Está en la página 1de 192

COLECCION LETRAS DE VENEZUELA

125

SERIE ENSAYO
UNIVERSIDAD CENTRAL
DE VENEZUELA

Dr. SIMON MUÑOZ


RECTOR
Dr. JOSE MARIA CADENAS
VICERRECTOR ACADEMICO
Uladimir Rcosta
Dr. ELlAS ELJURI
VICERRECTOR ADMINISTRATIVO
Dra. ALIX GARCIA
SECRETARIA

DIRECCION DE CULTURA:

Prqf. ATANASIO ALEGRE


DIRECTOR
Prof. GIOVANNA MEROLA R.
DEPARTAMENTO DE PUBLICACIONES RNIMRLES
Diseño de Portada: León Levy
Arte final: Vladimir Acosta
Copyright: 1995, Dirección de Cultura.
E
Universidad Central de Venezuela
ISBN: 980-00-08 75-6 IMRGINRRIO
La zoología marauillosa medieual
. GR820
A2 Acosta, Vladimir.
Animales e imaginario : la zoología maravillosa medie-
val 1 Vladimir Acosta. -- Caracas: Universidad Cen-
tral de Venezuela, Dirección de Cultura, 1995.
376 p. : il. ; 22 cm.

Incluye bibliografia.

ISBN: 980-00-0875-6

l. ANIMALES MITICOS -- SIGLO XII. 2. BESTIARIOS--


HISTORIA --SIGLO XII. 3. ANIMALES --ASPECTOS
SIMBOLICOS. l. Título.

BC 06- 04- 95.


QIRECCION DE CULTURA
UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA
CARACAS, 1 995
1

1
l
rj

¡
'1

1
1

l
AAdriana

f
l~
1 .

1
:j

1
1
~
¡

~
1

)
1

1
PREAMBULO

Este libro es producto del estudio que vengo haciendo desde hace
ya varios años sobre el imaginario medieval. En la Introducción a.
Viajeros y maravillas. Lo maravilloso en la literatura de viajes me-
dieval, libro terminado en 1990 y editado en 1993 por Monte Avila,
decía que de ese estudio debían derivar también otros trabajos, uno
de ellos dedicado al imaginario medieval en la Conquista de América
y otro a la zoología y antropología maravillosas medievales. El prime-
ro, titulado El continente prodigioso. Mitos e imaginario medieval
en la Conquista americana,jue terminado en 1992 y publicado afi-
nes de ese año en Ediciones de la Biblioteca de la Universidad Cen-
tral de Venezuela. El otro, el relativo al imaginario zoológico y antro-
pológico medieval, se ha convertido en dos libros distintos: éste, sobre
el imaginario zoológico, y otro acerca de la antropología maravillosa.
Esteestudio del imaginario zoológico medieval lo terminé en su casi
totalidad a comienzos de 1993, con excepción del primer capítulo y
de varios detalles. Pero sólo lo pude retomar, revisar y concluir en los
últimos meses de ese mismo año. En cuanto al otro libro, el dedicado
al imaginario antropológico (y en el que se habla de enanos, gigan-
tes, hadas, hombres-lobos, aparecidos, vampiros, íncubos, súcubos,
monstruos clásicos, hombres salvajes y pueblos periféricos)jue termi-
·nado afines de 1994 y debería ser publicado por Monte AvUa para el
año próximo.
Como los otros trabajos mencionados en el párrafo anterior, este
estudio del imaginario animal en la Edad Media es resultado de mis
cursos en la Escuela de Letras de la UCV; y ha tenido como estímulo
constante el interés de mis alumnos de esa Escuela. El estudio del

7
Bestiario es tema que puede ser abordado desde muchas perspecti-
vas, algunas sin duda más complejas, profundas o enriquecedoras
que otras. He preferido en mi caso elegir la más sencilla: descriptiva,
basada en estudio directo y comparación de fuentes, y centrada en
una lectura literaria, simbólica y antropológica del tema. Lo he hecho
así porque he querido dirigirme a un público amplio, capaz de inter-
narse en este atractivo campo por la vía del conocimiento de los textos
y de este tiP_O de lectura abierta, que deja a cada quien la posibilidad
de projundzzar y enriquecer su visión del imaginario animal con
otras lecturas más exigentes pero que son mucho más útiles cuando
se las emprend; a partir de una información detallada y directa,
como la que aqul se brinda. ·
_Para la inuestigación he contado con el apoyo financiero del Con-
seJO de Desarrollo Cientifico y Humanístico (CDCH) de la UCV. He
INTRODUCCION
podido tener acceso a varios de los textos principales relativos al
estudio del Bestiario medieval y a ediciones o fotocopias de todos los
Bestiari~s funda~ntales. Quiero expresar, a propósito de ello, mi
Para nosotros, hombres y mujeres de finales del siglo XX, testi-
agra~eclmiento mas profundo a Inés Quintero, quien con la gentileza
gos y herederos del industrialismo que empezó a transformar a
Y c;alldad ~u~na que la caracterizan se ofreció a fotocopiar para
fondo el mundo y la historia desde hace apenas dos siglos y medio;
ml, en la Bzblwteca del Congreso en Washington, donde debía reali- que vivimos en un mundo artificioso y casi completamente urbani-
~ar_ una pasantía de varios meses, diversos materiales que me eran
zado; que habitamos en ciudades hechas de cemento, vidrio y hor-
ln~lSpe~bles para ter~inar este libro: y a quien de manera por de-
migón, con pocos parques, llenas de autos, aire contaminado y
. mas abuswa sobrecargue de trabajo, aprovechándome de su genero- grandes edificios; que nos hemos venido aislando y separando del
sa oferta. Quiero agradecer también a Giovanna Mérola, Directora de campo y en general de la Naturaleza, excepto al tomar ocasionales
Publicaciones de la Dirección de Cultura de la UCV, todo el interés vacaciones; que vemos pocos animales salvo perros y gatos co-
que puso en la edición de este libro y toda la gentil colaboración que
rrientes o pobres pajaritos enjaulados, y que si alguna vez vemos
me brindó al respecto. otros distintos es a través de barrotes de zoológicos o documenta-
les de televisión, resulta en verdad muy dificil comprender -en toda
Vladimir Acosta su cotidianeidad, variedad y riqueza de manifestaciones-la impor-
Caracas, marzo de 1995. tancia que han tenido los animales en toda la cultura e historia
humanas previas al triunfo del industrialismo que dió origen a
nuestro mundo actual; y sobre todo la estrecha y compleja
relación que han guardado esos mismos animales con los seres
humanos de las más diversas sociedades a lo largo ·de muchíslmos
milenios.
Los animales han sido en efecto parte indisociable de la cultura
y de la historia humanas desde· los orígenes mismos de éstas: Jos
primeros hombres vivieron en un mundo dominado por la presen-
cia de ariimales de los que apenas empezaban a diferenciarse; sus
p;r:imeros·vestidos fueron las pieles de algunos animales, en un
principio-'cazados y luego domesticadQf?; su alimento temprano fue
la carney luego la carne y la l~che de diversos animales; entre sus
primeras herramientas estuvieron las hechas con cuernos o hue-

8 9
sos de animales, al lado por supuesto de palos y de piedras talla- nación; y sobre todo :rnr sus necesidades e intereses mate.riales.
das; sus primeras obras artísticas fueron las representaciones de ,Desde tiempos remotos los animales fueron vistos como tem~les o
animales asociadas a la caza y a diversos rituales de magia, que inofensivos, como útiles o dañinos, admirables o despreciables,
han sobrevivido en numerosas cavernas de la llamada Edad de Pie-
puros o impuro~, como cercanos y semejantes al hombre o co~o
dra;:_sus primeros dioses fueron casi sin duda animales o seres an-
distantes y diferentes de él; y a partir de estas lecturas, y recrean-
tropómórficQ.s, ligados a tempranos y curiosos cultos totémicos..
dalas y enriqueciéndolas en base a su d~sarr?llo cult~r~ y a su
Los animales fueron pues primer y esencial componente de la vida conocimiento de nuevas situaciones y animales, trabaJo sm cesar
y del_iJnaginario humanos. La presencia e importancia de aquéllos
la fantasía de hombres y mujeres.
es previa a la de las plantas, dada la condicion original del hombre Los animales "buenos", esto es, los domesticables o explotables
como cazador. Es más adelante, con la agricultura y la alfarería,
por el hombre, fueron domesticados y explotados. Los "~alas:',
con la imposición de la alimentación vegetal y de la vida aldeana y
esto es, los no domesticables o explotables, fueron en cambio term-
sedentaria, que entran de lleno las plantas en la vida cotidiana y
dos, rechazados o perseguidos. Pero unos y otros generaron un
en el imaginario humanos, sin que por ello deje de enriquecerse el
ligado a los animales. rico imaginario. Igual pasó con los animales admirados y los d:s-
preciados con los puros y los impuros, con los cercanos y los leJa-
Pero los hombres hicieron siempre de los animales -puede decir-
nos; cons~rvando a la larga éstos m.ayor interés ~a~inario que los
se qu~ desde un comienzo, desde que empezaron a separarse de
que se iban haciendo cotidianos, pese a que aquellos fueron en fin
ellos y a cazarlos y luego a domesticarlos, desde que empezaron a
de cuentas los más generadores de mitos y leyendas, seguramente
experimentar frente a ellos sentimientos de índole diversa y a me- por ser los mejor conocidos, los más.asociados al mundo humano,
nudo contradictoria- lecturas centradas por completo en la hu-
a su vida, a sus necesidades y trabajos. 1 •
manidad y nunca o casi nunca en los animales por ellos mismos. .Cazándolos o matándolos para obtener de ellos alimento, vestl-
No cabe duda de que esto ha sido muy perjudicial para los anima-
doo herrramientas; huyendo de los más peligrosos, o enfrentándo-
les, vistos y (mal)tratados ~partir de· la mora~ y sobre todo de los
los sólo en grupos; sometiendo y domesticando a diversas e~pecies
intereses human~ (y hoy a punto de desaparecer, al menos mu-
y aprendiendo a vivir con ellas; explotándolas y creand? asi fuen-
chos de ellos). Pero también es verdad que ~llo hizo posible la cul-
tes más seguras de abastec~ento de producto~ y de objetos nec:-
tura y la historia mism~, inconcebibles sin animales y sin plantas
sarios, los hombres, desde epocas tempranas, Integraron los a~­
Y sin el aprovechamiento y empleo de unos y otras por los hombres
males a su mundo, a su vida y su cultura. Muchos de ellos. (term-
en las más variadas facetas de su vida (aunque sí con una relación
dos admirados, indispensables, aunque a menudo muy comentes)
menos destructiva y contaminante entre el hombre y su entorno
animal, vegetal y ambiental en su conjunto). Además, -y esto es lo
fue~on tenidos por dioses, ligados a cultos mágico-religio~os,. o vis-
tos como antepasados de los propios hombres, d_ando asi ongen a
que más nos interesa ahora- es claro que fue precisamente de esa
formas de tzoolatria.y de totemismo, fuentes a su vez de mitos y le-
relación y de esa histo:pia, (y sobre todo de esa capacidad. para
yendas, esto es, de fon:nas del imaginario cuyos ecos aun podemos
apreciar a los animales ª-partir de parecidos reale§ o presuntos
c?n l?s ho~bres; de temores, fantasías, adoración, respeto, despre-
Cio o creencia en conductas misteriose,s; y de lecturas fantasiosas 1 La cuestión es importante porque a primera vista parecería más, lógico pensar que el
de experiencias vividas contra ellq~, o junto a ellos) que deriva imaginario asociado a los animales exóticos es más rico que el asociado a los animales
corrientes cuando es en verdad al revés. al menos en la mayoría de los casos: esto es que
todo el !,maginario animé':!_l, el cual ha sido -desde hace ya milenios- resulta m~cho más rico el imaginario (por lo menos el imaginario más antiguo) asociado a la
uno de los aspectos más originales y ricos del imaginario humano_!.¡ vaca, al toro y al caballo, animales corrientes en casi todas las cultura$. que el que tiene que
No es por supuesto nuestra intención estudiar las fuentes, los ver con animales raros, como un_~omtos: o muy poco accesibles, como ballenas. Por sup~esto
que en otros casos es más variable la condición de animal corriente o raro, familiar o exotico,
rasgos o el desarrollo del imaginario animal, pero sí vale la pena pues para el mundo ~uropeo occidentglleones y elefantesfueron bestias raras o distantes
destacar -como parte de esta corta introducción- la importancia mientras resultaban coitdtanas para muchas culturas asiáticas o africanc¡LS. ¡Y aun en el caso de
las ballenas poca duda cabe que hay menos imaginario asociado a ellas entre los pueblos
decisiva que sobre el mismo tuvo siempre esa casi inevitable lectu- mediterráneos que entre los costeros y los que se dedican a cazarlas. De cualquierforma es
ra de los animales a través del prisma representado por el hombre: mucho más rico el imagmario asociado al elefante entre esas culturas asiáticas o africanas que
PJ2J sus sueños, por sus pesadillas, miedos y alegrí~; por su imagi- el que se le asocia en las culturas occidentales europeC!§, en las que toros, lobos y osos,
animales corrientes en Europg., tienen en cambio bastante más importancia como sujetos del
imaginario, como tema de mitos, leyendas y supersticiones_,)

10
11
apreciar, no obstante el tiempo transcurrido desde entonces. al instinto, a lo primario, a fuerzas profundas presentes en el hom-
Viviendo entre animales de los que apenas comienzan a distin- bre y capaces de dominarlo y dirigir su vida si el espíritu, 'lo verda-
guirse, los hombres y mujeres de las primeras sociedades, que do- deramente humano', no era capaz de someterlas con esfuerzo,
minan a los animales y los explotan, pero que con ellos. conviven educación, moral y ªpetencias religiosa~. Los animales -y en parti-
haciéndolos parte de sus sueño_§, de sus temores, de sus 1r.itos cular algunos monstruos- terminaron r_epresentando la más
religiosos y festividades, de sus luchas y de su trabajo y vida coti- temible e incontrolable fuerza human--ª: el sexo; y reprimir el sexo y
diana, se identifican con muchos de ellos y descubren en ellos una sus pulsiones más allá de lo que las sociedades y los intereses eco-
estrecha relación con la Naturaleza y una sabiduría profunda, que nómicos, morales o religiosos dominantes en ellas estaban dis-
no es otra cosa que instintiva adaptación a aquélla, pero que sirve puestos a permitir se fue convirtiendo en parte_estructural del ser
de base a tempranas y variadas lecturas de los animales como de hombres y,gobre todo de mujeres, pronto sujetas al dominio de
símbolos. Pero esa estrecha convivencia entre humanos y animales -::éstos, a veces no muy lejano del ejercido sobre algunos animales.
permite también a los hombres descubrirse a sí mismos por medio Psicólogos contemporáneos como Jung y otros estudiosos de la
de los animales, encontrando, gracias a una facultad que aun no llamada psicología profunda han puesto de relieve esa estrecha
hemos perdido; rasgos humanos en los animales y rasgos animales relación entre animales, sueños, fantasías diversas, represión, pe-
en los hombres. Nuestros cuentos de animales y nuestras fábulas, sadillas, ascenso a la superficie de lo psíquico inconsciente, y esos
tanto _las antiguas como las modemas, tienen su fuente en ese arquetipos mentales que se hallan presentes en las culturas y
contexto remoto y primario, y no parecen haber perdido nada de seres humanos de las más diversas épocas, como serpientes, dra-
su vieja fuerza originaria. . gones, bestias devorantes y seres engullidores. ,
Componentes de ese imaginario, en etapas de la formación del En el mundo cotidiano los animales siguieron siendo a lo largo
mismo que no parece posible distinguir con mucha claridad, fue- de los siglos adorados o temidos, sacralizados o ~ecrados, pero se
ron los t~rrores ancestrales, la simbolización, la creación de seres los siguió asociando siempre a formas del imaginario. Soporte físi-
híbridos producto de la fantas~ y deTa espiritualización religiosa co de avatares o metamorfosis de dioses y a veces de sus hechos
_que intentó distinguir de modo radical entre hombres y animales )j heroicos o galantes; encarnaciones de seres humanos sujetos a
Los terrores ancestrales del hombre, a la noche, a la muerte, aT metempsicosis, de espíritus o demonios; montura de héroes y gue-
abismo, a ser engullido o desgarrado, dieron origen a monstruos, rreros; objeto de caza, explotación regular o sacrificio religioso; ins-
casi siempre producto de complicados procesos de hibridación a trumento de adivinación del futuro a través de la lectura de sus
partir de animales reales, de sueños y experiencias.• El <;onocimien- conductas o de sus entrañas, todo ello siguió haciendo de los ani-
to acumuladg acerca de los animales, acerca de su extraña sabi- males -desde las sociedades más antiguas hasta las grandes cultu-
duría, acerca de su identificación con la ip.sondable Naturaleza y ras de egipcios, mesopotámicos, persas, indios, chinos, griegos, he-
acerca de sus similitudes con los seres humanos alimentó las lenísticos y romanos- una parte indisociable de la vida y del imagi-
muchas posibilidades de hacer de ellos símbolos, y de sólo enten- nario de esas diversas sociedades.
derlos como tales. La espiritualización religiosa más elaborada, en En ellas el imaginario no excluyó por supuesto el conocimiento
s~s D?-uy diversas formas, y luego la propia especulación filosófica y y el estudio más propiamente científicos de los animales, aunque
Científica, elaboraron la distinción necesaria entre hombres y ani- es cierto que ambas dimensiones se confunden a menudo y que no
males, viendo a éstos como simples bestias al servicio del ser hu- es nada fácil separarlas. Las fantasías, creencias y supersticiones
mano y descubriendo en éste una parte bestial de obligatoria supe- se asocian a todo tipo de animales; y aun los más corrientes y
ración para alcanzar la plena condición humana. ..Pero también -al mejor conocidos de ellos siguieron conservando buena parte del
menos la especulación científica- hallando en los animales sobre imaginario generado por sus contactos iniciales con los hombres y
todo en los más evolucionadQ_s, similitudes profundas de estructu- reforzado por su relación usual con ellos desde tiempos muy remo-
ra Y funcio~es con el hombre, más atado así al mundo animal que tos. Lo cier;to, lo que viene ahora al caso, es que el imaginario, la
lo que quena suponer en forma interesada la especulación de tipo fantasía y la superstición ª-.iguen vinculados a los animales incluso
religioso. en nuestrp mundo actuaj, al menos en muchos casos, y que no
Una y otra insistieron de todos modos en asociar los animales obstante.·todo el enorme avance de la zoología logrado por la

13
Antigüedad greco-romana y sobre todo desde el inicio de los llama-
dos Tiempos Modemos, seguimos ignorando mucho sobre los ani-
males, seguimos conociéndolos mal, y seguimos compartiendo vie-
jas fantasías y supersticiones relativas a ellos con algunas socie-
dades del pasado pre-industrial, a veces con las más remotas.
La Antigüedad clásica y la Edad Media, puntos claves de referen-
cia para nuestro saber sobre mundo animal e imaginario zoo-
lógico, dieron a los animales una enorme incidencia en el arte y la
literatura, ~n el mito, en la fábula y el cuentQ, en la leyenda y en la
tradición, en el tratado enciclopédicg y en el relato de viajes las
más de las veces fantasioso, recolectores uno y otro de informacio-
nes serias mezcladas con imaginariQ~La importancia del imagina-
rio medieval es esencial a este respecto. _No sólo porque el cristia-
nismo del medioevo recrea y reformula en gran medida el viejo ima-
ginario clásic_o, heredado de griegos y romanos y conservador de CAPITULO!
remotas creencias orientales sino también porque en fin de cuen-
tas es el que nosotros, occidentales del fin del siglo XX, hemos EL MUNDO DEL BESTIARIO MEDIEVAL,
heredado.. FUENTES Y TEXTOS, FISIOLOGO Y BESTIARIOS,
El cristianismo implica en lo esencial un franco rechazo de la CLASIFICACION DE LOS ANIMALES
exaltación de los animales y una clara subordinación del mundo
animal al hombre. Este es superior como imagen que es de Dios, El imaginario zoológico es uno de los campos más ricos del ima-
en tanto los animales son inferiores, es decir, bestias, aun cuando ginario medieval. En efecto, la época que con mucha arbitrariedad
expresen el estado de Naturaleza y la sabiduria asociada a éste, lo seguimos llamando Edad Media, esto es: los siglos que, se suceden
que puede ser útil para el hombre. Lo que domina en ellos es la entre ~_1 fin del Imperio Romano de Occ1dente y el per~odo que de
]:)estialidad, de la que el hombre debe alejarse para ser verdadera modo no menos arbitrario llamamos Renacimiento, estan cargados
criatura de Dios y no verse reflejado en ellos.J de imaginario; y en éste tuvo particular significado el relativo al
Sólo que no obstante sus esfuerzos ·por tratar de extirpar el cul- mundo animal, a menudo llamado en forma un tanto despectiva
to pagano a los animales -tanto el clásico greco-romano como el mundo de las bestias o Bestiárlb. Lo que podríamos llamar la zoo-
más tradicional de los pueblos no cristianos europeos luego cris- logía maravillosa medieval, y que es lo que constituye el tema de
tianizados- también el cristianismo debió el?- este campo transigir este libro, es un can;tpo de excepcional valor y de una riqueza e~or­
con las arraigadas creencias populares y resignarse a asimilarlas y me, por todo lo que en él tiene que ver con mitos, leyendas Y srm-
adaptarlas. Ello hizo posible que nos fuese transmitida almenas, bolos; y por todos los motivos y temas literarios que se derivan ~e
como creencia viva, parte de la riqueza del imaginario antiguo so- él o que de algún modo con él se relacionan. Esos temas, de mas
bre los animales, aunque vista y filtrada, por supuesto, desde eljn- está decirlo, se encuentran todos teñidos por la lectura que hizo de
terés de la Iglesiª. Y hasta permitió a aquélla enriquecerse, con el ellos el cristianismo medievé!J; y se desarrollan en lo esencial a
auge cultural de los siglos del apogeo de la Edad Media, el cual re- través de esos pequeños y ,~uriosos tratados que la Edad Media
vivió -al menos desde el siglo X1J- la cultura antigua; con los viajes designó comoFisiólogos, Bestiarios, o enciclopedias animales.
a Asia y Africa; y con el ulterior descubrimiento -en un contexto
menos dogmático, más 'científico' pero siempre imaginativo- de LOS ANIMALES DEL BESTIARIO Y EL IMAGINARIO MEDIEVAL
nuevas culturas y sociedades, en gran parte tradicionales, como las
americanas pre-hispánicas, en todas las cuales el imaginario ani- Trataremos así acerca de la importancia de los animales como
mal tenía mucha importancia. vehículo de lo imaginario, de lo maravilloso, circunscribiéndonos
por supuesto al mundo y a la cultura medievales, en lo esencial

14 15
cristianos; y teniendo como base las obras antes mencionadas. armaduras, que asumen actitudes heroicas o risibles, todo lo cual
Rozaremos con ello ciertos temas de gran riqueza, como lo relativo dota a los animales que actúan como protagonistas de rasgos
a animales y maravillas; o como lo que tiene que ver con mons- imaginativos, lo cierto es que no hay aquí nada de imaginario, al
truos y prodigios animales o asociados a lo animal, igual que con menos de imaginario animal. De hecho lo que caracteriza a estas
lo que podríamos llamar g~grafia y topografía del imaginatjQ obras es el antropomorfismo animal al servicio de fines sociales o
animal, o de lo maravilloso zoológico. Pero en cambio excluiremos morales muy concretos y realistas. E.n estas obras los animales
por completo lo que sería más propiamente el estudio de los ani- reemplazan a los hombr~. asumiendo los papeles que a éstos
males en cuanto tales, en su verdadera existencia, en s~ verdadero corresponden; de hecho no son animales sino seres humanos con
aspecto físico, en sus auténticas costumbres y formas de vida. Esto formas animales, que encarnan cualidades o defectos -ya sean
resulta inevitable pues lo que escribimos no es en absoluto un fisicos o morales- de hombres y mujeres en abstracto; o incluso de
modemo tratado de zoología o de historia natural sino un breve sociedades muy precisas y de grupos sociales poderosos a los que
estudio del imaginario medieval asociado al mundo animal y a los se intenta criticar por esta vía sesgada y bastante menos peligrosa
animales, ya se trate de animales reales o de seres por completo que lo que habría sido una crítica directa_J
imaginarios. Haremos empero rápidas referencias a esta dimensión En estos casos, por lo demás, como ocurre por ejemplo en el
propiamente zoológica en aquellas ocasiones en que el contexto Roman de Renart~ el mensaje es directg, el animal 'habla' porque es
mismo nos lo imponga o en que creamos necesario aclarar confu- imagen de un hombre, cosa que no causa sorpresa ni tiene nada
sas afirmaciones del Bestiario. de prodigioso, ya que es una convención necesaria y admitida..:J
Nos serviremos po.r supuesto de una larga secuencia de textos Además los animales que participan del relato suelen ser siempre
literarios relativos al mundo animal antiguo y medieval, particular- los corrientes, todos ellos por supuesto reales y a menudo dema-
mente de Fisiólogos y Bestiarios, lo mismo que de enciclopedias o siado corrientes: zorros, lobos, gallos, gallinas, perros, osos, leones.
tratados, y en general de obras que dejan espacio al imaginario Tendría muy poco sentido en este tipo de obras incluir a un
asociado a los animales. Pero de una vez por todas señalamos que unicornio o a una mantícora, y en general a cualquier animal de-
en cuanto respecta a textos literarios, excluiremos todos aquellos masiado exótico, pues ello alteraría el sentido y los objetivos de la
-y no son pocos- que utilizan a los animales para intentar ;recrear historia. 2 No hay, pues, realmente en estas obras nada de maravi-
a través de ellos y de sus supuestas conductas tanto la naturaleza lloso; y el simbolismo existente resulta demasiado simple, orienta-
o condición humanas como la sociedad de los hombres, por lo ge- do como está hacia otros objetivos como son~~ sátira o la crítica
neral a fin de moralizar o de hacer Q_rítica social_: Esto es, que deja- social o mor§!)., temas estos que por interesantes que sean,~ vistos
remos de lado los :(~bularios, del tipo que sean (ya se t~ate de desde otra perspectiva, escapan por completo a nuestro tenia y
Esopo, de Fedro, o de la versión medieval del primero de ellos -un objetivo actuales.
Ysopet- compuesta en el siglo XII por María de Francia). De igual Como apuntamos ya, los textos que estudiaremos y discutire-
forma omitiremos utilizar las muchas y a menudo interesantes mos serán Fisiólogos, Bestiarios y enciclopedias medievales. Pero
obras de ~rítica social medieyal que se valen de animales para sus acudiremos también con cierta frecuencia a obras como mapas
objetivos, como es el caso de Calila y Dimna o del Roman de Renar(;j medievales, y a productos literarios de diverso género, ~_amo son
para no citar sino las dos más conocidas e importantes.! novelas o romances, textos didácticos, poemas.-1Nos apoyaremos
Las razones de esta omisión voluntaria nos parecen claras y por
entero pertinentes: porque no obstante que en ellas aparecen ani-
2 Es cierto que en el Calila y Dtmna se hace referencia en una corta fábula al simurgb,. el ave
males que hablan, intrigan o combaten, ql.J_e se visten con ropas o maravillosa de la fJ.!-ltología pers_a. presente en el Shah Namah de Ferduzi; pero esto no cam-
bia nada al asunto, pues aquí el ave mítica sólo es mencionada como reina de las aves a la que
éstas acuden para que castigue a la marea que hapeljudicado a una especie de humilde cJ.wrli-
1 Pero igualmente podríamos citar a este respecto, como obras que dejaremos de lado, al tg. Gf. A.bdalá Benalmocaffa. Calila-y Dtmna. V. cap. l. El león y el buey. edición de Marcelino
Ecbasis captlvi, poema lorenés del siglo XI. cuyo protagonista es un ternero escapado del Villegas.•A.lianza Editorial. Madrid, 1991. pp. 132-135. Es Vi/legas quien afirma. siguiendo la
establo; y sobre todo algunas obras más importantes, más conocidas y menos viejas, todas reputada edición de Silvestre de Sacy, París, 1816, que las aves acuden al simurgh, pues la
ellas españolas, escritas ya en lengua vulgar y asociadas a la tradición oriental derivada del versión castellana tradicional. la que mandó hacer Alfonso el Sabio en !2(31 -que es por cierto
Calila y Dimna, como son El Conde Lucanor, del infante don Juan Manuel, y el Llibre de les una versión algo edulcorada y poco fiel- habla de halcón oriol y no de simurgh. CJ. Calila y
Besties (Libro de las Bestias) incluido en el Llibre de Maravelles {Libro de las Maravillas) del Dimna,, Colección Crisol, A.gullar, Madrid. 1945. cap.lll.pp. 147-151. en la cual, por lo demás,
catalán Ramón Llull (Raimundo Lulio). no se habla de 'marea' sino de 'mayordomo del mar'.

16 17
conducta, pero sólo como pretexto para mostrar en base a ellos
igualmente en obras de arte, como miniaturas, pinturas y escultu- esas mismas cualidades o defectos) sirven para moralizar, es decir,
ras de templos o conventos~ Y sobre todo usaremos mucho los tex- que ·-su verdadero objetivo no es científico sino religioso; (por lo
tos Y rela!o~ de viajeros, en especial de viajeros al Oriente, los cua- general cristiano, sin olvidar por supuesto que hay asimismo Bes-
les s?n basicos para nuestro recorrido por el imaginario animal del tiarios musulmanes); e) 'es una obra que trata tanto de animales
medioevo, dado que esos viajeros, reales o ficticios, describen en reales como de animales ficticios o maravillosos, es decir, que en el
d~talle -y a menudo .con rica fantasía- el mundo distante y prodi- Bestiario se hallan desde animales de existencia indiscutible y a
~oso en el que precisamente habitaba -según las gentes de esos veces cotidiana, como leones, caballos o perros hasta bestias cu-
sigl?s- la mayor parte de los animales más interesantes raros y riosas, exóticas e imaginarias, como mantícoras o unicomios, reu-
CUflOSOS. ' nidos unos y otras sin ninguna delimitación.
Las deficiencias de estas definiciones saltan a la vista, pues
todas son sólo medias verdades que dejan incluso escapar en parte
INTENTO DE DEFINICION INICIAL: FISIOLOGOS Y BESTIARlOS aspectos claves de lo que parece haber sido un Bestiario medieval e
EL FISIOLOGO, LOS BESTIARIOS Y EL BESTIARIO ' indispensables para su más adecuada comprensión.
l. Lo que ante todo nos llama hoy la atención es el carácter
Tanto ~os Fisiologos como los Bestiarios medievales se ocupan demasiado positivista y autosuficiente de esta primera definición
de los ani~ales; y. unos y otros tratan de ellos desde perspectivas crítica -procedente del siglo XIX y repetida en forma mecánica
:n .lo esencial eq~Ivalen~es. ~~r? existen entre los primeros y los desde entonces- la cual caracteriza a los Bestiarios medievales
ultimas algunas diferencias significativas que no deben ser olvida- como simples obras de P§eudo-cienciª, vistos por supuesto a la luz
das. La que resalta ante todo es que el Fisiólogo es anterior a los de los patrones científicos del siglo pasado. Olvidando así no sólo
Be;;tiarios, les sirve de alguna manera a todos ellos de base y es las peculiaridades de las nociones científicas propias del medioevo
mas escueto. que la mayoría de estos últimos; además -i¡.¡cluye sino algo más grave: la relatividad de toda ciencia, que hace que
yegetales Y mmerale§, pu~s se define a sí mismo como un 'fi~iólQgo', -por mucho que se haya avanzado en este y otros terrenos desde
esto es, .com? un naturalista; y a su obra como un pequefto trata- los siglos medievales- @ nuestra tampoco sea la forma definitiva
do de hi~tona naturaLJLos Bestiarios en cambio son más moder- del saber científico,:. Y olvidando de paso también el hecho de que
n_os, den":an en todo o ~n parte del Fisiologo en alguna de sus ver- viejos conceptos o ideas son recreados a veces, siglos después, en
smnes onginales, y practicamente se reducen al mundo animal· contextos más modernos, cobrando dentro de ellos nuevas faculta-
aunque no en todos los casos, pues -y esto, como luego veremos' des explicativas que parecían haber perdido tiempo atrás.
es un elemento importante- para los autores medievales las fronte~ No cabe duda de que los Bestiarios medievales eran científicos
ras entre el reino animal y el vegetal o entre el animal y el mineral para el público de esos siglo§, y de que funcionaban como tales
no estab~ siempre definidas de manera clara, como pensaron por dentro de los parámetros de entonces, dominados por una perspec-
e~ contr~o e? forma algo dogmática los autores racionalistas de tiva de corte libresco y por el uso en general poco crítico de autori-
siglos mas recientes. dades antiguas o cristianas, pero en los que se cultivaba por ello -y
Otro problema que conviene abordar desde ahora es el relativo a se desarrollaba al mismo tiempo- mediante cortos avances, comen-
la fo~a usual en que las obras modernas definen a los Bestiarios tarios y críticas sutiles, un viejo saber no del todo desdeñable, pro-
n:edievales. Con unas pocas excepciones, como T. H. White, Igna- veniente en su mayor parte del mundo clásico gr:eco-roman,Q, que
CIO Malaxecheverríª y alguno que otro estudioso, la casi totalidad lo había recopilado por cierto en forma más sistemática, crítica, y
de l?s au~ores contemporáneos que han estudiado el Bestiario experimental, y en el que se hallan de algún modo algunas bases
I?-e~Ieval suelen caracterizarlo-cficiendo al respecto que todo Bes- de nuestra zoología moderna. Por supuesto, sin pretender en abso-
hano: a) es una obra de pseudo-ciencia, vale decir, que es siempre }uto por ello que los Bestiarios medievales tengan algún valor cien-
un tratado preten~idamente científico acerca del mundo animal; b) tífico, o que sirvan hoy a otra cosa que a mostrarnos un imagina-
e~ una obra moralizante; esto es, que en él los animales, descritos rio muy rico y un dominio casi absoluto de patrones cristianos
Siempre.menos en fu.ncion de su aspecto fisico que de sus presun- sobre el mismo. Pero sin olvidar tampoco que mucha de nuestra
tas cualidades o defectos (o aun de su aspecto fisico y su supuesta

19
18
ciencia actual o de nuestra divulgación científica -y no sólo la más mentas del Creador para indicarle a la Humanidad el buen camino
vulgar- resulta a menudo pseudo-ciencia, que hace pensc:r un que debía ser seguido o el malo que debía evitarse a toda costa.
poco en los Bestiarios de los siglos medievales, y que desempena en Pero lo más interesante en este campo es que aun siendo ve~dad
estos tiempos cientificistas funciones no muy distintas a las juga- que en la casi totalidad de los Bestiarios los animales .en realidad
das entonces por aquéllos. no eran considerados por sí mismos (esto es, como animales;~ al
2. El segundo rasgo que estas definiciones usuales atribuyen a margen de rasgos o conductas leídos por el hombre como negativos
los Bestiarios, esto es, la condición de ser obras de carácter morali-
0 positivos) sino como signos o símbolos, ocur:e con ell~s lo que
zante, es el más acertado de los tres. En general puede decirse que sucede con todos los símbolos: que son ambiguos, polivalentes,
es cierto que los Bestiarios son moralizantes, o que moralizan a que a veces determinados animales son signos o símbolos de ~g? Y
partir de la descripción somera que hacen de los animales y sus poco después o al mismo tiempo lo son de cosas opuestas o dist~n­
presuntos rasgos o conductas. Pero debe reconocerse que ello no tas. De allí que haya en este terreno tantos m~tlces, tantas dife-
acuiTe siempre. El ejemplo, usualmente citado por los autores rencias tantas dudas y contradicciones. De alh que encontre~os
modernos que rechazan estas caracterizaciones tradicionales, es el tanta riqueza simbólica, tanta variedad e~ :~ imaginC:rio animal.
del llamado Bestiario de Amor, obra de la plenitud de la Edad Media De allí. en fin, que aun admitiendo la cond~c1~n mora~Izante ~e la
en la que, como veremos, la descripción de los animales, de sus gran mayo~a de los Bestiarios, re~ulte tan dificil reducrr esa IlllSma
rasgos y conductas no es usada para ninguna moralización o moralización a unos pocos y sencillos perfiles.
enseñanza religiosa sino para dirigirse a la mujer amada y para 3. El tercero de los rasgos presentes en la defmición usual de los
revelarle -en una obra de carácter francamente cortesano, laico y Bestiarios, en apariencia el más acertado, quizá sea sin embargo el
erótico-los diversos efectos o actitudes causados por su presencia más inadecuado o discutible. En efecto, si bien desde nuestra pers-
en quien la ama, que es, por supuesto, el autor del original Bestia- pectiva es válido señalar que en los Bestiarios medievales apa~cen
rio. Pero debe añadirse a esto que los mismos Bestiarios moraliza- animales reales, es decir, que existen realmente, al lado de anima-
dores no moralizan siempre y que hay además, a lo largo de los les imaginarios, esto es, que no existen o no han existido jamás en
siglos finales de la Edad Media, una especie de evolución de los parte alguna, esto carece por completo de sentido si se 1? ve desde
Bestiarios hacia las enciclopedias, obras que van dejando de lado la perspectiva de los Bestiarios, y de la gente, culta o Ignorante,
la dimensión más propiamente moralizadora y religiosa y que se que los leía o que utilizaba sus informaciones. Pa~a los aut?res de
orientan en forma progresiva y rápida hacia patrones más laicos, Fisiólogos y Bestiarios y para las gente~ d~ los s1glo~ medievales,
objetivos y científicos, esto es, a describir a los animales por sí todos los animales presentes e_n los Bestlano~ -p';les estos n? er~n
mismos, omitiendo corolarios o señalamientos morales (por su- obras de ficción sino pequenos tratados c1entlficos de h1stona
puesto, todavía siguiendo en parte los patrones librescos y autori- natural, como ya dijimos- eran reales; y no cabía la menor duda
tarios heredados y repetidos a lo largo de los siglos previos, pero acerca de la existencia de ninguno de ellos, aun cuando algunos
también tendiendo a recoger resultados experimentales y a absor- pudiesen ser raros o muy dificiles de ver, debido a su habitat o a
ber el conocimiento proveniente de viajeros de fines del medioevo, sus peculiaridades. Así, desde el punto de vista ~e los au__tores de
como Marco Polo, Jourdain de Séverac, Odorico de Pordenone y Bestiarios medievales y de sus lectores, tanta realidad habla en un
muchos otros). ciervo como la que había en un unicornio. . .. .
Así pues, es cierto que la perspectiva de los Bestiarios es de ordi- Pero visto el asunto desde más cerca, resulta que mas bien
nario la religiosa, en un contexto como el medieval, en el que todos (~ casi todos, si exceptuamos algunos demasiado cono?idos
ciencia y naturaleza resultaban inseparables de lo divino: de Dios y
0 cotidianos) los animales del Bestiario, tanto el ciervo comente
de sus enseñanzas morales para el hombre; en el que el mundo, como el misterioso unicornio, son animales imaginarios o están
como obra de Dios y como espejo de la Creación, estaba todo lleno cargados de imaginario, pues el aspecto y sobre todo los atributos
de misterios legibles; y en el que los animales, como parte de ese que les son acordados a todos ellos derivan en ?uena parte de la
mundo, servían en buena medida para permitirle al hombre descu- fantasía o de un conocimiento inadecuado, no solo cuando se tra-
brir esos misterios, sirviéndole de guía para lograr su salvación o ta de animales reales, como el tigre o el león, sino incluso <:uando
para evitar su condena, y revelando así su condición de instru- se trata de bestias fantásticas, como la mantícora, el dragan o el

20 21
unicornio, los cuales son en gran parte el producto de reunir en bien Francesco Zambon acerca del simbolismo animal presente
un solo animal ficticio los rasgos propios de algunos animales rea- tanto en los Fisiólogos como en los Bestiarios. El cristianismo_~.Il
les. Así, pues, tan imaginario es ese tigre o león del Bestiario como verdad tomó del antiguo simbolismo animal -y lo desarrolló desde
lo es el fantástico unicornio, el aspic o el basilisco que en él apare- su propia perspectiva-la doble idea de que el animal era por una
cen al lado de los anteriores. . parte inferior al hombre, esto es, bestia; y de que, al mismo tiempo,
Por ello, si queremos metemos de lleno en el mundo del Bestia- encamaba, incluso mejor que el hombre, la necesaria relación con
rio medieval, nos es necesario, al menos en forma provisoria, aban- la Naturaleza y con lo natural. Como criaturas inferiores al hombre
donar nuestra visión racionalista y cientificista según la cual el y sujetas a él, los animales o bestias eran representación de lo
tigre o el león son reales pero no lo son en cambio el dragón o el inferior en el propio hombre, y expresión de los vicios y pecados de
unicornio; y entender que todos ellos, esto es, los 'reales' y los 'ficti- los que éste debía huir para alcanzar el verdadero nivel humano;
cios' son al mismo tiempo las dos cosas: 'reales' porque su existen- esto es, que incluso en sus posibles cualidades no eran los anima-
cia no era puesta en duda, y 'ficticios' porque el imaginario y el les sino es bozos imperfectos de plenitudes sólo propias del ser
simbolismo dominaban en las descripciones de lo que se creía que humano. Pero al mismo tiempo el cristianismo recordó a menudo
eran su aspecto físico, su habitat y sus costumbres. que los animales (y con ello éstos perdían en gran parte la condi-
4. Un cuarto aspecto, que no es nunca señalado al tratar de ción de bestias) eran superiores al hombre en un pJano central: el
caracterizar los Bestiarios y que a nuestro modo de ver es muy de la fidelidad a la Naturaleza, a las normas naturales, a una
importante, es que el Bestiario o los Bestiarios tratan no de anima- suerte de sabiduría primorial y secreta que el ser humano perdió
les sino de bestias. El punto es muy importante porque desde la con el Pecado Original y la expulsión del Paraíso Terrenal, y que
Antigüedad clásica -y esto fue recogido y adoptado con gusto por el sólo se conservó en los animales, haciendo así que éstos pudieran
cristianismo medieval- se tendió a distinguir en el mundo de lo ser no solamente reveladores de los vicios humanos sino también
animado móvil, vale decir, en el de los seres vivos más evoluciona- de profundas enseñanzas morales aptas para mostrar al hombre
dos, entre animal y bestia, siendo en esencia animal el ser anima- los designios de la Divinidad. Es claro que tanto los Fisiólogos
do, el dotado de ánima o espíritu vital; y bestia en cambio el ser como los Bestiarios juegan con esta doble lectura. 3
carente de capacidad de raciocinio. Dicho de otra forma, que el 5. Unaspecto final a señalar es que no es válido hablar de "el
hombre era animal pero no bestia, pues aunque superior a todos Bestiario medieval", al menos si por ello entendemos alguna obra
ellos compartía con los otros animales la condición de ser dotado específica. De hecho lo que existe es una larga y rica secuencia de
de ánima o espíritu en tanto que estaba por encima de ellos dada Bestiarios, que, dado que tratan todos del mismo tema e igual que
su condición de ser racional, lo que no era ningún otro animal. El pasa con otras obras medievales (y no sólo medievales, por supues-
que los Bestiarios medievales traten acerca de bestias implica pues to) se copian y repiten unos a otros, pero sufriendo también ligeras
que los animales son vistos y descritos en ellos en su condición de y a veces hasta i:rnportantes modificaciones (en este caso se trata-
seres inferiores al hombre, opuestos a él, carentes de razón y ría de que en ellos ciertos animales aparecen o desaparecen, de que
hechos por Dios para servirle o mostrarle aspectos del mundo y la otros cobr~ o pierden ciertos rasgos físicos o de habitat, o bien
Naturaleza que deben serie útiles. Por importante que sea el tosco adquieren caracteres simbólicos nuevos o diferentes a los tradicio-
saber cristiano y el simbolismo religioso que los impregna, los Fi- nales). El Bestiario medieval sería entonces el conjunto de obras,
siólogos, herederos de esquemas derivados del saber del mundo Fisiólogos incluidos, que se ocuparon en los siglos medievales del
clásico, hablaban todavía de animales, al menos formalmente estudio de los animales, estudio que se pretendía científico, pero
aunque ya en ellos éstos queden de hecho reducidos a simples bes~ que estuvo todo cargado de imaginario y rica fantasía, de dogma-
tias. Los Bestiarios medievales, en cambio, sólo hablan de bestias tismo religioso, de simbolismo cristiano y de objetivos moralizan-
brutas, de meros símbolos, de seres irracionales e inferiores, los tes. El Bestiario medieval sería así incluso mucho más que la suma
cuales incluso cuando dan muestras de sabiduría lo hacen tan o reunión de los Bestiarios y Fisiólogos, pues ·sería necesario
sólo como instrumentos ciegos que son de los designios divinos,
dirigidos siempre al hombre.
De todos modos ello no debe hacemos olvidar algo que destaca 3 Cj. Francesco Zambon, ed., ll Fisiólogo (versión itn.Uana del Fisiólogo griego), Adelphl, Milán,
1982,pp.ll-15.

23
22
incluir en él -como haremos nosotros- toda una amplia gama de ciados al mundo animal y recogidos luego por los griegos; y que de
obras relacionadas con unos y otros y en las que el imaginario la Babilonia y de la Persia antiguas proceden por su parte ciertas
medieval está presente, como son enciclopedias o tratados relativos persistentes formas del imaginario ?-nimal como son. ~os t~ro~ al~­
al mundo animal, poemas y otras obras literarias, relatos de viajes, dos, las serpientes y dragones, las sirenas en su vers1on pmgen1a
miniaturas de manuscritos y vitrales, esculturas de templos o con- de mujeres-aves, algunos monstruos marinos como la ballena o
ventos, textos moralizadores que emplean motivos del imaginario aspidoquelonio, varios seres temibles como la quimera o el grifo, y
animal, y hasta grabados y pinturas renacentistas alusivos a te- también una serie de híbridos entre los que podríamos señalar a
mas de ese imaginario. 4 los raros hombres-escorpiones que aparecen en el viejo poema de
Gilgamesh.
LAS FUENTES DE FISIOLOGOS Y BESTIARIOS. REFERENCIAS 2. Igualmente antigua y rica es la oriental, procedente en lo
CULTURALES Y TEXTOS BASICOS esencial de la India antigua y luego, en tiempos más recientes, ya
en pleno medioevo -y en parte gracias a indios, árabes y persas- de
Señaladas estas cosas y definido así el campo del Bestiario, la China. De la India procede una gran parte de las bestias míticas
podemos ahora -antes de entrar de lleno en materia- detenemos y sin duda las más interesantes de ellas, descritas por los griegos
un momento en precisar algunas ideas acerca de las fuentes de clásicos y transmitidas por éstos a Occidente. Es el caso de laman-
que se nutrió ese Bestiario medieval y acerca de los textos en que tícora, de la centícora, de varios tipos de serpientes (llamadas por
se expresa, no sólo los que son propiamente hablando Fisiólogos y los indios nagas ), y sobre todo del unicornio, el fénix, el tigre y las
Bestiarios, sino también las enciclopedias antiguas y medievales y hormigas buscadoras de oro. De la China, por su parte, proceden
algunas obras estrechamente ligadas con ellos y a las que haremos diversos dragones, y sobre todo algunos interesantes temas icono-
referencia muchas veces a lo largo de las páginas que siguen. gráficos asociados al imaginario, como son las alas de murciélago
que llevan los demonios.
A. Fuentes. 3. De enorme importancia es la greco-helenística y romana
clásica, también muy rica, y caracterizada no sólo por su condición
El tema de las fuentes del Bestiario medieval es demasiado largo de creadora de varios recurrentes temas sino también por su carác-
y complejo para abordarlo aquí, y apenas haremos unas necesarias ter de recopiladora y receptora de diversas influencias, en especial
y cortas referencias al asunto. Las fuentes del imaginario animal orientales tempranas. Así, del mundo griego o greco-romano clási-
medieval presente en Fisiologos, Bestiarios, enciclopedias y textos co toma el Bestiario medieval no solamente la descripción de ani-
históricos, religiosos, literarios o artísticos son por supuesto mu- males reales diversos que la Europa medieval no conoció sino en
chas y diversas; además corresponden a grandes áreas culturales forma libresca (como cocodrilos, camellos, leones, tigres, jirafas y
asociadas a la historia de la Antigüedad y de la propia Edad Media; hienas) sino igualmente una serie de monstruos imaginarios aso-
y se encuentran por último cruzadas por influencias y por penetra- ciados a la cultura y a los mitos griegos, como centauros, sirenas,
ciones múltiples. Podría hablarse básicamente de seis grandes arpías, caballos alados; o como la Hidra, Cerbero, y Equidna.
fuentes culturales del Bestiario medieval: 4. Igualmente significativa es la judea-cristiana, quizá no tanto
l. La más antigua de ellas es la babilónica y egipcia, prolongada por su riqueza intrínseca, ya que casi toda ella deriva de fuentes
de alguna manera hasta el mundo iraní o persa antiguo. Es sin egipcias, babilónicas, persas, orientales y sobre todo clásicas en el
duda muy importante y muy variada, pues sabemos que del anti- caso del cristianismo, sino por la forma en que reformula casi to-
guo Egipto derivan -entre otros- varios motivos antropomórficos, dos los temas del imaginario animal así recogidos para leerlos en
como dioses de cabeza de perro, de leona, de halcón, de chacal, de clave cristiana, la propia del Fisiólogo y de los Bestiarios y enciclo-
cocodrilo, de gato, lo mismo que distintos temas imaginarios aso- pedias medievales. Algunos de los animales más directamente aso-
ciados a e.stas fuentes son los dragones y las serpientes demoniza-
dos, igual que el Leviatán y el Behemot judíos, o el unicornio cris-
tiano, d~rivado del re'em hebreo, versión, como veremos, del riTTUl
4 Sigo en lo esencial a este respecto el criterio concisamente expresado por Ignacio Malaxeche-
verria en el estudio con que acaba su excelente antología de Bestiarios medievales. Cj. Ignacio babilónico.
Malaxecheverría, ed., Bestiario Medieval, Siruela, Madrid. 1986, p. 207.

24 25
5. Bastante menos importante pero no por ello desdeñable es la
pagana europea, en lo esencial céltico-germánica, que en realidad
-al menos en la forma en que la conocemos- es bastante tardía, 1. Textos previos sobre mundo, simbología y leyendas animales.
Fuentes del Fisiólogo.
por completo medieval, y que fue rápidamente cristianizada. Sus
temas principales en lo relativo al mundo y al imaginario animal
son los ligados a dragones, lobos, osos, serpientes, y a monstruos Producto del medio sincrético y rico en que se elabora, el Fisiólo-
marinos. También a unos cuantos animales, corrientes o maravi- go es obra que recoge diversas infh~enc~as y q~e. en el terreno de l.a
llosos, asociados a dioses: el terrible lobo Fenrir, el caballo de ocho descripción de animales y del imagmano zoologico que le:' caract~n­
patas llamado Sleipnir, usual montura de Odín, o el par de cuervos zan es sin duda tributaria de una serie de obras e Influencias
que siempre acompañan a este último. E igualmente los toros, culturales, pues tanto el mundo judeo-cri~tiano como .el m:1ndo
cuervos, gatos, cerdos y otros muchos animales que conviven con clásico greco-romano y oriental que confluian ~n la AleJandna de
los héroes en los mitos irlandeses. los siglos formativos del cristianismo, se h~bian re~elado. como
6. También reciente pero mucho más rica e importante es la ára- culto res de realidades, mitos y leyendas relativos al remo ammal Y
be, y en general la musulmana, medieval aunque con referentes de sus relaciones reales o ficticias con el hombre. El tema de las
antiguos, y asociada sobre todo a la transmisión de numerosos fuentes del Fisiólogo es, pues, campo de gran riqueza e interés; Y
motivos orientales y greco-romanos; pero asimismo difusora de mo- resulta particularmente indispensable para quienes.como no~,?tros
tivos propios asociados al imaginario animal, algunos de ellos de intentamos dar al menos una idea aproximada de la evolucion de
gran riqueza imaginativa como el roe, el simurg, el árbol parlante, algunos de esos temas y motivos asociados al imaginario zoológicq
el wak-wak (árbol de frutos humanos), o diversas variantes del vie- que estudiamos.
jo tema de la ballena-isla. Pero este es otro terreno vasto, casi tanto como lo es el de las
fuentes· y ha sido por lo demás sistemática y ampliamente trabaja-
B. Los Textos. do por diversos autores, al menos desde el siglo pasado. Por tal
motivo puede decirse que ~rácticamente no ~a~ en este campo
Como hemos dicho ya varias veces, · los textos básicos son nada nuevo que añadir; razon por la que nos hmitaremos a hacer
Fisiólogos y Bestiarios, complementados con algunas enciclopedias un breve recuento de lo que nosotros mismos hemos buscado Y
medievales. Pero es conveniente referirse antes a algunos textos hallado en esos diversos textos antiguos que sirvieron de fuentes
que les sirven a aquellos de piso histórico, literario y cultural. Y básicas al Fisiólogo y a Bestiarios y encicloped~as animale~ ~edie­
luego a algunas otras obras, medievales en este caso, que los vales. Con ello sólo intentamos, pues, dar una Idea panorarmca de
enriquecen, como ocurre con ciertos romances, poemas, cartas, y la riqueza e interés del tema; y del camifl:o seguido -en e~ plano
sobre todo con diversos relatos de viajes. El campo relativo a Fisió- propiamente literario- por algunos de esos mteresantes mohvos del
logos y Bestiarios se ciñe básicamente al mundo europeo cristiano, imaginario. , , . . .
pero se mencionan también varios equivalentes musulmanes, por Los textos esenciales senan basicamente los siguientes: a) ante
su influencia e interés. Nos detendremos en el examen del Fisiólo- todo los textos clásicos, esto es, las obras de diversos escritores
go, pero veremos antes sus principales fuentes tanto paganas griegos, helenísticos y romanos que s~ c:cupan del mundo .animal,
como cristianas; y a continuación seguiremos una secuencia que que describen animales comunes y exoticos, y que recogen influen~
nos irá llevando desde las primeras enciclopedias y Bestiarios, cias ·egipcias y orientales relativas a estos temas, carg~dos, cas1
como las Etimologías de San Isidoro y el anónimo Liber Monstro- siempre de imaginario, pero centrad~s en, h~cer lecturas Cie~tí:ficas
rum, hasta los Bestiarios medievales propiamente dichos (de los
de los animales; b) los textos tambien clasiCos -a menudo msepa-
que mencionaremos sólo los principales, los que nos servirán de rables de los anteriores y de sus influencias- que se ocupan en
referencia constante o muy frecuente) y luego a hacer mención especial de mitos, simbología y leyendas animales; e) los textos
rápida de algunas otras obras asociadas al imaginario animal básicos del cristianismo (Antiguo y Nuevo Testamento, obras tempra-
medieval, como son la Carta del Preste Juan, los romances de Ale- nas de Padres de la Iglesia, algunos apócrifos de origen gnóstico o
jandro o los relatos medievales de viajes al Oriente. maniqueo, en especial los referente~ a Yi.ajes de los al?óstol~s. a
países distantes), que dan el marco srmbolico y el contemdo religio-

26
27
so cristiano para la moralización a partir de los animales (y las AC, menciona una gran cantidad de animales reales y míticos y de
piedras). Dejando de lado a la Biblia, citada a cada paso, y cuyas temas fabulosos asociados al mundo animal que ahora nos intere-
metáforas y simbolismo están presentes en cada animal, las obras sa: describe los loros y los guacamayos indios, los feroces perros
básicas serían así las de Heródoto, Ctesias. Megástenes, Aristóte- indios que enfrentan a los leones y los vencen, la mantícora, pro-
les, Plinio, Eliano y Salino. Nos referiremos pues en forma breve a bable versión fantasiosa del tigre, y los grifos que cuidan el oro.
cada uno de estos autores, a sus respectivas obras, a los principa- Describe diversas maravillas animales: gusanos devoradores de
les animales y temas del imaginario animal presentes en ellas; y bueyes y productores de aceite; ovejas de tan largas colas que
por último a laJnfluencia global de cada uno sobre el mundo de deben series cortadas porque si no los machos no pueden poseer-
Fisiólogos y Bestiarios medievales. las; serpientes supervenenosas y descomunales; pájaros cuyos
excrementos resultan mortales para el hombre. Es el primero en
Heródoto. mencionar al unicornio. Ctesias describe al crocotas etíope y al
elefante (de cuyo semen dice que al secarse se endurece como el
Aunque a menudo indirecta, su influencia sobre el Bestiario ámbar), describe largamente a los cinocéfalos u hombres indios de
medieval es muy grande, pues muchos de los temas imaginarios cabeza de perro; y también a los cinomolgos, bebedores de leche de
que es el primero en describimos se repiten, recrean y modifican a perra que aunque no son cinocéfalos, resultan ser de todos modos
lo largo de toda la Antigüedad y el Medioevo, apareciendo así en más pe~ros que hombres.
Fisiólogos, Bestiarios y enciclopedias, y hasta en algunos textos
literarios o poéticos. Conocido autor del siglo V AC. considerado Megástenes.
como padre de la Historia y de la Antropología, Heródoto describe
en sus Historias una serie de animales desconocidos hasta enton- Escritor ligeramente más moderno que Ctesias, y autor, como él,
ces por el mundo occidental; y recoge de paso una cantidad de de una Indika, Megástenes nos describe en ella con mucha fanta-
temas, leyendas y mitos animales que se cuentan entre los más sía una serie de animales reales y sobre todo muchos animales y
perdurables, conservados y repetidos luego por diversos autores temas míticos. En su obra se habla de tigres indios enormes, de
antiguos y medievales -y que describiremos en su lugar correspon- serpientes voladoras dotadas de alas de murciélago, de diversas
diente. Baste por lo pronto con mencionar los más conocidos: clases de monos indios, de grandes escorpiones y de otros tipos de
Heródoto es el primer autor occidental en describir al cocodrilo, al serpientes aladas. Megástenes describe la boa constrictor, el uni-
camello, al hipopótamo y al fénix. Es asimismo el primero en ha- cornio y el kartazonos (o rinoceronte), y también la anguila eléctri-
cernos conocer motivos animales como. el de los gatos que matan a ca; habla de las hormigas buscadoras de oro, ya mencionadas por
sus cachorros para seguir copulando con las hembras; el de las· Heródoto; y ofrece mucha información sobre el loro, el elefante y
hormigas buscadoras de oro; el de las serpientes aladas; el de los algunos otros animales indios: caballos gigantescos, asnos salva-
ibis que salvaron a Egipto de una invasión de aquéllas; el de las jes de gran tamaño; igual que sobre monstruos acuáticos variados:
víboras y su dr~ático coito bucal; el de los cachorros de leones ballenas, liebres marinas y tortugas. Otras bestias son dificiles de
que desgarran el útero de sus madres; el de los bueyes que cami- identificar, como el kerkión o el kelas. Su obra, de la que sobreviven
nan hacia atrás; el de las ovejas cuyos pesados rabos deben ser sólo fragmentos, como en el caso de Ctesias, es otra fuente funda-
llevados en carritos; el de los grifos guardianes de oro enfrentados mental del imaginario humano y animal occidental. Muchas de
a los cíclopes arimaspes; y el de las aves que llevan el cardamomo a sus fantasías e informaciones pasaron a los Bestiarios y enciclope-
sus nidos, siendo despojados de él por los árabes mediante una dias medievales a través de los autores helenísticos y romanos, del
hábil artimaña. mismo modo que sucediera con la obra antes citada de su casi
contemporáneo Ctesias.
Ctesias.
Aristóteles.
En su Indika, fuente fundamental para el estudio del imaginario
humano y animal, Ctesias, fantasioso autor griego del siglo V-IV Aristóteles no es precisamente un recopilador de mitos anima-

28 29
les. Sus obras son científicas y filosóficas. Pero en su Historia de los la oveja y el mono. El Libro IX estudia las especies acuáticas: balle-
Animales y en su De las Partes de los Animales y De la reproducción nas, tiburones, tritones, nereidas, delfines, tortugas, monstruos
de los animales, aparte de llevar a cabo un notable intento de clasi- acuáticos, la rémora, la morena, diversos tipos de peces, en su
ficación zoológica y recoger una riquísima y seria información de mayoría sin importancia para el imaginario, y las perlas (es decir,
naturalista referente a animales de todo tipo: terrestres y. acuáti- las ostras perlíferas ).
cos, insectos y reptiles, aves y mamíferos, reúne varios· motivos El Libro X se ocupa en cambio de las aves: avestruz, fénix, águi-
fantásticos o curiosos sobre los que en los siglos siguientes trabajó las, halcones, cuervos, búhos, grullas, pavos reales, palmípedos,
el imaginario antiguo y medieval; y habla hasta de algunos anima- aves migrado ras, perdices, loros, pichones, urracas, pelícanos, lo
les que hoy sabemos son míticos, como la mantícora o el unicor- mismo que de una serie de aves fabulosas; de los murciélagos,
nio, y a los que el genial filósofo, pese a su desconfianza por las incluidos entre las aves; y de un interesante tema que remonta a
fantasías de Ctesias, tuvo empero por animales reales. Aristóteles: el de la hostilidad o la amistad existente entre varias
especies animales, tema éste de mucho peso en la literatura medie-
Plinio el Viejo. val sobre las bestias. El Libro XI, por último, mucho menos impor-
tante para nuestros propósitos, se ocupa de los animales más
El gran recopilador de mitos animales y al mismo tiempo gran pequeños: insectos, abejas, gusanos, arañas y e~corpiones. En
enciclopedista y compilador del saber clásico acerca del mundo otros libros, en particular los comprendidos entre el XXVIII y el
animal es Plinio el Viejo, autor romano muerto en 79 DC, quien XXXII, Plinio se ocupa de la zoología médica, esto es, del empleo de
recogiera en los treinta y siete libros de su Historia Natural todo el animales y productos animales en medicina, lo que le permite
saber científico de su tiempo, desde la cosmografia hasta la medici- incluir toda una serie de nuevos temas relacionados con el mundo
na y el estudio de las gemas, haciendo por lo demás en su vasta animal, muchos de los cuales, asociados a creencias populares y a
obra una combinación inextricable de conocimiento científico con todo tipo de leyendas, mitos y supersticiones, dependen del imagi-
rica fantasía· y con todo tipo de mitos y creencias populares. nario.
En la Historia Natural hay varios ·libros (en especial los libros
VIII-XI) consagrados al estudio de los animales. Se mezcla allí, So lino.
como en toda la obra, saber científico con mito, leyenda y fantasía.
Plinio recoge mucho de lo dicho por Heródoto, por Ctesias y Megás- Aunque la enciclopedia de Plinio es la principal compilación
tenes '. . y sobre todo por Aristóteles acerca de los animales; y usa acerca del saber animal (científico e imaginario) del mundo clásico
ademas muchas otras fuentes. Plinio reúne demasiadas historias, y la principal fuente directa, como dijimos, del imaginario animal
demasiadas descripciones, mitos y leyendas animales como para medieval gracias a que buena parte de lo afirmado o recogido en
poder citarlos ni siquiera en parte, además de que deberemos ella pasó a conocimiento de los autores cristianos del Medioevo, lo
referirnos a él y a su obra casi a cada paso, pues de modo directo o cierto -al menos durante los primeros siglos de la Edad Media- es
indirecto la Historia Natural del autor romano aparece como fuente que esa transmisión resultó ser en gran medida indirecta, a través
básica del Bestiario y las enciclopedias animales medievales. Basta- de datos de segunda mano, o al menos mediante diversos resúme-
rá con una rápida idea para apreciar la riqueza temática de la obra nes y manipulaciones. El principal de esos resúmenes, por lo de-
de Plinio, suma del saber de su tiempo, y para darse cuenta de su más sesgado por completo hacia lo maravilloso, hacia lo insólito,
enorme incidencia sobre la cultura del medioevo, en patt1cular hacia la descripción del mundo exclusivamente a través de los
sobre lo que ahora nos interesa: el mundo de los animales y el prodigios existentes en cada uno de sus países, islas o continen-
imaginario asociado a ellos. tes, es el que escribió en el curso del siglo III DC ~n autor romano
El Libro VIII estudia, entre otros animales terrestres, el elefante, de la decadencia, Cayo Julio Solino: el Collectanea Rerum Memora-
el león, la pantera, el tigre, el camello, el dromedario, la jirafa, el bilium, llamado en la Edad Media Polyhistor. Fue a través de esta
lince, el rinoceronte, el unicornio, elleucrocotas, la mantícora, el obra que leyó usualmente la Edad Media a Plinio, al menos hasta
basilisco, el catoblepas, el lobo, las serpientes, el cocodrilo, el hipo- que después del siglo XII se difundieron las versiones directas de la
pótamo, la hiena, el camaleón, el perro, el caballo, el asno, el toro, Historia Natural del gran enciclopedista romano. La obra de Solí-

30 31
tintos humanos presentes entre diversos animales; luchas y odios
la Historia Natural (y d:~t~:· e;;en~~s e Imaginario extractada de
no, corta antología de ·t 1 . . instintivos entre varias especies de animales; y diversos grados de
puJares del Medioevo y estást od ras u~ uno de los libros más po- rivalidades entre los machos en la disputa por las hembras. La
ravillas animales. , o o carga o de descripciones de ma- obra de Eliano es de una enorme riqueza y para nuestros propósi-
tos actuales bastará con una rápida selección centrada en los as-
Europa, Asia o Africa· grt'...os / d~ eyendas animales situados en
Solino recoge diversos mitos 1 .
nor 1cos que luch / pectos más curiosos.
• 1•
maspes como los de Heródoto· d lfi . . an con ciclopes ari- Así, entre muchas otras cosas, Eliano nos habla del parto de la
germánicos cuyas plumas brlllae tne~, tigres Y. panteras; pájaros víbora, de la sexualidad alterna de la hiena, de la voracidad del
truos como una extraña bestia en en. a obscundad; uros; mans- pulpo, del gusto del elefante por los perfumes, de la cópula inverti-
a la mariera del elefante; aves mi:~~~ng~hnav~/c~uente de coyunturas da de las golondrinas, del áspid, el basilisco y las serpientes, de los
vos cisnes en que se convi t· o ¡case astcas, como los agresi- cambios de color del camaleón, del poder de la rémora, de la prueba
dragones que viven en Maur~ te~o~ los camaradas de Diomedes; a que somete el águila a sus polluelos, de la salamandra y el fuego,
pes, anfisbenas: monstruos ;~ania, elefante~, leones, hienas, sier- de las purgas del ibis, de la gigantesca águila dorada que ataca a
y_las diferentes bestias de Etio ~~-el cockatnz o basilisco-cocodrilo, los toros, de la forma en que los halcones se curan con lechuga los
ptnes y hormigas buscadoras d. cat~blep~~· dragones, puercoes- ojos enfermos, de las hormigas indias buscadoras de oro, de la
de Salino el cocodrilo y el ib' e ~ro.. ambten aparecen en el libro insaciable lujuria de las perdices, de la lucha del áspid contra la
todo la infinidad de maravill;:a:g:;c~?s' ~1 fénix ~e Arabia, y sobre mangosta, de las cigüeñas jóvenes que cuidan con amor filial a sus
el unicornio, la mantícora y tant esttas e }a Indta: elleucrocotas, padres ancianos, del agresivo aislacionismo de las abubillas, del
· as o ras mas. miedo del león y el basilisco frente al gallo, del unicornio y de los
Eliano. usos de su
Habla cuerno. Eliano de los perros gigantes de la India, de la
igualmente
mantícora, de los grifos guardianes del oro en Bactria, de las cabe-
con datos de historia natura! ~seyC~en?as <:nimale~ combinados
Otro gran recopilador de m·t 1 zas de tortuga que siguen moviendo los ojos luego de cortadas, del
helenizado que vivió entr 1 . 1 udto Ehano, filosofo romano gallo que salta como poseso al salir la luna, de los huesos de león
se asocia a la llamada 'seeg osdstg osfiii ~ III del cristianismo, y al que que echan chispas de fuego al ser cortados, de los partos decre-
t~1 en este campo, titulada Hlslmiad 1 · . su o ra undamen-
un a so 1stica' Pero b f cientes de la leona, del carácter rencoroso y vengativo de los bue-
nqueza, resulta menos importante e ~sAnzma!e~, no obstante su yes, del onagro (unicornio) de la India, del gusano aceitoso de la
dado que fue compuesta en . que as de Phnw y Solino, pues India, de la increíble laboriosidad de las abejas, del canto fúnebre
leída prácticamente por la fJ'a'J~ ~? l~tín,
en no fue conocida ni del cisne, del poder hipnótico de la pata izquierda de la hiena, del
influencia directa en el mundo g . e la ~?ctdental; y apenas tuvo odio entre la serpiente y el elefante indio, del féniX, del pudor de los
tratado y las ideas ex u estas nego ~e te val. De todos modos' el camellos, y de los rasgos del catoblepas y el crocotas. Habla tam-
recogidas por lo dema/spde d' porfEhano acerca de los animales bién habla de la incorruptibilidad de las plumas del águila, de la
. 1versas uentes t · . '
cta sobre el medioevo cristiano occidental , u~er?n ~terta influen-
forma en que el elefante indio se convierte en guardián de la mono-
de otras dbras que las men . por VIa Indirecta, a través gamia humana castigando a los adúlteros, del origen de los cuer-
sus temas· y en todo CI?naban o que utilizaban algunos de nos de los ciervos, de las diversas serpientes· de la India, de las
Eliano rec~ge una ser~a~~ ~=~r;:;ortan~e constatar que el libro de costumbres de la liebre, de la caza del avestruz, del camero marino,
en la literatura medieval eur y m~ti~os que aparecen también de la comadreja de mar, de la abubilla y de los monos y hormigas
trata de todo tipo de animale~·pea re ativa a. los animales. Allí se inteligentes de la India, del pangolín, de las caparazones de tortuga
corte imaginario y fabuloso ·Jal ~a~o de Incontables temas de gigante que' en Ceilán sirven como moradas humanas, del kartazo-
diversas curiosidades que tas;to ~t~~Ism~~ucha importancia a nos o rinoceronte, de varias sierpes monstruosas, de los escorpio-
greco-romano de la decade . ts:o Iano como el mundo nes y serpientes alados de la India, del gigantesco cocodrilo egipcio,
mundo anima1: animales quencslea consi eraban como propias del del onocentauro, de varias aves multicolores, y del carácter meló-
enamoran de hu h' .
amorosas entre animales ' inclu'd 1 d e especies
1 os os
. manos; tstonas
diferentes; ins- mano del pez llamado pastmaca.

33
32
De este rápido resumen puede apreciarse que en estos autores tensiones científicas, pero dada la significativa incidencia que tuvo
clásicos mencionados se hallan prácticamente todos los temas y la parte simbólica y moralizante sobre toda la literatura cristiana
motivos, todos los mitos y leyendas que tienen que ver con anima- de los siglos medievales y renacentistas, no es nada fácil canee bir
les; y buena parte de los cuales aparece más tarde en los Bestiarios la obra como desprovista de esta dimensión imaginaria, por lo
medievales. demás la única que al-¡ora nos interesa. De todas maneras, tampo-
co hay duda de que la descripción de los animales es en general
2. El Fisiólogo. bastante pobre y deficiente y de carácter libresco y artificioso, de-
masiado dependiente de la Biblia y de la tradición egipcia, lo que lo
El texto fundamental es el Fisiólogo, punto de partida de los ubica muy por debajo de enciclopedias animales más o menos con-
Bestiarios medievales, pero también punto de llegada de una larga temporáneas suyas, como son las obras de Plinio o Eliano, a las
tradición en la que confluyen, en lo relativo al mundo e imaginario que nos hemos referido ya.
animal, de un lado, la cultura clásica greco-romana y helenística Aunque en la forma en que lo conocemos el Fisiólogo se nos pre-
(con todas sus influencias orientales: egipcias, babilónicas, persas, senta como una suerte de lectura del mundo animal en clave sim-
indias), y del otro, la cultura cristiana en formación, con toda su bólica cristiana, lo cierto es que su ortodoxia cristiana es a menu-
influencia judía y con todas sus relaciones con el mundo místico y do discutible, que a veces se revela como demasi~do simplista, y
simbólico egipcio y oriental (gnosis, hermetismo, esoterismo, alqui- que sabemos que algún tiempo después de su aparición y tempra-
mia, disidencias tempranas del judaísmo y del cristianismo, etc). na difusión ese excesivo simplismo y esa discutible ortodoxia (en la
El Fisiólogo es, ya lo dijimos, un corto tratado de historia natu- que había sin duda ciertas influencias gnósticas, inevitables en el
ral, suerte de protobestiario-lapidario, centrado en un estudio de medio en el que fue compuesta la obra) preocuparon seriamente a
los animales lleno de sentido místico y simbólico, moralizante, y de la Iglesia, la cual en el siglo V-VI, a comienzos de la Edad Media,
índole cristiana. Sabemos poco del texto y de su autor. Algunos llegó a condenar su lectura y a dudar de su valor religioso, dadas
autores modemos creen que el contenido moralizante no es sino esas claras reminiscencias gnósticas. Sabemos a este respecto que
un añadido ulterior a un texto original mas 'científico', carente de el Decretum Gelasianum, atribuido al papa Gelasio (supuestamente
pretensiones simbólicas y de lecturas morales. Pero esto no es sino emitido por éste en el año 496, pero del que hoy se estima que es
una hipótesis, que aunque defendida por un reputado estudioso apócrifo y algo más reciente) hizo una condena pública del texto.
de la ciencia y de la magia antigua y medieval, no ha podido ser De todos modos también sabemos que la condena no tuvo efecto,
demostrada hasta el presente, sin olv~dar que la existencia de que el Fisiólogo llegó a ser una de las obras más populares de todo
tendencias moralizadoras a partir de la descripción del mundo ani- el Medioevo cristiano, y que su influencia y su prestigio en medios
mal es hecho demostrado en el cristianismo de los primeros tiem- clericales y populares (a través de los Bestiarios derivados de él y
pos y estaba ya presente en ese entonces en la propia idea. que los escritos en lengua vulgar) se mantuvieron a lo largo de los siglos
cristianos alejandrinos tempranos tenían del concepto de, 'fisiólo- medievales, llegando inclusive hasta la época renacentista.
go'. 5 No hay duda alguna de que el autor del Fisiólogp revela pre- ¿Quién lo escribió? ¿Dónde? ¿cuándo? ¿en qué contexto? De
ello nada sabemos con certeza. La gran mayoría de los estudiosos
modemos lo supone escrito en Alejandría, esto es, en medio egipcio
5 Se trata de Lynn Thorndike, quien en su extensa y documentada obra en ocho volúmenes A
cristianizado pero cargado de influencias judías, greco-romanas y
History ofMagtc and Experimental Science, Columbia University Press, Nueva York, 1929, orientales, en una fecha que se suele situar hacia el siglo II DC,
volumen l, cap. XXI, pp. 502-503, asegura que toda la parte alegórica y moralizadora es quizá a principios del siglo III. Pero algunos no están de acuerdo y
añadida al texto original del Fisiólogo, lo que sería demostrado por el hecho de que no
aparezca és~ en versiones tempranas del mismo, como la siríaca, o en varios fragmentos extienden la fecha posible hasta el siglo V por lo menos. Otros
latinos tambien tempranos. Algo similar sugiere Florence Me Culloch en su clásico estudio piensan en cambio en la Siria cristiano-bizantina como lugar de
sobre los Bestiarios medievales: Mediaeval Latln and French Bestlaries. Universlty of North
Carolina Press, 1962, p. 19, siguiendo en esto el criterio de Friedrich Lauchert. autor del primer
gran estudio moderno sobre los Fisiólogos. Pero esto es puesto en duda por la mayoría de los en los Stromati de Clemente de Alejandría en el concepto cristiano temprano de Jisiólogo' se
autores; y según lo mostrado por estudiosos más recientes, parecería tener muy poca base. fundían ya la descripción de la naturaleza y la moralización a partir de ella. Las versiones del
Nidia Guglielmi tra,ta ya de matizar estas afirmaciones en la interesante introducción a su Fisiólogo carentes de desarrollos moralizantes parecen además no ser tan tempranas como
pensaba Thomdike, pues de acuerdo a la crítica más reciente se trataría más bien de
edición española del Fisiólogo latino: El Fisiólogo. Bestiario Medieval, Eudeba. Buenos Aires.
1971, pp. 8-16. Y en su versión italiana del fisiólogo griego, Francesco Zambon muestra cómo manuscritos tardíos. Ver a este efecto Francesco Zambon. editor. ll Fisiologo, ed. cit., pp. 19-21.

35
34
composición, y en el siglo IV DC como fecha probable de la misma.
En cuanto a la autoría de la obra los problemas son bastante ma- 3. Los Bestiarios. Fuentes directas y obras emparentadas con ellos.
yores y difíciles. Los presuntos autores son variados: se lo ha atri-
buido a diversos autores cristianos, como San Basilio, San Juan
Como se dijo ya varias veces, los Bestiarios derivan del Fisiólogo,
Crisóstomo, San Ambrosio o San Jerónimo; también a Ru:fino o a lo que significa que son ulteriores a él. Bastante ulteriores_, por lo
San Epifanio. En todo caso existe un Hexameron de Basilio (escrito demás, pues si exceptuamos el Liber Monstrorum -obra del siglo VIII
en griego) y otro de Ambrosio (compuesto en latín), que revelan in- a la que usualmente no se tiene como Bestiario pese a que abarca
fluencias del Fisiólogo. Otros lo han atribuido a un autor anónimo
dos capítulos dedicados a bestias, aunque s~ moralización al~­
seguidor de Bolos de Mendes, egipcio del siglo III o IV AC, asociado
na- los Bestiarios propiamente dichos tan solo aparecen a partir
a la alquimia y emulo de Demócrito. También se ha hablado como
del siglo XII, es decir, alrededor de ocho o nueve siglos después de
fuente directa del Fisiólogo de una Física anónima aunque atribui- la fecha más probable de composición del Fisiólogo. Los Bestiarios,
da a Salomón, el sabio rey judío. Las discusiones a este respecto
como igualmente señalamos, se limitan al mundo animal, aunque
han sido largas y cargadas de erudición, pero no han dado resulta- entendido también éste con cierta flexibilidad conceptual, pues,
dos concretos. Ninguna hipótesis ha logrado hasta hoy la acepta- igual que el Fisiólogo, al que siguen en alguna de sus versiones,
ción necesaria, y en la actualidad lo usual es considerar la obra
como anónima. sobrevive aun en ellos uno que otro vegetal o piedra al que se a tri-
buyen caracteres propios del mundo animal. Debe notarse empero
En todo caso, de lo que sí podemos estar actualmente seguros
que, conio también precisamos antes, los Bestiarios más q~e de
es de que el texto original perdido se escribió en griego; y todo indi-
animales, tratan de bestias, es decir que en todos ellos, ademas de
ca que el lugar casi indiscutible de su composición fue Alejandría.
examinarse cada animal en cuanto símbolo o ejemplo de algo, se lo
El contexto en el que es compuesta la obra es pues el de esa Ale-
estudia en su condición no de ser vivo animado, esto es, provisto
jandría del siglo II-III DC, centro de confluencia de Oriente y Occi-
de alguna forma de espíritu vital, sino como ser vivo opuesto al
dente, sitio de cruce de culturas e influencias de todo tipo. De allí
hombre en cuanto que, a diferencia de éste, se trata de un ser irra-
salió también el Pseudo-Calístenes, texto motor de la leyenda me-
cional, incapaz de pensamiento, es decir, de una vulgar bestia o
dieval de Alejandro Magno y de sus viajes maravillosos. De allí sa-
bestia bruta.
lieron muchas otras obras, todas incidentes sobre el cristianismo
Pero además de los Fisiólogos que les sirven de modelo y de refe-
de los primeros siglos y sobre la literatura y el mundo cristianos
rencia central, los Bestiarios tienen algunas otras fuentes directas.
medievales, tanto de Oriente como de Occidente. El Fisiólogo fue
Estas so:p. muy variadas, pero puede reducírselas en esencia a tres,
una de esas obras claves, formativa de la literatura e imaginario
una de ellas ya mencionada antes: se trata de Solino (y gracias a
cristianos, en este caso de su imaginario animal.
él, de Plinio y quizás de Eliano); de las Etimologías de San Isidoro (y
Del texto griego original del Fisiólogo se hicieron pronto numero-
sas versiones y traducciones, entre ellas al sirio, al árabe, al etíope
y al armenio. Al latín debió traducírselo hacia finales del siglo IV. problemas son básimmente FriedrichLauchert, E. Peters, Max Wellmann, Francesco Sbordone
y Ben E. Perry. Lauchert publicó en Estrasburgo en 1889 su Geschichte des Physiolo~us,
Sobreviven cuatro versiones latinas (de las cuales la más antigua obra que sigue siendo clave pese al siglo transrurrido desde su publicación. ~· Peters editiJ en
es del siglo VIII): versiones A, B, C e Y. Todas se desarrollaron hasta Berlín en 1898 un estudio importante sobre las versiones orientales del Fisiologo grtego : Der
los siglos XI-XII, pero sólo la B sirvió de base a versiones latinas griechische Physiologus und seine ortentalischen Ubersetzungen. Wellmann por su parte
editó en 1930 un estudio clave sobre el problema: "Der Physiologus: Eine Religiongeschich-
ulteriores; y de ella derivan básicamente los Bestiarios, enriqueci- tlich-NaturWissenschaftliche Untersuchung". En 1936 Sbordone publicó en Nápoles otro
dos con temas y animales a partir de Isidoro, Ambrosio, Solino y gran texto de referencia: Ricerche sulle fontl e sulla composizione del Physiologus greco.
otras fuentes clásicas o cristianas. Desde el siglo XII, en Inglaterra Perry editó. en 1941 en la Real-Encyclopadie der classischen Altertums-wi~senschaft un
texto imp()rtrmte: ''Physiologus". Por su parte Francis J. Carmody tradujo el Fisiologo griego al
y en Francia, esos Bestiarios fueron traducidos al romance. Adqui- inglés y lo editó en 1953. Todos estos textos son de muy dificil acceso. Pero exis,te un notable
rieron de esta manera enorme difusión, y tuvieron así una gran estudio, publicado enfecha reciente, que retoma y actualiza el estado de la cuestión (aunque se
influencia en la cultura del apogeo de la Edad Media. 6 limita al Fisiólogo y a los primeros Bestiarios franceses o anglo-normandos) y que es mucho
más accesible. Se trata de Mediaeval Latln and French Bestlaries, de Florence Me Culloch,
Chapel Hill, The University of North Carolina Press, 1962, al que hicimos antes referencia.
Todo el'capítulo I: The Greek Physiologus: its character and origin, pp. 15-20 consituye un
6 Los autores modernos que han estudiado el asunto y logrado esclarecer muchos de sus diflCiles excelente resumen del problema. También son útiles los textos de Nidia Guglielmi, Francesco
Zambon e Ignacio Malaxecheverria antes citados.

36
37
serán las Etimologías del obispo español. De allí que -como en el
de tod~s los que l~s
copiaron y enriquecieron durante varios siglos:
caso de Plinio, otra referencia casi constante- no tenga sentido
Wal~do ~traban, Rc:bano Mauro, Hugo de Folieto, Pseudo Hugo
entrar ahora en detalles y baste apenas por lo pronto con dar una
de Samt VIctor, Honono de Autun, y luego Tomás de Cantimpré y idea general acerca de la descripción de animales, monstruos e
otros); y de ese texto anónimo del siglo VIII llamado Liber Monstro-
híbridos en la obra de Isidoro. Los Libros XI y XII de las Etimologías
rum, ~u:rte de híbrido temprano entre Fisiólogo y Bestiario, obra
se ocupan del tema. El Libro XI, De homine et portentis, se ocupa
descnptlva, con mucha influencia clásica y ningún sentido morali- del hombre y de los seres prodigiosos. Estos últimos (capítulos 3 y
zado.r. ~os refe:iremos, pues, antes de ocuparnos de los pr:incipales 4) abarcan las razas de monstruos del mundo periférico, entre los
Bestiarios medievales en los que se basará nuestro estudio, a esas cuales hay algunos de rasgos animales o animalizados; y también
otras dos grandes fuentes directas de los mismos: las Etimologías
varios lúbridos o metamorfoseados. El Libro XII, De animalibus, el
de san Isidoro y el Liber Monstrorum. que más nos interesa ahora, está por completo dedicado a estudiar
los animales y abarca ocho capítulos. De éstos los capítulos 1, 2,
Las Etimologías de San Isidoro de Sevilla.
3, 4, 6 y 7 tratan en forma sucesiva del ganado y las bestias de
carga; de las bestias salvajes; de los pequeños animales; de las ser-
San Isidoro es uno de los autores fundamentales de la Edad pientes; de los peces; y de las aves. (El 5 se ocupa de los gusanos,
M~dia, una. de las referencias claves para comprender el pensa- que no nos interesan.) Allí se mencionan entre otro's animales el
~ento meci_Ieval. El santo visigodo, quien viviera entre la segunda toro, el camello, el dromedario, el onagro, el león, el tigre, la pante-
mitad del siglo sexto y la primera del séptimo, se convirtió en el
ra, el leopardo, el rinoceronte (confundido con el unicornio), el
enciclopedista por antonomasia para todo el mundo medieval cris-
elefante, el grifo, el camaleón, la jirafa, el lince, el castor, el lobo,
tiano, en ~special ~ara el largo período que va desde sus tiempos
los simios, elleontófono, la comadreja, el topo, el erizo, la hormiga,
has~a el SI~lo XIII, epoca de composición de las grandes síntesis y
la hormiga-león, el dragón, el basilisco, la víbora, el áspid, la anfis-
enciclopedias del apogeo de la Edad Media, como fueron las obras
bena, la hidra, la, salamandra, la ballena, el delfin, el pez sierra, el
de San Albe~o Mag?o, Santo Tomás de Aquino y algunos otros cocodrilo, el hipopótamo, la rémora, la morena, la tortuga, el águi-
autores y enciclopedistas; los cuales, empero, siguieron dependien-
la, el buitre, la avutarda, la grulla, la cigüeña, el cisne, el fénix, el
do en mucho de su obra. De ésta lo principal, y lo que nos interesa cinnamolgus (de cinamomo), el loro, el pelícano, las aves diomedias,
ahora, fueron las Etimologías, vasta síntesis del conocimiento de
las aves hercinias, el ibis, el murciélago, el búho, la tórtola, la per-
su ép~ca en 1': que a partir de una lectura etimológica a menudo
fantasiosa se mtenta recoger buena parte del saber clásico greco- diz, y la abubilla o epopo.
ro,m~no fundié~dolo con el cristiano y conformando a partir de ese
habil ensamblaJe de cortas migajas de conocimiento un complejo El Liber Monstrorum.
edificio cultural el cual abarca, a la manera de la Historia Natllral El Liber Monstrorum es anónimo, su original es latino, fue pro-
de Plinio -una de sus fuentes básicas, directa o indirecta- desde la bablemente escrito en medio anglo-sajón, data del siglo VIII y en él
cosmología y la geografia hasta la agricultura, la m<;!dicina, los ani- se combinan el saber clásico acerca de monstruos y animales con
males, las plantas y las piedras. el del Fisiólogo pero sin ningún objetivo moralizador. Todo nos in-
Las E_timologías tratan ampliamente de los animales; y aunque dica que el anónimo texto se apoya parcialmente en algún Fisiólo-
el estudio que en ellas se hace de éstos es científico (para los pará- go, o que toma datos provenientes de él y que depende también de
metros de ese entonces) y en general desprovisto de connotaciones autores cristianos como San Agustín y San Isidoro; pero la in-
moralizantes, lo que Isidoro dice en su obra sobre los animales
fluencia clásica (Virgilio, Ovidio, etc.) es enorme; y describe a partir
ampliado, comentado y a veces enriquecido por autores de los si~
de ella todo tipo de bestias e híbridos, animales y humanos. Suco-
glos siguientes, se convirtió en referencia obligada para los que se
bertura es amplia y en la corta obra se examinan de$de monstruos
ocupar~n del mundo. animal en esos mismos siglos y sobre todo
clásicos greco-romanos hasta seres imaginarios procedentes del
pare: quienes compusieron a partir del siglo XII Bestiarios y enciclo-
Oriente y de la India. Se nota la gran influencia que sobre el Liber
pedia~. Una de. nuestr:a~ referencias obligatorias en los capítulos
Monstrorum tuvo el mito de los viajes de Alejandro, a partir de
que siguen, al rr descnbiendo los animales del Bestiario medieval,

39
38
alguna versión temprana del Pseudo-Calístenes y 1o de las Cartas (35-38) están dedicados a las piedras. Es una obra en verso y del
fabulosas de Alejandro; o de otros tempranos recolectores de ma- texto sobreviven tres manuscritos.
ravillas orientales (como Farasmanes, al que se atribuye una des- Después viene el Bestiario de Cambridge, obra temprana, tam-
cripción de los prodigios de la India dirigida al emperador Adriano). bién del siglo XII, que es un texto latino en prosa conservado en la
Se ha señalado y discutido mucho su parentesco con el Beowuif, la Biblioteca de la Universidad inglesa de ese nombre y publicado por
temprana epopeya anglosajona que le es más o menos contempo- primera vez en 1928. Es de procedencia inglesa y aunque depe~de
ránea y en la que desempeñan papel relevante dos horribles mons- en gran parte del Fisiólogo latino lo combina casi siempre c~n Isido-
truos: Grendely su madre. Pero no es tarea nuestra analizar ahora ro, aunque a veces sigue también a Salino y a San Ambrosio. Es .de
el texto sino señalar sus principales contenidos. una gran riqueza por la ilustración y constituye uno de los Bestia-
El Liber Monstrorum tiene tres partes. El Libro Primero trata de rios más ricos e importantes por el elevado número de animales
monstruos e híbridos humanos. El Libro Segundo, el que nos inte- que describe, unos ciento cincuenta.
resa ahora, de bestias. Bestias terrestres y acuáticas. Allí se trata Viene luego el llamado Bestiario Divino de Guillaume le Clerc,
del león, el elefante, el onagro, el tigre, el pardo, la pantera, el hipo- ·'(. · que data de 121 O, esto es, de los comienzos del siglo XIII, que es
pótamo, la quimera, las bestias de la India, el cerbero, el odontoti- obra del poeta normando de este nombre y que fue compuesto en
ranos, las grandes hormigas índicas, el hipopótamo, el leopardo, Inglaterra. Es también obra en verso y deriva en forma directa del
las bestias tlel Nilo, el autolopo (antílope), el cocodrilo, la ballena, Fisiólogo, aunque el autor la enriquece con largos comentarios
las bestias del Ganges, el caballo bípedo, los :ratones grandes como morales a menudo superficiales y no siempre ágiles. La obra disfru-
zorras, otras extrañas bestias, las bestias del MarTirreno y las bes- tó de gran popularidad en esos siglos y se conservan de ella veinti-
tias de doble cola de la India. El Libro Tercero, el último, trata de trés manuscritos, de los que la mayor parte posee bellas ilustracio-
las serpientes: la hidra, las serpientes que cuidan la pimienta, las nes. Consta de 35 capítulos, dedicados casi todos a animales, a
serpientes de tamaño descomunal, la serpiente crestuda, la ser- comenzar por el león, pero termina con la mandrágora y la piedra
piente peluda, la salamandra, la víbora, el áspid, las serpientes de imán, esto es, con un vegetal y un mineral.
Hércules, de Cleopatra, o de los Infiernos clásicos. Sigue el Bestiario de Pierre de Beauvais (llamado en un principio
Pierre le Picard), el cual parece haber sido compuesto en 1218 en el
Los diversos Bestiarios y Enciclopedias. norte de Francia. Se trata de un Bestiario en prosa escrito en
dialecto picardo. Es uno de los más ricos e interesantes Bestiarios
Sería largo y pesado hacer una lista de todos los Bestiarios y medievales pero desde un comienzo su estudio ha planteado algu-
estudiar cada uno de ellos. Nos bastará con seguir la secuencia nas dificultades insolubles. De la obra hay dos versiones, una, lla-
principal y con examinar algunos elementos comunes o específicos mada corta, que abarca 38 capítulos, y otra, llamada larga, que se
a sus integrantes. Los Bestiarios comienzan a aparecer y a popula- extiende hasta alcanzar 71 capítulos. La versión corta depende en
rizarse en la Europa cristiana occidental a partir del siglo XII, forma directa del Fisiólogo laüno, del que es traducción no siempre
basados los primeros de ellos en textos latinos del Fisiólogo y en clara. La versión larga, en cambio, que añade una larga lista de
algunas otras fuentes. Pero pronto surgen traducciones a lengua animales, depende no sólo del Fisiólogo sino de otras muchas fuen-
vulgar y nuevas versiones directamente escritas en ésta: en anglo- tes, a veces nada fáciles de identificar. Los estudiosos han discuti-
normando, picardo, francés, inglés, italiano, valdense, catalán. do mucho acerca de si la versión original era la corta, a la que se
El primero y más antiguo es el Bestiario de Philippe de Thaon, agregaron nuevos capítulos y animales, o la larga, a la que se qui-
texto anglo-normando de antes de mediados del siglo XII (1121- taron animales y capítulos. Hoy se considera que la versión corta
1152 ), escrito por el poeta de este nombre y que depende en lo es la más antigua. En todo caso, de cada versión se conservan ac-
esencial del Fisiólogo, pues lo sigue muy de cerca. El Bestiario de tualmente sólo cuatro manuscritos.
Philippe de Thaon abarca 38 capítulos, y trata no sólo acerca de Otro Bestiario de comienzos del siglo XIII es el Bestiario de Ger-
bestias y de aves sino también acerca de piedras. Los primeros vaise, el cual es un corto texto versificado compuesto en medio an-
veintitrés capítulos se ocupan de las bestias, a comenzar por el glo-noqnando por un clérigo llamado Gervaise, quien asegura que
león. Los capítulos 24-34 tratan sobre aves, y los cuatro últimos su obra es simple traducción .de un Bestiario latino atribuido a

40
41
San Juan Crisóstomo, ·los llamado Dicta Chrisostomi, aun cuando
lus su fuente directa, aunque a veces difiere de ella. El Bestiario
es claro que el autor amplió y enriqueció su original. La obra se
Valdense comprende 54 capítulos y aunque se limita a describir
ocupa de 29 animales, comenzando, como era usual, con el león.
De ella sobrevive un solo manuscrito. 7 animales termina hablando del árbol ambidextro (al que llama
Otros Bestiarios interesantes son el de Richard de Foumival, el
prindex ), 'en torno al cual se desplazan el dragón y las paloma~.
Otro Bestiario importante de finales del medioevo, que data del SI-
de Cambrai, el Provenzal, el Valdense, el Toscano (del que hay ver-
siones catalanas medievales); y varios Bestiarios rimados, como el glo XV, es el Bestiario Toscano, del que e_xtsten recensiones ~ife:en­
tes, y del que se varias de ellas se traduJeron pronto al ca~~·
Bestiario moralizado de Gubbio, los cuales se van escalonando Uun-
to con otros que omitimos) a lo largo de los siglos XIII, XIV y XV. Junto con los Bestiarios de los siglos XII y XIII, los mas nnpor-
tantes, aparecen libros que son suertes ~e ~ratados e~ciclopédicos
El Bestiario de Richard de Fournival, que hizo muy pronto escue-
la, es un trabajo muy original, pues se trata de un Bestiario de en los que por supuesto se inch~yen Bestianos o es~udios ~el mu~­
do animal; obras que están mas cerca de las encic~opedias anti-
Amor, rimado, carente de dimensión moralizadora y en el que el
autor utiliza de modo muy inteligente y creativo los temas del Bes- guas que del Fisiólogo y del Bestiario med~eval, n? solo p~o~que ?e-
penden directamente de Plinio y del enciclopedismo clasico sin?
tiario moralizante tradicional para ponerlos al servicio de la litera-
tura amorosa. Es uno de los más interesantes, aunque para nues- también porque tienden a excluir de su estudio lo referente ~ la di-
mensión moralizadora. Estos libros son ya verdaderas enciclope-
tra perspectiva de análisis actual no tenga mucho valor. Su autor,
dias 'científicas', tardías, en las que se diluye la perspectiva del Bes-
médico parisiense, murió en 1260 y la obra data de mediados de
tiario clásico. Uno de esos tratados, el más valioso, es el Livres dou
ese siglo. Existe una Respuesta al Bestiario de Amor, que carece de
Trésor de Brunetto Latini, reputado autor florentino que fuera ma-
la frescura del original que le sirve de modelo; y una versión o re-
estro de Dante y al que éste puso en el Infiemo, al parecer por no
facción ulterior, por lo demás bastante deficiente, el llamado Bes-
haber escrito su famosa obra en italiano sino en francés. El Libro
tiario en Pr,osa de Cambrai, que data de alrededor de 1260 y consta 1 del Tesoro fue compuesto luego de mediados del siglo XIII y contiene
de 32 capitulas. Otro texto dependiente de la obra de Richard de
una interesante parte dedicada al estudio de los animales ?- la que
Fournival es el Bestiario Provenzal, cuyo título verdadero es Aiso son
haremos frecuentes referencias. Otro de esos textos podna ser el
las naturas d'alcuns auzels e d'alcunas bestias. Se trata de una tra-
Liber de Proprietatibus Rerum, del francisca~o Bartolo~é el Inglés,
ducción en prosa, desprovista del contenido alegórico, del Bestiario
escrito a mediados del siglo XIII y traducido en el siglo XIV al
de Amor, en la que se estudian en 4 7 capítulos las bestias mencio-
francés por Jean Corbechon y luego al inglés por John Trevisa.
nadas en la obra del médico francés. El texto data de fines del siglo
XIII y está asociado a la poesía de los trovadores occitanos. No cabe en este grupo la enciclopedia de Gossouin de Metz co-
nocida como Image du Monde y compuesta por el autor francés d:
El Bestiario Moralizado de Gubbio es un anónimo italiano de
este nombre también en los mediados del siglo XIII porque esta
principios del siglo XIV, de corte muy moralizante, formado por 64 ·
mucho más influida por el saber más tradicional de Fisiólogos y
sonetos en los que se describen las propiedades de algunos anima-
les. El Libellus de natura animalium, suerte de Bestiario latino pero
que se refiere también al hombre, debe datar de fines del siglo XIV o 8 Las ediciones de referencia de todos estos Bestiarios están indkndas con precisión, en la
comienzos del siglo XV y es de origen alpino, seguramente piamon- Bibliografía. Por desgracia las versiones españolas de estos textos s~n escasas,fenomeno
tés. El Bestiario Valdense, que se titula De las propriotas de las que parece remontar al Medioevo, pues puede decirse que no hubo practicamente Bes~rios
españole'!> en la Edad Media, si por ello entendemos obras como las que comentam~s. El unico
animanczas, está escrito, como indica su nombre en dialecto val- texto español medieval que describe de modo sistemático animales es las Et1molog1as de San
dense y data casi seguramente del siglo XV, habiendo sido el Libel- Isidoro, que -como ya dijimos- no es en verdad un Bestiario. Sólo en Cataluña se han hallado
versiones 0 traducciones medievales de Bestiarios, en este caso no franceses sino toscanos.
Aparte de los estudios que aparecen en todas esas ediciones de refere,ncia a que remitimo~,
pueden leerse en español los comentarlos de Nidia Gugllelmi en su edicion argentina del Flsio-
7 En las respectivas ediciones modernas de estos Bestiarios hay datos sobre ellos, sus autores, logo Latino. los de Santiago Sebastián en su edición española del Fisiólogo grte_go atribuido a
sus peculiaridades y sobre los problemas que plantean. Pero al menos para estos primeros San Epifan:lo (que ya había traducido al latín el erudito español G. Ponce de Leon en Roma en
Bestiarios resulta másjáctl revisar el estudio antes citado de Florence Me Culloch, Mediaeval 1587) y de una de las recensiones del Bestiario Tosamo que había sido vertido afine~ del
Latin and French Bestlaries, ed. cit., cap. m: Traditional French Bestiaries, pp. 45-69. y para medioevo al catalán y editado en 1964 por el estudioso italiano Saverio Panunzlo. Tambíén es
el i";teresante tema de las ilustraciones del Bestiario, siempre sobre esos primeros textos, el muy útil el comentario y estudio que de los Bestiarios y textos afines hace Ignacio Malaxeche-
capltulo siguiente del mismo libro: fflustrated Bestiartes, pp. 70-77. verría en su Bestiario Medieval. excelente antología de textos sobre animales sacados de dife-
rentes Fisiólogos, Bestiarios y enciclopedias medievales.

42

¡
43
Bestiarios. De todos modos en algunos casos tomaremos de ella sobre ellos) son: a) la Carta del Preste Juan, tanto las versiones
ciertas descripciones y detalles curiosos. 9 tempranas como las variantes tardías. La Carta del Preste Juan
Es importante mencionar la tradición musulmana de obras contiene una interesante y variada lista de animales reales y fabu-
equivalentes a los Bestiarios, que a menudo son parte de enciclo- losos, y tuvo incidencia tanto sobre el Roman d' Alexandre como
pedias geográficas o son obras de historia natural mezclada con sobre los Bestiarios y enciclopedias; b) los diversos romances de
mitos y leyendas, o a veces libros sobre animales con alguna inten- Alejandro y textos afines, como son el Pseudo-Calístenes, la HisfD-
ción de diversión o provecho para el lector. Destacan entre esas ria de Proeliis, el Romand' Alexandre, el Roman de Toute Chevalerie,
obras el Libro de los Animales de al-Yahiz, el Libro de las Maravillas el Kyng Alysaunder, el Libro de Alexandre y otros textos como la
de la India, de Buzurg ibn Shahriyar, el comienzo del relato de via- famosa Carta de Alejandro a su maestro Aristóteles acerca de las ma-
jes de Suleimán, el primero de Los Dos Mahometanos, y sobre todo ravillas de la India; y e) los relatos de viajeros al Oriente, en especial
la famosa enciclopedia de al-Qazwini, Las Maravillas de la Crea- los de franciscanos y dominicos, como Plan Carpino, Odorico y
ción. A todos ellos haremos luego referencia. Prácticamente no tu- Jourdain de Séverac, y los de Marco Polo y Mandeville. Estos son
vieron incidencia directa conocida sobre el Bestiario medieval occi- las fuentes y textos principales para el estudio del Bestiario medie-
dental, pero son importantes por su gran riqueza y por muchos val.12
rasgos comunes con aqué1.1o · ·
De las grandes enciclopedias de esos siglos, XIII y XIV, aparte de LOS INTENTOS DE CLASIFICACION DE LOS ANIMALES DEL
las mencionadas, las más importantes son la de Alberto Magno y BESTIARIO, SUS DIFICULTADES, NUESTRA CLASIFICACION
la de Tomás de Cantimpré, ambos dominicos. En su vasta y enci-
clopédica obra Alberto Magno incluye un interesante tratado titu- El estudio del Bestiario medieval es un estudio de los animales,
lado De Animalibus, otro dedicado a estudiar las propiedades mági- de su simbología, de los mitos y leyendas asociados de algún modo
cas de algunas hierbas, piedras y bestias, y un tercero que se ocu- a ellos, de su significación profunda, tanto psicológica como socio-
pa de describir algunas de las maravillas del mundo, entre las cua- cultural e histórica. Tal estudio supone, por supuesto, el examen
les hay varias asociadas a animales. Tomás de Cantimpré, por su de cada animal significante. Pero para ello resulta indispensable
parte, en su Liber de Natura Rerum, incluye tratados concisos sobre poder agruparlos o relacionarlos unos con otros.
los diversos monstruos de Oriente y sobre los animales, textos am- De aquí nace una dificultad, bastante seria por lo demás. La
bos de una gran riqueza. 11 pregunta es: ¿cómo -en qué orden- agruparlos? Todas las posibili-
dades que es posible considerar son problemáticas. La única que
resultaría sencilla es la de seguir el orden alfabético, pero esto sólo
4. La Carta del Preste Juan, los romances de Alejandro y los tendría sentido en una enciclopedia, lo que no es el caso precisa-
relatos de viajes. mente ahora. Todas las otras plantean problemas más o menos in-
so¡ubles; o, en todo caso, resultan insatisfactorias.
Otros textos básicos, por su riqueza y variedad y por su influen- La primera de ellas sería la de intentar clasificarlos según la
cia sobre el Bestiario medieval (o por la influencia del Bestiario zoología actual, lo que parecería muy lógico pero en verdad resulta-
ría por completo absurdo por no ser otra cosa que una arbitrarie-
/ .
dad enorme, falsificadora de una realidad con la que rio cuadra en
9 Para referencias y ediciones utilizadas, ver Bibliografía. absoluto. Haciendo tal cosa lo único que lograríamos sería destruir
cualquier idea propia del Bestiario y cerrarnos toda posibilidad de
10 Sobre todos estos textns, ver Bibliograf¡a, con indicación de ediciones modernas y accesibles de
ellos que hemos consultado.

11 Hay edición reciente y accesible del tratado De Animalibus. Se trata de Albertus Magnus. 12 Para la Carta del Preste Juan puede consultarse la edición francesa de la misma en Achille
Man and the Beasts: De Animalibus, Books 22-26, traducción inglesa de James J. Scanlan, Jubinal ed., C)euvres completes de Rutebeuf. A. Da.ffis, Paris, 1875, tomo JII, pp. 355-375; o la
Medieval and Renatssance Texts and Studies, Binghamton, Nueva York. 1987, que he podido edición comentada de la misma publicada en La Vie en France au Moyen Age, de Charles-
consultar, aunque ya cuando mi trabajo estaba práctim.mente elaborado. He revisado mejor los Victor Langlois, Hachette, París, 1927, tomo Ill, pp. 44-70. Para los viajeros medievales y el
otros dos textns, reunidos en la versión inglesa de Michael R. Best y Frank H. Brightman: The imaginario·animalconsultarnuestro libro Viajeros y maravillas. Lo maravilloso en la literatu-
Books of Secrets of Albertus Magnus, O:Jiford University Press, O:Jiford-New Yok. 1974. En ra de viajes medieval. Monte Avila, Caracas, 1993, tres tomos, en especial los tomos 1 y III. con
cuantn concierne al texto de Tomás de Cantimpré, ver Bibltograf~a. ' muchas referencias bibliográficas.

44 45
entender así sea algo acerca del mismo. planteado en los Bestiarios y poco tendría que ver con la organiza-
La segunda altemativa, contraria a la anterior, sería la de con- ción arbitraria de los animales dentro de cada elemento que ellos
servar el orden propio de los animales en el Fisiólogo y en los Bes- siguen). Así tendríamos bestias terrestres, acuáticas, aéreas e íg-
tiarios. Esto suena más realista, más respetuoso del orden y la neas; y luego, grupos diversos dentro de cada tipo.
concepción que del mundo aninial podrían tener estas o oras anti- Empero, aunque busca conservar cierta sistematización medie-
guas o medievales, más posibilitador en fin de una adecuada com- val básica modificándola sólo al organizar de una manera algo más
prensión de las mismas. Pero hay también aquí un obstáculo insu- coherente los grupos dentro de la división más grande, lo cierto es
perable, pues a decir verdad ningún Fisiólogo tiene ert cuanto a que esta tampoco resulta una solución plenamente satisfactoria ni
disposición de los animales algo que pueda ser llamado orden; y en resuelve en modo alguno todos los problemas. Las principales difi-
general lo mismo ocurre con los Bestiarios medievales, que siguen cultades que deja planteadas son: a) la desproporción existente
la secuencia del Fisiólogo o que la modifican y enriquecen en base entre la cantidad de animales correspondiente a cada grupo de
a criterios por completo asistemáticos. Dicho en otras palabras, la habitat (de hecho sólo existe una bestia ígnea, o quizá dos, mien-
disposición y el orden de los animales en el Fisiólogo y en los Bes- tras que se encuentran centenares de bestias de la tierra o del mar,
tiarios es absolutamente arbitraria (al león sigue el autolopo o an- que nosotros de todas maneras reduciremos a unas pocas dece-
tílope, a la pantera la ballena, a la salamandra la paloma o el ele- nas); b) la desproporción existente entre los sub-grupos de cada
fante). No es posible, pues, seguir el orden carente de sentido de los grupo grande, pues, por conocimiento relativo o por lo que sea, lo
animales en.el Fisiólogo o en los Bestiarios, pues para ello tanto cierto es que en la tierra se describe todo tipo de animales, muy
daría ponerlos en orden alfabético u ordenarlos de acuerdo a los diferentes unos de otros, desde leones hasta gusanos, por ejemplo,
criterios de la zoología contemporánea. mientras que aves y peces, por numerosos que puedan ser son
Una tercera altemativa, cercana a la segunda posición y capaz siempre lo mismo, esto es, aves y peces, cuando más difiriendo en
de utilizarla en forma menos arbitraria, sería la de tratar de aprove- colores y tamaños, hecho este que en la Edad Media, dado su
char los· intentos de clasificación hechos por algunas tempranas menor conocimiento del mar y su ignorancia acerca de las aves
enciclopedias medievales, como es el caso de las Etimologías de San tropicales, resultaba a todas luces más chocante; e) la existencia
Isidoro, seguida por enciclopedistas de los siglos siguientes a la ho- de muchos animales de doble o de triple habitat, esto es, inubica-
ra de reunir los animales de acuerdo a criterios menos asistemáti- bles con precisión, como es el caso de los anfibios, de las serpientes
cos que los de los Bestiarios. Pero no obstante sus méritos y su es- o dragones, o del murciélago, ubicado entre las aves por su condi-
fuerzo por ordenar un mundo tan complejo, la clasificación de las ción de animal volador, o de la ballena y los delfines, tenidos como
Etimologías resulta también muy arbitraria, polivalente y confusa, peces y no como mamíferos debido a su forma y a su habitat acuá-
pues en ellas los animales son reunidos en grupos demasiado he- tico. De todos modos, y pese a sus limitaciones, tomaremos esta
terogéneos, tales como 'ganado y animales de carga', 'bestias o ani- clasificación como modelo general y agruparemos según criterios
males salvajes', 'animales pequeños', 'serpientes', 'gusanos',, 'peces', más o menos aceptables los animales en el interior de cada grupo
'aves', y 'volátiles pequeños'. De todos modos, ella podría constituir de habitat.
una base aceptable. Esta clasificación global, por cierto, puede perfectamente bien
Lo más adecuado parecería ser tratar de lograr una clasificación seguir el orden de los elementos desde el más ligero hasta el más
global a partir de los clásicos cuatro elementos aristotélicos: tierra, pesado, esto es, fuego, aire, agua, tierra; o por el contrario el orden
agua, aire y fuego, esto es, partiendo del habitat global de los diver- usual, el inverso: tierra, agua, aire, fuego. Esto tiene poca relevan-
sos animales (esto lo intentan incluso algunos Bestiarios medieva- cia en verdad, y en ambos casos el fuego es un conjunto casi vacío.
les, como el de Cambridge, y también algunas enciclopedias de los Lo importante, lo problemático, es cómo reunir dentro de cada uno
últimos siglos del medioevo, los cuales nos hablan de Bestias, de de los tres grupos de habitat realmente significativos: tierra, agua,
Aves, y de Reptiles y Peces como animales terrestres, aéreos y acuá- aire, los diversos animales que en él viven. Aquí hemos tratado de
ticos respectivamente); y una vez lograda esta gran subdivisión, combinar unas cuantas ideas: parentesco entre animales, carácter
pasar luego, dentro de cada elemento, a hacer agrupaciones de exótico o imaginario de algunos, tamaño, hábitat particular, e os-
animales por similitud o interés (lo que sí rebasaría por completo lo tumbres, interés e importancia, condición de seres reales o míticos,

46 47
etc. La clasificación que ofrecemos es, pues, inevitablemente arbi-
traria, y en buena parte personal. Pero creemos que puede re~ultar
útil y satisfactoria. Estudiaremos de esta manera en los capitulas
que siguen los animales terrestres, acuáticos, aéreos e ígneos, sub-
divididos en diversos grupos; y terminaremos estudiando, para
concluir, los seres indefinidos ubicados por el saber medieval entre
los diversos reinos naturales, esto es, los animales minerales Y los
animales vegetates, que quizá sean el grupo más imaginativo y más
interesante.

