C —
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aiielilo r e n a c e , la asJuitlaciuu a e tiace
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in«^HPnN^svsedlL'lertín p o r l o s eslúmatíns m a s dúbiles s i n c a u s a r c o n s t i p a c i ó n . - DOsiS:
T ó . n e n s e c o n t c S l a r i U a d li G r a g e a s R a b u t e a u . m a ñ a n a y t a r d e , e n l a s c o u d d a s 16 d i a r i a s ) .
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COFRES-FORTS
y las ^ a s t r a l s l n s o r ó n í c a a ceden e n
ü r e v e a la a c t i v i d a d q u e d a a la u u t r i -
m i c o y el g a s t o diarlo q u e oriiílna e s m u y m i n i u m , todo Hierro
clün esta p e p s i n a '[ue c o m b a t e la a n e - « _ _ - _ - „ - j - H l E B B O R f l - n i T T E A V . • E\ E l i x i r S a b u t e a u e s t á r e c o m e n d a d o á l a s
m i a , la l a n r o l d e a i , l a d a t l H d a d ,
acorta la couvaleceucia y s u p r i m e casi
n i ^ o n i T d e b l L e s ' l u e JJO p u e d e n t r a g a r l a s G r a ^ - e a s B a b u t e a u . - L l E l i x i r B a b n i e a u FIERRE H A F F N E R
S e n e i m « n a t o a g r a d a : , l e y d e b e Icii-arí^c á l a d o s i s d e u n a c e p i t a e n c a d a c o m i d a . 13 e t 14r, P a s s a g e Jouffroi.
s i e m p r e los vúmllos del e m b a r a z o .
CBAPOTEm, r a n i i . , 8 , HneVmBODBjPaní El V e r d a d e r o H i e r r o B a b o t e a u ? « baila e n laa p r i n c i p a l e s F a r m a c i a s y D r o g n e r l a a . PAHlS.
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PARÍS _ CASA CLIN ^ C" _ PARÍS Se envían modelos e ndibujos y
precios corrientes francos.
376 LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA Y AMEEICANA. N." XLVII

ADVERTENCIAS. crédito de la Empresa, y atribuyéndose


una repi-esentación que de ningún modo
Próximo á terminar el presente ano, pueden justificar, abusan lastimosamente
época del vencimiento de muchas sus- de su buena fe; y 3.", que siendo en gran
criciones, el Administrador de L A - I L U S - número los libreros, impresores y due-
TRACIÓN ESPAÑOLA Y AMERICANA rueg:a
ños de establecimientos mercantiles que
expresivamente a los actuales señores en todas las capitales y poblaciones im-
abonados que tengan el propósito de portantes del Reino reciben suscriciones
continuar favoreciendo el periódico en á L A Ir.usTRAciÓN ESPAÑOLA y á L A
MODA ELEGANTE, correspondiendo con
el año de 18S7, se hagan carfío de que honradez á la confianza que en ellos de-
la puntualidad y la exactitud en el servi- posita el público, no nos es posible es-
cio, ganarán mucho con que la renova- tampar aqui una lista tan numerosa, ni
ción de las suscriciones se nos avise an- es tampoco necesario; porque conocidos
ticipadamente ^ evitándose así errores é como son en wus respectivas localidades,
interrupciones que todo el celo de esta por el crédito que su comportamiento
Administración no basta á impedir se les haya granjeado, nada es tan fácil,
produzcan, dada la extraordinaria aglo- para las personas que deseen suscribirse
meración de trabajo que á fines y princi- por medio de intermediarios, como ase-
pios de cada año pesa sobre ella. sorarse prcvia¡ncnte de la responsabili-
Es muy conveniente que los Señores dad y garantía que puede ofrecerles
Suscritores se sirvan acompañar á sus aquel á quien entregan su dinero.
avisos de renovación, una de las fajas im-
presas ó manuscritas con que actual-
mente reciben el periódico.
E ] depósito d e las t a p a s c s p e c i a b n e n í e fabricadas p o r
Los frecuentes abusos que vienen co- D. G . Siquier, d e Barcelona, para encuadernar tomos
de a ñ o ó semestre de L.\ ILUSTRACIÓN E5P.\ÑOLA V
metiéndose por individuos que falsa-
A M E R I C A N A , continúa establecido, por cuenta del mis-
mente se atribuyen el carácter de repre-
m o , e n l a x \ d m i n i s t r a c i ó n d e eiite p e r i ó d i c o , cnlic de
sentantes de esta Empresa en las provin- Alcalá, 23 , M a d r i d .
cias, nos ponen en el caso de recordar Precio d e cada juego de tapas para un t o m o de a ñ o
nuevamente: i.", que no respondemos ó de semestre^ pesetas 7,50.
más que de aquellas suscriciones que se Los Señores Suscritores d e provincias q u e deseen
hayan formalizado y satisfcclw en nues- D. FAUSTO T E O D O R O DE ALDREY adquirirlas para encuadernar sus t o m o s , s e servirán
tras oficinas; 2.", que el púbHco debe l - T N D A D O I í Y D I R E C T O R D E * L A O P I N I Ó N N A C I O N A L » , h a c e r l a s r e c o g e r e n n u e s t r a s oficinas p o r p e r s o n a d e SU
acoger con la mayor reserva las instan- DE CARACAS (VENEZUELA). c o n f i a n z a , a t e n d i d o d q u e n o p u e d e n r e m i t i r s e p o r el
cias de personas que, á la sombra del • ' ' Nació en la Coruña, en 1825, f en Caracas, eti 1886. * correo.

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« El empleo cotidiano del E l i x i r d e n t í f r i c o qgQ li'rAn biji h 'armiJí Esonnla.Agna, Jaban,Tolvas,cU
d e l o s R R . P P . B e n e d i c t i n o s , que con do- Extractos selecto/* ite la Jtlotia.
sis de algunas gotas en el agua cura y evita !a
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canes y lorialece las encias, dando i los dientes
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nuestros lectores señalándoles esta a n l i ^ a y úti- OPOPONAX
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p o r m e d i o d e la apUcaoión r?*" Ta F[np lísima preparación como el m e j o r C u r a t i v o v
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'de Ramillete de Bodas ai rosLio, horn- • ú n i c o p r e s e r v a t i v o contra las a l e o c i o n e s
dentarias.» CHíHA DENTirRICA DE RIGftUDi'í'-"',! un mucll.iga unluoso
bros, brazos y manos, se obtíeue hermo- y ds á 1.1 rfaiilirtí/r.i /a fancura j la nilldAzdtii tnarfíl.
sura fascinante, esplendor incomparable
GaEa DStalilacida em 18D7 ^ & P ^ | ¿ I I I l U Aue Hagucrle, 3 DINTllflINA RIDAUD, PB'fuma la boca, previenih cines.
y la encantadora fragrancia del lirio y de Agente general :
la rosa. Es un Uqiiido lácteo ó h¡K¡énÍL-o, exíjase aa tait frasco U firma RIGAUD y C". *
y no coitoce rival en iodo el mundo en tíaWasti ei7 toáüs /as but.-^aa Parfumerl^s, Fsmacm j üromrlaí üai elabo. Oepíiitoi Dn las prlmoras PGrfumerías de ESPAÑA.
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y Fnrmacías Inglesas, Fábrica en Londres,
r e s R o m e r o y Vicente, Carrera d e b a n J e r ó n i m o , 3 , y en Zaragoza, perfumería'de F o r i i s , Al-
114 £; [16 SouthaDiptOD Row ; y en París y
Ni-v:i-Vnrk. íonso 1, 27. a I1 * I |íld|orásJ Hollowáy.
En Madrid, perfumería F r e r a , Car- Est,i5 pildoras purificnn l a s a n . ^ r e . corrifjen t o -
m e n , I ; perfuraeria I n g l e s a , Carrera de dos los desórdenes del Hi}TadO| del Estomago, de
San Jerónimo, 3 ; hijos de l'"ortis, Puer- los Ríñones y de ios-Intestinos, y son incompa-
ta del S o l , 2¡ perfnniería P-iscual, Are- rables en todas las dolencias que suelen afligir i
n a l , 2 ; £¿ /iamíHéíe estropto, Sevilla, 8 y las señoras.
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«DON JAIME I EL CONQUISTADOR.»
ESTATUA MODELADA POR D. AGAPLTO VAt.LMITJANA, PARA SER COLOCADA EN LA PLAZA DE LA ADUANA EN ^-ALENCL:i.

(De fotografía, remitida por D. Luis Alfonso.)


