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“LAS TRIBULACIONES

DE LA HERMANA
JACKSON”
Por el elder
James E. Faust

La hermana Jackson; ella dijo: "A eso de las nueve de la noche, me preparé para
ir a dormir. Como la ropa de cama era sumamente escasa, no me desvestí y dormí
hasta que me pareció que era media noche; tenía mucho frío; el clima era
implacable. Entonces me dispuse a escuchar la respiración de mi esposo, puesto
que descansaba tan quietamente. No lo escuché respirar. Tuve miedo. Entonces
puse la mano sobre su cuerpo y, para mi horror, descubrí que el peor de mis
temores se hacía realidad: mi marido había muerto. Llamé para pedir ayuda a los
otros compañeros de la tienda; pero no me podían ayudar, y no hubo ninguna
alternativa salvo la de permanecer a solas, al lado del cadáver, hasta la mañana
siguiente. ¡Ah, las horas de dolor parecieron interminables! Cuando amaneció,
algunos hombres de la compañía prepararon el cuerpo para el entierro. Y, qué
servicio fúnebre y entierro...! No le quitaron la ropa, ya que era muy poca la que
tenía, lo envolvieron en una manta y lo pusieron en una pila, junto con otras trece
personas que habían fallecido, para luego cubrirlo con nieve; el suelo estaba tan
duro por la escarcha que no se pudo cavar una tumba. Se le dejó allí para dormir
en paz hasta que la trompeta de Dios suene y los muertos en Cristo despierten y
salgan en la mañana de la primera resurrección... "A los pocos días de la muerte
de mi esposo... se redujo el número de los varones de la compañía debido a la
muerte, y aquellos que permanecían estaban tan débiles y enflaquecidos por las
enfermedades que, cuando llegábamos al sitio para acampar en la noche, no
había el número suficiente de hombres con la fuerza que se requería para armar
las tiendas. Como consecuencia, acampábamos sin nada, excepto la bóveda del
cielo como techo y las estrellas como compañeras. La nieve tenía
aproximadamente 10 centímetros de alto; la noche era terriblemente fría. Me
sentaba en una roca con un niño en la falda, y con los otros dos, uno a cada lado y
permanecía en esa condición hasta la mañana". (Vayan y tráiganlos de las
planicies Liahona de noviembre de 1997 pag.6)

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