CAPITULO U

BESTIAS DE LA TIERRA: FELINOS, HIBRIDOS,


ANIMALES EXOTICOS Y CURIOSOS

Los animales terrestres son los protagonistas principales del


Bestiario medieval, como apuntáramos; y constituyen además en
él la aplastante mayoría. Los estudiaremos en varios capítulos
dado su elevado número; tratando de agruparlos de algún modo.
Empezaremos por los grandes felinos, uno de los cuales, el león, es·
considerado de ordinario como el rey de los animales. Luego, para
completar este capítulo, examinaremos los principales híbridos,
como centauros o quimeras, para terminar con el estudio de cier-
tos animales exóticos, habitantes todos ellos de selvas, o desiertos,
ubicados por supuesto en tierras remotas y mal conocidas, distan-
tes del mundo europeo mediterráneo. En los capítulos que siguen
iremos examinando otras bestias de la Tierra, desde las más comu-
nes hasta las más insólitas.

GRANDES FELINOS: LEÓN, TIGRE, PANTERA, PARDO, LEOPARDO


Y LINCE

Los grandes felinos constituyen uno de los conjuntos más inte-


resantes del Bestiario. Está integrado por animales de rica simbo--
logía, todos exóticos, pues no se hallaban en ~uropa, quizá~ con
la sola exc~pción del lince (aunque los Bestiarios se refieren en el
caso de éste, como en el de todos los otros felinos, al animal asiáti-
co o africano descrito por los autores clásicos). No obstante su
condición de animales 'reales', la descripción de estos grandes y

48 49
exóticos felinos en el Fisiólogo y en los Bestiarios, cargada toda de humana; buen ejemplo de que los__reyes, de tener que asumir por
motivos fabulosos o confusos, hace casi siempre de ellos animales algún motivo rasgos animales, preferirían sin duda los del león, so-
imaginarios. berano indiscutido de las bestias>-.
En la simbología judea-cristiana se conservó esta dualidad, con
l. El león. clara tendencia a lo positivo. Es bestia devorante (por sus terribles
fauces, símbolo del mal, imagen del demonio). Así se lo muestra en
Igual que las enciclopedias animales antiguas, los Fisiólogos y los libros bíblicos de los Jueces, en los Salmos, en Isaías y luego en
los Bestiarios medievales comienzan también con el león, el rey de San Agustín. Pero es rey de los animales, fuente de bondad ,Y
los animales, el cual es sin ninguna duda una de las bestias más resurrección. Ejemplo usualmente citado de ello es que en el era-
ricas en significados y una de las más interesantes del mundo de neo del león muerto por Sansón unas abejas hicieron un panal; y
la zoología. Su nombre en griego significaría 'rey', según San Isido- se halló luego miel en él. Para el cristianismo el león es símbolo e
ro; y con esa misma significación habría pasado al latín y a las · imagen de Cristo, de su majestad divina (a veces lo es de Dios Pa-
muchas lenguas derivadas de este último. Desde temprano el ani,. dre); y los leones aparecen a menudo como acompañantes y alia-
mal habría sido asociado al poder, sobre todo al poder real, gracias: . dos de santos y de héroes. Así sucede con el león de Fisiólogos y
a su elegancia y belleza, y a una serie de atributos suyos que son Bestiarios medievales. Sólo que a la simbología usual 'Se añaden
un tanto míticos o discutibles, pero que usualmente le han sido algunos interesantes datos, ya sean reales o míticos, procedentes
acordados sin discusión, como serían su valor, su fiereza, y su del saber clásico y de la tradición oral. ·
magnanimidad o carácter noble, todos ellos tenidos por atributos El Fisiólogo nos describe los rasgos clásicos del león y su claro
propios de la realeza. sentido crtstológico. Comienza recordando que Judá, al bendecir a
En tanto símbolo, el león es fundamentalmente animal solar Jacob su hijo, lo llamó "cachorro de león"; y luego expone lo que
asociado a la luz del sol, al poder, a la fuerza diurna. Pero, com~ llama las tres peculiaridades del león. La primera de ellas es que
toda figura simbólica, es también dual: a) es ante todo bestia cuando, al andar olfateando por la selva, el animal -que vive
devorante, esto es, enemigo del ser humano, comedor de hombres, solitario entre los altos montes boscosos- siente el olor del cazador
símbolo del mal, adversario al que debe vencer el héroe, como ocu- que lo persigue, se dedica a borrar todos sus rastros con la cola
rre en los casos de Hércules o de Sansón; b) pero es. al mismo tiem- para que s':l enemigo no pueda darle alcance. Esto conyierte al
po signo de poder, de majestad, de luminosidad solar, rey del mun- león en imagen de Cristo oculto. La segunda es que elleon duer-
do animal, y por todo ello asimilable a lecturas positivas, modelo a me con los ojos abiertos, es decir, que mientras el animal duerme
imitar por el hombre, animal respetado, temido y admirado. sus ojos velan, lo que lo convierte en clara imagen de la vigilia de
Por su fuerza, por su carácter imponente, y también por su Cristo, pues aunque éste "durmió corporalmente en la cruz ... su
ferocidad y su valor (atributos estos dos últimos que por lo general divinidad vela siempre a'la diestra del Padre". La tercera y última
no le cuadran en realidad mucho.), .se ha asociado desde antaño al particularidad es que cuando la leona da a luz, sus hijos na;en
~eón a la realeza. Se le acordarp_~!ódos los supuestos atributos de
muertos, no obstante lo cual ella los cuida durante tres d1as,
esta: magnanimidad, nobleza:, g~~osidad; pero también soberbia, hasta que al cabo de éstos llega el padre y los revive, exhalando su
orgullo, poder excesivo y a veces arbitrario. Los reyes antiguos y aliento sobre ellos. La leona es aquí la imagen de la Virgen, que
medievales se identificaban con él y se pretendían leones: así, para llora a Cristo crucificado, su cachorro; mientras que el león repre-
no citar sino dos casos bien conocidos, los extintos reyes de Etio- senta a Dios Padre y a su poder vivificador. Los tres rasgos, por lo
pía se autodenominaban hasta no hace mucho "Leones de Judá" demás, parecen en realidad ser propios de otros animales, pues se
y el símbolo de ios soberanos ingleses es todavía el león, el león dice que la zorra borra sus rastros con la cola para evitar ser des-
británico. Entre los indios, indonesios y malayos abundan los cubierta; que la liebre duerme con los ojos siempre abiertos; y que
nombres de familia y de localidades asociados orgullosamente a la osa lame a sus cachorros recién nacidos, que parecen informes y
leones. En la Vida de Apolonio de Tiana de Filóstrato, se ve al muertos, y de ese modo los revive o les da forma.
famoso taumaturgo pagano de comienzos del cristianismo devolver Pero Isidoro y los Bestiarios le atribuyen muchos otros rasgos,
al rey Amasis, que ha sido metamorfoseado en león, su naturaleza que enriquecen enormemente la descripción del animal. Isidoro, por

51
50
cierto, trata del león con detenimiento en sus Etimologías. Dice allí
que su nombre es de origen griego y que existen tres tipos de leo-
nes: unos pequeños, mansos, de encrespada melena; otros más
grandes y de corta melena, que son fieros; y otros, los mayores, los
del tercer grupo, que son aún más feroces. Tratando de este último
tipo de león, el usual, dice de él que la frente y la cola revelan su
carácter, y que el valor se refleja en su pecho y la decisión en su
cabeza. Al verse cercados por los cazadores, los leones miran a tie-
rra para así evitar atemorizarse al contemplar las armas de éstos.
Temen al ruido de las ruedas de los carros, pero sobre todo los
espanta el fuego. Repite luego los tres rasgos que le acuerda el Fi-
siólogo, aunque sin caer como éste en lecturas cristológicas o sim-
bólicas. Termina señalando que en presencia del hombre el león es
de naturaleza apacible, a menos que esté herido; que su índole
clemente se muestra en que perdona a los caídos, en que deja mar-
char a los cautivos que encuentra a su paso; y en que no mata al
hombre·. salvo cuando está hambriento.
Combinando al Fisiólogo con Isidoro, su modelo usual, y aña-
diendo algunos ótros rasgos de diversa procedencia, elBestiario de
Cambridge completa la descripción del león, que repiten luego
otros Bestiarios. Como nuevas características del animal dice
-entre otras cosas- que cuando quiere comer, el león traza un
gran círculo en el suelo con la cola, pero que no lo cierra por com-
pleto sino que le deja una entrada o espacio abierto. Atraídos, los
animales acuden y van entrando al círculo. De este modo el león
escoge su alimento, lo que a juicio del anónimo autor del Bestiario
es una imagen o símbolo de Cristo llamando a los humanos a acu-
dir a El para salvarse. Dice también que los partos de la leona. son
siempre regresivos (esto es, que en su primer parto pare cinco ca-
chorros, en el segundo cuatro, en el tercero tres, en el cuarto dos, y
en el quinto uno, no pudiendo desde entonces parir más). Este
rasgo, derivado de Plinio, se debería al desgarramiento que los ca-
charos van causando en el útero de la madre, observación natura-
lista de corte fantasioso pero que no lleva aquí a ninguna lectura
moralizadora. Se detiene a describir su supuesta forma de alimen-
tarse, y dice que el león sólo come en días alternos, esto es, dejan-
do siempre uno de por medio; que es abstinente, pues no come
demasiado; y que, como corresponde a un rey, desprecia la comida
del día anterior o la comida que ha sido cazada por otros. Rasgos
también interesantes son: a) que, al sentirse enfermo, el león se
l. El león se cura comiendo un mono, perdona la vida al hombre que se le humilla y teme al cura comiendo un mono (afrrmación ésta que remonta a Esopo); y
gallo. Bestiario de Oxford. Siglo XII. Bodleian Library, Oxford. b) que c:uando ha comido mucho -o cuando siente que lo persi-
guen- se provoca él mismo el vómito metiéndose sus afiladas uñas

52 53
león tiene temores simbólicos. Uno de ellos ante el gallo, en espe-
en la garganta y así se recupera y sigue. El león muestra su cle- cial si se trata de un gallo blanco, pues éste es símbolo de la muer-
mencia perdonando al hombre que se le rinde arrodillándosele; y te de Cristo, anunciada por hombres virtuosos, afirmación a partir
su nobleza no atacando a las mujeres, y sólo atacando a los niños de la cual el autor pasa a asociar este anuncio con la conducta de
cuando está en verdad demasiado hambriento. san Pedro en el momento de la Pasión y con el canto del gallo al
No obstante su fuerza, el león tiene enemigos, pequeños pero producirse su negación de Cristo. El otro, ante el chirrido de las
mort~es. Uno es el escorpión, cuya picadura lo mata. El otro es el
ruedas de un carro, miedo equivalente al que sintiera Cristo como
leontofono, mencionado ya en las Etimologías de Isidoro, el cual es hombre ante la cercanía de su Pasión y Muerte. De manera algo
fatal para los leones. Se trata de un animalejo muy pequeño, que forzada, la imagen del carro, con sus cuatro ruedas, recordaría a
es capturado por los cazadores interesados en dar muerte al león. los cuatro Evangelistas; y el chirrido usual de éstas al moverse el
Una vez capturado el animalillo, los cazadores lo queman por vehículo sería como el anuncio de la muerte, "que ellos anuncia-
completo: y su ceniza, untada a trozos de carne, mata al león
cuando este la come (olvidando por· cierto su sana costumbre ron al mundo", dice Philippe de Thaon.
Textos distintos se detienen a señalar otros enemigos del león,
traída a cuento justamente por el autor del Bestiario de Cambridge: como es el caso de la serpiente; y otros temores suyos, como el que
de no comer carne . .cazada por otros). El león sabe que elleontófo- experimenta al ver el fuego, ya indicado por Isidoro. En su Libro del
~o es mortal para el; y por ello, cada vez que puede hacerlo, lo per-
Tesoro, Brunetto Latini señala otras cosas, apoyado en el Fisiólogo,
sigue, lo captura y lo mata, desgarrándolo con sus zarpas sin la en Isidoro, en otros textos medievales, y en fuentes antiguas como
menor piedad. Plinio. Afirma Brunétto que el león es rey de los animales porque
Otro famoso Bestiario, el de Philippe de Thaon, también describe ·su rugido los hace huir a todos aterrorizados; pero confunde .las
en forma detallada al león, partiendo del Fisiólogo de Isidoro y de cosas cuando dice que el felino traza un círculo con su cola que
otr.a~ fuentes. Pero, más que cualquier otro aut~r de Bestiarios, ningún animal osa franquear. Señala que aunque todos le temen,
Philippe de Thaon se centra en la dimensión cristológica y sagrada incluidas las grandes bestias, él mismo tiene sus temores, como le
d;l ~al. ~escrt"?~ -con larga y algo pesada complacencia en los ocurre al ver el fuego o al escuchar chirriar las ruedas de los ca-
símile~ ~~ tipo religi~so- los mismos rasgos del león ya señalados
rros. El peor de sus adversarios sería empero el pequeño escorpión,
en .el Fiswlogo y ~n Isidoro. Destaca su condición de fiero rey de los que le hace sufrir con su picadura, llegando incluso a matarlo, lo
anrmales y al senalar el modo en que, hambriento, devora al torpe que revela que la Naturaleza 1 ha querido de esta manera castigar
asno, le confiere atributos de Cristo Pantócrator, llamado a juzgar su orgullo. En este mismo sentido añade el autor. italiano que el
los pec~dores y a condenar a los judíos, simbolizados en el asno. león pasa enfermo, como con fiebre, jres días de cada semana, lo
En el crrculo que traza el animal con su cola para escoger sus que también aminora natu.!'almente s.u poder. Pero· sabe curarse; y
presas, la cola es la justicia divina, el círculo el Paraíso, las bestias según él no es comiendo un morio sino masticando hojas de cicu-
somos nosotros, y el espacio libre la entrada a la que tendremos ta. Aunque come un día sí y otro no, lo cierto es que ingiere cada
acceso siendo buenos. Si el león, enfurecido, golpea la tierra con vez grandes cantidades, las cuales no sie_mpre puede digerir; e in-
sus patas, en ell?debe verse la imagen de Cristo airado, capaz de cluso le producen mal aliento. En tal caso se mete una pata delan-
p~tearnos Y castigarnos aun sin haber cometido falta alguna. Si el
tera en las fauces y con la~ garras se saca la came no digerida,
h~on borra los rastros con su cola, debe apreciarse en ello el miste-
arrojándola lejos de sí. Este vómito provocado por razones digesti-
no de la ~ncarnación, que hizo del Hijo de Dios un hombre. y así vas y para eyitar la halitosis es una variante del que el animal se
por el estilo. causa a sí miSmo cuando se siehte pesado o cuando los cazadores
Qitizá lo más interesante del texto de Philippe de Thaon sea la
lectu~a simbólica que 1?-ace de otr~s supuestos rasgos del gran feli-
lo persiguen. ·
La simbología cristológica y en general positiva del león se mani-
no. Dice el autor frances que elleon revela su dimensión cristológi-
ca c~ando, según lo que es su costumbre, se arroja tembloroso a
los pies d~ todo hombre al que ve por la primera vez, pues al hacer 1 No deja de ser interesante como indicio de una mentalidad abierta al culto de los clásicos y
tal cosa, el, rey de las fieras, se humilla, así como Cristo Dios se anunciadora del cercano Renacimiento el hecho de que Brunetto no diga aquí "Dios", como ha-
bría sido lo más indlaulo en un autor medieval. sino "la Naturaleza", término de cierta significa-
humilló también al asumir figura humana. Dice igualmente que el ción pagana dentro de un contexto como éste.

55
54
fiesta en la literatura cristiana y medieval, en la que la representa-
ción del león es muy frecuente. El león es imagen de Cristo, "león
de Judá", como lo llamara San Juan Evangelista. Es uno de los
integrantes del Tetramorfos, como compañero o símbolo de San
Marcos Evangelista; y en este caso suele ser un león alado. Se aso-
ció a San Marcos con el león porque aquél, en su Evangelio, insis-
te particularmente en la realeza de Jesús, como descendiente di-
recto de David y de Salomón.
Los leones son frecuentes compañeros de los eremitas cristianos
de los primeros siglos. Uno de ellos fue el de san Jerónimo, el co-
nocido Padre de la Iglesia. Versión cristianizada del clásico tema de
Androcles, el león de san Jerónimo (al parecer se trataba en un
principio de san Gerásimo) se hace amigo inseparable del santo
asceta a raíz de que éste le extrajera una espina que se le había
incrustado en una pata. En la continuación del relato el león es
utilizado por san Jerónimo como guardián del asno que iba a bus-
car al río vecino el agua que necesitaban el santo y sus compañe-
ros para sus necesidades; y luego de que unos ladrones se lo llevan
sin que el león sea capaz de impedirlo y sin que pueda tampoco
explicarle más tarde al santo su inocencia, se convierte dócilmente
en su sustituto ya que como era previsible Jerónimo se quedó con
la sospecha de que -siguiendo sus naturales instintos- el león se
lo había comido. Sólo mucho más tarde las cosas se aclaran y la
inocencia del pobre león es demostrada. Otros leones importantes
asociados a santos anacoretas de los primeros tiempos cristianos
son los de San Pablo Ermitaño y los de Santa María Egipcíaca,
leones enterradores unos y otros. También San Macario Romano,
el anacoreta de la leyenda de los tres monjes greco-sirios que par-
tieron en busca del Paraíso Terrenal, vivía en su lejana morada
cercana al Paraíso acompañado de un amistoso pero imponente
león.
No obstante, el cristianismo también representa al león como
enemigo, como el demonio, como bestia merodeadora y devorante
de cristianos. De igual manera fueron frecuentes en el arte medie-
val cristiano las representaciones del profeta Daniel en el foso de
los leones al que lo arrojara Nabucodonosor y del que fue milagro-
samente salvado por un ángel de Yahveh.
Pero también el león puede ser fiel compañero de héroes caballe-
rescos cristianos, como sucede en la literatura medieval con el
imponente león que acompaña a Yvain, el héroe artúrico, y que
2. El león en las tapicerías de La Dama y el Unicornio. Siglo XV. Museo de Clun;y. París. pelea siempre a su lado. En la famosa obréi. de Chrétien de Troyes,
El Caballero del León, que tiene por protagonista al caballero seña-
lado, éste, en una de sus aventuras descubre en medio de un bos-

56
57
que a un león que lucha con un terrible dragón o serpiente flamí- se hace alrededor de dos o tres motivos muy estrechamente ligados
fera, la cual está a punto de matarlo. Yvain salva al noble león de que tienen siempre como protagonista a la tigresa: su rapidez: la
las fauces y anillos del espantoso reptil; y desde entonces el animal captura de sus cachorros por el cazador, y ~a treta.us.ada por este
se convierte en su dócil ayudante, fiel a él como un perro, pero ca- para engañarla, ya sea con bolas o con es~~os d~ VIdno. . .
paz de enfrentar, aliado de su amo, como una fiera salvaj~. a los Los motivos en realidad proceden de Plinio, quien en su HlStona
enemigos de éste en el combate. Natural (VIII, 66) dice que el animal, que habita en Hircania y en la
El león, por último, tiene una interesante significación alquími- India, posee una velocidad en verdad impresionante, la cual se
ca, que no estudiaremos. Suele corresponder al azufre, 'elemento pone en evidencia cuando un cazador intenta apoderarse . .de ~u.s
fijo', pero también hay en la alquimia un león rojo, identificado numerosas crías. Para ello el cazador se vale del caballo mas rapl-
con el oro, 'el león de los metales'. En diversas representaciones el do que logra obtener. Llega a la guarida del tigre, coge los cacho-
león se asocia y se enfrenta al unicornio, pero esto lo veremos lue- rros y parte en su caballo en una suerte de carrera de postas en la
go, al ocupamos de este último. que el jinete reemplaza cada cierto tiempo su agotada montur~ por
una fresca, tan rápida como la anterior. El tigre macho no se rn~e­
2. El tigre. resa por sus crías, pero la tigresa sí; y al h~lla! la cueva. vacia,
parte a toda velocidad en pos del cazador, siguiendo ~a pista de
Es también bestia devorante como el león, pero a diferencia de éste gracias a su poderoso olfato. Cuando el fugitivo siente cercano
éste, el tigre es animal lunar, noctumo, a menudo asociado a la el rugido de la enfurecida tigresa, le arroja uno de los cachorros. La
obscuridad y a la luna, en especial a la luna nueva. En este tigresa se detiene, lo toma con la boca; y reanuda la car:era tras el
sentido ambos serían ·animales opuestos, el león como asociado al captor. La situación se repite varias veces; y al frnalla i;igresa, car-
sol y a la luz diuma, y el tigre como vinculado a la luna y la noche. gada con varios cachorros, se queda rugiendo en la playa mientras
A veces el tigre simboliza deseos elementales desencadenados, el cazador logra llegar al barco que le espera. Plinio no dice si éste
suerte de fuerza desatada e incontrolable. También es de ordinario conserva alguno de los cachorros, pero es muy ·probable, dado que
símbolo de fuerza, de ferocidad, y sobre todo de agilidad y rapidez. al comienzo ha dicho que las camadas son numerosas, y puesto
Con cierta frecuencia se lo ha asociado a las castas guerreras, que concluye su texto afirmando que la tigresa permanece en la
como en la India, pero menos que el león a la realeza. playa rugiendo en vano mientras el cazador escapa. De todas ma-
Para la Antigüedad tardía y para el Medioevo europeo cristiano neras, podría también pensarse que la tigresa logra recobrar todos
el tigre era fundamentalmente símbolo de agilidad, de rapidez, aso- sus hijos y que el cazador se considera afortunado de haber esca-
ciadas a veces con ferocidad, a veces más bien con cierto narcisis- pado con vida, aunque sin cachorros.
mo, con la contemplación de su propia belleza por parte del ani- El tema reaparece más tarde, en una versión del Fisiólogo griego,
mal, o de su hembra. Así lo describen los Bestiarios, que a menudo en la que además de añadírsele varias cosas pareciera interpretarse
hablan por ello más bien de la tigresa y no del tigre. La descJ1pción el tema recogido. por Plinio en el último sentido señalado: el tigre es
fisica es a menudo confusa, imaginaria. Por lo general se lo piUes- descrito como un cuadrúpedo muy semejante al león, sólo que de
tra como una bestia parecida al león, suerte de ágil mamífero pero hocico más largo y curvo. Habita en la India; y de la tigresa se dice
que algunas veces, de acuerdo a las ilustraciones que acompañan que guarda a sus crías dentro de una bola hueca de cristal. Ama
a los textos, resulta ser de color azul (sin que los autores tengan al mucho a sus hijos (aunque el autor no lo dice de modo expreso)
parecer la menor idea acerca de las listas y colores de su piel, pues cuando descubre que le han robado su cachorro (aquí no se
aunque el Bestiario de Cambridge dice de ésta que es manchada). habla de una numerosa camada sino de un solo animalito) se lan-
Pero en otros casos se dice que el tigre es una serpiente. Su habitnt za a la velocidad del viento tras las huellas del ladrón; y lo alean-
es tambien variable, a veces es la India, a veces es Hircania. En za, por grande que sea la ventaja que éste lleve. Entonces -dice el
todo caso el rasgo dominante del animal es siempre la rapidez. Su Fisiólogo griego- el cazador le arroja a la tigresa su cachorro dentro
nombre se asocia con el_ del río Tigris, 'el más rápido de todos los de la bola de cristal. Ella teme romperla y herir a su cría, por lo que
ríos'. Siguiendo a San Isidoro, el Bestiario de Cambridge llega a con todo cuidado se lo lleva de regreso a su guarida haciendo ro-
decir incluso que 'tygris' significa 'flecha'. Y la descripción del tigre dar la bola de cristal delante de ella. El Fisiólogo latino, en cambio,

58 59
nada nos dice acerca del tigre o la tigresa. espejo. Gossuin de Metz -que describe al tigre como una bestia
Isidoro representa en este caso -igual que en muchos otros- manchada de color azul- dice que el cazador, para robarle a la
una ruptura momentánea, pues su descripción del tigre, ceñida a hembra los cachorros, lleva consigo espejos de vidrio, que le lanza
lo que podríamos llamar 'científico' para entonces, no deja ningún al animal cuando éste, enfurecido, está a punto de alcanzarlo. La
espacio para este tipo de leyendas. En sus Etirrwlogías el tigre es tigresa, al verse en el espejo, cree que se trata del cachorro, y mien-
brevemente descrito como animal veloz, al que persas y medos lla- tras le da vueltas y lo rompe con sus patas, el cazador escapa.
maban por ello 'saeta'. Su piel es manchada, es fiero, y velocísimo, Gossuin comienza ya a abandonar el tema del amor matemal de la
habiéndose llamado Tigris al famoso río mesopotámico por la gran tigresa, pues concluye diciendo de los tigres que estos animales
rapidez de su· corriente. Termina diciendo que los tigres habitan en son tan dados a contemplar sus propias imágenes que fácilmente
Hircania. El Liber Monstrorum nos dice más o menos lo mismo: los se los podría capturar vivos mientras, fascinados, se contemplan a
tigres son animales feroces y de gran velocidad que habitan en la sí mismos.
India, en Hircania y en Armenia; y el nombre del río Tigris deriva de
la velocidad con que irrumpe en Mesopotamia al salir del monte
Cáucaso, velocidad digna de un tigre.
Pero en obras enciclopédicas de los siguientes siglos medievales,
como la Image du Monde de Gossuin de Metz, y en los primeros
Bestiarios, como el de Cambridge, el tigre es nuevamente reducido
a ser objeto de la historia del cazador, los cachorros robados y las
bolas de cristal, cohvertidas a veces en espejos.·En el Bestiario de
Cambridge, que en cuanto respecta a la descripción del animal
sigue en todo a Isidoro, la historia es enriquecida y su sentido
transformado por completo. Dice el autor que al ver vacío el cubil
de uno de sus cachorros la tigresa se lanza en persecución del
ladrón. Este, pese a ir montando un caballo velocísimo, es pronto
alcanzado por la mucho más rápida tigresa. Pero una estratagema
lo salva: junto con los cachorros robados, el cazador lleva consigo·
unas bolas de vidrio; y al ver que la tigresa se le arroja encima, le
lanza.una de las bolas. La enfurecida bestia se detiene; y engaña-
da por su reflejo en el cristal, cree que ha recobrado una de sus
crías. Es algo más tarde que se da cuenta del engaño, cuando otra
vez el cazador se ha perdido de vista. Reanuda entonces la perse-
cución; y cuando está ya de nuevo a punto de alcanzarlo, la histo-
ria se repite: una nueva bola de vidrio, lanzada por el ladrón, en la 3. La tigresa engañada por el cazador. Bestiario de Oxford. Stgl9 XII.
que el animal aprecia su reflejo, la hace creer por segunda vez que Bodleian Library, Oxford.
se trata de uno de sus hijos, lo que la lleva a detenerse. Así se que-
da engañada, privada de sus crías, mientras el astuto ladrón logra El Bestiario de Pierre de Beauvais, que por cierto asegura que el
escapar con ellos. · tigre es una serpiente, reúne hábilmente ambos temas: el del amor
El curioso tema sigue evolucionando en los diversos Bestiarios, maternal y el del narcisismo, pero inclinándose claramente hacia
siempre en contra de la pobre tigres a. Del motivo de las bolas de el segundo. Dice que la tigresa persigue al ladrón de sus cachorros,
cristal se pasa luego al de los espejos, colocados por el cazador. Y pero que éste, con astucia, va colocando previamente varios espe-
del amor maternal al narcisismo. La tigresa se contempla, enamo- jos en el catnino por el que huye. La fiera, por enfurecida que esté,
rada de su propia figura, y pierde así los cachorros. Y en algunos no puede qejar de mirarse en un espejo. Al ver su figura piensa sin
casos, termina capturada ella misma mientras se contempla en el duda en ~us cachorros, pero lo que la lleva a detenerse más es la
posibilidad de contemplar su bella estampa, tanto que olvida se-

60 61
~ir persiguiendo a quien le ha robado sus crías. La simbología del ben sin embargo bien, hablando siempre de su agilidad, de su
relato es clara: el cazador es el enemigo, los espejos las tentacio- belleza, de su piel moteada y variopinta; pero si dejamos de lado lo
nes, como festines, mujeres y pecados, el cachorro el alma que relativo a su apariencia, el animal de que tratan muy poco tiene
debe·ser protegida, y la tigresa el cristiano que cae en la tentación, que ver en verdad con la pantera real. ·
que peca, y pierde el alma. . Plinio (Historia Natural, VIII, 62-63) dice que la pantera y el tigre
El motivo del narcisismo domina desde entonces por completo. se distinguen de otros felinos por su piel moteada y multicolor.
Los otros Bestiarios insisten siempre en él; ya no se habla más del Afirma que de acuerdo a ciertas autoridades la pantera tendría en
amor matemal de la tigresa sino del placer que experimenta en un hombro una mancha en forma de luna, expandida en círculo y
contemplar en el espejo su bella estampa, su hermosísima figura, ahuecada de esa manera. Sugiere un motivo, proveniente de Aris-
razón por la que pierde sus cachorros. Así el Bestiario de Amor, de tóteles (Historia de los Animales, IX, 6), que luego fue central en la
Richard de Fournival, describe a la tigresa como enamorada de su Edad Media, al decir que la pantera atrae por su olor a todos los
bella figura, que se extasía mirándose al espejo y olvida perseguir a animales, aunque añade que éstos no se le acercan debido a la
quien le ha robado sus cachorros. Así el Bestiario Valdense llega ferocidad que muestra su cabeza. Por esto, concluye el enciclope-
incluso a decir que el tigre se deleita tanto mirando su propia es- dista romano, la pantera los captura escondiendo su cabeza y
tampa que es capturado él mismo mediante la treta de poner espe- haciendo que acudan a ella gracias a sus otros atractivos.
jos en su camino. Apenas el Libro del Tesoro se mantiene en el te- Los rasgos básicos de lo que fueron más adelante las descripcio-
rreno más tradicional de lo señalado por el Bestiario de Cambridge, nes medievales de la pantera están ya todos en el Fisiólogo, aun-
y repite con él la historia de las bolas de cristal que hacen perder a que no sabemos muy bien de dónde los tomó, sobre todo los sim-
la engañada tigresa sus amados hijos. bólicos. Dice el Fisiólogo de la pantera que: a) es amiga de todos
No obstante esta constante presencia del animal en Bestiarios y los animales (lo que es claramente una explicación etimológica de
en enciclopedias medievales, ni el tigre ni el tema del cazador, ni el su nombre: xav-8epov), salvo del dragón, símbolo demoníaco, del
de los cachorros y las bolas o espejos de cristal aparecen como cual el felino es en cambio enemigo declarado; b) es animal multi-
motivo en la literatura medieval cristiana de Occidente. Lo que sí color, 'como la túnica de José', y de una gran belleza; e) es además
aparece en cambio con cierta frecuencia en el arte de. los miniatu- animal tranquilo y sumamente manso; d) cuando come y se sacia
ristas medievales es la representación de los diversos temas m en- duerme por tres días en su madriguera, lo que la convierte en ima-
cionados, la mayor parte de las veces como ilustración del texto de gen de Cristo, pues también como ella Este sólo despertó -resuci-
Bestiarios. 2 tó- al tercer día de su crucifixión; e) al despertar, clama con una
gran voz, y al hacerlo emite un aliento cargado de toda clase de
3. La pantera. olores aromáticos, el cual atrae a todos los animales hacia ella. La
simbología del fantasioso animal es bastante clara: la pantera es
Como el león, la pantera es un animal cristológico. Las descrip- imagen de Cristo resucitado que llama a los hombres y mujeres a
ciones fisicas de este felino, procedentes del mundo clásico, pasa- la salvación empleando buenas y aromáticas palabras. También
ron luego a la Edad Media, que -salvo unas pocas excepciones- podría sugerir a un predicador cristiano que hace lo mismo en
sólo lo conoció en forma libresca. Fisiólogos y Bestiarios lo descri- nombre de aquél.
Como en el caso del tigre, Isidoro rompe también aquí la secuen-
cia del imaginario asociado a la pantera. Isidoro conserva por
2 El tigre tiene una simbología más rica y complicada en el bestiario chino, de la que no podemos supuesto como válida la etimología señalada por el Fisiólogo: la
ni estamos en capacidad de ocupamos. A más de su carácter lunar, asociado a la obscuridad y
a la luna nueva, elfe Uno tiene, gracias a sujuerza, carácter de defensor del orden cósmico. Se
pantera es llamada de esa manera por ser amiga de todos los ani-
habla en la mitnlogía china de cinco tigres (Wou Ho), que guardan los cuatro punros cardinales males (con excepción de las serpientes, pues el autor de las Etimo-
y también el centro: se describe un tigre rojo en el sur, que es imagen del vemno y del juego; logías no habla en este caso de dragones); o quizá porque le gusta
un tigre negro en el norte, que simboliza el agua y el invierno; un tigre azul en el este, que
representa los vegetales, o bien la primavera; un tigre blanco en el oeste, que es imagen de permanecer junto a sus congéneres, con los que comparte lo que
los metlles y del oroño; y un último tigre, amarillo, en el centro, el cual alude al oro, a lo que se caza. Nada nos dice en cambio el obispo hispalense acerca de su
halla arriba, como el emperar.lor, que es sobemno de la Tierra y de los otros tigres. aliento, ni de la forma en que atraería a los animales para devorar-

62 63
los, ni acerca de similitud alguna entre el felino y el Salvador cris- Este aspecto es desarrollado en Bestiarios ulteriores. El Bestiario
tiano. En cambio se detiene a tratar un tema derivado de Plinio de Pierre de Beauvais repite todo lo tocante al aliento de la pante-
(Historia Natural, VIII, 43): el del parto de la pantera, aunque en ra, a la forma en que con él atrae a todos los animales mientras
verdad Plinio de lo que habla en su obra es del parto de las .leonas aterroriza al diabólico dragón; e inserta en su exposición largos
y además poniendo en duda que éstas tengan un único parto, ya párrafos dedicados a comparar a la pantera con Cristo, apoyado en
que -como vimos a propósito del león- prefiere acordarles cinco. citas de autores del Antiguo y del Nuevo Testamento. El Libro del
Dice Isidoro que la pantera sólo pare una vez, debido a que los Tesoro, por su parte, se limita simplemente a resumir sin conside-
cachorros, cuando ya están desarrollados en el útero, no son ca- raciones cristológicas el corto texto del Fisiólogo y lo combina con
paces de esperar más; y con sus garras desgarran la matriz de la la idea del único parto, tomada de Plinio o de Isidoro.
madre. El animal pare con gran dolor, logrando expulsar a sus
cachorros, pero al quedar con el útero desgarrado, ya no puede ser
empreñada de nuevo.
El Liber Monstrorum no dice en este caso nada digno de ser se-
ñalado. Pero los Bestiarios ulteriores retoman en cambio los temas
del Fisiólogo y añaden incluso algunas precisiones al respecto. El
fragmento del temprano Bestiario Anglo-Sajón (Phisiologus) que nos
ha conservado el Libro de Exeter contiene una larga descripción de
la pantera, tan hermosa y poética como imaginaria, y que no es
sino un desarrollo de cada uno de los bien conocidos motivos del
Fisiólogo. La pantera es descrita allí como un animal moteado de
belleza incomparable, pero tímido y manso, que vive lejos, en las
montañas, que es benefactor de todos salvo del dragón, y a cuyo
llamado o rugido aromático no sólo acuden todos los animales
sino también soldados y gentes de todo el mundo, de castillos y
ciudades de todas partes.
El Bestiario de Cambridge, por su parte, dice cosas más intere-
\
santes. Antes de repetir la descripción de Isidoro y de hablar del
único parto de la pantera y de sus razones según Plinio, el autor
entra en el tema de la relación del felino con los otros animales y 1 áttttnaL qd ~tetE'pattttt~ uart
su significado cristológico. Dice así el autor que la pantera, una
vez que ha comido hasta hartarse, penetra en su guarida y duerme umq; JidM ooúnt l1abtt1Gt-t f:puro
allí por tres días. Entonces despierta y emite un poderoso eructo.
Un olor delicioso y aromático, como de pimienta, es exhalado de
4. El aromático eructo de la pantera atrae a todos los animales. Bestiario de Cambrtdge.
su boca y se difunde a gran distancia. Cuando los otros animales Siglo Xll. Cambridge Universlty Ltbrary.
escuchan el eructo y sienten el maravilloso aroma, acuden de to-
das partes, atraídos por la suavidad y dulzura del mismo. Tan sólo
el dragón huye aterrorizado a esconderse en lo profundo de su Vale la pena señalar que ninguno de estos Bestiarios afirma que
cueva cuando oye el fuerte eructo de la pantera su enemiga. Allí la pantera se coma a los animales a los que atrae con su aliento o
permanece atontado, inmóvil, medio dormido, como muerto. A par- con su emcto aromático. En general todos evitan hablar de la ali-
tir de esto el autor del Bestiario se extiende en largas reflexiones mentación del felino, y Pierre de Beauvais, el único en abordar
religiosas, comparando a la pantera con Cristo y omitiendo toda directamente el tema, dice que la pantera "se sacia con diversos
referencia a que el animal se alimente de la carne de los animales a alimentqs" o que "se nutre de alimentos muy variados", aunque no
los que ha atraído con su eructo y con su aliento. explica por supuesto en qué consisten. Sólo Bestiarios más tar-

64 65
días, como el Bestiario Moralizado de Gubbio o el Bestiario Toscano todas maneras preguntarse si la forma e insistencia en que -a
se atreven a afirmar que la pantera atrae a los animales con s~ partir de los Fisiólogos- el cristianismo desarrolló con tanta
aliento para comérselos, lo que por lo demás no modifica en nada riqueza el tema no tiene algo que ver con la leyenda temprana, e
el sentido positivo y cristológico del relato. El Bestiario de Gubbio igualmente persistente, de que Jesús habría sido el hijo bastardo
lleva incluso el paralelo hasta decir que "Cristo es la fiera de dulce de un legionario romano llamado o apodado Panthera, que estuvo
olor 1 a la que corren las ánimas santas 1 de que se alimenta con de servicio en Palestina. De este modo el Salvador cristiano se
su vivo amor". Y el Bestiario Toscano, mucho más claro en este habría llamado en realidad Jesús Panthera, lo que sin duda ha-
campo, dice que la pantera, cuando los animales llegan a ella, bría podi(l alimentar con facilidad el paralelo, ya favorecido de to-
"atrapa a los que más le agradan y se los come", echándose luego a dos mor:os por el nombre griego del animal y por la vieja leyenda
dormir en su cueva por tres días; luego se levanta, ruge de nuevo, qur- :iablaba de su maravilloso aliento.
fcuden otra vez los animales, ella coge y devora a los que quiere, y La otra sería la constatación de la persistencia del mito mismo
así vive y pasa su tiempo. El Bestiario Valdense, por su parte, vuel- acerca de ese agradable y aromático aliento del animal, pues hay
/ve a la versión tradicional, omite toda referencia a la alimentación pruebas de que la idea se prolongó más allá de los siglos medieva-
jde la pantera y llega incluso a decir que los animales que han acu- les. Ejemplo de ello es que en tiem.pos tan recientes como el siglo
dido a ella atraidos por su olor no sólo no quieren ya separarse de XVII las farmacias de Londres acostumbraban vender una droga de
su lado sino que ni siquiera piensan más en comer, pues el olor de muy alto costo -dos libras esterlinas de ese entonces- que se lla-
la fiera les sirve a ellos de alimento. maba Panther, es decir, Pantera, y cuya propiedad era difundir el
Fuera del Bestiario y de algunas enciclopedias, la pantera no buen olor o el buen aliento; clara demostración de que ni el patro-
parece haber tenido mucha presencia en la literatura y el arte me- cinador o fabricante de la droga ni las gentes que la adquirían
dievales, aun cuando Dante la incluye en La Divina Comedia, en el habían tenido nunca la ocasión de oler de cerca a una pantera de
primer canto del Infremo, describiéndola como ágil animal de piel verdad, o aun mejor, de respirar su aliento.
moteada y haciendo por cierto de ella una suerte de símbolo de la
· lujuria, lejos de cualquier lectura cristológica. Abundan, sí, las re- 4. El pardo y el leopardo.
presentaciones del hermoso animal como ilustración de lo dicho
en los Bestiarios. Sólo que en estos casos el felino representado en Felinos menos importantes que los anteriores, el pardo y el leo-
ellas poco tiene que ver con la pantera real: suele ser azul con pardo sólo son mencionados en unos pocos Bestiarios y enciclope-
pequeñas manchas rojas y tener una cabeza de mastín nada sim- dias medievales. La distinción entre ambos es mantenida por unos
pática, aunque ello quizás intente tan sólo expresar de algún mo- y otras, pues los autores medievales diferenciaban al animal al que
do la fiereza que le atribuyera Plinio, fiereza capaz de hacer vacilar llamaban pardo del leopardo; y aún a éste de la pantera, mientras
a los animales atraídos por su olor. que en cambio para nosotros lo usual es confundir leopardos y
Dos consideraciones finales podrían tener cabida para concluir panteras.
con lo concerniente a la pantera. Los Fisiólogos no mencionan ni al pardo ni al leopardo, y es
Una de ellas sería lo relativo a la forma en que la tentativa de Isidoro el primer autor medieval en hacer la distinción, procedente
asimilar el animal a Cristo persiste a todo lo largo del medioevo y del mundo clásico, y recogida de algún modo en la Historia Natural
aún después, haciendo de la fiera carnicera que es la pantera un de Plinio. Dice el obispo español que el pardo es animal de color
animal dulce y manso, amigo de todos los demás animales, dejan- variado, velocísimo y sediento de sangre, que con sus saltos provo-
do de lado sus gustos carnívoros, atribuyéndole un aliento dulce y ca la muerte (entiéndase la de sus presas, pero Isidoro no lo dice).
aromático e insistiendo en que atrae y salva a todos los animales Parece claro que, sin saberlo, Isidoro está hablando del leopardo,
como Cristo a todos los hombres y mujeres que siguen su ense- aunque inmediatamente después describe a éste como un híbrido.
ñanza. Más allá del hecho de que el nombre griego de la fiera lleva Como Isidoro, el Bestiario de Cambidge describe al pardo como ani-
implícita esta posible amistad con las otras fieras y de que el mal moteado, rápido, inclinado a la sangre y capaZ en un salto de
motivo de su aliento aromático o buen olor, capaz de atraer a los atrapar y matar a su presa. Esto es, que también lo confunde en
demás animales, procede por lo menos de Aristóteles, cabría de realidad con el leopardo, aunque luego describe asimismo a éste

67
66
como un híbrido. Aunque ninguno de los dos autores citados lo al Gran Khan o al Preste Juan en las bellísimas ilustraciones del
señala, el nombre del animal, pardo, viene del griego clásico (:n:a.p- manuscrito del Libro de las Maravillas que reúne las obras de Mar-
Oos= pedorro), pues los antiguos le atribuían la fea costumbre de co Polo, Odorico y Mandeville, ilustradas para los duques de Bor-
defenderse de sus atacantes emitiendo contra ellos ventosidades goña en el siglo XV. De todos modos, no obstante su poca frecuen-
muy hediondas. En realidad el pardo, para los zóologos modernos, cia como motivo pictórico o literario, en el cristianismo medieval el
es el gato cerval o gato salvaje africano, felino selvático de cerca de leopardo suele ser símbolo de pecado, a veces de crueldad, y hasta
un metro de altura, y de piel muy apreciada. imagen del propio Anticristo, todo ello de acuerdo a un texto del
Inmediatamente después del pardo los Bestiarios y las enciclo- Apocalipsis (13, 2) muy citado en esos siglos.
pedias medievales hablan del leopardo. Este es descrito como un
híbrido de leonay pardo o de león y parda, hijo adulterino, suerte 5. El lince.
de felino mulo. Isidoro, que poco antes ha dicho que hay panteras
de dos tipos, unas blancas y otras negras, afirma, después de des- El lince resulta más interesante que el pardo y el leopardo. Es
cribir al pardo, que el leopardo no es sino la criatura nacida de la un felino menor, presente en algunos Fisiólogos y Bestiarios. La
unión de una leona cort un pardo, o de un león con una parda, temática medieval relativa al animal está dominada por dos temas:
siendo siempre, dada su condición de resultado del cruce de dos el de su orina y el de su vista.
especies diferentes, un animal híbrido, igual que el mulo o el bur- El primero de ellos es planteado por Isidoro, que lo toma de Pli-
dégano. Eso repite el Bestiario de Cambridge, dándole carácter de nio y de otros autores clásicos. En las Etimologías el lince es des-
producto adulterino e inferior. Ni Isidoro ni el autor del Bestiario de crito como un animal de espalda moteada como el pardo, pero que
Cambridge se detienen en esta ocasión a examinar la etimología en realidad tiene figura de lobo. Su nombre derivaría de esta simili-
del nombre del animal, quizá por ser demasiado obvio, pues es tud, pues el nombre griego del lobo es A.vKos y el del lince A.vvx. La
claro que leopardo no podía ser para ellos sino el resultado de la principal peculiaridad del lince es que su orina, al solidificarse, se
unión de un león con un pardo, que conservaba en su nombre el convierte en una piedra preciosa, que se llama lincurio, es decir,
de sus dos progenitores. El tema remonta -lo dijimos- a Plinio, que turmalina (en realidad lync-urius, esto es, 'orina de lince'). Y es
lo sugiere en todo caso en su Historia Natural. Lo interesante de cosa demostrada que el animal lo sabe, pues al orinar, cubre siem-
todo esto, empero, es que los autores medievales, que presentan al pre la orina de tierra, con el fin de que el hombre no pueda luego
modesto pardo como una fiera terrible, veloz y sanguinaria, con- apoderarse de ella. Al igual que otros felinos, la hembra del lince
viertan al mismo tiempo al leopardo en un híbrido despreciable e sólo podría pa jr una vez, de acuerdo a lo dicho por Plinio, anota
insignificante sólo por atenerse a su insaciable gusto libresco y finalmente lsi loro, para concluir con el pequeño animal. Esa
acrítico por la etimología. U na excepción en este terreno podría ser misma idea es recogida por el autor del Bestiario de Cambridge, el
el Liber Monstrorum, que no obstante seguir a Isidoro en lo de la cual describe al lince diciendo de él que es una especie de lobo
condición híbrida (león-pardo) del leopardo, lo describe empero co- moteado como un leopardo, cuya orina, al solidificarse, se trans-
mo una bestia feroz y terrible, aprovechando para añadir que la forma en la piedra preciosa llamada ligurius; y que, conocedor de
condición de Wbrido se revela en el carácter compuesto de su cuer- esta propiedad,. el animal la cubre de tierra para evitar que los
po, lo que acrecienta su aspecto horrendo y la atrocidad de su hombres se apoderen de la piedra.
conducta. El segundo es planteado en otros Bestiarios, como el del fran-
Así pues, el ágil felino, tari conocido del mundo clásico y tan cés Pierre de Beauvais, quien, en la versión larga de su obra, ignora
importante para los egipcios, hebreos y griegos antiguos, careció de por completo tanto la historia de la linguria como que el lince,
significación en el mundo cristiano medieval, salvo ya en épocas igual que todos los gatos, cubra con tierrá su orina y sus excre-
tardías, más asociadas a las Cruzadas, a los grandes viajes y a la mentos; y prefiere en cambio definir al animal por su poderosa
exploración del Africa y del Asia. Ligada a esta exploración, a estos vista, rasgo éste que también habían apreciado bien los autores de
viajes, y a estos nuevos conocimientos, la imagen del leopardo, del la Antigüedad Clásica y que aparece de igual modo en Plinio. Para
verdadero animal, se hizo presente en el arte tardo-medieval. Un Pierre d~ Beauvais el lince -al que llama en realidad lieus- no es un
buen ejempo de ello son esos hermosos leopardos que acompañan felino o lobo sino un gusanillo blanco que ve a través de las pare-

68 69
des, de cualquier lado de ellas que se encuentre, no importando en todo.
nada lo gruesas que puedan ser, pues el animalito las atraviesa Aunque. hay modelos confusos de él en algunas culturas proto-
con la mirada igual que hace el sol con los vitrales. Esto sirve por históricas, lo cierto es que el centauro que nosotros conocemos es
supuesto al autor para iniciar una larga perorata moralizadora, producto de la cultura griega. Su origen como tema imaginario es
pues es claro que este atributo le ha sido dado al animal por Dios tan confuso como su nombre. En contra de lo que podría pensar-
y qu~ en ello debe verse una imagen de la manera como Dios ve to- se, éste no alude para nada al caballo. Kev,;avpos significaría origi-
das nuestras acciones, no importa cuanto tratemos de ocultarlas. nariamente 'picador de toros', pues el origen de estos híbridos
. Ambos temas ~e funden m~s ~delante; y el lince, rebajado por entre los antiguos griegos era asociado a los tesalios, montañeses
P1erre de Beauvrus a la cond1cion de gusano, pronto recobra su semi-salvajes, grandes perseguidores de toros a caballo. Explica-
condición de mamífero oscilante entre lobo y leopardo. Aunque en ción tan antigua como racionalista del origen de los centauros en
su Bestiario de Amor, Richard de Fournival habla todavía del lince la cultura griega es la que decía que en un principio, viéndolos a
como un gusanillo blanco de penetrante vista que corre por los distancia y generalmente de perfil, los griegos, observando a los te-
muros, tanto el Libro del Tesoro como otros Bestiarios ulteriores salios, habrían confundido a los jinetes con sus monturas, como
vuelven a atribuirle la condición de mamífero. Brunetto aflrma que si fuesen ambos una sola cosa. Para apuntalar la validez de esta
se le llama cervero o lince, y que tiene manchas negras como el explicación usual se ha utilizado incluso modematp.ente el ejem-
leopardo, pero que es más bien un lobo. Le atribuye tanto la vista plo de los indios americanos y los españoles, en los primeros tiem-
penetrante como la propiedad de que su orina se endurezca for- pos de la Conquista de América, pues hay claras evidencias de que
mando u~ piedra preciosa. Pero añade que el animal es sobrema- en un primer momento los indios, que jamás habían visto hom-
nera olvidadizo, en realidad el más olvidadizo de los animales. bres con armaduras y montados a caballo (este último animal era
Tai_Ito que si mientras come fija la vista de pronto en otra cosa, se desconocido en el Nuevo Mundo), habrían pensado, aterrorizados,
olVIda de que estaba comiendo y ya no es capaz de volver a hallar que se trataba de un terrible monstruo híbrido, mitad hombre-mi-
de nuevo su alimento. Empero, algunos Bestiarios conservan la tad caballo; idea que por cierto en un comienzo alimentaron en su
ambigüedad o la franca confusión. El Bestiario Toscano lo describe provecho los propios españoles, tratando, en esos tiempos iniciales
como semejante a un camero. El Bestiario Valdense no lo mencio- cargados de violencia, de no dejarse ver nunca desmontados de-
na. Y el Bestiario Provenzal lo describe como un ave. lante de los crédulos indígenas.
Pero esta explicación evemerista choca con la descripción clási;.
LOS PRINCIPALES HÍBRIDOS O MONSTRUOS TERRESTRES ca, cargada de imaginario: según ella los centauros son hijos de
Ixión y de una nube semejante a Hera, la cual le fuera enviada a
Es este un terreno interesante, en el que·es algo mayor la fanta- aquél por Zeus para confundirlo en el momento justo, cuando el
sía. Pero más allá de ciertos desarrollos y matices, la Edad Media agresivo Ixión estaba a punto de violar a su mujer. Los centauros
resulta poco o nada original. Sus monstruos son casi siempre los griegos, siempre asociados a historias de violencia y de rapto de
mismos de la Antigüedad clásica y prácticamente todos sus: mode- mujeres, eran de ordinario descritos como seres salvajes, violentos,
los son greco-romanos, helenísticos y orientales. Examinaremos comedores de carne cruda, raptores de mujeres; y como víctimas
algunos de ellos. del vino, pues éste los emborrachaba sin remedio dada su cons-
tante desmesura, volviéndolos así más agresivos. No obstante ser
l. El centauro. esos los rasgos usuales de los centauros, también la mitología grie-
ga habla de otra rama de ellos, en este caso buena y sabia, que
Es sin duda uno de los grandes arquetipos humanos. Simboliza son los centauros descendientes de Filira y de Cronos, representa-
~a doble naturaleza del hombre, humana y animal; y el dominio de dos corrientemente por Quirón, maestro de Aquiles. el Peleida. Una
esta sobre ~quella. Suele ser mostrado como imagen del instinto historia llena de simbolismo está asociada a Quirón, y es el relato
desatado, s1n control alguno; o de la animalidad dominando a la de su muerte. Herido de modo accidental en una de las tantas ba-
razón, al autocontrol que s.e supone debe tener el ser humano tallas de Heracles con los centauros, en la que recibe en una ro di-
incapaz en este caso de dominar la bestia con la que forma u~ lla una de las flechas envenenadas del héroe, Quirón, nacido in-

70 71
mortal en su condición de hijo de Cronos, se ve condenado a sufrir que tienen cuerpo humano normal hasta el ombligo, y el resto lo
etemamente de la enconada herida, pues ésta, como las otras pro- tienen como onagros, muestra -concluye- de que la imprevisible
ducidas por las flechas de Heracles, era imposible de curar. Para naturaleza logra reunir de manera natural seres de géneros distin-
evitar ese sufrimiento etemo, Quirón cede entonces su inmortali- tos.
dad a Prometeo; y a cambio de ello muere. Y de este modo cesa fi- Los Bestiarios ulteriores omiten a menudo hablar del centauro.
nalmente de sufrir. Pareciera así que los centauros, considerados más bien como
Al cristianismo medieval pasó lo esencial del motivo del centau- híbridos o monstruos humanos que como simples animales, hu-
ro: el relativo al hombre-animal, a su doble naturaleza, y al predo- biesen dejado por este motivo de tener cabida en textos dedicados
minio en él de la animalidad. Los Fisiólogos y Bestiarios asocian a principalmente a las bestias, aun cuando las sirenas, híbridos
menudo a los centauros con las sirenas, dado que éstas son tam- también como los centauros, sí siguieron apareciendo en la mayo-
bién de doble naturaleza, como híbridos de ser humano y animal; ría de ellos. El Bestiario de Amor y el Libro del Tesoro, por ejemplo,
y hablan de tres clases de centauros: el clásico o hipocentauro, no tratan del centauro. En cambio Philippe de Thaon .y Pierre efe
que es híbrido de hombre y de caballo; el onocentauro, que lo es de Beauvais lo siguen ubicando entre las bestias. El primero repite
hombre y asno; y el bucentauro, que lo es de hombre y toro. Y con prácticamente al Fisiólogo, aunque dando a Isidoro por referencia.
frecuencia se los dota de flechas y se los convierte entonces en Habla del onocentauro y de su doble naturaleza, diciendo que el
sagitarios. Otras veces, debido a esa misma condición de híbridos, hombre es hombre cuando dice la verdad mientras que es en cam-
se los confunde con sátiros y faunos, también asociados desde bio un ·asno cuando miente. El otro autor habla también del ano-
antiguo, como ellos, a salvajismo, violencia e hipersexualidad. centauro, pero lo confunde con el sagitario. Asegura que, según el
Pero el cristianismo medieval duda entre clasificarlos como hí- Fisiólogo, en la India viven unos hombres salvajes comudos que
bridos (esto es, como monstruos humanos) o simplemente como luchan con los sagitarios, y dice que este conflicto (y no ya el
animales. Los Fisiólogos y Bestiarios los incluyen entre los anima- conflicto intemo propio de la doble naturaleza del onocentauro) es
les, pero Isidoro y el Liber Monstrorum los ubican en cambio entre imagen del que opone al alma con el cuerpo, siendo en este caso
los monstruos o prodigios humanos. El Fisiólogo griego describe al los hombres salvajes la representación del alma y de lo espiritual,
hipocentauro. El Fisiólogo latino al onocentauro. En ambos se tra- en tanto los onocentauros o sagitarios lo son del cuerpo y la mun-
ta de un ser de doble naturaleza; y se moraliza poniéndolo como danidad.
ejemplo de mal cristiano, de buena conducta en la Iglesia y de pési- Los centauros, confundidos a menudo-con sagitarios, o con sá-
mo comportamiento en la vida cotidiana, esto es, como símbolo de tiros y faunos, aparecen en varias obras literarias del cristianismo
hipocresía y doblez, aliado del demonio, imagen del enemigo. medieval. Nos limitaremos a señalar dos ejemplos bastante conoci-
Isidoro y el Liber Monstrorum se limitan a describirlo sin morali- dos. El primero de ellos es el del onocentauro o sátiro que habla
zar. Isidoro hace una descripción racionalista, lo que es siempre su con San Antonio el anacoreta en la famosa Vida de San Pablo
tónica, sobre todo cuando se trata de seres, monstruos e híbridos Ermitaño escrita por San Jerónimo; híbrido al que mencionan a
procedentes del mundo y la mitología greco-romanos; y habla de la partir de entonces numerosos viajeros, peregrinos y escritores me-
confusión jinete-caballo como explicación. Los centauros, dice, dievales, desde San Agustín hasta Mandeville. El segundo es el de
son mezcla de hombre y de ca hallo, y al parecer no eran otra cosa los centauros descritos por Dante en La Divina Comedia, en el duo-
que los soldados de caballería de los tesalios, los cuales eran tan décimo canto del Infzemo, en una impresionante secuencia en la
veloces en la guerra que daban la impresión de que jinete y montu- que el poeta y Virgilio descubren, en uno de los círculos infemales,
ra constituían un solo y mismo cuerpo. El Liber Monstrorum, por a Neso, a Falo y a Quirón, los más conocidos entre los centauros,
su parte, habla de hipocentauros y onocentauros. Los primeros, junto a un enjambre de millares de ellos, todos armados de arcos y
que tienen la naturaleza mixta de caballo y de hombre, son de ca- flechas como sagitarios, todos guardianes de un horrible lago de
beza hirsuta, pero similar en buena medida a la humana. Pueden sangre eri que se castiga a los tiranos que ensangrentaron a sus
tratar de hablar, pero debido a que sus labios no están adaptados pueblos,siendo misión de los salvajes híbridos disparar sus agu-
al habla humana, ~on por completo incapaces de organizar en pa- das saetas contra los condenados, cada vez que uno de ellos trata
labras los sonidos que emiten. De los onocentauros dice otra cosa: de sacar su cuerpo del lago más allá de lo que le permiten sus

T2 73
culpas. 2. La quimera.
Un tema bastante interesante en el que apenas podemos dete-
nemos un poco para concluir con este híbrido es el de lr;s .repre-
sentaciones pictóricas del centauro, desde los mesopotanncos Y De la quimera medieval hay poco que decir. Como es sabido de
griegos hasta los propios del Renacimiento. Estas van desde el cen- todos, se trata de un monstruo clásico, hoy paradigma literario de
tauro que es simplemente un caballo de cabeza humana, y que es fantasía irrealizable. No pasó prácticamente al Bestiario medieval y
al parecer el tipo más antiguo, mu~ poco fr~cuente, hasta la ver- sólo aparece en unos pocos textos. Es un auténtico híbrido ani-
sión clásica griega y romana, la mas conocida, que hace del ,cen- mal, con cabeza de león, cuerpo de cabra y cola de dragón. Su
tauro un ser mitad hombre-mitad caballo (o asno, o toro, segun el aliento es de fuego, como el de éste último. De acuerdo a los grie-
caso). Pero aún así, este híbrido puede ser un hom~re entero con gos, Vivía en una alta montaña de Lidia, más arriba de la 'cual ha-
una mitad de caballo adherida a las nalgas (es decu, un s.er con bía un volcán en erupción; y en la cima de éste habitaban leones,
dos patas de caballo y cuatro extremidades humanas), o ~~e~ un en tanto que en los flancos cubiertos de vegetación del mismo vol-
caballo entero que a partir del torax, y formando parte de el, tle~e cán solían Vivir cabras salvajes. Las explicaciones evemeristas se
encima de sí un hombre desde la cintura hasta la cabeza (es decrr, apoyaron en afirmar que de la reunión de estos aspectos naturales
un ser con cuatro patas de caballo y dos brazos humanos); to.do pudo salir la imagen del híbrido; siendo el volcán en e'rupción la
esto sin olvidar el insólito centauro representado en la Chron~ca imagen del dragón, vomitador de fuego. Según la mitología griega,
Mundi de Hartman Schedel, escrita a fines del siglo XV, el cual solo la quimera era hija de Tifón y Equidna, dos simpáticos monstruos
tiene dos brazos de hombre y dos extremidades posteriores de. ca- a cual más espantoso; y fue vencida por el héroe Belerofonte mon-
tado en Pegaso, su caballo alado.
ballo, y del que es dificil entender cómo lograba sostenerse en p1e.

5. El curioso centauro
de la Chronica Mundi
de Har1man Schedel.
Fines del siglo XV. 6. La qUimera. Bestia-
rio. Westmmster Abbey
Library. Siglo XID.

74
75
En la Edad Media es muy poco citada. Aparece en Isidoro y en el see perfiles de dragón o de serpiente, aunque con cara humana; y
Liber Monstrorum. Isidoro, que no la describe entre los animales el popular grabado de Doré, hecho para ilustrar el texto, ha contri-
sino entre los monstruos o prodigios, da por válida la explicación buido aun más a acercar el híbrido dantesco a la quimera, conser-
evemerista, como ocurre cada vez que trata sobre monstruos clási- vándole, sí, el rostro humano que nada tiene que ver con ella, pero
cos; Y nos presenta una exposición por. completo racional del dotándolo de un cuerpo leonino, además de las alas y de la forma
tema. Asegurando apoyarse en algunos Fisiólogos, dice que la qui- y la cola de serpiente en el que aquél termina.
mera no es un animal sino un monte de Cilicia, habitado por leo-
nes Y cabras, azotado por el calor y repleto de serpientes. Belero- 3. Cerbero.
fonte habría sido el que hizo la labor de limpieza del monte; y es
por ello -concluye- que se dice que dió muerte a la quimera. El Se trata de otro monstruo clásico, también bastante conocido.
Liber Monstrorum, más coherente en este caso, la coloca más bien Pero, demasiado elitesco, tampoco logró pasar al Bestiario medie-
entre las bestias, limitándose por lo demás a señalar que los val; y sólo lo utilizaron unas pocas fuentes literarias. Es hijo de
g~egos la descrf?ían como una, bestia terrible y repugnante de Tifón y Equidna, como la quimera. Cerbero, a veces llamado tam-
tnple cuerpo; y dice que se la decia armada de llamas porque tenía bién Cancerbero, es un animal ctónico, y en la mitología clásica
tres ca?ezas que vomitaban fuego, lo que revela que la confunde era el guardián de los inflemos. Su aspecto era en verdad terrible:
de algun modo con la hidra, a la que ha descrito empero poco se trataoa de un perro gigantesco y feroz, de cien cabezas (pronto
antes. reducidas a tres, probablemente por razones prácticas a la hora de
La quimera aparece no obstante en ciertos textos n1edievales. reproducirlo en pinturas o esculturas), de lomo escamoso y muy
Para algunos autores clericales es símbolo de prostitución femeni- áspero, de cola de dragón, de aguzados dientes negros, de voz
n~. En un poema por demás virulento contra las mujeres, Marbo- terrible, y de aullidos y mordedura insoportables.
dio, escritor clerical del siglo XII, llama a éstas -entre otras cosas- Aparece también en Isidoro, en el Liber Monstrorum y en La Divi-
' prostitutas; y las compara con la horrible quimera: "Quimera, -dice na Comedia. Isidoro lo sitúa entre los monstruos y hace del mítico
en un momento- se te dió con justicia un aspecto triforme, león animal una lectura por completo racionalista: según él, cerbero
:por delante, dragón por detrás y sólo ardiente fuego en el medio; significaría Kpeo~opos, esto es, devorador de came; y las tres cabe-
Imagen que brinda clara idea de la naturaleza de la prostituta, zas serían el equivalente de las tres edades del hombre. El Liber
pues para llevarse a su presa ella avanza unas fauces de león Monstrorum lo ubica entre las bestias y repite los datos clásicos,
simulando no se sabe qué apariencia de nobleza; habiendo asÍ incluyendo su sometimiento por Heracles. La mejor descripción es
atrapado a sus víctimas, ella las devora en las llamas de su la de Dante: en el canto sexto del Injiemo, el poeta y Virgilio llegan
amor ... " 3 Otro que alude de algún modo a la quimera (o a un ante la puerta de aquél, el monstruoso animal los enfrenta atemo-
~ons~ruo parecido) es Dante, quien, acompañado de Virgilio, se rizando a Dante, pero Virgilio se deshace de él lanzándole a las
srrve rncluso de ella como montura en La Divina Comedia, en el fauces de sus tres cabezas bolas de tierra recogidas del suelo, con
canto XVII del Infierno. En realidad no se trata exactamente de una las que la fiera se entretiene dejándolos pasar.
quimera, pues en la descripción de Dante el monstruo tiene rostro
humano, "de hombre justo", y un largo cuerpo de serpiente con un 4. La mantícora.
par de aletas peludas que le brotan de los so bacas, y una serie de
pinturas multicolores de escudos y de lazos por todos los costados. Es un monstruo devorante, andrófago, bien conocido en el Me-
La curiosa descripción se presta a muchas lecturas, pues aunque dioevo, y en el Renacimiento. Es uno de los ejemplos de la riqueza
la mayor parte de los intérpretes hablan en este caso de Gerión, el en prodigios que para el hombre culto medieval caracterizaban a la
monstruo clásico, lo cierto es que éste tenía tres cabezas y tres India y a Etiopía, aunque en realidad es animal no muy frecuente
cu~rpos hasta la cintura y carecía de rasgos serpentiformes. El en los Bestiarios.
alllllal de que habla Dante no es en verdad una quimera, pero po- Procede de la India o de Etiopía, a través del mundo clásico (en
lo esencial de Ctesias, Aristóteles, Plinio y Salino); y se la considera
3 Marbodio, Liber decem capitulorum, capitulum ill: De meretrice, in Migne, Patrología Lati- de ordinario como una descripción bastante fantasiosa del tigre
na, tomo CLXXI, col. 1698-1699.

76 77
indio. El primero en mencionarla es Ctesias, en su perdida Indika, cual tiene una triple fila de dientes alternos, rostro humano, ojos
el cual la ubica por supuesto en el subcontinente indio. Sus ras- brillantes inyectados en sangre, cuerpo de león, cola como dardo
gos clásicos, tal como los describe Plinio en su Historia Natural, de escorpión y voz chillona y aflautada. Es fuerte y ágil y muy ávi-
VIII, 75-76, son los siguientes: se trata de una bestia etíope (y no da de came humana. Brunetto Latini la incluye en su Libro del Te-
india), que tiene tres filas de dientes calzadas como formando un soro, le atribuye rostro humano, color de sangre, ojos amarillos,
peine, que posee cara y orejas humanas, ojos azules, ctÍerpo rojo cuerpo de león, cola de escorpión, una rapidez tan grande que nin-
de león, y una muy peligrosa cola terminada en aguijón, como la guna otra bestia puede escapar a su persecución, y la curiosa cos-
de los escorpiones. La mantícora ama la came humana más que tumbre de acoplarse altemativamente arriba y abajo el macho y la
cualquier otra cosa, es extraordinariamente rápida, y su voz hembra. El Bestiario de Gubbio también trata de ella, atribuyéndole
recuerda la consonancia de la flauta y la trompeta. una voz bella y armoniosa que deleita engañosamente a quien la
oye. Otros añaden luego que al correr dispara como mortíferas fle-
chas los aguijones de su cola.

7. Mantícora. Bestiario de la Westminster Abbey Library.

No es mencionada en los Fisiólogos. La ignoran muchos Bestia- 8. Mantícora. Bestiario de Oxford. Bodleian Library, Oxford.
rios. Tampoco aparece en la obra de Isidoro ni en el Liber Monstro-
rum. Parecería haber entrado en el Bestiario más bien a partir de A veces aparece acompañando al profeta Jeremías. Hay algunas
Solino. En todo caso es descrita en el Bestiario de Cambridge, que representaciones de la mantícora en la miniatura románica esp~­
no depende aquí de las Etimologías sino de Plinio, casi segura- ñola. Una en el grupo de animales que se hallan en el Arca de Noe,
mente a través de su vulgarizador Solino. Para el autor inglés se en el manuscrito iluminado del Beato del rey castellano Femando 1
trata de una terrible bestia india (y no etíope, como en Plinio), la que se conserva actualmente en la Biblioteca Nacional de Madrid.

78 79
Otra, aun mejor dibujada, aunque definida por su autor como batir con uno de ellos, el que apunta hacia adelante, mientras
'sirena', es la que aparece en el Códice Vigilano o Albeldense, texto deja el otro en reserva. En Honorio la bestia es anfibia y tiene ho-
del siglo X, que se halla en la Biblioteca de El Escorial. rror al color negro (afirmación que es sin duda producto de la con-
Hay otras representaciones medievales excelentes: una qe ellas fusión de algún copista). En el Bestiario de Cambridge tiene tama-
es la del Bestiario de la Biblioteca de la Abadía de Westminster, que ño de caballo, cola de elefante, color negro y mandíbulas de jabalí.
data del siglo XIII, y en la que se muestra una mantícora de cuerpo Los cuemos son móviles y largos. En combate uno apunta adelan-
rayado, de cola entorchada y pezuñas equinas. con cara humana, te y otro atrás, y si uno se rompe, el otro entra en juego.
nariz aguileña. una masa de dientes en la boca y un coqueto El Bestiario de Pierre de Beauvais, en su versión larga, exagera
mechón de cabellos en la frente; otra, todavía mejor, es la del Bes- aún más estos rasgos: dice el autor que los cuernos de la centícora
tiario de Oxjord, que data también del siglo XIII y en la que se apre- miden cuatro codos de largo, que son afiladísimos y que matan a
cia claramente su agresiva actitud, su cara humana, sus bien todo el que tropiezan. La bestia tiene el hocico redondo como el
afilados dientes y su cola erizada de dardos mortíferos. También fondo de un barril; y su voz parece humana. Es además enemiga
aparece representada, aunque con menos precisión, en el famoso del basilisco, que al verla dormida la pica entre los ojos. La centí-
mapa inglés de la catedral de Hereford, una de las obras maestras cora se hincha entonces, los ojos se le salen de la cabeza; y muere
de la cartografia medieval, compuesto en el siglo XIII. Pero existe · pronto a causa del veneno del reptil. La simbología es interesante:
sobre t~do de ella una famosa representación, aunque bastante la centícora es el hombre; el cuerno que mira adelante y combate
más tardía: la del libro moderno de Topsell, tratado de zoología son los ojos del cuerpo; el que mira atrás, el inmóvil, los del alma;
publicado en 1607, que vierte al inglés la obra del enciclopedista el basilisco es el demonio tentador y mortal, la hinchazón los pe-
medieval'Bartolomé el Inglés. En ésta el animal tiene cuerpo, mele- cados, y la salida de los ojos es la muerte.
na y patas de león, una cola leonina cuya punta está erizada de
dardos y una cara humana de lo más curiosa, pues se trata de un 6. El catoblepas.
hombre bien peinado de rasgos regulares y apacibles y bigotes bien
cuidados pero cuya boca se abre para mostrar en una fría sonrisa Se trata de otro monstruo clásico, interesante en verdad, pero
tres filas de dientes superiores y otras tantas de dientes inferiores, que por desgracia se halla prácticamente ausente del Bestiario me-
todas tan regulares e impecables que podrían servir hoy a una mo- dieval. Su nombre significaría "el que mira hacia abajo" y se lo sue-
dema publicidad de dentífricos. le identificar con el ñu, el antílope africano, sólo que descrito con
mucha fantasía. También proviene de Plinio (Historia Natural, VIII,
5. La centícora. 77), que lo describe diciendo que es una bestia de los confines de
Etiopía, que habita cerca de las fuentes del Nilo, de tamaño media-
La centícora, monstruo etíope, se encuentra con bastante más no y andar 'perezoso, lo que se debe fundamentalmente a que su
frecuencia en los Bestiarios medievales. Procede también del Orlen- cabeza es muy pesada y a que no logra por ello levantarla de la
te a través de Plinio; y más probablemente de Salino. No aparece tierra. Esto representa una fortuna para los demás animales y aun
tampoco en los Fisiólogos, ni en Isidoro ni en el Liber Monstrorum. para el hombre, concluye Plinio, pues la mirada del catoblepas
Pero sí ya en los primeros Bestiarios. Los ingleses la llaman, como mata, como la del basilisco.
en latín, eale (o yale), los franceses centícora. El catoblepas es descrito por supuesto por Salino, vulgarizador
De acuerdo a la descripción de Plinio (Historia Natural, VIII, 72- de Plinio tan leído de los autores clericales del medioevo. Pero, cosa
73) la centícora es una fiera étíope a la que llaman eale, que tiene rara, no pasó al Bestiario medieval. No aparece en los Fisiólogos, ni
el tamaño de un hipopótamo, la cola de elefante, el pelo negro o en Isidoro, ni en el Liber Monstrorum ni en ningún Bestiario. Sólo
rojizo, las mandíbulas de jabalí y un par de cuemos largos y bien lo hemos encontrado mencionado en el rico catálogo de mons-
afilados de más de un codo de largo, móviles, los cuales usa según truos pre~ente en el Roman de toute Chevalerie, relato inglés del
su conveniencia en el combate. En Honorio de Autun y en el Bes- siglo XIII, 'perteneciente al ciclo de romances medievales de Alejan-
tiario de Cambridge los cuernos son descritos como dispuestos uno dro, y cuyo autor es el fantasioso clérigo Thomas de Kemp.
hacia adelante y otro hacia atrás, lo que le permite al animal com-

80 81
7. El odontotiranos. Aristóteles acerca de las maravillas de la India, en la Historia de
Proeliis y en sus diversas variantes y traducciones, en el famosísi-
El odontotiranos, otro monstruo clásico, aunque tardío, remite mo Roman d' Alexandre francés en verso y luego en prosa, en el
Libro de Alexandre español, en el fantasioso Roman de toute Cheoo-
a la India y a los viajes maravillosos de Alejandro. En el Pseudo-
lerie, en el Kyng Alisaunder, y en las numerosas versiones del Pseu-
Calístenes y en la Carta de Alejandro a Aristóteles sobre las maravi-
ll~s de la India se describe la pavorosa noche que el héroe mace- do-Calístenes a los principales idiomas europeos.
don y sus soldados pasan a orillas de un hermoso y hasta
ent~nces apacible lago indio, cuando después que el sol'se pone, y
ANIMALES EXOTICOS, SALVAJES O SILVESTRES
cas1 hasta el amanecer, tiene 11:1gar un interminable desfile de
monstruos y extrañas bestias que vienen de todas partes de la . Al lado de estos animales míticos, el Fisiólogo y los Bestiarios
selva vecina a des alterarse en sus aguas. La lista de monstruos es incluyen una serie de animales exót~cos, esto .es, que ~abita~ en
rica y variada, y los soldados de Alejandro, encabezados por éste, países remotos como la India o Etiop1a (es decrr, en As1a o Africa).
Algunos de ellos son reales; otros inexistentes; otros, en fin, pro-
se pasan toda la inolvidable noche combatiendo contra ellos. Pero
de esos monstruos el más terrible e impresionante es uno al que ducto de hibridación mental y fantasía. Pero aun a muchos de los
según Pseudo-Calístenes los indios llaman odontotiranos y al que 'reales' les son atribuidos rasgos míticos, gracias al desconocimien-
~ejandro y los macedonios logran al cabo vencer luego de enormes
to que de ellos tenían los europeos medievales. ·
dificultades. El odontotiranos, híbrido gigantesco y feroz, es descri- De cualquier modo, resultaban útiles para la moralización cris-
to como una suerte de saurio o de mamífero comudo, rápido y tiana. En las páginas que siguen trataremos acerca de algunos de
~uy ..agresivo, c?mpletame~te negro, mayor que un elefante, cuya
ellos, los que nos parecen los principales o más interesantes.
p~el asper~ Y. enzada es practicamente impenetrable, que mata a
diestra y srmestra a los soldados de Alejandro, impotentes contra l. Los simios.
sus ataques, que tiene una cabeza equina, enorme y espantosa, y
que sobre todo, un poco a la manera del rinoceronte en el que se- Aunque la Europa medieval cristiana no conoció ningún gran
guramente se basa su confusa descripción, tiene tres cuemos, monO y apenas tuvo conocimiento directo de los macacos mas
todos largos, poderosos y muy penetrantes, en medio de la frente. bien pequeños del norte africano, los monos (o simios, como los
llama el Bestiario) tuvieron una gran importancia (que algunas ve-
El o~ontotir~nos, qu~ dado ~u origen tardío no es descrito por
ces llega incluso al folklore y a la literatura) en el simbolismo cris-
los enc1cloped1stas antiguos· m flgura en Plinio o en Salino, no
aparece en Fisiólogos ni en Bestiarios pero sí en cambio en el Liber tiano medieval.
Los simios aparecen en los Fisiólogos y en casi todos los Bestia-
Monstrorum, cuyo anónimo autor tuvo sin duda conocimiento del
rios y enciclopedias medievales. Para el mundo cristiano medieval
mito de los viajes maravillosos de Alejandro, como él mismo hace
su simbología es francamente negativa. Ante todo, el simio es una
constar.. en el texto. Dice el Líber Monstrorum que el odonto,tiranos,
al que el llama 'dente tirano', era una bestia india, mayor que el tosca y risible imitación del hombre, esto es, del verdadero Rey de
elef~te, obscura, y p:ovista d: tres cuemos en la frente. Su piel
la Creación hecho a la imagen de Dios, al que el grotesco y torpe
animal qu~ es el mono intenta usualmente compararse. El simio
era nnpenetrable; y esto, un1do a su ferocidad, le permitía no
preocuparse de evitar los dardos, las llamas y las armas ofensivas. es así una suerte de caricatura del hombre, una especie de pseudo
Alejandro logró al cabo matarlo atravesándolo con unos venablos ser humano degradado o castigado por sus pecados. Algunos au-
muy gruesos, pero sólo después de que veintiséis de sus soldados tores cristianos y judíos dirán sin embargo que el mono es al hom-
fueran despedazados por el feroz animal. bre lo que éste es a Dios, esto es, que el hombre mismo es una
suerte de caricatura si se lo compara con su Creador, tal como pre-
Aun sin aparecer en los Bestiarios, el odontotiranos es muy im-
portante en el imaginario medieval, pues se lo halla sin falta en tenden hacer los monos con el hombre. En segundo lugar, el simio
todos los relatos dependientes del Pseudo-Calístenes que narraron es modelo de fealdad, tanto fisica como espiritual: basta para ello
con mirar su cara, su pelambre, su horrible trasero carente de nal-
durante la Edad Media las aventuras maravillosas de Alejandro en
la India y en Oriente, particularmente en la Carta de Alejandro a gas, el sexo hinchado y rojo de las hembras en celo; basta con fi-

83
82
jarse en su conducta y agresividad, en su tosca y permanente cos- bridge, siguen bastante a Isidoro, agregan un nuevo e intere,sa?te
tumbre de imitar del hombre. El simio, en fin -y esto termina de de- motivo, en el que el simio sale otra vez mal parado: el de la perdida
finir su connotación totalmente negativa para los clérigos medie- del hijo más querido. El terna deriva de una viejísirna fábula de
vales- es símbolo de lujuria, es animal sexualrnente insaciable y Esopo: La Mona y sus Hijos. Se dice allí que la mona tiene dos hi-
agresivo, obsceno corno pocos, y sobre todo perseguidor y violador jos, y que ama a uno de ellos, aborreciendo en cambio al otro. Al
de mujeres, terreno este último en el que también trata de igualar- hijo amado lo lleva siempre en sus brazos, mientras que al odiado
se al hombre. Es en definitiva la propia imagen del diablo: horrible, lo lleva en el lomo, colgado de su cuello. Pero las cosas le salen mal
lujurioso; e imitador caricaturesco y frustrado de la obra máxima al animal, pues, perseguida por el cazador, se ve forzada a soltar y
de Dios. perder al hijo amado, a objeto de aferrarse co~ sus rn~n'?s a las
Los Fisiólogos, tanto el griego corno el latino, describen al simio ramas de los árboles y poder escapar de su enemigo; y as1 solo con-
junto con el onagro, otro animal de connotación demoníaca. Am- serva al hijo detestado, seguro porque va en el lomo, colgado de su
bos dicen que por los doce rebuznos del onagro se sabe que ha cuello. El Bestiario de Cambridge insiste en que si el mono es todo
llegado el equinoccio; pero también se conoce la llegada de éste feo, la obra maestra de fealdad es no obstante su trasero; y vuelve
gracias a las siete meadas del simio. El simio -añaden- carece de a la afirmación de que además no tiene cola. De ambas cosas se
cola. En ello se ve claramente que es imagen del demonio, pues, infiere el carácter diabólico del simio. Los mismos símiles diabóli-
igual que este último, tuvo principio pero no fin (el diablo comenzó cos aparecen en el Bestiario Divino de Guillaurne le Clerc, pero és~e
como un arcángel -señalan de manera torpe ambos Fisiólogos, a admite corno Isidoro que sí hay monos con colas, por lo demas
objeto de apuntalar la comparación- pero su fin se desconoce). Por muy largas.
ello el simio es feo, pues nada es más horrible y vergonzoso que
carecer de cola. Corno el simio, el diablo también carece de fin
bueno.
Otras versiones del Fisiólogo griego, como la editada por Carlill,
relatan la forma de atrapar a los simios. Dicen que para lograrlo, el
cazador emplea liga para aves, entrando a la espesura del bosque
donde se supone están los simios escondidos; y simula aplicársela
en los ojos; luego se aleja del sitio, dejando en él la liga. Apenas se
ha alejado el cazador, el mono, corno torpe imitador que es, acude
al lugar, toma la liga, y se la aplica de verdad en ambos ojos. Por
supuesto, se queda momentáneamente ciego. Regresa el cazador,
lo atrapa, le pasa una soga al cuello, y la ata a un árbol. El mono
camina arriba y abajo sin descanso, desesperado, pero al cabo
termina amansado a 1~ fuerza. La imagen es un neto símil de cómo
captura el demonio al pecador; y aquí el simio no es expresión de
aquél sino de éste último.
La descripción de Isidoro es -corno de costumbre- más bien
científica: afirma que se llaman simios por sus narices achatadas,
su cara fea y su piel feamente arrugada; rechaza la idea de que se
les llame simios por su gran similitud con la naturaleza humana;
dice que se alegran con la luna nueva y se entristecen con la men-
guante, y que aman mucho a sus crías, llevándolas en sus brazos
y no separándose nunca de ellas. Trata luego de las diversas espe- 9. Simios. Bestiario de la Westminster Abbey Library.
cies de monos; y asegura que también hay monos con cola.
Los Bestiarios ulteriores, algunos de los cuales, como el de Cam- Recogiendo otra vieja fábula acerca del mono, el Bestiario de
Amor dá una nueva e interesante versión de la forma de capturar-

84 85
lo: el cazador trae unos zapatos, que se pone y se quita varias ve- El cuento recogido en Las Mil y una Noches es, por supuesto,
ces en el bosque. Después se va, dejándolos. Siempre torpe imita- bastante más crudo; y habría escandalizado a cualquier clérigo
dor del hombre, el mono, que ha estado observando al cazador medieval. Se trata aquí de la historia de un joven carnicero que se
desde lo alto de los árboles, llega al lugar y se los pone, pero, no enamora de una muchacha muy hermosa, que resulta luego ser la
pudiendo quitárselos, resulta incapaz de huir; y es capturado. hija de un visir cairota, y a la que la lujuria consume sin descan-
No obstante la condición de imagen del demonio atribuida al so. El carnicero, enamorado de la bella joven, que viene cada día a
animal, esta simbología apenas rebasó el plano propiamente litera- comprarle carne, decide seguirla, descubriendo que vive en una
rio y el mono no fue asociado a prácticas de brujería y demonolo- mansión situada al fondo de un verdadero laberinto. Al entrar a la
gía, quizá por el carácter pequeño y más bien gracioso de los mo- escondida casa, descubre a la joven copulando con un enorme
nos conocidos por la Europa medieval. Aparece en cambio descrito mono de figura casi humana. La insólita pareja hace el amor unas
como animal lujurioso en algunas obras literarias e históricas de diez veces seguidas, sin parar; y luego ambos caen exhaustos sobre
corte moralizador. En su opúsculo titulado De bono religiosi status el diván que les sirve de lecho. El camicero aprovecha el agota-
et variorium animantium tipologia, San Pedro Damián, destacado miento del gigantesco mono para cortarle la cabeza con un afilado
autor medieval conocido por sus preocupaciones acerca de la des- cuchillo. La chica, al despertar y ver la cruenta escena, cae desva-
composición moral del mundo clerical de su época, recogió, en el necida una vez más. El joven, que la ama, la reanima y la interro-
siglo XI, y dándola por cierta, una historia en la que copulaban ga. Y entonces la avergonzada muchac~a le relata s~ n:c:e~b~e .his-
una mujer y un mono, seguramente basada en relatos similares toria. Dice ser la hija del visir, y haber s1do en un pnnc1p1o rmcmda
procedentes del Oriente musulmán; y según algunos emparentada sexualmente por un robusto esclavo negro de palacio, que desper-
con el relato árabe o árabe-egipcio del mono y la hija del rey, inte- tó desde entonces en ella deseos insaciables de ser poseída y que
grado a la colección de cuentos de Las Mil y una Noches, y publica- se dedicó a partir de ese momento a satisfacerla sin tregua, hasta
do por Richard Burton en su conocida versión de la misma. 4 morir poco tiempo después de agotamiento. Desconsolada, la mu-
En el relato de Pedro Damián, el cual ubica su historia en Italia, chacha se confesó con una de sus esclavas, que había sido su no-
se habla de un tal Gulielmus, quien tenía por esposa a una mujer driza, y por la que sentía una gran confianza. La vieja mujer le dijo
lujuriosa en demasía, que lo había engañado ya con un arzobispo, entonces que en la cama sólo los monos podían ser superiores a
con el cual había tenido dos hijos bastardos. Ansiosa de nuevos los negros, y que por tanto únicamente un mono sería capaz, des-
placeres, la mujer cambió fmalmente al arzobispo por un mono, de ese momento, de satisfacer sus inagotables apetitos sexuales.
del que terminó convertida en amante. El mono la poseía con fre- Un día la chica vió desde su ventana a un exhibidor de monos.
nesí; y un día, celoso de verla haciendo el amor con el marido (al Pensando que a la ocasión la pintan calva, se quitó el velo y miró
que también le seguía tocando, por lo visto; su parte) se arrojó so- al mono más grande con una mirada irresistible. El simio rompió
bre el pobre hombre, hiriéndolo de tal manera que poco después el la cadena, se perdió entre las callejuelas vecinas, y una vez cruda
infeliz murió. Pedro Damián afirma haber visto a uno de los hijos la noche entró sin que lo vieran a palacio; y llegó hasta la alcoba
de la monstruosa relación entre la mujer y el mono: se trataba de de la chica. Esta lo escondió; y a partir de entonces no hizo otra
un chico de veinte años, algo tonto, mudo, y en cuya cara y figura cosa que entregarse al mono, el cual la poseía siempre en secuen-
de mono se revelaba indiscutiblemente su origen. El pobre chico cias de diez veces seguidas, por lo menos. Pero el visir descubrió la
e~a ~onocido por las gentes mediante un apelat~vo que significaba monstruosa relación, amenazándola de muerte si no dejaba al si-
Simlo, aunque el nombre era sin duda de origen oriental. mio. Decidida a conservarlo y a engañar a su padre, la chica, para
seguir sus amores con el mono, se hizo construir la especie de la-
4 San Pedro Damfán, Opusculum XII: De bono religtosi status et variorum animantium tipo-
berinto en el que el carnicero la encontrara. Promocionando ante
logia, capitulum XXIX: De simia, et quo pacto simia cap! possit. in Migne, Patrología Latina, ella sus dotes sexuales, el carnicero consuela a la' muchacha e in-
tomo CXLV, col. 789-790. El relato del moralista medieval es más accesible en el excelente tenta sustituir al simio. Pero es en vano, pues aunque en un prin-
libro consagrado por Ramona y Desmond Morris a estudiar las interesantes relaciones que
han caracterizado el contacto entre los ho"':bres y los monos. La obra, Men and Apes, Hutchln-
cipio parece casi lograrlo, al cabo de unas semanas comienza a
son ~ Cle, Londres, U)66,fue utlllzada por mí en su verstónjrancesa: Hommes et Singes. sentirse exhausto, con lo que la superioridad del mono queda defi-
Les etranges rapports entre l'homme et son plus proche parent, Mambout. Verviers, 1971. nitivamente demostrada.
Debo al libro de los Monis el establecimiento de la conexión entre ambos relatos.

86
87
Sólo parece haber una solución para el camicero y para la chi- tud llamada Obediencia sostiene en su mano un escudo ornado
ca: reducir los ímpetus sexuales de esta última. El joven consulta con un camello arrodillado. El dromedario, en cambio, es asociado
a una vieja bruja, la cual resuelve el problema a su favor: prepara más bien al orgullo; y en algunos templos aparece cabalgado por
algunos filtros mágicos, se esconde con la complicidad del camice- un caballero que lo doma. No hay representaciones europeas ~e la
ro en la pieza en que éste hace el amor a la chica, y cuando ella se jirafa prácticamente hasta el Renacimiento; y apenas en las pnm~:
duerme agotada, le insufla en la vagina el líquido que ha prepara- ras décadas del siglo XIX llegó un ejemplar a Europa, el cual .de~o
do, y de ésta salen entonces dos robustas anguilas, una negra, muchas leyendas a su paso. Los tres anima~es lleg~n al Be~t~ano
producto de sus cópulas con el esclavo, y otra amarilla, producto procedentes de las descripciones de los enciclopedistas clasicos,
de sus relaciones con el mono. A partir de entonces la bella, cura- como Plinio, pues no aparecen en ningún Fisiólogo. .
da así de su ninfomanía, pudo satisfacerse con su (en todos senti- El camello es descrito por Isidoro, quien hace denvar su nom-
dos) modesto camicero.5 bre, ya sea de xaf!aL, nombre de lo bajo o pequeño en griego (el ca-
Dentro de esa misma condición de animal asociado al pecado y mello se agacha para recibir la carga), ya se~ de KUf!OVp, curvo,
a la sexualidad el cristianismo medieval usó algunas imágenes pues los camellos tienen la espalda curvad~. Dice que ~hundan en
centradas en el mono. Así, algunos santos son representados vic- Arabia y que hay dos especies, la de dos gibas, 9-ue eXIste en A:~­
toriosos, con un pequeño 1nono encadenado a sus pies, imagen de bia, y la de una giba, que existe en los otros prus:s· La c?nfusio~
cómo vencieron la lujuria. Algunos autores decían por otra parte es más que evidente. Plinio, fuente indirecta ~e Isidoro, dice ~reci­
que los monos debían violar de seguro en el Infierno a las mujeres samente lo contrario. Del dromedario dice Isidoro que es panente
que hubiesen negado a sus esposos sus derechos maritales. Las del camello, pero más pequeño, y que su nombre viene ~e Opof!OS,
monas, en fm, capaces de mostrar descaradamente en público a porque corre, llegando a hacer más de cien millas en un dia. .
los machos sus rojas y horribles nalgas y sus hinchados e igual- El Bestiario de Cambridge enriquece en este caso el texto de Is~­
mente rojos genitales, eran presentadas por algunos predicadores doro. El camello -dice- soporta mucho la sed. Al tener oport~ni­
como imagen de la mujer lasciva y de la prostituta. - dad, bebe grandes cantidades de agua, pero sólo de aguas turbias.
De todos modos, el mono medieval, sobre todo a fines del medio- Tanto, que si se trata de un pozo de agua clara, antes de beber la
evo, tuvo más que todo papel importante en ferias y fiestas jugla- enturbia con sus patas. Vive cien años y aborrec: ~1 cabal!~, s~
rescas, como imitador y comparsa, lo que contribuyó sin duda a enemigo. En cuanto al dromedario, n~ di~e n,.ada d~stlnto a lo Indi-
desdiabolizar su imagen, a hacerla más corriente y más simpática. cado en las Etirrwlogías. Quizá no este de mas decu que esta e?~­
mistad entre el camello y el caballo, señalada por los autores clasi-
cos y repetida por los Bestiarios medievales, tiene cierto fundam:~­
2. El camello, el dromedario y la jirafa. to histórico, pues Heródoto, el primer autor occidental en descnbrr
al camello, dice que en las guerras médicas los persas usaban
Aparecen con frecuencia en el Bestiario pero tienen poca impor- camellos, y que al verlos por primera vez en medio de una batalla,
tancia e interés. Los Bestiarios confunden por lo demás a menudo los caballos de los griegos se aterrorizaron.
a los dos primeros y acuerdan a la última algunos rasgos de aqué- Otros Bestiarios añaden otras cosas interesantes acerca del ca-
llos. Empero, en la simbología cristiana el camello representa la mello; y el Libro del Tesoro dice que el coito deja al animal tan ago-
humildad, la obediencia, la docilidad y también la sobriedad y la tado que hay que calentarlo luego con paños tibios y,. con .estu!as
prudencia. La humildad, porque dobla la rodilla para recibir la car- para que se recupere. Dice además que el camello solo VI~e cien
ga; la obediencia y la docilidad, gracias a su carácter; la sobriedad años en su país, pero que lejos de él muere pronto; y tambien que
y la prudencia porque be be poco y administra el agua. Así se lo re- es el único animal que reconoce siempre a su madre, por lo que, a
presenta en algunas catedrales, como la de Amiens, donde la vir- diferencia de otras bestias, jamás sería capaz de copular con ella
cometiendo incesto. Vale la pena recordar que este curioso atribu-
to que le es acordado al animal por los clásicos greco-romanos Y
5 No dispongo ahora de la versión ni de las notas de Burton. El cuento puede leerse de todasfor-
mas en la versión c!-e Las Mil y una Noches de Mardrus, quien lo titula por cierto "Historia de
d~ los que lo toma Brunetto, es expuesto en particular por ~liana,
Wardan el carnicero con la hija del visir". Ver, J. Ch. Mardrus. traductor y editor. Les Mille et quien por cierto, en su Historia de los Animales, III, 47, dice que
une Nuits, en dos gruesos tomos, Bouquins, RobertLaffont. París, 1985, toff!D 1, pp. 808-811.

89
88
una vez un camellero engañó a uno de sus camellos y lo hizo co-
pular con su madre, de la que sólo mostró a aquélla tentadora el Libro de Job. Los Fisiólogos, griego y latino, hablan de dos clases
grupa; pero que al darse cuenta de lo ocurrido, el animal, enfureci- de onagro y les atribuyen dos propiedades, un~ a cada uno. Ambas
do, mató a coces a su amo; y luego, no pudiendo soportar la idea derivan del mundo clásico: a) el onagro es gu1a de su .manada, Y
de haber copulado con su madre, se suicidó arrojándose por un cuando las hembras paren machos, los castra con los dientes para
barranco. · evitar que luego éstos le disputen las hembras; b) el onagro se en-
Lajirafa fue bien conocida por los romanos y es algo fantasio- cuentra en los palacios reales y sirve para conoc~r la llegada del
s~ente descrita por Plinio (Historia Natural, VIII, 69)', quien le equinoccio, pues ese día rebuzna doce veces; y ~s1 se sabe ~ue la
atnbuye cuello de caballo, piernas y patas de buey, cabeza de noche se ha hecho igual al día. L~ primera propi~~~d da ongen a
camello y cuerpo todo moteado. Dice que los etíopes llamaban al una lectura ambigua, casi apologetica de la cond1c1o? de eunuco,
animal nabum, pero que el nombre que se le daba en Roma era basada en Mateo,- XIX, 12; la segunda permite defimr, d~ manera
camelopardus. Aunque se la Vió inicialmente en Roma en juegos de bien arbitraria en este Cé;lSO, su carácter de imagen demoma~a.
circo, no es la ferocidad sino la apariencia lo llamativo en ella. Los El onagro aparece en Isidoro y en el Liber Monstrorum. Is1dor.? lo
romanos también la llamaron por ello 'oveja salvaje'. Pero Isidoro y describe enAfricay sólo se refiere al primer rasgo, a la forma ?amo
otros autores medievales hacen en cambio de este más bien pacífi- castra a los machos recién nacidos. El Liber Monstrorum le atnbuye
co aunque gigantesco animal un monstruo: la llaman camelopar- cuernos de buey y un dinamismo exce..si~7ü que lo .hace arran~:rr
dus igual que Plinio; y la definen como un híbrido de pardo con ca- piedras de los montes. Nada dice el anommo autor de castracion
mello, que tiene del primero la piel moteada de manchas blancas, y ni de rebuznos equinocciales. . . .
del segundo la cabeza. Y con Plinio repiten que tiene cuerpo de ca- El motivo del rebuzno se desarrolla en cambio en Bestlanos ul-
ballo y patas de buey, que se cría en Etiopía y que es en fin de teriores. En el Bestiario de Philippe de Thaon los re?uznos s_on.l~­
cuentas un monstruo inofensivo. Los Bestiarios omiten hablar de mentos del demonio. El Bestiario Divino trae una nca descnpcion
la jirafa. De todos modos el animal es mencionado en enciclope- del onagro, de la castración de los pequeños, de los rebuznos y de
dias tardías, que lo siguen considerando como un monstruo deri- la indicación del equinoccio. El Libro del Tesoro es ~as parco: res~­
vado del cruce del pardo y el camello, aunqt1e algunos Viajeros de me lo dicho por los Fisiólogos y omite hacer cualquier lectura n~li­
esos últimos siglos medievales tuvieron conocimiento directo del giosa de los rasgos del onagro. Pero en el Bestiario Toscano se dice
animal. Llama por cierto la atención que el Bosco, que no fue pre- que el asno salvaje es bestia perezosa y deforme y que susre~uz­
cisamente un viajero y que tanta fantasía desarrolló en la pintura nos son realmente horribles. Cuando tiene muc~a ha~bre, a~ade
de todo tipo de monstruos e híbridos, haya dibujado en el primer el autor, brama con tal fuerza que revienta. Aquila sim~ologia es
panel de su Jardín de las Delicias, el dedicado a la Creación de más simple; y el onagro es imagen de los hombres vociferadores,
Adan y Eva, una jirafa de lo más realista (apenas resalta como iracundos y charlatanes.
extraño en ella su color más bien rosado y la ausencia total de La hiena, arrastrando consigo viejos mitos y temores, apare.ce
manchas en su piel). · en ambos Fisiólogos. El griego la llama hiena, por su n?mbre gne-
go; el latino, hiena o fiera, esto es, belva, su nombre latm?. En am-
3. El onagro y la hiena. bos casos se dice de ella que es appevo-'tEALKOUJ, es decrr macho-
hembra pues tan pronto es macho como se vuelve hembra. Es por
Son dos animales de simbología claramente negativa, y ambos ello tenldo como animal inmundo, por poseer ambas naturalezas;
muy importantes, pues nunca faltan en Fisiólogos y Bestiarios. El y es neta imagen del hombre doble, indeciso o ~biguo. El tema
onagro es imagen del demonio o del pecador rebelde a Dios; la hie- del doble sexo de la hiena viene de la remota Antlguedad Y apar;ce
na, por su parte, es símbolo de duplicidad, de indecisión o de ya en una fábula de Esopo. Los egipSios, grt~gos.y ro~anos ~rei~
abandono del verdadero Dios para recaer en la idolatría. que cambiaba cada año de sexo (as1, por eJemplo, Plmo, HlSto~
El onagro (ovos-aypos} es el asno salvaje, conocido de todas las Natural, XIIT, 44; y Ovidio, Metamorfosis, 'X.'.f· 408-4.1 0}, o que p~rtl­
culturas antiguas, desde Egipto hasta Iran y la India, pasando por cipaba de ambos sexos. En cambio Aristoteles (en De generatwne
supuesto por Israel: La Biblia lo menciona como animal terrible en animalium, III, 757a, 6, y en Historia animalium, VI, 32, 578b, 15)}
fue de los pocos en combatir esta idea.

91
gías, el dedicado a los animales, pero al tratar de las piedras y
metales, en el Libro XVI, 15, 25, sí se refiere en cambio a ella,
diciendo que suele tener en sus ojos una piedra de igual nombre; y
que esa piedra, colocada bajo la lengua de un hombre, le permite a
éste prever el futuro.
El Liber Monstrorum no menciona a la hiena; los Bestiarios ulte-
riores sí lo hacen, añadiendo de paso algunas cosas. El de Pierre
de Beauvais repite al Fisiólogo y la compara con los judíos. El de
Cambridge la define como animal que ronda los sepulcn?s en bus-
ca de carroña, como bestia repugnante, a ratos masculina y ara-
tos femenina. Citando a Salino, dice que el animal no puede volver
la cabeza sin hacer girar al mismo tiempo todo el cuerpo, pues su
espina dorsal es rígida y está hecha de una sola pieza. Desentierra
cadáveres en los cementerios, merodea por las majadas buscando
presas animales o humanas, e imita el ruido que haría un hoi?-bre
vomitando, para así atrapar hombres o animales en la obscundad
·.de la noche (observación esta que viene de Aristóteles, Historia ani-
malium, VIII, 5 ). Continuando con su minuciosa descripción, nos
dice el Bestiario de Cambridge que la hiena devora a los perros con
sollozos hipócritas; que si los sabuesos al perseguirla cruzan su
sombra, quedan mudos; y que si da tres vueltas alrededor de un
animal, éste ya no puede moverse más. De su cruce con la leona
nace el crocota,, del que hablaremos luego. El Bestiario Divino repite
más o menos lo mismo, aunque condimentado con largos párrafos
moralizadores. El Libro del Tesoro, en cambio, condensa todo lo ya
dicho pero sin moralización alguna.

4. Algunos rumiantes y carnívoros prodigiosos.


10. Hiena devorando un cadáver. Bestiario de Oxford. Bodleian Library.
También aparece en Fisiólogos y en Bestiarios medievales una
Pero la misma parece haber sido demasiado original como para serie de rumiantes y carnívoros en los que lo imaginario se combi-
que no perdurara. El tema podría haber dadoprigen a una lectura na de modo confuso con lo real, dando por resultado algunos ani-
del animal como imagen de bisexualidad u homosexualidad; pero males en verdad curiosos y hasta divertidos. Examinaremos varios
el cristianismo prefirió evitar ese escabroso tema y mantuvo las de ellos para concluir este capítulo.
lecturas alegóricas. La hiena, de símbolo del hombre inconstante o
ambiguo, que duda entre el bien y el mal prefiriendo al cabo éste, El autólopo y el bonacón.
pasó a ser símbolo de los judíos, cuya inconstancia y ceguera los
habría llevado de adorar al verdadero Dios a hundirse de nuevo en El autólopo, al que los Bestiarios llaman también antelops,
la idolatría. Así lo afirman, uno tras otro, los Bestiarios. No obs- antelu, o antula, es decir, antílope, es un rumiante indeterminado
tante, el retrato de la hiena se enriqueció con otros temas del ima- que podríéi ser algún tipo de antílope africano o hasta quizá de
ginario, o producto de diversas mezclas de realidad y fantasía. alce asiático. Es descrito en ambos Fisiólogos y aparece sin falta en
Privó en la hiena su descripción como animal carroñero e inmun- todos los Bestiarios, aunque extrañamente no lo menciona Isidoro
do, y otros varios motivos casi siempre emparentados con este en su largo repertorio de animales. Es imagen del cristiano que
hecho. Isidoro no trata de la hiena en el Libro XII de sus Etimolo-

92 93
pese a tener los recursos para salvarse (ambos Testamentos, es figura en el Fisiólogo, ni en Isidoro, ni en el Líber Monstrorum, y
decir, toda la Biblia cristiana), prefiere atardarse en los placeres; y sólo aparece en los Bestiarios, desde el siglo XII. El de Cambridge
por ello es capturado por el demonio, perdiendo así su alma. nos da la mejor descripción: es una bestia asiática con cara de
Dicen los dos Fisiólogos (el griego lo llama~) que es un toro y con el resto de su cuerpo cubierto por una crin caballuna.
animal tan feroz que los cazadores temen acercársele, pues tiene Tiene los cuemos tan enroscados que nadie se haría daño trope-
dos cuemos enormes en forma de sierra, con los que destroza y zando con ellos. Pero si sus cuemos no logran defenderlo es por-
derriba árboles. Pero cuando está sediento acude al río Eufrates y que su vientre se encarga de hacerlo. En efecto, al sentirse perse-
bebe. Hay allí arbustos de ricino, de ramas delgadas. 'El animal guido arranca a correr; y entonces emite un pedo monumental
juega con ellos y los cuernos se le enredan, quedando atrapado que, de paso, como en una explosión, desparrama todo el conteni-
entre las ramas. Brama en vano, tratando de zafarse. El cazador lo do de sus intestinos en un radio de tres acres. Y cualquier árbol
oye entonces, acude al sitio y lo mata. El Líber Monstrorum lo men- rociado con este explosivo excremento se incendia de inmediato.
ciona, aunque sin indicar que quede atrapado entre los arbustos Así logra escapar de sus enemigos con toda facilidad. Lamentable-
ni que alguien lo capture. Los Bestiarios siguientes, en cambio, re- mente no hay ninguna imagen moralizadora a continuación; y el
piten y enriquecen al Fisiólogo. El de Philippe de Taon dice que el animal parece estar allí más como motivo de curiosidad que como
agua representa a1 "vino, el arbusto a una prostituta y el cªzador, símbolo de algo. La descripción del bonacus y de su ~efensa provie-
por s~puesto, al diablo. El de Cambridge, a falta de Isidoro, glosa al ne de Plinio (Historia Natural, VIII, 40), pero con cierta exageración
Fisiólogo. Los otros hacen más o menos lo mismo. de lo dicho por el viejo enciclopedista. Plinio, que lo llama bonasus
y lo ubica en Paeonia, sólo dice que emite un reguero de excremen-
.- toque puede llegar a cubrir tres millas y que si toca a sus persegui-
dores los escalda como si fuese fuego.

El crocota y elleucrocota.

Estos dos monstruos fabulosos, que a menudo se confunden,


parecen ser una confusa imagen de animales mal conocidos,. como
la hiena, y proceden de la Etiopía mítica a través de los enciclope-
distas clásicos.
El crocota o crocotas es una suerte de perro-lobo de asombro-
sa fuerza, descrito originalmente por Ctesias. Es capaz de imitar la
voz humana; y en las noches llama a los hombres por sus nom-
bres, devorando a los que acuden a su llamado. Tiene valor de
león, rapidez de caballo y fuerza de toro; y el hierro nada puede
contra él. Plinio (Historia Natural, Vlll, 72-73) lo llama leucrocota y
modifica sus rasgos: habita en Etiopía, es la más rápida de las
bestias, tiene tamaño de asno, caderas de ciervo, cuello de león,
cabeza de tejón, pezuñas hendidas, boca abierta hasta detrás de
las orejas y filas de hueso macizo en vez de dientes. Es capaz de
imitar la voz humana. En realidad parecería ser una descripción
harto confusa de la hiena. ·
11. Bonacón defendiéndose del cazador. Bestiario de la Westminster Abbey Library. Este animal, cuyo nombre es modificado a leucróta, aparece en
el Bestiario de Cambridge, sólo que con cabeza de caballo y no de
El bonacón, también llamado bonacus o bonasus, es más inte- tejón. El crocota, por su parte, aparece en varios Bestiarios, como
resante y divertido. Parece corresponder a algún tipo de bisonte. No el mismo de Cambridge, o como el Libro del Tesoro; siempre asocia-

94 95
do a la hiena, pues, siguiendo a Plinio, se dice en ellos que del bien al lado del otro. Pasa entre ellos atorándose; y mientras se
cruce de la hiena con la leona nace una nueva bestia, llamada esfuerza en salir, los árboles le comprimen el abdomen haciéndole
crocota, que -como la hiena- tiene el cuello enterizo debido a su expulsar todo el alimento digerido. Pero poco después come de
columna vertebral rígida y es capaz de imitar la voz human~. Pero nuevo hasta el límite; y el proceso se repite una vez más. Se lo re-
además, como elleucrocota de Plinio, no tiene encías, y en su boca presenta cruzando entre los árboles, expulsando el excremento y
hay un hueso dental rígido que se cierra como una cajita y al que rodeado de trozos de animales y de huesos.
nada puede mellar. Con todo, el Libro del Tesoro trata también del
leucrocota (aunque lo llama lucrota), dando de él una descripción
semejante a la del Bestiario de Cambridge pero ubicando al animal
no en Etiopía sino en la India.

El dorkón y el glotón.

Son dos animales de escasa significación, uno real y el otro


mítico, el primero simbólico, el segundo simplemente divertido. El
dorkón aparece en los Fisiólogos. ~opKrov es su nombre griego, y
así lo ll.áma el Fisiólogo griego. El Fisiólogo latino conserva el nom-
bre griego pero añade la traducción latina: caprea; y esto le da dos
significados posibles: cabra montesa, o corzo. Y aunque la descrip-
ción es confusa e imaginativa, la simbología deducida debe hacer
pensar en el corzo o en la gacela, símbolos positivos, y no en el
macho cabrío, imagen del pecado y del demonio. El dorkón es des-
crito como un animal que vive en las altas montañas, aunque se
alimenta al pie de ellas. Tiene vista formidable Y. don dé prescien-
cia, esto es, que ve venir desde lejos a los que se le acercan y cono-
ce de antemano sus intenciones. Así pues, tiene la sabiduría de
Dios, y como él, ama las altas cumbres, es decir, a los profetas. No
aparece después en los Bestiarios.
El glotón tampoco aparece en ellos y en realidad sólo es descrito
en textos tardíos, prácticamente renacentistas o ulteriores. Pare-
ciera ser una versión diferente de algún atributo de la hiena, pues
todavía en el siglo XVII Aldrovandus lo confunde con ella. Empero,
el glotón carece de las connotaciones y rasgos negativos de la
hiena, y es simplemente un animalito imaginario, curioso y diverti-
do, aunque algo repugnante. El animal es una especie de mamífero
carnívoro de tamaño mediano, no demasiado grande, representado
en el libro de zoología de Gessner como una suerte de felino cu-
bierto de un largo vellón, a la manera de una cabra. Lo que le da
nombre es su increíble glotonería, que lo hace atiborrarse de cuan-
ta comida pueda hallar, capturando diversos animales. Pero su
hartazgo es tal que luego se siente demasiado pesado y casi no
puede tenerse en pie. No puede vomitar, como otros animales. Y
entonces busca en el bosque dos árboles paralelos, situados uno

96 97
CAPITULO III

BESTIAS DE LA TIERRA: ANIMALES CORRIENTES


Y PEQUEÑAS BESTIAS, EL CIERVO Y EL ELEFANTE

·Terminado el examen de los grandes felinqs, de los principales


híbridos, y de algunos animales exóticos, salvajes o silvestres, ini-
ciaremos ahora el de las otras bestias de la Tierra, yendo desde los
animales más corrientes, como caballos, perros y gatos, hasta los
más maravillosos como el unicornio.

ANIMALES COMUNES, DOMÉSTICOS O SALVAJES

El Bestiario no sólo se ocupa de fieras, de animales exóticos y de


monstruos. Como pretendidas obras de historia natural que son,
Fisiólogos y sobre todo Bestiarios, dan cabida a diversos animales
comunes, domésticos o salvajes, que son descritos a menudo en
términos realistas, pero a veces también con mucha imaginación y
casi siempre con objetivos moralizadores. Examinaremos con bre-
vedad algunos de esos animales y lo que de imaginario o de simbó-
lico contiene su descripción.

l. El perro.