378 LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA Y AMEiUCAíTA. SUPI.RMI'JNTO AI, NÚM. X L V H

NLitaliLi sidii('ise inconscientemente el escote de la camisa


SILUETAS DE PASCUA. alli es de ver cinno la anciana, recordando sus antiguos
y eslendió su mano pequeña y blanca sobre !a parle más tiempos, desentierra l;i caneiim del LÍH-ÍICOIi/iie lu^nbii ¿ l<i
( ANnAMJCÍA.) turgente de su cuello; después voK'i(') el rostro hacia la • ;iy!ll¡! íh-l iiíSiiii, y lleva la voz cantante de! clásico villancico
venlana que daba al jardín, y al conocer que era un ave la (|ue corean cuantos alrededor se hallan : alli es de ver, en
Se liiulan Ir.A pájarns.—E^ta no íie nací; ul Nirjo,—I^ Misa tlel Gallo. que pugnaba ]ior romper el vidrio y refugiarse en su a[io- fui, la :igil moza cpie repica las castañuelas, el \'eiete fauno
scnto, se acoriló de la salida del convcnt<i de Sania Inés, v que se ha fabricado un ruidoso instrumento de cañas, las
I. pcnsí) que hacia un frió por allá fuera i¡ue s¿ ¡idnhiiii /r« jóvenes ípie charlan con sus notaos recatándose tras los
pi!Jarais. muros de |>crganiino de los adufes, y las Oidniañonas i|ue
SE H i E l . A N [,0S l^ÁJAKOS.
El pobre hijo del viento, que había ircpailo hasta allí liormitan en los rincones ó acarician al .gato que se estira
]ior las hictlras, piaba enirclanto con acento tan desgarra- junto a! fuego.
;*^fis inviernos snn cnrtnü y beníjítios en Arid;i- dor iinf piirluí loa cu-íjc-'iifs, Natalia dudó un nu)ntenío si La zambomba es la reina de la liesta y es la c]ue presta
V/k^ IUCÍ:L, si se IcH cnnip;ir;t con los del Norte; darla ó no daría asilo al ave peiligiieña. Xo icnia jaula á las nocturnas veladas lie Pascua y Noche IJuena su ca?-
fu'i '"•'''^ foino ohbicrv;) iiiiii lonición popular, en d(nu.le meterla, ni el helado pajarillo se acomodaría á [jasar ráctcr propio, Insirnmeiito esencialmente casero, está al
' •• los úUinms diiis de Diciembre siempre .se las horas que restaban de acjuella noche de Diciembre con alcance de todas las fortunas, v lo mismo le\-anla la voz en
el pico bajo el ala. El tiempo apremiaba, porque e! piar del el tugtn-io que en la liiii]iia cocina del labrador acomodado.
Í¿ik r,n niñii :ind;ilu7a, iicostumbrada á estLir verden')n—era un verilcn'm seguraiiiente—]íodia despertar LTn canjilón de noria, una maceta cu\"as plantas secaron
jivT^^^'^ lie bruces en su balcón, ¡i |)!eno sol y á plena á las a'.:uilillas que reposaban en los mechinales cercanos, los vientos traidores de Diciembre, una talla de Triana
f ¡(í-y-) •~J 'prisa, se aburre por las tardes tras el cierro, que Natalia no pudo resistir más; sin descolgar ei abrigo que rpte luci(') sus asas pintadas en el alcarracero, cualquier
v^ asemeja torre cnciinfLida de cristales, y triste, pünjuc había acomodado en los percheros, sin cubrir con la cham- tiesto, en fin, cuya ancha boca se jirestc á sostener un
ve morir ó lan*;uideccr sus plantas iavoritas, habla bra sus brazos torneados y esculturales, s"n apretar el corsé, trozo de |ñel lí de ]iergamino, sirve en estos casos ;i mara-
con el can;\rio ó con la cotorra, ya que no puede ha- en el que se desbordaba el casto seno, acerct'se de pimti- villa. El seco carrizo, (|uc va no recuerda aquellas hernio-
blar con su novio como en las paludas tardes de estío. llas á la venlana y enireabri'] las nuideras ]í;tra que el p;í- sas tanles de estío en las que miraba correr el agua y ha-
La poca familiariilad qne suele tener con el carámbano jaro pasase. En efecto, la atolondrada avecilla entróse por cerse el amor á los verderones y á los jilgueros, h;'illase
y con la racli^ helada le hacen ver con mayor disgusto las la rendija, y al sentir el gnito calor de ai|ael perfumado coronado de sonajas, lazos de cinta y dorados cascidícles,
invasiones de esos poéticos co]ios, blandos como el algo- aposento, gorjeó dulcemente sacudiéndose las alas. y sembrado sin saber cómo ni cuándo en algún privilegio
dón y Illancos como ellos mismos, que algunaque olra vez I'ero con el verdenm había entrado ana corriente de aire de D. Pedro el Cnie! {|ue escapi'j de las manos de los ;mti-
invaden sus terrados y talan los tiestos de flores escalona- frió, semejante á aguda saeta, (]ue penetrando en el mal cuarios rebuscadores.
dos sobre las balaustradas. Hace dos años la íriralda esa deteridiilo costado de Natalia, le produjo mortal acciiientc;
coqueta acostumbrada á std'rir los ardientes besos de nues- La empresa de hacer resonar estos instriimentos es por
mientras el pajarillo secaba su plumaje mojado por la es- demás difícil, pues se da el caso de que la zambomba al-
tro sol, se cubrió de festones de hielo y dcp reposar bajo carcha entre los limpios encajes del lecho, su salvailora caia
sus axaraca;; y alauriques africanos á los .¡íeniecillos del cance desmesuradas ])roporcii)neS: por eslo, durante el
sobre la alfombra [jidiendo socorro y ilerramaiulo anchas vértigo de sus ronquidos, toniiui fuerza tocadores y toca-
Norte, que vinieron, sin duda ]ior curiosidad, á pre,ííuntarle bocanadas de sangre.
por j\hiza la bella, por Morayiiui la esclava de Al-Motamitl doras , consumiendo sendos ¡leilaxos de pasta con su' adita-
Cuando acudió la anciana madre, que dormía en la habi- nienío de aguarilienie. Por eso dice la copla;
y por Maria Padilla, á quien la fama popular tachó de bruja tación tlel lado, su bija espiraba, y el arortuiiailo verderón,
'de alto copete. aprovechándose de la primera luz del día, cxcajiaba por la I.n ynmlnniliri Mr'tii- íin lÜtnlc,
Mas ni una sola de nuestras bellas, csfamos scfíuros de roseta de un ventilador sin guardar memoria de aquel gran V LI iMrri/n iÍL-"e lirvi ,
V la. iilnii iii;i: lü iix-ii
ello, entreabrió •au poríkr para disfrutar de atpici delicioso sacrificio. Cij.Tie 1(11 la )• aJliijiir.
espectáculo, ni levantó la cabeza de la almohada, á pesar de Ligeras gotas de rubíes brillaban en sus a'as de esme-
no ser aquí muy común este ca]>richo alnioslerico: sus ojos, ralda. r.a mayor parte de los villancicos y cantares repctides
que abiertos de par en par hubiesen derretido la nieve, cu la noche en (¡ue nace el Niño son dialoga<los, v ]iarecen
permanecieron indolentemente entreabiertos, hasta (|ue el 11. proceder de los antiguos juegos pastoriles (> de' los autos
primer rayo de sol, penetrando de moilo alevoso por las sacramcntaks cjuese componían para representarse en con-
I^S'rA NOCHIÍ NAClí E l , NLVO.
rendijas, fué á jui;uetear en sus retinas dilatadas. ventos é iglesias durante las Pascuas. He acpií algunos de
A !a andaluza le incomoiia el frío, no sf'ilo ]iorque ella es La Noche l í u e n a e n Andalucía conserva aún trazos ca- los más usuales en la [irovineia de Sevilla;
ascua de fuego, snio porque no sabe acomodar á sus l"or- racterísticos de los antiguos liem]ios. Uno de ellos la cena
— Mili!].-, en I.T rin-rin liay i:ri nifiii
mas, como la rusa ó la holandesa, la nutria, el gato ni el familiar, de que apenas í[ueda rastro en l.is nuidernas c¡u- Mi'is liiTmovji (|iie t'l Sil! Iiflífi:
armiño. Su cuerpo, esencialmente estatuario, so|)orta ape- dailes, Yii'iii;', i|iiL- ii,'ii,hi'i frió,
nas el raso y el terciopelo, y se adapta mal :i las pesadeces La cena fué en sus primeros tiem¡ins la consafíración de Pnnjut; fl ]XI1TU viene i'n íuero;:.
— PiiL-M dili; i]ue ciilrc,
del abrigo. Está acostumbrada al aire de la tierra ; como la la fraternidad cristiana, y rcnací<'f en las obscuridades de -^u cik-ntariL,
cierva y la gacela, no consiente sobre su piel pesados pa- las catacumbas ; después , cuando el hogm- se puso bajo el PcirqiH; un (•.•.!:i lictm
ños, Manila bordó {«ini ella sus mantones aerifoimes sem- amparo de la cruz, Siintílico el jxulre aquel |í¡adi"iso recuer- Va iiti liiiy tiriihil.
brados de flores ideales, que ni cubren ni pesan: y la bat¡st;i do, y fué la consagración de la familia. Hoy es apenas la — Knlro t'l niiln y se sclllú,
y el percal, t¡ue suelen afear y ejnpe(|ncñccer :i las mujeres ñola de una noche en la humilde vivienda. y apenns ?.v r.:\\i nriii);i,
J.i' pri'iriiiiii'i 1.1 \m 11
del N o r t e , dan á SLIS cuerpos, (¡uc no tocan la tierra, ese Difícil seria que en los grandes centros modernos el I.Jtilui; nViriL, \\K \\\\-; píLifia,
sello de raza que las distin^,iLic y avalora. abuelo lleno de virtudes y de años congregase á sus nietos —Mi l'.niiri; i's del cíelcí,
No es tan |mcr¡l como á la primera ojeada parece la an- como solía acontecer aún en el siglo ]>asado. La moda jircs- Jti M:liÍiB inniliiL'n,
Yi> iKijé li la Ik-nii
tipatía de las andaluzas á las importunas rachas de viento, cindc lie tradiciones y de creencias, y la educacif'>n que boy Piim [viiltcer.
porque la jiuhnonia reina entre nosrtíros en los meses cru- se da á los ji'ivenes no permile tales c.\cesos. El club, el