No obstante todo lo corriente que es y el poco temor que usual-


mente suscita dada su condición de bestia doméstica, el perro es
un animal ctónico, ligado al Otro Mundo y a la muerte. Es capaz
de presciencia, vale decir, de presentir la llegada de la muerte; y de
anunciarla mediante sus aullidos. Es, él mismo, animal psicopom-

99
po, esto es, conductor de almas de difuntos al Más Allá. Al mismo
ti:;npo es el compañero m~s fiel del hombre, el más seguro guar- siendo luego santificado mediante un culto popular cristiano; cul-
dian de su hogar y su rebano. Pero su simbología es siempre ambi- to que fue descrito con lujo de detalles en la obra del dominico
gua, pues como guardían del umbral es también mensajero de la Etienne de Bourbon, compuesta en la segunda mitad del siglo XIII,
muerte, Y como ser ctónico, asociado a las sombras, suele alimen- y condenado en ella por las connotaciones paganas que lo acom-
tarse de cadáveres. pañaban.1
E~ ~odo caso, el perro aparece apenas en el Bestiario. Algunos En todo caso, en la literatura medieval el perro se asocia por un
Bestianos -y sobre todo enciclopedias medievales-lo mencionan, a lado a los grandes señores y a la caza, esto es, como perro de raza;
veces con demasiada precisión, describiendo sus diversas razas y y por el otro a burgueses y a campesinos, es decir, como perro co-
costumbres. En estos casos cuenta poco el imaginario. De todos rriente. Y aunque a veces tiene rasgos demoníacos (perros negros,
moci_os hay alg':ln?s datos interesantes acerca del perro en Isidoro y jaurías salvajes nocturnas) es de ordinario símbolo de fidelidad; y
en ciertos Beshanos, como el de Cambridge. Isidoro lo define como se lo representa casi siempre asociado a sus amos, sobre todo en
el animal más sagaz, fuerte y veloz, amante de su dueño y protec- los yacentes de las iglesias, y también como imagen de fidelidad
tor d~ ~u hogar y s~s riquezas. El Bestiario de Cambridge lo define conyugal.
tambien como el mas sagaz de los animales, pero además habla de
raz~s de perros; ~}ta ejemplos de fidelidad a sus amos (el perro de 2. El gato.
Jason que s,e deJO morir de hambre al morir éste, el de Lisímaco ·
que se arrojo a la pira en que incineraban a aquél); asegura que el El gato, animal lunar, nocturno, es aún menos corriente. Raras
perro razona por silogismos, pues sólo así se explica que en cami- veces aparece en el Bestiario medieval. Hay cortas menciones de él
nos que se ramifican sea capaz de excluir las falsas pistas y de ele- en Isidoro y en el Bestiario de Cambridge. En realidad era animal
gir ~a que le ~~eva tras las huellas de su presa. El perro se cura las algo raro en el Medioevo europeo occidental. Se hizo más usual a
hendas lamiendose, concluye el anónimo autor inglés; y vuelve a partir del siglo XII o XIII, pero aún así no fue demasiado conocido
comer su propio vómito ("el perro regresa a su vómito"). Hay aquí, en Europa hasta después del Renacimiento, salvo en el área medi-
de un l.ado, una ~~ferencia a la confesión como terapia, pues aqué- terránea. El cristianismo le mostró temprana desconfianza, por su
lla equivale tambie~ ?-curarse la.miéndose las llagas espirituales; y condición de animal imprevisible, poco fiel. Como animal voluptuo-
d;l ~tro, en la me.~cion de la actitud asumida por el perro ante· su · so, bello y suave, pero también impredecible y astuto, se lo asoció
vormto, una alus1on a la tendencia que lleva a los seres humanos con la mujer y se lo hizo símbolo de ella. Esto lo acercó al pecado,
a volver a cometer los mismos pecados. al demonio y al Mal. Se lo vinculó al demonio, a las brujas, al In-
Se encuentra también al perro en algunas obras literarias me- fierno y al Sabbat. Se dijo que las brujas se transformaban en ga-
dievales: a) en varios relatos de tema cristiano, como la vida de San tos y se temió sobre todo al gato negro, símbolo demoníaco.
~oque o la ,Leyenda de San Alexis, en las que el animal es compa- En algunas obras literarias medievales aparecen gatos, por lo
~ero fiel o unico en reconocer de alguna manera a su antiguo due- general dentro de estos parámetros. Hay algunos gatos en la litera-
no, no obstante las metamorfosis sufridas por éste y su miseria tura irlandesa del medioevo. Uno de ellos es el gato de La Navega-
fisica; b) en la literatura céltica irlandesa, como en el mito de Cu- ción de Maelduin, extraño animal que se pasea solitario en medio
chulain: quien siendo niño vence a un perro poderoso y toma de él de un palacio lleno de riquezas al que llegan los viajeros en su re-
su propio nombre;?) en unos cuantos lais bretones, y en muchas corrido por las islas del océano; y que, tras aparentar ignorarlos, se
novelas de ~aballena, donde diversos perros dan igualmente mues- abalanza de repente sobre uno de ellos, que ha robado un rico co:-
tras de fidelidad a sus amos o desempeñan roles simbólicos; d) en
cultos Y tradiciones cristiano-paganas, como el famoso culto de
1 El manuscritn de Etienne de Bourbon no ha sido publicado nunca. Pero en la segunda mitad del
San Guinefort, fiel perro guardián de unos señores feudales france- siglo XIX f1!l sabio francés editó una recopilación de sus exempla: A. Lecoy de la Marche,
ses, el ~ual:. tras matar a una peligrosa serpiente que amenazaba al Anécdotes historiques, légendes et apologues tirés du recueil inédit d' Etlenne de Bour-
bon, dominicain du XIIIe siecle, Libralrie Renouard, París, 1877. El relatn del perro y del cultn
peq~eno hiJO de ~usamos, al que cuidaba, es castigado y muerto relndido ~ saint Guinejort se encuentra en las páginas 325-328. Recientemente ha sido publlcn-
por estos por error y de seguidas enterrado y honrado por ellos, do un ndtable estudio sobre el tema: J. C. Schmitt, Le Saint Lévrier. Guinefort, guérisseur d'
enfants depuis le XIIIe siecle, Flammarion, París, 1979. Hay versión española, de Muchnik
Editnres, Barcelona.

100
101
pio, luego casi humanizado, inseparable de todas las actividades y
llar ?e oro y plata, quemando al ladrón al rozarlo y dejándolo con- fantasías del ser humano, su casi único medio de transporte y de
vertl~o ~n un monton de cenizas. Otra referencia al pequeño felino combate, por fuerza debiese ser tanto montura de la muerte y del
domestico,.en es~e cas~ un tanto burlesca, es la que se hace en demonio como del sol o de los héroes.
otro relato Ir~andes m~dieva~ al ojo de gato que tenía el portero del Pero no obstante su significación, el caballo no es animal de Fi-
rey Nuada, OJO que le Impedia dormir de noche, pues se le abría él siólogos y Bestiarios. Pocos son los que se ocupan de él, como Isi-
solo c~~a vez que cerca del pobre hombre pasaban ratones 0 vola- doro, que le dedica varios párrafos, o como el Bestiario de Cambrid-
ban paJares. ge, que copia mucho al o hispo sevillano. El citado Bestiario habla
de su valor en los combates y menciona las cabalgaduras de
3. El caballo. Alejandro y Julio César. Dice además que los caballos viven más
que las yeguas, y recuerda que uno vivió hasta los 70 años, mien-
~1 caballo es un animal de enorme riqueza simbólica; y puede tras otro copulaba a los 40. Su virilidad -dice- desaparece alcor-
decirse que se.halla pres~nte en ,casi todas las mitologías. Original- társeles la crin. Lloran al presentir la muerte de sus amos.
mente era tenido por animal ctonico, nocturno e infernal; y luego Los caballos tienen enorme importancia en la literatura medie-
(aunq~e sin p~r~er del todo los rasgos anteriores) devino más bien val, sobre todo caballeresca, importancia que se explica por sí mis-
e~ a~n~:1al uranico, solar y celestial. Era animal asociado en un ma. Así ocurre en los romances de Carlomagno y de Alejandro, en
?nn;IPI? a la noche, a la obscuridad, a las. pesadillas (como en el los lais bretones, en la literatura artúrica. Son famosos los nom-
I~~les mghtmare) y a diversos temores ligados a las tinieblas. Tam- bres de algunos caballos asociados a héroes medievales, reales o
bien se lo asociaba a las entrañas de la Tierra, esto es, al Más Allá. literarios: Bayardo, Bucéfalo, Babieca. Bayardo es importante espe-
Era animal presciente, que podía -igual que el perro- sentir la cialmente por ser un caballo mágico, montura de los cuatro.pijos
proximidad o 1~ llegada d~ la muerte y advertir de algún modo so- de Aymón, que cabalganjuntos a un tiempo sobre su lomo, y al
b~e su presencia o cercania. De ordinario era considerado como ve- que el cruel Carlomagno trata en vano de h~cer morir ahogado.
hi:ulo de la muerte (sobre todo en forma de caballo negro, pero asi- Bucéfalo, mítico caballo de Alejandro, es descrito como un animal
n;usmo de cab~llo blanco, de color de luna) y montura de los apare- maravilloso, que comía carne humana, que tenía la figura de un to-
cidos y demomos. No obstante, era tambien -y sobre todo- montu- ro dibujada en el cuerpo: en un anca o en la frente (según algunos
ra de los héroes o dioses benéficos, de los caballeros, y atelaje del . su cabeza misma era de toro), y que al igual que el unicornio lleva-
carro del sol, casos estos en los que era siempre -o casi siempre- ba un poderoso cuemo en medio de la frente. Babieca, en cambio,
blanco. es un caballo real, sin rasgos míticos, que sirve de montura al Cid
Aun,que a nosotros, habitantes urbanos de fines del siglo XX Campeador y lo acompaña en las batallas.
-que solo v~mos cab~os por. te~e;risión corriendo en los hipódro- También son importantes los caballos y las yeguas en las mito-
mos, en el eme en películas h1stoncas o de tema rural o eri la calle logías paganas europeas, céltica y germánica. Convendría recordar
en algun~s .~aros desfiles conmmemorativos de corte romántico- al menos a Sleipnir, el caballo de ocho patas que monta Odín; a
esta amb1guedad y esta multiplicidad de funciones del' caballo Svadilfari, hijo del acopamiento forzoso de Loke metamorfoseado
~ueda parecemos por completo irreal y distante, en verdad ella no en yegua con un caballo gigante; a los caballos radiantes que
tiene nada de. so~resiva: por varios milenios, a lo largo de buena montan las walkirias; y a las posibles variantes de la diosa Epona
parte de la h1stona humana (una historia que se modificó sólo presentes en el mundo céltico, como es el caso del hada llamada
h~ce unos dos siglos, con la mecanización y la Revolución Indus- Macha, encarnación humana de la diosa-yegua Riannon, y quien
!nal) el ca?~~o -animal c~ya domesticación representó una haza- es protagonista de un famoso relato mitológico irlandés en el que
na y P~rmitlo su conversion gradual de bestia ctónica y temible en se intenta dar razón del extraño período de incapacidad forzosa
fiel ammal solar- fue el compañero usual del hombre, en la paz y (suerte de puerperio anual acompañado de dolores .'de parto) a que
en la ~uerr.a, e~ . .el trabajo y en el descanso, en la vida cotidiarla y se hallaban sometidos los guerreros ulates, justo castigo por ha-
en la rmagi?ac1on. Y en el caso de esas asociaciones con héroes y berla hecho correr contra un caballo cuando estaba embarazada y
con demomos, :omo montura de unos y de otros, resulta a todas ya a punto de parir.
luces comprensible que ese soberbio animal, temible en un princi-

103
102
Pero los caballos no son particularmente frecuentes en las le- domesticadores, los egipcios, que se servían de él como bestia de
yendas y en la literatura hagiográfica cristiana, cuyos héroes sue- carga pero que creían en un ªsno rojQ, peligroso para el viaje de las
len ser sobre todo santos, monjes o peregrinos y no caballeros ni almas después de la muerte. Su simbología es sin embargo polisé-
poderosos de este mundo; y que cuando lo son, prefieren siempre mica, ambigua, y ~ asno es asociado tradicionalmente a muchas
la humildad, esto, la marcha a pie. El caballo medieval, montura conductas y valores, bastante contradictorios unos con otros..J Es
de guerreros y de poderosos, era un claro signo de poder y autori- símbolo de terrenalidad, de vida según el cuerpo, de placeres corpo-
dad. De todas maneras, los caballos, siempre blancos, son por su- rales e instintivos y sobre todo sensuale.,§!, libidinosos (como puede
puesto montura de héroes guerreros cristianos, como sucede con apreciarse en las usuales referencias a su §exo desproporcionada-
San Jorge y con algunos otros. Y a veces hasta del propio Cristo, mente grand~, igual que sucede cuando se lo representa como
como puede apreciarse en un hermoso fresco de la catedral de montura de Príapo o de Sileno). En todos estos casos simboliza a
Auxerre. @ materia frente a_! espíritg; y se sabe que §an Francisco de Asís
Esta escasa frecuencia quizá dependa también de que el caballo llamaba al cuerpo\~1 hermano asno'.:l Pero también es símbolo de
aparece ligado muy a menudo a mitos y rituales religiosos paganos paciencia, de humildad y resignación, apreciadas virtudes cristia-
combatidos por la Iglesia. Así, entre los pueblos paganos de Europa nas todas ella§: Y al mismo tiempo, de ignorancia, de poco entendi-
el caballo estaba asociado de ordinario a extraños rituales, empa- miento, de terquedad y de p~rsistencia en el error (esto es, de paga-
rentados seguramente con el viejo sacrificio indo-europeo del caba- nismo o idolatría, para los usuales patrones cristianos).
llo (el llamado Ashavameda indio), como el descrito por Giraldus El judaísmo y sobre todo el cristianismo parecen admitir una
Cambrensis en Irlanda, para la elección de un rey en una región de dimensión predominantemente positiva del asno, aunque el juda-
Ulster y en el que el futuro monarca tenía relaciones sexuales con ísmo lo considera bestia impura. El asno aparece en el pesebre, el
el animal, una yegua blanca, la cual era luego muerta, hervida y asno es montura de la Virgen en la huída a Egipto, también de
comida por los asistentes a la ceremonia, llena ésta, por lo demás, Cristo triunfante, al entrar en Jerusalén.\fero se ha hecho notar
de otros detalles poco usuales. 2 También aparece asociado el caba- que en el pesebre el asno está a la izquierda y el buey a la derechª-, ~
llo, en la tradición popular de origen pagano, a ritos y cabalgatas con lo que el asno representaría a los pagano.§., a los idólatras, y el
demoníacas nocturnas, como la famosa "mesnie Hellequin". En es- buey a los cristianos...:. Tanto en la huída de la Sagrada Familia a
te caso se trata siempre de caballos negros. Egipto como en la entrada de Jesús a Jerusalén parecería haber
una representación un tanto confusa del tema del caballo (o asno)
4. El asno. blanco, montura de los inmortales. Se ha dicho que la montura de
Cristo triunfante (pollino o burra) ~imboliza también a la §..inagoga,
¡]:n su versión doméstica apenas es animal del Bestiario medie- al judaísmo, cabalgados y vencidos por Cristo. De todos modos el
val. No es mencionado en los Fisiólogos-!. Pero aparece brevemente cristianismo, como el judaísmo, parece distinguir entre el asno y la
en Isidoro: se le llama asinus -dice el obispo sevillano- porque el burra. Esta última tendría, como la bíblica burra de Balaam, con-
hombre se le s~enta encimaj El nombre sería en verdad más propio notación positiva, ]].asta profétic~. ~o así el asno, símbolo de idola-
para el caballo, admite el autor, pero el hecho es que el asno fue tría, de paganismo, del pecado camal, del lnfiemo; aunque a veces
domesticado primero..!..~ Es fácil domesticarlo, pues al verse-rodeado es más bien signo de paciencia y humildad cristianas] ~·
se rinde. También lo menciona el .fiestiario de Cambridg~, que copia ~1 asno desempeña papel importante en la imaginería medieval
casi textualmente a Isidoro sin añadir prácticamente nada. cristianª, no sólo como personaje del pesebre o montura de la Vir-
Empero el asno es animal de la simbologíª, de los mitos y de la gen o Cristo sino como asno músicQ. Aparece asociado a las leyen-
Jj.teratura popular cristiana~ Como el caballo, parece haber sido ori- das de varios santos, como San Jerónimo y otros. También es figu-
ginariamente animal atónico, infemal, demoníaco. Lo era para sus ra de un famoso relato proselitista y ~nti-judío asociado a la leyen-
da de San,Antonio de Padua, quien muestra .-en él que es más fácil
convertir al cristianismo a un ~o que a un judío..:.\ Y en los mis-
2 La descripción de esta ceremonia se halla en Giraldus Cambrensis, Topographia Hibernica,
m, 102. Existe una buena, reciente y accesible froducción inglesa, la de John J. O'Meara: Ge-
mos ritu~es cristianos es protagonista de uno de los más intere- s
rard of Wales, The History and Topography of Ireland Penguin Books, Hamwndsworth, santes ritos medievale.§, de clara connotación paganª-: el de la Fíes-
1982. El texto puede leerse en las páginas 109-110 de esa edición.

104
¡1

ta de los Locos o Fiesta del AsnQ_. Esta curiosa fiesta, cuya organi-
zación corría a cargo del bajo cler_g, que se q_elebraba con participa-
l1 de sangre y así engañar a las aves carroñeras. Lo mismo dice luego
el Libro del Tesoro, de Brunetto Latini.
ción popul~ y apoyo de las autoridades eclesiásticas en el interior \ El zorro (pues aquí se trata del zorro, y no de la zorra) es ade-
de las iglesias en el período entre la Natividad y la Epifaní-ª",. esto es, más animal popularísimo de la literatura medieval, pero no c?mo
entre el25 de diciembre y el 6 de enero, y a la que algunos atribu- sujeto del imaginario sino de la sátira ~al, tanto en el erudito Y
yen Qrígenes pagano§ que remontan a las viejas ~atumales roma- temprano Ecbasis captivi como en el mas modemo y po:pular Ro-
nas, aunque cristianizadas y reglamentadas por la Igle5;ia, consis- mande Renart. Pero esta temática satírica y de corte social, como
tía en una suerte de puesta al revés de diversos usos y valores, y en dijimos al comienzo, queda fu~ra ~e lo q~e nos interesa realmente
ella tenía papel P..IOtagónico un asng, que era conducido al interior ahora: los animales en el imagmano medieval. Por,eso no po?emos
del templo, paseado ante el altar mayor, vestido con ~apa o casulla ocuparnos aquí de ella, no obstante su interes y su nqueza
episcop~. y ante el que se cantaba una [amasa pros~que a un temática.
~tiempo exaltaba sus virtudes y ridiculizaba sus defecto~ Esta Fies-
ta del Asno duró hasta bien entrados los tiempos modemos y sólo 6. El toro, el lobo y el oso.
fue proscrita por la Iglesia en el siglo XVII. 3
Son tres animales salvajes, todos ellos de riquísima pre~encia
5. E! zorro (la zorra). en mitos leyendas y motivos folklóricos europeos. Pero su nnpor-
tancia e~ el Bestiario medieval es en cambio desigual, pues los d~s
El zorro (o la zorra) sí es animal de obligatoria presencia en el primeros casi no cuentan mientras que el oso es al menos menciO-
Bestiario medieval. Desde temprano los Fisiólogos describen sus nado en varios casos.
rasgos y motivos típicos. Según el Fisiólogo latino, la zorra, símbolo
de la astucia, al sentirse acosada por el hambre logra engañar a los El toro.
pájaros carroñeros haciéndose la muerta entre la paja y emitiendo
ventosidades pestilentes para oler a cadáver. Al acudir los pájaros Dejaremos prácticamente de lado al toro, pues pese ?-la imp~­
a devorarla, es la zorra la que los devora a ellos. El animal es así sionante riqueza de mitos, leyendas y rituales de todo tipo asoc~­
(no se explica bien por qué) la imagen del demonio y del pecador. dos a él a lo largo de la historia huma~a Y. s~bre todo ~e ~a ~tl­
Los Bestiarios ulteriores modifican algunos detalles, conservando güedad, el toro está ausente del Bestiano cnsti~O. El cnst~arusmo
el fondo. Isidoro dice que vulpes equivale a volupes, pues la zorra fue poco amigo de conservar mitos y rituales ammales asociados al
es voluble de andar y sólo anda por caminos torcidos; además es paganismo; y el toro era uno de los animales I?-ás ligado a e~os.
animal ladino, amante de artimañas, ·como la de hacerse el muer- Basta pensar en el toro como animal primordial o como ai?-~
to.4 El Bestiario de Cambridge repite a Isidoro, pero añade que la cosmóforo en varios mitos de creación orientales (persas, bab~oni­
zorra se revuelca en tierra roja para que parezca que está cubierta cos, árabes, etc); en el culto babilónico y asirio del toro (los dioses
toros los toros alados, el toro de la diosa Ishtar al que se enfre~ta
el hé;oe Gilgamesh, etc); en el culto egipcio del torp (el toro ApiS);
en los mitos griegos acerca del toro (Zeus transformado en .toro
-iT 3 Existe una rica bibliografla sobre la Fiesta del Asno, aunque no siempre reciente ni accesible.
a
El texto clásico es Mémoire pour servir 1' étude de la Féte des Fous, de M. du Tillot. publim.- para seducir a Europa, el toro de Posidón que Minos no sa:rifica,
do originalmente en París en !ZQl y reimpreso desde entonces varias veces. En]echa reciente en Pasifae y el Minotauro, en ~ese?, etc); en.el.tor? y el ta~robo~os
se ha publicado un muy buen trabajo al respecto: Jacqiles Heers, Fétes de Fous et Camavals, asociados al mitraísmo, religion nval del cnstlamsmo Y difundida
Fayard, París, 1983, del que existe traducción española. El Clemencic Consort grabó hace poco
más de una década toda la P¡osa de la Fiesta del Asl!Q en un disco excepcional: Clemencic en toda Europa, etc., etc. ,
Consort, La fete de 1' ane, Offi.ces et fétes des fous pour le jour des sous-diacres, Harmo- El cristianismo lo prefrrió castrado, o a lo mas como becerro,
niaMundi, France, 1980.
como hizo en el caso del pesebre en que nace Jesús, o pa~a poder
4 La vieja idea tiene probablemente una base real, que muchas tradiciones campesinas todavía asimilarlo a su simbología oficial al asociarlo con el evangelist~ L~­
conservan. Vale la pena recordar que en el campo venezolano todavía se usa la expresión cas, de acuerdo a la famosa visión de san Juan en s~ Apocal~pszs ·
"hacerse el muerto para coger zamuro vivo", la cual sin_.d.uda remite a la idea de lo que se
supone hace la zorra, y es casi seguro que venga de la tradición española y del Bestiario
Pero pese a su ausencia del Bestiario (apenas lo mencionan Isidoro
medievaL

107
106
,·~

según Salino, el animal tiene atrás, en el lomo, un mechón de pe-


y uno que otro, como el Bestiario de Cambridge), el toro aparece los afrodisíacos que se arranca él mismo con los dientes cuando
asociado a algunas leyendas cristianas, como la de San Silvestre, siente que van a matarlo, pues sabe que el mechón de nada le sirVe
que una vez resucitó uno para así confundir a los paganos; o co- a sus captores a menos que se lo arranquen mientras está todavía
mo la de San Eustaquio, quien fuera martirizado dentro de un to- vivo. El lobo tiene el cuello enterizo, por lo que para mirar atrás
ro de bronce colocado sobre una hoguera. Pero sobre todo tuvo debe mover todo el cuerpo. Para el autor del Bestiario de Cambridge
gran importancia entre las sociedades europeas paganas, en parti- esto hace del animal una imagen del demonio, el cual nunca mira
cular entre los celtas, y más aun, entre los irlandeses. Bastaría con atrás para mostrar arrepentimiento. El brillo de los ojos del lobo es
mencionar a.este respecto los diversos ritos de los druidas asocia- otra clara imagen del poder engañoso, pseudo-luminoso, del demo-
dos con toros blancos y con sacrificios, entre ellos el ritual que nio. El Libro del Tesoro repite más o menos esto, pero diciendo que
permitía elegir un rey luego de un sacrificio y un festín de carne de los pelos afrodisíacos los tiene la fiera en la cola, y añadiendo que
toro sagrado; y sobre todo la gran epopeya irlandesa The Tain Bo el lobo, al aullar, acostumbra agitar una de sus patas frente a la
Cuailngé o Razzia de los toros de Cooley, en la que el interminable boca, para que el aullido parezca como de muchos lobos.
conflicto que opone a los héroes irlandeses -y en la que Cuchulain Más que en el Bestiario, el lobo está presente en el mito, en el
desempeña un papel de primer orden- nace de una disputa inicial folklore y en la literatura. El lobo está asociado a la mitología ger-
acerca de la posesión de un toro maravilloso y concluye con una mánica; y Fenrir, que ya arrancó la mano a Tyr, está predestinado
batalla casi cósmica entre ese increíble animal y otro toro compa- a engullirse a Odín y al propio Sol al llegar el fatí~ico Ragnarok. El
rable a· él en fuerza y en ferocidad. lobo aparece también asociado a cultos satánicos, y se decía que
las brujas iban al sabbat montadas en lobos. En la mitología es-
El lobo. candinava hay brujas y gigantas que cabalgan lobos con riendas
de serpientes, como la que acude a la incineración de Balder. En la
Como hicimos con el toro, también pasaremos en forma rápida literatura hagiográfica su más famosa aparición, a menudo repro-
al lado del lobo. El lobo es otra clásica bestia devorante, andrófaga. ducida en la pintura medieval y renacentista, es la que lo asocia a
Sus fauces (imagen de bosque espeso o de cavema profunda y obs- San Francisco de Asís en la historia del lobo de Gubbio, domesti-
cura) tienen clara connotación de muerte, aniquilación, vuelta a la cado por el santo. Pero el tema folklórico y literario principal es el
obscuridad. El lobo es devorador, no sólo de hombres sino de as-:- del hombre-lobo, procedente de la Antigüedad. y conservado y enri-
tros y de dioses. Pero también es símbolo de iniciador, de genitor, quecido en la Edad Media. Se lo encuentra a menudo en las sagas
de fundador de estirpes y ciudades (así Leto, como loba, da a luz a escandinavas, en las que se habla tanto de cofradías o ejércitos de
Apolo y Artemisa; así también Rómulo y Remo son criados por una berserkrs, suerte de grupos de guerreros implacables que se creían
loba; por otra parte, ya en épocas menos remotas, los turcos de- a sí mismos lobos u osos, como de hombres-lobos aislados. Se lo
cían descender de lobos, igual que los antiguos mongoles); Aunque encuentra en algunos lais bretones, como el de Bisclavret, de María
de rica presencia en el folklore y en algunas mitologías·europeas, el de Francia, o el anónimo de Melion, asociado en uno y otro caso a
lobo está a menudo ausente del Bestiario. No aparece en los Fisió- una historia de amor y de infidelidad. Se lo encuentra también en
logos. Lo menciona, sí, Isidoro, quien ofrece algunos datos intere- algunas vidas de santos y en otros relatos religiosos. Se lo halla
santes acerca de él: es rapaz y destroza cuanto encuentra; es bes- sobre todo en la literatura, en el arte y en el folklore europeos del
tia sedienta de sangre; puede pasar largo tiempo sin comer, lo que Renacimiento, época a partir de la cual florece realmente en toda
lo hace más voraz; apenas cohabita con la hembra doce días al Europa la conocida temática del hombre-lobo.
año; y si ve primero al hombre éste se queda mudo, pero si es el
hombre quien lo ve primero a él, el lobo pierde su acometividad. El oso.
El Bestiario de Cambridge glosa a Isidoro. Añade que a las pros-
titutas se las llama lobas porque arrasan con las posesiones del A diferencia del toro y el lobo, el oso, animal de gran riqueza
amante igual que lobas; que los lobos sólo copulan en mayo; que folklórica como ellos, asociado a la temática del invierno y del car-
la hembra ciuda tanto a sus cachorros que no caza cerca de la naval, sí tiene importancia en el Bestiario cristiano. Los motivos
guarida; que los ojos de los lobos brillan en la obscuridad; y que,

109
108
básicos, procedentes de la Antigüedad clásica, se encuentran ya en sencia del demonio en el asunto, y seguramente bajo la presión de
Isidoro y luego reaparecen en algunos Bestiarios. El motivo princi- los maridos, la Iglesia decidió tomar cartas en el asunto. Pero los
pal es el del cachorro informe moldeado y vivificado por la madre. curas que lo intentaron fallaban en exorcizar a la bestia J?ues al
Dice Isidoro que el oso se llama orsus porque con su boca (ore suo) parecer nadie en el pueblo se hallaba en estado de santidad; Y
da forma a su cría. El parto de la osa suele ser prematuro, pues hasta un legado papal que vino especialmente a hacerlo, beso a
pare a los treinta días. Cada osezno al nacer es una masa amorfa; una chica antes (o se propasó con ella); y fracasó también en su
y la madre, lamiéndolos, da forma a sus miembros y los vivifica. intento de hacer desaparecer al animal. La solución llegó empero
Dice además el obispo que la cabeza del oso es frágil, que' su fuerza de manera simple y al margen de la Iglesia propiamente dic..ha. Tr~
se halla en brazos y riñones, y que por ello suelen andar erguidos. orar cinco días, un santo hombre local, llamado Marhn, logro
El Bestiario de Cambridge copia todo esto, y añade que el oso enfer- someter al oso a su voluntad; y lo trajo así domesticado hasta el
mo se cura comiendo una hierba o devorando hormigas. Los osos mercado del pueblo, situado en la plaza, frente a la iglesia. Las
copulan a la manera humana, esto es, de frente, en el interior de mujeres se burlaron del santurrón llamándolo "pastor del diablo",
sus cuevas, en inviemo; la hembra alimenta a los moldeados osez- lo que parece mostrar que para ellas el oso no tenía nada de
nos sin comer ella, lo que la debilita. Y cuando sale a la luz, pasa- diabólico. Martín condenó al animal a vivir "sólo de la belleza de
do el inviemo, está casi ciega de tanto permanecer en la obscuri- las hijas de los ángeles"; y haciéndolo subir a uno de los. piñones
dad y de be adaptarse otra vez a la luz solar. Los osos aman la miel, de la iglesia, lo convirtió en figura de piedra. El resultado no parece
persiguen los panales, y atacan al toro, su enemigo, atrapándolo haber sido de todos modos muy bueno para el pueblo, pues la
por los ollares o ventanas nasales. La mandrágora los mata. Bru- tradición local afirma que a partir de esa fecha las muchachas de
netto Latini repite más o menos lo mismo, pero añade que al oso le Angles, que hasta ese entonces habían sido muy bellas, se volvie-
hace bien que le dén de palos, porque ello lo engorda. ron todas feas. 5
En la literatura medieval, hagiográfica o laica, abundan los
osos, las historias de osos, o de humanos criados por osos. O de PEQUEÑOS ANIMALES TERRESTRES, REALES O MITICOS
hombres salvajes con aspecto de osos, lujuriosos y peludos. Ejem-
plo de ello pueden ser la leyenda de Santa Eufemia, arrojada en el Fisiólogos y Bestiarios reservan buen ;~pacio para pequ~ños
circo a un oso que la adoró en lugar de devorarla, la historia del animales corrientes, tanto reales como nnt1cos, que en el pnmer
oso esculpido en el piñón de la iglesia de Angles, en Vendée, la his- caso son de fácil observación, y cuyas costumbres, reales o ficti-
toria de Valentin y Orsón, y la de San Juan Peludo. Estas dos últi- cias, dan base a algunas reflexiones moralizadoras. Examinaremos
mas son largos e interesantes relatos, asociados ambos a la temá- en lo que sigue algunos de esos pequeños animales, por ahora so-
tica medieval del hombre salvaje. No obstante su interés no pode- lamente los terrestres.
mos ocupamos ahora de ellos, pues poco tienen que ver con el
Bestiario. Los examinamos, por lo demás, en otro trabajo nuestro 1. La hormiga, la hormiga gigante y la hormiga-león.
dedicado al estudio de la antropología maravillosa medievaJ, a pro-
pósito del tema del Hombre Salvaje~os ocuparemos en cambio Animal pequeño, sujeto· de muchas fábulas antiguas, símbolo
ahora, por estar emparentada en form mucho más directa con la de espíritu colectivo, de trabajo organizado y de carácter previsivo
temática del oso y del Bestiario, del re ato acerca del oso esculpido (pero también de avaricia y egoísmo), la hormiga no falta en ni~­
en uno de los piñones de la iglesia fr cesa de Angles. gún Bestiario. Los Fisiólogos le atribuyen tres rasgos a las honm-
La historia del oso esculpido (que se llama Troussepoil, y lleva gas: a) cuando marchan llevando granos en la bo~a, las que van
una cruz en el lomo) es un relato medieval, tradicional o folklórico, sin carga no piden nada a las que llevan grano s1no e¡u e, yendo
acerca de un monstruoso plantígrado que vivía a orillas de un río, tras sus huellas, van a buscar grano para ellas, de donde se cae en
junto a la aldea de Angles, en la provincia de Vendée, dedicado a la historia de las vírgenes prudentes y las vírgenes locas, esto es,
robar vacas y mujeres. A las mujeres las desnudaba y poseía, lo
que por cierto a ellas no parecía disgustadas mucho, pero sí en
cambio a sus no tan bien dotados maridos. Sospechando la pre- 5 Tomo lo esencial de la historia del libro de Jean-Pierre Clébert, Bestlaire Fabuleux. Albín
Michel, Paris, 1971, p. 281.

110 111
las que guardaron el aceite para alumbrar a sus maridos, y las que guas pacen. Al llegar el atardecer, las yeguas se hallan saciadas al
lo derrocharon tontamente; b) al esconder granos en su madrigue- tiempo que sus cofres rebosan del valioso polvo de oro. En ese·mo-
ra los parten en dos, para que las lluvias no los hagan germinar, mento, del otro lado del río, los potrillas empiezan a llorar, pidien-
matándolas de hambre, lo que permite traer a colación la necesi- do de mamar a sus madres. Las yeguas, velozmente, atravies~n la
dad de separar la letra, que mata, del espíritu, que vivifica; e} en corriente en pos de sus criaturas, sin que las hormigas puedan
tiempo de cosecha, van todas al campo y desprenden granos de la hacer nada. Así los hombres se apoderan del oro; y las feroces hor-
espiga, dejando los de cebada y buscando los de trigo, imagen de migas quedan burladas. Con pequeñas variantes lo mismo es repe-
que de be huirse de las doctrinas extrañas y aceptar sólo la divina. tido por otros autores hasta Brunetto Latini. El tema, por lo de-
Los tres temas son más o menos repetidos por todos los Bestiarios, más, es persistente; las hormigas buscadoras de oro aparecen en la
desde Isidoro hasta los más tardíos. Carta del Preste Juan y en los romances relativos a Alejandro; y
Pero algunos hacen referencia a otros tipos de hormiga. Isidoro muchos son los viajeros y autores de relatos de viajes al Oriente
por un lado y el Liber Monstrorum por el otro hablan de las hormi- que tratan de él, el último de ellos el pseudo-viajero Mandeville.
gas gigantes, buscadoras de oro. El tema, que viene desde Heródoto
y Ctesias, en el caso de Isidoro deriva de Plinio o de Salino, mien-
tras que en el Liber Monstrorum proviene del mito de Alejandro.
Ambos lo tratan en forma escueta. Isidoro las ubica en Etiopía, di-
ciendo que son hormigas como perros, que excavan oro con sus
patas y que persiguen y matan a quien intenta despojarlas de él. El
Liber Monstrorum es aún más parco. Pero el tema se desarrolla en
los Bestiarios ulteriores recobrando la riqueza del relato de
Heródoto.
En el Bestiario Divino de Guillaume le Clerc, por ejemplo, la na-
rración es minuciosa. Dice el autor que muy lejos, en Etiopía, exis-
te otra especie de hormiga, muy diferente a la usual. Esas hormigas
tienen aspecto y tamaño de perros, pero costumbres muy extrañas,
pues se dedican a excavar la tierra para extraer de ella enormes
cantidades de oro fino. El hombre que intenta robarles el oro pron-
to se arrepiente de ello, pues al darse cuenta del robo, las hormigas
lo persiguen hasta alcanzarlo y devorarlo por completo. Pero los
habitantes de las cercanías, conscientes de la crueldad y riqueza
de las hormigas, han ideado una artimaña: toman consigo yeguas
recién pat;idas, cuyos potrillas aún maman, hacen que las yeguas
ayunen tres días; y al cuarto las ensillan. Sobre las sillas colocan
grandes cofres fuertemente amarrados, brillantes como si fueran de
oro fino. Al llegar a la orilla del impetuoso río que separa su tierra
de la de las hormigas, los hombres conservan los potrillas y expul-
san, del otro lado del río, hacia el país de las hormigas, a las ye-
guas, las cuales, hambrientas como están, se dedican a alimentar- 12. Las hormigas buscadoras de oro en una temprana edición de los Viajes
se de la jugosa hierba que allí crece. En cuanto a las hormigas, de John de Mandeville. F1nes del siglo XV.
éstas, al ver los grandes y brillantes cofres que las tranquilas ye-
guas traen atados a los lados de sus lomos, piensan que han ha- Pero hay' una tercera variedad de hormiga, ya presente en los Fi-
llado escondites ideales para su oro y se dedican a llenarlos del do- siólogos: el mirmicoleón u hormiga-león. Las fuentes del extraño
rado polvo, tarea en la que invierten todo el día, mientras las ye- animal noson claras (se habla de una hormiga-león en el Libro de
Job, en la Versión de los Setenta, a causa de una mala traducción

112 113
del texto hebreo; algunos autores greco-romanos mencionan por El topo tiene una simbología más clara. No se lo ~enc. .iona e~
su parte un león-hormiga), pero el mirmicoleón es descrito como los Fisiólogos pero sí en Isidoro,~ en un~ lectura cient~ca, di-
un extraño lu'brido de hormiga y de león. Es un animal condenado ce de él que es ciego, que horada siempre la tierra y que se alimenta
a irremisible y temprana muerte por inanición. Su padre tiene ros- de raíces. Lo mismo dice el Bestiario de Cambridge. Pero Pierre de
tro de león y come carne, su madre rostro de hormiga y come le- Beauvais y otros Bestiarios dicen cosas más interesantes. El topo
gumbres. El hijo tiene dos naturalezas: rostro y partes delanteras es animal de finísimo olfato, que así compensa su carencia de vis-
de león, y partes traseras de hormiga. No puede comer carne por ta, su ceguera. Tiene los inútiles ojos bajo la piel, su oído es el más
parte de la madre ni legumbres por parte del padre. Es ·símbolo de fino del mundo y nada puede sorprenderlo si hace ruido. Horada
inconstancia, pues se requiere siempre elegir un camino. Esto es lo siempre la tierra, se alimenta sólo de ella, dañ~ las hierba~ Y degm-
que dice el Fisiólogo griego. El latino dice en esencia lo mismo, pero da el suelo en que vive. Es figura completamente dempn1aca, des-
hace al animal hijo de mirmicoleona, lo que resulta algo confuso. tructora, y habitante de la obscuridad. Lo de que el topo se alimen-
Esta versión demasiado inverosímil de la hormiga-león no pare- ta de tierra (como el camaleón o el chorlito lo hacen qe aire, el
ce haber tenido mucho éxito. Algunos Bestiarios recogen la idea arenque de agua y la salamandra de fuego) es repetido por otros
del animal, pero bajo otra forma diferente. Así, Isidoro dice que la Bestiarios. (Brunetto Latini dice en cambio, como Isidoro, que el
hormiga-león se llama de esa manera porque es el león de las hor- animal come raíces.) Uno de esos Bestiarios, elllam~do Bestiario
migas, o a un tiempo hormiga y león. La describe como la más feroz Toscano, lo hace símbolo de avaricia, pues dice que el topo, por
de las hormigas, aunque pequeña; y dice que se esconde en el pol- ciego, ignora que hay tanta tierra y la come de a poco para que no
vo y mata a las hormigas corrientes que pasan cerca de ella llevan- se le termine. Cuando va a morir, sus ojos al fin se abren; y viendo
do alimento. Así, otro manuscrito de Guillaume le Clerc repite a Isi- cómo abunda la tierra, se lamenta de haber comido tan poca y de
doro y habla también de la hormiga-león como león de las hormi- estar tan flaco, muriendo luego de desesperación o de despecho.
gas. Es la más pequeña, pero la más valiente. Odia a las otras hor-
migas, se enconde en el polvo y al pasar éstas las asalta, las despo- 3. Elleontójono y el camaleón.
ja y las mata. En otros textos la hormiga-león o mirmicoleón es
más bien de buen tamaño, además de muy feroz. Es lo que ocurre Ya se mencionó alleontófono, animalito odiado y perseguido
en el caso de Tomás de Cantimpré, quien la describe como grande y por los leones porque sus cenizas untadas en carne sfirvían _Par~
agresiva. El autor dominico dice que la hormiga-león es débil al matarlos. Lo que el Bestiario dice de él es poco. Vale la pena an~dir
principio, pero que luego se hace fuerte. Es además solitaria, vive que el animal proviene de Plinio (Historia Natural, VIII, 136), quien
en lugares retirados, no acumula alimento, y se dedica a asaltar y dice de él que sólo habita donde hay leones, que su s~bor mata a
a matar a las otras hormigas, las corrientes. éstos, y que los cazadores queman elleontófono y lo )rocían como
perejil sobre carne, la cual usan para hacer que los leones la co-
2. El erizo y el topo. man y mueran. El león odia a la criatura y la ataca, pero ésta se
defiende disparándole chorros de orina, que es igualmente mortal
También son frecuentes en los Bestiarios. El erizo aparece ya para el león. ·
en el Fisiólogo. Su simbología es pobre y confusa, forzada. Parece El camaleón es mas importante y está mejor descrito, casi con
no tener piel, debido a estar todo cubierto de púas. Sube a los raci- tanta fantasía. No aparece en los Fisiólogos, pero Isidoro lo descri-
mos de las vides, tira las uvas al suelo, y al revolcarse sobre ellas se be como animal pequeño, variopinto como el pardo; y capaz de
las lleva en sus púas para alimentar a sus crías, dejando la vid pe- cambiar de color según 1ftS cosas que tenga cerca. Los Bestiarios
lada. De allí el Fisiólogo infiere que los cristianos no deben ocupar- ulteriores (aunque no todos tratan de él) añaden algunos datos
se de muchas cosas y que el erizo es imagen del demonio. El tema fantásticos, derivados del mundo clásico. La mejor descripción es
de la recolección de las uvas viene de Plinio (Historia Natural, vm, la del Libro del Tesoro. Dice allí Brunetto que el camaleón es bestia
133-135), aunque éste habla en realidad de manzanas. El erizo es asiática, de cabeza parecida a la del lagarto, pero con patas largas
descrito con más detalle en Isidoro y en el Bestiario de Cambridge, y garras filosas, y cola larga y enroscada. Su piel es dura, como de
que omite por cierto el motivo de las uvas. cocodrilo, su andar lento, como de tortuga. Tiene los ojos fijos Y no

115
114
puede ver de lado sino de frente. Pero lo más interesante es que se vamente fácil comprobar la falsedad de lo afirmado en esas obras,
alimenta sólo de aire, aspirándolo; y que se pone del color de cada populares o científicas, con un poco de observación casera que es-
cosa que toca, salvo si ésta es roja o blanca. Su cuerpo carece de taba al alcance de cualquiera. Parece indudable que el peso de la
carne y de sangre, excepto un poco junto al corazón. El camaleón auctoritas contó mucho en este caso, como en otros. De todos mo-
se esconde durante el invierno. Al salir de nuevo, a la llegada del dos, quizá el origen de la fábula se deba al hecho comprobado de
verano, lo mata un pájaro llamado corax; pero éste muere a su vez que la comadreja suele transportar a sus crías en la boca.
si prueba de él, salvo que coma una hoja de laurel. La idea de que En todo caso, es claro que el tema del insólito parto de la coma-
el camaleón vive del aire proviene de Ovidio y de Plinio. La de que dreja procede del mundo griego, el cual discutió mucho acerca de
no puede virar al rojo ni al blanco viene también de Plinio. En ge- ello. Es bien sabido que una leyenda clásica de corte etiológico le
neral toda la descripción de Brunetto depende mucho, a veces a la sirvió de sustento: la de Galintias (comadreja es yaA.a8a en griego).
letra, de la del viejo autor romano. Esta era criada de Alcmena, la madre de Heracles, entonces a pun-
to de darlo a luz. Hera, como se sabe, odiaba a Alcmena, amante
4. La comadreja. de Zeus; y sirviéndose de las Mo iras y de Ilitia, diosas de los partos,
la celosa esposa del dios griego trató de impedir el nacimiento de
Es uno de los animales más curiosos del Bestiario. Recogiendo Heracles. Por varios días las diosas cruzaron las piemas y los bra-
una antigua tradición clásica (expuesta ya por Anaxágoras, refuta- zos frente a la casa de Alcmena, para bloquear de esta manera el
da luego por Aristóteles, pero sobreviviente en Plutarco y en Elia- parto de esta última. Viendo que su ama no podía parir, Galintias
no), los Fisiólogos (que la consideran animal inmundo) describen a engañó a Hera, o directamente a las Moiras y a Ilitia, diciéndoles
la comadreja diciendo que engendra por la boca, recibiendo en ella que la presión que ejercían era completamente inútil, pues el parto
el semen masculino, y que pare por las orejas. Si lo hace por la de- había ocurrido ya. Al abandonar Ilitia y las Moiras su actitud, Ale-
recha, el animalillo es macho; si lo hace en cambio por la izquier- mena pudo al fin parir. Enfurecida, Hera (o Ilitia) convirtió a Galin-
da, el recién nacido es hembra. De esta manera la comadreja es tías en comadreja; y la condenó a parir, según algunas versiones,
imagen de los que al escuchar la palabra divina la arroja~ lejos de por su boca mentirosa; según otras, por el oído, instrumento de
sí, esto es, de los que, igual que el áspid, se tapan los o1dos para recepción de su mentira. Pero lo importante fue que el héroe griego
no o ir la voz del encantador. pudo nacer de este modo, no obstante la oposición de Hera, y al
Algunas versiones del Fisiólogo griego (y de ciertos Bestiarios que precio de que la pobre Galintias quedara transformada en coma-
lo siguen) afirman lo contrario: que concibe por las orejas y pare dreja. Muchos años después, ya adulto, Heracles, agradecido, le
por la boca. Isidoro niega esta insólita manera de concebir y de pa- hizo construir un templo, en el que las comadrejas se paseaban
rir, que en su caso es la única de que parece haber tenido conoci- libremente.
miento: la de la concepción bucal y el parto por las orejas. Describe Pero pese a la negativa de Isidoro en aceptar la insólita manera
al animal como una suerte de ratón largo (TTUls-telus, TTUlStela) que de concebir y de parir atribuida al animal, los Bestiarios ulteriores
caza serpientes y ratones. Dice que existe un tipo silvestre y otro a las Etimologías insisten en el tema: el de Cambridge, tan fiel a Isi-
doméstico. Conviene a este respecto hacer notar que en la Antigüe- doro, se aparta aquí de él y repite lo tocante a la concepción bucal
dad clásica y en la Edad Media los gatos eran raros en el. mundo y al parto por las orejas, agregando la otra posibilidad, la inversa,
europeo; y eran precisamente las comadrejas los animales domésti- pero sin afirmar ni negar ninguna. Añade otros detalles como que
cos que más solían cazar serpientes y ratones, tan abundantes en las comadrejas cambian constantemente de madriguera y pueden
las casas de esos siglos. Esta relativa domesticidad de la comadreja resucitar a sus crías muertas. El Bestiario Toscano por su parte dice
y esta familiaridad de las gentes de entonces con ella hace particu- que las da a luz muertas y que las resucita gracias a una hierba.
larmente dificil comprender cómo pudo mantenerse a lo largo de Hay además otro motivo asociado a la comadreja, que procede
tantos siglos la idea de su extraña forma de concebir y de parir; de del mundo antiguo, y que tiene también importancia en el mundo
qué modo Fisiólogos, Bestiarios y enciclopedias pudieron repetir de los Bestiarios medievales. En este caso se trataría de un motivo
durante tanto tiempo esta descripción fals~ y totalmente libresca real, sólá que producto de confundir a .la comadreja con la man-
de las costumbres sexuales y el parto dei animal, cuando era relati- gosta. Nos referimos al bien conocido tema del enfrentamiento de

116 117
la comadreja (en realidad la mangosta) con el basilisco, vale decir, sa, su joven discípula y amante, y las. amargas reflexiones del con-
con la cobra, enfrentamiento en el que es casi siempre la cobra la trovertido pensador acerca de su masculinidad una vez que queda-
que muere. Así lo afirma entre otros Brunetto. Pero nos parece que ra inutilizado sexualmente por el feroz tío y tutor de su pupila.
este tema debe tratarse mejor al hablar del basilisco. Lo dejaremos Pero mientras lo rechazaba en su sentido literal y material, en
por ello para el momento en que nos ocupemos de este último. su sentido figurado el tema conservaba validez para el cristianismo
a lo largo de los siglos medievales; y éste nunca dejó de considerar
5. El castor. como válida la idea, planteada en el Evangelio y legitimada por el
propio Cristo, de sacrificar un órgano para salvar el alma, o de
Cargado de atributos míticos por los enciclopedistas clásicos, el abandonar la vida material y los placeres para lograr la salvación
castor pasa al Fisiólogo y al Bestiario, y se convierte en símbolo del eterna. Así, el tema del castor y su simbología pasaron de un Bes-
buen cristiano, dispuesto al sacrificio de parte de su cuerpo a cam- tiario a otro y de una a otra enciclopedia. Isidoro había dado ya en
bio de salvar su alma amenazada. El Fisiólogo lo muestra como fecha temprana una interesante etimología, que más que el origen
animal inocente y tranquilo cuyos testículos se usan en medicina. real del nombre del animal, trataba de explicar su nombre latino y
Los cazadores lo persiguen a causa de ellos, dispuestos a arrancár- de conferirle sentido a la leyenda: castor, decía el obispo hispalen-
selos. Acosado, el animal, que sabe el motivo por el que lo persi- se, viene de castrar. El animal se automutila para evitar ser captu-
guen, se castra entonces con los dientes y le arroja los testículos a rado; de allí su nombre. El Bestiario de Cambridge, el de Pierre de
sus perseguidores. Ya castrado, en caso de ser perseguido más ade- Beauvais, el de Guillaume le Clerc, y luego enciclopedias como el Li-
lante por otro cazador, se detiene y se coloca boca arriba mostrán- bro del Tesoro repiten y comentan lo mismo a lo largo de los siglos
dole que carece de testículos, con lo que el cazador lo deja tranqui- siguientes.
lo y se va. El tema viene de la Antigüedad y es expuesto en una fá-
bula de Esopo. Aparece por supuesto en Plinio (Historia Natural, DOS GRANDES ANIMALES CARGADOS DE RICA SIMBOLOGIA: EL
Vlll, 109). Cosa curiosa, Esopo y Plinio nada dicen acerca de la ha- CIERVO Y EL ELEFANTE
bilidad del pequeño animal para construir presas. Plinio dice en
cambio que al ser agredido por el hombre, muerde, y al hacerlo, sus Se trata de dos grandes animales de mucha importancia en el
fuertes y filosos dientes llegan hasta el hueso y arrancan la mano Bestiario, y en los que privan la simbología positiva y las imágenes
de su agresor. de tipo cristológico. Por eso, por su importancia y significación
En sentido literal el de la auto-castración constituyó un tema comparables, vale la pena estudiarlos juntos.
álgido para el cristianismo temprano y también para el gnosticismo
relacionado con aquél, preocupados como estaban uno y otro por l. El ciervo.
las condenas de la carne, del pecado y de la mujer y por la búsque-
da desesperada de la salvación huyendo del sexo. Bien conocidos La simbología cristiana del ciervo es un tanto ambigua, pues
son a este respecto el caso de Orígenes, y los de aquellas, sectas aunque por lo general se lo considera símbolo cristológico o ima-
gnósticas cuyos adeptos tenían la costumbre de automutilarse. gen del buen cpstiano, enemigo del dragón o la serpiente, que re-
Pero el cristianismo condenó la castración, que hacía perder a sus presentan al mal, en ocasiones es también símbolo de fertilidad, de
víctimas la condición de hombres, y que al reducir la posibilidad de actividad sexual incontrolada, de concupiscencia. Este último as-
pecar hacía mucho menos meritorio el logro de la castidad. En el pecto está :muy ligado a su imponente comamenta, signo de poder
islamismo estricto hay ejemplos comparables al de Orígenes o a los sexual, a la periódica renovación de sus cuemos, imagen de rejuve-
de }os gnósticos extremos; e IbnBattuta, el famoso viajero marro- necimiento, y a su carácter de macho al que rode~ siempre una
qui del siglo XIV, relata en su Rihla un dramático caso: el de un manada de hembras con las que entonces se pensaba que practi-
santo jeque que acosado por una mujer tentadora prefirió auto- caba desenfrenadas orgías sexuales y en las que elánimal 'ponía
mutilarse antes que pecar con ella. Los estudiosos de la historia, en evidencia su ilimitada capacidad de hacer proezas en este cam-
filosofía y literatura medievales conocen bien, por su parte, el terri- po. Pero 'lo que predomina en él, sobre todo en el cristianismo me-
ble drama de Abelardo, castrado en forma brutal por el tío de Heloí- dieval y en los Bestiarios cristianos, es la simbología cristológica, el

118 119
símil con el buen cristiano, apoyado en el implacable odio del cier- talle curioso, al parecer de su cosecha: que esto les hace nadar rá-
vo por la serpiente (o por el dragón), a los que persigue y mata. pido para así evitar cada uno que el que nada delante de él le
También su asociación con el agua purificadora y con el rito del cague encima. Dice luego que el comer serpientes hace que el cietvo
bautismo, y su condición de ser que se renueva al cambiar de cor- mude la comamenta y se rejuvenezca, lo que sin duda parecería
namenta, como el cristiano que renace al abandonar sus pecados. ser una transferencia al cietvo, al comer la serpiente, de las
De hecho es esto último -es decir, la simbología cristológica, la facultades rejuvenecedoras de ésta. A partir de Plinio, comenta la
imaginería cristiana- lo único que los autores cristianos medieva- sexualidad de los cietvos, sus períodos de celo, el hecho de que,
les aportan a la imagen y al conocimiento del cietvo, pues sin ex- cualquiera sea el momento de la cópula, la concepción sólo se
cepción todas las otras cosas que afirman sobre el mismo proceden produce al salir la estrella Arturo. Habla de la forma en que huyen
de Plinio, quien trata largamente de él en su obra tantas veces de los cazadores corriendo contra el viento, para no dejar rastro de
citada (Historia Natural, VIII, 112-119). olor. Habla de su longevidad, un siglo de vida, ya comprobada
El Fisiólogo latino reduce prácticamente al cietvo a su imagen tiempo atrás por Alejandro;,;,y refiere el hecho de que los cietvos
cristológica de enemigo de la serpiente. Dice que ama las fuentes de nunca sienten fiebre, po;:-1:6 que aplicarse algún ungüento hecho
las aguas y que es enemigo del dragón. Este le huye y se esconde con médula del anima14uita cualquier calentura.
en las hendiduras de la tierra, pero el cietvo corre hasta una fuen- · Concluye señalando que dado que el cietvo come serpientes ve-
te, llena su nariz de agua y la descarga en la hendidura, forzándolo nenosas, consumir su came desde la niñez puede proteger al hom-
a salir para matarlo. Es así una imagen de Cristo matando al dia- bre contra el veneno, aunque puede en cambio ocurrir que muera
blo gracias al agua celestial. De resto, los pelos de cietvo o sus hue- a causa de una simple herida. Con ciertas variantes los otros Bes-
sos quemados, como los del elefante cristológico, alejan al dragón. tiarios y enciclopedias repiten prácticamente lo mismo. El Libro del
La diferencia con el Fisiólogo griego es que éste habla de serpientes Tesoro añade un detalle interesante pero igualmente viejo, pues
y no del dragón, aunque con el mismo significado; y que de acuer- procede también de Plinio: dice Brunetto que para que la came de
do a él el cietvo, al que compara no sólo cOn Cristo sino con los cietvo resulte en verdad útil contra la fiebre, se requiere que el ani-
eremitas del desierto, es sediento porque come serpientes, que son mal haya sido muerto de un solo golpe.
sus enemigas. En cualquiera de sus variantes, ésta es la idea cen- Además de esta rica simbología expuesta por los Bestiarios, el
tral, la que perdura a lo largo de toda la Edad Media. . cieiVo está a menudo presente en la literatura medieval, ~n la que
Isidoro dice de los ciervos que su nombre deriva de K Epa,; a, cuer- · tanto abundan los bosques y las cacerías; y juega a veces un papel
nos, lo que por cierto no alude a su cornamenta sino al hecho de importante en ella, particularmente en la literatura céltica, en los
que son enemigos de las serpientes (entre las cuales las hay comu- lais bretones, por ejemplo, y en algunos otros relatos de la llamada
das) y a que las matan y comen para curarse, sacándolas de sus "materia de Bretaña". Pero en estos casos su simbología tiene cier-
madrigueras. No hay significación religiosa en nada de esto. Añade ta connotación demoníaca, pues no es cristiana sino pagana, o en
que aman la música, que la escuchan con atención con las orejas el mejor de los casos impregnada de paganismo. El mejor ejemplo
tiesas, que co.men también alguna hierba que les hace sanar de de esto es el de las metamorfosis de Merlín, como hombre salvaje,
heridas de flechas, y que cruzan los ríos en fila, la cabeza de uno transformado en cietvo, o acompañado por cietvos en varias de sus
en la grupa del que le precede, lo que hace que no sientan así el provocadoras apariciones. En otros casos se trata más bien de la
peso. Todo esto procede de Plinio, como dijimos. hembra, de la cietva, casi siempre blanca, que suele ser en esos
El Bestiario de Cambridge se ocupa largamente del cietvo, si- relatos la mensajera del hada que quiere guiar al héroe al Otro
guiendo al Fisiólogo y a Isidoro y añadiendo nuevos datos proce- Mundo, o a veces el hada misma metamorfoseada con idéntico fin.
dentes también de Plinio. Haciendo explícita la ambigüedad de Isi- Esta imagen nada tiene por supuesto de cristológica ni de cristia-
doro, duda entre derivar el nombre de kerata, cuemo, o de la ser- na; y está más bien asociada a los rituales de travesía hacia el
piente comuda llamada cerastes, ya que el cietvo se alimenta de mundo mágico y feliz, pero pagano, de las hadas y seres ultraterre-
serpientes. Repite con Isidoro que los cietvos comen serpientes nos del universo cultural céltico. De hecho exi.ste una estrecha
para curarse; y al describir como él la forma que tienen de cruzar relación. entre el cietvo y el paganismo europeo, sobre todo céltico.
los ríos cada uno con la cabeza en la grupa del otro, añade un de- Para los celtas era animal sagrado, divinizado (basta con pensar en

120
121
guiendo un ciervo, igual que Eustaquio, se encontró de repente
el dios comudo Cemunnos, una de las principales deidades del
frente al hermoso animal, el cual, entre su espesa corn~men!a,
panteón céltico). Parecería válido pensar que el cristianismo euro-
mostraba la fi ura luminosa de Jesús c:n~cificado. ~Convertido asi a
la edad de 27 ~ños, Huberto se hizo religios?, llevo d~~de ent?nces
peo occidental, aunque al principio debió verlo por todo ello con
cierta desconfianza, acabó de algun modo asimilándoselo; y aso- una santa vida, y terminó sus días como obispo de LieJa, hab1endo
ciándolo a la vida de algún santo.
Así es posible hallar al ciervo -y en este caso se trata del macho- sucedido en el cargo a San Lamberto.
con toda su simbología, en cierta literatura hagiográfica medieval,
esta vez claramente como animal cristológico. Los dos mejores
ejemplos son el relato de la vida de San Huberto, y, mejor aún, el
de la vida de San Eustaquio, que es más antiguo, que tiene una
gran riqueza temática y más interés como narración. La Vida de
SanEustaquio, recogida en la Leyenda Dorada y luego en las Gesta
Romanorum, narra la santa vida de este personaje pseudo-histórico
que habría vivido en la época del emperador romano Trajano y que,
no obstante ser paganos tanto él como su esposa, habrían llevado
ambos una santa vida. La conversión de Eustaquio, que hasta el
momento de su bautizo se llamaba Placidus, habría tenido lugar a
raíz de una visión que tuvo durante una cacería. Habiéndose ale-
jado de sus compañeros de caza en persecución de un grande y be-
llo ciervo de rica comamenta, se encontró de repente en llledio de
la espesura ante el soberbio animal, el cual, en lugar de huir de él,
le dió el frente, mostrándole entre sus intrincados cuemos la lumi-
nosa imagen de Cristo crucificado. Placidus se quedó entonces pa-
ralizado y el animal -o el propio Cristo, identificándose práctica-
mente así con el ciervo-le habló y lo convirtió de este modo al cris-
tianismo, cosa que poco después Placidus, ya bautizado como
Eustaquio, hizo a su vez con su esposa y sus pequeños hijos. Lo
que sigue es un relato interesante de aventuras pero que ya nada
tiene que ver con ciervos, motivo por el que lo dejaremos de lado.
La leyenda de San Huberto, por su parte, parecería en principio
estar más relacionada con lo arriba dicho acerca de la cristianiza-
ción del ciervo, animal tan asociado a los ritos religiosos de los
druidas célticos y en general a todo el paganismo europeo de los si-
glos precristianos, pues se trata de una leyenda franco-belga que
en sus orígenes remontaría a la época merovingia, dado que el San
Huberto histórico fue un obispo cristiano de los siglos VII-VIII. Pero
en realidad la leyenda de San Huberto y el ciervo resulta ser bas-
tante tardía. Debe datar en el mejor de los casos del siglo XIV, si no
después; y le fue atribuida al obispo merovingio a partir de la Vida 13. El cietvo crtstológico se
de San Eustaquio. De cualquier manera, según la leyenda, de aparece a San Eustaquio.
Ms. Ashb. 415. Biblioteca
acuerdo a esas versiones tardías, San Huberto habría sido un jo- Laurenzlana. Florencia.
ven noble y rico del mundo merovingio, disipado y alegre, dedicado
a las mujeres y a la caza, que un día, en medio de un bosque, persi-

123
122
Lo más asombroso, empero, de estas dos leyendas hagiográficas to gigantesco en cortes reales y en rituales religiosos, el elefante es
no es tanto el milagro de la aparición 'de Jesús crucificado en me- animal fundamental, cosmóforo, divinizado, montura de reyes y de
dio de los cuernos de un ciervo, elevado así a la condición de dioses, modelo al que éstos últimos se comparan de ordinario; y,
animal cristóforo y santo, sino que -de manera paradójica- ambos por supuesto, fuente inagotable de mitos, de leyendas y de relatos
santos, convertidos al cristianismo gracias a la presencia de esos populares. En las mitologías y religiones indias es sostén del mun-
sagrados ciervos terminaran siendo transformados en patrones de do, montura de Indra, cabeza del dios Ganesha, engendrador mági-
los cazadores, esto es, de los masacradores sistemáticos de ciervos; co de Buda e imagen mística de éste. Los persas y los chinos dieron
y que con motivo de las grandes cacerías cortesanas o nobles de y continúan dando también gran significación al elefante. Igual
los siglos XVII y XVIII en Francia y otros países europeos se celebra- ocurre con los pueblos árabes, asiáticos y norafricanos. Y con al-
ra antes a San Eustaquio o a San Huberto en misas destinadas a gunos pueblos y etnias del Africa negra.
santificar la caza y se bendijera incluso a las jaurías que debían Para los griegos clásicos, que lo conocieron a partir de los viajes
cazar y destrozar al santo animal, recordado como portador del guerreros de Alejandro y de la exploración de la India, fue un ani-
propio Cristo. mal asombroso, tema de muchos relatos, casi siempre asociados a
Para terminar diremos que además de estas ambivalentes con- la rica e imaginativa leyenda de Alejandro. Para los romanos clási-
notaciones cristianas, el ciervo tiene también una importante sig- cos, que ~o conocieron primero con las guerras de Pirro y luego con
nificación alquímica, pues en la química medieval era frecuente las invas~ones de Aníbal y que además se aterrorizaron inicialmen-
que el animal simbolizara al mercurio filosofal; y así aparece a te con su. presencia, el elefante fue un animal maravilloso lleno no
menudo en grabados alquímicos, de ordinario asociado y opuesto sólo de poder fisico sino de inagotables significaciones.
al unicornio, situados los dos animales frente a frente, represen- Plinio, cumbre del enciclopedismo antiguo, recoge acerca de él
tando de esta manera el ciervo al espíritu de la materia filosofal y el todo tipo de informaciones, reales o míticas, y le dedica buena par-
unicornio al alma de la misma. te del Libro Vlli de su Historia Natural: VIII, 1-36. Allí se habla de él
,no sólo como animal fuerte y poderoso sino como modelo de
2. El elefante. inteligencia, memoria y sabiduría. Es un animal casi humano en
estos campos: ama a los seres humanos, es capaz de estudiar y
Se trata sin duda de uno de los animales más interesantes e im- aprender por sí solo practicando, respeta a los soldados heridos en
portantes del Bestiario, y del mundo animal mismo. Es por lo gene- ' el combate, tiene claras concepciones de estrategia militar y hasta
ral símbolo de fuerza y de poder, aunque a veces lo es también de posee sentimientos religiosos, llegando a ejecutar rituales de ado-
cierta torpeza. Es el mayor de los animales terrestres; y sólo su ración a la luna en ciertas noches, en las orillas de los ríos. Plinio
condición de animal herbívoro y más bien pacífico le ha impedido destaca su sentido de grupo, y describe la forma en que los elefan-
ser considerado como rey de los animales, lugar que ocupa el león, tes cruzan los vados, primero los pequeños y luego los mayores,
más pequeño y menos fuerte, pero feroz, agresivo y sobre todo car- para evitar que aquellos se hundan en las profundas huellas de
nicero, como s~ ha supuesto siempre que deben ser los reyes. éstos. Describe su conducta en los combates y las torretas llenas
En realidad es mucho más importante (y de mayor interés por de guerreros que se colocan sobre sus lomos. Asegura que los ele-
su presencia en mitos, leyendas, literatura y folklore) en el caso del fantes tienen una memoria incomparable, pues nada se les olvida;
Oriente, tanto antiguo como medieval: en la India, en Persia, y en y esto ínismo les permite ser agradecidos o vengarse, llegado el mo-
el mundo árabe asiático y africano. Fue mucho menos importante mento. Afirma Plinio que sin embargo temen a los ratones, y que
en Europa y en el mundo medieval cristiano, pues aunque los ro- (como el león) se asustan ante la presencia de un gallo blanco.
manos lo conocieron bien y lo admiraron y estudiaron a fondo, re- Pero nos interesa sobre todo el elefante en el Bestiario y en la
cogiendo y forjando en tomo a su figura diversos mitos y leyendas, cultura medjeval de la Europa cristiana, que recibe su información
el medioevo europeo sólo lo conoció en forma libresca, como ani- principal, aunque bastante deformada y confusa, de Plinio y de
mal remoto y de confusos rasgos. Así, en la India y en Persia, que otros autores clásicos, como Salino, o como los textos que narran
lo conocen desde la remota Antigüedad, que lo han domesticado y los viajes <;le Alejandro. También, por supuesto, de la Biblia, que
explotado, utilizándolo como animal de combate y como. ornamen- relata la muerte de Eleazar Macabeo aplastado en un combate bajo

124 125
el peso del elefante al que acababa de matar con una lanza. El elefante que pasa al Fisiólogo y a los Bestiarios tiene en reali-
dad muy poco que ver con el elefante real; y del clásico conserva
sólo unas pocas características, como su gran tamaño, su empleo
en las batallas provisto de torretas repletas de guerreros armados.
Y lo que predomina en él son algunos rasgos fabulosos, como su
carencia de coyunturas y su rivalidad con la serpiente. El resto de-
pende demasiado de la búsqueda forzosa de simbolismos religiosos
y de significaciones cristo lógicas.
Usualmente tan escueto, el Fisiólogo es en este caso pródigo en
detalles; y la descripción que nos da del elefante es bastante rica, y
está toda ella cargada de imaginario y de significaciones religiosas.
Esta descripción simbólica no debe nada a Plinio; y la influencia de
éste y de Salino y otros autores clásicos llega por otro camino has-
ta Isidoro y hasta los Bestiarios y enciclopedias medievales. El Fi-
siólogo atribuye los siguientes rasgos al elefante: a) no siente la
concupiscencia del coito. Cuando quiere tener hijos marcha con la
hembra al Oriente, cerca del Paraíso, donde crece la mandrágora.
La hembra come de ella y le da al macho, y así logra seducirlo. La
hembra concibe de inmediato; b) luego, cuando va a parir, entra al
agua de un lago, hasta las ubres, pare, y el elefantito nada, viene
hacia ella y mama. El elefante, entretanto, vigila, para evitar a su
enemiga la serpiente, y donde la halla la mata; e) si el elefante cae,
no puede levantarse (es porque no tiene coyunturas., aunque el
Fisiólogo lo da por sobreentendido y no lo dice). Por ello se apoya
en un árbol (evidentemente para dormir, aunque el Fisiólogo tam-
poco lo dice). Pero el cazador asierra el árbol a medias. El elefante
se apoya, lo rompe y cae. Brama impotente pidiendo auxilio. Viene
otro gran elefante, que no logra levantarlo y clama con él, siguen
otros doce que tambien fracasan y claman con los anteriores, y al
fin acude un elefantito (cuya peculiaridad es que su pelo o huesos
quemados alejan al maleficio y al dragón). Es éste el que logra al-
zarlo y salvarle la vida.
La simbología es clara y el Fisiólogo la detalla: la pareja de ele-
fantes equivale a Adán y Eva. Antes del pecado, en el Paraíso, igno-
raban lo ·que era el coito y no lo necesitaban. Al comer la fruta del
árbol (la mandrágora espiritual) y pecar, fueron por ello arrojados
del Paraíso, y entonces tuvieron necesidad del coito, engendrando
a Caín, hijo del pecado, 'sobre las aguas vituperables'. El dragón,
que es el demonio, los destruye y aleja de la virtud~ Por eso el ele-
fante está en guardia frente a él. Al clamar el elefante caído por
haberse apoyado en el árbol aserrado a medias, acude en su auxi-
lio el gran elefante, es decir, la Ley (antigua), pero no puede ayu-
14. Elefante con torreta llena de guerreros. Ms. 2617. Biblioteca Cornisiana, Roma.
darlo, como tampoco lo logran los doce profetas, esto es, los otros

126 127
doce grandes elefantes que acuden tras el primero; y únicamente el teresantes: los elefantes no conocen el adulterio y jamás se pelean
elefante pequeño llegado de último, que es Cristo (que en realidad a causa de las hembras; son de carácter apacible y cuando en-
es el mayor de todos, sólo que para salvarnos se humilló, convir- cuentran a un hombre perdido en el desierto lo llevan hasta sitios
tiéndose por ello en el menor), logra salvarlo, cargando con sus pe- conocidos; sus manadas se abren camino con cuidado para no ha-
cados. Ello revela que ya no bastan la Ley antigua ni los profetas cer daño a otros animales; y en las batallas rescatan a sus heridos
del Antiguo Testamento; y que la salvación sólo puede venir de Cris- y para protegerlos los conducen al centro del rebaño.
to y de los Evangelios. La propiedad de su piel y de sus huesos sig- Los Bestiarios de Pierre de Beauvais y de Guillaume le Clerc no
nifica que allí donde Jesús está presente ni el dragón ni ningún dicen nada distinto; y se limitan en general a exponer lo dicho en
otro mal se acercan. el Fisiólogo. El Libro del Tesoro hace en cambio una exposición bas-
Isidoro, que parte de fuentes clásicas, trata, como es usual en tante original, concisa y clara. Para dar idea de la fuerza del ani-
él, de mantenerse en un plano 'científico'. Recuerda que los roma- mal, habla de un elefante que el Preste Juan envió al emperador
Fede~co II, y que llevado por éste a ~remona, golpeó con tanta
nos lo llamaron inicialmente "buey de Lucania" al verlo por prime-
ra vez en su enfrentamiento con Pirro. Y dice del elefante que su energia a un pobre burro cargado que lo estrelló contra una casa.
Re~tomando fuentes clásicas y viejos mitos, dice que el elefante ja-
nombre deriva de que los griegos compararon su gran tamaño con
mas sube a un barco que vaya a cruzar el mar si su dueño no le
el de un.mo~te, en griego A.oq>os; que su grito se llama barrito por-
promete que lo traerá de vuelta; recuerda la forma en que Alejan-
que los mdios lo llamaban barrus; y que sus colmillos se llaman
dro en la India enfrentó a los elefantes con torres llenas de carbo-
ebur, es decir, marfil. Añade que persas e indios lo usan en los
nes ardientes; comenta algo acerca de su inteligencia; y asegura
combates, provisto de torretas de madera llenas de guerreros arma-
dos de dardos; que está dotado de gran inteligencia y memoria; que qt;e en c?mbate normal les basta con emplear un colmillo y que
solo se srrven del otro cuando se sienten amenazados de derrota.
llega a vivir hasta trescientos años; que vive en manadas; que
Concluye ~hablando de su castidad y de su estricta monogamia,
saluda como puede; que teme a los ratones; que copula de espal-
pues no solo no se pelean por las hembras sino que, teniendo cada
das. Y de las hembras dice que sólo paren una vez en la vida, que
uno la suya, le es fiel toda la vida, y en caso de perderla, se queda
duran dos años preñadas, y que al parir colocan a sus crías en el
solo para el resto de su existencia, deambulando de uno a otro
a~ua para evitar de este modo que las serpientes las maten, enros-
desierto.
candoseles alrededor. Según Isidoro, los elefantes, que antes ha-
A continuación viene lo tomado del Fisiólogo, esto es, lo relativo al
bían habitado el Africa, sólo sobrevivían para su época en la India,
poco interés del animal en el coito, a la mandrágora, al Paraíso, al
afirmación que resulta por demás curiosá El Liber Monstrorum, por
parto y~ dragón, a la caída por falta de articulaciones y a la
s~ parte, que utiliza fuentes ligadas a la leyenda de Alejandro, n__o
secuencia de elefantes que lo vienen a ayudar. Pero hay aquí un
anade nada importante, salvo que ubica a los elefantes en el Asia y
dato nuevo, de mucha importancia, que es después retomado por
en elAfrica (entre el Ganges y el Indo, y entre el Nilo y el Brixonte),
otras enciclopedias medievales, dato que viene en realidad también
y que hace referencia a los muchos que viera en la India el famoso
de Plinio, pero que en el viejo autor romano está desprovisto de las
Macedón.
co~otacion~s místicas que le fueron dadas luego por los enciclo-
De los Bestiarios clásicos, el de Cambridge hace una extensa e
pedista~ y teol?gos cristianos medievales. La explicación de por qué
inteligente combinación del Fisiólogo con Isidoro, explicando cier-
el dra~on persigue al elefante cambia. Ya no es tanto para matar a
tos aspectos y añadiendo algunos detalles. Dice que además de
su cna como para matar al propio adulto, a objeto de beber su
atacar al dragón, el elefante se enfrenta al toro, aunque le teme a
sangre, debido a que ésta es fría. La explicación es clara; y enciclo-
los ratones. Habla del coito (que hacen espalda con espalda), del
pedias ulteriores como la titulada ProprietezdesBestes o la obra de
parto en el agua, de la amenaza del dragón y también de la caída
Bartolomé el Inglés la exponen aún con mayor nitidez: la sangre
del animal al recostarse del tronco semi-aserrado, y de los otros
d~l elefan~e. además de copiosa, es la más fría que existe; y el dra-
elefantes que acuden en su auxilio. Explica que su imposibilidad
gan, sobre todo en verano, cuando hace más calor, necesita calmar
de levantarse al caer se debe a la ausencia de coyunturas. Se detie-
su fuego interno bebiendo esta fría sangre, suerte de Coca-Cola
ne a comentar la capacidad destructiva del elefante y dice que todo
espiritual del medioevo. Por eso ambos animales se enfrascan en
lo pulverizan con sus patas. Añade por último algunos detalles in-

128 129
s del siglo VIII que San Luis recibió varios Y
un duelo a muerte en el que a menudo perecen uno y otro, pues el a Car1omagno a fine ' F d · II tuvo varios
., Enri ue III de Inglaterra, Y que e enco
dragón muerde, ciega y desangra al elefante; pero éste, al morir, le en~~ ~~; alguJo de ellos llegó alguna vez al norte de Italia o al
cae encima y lo aplasta, matándolo también. La imagen apunta a en ~e Al mania Pero es sólo en el siglo XVI, en 1514, que reapare-
una lectura cristológica. El dragón es el demonio, su calor es infer- ~~reneEu~opa el.elefante, cuando, proced~nte de la India, llega en
nal; y el elefante, casto y fresco, puede representar a Cristo. Pero
más bien suele representar al cristiano atacado por el demonio y
barco un verdadero elefante a Lis boa, ammal que !os portuguefses
que en su recorrido europeo ue
1
que se defiende de su acoso. traían para regablarlo a f:!~iln de grandes fiestas, para lisboetas
motivo de asom ro, pero
Este interesante animal, libresco e imaginario, que es el elefante
de la Edad Media europea, dió origen a fantasiosas representacio- y romanos.
nes que ilustran los Bestiarios y enciclopedias medievales. En estas
se lo dibuja siempre de una manera tosca, a veces francamente
irreconocible; provisto, eso sí, (y, junto con la trompa, esto es a
menudo lo que permite identificarlo), de su infaltable torreta llena
de guerreros, que algunos llegaron incluso a pensar que era parte
del animal y no artificio humano. Las más de las veces parece un
buey o un búfalo con grandes orejas, que en ocasiones son de pe-
rro perdiguero, con cara de diversos animales, con colmillos que no
se sabe lo que son, con una trompa que da lugar a todo tipo de
fantasías pictóricas, y con unas patas que casi siempre son de
buey, de cerdo o de caballo. La cola que le dibujan, por cierto, es
siempre la de un cerdo.
El elefante aparece mucho en textos medievales, pero todos ellos
relacionaqos por supuesto con contextos remotos o antiguos, esto
es, en la llamada "materia de Roma", y más concretamente en los
relatos relativos a los viajes de Alejandro, desde las primeras versio-
nes latinas del Pseudo-Calístenes y de la famosa Carta de Alejandro
a su maestro Aristóteles acerca de las maravillas de la India, hasta
los romances ulteriores de tema alejandrino, como el Roman d'
Alexandre francés y sus derivados o el Libro de Alexandre español.
En ellos se describen las batallas de Alejandro contra Poro, el rey
indio, el empleo por éste de elefantes en su ejército, y la lucha de
los macedones contra ellos. En varias oportunidades Alejandro se
vale de estratagemas para poder vencer a los terribles elefantes
indios, ya sea enfrentándolos con torres incendiarias o con caba-
llos provistos de jinetes de bronce repletos de carbones encendidos;
ya sea asustándolos con puercos y aprovechándose de su desorde-
nada fuga para cortarles los tendones de las patas, inutilizándolos
así por completo. Las diversas ilustraciones de estas aventuras
muestran al anima,l con los fantasiosos rasgos antes señalados,
los popularizados por las diversas miniaturas del Bestiario.
Al parecer, los cristianos de Europa occidental durante los diez
siglos medievales apenas vieron ocasionalmente un elefante. Se
asegura que el famoso sultán abasida Harún-ar-Rashid envió uno

131
130
CAPITULO IV

BESTIAS DE LA TIERRA: EL UNICORNIO

Terminamos nuestro examen de los animales terrestres con el


unicornio. Este es probablemente el más maravilloso de los anima-
les del Bestiario medieval, el más sugestivo y misterioso de todos, el
más cargado de simbología y de imaginario. Animal tan buscado
como dificil de hallar, el unicornio es tema popularísimo de la es-
cultura y pintura medievales, y sobre todo de las tapicerías de fines
del Medioevo. Para el cristianismo es animal fundamental, símbolo
cristológico, asociado usualmente (pero no siempre) al Bien y la
pureza. Nunca está ausente del Bestiario y siempre tiene figuración
destacada en él.

ORIGENES DEL MITO DEL UNICORNIO. SU DESARROLLO EN LAS


TRADICIONES CLÁSICA Y JUDEO-BÍBLICA

La importancia del unicornio en la cultura medieval cristiana es


el producto del cruce casual entre dos ricas tradiciones sobre ani-
males que le sirven de modelo; y cuyas fuentes, aunque indepen-
dientes, están de algún modo emparentadas. Una, la clásica, gre-
co-romana; con raigambre oriental, en este caso india, que es la
que habla en verdad del unicornio; y otra, la judeo-bíblica, que re-
monta en cambio a fuentes asirio-babilónicas, y en la que no se
habla propiamente de unicornio. Ambas fueron fundidas por el ju-
daísmo tardío, helenizado, que introdujo el animal en la Biblia, y

133
el resultado fue tomado luego y desarrollado por el cristianismo en el Antiguo Testamento. Se lo menciona en el Pentateuco, en los
temprano a partir del Fisiólogo y de otros textos emparentados con Salmos, en Isaias, y sobre todo en el Libro de Job. Es a partir de es-
él, haciendo así del unicornio cristianizado el animal más intere- tos textos que el unicornio pasa al cristianismo, no como animal
sante y maravilloso de todo el rico Bestiario medieval. imaginario sino como animal real, de cuya existencia es garante el
libro sagrado judío, inspirado por Dios. Pero en realidad no se tra-
l. La tradición clásica. ta originalmente de ningún unicomio, sino de una confusión. El
animal de que habla la Biblia es en verdad el re'em. Se trata de un
Se trata obviamente de la tradición greco-romana. Pero remonta gran animal, de origen mesopotámico antiguo, el rimu, convertido
en este caso al mundo indo-persa, y ubica al mítico animal en por los autores bíblicos en re'em, y que correspondería al uro, au-
tierras de la India. La primera descripción conocida es la de Cte- roch o bos primigenium. El animal parece haberse extinguido desde
sias. De acuerdo al fantasioso autor griego, se trata de un animal hace cerca de tres milenios, al menos en el mundo oriental. Era un
ag~es~e, s~erte de asno salvaje, hermoso y rápido, cuyo atributo animal enorme, poderoso, salvaje; y se aflrmaba de él que era muy
prmc1pal es tener un solo cuerno en medio de la frente. El cuemo dificil de domesticar, o que era domesticable sólo gracias a inter-
tiene tres colores de la base a la punta: blanco, negro y rojo; y vención divina. El rimu fue representado en la antigua escultura
protege de la epilepsia y cohtra los venenos. Los indios suelen · babilónica y asiria. A partir de esas viejas represe11taciones algu-
hacer vasos con él a tales efectos. En la descripción de Ctesias pa- nos estudiosos contemporáneos han hablado del carácter unicor-
recen haber ya rasgos confusos de antílope, onagro y rinoceronte. ne del rimu, visto el animal desde cierta perspectiva, en general de
Lo menciona luego Megástenes, y también Aristóteles; pero el uni- perfll, pero en realidad todo indica que se trataba de un animal bi-
cornio n.o es ~n modo ~lgt.:tno importante en la tradición griega ni come, como toro que era. Para los autores judíos del Antiguo Testa-
en, su rmtolog1a. Quedo como un animal curioso y exótico y nada mento, que sólo lo conocían por referencia, dado que para enton-
mas, por el que nadie pareció interesarse mucho. ces se había extinguido desde tiempo atrás, era ya un animal más
En cambio cobra· importancia en el mundo helenístico y roma- o menos mítico, símbolo de poder y fuerza indómita.
no. A ello contribuyen tanto la revalorización de la fauna india El re'em es animal importante no sólo en la Biblia sino en la
como el auge del mito de Alejandro y de sus viajes maravillosos. tradición judía ulterior, rabínica y hagádica; y también en el m un-
Así, el unicornio es descrito por los autores y enciclopedistas clási- do musulmán medieval temprano. Se lo describe en la tradición
·cos. Lo menciona Plinio, que nada dice sin embargo acerca de las hebrea como un bovino poderoso, salvaje, gigantesco. Pero nunca
maravillosas propiedades de su cuemo; y lo estudia con detalle unicome. Los rabinos hablan de la existencia siempre renovada de
Eliano, que hace al respecto la descripción más completa. También dos re'em, únicos en el mundo, un macho y una hembra, que vi-
lo ~enciona Salino, quien da una corta pero precisa descripción ven en los extremos de la Tierra. Cada setenta años se encuentran
de el, hecha toda ella a partir de la de Plinio. El unicorniO se con- y copulan. En el momento supremo, la hembra mata al macho a
vierte, en la cultura clásica tardía, en uno de los más interesantes mordizcos. Queda preñada, se torna tan pesada que no puede ya
animales de la curiosa fauna de la India; y se enriquecen la. mitolo- moverse. Se echa entonces; y moriría de inanición si no fuese por-
gía Y la simbología acerca de él. La confusión con el rinoceronte que con su fértil saliva hace nacer hierbas alrededor, para alimen-
con·el antílope y con el asno salvaje continúan vivas; y así, a vece~ tarse de ellas. Pare al fin; y entonces muere. El resultado del parto
se lo identifica con ellos, sobre todo con el rinoceronte. Pero a me- son siempre dos hijos, un macho y una hembra, que apenas han
nudo también se lo distingue de uno y otros. El animal sigue sien- nacido se separan, y que luego repiten el proceso setenta años
do bastante indefinido y misterioso. Estos autores, sobre todo Pli- después.
nio Y Salino, fueron fuentes directas para su paso a la cultura me- Otros mitos sobre el re'em son: a) el de que Noé salvó dos crías
dieval. poco antes del Diluvio, pero no pudiendo llevarlas.en el Arca debi-
do a su tamaño, debió atarlas a la popa de ésta, y ambas bestias
2. La tradiciónjudeo-bíblica. sobrevivieron así a la inundación, nadando detrás del Arca y de-
jando tras· sus cuerpos inmensas estelas de espuma; b) el de que
El unicornio es. mencionado también varias veces en la Biblia, David vió uno tan grande que lo tomó por una montaña; y e) el de

134 135
que el rabí Bar-Raba-Hana iiegó a ver uríre'em de un día de naci- cho cabrío y lo defme mas bien como animal temible que como
do, ya tan grande, que al cagarse en el Jordán hizo desbordarse el animal astuto. La forma de atraparlo es descrita en términos simi-
río, produciendo una desastrosa inundación. Los musulmanes por lares. El simbolismo es claro. El monokeros o monoceros es símbo-
su parte hablan también de un animal equivalente, aunque en lo del Salvador, de Cristo, al que la obra presenta como 'cuemo de
este caso se parece mucho al rinoceronte; y sí es unicorne, a dife- salvación'.
rencia del hebreo.
Pero el hecho importante es que el re'em se convirtió en unicor-
nio (~ovoKepros) para los traductores judíos helenizados que en
Alejandi'ía, entre los siglos III y II A.C., vertieron la Biblia judía al
griego, en la llamada Versión de los Setenta, luego utilizada por el
cristianismo temprano. Como era de esperarse, textos latinos ulte-
riores basados en la Versión de los Setenta tradujeron 'monokeros'
por 'unicornio', tal como sucede en el Fisiólogo y en las primeras
versiones latinas del Antiguo Testamento. No ocurrió sin embargo lo
mismo en la versión de san Jerónimo, la llamada Vulgata latina, la
utilizada usualmente por el cristianismo medieval occidental, ver-
sión hecha a fines del siglo N a partir en lo esencial del texto he-
breo; pues aunque en ella se habla también del ullicornio, Jeróni-
mo traduce en otras ocasiones re'em como rinoceronte. Esto ali-
mentó de paso nuevas confusiones cristianas entre ambos anima-
les, rinoceronte y unicornio, ya presentes en el mundo clásico.
El resultado principal, empero, fue que el viejo re'em hebreo se
convirtió en el misterioso unicomio y al mismo tiempo en el clásico
rinoceronte, confundidos a menudo en un solo animal, o descritos
como animales diferentes pero con rasgos mezclados. El monoke-
ros o unicornio adquirió así todo el valor .real que le daba su con-
dición de animal bíblico. Es claro que tal condición llevó al Fisiólo- 15. La caza del unicornio. Bestiario de la Westminster Abbey Library.
go a describir al unicornio como animal simbólico, aunque utili-
zando una simbología cuyo origen no nos es muy conocido: el del Pero el Fisiólogo griego contiene un segundo tema, que no fue
motivo de la virgen; y también otros motivos conexos. prácticamente conocido en esa forma por el cristianismo medieval
temprano de rito latino, que no se encuentra en el Bestiario medie-
LA DESCRIPCION DEL UNICORNIO EN FISIOLOGOS Y BESTIARIOS val, y que sólo volvió a aparecer en Europa Occidental en el perío-
do final de la Edad Media, a fines del siglo XIV y comienzos del si-
El Fisiólogo griego describe los dos grandes temas asociados al glo XV. Se trata del papel milagroso y de la simbología cristológica
mito cristiano del unicornio, luego enriquecidos y modificados por del alicornio o cuerno de unicornio. Dice el Fisiólogo griego que el
textos ulteriores. El Fisiólogo latino sólo conserva el primero de unicornio habita cerca de un gran lago, al que acuden a beber to-
ellos, y omite el segundo. Dice el Fisiólogo griego que el unicomio dos los animales. Pero la serpiente viene antes y derrama en las
es animal pequeño, como una cabra, huidizo y astuto. Tanto, que aguas su veneno, por lo que ningún animal puede beber de ellas.
los cazadores no pueden acercársele. Tiene un cuerno en mitad de Llega entonces el unicomio, introduce en las aguas su cuemo y
la cabeza. La manera de atraparlo es enviando a su encuentro a hace con él el signo de la cruz. De inmediato el veneno se hace
una casta doncella vestida de una túnica. El animal salta a su re- inofensivo, y los animales pueden al fin saciar su sed.
gazo, ella lo amansa y él la sigue. Así es conducido el unicomio al Los textos cristianos ulteriores, enciclopedias y Bestiarios, se
palacio del rey. El Fisiólogo latino prefiere compararlo con un ma- ocupan todos del unicornio. Isidoro es en este terreno bastante

136 137

·.ir
errático, pues en sus Etimologías trata de fundir la descripción del olor de la doncella. El Libro del Tesoro no menciona al rinoceronte
rinoceronte con el mito del unicornio. Confunde al unicomio del y define al unicomio como bestia temible, de cuerpo de caballo,
Fisiólogo con el rinoceronte, pero recoge de todos modos el tema de con piel como de elefante, cola de ciervo y voz espantosa. Es cruel Y
la doncella, que poco cuadra con aquél, como pudo comprobar si- temible; su cuemo, de cuatro codos de largo, aunque delgado, es
glos después en sus viajes Marco Polo. Dice que el nombre griego acerado y penetrante. La forma de capturarlo es la usual; y Bru-
del animal, rinoceronte, alude a que tiene un cuemo en la nariz. netto, que sigue la descripción más tradicional y moderada, no
Pero luego añade que también se lo llama ¡.tovoKepros, es decir, uni- añade en este caso nada nuevo. . .
cornio, porque tiene un solo cuemo en medio de la frente. El cuer- Bestiarios algo más tardíos indican otras cosas. El Bestiano pro-
nq es largo y afilado, capaz de penetrar cualquier cosa; y el unicor- venzal insiste también en que busca el olor de ~a doncella. El Li?re
nio se enfrenta al elefante, al que logra herir con su cuemo en el des Proprietez des Choses, señala tres aspectos mt~res~tes: a) SI la
vientre. Es tan fuerte que nadie puede capturarlo. Sólo es posible doncella no es tal, el unicornio, capaz de descubrrr su rmpureza, la
' hacerlo empleando una doncella con el seno descubierto. El ani- mata· b) de acuerdo a Plinio, antes de luchar contra el elefante, al
mal se acerca, se adormece en el regazo de la joven y entonces los que ~dia, el unicornio afila su cuemo en las piedras; e) existen tres
cazadores vienen y lo capturan. Se percibe aquí la influencia de tipos de unicornio, uno, el usual, cori cuerpo de caballo, cabeza de
autores clásicos como Plinio y Eliano, llegados indirectamente ciervo y cola de jabalí, y con un cuemo negro de dos. codos de lon-
hasta Isidoro; y la recreación del mito cristiano con dos datos inte- gitud; otro, como una cabra comuda, grande y alto como un caba-
resantes: a) la virgen debe mostrar el seno; y b) no es la joven la llo y dotado de un cuemo particularmente afilado; un tercero, en
que captura al animal para llevarlo al palacio del rey sino cazado- fin, que tiene aspecto de buey blanco mo~eado de negro, y ~uyo
res emboscados. · · cuemo es entre negro y pardo. El Bestiano Toscano, por ultrmo,
El Liber Monstrorum no hace mención del unicornio ni del rino- compara al unicomio con el hombre malva~o, ima&e~ del pecado Y
ceronte. El Bestiario de Cambridge distingue entre ambos animales. del demonio, comparación rara en el medioevo cnstlano, aunque
Llama unicornio al rinoceronte; y lo describe como un delicado no única~
animalito, muy rápido, con un cuemo en medio de la frente y al
que no es posible capturar sino mediante la estratagema de enviar COMPONENTES CENTRALES DE LA LEYENDA MEDIEVAL CRISTIANA
a una virgen al bosque para que al verla el animal salte a su rega- DEL UNICORNIO
zo, la bese y se deje atrapar. Agrega luego que el unicornio combate
con el elefante y lo vence, hiriéndolo con su cuemo en el vientre. Esta rápida panorámica muestra la. eno:me. rique~a Y la rica
Habla luego de otro animal, al que llama monoceros, que es el que simbología del tema del unicornio en el rmagmano medieval. Tr?-te-
realmente corresponde al rinoceronte. Se trata de un monstruo de mos de examinar ahora en detalle los principales de estos motivos
1
hocico horrible, de cuerpo de caballo, de patas de elefante y de y de apreciar su evolución y significación posible.
rabo de ciervo. Tiene en medio de la frente un cuemo penetrante,
resplandeciente, de cuatro pies de largo; y concluye diciendo del 1. El unicomo y la virgen o el unicornio como imagen sexual
animal que aunque puede matárselo, no es posible capturarlo. sublimada.
En el Bestiario de Philippe de Thaon se habla de un solo animal:
el m·onoceros, que corresponde al unicornio del Bestiario de Cam- El tema central es el de la asociación del unicornio con la mu~er
bridge. Es una bestia de aspecto de chivo, con un cuemo en la joven, con la virgen o doncella. Pero hemos visto que. las descnp-
frente, y sólo se lo puede capturar gracias a una doncella. El ani- ciones varían; y ahora veremos que algunas de ellas se van ~ .~tro
malla reconoce por su olor; llega, le besa el pecho, se duerme, y es extremo. La descripción clásica es la que nos muestran los Fisiolo-
entonces capturado o muerto por el cazador escondido en el bos- gos y la mayor parte de los Bestiarios examinadc;::>s. En todas se
que. El de Pierre de Beauvais dice más o menos lo mismo, pero se
compara en este caso al animal con una suerte de gamo; y sólo se 1 La obra clásica acerca del unicornio, la más rica y hermosa por lo demás, es el libro d; Odell
Shepard. The Lore of the Unicorn. publla:ulo por primera vez en 1930. Ha sido también para
habla de que acude a echarse en el regazo de la virgen para dormir- nosotros una obra básica de rejerencla, aunque hemos seguido en nuestro estudio un camino
se y ser luego capturado. El Bestiario de Amor repite el motivo del algo distinto y aunque nos hemos circunscrito además al unicornio medieval cristiano. Hemos
usado la reimpresión reciente de Avenell Books, Nueva York. 1982.

139
138
trata de una virgen, y lo que varía un poco es la relación del uni- Bestiarios, alzó también para nosotros los pecadores el cuemo de
cornio con ella. En los Fisiólogos el fiero animal acude dulcemente salvación. Con afirmaciones como ésta parecería pasarse de un
y reposa su cabeza en el regazo de la joven. Isidoro dice en cambio claro simbolismo érotico y fálico a la exhibición de una potencia
que la joven lleva un seno desnudo. El animal viene y se duerme sexual sublimada. La posesión y la fecundidad se hacen espiritua-
en s~ regazo. El Libre des Proprietez des Choses añade que el uni- les y por ello pueden coexistir con la virginidad fisica de la joven.
cormo es capaz de detectar si la joven es virgen y de matarla en Podría pensarse, como afirma Chevalier, que el cuemo del animal
1
caso contrario, idea que parece ser la culminación de la esbozada es falo psíquico, miembro espiritual, espada de Dios, y que simboli-
siglo~ antes pq! Hil?egard van Bingen y repetida más tarde por zaría así la penetración de la criatura humana por la divinidad. La
Tomas de Cantnnpre acerca de que el unicornio tiene una suerte otra imagen que viene a la mente es la de la fecundación de la Vir-
de facultad de detectar en las jóvenes la virginidad, sólo con verlas. gen por el Espíritu Santo. De cualquier modo, sobre todo en textos
Pero hay otras versiones menos asépticas, en las que el motivo más elaborados, el papel de la virgen, suerte de señuelo humano
n:uest~a su co:r;notación erótica. El Bestiario de Philippe de Thaon que permite la captura y por lo general la masacre del hermoso
d1ce que ademas del seno descubierto, lo que atrae al animal es el animal, no parece ser muy simpático, aunque al parecer y gracias
olor de la joven (evidentemente un olor sexual, a hembra, aunque al peso de la simbología explicativa del tema, en la Edad Media a
los comentaristas prefieran hablar de perfume o de algo indefinido casi nadie pareció llamarle la atención este aspecto.4
a lo que llaman "olor de castidad"). El unicomio, además, al acu- No obstante, incluso en el mundo cristiano medieval, esa
dir, le besa a la chica los senos (lo que sugiere alguna suerte de re- sexualidad no fue siempre sublimada. Algunos Bestiarios captaron
lación sexual); y es lt;tego de ello que se duerme. · la idea en términos materiales, a lo que ayudaba la representación
. ~sta relaci?? sexual es ya eXJ?lícita en una temprana versión del del unicornio como animal no muy distinto del chivo o del macho
FislOlogo, la smaca (en realidad arabe), que debe datar del siglo V 0 cabrío, imágenes cristianas de lujuria. Algunas miniaturas ilustra-
VI. En ella se llama al unicornio dajja, se dice que es animal gentil tivas de Bestiarios son bastante insinuantes; y en alguna de ellas
pero imposible de atrapar. La forma de lograrlo es emplear para taÍ la joven está completamente desnuda. El unicornio, por lo demás,
fin a una doncella joven, pura y casta. Al verla, el animal se lanza mete en ese caso su hocico entre los muslos de la muchacha. Un
sobre ella. La joven le ofrece sus senos, el animal los mama y se autor medieval llega a afirmar incluso que la captura del unicomio
comporta con ella familiarmente (esto es, como si fuera su aman- es más segura si la virgen que se ofrece al animal en el bosque,
te). La joven a su vez le agarra fuertemente el cuerno hecho de está no sólo desnuda sino atada a un árbol. Así se entiende que
una simbología fálica evidente; y es luego que los cazadores acu- un Bestiario tardío como el Bestiario Toscano, sugiera que el uni-
den, ~trapan ~ unicornio, y lo llevan al palacio del rey. Pese a todo comio es imagen de hombre malvado y cruel, de pecador. Y que
el caracter erotlco de la descripción, el Fisi!Jlogo citado conserva la otros textos similares destaquen su sensualidad y hagan de él in-
simbolog~a cristológica del animal. Al parecer, en otras versiones y cluso imagen del demonio. Ello ocurre en el Libellus de Natura Ani-
textos onei?-tales acerca del mismo tema, la joven virgen es reem- malium, corto tratado animal del comienzo del siglo XV; en el Bes-
plazada ab1erta:mente por una joven y bella prostituta. Todo ello tiario Valdense que depende directamente de ese texto; y en un
parece sugerir, en lo que concierne a esta forma de captura -que Bestiario de Leonardo de Vinci, de fines de ese siglo o comienzos
Odell Shepard llama "la Cacería Sagrada"- la existencia de un del siguiente, en el que el animal es descrito como símbolo de in-
tema lit~r.a;io o folkl~ri.C:o, cargado de erotismo, que es previo a la
comJ?OSlCion ,de los Flsiologos e independiente del cristianismo, y
que este tomo, no se sabe bien de dónde, para adaptarlo de mane- 3 Jean Chevalier et Alain Gheerbrant, Dictionnaire des Symboles, Bouquins, Robert Laffont,
ra un tanto forzada a una lectura moralista y cristológica. 2 París, 1982, p. 569.
De este modo el cristianismo sublimó el motivo. El unicornio es 4 Por lo menos a enciclopedistas, moralistas y autores de Bestiarios. Pero sí a algunos poetas,
imagen de Cristo, del Salvador. Cristo, nos dicen el Fisi!Jlogo y los los cuales sin llegar a condenar el rol de la joven, al menos lo leyeron como engaño amoroso y
se identiflcaron ellos mismos con el unicornio como víctimas de la doncella. Así hace el
Bestiartq de Amor; así hicieron algunos trovadores como Guillermo de Aquitania y algunos
poetas influidos por el arte amatorio provenzal, como el italiano Guido Cavalcanti. Ver a este
2 f:~~-Silepard, The Lore of the Unicorn. capítulo 11: Tile Holy Hunt Ed. cit, especialmente pp. respecto el bello libro de Bertrand d' Astorg, Le mythe de la Dame a la Licorne, Seuil, París,
1963, esp. p. 92.

140 141
continencia o intemperancia. Y sin embargo, el tema pasó también a la Europa medieval cris-
tiana y tuvo en el imaginario de esos siglos una importancia nota-
2. El alicomio o cuerno de unicornio y sus poderes mágicos. ble. Pero sólo en la Edad Media tardía, y más aún en el Renaci-
miento. Evidentemente no es un tema temprano en Europa occi-
Es este el otro gran tema asociado al mito del unicorn:ip medie- dental, pues aún no parece haber sido conocido en el siglo XIII; y
val. Desde Ctesias le fueron atribuidas al cuerno del animal propie- sin duda su difusión tiene mucho que ver con tradición oral y so-
dades maravillosas, particularmente la de servir de antídoto contra bre todo con contactos culturales, comerciales y político-militares
la epilepsia y sobre todo contra los venenos. Afirma Ctesias que los desarrollados a raíz de las Cruzadas y los comienzos de la expan-
indios hacían vasos con el cuerno y que se servían de ellos para sión europea. Desde esos siglos, XII y XIII, y sobre todo después,
protegerse del envenenamiento. El tema tiene una vieja raigambre hasta el Renacimiento, se difunden en Occidente no sólo nuevos
·oriental, asociada seguramente al poder curativo y afrodisíaco del autores clásicos o nuevas versiones de autores clásicos, :romanos y
cuerno de rinoceronte, aun cuando indios y chinos jamás confun- sobre todo griegos, en alguno de los cuales el tema del alicornio
dieron a ambo~ animales; y se ha conservado vivo en China hasta aparece, sino también diversos mitos, leyendas, tradiciones orales
la actualidad. También Megástenes habla del cuerno y de ·SU papel y costumbres procedentes del Oriente, sobre todo del mundo mu-
contra el veneno. Pero lamentablemente Plinio no dice nada acerca sulmán, en el que el mito del unicornio y de la pote1;1cia milagrosa
de ello; y, por supuesto, tampoco lo hace Salino. Es Eliano el que de su cuerno contaban para entonces con una vasta difusión ini-
habla largamente del tema, añadiendo algunos detalles interesan- ciada desde muchos siglos antes.
tes. Pero; como ya dijimos, su libro casi no tuvo influencia sobre el El tema tiene dos vertientes. Una es la literaria o espiritual, la
medioevo occidental cristiano. del Fisiólogo griego, arriba mencionada, esto es, del cuerno como
imagen cristológica. Otra, la de su empleo real como antídoto o
como infalible precaución contra el envenenamiento, tan frecuente
sobre todo en los medios .cortesanos, señoriales y burgueses de la
Edad Media y del Renacimiento.
De la primera vertiente dijimos que sólo se hallan huellas de ella
en Occidente a partir de fines del siglo XIV. Una de esas huellas es
el relato que hace Johannes de Hesse, sacerdote alemán que estu-
vo en Palestina, quien en su ltinerarium Joannis de Hese presbyteri
.ad Hierusalem, compuesto en 1389, pretende haber sido testigo
presencial del rito purificador del alicornio en aguas de un lago pa-
lestino envenenadas por serpientes. Pero también aparece como te-
ma de algunas grandes tapicerías de fines del med,ioevo, particular-
mente de las famosas tapicerías de La Caza del Unicornio, que
datan de fines del siglo XV, que son de origen belga, y que se en-
cuentran hoy en el Museo de Fort Tyron Park (The Cloisters), en
Nueva York. En uno de los tapices puede verse al unicornio intro-
duciendo su cuerno en las aguas de un lago (en realidad de un ria-
chuelo derivado de una fuente) situado en medio del bosque donde
tiene lugar la caza.
La segunda vertiente es más interesante. Se trata de la difusión
del empleo del alicornio como medicina y como anti-veneno. El
asunto es de una gran riqueza y no podemos ocuparnos en detalle
de él. Baste con decir que desde los siglos XIV y XV va cobrando
16. Erotismo en la captura del unicornio. La doncella está desnuda y el animal le mete
el hocico entre los muslos. Bestiario de Rochester. Siglo Xlll. Brittlsh Museum. también amplia difusión el empleo del alicomo en los medios no-

142 143
bles y burgueses europeos. Se utiliza el cuerno como protección de tiempo atrás el cuerno de rinoceronte (que a menudo pasó al
contra el veneno. Se lo acerca a los alimentos para prevenir lapo- Occidente medieval catalogado como alicomio) para vencer la im-
sibilidad de envenenamiento. Se introduce el extremo en las copas potencia y la esterilidad, para dar nuevas energías sexuales a los
para neutralizar posibles tósigos añadidos al vino y a otras bebi- viejos. Y todavía hoy es espectáculo frecuente en mercados popula-
das. Se usaban a veces -costumbre esta importada del mundo ára- res en el mundo chino la adquisición a altos precios de delgadas
be- cuchillos de mango de alicomio para trinchar las cames y lonjas de cuemos de rinoceronte o de ciervo para emplearlos como
eliminar en ellas cualquier veneno oculto, pues se suponía que los remedio contra la impotencia, o simplemente como estimulante
mangos de los cuchillos "sudaban" en presenci~ del ven~no. Los sexual. En el Occidente cristiano medieval, en cambio, esas funcio-
precios de los alicornios eran tan elevados que solo los mas pode- nes afrodisíacas fueron ignoradas; y el papel del alicornio se man-
rosos tenían acceso a ellos y los exhibían como signos de poder y tuvo de modo exclusivo en el terreno de la lucha contra el envene-
de riqueza. Los grupos dominantes menos favorecidos apenas po- namiento, ya fuese éste real o espiritual. O cuando más, se lo aso-
dían emplear las limaduras o el polvo de alicornio para protegerse ció pacatamente al bienestar general, como tónico o estimulante
de ser envenenados. de funciones orgánicas.
Los alicornios llegaron a alcanzar precios astronómicos y a for- Los mitos asociados al cuerno de unicornio tuvieron larga dura-
mar parte de los tesoros más preciados de ciertos reinos y repúbli- ción. Aun en el siglo XVIII las farmacias inglesas vendían como es-
cas comerciales medievales y renacentistas. Algunos alicornios for- timulante general píldoras hechas de limaduras de alicomio (lla-
maron parte del Tesoro Real de Francia y de la colección de objetos madas alicorn), y también la mas barata "agua de alicornio", pro-
sagrados de la abadía de Saint-Denis. Otros enriquecieron el reino ducto de remojar un cuemo del animal en agua.
de Inglaterra. Pero fue sobre todo la próspera república veneciana, Por otra parte, en un cuento popular español que quizá date de
centro del gran comercio con el Oriente, la que incorporó a su acti- esa época, siglos XVII-XVIII, aunque fue recogido a principios de
vo la más rica colección de cuemos de unicornio de toda Europa, este siglo, se revela cómo se mantenía todavía viva en siglos recien-
parte de ellos adquiridos ya en época pre-renacentista. Se ha seña- tes la leyenda de la potencia mágica del alicornio, capaz en este
lado incluso que en ciertas ocasiones hubo compromisos económi- caso de hacer cambiar a alguien de sexo.
cos entre Estados medievales que fueron saldados parcialmente Es la curiosa historia de una muchacha, que debe hacerse pa-
mediante la entrega forzosa de preciados alicornios. sar por hombre, vivir con ropas masculinas y buscar trabajo en
A lo largo de los siglos medievales circularon en Europa varios una granja. La hija del patrón se enamora locamente de ella cre-
tipos de cuemos de unicornio. Algunos•los clasificaron como uni- yendo que se trata de un hermoso chico. La muchacha se ve forza-
cornis verum y unicomisjalsum, siendo los primeros terrestres, esto da a casarse con la campesina, a la que revela la verdad durante la
es, usualmente colmillos desenterrados de mamut o cuemos im- noche de bodas. La campesina no parece preocuparse mucho por
portados de rinoceronte asiático o africano; y siendo los segundos ello, propone a la otra que vivan juntas de todos modos, y así lo
-en verdad los más cercanos a la usual descripción del alicornio- hacen durante cierto tiempo, pasártdolo muy bien. Pero la ausen-
los dientes o "cuemos" alargados del narval, curioso cetáceo de los cia de hijos comienza a hacer dudar al padre de la campesina y a
mares nórdicos que es una suerte de unicomio marino. Estos sus familiares y amigos de la condición masculina del marido de su
cuemos, largos, delgados, sólidos, de marfil, y tallados por la natu- hija. 'Este' supera algunas pruebas a que se le somete, pero en una
raleza en forma de espiral -como se suponía debían ser los alicor- fiesta junto al río, mientras su joven esposa se baña desnuda con
nios- fueron al cabo los más apreciados de todos, los que con más las mujeres, "él" debe bañarse en grupo con los hombres. Retarda
frecuencia pasaron por cuemos mágicos del mítico animal. el momento de mostrar su desnudez frente a ellos con la excusa de .
Pero también aquí el cristianismo sublimó las cosas, pues en el hacer antes una necesidad en la espesura del bosque. Se desespe-
Oriente, medieval y modemo, y siguiendo una tradición que data ra, no sabe qué hacer, ruega a Dios. Y entonces aparece el unicor-
de tiempos remotos, el cuemo de unicornio (en verdad cuemo de nio (el relato lo llama "oricuemo"). El animal le toca la entrepiema
rinoceronte) fue asociado no sólo a la detección o anulación del con la punta de su largo cuerno, hace sobre ella la señal de la
veneno sino a un importante rol afrodisíaco. Sobre todo chinos y cruz, y cqn este gesto provoca que de la misma le brote entonces
tibetanos, pero tanibien indios, árabes y persas; han utilizado des- un miembro masculino. Transformada así en hombre gracias a la

144 145
intervención divina representada por la milagrosa aparición del son cortantes y las usa el animal en los combates.
unicomio, la muchacha, ahora en verdad muchacho, puede supe- Sus enemigos principales en el seno del mundo animal son el
rar la prueba, y de paso comenzar otro tipo de relación con su mu- dragón, y sobre todo el león y ~1 elef~te. Tambié~ se asegura que
jer. El cuento, discretamente, omite decirnos si a ésta tal relación se enfrenta al ciervo o a la serpiente, siendo descnto en este caso el
le resultó tan satisfactoria como la que habían llevado ambas has- unicomio como habitante del Paraíso Terrenal. Así parece des-
ta ese momento.5 prenderse de un grabado bíblico de fines del siglo XV que ilust~a el
tema del Paraíso y el pecado original, y en el que se ve a un unicor-
3. Enemigos del unicornio:. el dragón, el león y el elefante. nio que persigue a un ciervo y que -a menos que se trate de. un
error de perspectiva- parece amenazar con su cuemo a la serpien-
Un tercer aspecto del mito medieval del unicornio es el de su fe- te tentadora de Adan y Eva. Pero el enfrentamiento con el ciervo
rocidad, ligado al de sus enemigos. El mundo cristiano, tanto el Fi- forma más bien parte de la simbología alquímica, como tendremos
siólDgo como la ulterior iconografia medieval, hizo del unicomio un ocasión de ver más adelante. La enemistad con el dragón es pro-
animal realmente insólito, gracias a haber conservado la leyenda piamente occidental, cristiana, asociada al papel negativ~ del dra-
de su ferocidad mientras lo transformaba al mismo tiempo fisica- gón en el imaginario cristiano. En Ort:r~.te, por ;1 contrar~o, donde
mente en un animal casi femenino, grácil y delicado, por lo demás el dragón juega casi siempre ~pel positivo, benefic~, .lo mismo que
6
de gran belleza. No obstante su aspecto de gacela, de potro o de jo- el unicornio, este enfrentamiento carece de sentldo. De todos
ven macho cabrío, veloz y ágil, siempre blanco, se trataba de una modos, ni siquiera en Occidente esta oposición parece haber sido
bestia terrible, de un animal feroz, salvaje, cruel e indómito, que vi- usual; y aunque hay alusiones ocasionales a ello, es raro ver
vía no sólo en un país distante y misterioso como la India (o Etio- representado al dragón y al unicornio enfrentados en combate ..
pía) sino que incluso en ella era animal raro, que habitaba en lo El enemigo principal del unicornio es s~ ~uda el elefante. Diver-
profundo de bosques o montañas inaccesibles, y que sólo podía sos textos, y en particular algunos Bestlanos, se r~fiere.n a esta
ser visto de manera excepcional. enemistad. Antes de combatir contra el elefante el umcormo se afi-
Era imposible capturarlo, salvo que se apelase a una doncella; y la el cuerno y las pezuñas; y generalmente resulta vencedor. El
de otro modo era necesario matarlo, pero nunca podía ser atrapa- Bestiario Divino dice que al enfrentarlo, el unicornio le corta el
do vivo. Cosmas lndicopleustes, el famoso viajero copto del siglo VI, vientre empleando sus afiladas pezuñas. Pero esto es más bien
mercader y luego monje nestoriano, aunque reconoce no hkber raro; y lo usual es que se sirva de su largo y afilado cuemo, tan
visto al animal vivo sino su reproducción en unas esculturals de delgado como resistente. El unicornio embiste con fier;za al
bronce existentes en el palacio del rey de Etiopía, dice acere~ del elefante y logra ensartarlo por el vientre con el cu~:no, mat~dolo
unicornio en su Topograf~a Cristiana que éste, al verse rodeado por en el acto. Pero el unicornio occidental es tambien enenngo del
los cazadores, prefiere arrojarse a un hondo precipicio, de cabeza, león, al que se enfrenta con igual fiereza. Sólo que en este caso
de modo que cae siempre sobre su cuerno, liviano pero de gran re- suele ser él el perdedor. En la Carta del Preste Juan se hace una
sistencia. Luego logra zafarse; y escapa así de sus defraudados per- precisa descripción del tema. Decidido, el unicornio embis:e al
seguidores. De todos modos, según otros autores, puede ser doma- león; pero éste, sabiendo que el unicoqúo es más fuerte qu,e el, se
do -o al menos montado- por el hombre salvaje; y así se lo repre- adosa a un árbol como dispuest()";".a enfrentar la poderosa
senta a veces. El unicornio es además una fiera de gran valor. No acometida. No obstante, en el momento decisivo, elude la
teme a nada ni a nadie y es capaz de enfrentarse con decisión a embestida· y el unicomio queda atrapado sin remedio, pues su
cualq~ier bestia. Generalmente antes de hacerlo se prepara afilan-
cuemo se Íncrusta con fuerza en el tronco del árbol. El león puede
do en las piedras su cuemo y sus pezuñas, pues éstas también
6 El unicornio chino, llamado en su versión más conocida ki-lin, es un ani~al de una extraordina-
ria riqueza e interés. Pero nuestro estudio se circunscribe al Bestiario medieval en Occidente, Y
5 Antonio Rodriguez Almodóvar, compilador, Los Cuentos Maravillosos Españoles, "El Oricuer- lamentablemente no es posible que nos ocupemos de él. De todas formas, hay un interesante
no ", pp. 190-192. El curioso relato, tal como apunta el compilador, proviene de lafamosa recopi-
estudio del unicornio chino en el viejo libro de Charles Gould, Mythical Monsters (Nueva York,
lac~ón de cuentos populares esf>?'ñoles hecha por AureUo M. Espinosa: Cuentos populares es-
1884), capítulo x. The Unicorn. Se ha hecho una reimpresión reciente del mismo: Crescent
panales. recogidos de la tradicion oral de España, 3 vols, Consejo Superior de Investigaciones
Cientf.ficas,Madrid, 1946-1947. Books, Nueva York. 1989.