dos y hace víctimas jior todas parles ; sin cmbarf^o, el pue- teatro, las reuniones, las cenas intimas tienen justamente Estas coplas se suelen iiiterruni]iir para dar hi.gar á otras
blo miente; tengo la seguridad de que no se ¡¡¿cían lux la ]n-iinacia; pasó aijuel tiempo en que el hogar, semejante menos apro[)iadas. No es fácil detener los deseos ni poner
//áj'iifüs. al nido, congregaba á toda la prole al cerrar la Ufíche ¡ en linderos á las propensiones. El tema religioso es el princi-
Aduciré mis pruebas. nuestras casas modernas vuelven los amas al i'ayai' el alba pal , [icro también entran en el coro las Umadillas profanas
Viviendo vo hace alfíunos años cerca de una de esas y se acuestan con sol los .KiiíJn'/ns. antiguas y modernas. A veces, la musa po|ndar se insu-
casas-palacios q u e , como el llamado de las Dueñas y otros La noche en que Jitiec eíNim, los andaluces, líeles ;i aquella rrecciona: la mundana incredulidail, encarnada en el cuerpo
muchos, han venido á convertirse en la capital de Andalu- antigua tradición, cenan en familia, con nnty escasas excep- de algún palurdo Mefistóléles , resjjonde inconscientemente
cía en casas de vecuidad destinadas á las clases c]ue pudié- ciones. En la referida noche ha de congreganse la |íaren- á la le que anima la garganta de las hermosas ; el tiroteo
ramos llamar distinguidas, mas cuyos individuos no pue- tcla en el domicilio del pariente de miis respeto: allí acuden empieza, y suelen escucharse estos ó parecidos concejitos,
den sostener por sí solos escaleras monumentales, palios todos, y previos los preparativos de ordenanza, se organiza que recuerdan los diálogos de Satán y del Hombre en los
soberbios, amplios jardines ni blasonadas antesalas, sentí el ban(|ueLc familiar, de que forman ]>rincipal parte la ba- Auíns de Calderón:
al amanecer de un día de Diciembre grandes lamentos, que tata con azúcar, el fresco boquerón v el clásico ¿Miiiinh ¡fe
— Ií^l.^ ntjLlif nace t-l N'ifin.
me hicieron, en unión de varios amigos, acudir al solai' Pavid. — lis nitntim, qui! no niici:,
donde resonaban. Cuino aqueHa noche nace el Niilo, los de la casa no duer- Que eSiis stin Ins cercnrnnias
Penelrando por sus patios adornados de preciosas co- men; por eso el sonido cíe panderos, zambombas, almireces QuL' :ixlos los [Liius hocen.
lumnas, en cuyos ca]iiteles cam]>ean aún los escudos he- y ]ílal¡l]os no cesa un instante desde que el sol se oculta
ráldicos de sus antifíuos moradores, y ascendiendo por la hasta la hora de maitines ó .Í/Zw de! Cilio. Cuando la mesa til.
pesada escalera, cuyo ixisaniano termina en un horrible está colocada, iigurando en el centro el gran pialo pintarra- l.A MISA iiICl. C.Al-l.O.
monstruo de piedra, llegamos á un pcqueilo/ir/íV/iyc, for- jado de Triana, en cuyos gruesos bordes se reclinan las
mado por la subdivisión de una de aquellas inmensas cua- esponjadas batatas que mojan sus vientres en el azucarado La Misa del Gallo se llama así porcjue se celebra al me-
dras, y abordamos la pequeña habitación con vistas al jar- calilo, tómala por asalto la tropa menuda, y van sentándose diar la noche, es decir, á la hora en (|ue canta el vigilante
din en la cual se había dado cita la ^-ccindad entera. en ancho círculo abuelos y nietos, padres"é hijos, sobrinos tirano del gallinero. Su institución es antiquisima, y como
Un rayo ilc sol de la nnulana, rompieiulo las hiedras sal- y tios, cuñadas y deudos más ó menos lejanos. quiera que tiene el encanto de lo desusado y lo e.vlraordí-
picadas de campanillas azules que bordaban la parte exte- Entremeses y aperitivos de este banquete son las oron- nario, ha tenido siempre miís devotos í|ue la clásica Misa
rior del .muro y se encaramaban hasta los cristales de una das aceitunas, las almendras y las castañas que csLiin toda- tlel Alba, tan grata á los cazatlorcs.
ventana de arco apuntado, caía dulcemente sobi^e el cuerpo vía saltando, y tal (') cual empanada ó torta casera, que viene Es la Mi.sa del Gallo en .Andalucía ceremonia simpática
de una joven como de diez y ocho años de edad, que espi- como [le perlas para cerrar la jornada. Durante la cena se ]ior excelencia, y si los que celebran el natalicio del Re-
raba entre lo3 brazos de una anciana desolada. El médico cuentan cuentos, se celebran los villancicos de Santa Inés dentor no terminaran en la iglesia los festejos comenzados
acababa de retirarse moviendo tristemente 1.1 cabeza y re- aun cuando no toque el órgano el maese Pérez (pie inmor- en sus hogares á prima noche, no quedarían satisfechos.
comendando ese silencio necesario en todos esos lugares tali/.ó nuestro Custavo Adolfo : .se murmura de !a vecina Al sonar el primer toque, cesan el canto y el baile y C:L-
que ba de visitar irremisiblemente la muerte. de arriba y de la del lado, y se pone á prueba la pacien- llau los gárrulos instrumentos.
Pregunté á una de las muchas comadres que dominaban cia del m;is qnisquilloso, conyirtiendo las almendras y las — / . I mi-a, (i ínl-a lotio ¡i¡niinilol
el con'o, alzándose sobre los pies y aiioyándosc sobre los aceitunas en proyectiles certeros. Y las niñas van á buscar sus airosas mantillas, y los jó-
hombros de las que habían tenido la suerte de colocarse las Entretanto, la calle resuena con idcgrcs rumores. Son venes se en\'uclyen en sus capas para acompañarlas á la
primeras, y me contó de pe al pa lo que allí habla acon- los impacientes t¡ue aguardan cantando'y bailando al aire iglesia.
tecido. libre el primer loque lie la celebrada J/A,; ilel Güilo. Repi- En tanto que resuena el segundo toque, se discute qué
La cosa no podía ser más sencilla, quetean las castañuelas, suenan l.is zambombas, chocan sus templo h;i de ser el favorcciílo. Unos prefieren la capillíi
Natalia, la moribunda, acababa de oir la Misa del Gallo, estridentes sonajas los panderos, retiemblan los platillos y de San Antonio, porque el altar mayor está hecho un
y destrenzaba su hermosa madeja de cabellos rubios con- suben los cantares al cielo. De vez en cuando todo aquel ascua de oro todos los años, y los villancicos van aconii>a-
templiíndosc al espejo. Sin chambra, con sus redondos barullo se ajiaga como sí una batuta fantástica diese á los ñaiios.ámáB del ('¡rgano, con ])anderos, zambombas, ca-
hombros descubiertos, mal ajustado el corsé, mostrando músicos rápido compiis de espera: es c]uc corre la botella rrasquiñas y castañuelas: otros dan la prelcrencia á San
bajo la punta bordada de la enagua la media celeste y el del aguardiente de mano en mano, y los gaznates se remo- Alberto, porque los maitines son más cortos y los cantores
zapatillo microscópico, pensaba acaso en Fernando, con jan para atacar las notas con mayor brío. Una música apaga tienen vocecitas de ángel ; éstos creen que debe darse la
quien acababa de oir en Santa Inés los indispensables y la oira; esta ronda arrolla aquella; los que van y vienen se primacía á las monjas de Santa Inés, porque las madres
clásicos villancicos. confunden en un mismo punto formando atronador remo- susodichas fueron siempre muy entendidas en el arle de
Partía ya Natalia sobre su frente aquellas dos hermosas lino : la luz de los faroles rompe tic vez en cuando aquel prc]>arar portaütos y nacimientos ; atjuéllos se deciden por
cantidades de cabello que hubieran hecho la delicia do una montón de oscuras siluetas, y sus insuficientes rayos desta- la Calcílral, poapie las ceremonias revisten mayor encanto
<kmi-mü}uiaiiie pelona, y la fortuna de cualquier peluquero can por grados líneas originales y formas graciosas, que se y el espíritu se espacia bajo sus góticas arcadas.
parisiense, cuando un desconsolador ¡pi, pi, pi, pi! resonó pierden de nuevo en la penumbra de las callejuelas. Casi sieni]n-c son las capillitas y |)equeños templos loS
tras los cristales y las hiedras, solicitando su atención y lle- j\llá arriba se han levantado los manteles ; los cerebros, que se ven más favorecidos ; en ellos reina cierta Iraterni-
nándola de asombro. calientes con el anisado ó la manzanilla, piden un rato de dad que recuerda las primiiivas fiestas cristianas ; los fieles
¿Quién llamaba á tan intempestiva hora á su ventana.-* solaz, y se or.ganiza la fiesta íntima. Allí es de ver cómo la hablan unos con otros, y más de una vez fué ju'eciso que
¿Qué imprtuno venia á profanar su dormitorio y á sepa- airosa joven coloca la zambomba entre sus faldas y fatiga las autoridades cerrasen las jíuertas é impusieran silencio.
rarla de la operación más grata á la mujer hermosa, la de al carrizo para que el ánfora cubierta de piel lance sus ron- En esas noches es cuando puede decirse que tras la crnz
contemplar sus propias gracias al espejo? quidos ásperos y desapacibles como los del sátiro griego; está el diablo. Las capillas en que se celebra la Misa del
Strpi.PMRNTü AL M'IM. X L V I I LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA Y AMERICAKA. 379

Gallo, en.íal;iii;uhis con sus iii:is bellas prcsías, cu vcx do El Paiire tocó al registro de color, abrió el mis.d, y dijo que son, á la verdad, incom]>arables. Oliva toma una vul-
Hevur el ánimo ú los í;ravt's misterios de lii Piísión y Muer- reposadamente: gar y pobre figura de yeso — producida, eso si, por molde
te, los hauon inceoi-sc en esc iicrtio ejiiaodio del iKiciniicnto — S-:Í¡IÍ-:'IÍÍII Smicli EvaugeHi acciin'fHm de ^'alía—y la coni'ierle en bronce, en madera ó en marfil,
del Dios-Niño. En los altares ajxirecc el fínipo conmove- El zajiatcro, que sólo aguardaba esta ocasión, se puso la con tal perfección, que no advierte la vista el engaño.
dor y !i;racioH:i (^uc íanlits veces copió el ]>incel de Miirillo, mano en la boca á guisa de bocina, y respondió con voz Baste citar como testimonio de semejante maestría una
y al que tlió relieve el <;enÍo de Pedro Ko'.dán y de Corne- estentórea: estatuilla imitada á bronce que Pares (el dueño del salón
jo. Cercado de Lin;i mir¡;ida de l;ini]}aras v do candelas, se — ¡ Lo mismo que el año pas'.ido I ' del mismo nombre para exposiciones artísticas) colocó so-
•ve el portal de Belén, rodeado de .1,'iiim'ahlas de ñores y Escandalizóse el auditorio, y el clérjgo, que quiso domi- bre una columna—pedestal de hrú)¡ce i<erdaderj—sin que se
Coronado ])or la radiante estrella que ÍÍ:'IIO se deja ver cada nar aíjuella situación embarazosa, siguió tnip:;rtérrito su distinguiera lo real de lo fingido. Aun e s , si cabe, más de
trescientos doce años. 1'odo es color, totlo es luz; el san- lectura, añadiendo; admirar un S:m Francisco, reproducción del tan famoso de
tuario está coligado de ricos paños; las imiífienes, cubiertas —fu iih ¡i-mpu-e Alonso Cano, que simula maravillosaiueute una figura de
con sus jovus rn;is costos is : ante cada hornacina brilla re- — ; L o mismo que el año pasado! —repitió con idéntico talla, maltratada, carcomida ;i trechos y torpemente re-
luciente ritndcleria de rnelal, v la Mcí^a cucaristica luce sus torrente el beodo, dirigiéndose á sus hermanos cu Jesu- mendada, que cuenta dos ó tres siglos de existencia.
más limpios y caUídns manteles. Todo con\'iila al contento cristo, Por último, es también justo mencionar, aunque fuere
y á !a espcrali/a, todo ríe y alegra; si alí;iina ve/, los ojo^ El desenlace no se hizo esperar: una pareja ds guardias en los últimos peldaños de la escala escultórica, otra indus-
se alzan al CniciiÍ;o colocado en" lo alto del retablo, y á cu- urbanos, que se hallaba en el templo para precaver estos y tria especial igualmente de Barcelona (si bien, á lo que en-
yos brazos macerados y san,[,'riculos llegan apenas las ]>áli- otros hechos profano^, se apoderó de nuestro hombre, que tiendo, despunta ya cu Madrid), cual es la del modelado en
das luces de los cirios, \'uelven ;i bajarse temerosos, empa- gritaba como un energúmeno, y mieiuras quL; le em]nija- cartón, ora para aitcsonados que copian con baratura y li-
Wndosc de mievo en el Niño que sonríe en la i'una, en la ban hacia el ]iorchc del templo, calentándole las espaldas, gereza los auténticos, ora para figuras de uso y aplicación
Viriícn que ^-ela su sueño, en los :in,i;eles con vestes de co- re])etía todo compungido y confuso: en el comercio ; y a , en suma, para esos accesorios escéni-
lor de rosa que .i,'uardan la enira del portal.
— ¡Lo mismo, lo mismo (pi? el año pasado! cos, á los C[uc se da en lenguaje teatral el nombre italiano
No son impíos ni ¡irofanos, las mas de las veces, los En efecto, el año anterior habla ¡do á la c;írcel jior la de aírezzii, y que han promovido aplausos y alabanzas en
pensamientos (pie IÍJS concurrentes á la Misa del Gallo sue- misma caus.i y del mismo modo. obras de es])ect¡iculo, no solamente aquí, sino en ia corte,
len tener, ;am cuando luclien con las solicitaciones del IJ. M A S V PüA'r. Y apuntado ya, á fuer de puntual cronista, lo que en su
íiffuar.licute 6 de la manzanilla; aciticl tierno cuadro del Sui-'illii, iBSíj. relación con el arle industrial produce la escultura cata-
hogar re])re.sentado ])or el Na:Íuiiento lleva la memoria lana, paso á referir sucintamente las más recientes y nota-
de los que han de ser padres ¡i las dulzuras de un porvenir bles producciones de aquélla, considerada ya conío arte
cercano, y levanta C]i las almas enamoradas aspiraciones bello.
tiernas: sí'el diablo del deseo logra penetrar en el santiii- EL ARTE EN BARCELONA.
ri), huye pronto con las ]>rime ras coplas, y espera recatado ü;
tras el cancel á que desaparezca UL|uella perspectiva de paz
doméstica v de amor m;iterno. E s e i: LT r H A, La estatua ecuestre del rey í). Jaime, obra de Agapito
Vallmitjana, antes que descripción yjuicio, reclama histo-
El as])ccto del te[n|)lo durante la célebre Misa no piielc L ria, la cual, reducida á breve espacio, es como sigue :
ser mus pictórico. En el se confunden todas las clases so- Seis años a!rás acordóse en Valencia elegir artista que
ciides, ¡lias que auna la expansión natural de una cere- esculpiese la figura del ínclito monarca conquistador de
"lOnia simpiiliea ]ior excelencia. Cerca de la rica mantilla ACK ya algunos años, un escritor de nonibra- Valencia y de Mallorca, primero de su nombre en Aragón.
de hloiidjij; negras se ostenta el jiañiielo de algodón de día'afirmaba en una importante revista lo La comisión encargada de erigir el monumento, conven-
vivos colores v el mantón humilde echado á hx cara, de la siguiente : K; Hasta la consumación de los si- cida de que en aquella ciudad, por más que existiesen es-
hija del pueblo; ¡imlo al traje tie raso, que cruje al menor glos está la escultura condenada á hablar en cultores aventajados, no había ninguno de bastante aliento
movimiento de su piadosa dueñii, se mira el traje de ]-}?r- griego más ó menos puro, mezclado de al- ])ara llevar á feliz término tamaña empresa, puso los ojos
c^' q u e , aderezado con almidón de maner.i prolija, cruje ^ , , ., gunos idiotismos florentinos » ( I ) . en Barcelona, que era yit á la sazón centro escultórico de
también, de limpio, cuando se urroiülla la ci.y;arrcra gitana. '^íliS"^ Esta afirmación, ingeniosa en la frase cuanto reconocida imix)rtancia.
En las naves la capa domina y se enseñorea : es la ¡ircnda ,A>>^ exacta en el concepto, pudiera acaso remedarse Pidió la comisión parecer á personas residentes en la
nacional jior excelencia, y en sus airosos plie^jues lo mis- L/V en esta l'orma; •* Hov por hoy está la escultura es- Ciudad Condal, en cuya competencia fiaba, y hallándose por
ino se oculta el obrero (]úe el aristócrata. A ciertas horas '•-^ pañola condenada á hablar en catalán más ('> menos entonces en ésta el que escribe estas líneas, fue igualmente
y en ciertas ocasiones la capa reina sin rival en el Medio- ^ puro, mezclado de algunas locuciones castellanas." consultado—-no por competente, mas sí por conocedor de
día de España, y su imperio es indiscutible. Si un nuevo Pruébalo así q u e , l'uera de Susillo en Sevilla, y Beliver los ]}rincipalcs talleres de escultura, y por sincero é impar-
Kíiiluilache qtiisiera robar á los andaluces el pri\-ilegio de V Gandarias en Madrid—que son «las locuciones castella- cial en sus aprccincioncs, desligadas de todo compromiso
"íiur la clásica 6 indispensable /n/rrn, provocaría uo un n:is» Mariano líenlliurc, uno de los estatuarios moder- ni aun de amistad.
motín, sino nn verdadero Roncesvallcs. nos más geniales, es de Valencia, donde se habla Kcatalán
más (') menos p u r o " , aparte de que en la misma ciudad so- Coincidió por forluna m¡ parecer con el de la comisión,
Rajo la cajia suele ir la botella, v no es la primera vez y los hermanos Vallmíljana (que entonces formaban una
l ú e se interrumpió la Epístola <> él Evangelio con el es- bresalen en el propio arte Yerro, Gclabert, y otros; en
Roma, donde Benlliure reside, reside igualmente Querol, razón social artística) fueron los favorecidos con la elec-
truendo de loa vidrios rotos. Difícil por demás seria en una ción, disponiéndose por lo tanto á la tarca. Pero estaba es-
nocbc de fiesta y de jarana hacer que los asistentes al Ofi- catalán, y q u e , á juzgar por los relieves que recientemente crito, como dicen los musulmanes, que el caballo de batalla
cio divino dejaran atrás tan constante compañera. Recuerdo modelói es esctiltor de grande aliento; en Madrid repre-
sentan días buce, muy lucidamente el arte catalán del cin- de .Taime I había de ser caballo de batalla de artística
TLie en la iglesia de Santa María de Ecija vi á un hombre contienda. A la vuelta de algiin tiempo supe en Madrid
^frodillado'al pie de un confesonario durante la celebra- cel Suñol V Samsó, y en Barcelona florece copiosa genera-
(donde había regresado á poco de la elección referida) que
ción (le los nuiitines. Su inmovilitlad y composturu llama- ción de artistas de este linaje, que cultivan todos los la razón social habíase deshecho, que cada uno de los dos