147
146
así dar cuenta de él, matándolo. El tema de este enfrentamiento
resultó al cabo más popular en Occidente. Se lo representó en 4. La confusión y la diferenciación con el rinoceronte.
varias miniaturas y esculturas medievales, y acabó pasando al
cuento popular. Lo hallamos aún en uno de los Cuentos de Grimm, De cualquier forma, y por sobre toda la riqueza temática, un ele-
recopilados en el siglo XIX: el conocido cuento del sastrecillo mento resalta de todas estas luchas del unicomio contra leones,y
valiente. elefantes: la reiterada confusión en Occidente del mítico animal
Llama la atención en todos estos enfrentamientos del unicomio con el rinoceronte. La confusión es constante, pues el rinoceronte
con otros animales un aspecto dificil de explicar. Se trata del he- es sin duda una de las fuentes de la descripción del unicornio de~t·
cho de que si dejamos de lado al dragón (o a la serpiente), cuya de Ctesias. Paralelamente, hay también una constante distinción,
oposición al unicornio sólo es mencionada muy raramente, los siempre parcial, entre ambas bestias, pues en realidad el unicomio
otros enemigos del unicornio, salvo el dragón, son animales que parece ser un híbrido conformado a partir de diversos animales,
como él responden a una lectura simbólica usualmente cargada de básicamente del rinoceronte, pero también del asno salvaje y del
positividad. En efecto, es curioso que el unicornio, casi siempre antílope. Esa constante confusión, cuya otra cara es la permanen-
símbolo cristológico, imagen del Salvador, animal que aunque sal- te distinción parcial entre rinoceronte y ui:licornio, es viva en los
vaje es bueno, blanco y puro, deba enfrentarse a otros animales autore$ clásicos y explica la imprecisión al respecto de muchos
que de ordinario simbolizan también a Cristo, al Bien, o al menos textos r,nedievales y modernos.
al cristiano o al pecador recuperable. Cierto que simbólicamente En la ciásica descripción de Ctesias (fragmento 25 ), el unicornio,
hablando el león y hasta .el elefante son ambivalentes como ocurre caracterizado como un asno salvaje de la India, es grande como un
con la mayor parte de los animales y de los símbolos; pero también caballo, de cabeza rojo obscura y de ojos azules. El cuerno implan-
es verdad que suele predominar en ellos el carácter positivo: en el tado en el medio de su frente, tiene un cúbito de largo, y es blanco
león por su valor e imagen de realeza, en el elefante por su condi- en la base, negro en el centro y rojo hacia la punta. Plinio habla,
ción de animal casto y enemigo de la serpiente o el dragón. Y hasta con Ctesias, de bueyes con pezuñas dotados de un solo cuemo,
el ciervo, que aparece a menudo, aunque sólo en las representacio- luego trata del rinoceronte, animal al que los romanos conocieron
nes asociadas a la alquimia, enfrentado al unicomio, es igualmen- bastante bien, y finalmente del unicornio, al que describe (Historia
te imagen cristológica, como enemigo también de la serpiente. Natural, VIII, 76) corho el más fiero de los animales, de cuerpo de
Es probable que esta aparente anomalía deba ser explicada a' caballo, cabeza de ciervo, patas de elefante y cola de jabalí (lo que
partir de la presunta enemistad, descrita ya por los clásicos, entre lo hace bastante parecido al rinoceronte). Añade que su bramido
el rinoceronte y el elefante, de la cual se cargó también al unicor- es terrible, que tiene en medio de la frente un cuerno negro de tres
nio, estrechamente emparentado con aquél. Quizá su condición de cúbitos de largo, y que no es posible capturarlo vivo.
bestia indómita haya hecho necesario su enfrentamiento con el Eliano, por su parte, habla de tres tipos de unicomio. Uno, se-
león, rey de los animales. El cual, por lo demás, lo vence casi sie m- mejante al asno indio, tiene pies sólidos y un largo cuerno; otro,
pre; aunque no gracias a la fuerza sino más bien a la astucia. De que recuerda al orix, tiene también un largo cuemo, pero sus pies
todas formas, este enfrentamiento entre el león y el unicornio es están hendidos; el tercero, que se asemeja demasiado al rinoceron-
pre-cristiano. En realidad parece tener raíces muy remotas y revelar te (al que el autor ha mencionado antes sin describirlo por ser ani-
dimensiones simbólicas astrales, pues se hallan representaciones mal bien conocido de los romanos), es el llamado Kap'ta~OVffiS, VO-
asimilables al mismo en el Antiguo Oriente, en sellos, amuletos y luminOSO, grande como un caballo, con melena, pelo tostado, pa-
esculturas; y parece corresponder en general a la oposición entre el tas de elefante, cola de cabra; y veloz en la carrera, aunque co-
carácter solar del león y el carácter lunar del unicomio (o del toro). mienza a correr con lentitud. Es animal salvaje y solitario, se pelea
Es posible, por último, que el enfrentamiento con el ciervo deba con todo animal que se le acerque, y mata hasta a las hembras de
por su parte ser leído en términos estrictamente simbólicos, alquí- su propia' especie, salvo en época de celo. La descripción de Salino,
micos, como oposición entre alma y espíritu y nada más. De cual- la más popular en el Medioevo, basada en Plinio, dice de él (Poly-
quier forma no r~os parece que el terreno luzca muy despejado a tal histor, capítulo LXIIII) que es una bestia cruel, de horrible bramido,
respecto, y creemos que -son varios los interrogantes que subsisten. con cuerpo de caballo, pies de elefante, cola de cerdo y cabeza de

148 149
cietvo. Su cuerno, que ya no mide tres sino cuatro cúbitos de lar- la India (y luego China y el Tibet) hasta Etiopía, el Africa negra o la
go, es resplandeciente, y capaz de atravesar cualquier objeto. El recién descubierta América, alcanzaran la plenitud. El unicornio
animal puede ser mu7rto, pero no capturado vivo. fue tema de diversas búsquedas, de frecuentes descripciones y dis-
Se entiende así, a partir de estos textos básicos, y tomando por cusiones en libros de zoología y de historia natural, de representa-
supuesto en cuenta la descripción original del Fisiólogo, que hace ciones pictóricas variadas, de discusión alquímica o heráldica. El
del animal una suerte de gacela, la confusión constante. y los per- tema es, por supuesto, de una gran riqueza pero escapa por com-
manentes intentos de diferenciación de enciclopedistas:y autores pleto al marco referencial dentro del que hemos querido desenvol-
de Bestiarios cristianos entre unicornio (o monoceros) y rinoceron- vemos. Y no intentaremos por ello ocupamos de él.
te. Se entiende así que Isidoro trate de distinguir el rinoceronte del Volviendo al tema que ahora nos interesa, el de la relación con
monoceros o unicornio, que algunos autores ignoren uno u otro el rinoceronte, hay que decir que la confusión al respecto fue bas-
animal, o~que el Bestiario de Cambridge diga en cambio que el rino- tante menor en el mundo musulmán medieval, porque en él la des-
ceronte es el unicornio, esto es, la bestia grácil que salta al regazo cripción más usual del unicornio se corresponde con la del rinoce-
de las virgenes, y que el monoceros (esto es, el rinoceronte real) es ronte, aunque el rico imaginario desarrollado al respecto, sobre to-
una bestia pesada, de cuerpo de caballo, cabeza de ciervo, patas de do por los árabes, dió por resultado su transformación en un ani-
elefante y cola de ciervo (en lugar de cerdo o jabalí). Se entiende así mal gigantesco y fabuloso. Los musulmanes, empero, distinguían
que esa confusión haya sobrevivido prácticamente hasta el Rena- entre varios tipos de unicornio, y así lo muestran sus Bestiarios y
cimiento.
tratados acerca de los animales. Uno de esos unicornios se llama
·Algunos viajeros dotados de espíritu crítico, al ver de cerca al harish y parece haber estado muy influido por el cristianismo y el
rinoceronte en sus recorridos por el Oriente, pudieron darse cuen- Fisiólogo, en alguna de sus versiones orientales. Tiene la misma
ta del disparate que era confundir con un rinoceronte al unicornio forma grácil, es animal feroz, y se asegura que sólo es posible cap-
del Fisiólogo. Es el caso del conocido texto de los Viajes de Marco turarlo gracias a una bella joven, virgen o no, y que en ocasiones
Polo, en el que el viajero veneciano (quien, por lo demás, admite en hasta resulta ser una hermosa y joven prostituta. Un segundo tipo
otras partes de su libro la existencia del unicornio) niega en forma de unicornio es el llamado shadhavar, que es una especie de enor-
rotunda que éste pueda ser el rinoceronte, y que pueda aceptarse me antílope, dotado de un cuerno gigante que llega a tener hasta
la idea de que esa bestia pesada y horrible, siempre cubierta de catorce ramificaciones. Nada se dice acerca de la forma de captu-
barro, pudiera ser el hermoso y blanco animal que reposa su cabe- rarlo. Un tercer tipo es el llamado al-mi'radj, que es un minúsculo
za en el seno de una joven virgen. unicornio, en realidad una liebre amarilla provista de un largo
La confusión no desapareció por ello en el mundo europeo occi- cuerno negro.
dental. Y sólo comenzaron a deslindarse con precisión los campos Tambien se cita en algunos otros textos -como la tamosa enci-
con la llegada a Lisboa del primer rinoceronte, en 1523;· animal clopedia de Qazwini titulada Maravillas de la Creación- un cuarto
que los colonizadores portugueses de la India enviaban al rey Ma- tipo de animal comparable al unicornio. Se lo llama qat'a. Es feroz
nuel de Portugal y que causó una verdadera conmoción en 'Europa y salvaje, veloz y muy hermoso. Se lo captura mediante la misma
habiéndose hecho de él diversas representaciones, entre ellas un treta que conocemos, la de colocar una joven o virgen en el bos=
famoso grabado de Durero en el que se aprecia al animal acoraza- que, con los senos desnudos, para que el animal acuda, le mame
do, con el cuerpo lleno de excrecencias córneas. los senos y se en1borrache con su leche. Así los cazadores pueden
A partir de allí fue posible separar en Occidente al unicornio del luego capturarlo, dormido y borracho. Sólo que por fortuna este
rinoceronte; y, desprovisto de esta torpe y grotesca referencia mate- deplorable animal, triste versión decadente del unicornio, no es tal
rial, el mítico y hermoso animal de los Bestiarios pudo alcanzar la unicornio, pues en realidad tiene dos cuernos, como cualquier ru-
plenitud de todas sus posibilidades estéticas y espirituales dentro miante vulgar y corriente. 7
del imaginario. No es .casual que hayan sido los siglos XVI y XVII
s~~los del comienzo de la zoología moderna y del auge de la expan-
s1on exploradora y colonialista europea, los siglos en que la ima- 7 Al Qazwint, The Zoological Section of the Nuzhatu-1-Qulub, edición de J. Stephenson, Orien-
tal TranslationFund, New Series vol. XXX. The RoyalAstatic Soctety, Londres, 1928, pp. 33-34.
gen del unicornio, y su búsqueda por nuevas y viejas tierras, desde Llamalaatención que lajoven, que es virgen, tenga los senos llenos de leche, como una recién
parida.

150
151
De cualquier forma, lo usual en Bestiarios, enciclopedias y punto de partida es sin duda el animal descrito en Fisiólogos y
relatos de viajes musulmanes del Medioevo, es la confusión del Bestiarios, pero que resulta al cabo en gran parte independiente de
unicornio con una suerte de gigantesco rinoceronte. Se ]J.abla así él. Y aunque no es nuestro interés explorar este dificil campo, con-
de un animal llamado karkadan (en el que se aprecian reminis- viene hacer al respecto algunas cortas referencias.
cencias del"kartazonos de Eliano); animal que, como el unicomio El unicornio es visto ante todo en la alquimia como símbolo
cristiano, es enemigo acérrimo del elefante. Y enciclopedistas y via- cósmico de ambivalencia o hermafroditismo. En él puede apreciar-
jeros árabes y persas describen a menudo ese dramático enfrenta- se una suerte de unidad entre ambos sexos, producto de su cuerpo
miento. · curvo, delicado, casi femenino, y de su cuemo prominente, mascu-
Mencionamo~ el tema al hablar de los Bestiarios cristianos .. Pero lino, indiscutible signo fálico. Sin embargo, parece dominar en él la
no hay duda de que éstos se quedan cortos describiendo este com- simbología asociada a lo femenino. Se lo vincula al principio volá-
bate de bestias pavorosas. Son los Bestiarios y textos musulmanes til, a las diversas formas del mercurio filosofal, a la llamada luz
los que hacen las mejores y más fantásticas descripciones de la naciente del mercurio. La representación de un ciervo y un unicor-
lucha y de sus resultados. El karkadan, bestia feroz, pesada como nio enfrentados en medio de un bosque, tema frecuente en las
un paquidermo, pero veloz en la carrera y ágil en el combate, está imágenes alquímicas, es usualmente una imagen del cuerpo, o sea,
dotado de un único cuemo en medio de la frente, afilado como el bosqqe, y en él, de la oposición entre el alma, lo fijo, esto es, el
una espada y largo como una jabalina. Con él ensarta y mata al ciervo, y el espíritu, lo volátil, es decir, el unicomio. Esa represen-
elefante. Pero luego no logra desprenderlo; y el elefante se queda tación es leída a veces en términos materiales pero equivalentes; y
ensartado en el cuemo. Ello no le impide marchar y hasta enfren- en este caso el bosque es la sal filosofal, y el ciervo y el unicomio
tarse a otros elefantes, a los que ensarta y mata de igual forma. son respectivamente el azufre y el mercurio. Es decir, aquella es la
Pero al cabo, cuando lleva ya varios elefantes ensartados en el unidad, la totalidad, y ambos animales son, uno el principio fijo,
cuemo, la victoria empieza a pesarle. La grasa de los cuerpos de los masculino, seco; y otro, el principio volátil, femenino, húmedo.·
elefantes res bala por el cuerno y termina cegando al karkadan. El unicornio alquímico aparece así asociado a la fecundidad fe-
Este, finalmente, es víctima a su vez del gigantesco pájaro roe, que menina y también a la virginidad, representadas ambas por su-
está desde antes esperando su ocasión y que aprovechando la puesto como antagónicas, pero integrables una vez sublimada la
ceguera del karkadan lo atrapa entre sus garras poderosas, lo eleva primera. Así sucede con la representación de dos unicornios que se
a las alturas junto con los elefantes muertos que aún conserva enfrentan, también bastante frecuente en el imaginario alquímico.
ensartados en su largo cuemo, y luego lo deja caer, estrellándolo Allí se trata de una suerte de ambivalencia de la bestia, en la que
contra las rocas para alimentarse de su came, y de la de los mis- por un lado se muestra la búsqueda de la fecundidad, y por el otro
mos elefantes. La descripción de este increíble enfrentamiento es el deseo de conservar la pureza, la virginidad. Se trata claramente
frecuente en Bestiarios, enciclopedias, y relatos de viajes musulma- de la oposición entre sexo y castidad, entre came y espíritu. Y es
nes. La más conocida es la que se hace en el segundo de los Viajes esta ambigüedad, esta oposición, que conduce al amor sublimado,
de Sindbad el Marino, incluido, como los otros, en Las Mil y una lo que más caracteriza al unicornio como imagen. Ella se expresa
Noches. sobre todo en la simbología cortesana que acompaña a la literatu-
ra medieval, en especial tardía, acerca del unicornio.
EL UNICORNIO EN LA ALQUIMIA, EN LA LITERATURA CORTESANA, El unicornio es también tema literario medieval. Pero pese a lo
Y EN LA SIMBOLOGÍA MEDIEVAL DEL OCCIDENTE CRISTIANO que podría esperarse de la gran riqueze simbólica a él asociada, su
aparición no es muy frecuente en obras literarias del medioevo eu-
El tema es largo, rico, y de una gran complejidad. Así que sólo ropeo occidental. Y cuando aparece es brevemente, limitado ade-
haremos algunas rápidas apreciacion~s a objeto de que esta visión más por esta simbología que tiende a hacer de él usualmente un
de conjunto de la enorme riqueza del imaginario asociado al uni- simple símbolo y no un animal real asociado a la trama y a los
cornio occidental no resulte demasiado incompleta. El unicomio personajes del relato. En la literatura pre-renacentista aparece de
cristiano tiene ante todo una rica significación alquímica, muy ordinario como blanca imagen de la castidad. Así ocurre en las
importante en los siglos finales del Medioevo, significación cuyo ilustraciones de los Triomphi de Petrarca, en los que se lo ve siem-

152 153
pre tirando del carro de esta virtud cristiana. En obras algo ante-
riores como el Romance de la Dama del Unicornio (Roman de la
Dame d la Lycome et du Biau Chevalier au Lion), obra caballeresca
anónima que data de antes de mediados del siglo XIV y /que fue
escrita en el área cultural de la Francia del norte, el unicornio apa-
rece brevemente para servirle en un momento de montura a la da-
ma, a la que ha sido entregado por el Dios de Amor en su condi-
ción de símbolo de pureza. El caballero, esto es, el protagonista,
cabalga en cambio un león, símbolo de fuerza, sin que se muestre
en este caso oposición o rivalidad alguna entre ambos animales.
Hay empero varios otros textos, anteriores a éstos, en los que el
unicornio resulta menos simbólico y esquemático. Uno de ellos es
el Alexanderlied del cura alemán Lamprecht, punto de partida de
los diversos romances medievales europeos consagrados a Alejan-
dro Magno, derivados del Pseudo-Calístenes e influidos por obras y
tradiciones orientales. En el Alexanderlied, obra que data del siglo
XII y que fue escrita en medio franco-alemán, el unicornio es men-
cionado como rega~o de la reina etíope Candaces a Alejandro y se
dice de él que es exclusivo de Etiopía, que se lo captura gracias a
una doncella, y que tiene un precioso carbunclo en la frente. Otro
es el Parsifal de Wolfram von Eschenbach, obra del ciclo artúrico,
escrita como el Alexanderlied en medio cultural alemán, esta vez a
comienzos del siglo XIII. En el Parsifal, el unicornio (al que el autor
llama 'monicirus'), siempre capturado gracias a una virgen, tiene
también un maravilloso carbunclo en la frente, en la base del cuer-
no. Y ese carbunclo es empleado como medicina (igual que el co-
razón del animal) para intentar en vano curar la incicatrizable he-
rida deL rey Anfortas. Estos relatos, sobre todo el del Parsifal,
muestran de paso que las propiedades mágicas y curativas del ali-
cornio no eran aun conocidas por los europeos occidentales, pues
de otro modo no se explica por qué debía acudirse como re:medio a
un carbunclo, teniendo el unicornio precisamente un cuemo má-
gico, famoso en el Oriente por sus propiedades curativas y afrodi-
síacas (conviene no olvidar que el mal de Anfortas era una suerte
de impotencia, casi siempre descrita en la pudorosa literatura ar-
túrica como una herida incurable, producto de un lanzazo en el
muslo, o en la entrepiema). 8
El más interesante de todos es sin embargo una vieja obra anó-
nima francesa en prosa, relato también vinculado al ciclo artúrico,

17. El unicornio cautivo. Tapicerías de La Caza del Unicornio. Siglo XV. The Cloisters.
Fort Tyron Park, Nueva York.
8 El Parsifal dice, no obstante. en forma clara, que el lanzazo recibido otrora por Anjortas en
combate le perforó el escroto. Cj. Wolfram von Eschenbach. Parzival, traducido del alemán por
A .T. Hatto, PenguinBooks, Harmondsworth. 1986, cap. 9,pp. 245-246.

154 155
que se titula El Caballero del Papagayo (Le Chevalier du Papegau). occidental. 9
En ella el rey Arturo, en una de sus aventuras, tropieza con un El unicornio es, pues, claramente símbolo de poder, de potencia;
castillo sin puertas ni ventanas y con un enano que le relata una y en las representaciones pre-cristianas del animal los cuernos
interesante historia relativa a su hijo, un poderoso gigante, y en la tienen este significado, como ocurre en el caso de los toros o los
que una hembra de unicornio, que ha alimentado al muchacho ciervos, o de los antiguos dioses o héroes cornudos. Esa simbolo-
con su leche y es causa de su vigor y su tamaño, asume un origi- gía es aun más clara cuando se trata de animales unicornes, pues
nal papel protagónico cargado de vida y desprovisto de los usuales en este caso el solo cuerno aumenta este poder unificándolo. En
y esquemáticos simbolismos que llenan otras obras al respecto. esos casos el animal es asociado con la realeza, y el unicornio o su
Pero si el unicornio no es particularmente importante en la lite- equivalente es símbolo de poder real, de caudillismo único, de jefa-
ratura medieval sí lo es en cambio, y mucho, en la iconografía; y tura absoluta. Por ello es usual que el animal sea cazado para los
más particularmente en la tapicería, sobre todo en el período fmal reyes o que se lo encuentre en el palacio real. Pero la simbología
del Medioevo. Estas tapicerías parecen estrechamente asociadas a del cuerno, y sobretodo la del cuerno único, esto es, del unicornio
la literatura cortesana y a sus claves de amor cortés, pero también en cualquiera de sus formas, es en su origen sexual, fálica, como
se ha hecho de alguna de ellas una interesante lectura esotérica y puede apreciarse todavía en las versiones más crudas de la historia
alquímica, por lo demás no contradictoria con la primera. No en- de la Caza Sagrada. Ese carácter erótico, fálico, le viene dado al
traremos tampoco en este complicado estudio. Baste decir que las animal por el cuerno, alzado hacia el cielo, largo, poderoso y pene-
dos principales de esas tapicerías son las llamadas "La Caza del trante. Pero en la imaginería cristiana, gracias a su cuerpo grácil y
Unicornio" y "La Dama y el Unicornio", ambas de las postrimerías del a su blancura, que lo alejan definitivamente del rinoceronte real,
siglo XV, la primera belga, hoy en el museo The Cloisters, en Nueva gracias a su delicadeza y femineidad, el unicornio se convierte si-
York, y la segunda franco-flamenca, actualmente en el Museo de milltáneamente en símbolo de pureza, de pureza femenina.
Cluny, en París. Así se logra en el cristianismo lo más dificil: sublimar la imagen
La tapicería "La Caza del Unicornio" está formada por siete cua- del cuerno, transformarla de símbolo fálico en imagen de la poten-
dros o tapices, de extraordinaria belleza y colorido y cargados de cia divina, de penetración de lo divino en la criatura material. El
una rica simbología: "El Comienzo de la Caza", "El Unicornio intro- cuerno, como dice el Fisiólogo, es 'cuerno de salvación' ..En el en-
duciendo el cuerno en la Fuente", "El Unicornio cruzando la Corrien- cuentro entre la doncella y el unicornio, tema central del imagina-
te", "El Unicornio defendiéndose de los Cazadores", "El Unicornio do-, rio cristiano medieval acerca del mítico animal, se encuentran y se
mado por la Joven", "El Unicornio muerto y llevado al Castillo" y "El funden en uno, como en la imaginería alquímica de fines del Me-
Unicornio en Cautividad". La tapicería "La Dama y el Unicornio", la dioevo, la fecundidad espiritual, representada en el cuerno, y la vir-
más famosa de las dos, está constituida por seis cuadros o tapices, ginidad fisica, representada en la bella muchacha. De allí resulta-
igualmente de gran belleza y colorido y de una simbología tan rica ba fácil pasar a la imagen de la encarnación del Verbo Divino en la
como la anterior. Los primeros cuadros corresponden a los cinco Virgen María.
sentidos: la Vista, el Oído, el Olfato, el Tacto y el Gusto, y un sexto El unicornio alquímico, por su parte, dió prioridad a la imagen
cuadro o tapiz resume todo el tema y es el que propiamente se hermafrodita; y dentro de ella se destacó sobre todo la femineidad
titula "La Dama y el Unicornio". En él parece culminar toda la sim- del unicornio, asociada al principio volátil, espiritual o material,
bología cortesana y seguramente también alquímica o esotérica espíritu o mercurio. La literatura cortesana dió a este plantea-
asociada al unicornio como símbolo del deseo físico enfrentado a miento su forma literaria; y las tapicerías de fines del Medioevo le
la pureza y sublimado por ella. Pero la simbología y las lecturas dieron imagen y colorido. El unicornio quedó así bellamente atra-
posibles de estas tapicerías son demasiado ricas y complicadas
como para intentar referirse aquí a ellas en detalle. Convendría
más bien hacer una suerte de rápido balance de toda la carga sim- 9 El mejor estudio acerca de la tapicería titulada La Caza del Unicomio, acompañado además de
bólica del unicornio tal como puede apreciarse a partir del estudio bellas ilustraciones, es el de John WilUamson, The Oak King, the Holly King and the Uni-
corn. The Myth and Symbolism of the Unicorn Tapestries, Harper & Row Publishers,
hecho a través de su leyenda antigua y de su imaginería medieval Nueva York, 1986. Un enfoque enriquecedor aunque demasiado breve de ambas tapicerías: La
Caza del Unicornio y La Dama y el Unicomio, es el que hace Bertrand d' Astorg en su obra ya
citada. Cj. op. cit,pp. 94-108.

156 157
pado, como dice Chevalier, entre una lírica del renunciamiento y
una lírica de la posesión. 10 Se unieron en él la fuerza masculina
sublimada y la pureza femenina, y la renunciación carnal fue el
precio a pagar por el amor y su carácter perdurable. El unicomio
resulta así, como hemos podido apreciar a lo largo de este .variado
imaginario y de todas estas representaciones y lecturas posibles,
uno de los animales más fabulosos del Bestiario.

CAPITULO V

BESTIAS ACUATICAS: REPTILES Y PECES,


LA SERPIENTE Y OTROS REPTILES

Entramos ahora a considerar los animales a los que podríamos


llamar acuáticos, lo que de acuerdo a los Bestiarios comprende
reptiles y peces. Pero el término resulta confuso, no sólo porque
usualmente se incluye entre los peces a la ballena y al delfín sino
también porque en este grupo se ubica a las serpientes, la mayor
parte de las cuales es terrestre (aunque estén de ordinario asocia-
das a la humedad), y por último a una serie de animales propia-
mente anfibios, como hipopótamos y cocodrilos. El grupo abarca,
por supuesto, una variada serie de peces y de reptiles fabulosos, y
un amplio espectro de seres míticos procedentes del mundo clásico
greco-romano. Comenzaremos con la serpiente, que dentro de este
grupo es el animal más próximo a los animales terrestres recién
vistos; y terminaremos con el dragón, que es por su. parte, dentro
de este mismo grupo, el animal más vecino de los animales aéreos
que veremos a continuación.

LA SERPIENTE. DIVERSOS TIPOS DE SERPIENTES

Con el dragón y el unicornio, la serpiente es probablemente el


animal más rico del Bestiario. En todo caso es un animal básico
dentro del imaginario occidental, particularmente cristiano o ju-
10 Chevalter y Gheerbrant, Dictlonnaire des Sym.boles, ed. cit, p. 569, citando a Berfrand d' As- dea-cristiano, por su significado, complejidad y riqueza como sím-
torg. En eyecto esos temas están tratados con gran lirismo y originalidad en su bello libro. Cj. bolo, y por la gran variedad de temas míticos, folklóricos y literarios
op. cit, esp. pp. 78-108.

158 159
a los que se lo encuentra estrechamente asociado. igual que hizo con Adán cuando éste vistió la túnica (es decir, la
mortalidad del carnal cuerpo pecaminoso). 1 Igual que la serpiente,
1. La serpiente en el Fisiólogo y en los Bestiarios y enciclopedias por último, debemos proteger la cabeza, es decir, no negar a Cristo,
medievales. que es cabeza de todos, y abandonar el cuerpo, esto es, lo material,
lo menos importante.
A pesar de su enorme importancia en la tradición occidental y Isidoro y el Liber Monstrorum no hablan de la Serpiente sino de
en el cristianismo, la serpiente no es un animal demasiado impor- las serpientes. Isidoro les dedica todo el capítulo 4 del Libro XII de
tante en el Be·stiario medieval. Parece como si hubiese una separa- sus Etimologías, en el que describe una larga lista de ellas, a co-
ción clara entre el animal descrito por el Fisiólogo y los Bestiarios, menzar por el dragón, "la mayor de las serpientes". Pero una vez
animal simbólico pero tratado sin demasiado detalle y más bien más, la tónica dominante en él es la "científica". El Liber Monstro-
positivo como símbolo; y la serpiente asociada en la tradición ju- rum les consagra la tercera y última parte de la obra, describiendo
dea-cristiana al Pecado Original (y al Mal en general), que sí es un en ella desde serpientes corrientes hasta reptiles fabulosos de di-
tema de una riqueza en verdad extraordinaria. versos tipos. El Bestiario de Cambridge describe también diversos
Los Fisiólogos describen de manera un tanto escueta a la ser- reptiles y serpientes, siguiendo en lo esencial la secuencia de Isido-
piente. Y la ubican inmediatamente después de la víbora, lo que en ro. Pero al final habla de las culebras, y a éstas atribuye los rasgos
autores ulteriores indujo a cierta confusión. Comienzan sin em- que el f'isiólogo ha atribuido a la serpiente y que Isidoro pasó por
bargo citando al Evangelio de Mateo en una frase que la exalta: alto. Los Bestiarios franceses, por su parte, no siempre se ocupan
"Sed prudentes como las serpientes y dulces como las palomas", de la serpiente, y algunos de ellos prefieren describir algunos repti-
habría dicho Jesús a sus discípulos. Esta valoración positiva re- les concretos, a menudo fabulosos, como el as pie y el basilisco.
fuerza lo afirmado por el Fisiólogo latino poco antes, cuando, ha- El Libro del Tesoro, en cambio, contiene un interesante capítulo
blando del caradrio, señala que aunque la serpiente es animal in- que habla a un tiempo de la serpiente y de las serpientes. Dice que
mundo según la Biblia, el Señor dió testimonio de él en el Evange- las serpientes son frías; que no pican si no están calientes, por lo
lio, exaltando su prudencia y añadiendo que así como Moisés alzó que su veneno es más mortífero de día que de noche; y que pasan
la serpiente en el desierto, él, el Hijo del Hombre, lo haría también. el inviemo en sus guaridas, enroscadas sobre sí mismas, saliendo
A continuación se describen sus rasgos: a) al envejecer se le ob-: de ellas sólo al comenzar la primavera. El veneno es siempre frío, y
nubilan los ojos, pero como quiere rejuvenecer, se abstiene, ayuna el miedo del hombre luego de ser mordido, nace de que siente apa-
cuarenta días, hasta que la piel se le despega de la carne, y enton- garse el calor de su alma con la implacable frialdad del veneno.
ces busca una grieta en alguna piedra angosta, pasa a través de Repite los rasgos comunes del animal, los derivados del Fisiólngo:
ella, se restriega contra las paredes, abandona allí su antigua piel, rejuvenecimiento, abandono previo del veneno para beber, temor al
y se renueva; b) cuando va al río, a beber agua, deja el veneno en hombre desnudo, protección de la cabeza al verse atacada.
la madriguera; e) si ve al hombre desnudo le teme, pero si lo ve ves- Pero añade varias cosas interesantes: que la serpiente no sólo se
tido lo ataca. Añade luego el Fisiólogo que la serpiente tiene un rejuvenece dejando la piel en la grieta de una piedra, sino que
cuarto rasgo: cuando alguien se le acerca para matarla, abandona come hinojo para mantener su buena vista; que si prueba el escu-
su cuerpo a los golpes, pero protege en cambio su cabeza. pitajo de un hombre en ayunas, muere en el acto; y que si al ser
La simbología de todo esto es simple. Nosotros, cristianos, debe- golpeada y hecha pedazos logra salvar su cabeza y unos dos dedos
mos imitar a la serpiente que busca rejuvenecer. La piedra espiri- apenas de su cuerpo, este último se reconstruye y sobrevive. Según
tual es Cristo, y la hendidura es el camino de la Vida, que es estre-
cho. Cristo nos hace renacer así a la vida, como la serpiente que 1 El símil no parece muy adecuado, pues en realidad la Biblia dice lo contrario. La serpiente tien-
abandona la vieja piel, imagen del pecado. Al entrar a la iglesia, ta a Eva y a Adán, que son hasta entonces puros y están desnudos; y es por haber caído en la
tentació11;pecando que ambos se vuelven mortales. Pero no es éste el único caso en que el Fl-
imagen de la fuente en que se sacia la sed, de hemos dejar abando- siólogojuerza un tanto las cosas para imponer sus comparaciones. Enjin de cuentas, lo esen-
nado el veneno, esto es, la concupiscencia perversa y terrenal. La cial es que el hombre desnudo, como Adán en el Paraíso, es símbolo de inocencia que debería
prevalecer contra el Enemigo, esto es, contra la Serpiente, representación de Satanás; y que el
serpiente no ataca al hombre desnudo porque éste es imagen de hombre vestido es en cambio imagen del pecador, expulsado ya del Paraíso, y víctima por ello
Adán antes del pecado, pero se abalanza corttra él al verlo vestido, de las tentaciones del demonio. Así en todo caso lo entendió corrientemente la imaginería
medievaL

160 161
Brunetto,Jas serpientes tienen la vista reducida y sólo ven de lado, gen del mundo, o ,sostén de. éste. Se habla de ~a se:pie~te lín~a,
pues sus ojos están situados no de frente sino lateralmente. Su suerte de hierofama de lo finito que es parte del infimto pnmotdial;
oído es mas rápido que su vista; muevenla lengua con tal rapidez se habla de la serpiente círculo, imagen de totalidad, de eternidad,
que parecen tener varias y no J.Ina; su ~ue.:tpo es húmedo y deja al de creación y repetición del ciclo de la vida y del tiempo. En el pri-
pasar un rastro de humedad; y" si se las\golpea en cierto sitio de la mer caso se asemeja a la anfisbena, que tiene dos cabezas y mar-
garganta, donde comienza su estómago, pierden la fuer-za por com- cha en ambas direcciones; en el segundo al uro boros, que forma el
pleto y así su movimiento se hace lento. . círculo eterno al enroscarse sobre sí misma, metiéndose la cola en
la boca.
2. La serpiente como símbolo.
La serpiente es, pues, creadora del mundo o asociada al origen
de éste, como la serpiente india Ananda, la serpiente egipcia Atúm
Un breve recorrido por este aspecto nos permitirá apreciar el o la serpiente escandinava Midgard. Es símbolo de eternidad o de
contraste entre la enorme riqueza simbólica del animal y la relativa etemajuventud, debido a su cambio periódico de piel; y a veces es
pobreza del Bestiario en cuanto a la simbología de la serpiente se ladrona de inmortalidad, pues se la roba al hombre, como sucede
refiere.I..o.haremos no tanto por involucrarnos en un estudio abs- en muchas mitologías, incluyendo a la judea-cristiana. Es símbolo
tracto algo alejado de nuestro objeto sino porque muchos de estos de sabiduría, pues se la vincula al Otro Mundo, a través de las
sím?olos, ~unque aus:ntes del Bestiari~, forman parte del imagi- grietas de la tierra, de las cavernas y la obscuridad cfónica en que
nano relat1vo a la serp1ente; y porque as1 se lo evidencia en la mis- vive, y de la que brota repentinamente. De allí su estrecha asocia-
ma tradición literaria judea-cristiana que domina por doquier el ción con ritos iniciáticos, con sabidurías ocultas, con cultos infer-
panorama cultural de la Edad Media occidental. nales y con diversas formas de demonismo y brujería. Pero de allí
La simbología relativa a la serpiente es de una gran compleji- también su asociación con el saber médico, como en el caduceo de
dad; y en ella suele dominar la ambivalencia, esto es, a un tiempo Mercurio; o con la adivinación, como en los casos en que se la vin-
la admiración y el desprecio, la atracción y el rechazo. La serpiente cula a pitonisas o a Casandra. También es usualmente símbolo de
aparece a la vez desde tiempos remotos como animal inferior, fertilidad, por sus connotaciones fálicas; y se la asocia bajo diver-
?P~esto al hombre, y como ser temible, al que el hombre quiere sas y contradictorias formas a la mujer, como iniciadora sexual,
1m1tar en muchas cosas y del que tiene mucho que aprender. La como creadora de la menstruación, o como inductora de lujuria y
serpiente es ser inferior opuesto al hombre, porque es reptil, ani- de pecado.
mal que carece de patas o de plumas, frío, húmedo y reptante.2 El
hombre en cambio tiene calor, extremidades,. marcha erguido, y 3. La serpiente en la tradiciónjudeo-cristiana.
mira al cielo como el reptil mira a la tierra, de la que no puede
separarse, con la que se confunde. Pero la serpiente es ser temible, Buena parte de estos temas aparecen en la tradición judea-cris-
porque es capaz de producir la muerte con su mordedura, conser- tiana, la que más nos interesa, pues es el punto de partida y la
vando ella la vida; porque surge repentinamente de las grietas de la base sustancial de la mitología medieval acerca de la serpiente y de
tierra o de la humedad de ésta; porque procede del Más Allá; su riquísima simbología. Pero hay algo que caracteriza a la tradi-
porque encarna las ideas de rejuvenecimiento, eterna juventud, ción judea-cristiana acerca de la serpiente y que condiciona en
sabiduría y fertilidad o poder creador. Aparece como ser divino, ser buena parte todo lo que ésta ve simbolizado en ella y a través de
primordial, como principio, como dios, como creador, dador de vida ella: su condición de ser maléfico, de enemigo, de imagen e instru-
y muerte.
mento del pecado y del demonio. La serpiente es :echazada us.ual-
Así, la serpiente suele ser en numerosas mitologías centro, ori- mente dentro de la tradición judea-cristiana no solo como ser infe-
rior, opuesto físicamente al hombre que es imagen de Dios; no sólo
como reptil, como animal inmundo; sino -y sobre todo- como re-
2 Y sin embargo, hay un importante componente reptíllco en nuestra coriformactón humana. y el
presentación y como forma preferida del demonio, de Satán, el ene-
sector más primitivo de nuestro cerebro, el que controla algunas funciones vitales, como la migo del género humano, causante de la mísera condición de este
agresividadyenpartecomo los mismos impulsos sexuales, es llamado por los biólogos ac- último, y responsable de que la humanidad haya perdido la inmor-
tuales el "cerebro reptílico".

162
163
talidad y el Paraíso que eran su destino.
Esa visión domina mucho más la tradición cristiana que la pro- viene en este caso examinar toda la riqueza y complejidad de la
piamente judía acerca de la serpiente, pues para el cristianismo historia de la Creación, del episodio del Paraíso, y del papel desem-
ésta es a un tiempo reptil tentador y enemigo del hombre; y hasta peñado en él por la serpiente.· Y apoyarse para ello no sólo en el
del propio Dios. De hecho el sentido predominantemente negativo texto bíblico (o en los textos bíblicos) del Génesis sino también en
de la serpiente en el cristianismo es el resultado de un proceso lar- libros ulteriores del Antiguo Testamento, y sobre todo en la rica tra-
go y más bien tardío, pues no era así en el judaísmo temprano en dición rabínica concerniente a los targumim y midrashim y a algu-
el que la serpiente no tuvo connotaciones demoníacas como tam- nos libros apócrifos del mismo Antiguo Testamento.
poco tuvieron los judíos mismos idea de diablo tentador opuesto a Ello es indispensable para apreciar así sea un poco la enorme
Dios; sin olvidar por supuesto que en la tradición judía sobreviven riqueza que estos temas tuvieron no sólo en la tradición, en el
diversos temas antiguos acerca de la serpiente, temas de corte po- folklore y en la literatura judía de la Edad Media sino también
sitivo, como los que se aprecian en otras mitologías. Incluso en la entre algunos medios cristianos, dada la inevitable comunicación
misma asimilación tardía de la serpiente al dernonio y al pecado se que hubo en este terreno, al menos en determinados casos, entre
revela la presencia del tema de la divinidad del animal, pues éste, judíos y cristianos medievales, aunque éstos últimos, no obstante
capaz de trastornar de algún modo la obra de Dios, es también en tener un cierto conocimiento de la recreación judía de tales temas,
cierta forma un ser divino. En efecto, en el judaísmo post-babilóni- se ciñeron bastante más estrictamente al texto bíblico y a la exége-
co, Satán es casi un dios; y como espíritu creado con anterioridad sis de los Padres de la Iglesia, muy poco fantasiosos en este campo.
al hombre, cercano a la divinidad de Yahveh, ha sido antes el más El examen vale la pena, pues, no sólo por su riqueza e interés in-
perfecto y más luminoso de los ángeles: Luzbel, el Hijo de la Auro- trínsecos, sino también por lo que de esas interpretaciones y de ese
ra. Es el ángel que se rebela contra Dios, y que es castigado y arro- imaginario hebreo transcendió a la cultura e imaginario cristiano-
jado por ello a los inflemos. Actitud que en su forma original es medievales, como tendremos ocasión de ir viendo luego.
una rebelión por simple orgullo, por deseo de competencia con Es sabido que en el Génesis hay no uno uno sino dos relatos de
Dios,. pero que tradiciones aun más tardías dentro del judaísmo la Creación. Y que ambos son contradictorios. Según el capítulo
asociaron al hecho de no haber querido Luzbel doblegarse ante el primero, Dios crea a los peces y a las aves el quinto día. Luego en
hombre, creado por Dios de arcilla y no de puro espíritu como él. el sexto crea a los animales terrestres y al hombre, modelando a
Luzbel, luego llamado Lucifer, y también Samael o Satán (y en el·· éste a su imagen y semejanza, y creando al mismo tiempo alma-
cristianismo Satanás) es de este modo. el ángel demonizado, que ch,o y a la hembra, esto es, al hombre y a la mujer. Según el capí-
asume a continuación la forma de serpiente para tentar al hombre tulo. ~egundo, Dios crea en cambio al hombre en primer término,
y provocar así su caída en la muerte y el pecado. hac1endolo de arcilla, luego crea a los animales, y finalmente a la
mujer, moldeando a ésta a partir de una costilla del hombre. La di-
4. El relato del Génesis. ferencia es tajante. En la primera versión, el hombre es la culmina-
ción de la Creación, y los dos sexos son creados al mismo tiempo,
Lo central; pues, en este campo, tanto para el judaísmo tardío sin prioridad ni dependencia de uno respecto del otro. En la se-
como para el temprano cristianismo es la representación de la ser- gunda versión, en cambio, los animales son creados después del
piente como enemigo, forma e imagen del demonio tentador. Esa hombre, que le pone nombre a cada uno, y la mujer es creada co-
representación y esa imagen tienen su más remoto punto de parti- mo una suerte de regalo para éste, dependiente de él, destinada a
da literario en la interpretación usual del comienzo del Génesis, y servirle, y derivada de una de sus costillas.3
están estrechamente asociadas al conocido texto de éste en el que La modema crítica bíblica concuerda en que se trata de narra-
se narran la historia de la creación del hombre y la mujer, y la pér- ciones independientes, luego fundidas torpemente en una sola, y
dida por ambos, debido a la intervención de la serpiente, de la in-
mortalidad y el Paraíso Terrenal.
Pero para apreciar la ausencia de connotación diabólica en el 3 Incluso, d(! acuerdo a cierta exégesis rabínica, Adán, creado solo, y acompañado luego únim-
tema original de la serpiente y la manera cómo se llega a ella, con- ~nte de ani~les, ha~ría intentado acoplarse sin mucho éxito con las hembras de algunos de
esiDs; y es solo despues del fracaso de esas tentativas cuando solicitó a Yahveh una com[Xlñe-
ra, lo que llevó a Este a crear para él a la mujer.

164
165
en que la primera, o texto elohista, es más modema y abstracta,
en tanto que la segunda, o texto yahvista, es anterior, y en ella
Dios asume claros rasgos antropomórficos, de viejo irascible que
sale por las tardes a tomar fresco en el jardín en el que ha coloca-
do a sus mascotas luego que de la costilla de la primera· ha mol-
deado para ésta a la segunda. 4 El Paraíso Terrenal en que ambos
seres, Adán (el hecho de arcilla) y Eva (la madre de los vivientes),
han sido colocados, es un jardín situado al Este. En él se encuen-
tran diversos animales a los que Adán ha dado nombre, una
fuente de la que derivan cuatro ríos, y muchos árboles frutales, de
los que dos se encuentran junto al centro. Uno es el Arbol de la
Vida, del que Adán y Eva están autorizados a comer (es decir, que
ninguno de ellos morirá mientras pueda comer de su fruto), y otro
es elArbol de la Ciencia (del Bien y el Mal), del cual tienen en cam-
bio prohibido alimentarse (esto es, que son inocentes, que sólo les
falta este conocimiento para ser dioses, para poder igualarse a su
creador).
El relato bíblico concluye diciendo, en el capítulo tercero del Gé-
nesis, que la serpiente, "la más astuta de cuantas bestias del cam-
po hiciera Yahveh Dios", se acercó a la mujer y la tentó, llamándo-
la a comer del fruto prohibido, y diciéndole que no era árbol de
muerte, como les había dicho Yahveh a Adán y a ella, sino árbol de
conocimiento, y que comer de su fruto les abriría los ojos, dándo-
les la noción del Bien y del Mal y haciendo de ellos dioses. Violan-
do así la prohibición divina, Eva prueba la fruta y luego se la da a
probar a Adán. A ambos se les abren entonces los ojos, descubren
de pronto que están desnudos, se cubren de hojas de higuera, y se
esconden al sentir venir a Yahveh, que viene a pasear por el jardín
aprovechando el fresco de la tarde. Yahveh los llama, descubre que
han pecado, y tras maldecidos a los tres, a la mujer, al hombre, y a
la serpiente, echa del Paraíso a Adán y a Eva, para evitar, domo El
mismo dice, que comiendo ahora del Arbol de la Vida se conviertan
como El en dioses; y los condena a ambos para siempre al trabajo,
al sufrimiento y a la muerte.
18. Serpiente antropomór-
fica tentando a Adán y Eva.
El Bosco. Tríptico de La Ca-
4Enrealidadelaswztoes bastante más complicado. Las versiones que sirvieron de base a la rreta de Heno. Museo del
redacción de la Biblia no son dos sino cuatro, pues a las dos mencionadas, la elohista (E) y la Prado, Madrid.
yahvista (J) hay que añadir otras dos: la sacerdotal (PJ y la del Deuteronomio (D), que al
principiofueron confundidas con la primera dado que en ambas se llama a Dios elohim y no
Yahvéh. igual que se hace en la elohista. Pero en lo que concierne al Génesis y a la historia Por lo menos siete cosas esenciales derivan de este texto: a) no
que ahora nos interesa, la de la Creación y el Pecado Original, en la que la serpiente es perso-
naje clave, sólo hay dos, las que hemos indicado. En todo caso para un examen del estado se habla todavía en ningún momento del demonio, Y la serpiente
actual de la cuestión es-posible consultar el reciente libro de Richard Elliott Friedman, ¿Quién es descrita sólo como la mas astuta de las bestias creadas por
escribió la Biblia?, traducido del inglés por Joseph M. Apfelbii.ume, Martinez Roca, Barcelona.
1989.

167
166
Dios. La identificación de la serpiente con el diablo es obviamente el astuto animal el que logró alzarse con la inmortalidad que éstos
ulterior, 5 y debió tener como sustento precisamente esta historia, perdieron por hacerle caso (por supuesto, a cambio de descubrir el
la de la pérdida del Paraíso por su culpa; b) la conducta de la ser- sexo, que implica otra forma de inmortalidad, la de la especie, por
piente parecería más bien dirigida a revelar a Adán y Eva verdades oposición a la del individuo).
que Dios les ha ocultado al pretender mantenerlos en estado de
inocencia; e) las revelaciones hechas por la serpiente resultan ver- 5. Adán, Eva y la serpiente.
daderas, pero conducen a que Dios niegue a Adán y a Eva seguir
disfrutando de la inmortalidad y a que los arroje del Paraíso, con- La historia relatada en el Génesis parece ser sin embargo la sín-
denándolos así -como dijimos- al trabajo, al sufrimiento y a la tesis de narraciones mucho más ricas, llenas de motivos y detalles
muerte; d) Dios arroja a Adán y a Eva del Paraíso no sólo o no tan- que los autores del Pentateuco prefirieron omitir. Por fortuna, la
to porque han pecado contra El al desobedecerlo, sino más bien exégesis judía ulterior intentó rescatar muchos de esos motivos,
porque ahora que tienen conocimiento del Bien y el Mal, el poder conservados por la tradición oral o por comentaristas menos orto-
seguir disfrutando de la inmortalidad haría de ellos dioses como doxos; y añadió al mismo tiempo ciertos detalles conformados con
El, y ya no más sus dóciles criaturas; e) el conocimiento del Bien y ulterioridad. Conociéndola aunque sea en forma somera, podemos
el Mal tiene una clara connotación sexual, pues lo primero que tener U:t;la idea aproximada de la enorme riqueza del relato y de sus
hacen Adán y Eva al probar el fruto prohibido es descubrir que es- implica~iones simbólicas.
tán desnudos y avergonzarse de su desnudez, hasta entonces ino-
cente; f) más que como un simple animal la serpiente actúa como AdányEva.
una suerte de dios, capaz de trastrocar los proyectos de Yahveh, y
al que sólo le faltaría la inmortalidad para ser divino; g) queda por Aparte de los problemas relativos a la creación propiamente di-
último la duda acerca de si las verdades reveladas por la serpiente cha de Adán y a las mezclas de arcilla que fueron empleadas para
a Adán y a Eva no contenían sin embargo una trampa, y si no fue ello, destaca lo relativo al tamaño de Adán y Eva, a sus pieles y a
su belleza originaria. La tradición rabínica hizo de Adán un gigan-
te que acostado llegaba a los extremos del mundo y que de pie
alcanzaba con su cabeza el trono de Dios; que era de una belleza
5 El examen de este interesante tema escapa a nuestro estn.dio, pero debemos señalar al menos'
que es en obras vétero-testamentarlas muy ulteriores al Génesis, como los Libros de Job, de comparable a la de los ángeles; y cuya piel era brillante y luminosa.
Isaías y de Tobías, donde puede seguirse más directamente el proceso de conformación de la Eva, en cambio, no era tan grande ni tan luminosa ni tan bella,
idea del demonio entre los antiguos hebreos, luego de la Cautividad de Babilonia y de que aunque su piel parecía igualmente radiante de luz. 6
aquéllos recibieran la influencia del dualismo persa; aunque no el proceso bastante más tardío
de asimilación de la serpiente al demonio, al ángel caído, a Lucifer. enemigo del hombre y Pero lo más interesante acerca de Eva es que la tradición rabíni-
causa de su perdición. El satán del Libro de Job (que no es nombre propio sino genérico) no ca, basada en viejas leyendas de las que hay algún eco en la propia
es sino un espíritu que con autorización de Dios atormenta al paciente personaje bíblico para Biblia afirma que no fue ella la primera mujer sino la tercera. La
probar la fidelidad de éste a su Creador, y que acaba más adelante convirtiéndose por exten-
sión en ser individualizado, esto es, en Satán, el enemigo del hombre. El Nuevo Testamento primera fue Lilith, que no fue hecha de ninguna costilla de Adán
habla más tarde de Satanás como espíritn. que se atreve incluso a tentar a Jesús. Y antes, los sino de arcilla como él, aunque impura, y que como igual a su ma-
autores de la Versión de los Setenta tradujeron el hebreo satan por el griego diabolos, y
convirtieron en daimones (otro nombre griego, originalmente de connotación más bien positi- rido se negó desde un principio a aceptar cualquier imposición de
va) a algunos espírttn.s malvados cuya existencia era admitida por el judaísmo, como el conoci- su parte, reivindicando incluso el derecho a acostarse sobre Adán
do espíritu destructor que mata por celos a los siete maridos de Sara en la historia de Tobías. en el momento del acto amoroso, en lugar de admitir que fuese
A su vez, la Vulgata latina tradujo diabolos por diabolus, daimon por demonius y satan por
Satanas. Los tres términos se habían venido haciendo equivalentes, y el cristianismo se en- siempre éste quien se le montase a ella encima. Adán terminó re-
cargó de fundirlos en uno solo.<~~ por proyección retrospectiva, se terminó atribuyendo al ju- chazándola, y Lilith lo abandonó, yéndose a las cercanías del Mar
daísmo el resultado de una elaboración conceptn.al que cuando más es propia del judaísmo he- Rojo, a una zona infestada de espíritus malignos con los que se
lenístico, esto es. tardío; y que en lo esencial corresponde más bien al cristianismo temprano y
a los primeros Padres de la Iglesia. La asociación del demonio, diablo o Satanás con la
serpiente o el dragón quedó establecida para el cristianismo desde que el Apocalipsis de
Juan. último libro canónico del Nuevo Testamento los confundió en un solo y feo personaje.
Pero en el Antiguo Testamento, esto es, en la literatn.ra y tradición judías, nunca se encuentro. 6 Los textos rabínicos suelen hacer aquí una gradación: comparadas en belleza con Eva, las mu-
delineada esta equivalencia de manera clara, aunque hay indicios tardíos de ella, en particular jeres acfn.ales son como monas; comparada en belleza con Adán, Eva era una mona; compara-
en algunos apócrifos vétero-testamentarlos y en la ulterior literatn.ra rabínica. do en belleza con Dios, Adán mismo era un mono.

168 169
entregó a orgías amorosas, y acabando por ser asimilada ella mis-
ma, en la tradición judía ulterior, a un demonio maléfico, enemigo raíso. En efecto, la serpiente no era entonc;s un reptil. Era un her-
del parto y causante de terribles pesadillas. Dios hizo luego una moso animal arborícola o asociado a los arboles, de gran alza?a,
segunda mujer, la primera Eva, ya no moldeada con arcilla sino a con patas altas como de camello y a veces con be~a cara de ?Tiu~er.
partir de sustancias orgánicas: sangre, huesos, y secreciones glan- Parece ser un animal particular o la forma asunnda por algun an-
dulares. El resultado fue una bellísima mujer, pero el susceptible gel caído, quizá por el propio Satán o Samael. ~o ~o~ nada rar~
Adán, que había visto a Yahveh cuando le daba forma, la rechazó, las representaciones del Pecado Original en el cnstiamsmo medie-
porque no obstante su belleza, no podía sino sentir un asco in- val que muestran a la serpiente como ser arborícola, enroscad? ~el
vencible al recordar de qué sustancias había sido hecha. Toleran- Arbol de la Ciencia, ofreciéndole la manzana a Ev~ (en la tradicion
te, Dios hizo desaparecer a esta primera Eva, hizo caer a Adán en judía no es por supuesto una manzana sino un h;go}. Y ese ser ~r­
un profundo sueño, y a partir de una de sus costillas moldeó a la borícola tiene a menudo cara humana, como de angel o de ~UJe7.
segunda Eva, la definitiva, mujer luminosa y radiante de belleza, a En una de esas representaciones, que ilustra un Octateuco bizant~­
la que Adán aceptó al fin con mucho gusto. no del siglo XII, conservado actualmente en el Museo de Topkapi,
Otros detalles dignos de ser retenidos acerca de Adán y Eva son: en Estambul, el animal responde claramente a los rasgos arriba se-
a} que una vez que probaron el fruto prohibido perdieron automá- ñalados, pues tiene patas y cuerpo de camello, y un .larg~ cuello
ticamente el barniz luminoso de sus pieles, y el tamaño de ambos aunque coronado en este caso no por un rostro femenmo smo por
se redujo en forma apreciable, pues aunque siguieron siendo au- una cabeza de reptil. Es, pues, una vez que 1~ serpien~e induce al
ténticos gigantes ya no fueron capaces de llenar el mundo ni de pecado a Eva y a Adán y que ello suscita larra de Dios, cuando
alcanzar Adán el firmamento; b} que al ser arrojados del Paraíso, Este maldice al animal y lo condena a ser reptil, ~ arr?-strarse. por
debieron hacer penitencia por largo tiempo metidos en el agua el suelo y a alimentarse de tierra, sin poder..Ya m~s nnrar al ci:lo.
hasta el cuello, Adán en el Tigris y Eva en el Jordán; e) que en La condición reptilesca de la serpiente es asi ultenor y no preVIa a
otras versiones más tardías, sobre todo musulmanas, Adán y Eva, la tentación de Adán y Eva. ,
al ser arrojados del Paraíso, el cual, según la tradición islámica (y 2. kTambién llama la atención la cor;tdición arb?ncola, aun<:lu~
también en la cristiana medieval) suele estar en lo alto, cayeron en éste es un rasgo asociado con frecuencia a la serpiente tanto srm
medio del mar, pero mientras que Eva lo hizo directamente, Adán bólica como real. Pero en este caso esa condic}ón arborícola la
posó uno de sus pies sobre lo alto de una montaña en una isla aproxima más bien al dragón, tradicional guardian de te~oros, c~­
(identificada usualmente con Ceilán o Serendib) dejando allí una mo muestran tantos relatos mitológicos y tantas leyendas heroi-
huella imborrable a la que los musulmanes han rendido culto a lo cas. La serpiente parece ser en efecto la guardiana del Arbol de la
largo de los siglos. 7 Ciencia árbol que contiene quizá el más preciado de todos los te-
soros: 1~ sabiduría, asociada en este caso al conocu:mento sexual Y
La serpiente. al discernimiento entre el Bien y el Mal. Tesoro tan rmportan~e <:Iue
por él nuestros primeros padres, como tantos otros .seres ~nrmge­
Aún más interesante sin embargo, y más relacionado con lo que nios, sacrificaron la inmortalidad, asociada en cambio a la Inocen-
examinamos ahora, es lo relativo a la serpiente, verdadero protago- cia.\ . 'd
nista del relato. Hay algunos rasgos fundamentales que caracteri- 3. Un tercer rasgo de la serpie~te es su ~stuc~a, r~conoci a por
zan a la serpiente. el Génesis, que hace de ella no solo un animal .mteligen~~· de he-
l. Lo primero que destaca es su aspecto fisico, pues todo indica cho más mteligente que el hombr~ y la muj;r. sino tambien. el r:o-
que la serpiente no era tal antes de que ocurriera el drama del Pa- seedor de la ciencia, del conocimiento, el simbolo de la sabiduna.
Es este uno de los rasgos usualmente asociados a e~a en m~c~os
mitos, y también en el propio cristianismo, como pudrmos aptec~ar
ya al examinar el texto del Fisiólogo y las citas de los Evangelios
7 En realidad el culto principal se lo rinden los budistas, para los cuales se tratarla de una huella que lo acompañan y refuerzan. . .,
del pie de Buda (sin que su origen por supuesto tenga relación alguna· con el Paraíso). Pero
para los musulmanes es, como dijimos, la huella del pie de Adán, marcada por éste al caer a
4. Un cuarto rasgo, aún más importante, es su condicion de
tierra una vez que juera expulsado con Eva del Paraíso. animal inmortal. A diferencia del hombre, que para lograr el cono-

170
171
cimiento debió sacrificar la inmortalidad, la serpiente, que ya tenía breo para designar al ángel rebelde y caído), a Satán o Lucifer. Sa-
el conocimiento cuando nuestros primeros padres eran inocentes mael es descrito en la tradición rabínica como ángel que desde el
mascotas al servicio de Yahveh, privadas de discemimiento y de sa- comienzo rivaliza con Dios por el poder, que se niega a rendir ho-
ber sexual, adquirió precisamente, luego de la historia del Paraíso, nores a Adán porque éste fue creado de tierra y no de luz como él,
la misma inmortalidad que le hizo perder a Adán y a Eva a cambio y que por rebelde y orgulloso es arrojado por Yahveh a la tierra y
de abrirles a éstos los ojos. Mostrando su inteligencia superior a la luego a los inflemos. Decidido a vengarse, Samael se convierte en
del hombre, la serpiente obtuvo para sí la inmortalidad comiendo serpiente, o, según otras versiones, utiliza a la serpiente para en-
ella del paradisíaco fruto del Arbol de la Vida. Es este el engaño de ganar a Eva, para lograr que ésta haga partícipe a Adán de su deso-
la serpiente, que al igual que Dios, sólo revela a Adán y a Eva la bediencia, y para que así su enemigo sea precipitado también fuera
mitad de la verdad, obteniendo para sí misma las dos mitades. del Paraíso.
Aunque es educadora, maestra del hombre, la que le brinda acceso Empero la versión más corriente es la que afirma que el odio de
al conocimiento, la serpiente es al mismo tiempo ladrona de in- Samael contra Adán nació de su deseo de poseer a Eva. Hay en
mortalidad, la cual le roba a su discípulo. esta versión ciertas variantes; y a veces Samael enseña a Eva a
Quizá el más antiguo y conocido modelo de este tema sea el del hacer el amor aprovechando la inocencia de Adán, lo que da clara
poema babilónico de GUgamesh, en el que el héroe, que busca la connotación sexual a la historia del fruto prohibido. En otros
inmorta;tidad y que ha recibido del anciano Utnapishtim una hier- casos S?Jllael, luego de la expulsión de Adán y Eva del Paraíso (lo
ba acuática que permite al menos conservar la juventud, se la deja que s~pone que actuó hasta entonces sólo por ansia de vengarse
tontamente ro bar por una taimada serpiente, la cual logra así para d~ A~an), viendo~ la par~ja humana hacerse el amor, desnudos y
ella el don de mantenerse etemamente joven. Es esta la idea que el sm nmguna verguenza, siente nacer por la mujer un incontrolable
Fisiólogo y el cristianismo medieval recogen de algún modo al hacer apetito sexual. Esper~ entonces a que ambos yazgan de nuevo, y
de la serpiente, igual que los antiguos, un símbolo de etema ju- aprovechando que Adan se queda luego dormido, ocupa su lugar,
ventud, gracias al cambio periódico de su piel envejecida por una posee a Eva, que se entrega a él; y así resulta concebido Caín, el
piel nueva y reluciente. En algunos relatos mitológicos del mismo cual no. es en verdad hijo de Adán sino del propio espíritu maligno.
corte, esta temática es lo que suele denominarse 'falsificación de Se explica de este modo la maldad innata de Caín, su condición
fratr~cida (pues Abel sí es hijo de Adán),_ y el hecho de que de él
~ensaje'. En ellos se narran siempre historias de animales, que,
s~lo en unos casos son serpientes, los cuales, enviados por los
descienda una larga secuencia de pecadores cuyas iniquidades for-
dioses o por los astros a traer mensajes de inmortalidad al hombre, zaron al cabo a Yahveh Dios a provocar el Diluvio.
confundieron adrede o por error el texto del mensaje y dieron siem- Un asp:?to colateral de estas ~ersiones centradas en lo sexual y
pre al hombre mensajes de muerte. Así se explica que los hombres en la relacion carnal entre la muJer y la serpiente es el relativo a la
hayan perdido la inmortalidad, como la perdieron en el mito he- mordedura de ésta, pues tanto en la misma tradición judía como
breo y cristiano Adán y Eva debido a la dúplice actitud de la astuta en las tradiciones de otros pueblos se habla en algunos casos de
serpiente. que la menstruación no es sino la consecuencia de la mordedura
5. Pero hay además un quinto rasgo, también de primordial sexual de la serpiente. Esta asume así en forma cruda su condi-
importancia. La serpiente judea-cristiana, igual que la de tantas c.ión de ini:iadora sexual de 1~ mujer, pues es precisamente a par-
otras mitologías, aparece estrechamente asociada al conocimiento tir de la pnmera menstruacion, provocada por la relación con la
e iniciación sexual. Y por ello mismo a la mujer. La Ciencia del sefl?iente, que la mujer pasa a ser núbil y que como tal puede dejar
Bien y del Mal se inicia, como vimos, por el conocimiento sexual, atras la etapa de inocencia. Se combinan en este caso, como bien
púdicamente esbozado en la versión conservada por el Génesis. puede apreciarse, el carácter fálico de la serpiente con su condición
Pero en la tradición rabínica propia de la Antigüedad tardía y de la de iniciadora sexual y de transmisora de conocimiento.
Edad ~edia ju~lía, existe u_na relación más íntima entre la mujer y . L~. . asoc~ación d«=; la serpiente con la menstruación y con la ini-
ciac~on sexual esta presente en la antigua tradición judía y son
la serpiente; y esta le ensena a Eva lo que es el coito, llegando in-
cluso a poseerla y a entrar en franca rivalidad por ella con Adán. testigos de ello algunos pasajes del Cuarto Libro de los Macabeos y
Se asocia este tipo de relato a la figura de Samael (otro nombre he- sobre todo del Talmud.

172 173
6. El culto de la serpiente en la tradiciónjudeo-cristiana.

De estos diversos textos y relatos se deriva sobre todo una idea


de maldad de la serpiente, dominante en la tradición judía tardía y
en el temprano cristianismo. La serpiente es animal inmundo, sím-
bolo del Mal, culpable del pecado, de la pérdida del Paraíso, y res-
ponsable original de toda la miseria humana. Su ciencia misma es
Ciencia del Mal, ciencia maldita, y la fertilidad a la que se la vincu-
la termina por estar asociada a la lujuria y al pecado.
Pero si esto es cierto para el judaísmo tardío, no lo fue en cam-
bio para etapas anteriores del desarrollo de la religión y de la cul-
tura judías en general, a las que la serpiente -igual que ocurre en
muchas otras religiones y mitologías- está estrechamente asocia-
da. Y no precisamente como imagen del mal sino más. bien como
ambiguo ser cargado de misterio, de sabiduría y hasta de connota-
ciones divinas. Hay suficientes indicios en el judaísmo más anti-
guo de que los hebreos adoraron largo tiempo a la serpiente; y el
propio Yahveh ha sido asociado originariamente a ella en forma de
Yahveh-serpiente. Hay testimonios claros de que incluso después
de impuesto el monoteísmo, esto es, la adoración de Yahveh como
dios único, estos cultos rendidos a la serpiente siguieron jugando
un gran papel en la vida religiosa del pueblo hebreo.
La propia Biblia es testigo de esto. Y varias son las ocasiones
en que en ella se menciona la presencia de serpientes divinas, a las
que evidentemente los hebreos rendían diversos tipos de culto. Los
mismos serafines -los primeros en la jerarquía de los ángeles, los
más cercanos a Dios- no son otra cosa que serpientes de fuego
dotadas de tres pares de alas. Así al menos los describe Isaías. El
Pentateuco todo está marcado por la presencia de la serpiente en
funciones mágicas y positivas. El ángel de la espada de fuego que
coloca Yahveh para guardar la puerta del Paraíso una vez expulsa-
dos Adán y Eva, parece haber sido también un serafín. En el Exo-
do, el bastón de Aarón se transforma en serpiente para engullir a
las seÍpientes que ha suscitado el poder taumatúrgico de los ma-
gos de Faraón. En Números, 21, 6, se narra la aparición de serpien-
tes quemantes, evidentemente serafines, que castigan a los he-
breos errantes en el desierto por su idolatría. Moisés logra que
Yahveh detenga el castigo haciendo desaparecer a las ~erpientes; y
el celoso dios único lo autoriza incluso para que fabrique una ser-
piente de bronce, y la coloque sobre un asta (o sobre el travesaño
19. Tentación de Adán y Eva. Hugo van der Goes. Hacia 1470. de dos maderos que forman una T); y para que los hebreos le rin-
Kunsthistorisches Museum, Viena. dan a partir de entonces culto. Se dice que esta serpiente de bron-

174
175
ce (en la que varios autores cristianos tempranos vieron un símil tentó a Eva, era identificada con el Lagos y con Cristo; la segunda
de Cristo crucificado) fue conservada durante varios siglos por los era la serpiente corriente, húmeda, derivada del agua cósmica. Los
hebreos, y que el extraño culto sólo fue suprimido en tiempos del luciferinos, por su parte, al identificar -como el judaísmo tardío y
profeta Ezequías, quien ordenó destruir a la serpiente. el cristianismo- a la serpiente con Lucifer, adoraban a éste por ha-
El mismo cristianismo, con toda su sistemática condenación de ber aportado al hombre y a la mujer la Ciencia del Bien y el Mal,
la serpiente, mantuvo también cierta ambigüedad o ambivalencia identificada con la Gnosis salvadora.
frente a ella. Es evidente que domina en él la identificación de la De cualquier forma, y un poco al modo de los peratas, el cristia-
serpiente con el dragón, símbolo demoníaco; que el Apocalipsis de nismo tendió siempre a distinguir entre la Serpiente y las serpien-
Juan define aldragón como "la antigua serpiente", esto es, como el tes, lo que vimos aparecer de algún modo en el Fisiólogo y en los
Enemigo; y que el cristianismo fue importante factor en la ~mposi­ Bestiarios medievales. Las serpientes son animales corrientes, obra
ción de la imagen de la serpiente del Génesis como indiscutible re- de Dios, y en ellas puede haber modelos de conducta que el hombre
presentación del demonio, causa de la caída. Pero al mismo ;tiempo puede imitar si quiere obtener su salvación eterna: reJqvenecer
se dieron en el cristianismo, sobre todo en los primeros ti~mpos, adoptando la doctrina de Cristo, dejar el veneno en casa, tratar de
lecturas positivas de la serpiente, algunas de las cuales no sólo tu- salvar la cabeza en vez del cuerpo. La Serpiente, en cambio, no es
vieron larga vida sino que también acabaron convirtiendo al ani- otra cosa que el Demonio, el Enemigo; y frente a ella no cabe otra
mal en objeto de una adoración que la ortodoxia cristiana conde- cosa que el rechazo, que intentar aplastarla dentro de una lucha
nó con acritud y a la que aplastó con toda la energía de que pudo que tierie alcances cósmicos y escatológicos.
ser capaz. .
El gnosticismo -y concretamente el gnosticismo cristiano- rei- 7. La serpiente en la literatura y vida medieval de Occidente.
vindicó el papel de la serpiente. Esta fue asociada a lo que consti-
tuye la esencia misma de las corrientes gnósticas: la revelación del Algo de esto se manifiesta, a nuestro modo de ver, en la literatu-
conoci.niiento, la sabiduría, la ruptura de una inocencia que es ra medieval cristiana, particularmente en la de Occidente. Y hasta
falsa, pues. no es otra cosa que ignorancia. Dentro de un contexto podría decirse que en la literatura propiamente hagiográfica lo que
en el que se trataba de separar a Dios de la Creación y de la mate- se halla es casi siempre la Serpiente, esto es, el Dragón, el Enemi-
ria y a hacer del responsable de éstas .un simple y deficiente de- go, es decir, Satanás, al que santos o apóstoles enfrentan con
miurgo, distante de la verdadera divinidad, la serpiente fue vistá éxito; en la literatura profana, en cambio, parecieran tener alguna
por algunas corrientes gnósticas como 'el agente de la revelación, ·a cabida las serpientes, salvo cuando se trata claramente de drago-
la que los humanos debemos el conocimiento y que a la manera de nes, que suele ser empero lo más frecuente.
los héroes civilizadores de las grandes mitologías, se opuso a Dios, Y aquí conviene precisar dos cosas: a) que la distinción entre
a objeto de brindar con riesgo propio al hombre la posibilidad de dragón y serpiente no es nada clara resultando en realidad menos
conocer. nominal que funcional, pues de hecho, salvo en los casos en que
Así surgieron diversas sectas adoradoras de la serpiente y hasta la descripción del animal de que se habla no deja ninguna duda de
del propio Lucifer. Los más conocidos de estos adoradores de la que se trata de un dragón y no de una serpiente, los autores me-
serpiente son los peratas y sobre todo los ofitas o naasenos {o<j>Ls dievales hablan con frecuencia de ambos como equivalentes. Es
es el nombre griego de la serpiente, mientras naas es su nombre decir, que son numerosas las veces en que nosotros, que tratamos
hebreo). De los escasos testimonios que sobrevivieron acerca de de distinguir mejor entre ambos animales, leemos 'dragón' donde
ellos, se desprende que los ofitas veneraban a la serpiente porque ellos decían serpiente; o viceversa. O, dicho de otra manera, que
Dios la había convertido en causa de gnosis, esto es, de conoci- son tan sólo algunas actitudes y rasgos propios del dragón (su
miento para la Humanidad. El Demiurgo quería mantener al hom- carácter maléfico, su gran tamaño, su capacidad de emitir fuego
bre sumido en la ignorancia, y fue la serpiente la que aportó la por la boca, el poseer alas y escamas, su condición de guardián de
Gnosis, enseñando al hombre y a la mujer el conocimiento de los tesoros o de secuestrador de doncellas, etc.), lo que permite descu-
misterios de lo alto, la verdadera sabiduría. Los peratas en cambio brir que .. cualquiera sea el nombre que se le dé, el animal en cues-
distinguían entre la buena y la mala serpiente. La primera, la que tión no es exactamente una serpiente; b) que apartando los casos

176 177
en que son imagen del demonio, las serpientes resultan más bien En la literatura no hagiográfica escasean -como dijimos- las
raras en la literatura medieval. Hay, pues, Serpiente y serpientes: serpientes. Aparecen sin embargo con cierta frecuencia, y despro-
estas últimas, animales corrientes; aquélla, en cambio, símbolo del vistas de toda connotación diabólica, en la literatura relativa a los
Mal o del D~mo..nio. ~ero tambien, como veremos luego, hay drago- viajes maravillosos de Alejandro, sobre todo al tratar de las expedi-
nes y Dragan: este, Imagen del Mal y del Demonio como. lo es la ciones del héroe macedón a la India. Pero estas serpientes carecen
Serpiente; aquéllos, simples animales malvados, gigantescos y peli- también usualmente de importancia literaria; y sólo son simples y
grosos adversarios de los héroes. Es decir, que tratándose de san- rápidos pretextos para que el héroe se luzca demostrando su valor
tos, ~sí el autor del,rel~to defina a su adversario como un dragón, al combatirlas. Uno de los pocos ejemplos literarios medievales, en
conVIene pensar mas bien que se trata de la Serpiente, del Enemi- cambio, en que la serpiente aparece en verdad emparent~da co:r; lo
go, i~entiflcable en este caso con el Dragón y no con cualquier tratado en los Bestiarios es el Libro de Alexandre espanol. Alli se
dragan; y cuando se trata de héroes laicos, aunque el adversario al nos describe el usual enfrentamiento de Alejandro en la India con
que se enfrenten éstos sea definido por el autor como serpiente, una multitud de peligrosas serpientes, que impiden, en este caso, a
conviene más bien pensar en un dragón cualquiera, bestia enemi- su sediento ejército llegar a las aguas de un lago para saciar su
ga de los héroes, obstáculo colocado en su camino para probarlos, sed. Pero el héroe macedón, sabio discípulo de Aristóteles, recuerda
y no tanto en el principal símbolo del Mal, en el Dragón propia- que el animal sólo ataca al hombre cuando lo ve vestido. Entonces
mente dicho. Aunque sin duda en la literatura medieval la relación decide, para asombro de sus soldados, que éstos se enfrenten des-
entre ambas dimensiones es bastante estrecha, y ello mismo expli- . nudos a los peligrosos reptiles. El resultado es el previsto; y los in-
ca las frecuentes indefiniciones y confusiones al respecto, la ten- quietos soldados logran pasar entre el ejército de venenosas sier-
dencia usual a ignorar las diferencias fisicas entre ambos animales pes sin que éstas los ataquen. Llegan al lago, sacian su sed, y lue-
identificando o confundiendo dragones y serpientes. go aclaman todos la sabiduría de Alejandro. Es claro que el anóni-
Unos pocos ejemplos bastarán para conch¡tir con la Serpiente, y mo clérigo español autor del famoso poema tenía entre sus fuentes
con las serpientes. En los Hechos Apócrifos de los Apóstoles se ha- un Fisiólogo o algún Bestiario, y supo en esta ocasión aprovechar-
bla con cierta frecuencia de la Serpiente (aunque también se trata lo.
mucho de dragones). En estos casos la Serpiente suele ser imagen En la Carta del Preste Juan se hace también una interesante y
y encarnación del Demonio, y como talla enfrentan y derrotan los original mención de la serpiente. Pero en este caso se trata de la
~póstoles. En el Tercero de los Hechos Apócrifos de Santo Tomás,
Serpiente, y no de una serpiente. En realidad tiene mucho de Dra-
este encuentra a un joven muerto, amoratado, y a continuación a gón, pero hay dos rasgos que la identifican con la serpiente del
la Serpiente que le ha dado muerte. La razón del crimen han sido Génesis : es guardián del Arbol de la Vida y habita cerca del Paraí-
los celos (la Serpiente amaba a la novia del joven; y como aquélla so Terrenal, que se encuentra, como es sabido, no lejos del maravi-
prefería al muchacho, el reptil lo mató para vengarse). Tomás la lloso reino del riútico rey-sacerdote. Dice el Preste Juan que en su
obliga a salir de su madriguera; y la Serpiente confiesa ser, la en- reino se da el crisma o bálsamo sagrado, el cual mana gota a gota
carnación del Demonio y la responsable de todos los males de la y en mínimas cantidades del Arbol de la Vida. Este Arbol está cerca
humanidad, desde la pérdida del Paraíso hasta la crucifiXión de del Paraíso, a sólo un día de marcha. Se trata de un Arbol Seco, y
Cristo. Tomás la obliga a resucitar al joven, chupando el veneno lo cuida día y noche, durante todo el año, una serpiente, que
que le ha inoculado, y el animal revienta y muere. En los Hechos impide la obtención del bálsamo. Pero el día de San Juan la ser-
Apócrifos de Felipe, éste, acompañado por Bartolomé y Juan, se en- piente duerme día y noche. Y entonces los enviados del Preste
frenta a un pueblo de ofitas y con aquéllos derrota a la Serpiente a aprovechan su sueño y toman el bálsamo, huyendo luego del lugar
la que éstos adoran, claro símbolo del Demonio. En la Historia a toda prisa. El animal despierta al día siguiente, enfurecido; y su
Apostólica del Pseudo Adbías, los apóstoles Mateo, Judas y Simón bramido de rabia se escucha a una jornada de camino. Es animal
se enfrentan en cambio a dragones y serpientes (o víboras) suscita- dos veces más grande que un caballo, tiene nueve cabezas y dos
dos por magos persas y carentes de connotación diabólica, lo que alas, lo que fisicamente la acerca mucho a la clásica descripción
pareciera acentuar el lado heroico de esos apóstoles por sobre su del dragón apocalíptico. Persigue a los enviados del Preste, pero
condición de santos. éstos. ya están cruzando el mar. La serpiente, en cambio, no puede

179
178
hacerlo, debiendo regresar resignada a su vigilia mientras que los a ciertos rituales secretos como los de la alquimia, está ausente del
enviados del Preste le hacen llegar a éste el sagrado bálsamo, el Bestiario, aun cuando es importante en la cultura medieval, tanto
cual por lo demás es puesto en manos del patriarca de Santo To- en la pagana como en la cristiana. La anfisbena, en cambio, sí es
más, quien lo consagra con él como rey-sacerdote cristiano y envía animal del Bestiario; y es descrito y analizado en algunos de ellos.
el resto al patriarca de Jerusalén, que a su vez deja una pequeña El uroboros es la gran serpiente cósmica que forma un círculo
porción para que sea llevada a Roma y entregada al Papa. mordiéndose la cola o introduciéndola en su boca. Es imagen de la
Totalidad, de fin que es al mismo tiempo -y constantemente- co-
LAS OTRAS SERPIENTES Y MONSTRUOS REPTILESCOS: EL _ mienzo. Simboliza de ordinario un ciclo cósmico, un ciclo evoluti-
URO BOROS Y LA ANFISBENA, EL SAPO Y LA VÍBORA, EL ASPIC vo que se cierra sobre sí mismo conformando un todo absoluto. La
Y EL BASILISCO
idea dominante en él es la del eterno retomo, la de la eterna vuelta
·de las cosas sobre sí mismas en uria circularidad infinita que es a
La serpiente no es por supuesto el único reptil del Bestiario. Ni
un mismo tiempo quietud y movimiento, igualdad y cambio, reno-
siquiera las serpientes, esto es, los ofidios venenosos usuales, co~­ vación y permanente identidad. La idea de la autofecundación, re··
man,el espacio reptilico. Isidoro y los Bestiarios -y con ellos las di-
presentada por la punta de la cola del animal metida en su boca,
versas enciclopedias medievales- describen toda una larga lista de
también está presente en este eterno ciclo del tiempo y de la vida.
serpientes y hablan de sus venenos. Tratan así de ?ipsas, hipn?-lis,
hemorrois, querastes, quelidros, prester, boas, ceculas, centupe-
das, yáculos y ofites. Pero esas sierpes, descritas como simples ani-
males venenosos o alimañas, desprovistas de todo simbolismo y
huérfanas de cualquier referenciaJolklórica o mítica, carecen por
completo de interés para nosotros. Nos ocuparemos en cambio de
otros reptiles o serpientes que, corrientes o exóticos, están por el
contrario cargados de simbolismo y son asociados a rituales mági-
cos, a historias maravillosas, o a peligros terribles y mortales. Esos
reptiles suelen ser monstruosos. Algunos son corrientes, como el .
sapos, y en menor grado la víbora; pero la mayor parte está consti- ·
tuida por reptiles extraños, entre los cuales se cuentan aquellos
que -como el uro boros y la anfisbena- tienen más de entes simbó-
licos que de reptiles verdaderos, y aquellos otros, como el aspic y el
basilisco, de cuya existencia no se duda, y que están cargados de
rasgos extraños asociados a menudo al peligro y a la muerte.

l. El uroboros y la anftsbena.

Son monstruos de tradición clásica, ambos cargados de rico


simbolismo. Pero no suelen aparecer en los Bestiarios medievales.
El uroboros, animal más asociado a algunos mitos cosmogónicos y 20. El uroboros. Manuscrito griego de Teodoro Pelekanos. 1478. Biblioteca Nacional, París.

Esa serpiente enorme y circular aparece estrechamiente asocia-


8 El sapo no es reptil sino anfibio, pero ya hemos dicho que esto no es un tratado de zoología da en varias mitologías a la estructura y al ritmo del cosmos. Y en
moderna sino un estudio del Bestiario medieval. Este no distingue reptiles de ranas y sapos, algunos casos se la identifica con el Océano que rodea la Tierra. Así
que como anfibios preceden a aquéllos en la secuencia de la evolución; e Isidoro, que confimde
al sapo con las ranas, lo sitúa entre los peces (es decir, entre los animales acuáticos). Noso- sucede el?- algunas lecturas clásicas tardías de la estructura cósmi-
tros lo veremos con los reptiles a causa de su cercaníajísica y similitudes simbólicas con ca, tal como la viera el mundo griego de los comienzos del cristia-
éstos. nismo. En las primeras versiones del Pseudo-Calístenes, por ejem-

180 181
plo, texto de tanta significación para el mundo medieval, se narra baste una boca para inocular su veneno. Lucano en cambio la
la aventura celestial de Alejandro, quien montado en una cesta describe con más detalle en su Farsalia, de la que toma sus infor-
tirada por gigantescos buitres se eleva a lo alto de los cielos, te- maciones Isidoro. El animal ha podido tener como referencia empí-
niendo desde allí la ocasión de contemplar aterrorizado la Tierra rica la existencia de reptiles monstruosos nacidos con dos cabe-
que se ve abajo, muy abajo, en la inconmensurable lejanía. Y la zas. Quizá también al pequeño reptil eurasiático llamado lución,
Tierra que se ve desde esa altura es una Tierra plana, circular, ro- que es una suerte de lagarto pequeño, ápodo y de cuerpo todo ci-
deada por una serpiente igualmente circular, de color verde o bscu- líndrico como una serpiente, lo que hace dificil distinguir en él de
ro, que no es otra cosa que el Océano exterior, el límite externo de qué lado se encuentra la cabeza. Pero esto importa poco. Lo esen-
la ~ierra. Esta aventura del héroe macedón, con la descripción del cial es que la anfisbena es un animal simbólico, asociado, como
Oceano exterior en forma de serpiente, se conservó en las más va- dijimos, a la representación abstracta de la serpiente. Es una suer-
riadas versiones medievales de la leyenda de Alejandro. te de hierofanía de lo finito en lo infinito, como línea limitada que
Así sucede también en la mitología germánica, en la que la lla- puede prolongarse sin fm en ambas direcciones. Es también un
mada serpiente del Midgard, a la que sólo el valeroso y gigantesco símbolo de ambigüedad, de indecisión, de duplicidad. Y el cristia-
Thor se atreve a enfrentar, es un monstruoso reptil de color verde o nismo medieval la identificó por ello con el cristiano indeciso o dú-
gris verdoso cuya cola se confunde con su cabeza y que llena -o plice, y a veces hasta con el propio demonio, dado el carácter enga-
constituye ella misma- todo el mar exterior que rodea en un in- ñoso de las decisiones de éste y del camino que sigue, capaz de
menso círculo a la Tierra. El uro boros tiene también una rica sig- confundir a los incautos. No fue sin embargo en este terreno ni re-
nificación alquímica y esotérica de la que no podemos empero ocu- motamente tan importante como la hiena, cuya indecisión, alter-
pamos. Y muchas representaciones suyas, tanto medievales como nabilidad o duplicidad sexual, aunada a su mayor confiabilidad
modernas, están a menudo asociadas a la alquimia y al esoteris- como animal mencionado por autoridades antiguas, se prestaba
mo.
mucho más a la aplicación de la simbología deseada en este caso.
La anfisbena, como dijimos, no es en cambio infrecuente en el
Bestiario. No la mencionan los Fisiólogos, pero aparece en Isidoro, 2. El sapo y la víbora.
quien repite en sus Etimologías parte de lo señalado antes por Pli-
nio y por Lucano acerca de ella. Dice Isidoro que la an:fis bena, a la Son dos animales corrientes, pero cargados ambos de rica sim-
que d~scribe como una más de su larga lista de serpientes, se lla- bología; y en uno y otro caso plenos de rasgos negativos y mons-
ma as1 porque tiene dos cabezas, una a cada extremo de su cuer- truosos.
po, lo que le permite marchar en la dirección que quiera sin tener El sapo, no obstante ser un animal común, frecuente en cam-
que volver el cuerpo. Afirma que es la única serpiente que no teme pos, marismas y pantanos europeos, fue visto por el medioevo cris-
al frío, y que sus ojos brillan como lámparas encendidas. En· su ex- tiano occidental-que siguió en este caso algunas tradiciones anti-
tensa lista de reptiles prodigiosos, el Liber Monstrorum no lamen- guas- como un ser monstruoso, repleto de veneno igual que cual-
ciona en cambio por su nombre. Pero habla de una serpiente de quier serpiente y usualmente asociado con la noche, con el mal y
Asiria que tiene una cabeza en cada extremo y cuyos ojos (cuatro, con la muerte. De este modo, el desdichado animal, que hoy cual-
dice el autor) relumbran como lámparas en la obscuridad noctur- quier campesino reconoce como benéfico para la agricultura, ya
na. El Bestiario de Cambridge la llama Amfibena y prácticamente que se alimenta de todo tipo de alimañas asociadas a la destruc-
copia el texto de Isidoro. El Libro del Tesoro dice más o menos lo ción de las cosechas, fue perseguido y masacrado a lo largo de esos
mismo, pero agrega que además de resistir al frío, suele marchar a siglos por su fealdad y por el carácter maléfico que la cultura cris-
la cabeza de las otras serpientes a la manera de un jefe o de un tiana le atribuía.
caudillo.
Los Bestiarios medievales ignoran usualmente al sapo, o loco~­
En realidad Isidoro se equivoca al derivar el nombre del animal funden con la rana. Los Fisiólogos no dicen nada acerca de el.
a partir de sus dos cabezas, pues anfisbena significaría más bien Isidoro sólo habla de las ranas, aunque alguna de ellas pareciera
en gri.ego, "la que camina en ambas direcciones". Plinio apenas la ser el sapo. Dice el obispo hispalense que las ranas son ruidosas,
menciona de paso, asombrado de que haya un reptil al que no le que su estrépito es mayor en época de celo, y que entre ellas hay

182
183
acuáticas, 'palustres', esto es, habitantes de pantanos, y 'rubetas'; los ojos, en algún rincón de la esclerótica. En estas funciones
es decir, que viven en los zarzales y que son por cierto las más demoníacas, el sapo aparece también asociado -como veremos
grandes. Estas últimas parecen ser los sapos, pues el Bestiario de pronto- al nacimiento del terrible basilisco.
Cambridge, que suele seguir literalmente a Isidoro, dice, hablando Más aún, y partiendo de toda esta asociación con la luna, la
también de las ranas y copiando la clasificación de éste, que ade- noche, la obscuridad, la humedad, el mal y el diablo, el sapo fue
más de las ranas acuáticas y palustres existen otras llamadas identificado por la Iglesia con el pecado camal, con la lujuria, so-
sapos, que viven en los zarzales y que son las mayores de todas. bre todo en el caso de la mujer. Desde las tempranas esculturas, ro-
Atribuye a las ranas (¿o a los sapos?) cierto poder mágico, pues mánicas hasta las pinturas prácticamente renacentistas del Bas-
dice que si a un perro se le da a comer con su alimento una rana ca, pasando por las numerosísimas ilustraciones -en frescos, mi-
viva, el animal no ladra más. Los otros Bestiarios no parecen mos- niaturas y pinturas- del Infiemo y del castigo de los siete pecados
trar interés alguno ni en el sapo ni en las ranas. capitales, la lujuria aparece asociada siempre al sapo. Tema usual
Pero si el animal no es personaje de Bestiarios sí lo es en cam- en esas representaciones escultóricas o pictóricas es la mujer des-
bio de la cultura y la superstición popular del medioevo, así como nuda, la pecadora lujuriosa (algunas veces acompañada por su
de la literatura y sobre todo de la pintura. El sapo es considerado, amante), castigada por su pecado, y a la que horribles sapos muer-
dijimos, como una bestia maléfica y venenosa. Su piel, desagrada- den los .senos y los muslos, y a la que en muchas ocasiones los
ble, húmeda y áspera, cubierta siempre de una suerte de baba o de horribles y negros animales se le introducen incluso entre las pier-
sudor mágico, no debía tocarse nunca, por ser sumamente vene- nas, buscando así una vagina que algunos clérigos misóginos pen-
nosa. Su aliento era capaz de envenenar las hierbas y las cose- saban no era otra cosa sino un sapo invertido como un guante.
chas, causando la muerte de quienes consumieran o tocaran tales
productos contaminados. Pero sobre todo era venenosa su saliva,
que el animal era capaz de proyectar a distancia, en dirección de
los ojos de quienes lo perseguían. Recibir uno de esos salivazos de
sapo en los ojos equivalía a quedarse ciego sin remedio. Aunada a
su aspecto francamente repugnante, la asociación del sapo con el
veneno (no siempre sin fundamento, pues algunos sapos tienen ,
~fectivamente glándulas venenosas o irritantes sobre su lomo),
hizo que se lo vinculara a la brujería. El sapo fue tenido por com-
pañero usual de las brujas y sobre todo por ingrediente infaltable
de todo tipo de pociones y filtros mágicos, asociado en ellos con
lagartos y alacranes, con lechuzas y murciélagos.
Pero el sapo es animal noctumo, asociado· desde la Antigüedad
con la humedad y con la luna. Esto hizo que fuera no sólo ingre-
diente de pociones mágicas sino partícipe directo en las reuniones
y ritos de las brujas, o de lo que la Iglesia medieval y el común de
las gentes suponía que eran los ritos nocturnos de las brujas. Se
decía que en el sabbat participaban los sapos, imágenes del diablo
o asociadas a él, y que -criados en pantanos especiales y vestidos
para semejante ocasión con túnicas aterciopeladas- formaban
parte de rituales como el llamado 'bautismo del diablo'. Las brujas
incluso estaban marcadas por su asociación diabólica con el sapo;
y los inquisidores de fines del medioevo y del Renacimiento pensa-
ban que Satanás las marcaba para poder reconocerlas, haciendo
21. El sapo como símbolo de lujuria. El Bosco. Tríptico de La Carreta de Heno.
que se les dibujara un pequeño sapo escondido dentro de uno de Museo del Prado, Madrid.

184 185
su madre, ya que mataron a los prof~tas, a Cristo y~ ~a Iglesia (Fi-
siólogo griego); o bien mataron a Jesus, su padr~ e~pmtual, Y aJe-
Sin embargo, y como suele ocurrir en la simbología, no todo en rusalén, su madre terrenal (Fisiólogo latino). El sliD.ll es por supues-
el sapo era negativo. Se pensaba también que era capaz de absor-
to forzado, incluso según la propia historia bíblica, pero ya hemos
ber el veneno del ambiente, esto es, los miasmas productores de las
dicho que los Fisiólogos no son nada rigurosos en este campo.
enfermedades. De allí que se colocase a veces un sapo bajo· la cama
de los enfermos a objeto de que pudiera absorber la enfermedad y
hacer que el enfermo recuperara la salud perdida. También se creía
que, a la manera de los dragones, símbolos del mal como él, el sa-
po tenía en la cabeza una piedra. Pero ésta no era una suerte de
diamante, como la de los dragones, sino un instrumento protector
contra el veneno, al modo del alicornio. Esta suerte de alicornio
casero, nacional y no importado, tenía la propiedad de cambiar de
color cuando se lo acercaba a un recipiente en el que hubiese al-
gún veneno. Hay representaciones medievales de este tema: el de la
extracción de la piedra del sapo.
El sapo, por último, aparece asociado en el folklore y en la lite-
ratura medieval a un motivo famoso en los cuentos de hadas: el
del encantamiento qel príncipe, suerte de versión modesta del mo-
tivo del 'beso fiero' de que hablaremos al ocupamos del dragón. En
este caso se trata usualmente de un príncipe, joven y hermoso, al
que un hada malvada, es decir, una bruja, ha convertido en un
sapo particularmente repugnante, y que sólo puede recuperar su
forma humana si alguna joven se atreve a besarlo en la boca, con-
ducta que únicamente es capaz de asumir la joven y bella heroína 22. Coito y parto monstruoso de la vibora. Ms, Sloane 278. folio 51. Britlsh Museum.
del relato. Tomado de Florence McCulloch.
La víbora medieval, como la antigua, es un reptil monstruoso,
asociado al pecado, al crimen, al mal y al propio diablo. Tras citar El tema de la cópula y del parto de la víbora es de rigor e~ las
al Evangelio de Juan, que llama a los fariseos "raza de víboras", los enciclopedias y Bestiarios medie_val~,s, con ap.enas algunos ~atices,
Fisiólogos describen la condición y las monstruosas costumbres a veces interesantes, en la descnpcion del animal y en su srmbolo-
del reptil. El macho tiene rostro de hombre y la hembra rostro de gía. Isidoro, por ejemplo, dice que el nombre vipe~C: deriva de que el
mujer. Ambos tienen forma humana hasta el ombligo pero desde el reptil pare por la fuerza (vi pare re), pues los hiJOS no esperan el
ombligo hasta la cola su condición fisica es de cocodrilo. La hem- momento del parto; y· corroyendo a su madre los costados, salen a
bra carece de vagina y apenas tiene en lugar de ésta una suerte de la luz matándola. Nada dice Isidoro, como vemos, de que la hem-
pequeña hendidura comparable al ojo de una aguja. De allí que en bra carezca de vagina. En cuanto al coito, su descripción, derivada
el acto sexual el macho eyacule en la boca de la hembra. Esta no en parte de Plinio, es más bien confusa: el macho eyac.ula en la bo-
sólo absorbe el semen, sino que cercena a continuación los órga- ca de la hembra; y ésta, "enloquecida por la voluptuosidad del. pla-
nos genitales del macho y le da muerte. Pero el castigo de la cruel cer" le corta la cabeza metida dentro de su boca (ex voluptate libidi-
hembra no se hace esperar: al crecer en su útero, y no teniendo nis tn rabiem versa caput maris ore receptum praecidit). De donde
por dónde salir, los hijos desgarran el vientre de la madre, la rom- parecería inferirse que el coito de las víboras es bucal de ambas
pen por un costado, y así la matan para poder nacer. Las víboras, partes y que el macho eyacula con su boca en la boca de la hem-
concluye el Fisiólogo griego, son, por tanto, parricidas y matricidas. bra, es decir, que la cabeza del macho se~a su ~ene y la boca de la
Los fariseos lo son también, señalan ambos Fisiólogos, el griego y hembra su vagina. Esta idea, por lo de mas, e~ta clarame.nt~ expre-
el latino, porque al igual que las víboras, mataron a su padre y a sada en un poema latino de Aurelio Prudencio, autor cnstlano es-

187
186
pañol del siglo V, de cuya obra tuvo sin duda noticia el enciclope- bolo de los peores pecados: la lubricidad, el coito bucal, el uxorici-
dista hispalense. 9 dio, el matricidio, el amor antinatural, deriva de su descripción por
El Liber Monstrorum no dice al respecto nada que sea de interés. los clásicos greco-romanos y de los mitos a los que éstos la asocia-
Su descripción de la víbora es muy escueta y depende de Isidoro y ban. Los temas del coito y el parto de la víbora fueron populariza-
del Fisiólogo. El Bestiario de Cambrigde repite, como en otras oca- dos por Heródoto. Este dice que durante el acto amoroso, en el
siones, a Isidoro. Pero añade un detalle interesante, derivado del momento en que el macho eyacula (pero sin decir que lo haga en
Hexamerón de Ambrosio: que la víbora es el más asqueroso tipo de la boca de su compañera), la hembra lo toma por el cuello y lo ma-
bestia que existe, sobre todo porque se vuelve el más artero de los ta. Las crías devoran el útero y la pared abdominal de la madre pa-
animales cuando la acosa el apetito de copular. Se arrastra enton- ra nacer, aunque tampoco dice en ningún momento Heródoto que
ces hasta el mar y va en busca de la anguila marina llamada la víbora hembra carezca de vagina.
murena para ofrecerse a ella en una cópula antinatural. La llama Pero el motivo es de origen mitológico; y Hesíodo lo había inclui-
desde la orilla de la playa con una suerte de silbido de lobo, acude do ya en su Teogonía. Allí se menciona al monstruo llamado
entonces la murena, y ambos reptiles se acoplan en un coito que Equidna (nombre que significa en griego víbora), remoto antepasa-
los Bestiarios no dudan en considerar como el más monstruoso de do de la Melusina medieval cristiana, que tiene cabeza y cuerpo de
todos, como el auténtico símbolo de la lubricidad y de la perversión mujer pero terminado éste en cola de serpiente. Equidna es un ser
sexual, · terro~co, que habita en los pantanos y al que la mitología griega
Los Bestiarios franceses no añaden nada nuevo, e incluso el de atribuye el ser la madre de una variada gama de simpáticos mons-
Gervaise atribuye a la víbora formas normales de copular y de pa- truos, como Orcos, Cerbero, la Hidra de Lema, la Quimera y el
rir. Pero el Libro del Tesoro, que vuelve a la versión usual, repite la León de Nemea.
historia de la cópula antinatural de la víbora y la murena, deriva- Los enciclopedistas romanos hablan también de la víbora; y lo
da de San Ambrosio, diciendo que el silbido de la víbora no semeja hacen en términos bastante más cercanos a los usados por los
el aullido de un lobo sino el sonido de una flauta, lo que apunta autores cristianos medievales. Plinio (Historia Natural, X, 169-1 70)
en otra dirección, como tendremos ocasión de ver pronto al hablar dice que, durante el coito, el macho mete la cabeza en la boca de la
de la murena. hembra, y que, embriagada de voluptuosidad, ésta lo decapita (vi-
Esta monstruosa condición atribuida a la víbora medieval, sím-, perae mas caput inserit in os, quod illa abrodit voluptatis dulcedine).
Pero la muerte de la hembra preñada no se debe, según Plinio, a su
ausencia de vagina sino a que va pariendo a los pequeños reptiles,
que son veinte, a razón de uno por día, motivo por el que los últi-
9 El texto de Prudencia acerca de la víbora, incluído en su largo poema Hamartigenia. es decir, mos, cansados de esperar su tumo, le desgarran el costado y la
Origen del Mal destinado a refutar la herejía de los marcionitns, merece ser citado por su
increíble riqueza. Lo hemos traducido de la obra de J.-P.Clébert, Dictionnaire du- symbolisme matan para salir. Algo parecido dice Eliano (Historia de los Anima-
animal, Albin Michel, París, 1971, quien lo reproduce en la página 434, pero lo cotejamos con les, I, 24), sin agregar nada; y no es posible precisar la fuente del
el texto original latino editado por Migne (Patrología Latina. tomo LIX, col. 1052-1055, que co- curioso motivo de la ausencia de vagina, quizá creación del Fisiólo-
rresponden a los versos 580-629 del poema): "Nuestros vicios son nuestros hijos, pero cuando
les damos la vida, ellos nos dan a cambio la muerte, como a la víbora el parto de sus peque- go o de alguna de sus otras fuentes. Empero, lo principal de todo
ños. Ella no los dá a luz por las vías naturales ni los concibe gracias al coito ordinario que dis- es la rica simbología del mitificado reptil y su asociación, en el pla-
tiende el útero, sino que desde que siente la excitación sexual, la obscena hembra provoca al
macho, al que quiere absorber con su boca abierta a más no poder; el macho introduce en las no sexual a algunos de los más terribles fantamas y obsesiones del
fauces de su compañera su cabeza provista de una triple lengua, y encendido de lujuria le cristianismo medieval.
clava sus besos como dardos, eyaculando en ella, mediante ese coito bucal, el veneno de la ge-
neraciÓTL Herida por la violencia de la voluptuosidad, {a hembrajecr.mdada rompe el pacto de
amor, corta con sus dientes la garg~nta del macho; y mientras éste muere, se traga los 3. El aspic.
espermas diseminados por él en su sáliva. Las simientes así aprisionadas costarán luego la
vida a la madre: cuando sean adultas, las crías comenzarán, como menudos corpúsculos, a Otro reptil de gran riqueza simbólica es el áspid, al que los Bes-
reptar dentro de su tibia caverna, a sacudir el útero con sus vibraciones .... , como no existe-
salida alguna para el parto, el vientre de la madre se desgarra debido a los esfuerzos de los tiarios medievales -que nunca omiten hablar de él- llamaron más
jetos que buscan salir a la luz; y los intestinos desgarrados les abren de este modo la puerta. .. bien aspic, quizá para hacerlo rimar con basilic, nombre francés
Los pequeños reptiles se arrastran alrededor del cadaver natal, lo lamen, generación nacida
huérfana, sin haber conocido jamás a su madre en vida, sin tener otra cosa que una madre del basilisco. El áspid es una suerte de cobra egipcia, de picadura
miserablemente póstuma..Así son nuestros partos mentales ... ".