i'on tanto mi atención,que quise observarlo de cerca- ¡Cuál iréneros del religioso al decorativo, del monumental al
insignes estatuarios campaba por su respeto, y que había
íio sería nn sorpresa al ver q u e , con el mayor disimulo, frivolo que por su número y esfuerzo recuerdan la época entre ambos pugna acerca de cuál habla de ejecutar la es-
i"ccatabLi la botella contra la rejilla, tomándose sendos florentina de los Gbiberti, tJelIa Robbia, Quercia, Arezzo,
Brunellescbi, Donatello, Sansovmo y otros, y q u e , cona- tatua ecuestre.
tragos!
tituvendo escuela, en el sentido histórico y artístico de la Si no mienten mis informes ni me engaña la memoria,
En el siglo pasado, y aun en los comienzos del presente, paiaVa, obligan á reconocer que en el día, habla solamente abrióse concurso en Valencia para premiar el boceto—ma-
los escándalos de los que asistían á maitines fueron tales, en catalán la'escultura española. , ,. , i/iic/ie, como tratándose de obra corpórea dicen los france-
qtie alcaldes y corregidores tu\-Íeron qtie dictar severas s e s - y logTÓ al cabo la victoria el mayor de los hermanos
providencias. ]Vro habla bien; díganlo, si no, con sus labios de marmol Valiníitjana, ó sea Agapito, cuyo boceto fue el preferido y
Hoy no sólo van perdiendo sti carácter estas veladas re- ó de bronce, las figuras ecuestres de VallmJtjana, de Puig- con arreglo a! cual ha labrado la estatua.
ligiosas, sino que se guarda más compostura en lf>s refe- gener y de Llimoua; las figuras heroicas de R e y n é s , d e Aún ha sufrido mas vicisitudes la misma. Aparte de que
ridos lugares. Se han" jirohibído en absoluto ciertos des- Nobas'v de Carbonell; las figuras religiosas de Sala, las Venancio Vallmitjana no se conformó nunca con el acuerdo,
iiliogos, V por lo tanto las demasías son muy escasas. figuras "en relieve de Vilanova, las figuras de animales de y mostró por dondequiera —hasta en las páginas de algún
Por otra parte, el gusto de los concurrentes esta hala- Vallmitjana Alarce, las figuras de adorno, de capricho y de periódico ilustrado—laestatua ecuestre .ÍÍ/ÍW, donde, como
pidü con los moteles'v \'Íllancicos; y como éstos se prodi- costumbres de Atclié, Gamot, Roig y Campeny; las figu- era de presumir, dado el autor, resaltan cualidades nada
gan de modo qtie bav huelga v ruidos durante todo el acto, ras conmemorativas V de btisto, retrato y ornamentación comunes; aparte de esto, decía, después de expuesto en
no piensan en turbar con sus garrulerías aquellos agradables de Fuxa, Tasso, Carcassó, Alcntorn, Pajes y algunos más. Valencia el modelo definitivo, los escultores de la localidad,
cánticos. Las obras de estos artistas hermosean Barcelona; gra- cediendo á un impulso de despecho inoportuno, tardío y
Los maitines comienzan con sus intervalos de zambom- cias á ellas, y á construcciones de importanci:i, va la me- pobre, provocaron una protesta, á firmar la cual tuvieron
heo, V las coplas v músicas se repiten durante la misa, en- trópoli catalana adquiriendo el carácter monumental de la flaqueza de dejarse conducir otros artistas, censurando
tre la Epístola v "el Evangelio, en el Ofertorio y los Ajf'iiis. qiic todavía se encuentra Madrid algo necesitado. En igle- acerba é irreflexivamente el grupo del estatuario catalán,
Antes, en los Sancliis, suele meterse un bonito motete que sias V palacios, en paseos yedificios públicos, en cemente- Pero el docto escritor D, Francisco Danvila, en lo tocante
deleita á la concuiTcncia y prepara el ánimo ]>ara consu- rios V plazas, la estatuaria barcelonesa destaca y brilla. A á indumentaria y panoplia, y el consumado periodista y
riiar la santa obligación 'impuesta á todo ÍÍel cristiano. la erección de un uioaumcnto sigue el proyecto de otro; literato D. Teodoro I-lorcnte en los demás puntos', dierotí
Cuando termina la misa, se corona la alegre solemnidad tras de un concurso realizado viene la convocatoria para tal acometida á los mal aconsejados émulos de Vallmitjana,
eon uno de esos toques celebrados que tanto entusiasman nt'ievo concurso; de suerte q u e , en bien del arte, de los que allá quedaron maltrechos y , como decirse suele, á los
a las muchedumbres, la íiallegada, la Jota ó el Himno de artistas y de la ciudad sea dicho, no iiay escultor de algún ]>ies de los caballos—del caballo del rey D. Jaime.
Riego. valer que permanezca falto de tarea y de recursos,
Tres modelos del mismo ba trabajado Agapito Vallmit-
La multitud, que se empuja en el porche, no sin qiie Y no sólo alcanza esta prosperidad al arte propiamente jana, uno en cera, otro en barro y en madera el último.
haya algún [jcciueilo conliieto entre unos v otros, ni s:n dicho de la escultura; el oficio, si asi puede llamarse, y Este tiene el tamaño convenido para el grupo (que es co-
tpie choi|ueii guitarras, catrecillos v bastones,al separarse, en el que existen maestros muv hábiles, goza de igual de- losal) y es el que ha de servir para la fundición en bronce.
CLial río de iin'ichos brazos, para to'mar las embocaduras de manda, v así menudean por las calles de la capital tiendas- Caballo y caballero han sido paciente y atentamente es-
hts calles pn').\iiiias, recobra la posesi('>n completa de su vo- talleres' de lápidas y figuras mortuorias en piedra y mar- tudiados ]iór el artista: ni escajiar podía á su penetración
hmtad y vuelve á tocar la guitarra, á fatigar la z;unbomba mol , y de imágenes de talla que en los mismos ó en otros cuántas son las dificultades de una estatua ecuestre, ni ha-
>' á repicar las castañuelas. Entonces el tem]ílo, cuyus estaíilecinuentos esi>eciales encarnan, doran y estofan con bía de ignorar que las que en este orden han logrado uni-
Puertas menores cierra un sacristán malhumorado, queda singular destreza. r-i • j versal renombre jnieden contarse por los dedos de la mano:
s^lo, solo con sus lam])ar¡llas de plata, su Nacimiento Hav en Olot, conforme he sabido, una fabrica de santos, el Marcú Aurdhi romano en la antigfiedad, el GiUeoni del
í^lunibrado por tres ó cuatro candelas, sus santos ]>erdidos nue así puede llamarse, la cual provee abundantemente á Verocchio en el Renacimiento, ÍA FUiberla de Sabaya de
fn los altares, sus tinieblas rolas acá y allá por leves re- las catedrales, basílicas, colegiatas, parroquias, iglesias,
j'cjos, sus confesonarios con rejillas, que parecen encerrar capilhis V oratorios de toda Cataluña, y también de otros
¡o« niil fantasmas del pecado; v mientras por el ])avimcrito puntos de lisiJaña. Las imágenes, por ser la fabricación en
h:iy cada vez más frialda<] v más sombra, alia por arriba,
L'rande escala, se expenden a precios muy equitativos, y las estatuas ecuestres que como ejemplos se citan, siendo
Pai-tiendo de la última ojiva del ábside, un rayo de luz ro-
por dirigir los talleres artista de tan claro entendimiento entre todas la más alabada y tenida ])or clásica la del
bada, la del alba acaso, 'ilumina dulcemente, como si bu-
Verocchio. Labrar, pues, una que si no aventajase ni atm
•^'ese un rompimiento de gloria, la imagen del Crucihcado, como ei pintar Vayerade, están muy lejos de asemejarse á
esos « sacrilegos » buhos grotescamente ataviados de ropas igualaseá éstas, no desmereciese al menos á su lado, era
^uyas manos maceradas v cuyos brazos rígidos parecen
tan ardua empresa, que todo cuidado y labor habían de se-
fíccir á los que se van : 'c Viri¡</á iiii cuaml> cst?ispadeciemíi>^> y preseas que predomina atm, para daño de la piedad y de
la estética en muchos templos de España, y señalada- mejar pocos para cumplirla. Así Vallmitjana, no contento
Queda como tr.idición. para expresar los grandes abusos
mente de Madrid, siendo á la vez de mejor traza y desem- con examinar, en el taller como en la calle, ^'ariedad de
que se cometen en maitines y misas del gallo, el cuento de
caballos y diversidad de jinetes ; sobre haber buscado para
^quel zapatero, un poco incrédulo v un mucho socarrón, peño que los ejemplares que envía lo. imaginería comercial
modelos el caballo de estampa más adecuada y el individuo
flUü solía colocarse bajo el pulpito todos los años, mte- del extranjero.
Existe asimismo en Barcelona otra curiosísima arle au- que mejor en él cabalgase, compróse un caballo y diósc á
••runipicndo con sus chuscadas cuanlas cerenionias se lia-
montarlo él mismo, como para no sólo sor, sino sentir, el
*^'^" en la iglesia durante la celebración del Oficio santo. xiliar de la escultura, representada por un industrial lla-
mado Oliva. No conozco al arlííice, mas sí sus trabajos. varonil ejercicio de la equitación.
Subióse tino de los celebrantes á cantar el Evangelio, y
nuestro hombre, que estaba bajo el mismo paño de la t n - El resultado ha correspondido á los afanes y deseos del
"U'iit, se apercibió de ello y se ^jropuso burlarlo. ( r ) Vlctu7 ClicrbuUfí: —RÍVUC ái^ D,-ux .l/.i.'i.í-í, Julio tls iBjfl, artista; la estatua ecuestre de Jaime I de Aragón está con-
MO N U ME X T O S A R T Í S T I C O S DE E S P A X A

CATEDRAL DE PLASENCIA {c A C E R E S ) . — R E T A B L O DEL A L T A R MAYOR.


(De fotografía de L a u r e n l . )
SELLAS ARTES.

«EN EL ESTRENO DE UN D R A M A. »
CUADRO HK !•:. S CH A C H I X C ER, SEGÚN FOTOGRAFÍA D [ R L! C T A n K «LA UNIÓN F O T O G l í X I-" t C A * DE WU N 1C H.

•J^i\f~-T -•_ •__ -.^jj


382 LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA Y AMERICANA. Sun.RMRNTO AL NÚM. X L V I I

ceblcia con majestac!, traiuida con gallardía yeieciitada con breva y me la diera, como lo hizo la hermosa Rosalía, [Ic- — ¡ T o m a ! m s;ihemos lo que habrá pasado para que
lirmcza. Mientras rige con la siniestra m:\na cí pcsiiílo cor- volviendo seguidamente la llave á su marido, que ejerce ó los dos
cel de combate, cuyos lomos oprime, extiende la diestra cree ejercer en la cas;i absoluta autoridad, — ¡Niña, niña! Lee ntra cosa.
en noble ademán de protección. Ciñe su cuerpo recia _ Hablamos del tiempo, del barrio, de l;is buenas condi- — "Mañana, en San Marcos, se celebrará la boda de la
malla, plegase sobre la misma, sobrevesta bordada por el ciones de la casa, con sol por delante, vistas hermosas por hcrmosn hija de los Barones de la Jaranilla con el teniente
borde, prende al cuello y cae sobre el arzón y las ancas detrás, el alcalde del barrio á un lado y un almacenista de de reemplazo D, César Pito. Hoy ha estado expuesto cu
del caballo holgado manto, v en la cabeza, sobre la cape- maderas á otro, que tiene un magnifico perro que en casa de la novia u
llina de mallas, encaja el histórico vclmo que ostcnla el cuanto de noche sícnle ruido alborota la calle y pone en — ¿Quién, D. César?
dragón alado por cimera. E n tal continente y atavío ima- guardia á tocio el vecindario contra los criminaíes ; de la
gina el artista, y no imagina mal, que debió de entrar el — (1 El //•iiiissrui/, que es riquísimo y de nuicho guslo.ti —
comodidad de ir al Tíuen Suceso á misa á toda hora basta Vamos, éstos no se han escapado, no habrán tenido nece-
soberano aragonés en Valencia, tras de haberla libertado las dos de la tarde, y de varios antigur>s amigos de Pe]i:?,
de la morisma. sidad de escaparse
á quienes ya no trata, ni ve siquiera, ni sabe'de ellos m:is — líosalia, esta niña se \\i tiespertando mucho. H a y que
La figura de! corcel está, como al punto se nota, estu- que por los sueltos de Lti C--rrt:^poiukndi\. tener ojo,
diada á conciencia y construida con firme brazo ; !a del ji- —_A propósito—dijo Pepe á la Tiiña, que estaba sentada — Lee, lee otra cosa.
nete asienta muv bien sobre la silla; es, aun<|ue niajcs- á la_izL[UÍerda del padre haciendo unos mitones — ¿no ha — «Anoche se dijo que había diferente modo de apre-
tuosLi, simple y natural: revela :i un tiempo al guerrero, venido La CurrcípMuknci<j? ciar la situación ¡xilítica dentro del Mmistcrio, No es
trancjuilo en el triunfo tras empellada lucha, y al rey pru- — No, papá. exacto. 'I'amhién se dijo que el Ministro de laíiobernación
dente y niajínánimo que promete al jjucblo salvado por su — Pues hace una hora que la vocean ^ observó Rosalía, se había retiradf) tem|inino. No es cierto. Se afirmó que el
espada el beneiicio de leyes que aseguren su sosiego y sentada d la derecha del padre, desprendieiulo las hojas de Alcalde de Matlrid había anunciado su tümisión. No es ver-
acrecienten su prosi^eridad. Dijcrase que el artista, con los lihritos de papel de fumar á fin de que su marido hi- dad. Por L'dtimo, se ascgun') que la tropa estaba sobre las
inspiración moderna, ha acertado:! dar cuerpo y vida plás- ciera con mayor facilidad la operación en cjue estaba en- armas. E s falso,»
tica á aiiuel hermosísimo verso de Ovidio : tretenido. — Pues señor, todo es mentira en Madrid,
c Qiín vhuil, virios trole^i! ÜU, iiutini. * — Esta noche — añadió Pepe con severidad — le dices á — "Hoy no ha habido sesión en los Cuerpos Colcgíslado-
la mujer que 6 la trae más temprano, ó se la lomaremos rcs |x>r falta de asuntas ipie tratar. El salf'»i de Conferencias
Que pudiera traducirse de este modo : á otro vendedor m:ís pimtual. estaba nniy animado, y S2 discutía con mucho calor la ac-
Sonó la campanilla, la niña dejó sobre el tapete la labor, titud de los disidentes. LTn caracteriz:Ldo ministerial decia
«Kl liuniii; ;irolcctor hacia <A vuncíilo
L a niano can que airado lo venciera.> y salió á intimar á la vendedora la enérgica ordejí del amo que el Gobierno no encontrará obstáculos en su camino
de la cas;i, que, ]ior su aire despótico, jiarece uno de aque- hasta <|ue se em|)rendan las obras de la Gran Viii, y esto será
Si es forzoso, para completar el examen de la estatua llos gobernadorcillns indígenas que se estilan en el Ar- porqiie habrá niuch;is calles inl:erce|Hiidas á causa de los
ecuestre, honra del escultor Aga]íito Vallmitjuuii, señahir chipiélago. Pronto volvii) la niña con el papel en la mano. derribos. El general Martínez estuvo un momento, habló al
en la misma algún delecto, ya que no h;iy obra humana — Aunque estés aquí — m e dijo Pepe — la leeremos. oido á un ¡)ortero, salií'i, luego volvic'i á entrar, y des]>ués vol-
exenta de ellos, diré que son dos los que hallo: imo en el — Sí, no alteres tu costumbre. vió á salir, y ya no volvií'i á entrar ni á Síiíir. Poco más
caballo, y otro en el jinete. El rostro de éste no es bastante — Pero, papá, la leeremos luego tJirde se le vio en la Carrera de San .Tenmimo hablando
inteligente y vivo: antes bien hay en su mirada nna va- — i Qué 1 r P c da ^•ergíienza leer delante de este ami- muy animado, al parecer, con unas señoras del gran mun-
guedad que por momentos anuncia desvarío. El caballo re- EíO? Lee como si no hubiera nadie, y no seas tonta. do. Y esto es todo lo (¡ue ha ocurrido hoy. —« Hay situa-
sultaría más airoso, y el gru]>o á la vez, plantado de modo Rosalía me miró, como pidiOmlome "que no hiciera caso ción para mucho tiein[)o: p:ira unos buena, para otros re-
que el cuarto trasero quedase más bajo ó nuis engallada la de las salidas de tono de su marido. gular y jiara otros mala. >i — .-\si lo explicaba esta tarde en
cabezíi, como sucede en liis citadas esculturas ecuestres Y empezó la lectura. el salón de Conferencias un profundo pensadoi", hombre pú-
del cofiiiolfikn) Collconi, del príncipe Filibcrto y del empe- — ir La Gacd.li de hoy contiene n blico de gran experiencia, cuvas frases siempre son oídas
rador Federico, — Pasii, pasa; no contendrá nada que me importe. con respeto en los altos circuios.»
Vallmitjana modela cit pequeñas dimensiones una va- ^ « Anoche á las diez celebró una conferencia el Capitán — Vaya, vaya, Za C"rrfs/>.>ndejida viene esta noche nuiy
riante del grupo rcIcridOi en la que D, J a i m e , despojado general con el Gobernador ciíál.n sosa,
del arnés de baíLilla, y trocado el casco del liruc por la co- — Vamos, lo de siempre, la querrán armar—observó — Mira los muertos. A ver cuñntos y quiénes son.
rona de picos, representa al Monarca como Conde de Bar- Ros:ilia. — Todos son aniversarios. uSegundo, quinto, sexto, Don
celona : á esta ciudad está destinada la estatua. — Mujer, ¿Cíimo ía han de querer armar el Capit;in ge- Matías,—D, Rufo.—D," Críspula.^..u
En resolución, si la historia aragonesa se ufana de tan neral y el Gobernador? Si acaso, la queiTán desarmar, si — ¿No hay muertos de hoy?
preclaro rey como el hijo de Pedro 11, Valencia podrá pueden. Sigue, sigue. — Como quien dice, viviros de boy.
ufanarse de la obra artística que lo recuerda, y Agapito ^11 Se ha concedido la gran cruz de Isabel la Católica á —Niña, léeme c! folletín, á ver en qué para lo del di-
Vallmiljana de ser el autor de esta obra. D. Francisco 'Pal y Cual. Con este motivo hubo anoche vorcio de la Condesa. ¿Usteii no lee esta novela?
música delante de su almacén de chorizos de la Rioja.» -—'No, señora, no tengo esa satisfacción.
Barcelona, Diciembre de [Sa6.
— ¡ B a b ! ¡habí ¡qué irrisi<'in I Sigue, chica. — Pues es muy bonita, francesa, y traducida bastante
Li"ia ALFONSO.
— <i La DÍ]iutación se reunió ayer en sesión secreta, para bien;
iCondtiirá.') tratar asuntos de interés relacionados con la corrida de — ¿Y cómo se titula.^
foros del domingo pró.\imo. No se han podido traslucir — Lnsfifi/ncfiíis capyidioíi ele ¡n Co7id¿sn.
los acuerdos. Los diputados se encerraron en una reserva — Y a leo, manui:
absoluta. Con este motivo habla anoche gran expectación •—^«Os he escuchado—dijo la Condesa fríamente — y vos
T I P O S MADRILEÑOS. entre los aficionados á toros.Í) me rendiréis la justicia de que os he escuchado con calma.
— I Válgame Dios ! Nuestro cntretÍcm|ío no debe pasar de aqui. Todo en reco-
LEYENDO «LA C O R 11 K S 1' O N 1> H >." C t A )l. — ¿Te pones malo, Pepe? nociendo lo que hay de razonable en vuestras querellas,
— No, mujer, digo j válgame Dios! por eso que ha leído estoy bien decidida á pasar otra y ]>roscguir mi camino.
0..^:^^'^^ la niña, Y salió alti\'a 3- serena, Los dos jóvenes hombres, viéndola
ÍH^AY-Í usted ]íor casa alguna nochecita. Con es-
— i Ah ! creí salir, se tendieron las manos en un mismo movimiento.
tos fríos no salimos. P e p e , como está deli-
— «El joven poeta D. Arturo Canilla va á publicar un Sus miradas se cruzaron, honestos y leales todos los dos.
cado desde que volvió de Filipinas, en cuanto
tomito de versos titulado F/iirccilas de }nijardin.'ü La péndola soiUJ las cuatro, Hiillábansc delante del balcón
•f-^ cae el sol se vuelve á c a s a , se pone las zapa-
— \ Qué monada, hombre ! de la terraza. La vitrina cayó en pedazos con estrépito, y
^ . ^ ^ ' ^ tillas, le llevo el gorro, y se sienta á la ca-
— ¿Sabes quién es este joven poeta, mamá? el Conde recibió una bala en pleno pecho que le hizo caer
^'^\ milla, donde toma su tacita de caldo, su
•—Yo, no, ni ganas. para no relevarse más »
ft^ chuleta al natural, y su mi/'iín cJc carne de mem-
* brillo, y todos tos días lo mismo, porque eso es — .'Viuel joven delgadito, con lentes y bigotito rubio, —Ustedes me darán su permiso — dije levantándome
lo q u e mejor le lleva el est<'imago. Luego se entre- que tiene los ojos malos y estaba la otra tarde en casa de é interrumpiendo á la lectora.
tiene en hacer cigaiTos de papel, hasta que viene La tas de Cerrito. — ¿Ya nos deja usted?
Correspúndcfiiiii E n fiir,Pe]ic hace una vida ejem- — ¡Ah! si. ¡Jesús! un chico que parece un perro sen- — Sí—contesté ;—no vaya á entrar aqui también un tiro
plar tado. por la ventana,
— Si, pero no todo es virtud ' Ríe: han dicho que ha — ¡Anda, manui! ¡qué exageración ! — ¡.Mi, ya! lo dice usted por lo de la novela. Pues es
— Digo, no levanta lo que esta mesa mu}' bonita, muv interesante. En esa novela se ve bien
vuelto rico de Filipinas.
— Pues es muy amable, y la l'aca me dijo que tiene mu- claro lo que son íos hombros y las mujeres,
— Lo dicen, pero no nos lo harán bueno. A usted le di-
riamos la verdad; pero, no señor, no hemos traído más cha gracia y que le han echado un;i pieza, — I^L gente peor del mundo. Adii')S, Pepe, que te al¡\'Íes.
que una friolera, ¿sabe usted? para no morirnos de hambre. — Pues ¿por dónde se ha roto aiiuella criatura? — Adiós ; vente ]ior ahí; ya sabes que por la noche no
Mi marido, ya conoce usted á Pepe, no es como otros, y — En Eslava, manui. salimos. Aquí nos estamos, y ctumdo no viene nadie, que
no ha hecho cosa mayor en ese particular, porque le falta — Vamos, niña, sigue, sigue leyendo. es lo que nuis me gusta, á las diez ya estoy en la cama.
genio, carácter; y si otros se han agenciado mil, es un su- — nAyer fueron enterrados 6o cadáveres y 7 fetos.n Con que ya sabes que siempre me alegro de verte.
poner, él se ha contentado con ciento En fin, amigo — [.Tesi'is, iiué mortandad I — Gracias, gracias. Rosalía, estoy á los pies de usted.
mío, nada ; miseria, y perder la salud. Eso es lo qite siento, — Para que veáis qué bien hago en no ir de noche al — Voy á salir con usted.
que mi Pepe no levanta cabeza, y ha echado un humor teatro ni :i ninguna parte. Con la mayor facilidad se coge -¿Si?
que en casa le temblamos, y á mi me tiene sin gusto para una pulmonía. — Hasta la pvicrta. No vaya usted á equivocarse y á me-
nada. La que está muy guapa es mi hija, y muy desarrollada. — ¿tjué es feto, papá.^ terse en mi tocador, que está frente á la puerta de ¡a esca-
— Lo que á ti no te importa. Lee, lee. lera. ¿Ha visto usted como está mi Pejie?
— Si so parece á usted, será una preciosidad.
— iil-lov han sido detenidos los tomadores Gilito, el Pin- — Sí, ya he visto; hecho un punto filipino.
•—|Jeaiis,qué exageración! A usted si que no se le
tan, c\ CoíiUny \^ J^uóia di-¡ híiiiir, mujer del segundo.H— — Está insoportable, hijo, insoportable Por eso salgo
va el buen humor.
— N o , señora, ni el malo tampoco. Esto lo trae todos los días,—üAnoche para el turno i." se de día; porque si no SLdiera sola á respirar un poco, me mo-
—Con que no deje usted de ir alguna noche, á ver si se dio en el teatro Real Favorifa. Gayarre estuvo sublime.íi riría de aburrimiento,
anima algo Pepe —¿Cuándo oiré yo á Gayarre, mamá? — Lo creo, amiga mía, lo creo. Pues lo primero es no
—Cuando cante de día, porque tu pudre no quiere lle- morirse. No faltaba más sino que usted, joven, hermosa,
— Si usted no le anima, ;qué be de poder yo? Pero
varnos de noche al teatro. llena de vida, de encaiitos
iréf prometo á usted que iré á ver á l'cpe, y sobre iodo á
ver á usted —Tiene razón tu madre: cuando cante de dia, y sobre — ¡Vaya usted de ahí, malo !
todo, cuando cante barato, Salí; en el jiortal me embacé, y al poner el píe en la
— iQué bromista!
— Vamos, diga usted que nunca. calle solitaria, el perro del almacenista de maderas se arrojó
Y en electo, tres días después de haber hallado en la
— Si, ésa es la fecha nuis fija. Sigue leyendo. sobre mí y se quedó con el embozo lie la ca]ia entre los
calle á mi antigua amiga Rosalía, mujer gallarda, vistosa
dientes. Ya supondrán ustedes que ajiretO el paso,'
y de bizarrisimo ])orte, una noche me trasladé en el tran- — «Se ha descubierto un grati desfalco en Filipinas. No
vía al barrio de Arguelles, donde, en una casita nueva, podemos, por consideraciones fáciles de comprender, re- C.\tiLOS FRüNTAfRA.
en un piso principa! muy bonito, vive Pepe con su mujer ferir lo^ detalles que han llegado á nuestra redacción.»
y su hija, y una doncella, de priífesión, y una cocinera que — No lo extraño, ya no me asombro de nada. Cuando yo
parece propiamente una fiera. estaba allí no sucedía e s o , no se descubrían esas cosas.'...
Pc]>e, mi compañero de mejores días, me recibió con Sigue, sigue.
— «Anoche la autoridad buscaba á una señorita que ¡lor
DOLORA.
toda la amabilidad de que es capaz, dado el mal humor
hahíLual que te aqueja y de que ya me había hablado su la tarde al entrar con su nuuná en las Cuarenta horas se L"n liombre (poned aquí
mujer. La niña, de unos catorce años, es guapoía fí/ii, de fugó con un joven (|ue » El nombre cjue nuis os cuadre)
forraos pronunciadas, anchos honderos, en fin, una mucha- —Basta, basta, no leas más. ¿Oyes eso, Rosalía? Al confesor dijo asi :
chona que su madre debe vestirla de largo, y de ancho, — Sí, ya lo oigo. Salta eso y lee otra cosa, niña. « Este mundo es ¡lara mí
cuanto antes. — Deja, mamá, (|ue estoy acabando de leer para mí lo de Horrible destierro, ]>adrc. i>
Pepe estaba haciendo cigarros con tabaco filipino, á que la señorita y el joven
se ha acostumbrado, y dio á Rosalía la liare de la cómoda — Sí, ipic te importará bastante. Buen pillo será él; y lo Y sonriendo, al ¡ícnilente
de alcanfor que ha traído de allá, para que sacara una que es ella El sacerdote le dijo :
SUPLEMENTO AL NÚM, X L V I I LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA Y AMERICANA. 383