188 189
mortal, adorada por los antiguos egipcios y bien conocida de todo siete gavillas de plantas secas y las deja en remojo siete día~ hasta
el mundo gracias a la famosísima historia de Cleopatra, quien se que se pudren; se 0 bstruye oídos, nariz y boca para eVItar s_er
habría suicidado dejando que una de estas terribles serpientes alcanzado por el mortífero aliento del áspid; toma una vara de sie-
mordiera sus hermosos senos. La versión de los rasgos del aspic te metros de largo; y desde cierta distancia y cantand_o palabras de
que llega a los Bestiarios medievales combina descripciones proce- adulación le va arrojando las gavillas, a las que preVIamente pren-
dentes del mundo clásico, en concreto de Plinio, con temas del de fuego. El áspid mira al encantador que se acerca; ,Y se tapa los
imaginario, algunos de ellos presentes en la Biblia, en los que la oídos para no escuchar su voz, pues de hacerlo_ mori~a. Cuando el
mortal sierpe aparece asociada a la protección del árbol .del bálsa- encantador se encuentra a siete metros de. d1stanc1~, usando l_a
mo y al acoso de cazadores que quieren aprovecharse de su sensi- larga varilla, separa la cola del reptil de uno d: sus 01?-os. El aro-
bilidad a la música. Estos temas parecen haber llegado por etapas mal muere en el acto, y el encantador se conVIerte as1 en su ?-IDo
a conocimiento de los autores de Bestiarios y sobre todo haberse (el texto es ambiguo, debe entenderse que se _hace; ~o del cadaver)
enriquecido por confusión con otros reptiles y por contaminación y hace de él cuanto quiere. En este relato srm~o~co, centrado ~n
con. temas asociados a otras serpientes peligrosas. tomo al número siete, el áspid simboliza a los JUdios, q~e prefirie-
Los enciclopedistas clásicos conocían bien al áspid y el poder ron taparse los oídos para no escuchar la palabra de Cnsto, repre-
mortal de su veneno. Plinio, por ejemplo, (Historia Natural, VIII, 85- sentado por el encantador. .
86, y XJPX, 18) se refiere a él hablando del modo en que se yergue
para atacar; y de su veneno, que causa la muerte, que hace las he-
ridas incurables o que obliga a amputar los miembros afectados.
(Añade de paso un rasgo que no pasó al Bestiario medieval: dice
que pese a su ferocidad los áspides aman a sus consortes y que si
alguien se las mata persiguen de manera implacable al asesino.)
Pero esta descripción realista, basada en el conocimiento de la co-
bra egipcia se cruzó tempranamente con motivos imaginarios deri-
vados seguramente de la observación de encantadores de serpien-
tes que se sirven de flautas para dirigir el movimiento rítmico de
sus cobras domesticadas. De allí debió nacer la idea de que el aspic
era sensiblea la música y que ante la amenaza de ser capturado
por un cazador armado de una flauta trataba de taparse los oídos
para no tener que oir la música.
Este último motivo, fundamental en la ulterior descripción cris-
tiano- medieval del aspic, debe ser muy viejo; y sobre tod0 haber
sido desde temprano conocido por los hebreos antiguos pues apa-
rece desarrollado a plenitud en uno de los salmos, del que debie-
ron tomarlo los Fisiólogos y luego los Bestiarios. Dice en efecto el
Salmo 58, 4-6, que los impíos se han desviado desde el seno ma-
temo y los mentirosos desde el vientre, y que unos y otros "tienen 23. El aspic defendiéndose del cazador. Bestiario de Oxford. Bodleian Library.
veneno como de serpientes, cual áspid sordo que cierra su oído pa-
ra no o ir la voz de los encantadores".
El Fisiólogo griego se ocupa largamente del aspic al que llama en El Fisiólogo latino olvida en cambio hablar del aspic. Pero ls!doro
forma correcta áspid. Su aliento es altamente venenoso, dice, y el sí trata de él y recoge el motivo del encantador, que ya ?o ;;ol? lo
reptil quema con él todo a su alrededor. Todo ser vivo que se acer- mira sino que le canta para capturarlo. Lo ~lama todaVIa asp1d Y
que a menos de siete pies de él perece a consecuencia del veneno. dice que su nombre deriva del hecho de que Inocula veneno cuan-
El cazador, para capturarlo, apela a la siguiente artimaña: hace do muerde. Dice que hay varias clases; cita entre ellas a la hypna-

191
190
lis, llamada así porque mata produciendo sueño, y que fue según ma áspid y no aspic) tiene una piedra preciosa en la frente, un
él la que mató a Cleopatra. Y precisa por último que el áspid, carbunclo reluciente, del que el encantador intenta apoderarse
cuando comienza a escuchar a un encantador que cantando can- pronunciando unas palabras mágicas y provocando la esperada
ciones apropiadas lo llama a salir de su cueva, se resiste a salir, y reacción defensiva del reptil.
para ello pega un oído en tierra, tapándose el otro con la cola. Así, Otra versión curiosa es la del Bestiario de Gervaise, quien dice
no oyendo más las voces, evita salir de ~u cueva y caer en manos que el enemigo del áspid no es el hombre sino otro animal, enga-
del encantador. No hay ninguna lectura simbólica del hecho. El Lí- ñador y astuto, pero cuyo nombre omite mencionar. El innomina-
ber Monstrorum, por su parte, menciona al áspid y a las serpientes do animal, para matar al áspid, se aprovecha de su hermosa voz.
de Cleopatra, pero ni uno ni otras tienen nada que ver con el aspic Cantando, y seguido por otros animales que tampoco pueden
del Bestiario. Del áspid dice que es ovíparo y que resulta menos pe- resistir el encanto de su voz, esta suerte de Orfeo animal se acerca
ligroso vivo que muerto, pues aun después de haberlo matado, si a la cueva del áspid. Pero tampoco logra vencerlo, pues el reptil se
su cabeza -que parece un pico de tórtola- llega a rozar a alguien, protege los oídos, igual que hacen los ricos empeñados en no escu-
la parte rozada por la boca del animal se hincha a causa del vene- char la palabra divina.
no.
Los motivos asociados al aspic se desarrollan y enriquecen so- 4. El basilisco.
bre todo en los Bestiarios ulteriores. El Bestiario de Cambridge y
Philippe de Thaon repiten el tema del encantador y del animal que La si.rl::tbología del basilisco es aun más rica e interesante. La re-
se tapa los oídos para no escuchar sus encantamientos. Pero el ferencia real, como en el caso del aspic, parece ser una confusa
símil ya no se hace con los judíos, como en el Fisiólogo griego, sino descripción de la cobra tal como fuera recogida por los autores y
con los cristianos ricos. La simbología toma una connotación so- enciclopedistas clásicos; y pronto contaminada con diversos moti-
cial; y los ricos, dice Philippe de Thaon, tienen -igual que el aspic- vos imaginarios relativos al veneno y al demonio, con los que el
un oído en tierra para adquirir riquezas mientras· se tapan el otro cristianismo asoció desde temprano al terrorífico animal.
con sus pecados, simbolizados en la cola serpentina. Los ricos lo La descripción del basilisco en los enciclopedistas clásicos se
apetecen todo, omiten dar limosna, perjudican a los ¡><"}bres y no se centra en el tema del veneno; y el animal es descrito claramente
arrepienten de ello. Lo que no quieren oir es la palabra divina lla-. como un reptil venenoso, aunque de rasgos muy particulares. Pli-
mándolos a despreciar las riquezas terrenales. Pero luego de su' nio (Historia Natural, X, 78- 79), que presenta casi todos los temas
muerte, cuando llegue el Día del Juicio; irán todos al Infierno. repetidos luego por los Bestiarios medievales, lo describe en detalle
El Bestiario de Pierre de Beauvais, en su versión corta, repite lo y da del animal los rasgos esenciales. El basilisco, dice allí Plinio,
antes dicho, pero en la versión larga, que parece haber recibido la tiene el mismo poder del catoblepas: el de matar con la mirada. Se
influencia de la famosa Carta del Preste Juan, presenta al animal trata de una serpiente de Cirenaica, que nunca sobrepasa las doce
como asociado al árbol del bálsamo, cuyo preciado producto prote- pulgadas de largo, y que tiene en la cabeza una suerte de cresta o
ge celosamel"l;te a la manera de una serpiente o dragón guardián de de diadema blanca. Su silbido hace huir a las otras serpientes, y
tesoros. Es para obtener el bálsamo que los cazadores se enfrentan no repta como ellas sino que se desplaza con la parte delantera
al terrible aspic. Pero como despierto el animal es invencible, tra- erecta. No sólo mata con el tacto sino con el aliento, que quema
tan de adormecerlo con música. Se le acercan provistos de instru- alrededor de ella hierbas y hasta rocas. Su efecto es mortal sobre
mentos musicales; y el reptil, viéndose amenazado de que su debi- los otros animales. Se asegura, dice Plinio, que una vez un caba-
lidad por la música se convierta en su perdición, se obtura los oí- llero logró matar a uno con su lanza pero el veneno del reptil as-
dos para protegerse. Lo mismo hacen los ricos que rechazan escu- cendió por la lanza y mató así no solamente al jinete sino también
char la palabra divina: conservan la vida temporal y las riquezas a su montura. El basilisco tiene sin embargo un enemigo, pues la
perecederas pero poniendo en peligro la salud eterna de sus almas. Naturaleza; noha dejado a nadie sin alguien que lo enfrente: se tra-
Esta búsqueda de una causa material precisa al enfrentamiento ta de la pequeña comadreja, que lo persigue y lo mata. Los reyes
del encantador con el aspic encuentra su mejor expresión en el suelen gozar del espectáculo que es el combate a muerte entre am-
Libro del Tesoro. Brunetto Latini dice allí que el áspid (pues lo lla- bos animales. Arrojada ante la cueva del basilisco, fácilmente reco-

192 193
noc~ble porque está toda quemada alrededor, la comadreja saca al también se le llama sibilus a causa de que antes de morder o de
rept~l de su gua:~da y logra siempre matarlo a dentelladas, aunque abrasar, mata con el silbido. Todas las serpientes le huyen. Mata
munendo tambien ella a consecuencia del enfrentamiento. con el aliento o con la vista. Las aves que pasan volando por sobre
donde está, no importa a qué altura lo hagan, caen abrasadas por
su aliento y el animal las devora. Sólo puede ser vencido y muerto
por la comadreja, pues Dios Padre (no la Naturaleza, como en Pli-
nio) no creó ningún mal sin remedio. El Liber Monstrorum no trata
del basilisco; y el Bestiario de Cambridge se limita a repetir literal-
mente a Isidoro.En cambio, la versión larga del Bestiario de Pierre
de Beauvais nos ha dejado la mejor descripción medieval del mons-
truo, incluyendo en ella algunos temas claves de larga repercusión
ulterior.
El basilisco, dice Pierre de Beauvais, nace del huevo puesto por
un gallo. Cuando el gallo cumple siete años, se le forma un huevo
en el vientre. Avergonzado y angustiado, el gallo busca un lugar
oculto y adecuado donde hacer la puesta, esto es, un establo o un
estercolero. Excava hondo con las patas y prepara el terreno, de-
sesperado por salir del condenado huevo que tanto lo avergüenza.
Pero el sapo está al acecho, pues percibe el veneno que lleva el
gallo en su vientre. Sin que el gallo se dé cuenta, el sapo se dirige
al estercolero donde aquél acaba de poner, toma el huevo y lo in-
cuba. El animal que nace algo después es un basilisco: tiene cabe-
za, cuello y pecho de gallo, dos patas, y larga cola de serpiente.
Apenas nacido, el basilisco corre a esconderse en una obscura
grieta o en una cisterna abandonada, permaneciendo allí sin que
24. El basilisco en mortal combate con la comadreja. Bestiario de Oxford. Bodleian Library. nadie pueda verle, pues su naturaleza es tal que si el hombre lo ve
sin que él lo vea, su muerte es inevitable, en tanto que si es él el
lis Destac~ _de es,te i~teresante texto varias cosas: a) que el basi- que logra ver primero al hombre, será siempre éste quien muera.
co de Plmio, aun Siendo una serpiente, camina erecto y tiene El basilisco es el más venenoso de los animales, arroja el vene-
una ~uerte de coron~ o de cresta como de gallo, lo que más bien no por los ojos y mata a las aves que vuelan por encima de él. Es
po~na ser el cap~1chon de la cobra, cuyo dibujo parece un:a coro- rey de las serpientes como el león lo es de las bestias. Por donde
na, b) que. e~ repi~l mata con el aliento, y también con la mirada pasa deja todo pelado debido al calor y destructividad de su aliento
aunque Plinio olVIda desarrollar este último motivo tan im rt ' y su veneno: hierbas quemadas y árboles secos y estériles. Es sin
te en la Edad Media; e) que el animal que lo mata e~ la conia~~­ embargo un bello animal de hermoso color manchado de blanco.
e~ un combat~ que e~ sin duda una versión confusa del enfrenta~ La sola forma de matarlo (pues Pierre de Beauvais parece ignorar lo
rme~to, practicado aun hoy en varios países orientales como es- relativo a la comadreja) es utilizando una campana de vidrio o de
pectaculo,, entre la cobra y la mangosta, combate en el que usual- cristal. El basilisco no puede distinguir al hombre que está dentro,
mente es es~a la vencedora y la que sobrevive, ya que la cobra no lo cual le salva a éste la vida; y la venenosa mirada del reptil no
alcanza casi nunca a morderla.
sólo es detenida por la campana de vidrio o de cristal sino que ésta
a:
El Fisiólogo i,gnora basilisco. Pero en cambio I;idoro se ocu a la refleja de regreso sobre él, causándole la muerte de inmediato.
~a;gamen~e de el. Es Isidoro quien explica su nombre como deri!- La simbología es de una rica elaboración dentro ·de su gran sim-
1de basileus, esto es, rey, en griego (lo que vertido al latín da re- plicidad. El basilisco es por supuesto el Diablo, que provocó el
gu us) porque el basilisco es el rey de las serpientes. Añade que pecado de Adán y Eva y la condena de sus descendientes. Cristo,

194
195
condolido del destino humano, entró a un recipiente aún más Pero aún más curiosa e interesante es la idea de que el basilisco
transparente que el cristal, esto es, al vientre sagrado de María. L~ pueda nacer de un huevo de gallo empollado por un sapo. Losan-
mirada del basilisco, reflejada en el cristal impenetrable, lo mato tecedentes del tema no son del todo claros pero parecerían derivar
por reflejo; y Cristo pudo así bajar a los Inflemos, esto es, a la de la creencia antigua, atestiguada entre los egipcios helenísticos
cistema en que moraba el basilisco, rescatar de allí a los justos, y (creencia que pasó también a los Bestiarios medievales) acerca de
llevarlos consigo al Cielo, a vivir etemamente a su lado en medio que el ibis, animal respetado en Egipto pero considerado inmundo
de la Gloria. por la Biblia dado que consumía todo tipo de víboras y de reptiles
Brunetto Latini, por su parte, dice que el basilisco, rey de las ponzoñosos, era también el responsable de la existencia del basi-
. serpientes, está. tan lleno de veneno que éste le sale a la superficie lisco, pues el veneno de estos animales, devorados po~ los ibis, les
del cuerpo y hace brillar su piel; que su veneno corrompe el aire emponzoñaba los huevos y de ellos podían generarse a veces basi-
matando hasta los árboles; que su olor mata a los pájaros a dis- liscos. La asociación medieval con el gallo y no con el ibis, insi-
tancia; y que su vista mata a los hombres si el animal logra verlos nuada por la similitud física entre gallos y basiliscos, quizá se deba
a ellos antes de que éstos lo vean a él. Dice que tiene cresta de además al hecho de que los aldeanos medievales solían encontrar
gallo y que avanza con la mitad anterior erecta. Recuerda que lo en sus gallineros y estercoleros huevos de serpiente, puestos por
mata la comadreja y que los hombres pueden matarlo metidos en éstas por supuesto, pero confundidos con los de las gallinas. Vista
ampollas de vidrio, como hizo Alejandro cuando debió enfrentarlos la diferencia entre los huevos de éstas y los de serpiente, pudo ori-
en sus viajes. 10 ginarse la idea de que habían sido puestos por los gallos. La incu-
Algunas cuestiones particularmente relevantes derivan de estos bación por parte del sapo sólo venía a añadir un neto componente
interesantes textos. Lo primero que llama la atenciqn es la estre- demoníaco, propio de un animal que, igual que el basilisco, era
cha asociación del basilisco con el gallo. La idea está ya insinuada tomado por imagen del propio Satanás.
en Plinio, pues éste habla de que la corona o diadema del basilisco Algunos otros detalles, precisados en otras descripciones, mere-
es una suerte de cresta, como repite luego Brunetto doce siglos cen ser retenidos: el huevo no era por supuesto un huevo ovalado
después; y destaca su andar erecto y altivo, como es también el de sino que era esférico, y además no tenía cáscara sino una mem-
los gallos. (También Eliano había dicho que el basilisco temía al brana endurecida; el gallo ponedor debía tener siete años; y la
gallo, que evitaba su presencia, y que moría si llegaba a escuchar puesta debía tener lugar en los días de mayor brillo de la estrella
el canto de éste.) No hay duda de que este parecido físico con el ga- Sirio. Todo esto podía variar, pero lo cierto en todo caso es que, co-
llo debió haber sido uno de los elementos que pudieron servir de mo es sabido, el medioevo conoció varios ejemplos de procesos ju-
base a la usual representación del basilisco en esculturas y minia- diciales de animales; y que entre ellos los de los gallos parecen ha-
turas medievales: suerte de híbrido, que, como dice Pierre de Beau- ber estado casi siempre asociados a la acusación de que estos po-
vais, tiene cabeza crestuda de gallo, pecho y alas de gallo, patas de bres animales habían puesto alguna vez huevos de basiliscos.
gallo y cola de reptil, a veces enroscada sobre sí misma y terminada Otro elemento a señalar es la forma en que esta asociación del
en una suerte de dardo ponzoñoso.
basilisco con el gallo llevó a modificar incluso en cierto grado el
nombre del propio reptil y hasta a asociarlo con el cocodrilo. En
efecto, algunos autores medievales llamaron al basilisco basilecoq
10 Hay aquí. en la descripción de los terribles y letales poderes del basilisco. un motivo importan-
te que en el caso del mencionado animal alcanza sus dimensiones extremas: el del poder de la
o basUecoque, combinando su nombre original con el del gallo (coq,
mirada. tan exaltado por las culturas antiguas. clásicas o medievales. y tan asociado al llama- en francés). Otros en cambio lo llamaron coquadrille o cocatrix, lo
do "mal de ojo".jacultad que poseen las bngas y los encantadores. Así. tratando de las faculta- que llevó a cierta confusión con el cocodrilo. De todas formas
des de las brujas y hablando de su poder de causar daño con la mirada, losfamosos inquisido-
res Sprenger y Kramer, autores del no menos famoso Malleus Maleftcarum. compuesto en predominó la idea del híbrido entre serpiente y gallo, y aún en épo-
1486 y desde entonces convertido por varios siglos en obligatoria referencia para los cas bien recientes como el siglo XIX los campesinos franceses
cazadores de brujas. acuden al basilisco, hablando de su mirada mortal. del veneno que emite siguierori aceptando la idea de que el cocatrix era un basilisco,
por los ojos y de la manera que tiene el hombre para enfrentarlo, usando espejos para lograr
que la mirada del monstruo, reflejada en ellos, lo mate por rebote. Cf. Sprenger y Kramer, producto del huevo de un gallo empollado por un sapo en algún
Malleus Maleftcarum, Parte 1, Cuestion 11. Cito por la edición inglesa de Montague Summers: estercolero.
The Malleus Male:ficarum of Heinrich I\ramer and James Sprenger (1928), en reprtnt de
Do ver Publimtions Inc, Nueva York, 1971, p. 18. Aspecto también interesante es el hecho de que el basilisco

196
197
mate con la vista y que la forma de vencerlo sea la de usar una
campana de vidrio que refleje su mirada y lo mate en consecuen-
cia, tema est-e que deriva claramente del clásico mito griego de Me-
dusa, y al que co~tribuyó a popularizar la literatura consagrada a
narrar las maravillosas aventuras de Alejandro, como vimos·ya que
recuerda Brunetto en su Libro del Tesoro.
Para concluir vale la pena hacer dos últimos señala:pllentos.
Uno de ellos, que el basilisco, asociado con frecuencia en el medio-
evo con pozos, con cisternas y con aguas sulfurosas, dió origen a
varios relatos en los que algunos héroes locales se atrevían a
sacarlos, con riesgo de sus vidas, de las cisternas que servían para
el abastecimiento acuático de las ciudades, pues los mortíferos
reJ?tiles tenían la costumbre de esconderse en ellas, envenenando
asilas aguas y poniendo en peligro la vida de sus habitantes. Otro,
que, ya en el Renacimiento, los basiliscos dieron origen a una serie
de famosas falsificaciones que se vendieron en ese entonces como
basiliscos ~secados, bajo~~ nombre de Jennies Hanivers (singular CAPITULO VI
Jenny Han1ver) y que segun los naturalistas modernos no eran
otra cosa que rayas marinas sometidas a un proceso quirúrgico BESTIAS ACUATICAS: REPTILES Y PECES,
que les daba apariencia de basiliscos. Algunas de ellas pueden BESTIAS MARINAS, HIBRIDOS OCEANICOS Y MONSTRUOS
verse todavía en ciertos museos europeos de Historia Natural. DE AGUA DULCE
·La simbología del basilisco es pues de una gran riqueza, y aun-
que en el medioevo predominó acerca de él la identificación con el Asociados al agua aparecen en el Bestiario y en las enciclope-
demonio y su poder mortal, otras dimensiones de esa simbología dias medievales tanto los reptiles como los peces, aun cuando la
merec.en ~er rete~das, como su asociación con el poder real, capaz mayor parte de los primeros son terrestres. En lo que sigue nos
de aruqu1lar a qu1en se le enfrenta o acerca demasiado; como su ocuparemos de los animales propiamente acuáticos, no sólo de los
identificación con los peligros mortales que amenazan la existen- marinos sino de los asociados también a ríos y lagos. La clasifica-
cia humana y que es necesario prever, esto es, que debe vérselos a ción es por supuesto muy flexible, y así como los reptiles van desde
ellos antes que su presencia sea capaz de aniquilarnos; o como su culebras corrientes hasta basiliscos y dragones, los peces incluyen
identificación con el inconsciente, al que se trata de enfrentar para desde mamíferos como la ballena hasta invertebrados como pulpos
poder as~arlo a nuestra vid? y a nuestra personalidad en' lugar y ostras perlíferas. También se incluye entre los animales acuáticos
de convertrrnos en sus atemonzadas y constantes víctimas. a híbridos como sirenas y tritones; y a bestias de diversas clases,
como el hipopótamo, la hidra y el cocodrilo.

LOS ANIMALES MARINOS: LA BALLENA, EL LEVIATAN Y EL


MÚSCULUS. LA RÉMORA Y LA SERRA. EL PULPO Y LA MURENA.
LA MADREPERLA Y LA OSTRA

El Bestiario medieval no es particularmente rico 'en animales Y


monstruos marinos y estos mismos no son siempre.'· interesantes.
Este fenómeno es perfectamente comprensible si tomamos en cuen-
ta dos cosas. De un lado, que, si dejamos de lado una que otra ex-
cepción, las sociedades medievales europeas no fueron sociedades

199
198
asociadas al mar y a la expansión marítima; y del otro, que la ela- tos por siglos al dominio musulmán, y cuya apertura oceánica es
boración imaginaria de monstruos marinos resultaba con frecuen- tardía, ya de fines del medioevo. El Bestiario, como hemos visto, se
cia no ser más que una duplicación de los monstruos o híbridos conformó en lo esencial a partir del rico muestrario de animales y
terrestres, lo que a menudo le resta a aquellos tanto interés como monstruos elaborado por los enciclopedistas clásicos, pero a través
originalidad. de un proceso selectivo en el que los animales marinos terminaron
En efecto, las sociedades medievales europeas fueron en su gran reducidos a unos pocos, excluyendo por supuesto a una amplia
mayoría sociedades campesinas, centradas en la vida agraria, y gama de peces y moluscos corrientes, que aparecen en ciertos Bes-
cuando más asociadas a expansiones y a movilizaciones en gene- tiarios y enciclopedias, pero que carecen por completo de significa-
ral terrestres, como guerras, invasiones, o desplazamientos de pue- ción desde el punto de vista del imaginario. Nosotros nos ocupare-
blos de la estepa. El mar tuvo poca importancia para estas socie- mos, pues, de algunos de los no muy abundantes animales propia-
dades agrarias; y la expansión marítima fue en ellas más bien tar- mente marinos del Bestiario, centrándonos en los más frecuentes
día. Además, cuando ésta se produce, comienza teniendo por cen- o más interesantes.
tro el Mediterráneo, mar que incluso para entonces era ya dema-
siado conocido como para ser tenido por n1orada de monstruos. l. La ballena, el Leviatán y el TTUlsculus.
Sólo los viajes de circunnavegación del Africa, la apertura de la
ruta hacia la India, y la aventura de Colón, que incorporó a Améri- La ballena es sin duda alguna el monstruo marino por excelen-
ca a la cultura europea, todos ellos fenómenos tardíos y sin inci- cia. Su tamaño descomunal y su condición de animal acuático re-
dencia directa sobre el Bestiario medieval, permitieron enriquecer lativamente común y bien conocido desde tiempos remotos con-
las fantasías marítimas de Europa y servir de estímulo a la redac- vierten a este gigantesco cetáceo, el mayor de los animales existen-
ción de tratados, de cosmografias y de enciclopedias geográficas tes, (mamífero, pero a menudo tomado por un pez, dado su habitat
modernas en las que las bestias y monstruos marinos, algunos de acuático), en el más conocido de los monstruos marinos. La balle-
ellos revividos de la vieja tradición clásica, cobraron toda su impor- na tiene ímportancia en muchas mitologías y tradiciones literarias
tancia. Pero esto escapa en buena parte a nuestro objeto actual de antiguas; y se la ha tenido por monstruo devorante (o mejor aun,
estudio. engullidor), por animal cosmóforo, o como tema de muchas leyen-
Los monstruos marinos tienen en cambio gran importancia en-. das y relatos asociados con el mar.
tre las culturas vinculadas al océano abierto, como ocurre con bri- Las culturas orientales y clásicas de la Antigüedad tuvieron un
tánicos, irlandeses y escandinavos, cuyas sociedades son las úni- amplio conocimiento de la ballena, y el animal aparece ligado a
cas realmente oceanicas del medioevo europeo, puesto que catala- algunas leyendas y mitos ancestrales entre los indios y los persas.
nes, genoveses, venecianos y pisanos se desenvuelven sobre todo Los autores griegos y romanos que tratan de historia natural se
dentro del mundo conocido representado entonces por el Medite- ocupan mucho de ella. Aristóteles determinó que se trataba de un
rráneo.1 Pero sucede que escandinavos, británicos e irlandeses, gran mamífero acuático y no de un pez, aunque esta demostración
esto es, los p1;1eblos ligados al Atlántico, son pueblos en cierta me- no tuvo mucho éxito, pues no sólo las gentes corrientes sino la
dida periféricos, estos últimos cristianizados tardíamente, y todos mayoría de los autores siguieron repitiendo a lo largo de la Anti-
ellos con muy poca incidencia en la constitución del Bestiario cris- güedad y sobre todo de la Edad Media que la ballena era un gran
tiano medieval. Tampoco tienen gran influjo en él los españoles y pez, el mayor de todos. Los viajes y las aventuras de Alejandro en
portugueses, pueblos cristianos igualmente atlánticos, pero suje- el Oriente popularizaron el conocimiento de la ballena entre los
griegos clásicos y helenísticos; y en los relatos de los viajes del hé-
1 También son importantes en el mundo árnbe y musulmán medieval. No sólo porque los árnbes, roe macedón las ballenas alcanzan una enorme importancia, aso-
sin llegar a tener la incomparable audacia de los escandinavos como navegantes, emprendie- ciadas ca,si siempre al imaginario. Plinio describe a la ballena en su
ron numerosas expediciones por mar, sino también porque, igual que en otros campos, en
éste los árabes recogieron, conservaron y enriquecieron la rica tradición del mundo griego re- Historia Natural, pero su descripción es bastante científica, y salvo
ferente a animales, incluidos por supuesto los animales marítimos. Los bestiarios, los trata- algunas precisas referencias al encuentro de los marinos de Ale-
dos geográficos, los relatos de viajes y las enciclopedias musulmanas medievales son de una
gran riqueza e imagináciÓn en el tt:atamiento de bestias marinas y de peces. Sólo que tampoco jandro .con grandes cetáceos en las costas de la India y de Gedro-
podemos ocupamos de ellos, salvo en muy pocas ocasiones, a objetn de no salimos de los ne- sia, nd hay nada en su descripción capaz de ser asociable a mitos
cesarios límites que nos hemos trazado en este terreno.

200 201
o a relatos fabulosos. ascender gloriosamente a los cielos, acompañado de los ~ustos:
No obstante ello, el mundo europeo medieval conoció a la balle- Pero la Biblia habla a menudo de otro monstruo manno, gigan-
na de forma puramente parcial, librescq y mítica; y sin tomar sino tesco y terrible, que también ha sido ident~flcado con la ball~~a,
muy poca cosa de la cultura grecorromana que tanta información aún cuando -dada la combinación de extranos rasgos que lo tlpifi-
recopiló acerca de este extraordinario animal. Las fuentes e.sencia- ca- otros intérpretes modernos han preferido id~ntificarlo con ~1
les del conocimiento que la Europa medieval tuvo a propósito de la cocodrilo 0 con algún animal parecido. De cualquier forma, el am-
ballena fueron dos: la Biblia, vale decir, el Antiguo Testamento; y el mal en cuestión es siempre descrito como gigai?-tes~o monstruo
Fisiólogo alejandrino. marino, con muchos rasgos que hacen pensar mas bien en la b~­
Aunque nunca se la llama de ese modo, la clásica ballena bíbli- llena 0 en una descomunal serpiente marina. Se trata del conoci-
ca es la que aparece asociada a la historia de Jonás, y que tanta do ~viatán, cuyas diversas menciones bíblicas, er: Job, e? los .sal-
importancia simbólica tuvo para el cristianismo medieval. El relato mos, en Isafas, en Ezequiel, fueron en gran medida ennquecidas
es bastante conocido: Jonás es enviado por Yahveh a predicar a por el comentario rabínico medieval. . , .
los ninivitas, pero temeroso de ser despreciado o agredido por és- El Leviatán es descrito en el Libro de Job como mdormto mons-
tos, huye hacia Tarsis en un barco. Yahveh suscita entonces una truo marino, dentado, con colmillos, de piel gruesa, capaz de arro-
terrible tempestad en alta mar mientras Jonás duerme tranquila e jar fuego por la boca y humo por las narices. Su carne es apret?-da,
inocentemente en la cubierta del velero. Los marinos, asustados, su tamaño gigantesco, su piel impenetrable por las armas. Tiene
lo consideran culpable de la tormenta y deciden arrojarlo al mar. escamas por debajo, hace hervir el agua del mar como una olla,
Así lo hacen sin q~e Jonás -ya despierto- se oponga. La tempestad deja tras de sí una senda de blanca espuma, n~ t~me .a na~a, Y es
se calma mientras Jonás es engullido por un monstruoso animal rey de los soberbios. Algunos comentaristas rabrmcc:s Ident~c~ a
marino, usualmente identificado con una gigantesca ballena. Tras Leviatán con Rahab, Príncipe del Mar, suerte de angel d1abolico
permanecer por tres días en el obscuro vientre del animal, el profe- rebelde contra Dios y castigado por él, lo que le confle:e cl~ros ras-
ta es vomitado por el monstruo no lejos de tierra y acude entonces gos.deinoníacos. Otros afirman que Yahveh le perdono la VI~ay que
a Nínive a cumplir, predicando con éxito el arrepentimiento a sus acostumbra jugar de vez en cuando con él. Otros, que el ammal es
habitantes, la misión que Yahveh le había encomendado. tan grande que el rabino Rabh Saphra vió una vez pasar un
La historia de Jonás nos muestra a la ballena como típico monstruo marino, comudo y de trescie~tas leguas de.l~go, el cu~
monstruo engullidor. Poco importa que en la realidad las ballenas en' sus cuemos llevaba escrito un texto que lo descnbia co~o n:I-
no puedan ingerir más que pequeños animales marinos filtrados a núsculo alimento destinado a Leviatán. Otros, en fi~, que solo tie-
través de las duras cerdas que forman una barrera a todo lo largo y ne un enemigo: un pececillo enano llamado chalkts, creado por
ancho de su boca. Lo que cuenta es que el animal es presentado, Dios para dominarlo. , .
en este y otros casos, como monstruo capaz de devorar al hombre Confundido a veces con la ballena, el Leviatan, suerte de mdefi-
engulléndolo. El tema es típico de los relatos míticos y de los,cuen- nible híbrido de ballena, cocodrilo y serpiente, imaginado d~ntro de
tos de hadas, en los que para iniciarse, el héroe debe entrar a las dimensiones incalculables, pasó también al mundo y a la literatu-
fauces del monstruo engullidor o devorante, permanecer en su in- ra cristiano-medievales. Pero no tanto como símbolo de monstruo
terior, y luego salir, expulsado o vomitado por él, es decir, renacido marino invencible y destructor, sino más bien c?mo mo~struo de-
a otra vida, resucitado, y a menudo mostrando alguna huella visi- vorante a nivel cósmico, como imagen de la temble y ab~erta b~ca
ble de su permanencia en esta especie de Otro Mundo que son las del Jnfiemo, representada de modo obsesivo e? m~u~cntos Y pm-
tenebrosas entrañas del gigantesco animal. turas medievales. A diferencia de este Leviatán cosrmco, rep~sen­
Para el cristianismo medieval la experiencia mítica de Jonás fue tación de la puerta abierta del Infierno, roja, humeante, p~stilen!e
vista como símil de la experiencia iniciática del mayor de los héroes y terrible, la idea del monstruo marino engull~dor en su mvel mas
cristianos: del propio Cristo, quien tras su muerte descendió a las usual quedó asociada en el cristianismo med1:;ral a la figu~a mu-
entrañas del más horrible de los monstruos: el Infierno, y quien cho más precisa de la ballena, designada tambie~ por los d1ver~os
tras permanecer tres días en ,su interior, fue vomitado por él, salió Fisiólogos y Bestiarios con los nombres de lacoVla, ce tus o asprdo-
de las profundidades, revivido y mostrando su faz divina, para quelnnio.

202 203
peces pequeños, se dejan arrastrar y devorar por el Demonio; los
cristianos de fe probada, como los Patriarcas y los Apóstoles, elu-
den por el contrario las añagazas del Enemigo.
Isidoro, quien por cierto coloca a la ballena entre los peces,
representa en este caso un hiato en la secuencia que lleva de los
Fisiólogos a los Bestiarios medievales. Su descripción de la ballena
es de nuevo 'científica'; e ignorando los motivos expuestos por el
FisiólogoJ. se refiere tan sólo a la historia bíblica de Jonás. Dice que
las ballenas son animales gigantescos llamados así porque arrojan
y expelen agua provocando profundos remolinos en el mar. Asegu-
raque se llaman también cetáceos (cete) a causa de su magnitud.
Sus cuerpos son grandes como montañas. Uno de ellos se tragó a
Jonás, el cual creyó al caer en sus entrañas que había llegado al
propio infierno. El Liber Monstrorum es excesivamente parco en su
descripción de las ballenas. Apenas dice que abundan en la India y
que uno de los pueblos indios se hace vestidos con sus pieles. Su
descripción es tan científica como la de Isidoro.
El temprano Bestiario anglo-sajón del que se conserva un frag-
mento en el Libro de Exeter trata de la ballena. La llama "fastitoca-
lón" (lo que es evidente corrupción de aspidoquelonio) y se refiere a
ella describiendo los mismos dos temas presentes en el Fisiólogo: a)
el animal es confundido con una isla por los confiados marinos; y
b) cuando está hambriento, atrae con su aliento a los pequeños
25. El Leviatán como boca del Infl.emo. Apocalipsis anglo-normando. Siglo XIII. peces. Ambos rasgos hacen del monstruo un claro equivalente del
Biblioteca Nacional, París. Demonio.
Los Bestiarios ulteriores retoman y enriquecen los temas del Fi-
siólogo, pero combinándolos en algunos casos con las afrrmacio-
Los Fisiólogos, griego y latino, contienen los dos caracteres bási- nes de Isidoro. Esto es lo que hace el Bestiario de Cambridge. Habla
cos de la descripción cristiano-medieval de la ballena: monstruo del aspiquelonio o aspidotortuga (lo llama en realidad aspidodelo-
engullidor y ballena-isla. Dice el Fisiólogo que existe un animal lla- nio ), lo identifica con el cetus o ballena, nombre que derivaría de
mado cetáceo, es decir, aspidoquelonio. Es un enorme animal ma- su gran tamaño, y hace referencia a la historia de Jonás. Pero lue-
rino, parecido a una isla, más pesado que la arena y con aparien- go vuelve al Fisiólogo y describe entonces los dos temas recogidos
cia demoníaca. Los navegantes que no lo conocen lo confunden por éste: el de la ballena-isla y el del aroma que atrae a los peque-
con una isla, amarran a él sus navíos, encienden fuego y cocinan ños peces hasta las abiertas fauces del monstruo. Los mismos te-
en su lomo. Pero al sentir el calor, el cetáceo se zambulle brusca- mas se repiten y ganan nuevos detalles en los Bestiarios
mente en el mar, hundiendo juntos consigo a navíos y a navegan- siguientes: los de Philippe de Thaon, Pierre de Beauvais, Guillaume
tes. El animal es clara imagen del demonio, pues como él, arrastra le Clerc y otros. Philippe de Thaon es quien la llama lacovia en
a los cristianos confiados a lo profundo del Infierno. Pero el mons- lugar de aspidoquelonio. En Bestiarios y enciclopedias ulteriores
truo tiene otra pecularidad: al sentir hambre abre la boca, y de ella predominan descripciones más concisas y objetivas, por el estilo de
emana un aroma muy rico que atrae a todos los peces pequeños. la de IsidoFo.
Estos acuden y son devorados por la bestia. Los peces grandes, en Un detalle curioso que aparece en muchos de estos Bestiarios es
cambio, no se acercan; y gracias a ello salvan sus vidas. De nuevo la descripción del musculus. El musculus es descrito como el ma-
el cetáceo es imagen demoníaca. Confundidos por el engañoso aro- cho de la ballena. En efecto, los Bestiarios suelen distinguir a ve-
ma de su boca, los cristianos débiles de fe, representados por los

204 205
ces entre cetus, que sería la ballena macho, y balena, que sería la Gasconius, resulta al cabo familiar y benéfica; y su lomo se convier-
hembra propi:nnente dicha. Pero más frecuente aún es que hablen te para ellos en suerte de piso de iglesia portátil cada Pascua.
de un pequeno pez llamado TTU1sculus al que consideran como el
verdadero macho de la ballena, sin que se explique si hay relación
sexual entre el gigantesco cetáceo y el minúsculo pececillo. La ex-
traña idea parece haber nacido de la constatación por los estudio-
sos clásicos del hecho de que los grupos de ballenas aGostumbra-
ban nadar precedidos de uno o varios peces pequeños', suerte de
peces pilotos, a los que se dió el nombre de musculi. Así en todo
caso lo asevera Plinio. Pero de la lectura deficiente del texto de Pli-
nio por ciertos autores medievales parece haber nacido una de
esas confusiones frecuentes en cualquier transmisión de conoci-
miento mediante copistas distraídos, imaginativos o ignorantes.
Todo indica así que de TTU1sculus se pasó a masculus, es decir, ma- ·
cho; y 9-ue se terminó confundiendo o asociando uno y otro. De
compan~ro de la ballena el TTU1sculus pasó a ser el macho de ésta.
Pero el Bestiario mantuvo la confusión porque se afirmó al mismo
tiempo, tal como hace el Bestiario de Cambridge con complacencia
propia de clérigos enemigos de toda sexualidad, que esto es así
"porque la ballena no concibe mediante el coito".
De cualquier forma, el motivo dominante acerca de la ballena a
todo lo largo del medioevo es el de la ballena-isla, presente no sólo.
en sermones y en ilustración de manuscritos sino también en im-
portantes obras literarias. El más famoso relato medievalacerca de
la ballena-isla es el que aparece en el conocido ciclo de San Bran-
26. La ballena-isla. Ms. 602 (siglo XII) de la Bodleian Library, Oxford.
dán, tanto en la Vita y en la Navigatio como en el más popular Via-
je. En ese recorrido marítimo por mares peligrosos y distantes que
lleva al santo abad irlandés y a sus compañeros, todos monjes El tema tiene orígenes remotos que no intentamos precisar
como él, a correr diversas aventuras para encontrar al cabo de sie-
aquí. Baste recordar que está presente en los aún más conocidos
te ~os el Par~o Terrenal, situado en este caso en Occidente y en Viajes de Sindbad el Marino, incluidos luego en Las Mil y una No-
una Isla maravillosa, una de las primeras experiencias de, los san- ches, y- en una serie de obras musulmanas medievales, como el
tos expedicionarios es tropezar con una isla-ballena. Desembarcan Libro de las Maravillas de la India, aunque en este caso no se trata
en el animal creyendo que se trata de una isla, y deciden decir allí de una ballena-isla sino de una tortuga-isla, lo que la acerca más
misa de Pascua. Para preparar el cordero pascual traen un caldero
al aspidoguelonio del Fisiólogo, dependiente sin duda de esta vieja
y encienden fuego. El animal despierta; y huye, llevándose el calde-
tradición. Las islas-ballenas, islas-tortugas o islas-serpie~tes pue-
ro. Mortunadamente para los monjes, no los arrastra a lo profun-
den remontar en efecto sus orígenes hasta la antigua mitología
do del,mar, como los Bestiarios dicen que hace normalmente; y persa. El Zend-Avesta contiene al respecto la primera mención co-
~r~dan, que ha permanecido a bordo de la frágil navecilla en que
VIaJan, por una suerte de intuición o duda inspirada por Dios, los nocida.
Esta tradición iraní debió a su vez haber incidido sobre los grie-
ayuda a volver al barquichuelo, mojados y asustados, pero a salvo. gos que después de la expedición de Alejandro a Persia y a la India
En sus recorridos cíclicos por esos mares encuentran seis veces al hablaron de ballenas gigantescas y. de aventuras de Alejandro con
animal, siempre en Pascua, y en cada ocasión dicen la misa Pas- ballenas. Nearca, almirante de Alejandro, describe esas ballenas y
cual sobre su lomo. La bestia marina, a la que ponen por nombre cuenta que los asustados soldados macedonios sólo lograban ahu-

206 207
yentarlas haciendo golpear unos con otros grandes pedazos de mana está sin duda ligado a su condición de animal cosmóforo,
madera. El Pseudo-Calístenes recogió por su parte la idea de la ba- que es la otra gran forma asumida por la ballena en el imaginario.
llena-isla, asociada a una experiencia de los soldados de Alejandro En efecto, en esas antiguas tradiciones la ballena no es mons-
con los ictiófagos; y sus continuadores añadieron al texto otra truo engullidor sino más bien animal cosmóforo, pues dadas sus
aventura del héroe macedón igualmente asociada a la ballena: el dimensiones inconcebibles, es sobre ella que reposa el universo.
descenso de Alejandro al fondo del mar, donde siempre el pez más Con algunas variantes, las versiones musulmanas acerca del tema
grande que ve es una ballena, y donde es también una ballena el tienen como protagonista a la ballena, o, en todo caso, a una es-
monstruo que toma en su boca el cubo de cristal en el que el héroe pecie de pez gigantesco identificable con ella. Así, en el relato del
se encuentra, para depositarlo en una isla distante, de la que Ale- maravilloso viaje de Beluqiya, incluido en Las Mil y una Noches,
jandro regresa luego de correr algunas nuevas aventuras. Sakr, el rey de los djinns, describe el reino subterráneo de éstos,
Este motivo de la ballena como animal descomunal, o, mejor esto es, la Tierra, como situado debajo del Monte QM y colocado
aun, del monstruo marino al que confusamente corresponde, es sobre los hombros o manos de un poderoso djinn, suerte de ver-
típico de las literaturas orientales. Ya vimos de qué manera a partir sión musulmana del Atlas griego, el cual a su vez se halla de pie
del Leviatán bíblico los rabinos medievales llegaron a exageracio- sobre una roca. La roca reposa sobre el lomo de un toro enorme, y
nes como la atribuida a rabí Rhab Saphra. Pero los escritores el toro a su vez se encuentra fijo sobre el lomo de un gigantesco
musulmanes fueron aún más exagerados. En el Libro de los Dos pez, sin: duda una ballena, que nada en la superficie del Mar de la
Mahometanos se describe una ballena que en el lomo llevaba una Etemidad. El lecho de éste es el piso superior del Infiemo, cuyas
suerte de enorme vela de navío; que tenía una cabeza monstruosa; siete regiones se encuentran contenidas en las fauces de una des-
y que al arrojar el agua por la boca formaba como un ~ltísimo al- comunal serpiente. El reptil debe permanecer inmóvil hasta el Día
minar de espuma. Además, igual que en el Fisiólogo, el enorme pez, del Juicio, momento en que deberá vomitar el Infierno y su conte-
aprovechando la quietud del mar, engullía a los peces por monto- nido delante de Alá para que Este pronunce su sentencia definiti-
nes. Sólo que aquí no distinguía entre grandes y pequeños y lo va sobre justos y pecadores, los unos destinados a la Gloria, los
hacía reuniéndolos a coletazos en lugar efe emplear .para ello su otros al castigo etemo.
agradable aliento. Los marinos, concluye el relato, debían hacer En otras tradiciones coránicas, en las que la ballena es llamada
sonar unas campanas parecidas a las de los cristianos para lograr . a veces bahamut, clara corrupción del Behemot bíblico -transfor-
ahuyentarlas y evitar un mortal choque contra ellas. Y en los · mado, además, de animal terrestre o lacustre en monstruo mari-
relatos tardíos acerca de los viajes y aventuras de Alejandro, el no- se habla de un ángel que sostiene la Tierra sobre la que se al-
Dhul Kamain de la leyenda musulmana, las descripciones de las za el sagrado Monte QM; de una roca verde (a veces es una roca de
ballenas que el héroe observa en el fondo del mar rebasan todo rubíes) que sirve de piso al poderoso ángel; de un toro de cuarenta
límite. Dice uno de ellos, por ejemplo, que dentro de su cubo de mil cabezas (a veces es un toro que tiene cuatro mil ojos, orejas,
cristal, Dhul Karnain, .luego de haber visto pasar a su lado a un narices, lenguas y pies), el cual sirve para sostener la roca; y de
monstruo marino mayor que cualquier animal imaginable, pide al una ballena descomunal que puede sostener sobre su lomo al toro
ángel que le muestra las maravillas de los fondos marinos que le con su carga. La ballena nada sobre el Mar de la Etemidad tratan-
haga ver el mayor de todos los monstruos; y entonces el ángel hace do de que la Tierra no se mueva. Pero Iblis, el demonio musulmán,
pasar frente a su cubo a un animal marino, suerte de madre de to- le hace a veces cosquillas. La ballena se estremece y esto causa los
das las ballenas, el cual, nadando a gran velocidad, se tarda exac- terremotos. 3 En estas versiones el Infiemo está en el interior de la
tamente un mes cruzando frente a él. 2
Este gigantismo de la ballena en la tradición oriental y musul-
3 En otros relatos es el propio Alá quien provoca los terremotos haciendo moverse las ramijlm-
ciones del ~onte Qiif que van enforma subterránea a cada una de las montañas de la Tierra.
Pero en los relatos relativos a la ballena como animal cosmóforo el tema de los movimienfDs
2 No nos detenemos en dar referencias precisas acerca de esos mitos y relatos fabulosos relati- de ésta tiene otra derivación: la del pececillo que la atemoriza. Ya vimos, al hablar del Levia-
vos a ballenas para no hacer demasiado erudita esta exposición que queremos se mantenga tán hebreo, que un pececillo llamado chalkis había sido creado por Yahveh para tenerlo ara-
sencilla. De todos modos nos hemos ocupado del tema en detalle y dando las referencias nece- ya. Los musulmanes recrearon esta historia diciendo que como la ballena se movía mucho,
sarias en nuestro trabajo Viajeros y Maravillas: lo maravilloso en la literatura de viajes me- amenazando la estabilidad de la Tierra, Alá creó un pececillo que se introdujo por la nariz de
diev~ tres fDmos, Monte Avila, Caracas, 1993. la ballena llegándole al cerebro y haciéndola gemir a causa del dolor. Luego lo hizo salir, ali-

208 209
Tierra y nadie sabe qué hay bajo el Mar de la Etemidad: general- rece ser más bien una suerte de pez volador, es mostrado con fre-
mente unas tinieblas impenetrables que sólo Dios conoce. cuencia en los Bestiarios como imagen del cristiano inconsecuen-
te, lo que parece haberle garantizado una presencia casi constante
2. La rémora y la serra. en toda moralización basada en descripción de secuencias de ani-
males. Los Fisiólogos la describen como un pez de largas alas que
Se trata de dos curiosos peces frecuentes en Fisiólogos y cuando ve un barco navegando las alza y empieza a nadar en com-
Bestiarios. La rémora es el más extraño de los dos. Es un pequeño petencia con el navío. Se mantiene a la par de él durante un tiem-
pez, capaz, pese a su escaso tamaño, de detener por completo un po; pero al cabo de recorrer unos veinte o treinta estadios se can-
barco en alta mar. El Fisiólogo latino no lo menciona, pero el griego sa, pliega las alas, y se deja arrastrar por las olas hasta el lugar en
lo define diciendo que se trata de uno de los mayores prodigios del que antes se hallaba. El mar sería en este caso la imagen del mun-
mar. Una nave grandísima, de velas desplegadas y que viene si- do; los navíos la imagen de los Profetas y Apóstoles, que lo cruza-
guiendo su curso contra el viento puede ser detenida por ese pece- ron venciendo al Enemigo; y la serra la imagen del cristiano in-
cillo, al que llama ex;eveLs .(que significa rémora en latín). El prodi- constante, que trata de imitarlos pero que no persevera en ello,
gioso animalito marino es clara imagen del poder de Dios. siendo arrastrado al Infiemo a causa de su pecados.
El motivo referente a la rémora se encuentra ya en los enciclope- Isidoro es la fuente de la confusión con el pez sierra. No mencio-
distas clásicos; y Plinio (Historia Natural~ IX, 79) habla con asom- na a la serra pero dice en cambio del pez sierra que se lo llama así
bro del pequeño' y poderoso pez. Se refiere a la creencia arraigada porque está dotado de una suerte de sierra con la que hiende los
acerca de que detiene los barcos, a que puede servir de encanto cascos de las naves. El Bestiario de Cambridge separa en cambio a
que entraba los procesos judiciales, pero también a su capacidad ambos animales, repitiendo sobre la serra lo dicho por los Fisiólo-
para detener por completo los flujos uterinos en las mujeres preña- gos y sobre el pez sierra lo afirmado por Isidoro. Philippe de Thaon
das, salvándolas así de peligrosos partos prematuros. compara a la serra -a la' que atribuye cabeza de león- con el Dia-
Los textos siguientes son más bien parcos o elusivos: Isidoro se blo, mientras el mar equivale al mundo, el barco a las gentes que
limita a hablar de su propiedad de detener los barcos con sólo ad- en él habitan, y el viento al Espíritu Santo. El Bestiario de Amor le
herirse a ellos y dice que es un pececillo de apenas medio pie de atribuye incluso plumas en las alas. Dice que el animal compite
longitud, lo que hace realmente asombrosa su increíble hazaña. El con los barcos hasta agotarse, tras cuarenta o cien leguas de reco-
Liber Monstrorum ni siquiera la menciona. Pero los Bestiarios ulte- rrido; pero añade que es por su vergüenza, por su decisión de no
riores casi nunca se olvidan de nombrarla. Pierre de Beauvais dice darse por vencida, que la bestia muere, ya. que luchando por no ser
que es imagen de Cristo mientras el mar lo es del mundo, y la nave supera~a por la nave, queda agotada; y se deja entonces arrastrar
lo es del hombre que vive en él, sometido a tentaciones representa- hasta el fondo marino. El Bestiario de Gervaise la confunde de pla-
das por las olas. Igual que la rémora al barco, Dios se aferra al no con un pájaro de largas plumas. El Libro del Tesoro funde en
cristiano que pone en El toda su esperanza; y le protege de la muer- uno solo a ambos animales, a la serra y al pez sierra. Dice Brunet-
te y del demonio. Brunetto Latini, que lo llama equina, le atribuye to que la serra es un pez que tiene una cresta a manera de sierra
en cambio algunos rasgos originales, pues dice que se trata de un que le permite romper las naves por debajo. Pero añade a conti-
pez inteligente y que es capaz de prever la proximidad de las tor- nuación que tiene también unas aletas grandes como alas, y que
mentas. Se provee entonces de una piedra, utilizándola como an- con ellas desplegadas compite con los barcos hasta que al cabo,
cla para defenderse de la fuerza de los vientos, lo que ha atraído agotada, se deja arrastr~ hacia los fondos marinos.
hacia ella la atención de los marinos.
La serra, que algunos confunden con el pez sierra, pero quepa- 3. El pulpo y la murena.

vtando el dolor de la ballena, pero lo dejó instalado delante de ella como medio eficaz de di-
Son dos animales menores y hasta ocasional~s en lo que con-
suasión. Algunos Bestiarios musulmanes como el queforma parte del Libro de las Maravillas cieme al Bestiario medieval. El pulpo tiene mucha importancia
de la Creación del persa al-Qazwini, compuesto en el siglo XIII, se limitan a decir -y hablando dentro del mundo greco-romano, y mucha más dentro del imagina-
no de. la ballena cosmófora sino de la ballena corriente, de una muy grande que vive en los
mares etiópicos- que Dios ha creado un pececillo capaz no sólo de atemorizarla sino también rio renacentista y ulterior, sobre todo si se lo asocia a esos mons-
de matarla, aferrando su carne con los dientes hasta causarle la muerte.

210 211
truos marinos como el krakken o calamar gigante, que tanto han renas eran hembras y por ello suponían que debían acoplarse con
dado que hablar en siglos recientes, ya sea que se los considerara víboras machos. El hecho es señalado por Eliano; y ya vimos, al
como fantasías de marinos asustados o como posibles animales tratar de la víbora, que fue recogido por el Bestiario medieval.
reales vivientes en las profundidades oceánicas. Pero en la cultura Isidoro describe a la murena y repite acerca de ella toda una
medieval, poco ganada por la idea de aventurarse a mar abierto y serie de curiosas leyendas. La murena o lamprea, dice, fue llamada
menos aun en aguas desconocidas por completo, la presencia del así por los griegos a causa de que se enrosca formando círculos.
pulpo es más bién ocasional, sobre todo del pulpo capaz de susci- Parece aceptar que todas son de sexo femenino y que por ello deben
tar temores debido a su gran tamaño. De hecho, los Bestiarios ig- aparearse con serpientes. Por ello los pescadores, añade, las atraen
noran prácticamente al pulpo, y sólo algunos textos y leyendas, y capturan silbando como serpientes. Es dificil matarlas golpeán-
provenientes de pueblos marítimos europeos, y por lo demás bas- dolas con una vara, pero es en cambio fácil si se lo hace con una
tante tardías, se ocupan ocasionalmente de él o de algún mons- caña. En cuanto a su vitalidad, ésta se encuentra en la cola y no
truo marino a él asociado o asociable. en la cabeza. De allí que para matarlas no haya que darles por la
Para la Antigüedad, que tuvo buen conocimiento del pulpo y del cabeza sino por la cola. El Bestiario de Cambridge repite lo esen-
calamar, el pulpo es animal que se destaca por su voracidad e inte- cial de Isidoro pero toma la descipción de la cópula con la víbora
ligencia. Pero sobre todo es imagen de la autodestrucción, debido en los términos escandalizados del Hexameron de Ambrosio. El te-
al arraigado mito de que se comía sus propios tentáculos, no obs- ma sufre ciertas variaciones en Bestiarios sucesivos, pues a veces
tante que en su obra Plinio critica esa leyenda, admitiendo empero no es ella la que busca a la víbora sino ésta la que busca a la mu-
que cuando los pierde le crecen de nuevo, como la cola al lagarto. rena. Lo mismo ocurre con el llamado que hace la víbora a ésta,
El pulpo, como dijimos, no fue importante para la cultura euro- que de silbido de víbora se convierte en sonido dulce como son de
pea medieval. Y los Bestiarios lo ignoran casi por completo. Isidoro, flauta. En todo caso y no obstante las variantes, tanto la víbora
uno de los pocos que se ocupa de él, dice que es animal ingenioso como la murena fueron vistas por el cristianismo medieval como
y que cuando quiere apoderarse del cebo de un anzuelo lo coge auténticos símbolos del Mal, de la lujuria y del pecado.
con los brazos y no con la boca, no soltándolo hasta que lo con-
sume por completo. El Bestiario de Cambridge lo menciona escue- 4. La madreperla y la ostra.
tamente.' Pero no obstante esta casi nula figuración en el Bestia-
rio, el animal sirvió de base a ciertos símiles cristianos medievales, Mucho más importante es el imaginario que se halla asociado
por lo general como imagen negativa. El,pulpo fue presentado so- en el Bestiario medieval con la ostra y con la perla, imaginario que
bre todo como imagen de la astucia. Se aseguró así que haciéndo- por lo demás -a diferencia del relativo al pulpo y a la murena- es
se pasar por una roca o tomando incluso el color de ella, atraía a por completo de signo positivo. La perla está dotada no sólo de un
los inocentes peces y los devoraba. Ello hizo que se lo asociara no valor material elevado y de una sobria y atractiva belleza sino tam-
sólo a la prostituta que engaña al hombre sino sobre todo al Dia- bién de una simbología muy rica y muy variada, presente ya en las
blo que engañ?- y devora al inocente. Pero -y esto es particular- culturas orientales y en la clásica Antigüedad grecorromana. La
mente importante porque corresponde a una imagen que sobrevive perla es símbolo lunar y se halla vinculada estrechamente a la
en la actualidad- el pulpo fue asociado también al amor a la rique- mujer y a la humedad. Es una suerte de motivo femenino y a me-
za y al acaparamiento. De este modo se acusó a los avaros y a los nudo místico. Su femineidad está asociada a su belleza, a super-
ricos de ser como pulpos, que acumulaban poder y riquezas mate- fección, al hecho de provenir -mediante un proceso misterioso- de
riales. una concha, ~magen del sexo de la hembra. Esto ha hecho que
La murena tampoco es muy importante. Fue muy conocida de algunas culturas la asocien a lo sexual e inclusive a ciertos ritua-
los romanos, pero el Bestiario medieval le dió poca significación, les de corte afrodisíaco. Pero la perla es también imagen de pureza
aunque terminó asociándola con la víbora, verdadera imagen del y perfec~ión, lo que le da una cierta connotación místico-religiosa.
Mal. Los romanos comían su carne, acostumbraban criarlas en El hecho de que por largos siglos se supuso que nacía del rocío
estanques caseros, temían a sus terribles mordeduras, y a veces les depositado en la concha a la luz de la luna le dió a su nacimiento
ofrecían esclavos vivos como alimento. Pensaban que todas las mu- la doble condición de virginal y misterioso, lo que aunado a su

212 213
perfección, a su redondez, símbolo de totalidad, y a su blancura sol, la luna y las estrellas. Es de esas luces celestiales así encerra-
impecable permitieron que se la asociara fácilmente a la divinidad das que se forman las preciadas perlas. La simbología que sigue es
. y sobre todo al nacimiento a partir de una virgen, tema este último de una gran riqueza en el detalle: el ágata es san Juan Bautis!a,
tan del gusto de los Padres de la Iglesia y en general del cristianis- quien señaló la perla espiritual al revelar la existencia de Jesus,
mo medieval . hijo de Dios. El mar es imagen del mundo y los buceadores lo son
.como muestran los largos párrafos que a ello dedica PliniÓ en el de los profetas. Las dos valvas de la concha son ambos Testamen-
Libro IX de su Historia Natural, los romanos tuvieron un amplio co- tos, mientras que el sol, la luna y las estrellas representan al
nocimiento acerca de perlas y ostras perlíferas, aunque no llegaron Espíritu Santo. La perla es por supuesto Cristo. Y el hombre de?e
nunca a conocer el proceso formativo de la perla limitándose a abandonarlo todo para adquirir la perla, para tener en su corazon
reunir una serie de leyendas acerca del asunto. Los cristianos eu- a Cristo, capaz de redimirlo.
ropeos medievales, en cambio, apenas conocieron unas pocas co- Como otras veces, la descripción de Isidoro carece de connota-
sas, en su casi totalidad fantásticas, acerca de ostras y de perlas, ción religiosa. Dice que las conchas y caracoles empequeñecen al
procedentes ambas, para ellos, de mundos inaccesibles y remotos faltar la luna y que crecen por el contrario en su presencia, pues es
pertenecientes al Extremo Oriente o a la esfera de dominio árabe. la luna la que rige el movimiento de los humores vitales. Entre las
Esas escasas cosas resultaron empero suficientes para garantizar diversas conchas menciona la madreperla, también lla:t:nada oceloe,
la popularidad del tema de la perla -y de la ostra de la que provie- en cuya carne se forma una piedra preciosa. Recoge por último la
ne- en la literatura religiosa medieval. El cristianismo excluyó por afirmación de que las conchas abordan los litorale~ en horas de la
supuesto de sus reflexiones toda connotación erótica y sexual noche y de que, gracias al rocío del cielo que reciben, conciben en
asociada con la concha perlífera, imagen del sexo femenino; y se su interior la perla. El Bestiario de Cambridge repite en esta oca-
centró en exaltar las dimensiones místicas y religiosas asociadas o sión, como en tantas otras, a Isidoro.
asociables con la perla y con la ostra. El Bestiario de Philippe de Thaon es mucho más explícito, aun-
La perla se convirtió en imagen de Cristo; y la concha en recep- que de redacción confusa a más no poder; y en su texto, mientras
táculo de la concepción virginal que dió origen al milagro de la la perla es identificada con Cristo, la concha de la que nace lo es
Encarnación. La perla fue también imagen de pureza, de misterio y con la Virgen María. Dice que la perla es una piedra sin igual que
de saber; y no sólo los gnósticos sino también los cristianos orto- nace en Ceilán. Hay allí piedras (se trata sin duda de las conchas)
doxos citaron a menudo la frase del Evangelio de Mateo que reco- que carecen de toda abertura y que son lisas como el hielo. Sólo se
mienda no arrojar margaritas (es decir, perlas) a los puercos. Estos abren por propia voluntad. Lo hacen para recibir el rocío del cielo;
temas aparecen ya tempranamente en los Fisiólogos; y se enrique- y entonces conciben como criaturas vivas, tras cerrarse de nuevo.
cen a lo largo de los siglos ulteriores, combinados con progresivos El rocío apresado permanece en la piedra (es decir, en la concha)
conocimientos acerca de las perlas y la explotación perlífera,. deri- hasta que se vuelve a su vez piedra, luego se abre de nuevo (la con-
vados de los viajes y de los contactos con el mundo orient~l. El cha), sale la piedra (¿la perla o el rocío?) y se cierra otra vez (se
resultado final fue un mayor conocimiento acerca de las pe~las y supone que la concha) sin que a partir de entonces sea posi~le
una cierta desmistificación de su sentido casi puramente religioso. abrirla ni encontrar en ella hendidura ninguna. La piedra (es decrr,
Los Fisiólogos tratan en forma simultánea de la ostra perlífera y la perla, en este caso) puede ser conservada por los castos, pues a
de la piedra ágata. El griego, más completo, hace una poética des- éstos y sólo a éstos les protegerá de enfermedades siempre que
cripción del proceso formativo de la perla. Ambos dicen que el pes- tengan fe y que la beban disuelta en rocío. Cristo es la perla n~cida
cador encuentra las perlas gracias a la piedra ágata. Ata ésta a del rocío. La piedra de la que nace, esto es, la concha, es la Vrrgen
una gruesa cuerda y la arroja al mar. El ágata va hacia la perla y María, quien concibió de modo virginal. Y así como la piedra madre
allí se queda sin moverse. Siguiendo al ágata, se arrojan al mar los se abre sin fractura y se une sin rendija, concluye Philippe de
buceadores; y en el sitio en que se encuentra, hallan la perla. El Thaon, así fue consagrada la Virgen, que concibió virgen, parió vir-
griego añade que la perla procede de la concha, un animal marino. gen, permaneció virgen y permanecerá por siempre virgen. Como ve-
La concha sube a la superficie al despuntar el alba, abre la boca y mos, la connotación sexual no está excluída, apenas sublimada.
absorbe el rocío del cielo. Encierra así en sus valvas los rayos del El Libro del Tesoro nos devuelve en cambio al mundo 'científico'

214 215
en un párrafo comparable al texto de Isidoro, aunque algo más tauro. Pero no obstante, tanto el Fisiólogo como los Bestiarios me-
confuso: la ostra es un pez marino encerrado en una concha a la dievales lo incluyen entre las bestias; y así mismo haremos noso-
manera de un cangrejo. Es redonda, y se abre y se cierra cuando tros. Sin embargo, antes de entrar a examinar la sirena del Bestia-
quiere. Vive en el fondo marino, pero en la noche asciende a la su- rio resulta necesario hacer algunas rápidas observaciones sobre la
perficie y recoge el rocío en su interior. Los rayos del sol endurecen sirena clásica, esto es, grecorromana, tanto en lo que respecta a su
al amanecer las gotas de rocío. Mientras la ostra permanece en el significación simbólica como en lo relativo a su aspecto fisico.
mar las gotas no se endurecen hasta volverse piedras, pero cuando En efecto, la sirena del Bestiario medieval (aunque no la del Fi-
se la saca y se la abre se transforman en duras piedrecillas blancas siólogo ni la de Isidoro) es siempre un híbrido entre mujer y pez, en
llamadas perlas o margaritas. Lo más importante de todo ello es tanto que la sirena clásica lo es entre mujer y pájaro, igual que las
que su mayor belleza depende de su origen puro, pues sólo si el arpías. No debe sin embargo confundírselas con éstas, pues las ar-
rocío matinal del que se forman es puro y limpio, las perlas engen- pías tienen siempre una connotación fisicamente desagradable
dradas serán blancas y relucientes. que en nada se asemeja a la de las sirenas, aun cuando unas y
La concha y la perla aparecen algunas veces en la iconografia otras sean en fin de cuentas seres maléficos y enemigas de los
medieval, sobre todo tardía. Y su significación erótica resulta en hombres. Como la sirena, la arpía es un monstruo mitad mujer y
ocasiones evidente no obstante toda la sublimada dimensión míti- mitad ave, pero se trata en este caso de mujeres horribles, asocia-
ca impuesta a lo largo de varios siglos por el cristianismo. En la das a las tempestades y vientos marinos, provistas de garras afila-
obra del Bosco por ejemplo, pintor profundamente religioso, hay das y de plumas de ave de presa, sucias, malolientes y agresivas, y
claros indicios de todo esto. Nos referimos en este caso al bien co- capaces de evacuar desde el aire sobre los comensales que partici-
nocido tríptico del Jardín de las Delicias, en cuyo panel central pan en festines al aire libre y sobre sus alimentos. La sirena clásica
puede apreciarse en medio de todos los complicados grupos de es en cambio hasta la cintura una mujer de gran belleza, llena de
hombres y mujeres desnudos, de flores, de pájaros, de animales encantos no por engañadores menos evidentes, provista sobre to-
exóticos y de estructuras de perfil extraño la representación de do de una muy agradable voz, y capaz de seducir con sus cantos y
una concha perlífera entreabierta dentro de la cual se perciben dos su música a los marinos que cruzan en su barcos cerca de los pa-
cuerpos humanos desnudos entrelazados, y de las nalgas de uno rajes en que habita. Las sirenas atraen de esta manera a los mari-
de los cuales brotan varias perlas. Como todo el cuadro, el tema es nos, que se arrojan de sus naves para seguirlas y que terminan
de una rica complejidad simbólica que no intentamos estudiar, pronto ahogados, o muertos y devorados por ellas, con sus huesos
aquí. Lo indicamos sólo para mostrar la perdurabilidad y riqueza mondados blanqueando al sol de la playa, allá en las islas en que
de la simbología asociada a ostras y perlas, cuya connotación eró- habitan esas bellas mujeres-pájaros de voces seductoras.
tica o sexual no era siempre fácil mantener oculta o sublimada. Es conocida de todos la historia narrada en La Odisea acerca de
Ulises, quien para poder disfrutar de la voz de las sirenas sin peli-
HÍBRIDOS OCEÁNICOS Y MONSTRUOS DE AGUA DULCE gro de arrojarse enloquecido tras ellas, se hace amarrar al mástil
de su nave luego de que ha obligado a sus hombres a remar sin
Examinaremos ahora un pequeño grupo de animales acuáticos, descanso llevando los oídos obturados. Los remeros no oyen las
algunos de los cuales son híbridos usualmente asociados al mar, voces de las sirenas, lo que los hace insensibles a su canto. Tam-
aunque a veces se hallan presentes en los ríos, mientras los otros poco escuchan los gritos desesperados de Ulises exigiéndoles que lo
son bestias por lo general asociadas al agua dulce. liberen de sus ataduras, lo que le salva al héroe homérico la vida.
Menos famosa-es la historia, narrada en el Viaje de los Argonautas,
.l. Sirenas y tritones. Hombres-peces. El peje Nicolao. en la que Orfeo, viajero en la nave de Jasón que busca el vellocino
de oro, pasando junto a la roca en que las bellas mujeres-pájaros
La sirena es el más importante de todos esos lúbridos, presente tientan a los marinos con su canto, cubre sus voces con la suya y
en el Fisiólogo y en los Bestiarios y de gran significado en la cultura con la música de su lira, salvando a todos la vida y dejando frus-
literaria y en el arte medieval. Evidentemente no se trata de un tradas y enfurecidas a las hermosas tentadoras.
animal sino de un ser humano a mitad animalizado, como el cen- En todos estos mitos y relatos legendarios, en los que por cierto

216 217
parece ser más irresistible la voz de las sirenas que sus atributos rras significaban que el amor vuela y causa heridas, y se las hacía
fisicos, la sirena es imagen de peligro para el hombre, ya sea que habitar en medio de las olas porque éstas habían creado a Venus,
represente los avatares de la navegación marítima, ya sea que la diosa pagana del amor. Conviene señalar, por último, que inme-
equivalga simplemente a la muerte. Pero no es sólo o no es tanto diatamente después, Isidoro habla de Escila, el terrible monstruo
la muerte: es más bien la seducción que conduce a la muerte, ra- marino siciliano, diciendo de él que era una mujer ceñida con ca-
zón por la que las sirenas son siempre representadas comó muje- bezas de perro, y que ladraba con fuerza en los estrechos del Mar
res muy bellas y sensuales y por lo que se asocia también a ellas el Sículo, imagen del estruendo que producían las olas al ser engulli-
motivo de su irresistible canto. Las sirenas son así las asechanzas da la marejada por el terrible remolino vecino de Sicilia.
que en la vida, asimilada a un viaje marítimo lleno de azares, espe- Esta misma asociación aparece en el Liber Monstrorum. Pero éste
ran a los navegantes; y los conducen, si no se defienden de ellas y resulta por una vez fundamental, pues es a partir de él que la sire-
de su melodiosa voz, ala ruina y a la muerte. Pero son igualmente na-pájaro comienza a ser sustituida por la sirena-pez. En efecto,
imagen del sueño, que con su encanto fascinante arrastra al hom- es el Liber Monstrorum el primer texto conocido que habla de sire-
bre a su propia destrucción, que lo enloquece y lo aniquila. nas-peces y no de sirenas-pájaros; o mejor, que describe al híbrido
Este imaginario parece haber estado asociado al origen de la como mujer-pez y no como mujer-pájaro. Cierto que en la mitolo-
mujer-pájaro en tanto representación del alma, ya presente entre gía asirio-babilónica aparecen ya mujeres-peces, qu~ en algunas
los antiguos egipcios, pero que se asimiló muy pronto a un alma representaciones griegas de la sirena se le atribuyen a ésta pies
que continuaba flotando alrededor de los vivos, y que terminó así palmadas, y que también entre los griegos se conoció la represen-
asumiendo funcio:r;tes de vampiro, de monstruo devorante. En lec- tación de la mujer con cola de pez. Pero ni unas ni otras fueron
turas mas modemas, hechas ya dentro del mundo greco-romano, identificadas con sirenas; y en el caso de los griegos, estas mujeres-
lecturas vinculadas a los mitógrafos tardíos y a su excesivo racio- peces no eran otra cosa que las compañeras de los tritones, cono-
nalismo, las sirenas fueron descritas como representación del pla- cidos híbridos marinos de hombre y pez, asociados a la corte de
cer carnal que arrastra al hombre a la ruina, como sensuales y Poseidón, el dios marino.
tentadoras meretrices que acababan con los ingenuos que se deja- Como Isidoro, el Liber Monstrorum clasifica a las sirenas entre
ban seducir por sus encantos. los monstruos y no entre las bestias. Las describe como doncellas
Tal es la imagen que recogen y reproducen el Fisiólogo e. Isidoro. marinas que con su bello aspecto y dulce canto engañan a los na-
El primero no vacila en definir a la sirena como animal, describién- vegantes. De la cabeza hasta el ombligo tienen cuerpos de vírgenes
dola junto con el onocentauro; y dice de ella que es animal marino y semejan en todo a seres humanos, pero están provistas de colas
mortífero, que atrae con su voz y que su parte superior, hasta el escamosas de peces, con las que se mueven en las profundidades.
ombligo, tiene forma humana mientras que del ombligo hacia aba- Algo más adelante habla de Escila, y dice de este monstruo que de
jo su apariencia es de volátil. Su aspecto fisico es, pues, de mujer- la cabeza hasta el pecho es como las sirenas y tiene aspecto de vir-
pájaro, aunque el Fisiólogo hace resaltar su condición de a,nimal gen, pero que posee vientre de lobo y cola de delfin. Las diferencias
marino. Isidoro hace del híbrido una lectura completamente .racio- entre Escila y las sirenas son sobre todo de conducta, pues si éstas
nal, desde la perspectiva de un mitógrafo. Además a diferencia del engañan a los navegantes con su canto apartador de muerte, Esci-
Fisiólogo, que considera a las sirenas como animales, prefiere ubi- la en cambio, rodeada de perros marinos, se lanza contra los míse-
carlas entre los híbridos, y las describe en el Libro XI, consagrado ros naufragas con fuerza y con violencia. Escila parecería, pues, de
al hombre y a los seres prodigiosos. Dice que a las sirenas, que acuerdo a este texto, completar la obra de las sirenas, pues éstas
eran tres, se las imaginaba con cuerpo mitad de doncella, mitad de hacen que los marinos se arrojen tras ellas a las aguas mientras
pájaro, dotadas de alas y de uñas; que una de ellas cantaba con aquélla se encarga de echarse sobre ellos y de destrozarlos con su
su sola voz, otra acompañada de una flauta, y la tercera de una furia.
lira; y que con su canto atraían a los navegantes, los fascinaban y No está muy claro cómo pudo llegar e,l autor del Liber Monstro-
hacían naufragar. Pero afirma que se trataba de unas meretrices rum a esta nueva definición de la sirena; a esta nueva síntesis de
que llevaban a la ruina a quienes pasaban junto a ellas, y que sus sus componentes, aunque Edmond Faral, autor de un clásico en-
víctimas, para justificarse fingían haber naufragado. Las alas y ga- sayo al respecto, ha supuesto que la asociación con Escila pudo

218 219
tener mucho que ver con el asunto. 4 Lo importante de todos modos
es que la idea prosperó luego; y que aunque durante parte de los si- do que su habitat acuático no es más que la clara imagen de que la
glos medievales la imagen de la sirena siguió siendo la de la mujer- lujuria está hecha de humedad.
pájaro, al cabo, muy probablemente a partir del siglo XII, va domi-
nando claramente la de la mujer-pez, que es la que se impone en
los Bestiarios y en general en toda la imaginería e iconografía me-
dievales.
Así, el Bestiario de Cambridge mantiene todavía la idea del ani-
mal alado, mtf:ad mujer y mitad pájaro. Además, contra lo usual en
él, prefiere repetir al Fisiólogo en vez de seguir el texto racionalista
de Isidoro. La sirena, imagen del placer mundano y la riqueza,
adormece al marino, es decir, al hombre, con su canto, y una vez
que éste está dormido con su barco a la deriva, viene volando
hacia él y lo desgarra hasta hacerlo pedazos con sus uñas. Philip-
pe de Thaon, en cambio, vacila ya en su descripción de la sirena,
pese a que en él el carácter pisciforme tiende a imponerse. La sire-
na, de acuerdo a él, tiene iorma de mujer hasta la cintura, pies de
halcón y cola de pez. Dice que vive en el mar, que canta contra la
tormenta y que llora en cambio cuando hace buen tiempo. Cuan-
do quiere divertirse, canta en clara y alta voz. El marinero, al oírla,
olvida su nave y se duerme al instante. Para el autor las sirenas
son las riquezas materiales, el mar el mundo, la nave las gentes, el
marinero el alma y la nave(?) el cuerpo en que aquél navega. La
2 7. La fea sirena del
sirena tentadora confunde siempre al hombre, cantando en tem- Bestiario de Oxford.
pestad y llorando en tiempo bueno. Y como las riquezas, arrastra
al alma hacia la perdición.
Pierre de Beauvais, por su parte, opta por una solución salomó- La representación de las sirenas, símbolo de tentación y seduc-
nica: existen tres clases de sirenas, dos de ellas son mitad mujer y ción femenina, es frecuente en iglesias y manuscritos medievales.
mitad pez y la otra mitad mujer y mitad ave. La primera clase se Algunas de esas representaciones, sobre todo las de manuscritos,
acompaña en su canto con trompeta, la segunda con arpa, y la ya sea por torpeza del ilustrador, ya sea por su deseo de mostrar la
tercera se sirve tan sólo de su voz. La misma división en tres tipos, fealdad del pecado, no se caracterizan precisamente por la belleza
dos en forma de pez y una de ave, hace luego el Bestiario de Amor de las sirenas: sus rostros no son muy hermosos, sus senos pare-
de Richard de Fournival. Y Bn1netto regresa en su Libro del Tesoro cen tetas de perras o de ratas, y sus patas de garr~s afiladas y 1o
al viejo texto de Isidoro, pero modificándolo. Para él, como para el sus largas colas les confieren un aspecto demasiado agresivo de
enciclopedista visigodo, las sirenas eran tres meretrices que enga- animal de presa o de grueso y feo pescado. En cambio, las repre-
ñaban y arruinaban a los que pasaban junto a ellas, y sus alas y sentaciones de las iglesias, que a veces son maravillosas escultu-
garras eran signos del vuelo y las heridas del atnor. Pero Brunetto ras o bellas tallas en madera, suelen ser bastante más hermosas; y
las ha descrito antes no como mujeres-pájaros sino como mujeres- en ellas la idea de seducción y tentación irresistible parece haber
peces; y si Isidoro había afirmado que vivían en las olas porque de sido mucho mejor lograda. Lo mismo sucede con algunas tapice-
éstas había nacido Venus, el maestro de Dante concluye señalan- rías de fines del medioevo.
Lo más· interesante empero es constatar que en esas diversas
representaciones las sirenas tienen a veces una doble cola de pez,
4 Se trata del conocido ensayo titulado "La queue de poisson des sirenes ". in Romania LXXN y que esta cola bifurcada, suerte de par de piemas escamosas ter-
(1953):433-506.
minadas no en pies sino en escamas caudales, se arquea sobre sí

220
221
misma en cada caso terminando de este modo sus extremos a los en el cristianismo medieval, pues una de las vías halladas por los
lados del cuerpo femenino y en algunos casos siendo sostenidos misóginos clérigos cristianos para poder digerir la existencia de
con sus manos. Imagen de esa belleza y seducción femeninas, esas hadas alegres, hermosas y benéficas provenientes de la cultura cél-
sirenas, igual que algunas hadas con las que a veces se las con- tica y llegadas a la literatura clerical al menos desde el siglo XII, fue
funde a causa de su condición de bellas y peligrosas mujeres aso- la de hacer de estas bellas mujeres seres asociados a la condición
ciadas al medio acuático, suelen tener en otros casos en·una ma- de monstruos, que no sólo carecían de alma inmortal y venían a
no un espejo en el que aprecian su belleza y en la otra. un peine adquirirla mediante sus intentos de casarse con mortales, sino
para cuidar de su larga y hermosa cabellera. · que detrás de su excepcional belleza ocultaban horribles rasgos
demoníacos, asociados al profundo rechazo que por la femineidad
y por el sexo manifestaban los clérigos cristianos.
Así, más que a sirenas propiamente dichas, esto es, a mujeres-
peces, las hadas fueron asimiladas a mujeres-reptiles, aunque
acuáticas. Se las asoció con serpientes o dragones acuáticos y se
hizo de algunas de ellas seres que combinaban una extraordinaria
belleza desde la cabeza hasta el ombligo, representaeión de la parte
no directamente sexual de la mujer, pero que en cambio, a partir
del ombligo, esto es, en la parte asociada en forma directa con el
sexo, resultaban seres monstruosos, pegagosos, fríos y húmedos, a
modo de serpientes, peces o dragones. Cargada de este franco re-
chazo de la sexualidad femenina, esta descripción de algunas ha-
das y sibilas, convertidas así en suerte de sirenas reptilescas, cobró
fuerza en la literatura medieval de los siglos XIII, XIV y XV, no sólo
en obras clericales sino también en la literatura laica, seriamente
influida por aquellas lo mismo en éste que en tantos otros cam-
pos. Ejemplos de esto son las sibilas de Guerino el Mezquino, de
Andrea da Barberino y de El paraíso de la reina Sibila, de Antoine
de La Sale, bellas y tentadoras mujeres que viven en un paraíso
subterráneo situado bajo una montaña casi inaccesible en la re-
gión central de Italia, pero que debido a su condición demoníaca
deben transformarse en reptiles cada sábado, revelando así a los
incautos que han corrido todo riesgo para acceder a ellas su verda-
dero y horroroso aspecto. El mejor ejemplo, y sin duda el más co-
nocido, es empero el de Melusina, la más famosa de las hadas me-
dievales, condenada a revestir su forma serpentina cada sábado y
a tener por ello que ocultarse de las miradas humanas. Casada
con un noble caballero de la casa de Lusignan, al que proporciona
riqueza y muchos hijos, el hada debe partir para siempre y perder
de este modo la posibilidad de redimirse como ser humano, mortal
pero dotado de alma imperecedera, cuando su marido, inquieto a
causa de sus periódicas desapariciones sabatinas y violando la
28. Bella sirena peinando sus cabellos. 1491. Silla de coro de la iglesia Saint-Sulpice. promesa que le ha hecho de no verla nunca en sábado, la
Diest, Francia.
descubre primero oculta en su habitación secreta, transformada
La asociación y confusión de las hadas con sirenas no fue rara en mujer serpiente y retozando en una bañera, y pasado algún

222 223
tiempo, después de una violenta discusión, se lo echa públicamen- Guillaume Rondelet sobre los peces, lo mismo que las obras cientí-
te en cara. ficas del suizo Konrad Gessner o las del italiano Ulises Aldrovandi
Al lado de esta obsesión cristiana por hacer de la sirena un ser las que abundan en descripciones de híbridos y monstruos mart~
maléfico o una imagen de la prostituta que lleva al hombre a la nos, combinados por supuesto, sobre todo en los dos últimos te-
ruina y a la muerte, tuvo también importancia la visión un tanto ~ido~ por padres?~ la moderna zoología, con análisis y reflexi~nes
más romántica de la mujer-pez hermosa y tentadora, suerte de cienüficas a proposlto de todo el mundo animal, aéreo, acuático y
ondina que nada cerca de la playa, sobre todo en las noches de terrestre. Pero de nada de esto podemos -ni intentaremos- ocupar-
luna, o que, encima de una roca marina, se mira en un espejo o se nos por ahora.
peina sensualmente los cabellos, cantando a veces con voz suave y Sin embargo, hay una suerte de interesante híbrido marino me-
melodiosa. Son muchos los hombres que atraídos por su voz y su dieval al que sí queremos referirnos, pues aun no siendo mencio-
belleza acuden al fatal llamado de la engañadora sirena, arroján- nado en ningún Bestiario fue empero tema de algunos relatos. Se
dose a las aguas, y muriendo ahogados en ellas, sin alcanzarla trata ~e~ hombre-pez, híbrido cuyo más notable especimen fue el
nunca. La idea matriz es, por supuesto, la misma; sólo que aquí famosisimo peje Nicolao, la popularidad del cual llega hasta el
carece de connotación religiosa o moral directa. Ren~cimiento y cuya fa~a fue muy grande en Italia y en España,
El tema es sin duda tardío, muy propio del romanticismo de habu:ndose oc~pado de el algunas enciclopedias y obras literarias
siglos recientes. Pero hay ernpero claros antecedentes del mismo en espanolas del siglo XVI, entre las que hay que incluir al propio Don
textos de finales de la Edad Media. Ejemplo de ello es el llamado Quijote de Cervantes.
Diálogo de las Criaturas Moralizadas, compuesto por Gérard Lyon y En lo que respecta al hombre-pez contamos con un interesante
publicado en Ginebra en 1481. Figura allí un curioso diálogo entre relato medieval, proveniente de un cronista inglés del siglo XII-XIII.
el enamorado y la sirena que dice de este modo: "La sirena es un Se trata de Ralph de Coggeshall, quien en su Chronica nos cuenta
monstruo de la mar, de pecho para arriba doncella y para abajo la cc:ptura, ~n tiempos ~el rey Enrique II de Inglaterra, en aguas
pez; tan dulcemente canta que adormece a los marineros. Y así, a mannas vecmas al castillo de Orford, de un extraño ser acuático
menudo, más de un doncel que navegaba por la mar, al ver esta que quedó un día entre las redes de los pescadores de la zona.
sirena inflamóse de amor por ella y deseó gozar de su compañía Estaba completamente desnudo y su aspecto era humano en to-
carnal, por la belleza y el dulce canto della. Apercibiéndose la dos los detalles. Tenía pelo, y aunque el de la cabeza parecía des-
sirena de su ardor, llamólo diciéndole: -.'Como me parece que te garrado Y raspado, el de la barba en cambio era abundante y ésta
has prendado de mí, mancebo, si es así,' ven sin temor, que estoy era larga y puntiaguda. Tenía además ásperos vellos pectorales. El
dispuesta a complacerte'. El mancebo, loco de amor, salta de la na- castellano de Orford se apro:pió de él y lo mantuvo lejos del mar por
ve para abrazar a la sirena. Pero ella aléjase al punto y déjalo que temor a que escapase. Comia de todo; aunque prefería el pescado
se ahogue." 5 crudo. Nur:ca habló ni emitió ningún sonido; ni siquiera cuando
Otros híbridos marinos de origen clásico y conocidos por la cul- se le tortt:ro. o se le ?~lgó de los pies para ver si era capaz de hacer-
tura medieval son los tritones, ya mencionados a propósito de las ~o. N? tenia I~ea rehg10sa alguna, como se demostró al llevarlo a la
sirenas, pero ausentes por completo del Bestiario. No obstante, Iglesia. Dorrma.de sol a sol. Al fin, pasado cierto tiempo, se le llevó
como dijimos antes, la civilización cristiana medieval no fue preci- al mar para que nadara en un espacio delimitado por grandes re-
samente muy rica en monstruos o animales marinos, y la mayor d:s. Pero, no obstante las precauciones tomadas, escapó. Regresó
parte de los híbridos y monstruos marinos conocidos por la Euro- Sin embargo de manera voluntaria, luego de permanecer por horas
pa occidental son más bien tardíos, esto es, renacentistas o ulte- en el mar. En un~a segun?a ocasión, dos meses después, sus cap-
riores. Son, en efecto, obras como la Historia de gentibus septentriD- tores, que le tenian ya Cierta confianza, lo pusieron nuevamente
nalibus del obispo sueco Olaus Magnus, el Des Monstres et Prodi- en .el agua sin tomar muchas precauciones; y entoncés volvió a
ges, del cirujano francés Ambroise Paré, o los famosos tratados de hu~r, esta vez en forma definitiva. El cronista se pregunta si se tra-
tan~a. de un ?-ombre mortal, de un pez de rasgos humanos o de un
espintu 1naligno alojado en el cuerpo de un ahogado.
5 Citado por A. Ribera, ¿Existen los monstruos marinos?, Editorial Posada, Buenos Aires, En cuanto al peje Nicolao no está claro el origen de la leyenda
1977.p. 70.

224
225
que de él se ocupa, pero los testimonios acerca de ella remontan le atribuyen ya rasgos de pez. Pontanus dice en efecto que Nicolás
por los menos al siglo XII. El origen parecería encontrarse en la o Nicolao fue llamado el Pez no sólo por haber asumido las cos-
historia de un famoso buceador, probablemente siciliano, pues la tumbres de los peces sino también porque había adquirido rasgos
leyenda parece haber nacido en las costas de Sicilia, quizá asocia- de éstos, y porque su rostro, lívido y horrible, estaba cubierto por
da al dominio árabe y a algunos relatos acerca de buscadores de completo de escamas. De cualquier forma, ya sea como hombre ca-
perlas, y haber comenzado a difundirse en Europa a partir de la paz de vivir como los peces guardando forma humana o como hí-
conquista normanda de la isla. El presunto buceador, descrito casi brido de hombre y pez asimilado al mundo marino, el peje Nicolao
siempre como nadador excepcional, se habría acostumbrado de tal o Nicolás se convirtió en la Italia y en la España del Renacimiento
modo a permanecer la mayor parte del tiempo nadando en o bajo en modelo del nadador excepcional. Así aparece mencionado en la
las aguas que habría terminado, al menos en algunos relatos, ad- famosa S Uva de Varia Leción, de Pero Mejía, y también en el Quijote,
quiriendo rasgos de tritón o de pez mismo y sin poder prescindir ya donde Cervantes hace decir al hidalgo de la Mancha (Segunda
más del agua como medio de vida. Parte, capítulo XVIII) que una de las cualidades que debe tener el
Walter Map y Gervasius de Tilbucy son los primeros en mencio- buen caballero andante es la de "saber nadar como dicen que lo
narlo. En su De Nugis Curialium Walter Map, quien por cierto hacía el peje Nicolás o Nicolao ... "
había visitado Italia, lo llama Nicolás Pipe el Hombre del Mar, y
asegura que todavía en su época había gentes que decían haber 2. El hipopótamo, Behemot, la hidra y el cocodrilo.
sido testigos de la existencia del prodigioso individuo. Lo describe
no como un híbrido sino como un ser absolutamente humano Vistos estos híbridos marinos, trataremos de varios monstruos
cuya sola diferencia con los hombres corrientes era que podía de agua dulce que suelen ser mencionados en Fisiólogos y Bestia-
permanecer por largos períodos, meses o años, en el mar, viviendo rios. Se trata del hipopótamo, asociado a menudo al Behemot; de
en las profundidades marinas con los peces sin respirar el aire y la hidra; y del cocodrilo.
sin padecer por ello daño alguno. Era de gran ayuda para los mari- El hipopótamo tiene poca importancia desde la perspectiva del
nos, pues siempre prevenía con tiempo a aquellos que encontraba Bestiario. Sabido es que fue animal sagrado para los antiguos
en alta mar de la inminencia de cualquier tormenta, impidiendo egipcios, aunque éstos distinguían bien a la hembra, a la que ren-
también que salieran los barcos anclados en los puertos. Afirma dían homenaje como símbolo de fecundidad, del macho, al que ca-
que llevaba siempre consigo trozos de hierro o herraduras de caba- zaban como animal malvado que devastaba los sembradíos de las
llos, aunque reconoce ignorar las razones de tal uso. Nicolás no orillas del Nilo y al que consideraban como una suerte de dragón.
podía vivir lejos del mar ni de su olor; y Guillermo, el rey normando La clásica descripción occidental del animal, repetida a lo largo de
de Sicilia, le causó de modo involuntario la muerte, pues ansioso la Antigüedad y la Edad Media, es la que hizo tempranamente He-
de verlo, ordenó que lo capturaran y lo llevaran a la corte. Al ale- ródoto, quien parece describirlo más a partir de su nombre grtego,
jarlo del agua para cumplir el mandato del rey, los capto,res de que significa 'caballo de río', que de sus verdaderos rasgos. Hablan-
Nicolás vieron cómo el hombre-pez se les moría en los brazos. do de la fauna egipcia dice Herodoto del animal que éste tiene las
En sus Otia Imperialia Gervasius de Tilbucy, por su parte, lo patas hendidas con cascos como de buey, el hocico chato y levan-
asocia con un buceador incomparable, famoso en la costa italiana tado, los dientes salientes, y la crin, la cola y los relinchos de caba-
de Apulia, y que según él acostumbraba acercarse a los pescadores llo. Es grande como un buey de buen tamaño, y de cuero tan duro
costeros para pedirles aceite a objeto de -usándolo- poder descen- que de él, cuando está seco, pueden hacerse jabalinas.
der con mayor facilidad a las profundidades marinas en que solía Plinio (Historia Natural, VIII, 95) sigue la descripción de Heródo-
vivir. Sus rasgos siguen siendo humanos por completo; y Gerva- to, pero le atribuye al animal cola de cerdo, dientes curvos, y piel
sius lo llama igualmente Nicolás o Nicolao. 6 Pero autores algo mas tan dura como para poder hacer con ella escudos. Dice además que
modernos como Jovianus Pontanus, escritor italiano del siglo XV, el hipopótamo se come las cosechas pero marcando previamente la
ración de cada día, y que no es posible atraparlo debido a la forma
como hace confusas sus propias huellas (quizá entrando a los
6 Cf. Walter Map, De nugts curtalium, Distlntlo IV, cap. XIII: De Nicholao Pipe homine equo- sembradíos marchando hacia atrás y no de frente). La literatura
reo; y Gervastus de Tilbury, Otla imperialia, II. 12: Nicholas Papa.

226 227
cristiana casi no añade nada. El Fisiólogo ignora al a~:ümal, per? particular en el de Job, y grandemente enriquecido gracias al co-
Isidoro repite lo esencial del texto de Plinio, aunque onnte lo ~~l~tl­ mentario rabínico antiguo y sobre todo medieval.
vo a la marcación de las cosechas y a 1~ ~lanera d~ confu~ rr as Behemot habría sido no sólo la primera de las grandes bestias
huellas. El Liber Monstrorum es más exphcüo. Descnbe dos tlpos.de terrestres creadas por Yahveh sino igualmente la más grande; y
hipopótamo. El primero es una fiera monstruosa, a la que ubica vendría a ser el equivalente terrestre de Leviatán, el gigantesco
en la India y no en Egipto. Afirma ~e ella que ~s ma~or que el ele- monstruo marino del que hablamos al tratar de la ballena y del
fante y que vive en un misterioso no de agua Imbebible. Es c~paz que deberemos hacer otra vez mención al hablar del cocodrilo.
de arrastrar grupos de hombres hasta las profundidades fluVIales Aunque tiene algunos rasgos que lo asemejan a un gran buey,
para ahogarlos. y alimentarse de ellos. El segundo, apa~entemente suerte de bos primigenium, su descripción fisica hace pensar sobre
también ubicado en la India, es presentado como un ammal de as- todo en el hipopótamo; pero en una suerte de hipopótamo prodi-
pecto execrable de triple color, de boca grande como un cedazo • Y gioso. Uno de los puntos que discutieron con frecuencia los
sin embargo ta~ tímido que cuando se le persigue huye hast~ ~ue rabinos fue el de si una bestia de ese tamaño podría haber tenido
suda sangre. Ambas descripciones son independientes de Plin~o Y una compañera y sobre todo descendientes. Se tendió a admitir
de Isidoro· y dependen más bien de algunos relatos de maravillas que Yahveh lo había castrado por prudencia, enfriando al mismo
del Orient~ y más directamente de textos aso,ciados a .la }eyenda de tiempo el ardor de la hembra, para evitar que el peso de su prole
Alejandro, como la bien conocida Carta de este a Anstoteles acer- hundier~ al mundo. El animal, solitario, suele pastar en un sitio
ca de las maravillas de la India. . . . . . remoto llamado Mil Montañas, y aunque las pela por completo
Pero esto es prácticamente t?do. Los Bestla:Ios siguientes Igno- cada día, la hierba re brota por las noehes impidiéndole morir de
ran al hipopótamo 0 repit;n mas o menos ~ Isidoro, como Brune~­ inanición. Para saciar su sed, el animal, capaz de beberse de un
to Latini, aunque este ultimo hace un Interesante ensamblaJe sorbo el flujo del Jordán correspondiente a un año, tiene para él
entre Plinio, el obispo español y el Liber Monstrorum. J?e acue:do al solo, gracias a la voluntad divina, las aguas de un río enorme, que
Libro del Tesoro, el hipopótamo es un enorme. pez de no q~e v_¡ye en nace del Paraíso y que recibe el nombre de Jubal, es decir, que no
el Nilo descrito en los mismos términos de Isidoro pero anadiendo- es ninguno de los cuatro ríos usuales derivados de éste. Pese a su
le de ~uevo lo relativo a que se come las cosechas Y a que entra en aspecto terror4J.co, Behemot es mas bien un ser benéfico, gracias
los campos retrocediendo pues teme .las asechanzas ?e los hom- quizá a su condición de herbívoro; y como su adversario marino
bres, como había indicado antes Plinio. P~ara remat~, dice Brun<:_tto Leviatán, parece destinado a morir cuando llegue el fin del mundo.
que el animal, cuando ha comido demasiado, c~mina sobre c~nas La hidra apenas merece un corto comentario. Volveremos a ella
recién cortadas a objeto de que le sangren los pies y ~~der asi cu- al tratar del dragón, del cual no es más que una forma menor,
rarse, lo que parece ser a tc;:>das luces una reform~lacion o conta- relacionada con pantanos y marismas. Procedente del mundo clá-
minación del tema expuesto siglos antes en el Ltber Monstrorum sico y asociada a uno de los más conocidos trabajos de Heracles, el
acerca de que, perseguido, el animal huía hasta s~dar sangre. animal tuvo cierta incidencia en la cultura clerical del medioevo,
No obstante, si el animal es pocas veces menc10nado ~n el. ~es­ ya fuese que se la considerara desde una perspectiva racionalista,
tiario no ocurre lo mismo en la novelística asociada al mü? VIaJero como símbolo demoníaco dependiente de su forma serpentina o de
de Al~jandro ni en los relatos de viajeros cristianos al Onente de sus funciones de dragón, ya fuese vista como serpiente, confundi-
los últimos siglos del medioevo. El animal, que a menudo es lla~a­ da con otra serpiente mítica que se decía era enemiga mortal del
do más bien ypotame, es descrito y mencionado en el Pseudo-C~­ cocodrilo. De todos modos su importancia es prácticamente nula
tenes, en la Historia de Proeliis, en los diversos romances de AleJa~­ en el Bestiario. El Fisiólogo la ignora. Isidoro da de ella una versión
dro y en la llamada Historia Novelada del rey Alfonso el Sab10. racionalizada por completo. No la"ubica entre los animales sino en
También aparece en la Carta del Preste Juan, Y en algunas narra- el Libro XI, entre los seres prodigiosos. La describe como serpiente
ciones de viajes como la de John de Mandeville. Valdría. la pena de nueve cabezas vencida por Heracles, pero prefiere hacer saber
para concluir recordar que el hipopótamo parece. ser :1 a~mal re~ que hidra viene de agua (voop, en griego) y que la hidra habría sido
que debió servir~~ base par~ la el.aboracion de~ Imagtnano Y tem- más bien ún lugar de aguas que devastaban una ciudad vecina y
ble Behemot descrito en vanos Libros del Antlguo Testamento, en que fue desecado gracias a Heracles. El Liber Monstrorum menciona

228 229
dos veces a la hidra sin decir gran cosa: en un caso la llama bestia maléfico animal. El dragón es por supuesto el diablo, asociado en
de Lema y en el otro la describe rápidamente relacionándola con este caso al Faraón egipcio, y el icneumón la imagen de Cristo el
Orfeo y con Heracles. Los Bestiarios siguientes casi nada dicen de Salvador. Sin embargo antes menciona a otro pequeño animal
ella. Apenas el de Cambridge la menciona. Habla por cierto de dos equivalente y esta vez sí lo asocia en forma directa con el cocodrilo.
hidras. Una de ellas es una serpiente del Nilo; la otra es la.hidra de Se trata del enudris, que tiene forma de perro y es enemigo del co-
Isidoro, descrita por lo demás en los mismos términos de las Etimo- codrilo. El saurio duerme usualmente con la boca abierta, y enton-
logías del obispo español. El Bestiario de Amor, por su parte, con- ces el enudris se revuelca en fango, se le mete en las fauces y desde
funde ambos animales y pone a la hidra de Lerna a pelear con el el intestino lo revienta. La idea es la misma: el cocodrilo es el dia-
cocodrilo y a introducírsele en las fauces para poder matarlo. En blo, sus fauces el Infierno, y el pequeño enudris la representación
todo caso, de la simbología medieval de la hidra clásica apenas del Salvador que bajó a éste último a liberar de él a los justos del
puede decirse que cuando no fue identificada con el dragón apoca- Antiguo Testamento. El Fisiólogo latino dice más o menos lo mismo.
líptico se la asoció con los vicios que siempre renacen como sus Llama al enudris nUuo y al icneumón equineumón, pero lo demás es
horribles cabezas al ser cortadas, pero que de todos modos sus igual; y uno de ellos se envuelve en fango para acabar con el dra-
apariciones en la literatura e iconografia medievales no fueron gón mientras el otro hace lo mismo para dar cuenta del cocodrilo.
nada frecuentes.
Bastante más importante es en cambio el cocodrilo, pues éste
sí aparece con frecuencia en el Bestiario medieval y sí tiene una
simbología e imaginería muy variadas. La descripción medieval del
cocodrilo es por completo libresca y procede toda del mundo clási-
co greco-romano. El punto de partida es otra vez Heródoto, quien
hace la primera descripción que hayamos conservado del animal,
mezclando en ella realidad e imaginario. Como es sabido, los anti-
guos egipcios, sus compatriotas, lo adoraban, lo conservaban en
los templos y parece que casi llegaron a domesticarlo. Dice Heródo-
to que el cocodrilo es animal ovíparo y anfibio, que tiene ojos de
cerdo, y dientes muy afilados y salientes proporcionados al tamaño
de su cuerpo, es decir, muy grandes. Carece de lengua y no mueve
la mandíbula inferior como los otros animales sino la superior. Su
piel, cubierta de escamas, resulta impenetrable, y sus garras son
fuertes y afiladas. Todos los animales le temen, pero existe un ani-
malillo llamado troquUus, que se mete en sus fauces abiertas a co-
merse en ellas las sanguijuelas que le molestan. El cocodrilo, agra-
decido, le permite alimentarse de ellas, y jamás le hace ningún mal.
Plinio repite lo mismo, pero añade algunas cosas, entre ellas que
existe otro animalillo distinto del troquUus, llamado icneumón, el
cual es fatal para el cocodrilo, pues aprovechando que éste dormi-
ta a veces con la boca abierta, se le mete en las fauces, pasa de allí
a los intestinos y hace reventar desde adentro al indefenso saurio. 29. La hidra matando al cocodrUo. Bestiario de Oxford. Bodleian Library.
Estos motivos sirven de base a los Fisiólogos. Estos no mencio-
nan directamente al cocodrilo pero hablan de sus pequeños ene-
migos. El Fisiólogo griego nombra al icneumón, pero lo presenta Isidoro da una rica descripción del animal. Su nombre, cocodri-
como enemigo d~l dragón. Para vencerlo se revuelca en barro y se lo (crocodUus, en latín), vendría de crocus, que significa azafranado.
protege con la cola las narices hasta que logra matar al grande y Se cría en el Nilo, es cuadrúpedo en tierra, donde permanece du-
rante el día, y tiene gran fuerza en el agua, en la que vive por las

230 231
noches. Es enorme, tiene dientes y uñas, y su piel es tan dura que víctimas, punto de partida de nuestras "lágrimas de cocodrilo".
las lanzas le rebotan. Se dice que es el único animal que mueve el Habla de todo lo que acabamos de ver en el Bestiario de Cambridge:
maxilar superior; y lo mata un pez, una suerte de delfin del Nilo, de la hidra que lo mata, de los rasgos fisicos del animal, del un-
provisto de una sierra dorsal con la que le corta las zonas tiernas güento que embellece momentáneamente a las viejas prostitutas.
de su vientre. El Liber Monstrorum no dice gran cosa acerca del De todo ello se deriva que el cocodrilo es representación de la
cocodrilo y apenas vale la pena retener de él la afirmación de que muerte y del Infierno. Pero dice, en medio del discurso, que si el co-
éste duerme en las playas· del Nilo bajo el sol y se lanza contra el codrilo vence a un hombre lo devora, pero que a continuación lo
hombre que al acercársele lo despierta bruscamente. llora todo el resto de su vida. No hace lectura simbólica de esta
El Bestiario de Cambridge se detiene largamente a tratar del co- afirmación pero no hay duda de que el tema de la hipocresía del
codrilo, considerado como imagen de los hipócritas más que del monstruo, ya presente en los rasgos antes vistos, encontró en este
demonio; y agrega al respecto algunos detalles interesantes. H~bla hecho, aunque mucho más tarde, un argumento adicional debas-
primero de la hidra del Nilo, distinta de la hidra de Lema. Es esta tante peso; o mejor aún, que el motivo de las lágrimas acabó
una suerte de serpiente acuática cuyo veneno produce en los hom- siendo leído a partir de la previa hipocresía del animal.
bres hidropesía. La hidra (que viene aquí a ser el equivalente del Porque es evidente que ese tipo de lectura no se hizo de inme-
nUuo o del icneumón) detesta al cocodrilo. Al verlo dormido se re- diato, pues el Bestiario de Arrwr recoge luego la idea del llanto, pero
vuelca en el fango y se arroja, así protegido, dentro de sus fauces. a favor del cocodrilo. Dice Richard de Fournival, en medio de su
Le destroza el intestino matándolo y le sale victorioso por el ano, increíble pero interesante confusión entre la hidra de Lema y la
igual que Cristo cuando bajó a los Infiernos a liberar a los justos. que mata al cocodrilo, que éste es precisamente víctima de la hidra
Luego describe al cocodrilo en los mismos términos de Isidoro, a causa de haberse comido con anterioridad a un hombre. En efec-
incluyendo al pez de aleta dorsal en forma de sierra que también lo to, cuando el cocodrilo devora a un hombre se arrepiente de tal
mata, esta vez desde afuera. Pero añade que los excrementos de modo de ello que ya no quiere más nunca comerse a ningún otro.
cocodrilo sirven para fabricar un ungüento con el que las prostitu- Es este el momento que la hidra espera, pues está consciente de
tas viejas y arrugadas se untan el rostro, recobrando su belleza. que a partir de entonces el cocodrilo no presta ya atención a lo
Pero por poco tiempo, pues el sudor, fruto de sus esfuerzos (es que come. Así, se recubre de fango para hacerle creer que está
decir, del entregarse al amor con algún emocionado cliente) hace muerta; y es el propio cocodrilo el que la come a ella sin pensar
que reaparezcan su vejez y su fealdad. Las imágenes derivadas de que al hacerlo se condena a morir desgarrado desde adentro por su
la descripción son todas negativas. El cocodrilo es representación terrible enemiga. De todos modos lo que interesa ahora es resaltar
de las gentes hipócritas, disolutas y avaras, lo mismo que de los que según esta descripción el cocodrilo es sincero en su arrepenti-
orgullosos, sucios de corrupción o de lujuria, u obsesionados por miento y no el hipócrita personaje descrito en el Bestiario de Cam-
la enfermedad de la avaricia. El cocodrilo es sobre todo símbolo de bridge.
hipocresía; y así como yace de noche en el agua y de día en la tie- La descripción de Brunetto es sobre todo interesante por su in-
rra, así hacen los que de noche se entregan escondidos a la lujuria tento de combinar de modo racional los temas de los enemigos del
mientras pregonan de día su santidad. El mover la mandíbula su- e
cocodrilo. En lo esencial repite el texto clásico de Plinio Isidoro,
perior en vez de la inferior es de igual modo signo de hipocresía, pero agrega tres detalles importantes: a) el cocodrilo devora al
pues equivale a hacer gala al hablar de ejemplos superiores, mien- hombre llorando; b) la muerte del-animal deriva de una combina-
tras en la vida real se prefiere lo inferior, lo pecaminoso, muy aleja- ción de amigo y enemigo, pues una vez que el cocodrilo ha abierto
do de lo que se predica. Sus excrementos sirven para hacer un su boca para que el troquUus (al que Brunetto llama strqfilos) coma
ungüento que aparentemente devuelve la juventud y la belleza, del de sus fauces buscando entre sus dientes restos de carroña, la hi-
mismo modo que los malvados e hipócritas pretenden cubrir su dra se aprovecha de la operación en curso para meterse también
miseria real de afeites falsos. ella en la boca del saurio y destrozarlo desde dentro; e) en el país
El Bestiario Divino de Guillaume le Clerc regresa en cambio a la del Nilo habitan hombrecillos, pequeños pero audaces (seguramen-
simbología diabólica, pero agrega un detalle interesante que debió te se tra~a de los pigmeos, aunque Brunetto no lo dice expresa-
fortalecer al cabo el tema de la hipocresía: el cocodrilo llora a sus mente). Esos enanos agreden al cocodrilo aprovechando otro de

232 233
sus rasgos, hasta entonces no descrito en ningún Bestiario: el co-
codrilo ataca a quien le huye, pero teme a quienes se defienden de
su ataque. Los audaces enanos logran así vencer al cocodrilo;. y
una vez vencido, el feroz animal se toma por completo inofensivo y
es posible cabalgarlo y hacerle cuanto se quiera. .
Los Bestiarios más tardíos no añaden nada de interés; y siguen
en todo caso manejando la idea del llanto del cocodrilo .como sin-
cero, pues el Bestiario Toscano deriva de ello la idea deJa compa-
sión o caridad cristiana mientras que el Libellus de Natura Anima-
lium aprovecha para hablar de la penitencia por nuestros pecados;
e igual hace el Bestiario Valdense. Quizá habría que añadir de
nuestra parte, para concluir, que el cocodrilo aparece asociado de
algún modo al Leviatán bíblico, pues aunque éste suele correspon-
der a la ballena, dado su inmenso tamaño y su condición de
monstruo marino, no hay duda de que varios de sus rasgos, como
escamas, dientes y fuerza de la cola, fueron derivados por los he- CAPITULO VII
breos antiguos de la contemplación del gigantesco y atemorizador
cocodrilo de las ribe:.;as del Nilo y de sus aguas.
BESTIAS ACUATICAS: REPTILES Y PECES,
EL DRAGÓN

Junto con la serpiente y el unicornio, el dragón conforma la


tríada de animales principales del Bestiario.:..JEs una suerte de ar-
quetipo, presente en todas las culturas, mitos y tradiciones, y se
caracteriza por una simbología variadísima y muy rica. Un estudio
medianamente completo acerca del dragón podría constituir por sí
solo un grueso libro, dadas la riqueza, variedad y complejidad de
los temas a él asociados a lo largo de muchos milenios, puesto que
el dragón parece haber estado ligado a la ~ultura humanf! desde
los orígenes más obscuros y remotos de esta última. Nuestra inten-
ción es mucho menos ambiciosa. De allí que nos sea necesario em-
pezar precisando ciertos aspectos que son para nosotros otros tan-
tos límites.

UNA NECESARIA INTRODUCCIÓN: EL DRAGÓN EN OCCIDENTE,


EL DRAGÓN Y LA SERPIENTE, EL DRAGÓN EN LA CULTURA
CRISTIANA MEDIEVAL

l. En primer lugar, resulta indudable que el dn~gón corresponde


a una suerte de arquetipo de la mente humana, pr~sente en la cul-
tura de todos los pueblos desde sus mitos más antiguos.1.a simbo-
logía y funciones culturales del dragóll son por tanto de una gran
riqueza; y a ello nos será indispensable referimos para abordar. el
estudio del animal en la cultura cristiana medieval y en el Bestia-

234
235
rio. Pero conviene destacar de entrada que esa simbología y esas casos son el contexto y las funciones. En efecto,~! dragón clásico
funciones culturales varían de modo apreciable (y tratar de explicar podría ser descrito como una gigantesca bestia de rasgos reptiles-
este curioso fenómeno constituiría por cierto un interesante tema cos no muy distintos de los que caracterizaban a los dinosaurios o
de estudio) entre la cultura china (y en cierta medida también en la grandes lagartos del Mesozoicq;, cuadrúpedo; escamoso; de enorme
cultura india, aunque entre los indios el dragón es mucho menos y pesado cuerpo; de largo cuello terminado en una cabeza dotada
importante) y la del mundo occidental. Y aun más, entre la cultura de una boca capaz de emitir fuego y de carbonizar cualquier cosa a
china y la del mundo no sólo occidental sino de los llamados Cer- varios metros de distancia; provisto de una áspera cresta como de
cano y Medio Oriente. 1 estegosaurio y de una larga cola capaz de rápidos movimientos que
Entre los chinos, a pesar de que el dragón -como ocurre con to- es su arma principal y más mortífera. Los dragones suelen ser ade-
dos los grandes símbolos- es polisémico, predomina casi absoluta- más alados: vuelan, y están provistos para ello de horribles alas
mente en él la dimensión positiva, benéfica, y el animal es de ordi- membranosas, como las del Diablo o las de los murciélagos. Viven
nario asociado a aspectos como la buena estación, la lluvia fertili- en cavernas, ya sea en desiertos, como en Oriente, ya sea en bos-
zante, los r_itos agrario~, la riqueza, el Bien, la sabiduría, y sobre ques, como en Occidente; y acostumbran ser guardianes de tesoros
todo con el poder real, siendo imagen del propio Emperador. ¡En o raptores de hermosas y jóvenes doncellas~
Occidente y en el Oriente Cercano y Medio aunque también tiene Pero es excepcional tropezar con descripciones tan detalladas,
ciertas dimensiones positivas relativas a la fertilidad, la riqueza o el sin contar conque los rasgos suelen variar bastante de una a otra.
saber, el dragón está casi totalmente cargado de connotaciones ne- Y a menudo los dragones son todos anillados como cocodrilos o
gativas y es casi siempre un enemigo, una imagen del Caos o del serpientes, carecen de patas como éstas y se enroscan alrededor de
MaJ., un peligroso obstáculo que debe ser vencido, sea para impo- los cuerpos de sus adversarios humanos o animales; o bien tienen
ner el orden cósmico, sea para civilizar una región, sea para que dos patas, o carecen de alas, o tienen una piedra preciosa en me-
un héroe logre la inmortalidad, la riqueza o el amor de una donce- dio de la frente. Todo esto sin contar conque el tamaño varía bas-
lla que puede significar a su vez diversas cosas. Nosotros dejaremos tante, yendo desde proporciones moderadas hasta dimensiones en
por completo de lado al dragón chino, de hecho mucho.más rico y verdad descomunales. Lo mismo ocurre con el habitat, pues los
complejo que el dragón occidental; y nos limitaremos sólo a este dragones no sólo se hallan en cuevas, esto es, asociados a la tierra
último, en cuanto a simbología y a referencias histórico-culturales y al submundo terrestre, sino también en el agua, sobre todo en la-
concierne. gos o pozos, lo que los asocia al mundo acuático y hasta marítimo.
2. En segundo lugar, ya ubicados dentro del mundo occidental El hecho de tener alas, por lo demás, hace de ellos curiosos anima-
y del Oriente Medio, debe tenerse en cuenta que existe en esta ex- les aéreos, síntesis de pájaro y serpiente, suerte de torpes y pesadas
tensa área cultural una permanente confusión y un incesante flu- aves y les otorga características celestiales, así sea en su condición
jo recípr~co de atributos simbólicos entre serpientes y dragones, lo de demonios voladores.
que no solo es fuente de serias dificultades descriptivas sino tam- Quizá uno de los p;cos rasgos que permite distinguir físicamen-
bién de problerr;¡as a la hora de decidir en algunos casos (tal como te al dragón de la serpiente sea el que -tal como afirman los enci-
ya vimos a propósito de la §..erpiente cristianª) si de lo que se trata clopedistas antiguos y los autores medievales- aquél no es en reali-
en una historia o en un mito es de serpientes o de dragones. 2 dad un animal venenoso como ésté!, Emite fuego, no veneno, por la
Las descripciones del dragón, cuando los relatos se ocupan de boca; y su fuerza está en sus caderas y en su cola, pues es a cole-
hacerlas, pueden ayudar un poco; pero lo más importante en estos tazos como mata casi siempre. Pero esto tampoco resulta siempre
claro, pues hay dragones venenosos (aunque ello ocurre sólo
1 ConiJiene señalar a este respecto que el gragónjapon~. no obstante toda la influencia de la cuando los autores los confunden o identifican con serpientes
cultura china sobre la japonesa, se asemeja más bien al de Occidente, pues aunque está aso- enormes), dragones anillados que se enroscan alrededor de sus víc-
ciado -como en China y en otras partes- a la fertilidad, al agua y a los !]tos agrarios, es a
menudo maloodo y gusta también de secuestrar y deiJorar donceUas. -·· timas; y tqmbién porque la presencia de una piedra preciosa en la
cabeza hace que, igual que en el caso de las serpientes, que sie1fi-
2 Ese mismo flujo de atributos simbólicos y esa confusión son también man!flestos entre el dra- pre protegen la cabeza, esta última resulte en esas ocasiones esen-
gón Y el grifo, o entre el dragón, el grifo y la serpiente. Pero para no complicar demasiado las cial para· el dragón. De hecho es atravesándoles las fauces con una
cosas, dejaremos este aspecto de lado, limitándonos a las relaciones ya suficientemente ricas
e interesantes que hay entre el dragón y la serpiente.

236 237
lanza que les llega hasta el cerebro y que a veces les sale a través Aunque en su forma directa esto carezca de todo sentido, dados
de él a modo de cuemo, como los héroes,,al menos los héroes cris- los millones de años que separan en la evolución al hombre aún
tianos medievales, matan casi siempre al dragón~ Es, pues, más más primitivo del proceso de extinción de esos gigantescos dino-
bien el contexto: cósmico, religioso, laico, lo que aunado a ciertos saurios, podría resultar más digerible la idea si se la relacionara,
rasgos presentes en la descripción del animal permite distinguir -y como hacen otros, a través de una suerte de remota proto-cons-
no en todos los casos, por supuesto- cuándo se trata de serpientes ciencia colectiva ligada a la propia formación de nuestro cerebro,
y cuándo se trata de dragones, lo que se dificulta sobre todo en con el proceso formativo del ser humano a partir de algunas for-
medio cristiano porque desde el Apocalipsis el cristianismo identifi- mas primigenias de este último, representadas por pequeños mamí-
có al dragón con la serpiente antigua, con el Demonio, el Tentador feros que fueron contemporáneos del mundo dominado por los
del Génesis; y porque está idea estuvo siempre presente en los pri- grandes reptiles, y que podrían ser asociadas a temores instintivos
meros héroes cristianos y en los primeros Padres de la Iglesia. y á enfrentamientos de aquellos contra éstos.
3. En tercer lugar debemos señalar que nuestro enfoque se cir- S_.eaJo que sea de ello,Jqciertoe~ que e,~ dragón es una típica
cunscribe en lo posible al cristianismo y al Bestiario medieval, ~~ti~ de,structor§!,a veces devqra11te He};9 1:}':!ª§ a _menudo desgarra-
como hemos hecho con los animales analizados y trataremos de doxª-~'~:r~s_garras'·y escamas inft111denter~or, igual que su gran
hacer con los que faltan. Nos vamos a ocupar, pues, únicamente .!_a!D~y-su aliento de @eg{i, qlj~ pót lo ·demás es sieJJ?-pre sulfuro-
gel dragón medieval cristianQ_, de su presencia en el Bestiario y de so y pestilentE;_. Su aspecto reptilesco, húmedo y pegajoso, está lla-
su incidencia en la literatura de la Europa Occidental de la Edad ri:iá.do~~~·suscitar el asco, aliado en este caso al miedo. Pero más allá
Media. Pero, en la medida en que el dragón cristiano medieval es del usual temor y rechazo fisico, el dragón aparece como asociado
producto y reformulación de un arquetipo simbólico riquísimo y a la vidasubterránea.o ..&.ubmarina, esto-es, a las cuevas y grietas
cargado de connotaciones presente en la cultura g:r_eco-roman~_, de)~}i.e)l:a.o-rleJos monte§,_() fi est@que§. pozos.y lagunas, luga..,~---
nos será forzoso tener a menudo como referencia esa cultura Y' -~res-gener~ente qp§curq§,,:húwedo§ y a ment1c1o también desha-
esas connotaciones. De allí que, aun centrándonos en el dragón ·orfac:iosi:Todo esto contribuye a desarrollar los vínculos y la confu-
medieval cristiano, tengamos que hacer frecuentes alusiones a los ~sión ~íi."tre dragones y serpientes. El dragón se liga así a las .fuerzas
enciclopedistas clásicos y a algunos mitos griegos y orientales, sin "g~Jª. Natyraleza,:,sean terrestres o acuáticas. Y considerados su
cuyo conocimiento es dificil tener una idea así sea medianamente enoriilétamaño y su gigantesca energía, la bestia suele representar
justa de la simbología del dragón en el mundo medieval del cristia- a esos mismos poderes naturales cuando se desencadenan amena-
nismo, tanto religioso como laico! zando la vida de animales y de hombres. De allí tallll?J~I1 queJos
-----~--·-··"·"········-·· *
-~g~!!~§.J...ima_gell.de e.SJ!§ .P.~YQJ:"Q~~~- .~e~~fi~. d~senc~?-.<:J:lfld~s, ha-
LA SIMBOLOGÍA USUAL DEL DRAGÓN EN OCCIDENTE YaJ!J)()~dose,!.~?-o~ados~ll epo?~s llJ.UY remotas,·p~rápasar luego ___
Y EL ORIENTE MEDIO. -~:represeritái--ei caos primigeñio" que ~:"i?~erü_!lYencer los dioses or---·· ·
"~'denadores.a.fin.de.ii11:roducir el orc1e:r1 é!lel!Ilun<f()·
Antes, empero, es necesario hacer unas rápidas aprec~ciones ~--~ EstaJás~ciación con la Naturaleza, con las:·entrªf;Lªª c1eJª_Tie-
acerca de la simbología usual del dragón en Occidente. El dragón rra,-sgiilas.aguas_s:ubterráneas, con las corrientes profundas. de la
tiene, tal como hemos dicho, una amplia significación simbólica en Viaa,):1a hecho del dragón imagen de la vida ocultar de la :fertilidad,
toda la cultura humana~ No obstante, en la visión que de él han deiª.§f:Il::>id11da .escondida y hasta. de.la riqueza, .representada a
tenido Occidente y el llámado Oriente Medio destacan ciertos as- ~~nudo por las piedras preciosas, el.oro,.o.-los tesoros .materiales
pectos, que nos interesan sobremanera porque se hallan también .il!e,euida,_pero igualmente porJa hermosa d<UlGella .secuestrada a
presentes de algún modo dentro de la lectura medieval cristiana del lqq11e.. esconde, capaz de-brindar goces .sexuales;.y en otros casos
fabuloso animal. ~por el saber definitivo y ¡:>rofu11do que s€! ª~qui~r~ -~ travé~ _<fe 1ª
El dragón parece ante todo estar asociado, como arquetipo, a ~Eió~.Y.cl~! sE;~E€!1:()·\t..Dé"cúaJquier forma·, e~ la cúltur~ del
q!~!!c:>s miedos ancestrales del serhumano;y algunos han tratado Oriente-Medio y del Occidente, cristiano o musulman, el dragan no
de vincularlo a una suerte de recuerdo profundo y confuso-de.Ja_.. brinda nunca este saber y estos tesoros de forma voluntaria~¡ El
humanidad acerca de esos monstruos reptilescos del Mesozoico. dragón es siempre un obstáculo dificil de vencer para acceder a ese