••. VA S e ñ o r es m u y c i c m c i i l c j Entre aquellos primeros ensayos del arte nuisical Dos minutos después, la casa parece el salonciUo
r e d i í l l c cliiv'ocuincnLe con manubrio, y los actualeí, hay gran diferencia. de un teatro de zarzuela.
Q u e o s Heve ÍL los c i e l o s , h i j o . » Aquellos organillos cun escenas de movimiento, Todas las criadas cantan.
Al ¡loco t i e m p o , inv;iciiil;i
con ligiiras que parecían personales, tenían encantos Un zapatero elevado, que ejerce en un sotabanco
[Je nii;i iircccif'iii ]ni!inüiiar irresistibles. que mira hacia adentro, esto es, interior, media en el
Fiiliii:ii;uitc', e r a su vnl;i Recuerdo cuando yo era muchacho la satisfacción coro, y sale cantando ;
l^iia l i i n i y a vcriciiki que me producían los organillos.
Q u e Kc llcvulia ;t e o l í m r . ¡ En uno de ellüa ftmcioiiaba un zapatero tan sim- « En el café del Romero •
Estaba una c i ^ r r e r a
pático ! Peinada á lo MaiíKanLini
Y e n t o n c e s , e o n ijnin d o l o r ,
I-C sviplicij lie e s l a s u e r t e
Abría la boca cuando tiraba del cabo. Presumiendo de torera.»
E l c n l e r u i o al L o n f c s o r :
Era aquel muñeco el vivo retrato, ó el retrato al
vivo, del profesor encargado de desasnarme en laiin, Esto repite masque una cusalniya de pimientos.
« l ' a i i r e , ¡icdiil ;il ficñnr
pero mejorando. Alguna de las tiples de fogón, sin perfuicio de ban-
Q u e nic liijre ele la m u e r t e . »
L;i sinfonía de Ln Mulla di Poríici, algtin frag- derillear en la artesa, empieza á «tomar el pelo» al
Y en q u e teinlihiha al ^^entir mento úc Norma y la jofa Araff-nucsa, eran las pie- maestro incógnito de obra prima, y canta:
E l t é r m i n o ile s u n i a l , zas que componían el programa de los organillos más « E n el ca'tí de R o m e r o
Sin p e n s a r q u e ¡lia á siilir
acreditados.
D e cHle i/rs.'/rrn' y s u b i r E?taba u n a cigarrera
A la /',/ín'i¡ ccifflial. Piezas importantes y de eieeiicif'm. i l í e ! ^^
Hoy se ha midtiplicado el número de organillos
Josií M A R Í A GATÍCÍA Í\rA.T!i"r\K7,. y el número de piezas. — [Ave María I Fulana, pareces una oveja huér-
¡ Pero qué pie/as! fana.
Piezas de perro chico. Esto dice á gritos otra criada de la vecindad.
CARTA A CONSUELO. Piezas que, traducidas del arte al organillo, pier- — Y ¿qué quieres? todo se pega: ¿no ves cómo
den lo que valen. está la vecindad? Esto es como vivir en un redil.
Vaga por esas calles un profesor de clarinete vir- — En el café del cante.
". [.lena tle a u i n r o s o a n l i c l o ,
gen, y digo virgen porque aun no ha producido la El zapatero vocea:
I t a e c \\\\ a ñ o á .ru;in m e u n ¡
C o n la hentiieii'jii del cielo,
primera ñuta, que amenaza á los ojos de los tran- — ¡ Fuera, chucho !
; l í o v , C o n s u e l o , a c u d o d ti seúntes. ^ E l chucho será usted. •
B u s c a n d o dulce consuelo I — ¡CaracolesI Vea usted por dónde lleva el clari- — ¡Arre, Komero \
nete— observa un caballero. La pelea termina con un coro á gritos solos.
T ú , mi auii,i:^a mits l e a l , —A])imte usté pa arriba — le decía una chula— Involuntariamente todos se pancn de acuerdo y
D e b e s SLd>er uii i l u l o r :
¡ Y o i,L;noraba, ])Oi- mi nía!,
porque si se dispara \'a usté á ejecutar á dos ú tres rompen á cantar algo ílamenco.
Q u e e r a el t á l a m o nupcial criaturas prcsonales. Los enemigos de la música =c quejan.
El sejiulcro del a m o r ! Habrán visto ustedes á nn pobre ciego que toca el Pero la verdad es que, si no fuera por esos repre-
viülín, según se supone al verle rascar las cuerdas seittaníes del arte, ¿qué sería de la música en nuestro
E t e r n a su IIIK c r e í a , del instrumenta con el arco. país ?
Y ¡iqucl d e l i r a n t e e.xceso Pero toca con la iitcdicuui, parque el arco del vio- Particularmente los organillos
T r o c a s e e n c e n i z a IVíii
¡ E l a m o r e s flor d e u n d í a !
lin tiene más de un metro de longitud.
EDUARDO DE PAL.-\CIO,
j L l a m a i | u e la uparía u n bcao ! — Acorte hermano-—stiele decirle algún tran-
seúnte.
J u a n , el ¡ u ñ a n t e afiínoso
D e mi d i c l i a y mi r e p o s o ,
—Perdone usted— replica; — soy ciego y no sé
CERTAMEN CIENTÍFICO, LITERARIO Y MUSICAL.
Olvitla su fc c o n s t a n t e : adonde voy á parar.
C u a n d o r e c u e r d o al a n u m t e Anda por esas calles un italiano que provoca ro-
S u s p i r o p o r c! e s p o s o , manzas de Traviata y Trovador. La Provinc-ia del Sanlífimo N o m b r e de Jesús, d e Padres Amis-
Es un cantante llano. tmos de Filipinas, para soiemníaar el . w Centenario d e la conver-
!^^ucrta su a m o r o s a l l a m a . sión de ? a n A g u s i í n , abre al ¡.úblico un Cfriameii. q u e habnl d e
H u y e d e la q u e n o a m a ,
Vamos, canta sin acompañamiento alguno. verifi^iarsB el d í a 4 di.- .Mayo de 188?, en el Real Aionaslerio de
Y pone su ¡niiralitud Es un bajo subctitáneo con ramificaciones de ter- ban Loren^io ciei hscorr.iL
H e a[|ui nota reducida de ¡os temas y ios premios :
E n ,í;ravc ries;^o mi lama nero, y canta:
Y e n ])cligro m i v i r t u d . •i. La tíomm ¿ inohiU. 11 P R I M E R T I Í E M I O . — U n a colección de medallas ncuñndas du-
rante el poniiíicado de Nuestro Santisimo Padre León X í l J
Si s e o b s t i n a e n d e s p r e c i a r Camina con el sombrero en una mano, y en otra TVwff; Estudio sobre la docirina de San A;^ustin acerca del
IMi p o b r e a m o r m a l h e r i d o , un rollo de papel. modo con que conocemos todas las verdades en Dios.
l ' u c d c cjuc le Ile.Li'ue ;i rjiliai': S E G U N D O rKElUO.—Medalla de o r o , conmemaraliva ddt Cun-
Parece el borrador de un proyecto de estatua. ¡rnario.
¡ Y o , C o n s u e l o , no lie n a c i d o
P a r a iiKÍrtir del h o i ; a r !
Los chiquillos, refractarios al arte del grito pela- Tema; Doctrina de San .Ag-ustin acerca de la Eilosoffa de la
do, le remedan y se burlan del cantante movilizado. MisLoria en paraníjón con b s antiguas y modernas escuelas his-
tóricas. {^Esiüdio enprosaJ)
i N o repara e n mis enojos Pero él, despreciando á la muchedumbre, se opri- T E R C E R P R E M C O . — K s c r i b a n í a d e plata.
N i e n l a s liuellas d e m í l l a n t o , me los ijarcs y emite la VO;Í como si lo infundieran Tima: Doctrina de San Agustín acerca de la belleza, ó ideas
N i ve m i s p á r p a d o s r o j o s ! las notas con un fuelle. que, según et S a n t o , deben ¡iresidir á. todo trabajo estético, (¿K
¡ Y a n o s e m i r a e n los ojos p/ilSíl.')
Tal -^-ez conocerán algunos.lectoresá un ciego In- Cu.ARTO PREiuo.—L^n ejemplar lujosamente encuadernado
E n q u e se ha mirado t a n t o !
dígena (•> medio ciego, que, guitarra en ristre, reco- de las obras de í^an Agustín.
¡ E ¡ t i e r n o a m a n t e d e aj-cr, rre las principales calles de esta capital, improvi- 7>/?ÍÍ;.' Disettacion hisiórica acerca de Ja inUuencia del '-'anlo
H o y , a n s i o s o del placer, en el desenvolvimiento de la Teolopia católica, determinando
sando. las fases que h a lenido y formando juicio de ella?. (En prosa 1
O l v i d a s a n t o s dolieres
Cuando le socorren con alguna limosna, da las ÜCiXTo PKEMIO.—Un ejemplar de La Flora de l'Uiphms del
Y con extrañas mujeres Padre Blanco, A g u s t i n o ; edición de todo lujo, en seís tomos en
Se b u r l a d e su m u j e r !
gracias en versos de este calibre : folio, ilustrada con magnificcs cromos.
« B e n d i t a seii la madre Tema: Estudio de la doctrina del Santo acerca de In Crea-
¡ Si asi m e nrroja del c i e l o One te pnrió t;in hermosa, ción, ateniéndose especialmente á lo que eupnne en la obra De
Q u e síifiij mi loco a n h e l o , Parn, d;ir limosna al cieíjo G/nesi ad ¡illeram, y comparación de esta doctrina con las mo-
(jue va á tomar unas copas.» dernas teorías cosmogónicas. {^En¡ro!a.')
Ñ o s é tiué s e r á de m i ,
Y hoY, OmmcL), acudí) a ti S E X T O P I Í E M I Í I . — U n ejemplar lujosamente encuadernado d e
Si le niegan el óbolo, improvisa, en verso ó prosa, las obras del Santo.
Jiii.'Ciuiih dulce con&udú! alguna saeta, como la muestra : Tema: Estudio comiiaraúvo del sistema filosófico de S a n
Agustín V Santo'lomiLS. íEn prosa.')
C a n s a d a y a tic l l o r a r , « Dicen í]iie tienes taberna Slíl'TIMO [TÍEMIO.—Klcdalia d e p l a t a , r.on,rtemoraHva del
Y d e h o n d a amarf^ura l l e n a , Y que tienes caridad; Cetiifüíifio. y un ejemplar lujosamente encuadernado de la Ciu-
Su p e n a q u i e r e c o n t a r , Lo que tú tendrás .WH chinches dad de Dios.
A n t e s d e m o r i r d e ]icn;i, Y guiñapos y demás » Tema: Teoría político.social de San Agustín, fí^w^rojií >
T u [lohre a n i i j j a — j ' i l u r f ( i ) . O C T A V O i'HEMto.—Un objeto artístico de piala, trabajo d e
O de este modelo : r l u p i n a s , y [nedalla de pla'.a.
J<!S1Í .TACKSON VEVAN. lema: Los Agustinos en Filipinas, Sus relaciones con la civi-
Ditiumbre iSBó. «Eres m;Í3 fea q u e el hambre, lización y dominación española, {^Eti picosa.')
Y como no das limosna. NOVENO [-REMIO.—Lirit) de plata.
Permita Dios que te veas Tema: Armonía de la libertad con 3a gracia, según la doc-
Sin Eoi, sin pan y sin moscas,» trina de San .Agustín y del Angélico Maestro. (£n prosa )
DÉCIMO rtíEMio.—Pluma de oro.
MÚSICA POPULAR. La clase de sirvientes del reino se encarga de la Te-ma: Leyenda en verso acerca de la conversión J e S a n
Agustín.
propaganda del arte lírico vocal.
UNt)Í£CIMO PlíE.Mio,—Lira de plata.
No hay fregado sin peteneras, ni guisado de carne Tema: t.Jda ;i San Agustín.
sin Diva ó sin Cabi7//a'o de Gracia. D U O D É C I M O PKEMÍO.—Servicio de escritorio de plata sobre-
DMiRO a l p t i e b l o . dorada.
Ale entusiasmo viendo á las diicas Canta la muchacha encargada de la cocina en el
Te7i¡t: (Jda á Santa Mónica, madre de San Agustín
papulares. principal: DÉClMOTEKCío PREMIO.—Batuta de plata y las obras musi-
Soy pueblo, no «un pueblo», pero sí «Yo no s¿ cales del P. Aróstegui, .•agustino.
7'ema: Te Deu'rt solemne á toda orquesta.
del pueblo..... de mi naturaleza. Cómo fué,
D¿CIMOCL:AI-:TO V H Í X I M D O Ü I N T O P R E M I O S . — S e adjudica-
Sin embargo, la "müsiea popular calle- (jue un domingo después de comer.»
rán dos medallas de plata á los mejores trabajos, u n o en prosa v
jera me entristece. Y responde la joven fregatriz del segundo : otro en verso, ambos de tema libre, aunque directa ó i n d i r e c t a
Cuando oij^o los desiihogos de esos vio- mente reiacioiíados con San Agustín ó su Urden.
«Pero al darme el señorito » Loa temas primero, cuarto y noveno pueden escribirse en cas-
lines y guitarras y bandurrias y nautas y cla- t e l l a n o , l a t í n , francés ó i:al¡ano ; el q u i n t o , en castellano fran-
rinetes que recorren las calles de Madrid su- La del tercero, que es una vizcaína intraducibie: cés ó i t a l i a n o ; todos los demás, en castellano.
blevando los nervios del vecindario, me declaro ene- Los trabajos, q u e han de ser originales é inéditos, se envia-
ran (en la forma acostumbrada |iara certámenes de este género)
migo del arte popular. «Soy la rata primero,
al R. P . Rector del Real iMonasterio del Escorial, antes de las
Til eres seíjundo,
Aborrezco los o r g a n i l l o s / O Í ' y / y por los profeso- bsLe t e r c e r a ; doce de la noche del 10 de Abril próximo venidero, y los lemas
res que «los dirigen». de los trabajos q u e obtuvieren premio ó accesil se publicarán en
La parte de bautisma
algunos diarios de Madrid el 30 del citado Abiil. X.
C u r a te llenes
D e Saladero.»
(i) La conteslMión en el número prfiximo.
3S4 LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA Y AMERICAÍTA. SCPT.KMFNTO AI. NÚM. X L V I T