238 239

saber y a esos tesoros. Sólo el héroe, el dios o el santo, capaces de regl.:!.~ere ~!~>-V:~I~.:.~~l~J!:~sca_§,ªngL~J2agY.id_t;~JJJl.Q; también, por
enfrentar al monstruoso ser, capaces de vencerlo y de matarlo, re- últ@~. ,~.ÓJil~~t.c.om"ba~"~JJ~~]~..,acabar:,.eon--la·muer,te-de...ambos.
sultan aptos para conquistar esos bienes, siempre después de ri:vales.ue.bido-a.qu~si--bier:t.~L9-J"~ÓJ)Jllata-al·eelefa-rrte, .. éste'""al ..caer
luchas cósmicas o épicas.¡ Ese dragón se asocia así no sólo a los 1,9 apla~üa..con. su enonne.pe§o .. Habla asimismo Plinio de dragones
temores profundos del ser humano sino a su propia realización etiÓpicos, un tanto menos grandes, que son marítimos, y de los
como tal; y J~ y los psicoanalistas que siguen su enseñanza han que, para su asombro, algunos dicen que están dotados de crestas.
podido de ~ste modo hacer del dragón el obstáculo, representado Es esta descripción del dragón como serpiente gigantesca, descrip-
por la madre,. que impide al joven su desarrollo e independencia ción en realidaq. bastante sobria, la que pasa luego a Isidoro, mien-
sexuales o a la joven dejar de lado sus inhibicione~. mientras otros tras que el Fisiólogo recoge, aunque modificándola, la lucha del ele-
psicólogos han preferido asociar al dragón con el padre, con el va- fante y el dragón (serpiente, según el Fisiólogo).
rón ya viejo y decadente que debe ser vencido y muerto para que el
hijo, el varón joven, pueda asumir el mando y renovar las cosa_§fl EL DRAGÓN EN FISIÓLOGOS Y BESTIARIOS MEDIEVALES.
§ea lo que sea, es indudable que el dragón aparece asociado a
esos temores humanos y que dos de los rasgos esenciales del No obstante, la referencia del Fisiólogo al dragón se centra más
monstruo son los que lo vinculan con el saber y con el sexo. Subli- bien en otro tema: el del arbol ambidextro y las palomas, también
mando como siempre lo sexual, el cristianismo retuvo claramente derivado en parte de Plinio y repetido luego por algunos Bestiarios
estos dos rasgos, aun modificando y espiritualizando por completo medievales. Dice el Fisiólogo que en la India existe un árbol llama-
la forma de asumirlos J do ambidextro, de fruto delicioso y dulce. Es árbol de amplia copa y
de tupido ramaje, y las palomas que se deleitan con el dulce fruto
EL DRAGÓN EN LOS ENCICLOPEDISTAS CLASICOS. acuden de todas partes a alimentarse de éste y a vivir entre sus
ramas. El dragón es enemigo de las palomas, pero teme mucho al
Los enciclopedistas clásicos, tanto helenísticos como romanos, árbol ambidextro y a su sombra. Por ello se mantiene cerca del
asumen no obstante al dragón como simple animal, como ser na- árbol, al acecho de las palomas, pero evitando ser cubierto por la
tural, como bestia monstruosa emparentada con la serpiente y a sombra. Cuando la sombra del árbol cae hacia Occidente el dragón
menudo asociada o asociable a ella. En Plinio, por ejemplo, el prin- huye del lado del Oriente, cuando cae hacia el Oriente se desplaza
cipal de todos, quien habla largamente del dragón (Historia Natural,· en cambio hacia Occidente. Las palomas que, distraídas, quedan
VIII, 33-34), el animal no aparece asociado a mitos o a leyendas, fuera del árbol y su sombra, son de inmediato capturadas y devora-
como sucede con el mismo autor en otros casos.\!Ps grandes mitos das por el monstruo.
y leyendas vinculados al dragón en la literatura griega, tan impor- En esta descripción el dragón tiene muy poca importancia, es
tantes y diversos, pasaron así a la Edad Media y al cristianismo una suerte de contrafigura que se opone al único protagonista: el
occidental por otra ví~: la representada por varios mitógrafos roma- árbol, curiosamente definido como ambidextro pero que con toda
nos; y sobre ~oda por Ovidio, cuyas Metamorfosis tuvieron gran in- seguridad corre~ponde al Arbol Cósmico o al Arbol de la Vida. El Fi-
fluencia en el conocimiento de los mitos del antiguo mundo greco- siólogo lo identifica directamente con Dios, diciendo que el árbol es
romano por parte de clérigos y estudiosos medievales. el Padre Etemo y que su sombra es la imagen· de Cristo, mientras
~~~-~,!Raii9_1l~que_§í J.:!~~~ref~xeneia:Pl_llie-eu-and-c:Ele~~ que el dulce fruto y las palomas representan al Espíritu Santo (en
cribe al dragan es el del_~~Dtal!!!~!liQ_yJaenennstad-eE:tFe-este_:y_.._ realidad, para ser más coherentes, las palomas deberían represen-
-ek.lefaní~, .. JanJ):iiiioifiirrte ~l!~lme~!.~~E~!:ª-el._Bestiar-io-m@diev:al,~­ tar más bien a los cristianos que reciben al Espíritu Santo, es
J!omo yay::imos. El autor roman01iaola de las grandes serpientes de decir, el fruto; pero el Fisiólogo no es, como hemos dicho, modelo de
/la India;· de las cuales -dice-la mayor es el dragón, enemigo acérri- coherencia). El dragón, por supuesto, es el Diablo, que teme a Dios
mo del elefante y capaz de vencerlo gracias a su fuerza y su tama- y a Cristo,; y que sólo puede capturar y devorar a los cristianos
ño. Hablamos ya de la forma cómo lo espera, se enrosca a su alre- cuando éstos se alejan de aquellos, esto es, del árbol o de su bené-
dedor o lo muerde en las narices o detrás de la oreja; también de fica sombra.
_gue la razón de la lucha t:s __ ~!:!~. el_.-f!.!agón -~-~--~J:!~~~~y
~-~~-. • '""'·'h~·-···"-'-'cc~-~h~""· ' .. ·-~-~w<"""'"'~ " ·---~~~'"::::;--:1

240 241
hecha en términos que para ese entonces podían pasar como cien-
tíficos; y desprovista de toda connotación religiosa que asocie al
animal con el demonio. Dice, como Plinio, que el dragón es lama-
yor de la serpientes. Es más, agrega, es el mayor de los animales te-
rrestres. Los griegos lo llamaron OpaKw[]v. de donde proviene el latín
draco. Con frecuencia, al salir de la caverna en que vive, se remon-
ta por los aires provocando ciclones. Tiene cresta, boca pequeña, y
también estrechos conductos para respirar y sacar la lengua. Pero
\! su fuerza no está en los dientes sino en la cola, y hace mucho más
daño empleando ésta como látigo que mordiendo. Carece de vene-
no y siempre mata por asfixia. Ataca y vence al elefante, enroscán-
dosele alrededor del cuerpo y asfixiándolo. Por último, dice Isidoro
que los dragones habitan en la India y Etiopía y que "viven en el
calor en medio del incendio que provocan en las montañas".
En los Bestiarios ulteriores hay algunos pequeño.s añadidos. El
Bestiario de Cambridge repite literalmente a Isidoro, pero incorpora
al texto la lectura religiosa: el dragón es imagen del demonio, pues,
como aquél, el demonio es también el mayor de los reptiles, y sale
también de su guarida lanzándose al espacio e inflamando el aire,
es decir, se hace pasar por ángel de luz para atrapar a los necios
con falsas esperanzas de.· gloria y de goce terrenal, y tiene una
cresta o corona porque es Rey de la Soberbia. Su fuerza está en la
cola porque atrae con artimañas, y estrangula hasta matarlos a
.los que tardan en tomar el camino del Paraíso, como ocurre con el
elefante. El Bestiario de Pierre de Beauvais se limita a repetir al Fi-
. siólogo; recontando y glosando su historia acerca del árbol ambi-
dextro, el dragón y las palomas. Por su parte Guillaume le Clerc
resume escuetamente el texto de Isidoro pero sin añadirle -como
hace el Bestiario de Cambridge- digresiones o comentarios religio-
sos. Así hace Brunetto en su Libro del Tesoro. Pero Gervaise con-
funde al dragón con la serpiente y dice de aquél que cuando tiene
sed busca un manantial de agua fresca y pura, pero que antes vo-
mita en una zanja, dejando en ella su veneno. Es entonces cuan-
do bebe, purificado y limpio de veneno, G_Omo deben hacer siempre
los cristianos antes de dirigirse al templo a orar y a escuchar lapa-
labra divina ..
Esto es prácticamente todo lo que contiene el Bestiario medieval
acerca del dragón. Sorprendente resultado en verdad. Demasiado
poco para un animal de tanta importancia y de tanta riqueza
simbólica. Esta pobreza descriptiva y analítica no'contradice sin
30. Dragón demoníaco y joven mujer pecadora. El Bosco. Detalle del Juicio Final.
Akademie der bildenden Künste, Viena.
embargo lo que antes hemos afirmado acerca de la enorme signifi-
cación del dragón en la cultura y en la literatura medievales, pues
Isidoro nos da en cambio una excelente descripción del dragón, por fortuna, como tendremos ocasión de ver de inmediato, el trata-

242 243
miento del mítico animal en el mundo medieval cristiano no quedó refieren a la lucha contra el dragón por el tesoro, a veces idealiza-
circunscrito solamente a enciclopedias y Bestiarios. do. En lo que sigue trataremos de ocuparnos de cada uno de ellos
brevemente. ·
EL DRAGÓN EN LA LITERATURA MEDIEVAL EUROPEA,
CRISTIANA Y PAGANA. LOS GRANDES TEMAS. l. El héroefundador y el dragón.
En efecto, el cristianismo recoge, reformulándola y simp~cán­ El tema del héroe fundador que debe enfrentarse a un dragón es
doia en cierta forma, la temática occidental relativa al d~agon .. ~1 antiquísimo, y en la forma en que nos interesa proviene de la
dragón cristiano asume así siempre o c?-si siempre una ~rmens~on mitología griega. El dragón es en este caso la materialización de los
cósmico-religiosª-_y es presentado no solo como e~ obstaculo s~o obstáculos que dificultan la ocupación de un nuevo territorio para
como el auténtico Enemigo, como la imagen matenal del Demomo. abrirlo a la civilización, desecando marismas o pantanos, elimi-
En la lucha entre el Bien y el Mal, entre la luz y las tinieblas, en?"e nando de él bestias peligrosas, fundando ciudades o santuarios, o
cristianismo y paganismo el dragón representa al Mal, al pagams- instalando poblaciones de colonos. Generalmente se trata de bos-
mo, a las tinieblas .. Desde el Apocc;lipsis, el dragón fue i~~ntificado ques a desmontar, de marismas o zonas pantanosas en las cuales
con la antigua serpiente, con Satan el Tenta?or, y tam~Ie~ con 1~ habita siempre un poderoso y terrible dragón que impide todo
Bestia del Fin de los Tiempos, monstruo asociado al Antlcnsto. As1 poblarp.iento. Sólo un héroe osa enfrentarlo; y tras vencerlo, las
lo vieron. fundamentalmente los Padres de la Iglesia, entre ellos nuevas tierras se abren al cultivo y a· la ocupación humana. Es
San Jerónimo y San Agustín. ,Jambién los anacoretas que a cada ésta en todo caso la lectura que hicieron los mitógrafos evemeris-
paso lo enfrentaron en el desiert9,; Así lo transmitieron unos Y tas y la que pasó a los autores cristianos como Isidoro, tan ansio-
otros al cristianismo medieval!-l sos de encontrar explicaciones racionales de los mitos clásicos a
Pero a pesar de esta suerte de simplificación de la, imagen ~el fin de desprestigiarlos dando cuenta de ellos, asimilándolos a lo
dragón, generalmente reducida al dominio de 1~ demon1ac?: el cn~­ común. Ejemplo de e~os mitos y leyendas que asocian a un héroe
tianismo recogió también diversos tem~~ asoc.Iados, al nntlc.o ani- fundador con la derrota de una serpiente o de un dragón, son, en-
mal, todos ellos provenientes de las VIeJaS mitologias, p~rticular­ tre otros, la historia de la lucha de Cadmo contra el dragón que
mente de la griega, en los que -siempr; visto com? obstacu.lo- el obstaculiza la fundación de Tebas, o la de Heracles contra la terri-
animal aparece asociado a luchas de he!oes Y.~~ d1~~es por rmpo- ble hidra que habita en el pantano inhóspito de Lema.
ner el orden frente al caos; por introducrr la CIVIlizacion en temto- En el primer caso, Cadmo, protegido de Palas Atenea, acompa-
rios dominados por bestias salvajes y mortíferas; por rescatar teso- ñado por varios camaradas suyos, sigue durante largo tiempo a
ros o doncellas; o por lograr el conocimiento profundo y revelado. una maravillosa vaca que según lo que le ha sido dicho por el
Cristianizando esos temas, atribuyéndole relatos equivalentes a oráculo de Delfos se detendrá agotada y morirá en el sitio donde
santos y héroes cristianos, o haciendo de los héroes o di~ses san- deberá el héroe fundar la ciudad de Tebas. Al niorir la vaca, Cadmo
tos al servicio de la nueva religión, el cristianismo recogio y desa- decide sacrificarla a Atenea, y para ello manda a sus camaradas a
rrolló los mitos y leyendas en los que los dragones aparecen como tomar agua de una fuente, cuyas aguas manan de una gruta cer-
obstáculos cósmicos o épicos a vencer. cana. Pero en la gruta habita un enorme dragón que ataca y mata
Pensamos que estos grandes temas, de una u otra manera pro- a los camaradas de Cadmo. Este enfrenta a la bestia y le da muer-
cedentes de las mitologías antiguas y clásicas, de una ~ otra f~rma te. Atenea le indica entonces que siembre los dientes del animal.
modificados y adaptados por el cristianismo de los pnmeros s1gl~s Así lo hace Cadmo; y a poco, del lugar en que los ha sembrado bro-
-el más necesitado de estos procesos sincréticos útiles para permi- tan guerreros atemorizantes y bien armados llamados §pg;r_toi <f=:
tirle arraigarse en un mundo todavía pagano en buena parte- pue-
(onap-roL). El héroe les arroja piedras; y los guerreros nacidos de los
den dividirse en cuatro grupos: a) los que se refieren al héroe fu~­ dientes del dragón se matan entre ellos pensando cada uno que
dador y al dragón; b) los que se refieren a 1~ l~ch~ co~,tra el dragan son los otros los que lo han agredido. Con los cinco spartoi sobre-
identificado con.el demonio con fines de cnstianiZacion; e) los que
vivientes a la lucha funda Cadmo la ciudad, consagrada a Atenea.
atañen a la lucha contra el dragón por la doncella; y d) los que se
Aquí el dragón, asociado a la cavema y a la fuente, es obstáculo

244 245
que se opone a la construcción de la ciudad, pero que de alguna cara y cabeza de león, dientes aguzados como espadas. crin caba-
manera contribuye (aunque sea involuntariamente) a la fundación lluna, lomo cortante como un hacha, espinas erizadas, seis patas
de ésta, pues de sus dientes derivan los guerreros que colaboran como de oso todas dotadas de garras poderosas. cola de serpiente,
con Cadmo en su labor urbanizadora. y de cada lado un escudo como caparazón de tortuga. Devoraba
En el segundo caso Heracles, cumpliendo uno de los trabajos animales grandes, como asnos y caballos, y hacía naufragar los
que le habían sido impuestos por Euristeo, se enfrenta a un pode- barcos que cruzaban el Ródano. Nadie, ni animal ni hombre, era
roso monstruo serpentino, suerte de dragón de mucha~ cabezas, capaz de enfrentarlo; y menos aún de vencerlo. Versiones más tar-
· que habitaba un pantano en la región de Lerna y que impedía todo días, como la que nos transmite Rabano Mauro, le confieren ras-
acceso de seres humanos al lugar, devastando las cosechas y devo- gos más definidos de dragón: reptil largo y grueso, su aliento ex-
rando el ganado de comarcas vecinas. Según algunos au!ores, el pandía una humareda pestilente, sus ojos eran brillantes cual
monstruo tenía cinco o seis cabezas, según otros eran cien, y a chispas azufradas, sus fauces tenían dientes ganchudos y emitían
veces eran de forma humana Pero no importa cuál fuese su aspec- silbidos pavorosos. Desgarraba con sus garras y sus dientes todo lo
to lo cierto es que emitían un aliento pestilente capaz de matar a que encontraba en su camino, y su aliento mataba a todo ser vivo
cualquiera a gran distancia. Para remate, de serle cortadas, las ca- lo suficientemente audaz como para osar acercársele. 3
bezas renacían de nuevo, y la del centro, la principal, era inmortal. Acompañada por Marcela, Santa Marta acude al bosque panta-
Ayudado por su sobrino Yolao y quemando con tizones los cuellos noso donde habita la cruel Tarasca, seguida de lejos por los habi-
de la bestia para impedir que las cabezas cortadas renacieran, He- tantes de Tarascón, que le han rogado que se enfrente al mons-
racles dió cuenta de la hidra; y cortándole luego la cabeza inmor- truo. La santa encuentra a la bestia en el momento en que devora
tal, la enterró bajo una roca gigantesca. La lectura evemerista de a alguien en medio de la espesura. Le arroja agua bendita, le
este mito, repetida por Isidoro, hace de la hidra el propio pantano muestra una cruz de madera, y el animal se vuelve dócil como un
desecado por Heracles, o los miasmas que procedentes de él impe- pequeño corderillo. La santa lo ata con su cinturón, motivo éste
dían la habitación humana en su vecindad. La lucha épica contra .que encontraremos también en la leyenda de San Jorge y en otras
el dragón es reducida de este modo a simple símbolo de un trabajo luchas cristianas relativas al dragón; y el animal la sigue ya doma-
civilizatorio de desecación de marismas infestadas. do, como el unicornio al que cautivan las doncellas. La multitud,
Relatos de este tipo, pero vistos a través del prisma cristiano, ahora confiada, se le arroja encima, igual que los cazadores al
fueron frecuentes en el cristianismo de los primeros siglos, franco unicornio, y lo mata, haciéndolo pedazos con lanzas y con piedras.
enemigo de dragones y paganos, ansioso de imponerse a los segun- Vencida y muerta la Tarasca, la región se hizo más apta para reci-
dos erradicando a los primeros. Unos pocos pero significativos bir la civilización y el cristianismo; y las marismas y bosques pudie-
ejemplos bastarán. · ron ser ocupadas y recorridas sin temores.
El primero de ellos es el de Santa Marta y la Tarasca. ·Es un Otros relatos comparables son el de San Hilario y el de San
típico relato cristiano de héroe fundador (en este caso es una san-
ta y no un santo) enfrentado a un dragón que infesta una región.
se· trata de Santa Marta, una de las santas mujeres compañeras 3 El relato hecho por ~a Legenda Dorada introduce ciertos elementos curiosos en la descripción
de Cristo, hermana de María Magdalena. Huyendo de las persecu- del dragón. alguno de ellos un tanto ridículo. Se dice allí que la Tarasca habría sido engendrada
por Leviatán, "serpiente acuáticajerocísima", y un onagro o @!!Q salvaje de Galacia. Desde
ciones anticristianas del Cercano Oriente y decidida a implantar el Oriente habría venido nadando por mar hasta el Ródano. Pero además de todo, una caracterís-
cristianismo en las áreas pantanosas de Provenza, entre Aries y tica del enorme animal habría sido la de que, al sentirse acosado, "lanzaba sus propios excre-
mentos contra sus perseguidores en tanta abundancia que podía dejar cubierta con sus he~f1
Avignon, la santa se instala en la región, acompañada de una cria- una supeificie de una yugada: y con tanta fuerza y velocidad como la que Ueva la.flecha al salir
da suya llamada Martilla o Marcela. La región cercana a lo que hoy del arco: y tan calientes que quemaban como eljuego y reducían a cenizas cualquier cosa que
es Tarascón se hallaba entonces aterrorizada por la presencia de juera alcanzada por ellos". Esta última característica está claramente tomada de un animal que
ya estudiamos: el bonacus o bonacón. lo que muestra que Jacobo de la Vo'rágine tenía en este
un terrible dragón, una fiera llamada Tarasca. En la Vida de Santa caso a mano su Bestiario. Pero lo más importante en nuestro criterio es que esta descripción
Marta se lo describe como un híbrido entre bestia terrestre y animal constituye un paso significativo en el proceso que a lo largo del medioevo europeojue llevando
marino, con cit;'!rta confusa similitud con el cocodrilo. Era más a una det•aluación creciente de la figura del dragón: ~ un monstruo que ataca escupiendo jue-
go a uno que se defiende evacuando, así sus excrementos sean una especie de ~palm. hay la
grueso que un toro -dicé el autor- más largo que un caballo, tenía distancia que lleva de un animal que irifunde no sólo miedo sino también respeto a uno que aun
siendo temible empieza ya a cargarse de atributos grotescos y ridículos;J ~"'

246
Marcelo. En el primero, narrado.originalmente por el.poeta mero- prudente distancia, acude jubiloso a ver de cerca el prodigio. Mar-
vingio Venancio Fortunato y luego resumido en la Leyenda Dorada, celo, seguido por la multitud, se pone en marcha, conduciendo con
San Hilarlo de Poitiers, obispo cristiano, recorriendo las costas de él al ya inofensivo dragón. Caminan tres millas por el bosque, y lle-
Liguria llega frente a una isla llamada Gallinaria. Los habitantes gados a una suerte de límite, Marcelo le dice que se vaya, que esco-
de la costa le indican que es imposible instalarse en la isla, pues ja entre esconderse en el desierto u ocultarse en el agua. El dragón
ésta está habitada por serpientes gigantescas, que aquí sin duda desaparece para siempre y el santo regresa a la ciudad acompaña-
desempeñan el rol de los dragones. El santo va a la isla a someter- do por el pueblo. La paz queda restablecida, el bosque se hace otra
las, armado solamente de su cayado de obispo. Las serpientes vez seguro y el dominio civilizador del recién implantado cristianis-
huyen apenas lo ven llegar, y el santo clava su báculo como límite, mo se ve fortificado gracias al milagro.
dividiendo la isla en dos sectores: uno destinado a las serpientes, y
el otro dedicado a la habitación humana. Las amenaza además 2. La lucha contra el dragón corrw derrwnio confines de
con arrojarlas al mar si no respetan su decisión; y Fortunato no cristianización.
vacila en considerar a Hilario como un héroe civilizador pues acre-
centó el territorio de los hombres arrojando de él a las bestias. La El relato de san Marcelo nos introduce en este segundo tipo de
historia es menos dramática sin duda que la de Santa Marta, pues enfrentamiento, que no resulta nada fácil desligar del anterior. La
el santo no mata en ella a los dragones o serpientes, y se limita tan idea dQminante en este caso no es tanto la de civilizar o abrir espa-
sólo a reducir su territorio; pero el resultado es el mismo: amplia- cios a la habitación humana (cristiana, por supuesto) sino más
ción del espacio humano y expansión del cristianismo, ya que el bien la de enfrentar directamente al dragón como imagen induda-
milagro no es gratuito ni carece de fines religiosos. ble del Demonio, como enemigo de la religión, como peligro para la
En el segundo, más interesante y más parecido al de Santa salvación del alma.
Marta, San Marcelo, obispo de París, quien se supone murió antes El tema deriva también de viejos mitos, en los que el dios orde-
de mediados del siglo IV, expulsa a un terrorífico dragón y lo hace nador enfrenta casi siempre a un dragón o a una serpiente enorme
alejarse de la ciudad amenazada de contaminación por su presen- como imagen del Caos, lo que para el cristianismo equivale casi
cia. El relato procede también de Venancio Fortunato y se halla re- siempre a dominio del demonio y del pecado frente al divino poder
cogido siglos más tarde con todo detalle en la Leyenda Dorada .. ordenador representado por el triunfo de la religión cristiana. En
Cuenta el poeta merovingio que tras la muerte y entierro extra-mu.: esos viejos mitos, mitos de Creación o más bien de ordenación del
ros de una aristocrática mujer, tenida 'por todos como noble ma- mundo, los dioses nuevos se enfrentan a los viejos, representados
trona pero que en realidad era una lujuriosa pecadora, un dragón por grandes monstruos o dragones; y al derrotarlos y matarlos
o serpiente gigantesca apareció para comerse su cadáver, haciendo reestructuran el mundo y logran sacarlo del Caos a que estaba so-
inhabitable el bosque cercano al cementerio, y sembrando de paso metido. Así en la mitología babilónica, tan importante para la
el terror en toda la ciudad. Los familiares llegan a ver al monstruo formación del viejo pensamiento bíblico, Marduk mata a Tiamat,
saliendo de la tumba: inmenso, desenrollando sus anillos, arras- representada en forma de dragón terrible, y de su sangre y cuerpo
trando su gran masa y fustigando el aire con la cola. San Marcelo, logra dar forma al mundo. Así, en la mitología griega,, Zeus consi-
enterado de la historia, decide enfrentar al dragón. Reúne al pue- gue, después de una batalla realmente titánica, vencer a Tifón, ser
blo-de París y le pide que lo siga. Penetra al interior del bosque veci- monstruc:>so asociado al Caos y representado con rasgos híbridos
no, donde se encuentra el monstruo, y entonces éste, que viene de en los que son muy importantes los componentes reptilescos, que
la espesura en dirección de la tumba de la matrona, se da de frente lo hacen asociable a un dragón o ser equivalente. Así, en la mitolo-
con el santo. gía hebrea Yahveh debe enfrentarse a monstruos que son antiguos
Marcelo comienza a rezar; y entonces el dragón, con la cabeza ángeles y que representan también al Caos en la medida en que
gacha y moviendo la cola como un perro faldero, acude a él a soli- quieren re helarse en contra de su poder ordenador. Tal es el caso
citarle su perdón. El santo lo golpea tres veces en la cabeza con su de Samael, de Luzbel o de Rahab, a todos los cuales hemos ya
báculo y ·le pasa la estola alrededor del cuello, en clara señal de hecho referencia al hablar de la Serpiente.
sujeción. El pueblo, que hasta entonces se había mantenido a El cristianismo por su parte recreó este tema mediante las di-

248 249
mensiones cósmicas dadas a la famosa historia del Paraíso y al en el acto con sólo probarlas. Ciro debe reconocer ent~nces que se
escatológico relato descrito en el Apocalipsis, en los que la Serpien- trataba de un falso dios y admitir que Yahveh es mas poderoso.
te y el Dragón aparecen asociados al quebrantamiento del orden Los babilonios, amotinados por la muerte del dragón, obligan a Ci-
divino y a la momentánea victoria del Mal, equivalente al Caos. ro a arrojar a Daniel al foso de los leones, pero Yahveh lo protege; Y
Empero, más allá de su dimensión cósmica originaria y remota, ese al día siguente, al acudir al foso y encon~rar al profeta sa?? Y salvo
plano demoníaco del dragón pudo ser visto de algún modo, ya en el en medio de los hambrientos leones, Crro acepta definitivamente
mismo mundo clásico, en términos más simples y cotidianos como que el dios de Daniel es el único y verdadero Dios.
enfrentamiento divino o heroico con dioses que, una vez vencidos, El enfrentamiento con estos dragones deplorables, presentados
se convierten en demonios o que son vistos como tales. Ejemplo de como imagen del paganismo o de las asec?anzas ~el demonio: se
esto puede ser la lucha de Apolo contra el dragón o serpiente Pitón hizo frecuente en el cristianismo de los pnmeros siglos, contribu-
a objeto de imponer su propio culto en Delfos. La región en cues- yendo así de alguna forma a la frecuencia de apariciones Y al
tión estaba habitada por un terrible dragón que no sólo mantenía desprestigio del pobre dragón, vencido a cada mom,ent? por los
aterrorizada a la población de los alrededores, atacando a bestias y santos y héroes cristianos, y a veces en las formas ~as ndículas o
a hombres, sino que además profetizaba, hecho éste que le confe- inverosímiles. En numerosos casos estos enfrentarmentos con dra-
ría de entrada rasgos divinos, de adversario del dios, que se negaba gones, bien lejos ya de sus orígenes ?ósmico.s, pas~:on a adquirir
a permitir que otro culto viniese de pronto a desplazar el suyo. perfiles de espectáculo circense o de srmple distraccion de anac~re­
Apolo mata a flechazos al dragón e implanta así su propio culto en tas ociosos, como se aprecia en algunos de los relatos de las Vttae
Delfos, pero, sea en señal de tolerancia, sea por temor al desplaza- Patrum.
do dios serpentifornie, establece unos juegos rituales y deportivos Los anacoretas cristianos de los primeros siglos, en efecto, fue-
en su honor, los conocidos juegos píticos. ron auténticos santos sauróctonos o matadores de dragones, asi-
En los casos del judaísmo y del cristianismo, los que más nos milados éstos siempre al Diablo, al Enemigo. Dragones aparecen en
interesan ahora, ese mismo plano demoníaco del dragón careció las visiones de San Antonio, obsesionado por la presencia del De-
usualmente de dimensiones cósmicas diferentes de las que posee monio, que se interpone entre él y_ Dios. Dra~ones aparec~n en las
en las historias del Génesis o del Apocalipsis. Lo usual fue hacer biografias de otros santos ermitanos que mientras aprec~an a los
de esta lucha un choque de alcances locales -o al menos reduci- leones y los asocian a sus vidas rechazan siempre al dragan y se le
dos- en el que el dragón fue casi siempre visto como enemigo mate- enfrentan dispuestos a matarlo o a expulsarlo de su m_undo. ~~
rial y muy concreto a derrotar, sobre todo en presencia de un pú- "uno de esos relatos, un santo ermitaño, al que han venido a VISI-
blico influenciable, para evitar así el triunfo de la idolatría o del pa- tar varios turistas, admiradores de su santidad y su ascetismo, d~­
ganismo o para poner en evidencia la fortaleza de la religión judía cide llevarlos, no obstante lo atemorizados que se muestran los VI-
o cristiana, aquélla mediante sus profetas, ésta a través de sus sitantes hasta una zona del desierto en que hay muchos drago-
apóstoles y santos. nes; y al' primero que encuentran en su ruta lo fulmina sin pie.dad
Una de esas historias en las que se vence al dragón com0 sím- casi por diversión o cot;lo entrenamiento. En o.tro relato, cunoso
bolo de paganismo o idolatría para defender la creencia en el Dios por cierto dada la funcion que cumplen en. el mismo los dragones,
único, judía de origen pero muy popular en el cristianismo medie- San Amón se sirve de un par de estos animales, a los que fue a
val, es la del profeta Daniel y el dragón de Ciro. Habiendo antes buscar al desierto vecino, para proteger su humilde celda de anaco-
vencido y hecho ejecutar a los sacerdotes de Bel tras descubrir sus reta, visitada varias veces por ladrones que venían a robarle el pan,
artimañas ante Ciro, poderoso rey de Persia y señor de Babilonia, su único alimento; y los ladrones, al entrar de nuevo a robarse el
Dani~l es llevado má.s a~elante por éste a presencia de un gran pan del santo y ver al par de m~nstruos, se de~mayan d~ terror Y se
dragan al que los babilomos veneran, a objeto de que le rinda cul- convierten luego a la vida eremltica, llegando Incluso . mas adelante
to. Daniel se niega a adorar al falso dios y dice a Ciro que él, Da- a demostrar santidad y a hacer milagros ellos mismos.
niel, es capaz de dar cuenta del dragón. Autorizado a ello por Ciro, En los Hechos Apócrifos de los Apóstoles (los de Andrés, los de
el profeta hebreo prepara unas curiosas bolas hechas de pez, pelo y Tomás, los de Felipe, y otros) abundan los encuentros de los discí-
grasa hervidos; y las da de comer al pobre animal, el cual revienta pulos de Cristo con dragones o serpientes a los que vencen Y a los

251
250
que a veces hacen confesar antes su carácter de encarnaciones habría sanado en forma milagrosa de la lepra, de be enfrentar a un
demoníacas. Hay otros enfrentamientos ulteriores de santos cris- dragón que amenaza la ciudad y más directamente sus aguas, su
tianos con dragones en los que priva esa condición de lucha con- sistema ·de cloacas. Pero ese dragón es también una figura de-
tra éstos como encarnaciones del demonio, pero a los que de todos moníaca y bien puede ser asociado al paganismo, pues aparece
modos no resulta fácil distinguir de los relatos de héroes civilizado- justo en el momento en que Constantino ha aceptado la fe cristia-
res como San Hilarlo y San Marcelo, pues en éstos, sobre todo en na, y se dedica desde entonces a matar con su aliento pestífero a
el último de ellos, la dimensión diabólica del dragón se combina trescientas personas diariamente; y también porque los pontífices
con su carácter de espíritu selvático o acuático habitante de una de los ídolos, que son aun paganos, prometen convertirse si Silves-
tierra que debe ser ocupada entonces o más tarde por el hombre. tre logra acabar con el monstruo. El dragón habita dentro de una
Entre esos relatos nos bastará con tratar en forma rápida de las cueva subterránea; y allí, acompañado de dos de los pontífices y
historias de San Silvestre, San Amando y San Donato, enfrenta- provistos todos de linternas, acude Silvestre a enfrentarlo. Aleccio-
dos a dragones en algún momento de sus vidas. Los tres relatos, nado por el Espíritu Santo, quien le ha asegurado además que el
todo~ de comienzos del medioevo, pueden leerse fácilmente en la dragón es Satanás, Silvestre lo amenaza en nombre de Cristo y le
Leyenda Dorada. liga la boca con una cuerda, poniendo entre los nudos de los ca-
bos de ésta una anilla engarzada a un crucifijo. Atado y neutrali-
zado asíel dragón, Silvestre, acompañado por los pontífices, que
sirven de testigos de su hazaña, regresa a la superficie; y desde en-
tonces nb se oyó hablar más del monstruo.
Los otros dos relatos son menos importantes. San Amando pa-
sa un día por un lugar y viendo a un monstruoso animal, dragón o
serpiente, hace la señal de la cruz ante él y lo obliga a regresar a su
cueva, de la que más nunca salió. San Donato, por su parte, mata
a un pobre dragón de un salivazo. Aquí se trata de un dragón
acuático, suerte de serpiente que envenena una fuente y causa la
muerte de todos los que beben de sus aguas. Un día, montado
sobre un borrico, el santo acude allugar .. El dragón se arroja sobre
él, envuelve al borrico con la cola y acerca sus fauces a la cara de
Donato. Este, ni corto ni perezoso, le escupe encima, probablemen-
te dentro de la boca, y el infeliz animal muere en el acto. 4 La saliva
de Donato resulta más mortífera que el veneno de la bestia. Luego
el santo hace la señal de la cruz; y desde entonces las aguas que-
daron limpias de veneno.

3. La lucha contra el dragón por la doncella.

31. Dragón combatiendo contra un elefante. Bestiario de Oxford. Bodleian Library. Este es uno de los temas más famosos y persistentes asociados
a la mitología del dragón, tema que terminó pasando a los cuentos
El de San Silvestre combina, como el de San Marcelo, la lucha
del héroe civilizador. o protector de un territorio urbano con el
enfrentamiento de ese héroe o santo en cuando cristiano con un
4 Ya en las Vitae Patrum se dice que una de las formas de enfrentar al dragón es soplarle enci-
monstruo que no sólo amenaza la ocupación humana sino que es ma, pues el aUento sagrado debe vencer el suyo, demoníaco. Así hace San Marciano, anacorekl
asimismo encarnación de Satanás. San Silvestre, obispo de Roma, sirio, y su aliento se convierte en una suerte de llamarada que abrasa al dragón y lo hace
esto es, Papa, contemporáneo y supuesto cristianizador de Cons- morir carbonizado y hecho pedazos. Por esta vía. santos como Marciano y Donato parecieran.
convertirse ellos mismos en una suerte de ant1-dragones, o de dragones humanos al servicio
tantino, al que (de acuerdo a una falsa pero popular tradición) del Bien.

252 253
de hadas y constituyendo en ellos casi una constante. Se trata zurrón que cuelga de su espalda la cabeza cortada de Medusa, Per-
siempre del terrible dragón que ha aparecido de pronto en una co- seo sobrevuela las costas de Etiopía en su ruta de regreso hacia
marca habitada, ciudad o reino, y que empieza desde entonces a Grecia; y atada junto a una roca a la orilla del mar distingue a una
devastada, devorando hombres y bestias. La aparición del dragón bellísima joven. Al acercarse intrigado, la bella muchacha, de la que
es usualmente un castigo o una señal divina; y el animal, repre- queda prendado de inmediato, le cuenta que está allí en espera de
sentante del poder ofendido, termina por exigir sacrificios huma- que un dragón marino acuda a devorarla. Es la hija del rey de Etio-
nos, casi siempre que le sean entregados, a la manera del Minotau- pía, y su madre la reina ha ofendido a las Ninfas queriendo compa-
ro, jóvenes a los cuales devora. La mayor parte de h1s veces la rarse con ellas en belleza. Poseidón, azuzado por las ninfas, ha he-
exigencia es de doncellas, y el clímax de la historia es alcanzado cho surgir del mar un monstruoso dragón (algunos textos insisten
cuando irremisiblemente le toca hacer de víctima propiciatoria a la en que se trata de una hembra de dragón), el cual ha sometido la
bella hija del rey de la comarca. El desenlace sobreviene cuando un región al terror, pidiendo le ofrenden animales y jóvenes doncellas.
héroe acude, ·no se sabe bien de dónde, y enfrenta al monstruo, Después de cierto tiempo de estar sometido el país a las pretensio-
matándolo y salvando así a la doncella, a la que casi siempre toma nes de la bestia, le ha llegado el tumo a ella, Andrómeda, hija del
por esposa. Aun cuando no parece ser la más antigua, esta forma rey y de la reina etíopes. Perseo espera la llegada del monstruo y
del tema del dragón como guardían de tesoros {en este caso el teso- sirviéndose de sus armas, de su casco y sus sand~as, logra ven-
ro es la doncella) tiene también viejas raíces míticas; y el cristianis- cerlo y darle muerte, casándose, tras ciertas dificultades, con la
mo, que la modificó de todos modos en forma sustancial, la tomó joven; y llevándosela después consigo.
de la mitología clásica, básicamente de la griega, en la que el tema La popularidad de esta historia fue muy grande en todo el mun-
es frecuente y está asociado a la historia de algunos héroes rele- do grtego; y lo esencial del tema pasó siglos después al cristianismo
vantes como Heracles y Perseo. medieval, asumiendo en él la forma sublimada del relato de la lu-
En efecto, una de las hazañas de Heracles, aunque en este caso cha de San Jorge y el Dragón, en la que aquél rescata de las garras
se trata de una hazaña menor, es haber vencido y matado a un , de éste a la hija del rey de. Silca, en Libia, comarca por cierto vecina
dragón que amenazaba a una doncella. Se trata de la historia de de Etiopía o asociable en términos geográficos a ella. Según el co-
Hesíone, hija del desleal rey troyano Laomedonte. Habiendo éste nocido relato recogido en La Leyenda Dorada, San Jorge, tribuno
engañado a Poseidón y aApolo, que trabajaron como obreros en la natural de Capadocia, Asia Menor, militar y cristiano, pasando
construcción de los muros de Troya, Poseidón suscitó contra la cerca de Silca, se enfrenta a un dragón y le da muerte. Se trataba,
ciudad un terrible dragón marino que empezó a aterrorizar toda la dice el texto de Jacobo de la Vorágine, de un dragón de tal fiereza y
región. Los adivinos troyanos señalaron que sólo entregándole al tamaño que nadie en la región se atrevía a acercársele. Su olor era
dragón la hija del rey, la bella Hesíone, éste se calmaría. Pero apa- además tan pestilente que desde el lago enorme en que habitaba
rece Heracles y salva a la bella joven, matando al terrible dragón a llegaba hasta los muros de la ciudad vecina e infestaba a todos los
cambio de que Laomedonte le regale unos magníficos Gaballos; que se acercaran a las aguas. Los habitantes, aterrorizados, ve-
promesa ésta que el innoble soberano tampoco cumple y que hace nían proporcionándole alimento desde hacía algún tiempo, pero si
que Heracles, años después, asalte y tome la ciudad humillándolo éste alguna vez le faltaba, la bestia se acercaba a las· murallas de la
y castigándolo. ciudad infundiendo el terror a sus habitantes y matando a mu-
Pero si la hazaña de Heracles es de muy poco peso y el héroe chos eón su hediondez. El animal había exigido en un principio
muestra escaso interés en la doncella, la de Perseo en cambio es ovejas, pero cuando éstas comenzaron a escasear hubo que combi-
tan importante que se convirtió en el paradigma mismo de las his- narlas con personas, elegidas mediante un periódico sorteo~ Al ca-
torias de dragones y doncellas, recreada y adaptada en diversas bo correspondió el tumo a la hija del rey, una hermosa doncella. Y
versiones, incluyendo las cristianas. Hijo de Zeus y Dánae, Perseo, aunque su padre hizo todo lo posible por evitar que se cumpliera
uno de los más connotados héroes griegos, regresa de vencer, con su destino, la indignación de los habitantes ante este injusto in-
ayuda de Hermes y Atenea, a la terrible Gorgona llamada Medusa. tento de discriminación lo obligó a hacer que su hija, ricamente
Provisto de un casco que le permite hacerse invisible, de unas san- vestida, saliese de la ciudad en dirección de la guarida del dragón.
dalias maravillosas que le hacen posible volar, y llevando en un

254 255
Jorge es un santo héroe cristiano, y, como en la historia de
Heracles, rescata a la doncella, pero no por ella misma sino para
obtener un objetivo. En el caso de Heracles se trataba de un
objetivo material y personal. En el de San Jorge se trata de un
objetivo espiritual y colectivo: la conversión de todo el pueblo al
cristianismo. San Jorge, por lo demás, no obstante su juventud,
trata en forma patemal a la princesa; y mientras ésta lo llama a él
'joven' él le dice a ella 'hija', como si fuese un sacerdote o un abad
cristiano. El sexo y el amor (si exceptuamos el genérico y espiritual
'amor cristiano') son expulsados del relato y éste queda reducido a
un pretexto para lograr la cristianización de una ciudad. Aún
cuando la LeyendaDorada no lo presente así, es indudable que el
dragón tiene también aquí una connotación pagana, que es una
suerte de castigo por el paganismo de los habitantes de Silca y que
sirve al s.anto de instrumento para lograr la conversión del rey y el
pueblo ~1 cristianismo, sin que después de la doma del animal el
destino de la joven importe en absoluto. 5
De cualquier modo, el tema de la lucha de San Jorge y el dragón
por la doncella se convirtió en uno de los motivos iconográficos
favoritos del cristianismo, sobre ~oda en los siglos finales del me-
dioevo y luego en el Renacimiento. Asimismo, desde mucho antes,
desprovisto de este sesgo religioso, había pasado a la literatura ca-
32. San Jorge y el Dragón. Cuadro de Paolo Ucello. Hacia 1460.
Museo Jacquemart-André, París. balleresca y cortesana, en la que llegó a ser uno de los temas favo-
ritos. Y en toda esta literatura, caballeros valientes se enfrentaron
En el camino la joven se topa con San Jorge. Este, viéndola afli- a horribles y peligrosos dragones para salvar de sus garras a her-
gida, le pregunta la causa de su tristeza; y mientras siguen mar- mosísimas y jovenes doncellas. Más ya no para convertirlas a un
chando, la chica le cuenta lo que ocurre~ San Jorge monta enton- cristianismo implantado en Europa desde hacía muchos siglos,
ces en su caballo, y contra la voluntad de la joven, que no quiere sino para obtener las manos y los favores de las jóvenes, o para
que muera inútilmente por ella, se lanza contra el dragón y .lo hiere devolverlas a sus amantes o maridos. En esta forma el tema, esteri-
con su lanza. Acto seguido desciende del caballo y dice a la joven lizado por el temprano cristianismo, recuperó buena parte de su
que le pase su cinturón por el cuello a la bestia (como en la histo-
ria de Santa Marta y la Tarasca). La joven lo hace así; y el santo y
ella se dirigen de regreso a la ciudad, llevando tras ellos al domesti- 5 Llama no obstante la atención el hecho, hasta ahora no explicado, de que el tema de la lucha de
cado animal. Los aterrorizados habitantes tratan de huir, pero San Jorge contra el dragón por la donceUa sea bastante tardío en la literatura cristiana y el que
San Jorge les habla asegurándoles que si se hacen cristianos él -contra toda lógica- ninguna referencia a ella aparezca en las Actas Griegas de San Jorge,
fuente cristiana de la leyenda del santn, no obstante tndo lo cercana que la cultura griega de los
matará a la bestia. Así lo hacen todos; y entonces el santo, con su comienzos del cristianismo estaba aún de la mitnlogía clásica greco-romana. En efecto, la le-
espada, mata al dragón. Los habitantes lo descuartizan de inme- yenda parecería haberseformado en el Occidente europeo durante el siglo XII; y su primera
diato y empleando varios bueyes arrastran los trozos hasta un aparición en un textn escrito es la descripción que de ella se hace en la Leyenda Dorada. escri-
ta, como se sabe, en el último tercio del siglo XIII.. De cualquier manera y no obstante los pro-
campo bien distante. Tras dejar implantado el cristianismo, el san- blemas que suscita esta aparición tardía del antiguo motivo, no queda duda de que esta ver-
to se marcha en busca del martirio, que obtiene poco después de sión del mtsino reelabom. o recrea en versión cristiana un viejo tema imaginario derivado de la
mitnlogía antigua, y más concretamente de la griega clásica. Otro aspecto a resaltar es laforma
manos de un gobemador pagano. en que los artistas que han representado el tema lo simplifican, haciendo que San Jorge mate
Se trata, como se ve, de una versión sublimada de la historia de al dragón de un lanzazo montado en su cabalgadura, mientras la Legenda Dorada dice que lo
la doncella y el dragón. No obstante su condición de laico, San vence primero con su lanza pero sin matarlo y que es luego de usarlo para convertir a los pa-
ganos que lo mata con su espada.

256 257
contenido erótico y mundano, aunque siempre dentro de un marco rarse del maravilloso vellón de oro y huir con él y con Medea.
de relativa pureza y de caballerosidad aristocrática y cristiana. Pero estos relatos materialistas de luchas de héroes con drago-
nes para obtener tesoros no fueron por supuesto muy del gusto del
4. La lucha contra el dragón por el tesoro. ascético y espiritualizado cristianismo de los primeros siglos medie-
vales. Para el cristianismo tuvo mucha más importancia la bús-
Esta forma de enfrentamiento entre el héroe y el dragan es m u- queda de tesoros morales o espirituales; o del saber, que es uno de
cho más antigua; y al menos en la cultura griega indi9ios de ella ellos. Pero el tema de la obtención del saber era poco asociable con
aparecen ya en Aristeas de Proconeso, autor que vivió probable- dragones o serpientes, dada la significación oficial cristiana del re-
mente en el siglo VII AC, quien en una epopeya llamadaArimaspea, lato del Génesis, y dado también el hecho de que en esos primeros
perdida casi toda pero recordada por Heródoto, habla de grifos y tan conflictivos siglos cristianos fueron los gnósticos los que hi-
guardianes de tesoros contra los que luchan para despojarlos de cieron del dragón -o de la serpiente- el símbolo de la sabiduría, de
ellos unos cíclopes de las regiones extremas del Norte, llamados la gnosis, asociando a su figura la obtención del conocimiento re-
arimaspes. Junto con el enfrentamiento a causa de la doncella, velado. Los relatos de luchas de héroes con dragones para obtener
forma humanizada y sensual del tesoro, el enfrentamiento para tesoros son en cambio importantes en las literaturas paganas del
apoderarse del tesoro es el más famoso de los temas asociados a la medioevo, sobre todo en la literatura germánico-~scandinava; Y
lucha heroica contra los dragones. En la mitología griega tuvo una solamente se incorporan al acervo cultural cristiano, aunque con
importancia excepcional; y lo encontramos ligado a las hazañas de mucha resistencia, por la vía de la cristianización de estos viejos
héroes como Heracles o Jasón. héroes y de sus aventuras. Así sucede con el Beowuif y con la his-
En el caso de Heracles se trata de la conocida historia del Jar- toria de Sigurd o Sigfrido en las Eddas y en la epopeya de los Nibe-
dín de las Hespérides. Cumpliend0 uno más de sus trabajos, Hera- lungos.
cles llega al confin occidental del mundo, situado en el actual Ma- El caso del Beowuif es el más típico. Se trata, como es sabido, de
rruecos, en busca de las manzanas de oro del citado jardín, que una vieja epopeya germánica asociada al mundo de suecos y dane-
son maravillosas y permiten obtener la inmortalidad a quien logre ses antiguos, pero escrita y conservada en la Inglaterra de la Alta
probarlas. Las manzanas pertenecen a las Hespérides, hijas o so- Edad Media y tenida por una de las primeras obras de la literatura
brinas de Atlas, el titán que sostiene el mundo sobre sus fuertes inglesa. No obstante su ambiente germánico temprano y su temáti-
espaldas. Pero están protegidas por un impresionante dragón, un ca pagana, el poema, obra de un clérigo cristiano, es cristiano, o
gigantesco monstruo de cien cabezas llamado Ladón. Y aunque en mejor aún, pagano cristianizado. Los dos motivos centrales de la
algunas versiones es Atlas quien busca las manzanas mientras obra, cada uno de ellos el enfrentamiento de Beowulf con un dra-
Heracles lo remplaza momentáneamente como sostén del mundo, gón o monstruo asimilable a él, son asumidos desde una óptica
lo usual es que sea Heracles quien se apodere de ellas venciendo al cristiana; y sobre todo en el primer caso, el de Grendel y su madre,
terrible dragón, en unos casos dándole muerte, en otros durmién- los monstruos adquieren una dimensión cósmico-religiosa que los
dolo, pues el dragón era inmortal. En el caso de Jasón se trata de integra a la mitología del cristianismo. ·
la igualmente famosa historia del Vellocino de Oro, narrada en el· Pese a que el texto es algo contradictorio, el horrible Grendel y
Viaje de los Argonautas. Nos basta aquí con recordar que esta co- su aún más horrible madre son monstruos que, aunque parcial-
, nocida epopeya se centra en la búsqueda, emprendida por Jasón y mente humanos en su aspecto, resultan asimilables a dragones o
sus camaradas (entre los que terminaron siendo incluidos casi han sido en realidad dragones humanizados de algún modo por el
todos los grandes héroes de la mitología griega, como Heracles, Te- cristianismo. Descienden de Caín, padre de todos los monstruos,
seo y otros) de un famoso vellocino de oro que se hallaba en la le- habitan en obscuras ciénagas, aterrorizan a todo un reino, el de
jana Cólquide en poder del rey Eetes y que era guardado, por su- Dinamarca, matando y devorando a sus habitantes y forzando al
puesto, por un enorme dragón. Después de muchas aventuras y rey a ofrecer a Beowulfricas recompensas si los vence; y han apare-
tras ser s;>metido por Eetes a una serie de trabajos dignos de Hera- cido además como castigo por la recaída de los daneses en el paga-
cles, Jason logra, con la ayuda de Medea, joven y bella maga que es nismo o por su complacencia con respecto a éste. Beowulf tiene
hija de Eeetes, que el dragón se duerma, lo que le permite apode- además rasgos de héroe cristianizador o civilizador, pues su triunfo

259
258
sobre Grendel y su madre silve para mostrar que la derrota del Mal mar el agudo dolor; y entonces empieza a comprender el lenguaje
es posible y para restablecer la felicidad en el hasta entonces ate- de los pájaros. Este nuevo saber le permite escuchar las conversa-
rrorizado reino. El otro caso, el del segundo monstruo al que Beo- ciones de las avecillas que hablan en las ramas de los árboles veci-
wulf, ya viejo, enfrenta al final del poema, es mucho más claro y tí- nos acerca de la artera muerte que le prepara Regin ahora que son
pico; y hasta carece de barniz cristiano. Es sin lugar a dudas un dueños del tesoro. Sígurd mata entonces al enano y antes de partir
dragón. Así se lo describe, sin pretensiones cósmicas ni religiosas. con el tesoro se baña en la sangre del dragón. De esta manera ob-
Habita en una cueva en una montaña, probablemente un túmulo tiene la inmortalidad. O casi, pues si bien la sangre del dragón con
como los que servían para enterrar a los héroes germanos y vikin- la que se baña provee a su piel de una capa impenetrable a cual-
gos paganos; y cuida los tesoros que hay escondidos en ella. Al- quier arma, una hoja de tilo que -desprendida de un árbol cerca-
guien, aprovechando un descuido de la bestia, se lleva parte del te- no- se adhiere a uno de sus omóplatos sin que Sígurd se dé cuen-
soro, y el animal, tras constatar que falta algo, se dedica entonces ta, impide que la sangre proteja ese sitio. Y por allí entrará luego la
a asolar la región y a sembrar el terror en todo el reino, que es punta de la lanza o espada con que Hagen lo matará más tarde
precisamente el reino de Beowulf. Este se vé obligado a enfrentarlo, para satisfacer a la despechada Brunilda.
no obstante que no es ya más un hombre joven. Atemorizados, sus Esta idea de que comer la carne o beber la sangre del dragón da
guerreros lo dejan solo, con la honrosa excepción de uno de ellos; acceso al conocimiento, vale decir, a un tesoro espiritual, tuvo am-
y Beowulfbatalla heroicamente contra el monstruo, enorme, pesti- plia prqyección en la literatura maravillosa y mantuvo sus ances-
lente, venenoso; y logra al cabo matarlo, pero sólo a costa de su trales lazos con el folklore. Los cuentos populares conservaron su
propia vida. vigencia como tema y uno de ellos, recogido durante el siglo pasado
Aunque compuesta en época más reciente, la epopeya de Sígurd por los hermanos Grimm, recrea el interesante motivo. Se trata de
o Sigfrido en la Edda escandinava, en el ulterior Cantar de los Nibe- La Serpiente Blanca, relato en que una vez más, gracias al perma-
lungos o en la aún más tardía Volsunga Saga revela no sólo ante- nente flujo de atributos simbólicos entre serpientes y dragones,
cedentes paganos tan viejos como los de Beowulfsino incluso una comer la carne duna serpiente, en este caso blanca, permite a un
forma menos cristianizada, mas francamente pagana, sobre todo criado de palacio no sólo descubrir la fuente de la inmensa sabidu-
en sus redacciones más antiguas, las de las Eddas, y en la Volsun- ría del rey (pues el criado lo que hace es pro bar a escondidas un
ga Saga, tardía pero dependiente directa de éstas. Se trata del ar- trozo del alimento secreto destinado a éste: una serpiente blanca)
chiconocido enfrentamiento, que no podemos resumir ahora, entre sino también entender el lenguaje de las aves, como en el clásico
Sígurd o Sigfrido y Fáfner, el gigante convertido en monstruoso mito de Sigfrido.
dragón, por el tesoro de los Nibelungos. Lo que nos interesa desta-
car es que Fáfner es un clásico dragón guardián de tesoros y que LA EVOLUCIÓN Y DECADENCIA DEL DRAGÓN CRISTIANO
en su doble condición de gigante y de dragón está asociado tam-
bién a la sabiduría, aunque en una forma bárbara poco digerible La mención de los hermanos Grimm es pertinente porque ilus-
para el cristianismo y aún para la sociedad cortesana un tanto tra con claridad de qué manera el dragón, monstruo cósmico y te-
refinada de la Austria del siglo XIII, área de redacción del Cantar. rrible asociado a los más viejos mitos originarios de la humanidad,
Fáfner habita en una caverna cercana a una corriente de agua, en después de un largo y variado recorrido a través de muchos mile-
una zona húmeda y pantanosa, vigila constantemente su tesoro, y nios y culturas, termina convertido -degradado por completo y des-
sólo lo abandona para bajar hacia la fuente o para buscar alimen- provisto de esas terribles dimensiones cósmicas- en simple perso-
to. Sígurd lo espera armado de su maravillosa espada, mientras Re- naje de cuentos infantiles, destinado de antemano a la humilla-
gin, el enano que la ha forjado, celoso hermano de Fáfner e insti- ción y a la derrota.
gador del enfrentamiento, aguarda en la distancia con aviesas in- En efecto, desde Tiamat o Tifón hasta la Serpiente Blanca (o,
tenciones. más aún, .hasta los dragones infantiles de los dibujos animados de
Tras dar muerte a Fáfner, Sígurd, por orden de Regin, le extrae Walt Disney), hay toda la inmensa distancia cronológica y cultural
el corazón y lo asa para éste. Pero habiéndose quemado uno de que separa a un mundo lleno de mitos y no lejos de sus orígenes
sus dedos impregnados de la sangre ~el dragón, lo lame para cal- culturales, en el que el dragón era visto como bestia terrorífica

260 261
asociada al Caos y a las fuerzas naturales desatadas e incontrola- l. Los dragones que llenan el mundo maravilloso del Oriente,
ble~, de .otro mundo como el ~ctual, moderno, industrializado y en especial de la India y de Etiopía, en los relatos de los viajes y
racionalista, en el que la bestia terrible de otras épocas apenas aventuras de Alejandro, desde el Pseudo-Calístenes hasta los ro-
sobrevive como pobre animal imaginario de comparsa, tan grande mances de tema alejandrino más tardíos. Es importante destacar
como torpe, y destinado por lo demás a sufrir las acometidas de entre ellos los relatos aljamiados escritos por musulmanes españo-
algún héroe invencible y también imaginario que se sirve de· él como les de fines del medioevo, en los que reaparece siempre el tema del
medio para obtener una doncella o un tesoro. . dragón de Daniel, sólo que en estos casos modificado y atribuido al
En este largo proceso de decadencia, comparable al que experi- héroe macedón islamizado. 6
mentan los gigantes (otros terribles monstruos devaluados por el 2. Los dragones que llenan los romances cortesanos de tipo
desgaste y por la Historia), pensamos que la Edad Media y en o-ran artúrico y las ulteriores novelas de caballerías de fines del medio-
~arte .~1 cristianismo medieval han sido un importante punt~ de evo. Quizás el más interesante de todos sea el que mata Tristán,
infleXIon, pues los dragones de los comienzos del medioevo, aún valioso por el realismo y relativa originalidad del relato. La descrip-
t~ndiendo ~ás y ~ás a perder sus atributos cósmicos, seguían ción corresponde al modelo clásico: animal gigantesco, de ojos ro-
Siendo bestias tembles capaces de infundir terror, pero en cambio jos como carbones encendidos, cabeza de ciervo con cuernos en la
los dragones de fmes del mundo medieval y sobre todo los del frente y cresta como de basilisco; de patas de lagarto, .cola enrosca-
Renacimiento no sólo encuentran cada vez más dificil infundir da, cuerpo escamoso de grifo y garras de quimera. De su boca salen
miedo sino que parecen iniciar ya la caída por un despeñadero al llamas y humo que queman todo a su paso; devasta al país y ataca
f~~do del cual se hallan sólo el ridículo y la derrota irremediable y a hombres y ganado, habiendo ya matado y devorado a veinte he-
facil, la que nos narran los cuentos infantiles. roicos caballeros para el momento en que Tristán lo enfrenta. Lue-
Sería extremadamente interesante poder seguir los hitos litera- go de una terrible pelea, Tristán mata al dragón y le corta la len-
rios de ese proceso irreversible que lleva a los dragones del mito al gua; pero herido, envenenado y asfixiado por el aliento pestilente
folklore y del folklore a los cuentos infantiles, proceso en que -tal .·de la bestia, cae poco más adelante sin sentido; y es otro el que
co.m? ac:abamos de decir- nos parece que fue esencial el papel del intenta alzarse con el trofeo. La patraña es empero descubierta y
cnstian1smo. Nosotros no podemos hacerlo aquí. Nos limitaremos Tristán logra así para su tío el rey Marc de Comuailles, la mano de
apenas.a mostrar de qué manera, fuera de la literatura hagiográfi- la bella y rubia !solda, hija del rey de Irlanda. 7
c~ ~edieval, en ~a que .Y.a son observables algunos importantes in- 3. Los dragones o serpientes que dan pie al interesante motivo
dicios de ese seno debilitamiento de la capacidad terrorífica del dra- del beso flero. Una de esas historias es relatada en el famoso libro
g?n (y a ~gunos de los cuales hicimos antes referencia), la presen- de viajes de John de Mandeville: la de la hija de Hipócrates, conver-
CI~ excesiva de dragones en la literatura laica, siempre como ene- .tida en dragón, que vive en la isla de Cos. Pero la más conocida es
rmgos a vencer y ubicados casi siempre dentro de los mismos pará- la que se describe· en El Bello Desconocido, corto romance artúrico
metros, co~tribuyó.a desO:Utifi.car al animal y a reducir grandemen- compuesto por Renaud de Beaujeu hacia mediados del siglo XIII.
te su capacidad de infundir miedo. Diremos asimismo que si se de- La idea es que el caballero de be enfrentar a un horrible dragón o
ja de lado la presencia del dragón en obras como esas Vidas de serpiente y besarlo en la boca, pues se trata en realidad de una jo-
Santos que hemos ya mencionado, la literatura medieval de corte ven y bella princesa encantada, la cual para recuperar su forma
laico p~e~ó ha<:er ~el drag~n no tanto un símbolo del Mal y del
Demom? smo mas bien, un srmple monstruo peligroso y grande al
que debian vencer los heroes en varias de sus aventuras. Es esto lo 6 Para el examen de estos temas puede consultarse el primer tomo de nuestra obra Viajeros y
que predomina: la aventura, la magia, la búsqueda de tesoros la Maravillas. Lo maravilloso en la literatlira de viajes medieval (Monte Avila, Caracas, 1993,
tres tomos), dedicado al mito de Alejan.iro.
salvación de hermosas doncellas secuestradas. Bastará con cltar
vario;> ejemplo~ reveladores de esa devaluadora omnipresencia del 7 Trtstan e Iseo, cap. V. reconstrucción en castellano de Alicia Yllera. Alianza, Madrid, 1984, pp.
dragan en la literatura medieval caballeresca y en la de viajes y 60-68. Una edición completa de toda la epopeya de Tristón e !solda que reúne textos origimles
aventuras. y versión moderna de los poemas franceses y una versiónfrancesa de la saga noruega, y que
está llamada sin duda a convertirse en cómoda edición de referencia, ha sido publicada hace
Tenemos de este modo: poco por Livre de Poche, París, 1989: Trtstan et Iseut, les poemes :franqais, la saga norroi-
se, a cargo de Daniel Lacroix etPhilippe Walter.

262 263
humana debe besar a un caballero o ser besada por él en la boca. Inglaterra, donde a veces se los llamaba gusanos voladores o ala-
La misión es dificil, pues resulta bastante más fácil matar a la es- dos, lo cierto es que en esta ocasión sí se trata de un dragón cuyo
.pantosa bestia que atreverse a besarla en la no menos espantosa nombre mismo de 'gusano' es expresión de descrédito, lo mismo que
boca. 8 sugieren varios otros detalles que lo caracterizan.
4. Los dragones que aparecen en los relatos de viajeros medieva- La historia se sitúa en el siglo XIV, aunque sin dar mayores pre-
les al Oriente, como Jourdain de Séverac, Odorico de Pordenone y cisiones. El animal es sacado del agua de un río del nordeste de
el propio Mandeville, aun cuando todo indica que éste no anduvo Inglaterra por un noble inglés, el heredero del señorío de Lambton,
nunca por Ori~nte. Mandeville se sirve de la Carta del Preste Juan, un joven rebelde que prefiere ir a pescar en domingo en vez de cum-
en la que se mencionan varias veces los dragones y Jourdain plir con la obligación de escuchar misa. El animal pica el anzuelo
describe los dragones etíopes provistos de carbunclos en la frente, en el momento en que deja de sonar la campana de la iglesia, lo
que vuelan por los cielos no lejos del Paraíso Terrenal (de nuevo el que le da una connotación diabólica, acentuada por su horrible
motivo de la Serpiente), que caen a tierra gracias a la voluntad aspecto, que hace que el noble lo arroje a un pozo, llamado desde
divina, y que son luego despojados de sus piedras una vez que el entonces el Pozo del Gusano. Pero el animal sale de él algo·des-
calor del desierto ha desecado sus pestilentes cuerpos. pués, en parte porque ha ido creciendo y ya no cabe más en el
5. Los dragones asociados a las rogativas y fiestas eclesiásticas, pozo; y se dedica a aterrorizar la comarca. Para pagar su deuda
que acompañan el llamado resurgir folklórico de los siglos XII y XIII moral el caballero peregrina a Tierra Santa, pero al regresar se
en el medioevo europeo y que con la creciente participación popu- entera ·de que el animal sigue asolando el país. Empero, el dragón
lar en esas fiestas y ceremonias religiosas, sostenidas por multitu- es realmente deplorable, pues aunque cada vez que algún caballero
des y desfiles, se introducen en el ritual cristiano, contrastando lo parte en dos con su espada los dos trozos se reúnen (como
esta imagen folklórica y positiva del dragón con la del ser demonía- ocurre con los gusanos) y salta sobre el atacante y lo mata, a veces
co descrito por el clero y representado en las esculturas de los tem- llegando a arrancar árboles, lo cierto es que el tributo que exige de
plos. Esos dragones, a veces hechos de mimbre, como el de las ro- las gentes de la región no son doncellas o ganado sino grandes
gativas de San Marcelo de París, son paseados por los fieles en las cantidades de leche. Armado de una espada ganchuda el noble lo
procesiones, y las gentes arrojan frutas y alimentos a sus fauces. vence cuando el dragón acude a beber al río al atardecer, siguiendo
No cabe duda de que deben haber contribuido grandemente a para ello fielmente las indicaciones de una bruja, pero habiendo
desmitificar y a hacer simpática e inofensiva la imagen del dragón, violado a continuación el juramento hecho a ésta (matar al primer
alejándola en algo de sus connotaciones negativas, propias de la ser viviente que encontrara a su regreso a casa, como en la bíblica
literatura hagiográfica y caballeresca. 9 historia de Jefté), su nueva inconsecuencia es castigada y pagan
6. Los dragones, en fin, como el llamado gusano de Lambton, por ello varias generaciones de su linaje. lO
famoso en la literatura inglesa de fines del medioevo y que creemos
constituye uno de esos hitos importantes en el proceso de degrada-
ción del animal, que lo va llevando hacia el cuento de hadas infan-
til. Aunque es'cierto que en muchos relatos medievales, en particu-
lar en Jos noruegos y sajones, se designa a los dragones con el
nombre de gusanos (vurm, o worm en inglés) sin que ello tenga
connotación despectiva, y que esto ocurría también en el norte de

8 Existe edición española: Renaut de Beaujeu, El Bello Desconocido, traducido del francés por
Victoria Cirlot, Siruela, Madrid, 1983. En este caso en realidad es el dragón (el texto habla de
serpiente) el que besa al héroe, lo que le facilita un tanto las cosas a éste. Cj. ed. cit. pp. 50-53. 10 Hay ediciones mglesas modernas del cuentn del gusano de Lambton. De indas formas el relatn
fue recogido el siglo pasado por elfolklorista Wtlltam Henderson en su Folklore of the Nort-
9 Consultar a este respecto, de Jacques Le Golf, "Cultura eclesiástica y culturafolklórica en la hern cóuntries, Folklore Soctety, Londres, 1879, pp. 287-292. Katharine Briggs en su A dic-
Edad Medire San Maree lo de Paris y el dragón", en Jacques Le Golf, Tiempo, trabajo y cultura tlonary ofFairies, PenguinBooks, 1979, pp. 259-260, da un buen resumen del mismo.
en el Occidente Medieval, Taurus, Madrid, 1983, en especial. pp. 244-262.

264 265
CAPITULO VIII

BESTIARIO AEREO: LAS AVES. AVES REALES,


VOLATILES MENORES Y AVES MITICAS

A diferencia de lo que sucede con el Bestiario acuático medieval,


.que por lo general es restringido y resulta a veces simple duplicador
de animales terrestres, hay en cambio una gran riqueza en el mun-
do de las aves, tal como era representado en la Edad Media en los
Bestiarios aéreos. Para las gentes del medioevo -como para las de
otras épocas y quizá más que para algunas de ellas- las aves
poseían una importancia excepcional, no sólo por su variedad sino
también por su asociación con el vuelo, con la capacidad de re-
montarse a lo alto, de elevarse hacia Dios, de representar o simbo-
lizar lo mejor del ser humano, hecho a imagen y semejé!nza del Al-
tísimo. Pero, por supuesto, no todas las aves eran iguales ni todas
eran tampoco capaces de ser asociadas a esa simbología positiva y
a esos elevados ideales. De hecho, debido a sus profundas diferen-
cias de aspecto fisico, de habitat y de conducta, las aves -y esto
desde tiempos muy remotos- estaban ya cargadas de simbologías
diversas: no todas vuelan alto, algunas apenas vuelan, o simple-
mente no lo hacen; si entre ellas predominan las hermosas, las
dotadas de bellos plumajés, las hay también de aspecto desagrada-
ble y de plumajes nada atractivos; muchas son de aspecto y de cos-
tumbres pulcras, pero otras habían sido calificadas de inmundas
por la tradición y por la Biblia, debido sobre todo a su costumbre
de alimentarse de animales repugnantes; otras resultaban franca-
mente peligrosas, ya fuese debido a su agresividad y/o a su tama-

267
ño, o bien eran propensas a adquirir connotaciones demoníacas,
por su conducta, por su aspecto, o por su asociación con la obscu-
ridad o con la noche. La variedad y riqueza del Bestiario aéreo
medieval resultan por ello indiscutibles. Todo esto sin olvidar, por
supuesto, que de hecho se incluían en el mismo volátiles que no
son aves, como ocurría con los murciélagos.
Lo simbólico resulta particularmente importante, pues la sim-
bología de las. aves en el Bestiario medieval es por demás variada.
Las aves son casi siempre vistas como símbolos, ante todo como
símbolos cristianos, aunque hay también -igual que en el caso de
los otros grupos de animales- algunas descripciones que resultan
más realistas y menos simbólicas; y otras -una buena parte de
ellas, por lo demás- que derivan simplemente de mitos y leyendas
clásicas u orientales, y que pasaron al cristianismo cargadas de la
simbología que las caracterizaba en unas o en otras.
Por supuesto que no intentamos examinar todas las aves del
Bestiario y que apenas nos limitaremos a las más importantes o
interesantes. Para ~ayor facilidad vamos a dividirlas en tres gran-
des grupos: a) las aves reales más famosas, entre las que mencio-
naremos al aguila, al buitre, al avestruz, al epopo o abubilla, a la
grulla, al ibis, a la cigüeña, a la garza o fúlica, al cuervo, al pelíca-
no y al Cisne; b) algunos volátiles menores, como la tórtola, la per-
diz, la paloma, la golondrina, el búho, la lechuza, la urraca y el
murciélago; e) algunas aves míticas, como el caradrio o charadrio,
el cinamomo, las diomedias, las hercinias, el grifo, el ave roe (y sus.
equivalentes el anqa y el simurg); y el ave fénix, asociada al Bestia-·
rio ígneo.

LAS AVES REALES MÁS FAMOSAS

Constituyen la parte principal del Bestiario aéreo, pues aquí se


agrupan descle el águila y otros grandes voladores como buitres,
grullas, ibis y cigüeñas, hasta rastreros como el avestruz; y algunas
aves menores, tales el cuervo o la abubilla.

l. El águila.

Es el rey -o la reina- de las aves, versión alada del león. Es ani-


mal solar, presente en todas las mitologías y leyendas de los pue-
blos. Como rey de las aves es asociado a los ángeles, al cielo, a lo
sublime; como animal solar remplaza al sol en las mitologías, sim-
boliza el poder real, es el único animal que se remonta en los aires
33. El ágÚtl.a volando de frente al sol y zambulléndose en la fuente. Bestiario de Oxford..
hacia el sol, es mensajero portador de la luz, y mira al sol de frente.

268 269
El águila, animal solar, aéreo, aparece usualmente enfrentada a con Cristo. Pierre de Beauvais, por su parte, asegura que al poner
la serpiente, animal lunar, terrestre. El tema se encuentra, desde la hembra los huevos, ambos padres vuelan hasta un árbol cerca-
Babilonia, en todas las mitologías. A veces da lugar a una suerte no, ayunan cuarenta días, y esperan vigilantes a que nazcan los
de síntesis, como lo es Quetzalcóatl, la serpiente emplumada de polluelos. Es luego, que el padre vuela hacia el sol con ellos en las
mayas y aztecas. Tiene sin embargo una dimension negativa, pues garras, a fin de probar la resistencia visual de sus criaturas.
en ciertas ocasiones representa a las fuerzas del mal, o es símbolo A partir de una de las versiones griegas del Fisiólogo, otros Bes-
de orgullo y opresión. Su condición de ave rapaz con~ribuye sin tiarios, como el Bestiario de Amor, añaden que antes de remontar
duda a ello; y en el cristianismo es identificada en ciertos casos vuelo hacia el sol y lanzarse en picada en dirección de la fuente de
con el propio Anticristo. De cualquier manera, en la imaginería agua salutífera a objeto de rejuvenecers~, el ~guila se machaca ~1
cristiana predomina su connotación positiva: es usualmente pre- pico contra una piedra, de lo que el ultenor Ltbellus de Natura Ant-
sentada como animal solar, asociado a la luz y a lo alto, símbolo malium deduce que la piedra es Cristo, y que al cristiano le resulta
de divinidad y de realeza, animal cristológico por excelencia, y com- necesario frotarse contra ella para rejuvenecerse. Brunetto recoge,
pañero usual de uno de los cuatro Evangelistas. Así aparece en Fi- sin simbolismo, todo este rico imaginario, añadiendo varios inten-
siólogos y Bestiarios, que le atribuyen varios rasgos por demás in- tos de explicación racional de algunos de esos curiosos hechos.
teresantes. Dice así el autor del Libro del Tesoro que el águila no sólo se eleva a
Los Fisiólogos. dicen que al envejecer se le hacen pesadas las los cielos cuando está vieja y casi ciega, para que el sol queme sus
alas y ciegos los ojos; que quema entonces, volando delante del plumas y haga desaparecer las tinieblas que velan sus ojos, y que
sol, sus alas y su ceguera, que se lanza luego ha~ia una fuente, en luego se arroja desde lo alto hacia una fuente s~utífera en la 9-ue
la que se baña tres veces consecutivas, y que de este modo se re- se baña por tres veces seguidas para recobrar su JUVentud perdida,
nuevay rejuvenece. Es esto lo que debe hacer todo cristiano, bus- sino que también se quiebra el pico contra alguna dura piedra. La
cando la fuente espiritual que es Cristo, pues como es evidente en explicación de esto, segúnBrunetto, es que a medida que envejece
esta descripción imaginaria del águila se percibe una simbología ' el águila, su pico crece y se torna cada vez más curvo, de manera
asociada al agua de vida y juventud, al renacimiento espiritual y que le impide capturar sus presas. Así, el animal, al quebrarlo con-
corporal y al sacramento del bautismo. tra las piedras, lo despoja de lo que le sobra; y al mismo tiempo lo
Isidoro señala apenas dos cosas acerca del águila: la primera, afila para poder seguir atrapando a los animales que le sirven de
hecho perfectamente constatable, es que se trata de un animal de alimento. En cuanto a lo de que el águila prueba a sus polluelos
vista muy aguda, lo que permite al obispo español suponer que el llevándolos en sus garras a mirar de frente el sol, Brunetto no sólo
nombre del ave deriva de esta gran agudeza visual, pues según él, lo acepta sino que lo justifica. Dice incluso que no es por crueldad
águila vendría de acumem oculorum; la segunda -idea en cambio que el ave lo hace, sino en base a una decisión legítima, pues en
fantasiosa cargada de rico simbolismo- es que el águila es capaz de realidad los polluelos que no soportan la luz del sol no son sus
mirar al sol de frente y que de este modo prueba a sus polluelos. hijos: son bastardos, hijos de otro. Entonces acude al lugar de la
En efecto, añade Isidoro, se cuenta del águila padre que acostum- escena un ave vil, la fúlica, la cual recibe a los polluelos rechaza-
bra tomar entre sus garras a sus yástagos recién nacidos, que se dos y los educa como propios.
eleva con ellos en dirección del sol y que hace que todos queden de Digamos, por último, que en la simbología cristiana usual el
frente a la luz de éste. Los verdaderos aguiluchos, los únicos dig- águila acompaña a san Juan Evangelista; que suele ser ~ímbolo ~e
nos de él, son los que resisten la quemante claridad del astro sin la ascensión de Cristo; que a veces es imagen de generosidad, debi-
parpadear, y el águila los conserva como propios; los otros, los que do a que se asegura que comparte su presa con otras aves. En
no pueden soportarla y cierran los ojos, son, por el contrario, re- otros casos es empero animal rapaz, símbolo del mal; pero cuando
chazados por su padre y abandonados a su suerte, por tenerlos lleva una serpiente en la boca es imagen del triunfo. de Cristo con-
éste como deshonra de la especie. Los Bestiarios ulteriores combi- tra Satán. En las grandes culturas cristianas el aguila adquirió
nan de ordinario estos temas, los provenientes del Fisiólogo y los enorme importancia como símbolo de realeza, como imagen del po-
señalados por Isidoro. Así hace claramente el de Cambridge. Tam- der, como representación de la persona del emperador, sobre todo
bien lo hace Philippe de Thaon, quien llega a comparar al águila cuando es bicéfala, tema bizantino retomado por los alemanes des-

270 271
de Oton IV de Brunswick. Bien sabido es que el aguila era símbolo Valdense, en cambio, asimila al contacto con el diablo su facultad
del poder de los emperadores cristianos alemanes, esto es, del Sa- de seguir tras los ejércitos en busca de cadáveres.
cro Imperio Romano Germánico desde la Alta Edad Media hasta la Lo principal de este proceso es constatar de qué modo el ave
Primera Guerra Mundial; y que todavía lo es del imperio estadouni- carr~ñera e ~unda, te~inó asociada a la Virgen María, graci~
dense, impresa su figura en cada dólar. al nnto de la piedra eutocia, convertido luego en base del presunto
parto sin. coito. del animal. Este t~ma parece haberse origLnado en
2. El buitre, el avestruz y el epopo. la creencia antigua de que los buitres eran siempre hembras (sien-
do ~u~ machos ocasionales los halcones), lo que los hizo a menu-
Son tres aves de connotación predominantemente positiva en el do nnagenes de la Gran Madre o de la Maternidad. Esta idea forma-
cristianismo, aunque polivalente. ba parte de la cultura egipcia antigua, en la que la imagen de la
El buitre es animal inmundo, carroñero, pero el cristianismo le madre era un jeroglífico sagrado que representaba a un buitre. De
atribuyó la facultad de ayunar e hizo de la hembra imagen de la esa creencia derivó la idea de que estos animales se reproducían
Virgen María. Los Fisiólogos dicen que el ave vive en parajes altos y usualmente por partenogénesis. Esto está claramente recogLdo en
duerme en altas rocas y pináculos de templos. Preñada, la hembra el libro de jeroglíficos de Horapollo, compuesto en los primeros si-
busca en la India la piedra eutocia, que es como granizo y tiene glos del cristianismo, en el que se afirma que los buitres, que son
otra piedra adentro. Se tiende sobre ella y pare sin dolor. Así el t?dos hembras, .al llegar cierta época del año, se quedan por un
cristiano, contra la pesadumbre diabólica, debe buscar la piedra tiempo suspendidos en el aire, manteniendo abierta lavagLna has-
espiritual, la de adentro de la eutocia, que es Jesucristo, siendo la ta ser fecundados por el viento. Llama de todos modos la atención
piedra exterior la Virgen, que lo llevó en su seno. Otras versiones que ha~iendo s~do c~si seguramente el Fisiólogo griego compuesto
dicen que la hembra no logra parir y que el macho busca y trae la en ~a nnsma AleJandna en que era conocida la obra de Horapollo y
piedra al nido desde Oriente para que dé a luz. Añaden que el bui- en epoca en que la vieja cultura egipcia tenía aun bastante fuerza
tre ayuna cuarenta días y luego come cuarenta medidas, o que ~u. autor no, di~a nada acerca de esta concepción virgLnal, que t~
busca alimento desde lo alto de las rocas. La garra derecha le cam- utille habna sido para la exposición de su simbolismo cristiano.
bia de color indicándole la presencia de carroña; y al volar tras ella, Aunque de una lectura atenta del texto del Fisiólogo pareciera deri-
un rayo de. luz que brota de su ojo le guía hacia el alimento. v~se que, e~ la descripci?n del b~itre, aquél se interesa más por la
Isidoro dice que se llama vultur por su vuelo tardo (volutus tar- pied~a eu~ocia y por la simbologia maravillosa de ésta que por el
d.us) pues por ser grande es muy pesado. Algunos se reproducen sin propio annnal. ·
aparearse: conciben y engendran sin copular. Los nacidos así lle- De .todos modos y aunque se entiende que a partir de esos da-
gan a vivir cien años. Su vista es excelente; y, como las águilas, ol- tos la Idea de la comparación con la Virgen estaba en el ambiente y
fatean los cadáveres hasta del otro lado del mar. El Bestiario de fue luego expuesta por algunos Padres de la Iglesia, siempre sensl-
Cambridge, a partir de Isidoro, lanza el tema de la virgLnidad de la ble~ al tema de la ~ginidad de la Madre de Cristo, no dejade ser
hembra del buitre. Repite, como tantas veces, a Isidoro, pero asegu- cun~s~ que sea e~ epoca tan tardía como la de la composición del
ra que los buitres no copulan y que las hembras conciben sin ayu- &:~tzarw de Cam?ridge, ya en el siglo XII, y sin que estemos en con-
da de los machos. La imagen de la Virgen María se impone y con diciones de precisar bien el proceso formativo directo del tema has-
ella la crítica a los que aceptan el parto sin cópula del buitre y no ta llegar a éste, cuando esta conversión del buitre en imagen de la
el de la Madre de Cristo. Añade que el buitre es capaz de predecir la Virgen María surge plenamente desarrollada en la literatura cristia-
muerte ~e los hombres y que por ello sigue a los ejércitos que mar- na. Este es, pues, el tema principal. Pero el cristianismo también
chan al combate, conociendo de antemano el número de los muer- vió al buitre como animal con facultades adivinatorias, y en m u-
tos que habrá luego de éste. El Libro del Tesoro, que repite lo del chos casos como vulgar ave carroñera, y hasta como símbolo de
parto sin coito y lo del seguimiento de los ejércitos, atribuye a su codicia, gracias a su gran apetito, aun haciéndolo también a veces
olfato y no a su vista la posibilidad de percibir a gran distancia la capaz de ayunar.
carroña. Lo mismo hace el Bestiario Toscano, que de manera curio- El avestruz ?ristiano tiene ?na simbología confusa y variada,
sa lo compara con el hombre que persigue la sabiduría. El Bestiario aunque lo esencial respect~ de el es la relación del ave con sus hue-

272 273
vos. Como en muchos otros casos, una buena parte del conoci- celeste amor de Dios. Según él, no son las Pléyades sino una estre-
miento acerca de él viene de los enciclopedistas clásicos, en parti- lla llamada Virgilis la que marca para el avestruz el momento de la
cular de Plinio (Historia Natural, X, 1-2). El Fisiólogo latino lo omite puesta. Pierre de Beauvais dice lo mismo. Tras describirlo como de
pero las versiones del Fisiólogo griego contienen los temas esencia- cuello de cisne, patas y muslos de asno y pies hendidos como
les que le atribuye el Bestiario medieval. El Fisiólogo, que .lo llama cietvo, celebra el abandono de los huevos diciendo que el avestruz
asida, parte de un texto bíblico en el que se afirma que este animal es imagen del hombre que vive en caridad: paciente, humilde,
conoce su estación por los cielos. El ave, llamada avestruz, tiene . sufrido y piadoso. El alma se alimenta de estas virtudes como el
alas pero no vuela. Mira empero al cielo esperando el mómento de huevo del calor del sol. Brunetto repite todo lo dicho: el avestruz es
la puesta. Pone al ver desaparecer las Pléyades, momento del calor ave pesada de patas de camello, que no vuela, que pone en junio al
y el trigo maduro. Cava y deposita los huevos. Pero es ave perezosa ver aparecer la estrella Virgilio, y que abandona luego la puesta, a
y no se ocupa más de ellos. El calor del verano los empolla en su la cual luego el calor incuba. Pero añade algunos detalles curiosos
lugar. Con más razón que un ave perezosa que empero conoce su al afirmar que los avestruces padres agreden a sus polluelos en
tiempo de puesta -concluye el anónimo autor- debería el cristiano lugar de alimentarlos; que el avestruz es temible por sus alas y sus
conocer al Señor. Por el contrario, otras versiones del Fisiólogo uñas; que come y digiere el hierro porque su naturaleza es caliente
dicen que el avestruz no solamente empolla sus huevos sino que (en vez de fría); y que su grasa sitve para curar los P,olores de los
no puede quitarles la vista, pues, de hacerlo, se tornarían estériles; miembros. t
dicen que come hierro y carbones encendidos, los cuales no le ha- Conviene resaltar de qué manera la imagen del animal perezoso
cen ningún mal, pues es de naturaleza fría. La versión siríaca del que abandona sus huevos sitve luego de base a la idea de que el
Fisiólogo lo confunde evidentemente con el grifo o con el ave roe. Lo ave prefiere las cosas del cielo a las de la tierra y lo convierte así en
dice enorme, gran volador, y asegura que es bestia terrible que cap- paradigma de buen cristiano o de hombre piadoso, en vez de ejem-
tura elefantes jóvenes _y vuela con ellos al desierto a devorarlos. plo de torpeza y de paternidad o maternidad irresponsable. La afir-
Asegura también que puede capturar a un jinete y a su caballo, y . mación de que el avestruz, según decían algunos Bestiarios, no
que los indios lo capturan poniendo un buey atado con correas debía quitar la vista de los huevos, pues de hacerlo éstos se volvían
irrompibles a una carreta cargada de pesadas piedras. El avestruz estériles, fue usada por el cristianismo medieval, de forma más co-
cae desde el aire sobre el buey, le hunde las garras en la cabeza y al herente, como señal, dirigida a los cristianos distraídos en la igle-
no poder con el peso ni lograr despegar las garras del lomo del ani- sia o a los monjes carentes de concentración en el rezo cotidiano,
mal, es entonces capturado y muerto por los cazadores. Dios lo ha de que se debía siempre orar con atención, pues de no ser así, los
hecho estúpido. Por ello el animal abandona sus huevos donde rezos resultaban por completo ineficaces.
son pisoteados. Así la Providencia evita que se reproduzca y ame- Vale la pena destacar también que la imagen que acompaña la
nace al hombre, concluye el autor del texto. demostración de la estupidez del animal en la descripción que de él
Isidoro dice que su nombre es griego: mpu8w, que tiene alas pero hace Plinio no fue recogida por la Edad Media. De haberlo hecho,
no vuela y que abandona sus huevos, a los que incuba el calor del ésta habría sin duda sacado gran provecho de ello, modificando así
suelo. El Bestiario de Cambridge combina otra vez a Isidoro y al y enriqueciendo con toda seguridad la simbología del animal y sin
Fisiólogo. Dice que el avestruz se llama asida, que tiene patas de duda hasta su misma representación iconográfica. En efecto, Pli-
camello y que los griegos lo llamaban strutiocamelus, y los latinos nio dice que el avestruz es tan estúpido que cuando lo persiguen
struthio. Repite el tema de las Pléyades y a partir de él concluye que esconde la cabeza entre los matorrales, dejando a la vista todo el
el avestruz abandona las cosas de la tierra para ocuparse de las del cuerpo, y que de este modo se considera bien oculto. Esta es por
cielo, lo que lo convierte en modelo a seguir por el cristiano. Así, cierto la imagen clásica del avestruz y la que sigue haciendo hoy en
los huevos y la maternidad quedan relegados al nivel de cosas ma- día de él un animal usual del refranero, pues todavía decimos que
teriales sin importancia alguna, que merecen por ello ser abando- "hace como el avestruz" aquél que oculta las cosas de manera tan
nadas, idea ésta que repiten después otros Bestiarios. A partir de torpe que éstas resultan para todos evidentes; o más aún, aquél
esto Philippe de Thaon hace del ave un modelo de buen cristiano, que porque se tapa los ojos y no ve, cree que por ello los otros han
que debe abandonar a sus hijos para ganar a cambio de ello el dejado también de verlo a él.

274 275
El epopo, versión latinizada de la abubilla, tiene interés en el
Bestiario porque éste le atribuye la piedad fili?-1 que se acuer~a tam-
bién en el mismo a la cigüeña. Para los antiguos, la abubilla era
símbolo de piedad filial, aunque este rasgo fue ta~b!en atribuid? a
otras aves, como el alción, el abejaruco o la ciguena. La abubilla
fue llamada por los romanos upupa, de donde deriva el nombre de
epopo que le dan los Fisiólogos y los Bestiarios. A pesar de su b~llo
aspecto y del hermoso penacho que corona su cabeza, es conside-
rada animal inmundo, que se alimenta en los estercoleros. No obs-
tante, la tradición hebrea y la musulmana hacen de ella el ~ensa­
jero de Salomón,, que precede a su alfombra voladora; Y.le c:tnbuyen
importancia en el relato mítico del encuentro de~ ~<;Y JUdio con l.a
reina de Saba, pues es de regreso de una larga nnsion ~e reconoci:
miento aéreo que el ave contenta al poderoso rey judio, que está
disgustado por su excesiva tardanza, describiéndole la belleza de la
reina a la que luego Salomón pedirá que lo visite.
~s Fisiólogos se centran en el tema del amor filial. ~ ver a sus
padres envejecidos, indefensos y ciego.s, el e popo los cu~d~ Y les la-
me las plurnas, lo que debe servir de eJemplo al b:uen cn~tlano, que
debe amar y honrar a su padre y a su madre. Isidoro dice en cam-
bio que los griegos lo llamaron upupa debido a su gusto por ;l. ex-
cremento humano y el fango pestilente. Es un ave puerquisrma
-dice el autor hispalense- de empenachada cresta, siempre entre 34. Grullas preparándose para el vuelo. Bestiario de Oxford. Bodleian Library.
sepulcros y estercoleros. La connotación del av~ es ~or completo
negativa; e Isidoro concluye afir:r~ando qu.e quienquiera se frote En el imaginario cristiano medieval la grulla aparece ligada a
con su sangre, al quedarse dormido suena que lo ?-hagan los de- tres grandes temas: uno de ellos, prácticamente ausente del Bestia-
monios. Los Bestiarios ulteriores, como el de Cambndge o el de Phi- rio, es el de su enfrentamiento con los pigmeos; los otros dos son el
lippe de Thaon repiten lo mismo. Este último dice que si bien el de su previsión y el de su espíritu de cuerpo, asociado el último a la
epopo es modelo de piedad filial, su sangre es imagen del pecado; Y forma en que las grullas vuelan y asumen responsabilidades colec-
que el hombre que se unta de su sangre, es decir, que se due~e tivas, mientras el anterior lo está al largo recorrido que hace el
luego de haber pecado, es visitado y at;rrorizado J?Or el De~onio. sonido por su cuello antes de ser emitido al exterior. El primer te-
Brunetto dice que, dado que come estiercol, su aliento es siemp~e ma es de vieja raigambre clásica, remonta a Homero y aparece en
pestilente, pero que el hijo cuida a su padre viejo, con el ~ayor can- forma constante en la mitología griega y romana, variando sólo la
ño. El ave, pues, está provista de una connotacion ambigua, ya que ubicación de los pigmeos y los detalles del combate. Se le dió ade-
es inmunda se alimenta de estiércol y tiene mal olor; pero parece más una explicación mitológica vinculada al nombre y a la historia
pesar más e~ ella lo positivo, gracias a su acendrado amor filial, de Enoé, en la que no vamos ahora a detenernos. 1 La Edad Media
que es lo predominante en el Bestiario. hizo amplio uso del tema, pero no se lo encuentra sino de modo
excepcional en el Bestiario. Los otros dos temas son mucho más
3. La grulla, el ibis, la cigüeña y la garza. importantes, sobre todo el último de ellos, presente en todos los

Animales parecidos, de hecho emparentados lo~ ':lno_s con los 1 El tema del erifrentn.miento entre las grullas y los pigmeos es de una gran riqueza. Nos ocupa-
otros estas cuatro aves zancudas tuvieron en el cnst1an1smo Y en mos de 11 en un libro aun inédito acerca de la antropología maravillosa medieval. Un resumen
el Be~tiario medieval significaciones y simbologías muy diferentes. preciso y claro del tema acompañado de referencias a las fuentes del mismo puede leerse en
el Diccionario de mitología griega y romana de Pierre Grimal, Paidós, Buenos Aires, 1981,
"Pigmeos", p. 429.

276
277
Bestiarios. Desde el Fisiólogo griego se describe a la grulla como ave Oriente, desde el Pseudo-Calístenes y los romances ligados al mito"
que vuela en formación militar y que muestra en ello su espíritu de Alejandro hasta poemas épicos como el Duque Ernesto, o relatos
colectivo. Isidoro dice que su nombre es onomatopéyico, pues grus, de viajes como el de Judah-Hadasi o el de John de Mandeville.
su nombre latino, es el del ruido que las grullas hacen. Vuelan El ibis es en cambio un animal inmundo para la cultura cris-
siguiendo a un guía y su formación es la de una letra. Vuelan muy tiana medieval, como antes lo fuera para la hebrea antigua, y de
alto, y la que sirve de guía anima a las otras con la voz. Al quedar algún modo para el propio mundo clásico. Ave sagrada para los
ronca, otra la suplanta. En la noche vuelan montando guardia por egipcios, pero asociada a los pantanos y al consumo de serpientes
turnos y llevan pequeñas piedras en las patas para evitar dormirse. y de todo tipo de alimañas, el animal fue considerado inmundo por
El ruido de los guijarros al caer les indica que han abierto algo las los hebreos, aun cuando éstos le atribuyeron cualidades proféti-
patas porque están a punto de dormirse y que en consecuencia cas, como la de prever las crecidas del Nilo; y hasta los propios
deben estar atentas. Son blancas, pero ennegrecen con la edad. . egipcios, que lo adoraban y lo identificaban con Thot y con Her-
Siguiendo a Isidoro, el Bestiario de Cambridge dice que su forma- mes, imaginaron -dado el gusto del ave por los reptiles venenosos-
ción de vuelo es militar, que el guía regaña a las que se retrasan, que de sus huevos, contaminados por el veneno de estos, nacían
que a las que se cansan sus compañeras las sostienen en el aire, y los basiliscos. Los enciclopedistas romanos, como Plinio, recogie-
que las piedrecillas les sirven de lastre. Pierre de Beauvais dice que ron la información de que el ave, aprovechando s11: pico largo y
las grullas son capaces de mucha previsión, que en su formación curvo, se practicaba incluso lavados intestinales, introduciéndose-
de vuelo siguen a una guía y que ésta usa las piedrecillas en las lo en el ano, lo que contribuyó aun más a asociarlo con la inmun-
patas para evitar dormirse. La grulla que vela es el alma, y sus pa- diciay a acentuar sus rasgos negativos. Es a partir de esta óptica
tas son la voluntad. Para vencer las asechanzas del demonio y no que lo describen Fisiólogos y Bestiarios. El Fisiólogo griego lo pre-
do~se: los cristianos deben hacer como las grullas. Brunetto
senta como ave impura que por no saber nadar mora en los sitios
repite mas o menos lo mismo pero, siguiendo a Plinio, añade que bajos de los ríos y de los estanques, muy lejos de la profundidad
~as grullas antes de e~prei?-der su viaje tragan arena y agarran gui-
donde hay peces puros, debiendo así alimentarse de los impuros.
Jarros en las patas. As1 resisten la fuerza del viento, pero al cruzar El cristiano en cambio de be nadar espiritualmente y llegar a las
la mitad del mar dejan caer las piedras, como han constatado los profundidades, donde se hallan la pureza, la sabiduría, y el conoci-
marinos. Empero, no vomitan la arena hasta no haber determina- miento de Dios. Esto mismo nos dice el Fisiólogo latino.
do el lugar en el que permanecerán. Isidoro es el primer autor medieval que -siguiendo a los clási-
El tema de la previsión en la palabra, quizá derivado del de la' cos- dice que el ibis, ave del Nilo, además de alimentarse de huevos
previsión en el vuelo, se lee en el Bestiario Toscano. Allí, a partir de de serpiente .se hace a sí misma lavados inyectándose en el ano
la historia de un rey y sus tres hijos, cuya sabiduría quiere aquél , agua con su pico. El Bestiario de Cambridge combina en este caso,
p~obar antes de decidir a cuál de ellos dejará el trono, se muestra
como otras veces, a Isidoro y al Fisiólogo. Lo considera una imagen
como la grulla es el mejor modelo de prudencia, pues el hijo ,menor del hombre carnal que dotado de un alma miserable busca el peca-
del rey, el vencedor de la prueba, al decirle a su padre que .quiP~ do mortal como si fuese alimento espiritual. Philippe de Thaon ha-
ser como la grulla, le explica que desea que sus palabras antes de bla largamente de él diciendo lo mismo que Isidoro y el Fisiólogo,
salir por su boca recorran el equivalente de las tres curvas del largo pero en realidad confunde al ibis con la cigüeña, atribuyéndole a
cuello de la grulla para así no poder equivocarse. La grulla es así, ésta los rasgos y la simbología negativa de aquél. El ibis o cigüeña
gracias a su largo cuello, modelo de reflexión y de prudencia en el es animal inmundo que no se atreve a entrar al agua del bautismo
hablar; como antes su vuelo y las características de éste habían y del conocimiento espiritual. Su forma de purgarse y de limpiarse
h~ch~ ?e ella modelo de prudencia, sentido colectivo y buena orga- bien el trasero con el pico lo convierten en imagen del calumnia-
dor, que dice bien por delante y mal por detrás. El Libro del Tesoro,
n1Zac1on. El tema de la guerra de las grullas con los pigmeos, por
su parte, se encuentra en enciclopedistas influidos por la cultura por su parte, no se confunde. Dice que el ibis se parece a la cigüe-
clásica, como son Gossuin de Metz, Tomás de Cantimpré, Vicente ña, que vive a orillas del Nilo y que no se atreve a entrar al agua
de Beauvais, Bartolomé el Inglés y otros. También aparece en la , profunda por no saber nadar. Su alimentación es malsana. Por
Carta del Preste Juan, y sobre todo en varios relatos de viajes al ello sufre de malestar intestinal. Al sentirlo, se dirige a la orilla del

278 279·
mar, bebe agua salada y luego se purga metiéndose el pico en el cuidan para regresar con alimento, así Cristo, que nos ha sido arre-
trasero. Termina diciendo Brunetto que, segun algunos, Hipócrates batado, volverá en tiempo oportuno a restablecer su reino en este
imaginó el clisterio viendo al ave purgarse; y que Ovidio no halló mundo. Isidoro la describe sin pretensiones simbólicas. Se llama
nombre más repugnante que el del ibis para insultar al emperador así por el sonido que emite con el pico. Las cigüeñas son aves so-
romano que lo había hecho encarcelar. La simbología del animal ciables, enemigas de las serpientes, heraldos de primavera. Emigran
es, pues, esencialmente negativa, predominan en su descripción en grandes bandadas al Asia, cruzando los mares y precedidas por
los rasgos de animal impuro, comedor de serpientes y capaz de pur- cornejas. Aman mucho a sus hijos, y es tanto el celo conque ca-
garse en la má~ indecente de las formas. lientan los nidos que llegan a perder las plumas. Pero sus crías lo
tienen en cuenta y en su vejez les retribuyen los cuidados recibidos
al nacer. El Bestiario de Cambridge no dice nada que no esté ya en
Isidoro. Otros Bestiarios añaden poco.
Pero Brunetto dice algunas cosas interesantes. Afirma que care-
cen de lengua, pero que hacen gran ruido con el pico. Matan a las
serpientes, motivo que les ganó la proteccion de los antiguos. Am-
bas ideas provienen de Plinio. Brunetto modifica el motivo del amor
patemal diciendo que las cigüeñas vienen a Europa en primavera a
hacer sus nidos y que como cuidan tanto a los polluelos pierden
las plumas de su vientre, las cuales forman una capa bajo los re-
cién nacidos. La pérdida temporal de las plumas les impide volar y
es entonces cuando los polluelos deben alimentarlas a su vez has-
ta que las plumas les crezcan de nuevo. Al fin del verano regresan
en bandadas al Asia, precedidas de comejas, y a la última en llegar
a destino la despluman y matan a picotazos, idea ésta que el L_ibro
del Tesoro toma también de Plinio. Otro ejemplo de violencia del
ave, esta vez original del autor, lo brinda el relato hecho tambien
por Brunetto acerca de un lombardo que en un nido reemplazó un
huevo de cigüeña por uno de cuervo. Al nacer el pequeño cuervo y
empezar a tomar su color negro, el macho de la cigüeña llamó a to-
das las otras, que vinieron pronto en bandada y dieron muerte a la
hembra, suerte de extraña adúltera. ·
Símbo~o de amor matemal como el epopo, la cigüeña, enemiga
de la serpiente, heraldo de la primavera, como dice Isidoro, goz6 de
35. Los feos gustos alimenticios del ibis. Silla de coro de la iglesia de Sainte-Materne. gran prestigio en la Edad Media; y su imagen fue asociada al Bien y
Walcourt. 1531. tenida por modelo del buen cristiano.
La cigüeña es en cambio animal de rasgos casi siempre positi- La garza o fúlica tiene una simbología menos variada, aunque
vos. El Fisiólogo griego la descrtbe como blanca por arriba y obscu- tambien positiva. PJgunos piensan que el animal está asociado a
ra por debajo, amante de su nido y sus polluelos. Es imagen de la imagen del fénix o que es una de sus referencias reales, pues en
Cristo, que mostró a los seres celestiales su parte superior divina y Egipto existe -o existió- una suerte de garza llamada benú, que era
a los hombres su parte inferior humana, pues éstos lo veían desde adorada en tiempos antiguos en Heliópolis, en el delta del Nilo.
abajo y aquéllos en cambio desde arriba. Dice tambien que ambos Pero esta ,relación no es muy segura. En todo caso el Fisiólogo la
padres se ocupan de sus polluelos con amor; y que mientras uno considera un animal positivo, aunque sin grandes pretensiones.
de ellos los incuba, el otro va en busca de alimento, turnándose Dice de ella que es el más prudente de los volátiles, que busca
así hasta que ios polluelos nacen. Así como se van del nido que alimento cerca de donde vive, y que luego retorna a dormir allí. No

280 281
come carne muerta ni vuela sobre muchos lugares; y su nido y su El pelícano fue asociado desde la Antigüedad al amor paternal,
alimento se hallan en el mismo sitio. El cristiano debe seguir esta pero el tema de que con su sangre era capaz de alimentar o resuci-
enseñanza y no alejarse de la Iglesia, que es su nido y que de be ser tar a sus polluelos parece ser tardío y confuso, y todo indica que
su único alimento espiritual. en buena parte es obra del Fisiólogo. Plinio nada dice al respecto y
Isidoro apenas apunta que vuelan alto porque temen a ¡a lluvia se limita a describir al ave como parecida al cisne y capaz de alma-
y quieren estar por encima de las nubes. Cuando vuelan muy alto cenar grandes cantidades de pescado en su gigantesco pico. Las
es señal de tempestad. El texto es interesante porque resulta total- fuentes del motivo del amor paternal parecen ser más bien Eliano y
mente opuesto a lo afirmado por el Fisiólogo, el cual dice que el Horapollo. El primero, en su Historia de los Animales, habla del
animal apenas se mueve de su sitio. El Bestiario de Cambridge pre- amor paternal del pelícano, aunque nada dice acerca de que la
fiere en este caso ignorar a Isidoro y repetir lo dicho por el Fisiólogo. hembra se desgarre el pecho para revivir con su sangre a los pollue-
Igual hace Philippe de Thaon. También Pierre de Beauvais, que lo los. Horapollo dice, en su Hieroglyphica, que el ave es capaz de
estima animal inteligente, la más inteligente de las aves, diciendo quemarse las alas para proteger a sus pequeños, señalando tam-
que no vuela nunca, pues permanece siempre en el vado donde bién que el buitre, cuando no consigue alimento para sus crías, se
vive; y que allí se alimenta sin tocar jamás la carroña, lo que hace desgarra uno de los muslos y las nutre con su sangre. Parece pro-
de ella un modelo a imitar por el cristiano. El Bestiario Divino, en bable que haya habido aquí algún grado de contanll,nación entre
cambio, combina en cierta forma al Fisiólogo con Isidoro. Dice Gui- ambos animales y que el Fisiólogo griego se haya inspirado en ello
llaume le Clerc que la fúlica o garza es animal bello y de buenos para conformar el tema, que tanta popularidad alcanzó luego en
modales. Es inteligente. Vive en medio de estanques o en el mar, en los siglos medievales.
sitios inaccesibles al hombre. Allí obtiene todo su alimento sin ne- El Fisiólogo latino recoge el tema en su versión más usual:. el pe-
cesidad de moverse. Pero añade a continuación que cuando la licano ama mucho a sus hijos. Estos, al crecer golpean el rostro de
fúlica presiente la proximidad de la tempestad va a bañarse en un sus padres, los que a su vez los golpean también a ellos y los ma-
vado y luego de la tempestad regresa. Concluye asegurando que .tan. Pero luego se compadecen, los lloran por tres días y al cabo de
nunca come sino buen pescado y que su carne sabe a liebre de ma- ese lapso la madre se desgarra el costado, rocía con su sangre los
torral. Es por supuesto imagen del hombre prudente, que permane- cadáveres de sus hijos y entonces éstos resucitan. El pelícano es
ce siempre en el seno de la Iglesia. Brunetto, que la llama también así la imagen del Señor, que engendró hijos que lo despreciaron y
ardea igual que Isidoro, dice en lo esencial-y sin moralizar- lo mis- golpearon, pero de cuyo cuerpo crucificado, desgarrado su pecho
mo que Guillaume le Clerc. La garza, ardea o fúlica es así otra ave por la lanza del centurión, manó agua y sangre revivificadora sobre
de significación positiva, aunque en algunos casos se la asoció a la sus verdugos los hombres: el agua del bautismo y la sangre de la
cobardía, por su prudencia, su condición demasiado sedentaria y redención. En redacciones algo más tardías del Fisiólogo griego hay
su temor o poco interés en volar alto. en cambio dos versiones distintas del tema. La que acabamos de
Vale la pena entonces destacar que todas estas aves zancudas, ver, recogida en el Fisiólogo latino, y la que enfrenta al pelícano con
con excepción del ibis, aparecen asociadas en el Bestiario m,edieval la serpiente, reforzando así su carácter de imagen cristológica: la
y en la simbología cristiana a imágenes positivas; a veces hasta serpiente odia a los polluelos del pelícano y para evitar que los
cristológicas. De todas ellas, por último, hay representación en mate, el pelícano padre instala su nido en sitio elevado y lo protege
miniaturas ilustrativas de Bestiarios y enciclopedias, en vitrales y con una valla. La serpiente no se da sin embargo por vencida. Es-
hasta en obras pictóricas como las del Bosco, pero no tienen en pera que el viento sople en dirección del nido y exhala hacia él su
cambio importancia en la literatura de los siglos medievales. poderoso y mortífero veneno. Cuando el pelícano, que estaba au-
sente, regresa al nido, descubre a sus polluelos muertos. Entonces
4. El pelícano y el cisne. alza el vuelo hacia una nube, se golpea el costado con las alas
hasta que de él mana sangre y deja que las gotas de ésta caigan
Son también aves de clara simbología positiva, el pelícano debi- sobre sus hijos a través de la nube. Al contacto con la sangre los
do a su carácter cristológico y el cisne por su hermosa voz y su polluelos resucitan.
blancura. Isidoro recoge sólo la versión usual, la del Fisiólogo latino, y se li-

282 283
mita a ofrecerla a precio de inventario y sin hacer ninguna consi- tuosa y además le golpean los ojos con las alas. Luego, por su-
deración de tipo simbólico o moral, como ocurre de ordinario en puesto, gracias a su acendrado amor paternal, los resucita abrién~
toda su obra. El Bestiario de Cambridge repite a Isidoro, aunque re- dos e el flanco con el pico y regando los cadáveres de sangre vivifica-
cogiendo igualmente la simbología del Fisiólogo. Pero Philippe de dora. La explicación del Libro del Tesoro es aún más seria: dice Bru-
Thaon nos transmite una versión distinta. Según él, se trata de netto que algunos piensan que lo de la resurrección por la sangre
deriva del hecho de que los polluelos nacen como desvanecidos y
una grulla del Nilo, de la que hay dos especies: una vive en el agua
desprovistos de vida. Regándolos con su sangre, el padre y la madre
y come peces, otra mora en las islas y se nutre de lagartos, cocodri-
los reaniman. Sea lo que sea de todo ello, concluye Brunetto la
los, serpientes .y otras bestias inmundas. Luego relata la muerte y
Iglesia aprecia al pelícano y ha hecho de él la imagen de Cristo Sal-
la resurrección de los polluelos, para concluir identificando al pelí-
cano con Cristo y a los polluelos con los hombres, resucitados vador. .
para la vida eterna gracias a su preciosa sangre. El mismo relato, De todo esto puede apreciarse la fijeza de la imagen medieval del
pero enriquecido y bordado con artificios retóricos reaparece en el ave como. representació~ de Cristo, tanto a través del amor pater-
nal que sient~ por su~ hiJos como debido al tema de la sangre con
Bestiario Divino. · que los resucita, rasgandose para ello su propio costado.
Aunque menos importante que el pelícano, el cisne es otro
volátil de connotación positiva. Dos motivos aparecen usualmente
asociados a él: el de su blancura, imagen de pureza; y el de su
canto, melodioso y bello, pero a veces anunciador de muerte. El
conocimiento medieval europeo acerca del cisne viene en lo esen-
cial del mundo clásico, a lo que se agrega sin duda una que otra
o_bse~~ción personal incorporada lentamente al saber libresco y
snnbolico de Bestiarios y enciclopedias. Los Fisiólogos no se ocu-
pan en realidad del cisne; y el saber inicial cristiano-medieval acer-
ca.. d~ la hermosa ~ve ti<:ne mucho que ver con los enciclopedistas
clasicos y con la rmtologia. Isidoro lo describe muy bien, combinan-
do en su descripción saber enciclopédico e imaginario. Los griegos,
dice, lo llamaban KVKvos, pero los latinos lo llamaron olor gracias a
sus plum~s bl~cas. Nadie, añade, vió nunca un cisne negro. El
nombre gnego Cl!Jnus se debe en cambio a la dulzura de su canto.
Este es tan armonioso porque su cuello es largo y curvo, 10 que ha-
ce qu~ lavo~, al recorrer un camino tan largo y tan sinuoso, logre
las ma~ vana~as ~adulaciones. Se dice además que al norte, en
las regiones hiperboreas los cisnes acuden volando a hacer un co-
rro alrededor de quien toque la cítara. Los marineros, por su parte
lo consideran animal portador de buena suerte. '
Esto mismo es repetido al pie de la letra por el Bestiario de Cam-
36. El pelícano revive a sus crías con sangre de su pecho. Fisiólogo de San Epifanio. bridge. En Pierre de Beauvais aparece en cambio el tema del canto
Edición Ponce de León. Roma, 1587. asociado a la muerte, que luego repiten otros Bestiarios. Dice el
autor que hay un país en el que los cisnes cantan de modo mara-
El Bestiario de Amor.%. por su parte, intenta explicar de manera villoso; y que cuando se toca el arpa en su presencia se acompasan
racional la causa por la que el pelicano mata. a sus hijos. Aunque con :na igual que el tambor con la flauta. Pero cantan aún mejor
amoroso con su cría, nos asegura, el pelícano no acepta que le e~ ano en·que deben morir; y así las gentes, al oírlos cantar tan
falten el respeto, ni siquiera una pizca. Y es por ello <fue mata a bien, aseguran que morirán con el año. El cisne que canta frente a
sus polluelos, pues éstos le revolotean alrededor en forma irrespe-

285
284
su muerte simboliza el alma que se alegra en la tribulación, igual Hijo Pródigo.
que hicieron los Apóstoles ante las dificultades y que hace el alma La ambigüedad simbólica del cisne fue manifiesta so"?re todo ei?-
ante la ofensa corporal. Otros autores, como Brunetto Latini, agre- la literatura profana medieval. El caracter solar del anrmal que?o
gan el tema contrastante del color de su carne, pues se aseguraba asociado a su canto, no tanto al cotidiano y melodioso sino al aun
que si los cisnes eran blancos de plumaje, su carne era por el con- más melodioso que precede a la muerte. Es una suerte de imagen
trario negra. El autor del Libro del Tesoro añade que el ave es fre- del cíclico curso solar que termina con la obscuridad y con la muer-
cuente en los ríos, que nada con la cabeza erguida, y que jamás la te. En muchos casos incluso ese 'canto de cisne' fue asociado al
introduce en el agua. Repite lo de la melodiosidad de su voz a cau- amor sexual y a la relación de pareja en su momento culminante.
sa de su largo cuello, lo de que acuden al oir tocar la cítara, y lo de También se asoció el cisne con ciertos personajes, y es famoso en
que cantan mejor el año de su muerte. Pero recoge la idea de que la literatura medieval el llamado Caballero del Cisne, que se identi-
ese año una pluma de la cabeza se le clava al cisne en el cerebro en :fica generalmente con Lohengrin, pero a veces también con Godo-
señal de que pronto morirá. Entonces canta tan dulcemente que fredo de Bouillon; y que es centro de una rica leyenda germana de
es maravilloso oirlo, y así termina el animal su vida. Salvo una que la Edad Media vinculada al mundo de las hadas y recogida e in-
otra variación retórica sobre estos temas, nada hay de diferente en mortalizada modernamente por Richard Wagner. 2
los Bestiarios ulteriores. Pero lo que predominó, al menos en la cultura roedieval euro-
Aun caracterizándose por esta simbología positiva, asociada a pea, tanto pagana como cristiana, fue la concepción del cisne co-
la blancura nívea de su plumaje, a su largo cuello, a su manera so- mo imagen femenina. Se trata del también famoso motivo de las
bria y elegante de nadar, y también a su canto melodioso que es chicas o mujeres cisnes, que encontramos tanto en la mitología y
una alegre y resignada preparación cristiana para la inevitable y en el folklore céltico y germánico como en las leyendas y tradicio-
cercana muerte, el cisne muestra cierta ambigüedad en términos nes musulmanas. Se trata siempre de bellas jóvenes que asumen
simbólicos, derivada de lecturas antiguas, clásicas, de las que el figuras de cisnes, y que se bañan en ríos o en lagos ocultos en los
cristianismo medieval no se deslastró del todo. Su misma blancura , bosques, recuperando para ello sus espléndidas formas femeninas
es polivalente, pues el blanco de sus plumas es asociable tanto al y dejando en la orilla del agua sus blancos y hermosísimos pluma-
sol y a la masculinidad como a la luna y a la femineidad. Lo mismo jes. En las versiones más desarrolladas de la historia, un joven rey
ocurre con su figura y con sus rasgos, pues sus alas poderosas son o príncipe, a veces asesorado por un viejo sabio, las descubre y lo-
asociables a lo masculino mientras su gracia al nadar y su cuello gra conquistar a la más bella, apoderánddse de su plumaje y obli-
majestuoso parecen más cercanos de lo femenino; aun cuando gándola a permanecer a su lado o a casarse con él a cambio de de-
éste último -como ocurre en las representaciones de la cópula mi- volvérselo. Ejemplos de ello son las mujeres-cisnes que aparecen en
tológica de Leda con el cisne- asuma rasgos claramente fálicos. forma por demás breve en el Cantar de los Nibelungos, o en La En-
Contribuye por otra parte a esta polivalencia -y es indicadora de fermedad de Cuchulainni y mejor aún las que son descritas como
ella- el contraste entre la blancura de su plumaje y el hech9 de que motivo central en la Historia del Bello Adolescente Triste, uno de los
se diga que su carne es negra, lo que le confiere cierta dil;nensión tantos relatos maravillosos integrados al cuerpo de Las Mil y una
sospechosa, hasta demoníaca. El color negro de su carne y el ca- Noches.
rácter serpentino e indudablemente fálico de su largo cuello hacen
del animal, en ciertas representaciones tardías, una imagen aso- LOS VOLÁTILES MENORES
ciada al,pecado y al peligro. Así parece evidenciarse en la pintura
del Basca, en la que la imagen del cisne está siempre plena de mis- Se trata de diversas aves, todas ellas corrientes en el mundo eu-
terio e insinuaciones pecaminosas, esotéricas o heréticas. Ciertas ropeo, pero asociadas a simbologías variadas. También se incluye
fraternidades secretas de los finales del medioevo parecen haberse entre ellas al murciélago.
identificado con el cisne, ya fuese comiendo su carne en reuniones
clandestinas, ya fuese usando su imagen como distintivo de alber-
gues y posadas. Quizá sea éste el significado de esa 'Posada del 2 Sobre el tema del Caballero del Cisne puede consultarse, de Claude Lecouteux, Mélusine et le
Cisne' que se ve al fondo del famoso cuadro del Basca titulado El Chevalier au Cygne, Payo t. París, 1982, pp. 109-158, y de Laurence Harj-Lancner, Les fées au
Moyen Age, H. Champton, París. 1984, pp. 1 79-198.

286 287
eng~ado~ y dece~cio?ada. p~r la pér~ida de su amado, no quiere
l. La tórtola y la perdiz. ya VIVIr mas expenencias similares. Ehge la castidad; y honra y re-
cuerda por el resto de sus días el nombre de su esposo muerto. A
Son aves corrientes pero de simbología opuesta, una de ellas es diferencia del Fisiólogo griego, que llamaba al hombre cristiano a
animal santo, imagen de fidelidad conyugal; la otra, por el contra- imit~ ~ la tórtola L?acho no tomando sino una mujer en la vida, el
rio, es animal demoníaco, imagen de lujuria y de pecado. Ambas de Best~ano de Cambndge hace de la tórtola hembra el modelo de la
usual presencia en el Bestiario. ~anta viuda y llama a las mujeres a estimar tal condición, honrada
La tórtola está cargada de simbología cristológica y es modelo Incluso entre las aves.
de vida santa para el cristiano, pues los Bestiarios medievales hi- / Las dos ideas dominan la simbología medieval cristiana de la
cieron de ella el auténtico símbolo de la castidad y de la fidelidad tortola: el ~mor ~or las soleda~es: "'j la fidelidad a la pareja. Ambas
hacia el cónyuge muerto, sobre todo de la digna viuda que, descon- son repetidas sm mucha vanacion por los Bestiarios ulteriores
solada, llora para siempre a su marido. El Fisiólogo griego la descri- como el de Pierre de Beauvais, el de Guillaume le Clerc o el de Bru~
be como dotada de tres rasgos: a) regresa siempre al monte, esto es, netto Latini, razón por la que no vale la pena hablar de ellos.
a las soledades, pues no es dada a permanecer entre las gentes; b) La pe~diz es la contrapartida de la tórtola. En efecto, se trata
es parlanchina y muy jovial (lo que parece un tanto contradictorio de un an~al perverso, que roba y empolla huevos ajenos y que se
con lo anterior); e) es absolutamente fiel a su pareja, y cría con ella ent:ega sin freno a la lujuria. De cualquier forma, el tema más
en forma amorosa a sus polluelos, pero si llega a enviudar no ~tiguo, el que aparece en el Fisiólogo, es el del robo de huevos
vuelve nunca a emparejarse y más bien muere solitaria de añoran- a.J~nos. El otro, el de la lujuria desenfrenada y perversa, sólo surge
za por su compañero. Para el Fisiólogo la tórtola es imagen de Cris- mas ~rde. Y, de hecho, no se lo encuentra en todos los Bestiarios,
to, pues éste dejó como ella las multitudes en Jerusalén para velar que si tratan en cambio de su afición también perversa a apoderar-
con unos pocos discípulos en el Monte de los Olivos. También su sed~ los huevos ?e otras pe:dices u otras aves. En los Fisiólogos la
condición de ave parlanchina la hace asemejarse al Salvador, ya perdiz hace un tnste papel: Incuba huevos ajenos y logra que naz-
que éste, "con su dulce mensaje evangélico, encanta todo lo que can los polluelos. Pero cuando éstos crecen, se van volando en
hay bajo el cielo". Pero es sobre todo la fidelidad a la pareja lo que busca de sus ~erdaderos padres; y dejan a la pobre perdiz sola y
hace del ave un modelo para el buen cristiano, que debe unirse confusa. El an~l es, no obstante, imagen del demonio, que arre-
para siempre a una sola mujer. El Fisiólogo latino es -como siem- bat~ ~ ~os peque nos en juicio; pero éstos, cuando crecen, cuando
pre- más escueto, y omite el interesante motivo de la viudez del su. JUICIO aume?ta, reconocen a sus padres celestiales que son
animal. Para él la tórtola es simplemente un ave que ama la sole- Cnsto Y la Iglesia, los profetas y los apóstoles. Entonces se van
dad, que prefiere permanecer solitaria y en silencio (es decir, que no dejando al diablo también solo y confuso. Isidoro es quien introdu~
es en nada parlanchina) y que en ello se asemeja al Salvador. ce ~1 tei?-a erótico: la perdiz, llamada así por el sonido de su voz, es
Isidoro tampoco habla del asunto. Dice tan sólo que su nom- m a l ~ut;tdo porque movido por la lujuria, el macho monta al
bre, turtllr, proyiene del sonido de su voz. Añade que es ave tímida, macho, olvidandose de su propio sexo. Es esta condición de ave
que huye de la compañía de los hombres, y que prefiere las soleda- falaz ~o que explica en Isidoro el robo de los huevos: es ave tan
des y las cimas de los montes. Muda 1las plumas en inviemo y por faisana que se apodera de los huevos ajenos para incubarlos; pero
ello se refugia en troncos huecos de áiboles. Es el Bestiario de Cam- el fraude fracasa, pues empujados por el instinto natural, los po-
bridge el que relanza el tema de la viudez. Como es su costumbre, lluelos, al escuchar la voz de su verdadera madre, vuelan hacia ella
combina a Isidoro y al Fisiólogo, en este caso al griego, o al latino y abandonan a la perdiz.
ampliado. Pero al tratar de la viudez de la tórtola transforma el te- Combinados, y a veces enriquecidos por algún detalle, ambos
ma por completo, pues el llamado original del Fisiólogo a la fideli- temas real_larecen en los Bestiarios ulteriores. El de Cambridge es
dad del hombre se convierte en él en llamado a la mujer a no con- un buen eJemplo de este enriquecimiento temático. Parte de Isido-
traer segundas nupcias. Dice en efecto que la viudez hace que la ro; Y retoma a continuación la simbología demoníaca de los Fisió-
tórtola cobre terror "contra el lecho matrimonial (sic) y contra el logo~. Pero lueg~ se detiene en detalles como que la perdiz protege
nombre mismo de matrimonio". Sintiendo que el primer amor la ha su rudo con espmas y cubre los huevos de polvo. Dice que se vale

288 289
de diversos medios para ahuyentar al hombre de su nido, que se dores de palomas las tienen de muy diversos tonos: pardo ceniza,
ocupa de los polluelos en forma solícita, y sobre todo que los prote- negro, áureo, blanco y de color rojo fuego. Cuando las envían fuera
ge del macho, pues éste, lujurioso, los mata a veces para poder del palomar ninguna de ellas logra que palomas de otros criadores
seguiracariciándola a ella sin estorbo. La lujuria de las perdices es regresen con ellas a él. La única que consigue hacerlo es la de color
gran~, copulan a cada momento, y el coito termina agotándolas. rojo fuego. Se trata de una artifi~iosa imagen de Crist~ ~alva~or.
Los IIJ?Chos se pelean constantemente por sus parejas, añade, y al Dios Padre es el criador, que enVIa a sus palomas: Mo1ses, Ellas,
parecer los derrotados se dejan poseer por sus vencedore~ como si Samuel, Isaías, Daniel y otros profetas a atraer a los hombres a la
fuesen hembras. Las hembras, por su parte, son tan lujuriosas que vida etema. Todos fracasan en lograrlo, salvo la paloma de color
basta que el viento les traiga el olor de los machos cercanos para rojo fuego, que es el propio Cristo. Este último, con su sangre
que queden pre_ñadas de ellos. Philippe de Thaon dice que su nom- escarlata, rojo fuego, derramada en la cruz, rescata a los hombres Y
bre, perdiz, deriva de que pierde los polluelos, ya que incuba hue- logra para ellos la salvación eterna. Después de est~ pal?ma místi:
vos ajenos. Guillaume le Clerc resalta el tema ·de la lujuria, y sobre ca nos habla el Fisiólogo griego de las palomas ordinanas; y aqu1
todo que el animal es capaz de cometer el vicio nefando de la sodo- retoma el tema del árbol ambidextro. Dice en efecto que las palo-.
mía, juntándose e~ macho con el macho y olvidando así la ley na- mas vuelan todas juntas y que por ello el gavilán no logra acercár-
tural. Brunetto por su parte reúne en un corto párrafo todos los seles y capturarlas; pero que basta que una se aleje un tanto de
motivos señalados, pero sin añadirles nada. las otras para que el ave de rapiña la capture y la mate. Igual suce-
__ En conjunto domina acerca del ave una simbología por comple- de con los cristianos, pues éstos son invencibles mientras se man-
to negativa. Y tanto el robo de huevos·ajenos como el pecado de lu- tienen unidos en el seno de la Iglesia, bastando que se alejen un
juria, teñido este último además de prácticas homosexuales indu- poco de ésta para que el gavilán, imagen del demonio, se apodere
cidas por la imposibilidad de controlar el apetito camal, hacen de de ellas y las arrastre a los inflemos.
la perdiz cristiana medieval un animal inmundo, repugnante, re- Isidoro y los Bestiarios medievales prefieren hablar de las palo-
presentación del pecado de la came, sobre todo en la forma más te- ,mas corrientes. El enciclopedista visigodo dice que se las llama pa-
mida por el mundo clerical del medioevo; e imagen del Demonio lomas a causa de que su cuello tomasolado parece cambiar de co-
que quiere apoderarse de las almas de los cristianos, aún indefen- lor. Son aves apacibles, amantes de sus nidos, que no tienen hiel Y
sos pero llamados a salvarse. La came de la perdiz, sin embargo, que viven con gusto entre los hombres. El Bestiario de Cambridge
fue considerada apetecible y deliciosa; y nobles y clérigos medieva- las describe igual que Isidoro, pero se sirve de ellas para hacer una
les jamás se privaron de consumirla. larga y minuciosa comparación con los predicadores cristianos.
Pierre de Beauvais se extiende largamente sobre la paloma, toman-
2. La paloma y la golondrina. do como base lo que dice el Fisiólogo acerca de las palomas de
colores. Repite con él que la de color rojo fuego simboliza a Cristo,
Son avecillas comunes, de poca importancia, aunque aparecen pero encuentra un profeta o santo cristiano para asimilarlo a cada
casi siempre en el Bestiario, y aunque la paloma tiene una rica una de las otras: Eliseo a la amarilla, Juan el Bautista a la blanca,
simbología positiva· para el cristianismo como imagen que es de Ellas a la de color aire, Jonás a la de color pardo ceniza. También
Cristo y sobre todo del Espíritu Santo. recrea el tema del dragón, el árbol ambidextro y las palomas.
Los Fisiólogos mencionan varias veces a la paloma. Lo hacen Los temas se repiten en otros Bestiarios. Brunetto en cambio
ante todo al hablar del dragón y del árbol ambidextro. Es símil del recoge una serie de detalles acerca de la paloma, además de lo ya
cristiano ·que no debe alejarse de la Iglesia o de Cristo (el árbol) a dicho en Bestiarios anteriores. Dice, como ellos, que las palomas se
objeto de no caer en las fauces del dragón (el diablo). Pero también provocan el deseo sexual besándose, que lloran en lugar de cantar,
hablan por separado de las palomas, como hace el Fisiólogo latino, que cuando pierden la vista a causa de la vejez o d~ alguna enfer-
o, más aún, de la paloma y de las palomas, como en cambio hace medad pueden recuperarla, que carecen de hiel, y que viven en la
el Fisiólogo griego. proximidad de los hombres. Señala que si a las que viven en una
Este es, pues, el más preciso; y al tratar de la paloma la protago- casa se.les pone cerca de sus nidos el retrato de una bella paloma,
nista es la de color rojo fuego. Dice el Fisiólogo griego que los cria- con sólo verla engendran hijos muy hermosos; que colgando cerca

290 291
de los huecos en que anidan la soga de un ahorcado no se atreven que es ave primaveral, que aparece con la bella estación, y que con
a irse nunca del lugar; que si se les da comino atraen al mismo a su gorjeo llama a aquéllos que duermen a despertarse y a incorpo-
otras palomas; y que el comer cebada las hace más prolíficas. Re- rarsé a sus actividades. El Fisiólogo latino nada dice acerca de su
cuerda por último a las tres famosas palomas de las Sagradas Es- condición de ave primaveral, indicando en cambio que engendra
crituras: la de Noé, la de David, y la que acompañó el bautismo de una sola vez y nada más. Ello la convierte de manera insólita en
Cristo. imagen de Cristo, pues el autor recuerda, como si fuese algo excep-
La paloma, no la corriente sino la simbólica, es representada cional, que Cristo fue concebido una sola vez en el útero, que una
con frecuencia·en el cristianismo. Es símbolo del alma del cristiano sola vez llevó la cruz, que una sola vez fue crucificado y que una
justo; y en imágenes de santos moribundos se la ve a veces salien- sola vez resucitó de entre los muertos. Hay además, concluye, un
do de sus bocas. Pero es sobre todo la imagen del Espíritu Santo, solo Dios, una sola fe y un solo bautismo. Así la golondrina simbo-
representada principalmente en el tema de Pentecostés, emiti;ndo liza todo eso gracias a su única concepción.
los rayos de fuego que van de su pico a las cabezas de los Apasto- La descripción de Isidoro se ubica -como casi siempre- en otro
les, dotándolos del don de lenguas que les permite desde entonces plano: el nombre del ave deriva de que no toma alimento en el sue-
comunicarse con todos los pueblos de la Tierra y cristianizarlos en lo sino en el aire; es ave parlanchina, vuela en círculos, es muy
sus propios idiomas. , hábil construyendo nidos y alimentando a sus polluelos, y tiene
También es usual en el bautismo de Jesús, encamando al Espl- cierto sentido premonitorio, pues vuela a baja altura y evita las
ritu Santo; y a veces es imagen del mismo Jesucristo. No es raro zonas elevadas. Pasa el inviemo del otro lado del mar y no es ata-
hallar en la iconografia cristiana, como parte de ·¡a representación cada por las aves predadoras. El Bestiario de Cambridge, tributario
del Diluvio Universal, la de la paloma que Noé envía desde el Arca de Isidoro, no dice nada nuevo, si se exceptúa su insistencia en el
al fin de éste y que regresa luego a la nave portando en su pico una gran amor maternal que manifiesta el ave y su afirmación de que
rama de olivo, símbolo a su vez de paz, de que ha concluido la es capaz, ella y sus crías, de curarse los ojos cuando su vista resul-
cólera divina, y de que Yahveh se apresta a firmar un pacto con los ta afectada o quedan ciegas. Nada interesante añaden los otros
sobrevivientes de la catástrofe provocada por su ira. Bestiarios, que casi siempre repiten estos mismos temas: que ama
Algunos autores cristianos medievales llevaron hasta sus me- a sus polluelos y es hábil construyendo nidos; que tiene cierto
nores detalles el empleo simbólico de la paloma como imagen posi- . sentido de adivina pues abandona su nido cuando la casa en que
tiva para el cristianismo. En un texto famoso, el Pseudo-Hugo de lo ha construido está por caerse; que se alimenta siempre en el ai-
Saint-Victor, autor del siglo XII, dice que la paloma tiene dos alas re; y que es capaz de curarse los ojos si se queda ciega. A propósito
porque hay para el cristiano dos géneros de vida, el activo y el con- de ello, el Libro del Tesoro recuerda que es preciso de todas formas
templativo; que tiene plumas azules en las alas para indicar los protegerse del excremento de la golondrina, porque la Biblia dice
pensamientos del cielo; que el resto de su plumaje es de color cam- que Tobías quedó ciego a causa de haberle caído un poco de él en
biante, como mar agitado, para simbolizar el océano de las pasio- los ojos.
nes humanas .en que navega la Iglesia; que sus ojos son de color
dorado porque el amarillo, color de fruto maduro, es el color de la 3. El búho, la lechuza, la urraca, el cuervo y el murciélago.
experiencia y de la madurez, y ¡)()rque es también el color de la mi-
rada que la Iglesia dirige hacia el futuro; y que sus patas, en fin, Son todos volátiles pequeños de rasgos negativos; todos -excep-
son rojas para indicar con ello que la Iglesia avanza por el mundo to la urraca- asociados a la noche y a la obscuridad.
con los pies enrojecidos por la sangre de sus mártires. 3 El búho, animal predador habitante de las sombras y la noche,
De la golondrina, en cambio, hay menos que decir. Las descrip- fue convertido por el cristianismo medieval en imagen del judío, que
ciones de los Fisiólogos, ambas muy cortas, difieren por cierto de prefiere perseverar en las sombras de su falsa religión en vez de re-
modo sustancial. El Fisiólogo griego dice, repitiendo a los antiguos, cibir la luz del cristianismo. Pero a ello se llegó luego de un proceso
de varios siglos pues la imagen mostrada por los Fisiólogos, aun
cuando menciona a los judíos, no trata en modo alguno de identi-
3 Cf. (Ps) Hugo de San Victor. De bestiis et aliis rebus librt quatuor, cap.II: De columbae ad ficar al búho con ellos. En efecto, la idea de ambos Fisiólogos es
Ecclesiam collatione, in Migne, Patrologia Latina tomo CLXXVII, col. 16.

292 293
asociar más bien al búho con Cristo. Comienzan citando el salmo mo en el de Cambridge; y la l~chuza quedó así usualmente asimila-
centésimo primero: "Me asemejo al búho de las ruinas". Dicen a da al búho.
continuación que el búho es una especie de volátil que prefiere las En este sentido es de resaltar cómo esta confusión dejó ineVita-
tinieblas a la luz. Y concluyen afirmando que Cristo amó también blemente pasar de lado la rica simbología de la lechuza, desde la
a los que habitaban las tinieblas, como los gentiles y los judíos, es Antigüedad asociada a Minerva y a la sabiduría. De allí que su
decir, que descendió hasta ellos (para intentar llevarlos a la luz). conocimiento sea de tipo racional y se oponga al del águila,
De cualquier forma la relación estaba establecida y no er~ nada di- considerado en cambio como de origen intuitivo. Como afirma Re-
ficil hacer luego de los judíos el pueblo de las tinieblas, hundido en né Guénon, el conocimiento del águila, animal diumo y solar, deri-
el error y dispuesto a perseverar en él, negándose a aceptar la fe va de la luz del sol, que es instantánea y directa, en tanto que el de
cristiana. Isidoro es, por supuesto, un paréntesis en esta senda. la lechuza, animal nocturno y lunar, deriva de la luna y es por
Para él el búho es ave nocturna y nada más. Su nombre deriva del tanto conocimiento solar reflejado por ésta, es decir, que no es in-
~o~do de su voz. Es ave lúgubre, cubierta totalmente de plumas e mediato sino reflejo. Como el búho -y en esto, igual que en lo ante-
mclinada a la pereza. Merodea por los cementerios y habita en cue- rior, no es nada fácil distinguirlos-la lechuza ve en la obscuridad,
vas. Es ave de mal agüero, portadora de calamidades. Isidoro dis- lo que pa servido de base para que se la asocie al conocimiento de
tingue claramente al búho de la lechuza y de otras aves nocturnas lo oculto, de lo invisible, de lo misterioso, de lo herm~tico. Es ani-
parecidas. mal que puede permanecer largo tiempo sin moverse, como si estu-
El tema se desarrolla luego; y el Bestiario de Cambridge es clave viese mirando a lo profundo de las sombras. De allí que igualmente
en ese sentido: dice que su nombre latino, noctua, (que es el de la se la haya asimilado a la ~agen del estudioso, absorto en la bús-
lechuza) deriva de que sólo ve de noche, pues lo ciegan de día los queda del saber oculto y secreto. Pero tambienes, como el búho,
rayos del sol. Es símbolo de los judíos, que rechazaron a Cristo animal de mal agüero, cuyo canto es mensajero de la muerte. Por
cuando vino a ellos, prefiriendo al César. Como el búho, los judíos esta razón los campesinos medievales la persiguieron con la mayor
prefieren la obscuridad a la luz. Por esto fue que Cristo, que se ha- .ferocidad, olvidando su papel benéfico en la agricultura como devo-
bía dirigido primero a ellos, se volvió hacia nosotros los gentiles radora de roedores perniciosos. La simbología del animal en el cris-
-c?~cluye el autor d~l Bestiario- iluminándonos con sus rayos y tianismo medieval resultó, pues, en general muy pobre: inexistente
deJando en la obscundad a su propio pueblo, que no quizo recono- o confundida con la correspondiente al búho.
cerlo y servirle. Bestiarios ulteriores, lo mismo que predicadores y La urraca es de simbología pobre y precisa. Es ave negra, lo que
enciclopedistas, se ocuparon de desarrollar el tema de la nocturni- hizo que se la vinculara al mal agüero, pero posee al menos plu-
dad, la imagen de las tinieblas y la identificación del ave con los mas blancas que impidieron que se hiciese de ella símbolo del mal.
tercos y perversos judíos. ~" - En realidad los Bestiarios medievales la asocian de ordinario con
La lechuza es menos importante. De hec)Io los autores medie- dos temas: a) es ave parlanchina como pocas y capaz de imitar
vales suelen confundirla con el búho; y sólo unos pocos la :distin- muy bien la voz humana, tema este que procede de la Antigüedad,
~uen .de él. Los Fi~~ólogos no 1~ mencionan, a menos que la· hayan que se halla recogido en las Metamorfosis de Ovidio, y que la Edad
Identificado tamb1en con el buho. Isidoro es de los pocos que la Media manejó confusamente; b) es ave ladrona y roba cosas, en
distinguen de él. Dice que se la ll~a ulula, porque su voz es como particular cuando éstas son brillantes, para llevarlas a su nido.
un llanto o un gemido. Por eso los agoreros aseguran que cuando Tiene escasa significación. Los Fisiólogos n9 la mencionan. Isidoro
hace oir su voz anuncia tristeza y que cuando calla promete pros- la identifica o confunde con la cotorra, pues su nombre latino, pi-
peridad. Pero habla también del autillo, suerte de búho pequeño y ca, (derivado de la historia narrada por Ovidio, aunque Isidoro no
dice que se lo llama noctua porque vuela de noche. El resplandor lo dice) pued~ ser asimilado apoetica, ya que son aves charlatanas
solar le ofusca la vista y no puede ver de día. No existe en Creta y y hablan como seres humanos' pese a que no son capaces de pro-
de llegar a esa isla muere en el acto. Afirma que no se la debe con- nunciar frases con sentido. El Bestiario de Cambridge copia a Isido-
fundir con el búho, pues éste es algo más grande. Para los Bestia- ro a la letra; los otros se limitan a ignorarla.
~~s ulteriores, más int:resados en el simbolismo que en la descrip- Aunque también resulta raro en el Bestiario, el cuervo es ani-
cion de verdaderos animales, la confusión resultó ser la regla, co- mal más importante que la urraca, y su simbología es un Uinto

294 295
más variada. En realidad hay varios tipos de cuervo, básicamente nombre: Bran. Uno de ellos es Bendigeit Bran, patrón de los mari-
dos: uno de ellos, grande y comedor de carroña, hoy relativamente nos, el otro es Bran mac Febail, protagonista de uno de los más
escaso; y otro, más bien pequeño y comedor de insectos y de gra- bellos relatos de viajes marítimos en busca del Mas Allá, descrito
nos. No siempre se los distingue bien, y aunque los mitos parecen como Isla de las Mujeres y de la eterna vida.5
tomar más en cuenta al cuervo grande, lo cierto es que los rasgos El murciélago no es por supuesto un ave, pero es un pequeño
del pequeño dominan otras veces. La mitología antigua, igual en volátil; y los Bestiarios y enciclopedias medievales, aun cuando en
Oriente que en Occidente, acordó gran significación al cuervo. En ocasiones hacen ver que se trata de un mamífero o algo parecido,
cuanto concierne a Occidente, griegos y romanos lo asociaron a lo describen al lado de las aves, particularmente de las pequeñas y
personajes mitolpgicos y a diversas historias y leyendas, una de las noctumas, igual que haremos nosotros. De los Bestiarios y enci-
cuales, ¡nrcierto,·recogida en las Metamoifosis de Ovidio y asocia- clopedias usuales sólo se ocupan de él Isidoro y el Bestiario de
da a los amores de Apolo, asegura que el cuervo era originariamen- Cambridge. Isidoro dice que su nombre, vespertilio, deriva de que
te un ave de impecable blancura y que su actual color negro no es aparece al anochecer, en la hora del crepúsculo. Vuela gracias a
más que un castigo por su conducta como delator, castigo que le las finísimas membranas que tiene en los brazos. Se parece al ra-
fuera impuesto por el dios. 4 tón y más que voz lo que emite son chillidos. Es a un tiempo ave y
El cuervo es caracterizado como animal de mal agüero, dado su cuadrúpedo, lo que no pasa con las otras aves. Algo parecido dice
plumaje negro y su asociación con la carroña. Con horror se lo el Bestlflrio de Cambridge. Lo considera animal miserable, repug-
asoció a la muerte, por su costumbre de volar alrededor de los patí- nante, cuyo nombre deriva de vesper. Está dotado de alas pero es
bulos y de clavar su pico en los ojos de los muertos. La cultura cuadrúpedo; y usa los dientes, lo que no sucede con las otras aves.
medieval cristiana no tuvo mucha simpatía por él. Los Fisiólogos lo Pare como cuadrúpedo, es decir, que no pone huevos; y no vuela
ignoran pero Isidoro lo describe en términos precisos, aunque con alas sino con las membranas de que dispone entre sus brazos.
recogiendo acerca de él una insistente leyenda, muy popular en los Los murciélagos se cuelgan en sus cuevas cual racimos de uvas y
siguientes siglos medievales. Dice por una parte el obispo español cuando despega el de arriba todos se desparraman por el aire.
que se le llama así a causa de su graznido. Le atraen los cadáveres Como se ve, ambas descripciones son científicas y neutras, pues
y lo primero que busca en ellos son los ojos. Pero luego señala que ni siquiera el Bestiario de Cambridge, carente en este caso de refe-
el animal prácticamente no alimenta a sus polluelos hasta que rencias procedentes de algún Fisiólogo, intenta moralizar o hacer
éstos,. pasado algún tiempo, adquieren plumas negras. Es a partir lecturas simbólicas a propósito del extraño y poco simpático ani-
de ese momento que los reconoce como hijos suyos; y entonces sí mal. Empero, más allá de esta pobreza descriptiva y de esta ausen-
los alimenta en abundancia. El Bestiario de Cambridge repite lite- cia de imágenes o representaciones simbólicas que nos muestra el
ralmente a Isidoro. Otros Bestiarios omiten mencionarlo o no aña- Bestiario, existe una rica simbología medieval acerca del murciéla-
den nada nuevo. Brunetto sin embargo agrega algo. Dice que el go, presente en algunos otros textos; y sobre todo en la tradición
cuervo mete su pico en los ojos de los cadáveres buscando llegar popular cristiana y en la iconografia.
con él hasta eJ cerebro para devorarlo; y recuerda por último al El murciélago reunía sin duda alguna· todas las condiciones
cuervo del Génesis, que no regresó ya más al Arca de Noé, ya sea, necesarias para ser asociado con Satanás. Extraña y, desagradable
dice el autor, porque encontró carroña en abundancia, ya sea combinación de rata o ratón con ave, de cara francamente repug-
porque pereció en medio de las aguas profundas del Diluvio. nante, ciertas veces chupador de sangre, provisto de feas alas
El cuervo no es, pues, animal simpático para el cristianismo. membranosas, amante de la obcuridad y de las cuevas tenebrosas,
Pero fue en cambio mejor apreciado por las culturas paganas me- enemigo del sol y de la luz, capaz de emitir chillidos horribles y he-
dievales. En la mitología germánica dos cuervos acompañan siem- cho para dormir cabeza abajo, difícilmente podría haberse logrado
pre a Odín. Uno se llama Huginn y representa al pensamiento; el
otro se llama Muninn y simboliza la memoria. En la literatura cél-
tica el cuervo está asociado a varios dioses y héroes que llevan su 5 El Viaje de Bran es una de las obras maestras de la literatura irlandesa medieval. Una
versión inglesa reciente puede leerse en T.P. Cross y C.H. Slover, editores y traductores,
Anclentlrlsh Tales, Barnes & Noble, Nueva York, reimpresión 1981, pp. 588-595. En español
puede .leerse un resumen detallado y comentado del texto en nuestro libro Viajeros y
4 Ovfdio, Metamorfosis, Libro 11, lo relativo a la historia de Apolo y Coronls. maraviUas, Monte Avila, Caracas, 1993, tres tomos, tomo II, pp. 121-127.

296 297
artificialmente animal más apropiado para ser asociado al mal, el los autores medievales, todas carecen de importancia en el B~stia­
diablo y las tinie bias. rio. Proceden del mundo clásico, y los enciclopedistas del medioevo
Para el mundo cristiano medieval el murciélago es el ave o pája- apenas se limitan a nombrarlas.
ro de Satanás, encarnación del propio demonio. Este, por·cierto, El caradrio o charadrio es un ave de gran significación, ima-
está dotado de alas de murciélago, como todos sus secuaces. Tal
representación del demonio con alas de murciélago, cuyos orígenes
gen cristológica que no s..ólo está ~iempre presente el Bestiario
sino que aparece tambien en la literatura y en la 1conografia d:l
:n
extremo-orientales y cuya evolución han sido bien estudiados hace medioevo. Los Fisiólogos lo hacen figurar en lugar destacado. DI-
ya más de medio siglo por Jurgis Baltrusaitis, permitió diferenciar a cen que el caradrio es todo blanco, sin que ninguna parte de ~u
la vista los dos tipos de seres voladores admitidos por el cristianis- cuerpo sea negra. Sus entrañas o sus excrementos macerados srr-
mo, pues mientras los ángeles están dotados de alas de aves, por lo ven para curar la ceguera. Habita en los palacios de los reyes; Y lo
general blancas o rosadas, bellas y provistas de suaves plumas, las que lo convierte en un ave especial es que se lo empl:a.. para curar
alas membranosas, repugnantes y obscuras de los seres demonía- las enfermedades y para saber si los enfermos morrran o no de
cos revelan en cambio su origen infernal y su condición de enemi- ellas. En efecto, cuando alguien está enfermo de gravedad debe co-
gos del hombre y de su salvación. locarse al enfermo frente a un caradrio. Este conoce si la enferme-
El murciélago, suerte de híbrido de ratón o rata y ave, es tam- dad es mortal o no. En caso de serlo, el ave aparta del enfermo su
bién símbolo de doblez e hipocresía, a veces incluso de androginia. mirada; y todos comprenden entonces que su muerte es inevitable.
Es de igual manera símbolo de melancolía y mal agüero, dada su En caso de no ser mortal, el caradrio mira al enfermo de frente Y el
condición de animal que vive en sitios abandonados y entre ruinas enfermo lo mira a él. El ave absorbe así la enfermedad, sale volando
solitarias. Su condición de chupador de sangre, sólo propia de enseguida por los aires en dirección del sol, y frente a é~ la quema,
ciertos murciélagos extra-europeos, acentuó más aún sus rasgos esparciéndola en el espacio hasta que desaparece; y asi se cura el
demoníacos, asociados a historias de vampiros. Pero estas histo- enfermo.
rias y estas asociaciones son más bien modernas; y la Edad Media
nada supo de ellas .. De cualquier forma la simbología del animal
desarrollada en los siglos medievales permitió asociarlo no sólo al
demonio sino también a las brujas, a sus aquelarres y pociones
mágicas, de las que con frecuencia las alas de murciélago se supo-
nía eran importante o imprescindible componente.

LAS AVES MÍTICAS

Algunas aves míticas figuran entre las más interesantes del Bes-
tiario, aun cuando en realidad son pocas y pese a que algunas de
ellas apenas son más que rápidos es bozos librescos de muy corto
alcance. Examinaremos las principales. Primero las más chicas: el
caradrio, el cinamomo, las aves diomedias y las aves hercinias; lue-
go las grandes: el grifo y el pájaro roe, asociados, sobre todo este
último, al anqa y al simurg; y finalmente el fénix, la más famosa de
todas, asociada ya al Bestiario ígneo, dada su estrecha relación
con el fuego, como la salamandra.

l. Las pequeñas: Caradrto, Cinamomo, Diomedias y Hercinias.


37. El caradrio. Bestiario de Oxford. Bodleian Library.

Salvo la primera de ellas, trabajada con mucha frecuencia por El caradrio es para los Fisiólogos, y para el cristianismo subsi-

298 299
guiente, la imagen de Cristo, el Salvador. Cristo es totalmente be comerse su carne bien macerada en vino blanco, pero sobre to-
blanco como el caradrio, no existe en él ninguna mancha. Como el do parece provenir del hecho de que para un cristiano como el a u-
caradrio ~ce el Fisiólogo- Cristo bajó del cielo y fue colocado fren- tor del Fisiólogo el color blanco del caradrio era necesario para po-
te al pueblo judío, enfermo de incredulidad acerca de su condición der asimilarlo a Cristo, imagen de pureza, sobre todo si se conside-
divina. Por ello apartó los ojos de ellos, de los judíos, y miró en raba la condición de animal inmundo que le atribuía la Biblia al
cambio hacia nosotros los gentiles, tomando nuestros pecados, y ave.
cargando con todos ellos en la cruz; y de este modo, al liberamos Los textos cristianos ulteriores al Fisiólogo se complacen uno
de la enfermedad, hizo posible nuestra salvación. No dejan de re- tras otro en desarrollar la ley~nda de sus facultades curativas y su
cordar los Fisiólogos que el caradrio es animal inmundo según la carácter cristológico y antijl,Idío. Isidoro no lo menciona, pero el
Biblia, pero insisten en que ello no le impide ser imagen de Cristo, Bestiario de Cambridge retoma en este caso el texto del Fisiólogo
pues tambien lo es en ciertos casos la serpiente; y porque en fin de con toda su simbología. Los temas asociados al caradrio se repiten
cuentas, como diría cualquier modemo estudioso de la simbología, luego, con muy ligeras variantes, en Bestiarios sucesivos: en Philip-
las criaturas son todas de doble naturaleza, loable y criticable. pe de Thaon, Pierre de Beauva.is, Guillaume le Clerc, Richard de
Las citas bíblicas demuestran que el caradrio tenía para el Fisió- Fournival y el Libro del Tesoro. Importante es constatar en este ca-
logo referencias reales y que al hablar de él, el anónimo autor pen- so cómo la descripción del caradno y de sus propiedades fue incor-
saba en. un ave muy precisa, considerada inmunda por el Antiguo porada ;al famoso Speculum Ecclesiae de Honorius de Autun, lo
Testamento. Lo que no es fácil es determinar de cuál ave se trataba que ayudó a dar a la existencia del ave y a sus atributos maravillo-
en realidad, aunque la Biblia parece hablar de la gaviota. Los estu- sos una autoridad todavía mayor que la proporcionada por los
diosos modemos han pensado, además de la gaviota, en el aguza- Bestiarios. El ave, por lo demás, se encuentra representada bajo el
nieve blanco, en la avefría, en la garza, en la grulla y hasta en el nombre de kladrius en un famoso vitral de la catedral de Lyon, es-
pájaro carpintero. Los autores medievales, por su parte, gracias a tudiado en el siglo pasado por los PP. Cahier y Martin y en este si-
la similitud de nombres, lo confundieron más de una vez con la ca- glo por Emile Mille. También figura en la yersión española, atribui-
landria, es decir, con la alondra, que en verdad nada tiep.e que ver da al rey Alfonso el Sabio, de la Historia de Proeliis, versión enri-
con el caradrio, salvo que se le atribuyen también a ella facultades quecida del Pseudo-Calístenes, en la que se describe a Alejandro,
predictivas. 6 de visita en el palacio de Jerjes, descubriendo en él a un pájaro
Lo cierto es que resulta imposible enc,ontrar referencias que no maravilloso llamado por el autor calandre, el cual sirve para revelar
susciten dudas, aunque su blancura, su belleza y algunas alusio- -mirándolo o no a los ojos- si un enfermo grave podrá salvarse o
nes a su largo cuello hacen pensar en una garza o en algo pareci- morirá.
do. O quizá en la propia gaviota. Poco importa, lo principal es que Las otras aves míticas cuentan bastante poco. El cinamomo es
la leyenda del caradrio es muy vieja, que en la Antigüedad clásica un ~ve cuyo nombre deriva de la antiquísima historia relatada por
se empleaba ya a un ave conocida por este nombre para diagnosti- Herodoto acerca de la forma en que los árabes de tiempos muy re-
car enfermedades graves y sobre todo para curar la ictericia, enfer- motos obtenían el cinamomo, especia muy apreciada. Según el
medad asociada en algunas ocasiones a los reyes, como el caradrio relato de Heródoto (Historias, III, CXI) nadie sabía la procedencia
a los palacios reales. La idea de que el caradrio deba ser blanco del cinamomo, pero unas aves lo llevaban a Arabia y lo deposita-
parece sin embargo tardía, pues algunos autores romanos lo des- ban en sus nidos, situados sobre escarpadas e inaccesibles rocas
criben como amarillo; y Plinio no dice que sea blanco. Podría haber de montaña. Incapaces de subir hasta los nidos, los árabes apela-
derivado esto de que Hipócrates dice que para curar la ictericia de- ban a una ingeniosa artimaña para obtener la especia: colocaban
abajo, en el valle, grandes trozos de came de buey o asn('; y se es-
condían en los alrededores. Las aves acudían sin tardanza en bus-
6 Otro animal con el que se conjWide al caradrio es el alcaraván. Así ocurre en el Fisiólogo grte- ca de la carne y comenzaban, en vuelos sucesivos, a llevar los pe-
go otrora atribuido a San Epifanio y que fue traducido al latín en el siglo XVI por el eruditiJ sados trozos hasta sus nidos en lo alto. Al cabo los nidos no so-
español Gonzalo Ponce de León. Cj. Santiago Sebastián editiJr, El Fisiólogo atribuido a San portaban tanto peso; y al romperse, el cinamomo caía hasta el
Epifanio, seguido del Bestiario Toscano, Ediciones Tuero, Madrid. 1986, pp. 121-122. Este
último, por ciertD, conjWide el caradrio con la calandria, lo que es, como dyimos, más usuaL Cj. fondo del valle, donde los ansiosos árabes se apoderaban de él
op. cit. XVI, ed. cit., p. 23.

300 301
para luego venderlo con ganancia. ordinarios como el uro y el alce, y hasta a una suerte de ser uni-
El mito de estas aves resultó particularmente atractivo; y auto- carne que quizá sea el reno. No menciona sin embargo estas aves
res y enciclopedistas antiguos se refieren a menudo a él. De estos misteriosas. Plinio y Salino en cambio sí las describen, diciendo el
autores, Plinio y Salino entre ellos, el tema pasó a la literatura me- uno que lo que las caracteriza es tener plumas que brillan en la
dieval, algunos de cuyos enciclopedistas concluyeron designando a obscuridad pero que tal rasgo sólo se manifiesta en el interior de la
las aves con el nombre mismo de la especia. Otros autores cristia-. mencionada selva; y el otro que su luminosidad es tal que los ger-
nos, como Isidoro, probablemente gracias a la distracción de algún manos se sirven de ellas como lumbreras y que esto facilita su
copista, terminaron incluso llamando al imaginario volátil cinamol- éxito como temibles guerreros nocturnos. Isidoro se centra en ha-
gus en vez de cinamomo, lo que deriva de una clara confusión blar de su luminosidad. Dice que las aves se crían en la selva Her-
entre las aves de que habla Heródoto y el pueblo de bebedores de cynia y que sus alas brillan en la obscuridad con tal resplandor
leche de perra que mencionan otros autores clásicos a partir de que aunque la noche sea terriblemente obscura es posible descu-
Ctesias. Isidoro, por cierto, modifica un tanto la versión original brir el camino y orientarse gracias al brillo de sus plumas refulgen-
procedente de Heródoto, al decir que los árabes empleaban dardos tes. De los Bestiarios medievales sólo las nombra el de Cambridge,
cargados de plomo para derribar a distancia los inaccesibles nidos tributario -en éste como en otros casos- del texto de Isidoro.
de las aves y apoderarse de este modo de la especia. El Bestiario de
Cambridge repite lo dicho por Isidoro, pero ningún otro Bestiario se 2. Las grandes: El grifo, el ave Roe, el anqa y el simurg.
ocupó ya de las míticas aves recolectoras de cinamomo.
Las aves diomedias son en cambio un tanto más citadas por Hasta cierto punto podría decirse que se trata de variantes so-
los autores medievales gracias a su asociación indirecta con La bre un mismo animal volador de fuerza y tamaño excepcionales; o
Odisea y a su presencia en la mitología clásica y sobre todo en las en todo caso, que todas estas aves, enormes~ poderosas y terribles,
Metamoifosis de Ovidio. Se trata, como se sabe, de los compañeros se hallan estrechamente emparentadas unas con otras. Aun cuan-
de Diomedes, uno de los héroes de la guerra de Troya, quien fuera , do en la primera, asociada de modo preferente a las mitologías oc-
camarada de Ulises, y muriera asesinado luego en tierra italiana. cidentales, prive la condición de cuadrúpedo, de híbrido entre ma-
Los camaradas de Diomedes fueron entonces transformados en mífero carnívoro y ave gigantesca; y en las otras, asociadas en cam-
aves. Esas aves eran una suerte de gansos, o garzas, cuya caracte- bio a los mitos árabes y persas, domine la idea de un ave propia-
rística peculiar era la de que cuando descubrían que quienes se les mente dicha, sólo que inmensa, y a veces más temible que cual-
acercaban eran griegos, se comportaban con ellos mansa y muy quier gran cuadrúpedo carnicero.
cariñosamente, pero cuando notaban en cambio que se trataba de En la literatura clásica el grifo es descrito como un híbrido de
extranjeros, los agredían sin la menor piedad. Son mencionadas león con águila, es decir, como un animal terrible que combina los
en la literatura medieval, pero en realidad su importancia es prácti- rasgos del rey de las bestias terrestres y del rey de las bestias del
camente nula en el Bestiario. Apenas Isidoro se ocupa de ellas, di- aire, carniceras y agresivas ambas, solares y nobles una y otra.
ciendo que parecen garzas, que son del tamaño de los cisnes, blan- Aunque muy popular entre los griegos antiguos, el animal sería
cas y de pico duro y grande, que habitan cerca de Apulia, en una. originario de la India, de Etiopía o de los desiertos de Escitia. Las
isla llamada Diomedia, y que suelen quejarse tanto de la muerte de descripciones más antiguas vienen de Ctesias y de Heródoto. La de
su jefe como de su transformación en aves. éste es famosa; y según ella el grifo habita en las regiones hiperbó-
Las aves hercinias, mencionadas por Plinio y por Salino, son reas, al norte de las estepas escíticas, donde se encarga de proteger
-como las anteriores- raras veces mencionadas en enciclopedias y el oro que abunda en esas regiones y donde se le enfrentan los
Bestiarios. La descripción de estas aves procede de informaciones cíclopes arimaspes, dispuestos a matarlo para apoderarse del metal
fantasiosas, populares en el mundo romano, acerca de los miste- precioso. La descripción de Ctesias, conservada por Eliano, los
rios y animales excepcionales existentes en las nórdicas selvas de ubica en la India, los describe como híbridos de león y aguila, y di-
Germania. La selva Hercynia, que es la Selva Negra, fue descrita ce que guardan el oro en sus nidos. Los indios tratan de apoderar-
por Julio César en sus Comentarios de las Guerras de las Galias (Li- se de ese oro. Pero Ctesias les atribuye para ello una estratagema
bro VI, 25-28) El héroe romano sitúa allí a algunos animales extra- similar a la que según Heródoto emplean los mismos indios para

302 303
despojar de su oro a las hormigas gigantescas que lo obtienen al grifo representa para él al Diablo (ya no es, como ocurría en el Fi-
excavar la tierra. Es yendo en grupos, silenciosos, durante la no- siólogo, imagen del arcángel Miguel o de la Virgen María); y el buey
che, que los indios despojan a los grifos de su oro, tratando de al hombre que vive en pecado mortal y cuya alma al morir es atra::
pasar inadvertidos y logrando su objetivo con frecuencia. pada por aquél; el desierto es el Infiemo, del que vino volando el
Las descripciones clásicas subsiguientes, como ocurre con Pau- grifo, y los polluelos son los diablos que habitan los desiertos. Lo
sanias o con Eliano, son mucho más precisas: el grifo es cuadrúpe- interesante del texto de Pierre de Beauvais es que, más allá de su
do enorme, de .patas y garras de león, de alas, cabeza y pico de simbologíamoralizante, recoge el tema del grifo como ave gigantes-
águila, de cuerpo rojo, cuello azul y alas blancas, guardián de oro ca capaz de llevar volando un buey entre sus garras, idea esta que
como los dragones y habitante de lejanos desiertos o de inaccesi- procede del mundo clásico, que es inseparable de las representacio-
bles nidos de montaña. Es esta la descripción que, gracias de nue- nes del grifo, y que no fue recogida por Isidoro, quien sólo le atribu-