S. E. HUSSEIN SEKMED EFFENDI, EL G E N E R A L P I T T I E ,


^f I N 1 S T R o P L E N I P o T E N r I A K I o D E T U lí Q U í A , JEFE DEL CUARTO MILITAR DEL PRESIDENTE
CERCA DE LA CORTE TiE ESPAÑA. HE LA REPÚBLICA FRANCESA.
Nací'.) en Consi:intino]il;i, en 1830.—Muriáen M a d r i d , el ]2 JL-I actual. Niiciij en N e v e r s , en 1829; f en Pítris, el 3 del actual.

T * T ? T T7TTT> T~iT? T^TH^PT-TT? r'^'''"'^ "^^ ^'•'•^^ especial, ccn esencia de


-L-Jri. 1 J ^ Í J I J L ) LX, iJSU 1 J L - J O I T - J - J . frutos de las rcíjiones tropií^ales, impnmü
en el rostro la frescura de la iu'.eniud. Hayanse los pedicos exelusivnmt;ntB á la Parfuineyíe £xo-
tiquí. 35, m e du 4 Septemhre. Pari«, ;i fjn de eviiar las numerosa; falsiiii'aoiones e imitaciones.

L A
/x
T T A T Q T T V T l ^ A P T í ' ^ A T ^'^ ^^^^^^ "'•'•^ l^^^ nunca en ul ,•/;/,'.'-¿V/iíw de la Par-
i Í \ I _ J 0 1 Í X O r V L ^ I v J l N /íí"i/'rjdr £";i-!i/;,/jíí. 35, rué du 4 Sepiembre, único
exiraclnr inofensivo de las fiecas ó man.-has de ia nariz. Para no ser engañados, exigir en el frasco
la inscripción impresa del nomhre Aim-Bolhos.

LE BLANC ET LE ROUGE EXOTIQUES. V^\


inofensivos con j u ^ o s d e plañías tropii ales, transforman el rostro como por encamo, idealizan e l c m i s
con matices sonro-ados, luminosos y límpidos, merced á la diafanidad que imprimen al semblant;;.
Pnrfumerñ- ExothiK, 3 ; , rué d*i ^ Sepleinbre, París.
T> Á T ' t r T^T?C! 'DT^IJ'T A ' T ' C . lodas tienen manos regias, gracias al uso que
iriilXLí U i L O I I I I L Í J A I O , hacen de l a / ' « Í / O Í Í Í / W / ' í - í / a a ' w . de l a / Ü Í V
merte Exotiipií. 35, rué du 4 Septeml^re, París.
K n p T ? A T T ' T ^ ^ vuestro rostro la iuvcntnd y belleza fiitritivüs, recurriendo á la BHst Exúti-
/ \ . J . X l r \ L j U pwí de la/'ijr///wcfí> ¿'.rtJ.-iyKf, 35, rué ilu 4 Sepiembre, París.— El catalogo
de los productos se envía franco á todos los países.
Depósúo en Á/a¡iii¡{, en cusa Jr!Si: Conde de Portes, Motltra, 20, pral.^y eu Baí-ceiona, en casa di
José Lafoiit, 2 2 , calle deí Odl,

Polvos aOberentes
CALLIFLORE
_ _ _ _ . FLOR DE BELLEZA
.„.....-, _ ,.
! Invisibles.
.i|,ií,u í'átas polio; comuaicnü ni nistro
•ana mirnviUosn y 'lulicniia IICIIPH, y le ¡lan un pcrfiimD de cxjuisii.i íiiavidn-i. Adi^Dua ili; su niliir M.iiifo, ¡le una p.iryzn
ACEITE FILÓCOMO de la SOCIÉTÉ HYGIÉNIQUE
noLiLle, liay nialru malices de Hacljul y de fíasa. deidu et mas pálido liaste ul mis sulridu. Caila cual lul.ara, \mís, PARA LOS C U I D A D O S DE LOS C A B E L L O S
eiaciamealE el irolnr i^nc conviene i su roslro ._ . rywa
e n la P e r f u m e r í a c e n t r a l de AGNEL, 16. A v e n u e de l'Opéra, P A R Í S DEPÓSITO G E N E R A L : R U É D E R I V O L I , 55, PARÍS
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