vo a Plinio y a Salino, recogen usualmente los autores medievales. ye la condición de feroz guardián de tesoros. Así ambos temas se
Algunas versiones del Fisiólogo griego mencionan al grifo, pero den- a~ociaron ~ la descripción del animal; y los Bestiarios y enciclope-
tro de una perspectiva puramente simbólica cristiana y sin nada distas ultenores pudieron combinarlos o centrarse en uno de ellos.
que ver con los detalles recogidos por la tradición clásica. El ani-
mal es descrito en efecto como la mayor de las aves, se dice que vive
en un golfo oceánico en el lejano Oriente, y que al salir el sol, el
ave extiende sus alas gigantescas para recibir su luz. Otro grifo se
alza con él y hace lC? mismo, y así ambos animales se van volando
hacia el poniente. Según el Fisiólogo, la curiosa pareja de grifos re-
presenta al arcángel Miguel y a la Virgen María, Madre de Dios.
A partir de la tradición clásica, Isidoro lo describe bien en el Li-
bro XII de sus Etimologías; pero allí no lo vincula con el oro. Dice
que es animal dotado de alas y de cuatro patas, que habita en los
montes hiperbóreos, que su cuerpo es de león y sus alas y cabeza
son de águila, que es peligroso para los caballos y que es capaz de
destrozar a los hombres que se ponen a su alcance. En el Libro
XIV, en cambio, al hablar del Asia, menciona de nuevo al grifo; y
esta vez sí lo asocia con el oro. Dice que además de muchas pie-
dras preciosas existen en la India montes de oro, pero que es im-
posible acercarse a ellos ya que los cuidan grifos, dragones y mons-
truos humanos. Y poco después habla otra vez de grifos en Escitia,
como Heródoto. Los grifos de Escitia son muy crueles y ello hace
muy dificil el acceso al oro y piedras preciosas que guardan esas
tierras, ya que los grifos las protegen.
El Liber Monstrorum curiosamente no menciona al grifo, pero sí
38. Grifo devorando a un hombre. Bestiario de la Westminster Abbey Library, Westminster.
lo hace en cambio el Bestiario de Cambridge, como de costumbre a
partir de Isidoro y limitándose en este caso a describir el animal sin
En realidad la idea del grifo transportador de bueyes parece ha-
moralización alguna. Pierre de Beauvais también menciona al grifo
ber sido difundida en Occidente gracias a la Carta del Preste Juan
pero su descripción depende en parte del Fisiólogo, y es, por el con-
quien die~ que en su fabuloso reino se encuentran esas aves gi~
trario, moralizadora. Dice que vive en los desiertos de la India sin
gantescas, capaces d,e llevar a sus nidos bueyes o caballos para
salir jamás de ellos, a menos que no encuentre allí el alimento que
darlos de comer a sus polluelos. Gossouin de Metz por ejemplo en
desea. Agrega que es tan fuerte que puede agarrar un buey vivo,
su Image du Monde, reúne los dos temas; y de acuerdo a su des-
volar con él hasta su nido y llevarlo de alimento a sus polluelos. El

304 305
cripción el grifo es tanto un gigantesco híbrido de cuadrúpedo y buscar_ presas entre los marinos ,muertos sobre las .cubiertas de su.s
ave que guarda tesoros en las montañas de la India como un ani- barcos, o entre aquellos que están a punto de monr. Algunos man-
mal capaz de llevarse en sus garras no a un buey sino a un caba- nos usan entonces pieles de camero. Las cortan en grandes trozos,
llero armado junto con su caballo. Los mismos temas, por supues- y se envuelven cosidos dentro de ellas y armados de espadas o
to con algunas variantes, aparecen en enciclopedistas del siglo XIII puñales. Los grifos acuden a coger con sus garras a los supuestos
como son Vicente de Beauvais y Tomás de Cantimpré. Otros Bes- carneros para llevarlos a sus nidos y con ~llos alimentar a su.s
tiarios ignoran sin embargo al grifo; y el Libro del Tesoro nada dice polluelos; y así, sin saberlo, sacan a lo~ mannos oc~ltos d~l tern-
acerca de él. Pero lo mencionan en cambio el Bestiario valdense y la ble Mar Glacial. Al ser arrojados a los rudos de los grifos, situados
famosa enciclopedia de Bartolomé el Inglés. · en altas e inaccesibles montañas, los marinos salen de las pieles,
El grifo tiene sobretodo una gran importancia en la literatura de cortándolas con sus cuchillos; y escapan corriendo por la monta-
viajes medieval, en especial en aquélla que se ocupa de viajes al ña boscosa, matando de paso a los polluelos en caso de ser nece-
Oriente distante y misterioso. Y en ella el mito del animal cobra sario para su supervivencia. 8
nuevos matices y adquiere nuevos motivos imaginarios. Uno de Historias comparables son narradas tanto en El Duque E~nesto
ellos es el de la utilización de grifos para escapar de la muerte en como en las versiones tardías de Huon de Burdeos . Estas no tienen
mares coagulados o para huir de islas de las que no hay otra fonrui nada de particular. Más interesante es la del Duqu~ Ernesto, muy
de salir. parecida a la de Benjamín de Tudela pero también emparentad~
El tema es también de origen oriental y en su versión más sim- con algunos relatos que aparecen en Los Viajes de Sindbad el Man-
ple fue difundida en la Europa medieval gracias a la Carta del Pres- no: Emesto y su amigo el conde Wetzel, junto con sus hombres,
te Juan. Este dice en efecto que en su reino existe un mar peligrosí- chocan su barco contra la Montaña Magnética. Logran' sobrevivir,
simo, de curso violento y de olas terribles, y que nadie sino él pue-
de cruzarlo, utilizando para ello grifos, como hiciera Alejandro
pero luego comienzan a morir de hambre. Los grifos acude~
busca de los cadáveres o de los moribundos. Para escapar del sitio,
:n
cuando subió a los cielos.7 Las versiones más ricas del mismo las Wetzel propone que se envuelvan en pieles de camero y se colo-
encontramos en viajeros como Benjamín de Tudela, en textos lite- quen en la cubierta del destrozado barco. Los grifos, cre~endo que
rarios musulmanes como Las Mil y una Noches (en los que no se se trata de carneros vivos, se los llevan hasta sus nidos en la
trata en verdad del grifo sino del roe), y en ciertos relatos occiden- montaña, para alimentar con ellos a sus polluelos. Abriendo las
tales de aventuras como El Duque Ernesto y Huonde Burdeos .. pieles con sus cuchillos y echando a correr montaña abajo en me-
Benjamín de Tudela, famoso viajero judío de origen español que dio de la espesura, donde los grifos no pueden alcanzarlos, huyen
anduvo por Oriente buscando las Tribus Perdidas de Israel, habla de los nidos, pero sólo para hallar nuevos peligros que afrontar.
del ardid que emplean los marinos para salir de las inmóviles a- De los grandes viajeros o autores de relatos de vi~jes europe_os
guas del Mar Glacial de China. Se trata de una suerte de .Mar de de fines de la Edad Media, Marco Polo habla del gnfo, pero solo
los Sargazos o Mar Coagulado, en el que los barcos que p~netran como modelo para describir al roe; en tanto que Mandeville, más li-
no pueden salir más, debido a que sus aguas no se mueven. Impo- bresco y carente de contacto directo con Orie~te, describe bien ~n
sibilitados de abandonar el mar, distante y desolado, tem'ido por su libro al grifo; diciendo de él -como cualquier autor de Bestia-
todos los viajeros, los marinos perecen irremisiblemente de hambre. rios- que es capaz de atrapar a un buey entre sus garras y echar a
Pero la inteligencia humana, dice Benjamín, ha ideado un ardid volar con él para llevarlo de alimento a sus polluelos. 9
para salir del apuro. En efecto, los grifos suelen acudir volando a La versión o equivalente musulmán, es decir, árabo-persa, del
grifo del imaginario occidental y del medioevo cri~tiano es. el ro?,
confundido frecuentemente, por cierto, con el anqa de la rmtologm
7 En realidad, de acuerdo al Pseudo-Calístenes, Alejandro se sirve de vulgares buitres, aunque árabe y con el simurg de los mitos persas. El roe no es sin embargo
de gran tamaño, para intentar su ascenso a los cielos metido en una cesta y sosteniendo un
asta o pértiga en la punta de la cual hay un enorme trozo de carne de vacuno. Pero el relato
pronto se enriqueció. y embelleció; y de los buitres, aves demasiado corrientes, se pasó a los
grifos, más acordes por lo demás con lajlgura real del héroe y entroncados con viejas tradicio- . 8 Cj. Viajes de Benjamin de Tudela. edición de J. R. Magdalena Nom de Deu. Biblioteca Nueva
nes orientales. AdemáS la historia generó variantes diversas: y en alguna de ellas, a la que Sfj'arad, Río Piedras Ediciones, Barcelona. 1982, p. 113.
alude una versión de la Carta del Preste Juan, Alejandro se traslada por los aires, emplean-
do grifos, para apoderarse de un castillo encantado situado en las alturas. 9 Marco Polo, Libro de las Maravillas, III, cap. CXCII, y MandeviUe, Viajes, cap. 29.

306 307
un híbrido como el grifo, mezcla de león y águila. Se trata de un lluelo, lo que al cabo los rejuvenece; en el caso de Sindbad los ma-
ave, sólo que de tamaño y fuerza descomunales. A menud? es des- rinos que lo rompen para comer del polluelo pagan con sus vidas
crito como un ave blanca y a veces se le atribuye tener VlStosas Y su torpeza, pues los padres del animalillo hunden el barco en que
coloridas plumas, lo que acerca su descripción a. la del s.ii~.urg ~el huyen, arrojándole desde el aire enormes rocas. Tanto en Buzurg
imaginario persa. El roe es !ema obligado de mannos y ~aJeros IS- como en Sindbad se relatan historias de marinos que escapan de
lámicos medievales, tanto arabes como persas. Los motivos uslfa- islas desiertas gracias a la treta de atar sus turbantes a las patas
les relacionados con el roe son básicamente dos: uno es el del nau- del gigantesco volátil. En ambos aparece también la historia del
frago que sobrevive atándose con su turbante a la pata de un roe, valle de diamantes. En el caso de Sindbad éste es dejE).do en el fon-
que lo lleva por los aires y lo deposita luego en sitio seguro, sea en do del valle por el roe que lo ha traído de la isla desierta en que se
una alta montaña de la que pronto logra descender, sea en un va- hallaba. Del valle, lleno de diamantes pero inaccesible y habitado
lle de diamantes del que otro roe lo saca después; el otro es el del por serpientes, Sindbad escapa envolviéndose en grandes trozos de
huevo de roe, confundido por su enorme tamaño con una cúpula, carne elegidos por él entre los muchos que desde las altas monta-
0 torpemente roto por marinos hambrientos, que a continuación ñas circundantes lanzan hacia el fondo los cazadores de diaman-
deben afrontar la furia de los padres del polluelo. tes a fin de que éstos se incrusten en aquéllos, para luego extraer-
los una vez que los roes o las águilas los hayan llevado a sus nidos
en las ~lturas para alimentar con ellos a sus crías.
· Sindbad habla también, como ya vimos, del roe como enemigo
del karkadan o rinoceronte y de la forma en que el monstruo uní-
carne, una vez que ha ensartado en su cuemo varios elefantes, es
cegado por la grasa que mana del cuerpo de éstos, convirtiéndose
así en fácil presa del feroz y poderoso volátil. En las mismas Mil y
una Noches tanto el Tercer Calénder como el Bello Adolescente
Triste tienen contacto con el roe, viviendo el último de los nombra-
dos una experiencia comparable a la de Sindbad, aunque situada
en un marco mucho menos dramático. Historias similares son
narradas siglos después por Marco Polo, quien habla también del
roe, pero situándolo en Madagascar o en alguna isla vecina, y dan-
do la descripción de una de sus descomunales plumas. El viajero
veneciano recoge igualmente el eco del enfrentamiento del ave con
el rinoceronte vencedor del elefante. Los enciclopedistas y viajeros
árabes del medioevo, por su parte, no pierden ocasión de hablar del
roe. Historias como las señaladas aparecen en Qazwini y otros
autores; y el famoso viajero tangerino Ibn Battuta, querecorrió todo
el Oriente musulmán en la primera mitad del siglo XIV, menciona a
su vez al roe, al que él y sus acompañantes tuvieron ocasión de
39. Roe volando con dos elefantes en las garras. De un viejo grabado persa.
percibir a distancia, al regresar de China en un navío mercante. 10
El anqéi y el simurg son diferentes al roe aunque -como diji-
Estos motivos se encuentran ya en los viejos relatos del Libro de mos- a veces se los confunde con él debido a su gran tamaño. El
las Maravillas de la India, del persa Buzurg ibn Shahriyar, escrito anqa es famoso en la mitología árabe. Se lo describe como un ave
durante el siglo X; y reaparecen con variantes y añadidos en los
anónimos Viajes de Sindbad el Marino, incluidos en Las Mil y una
Noches, En uno y otro texto aparece el motivo del huevo de roe. En 10 Para rfiferencias a estos viajeros y a sus relatos consultar nuestro libro Viajeros y Maravillas,
una versión de Buzurg unos marinos lo rompen y comen del po- en especial capítulos VIII, IX y X, ed. cit, tomos H y m. con comentarios y referencias bibliográ-
flcas.

308 309
gigantesca de vistosas plumas multicolores, dotado de una gran La de El Coloquio de los Pájaros nos es narrada en 1~ o~ra d:l
belleza, creado por Dios con rostro humano y provisto de cuatro mismo nombre, Mantiq-ut-tayr, en persa, obra del poeta uam Fand
alas poderosas. Habita en montañas escarpadas y distantes, iden- al-din Attar. El autor es un musulmán chiíta, que escribe durante
tificadas por lo regular con el sagrado Monte Qaf, montaña /inteli- el siglo XIII y que utiliza el tema del simurg para hacer de él el s~­
gente, preferida por Alá; y generalmente se admite que sólo existe en bolo de la divinidad que habita en cada uno de nosotros. El Sl-
el mundo una pareja, eternamente renovada. Por su condición de murg, rey de las aves, ha dejado caer en la Tierra una de sus mara-
ave única, de gran belleza, de plumas hermosas, habitante de sole- villosas plumas; y las aves deciden partir en su bus~a para que co~
dades elevadas, amante de las alturas, el anqa es asociado por los su presencia restablezca el orden en el mundo. De el no saben cas1
árabes a la divinidad y a veces considerado como símbolo de ella. nada. Apenas que su nombre significa en persa 'treinta pájaros' Y
El simurg es el equivalente persa del anqa. Y probablemente ha que vive en el sagrado monte Qaf. La búsqueda :s difi~il y son
sido su modelo. Se lo describe como un ave única en el mundo, de muchos los pájaros que desertan. Al final quedan solo tr;rnta, ,que
belleza incomparable, provista de un plumaje brillante y multico- son los únicos en alcanzar las alturas del monte Qaf. Alh no
lor a la manera de un ave del paraíso. Creado directamente por encuentran al ave maravillosa que buscan, pero al cabo descubren
Dios, es animal sagrado y habita en una montaña alta y solitaria, que el simurg son ellos mismos; que el simurg, es decir, la divini-
en el Cáucaso, identificada con el Hara Berezaiti de los mitos cos- dad, está presente en cada uno de ellos, como lo está también en
mogónicos iraníes. El simurg es ave pensante y parlante; y está do- cada uno de nosotros . 12
tada de una honda sabiduría. A un héroe persa que le preguntó su
edad, le respondió que el mundo había estado ya siete veces habi- El fénix es la última, y sin duda la más importante y conocida
tado por criaturas y siete veces despoblado; que el ciclo actual, el de las aves maravillosas del Bestiario. Trataremos por supuesto de
de Adán, debía durar siete mil años; y que él, el simurg, había sido ella; pero dado su carácter de animal asociado al fuego a través de
testigo hasta entonces de doce de esos ciclos cósmicos sin tener su muerte y de su ulterior resurrección, la estudiaremos en el
idea de cuántos aún le faltaba conocer en el resto de su vida. El si- .·próximo capítulo, al ocuparnos de las bestias del fuego, a objeto de
murg es de tamaño gigantesco y ello le hace capaz de devorar para que acompañe en ese grupo a la solitaria salamandra.
sobrevivir todo lo que se halla en las montañas en que habita. De
esta manera, a su alrededor los montes se van pelando por comple-
to, lo que hace que acaben siendo habitados por djinns y por he-
chiceros, es decir, por seres demoníacos peligrosos para el hombre.
En la mitología persa diversas leyendas se refieren al simurg.
Las dos mas famosas son sin duda la de Zal y la del coloquio de los
pájaros. La de Zal, recogida por Firduzi en el Shah Namah, narra el
nacimiento del héroe, hijo de otro héroe, Sam, quien lo abandona
porque ha nacido con los cabellos blancos, signo de mala suerte.
El chico es criado por el simurg, el cual lo lleva consigo a lo alto de
la montaña en que vive. Ya adolescente y transformado en un her-
moso y valiente joven, Zal es hallado y reconocido por su padre,
volviendo así a la corte e iniciando una vida de hazañas caballe-
rescas. Pero antes de separarse de Zal el simurg le ofrece una de
sus plumas, diciéndole que cada vez que tenga necesidad de él
debe quemar la pluma, a objeto de que pueda acudir prontamente
en su ayuda. Y luego todas las veces que el héroe requiere de su dOW'si. versión inglesa en prosa y en parte resumida del erwrme poema de Firduzi a cargo de
Reuben Levi, Routledge & Kegan Paul. Londres, 1985, pp. 35-46.
ayuda, el pájaro maravilloso acude en su auxilio. 11
12 Hay una versión española reciente y accesible de este bello poema religioso persa. Se tra,ta
de: Farid UddtnAttar, El lenguaje de los pájaros (Mantlc Uttair), traducción de Josefa Garcra,
11 La historia de Zal puede leerse conjaciUdad en The Epic of the Kings, Shah-Nama by Fer- Edtco1TIU111cnciónS.A, Barcelona. 1986.

311
310
CAPITULO IX

BESTIAS DEL FUEGO,


ANIMALES MINERALES Y ANIMALES VEGETALES

Siguiendo la idea clásica de que el mundo estaba constituido


por cuatro elementos, los autores de Fisiólogos y Bestiarios, que
habían constatado la existencia de innumerables animales terres-
tres, acuáticos y aéreos, no podían menos que admitir la posibili-
dad de que inclusive el cuarto elemento, el más etéreo y puro: el
fuego, estuviese también habitado; aunque de hecho sólo podía es-
tarlo por animales muy especiales, casi únicos.

EL BESTIARIO DE FUEGO. LAS BESTIAS IGNEAS

De hecho, a diferencia del Bestiario terrestre, sin duda el más


extenso y rico de todos, y hasta de los Bestiarios aéreo y acuático,
que pese a ser menores contienen también una cifra muy impor-
tante de animales, el Bestiario ígneo resulta al lado de ellos en ver-
dad insignificante, pues estrictamente hablando lo integra un solo
animal: la salamandra; aunque nosotros -igual que hacen otros
autores- hemos querido incluir en él a un ave, el fénix, que por su
estrecha relación vital con el fuego podría ser asimilada al Bestiario
ígneo no obstante su condición de animal aéreo. De cualquier
forma que sea, se trata de dos animales importantes, de muy rica
simbología, que permiten que el Bestiario de Fuego, pese al reduci-
dísimo número de sus integrantes, no desluzca demasiado al lado
de los otros, aunque aquellos sean muchísimo más ricos y mucho

313
más interesantes. La primera descripción que conocemos, la de Heródoto, que aso-
cia ya el ave a la cultura egipcia, resulta algo prudente y nomen-
l. Eljénixo avejénix. ciona para nada el rito de la renovación mediante el fuego. Tra-
talldo de Egipto, dice Heródoto (Historias, II, 73) que escuchó allí
Junto al águila, con la que comparte algunos rasgos, particu- hablar de un ave, sólo vista por él en pintura, pues es harto dificil
larmente su carácter solar y su constante asociación con la divini- observarla en forma directa. Dice que procede de Arabia y que
dad, el fénix es el ave más importante del Bestiario aéreo. Se trata solamente se deja ver en Egipto, en Heliópolis, ciudad sagrada de-
de un ave mítica, mencionada desde la remota Antigüedad, bi~n dicada al Sol, cada quinientos años, cuando fallece su padre. Pare-
conocida del mundo clásico greco-romano y transformada por el ce un águila, sus·plumas son en parte doradas y en parte de color
?ristianismo en uno de sus símbolos cristológicos y sagrados más púrpura o carmesí. Poniendo en duda lo que sigue, añade que se
rmportantes. Es por ello sujeto destacado de todo Fisiólogo y Bes- dice del ave que al morir su padre en la remota Arabia, hace un
tiario cristiano medieval y tema de himnos religiosos, obras litera- huevo de mirra, lo más grande y pesado que le sea posible llevar en
rias y representaciones iconográficas diversas a lo largo de todo el sus patas, para lo cual prueba varias veces a levantar el huevo
medioevo. De todas maneras, dado que el fénix cristiano, aunque hasta darse por satisfecho con su peso; luego lo vacía hasta hacer
derivado del clásico, no siempre se corresponde en términos des- dentro de él un hueco capaz de contener el cadáver de su padre; lo
criptivo.s con éste, vale la pena partir de esas primeras descripcio- rellena de nuevo con mirra hasta que alcance otra vez el peso pre-
nes antiguas, para examinar de seguidas lo que aportan los Fisió- visto; y parte entonces con él para llevarlo al templo del Sol en He-
logos y luego lo que añaden los Bestiarios medievales. liópolis, donde los sacerdotes esperan su presencia.
El fénix parece originarse de una antiquísima tradición oriental Plinio, la segunda de las grandes fuentes clásicas acerca del te-
que no nos es bien conocida, quizá emparentada con la existencia ma, es aún más prudente y pone abiertamente en dud~ la existen-
de algunas curiosas y bellas aves, de vistoso plumaje y mal conoci- cia del maravilloso volátiL Pero su descripción es bastante más
das costumbres. Se na pensado en vagas referencias a aves del .·completa; y en ella el tema de la renovación -aunque no se dice
paraíso o a faisanes de plumas multicolores, procedentes de las que sea mediante el fuego- ocupa un lugar destacado, igual que en
islas del Océano Indico o de la propia India; o en todo caso a aves el cristianismo de los siglos ulteriores. Dice el autor romano (Histo-
muy hermosas, conocidas por los persas y sobre todo por los ára- ria Natural, X, 3-5) que Arabia posee una de las aves más famosas,
bes antiguos, y asociadas no se sabe por qué extrañas vías cultu- aunque probablemente se trate de un ave fabulosa. Se la ve raras
rales al mundo del Egipto faraónico y más tarde a un rito purifica- veces, es grande como un águila, su cuello es brillante como el oro,
dor de periódica renovación mediante el fuego. Pero con más fre- el resto de su cuerpo es de color púrpura, y su cola es azul, con
cuencia se ha supuesto que su referencia real más probable ha de- plumas rosas. Tiene además una suerte de cresta de plumas en el
. bido ser el benú, suerte de garza egipcia abundante en la región de cuello y un penacho de plumas que adornan su cabeza. La des-
Heliópolis, ciudad asociada al culto del sol, pero que nada ·indica cripción sugiere claramente un faisán o algún tipo de ave del paraí-
que haya estado asociada ella misma a ritos solares; y sí a la ima- .. so. Repitiendo a Manilio, senador y sabio romano, añade Plinio
gen del alma de Osiris. Subsisten sin embargo importantes dudas que el ave jamás ha sido vista alimentándose; que en Arabia se la
al respecto, pues no sólo está el hecho de que en casi ninguna de consagra al dios Sol; que vive 540 años; y que al envejecer constru-
las descripciones o representaciones antiguas del animal se alude ye un nido con trozos de canela e incienso y luego de llenarlo de
a su carácter de ave zancuda, mientras que dominan en cambio en perfumes se echa en él, quedándose allí hasta morir. Mas poco
ellas los rasgos de águila, faisán o ave paradisíaca, sino también el después, -agrega-de sus huesos y del tuétano de éstos, nace una
de que la primera asociación egipcia que nos es conocida del benú suerte de gusano que se transforma a continuación en un pollue-
con el fénix (la representación de un benú incinerándose en una lo, el cual se ocupa de inmediato de ejecutar los ritos funerarios
pira) resulta ser en verdad bastante tardía, del siglo II de nuestra debidos a su padre, tomando para ello sus restos y llevando todo el
era, para ser más exactos; y hasta podría suceder que más' bien es- nido hasta la Ciudad del Sol, cerca de Panchaia, para depositarlo
tuviese influida de algún modo ella misma por la difusión o refor- allí sobre el altar del templo.
mulación cristiana del antiguo tema del fénix. La idea de la renovación mediante el fuego, según la cual el ave

314 . 315
se incineraría en una pira sobre el altar, no se encuentra -como él, el Carmen de ave Phoenice, compuesto en el siglo IV, obtuvo
hemos podido apreciar- en los autores clásicos, y parecería ser, pronto mucha fama, mantenida a lo largo del medioevo, y contri-
pues, de origen cristiano. El primer texto en el que la encontramos buyó a popularizar ambos motivos. 2 Isidoro habla varias veces: del
expuesta con claridad es el Fisiólogo, griego o latino. Para tratar de fénix. Con los clásicos, dice que es originario de Arabia, y explica el
refutar las dudas de los judíos acerca de que Cristo pudiera haber origen de su nombre por el color púrpura (phoeniceus ) dominante
resucitado como dijo, se intenta allí describir la forma en que el en su plumaje. Describe su incineración, diciendo que cuando
fénix resucita. Dice el Fisiólogo que el fénix es originario de la India, cumple los quinientos años, el ave hace una pira con ramitas de
(o sea, que se abandona su origen árabe) y que vive durante plantas aromáticas, se coloca sobre ella, y mirando·al·sol.provoca
quinientos años en los espesos bosques del Líbano, impregnando el incendio de las ramas agitando las alas para luego resurgir de
de aromas sus alas. Cumplido el lapso de su vida, el ave se mani- sus cenizas. Más adelante menciona en forma rápida al fénix al
fiesta al sacerdote de Heliópólis durante el mes que los griegos lla- hablar de Arabia; y por último vuelve a él al tratar de la palmera,
man de Farmenot. Al manifestarse el ave, el sacerdote entra al tem- indicando en este caso que los griegos le dieron a la planta el mis-
plo y llena todo el altar de ramas secas. Llega entonces el fénix, mo nombre que al ave, gracias a la larga vida de ambos. ·
cargado de aromas, se coloca sobre el altar, produce de sí mismo el
fuego necesario y se incinera por completo. Al día siguiente el sa-
cerdote revuelve las cenizas y encuentra en ellas un gusano; al
segundo día éste se transforma en una avecilla; y al tercero, con-
vertido ya en una especie de gran águila, el fénix resucitado levan-
ta vuelo, saluda al ~acerdote, y se aleja volando hasta el lejano
lugar de donde vino.
El fénix, capaz de matarse y resucitarse a sí mismo, esto es, pro-
visto como Cristo de la facultad de dar y retomar su vida, es imagen
de éste; y sus alas, cargadas de perfume, representan las enseñan-
zas que el Hijo de Dios nos proporcionara para nuestra salvación.
Necios son los judíos -concluye el Fisiólogo- que admiten la re-
surrección delfénix, pero que niegan en cambio la de Cristo. 1 Al-
gunas otras versiones del Fisiólogo griegó añaden cosas importan-
tes. La versión siríaca, por ejemplo, que detalla todos los puntos·de
comparación entre el fénix y Cristo, insiste en que el fénix es úni-
co, esto es, que vive para sí y que no está comprometido con rela-
ción alguna de pareja. Esto acentúa el carácter cristológico del ave,
su pureza y divinidad y su desvinculación de lo material, ya asocia-
da a lo señalado por Plinio, de que nadie lo había visto nunca
40. El fénix. Bes-
alimentarse. tiario de Oxford.
La idea de la resurrección del fénix mediante el fuego y la de su
comparación con Cristo alcanzó pronto gran difusión entre los a u- Los Bestiarios ulteriores se ocupan siempre, y a veces largamen-
tares cristianos, no obstante el desprestigio momentánero del Fisió- te, del mítico-ánimal y de su simbología cristológica, aunque sin
logo, su fuente más directa. Un poema de Lactancia o atribuido a agregar casi nada de nuevo. El Bestiario de Cambridge combina

1 Los judíos admitían en efecto la existencia deljéntx. En todo caso a partir del hecho de que en
griego Jénix' designaba tanto al ave como a la palmera, la mención del fabuloso animal se 2 Una bella recreación del poema (el Phoenix, obra anónima incluida en el Libro de Exeter) fue
incorporó al Libro de Job (29, 18). Además de ello los rabinos antiguos y medievales admitie- hecha, probablemente durante el siglo VIII, en el mundo anglo-sajón recientemente cristianiza-
ron su existencia, atribuyéndole la facultad de vivir quinientos o mil años, y relatando una do y parece que tuvo amplia difusión en él. Puede léerselo en versión inglesa moderna en
historia relativa a Noé en la que el patriarca premiaba al ave con la longevidad que la caracteri- Anglo-Saxon Poetry, traducida y editada pot S.AJ. Bradley, Every1J1an Classlcs, Dent & Sons,
za, gracias a su conducta modelo dentro del Arca durante los días del Diluvio. Londres, 1982,pp. 284-301.

316 317
una vez más en este caso al Fisiólogo y a Isidoro, haciendo del ave ga a alimentarse de las llamas. .
imagen de Cristo y la resurrección. Quizá el único detalle intere- Como el del fénix, el mito de la salamandra es muy antiguo y
sante sea que hace que el fénix resucite no en tres sino en nueve persistente y ha conocido diversas formas, variantes y matices. Su
días. Todo el resto depende de las fuentes mencionadas. Philippe origen no es nada claro. Algunos piensan que pudo deberse al he-
de Thaon combina también a Isidoro con el Fisiólogo, describiendo cho de que la salamandra (cuya especie más bella tiene por cierto
con lujo de detalles la incineración del animal. También aporta un la piel negra intercalada de brillantes franjas amarillo-doradas,
corto comentario original: el fénix es ave muy gentil y m1;1.y hermo- esto es del color del fuego) exuda al contacto con las llamas un
sa, dice Philippe de Thaon; y tiene aspecto de cisne, siendo de color licor lechoso que la protege momentáneamente del calor. Otros es-
púrpura y siempre único en el mundo. Guillaume le Clerc no dice timan que la costumbre de algunas salamandras o lagartijas de vi-
nada distinto a lo ya visto. El Libro del Tesoro, por su parte, ceñido vir en medio de la leña húmeda pudo hacer que se las asociara
como ocurre casi siempre al texto de Plinio, lo describe en cambio desde épocas muy antiguas al habitat ígneo, dado que a veces se
de modo no muy diferente del de éste: grande como un águila, pro- las veía saltar en medio de las llamas cuando esos montones de le-
visto de una doble cresta bajo la mandíbula (lo que por cierto lo ña eran encendidos en los campos o en las casas. Pero esto poco
haría parecerse a un gallo gigantesco), de plumas doradas alrede- importa, lo interesante es que desde tiempos muy remotos, y parti-
dor del cuello, púrpura en el resto del cuerpo y más bien rosadas cularmente en las culturas medio-orientales y occidentales, lasa-
en la cola. Pero Brunetto añade que el ave, al cumplir quinientos lamandra fue asociada con el fuego, dando así origen a uno de los
años, cuando se siente morir, busca un árbol delicioso de agrada- más perdurables y singulares temas del imaginario.
ble perfume, hace ur;:t montón con ramas que le arranca, lo incen- La asociación del animal con el fuego está presente entre los
dia, y penetra entonces en la pira justo en el momento en que nace griegos y los romanos; y fue ya recogida por los principales enciclo-
el sol. El proceso de incineración, concluye, tiene lugar, según al- pedistas y naturalistas del mundo clásico. La explicación usual
gunos, en Heliópolis de Egipto, y queda a cargo de los sacerdotes sostenía que la salamandra era un animal particularmente frío y
de su templo. , que ello. le permitía no sólo atravesar el fuego sino incluso extin-
Privilegiado símbolo cristiano, el fénix fue también importante guirlo. El propio Aristóteles (Historia de los animalesJ. 552 b, 15)
en el mundo de la alquimia, medieval y renacentista. Los alquimis- aceptó como reales, aunque con cierta duda, esos pasmosos atri-
tas, por supuesto, lo identificaron con la piedra filosofal, y lo repre- butos de la salamandra. Plinio, aunque también con cierta hesita-
sentaron con frecuencia en medio de la pira en que se incinera, ción, los acepta. Dice primero (Historia Natural, X, 188) que se tra-
como imagen de la regeneración de la materia gracias al fuego puri- ta de un animal tan frío que al tocar el fuego lo apaga como hace
ficador. Es esta idea de la regeneración por el fuego, del etemo y cí- el hielo. Pero mas adelante pone en duda lo antes dicho, pues se-
clico renacer de sí mismo, de las propias cenizas, de la perpetua ñala que de ser cierta tal cosa tendría que haberse establecido el
reconstitución de la materia y del espíritu lo que ha contribuido empleo sistemático de salamandras para apagar cualquier incen-
sin duda a hacer del fénix una imagen tan difundida y perdurable; dio. Insiste por lo demás en que la salamandra es animal ponzoñ.o-
y lo que lQ ha llevado, de la mano de diversos autores, no solamen- so y en que su veneno es muy potente.
te renacentistas sino modemos, a sobrevivir aun en nuestro propio De cualquier forma, es esa la idea que recogen los Fisiólogos: la
imaginario contemporáneo. de la asociación con el fuego, dándole por supuesto a la misma
sentido religioso. Dicen ambos que la salamandra es animal tan
2. La salamandra. frío que si entra en un hamo de fuego ardiente, éste se apaga por
completo; y que si penetra en la sala de calefacción de un baño o
Como dijimos antes, la salamandra es, estrictamente hablando, terma, ésta se enfría igualmente. De allí infieren lo,s Fisiólogos que
el único animal que en verdad pueda ser llamado ígneo, pues a di- nadie tiene derecho a dudar de la conocida historia de los tres jó-
ferencia del fénix, cuyo solo contacto con el fuego es el proceso de venes de Babilonia que, arrojados por Nabucodonosor a un hamo
incineración que le permite renacer de sus cenizas, la salamandra ardiente, sobrevivieron gracias a la intervención de un ángel del
-al menos en las versiones más plenas de su mito- vive en medio Señor. Como la salamandra, concluye el Fisiólogo, los justos po-
del fuego, está de modo permanente en contacto con él y hasta lle- drán extinguir el poder del fuego y cerrar la boca de los leones.

318 319
Isidoro recrea las informaciones derivadas de Plinio y de otros
Los Bestiarios ulteriores añaden nuevos temas y enriquecen la
antiguos autores romanos. Pero da un paso más: y seg~n é~ lasa- descripción del curioso animal y de sus rasgos. Philippe de Thaon
lamandra no sólo extingue el fuego sino que VIVe en el com?da-
cita a Salomón, el rey judío, para recordar que el pequeño lagarto
mente. La salamandra, según el obispo sevillano, se llama as1 por
debería ser conservado en los palacios de los reyes como ejemplo.
su poder contra los incendios; y es el más ponzoñas? de tod~s los El animal apaga el fuego porque es frío; y así el fuego no puede ar-
animales de su especie, pues no mata a personas rusladas Sino a
der en su presencia. Si sube a un árbol envenena el fruto, si cae en
grupos de ellas. Si trepa a un árbol, envenena todos los frutos de
éste y causa la muerte a quienes los comen; si cae en un p~zo, :1 un pozo emponzoña las aguas. La pequeña bestia es, igual que en
el Fisiólogo, imagen de los tres jóvenes de Babilonia arrojados por
agua se emponzoña y todos los que acudan a beberla monran ~~ Nabucodonosor a un hamo ardiente. Vale la pena observar el con-
remedio. Es el único animal que apaga el fuego. Por ello puede VIVIr tradictorio espacio en que se mueven los Bestiarios: la salamandra
en medio de las llamas sin experimentar dolor y sin consumirse, no es fría y su presencia extingue el fuego, pero al mismo tiempo se
sólo porque éstas no la queman sin? por9-ue las extingue c'!n su afirma que vive en él y hasta que se alimenta de la llama. Esto es
presencia. El Líber Monstrorum es aun mas exagerado. Segun su sobre todo evidente si se contrapone lo dicho por Philippe de
anónimo autor, la salamandra no solamente es inmune a las lla-
Thaon con lo afirmado en el Bestiario de Pierre de Beauvais, pues
mas sino que se dice de ella que puede vivir en el fuego como los
este último asegura que la salamandra se alimenta de fuego y de
peces en el agua.
ninguna otra cosa, ya que sólo puede _vivir .de fuego y en el. fuego,
como los peces en el agua. Lo mismo d1ce Richard de Foum1val en
su Bestiario de Amor, atribuyendo por lo demás a la salamandra
rasgos de ave y asegurando que es un pájaro que vive entre las lla-
mas y que se alimenta de puro fuego. Bestiarios ulteriores, como el
Libellus de Natura Animalium y el Bestiario Toscano insisten en esa
alimentación exclusiva a base de fuego; y la última de las obras
señaladas vuelve a exponer la condición de pájaro de la salaman-
dra, a la que describe como un ave blanca que vive siempre en
medio de las llamas y se nutre de ellas.
Esta idea, asociada a la de que la salamandra suelta pelos
inmunes al fuego o está cubierta de un vellocino igualmente resis-
tente a la acción de las llamas proviene seguramente de la famosa
Carta del Preste Juan, en la que se habla con precisión de la sala-
mandra y de la gran utilidad que tienen estos pelos. Dice la Carta
que en una comarca dependiente del rey-sacerdote abundan las
salamandras. Se trata de una montaña en la que nadie puede vivir
debido al gran calor que en ella hace. En la monta~a se crían cier-
tos gusanos -evidentemente las salamandras, que en este caso no
son descritas como lagartos ni como pájaros sino como gusanos-
los cuales no pueden vivir sin fuego. Por ello el Preste ha decidido
mantener en las laderas de la montaña a un auténtico ejército de
cuarenta mil hombres que se dedican a encender grandes hogue-
ras. Al sentir el calor, los gusanos salen de la tierra y penetran en
las llamas, dejando un pelo como el que producen los gusanos de
41. Salamandra en medio del fuego. Grabado de Abraham Lambsprinck,
Museum henneticum, 1625.
seda. Con ese pelo se tejen vestidos para hombres y para mujeres; y
son esos vestidos los que usan en ciertas ocasiones tanto el Preste
como sus súbditos. Al cabo de cierto tiempo se obscurecen, mas

320
321
ent~nces, para limpiarlos, basta con meterlos de nuevo en el fuego; El intento desmiti:ficador de Marco Polo tuvo empero escaso éxi-
y as1 se vuelven otra vez blancos y hermosos.3 Para Pierre de Beau- to. El prestigio de la salamandra fue grande, no sólo a lo largo de la
vais, sin duda tributario de la Carta del Preste Juan, el vellocino de Edad Media sino también en tiempo del Renacimiento. La alquimia
la s.alama?dra, con el que se hacen ciertas telas empleadas en la la convirtió en uno de sus símbolos preferidos, igual que el fénix;
India, está hecho de una materia indefinible que no es lana ni se- Francisco I de Francia la incluyó, surgiendo del fuego, en su
da ni lino ni pluma, y que só.lo puede lavarse con fuego' y no con escudo de armas, con una leyenda que decía "Nutrisco et extinquo",
agua. Para Rich~d de Fourmval s~ trata en cambio de, plumas; y esto es, "me alimento de él y lo extingo"; y Benvenuto Cellini, en su
con ellas se fabncan telas lavables unicamente con fuego. interesante autobiografia (Vita, I, 4), cuenta que cuando era ape-
Los grandes enciclopedistas cristianos del siglo XIII trataron el nas un niño tuvo ocasión un día, acompañado por su padre, de
t~ma de la salamandra. Algunos de ellos, como Alberto Magno, pu- ver una salamandra en medio de las llamas, y que aquél le propinó
Sieron en d~da, su capacidad de Vivir en medio del fuego, siguiendo de inmediato una soberbia bofetada, a objeto, como le dijo a conti-
en esto aA?stoteles y a Galeno. Otros, al contrario, como Vicente nuación con mucho cariño, de que no olvidara nunca a lo largo de
de Beauvrus, elaboraron el mitó de la asexualidad de la salaman- su vida una ocasión tan excepcional como esa.
d;a, que se co~virtió así desde ~ntonces para el cristianismo en
srmbolo de castidad y de pureza, imagen esta probablemente deri- LOS ANIMALES MINERALES Y LOS ANIMALES VEGETALES
vada de su,es.trecha asoci~i?n con el fuego, siempre purificador.
Otros, por ultrmo, como Tomas de Cantimpré, describieron la inge- Con la salamandra, el animal del mundo ígneo, el cuarto y últi-
niosa fo~a de cogerlas aprovechando para ello sus propias cuali- mo de los elementos, de be ría concluir el estudio de los animales del
dades. D1ce Tomás de Cantimpré que hay salamandras en Sicilia, y Bestiario. No es sin embargo así; y ya veremos, en las páginas que
que en ella y en otras partes se las suele capturar prolongando la siguen, que aun nos falta ocupamos dé algunos de los seres más
hoguera en la que Viven un largo trecho sobre el monte. Atraídas insólitos descritos por Fisiólogos, Bestiarios y enciclopedias medie-
P?r el nuevo fuego, las salamandras siguen el trecho encendido, vales como pertenecientes al mundo animal o como asociados de
sm percatarse de que debido a su frialdad van extinguiendo con su manera estrecha con el mismo.
pr~sen:ia el incendio que queda detrás de ellas. Aprovechando esta Los Fisiólogos y Bestiarios no se ocupan solamente de animales
·artrmana, los cazadores las capturan cuando intentan devolverse y y de monstruos o híbridos entre animal y ser humano, como cen-
antes de que logren regresar al monte. tauros o sirenas. En realidad parte de ellos está consagrada, como
Otro autor medieval que trata de la salamandra es Marco Polo. ya vimos, a describir vegetales, y sobre todo piedras. En el caso de
P~~o en este caso .. y a diferencia de muchos otros enciclopedistas o los Fisiólogos no sabemos si ello obedece a la existencia de una vi-
VIaJeros de esos siglos, el tratamiento del mítico animal está marca- sión un tanto enciclopédica de parte de sus autores o a la insufi-
do por el r~cionalism_o y el ~tento de destruir la entonces arraiga- ciente capacidad de estos últimos para deflnir bien los campos o
da creencia en la ex1stenc1a del maravilloso lagarto habitante de reinos en el mundo de la Naturaleza. En el caso de los Bestiarios,
las llamas. Es teniendo en mente lo dicho en la Carta d€?L Preste dependientes en gran medida de los Fisiólogos y su estructura, la
Juan que el viajero veneciano relata su experiencia en tierras de la respuesta parecería depender a su vez, al menos en forma parcial,
China mongólica y lo que le contara un musulmán amigo. La sala- de la respuesta que pudiera darse a la problemática planteada por
mandra, aseg~ra Mar~o Polo, no es sino el asbesto, que se extrae los Fisiólogos y por la razón a partir de la cual éstos mezclan ani-
con calor de Ciertas rmnas de montaña, y de cuyas fibras se tejen males e híbridos humanos con vegetales y con piedras.
telas resistentes al fuego, las cuales, una vez que se ennegrecen Lo importante en todo caso es constatar esta presencia frecuen-
por el uso, pueden ser blanqueadas de nuevo al meterlas en las lla- te de vegetales y minerales en obras supuestamente consagradas a
mas.4 describir el mundo animal. Pero hay algo aún más significativo, y
es que esta flexibilidad con la que Fisiólogos y Bestiarios abordan
la existencia (admitida desde la Antigüedad) de fronteras entre los
3 Lettre~ de Prestes Jehan a l'Empereur de Rome, edición francesa de A. Jubinal, in Oevres
Completes de Rutebeuf, A. Daffis, París, 1875, tomo m, p. 366. reinos naturales se carga incluso de una dimensión aún más inte-
resante para quienes se ocupan del imaginario, como nosotros. Se
4 Marco Polo, Libro de las Maravillas, I, LX.

322
323
· trata de que muchas de esas piedras y vegetales descritos en Fisió- mineral que revela su tejido intemo, capaz de absorber en pocas
logos y Bestiarios o citados por enciclopedistas y viajeros medieva- horas (tres, número sagrado) una impresionante masa de agua, y
les revelan en su descripción ciertos rasgos que los hacen de algu- también la de devolverla en el mismo tiempo. Pero sí los tienen en
na manera partícipes del mundo animal -o animado- y que hacen cambio las otras piedras.
más explicable su presencia en el Bestiario. En efecto, no son raras Las piedras macho y hembra o piedras piróbolas, como su
las ocasiones en que vegetales o minerales son descritos como se- nombre indica, son piedras que producen fuego. Existen sólo en
res animados, o al menos como seres que comparten con el mundo Oriente; y los Fisiólogos les atribuyen algunos rasgos excepciona-
animal algunos. de sus rasgos. En algunos otros casos, inclus<?, les. Son ante todo macho y hembra, como los animales. Pero ade-
esos vegetales o piedras vienen a ser como una nueva suerte de hí- más se encuentran lejos la una de la otra, lo que impide que el fue-
bridos, ya se trate de animales-vegetales, ya se trate de animales- go se produzca. Sin embargo, al acercarse la piedra macho a la
minerales, en los cuales resulta aún mayor el despliegue de imagi- piedra hembra (lo que el Fisiólogo lamentablemente no nos explica
nario y fantasía. Con el estudio de algunos de estos curiosos seres, si se produce por acción humana o porque las piedras mismas
de los más interesantes a nuestro juicio, queremos terminar este pueden desplazarse solas gracias a la atracción que existe entre
recorrido nuestro por el Bestiario medieval y por los mitos, tradicio- ellas) se produce de inmediato el fuego. Y éste es tan intenso que
nes y leyendas asociados a algunos animales a lo largo del medio- ambas quedan reducidas a cenizas. Las piedras sirven de base a
evo, sobre todo cristiano. un discurso antifeminista, promotor de la castidad y la separación
de sexos. La piedra piró bola hembra es imagen de la mujer; el hom-
1. Los animales minerales: la piedra índica, las piedras piróbolas o bre debe mantenerse separado de ella para que el fuego de lapa-
piedras macho y hembra, y el diamante. sión no se encienda y para evitar que ésta los reduzca a ambos a
cenizas. El Fisiólogo parece aquí mezclar varias ideas. Una de ellas
Comenzaremos por los animales-minerales, más frecuentes pero es la existencia del pedemal; otra, la de que la fricción de piedra
menos importantes. Se trata en este caso no de simples minerales dura (masculina) sobre madera blanda (femenina) es capaz de pro-
incluidos sin mucha justificación en los Fisiólogos y en algunos ducir fuego; otra, en fin, admitida por los enciclopedistas antiguos
Bestiarios, como la piedra ágata o la piedra imán, sino de piedras y luego por los medievales, la de que entre las piedras hay unas
animadas o que no es siempre fácil distinguir de ciertos animales, masculinas y otras femeninas, hablando por supuesto en términos
dados algunos de sus rasgos. Mencionaremos solamente tres: la sexuales.
piedra índica, las piedras piróbolas o piedras macho y hembra, y el El diamante es una de esas piedras sexuadas, no obstante su
diamante. Todas ellas son mencionadas en los Fisiólogos, aunque pureza; y a diferencia de las piedras piróbolas, cuya cópula es
la casi totalidad de los Bestiarios medievales prefiere ignorarlas. explosiva, la unión de los diamantes resulta benéfica y generadora
La piedra índica es una suerte de piedra-esponja capaz de ab- de prole. Hay de todos modos matices y etapas en este campo, pues
sorber la enfermedad humana. En efecto, dice el Fisiólogo que si al- el Fisiólogo nada dice en verdad sobre el ayuntamiento y reproduc-
guien está afectado de hidropesía, los médicos buscan esa piedra, ción de los diamantes. La idea predominante en él es la de la pure-
se la atan por tres horas al enfermo, y al cabo de ese tiempo com- za del diamante; imagen de luminosidad, poder y perfección que no
prueban que éste se ha curado y que la piedra ha absorbido todo el podía menos que sugerir a su anónimo autor las cualidades simi-
líquido, toda la suciedad del hidrópico. Separan entonces la piedra lares del propio Salvador cristiano. En efecto, ambos Fisiólogos,
del hombre y pesan a ambos en una balanza. La piedra, que era que describen no una sino dos veces al diamante, dicen de él que
pequeña, pesa entonces más ·que el hombre. La dejan luego al sol, es una piedra existente en el Oriente, que no brilla en los días de
también durante tres horas, y entonces notan cómo la piedra sol y que sólo lo hace por las noches. Se la llama diamante, nom-
exuda el agua absorbida del cuerpo del enfermo, volviendo a ser de bre griego, porque todo lo doma sin que nada pueda en cambio do-
nuevo la hermosa y pequeña piedra que era antes. La piedra índi- marla a ella. Añaden luego que existe otro tipo de diamante, el
ca, probablemente emparentada con la piedra de la cabeza del cual no t~me al hierro ni es afectado por el olor del humo. Si se lo
sapo, que también servía para curar la hidropesía, no tiene en ver- tiene eq una casa, ningún mal y menos aún el demonio tendrán
dad rasgos animales propiamente dichos, salvo la flexibilidad nada acceso a ella. Se encuentra en los palacios de los reyes, y aquél que

324 325
lo posee vence a cualquiera que lo enfrente, sea éste hombre 0
pleto y los Bestiarios raras veces se .ocupan de al~uno de e~o~. Pero
animal. En ambos casos el diamante es imagen de Cristo, y más son en cambio importantes en la literatura medieval de VIaJes, en
que sus raras propiedades llama la atención el que el Fisiólogo di- la cartografía, en la miniatura, y también en la obra de ciertos en-
ga, pese al caracter solar y diurno de la piedra, que ésta no brilla al ciclopedistas o escritores de romances. , , .
sol y que sólo lo hace por las noches. .
Como en el caso anterior, nos ocuparemos solo de los mas mte-
Pero lo que nos interesa resaltar no es esto, pues no h~y nada resantes: de las bemachas, del cordero vegetal, de la mandrágora,
en la descripción del diamante hecha por el Fisiólogo que haga de los árboles parlantes, y del increíble Wak-Wak, árbol de frutos
pensar en propiedades animales. Lo que queremos examinar rápi- humanos, que por lo general son bellísimas mujeres.
damente es la forma en que el diamante es presentado en otros
textos asumiendo tales propiedades. Ciertos lapidarios sugieren ya Las bemachas.
estos rasgos, consecuentes con la vieja idea de la existencia de ca-
racteres y conductas masculinos o femeninos en las piedras. No Durante la Edad Media y hasta el Renacimiento, y sobre todo en
vamos a examinarlos, y nos limitaremos a un solo texto en reali- medios clericales, tuvo mucha importancia la discusión acerca de
dad algo tardío pero en cambio bastante preciso en lo rela:tivo a los la existencia de algunas aves que podían nacer de extraños árboles
caracteres, sobre todo animales, del diamante: el libro de viajes es- o de trozos de madera caídos en las aguas de remoto.s pantanos a
c:ito por John de Mandeville, de quien algunos autores contempo- orillas de la playa. Esas aves solían llamarse bemachas o cravanes
raneos suyos afirmaron que era experto en piedras preciosas, como y constituyeron un persistente y muy difundido tema del imagina-
él mismo por lo demás trata de evidenciar en su relato. rio medieval occidental.
Mandeville (Viajes, capítulo 17) habla largamente de los dia- La idea de la existencia de bemachas tuvo casi seguramente su
mantes, de sus caracteres físicos, de su calidad, y de los países en origen en el mundo irlandés cristiano de.l ~edioevo; y las primeras
que abundan, como Arabia, Chipre, y sobre todo la India, donde se referencias a ellas de que tengamos noticia son las que aparecen
encuentran los mejores. Pero lo interesante es que Mandeville dice .·en la Topografía Hibemica (Historia y Topografía de Irlanda) de Gi-
que ~os diamantes viven juntos los machos con las hembras~ que raldus Cambrensis, autor anglo-normando del siglo XII. Se trata de
se alimentan unos y otras del rocío celeste, y que tienen la capaci- una versión bastante elaborada; y todo indica que la leyenda de
dad de engendrar hijos, razón por la que crecen y se multiplican las bemachas debía ser ya relativamente antigua para la fecha
sin cesar. Bañarlos con rocío del mes de mayo, agrega Mandeville, (1185) en que Giraldus la recoge. Su relato dice que en Irlanda
los hace crecer de año en año; y así los más pequeños se hacen abundan una aves llamadas bernacles (bemachas ), cuyo origen y
grandes, pues los diamantes son como las perlas, que crecen coa- naturaleza son maravillosos. Son como gansos de pantano, pero
gulando alrededor de su cuerpo el rocío del cielo. La sola diferencia más pequeños. Nacen como excrecencias sobre leños de pino arras-
en este campo entre unos y otras es que las perlas crecen redondas trados por las aguas. Parecen algas marinas pendientes de los le-
mientras que los diamantes lo hacen llenándose de caras o face- ños; y cuelgan de ellos por los picos mientras que sus cuerpos, a
tas. ~orlo dem~s, Mandevill: hace el recuento de las principales objeto de favorecer el desarrollo, se encuentran encerrados en unas
cualidades del diamante, partiendo de lo ya indicado por los Fisió-
logos y añadiéndole una larga lista de curiosos atributos.
·'* suertes de conchas. Una vez que crecen y se cubren de fuertes plu-
mas, caen al agua o emprenden vuelo por los aires. Durante su no-
table proceso de generación sólo se alimentan de agua y j~~o de
2. Los animale..s vegetales: las bernachas y el cordero vegetal, madera. Giraldus afirma haberlas visto muchas veces por minadas
la mandragora, los árboles parlantes y el Wak-Wak. colgando de trozos de madera a lo largo de las costas irlandesas.
Estaban formadas en sus conchas, agrega, y no eran producto de
., Bastante m~s interesante~ son los animales vegetales, mucho huevo o empollamiento alguno; y jamás ningún pajaro se acercaba
mas lleno~ de VId?', mucho mas cargados de imágenes sugestivas y a alimentarlas o construirles nidos. Ello explica, concluye, que en
much~ mas aso~Iados a los relatos y fantasías de viajeros y enci- algunas partes de Irlanda obispos y religiosos se atrevieran a co-
clopedistas medievales. En realidad apenas son animales del Bes- merlas eri los períodos de ayuno, por no considerarlas carne, no
tiario propiamente dicho pues los Fisiólogos los ignoran por com- naciendo ellas mismas de la carne. (Topografr.a Hibernica, I, 11)

326
327
Algo similar nos dice algunas décadas después Gervasius de Til- en ningún caso. '
bury, autor inglés, en sus Otia Imperialia, obra compuesta a princi- Los otros textos que tratan de bernachas son enciclopédicos,
pios del siglo XIII. En la tercera parte del libro, en el capítulo CXXIII, como la Image du Monde de Gossouin de Metz, o el De Natura Re-
titulado De Avibus ex arboribus nascentibus, Gervasius nos describe rum de Tomás de Cantimpré. Gossouin es en especial interesante
el fenómeno insólito que ocurre en las costas de Britania. Hablan- porque estima que las bemachas son una maravilla que sólo exis-
do del arzobispado cantuariense, dentro de los límites de la abadía te en Europa y de la cual carecen los otros continentes. Las ubica
de Faversham, dice que en esa región abundan esas extrañas aves correctamente en Irlanda, las hace nacer de ciertos árboles, y afir-
que nacen de los arboles. En las orillas del mar hay gran cantidad ma -como Pierre de Beauvais- que al madurar sobreviven las que
de arbustos y de ellos se forman unas suertes de avecillas que cuel- caen en agua mientras perecen las que caen en tierra. Tomás de
gan de las ramas gracias a sus picos y de las que luego, pasado Cantimpré, por su parte, tras intentar fundar la existencia deber-
cierto tiempo, se desprenden y sobreviven algunas, que caen al IIBr. nachas en supuestas afirmaciones de Aristóteles, dice también que
Su aspecto es el de pequeños gansos y poseen plumas muy varia- nacen de árboles, que aunque son como gansos poseen pies de
das. Tienen sabor a carne pero se las come en tiempo de cuaresma patos, y que son de color negro.
debido a su origen vegetal; y el vulgo les da el nombre de barnetas También se ocupa largamente de ellas otro texto enciclopédico,
(que viene a ser lo mismo que bemachas). esta vez anónimo: un Libro de Maravillas escrito durante el siglo
Dado probablemente su origen demasiado reciente, las bema- XV. Este no las llama bemachas sino crabans o cravans, esto es,
chas no alcanzaron a pasar a los Bestiarios. Pero al menos uno de alcaravanes; y las ubica en Escocia, no lejos de la isla de Pomonia,
ellos las menciona: el de Pierre de Be a u vais, quien nos transmite signo indudable de que ya Irlanda resultaba demasiado cercana,
una versión resumida y moralizada de los relatos que conocemos conocida y accesible como para poder albergar tan extraña maravi-
por Giraldus Cambrensis y por Gervasius de Tilbury. Dice Pierre de lla. El texto parece basarse en la descripción de Giraldus Cambren-
Beauvais que, según el Fisiólogo(?), sobre las aguas de cierto mar sis, pero le cambia y agrega muchas cosas, de procedencia no
que no define, existe un árbol que da pájaros semejantes a los gan- siempre ·clara. Dice que en Escocia y en Pomonia, junto al mar, se
sos, pero un poco más pequeños. Cuando crecen, quedan colgados crían estas aves. No son engendradas ni puestas en huevo ni incu-
del árbol por el pico hasta que están maduros. Luego caen de él, hadas. Se forman a partir de la corrupción y podredumbre de ma-
como peras en sazón. Los que caen al agua flotan y se salvan pero dera vieja de viejas naves descompuestas en el mar. De esa podre-
los que caen en tierra quedan inmóviles y mueren sin remedio.· La dumbre, cerca de la playa, se forma un cíeno viscoso como arcilla.
simbología no ofrece problemas: las bernachas (Pierre de Beauvais De él nacen las aves. Cuelgan del pico por dos o más meses, hasta
no les da ningún nombre) son los hombres, de los cuales sólo se cubrirse de grandes y gruesas plumas. Luego caen al mar (no hay
salvan los que se regeneran mediante el agua del bautismo, mien- ninguna intención moralizadora en el texto, y por tanto no se ha-
tras los que caen en tierra, lejos del agua salvadora, se pierden y bla de aves que caen a tierra y mueren) y se convierten en hermo-
condenan para siempre. sos pájaros de plumaje negro que vuelan libremente sobre el mar
Dos detalles nos parecen particularmente significativos en esta como los otros pájaros marinos. Pese a su plumaje negro, concluye
corta descripción: a) la separación entre gansos vegetales que caen el desconocido autor, su came es blanca, y tan tiema y sabrosa
enagua y gansos vegetales que caen en tierra (esto es, entre los como la de un pato salvaje.
que se salvan y los que mueren) de lo que nada nos dice Giraldus De toda esta literatura medieval acerca de las bernachas nos
Cambrensis, pero que está como sugerido en Gervasius de Tilbucy; interesa destacar dos cosas: a) su carácter de maravilla sólo exis-
y b) la afirmación de que las aves nacen de un árbol, de lo que tam- tente en Europa, y la posibilidad contemplada por algunos viajeros
poco dice nada el autor de la Topografía Hibérnica, para quien las europeos que se desplazaban a fines del medioevo por el Asia, des-
bemachas nacían de troncos de pino y estaban envueltas además cubriendo en ella todo tipo de maravillas, de contraponérsela
en unas conchas protectoras, pero a lo que sí se refiere también alguna vez en plan de igualdad a los asiáticos; b) su incidencia
Gervasius de Tilbury. De cualquier modo la lectura simbólica es sobre una curiosa discusión clerical acerca de si semejantes aves
toda de Pierre d~,.Beauvais, pues tanto Giraldus como Gervasius se podían o no ser consumidas en época de ayuno o de cuaresma.
limitan a describir un msólito fenómeno sin moralizar al respecto La idea de que las bemachas eran una insólita maravilla, pro-

328 329
pia únicamente de tierras europeas, idea que ya vimos expresar a
Gossouin de Metz, contribuyó sin duda a difundir su conocimiento había una maravilla igual, las llamadas bem~chas, aves d: '?rtgen
en buena parte de Europa, sobre todo en medios clericales; y, más vegetal que se desprendían como fruto de los arboles: qt;e VIVIan ~1
aún, a hacer que algunos viajeros y autores del siglo XIV acudieran caer en agua o morían al caer en tierra, y que ~onstlt~nan ademas
a ellas a la hora de tener que contraponer alguna maravilla euro- un excelente alimento humano. Con su audacia de siempre, con-
pea digna de asombro a tantos prodigios propios del Asia y de los cluye Mandeville asegurando que los de Catay quedaron apabu~a­
mundos más remotos. dos, pues consideraron eso un prodigio tan grande que no podian
creerlo. .
Esta idea de contraponerle al cordero vegetal, gra?.. maravilla
asiática, las bernachas, su equivalente europea, debio alcanzar
cierta popularidad. Así parece sugerirlo el h:cho de .que una de l~s
bellas miniaturas ilustrativas que acampanan el hbro de maraVI-
llas manuscrito que reúne a Marco Polo, Odorico y Mandeville Y
que perteneció a los duques de Borgoña, sea la que muestra a un
grupo de viajeros o comerciantes asiáticos, formado por dos pers_?-
nas, uno que parece árabe y el otro judío, mostr~do un melon
abierto dentro del que puede apreciarse un pequeno cord~r~ vege-
tal a otro grupo de viajeros, esta vez formado por tres cnshanos,
uno de los cuales les enseña a ellos en cambio una delgada rama
de árbol de la que cuelgan unos péqueños pájaros, sin duda ~er­
nachas, no obstante su color blanco y su aspecto de pequenas
garzas. · .. .
· La idea de que sin pecar las bernachas pudieran s~r cormdas
por los religiosos cristianos durante la Cuaresma es Igualmente
interesante y vale la pena detenerse un poco en ell~. A~nque _nada
indica que se trate de un mito elaborado para serVIr a mtencio_nes
gastronómicas lo cierto es que el tema de las bemachas descntas
como aves veg~tales producto de un proceso de generación en el
que estaba ausente toda relación camal, está ligad?.. de manera es-
42. Intercambio de bernachas por cordero vegetal. Minlatura del Libro de Maravillas que trecha a los ritos religiosos cristianos, y su aceptacion como tal fue
ilustra el Itinerario de Odorico de Pordenone. Biblioteca Nacional, París. .
utilizada sin duda alguna para justificar la violac~ón de los usos
Es esto lo que ocurre con Odorico de Pordenone, el famoso e in- propios de las épocas de ayuno, sobre t?do d~l penado ~e Cuares-
genuo viajero franciscano que recorriera buena parte del Asia en el ma. En efecto, ya Giraldus Cambrensis decia, como vrmos, que
primer cuarto del siglo XIV. Al describir el cordero vegetal, verdadera ~ obispos y monjes irlandeses acostumbraban cot;Ier sabrosas.. ber-
maravilla del Asia, Odorico (Itinerario, XXVII) no puede menos que nachas en épocas de ayuno, debido a que no solo no era? estas
recordar, sin duda gracias a la influencia de su acompañante, fray animales sino sobre todo a que ni siquiera se las consideraba
Jacobo de Irlanda, la existencia de las bemachas, prodigio en como carne, por no proceder de la carne de ningún ~imal. Es cla-
verdad equivalente. Lo mismo hace John de Mandeville en su falso ro, pues, sin descartar un amplio marg;n de ingenuidad Y confi:rn-
libro de viajes, plagiado en gran parte de Odorico: contraponer las za ciega en los misterios de la Creacion por parte de los monJes,
bemachas al maravilloso cordero vegetal. Dice Mandeville (Viajes, que desde antes de la descripción de Giraldu~ muchos eran.·Ios
capítulo 29) que las gentes de Catay le mostraron, sin duda para clérigos irlandeses que aprovechaban el difundido mito del ongen
impresionarlo, ese cordero prodigioso que es el fruto de un melón, de las bernachas para comer seguramente algunas especies de pato
0 de ganso pequeño en épocas de ayuno, haciéndolos pasar por
pero que él les ripostó diciendo que en su mundo, allá en Europa,
inocentes bemachas.

330
331
La polémica sobre si era lícito o no consumir bemachas en épo- blar de bemachas en la recién descubierta América y a identificar-
cas de ayuno obligatorio se inició poco después. Y aunque fueron las, como hace en pleno siglo XVIII el padre Juan de Velasco ha-
muchos los partidarios de ese consumo, sobre todo entre los miem- blando del reino de Quito, con una suerte de picaflor o colibrí
bros del clero irlandés, las perspectivas se mostraron más bien selvático. 6
obscuras para éste, pues ya el propio Giraldus había cuestionado
en su libro este derecho, señalando que aunque no procedían de la El cordero vegetal.
carne, las bernachas eran también carne, a la manera de Adán,
que era él mismo carne aun sin ser producto de la carne. El asunto Las bernachas suelen asociarse, como hemos visto, al cordero
fue llevado hasta el Cuarto Concilio de Letrán, en 1215, y allí los vegetal. Pero a diferencia de las bemachas, el cordero vegetal no es
comedores de bemachas (es decir, de pato o ganso bajo falso animal del Bestiario cristiano. Se trata de un prodigio oriental des-
nombre) fueron derrotados en toda la línea, pues la suprema conocido de Fisiólogos y Bestiarios, de incidencia bastante tardía
asamblea eclesiástica decidió que las bemachas eran carne y que sobre la cultura medieval de la Europa cristiana, y sólo recogido en
por tanto era pecado consumirlas en épocas de ayuno o abstinen- relatos de viajeros al mundo asiático a partir del siglo XIV. En reali-
cia.5 dad existen dos tipos de cordero vegetal: el conocido a través de
No obstante la decisión conciliar, parece que el consumo oca- Odorico,Y Mandeville, que suele ser el fruto de un melón; y el lla-
sional de patos o gansos que se hacían pasar por bemachas conti- mado cqrdero de Escitia o boranetz, que es una especie de planta-
nuó; o por lo menos sabemos que siguió la discusión sobre las ber- animal, y cuya popularidad en Europa fue muy ulterior, ya prácti-
nachas y su origen. ;En los siglos XIII y XIV, y aún después, apare- camente renacentista.
cen nuevas y contradictorias referencias clericales a bemachas, Las primeras descripciones que tenemos del cordero vegetal son
como la de San Alberto Magno, quien no sólo niega que puedan las de Odorico y Mandeville, ambas del siglo XIV. El primero, como
existir aves vegetales sino que asegura haber visto a las supuestas siempre más escueto, no dice que haya visto con sus propios ojos
bernachas copulando o empollando huevos; o como la de Tomás al curioso animal vegetal y sólo afirma que le contaron que en
de Cantimpré, a quien ya vimos repetir con algún añadido la des- Cadhili, uno de los reinos dependientes del Gran Khan mongol,
cripción de Giraldus Cambrensis y hasta acudir a una inexistente cerca de unas montañas que podrían ser los Montes Caspios (aun-
cita de Aristóteles para apuntalar la existencia de las extrañas y que Odorico les da un nombre muy confuso, como lo es también el
sabrosas aves. · del reino antes citado), existe un prodigio notable: unos melones
El tema tiene algunas derivaciones interesantes en las que no de descomunal tamaño a los que se abre cuando están maduros y
podemos detenemos, las cuales llegan hasta épocas bastante más de los que se saca entonces, de cada uno de ellos, un animalito vi-
recientes. Así, en el siglo XV, Konrad van Megenberg en su Puch der vo similar a un cordero pequeño. Las gentes de la región, añade, se
Natur repite los argumentos de Giraldus Cambrensis y de Tomás de comen tanto los melones como los corderillos. A Odorico, como di-
Cantimpré; y Eneas Silvia Piccolomini, el famoso humanista que jimos, no le extraña nada tal cosa, no sólo o no tanto a causa de
fue Papa bajo ~1 nombre de Pío II, recrea una versión parecida del la ingenuidad que lo caracteriza de ordinario, sino sobre todo a
tema en su Historia rerum ubique gestarum, aunque no parece con- ,J causa de las bemáchas, cuya existencia recuerda entonces para
fiar mucho en la veracidad de lo que cuenta y hace notar con cier- contraponerlas a este raro prodigio (Odorico, Itinerario, XXVII).
ta ironía el hecho de que con el tiempo la patria de las bemachas Mandeville es en cambio mucho más directo; y su descripción,
se haya ido desplazando de Irlanda y Britania a islas cada vez más copiada -como tantas otras veces- de Odorico, posee la fuerza y el
remotas, como las Oreadas. Así también, en el siglo XVI, Konrad aspecto de cosa vivida de que carece la del fraile franciscano. DiCe
Gessnery Sebastian Münster admiten la existencia de bemachas, Mandeville que yendo de Catay hacia la India Mayor se cruza el rei-
a las que este último por cierto ubica también en las lejanas Orca- no de Caldilhe, y que en esa hermosa comarca crecen frutos como
das. Así, en fin, como hemos señalado en otra parte, se llegó a ha-

6 Hemos examinado, entre otras muchas cosas, el curioso tema de las bernachas americanas en
5 El tema es tratado en Willy Ley, El pez pulmonado. el dodó y el unicornio, Espasa-Calpe, un libro reciente: El Continente Prodigioso: Mitos e Imaginario Medieval en la Conquista
Madrid, 1963, capítulo V, pp. 77-88. americana, Ediciones de la Biblioteca de la Universidad Central de Venezuela, Carneas, 1992.

332 333
calabazas, que cuando están maduros son cortados por la mitad, de representar melones), al irse abriendo, permite ver en su interior
hallándose entonces en el interior de cada uno un pequeño ani- a un cordero pequeño, aunque dotado de cuernos, que luego in-
mal de carne, hueso y sangre, que es una suerte de corderito des- tenta desprenderse del árbol y arrojarse a tierra. Como vemos, no ~
provisto de lana. Las gentes de la región se comen tanto los frutos trata aquí de melones en cuyo interior se forman indefensos cor-
como los animales. Y él mismo, añade en seguida Mandev:ille, llegó deritos sino de un árbol o arbusto del que nacen, protegidos por
a probar de ambos, confiado, como dice, en el carácter divino del esas especies de conchas, corderos algo más grandes y ya dotados
prodigio (Mandeville, Viajes, capítulo 29). de sus cuernos.
Estas representaciones del animal como formándose en sus val-
vas (¿o melones?) a partir de un árbol nos permiten enlazar este
tema con el relativo a la otra versión -que es la más completa- del
insólito cordero vegetal: el boranetz o cordero de Escitia, que -como
ya adelantamos- no es un cordero que nace de un melón sino una
planta en forma de cordero.
El mito de este cordero vegetal parece tener una antigüedad bas-
tante respetable; y Jurgis Baltrusaitis, de quien tomamos las
informaciones principales al respecto,· afirma que procede de la an-
tigua China y que se lo encuentra mencionado en los Anales T'ang.
En un relato tártaro más moderno pero dependiente~ de ellos se
afirma que si se siembra un ombligo de oveja y se lo riega con agua
regularmente, nace de él un corderito. El animal crece cuando ruge
la tormenta. Pero es curioso que -como ponen en evidencia tanto
Baltrusaitis como L.Lewinshohn, un investigador judío- el mismo
tema, mod.Íficado y enriquecido, aparezca también en el Talmud de
Jerusalén. En el sagrado texto judío puede leerse un comentario
atribuido a un respetado rabino medieval del siglo XII llamado Si-
43. Planta de corderos meón de Sens, el cual habla de una bestia llamada yadu a o jidra,
vegetales.Ilustración de
una temprana edición animal cuyos huesos se usan para actividades mágicas, que en na-
de Mandevtlle. Fines del da semeja un cordero, y que tiene forma humana o semi-humana.
siglo XV. La bestia crece desde el suelo como una calabaza, y su cuerpo, que
en casi todo parece el de un hombre, está unido a la tierra, o
Es una lástima que ni Odorico ni Mandeville hayan descrito la suspendido sobre ella, gracias a un largo y robusto cordón umbili-
planta de la que se suponía nacían estos melones. Pero los,ilustra- cal. Ningún hombre o animal puede acercarse a la zona que es su
dores ulteriores del texto de Mandevill~(so bre todo de las primeras radio de acción porque el animal lo mataría en el acto. Sólo hay
ediciones, hechas a fines del siglo XV y reimpresas muchas veces una manera de matarlo: arrancar el cordón umbilical, aunque
desde entonces, se encargaron de llenar ese vacío. Así podemos ver también es posible (y sin duda bastante más seguro) matarlo dis-
en el grabado que corresponde al tema en la edición de Ausburgo, parándole flechas que rompan el cordón.
hecha en 1481, de los Viajes de Mandeville un auténtico árbol de Pero aun dependiendo de la misma idea matriz que el cordero
corderos vegetales. Se trata de una planta muy ramificada, que tie- vegetal: la de un animal nacido de un árbol o ar'9usto o la de un
ne al final de cada rama una suerte de corola formada por muchas animal vegetal, no cabe duda de que el yadu'a de S?imeón de Sens
hojas; y de las corolas maduras se forman unas grandes valvas o es algo diferente, pues no es como el corderito uri indefenso ani-
conchas, como las que protegían a las be machas en el relato de mal que sirve de alimento sino una bestia agresiva y antropófaga.
Giraldus Cambrensis, pero bastante mayores. Cada una de las val- El animalillo de los Anales T'ang y el del más moderno relato tárta-
vas (que quizá no sean en el fondo otra cosa que toscos intentos ro sí son por el contrario modelos tempranos de esa otra versión

334 335
del cordero vegetal que consideraremos ahora, en la que el animal ban boranetz, esto es, cordero. El híbrido tenía todo el aspecto de
no es fruto sino planta él mismo, aunque animada. un cordero; y su piel, suavísima, era utilizada para hacer gorras.
Poseía sangre pero no came, y en lugar de ésta, una substancia
con sabor a came de marisco. Su raíz se encontraba en el ombligo
o cordón umbilic?l; y la planta animal moría cuando_ acababa de
comer la hierba que había alrededor de ella, pues no podía despla-
zarse más allá del perímetro delimitado por su largo ombligo. Se di-
ce además, concluye Herberstein (quien pone en duda la existencia
de la planta), que es de sabor extraordinariamente dulce y por ello
es muy codiciada por los lobos y otras bestias rapaces.?
Los estudiosos modernos se sintieron intrigados no sólo por el
carácter insólito de la planta animal que era el cordero de Escitia
sino también por la contraposición que hicieran durante los siglos
finales de la Edad Media varios viajeros europeos entre corderos
vegetales y bemachas. Al parecer esa misma contraposición y kqui-
valencia entre bemachas y cordero vegetal hecha por los autores
medievales que mencionan uno y otro tema, -como Odorico y Man-
deville-, confundieron en buena parte a algunos de esos eruditos
del siglo pasado que intent"·-ron dilucidar ambos motivos. Como
pusieron en evidencia esos sabios (Max Müller, Angelo de Guber-
natis, etc.), es cierto que tanto las bernachas como el cordero
vegetal remiten en fm de cuentas al tema más amplio del árbol
como fuente de vida; y que de alguna forma derivan de él. Pero
-como era usual en ese entonces- ambos quisieron encontrar en la
India el origen del tema, siguiendo para ello una larga y mal
44. El boranetz o cordero de Escitla. Del Livre des Animruix de Ambroise Paré. Siglo XVI.
Biblloteca Nacional, Parí~. definida secuencia de influencias culturales que llevaba hasta Ir-
landa a través del mundo tártaro o mongol y que sobre todo pre-
sentaba el tema de las bemachas como derivado del cordero vege-
Ese animal vegetal, conocido en la literatura de la Europa me- tal, para lo que se apoyaron en ciertas reflexiones lingüísticas,
dieval y renacentista como cordero de Escitia, fue descrito· con lujo imaginativas pero poco convincentes.
de detalles por algunos autores y viajeros europeos que tuvieron El hecho es que, como ya vimos, las referencias a bemachas en
contacto con el· mundo ruso o que recorrieron la estepa asiática o la literatura medieval del occidente cristiano son mucho más tem-
las tierras rusas vecinas del Mar Caspio a lo largo de los siglos XVI pranas que las que conciemen a corderos vegetales y sobre todo a
y xvn. El más conocido de esos relatos es el del Barón de Herbers- corderos de Escitia y que aquéllas aparecen ya con nombre propio
tein, viajero alemán que estuvo en Rusia hacia mediados del siglo en Gervasius de Tilbury, quien escribe a principios del siglo XIII,
XVI y cuyo texto quedó incorporado en versión italiana (Commenta- cuando todavía en la Europa occidental cristiana nadie conocía el
rio della Moscovia e della Rusia) a la famosa recopilación renacen-
tista de viajes de Ramusio. Dice allí Herberstein que un embajador
7 Cito el Commentn.rio del barón de Herberstein (Rerum moscovitarum commentarii, Bale,
del príncipe moscovita ante el rey Zauuolheuse, probablemente so- 1549) de c;rcuerdo a Angelo de Gubernatts, (Mythologie des Plantes, Reinwald et Cte., París,
berano de un reino situado en las estepas del centro del Asia, le 1878, tomo 1, artículo "Agneau", p. 30, en reimpresión de Amo Press, Nueva York. un grueso
habló de la existencia en unas islas de ese reino de unas semillas tomo, 1978) quien se basa en la versión ttn.Uana de Ramusio. Por cierto que Gubematts señala
que el nombre correcto del cordero de Escitia no es boranetz sino báranietz, que significa en
como de melones, aunque mayores, que, sembradas, daban origen ruso 'corderito', pues a pesar de tratn.rse de un relato tártn.ro el nombre dado a la plantn.-animal
a un cordero de cinco palmos de altura al que los naturales llama- es ruso y no tártaro. Es a partir de eUo que el sabio itn.liano intentn. hacer derivar 'bemacha' de
'báranietz'.

336 337
cordero vegetal, del que apenas se empieza a hablar con Odorico, con traducciones de los mismos.
esto es, un siglo después y cuyo nombre ruso (báranietz o boranetz),
que sólo empieza a ser mencionado desde el siglo XVI, muy dificil- La mandrágora.
mente pudo ser la fuente del nombre bernacha, ya empleado por
los europeos tres siglos antes. 8 , Otra interesante planta que tiene rasgos de ser animado, en
El misterio acerca de este extraño híbrido de planta y animal este caso humanos, es la mandrágora, sujeto de una rica tradición
pareció desvelarse en buena parte a fines del siglo pasado,-, cuando folklórica y literaria ligada de manera estrecha al imaginario.
un autor inglés llamado Henry Lee publicó un interesante trabajo La mandrágora es una planta bien conocida desde la Antigüe-
titulado The Vegetable Lamb ojTartary, en el que expuso una serie dad por sus supuestas propiedades mágicas y afrodisíacas y a la
de argumentos para mostrar que el boranetz o cordero de Escitia no que hay varias importantes referencias en la literatura griega clási-
era otra cosa que el algodonero o planta de algodón, y que todos ca, particularmente en La Odisea; y también en la literatura he-
los relatos acerca del insólito animal derivaban de metáforas mal brea, en la Biblia. Se trata de una planta solanácea, como la papa
entendidas o de complejas confusiones lingüísticas alimentadas o patata, es decir, de una especie de tubérculo o raíz que debe ser
por traductores y por relatos de viajeros. arrancada de la tierra, y que eh este caso se halla coronada por un
Uno de los argumentos de Lee apuntaba a mostrar que, tal núcleo superficial de hoJ~s y de flores. Aunque venenosas como el
como ocurre siempre que se intenta describir cosas desconocidas, tubérculo, sus bayas han sido consideradas como afrodisíacas
esto es, apelando a compararlas por analogía con otras a las que sí desde épocas antiguas, siempre que se las consumiera en pequeña
se conoce, en el caso del algodón los autores antiguos apelaron cantidad. Aún más interesante es el hecho de que el tubérculo, gra-
también a un símil conocido de ellos, comparándolo así con la cias a su forma confusamente humana, hizo que se le atribuyeran
lana y llamándolo 'vellón o lana que crece de los árboles o arbus- a la planta, también desde tiempos remotos, similitudes con ho~­
tos', lo que interpretado en forma literal y no metafórica pudo su- bres y mujeres y que imaginariamente se la dotase de sexo. Combi-
gerir la existencia de plantas extrañas que daban lana o que pro- nados, ambos aspectos -el carácter afrodisíaco atribuido a sus ba-
ducían ovejas o corderos.Otro argumento del citado autor intenta- yas y las formas más o menos humanas de sus tubérculos- sirvie-
ba dar razón de un parecido lingüístico que, según él, jugó un ron para que la planta fuese particularmente apreciada de todo
importante papel en la génesis de la confusión medieval. La semilla tipo de magos y de brujos, en especial a lo largo de los siglos anti-
del algodón fue designada por los primeros autores griegos que guos y medievales, pero también de los tiempos renacentistas y
hablaron de ella como 'melón', palabra que significaba 'manzana', modemos.
pero también 'camero', lo que era sin duda una imagen de lo mis- La mandrágora es mencionada, como dijimos, en La Odisea y
mo, esto es, del vellón o lana que nace de los árboles pero que de- asociada en ella a Circe y a sus filtros mágicos y afrodisíacos. No
bió más adelante alentar entre los traductores la confusiórt entre obstante, son las referencias bíblicas y las de los enciclopedistas
la planta y el animal, contribuyendo así a forjar el mito. 9 La: expli- romanos las que realmente nos interesan ahora, pues fueron ellas
cación es empero débil, no sólo por su corte racionalista y positi- las que sirvieron de base a la literatura y a las tradiciones folklóri-
vista que olvida el papel del imaginario en la conformación de los cas medievales relativas a la mandrágora. En el Génesis .2. Lía Y Ra-
mitos sino también porque incluso dentro de su propia óptica no quel, las dos esposas de Jacob, se disputan a causa de unas man-
queda claro cómo llegó la idea clave del boranetz hasta el Talmud ni drágoras que ha traído Rubén, hijo de Lía, y que Raquel, preferida
mucho menos por qué se la encuentra desde bien temprano en los de su marido pero estéril, desea que Lía le regale para tratar, con-
Anales chinos, que nada tienen que ver con nombres griegos ni sumiéndolas, de darle ella también un hijo. Respaldado así por la
autoridad bíblica, el consumo de mandrágoras, al :l;Ilenos con fmes
de combatir la esterilidad femenina, fue aceptado, primero por los
8 Ver al respecto La Mythologte des Plantes, de Gubematis, ed. cit. tomo 1, artículos "Agneau" y
judíos antiguos, y algo más adelante por los cristianos medievales,
"Bemacles (arbre aux)", pp. 29-32 y 65-70, en la reimpresión de Amo Press. no obstante que en el caso de estos últimos la Iglesia no dejó de
manifestar reservas al respecto, dados los otros rasgos propios de
9 Cj. J. 8altrusaitis, Le Moyen Age Fantastlque, Flammarion, Paris, 1981, capítulo IV, pp. 116 y
120-122; WiUyLey, op. cit,pp. 88-91. la planta y las extrañas circunstancias que solían acompañar su

338 339
.,
recolección. su amo, arrancaba la planta, y moría junto con ella al escuchar el
En efecto, obtener las mandrágoras resultaba dificil y peligroso, grito de ésta. Según otros rituales se aconsejaba antes de arrancar
además de que el proceso mismo se había ido progresivamente ro- la planta rociarla de orina o de sangre menstrual, hacer la recolec-
deando de pasos complicados y de un ritual altamente sospechoso ción yendo descalzo, o acompañarla del trazado de círculos y sig-
de brujería y de magia. Ya Homero estimaba dificil arrancarlas; pero nos cabalísticos.
es Plinio, en su Historia Natural, XXV, 94, quien nos describe en
detalle el complejo procedimiento. De acuerdo al enciclopedista
romano las mandrágoras estaban dotadas de rasgos y propiedades
casi humanas. Se presentaban bajo dos formas, una blanca que
era la masculina o mandrágora macho, y la otra negra, que era la
femenina o mandrágora hembra. Pese a estas diferencias, ambas
resultaban igualmente efectivas como afrodisíacos o como objetos
mágicos. Lo más dificil de todo era arrancar los tubérculos evitan-
do el peligro de morir al hacerlo, pues la planta gritaba cuando se
intentaba sacarla de la tierra; y hasta era capaz de fulminar y cegar
al que lo hacía. Por ello Plinio aconsejaba a quienes intentaran
arrancarlas que se mantuvieran de espaldas al viento; que traza-
ran tres círculos concéntricos con una espada alrededor de la
planta; que hicieran enseguida una libación; y que luego, girando
hacia el oeste, excavaran por fin el sitio con la espada hasta sacar-
la de raíz.
Otros autores de fines de la Antigüedad agregaron nuevas con-
diciones necesarias para la recolección de la mandrágora; y Josefa
expuso la idea de que era conveniente utilizar un perro para que la
arrancara, de modo que el animal muriera al escuchar el grito de la
planta y esto permitiera al herborista apoderarse de ella sin perder
la vida o sin quedar ciego en el intento. ·
El mundo medieval, tanto cristiano como judío, enriqueció aún
más el ya complejo ritual de recolección de la planta. Se aseguró
que el tubérculo de ésta era en realidad un homúnculo, al quepo-
día convertirse en una suerte de pequeño servidor siguiendo un
complicado ritual, una vez extraída la mandrágora. Se difundió la
idea de que ésta nacía en las vecindades de los patíbulos y se
formaba con el semen proveniente de la última eyaculación de los
ahorcados, pues era conocido el hecho de que éstos solían tener
45. Mandrágora. De
violentas erecciones al morir. Para arrancar la raíz de la mandrágo- un manuscrito me-
ra era indispensable acudir a algún patíbulo un viernes a la media- dieval del British
Museum.
noche y hacerse acompañar de un perro siempre negro, a veces
provisto de una suerte de traílla. La raíz de la mandrágora debía
ser atada entonces, sea a la traílla, sea directamete a una de las Pero, dejando de lado los usos afrodisíacos y medicinales de la
patas del perro; y luego había que alejarse del sitio a una distancia mandrágora, lo más interesante para nosotros es examinar la for-
lo suficientemente grande como para no escuchar el grito. Se lla- ma en que durante la Edad Media se concebía a la planta como ser
maba entonces al animal; y al tratar éste de acudir al llamado de humano en potehcia y el procedimiento empleado entonces para
lograr convertir en una suerte de pequeño golem al homúnculo

340
341
con que se identificaba a sti tubérculo o raíz. hagiográficos, y en ciertas obras que se ocupan del mundo de las
El procedimiento más empleado parece haber sido el de tratar plantas. Todo ello po.r supuesto sin entrar a considerar su presen-
una vez obtenido el tubérculo, de acentuar las diversas similitude~ cia en una serie de tratados alquímicos de fines de la Edad Media o
anatómicas y funcionales entre éste como suerte de homúnculo y del propio Renacimiento y aun después.
lo que habría de ser poco después un servidor realmente ahimado. El motivo del árbol parlante o del árbol de frutos animales o
Se torcía la raíz y se la colocaba sobre una masa de tierra roja humanos es antiguo y oriental, y está indudablemente asociado al
como sartgre, se le cortaban las hojas y se le incrustaban en la par- Arbol de la Vida, que en caso de dar frutos humanos resulta ser
te superior frutos brillantes o rojos que semejaban unos ójos y una árbol antropogénico. Como bien señala Baltrusaitis, el origen de la
boca. Se colocaba todo en un recipiente de vidrio y se lo dejaba al idea se encuentra en ese Arbol de Vida, identificado con una vida
sol para que recibiera la luz de éste, asimilada a una suerte de exuberante capaz de rebasar -y de hacer estallar incltiso- el marco
fluido vital. Se la regaba, en fin, con sangre humana; y se tenía vegetal. Pero habría que añadir dos cosas. La primera de ellas es
cuidado de no apartar la vista de la mandrágora en proceso de de- que el árbol suele estar asociado a la vida en casi todas las cultu-
venir definitivamente ser humano. Al cabo de tres días, el homún- ras no solamente como eje cósmico, como portador de savia, y
culo empezaba a transformarse en un s=rvivo, palpitando y abrien.,. como dador de vida y alimentos sino también como refugio de aves
do ojos y boca. Pasados cuarenta días la transformación debía ser y de todo tipo de animales, que en antiguos mundos culturales
completa y el homúnculo capaz de desplazarse, de hablar a su dominados por el imaginario no era dificil se creyera que de él na-
dueño y de predecirle un porvenir cargado de felicidad y de rique- cían directamente, igual que sucediera con los mismos hombres, al
zas. Otra de las facultades mágicas del homúnculo animado, espe- menos con antepasados muy remotos. La segunda cosa es que
cie de forma concentrada del poder afrodisíaco y fecundante de la para el mundo antiguo y medieval esta identificación del Arbol de
mandrágora, era el de hacer fértil a la esposa de su amo, no impor- la Vida con una vida exuberante capaz de rebasar el marco vegetal
ta cuán estéril pudiera haber sido en el pasado. sólo resultaba posible enOriente, particularmente en países de flo-
Puede apreciarse a través de esta creencia la arraigada convic- ra y fauna riquísimas como la India, o como las islas del Océano
ción presente en cristianos y judíos medievales acerca del carácter Indico, en los que las vidas vegetal y animal se dadan por doquier,
humano o humanoide de la planta, capaz no sólo de nacer a partir en forma por demás explosiva y espontánea y entrecruzándose con
del semen del hombre y de gritar como un hombre al ser arrancada la mayor facilidad. Los grandes difusores de la idea fueron los ára-
sino también de adquirir -a partir de un ritual como el que hemos bes y persas medievales, creadores por lo demás de algunas de las
descrito- auténticos rasgos humanos, convirtiéndose de paso en formas y variantes más ricas de la misma; pero es importante seña-
bené~~o esclavo de quien fuese capaz de arrancarla de la tierra y de lar que estos árboles parlantes y estos árboles de frutos zoomorfos
perm.Itirle desarrollar todas sus potencialidades. o antropomorfos son descritos siempre por ellos en países de flora y
fauna exuberantes, siempre en tierras o islas vecinas del Océano
Los árboles parlantes. El Wak-Wak, árbol de frutos humdnos. Indico, ya sea que se las identifique con la India, ya sea -como es
lo más frecuente- que se mencionen sólo países o islas imaginarias
Empero, de todas las formas conocidas de vegetales animaliza- del confin del mundo, dotadas de nombres sugestivos o fantásti-
dos o humanizados las más ricas e interesantes son sin duda los cos.
árboles parlantes o los árboles capaces de producir frutos huma- Es pues la literatura islámica medieval, árabe o persa, la que
nos o animales, de los que el cordero vegetal y el árbol de bema- contiene las menciones clásicas de estos árboles parlantes o pro-
chas son sólo pálidos ejemplos. No se los encuentra lamentable- ductores de frutos humanos o animales; y encontraremos el tema
mente en el Bestiario cristiano medieval, esto es, que no son men- tanto en Bestiarios y enciclopedias musulmanas\como en relatos
cionados en los Fisiólogos, ni- en los Bestiarios propiamente di- de viajes o tratados de geografía. De ellos y de la rica tradición oral
chos, ni tampoco por los enciclopedistas que hemos citado con fre- que los acompañaba debieron pasar sin duda estos motivos al
cuencia. Pero los encontramos en cambio en la literatura asociada mundo cristiano occidental, que se encargó de adaptarlos, como
a motivos o viaj~s maravillosos, sobre todo en el ciclo de Alejandro, veremos, a sus patrones culturales y religiosos.
en algunos relatos de viajes del medioevo tardío, en varios textos Las formas más simples del motivo -que son también las más

342 343
tempranas, las más directamente ligadas al Arbol de la Vida- son Calístenes, la obra griega que recoge y lanza el mito del Macedón,
las relativas a árboles parlantes o a árboles habitados por pájaros escrita en Alejandría ¡nr un autor anónimo conocido por ese nom-
que hablan. El tema de los árboles en cuyas ramas habitan pája- bre a mediados del siglo 111 del cristianismo.
ros parlantes, que suelen ser almas de difuntos o más a menudo
ángeles o espíritus divinos, está presente en la cultura musulmana
pero también es tema popular desde temprano en el mundo céltico
y en la literatura cristiana medieval. Lo encontramos en viejos tex-
tos del cristianismo oriental y sobre todo en la literatura irlandesa
cristiana o cristianizada. Arboles de ese tipo son descritos por
ejemplo en la antigua Leyenda de San Macario Romano, texto de
origen greco-sirio pero pronto vertido al latín, que relata el viaje de
tres monjes sirios cristianos en busca del Paraíso Terrenal y que les
permite, luego de insólitas y peligrosas aventuras, hallar al anaco-
reta Macaría, santo mítico que según el autor anónimo de la Le-
yenda habita a veinte leguas del inaccesible Paraíso. También apa-
recen en varios imramma, esto es, en relatos de viajes irlandeses en
busca de alguno de los paraísos célticos; y sobre todo en el mejor
conocido Viaje de San Brandán, texto ya del siglo XII, del que una
de las etapas significativas es la llegada del santo y de los catorce
monjes que lo acompañan a una isla maravillosa en la que existe
un árbol gigantesco, cuyas ramas son amplísimas, cuya copa se
alza hasta el cielo, y entre cuyo denso follaje habitan pájaros
parlantes, hennosísimos y de color blanco, que resultan ser ángeles
caídos, privados de la vista del Creador y dedicados a cantar Su
gloria varias veces cada día.
No obstante, en estos casos no se trata todavía de árboles par-
lantes, zoomorfos o humanizados, sino tan sólo de árboles en los
que habitan pájaros que hablan. Es claro que aunque son árboles
emparentados de modo directo con el Arbol de la Vida, capaces de
albergar animales parlantes, esto es, aunque representan una im-
portante fase del proceso que conduce a dotar directamente al
árbol de la facultad de hablar o de producir animales o seres hu-
manos en calidad de frutos, no llegamos aún en estos casos a la
madurez del tema.
Una nueva etapa, que no sabemos si en verdad es ulterior o si
más bien la precede en el tiempo (como parece indicar el hecho de
que tengamos acerca de ella referencias escritas algo más antiguas)
es la del árbol parlante, en la que ya no hablan los pájaros o seres
que lo habitan sino el propio árbol, aunque en verdad éste no tie-
ne boca. El tema, bastante conocido, está siempre asociado al mito
literario de Alejandro Magno; y aunque los escritores musulmanes
medievales, -persas sobre todo-lo desarrollaron y difundieron am-
pliamente, lo cierto es que lo hallamos ya presente en el Pseudo- 46. Alejandro frente a un árbol de cabezas humanas y animales. De un manuscrito persa
(siglo XVI) del ShahNamah de Ftrduzt.

344 345
El tema de los árboles parlantes fue conocido de todo el mundo la capacidad de dar gritos igual que el ser humano.
medieval, dada la gran popularidad del mito de Alejandro; y así lo Ya hicimos notar el hecho curioso de que los árboles hablan,
encontramos expuesto -con diversas variantes y ubicaciones geo- aun cuando no tienen boca, es decir, que su antropomorfismo es
gráficas- entre los griegos, entre los árabes y persas, entre los ju- funcional y no anatómico. Esto sin duda contribuyó a que en el
díos de Oriente y Occidente, entre los musulmanes españoles y caso de los árboles del Sol y de la Luna los cristianos, y mucho
entre los cristianos europeos, desde España hasta Escandinavia y más aun los musulmanes medievales, amantes del mito de Alejan-
desde las Islas Británicas hasta el oriente de Europa. dro pero temerosos de algunos de sus rasgos demasiado paganos o
El argumento es ampliamente conocido, nos hemos ocupado en politeístas, presentaran en ciertos casos la condición parlante de
detalle de él en otra parte 10 y es posible leerlo con una que otra los árboles sagrados como producto de alguna artimaña de los
variante en el Roman d' Alexandre francés, en el Libro de Alexandre sacerdotes del templo del Sol y de la Luna, o más directamente del
español, en el Shah Namah del persa Ferduzi, o en las diversas propio demonio. Esto es sobre todo frecuente en los autores islámi-
versiones del Pseudo-Calístenes. En lo esencial relata lo que sigue: cos, cuyo estricto monoteísmo hacía especialmente dificil que
en sus recorridos por la India Alejandro es conducido por unos pudiesen aceptar otra fuente de vida y de poder divino que no fuese
ancianos o sabios indios a una región remota y sagrada en la que el propio Alá, en absoluto asimilable o asociable a un árbol.
existen unos templos dedicados al Sol y a la Luna. En un bosque Entre los musulmanes medievales, en cambio, -resultó mucho
que forma parte del recinto de los templos hay dos árboles parlan- más fácil aceptar, desarrollar y difundir la otra dimensión del árbol
tes, el uno llamado Arbol del Sol y el otro Arbol de la Luna. Ambos maravilloso, la que lo hacía portador de frutos humanos o anima-
árboles hablan, de acuerdo al movimiento de los astros respectivos, les,-a veces asociados incluso a la celebración de la gloria del Crea-
el uno en indio y el otro en griego, y siguiendo un ritual riguroso dor. Se trata del tema del Wak-Wak, creación del mundo árabe-
predicen al héroe macedón su destino, esto es, la muerte que le persa, sin duda la más hermosa e interesante de todas las varias
aguarda en fecha próxima, a su regreso a Babilonia, a manos de formas imaginarias relativas a vegetales animales que nos legara el
uno de los suyos. mundo medieval. Las versiones en las que el árbol produce frutos
El tema de los árboles o plantas parlantes y el de los árboles que animales o frutos animales y humanos mezclados parecieran deri-
tienen similitudes con la figura animal o humana también tuvie- var de la fantasía con que en el mundo árabo-persa los artistas
ron importancia en la literatura y en la tradición judía medieval. representaron el viejo mito del diálogo de Alejandro con los Arboles
Ya mencionamos el yadu'a de Simeón de Sens, que es una suerte del Sol y de la Luna. En efecto, en varias ri:liniaturas ilustrativas de
de híbrido animal-vegetal emparentado con el motivo del cordero la descripción del episodio en el Shah Namah se ve a Alejandro, lla-
de Escitia, aunque combina más bien rasgos de hombre y de bestia mado Eskander en el poema, frente a un árbol de espeso follaje, del
carnicera. Pero val~ la pena añadir algunas de las referencias a es- cual penden -o en medio del cual se perfilan-diversas cabezas de
tos temas hechas por ciertos autores y viajeros judíos del medio- animales y de seres humanos. Las cabezas humanas son de hom-
evo. Una de ellas es la que hace Petaquia, el conocido rabino viaje- bres y mujeres, y entre los animales que animan el follaje pueden
ro de Regensburg o Ratisbona, a unos árboles de hojas muy an- apreciarse liebres, antílopes, pájaros variados, y hasta animales de
chas y de figura casi humana. Otra, aún más importante y signifi- presa como leones o leopardos.
cativa, la que hace nada menos que Maimónides, el destacado Mucho más ricas e inter~santes son las versiones del Wak-Wak
pensador judío, quien sitúa en la India un árbol antropomorfo y en las que el árbol produce de modo exclusivo frl:ltos humanos. En
parlante, que tiene una suerte de cabeza de hombre al comienzo algunas de ellas se trata de un árbol frondoso, que se halla en una
del tronco, una serie de cabellos humanos que le sirven de raíces, y isla remota perdida en medio de los mare~ del confin del mundo (a
veces llamada también isla Wak-Wak, aunque este nombre entre
los árabes medievales solía designar más bien al Japón y no a una
10 En nuestra obra Viajeros y Maravillas. Lo maravilloso en la literatura de viajes medieval, isla mítica). De las ramas del árbol cuelgan cabezas humanas, "ca-
tres romos, Monte Avila, Caracas, 1993. Todo el romo I o Primera Parte del libro está dedkndo bezas de los hijos de Adán"; y esas cabezas, cuando sale el sol, gri-
a estudiar los viajes maravillosos atribuidos a Alejandro. De rodos modos, de la obra esencial
que sirve de base a este miro, La vida y hazañas de Alejandro de Macedonia, de Pseudo-
tan 'wak-wak" y luego cantan himnos a la gloria de Alá. En otras
Calístenes, existe una buena y recien.te_ver.sión española: la de Carlos García Gual, Edirorial versiones se trata más bien de cuerpos humanos y no de simples
Gredas, Madrid, 1977.

346 347
cabezas. Esos cuerpos humanos pueden ser cuerpos de niños, co- colgados de las manos y los pies y los cabellos. Los arrancan, pero
mo sucede en ciertos casos, o sobre todo de mujeres, jóvenes y be- se secan y se vuelven negros. Cortan entonces una rama y se la lle-
llas, como ocurrre en las variantes más hermosas y plenas de ero- van al regreso al soberano, quien la siembra en su palacio, sin que
tismo. el texto nos diga nada acerca de si ésta fue capaz de producir,
Los textos musulmanes más antiguos referentes al Wak-Wak como el árbol, niños-frutos.
son el Libro de los Animales, de al-Yahiz, que data del siglo IX, y el De las versiones del Wak-Wak que produce mujeres como frutos
Libro de las Maravillas de la India, de Buzurg ibn Shahriyar, que es existen varios relatos. El más conocido e importante por el peso
del siglo X; pero· también hay alusiones al tema en algunos viejos que tuvo en la difusión del tema en todo el mundo islámico orien-
cuentos incorporados a Las Mil y una Noches. En el Libro de los tal y occidental es el que se lee en la Qosmograjía -también llamada
Animales se habla de un Wak-Wak que produce frutos animales, Libro de las Maravillas de la Creación- compuesta por el persa al-
pero también y sobre todo frutos que son bellas mujeres. Estas Qazwini en el siglo XIII. Pero el más completo y hermoso de todos
quedan suspendidas a las ramas del árbol por los cabellos, tienen es el que aparece en un tratado de geografía compuesto por un
buen color y dicen constantemente "wak-wak". Por desgracia no musulmán español del siglo XII, anterior por tanto a al-Qazwini, y
pueden ser desprendidas del árbol, pues se secan y mueren al ins- en el que la descripción del tema del Wak-Wak (nombre vertido en
tante. Esto lo han comprobado los marinos que llegados a la remo- español aljamiado como 'Hueque') alcanza en verdad su plenitud.
ta isla en que se encuentra el árbol han tratado de desprender las De acuerdo al anónimo geógrafo español, el árbol crece en islas
chicas para hacer el amor con ellas. En el Libro de las Maravillas de del Mar de China o en tierras de Cind, es decir, de la India. Es gran-
la India la descripción es más bien pobre, y se trata sólo de cabezas de, y sus hojas son como las de la higuera. De sus cogollos, pa-
humanas, no de cuerpos. En realidad, más que de cabezas, Buzurg recidos a los de las palmas, comienzan a brotar un día de abril
nos habla de unas especies de calabazas grandes que semejan unos bellos pies de muchacha. Al día siguiente salen las piernas, y
cabezas humanas, las cuales penden de un árbol grande y muy al tercer día aparecen las rodillas. Después surgen los muslos y
frondoso situado en una isla llamada Wak-Wak. Están completa- luego, cada uno de los días que siguen, va saliendo algo más: cade-
mente llenas de aire, y al ser mecidas por el viento emiten sonidos ras, pecho, senos, brazos; hasta que a fines de ese mes ha salido
como de voces humanas. Pero si se las arranca del árbol se desin- del árbol todo el cuerpo. Luego, ya en el mes de mayo, aparece al
flan como globos, secándose al instante, y convirtiéndose en unas fin la cabeza, resultando formada toda la figura femenina, y que-
pequeñas vejigas, obscuras y sin vida. . dando colgada así por los cabellos. Son muchas las muchachas
En Las Mil y una Noches , en el relato de los viajes de Beluqiya y que brotan de este modo de los maravillosos árboles, y son las
Offán a través de los Siete Mares en busca de la tumba y anillo de mujeres más bellas de toda la Creación, tanto por su color y por
Suleimán, aparece también una versión parecida de este Wak-Wak sus formas como por sus finísimas facciones.
y de sus frutos. Cruzando el Sexto Mar, llegados a la sexta isla que Las hermosas muchachas permanecen colgadas de los cabellos
hallan en su ruta, descubren que ésta está llena de espesa vegeta- hasta que llega el mes de junio, pues el primer día de ese mes co-
ción, pero que de los árboles en vez de frutos penden cabezas hu- mienzan a desprenderse del árbol; y continúan así cayendo duran-
manas, algunas sonrientes, otras llorosas, y que al caer desprendi- te una quincena. Desde mediados de junio ya no hay más chicas
das de las ramas, ruedan por el polvo incendiándose y convirtién- pendientes de los árboles, pues todas, a la manera de frutas jugo-
dose en globos de fuego capaces de iluminar el bosque con un res- sas y maduras, se han desprendido para entonces y han caído al
plandor similar al producido por el sol. suelo. Cada vez que una de las muchachas se desprende, el árbol
Para la versión que habla de niños y no de mujeres existe una la despide diciendo "huec-huec". Y los que han tenido la suerte de
vieja fuente china, una relación de mediados del siglo VIII, en la contemplar el fenómeno y de palpar alguna vez los bellos frutos
que se describen las experiencias de un prisionero chino entre los humanos, af'rrman que las chicas están todas hechas de carne y
árabes. Se dice allí que el rey de los árabes, seguramente algún que no tienen ningún hueso. En tierra, las chicas mueren, esto es,
califa, envía una expedición marítima hacia una isla remota y mis- se marchitan, se secan y obscurecen; y al año siguiente, al comen-
teriosa, y que los marinos, llegados al fm a ella, encuentran en la zar la primavera, de nuevo el mágico proceso se repite.
isla un árbol de cuyas ramas penden niños como si fuesen frutos,

348
349
Variantes de esta hermosísima leyenda pasaron a la Europa
medieval cristiana, gracias a los contactos culturales facilitados
por las Cruzadas y por el auge del comercio medieval a partir de los
siglos XI y XII. Y fue la leyenda de Alejandro, ya asociada a los
árboles parlantes, la que también asimiló algunos temas emparen-
tados con este bello mito. Así, en el Alexanderlied del cura Lam-
precht, compuesto en Alemania durante el siglo XII, y sobre todo
en el gran Roman d' Alexandre francés, culminado en el siglo si-
guiente, es descrito el tema de las chicas o mujeres flores, sin duda
relacionado con alguna variante del Wak-Wak. Se trata de la
llegada (en pleno verano) de Alejandro y sus hombres, que andan
tras la fuente de la vida, a un bosque umbrío lleno de árboles gi-
gantescos,y frondosos, a los pies y a la sombra de los cuales habi-
tan bellísimas y blanquísimas mujeres, fragantes y sensuales. Lue-
go de superar los obstáculos que les impiden. cruzar el límite del
bosque, Alejandro y sus hombres se unen carnalmente a las her-
mosas jóvenes, cuya fragancia es tan irresistible como su belleza y
cuya virginidad se ve por lo demás eternamente renovada gracias a
la abundancia de mandrágoras en el bosque.
Tras varios días de permanecer con ellas, deciden continuar y
,llevarse cada uno una de las hermosas chicas. Pero entonces des-
, cubren que es imposible hacerlo, pues las muchachas, asociadas
cada una a un árbol, no pueden (como las palomas del árbol ambi-
dextro del Fisrologo) alejarse del área delimitada por la sombra que
produce aquél del que dependen. Son como chicas flores, no sólo
por su fragancia sino porque dependen para su vida de los árboles;
porque -como las bellas mujeres producidas por el Wak-Wak,
aunque con mayor movilidad que éstas- no pueden ser separadas
del árbol que les da vida; y porque incluso, como le informa a Ale-
jandro uno de los viejos guías indios que le acompaña, al concluir
el verano se hunden en la tierra, cada una al pie de su árbol, para
resurgir de nuevo a la vida, como las flores, al volver la primavera.
No fue ésta sin embargo la única vía de difusión del Wak-Wak
en el mundo de la literatura cristiana medieval. La idea del árbol de
frutos animales o humanos fue asimilada por los clértgos y enciclo-
pedistas cristianos, en especial en Alemania, los cuales. la adap~­
ron a divers~s temas, unos relacionados directamente con la Crea-
ción o con el Arbol de la Vida, otros referentes a narraciones de
viajes, otros en fin a la literatura alquÍmica o esotértca. Dejaremos
de lado este último campo, el de la alquimia, y examinaremos en
47. El Wak-Wak, árbol de islas remotas cuyos frutos son bellísimas mujeres. forma rápida algunos ejemplos de los dos anteriores. En cuanto al
ilustración del autor. primer tema, el relacionado con la Creación o con el Arbol de la
Vida, mencionaremos sólo tres textos iluminados, todos de proce-
350

351
dencia alemana, todos del siglo XIII, todos estudiados también por proceso de formación, en este caso a partir de la cabeza y no desde
los pies). La figura de Eva termina por lo demás en una suerte de
Baltrusaitis.
tallo, por donde la tiene tomada el Creador con rasgos de Cristo; y
parece claramente haber sido desprendida por éste del Wak-Wak
vecino, para serie ofrecida como compañera al dormido Adán.
Los otros tienen menos interés. En el segundo, un manuscrito
alemán procedente de Wolfenbüttel, de mediados del siglo XIII, pue-
de verse a Abrahám en medio de dos Wak-Waks, rodeado de niños
que tratan de coger los frutos de los prodigiosos árboles, pro-
ductores también de cabezas humanas. En el tercero, una escultu-
ra integrada al sepulcro de Enrique de Festigen, que es de fines del
siglo XIII y se halla en la catedral de Tréveris, se trata de un árbol
que es a un tiempo Arbol de Vida y de Muerte y que se caracteriza
porque de sus ramas surgen frutos humanos, es decir, cabezas, que
nacen de unas especies de corolas entreabiertas; pero que de un
lado, el de la vida, tienen formas de ángeles y poseen alas, mientras
que del otro, el de la muerte, semejan atemorizantes calaveras.ll
El tema del wak-wak aparece por último en relatos de viajes de
autores cristianos medievales, por supuesto de aquellos que se
desplazan por el Asia o que afirman haberla visitado. Ya citamos
las descripciones que Odorico y Mandeville hacen del cordero vege-
tal, emparentado de alguna manera con el Wak-Wak, sobre todo
en las ilustraciones que también examinamos del texto de Mande-
ville, y en el que los corderos se ven nacer de las ramas de un árbol
48. El Wak-Wak en el Occi-
dente Medieval. La creación y crecer dentro de unas especies de valvas o melones. El propio
de Eva. Del Hortus Delicla- tema de las bernachas, opuesto por ambos autores a los que quie-
rum de Herrade de Lans- ren sorprenderlos mostrándoles el cordero vegetal o hablándoles de
berg. Siglo XIII.
él, depende igualmente de la misma idea del Arbol de la Vida o del
árbol productor de frutos zoomorfos.
El primero de esos textos es el más interesante. Se trata de una Pero a lo que queremos referirnos ahora para concluir con este
iluminación del Hortus Deliciarum de la abadesa Herrade de Lands- riquísimo tema del imaginario zoológico medieval es al hecho de
berg, que representa la creación de Eva. Pero la imagen es en ver- que el propio qdorico, según algunas versiones de su Itinerario, ha-
dad asombrosa, y revela una franca dependencia del tema del Wak- ce además referencia directa a una suerte de Wak-Wak, aun cuan-
Wak adaptado a la tradición cristiana. En efecto, la miniatura do no lo llama así, y a su condición de &rbol que produce seres
muestra a Adán dormido al lado de un Wak-Wak de cuyas ramas humanos como frutos. La historia se sitúa en Malabar, en las cos-
nacen, a la manera de flores o frutos, cabezas humanas. Pero lo tas de la India; y el fraile dice que le hablaron allí de la existencia
más original es que el Creador, que tiene -como en otros casos-los de un extraño árbol que en vez de frutos producía hombres y
rasgos de Cristo y no los de Dios Padre, se acerca a Adán, no para mujeres muy pequeños, como de un codo de longitud. Los frutos
sacarle a su compañera de una de sus costillas sino llevando en su humanos se mantenían frescos y vivos con la brisa, pero cuando
mano izquierda lo que a todas luces" es ya Eva, pero que no es aun ésta dejaba de soplar se secaban y morían.
una mujer completa sino sólo una figura femenina que tiene
cabeza, tórax, brazos y manos, pero que carece del resto del cuerpo
(como una mujer derivada de un Wak-Waky que estuviera aún en 11 Qf. J. Baltrusaitis, op. cit., ed. cit., capítulo N, pp. 119-120, acompañado de las respectivas ilus-
tro.ciones.

352 353
Como hemos podido apreciar, la riqueza del tema es enorme y
las fábulas sobre la existencia de plantas capaces de producir ani-
males y seres humanos a manera de frutos, suerte de culminación
del imaginario asociado al Bestiario medieval, alcanzaron gran im-
portancia en todas las culturas y tradiciones del medioevo. Con el
rápido examen que de ellas hemos hecho concluimos este:; ya largo
recorrido por el Bestiario medieval, y por los mitos y leyendas aso-
ciados con ese riquísimo mundo que es el imaginario zoológico de
la Edad Media.l2

BIBLIOGRAFIA

Como de costumbre, solamente indicamos las obras esenciales,


tomando además en cuenta que hayan sido consultadas Y qu~
por tanto hayan tenido alguna incidencia directa, no importa ~1
grande o pequeña, en la elaboración de nuestro trabajo. Se o!Dl-
ten así obras generales sobre la Antigüedad, la Edad Media o la
cultura medieval en sus diversos aspectos. Se dejan de lado
también diversos tratados teóricos relativos a simbología, lo
mismo que algunas obras sobre temas animales y varios textos
literarios medievales a los que se hace empero rápida referencia
en el trabajo, pero no porque no se los haya consultado sino
porque, no obstante todos los límites que le hemos impuesto, la
bibliografia es ya suficientemente amplia; y no se trata en modo
alguno de inflarla en forma artificial. Se excluyen por último
algunos textos importantes, cuya ausencia será fácilmente
12 Vale la pena señalar que el tema del árbol de cabezas humanas asociado a la idea del árbol de
notada por los especialistas, por la simple razón de que, no
la vida aparece también en la mitología indígena centroamericana, concretamente entre los obstante nue~tros esfuerzos, no hemos podido en verdad tener
antiguos mayas. En el Popo! Vuh. obrafundamental de la lite rotura maya antigua, se narra el acceso a ellos.
viaje al inframundo de dos héroes míticos, Hun Hunahpú y Vucub Huhnapú, los cuales,
vencidos por los dioses infernales, son decapitados luego con orden de que sus cabezas sean
dejadas entre las romas de un árbol, que es precisamente un árbol que produce calabazas y al ABDALÁ BEN ALMOCAFFA. Ver CalUa y Dimna .
que los mayas llamaban "Cabeza de Hun Huhnapú". La cabeza de este último, en efecto, se Abrégé des Merveilles . Ver Ibrahim ibn Wacsif Chah.
corifunde con losfrutos del árbol; y los habitantes del inframundo prohíben entonces a las
gentes acercarse a él y recoger sus frutos. Pero una doncella llamada Ixquic lo hace; y tras ABU ZEYD HASSAN. El Libro de Abu Zeyd Hassan, in A. T' Serste-
conversar con la descamada calavera de Hun Huhnapú, convertida en siniestro fruto del árbol vens, Precursores de Marco Polo, Aymá, Barcelona, 1965, PP·
prohibido, recibe de ella un poco de saliva que la deja encinta y de la que concibe a dos hijos 111-141. '
gemelos: Huhnapú e Ixbalanqué. El tema en este caso tiene rasgos propios muy interesantes,
carece dela connotación erótica que tiene en las leyendas árabes, y está más bien asociado a la -Versión francesa: Edouard Charton, Voyageurs Anciens et Mo-
idea del árbol de la vida o de la resurreción, cuyo fruto. que en este caso es masculino y está dernes, tomo II, París, Magasin Pittoresque, 1863: Les Deux ma-
vinculado a la muerte; es capaz de recrear la vida fecundando a la mujer; mediante la saliva. hometans, Livre Deuxteme, AbouZeyd Hassan, pp. 120-155.
identificada en este caso con una suerte de semilla. Cf. Popol Vuh. Segunda Parte, capítulos 11 y
m, en Literatura Maya, BibliotecaAyarucho, Camcas,l980,pp. 35-37.
355
354
ALBERTO MAGNO. -Aristotele. Riproduzione degli animali. Texto italiano de Diego
-Albert the Great. Man and the Beasts (De Animalibus, books 22- Lanza, in Aristotele. Opere. Universale Laterza. Laterza, Roma-
26). Traducido por James J. Scanlan. M. D. Medieval and Re- Bari, 1973, volumen 5, pp. 151-331.
naissance Texts and Studies. Binghamton, Nueva York, 1987. ARRAS, JEAN D'. Ver Jean d'Arras.
-The Book oj Secrets oj Albertus Magnus oj the Virtues oj Herbs, ASTORG, BERTRAND D'. Le Mythe de la Dame a la Licorne. Edi-
Stones & Certain Beasts also a Book oj the same author, oj the tions du Seuil, París, 1963.
marvellous things oj the World, and oj certain elfects caus:d oj ATANASIO. Vida de san Antonio el Grande. (Hay ediciones españo-
certain beasts. Editado por Michael R. Best y Frank H. Bnght- las de las que no dispongo. He utilizado;por ello la versión ingle-
man. Oxford University Press, 1973. sa: Saint Athanasius. The Life oj Saint AntfÍOny the Great.
ALONSO DEL REAL, CARLOS. Realidad y Leyenda de las Amazo- Eastem Orthodox Books, Willits, California. Reprint 1976 de la
nas. Colección Austral, Espasa-Calpe, Madrid, 1967. edición de 1850).
ANGELO ARIOLI, ed. Islario maravilloso. Periplo árabe medieval. Tra- AURELIO PRUDENCIO. Liber Hamartigenia, in J.-P. Migne, Patrolo-
ducido del italiano por Marisol Rodríguez. Julio Ollero editor, giaLatina, tomoLI.X, col. 1007-1078.
Madrid, 1992. BALTRUSAITIS, JURGIS. Le Moyen Age Fantastique. Antiquités et
APOCRIFOS DEL NUEVO TESTAMENTO. exotismes das l'art gothique. Flammarion, París, 1981. La primera
-Gli Apocrifi del Nuovo Testamento. Versión italiana y edición a edición es de 1955. Hay edición española reciente: La Edad
cargo de Mario Erbetta. Tres volúmenes en cuatro tomos. Casa Mediajantástica. Cátedra, Madrid, 1983.
Editrice Marietti. Casale Monferrato, volumen II : Atti e Leggen- BARLOY, JEAN-JACQUES. La peur des animaux. De la légende la a
de. Reimpresión 1983. réalité. Balland, París, 1982.
-The Apocryphal New Testament, being the Apocryphal Gospels, BEIGDEBER, OLMER. Léxico de los Símbolos. Traducido del fran-
Acts, Epistles and Apocalypses, edición y traducción de Monta- cés por Abundio Rodríguez. Ediciones Encuentro, Madrid, 1989.
gue Rhodes James, Clarendon Press, Oxford, reprint 1986. Pu- BENEDEIT. Le voyage de Saint-Brandan. Edición bilingüe (anglo-
blicado por primera vez en 1924. normando y francés modemo).Texto y traducción de Ian Short.
- - The Contendings ojtheApostles. Edición, versión i!lglesa, estu- Introducción y notas de Brian Merrilees. Bibliotheque Médiévale.
dio crítico y notas de E. A. Wallis Budge. Dos volúmenes. Re- 10/18. Union Générale d'Editions, París, 1984.
print, Oxford University Press, Oxford, 1935. La primera edición - E l Viaje de San Brandán. Versión española de Marte-José Le-
es de 1901. · marchand. Ediciones Siruela, Madrid, 1986./
-New TestamentApocrypha. Editado por Wilhelm Schneemelcher BENJAMIN DE TUDELA. Libro de Viajes deB(;!njamín de Tudela.
según la versión alemana de Edgar Heime~ke. Traducci~n ingle- Versión castellana, introducción y notas de José Ramón Mag-
sa y edición de R. McL Wilson. The Westmmster Press, Filad~~a, dalena Nom de Déu. Biblioteca Nueva Sefarad, volumen VIII,
dos volúmenes, reprint de la edición inglesa de 1963. La ed1c1on Riopiedras Ediciones, Barcelona, 1982.
original es de. 1904. -Viajes de Benjamín de Tudela .. Primera versión española, con
APOLODORO. Biblioteca mitológica. Edición española de J. Calde- introducción, aparato crítico y notas, por Ignacio González Llu-
rón Felices. Colección Clás·ica. Ediciones Akal, Madrid, 1985. bera. V. H. Sanz Calleja, editores e impresores, Madrid, 1918.
Apotegmas de los Padres del Desierto (Apophthegmata Patrum). Edi- BEOWULF.
ciones Sígueme, Salamanca, 1985. -Versión inglesa modema, en prosa, con introducción y notas de
ARISTOTELES. S. A. J. Bradley, in S. A. J. Bradley, editor y traductor, Anglo-
-Arlstote. Histoire des Animaux. Texto francés establecido y tra- SaxonPoetry. AnAnthology ojOld English Poems in Prose Trans-
ducido del griego por Pierre Louis. Dos tomos. Les Belles Lettres, lation. Eve:ryman's Library. J. M. Dent & Sons Ltd., Londres,
París, 1969. 1982, pp. 407-494.
-Aristotele. Parti degli animali. Texto italiano de Mario Vegetti, in -Versión francesa con introducción de André Crépin, in André
Aristotele. Opere. Universale Laterza. Laterza, Roma-Bari, 1973, Crépin, traductor y editor, Poemes hérofques vieU-anglais. Biblio-
volumen 5, pp. 1-149. theque Médiévale, 10/18, Union Générale d' Editions, París,

356 357
1981, pp. 36-155. va, 1983.
-Traducción española en verso con introducción y notas de Luis -Bestiario Medieval (antología de textos). Edición a cargo de
Lerate y Jesús Lerate, in Luis Lerate y Jesús Lerate, editores y Ignacio Malaxecheverría. Ediciones Siruela, Madrid, 1986.
traductores, Beowuify otros poemas anglosajones, siglos VII-X . -Bestiario Provenzal: "Aiso son las naturas d' alcuns auzels e d'
Alianza Editorial, Madrid, 1986, pp. 9-121. alcunas bestias", in René Nelly y R. Lavaud, Les Troubadours.
BERNARDO DE CLAIRVAUX. Apologia ad Guillelmun, in J.-P. Mig- Tome II. Le trésor poétique de l'Occitanie. Desclée de Brouwer,
ne, Patrologia Latina, tomo 132, coll. 895-918. , París, 1978.
BESTIARIOS -Bestiario Toscano. Texto B. Traducción del catalán de Alfredo
-Bestiaire de Philipp de Thaon, in Philippe de Thaün, Le Bestiaire. Serrano Donet y Joseph Sanchiz Carbonen, en Santiago Se-
Edición a cargo de E. Walberg, H. M6ller, París-Lund, 1900. Hay bastián editor: El Fisiólogo atribuido a San Epifanio seguido de El
reprint reciente: Slatkine, Geneve, 1970. Bestiario Toscano, Ediciones Tuero, Madrid, 1986.
-BestiairedeGervaise. In Paul Meyer, Romania, vol. I, 1872: 420- -Bestiario Valdense. Edición a cargo de Anna María Raugei:
443: "Le Bestiaire de Gervaise". Bestiario Valdese. Biblioteca dell' "Archivum Romanicun". Leo
-Bestiaire de Pierre de Beauvais (versión corta), in Bestiares du Olschki Editare, Florencia, 1984.
MoyenAge, puestos en francés modemo y presentados porGa- -Bestiaris I y II : in Bestiaris. Edición de versiones catalanas del
briel Bianciotto. Stock + Moyen Age. Editions Stock, París, Bestiario Toscano a cargo de Saverio Panunzio. Dos volúmenes.
1980, pp. 19-66. Barcino, Barcelona, 1963-1964.
-Bestiaire de Pierre de Beauvais (versión larga), in Ch. Cahier y A. -DeBesüisetaliis rebus, de (Pseudo) Hugo de Saint Victor, in J.-
Martin, Mélanges d'archéologie, d'histoire et de litterature. Cuatro P. Migne, PatrologiaLatina, tomo 177, columnas 14-164.
volúmenes. Poussielgue-Rusand, París, 1847-1856. Volumen II, -Libellus de Natura Animalium, in Le proprieta degli animali. Bes-
1851, pp. 85-1 00; volumen III, 1853, pp. 203-288; volumen IV, tiario moralizzato di Gubbio, a cura di Annamaria Carrega. Libel-
1856, pp. 55-87. lus de natura animalium, a cura di Paola Navone. Costa e Nolan,
-Bestiaire d'amour, de Richard de Foumival. in Bestiares du Mo- Génova, 1983.
yen Age, puestos en francés moderno y presentados por Gabriel -Livre du Trésor, in Bestiares du Moyen Age, puestos en francés
Bianciotto. Stock+ Moyen Age. Editions Stock, París, 1980, pp. . modemo y presentados por Gabriel Bianciotto. Stock + M oyen
125-168. Age. Editions Stock, París, 1980, pp. 169-240.
-Le Bestiaire Divin de Guillaume le Clerc de Normandie. Edición de -Proprietez des bes tes, in J. Berger de Xivrey, Tradiüons tératolog i-
C. Hipeau. Caen, 1852. Hay reprint reciente: Slatkine, Geneve, ques, lmprimerie Nationa1e, París, 1836, pp. 441-568.
1969. BIBLIA.
-Bestiaire Divin de Guillaume le Clerc, extractos, in Bestiares du --Sagrada Biblia. Versión directa del hebreo y del griego a cargo de
MoyenAge, puestos en francés moderno y presentados porGa- Eloíno Nácar y Alberto Colunga. Biblioteca de Autores Cristia-
briel Bianciotto. Stock + Moyen Age. Editions Stock,· París, nos, Madrid, décimosexta edición, 1965.
1980, pp. 67-116. -La Santa Biblia. Antiguo y Nuevo Testamento. Versión de Casio-
-Bestiaires du MoyenAge (Pierre de Beauvais, Guillaume le Clerc, doro de Reina revisada por Cipriano de Valera. Sociedades
Richard de Fournival, Brunetto La tini et Cor bechon). Puestos Bíblicas Unidas. Impreso en Gran Bretaña, 1958.
en francés modemo y presentados por Gabriel Bianciotto. Stock BORGES, JORGE LUIS. El Libro de los Seres Imaginarios. Con la
+ MoyenAge. Editions1 Stock, París, 1980 colaboración de Margarita Guerrero. Libro Amigo. Editorial Bru-
-Bestiario de Cambridge . Edición y traducción inglesa a cargo de guera, Barcelona, 1981.
T. H. White: The Bestiary. ABookojBeasts. Capricom Books, G. -Manual de Zoología Fantástica. Colección Breviarios. Fondo de
P. Putnam's Sons, Nueva York, 14a reimpresión, 1960. Cultura Económica, Primera edición, México, 195 7.
-Bestiario de Gubbio, in Le proprieta degli animali. Bestiario BRUNETTO LATINI. Livre du Trésor, in Bestiares du Moyen Age,
moralizzato di Gubbio, a cura di Annamaria Carrega. Libellus de puestos en francés modemo y presentados por Gabriel Bianciot-
natura animalium, a cura diPaola Navone. Costa e Nolan, Géno- to. Stock+ Moyen Age. Editions Stock, París, 1980, pp. 169-240.

358 359
-IlTesoretto. Introducción y notas de Marcello Ciccuto. Biblioteca ciens etModemes, tomo primero: Voyageurs de l'Antiquité, Maga-
Universale. Rizzoli Editori, Milano, 1985. sin Pittoresque, París, 1861, pp. 157-165.
BUTLER, ALBAN. Vidas de los Santos, de Butler. Edición c<:mpleta -Versión francesa: Histoire del' Inde (extrait donné par Photius),
en cuatro volúmenes. Traducida y adaptada al espanol por en J. A. C. Buchon, Choix des Historiens Grecs, Société du
Wifredo Guinea, S. J., de la segunda edición inglesa revisada Panthéon Littéraire, París, 1842, pp. 346-364.
por Herbert Thurston, S. J., y Donald At~ater. Publicada P.o~ ~· -Versión inglesa: Ancient India as described by Ktesian the
r. John W. Clute. Cuatro volúmenes. Mexico, segunda edicion Knidian, edición de John W. Me Crindle, reprint 1987 (Eastem
española, 1968. Book House, Patna), de la edición original Calcutta-Londres,
BUZURG IBN SHAHRIYAR. The Book oj the Marvels oj India .. Ver- 1879. Incluye todos los fragmentos conocidos, procedentes de
sión inglesa de Peter Quennell a partir de la traducción francesa Focio o de otros autores, con abundantes notas y buen estudio
de Marcel Devic. George Routledge & Sons, Ltd. Londres, 1928. crítico.
CALILA Y DIMNA. CHAMPEAUX, GERARD DE y DOM. SEBASTIEN STERCKX. Intro-
-Abdalá Ben Almocaffa. Calila y Dimna. Traducido del árabe con duction au monde des symboles. Zodiaque, París, tercera edición,
introducción y notas por Marcelino Villegas. Alianza Editorial, 1981.
Madrid, 1991. CHARTON, EDOUARD. Voyageurs Anciens et Modernes. Cuatro
-Calila y Dimna. Fábulas. Nota preliminar y vocabulario de F. S. tomos. Aux Bureaux du Magasin Pittoresque, París, 1861-1865.
R. Colección Crisol. Aguilar, Madrid, s 1d. CHEVALIER, JEAN et GHEERBRANT, ALAIN. Dictionnaire des Sym-
CARTA DEL PRESTE JUAN. boles. Bouquins, Robert Laffont, París, segunda edición, 1982.
-Lettre du Prestres Jehan. Edición francesa de A. Jubinal, in DANTE ALIGHIERI. Obras Completas de Dante Alighieri, con La
Oeuvres Completes de Rutebeuj, A. Daffis, París, 1875, tomo III, Divina Comedia en texto bilingüe. Versión castellana de Nicolás
pp. 355-375. González Ruiz con la colaboración de José Luis Gutierrez
-Les Merveüles du Prétre Jean. Edición francesa comentada de la García. Biblioteca de Autores Cristianos. La Editorial Católica,
Carta en Ch.-V."'Langlois, La Vie en France au Moyen Age, Ha- Madrid, cuarta edición, 1980.
chette, París, 1927, tomo liT, pp. 44-70. -La Divina Comedia. Edición íntegra e ilustrada. Traducción inte-
CELLINI, BENVENUTO. La vida. Traducido. del italiano por Miguel gral en verso por Juan de la Pezuela, conde de Cheste. Ilustrada
Barceló, con introducción y notas. Clásicos Universales. Edito- con grabados de Gustavo Doré. Editorial Ramón Sopena,
rial Planeta, Barcelona, 1984. . · Barcelona, 1978.
~CIRLOT, JUAN-EDUARDO. Diccionario de Símbolos. Editorial La- Decretum Gelasianum, in J.-P. Migne, Patrología Latina, tomo 59,
bor, Barcelona, 1982. coll. 157-180.
-CLEBERT, JEAN-PAUL. Dictionnaire du Symbolisme Animal. Bestiai- DELORT,ROBERT. Lesanimauxontunehistoire. Editions du Seuil,
re Fabuleux . Albin Michel, París, 1971. París, 1984.
COCCHIARA, GIUSEPPE. Il paese di Cuccag na. Presentación de DOWSON, JOHN. A Classical Dictionary oj Hindu Mythology and
Leonardo Sciascia. Reimpresión de la edición original de 1965 Religion. Reprint de Asia Publishing House, Londres, 1989.
en Universale Scientifica Boringhieri. Turín, 1980. LOS DOS MAHOMETANOS. Ver Suleymány Abu Zeid,Hassan.
COOPER, J. C. An Rlustrated Encyclopaedia oj Traditional Symbols. DUCHAUSSOY, JACQUES. Le Bestiaire Divin ou la Symbolique des
Thames & Hudson, Londres, 1978. Animaux. Le Courrier du Livre, París, 1972.
CORDIER, HENRI, editor. Ver Odorico de Pordenone. DUMONT, LOUIS. La Tarasque. Essai de description d' unjait local
COSMAS INDICOPLEUSTES. Topographie Chrétienne de l'Univers. d'unpointde vue ethnographique. Payot, París, 1951.
Versión francesa parcial en Edouard Charton, Voyageurs an- DURAND, GILBERT. Les structures anthropologiques de l'imaginaire.
ciensetmodemes. Tomo segundo: VoyageursduMoyenAge, Aux Décima edición, Dunod (Bordas), París, 1984.
Bureaux du Magasin Pittoresque, París, 1855, pp. 1-30. ELIANO, CLAUDIO. Historia de los Animales. Traducción, introduc-
CTESIAS. ción y notas de José María Díaz-Regañón López. Dos volúme-
-Indika. Versión francesa en Edouard Charton, Voyageurs An- nes. Gredas. Madrid, 1984.

360 361
ETIENNE D-E BOURBON. Ver Lecoy de la Marche, A. translatedjrom Greek and other languages. Edición y traducción
ESCHENBACH, WOLFRAM VON. Ver Wolfram von Eschenbach. inglesa de Francis Carmody. San Francisco, 1953. Edición muy
ESOPO. limitada (325 ejemplares). He usado una fotocopia.
-Esopo. Fábulas Completas. Traducción y prólogo de Clara Cam- FRAZER, JAMES GEORGE. El folklore en el Antiguo Testamento.
poamor. Editorial Sopena Argentina, Buenos Aires, 1949.: Traducido del inglés por Gerardo Novás. Fondo de Cultura Eco-
-EsopoyFedro. Fábulas morales. Versión española de Pilar Gui- nómica, México, 1981.
belalde. Prólogo de Emiliano M. Aguilera. Obras Maestras, Edito- GAIGNEBET, CLAUDE et DOMINIQUE LAJOU. Art profane et reli-
rial Iberia, Barcelona, 1981. gion populaire au Moyen Age. Presses Universitaires de France,
-Fábulas de Esopo. Vida de Esopo. Fábulas de Babrio. Introduc- París, 1985.
ción de Carlos García Gual. Traducciones y notas de P. Bádenas GERVASIUS DE TILBURY. Otia Imperialia .. Edición de G. W. Leib-
de la Peña y J. López Facal. Biblioteca Clásica. Editorial Gredas, nitz, in Scriptores Rerum Brunsvicensium, Hannover, 1707-
Madrid, 1979. 1710, volumen!, pp. 881-1004, yvolumenii, pp. 751-784.
FARAL, EDMOND. "La queue de poisson des sirenes", in Romania, GIRALDUS CAMBRENSIS
LXXIV(1953}: 433-506. -Gerald ofWales. The History and Topography oj Ireland. Traduc-
FARID UDDIN ATTAR. El Lenguaje de los pájaros. Traducido (no se ción del latín e introducción de J. J. O'Meara. Penguin Books,
indica si es del original persa} por Josefa García. Visión Libros, Harmondsworth, 1982.
Edicomunicación, Barcelona, 1986. GILGAMESH (POEMA DE)
FERGUSON, GEORGE. Signs and Simbols in Christian Art. Oxford -Gilgamesh. Edición y traducción de John Gardner y John
University Press, Nueva York, segunda edición, 1961. Maier. AlfredA. Knopf, Nueva York, 1984.
FILOSTRATO. Vida de Apolonio de Tiana. Traducida del griego con -Poema de Gilgamesh . .Edición y traducción de Federico Lara
introducción y notas por Alberto Bemabé Pajares. Biblioteca Peinado. Editarla Nacional, Madrid, 1982 .
Clásica. Editorial Gredas, Madrid, 1979. . GOSSUIN DE METZ. L'Irriage du Monde de mal.tre Gossuin. Rédac-
FISIOLOGO. tionenprose. Edición de O. H. Prior. Impriméries Réunies, Lau-
- E l Fisiólogo atribuido a San Epifanio., seguido de El Bestiario Tos- sanne, 1913.
cano. Edición a cargo de Santiago Sebastían, Ediciones Tuero, GOULD, CHARLES. Mythical Monsters. Reprint: Crescent Books,
Madrid, 1986. Nueva York, 1989. '
- E l Fisiólogo. Bestiario Medieval. Versión española del Fisiólogo GRAF, ARTURO. Miti, legende e superstizioni del Medio Evo. Osear,
latino, versión Y (ed. Francis Carmody}. Traducido por Marino Mondadori, reedición1984. La obra fue publicada originalmente
Ayerra Redín y Nidia Guglielmi. Introducción y notas de Nidia en 1892-1893 y en versión definitiva en 1925.
Guglielmi. Eudeba, Buenos Aires, 1971. GRAVES, ROBERT. Les mythes grecs. Traducido del inglés por
-R Fisiologo. Traducción italiana del Fisiólogo griego a cargo de Mounir Hefez. Colección Pluriel. Dos tomos. Librairie Fayard,
Francesco Zambon. Piccola Biblioteca. Adelphi Edizioni, Milán, París, 1983.
tercera edición, 1980. GRAVES, ROBERT Y PATAI, RAFAEL. Los Mitos Hebreos. Versión
-Fisiologus, Libro de Exeter (Pantera, Ballena y Perdiz}, in S. A. J. española de Luis Echávarri. Alianza Editorial, Madrid, 1986.
Bradley, editor y traductor, Anglo-SaxonPoetry. An Anthology of GRIMAL, PIERRE. Diccionario de Mitología Griega y Romana. Tra-
Old English Poems in Prose Translation, Everyman's Library, J. M. ducción de Francisco Payarols. Paidós, Buenos Aires, 1981. La
Dent & Sons Ltd, Londres, 1982, pp. 352-357. edición original francesa es de 1951.
-Physiologus. Traducción inglesa del Fisiólogo griego a cargo de J. GUBERNATIS, ANGELO DE. Zoological Mythology or The Legends of
Carlill, en Epic of the Beasts. Carlill & Stallybrass. Londres, Animals. Reprint de la edición de 1872 (Macmillan, N.Y.). Dos
1924. tomos en uno. Amo Press, Nueva York, 1978.
-Physiologus. Edición y traducción italiana del Fisiólogo griego a -La Mythologie des Plantes. Reprint de la edición de 1878-1882 (C.
cargo de Francesco Sbordone. Milán, 1936. Reinwald, París). Dos tomos en uno. Arno Press, Nueva York,
-Physiologus, The very ancient book of beasts, plants and stones, 1978.

362 363
HALL, ANGUS. El mundo de lo oculto. Traducido del inglés por José JACOBO DE LA VORAGINE.
Luis Alvarez. Editorial Noguer, Barcelona, 1976. -Jacques de Voragine, La Légende Dorée. Traducción de J.-B. M.
HALL, JAMES. Diccionario de Temas y Símbolos Artísticos. Versión Roze. Garnier-Flammarion, París, dos volúmenes, 1967.
española de Jesús Femández Zulaica. Alianza, Madrid, 19~7. --santiago de la Vorágine, La Leyenda Dorada. Traducción del la-
HEERS, JACQUES. Fetesdejousetcarnavals. Fayard, París, 1983. tín de Fray José Manuel Macías. Dos volúmenes. Alianza Edito-
HERODOTO. rial, Madrid, 1982.
-Heródoto, Historia. Versión española de C. Schrader. Vol. I y II. J.ÁHIZ. Le cadi et la mouche. Anthologie du Livre des Animaux.
Gredas, Madrid, 1977-1981. Extractos escogidos, traducidos del árabe y presentados por
-Heródoto, Los Nueve Libros de la Historia. Versión española del Lakhdar Souami. Bibliotheque Arabe. Editions Sindbad París
P. Bartolomé Pou. Porrúa, México, 1981. 1988. ' '
-Herodotus, The Histories. Versión inglesa de Aubrey de Selin- JEAN D'ARRAS. Mélusine (Le Roman de.Mélusine ou l'Histoire des
court, Penguin Books, Harmondsworth, reprint 1971. Lusignan) Versión en francés moderno a cargo de Michele Perret.
Herzog Ernst. Ein Mittelalterliches Abenteuerbuch. La más antigua Stock+ MoyenAge. Editions Stock, París, 1979.
revisión del poema bajo-renano. Texto de la recensión medio -Melusina. Traducción espaf:rola de Carlos Alvar. Ediciones Si-
alto-alemana B, de acuerdo a la edición de Karl Bartsch (1869), mela, Madrid, 1985. ..
con fragmentos de la recensión A, editado, traducido, con notas JOURDAIN DE SEVERAC. The Wonders oj the East, by Friar Jorcla-
y epílogo de Bemhard Sowinski. Philipp Reclam, Stuttgart, nus. Traducido del latín por el coronel Henry Yule. Hakluyt
1979. Trae el texto alto-alemán y la versión en alemán moderno. Society, Londres, 1863.
Historia Monachorum inAegypto. Ver Vidas de los Padres del De- JUAN DE PLANCARPINO.
sierto. -Giovanni da Pian del Carpine, Viaggio a' Tartarí dijrate Giovan-
HOMERO. ni da Piano del Carpine (Historia Mongalorum). Edición a cargo de
-Homero. La Odisea. Versión española· de L. Segalla y Estalella. Giorgio Pullé. Edizioni Alpes, Milán, 1929.
Editorial Porrúa, México, 1980. --Jean de Plancarpin, Histoire des Mongols. Traducción francesa y
-Homero. Odisea. Traducción española de J. M. Pabón. Gredas, presentacion de Clément Schmitt, O. F. M. Editions Francis-
Madrid, 1982. caines, París, 1961.
--Omero. Odisea. Versión italiana de Rosa Calzecchi Onesti, con ~uan del Plano Carpino, Viaje de Juan del Plano Carpino, in A.
texto original al frente. Prefacio de Fausto Codina. Einaudi, Tu- T Serstevens, Los Precursores de Marco Polo, Aymá, Barcelona,
rín, 1963. 1965, pp. 145-222.
HONORIUS AUGUSTODUNENSIS. Ver Honorius de Autun. JU~IO CESAR. Comentarios de la guerra de las Galias. Versión espa~
HONORIUS DE AUTUN. De Imagine Mundi. Edición en J.-P. Migne, nola de J. Gaya y Muniain. Espasa-Calpe, Madrid 5a edición
Patrología Latina, tomo CLXXII, col. 115-188. 194& ' '
HOOKE, S. H. Middle Eastern Mythology. From the Assirians to the -JUNG, CARL GUSTAV. Psicología y alquimia. Traducido de la últi-
. Hebrews. Penguin Books. Harmondsworth, 1988. ma edición alemana por Alvaro Luis Bixio. Santiago Rueda edi-
IBRÁHIM IBN WAQIF CHÁH. L'Abrégé des Merveilles. Traducción tor, Buenos Aires, 1957.
del árabe y notas de Carra de Vaux. Prefacio de André Miquel. "KAPLER, CLAUDE: Monstres, démons et merveilles d la.fin du Moyen
La Bibliotheque Arabe. Editions Sindbad, París, 1984. Age. Payot, Pans, 1980. Hay versión española: Akal Madrid
IBN BATTUTA. A través del Islam. Traducción española de Serafín 1988. ' '
Fanjul y Federico Arbos. Un grueso volumen. Editarla Nacional, KELLER, WERNER. El asombr~ de Herodoto. Traducción del alemán
Madrid, 1981. de Herminia Dauer. Editorial Bruguera, Barcelona, 1975.
ISIDORO DE SEVILLA. Etimologías. Edición bilingüe a cargo de KLINGENDER, FRANCIS. Animals in Art and Thought to the End oj
José Oroz Reta con introducción de Manuel C. Díaz y Díaz. the Middle Ages. Editado por Evelyn Antal y John Harthan.
Biblioteca de Autores Cristianos, dos volúmenes. Editorial Cató- Routledge & Kegan Paul, Londres, 1971.
lica, Madrid, 1982. KOMROFF, MANUEL, editor. Contemporaries oj Marco Polo (edición

364 365
de los relatos de viajes de Plan Carpino, Rubruck, Odorico y Liber Monstrorum. Introducción, edición, versión italiana y comen-
Benjamín de Tudela). Liveright, Inc. Publishers, Nueva York, tarios de Franco Porsia. Edizioni Dedalo, Bari, 1976.
1928. Libro de Alexandre. Edición preparada por Jesús Cañas Murillo.
Kudrum. TFaducido del antiguo alemán en inglés modemo con in- Editora Nacional, Madrid, 1978.
troducción y notas por Brian O. Murdoch. Everyman's.Librruy. Libro de Apolonio. Introducción, edición y notas de Manuel Alvar.
J. M. Dent & Sons Ltd, Londres, 1987. Clásicos Universales. Editorial Planeta, Barcelona, 1984.
LACARRIERE, JACQUES. De paseo con Heródoto. Tradt.;tcción de LULIO, RAIMUNDO. Ver Llull, Ramon.
Carlota Vallée. Fondo de Cultura Económica, México, 1985. LLULL, RAMO N. El Llibre de Meravelles. Edición a cargo de Marina
-Les Hommes ivres de Dieu. Arthaud, París, 1961. Gusta con prólogo de Joaquim Molas. Les Miliors Obres de la
LA SALE, ANTOINE DE. Le Paradis de la Reine Sibylle. Stock, Pa- Literatura Catalana. Edicions 62, Barcelona, 1980.
rís, 1983. - E l Libro de las Bestias (El Llibre de les Besties). Versión española
- E l Paraíso de la Reina Sibila. Traducción, prólogo y notas de de Geroni Rosselló. Edicomunicación. Visión Libros. Barcelona,
Marte-José Lemarchand. Ediciones Siruela, Madrid, 1985. 1983. Corresponde al Libro Séptimo de la obra anterior.
LASNE, SOPHIE y ANDRE PASCAL GAULTRIER. Dictionnaire des MALAXECHEVERRIA, IGNACIO.
Supersüüons. Tchou, editeur. París, 1980. "Animales y espejos", en Paredes Núñez, Juan, editor. Literamra
LATINI, BRUNETTO. Ver Brunetto Latini. yjantasía en la Edad Media. Universidad de Granada, 1989.
LECOUTEUX, CLAUDE. Mélusine et le Chevalier du Cygne. Payot, --editor. Bestiario Medieval. Antología de textos. Ediciones Sirue-
París, 1982. la, Madrid, 1986.
LECOY DE LA MARCHE, A. Anecdotes historiques, légendes et MALE, EMILE. El arte religioso del siglo XII al siglo XVIII. Traducido
apologues tirés du recueil inédit d'Etienne de Bourbon, dominicain por Juan José Arreo la. ,Breviarios, Fondo de Cultura Económi-
duXIIIesiecle. Librairie Renouard, París, 1877. ca, México, segunda edición, 1966.
LE GOFF, JACQUES. "Mélusine maternelle et défricheuse", en · - L ' art T'eligieux du XII/e siecle en France. Armand Colin, París, dos
Annales. EconomieetSciencies Sociales, 1971:587-622. tomos, 1958.
~ "Cultura eclesiástica y cultura folklórica en la Edad Media: San MANDEVILLE.
Marce1o de París y el dragón", in Tiempo, trabajo y cultura en el -John Mandeville, Viaggi ovvero Trattato delle cose piit. meraviglio-
Occidente medieval. Traducido del francés por Mauro Armiño. se e piit. notabili che si trova no al mondo. Versión italiana del
Ediciones Taurus, Madrid, 1983, pp. 223-263. Cotton Text a cargo de Ermanno Barisone, con introducción y
El Lenguaje de los Pájaros. Ver Farid Uddin Attar. notas. Il Saggiatore, Milán, 1982.
LETTS, MALCOLM. Sir John MandevUle. The Man and his Book. The -Mandeville Travels. Edición de las principales recensiones a
Batchworth Press, Londres, reprint 1971. cargo de Malcolm Letts. Incluye el Egerton Text, el Paris Text, el
--editor: MandevUle's Travels. (Edición de las principales recensio- Bodleian Text y fragmentos de la Vulgata. Dos volúmenes.
nes y textos: el Egerton Text, el Paris Text, el Bodleian Manus- Hakluyt Society, Londres, 1953.
cript, y algunos extractos de la Vulgata Latina y otros textos). -The Travels oj Sir John Mandeville. Edición modernizada del
Dos volúmenes. Hakluyt Society, Londres, 1953. Egerton Text, con introducción y notas, por C. W. R. D. Mase-
LEY, WILLY. El pez pulmonado, el dodó y el unicornio. Una excursión ley. Penguin Books, Harmondsworth, 1983.
por la zoologíafantástica. Traducido del inglés por José Banfi y -MandevUle's Travels. Edición modemizada del Cotton Text, con
Alfredo B. Besio. Espasa-Calpe, Madrid, 1963. introducción y notas, a cargo de M. C. Seymour, Clarendon
Leyendas Medievales. Antología de textos del Dialogus Miraculorum Press, Oxford, 196 7.
de Cesarius de Heisterbach traducidos del latín al alemán por -Juan de Mandavila, Libro de las maravillas del mundo. Edición
Hermann Hesse y de la versión alemana de las Gesta Romano- española de Gonzalo Santonja. Visor, Madrid, 1984.
mm de J. G. Th. Graesse,.con narraciones de Leo Greiner. Ver- MAP, WALTER. VerWalterMap.
sión española de Roberto Bein. Libro Amigo. Bruguera, Barcelo- MARBODIO. Marbodi episcopi liber decem capitulorum, in J.-P. Mig-
na, tercera edición, 1981. ne, PatrologiaLatina, tomo CLXXI, col. 1693-1716.

366 367
MARCO POLO. ces en Occident. Bordas, Paris, 1984.
-La Description du Monde. Edición moderna del or}ginal francés METFORD, J. C. J. Dictionary ojChristian Lore and Legend. Thames
a cargo de Louis Hambis. Editions ~cksiec~, ~ans, 1955~. & Hudson, Londres, 1983.
-Libro de las Maravillas. Traduccion del ong1nal frances por MEYER; PAUL. Alexandre le Grand dans la Littérature Fran~aise du
Mauro Armiño. Ediciones Anaya, Madrid, tercera edición, 1984. MoyenAge. Dos tomos. Bibliotheque Fran<_;aise du Moyen Age,
- E l Libro de Marco Polo, anotado por Cristóbal Colón. El Libro de IV-V, F. Vieweg, París, 1886. .
Marco Polo de Rodrigo de Santaella. Edición con introducción y LAS MIL Y UNA NOCHES.
notas a cargo de Juan Gil. Alianz~ Editorial, Madrid, 1987. .~ -Arabian Nights. The Book of a Thousand Nights and a Night. A
-Le Livre de Marco Polo o u Le Devisement du Monde. Vers1on complete edition from the famous literal translation by Richard
francesa modema a partir de varios manuscritos y textos fran- F. Burton. Edición de Leonard C. Smithers. Doce volúmenes,
ceses a cargo de A. T' Serstevens. Albin Michel, París, 1955. Londres, 1894.
-Viajes. Traducción de María de Cardona y Suzanne Dobel- -Arabian Nights. The Book of a Thousand Nights anda Night. An
mann. Austral, Espasa-Calpe, Buenos Aires, segunda edición, unexpurgated selection of tales from the famous translation by
1952. Sir Richard Burton. Bracken Books, Londres, 1985.
-Viajes. Libro de las cosas maravillosas del Oriente. Texto íntegro. -Las Mil y una Noches. Traducción española con introducción y
Traducción de Juan Barja de Quiroga. Akal Editor, Madrid, notas de Rafael Cansinos-Assens. Obras Etemas, Aguilar, Ma-
1983. drid, tres tomos, reimpresión 1976.
MARIA DE FRANCIA. -Las Mil y una Noches. Traducción española con introducción y
-Los Lais de María de Francia. Traducidos del francés po:r Luis notas de Juan Vernet. Editoria:l Planeta, Barcelona, tres tomos,
Alberto de Cuenca. Ediciones Siruela, Madrid, 1987. 1964.
-Les Lais de Marie de France. Edición de Jean Rychner. Classi- -Las Mil y una Noches. Versión española de la traducción alema-
que~ Frangais du MoyenAge. Honoré Champion, París, 1971. na de Gustav Weil. Edicomunicación, S. A. Cuatro.tomos. Bar-
MC CRINDLE, JOHN W., editor. Ancient India as described by celona, 1988.
Classical Literature. (Estudio y antología de textos). Eastern --Les Mille et une Nuits, contes arabes. Traducción francesa de
Book House, Patna, 1987. Reprint de la edición original de West- , Ant?ine Galland. Texto íntegro. Editions Gamier-Flammarion,
minster, 190 l. Pans, tres tomos, 1965.
-Ancient India as described by Megasthenes and Arrian. (Intro- --Les Mille et une Nuits. Traducción francesa de Joseph-Charles
ducción y textos). Editada con prefacio por Shri Ramchandra Mardrus. Edición completa en dos tomos. Bouquins, Robert
Jain. Today's and Tomorrow's Printers and Publishers, Nueva Laffont,París, 1982.
Delhi, 1984. Reprint de la edición original de Calcutta, 1877. MODE, HEINZ. Démons et Animaux Fantastiques. Traducido del
-Ancient India as described by Ktesias the Knidian. (Estudio Y alemán por Arlette Marinie. Aux Quais de París. Librairie G.·
textos). Eastem Book House, Patna, 1987. Reprint de la edición Kogan, París, 1977.
original de Calcutta-Londres, 1879. MORRIS, RAMONA y DESMOND. Hommes et Singes. Les étranges
MC CULLOCH, FLORENCE. Mediaeval Latin and French Bestiaries. rapports entre l'homme et son plus proche parent. Traducido del
University ofNorth Carolina Press, 1962. inglés por Marie-Alyx Revellat. Marabout Université. Gerard &
MEGASTENES. Fragmentos de la Indika de Megástenes, recogi.dos '· Co., Verviers, 1971.
por el Dr. E. A. Schwanbeck (Bonn, 1846). Tra~ucido~ al in~lés, >Nueve Lais Bretones, y "La Sombra", de Jean Renart. Introducción y
con introducción y notas, por John W. Me Cnndle, 1n Anctent traducción de Isabel de Riquer. Ediciones Siruela, Madrid, 1987.
India as described by Megasthenes and Arrian, pp 1-17 4. Editado O DORICO DE PORDENONE.
con prefacio por Shri Ramchandra Jain. Today's and Tomo- -.-The Eastern Parts of the World described by Friar Odoric the
rrow's Printers and Publishers, Nueva Delhi, 1984. Reprint de la Bohemian, oj Friuli, in the Province of Saint Anthony, in Col. Hemy
edición original de Calcutta, 1877. Yule, editor, Cathay and the Way Thither, dos volúmenes,
MESLIN, MICHEL, editor. Le Merveilleux. L'imaginaire et les croyan- Hakluyt Society, Londres, 1866, volumen 1, pp 1-162. Incluye

369
368
introducción biográfica y notas. "- PLINIO EL VIEJO.
-The Joumal oj Friar Odoric. Versión inglesa en Manuel Komro:ff, -Pline, Histoire Naturelle. Edición bilingüe, con traducción fran-
Contemporaries ojMarco Polo, Liveright, Inc., Publishers, Nueva cesa de E. Littré. Colección Auteurs Latins. Firmin Didot, París,
York, 1928, pp213-250. dos tomos, 1865.
-"-Les Voyages en Asie au XNe siecle du bienheureuxjrere .Odoric -Pline, Histoire Naturelle de Pline, traduite enjran~ois avec le texte
de Pordenone, religieux de Saint Fran~ois. Edición, introducción latin rétable d'apres les meUleures le~ons manuscrites. Acompa-
y notas de Henri Cordier. Recueil de voyages et de" documents ñado de notas críticas y observaciones. Doce volúmenes. Sin
pour servir a 1' histoire de la géographie, tomo X, Emest Leroux, indicación de traductor. París, chez la Veuve Desaint, libraire,
éditeur, París, 1891. Contiene estudio biográfico de Odorico y 1771-1782.
recuento de manuscritos y ediciones del texto. -Pliny, Natural History. Edición inglesa bilingüe a cargo de H.
OHLER, NORBERT. I Viaggi nel Medio Evo. Traducido del alemán Rackham, W. H. S. Jones y D. E. Eichholz. Diez tomos, Loeb
por Bianca Maria Vanutelli. Garzanti editori, Milano, 1988. Classical Library, Londres.
OLAO MAGNO. Historia de las Gentes Septentrionales (Historia de Poemes hérofques viel-anglais. (Beowulf y otros poemas). Traduci-
gentibus septentrionalibus, 1555). Versión española e introduc- dos y presentados por André Crépin. 1 O118, Unían Générale d'
ción de J. Daniel Terán Fierro, Tecnos, Madrid, 1989. " Editions, París, 1981.
OVIDIO. Las Metamoifosis. Versión española de Federico Carlos POIRION, DANIEL. Le Merveilleux dans la Littérature Fran~aise du
Sáinz de Robles. Austral, Espasa-Calpe, Madrid, cuarta edición, MoyenAge. Presses Universitaires de France, París, 1982.
1980. POLO, MARCO. Ver Marco Polo.
PAGELS, ELAINE. Adam, Eveand theSerpent. Vintage Books. Ran- Popal Vuh. Estudio introductorio y traducción española de Adrián
dom House lnc., Nueva York, 1988. Hay traducción española: Recinos. En Literatura Maya. Compilación y prólogo de Merce-
Adán, Eva y la Serpiente, Crítica, Barcelona, 1990. ,' des de La Garza. BibliotecaAyacucho, Caracas, 1980.
PALLADIO. Historia Laúsíaca. (No dispongo de la edición española. · ~PROPP, VLADIMIR. Las Raíces Históricas del Cuento. Traducido de
He utilizado la versión inglesa: Lausiac History oj Palladius. la versión italiana por José Martín Arancibia. Editorial Funda-
Eastem Orthodox Books, Willits, California, s/d). mentos, Madrid, cuarta edición, 1984.
PARACELSO. Libro de las ninfas, los silfos, los pigmeos, las sala- -Edipo a la luz delfolklore y otros ensayos de etnografza. Traduc-
mandras y los demás espíritus. Edición bilingüe (texto alemán y ción de Ricardo Sanvicente.Editorial Bruguera, Barcelona, 1983.
versión .española). Traducción de Pedro Galvez. Ediciones Obe- PSEUDO-CALISTENES.
lisco, Barcelona, segunda edición, 1987. -Alexander Romance. Traducción inglesa de la recensión ~ a car-
PARE, AMBROSIO. Des monstres et prodiges. Edición crítica por go de Ken Dowde. En B. P. Re ardo m, Collected Ancient Greek
Jean Céard. Librairie Droz, Geneve, 1971. Hay versión española Novels. University oí California Press, Berkeley, 1989.
reciente: Monstruos y prodigios, Siruela, Madrid, 1987. -The Greek Alexander Romance. Traducción inglesa de la recen-
PAUSANIAS. Descripción de Grecia. (Edición inglesa: Guide to sión~ enriquecida y comparada con otras recensiones, a cargo
Greece, en dos volúmenes, traducción de Peter Levi, Penguin de Richard Stoneman. Penguin Books, Harmondsworth, 1991
Books, Harmondsworth, 1979.) -The Romance oj Alexander the Great by Pseudo-Callisthenes.
PEDRO DAMIAN. OpusculumXII: De bono religiosistatus et variorum Traducción inglesa de la versión armenia (forma de la recensión
animantium tipología, in J.-P.Migne, Patrología Latina, tomo a) a cargo de Albert Mugrdich Wolohojian. Columbia University
CXLV, col. 763-792. Press, Nueva York, 1969.
PHILLIPS, JOHN A. Eva. La Historia de una Idea. Traducido del in- -Vida y Hazañas de Alejandro de Macedonia. Versión española
glés por Juan José Utrilla. Breviarios. Fondo de Cultura Econó- dela recensión ~ enriquecida y comparada con otras recensiones
mica, México, 1988. a cargo de Carlos García Gual. Editorial Gredas, Madrid, 1977.
PHILLIPS, J. R. .S. The Medieval Expansion oj Europe. Oxford Uni- AL QAZWINI. The Zoological Section ojthe Nuzhatu-l-Qulub. Traduc-
versity Press, Oxford, 1988. ción inglesa y edición de J. Stephenson. The Royal Asiatic So-
PLAN CARPINO. Ver Juan de Plan Carpino. ciety, Oriental Translation Fund, New Series, volume 30, Lon-

370 371
dres, 1928. t ·, traducción española y estudio preliminar de Emilio García Gó-
Les Quatre Fils Aymon ou Renaud de Montauban. P:esen. acion, mez. Instituto de Valencia de Don Juan, Madrid, 1929.
selección y versión francesa moderna ?e MI<?heln~e. de ROMERO, ELENA. La Ley en la Leyenda: Relatos de tema bíblico en
Combarieu du Gres y Jean S~brenat. Collectlon Follo. Edltions lasfuentes hebreas. Consejo Superior de Investigaciones Científi-
Gallimard, París, 1983. .. . cas, Instituto de Filología, Madrid, 1989.
REES, ALWYN y BRINLEY. Celtic Heritage. Ancient Tradttion t:'- .r;e- ROUX, JEAN-PIERRE. Les Explorateurs au Moyen Age. Editions du
land and Wales. Thames & Hudson, Londres, segunda edicion, Seuil, París, 1961.
1989. . .t: 11 • -Les Explorateurs a u M oyen Age. Edición refundida y ampliada
REINACH, SALOMO N. "Les Apótres chez les Anthro~o~ages • In en colaboración con Sylvie-Anne Roux. Fayard, París, 1985.
Conjérencesjaites au Musée Guimet, Ernest Leroux, edlteur, Pa- RUBIO TOVAR, JOAQUIN, editor, Libros Españoles de Viajes Medie-
rís, 1904, pp. 83-108. . , vales. Estudio preliminar y antología de textos. Taurus, Madrid,
--Cultes, mythes et religions. Cinco tomos. Ernest Leroux, Pans, 1986.
1922-1923, tomo I, pp. 395-409. ., . La Saga de Sigurdr ou la paro le donnée. Versión francesa de la VOl-
RENAUT DE BEAUJEU. El Bello Desconocido. Traducid? .del fra~­ sunga Saga con extenso estudio preliminar a cargo de Régis
cés con Introducción y notas por Victoria Cirlot. Ediciones SI- Boyer. Payot, París, 1989.
mela, Madrid, 1983. . . The Saga ojthe Volsungs. Traducida del antiguo noruego por Mar-
RIBERA, ANTONIO. ¿Existen los monstruos martnos? Edltonal Posa- garet Schlauch. The American-Scandinavian Foundation, Nue~
da, S. A., Buenos Aires, 1977. . · . va York, 1930, reprintAMS, Nueva York, 1987.
RODRIGUEZ ALMODOVAR, ANTONIO, ed. Los Cuentos Maramllosos SAN AGUSTIN. Ver Agustín de Hipona.
Españoles. Editorial Crítica, Barcelona, 1982. . . -
. SAN ALBERTO MAGNO. Ver Alberto Magno .
___ ROIG, JUAN FERNANDO. Iconografia de los Santos. Ediciones Ome- SAN ATANASIO. Ver Atanasia.
ga Barcelona, 1950. , SAN BERNARDO. Ver Bernardo de Clairvaux.
Rorrrdn de Ren.art. Edición bilingüe ·(francés antiguo-frances ~oder- SAN ISIDORO. Ver Isidoro de Sevilla.
no). Versión francesa moderna de Micheline de Combaneu .du SAN PEDRO DAMIAN. Ver Pedro ·Damián.
Gres y Jean Subrenat. Bibliotheque Médiévale. 10/18. Umon SANTIAGO DE LA VORAGINE. Ver Jacobo de la Vorágine.
Générale d' Editions, dos tomos, París, 1981. SAXO GRAMMATICUS, The First Nine Books ojthe Danish History oj
ROMANCES DE ALEJANDRO. . . Saxo Grammaticus. Traducción inglesa de Oliver Elton con in-
-Alexanderlied, de Pfaffe Lamprecht. Edición de K. Kinzel. Ger- troducción de Frederick York Powell. Publications of the Folk-
manische Handbibliothek, VI, Halle, 1884. _ Lore Society, XXXIII, Londres, 1894.
-Historia Novelada de Alejandro Magno. Edición (acomp~ada del SCHMITT, JEAN-CLAUDE. Le Saint Lévrier. Guinejort, guérisseur d'
original latino de la Historia de Preliis) a cargo d.e To~as Gon- erifants depuis leXIIIe siecle. Flammarion, París, 1979.
zález Rolán y.Pilar Saquero Suárez-Somonte. Umversidad Com- SHEPARD, ODELL. The Lore oj the Unicorn. Avenel Books, Nueva
plutense, Madrid, 1982. . ., York, reprint 1982 de la edición original de 1930.
-Leyenda de Iskender Dulkarnain o Alejandro Magno. Edicio,n Y SOLINUS, CAIUS JULIUS. Collectanea rerum memorabilium (Poly-
versión española de F. Guillén Robles, en Leyendas de.J?se, el histor). Versión inglesa de Arthur Golding (1587): The Excellent
hijo de Jacob y de Alejandro Magno. Imprenta del Hospicio Pro- and pleasant worke oj Caius Julius Solinus. Scholar's Facsimils
vincial, Zaragoza, 1888, pp. 135-282. , _ . and Reprints. Gainesville, Florida, segunda reimpresión, 1979.
-Libro de Alexandre. Edición preparada por Jesus Canas Murillo. SPRAGUE DE CAMPyWILLY LEY. De laAtlántida a El Dorado. Ver-
Editora Nacional, Madrid, 1978. sión española de Domingo Manfredi Cano. LuiS de Caralt editor,
- L i Romans d' Alexandre par Lambert li Tors et Al:xandr: de Barcelona, 1960.
Bemay. EdiGión de Henri Michelant. Bibliothek des Lit. VerelllS., STUTLEY, MARGARET y JAMES. A Dictionary oj Hinduism. Rou-
XIII, Stuttgart., 1846. . ., tledge & Kegan Paul, Londres, 1977.
-Un Texto Ara.be Occidental de la Leyenda de Alejandro: Edicion, SULEIMAN. El Libro de Suleimán, in A. T' Serstevens, Precursores

372 373
de Marco Polo, Aymá, Barcelona, 1965, pp. 85-107. -Vita S. Marcelli, in J. P. Migne, PatrologiaLatina, tomo LXXXVIII,
-Versión francesa en Edouard Charton, Voyageurs Anciens et col. 541-550.
Modemes, II, París,1863: Les DeuxMahometans, Premiere Partie, VERNET, JUAN. Literatura árabe. Nueva Colección Labor. Editorial
pp. 96-120. Labor, Barcelona, segunda edición, 1968.
The Tain (Tain Bó Cuailnge). Traducido del irlandés por Thomas VIDAS DE LOS PADRES DEL DESIERTO.
Kinsella. Oxford University Press, Oxford, Inglaterra, décima -Apotegmas de los Padres del Desierto (Apophthegmata Patrum).
reimpresión, 1988. Ediciones Sígueme, Salamanca, 1985.
TOMAS DE CANTIMPRE. -Historia de los monjes de Siria, de Teodoreto de Ciro (He utiliza-
Thomas Cantimpratensis, Liber de Natura Rerum. Editio Princeps do la versión inglesa: A History oj the Monks oj Syria, by Theodo-
secundumcodices manuscriptos. H. Boese, ed. Teil I: Text. Berlín- retojCyrrhus, traducción y notas de R. M. Price. Cistercian Pu-
Nueva York. Walter De Gruyter, 1973. blications, Kalamazoo, Michigan, 1985.
THOMPSON, STITH. El Cuento Folklórico. Traducción de Angelina -Historia Lausíaca, de Palladio (He utilizado la versión inglesa:
Lemmo. Ediciones de la Biblioteca, Universidad Central de Vene- Lau~iac History ojPalladius. Eastern Orthodox Books, Willits,
zuela, Caracas, 1972. La edición original es de 1946. California, s 1d).
THORNDIKE, LYNN. A History oj Magic and Experimental Science. -The Lives ojthe Desert Fathers (Historia Monachorilm in Aegypto).
Ocho volúmenes. Columbia University Press, Nueva York. Volú- Traducido del latín por Norman Russell. Introducción de sor
menes Iyll, 1929. Benedicta Ward. Mowbray & Co., Oxford, 1981.
TONDRIAU, JULLIEN y ROLLAND VILLENEUVE. Dictionnaire du -Vida de san Antonio el Grande, de san Atanasia. (He usado la
Diable et de la Démonologie. Marabout Université. Editions Gé- versión inglesa: Saint Athanasius. The Life oj Saint Anthony the
rard & Co., Verviers, 1968. Great. Eastem Orthodox Books, Willits, California. Reprint 1976
TORQUEMADA, ANTONIO DE. Jardín de Flores Curiosas. Publicado de la edición de 1850).
por la Sociedad de Bibliófilos Españoles, Madrid, 1943. Hay VILLENEUVE, ROLAND. Le Diable dans l' Art. Editions Denoel, Pa-
nueva edición, a cargo de Giovanni Allegra, con introducción y rís, 1957.
notas. Editorial Castalia, Madrid, 1982. -Dictionnaire du Diable et de la Démonologie. (En colaboración
TRAPIER, BLANCHE, Les voyageurs árabes au Moyen Age. La Dé- con J. Tondriau). Marabout Université. Editions Gérard & Co.,
couverteduMonde, Gallimard, París, 1937. Verviers, 1968.
T' SERSTEVENS, A., editor. Le Livre de Marco Polo ou Le Dévisement Voyages aux Pays de Nulle Part. Edición a cargo de Francis Lacas-
duMonde. Versión francesa moderna de A. T' Serstevens. Albin sin. Contiene, entre otras obras, versiones francesas de la Histo-
Michel, París, 1955. ria Verdadera, .de Luciano de Samosata; de la Navegación de San
-Los Precursores de Marco Polo. (Edición de Suleimán, Abu Zeyd, Brandán; del Viaje al Purgatorio de san Patricio, de H. de Saltray;
Plan Carpino y Rubruck). Versión española de Carmen Alcalde y y de la anónima Visión de Alberico. Bouquins, Robert Laffont,
María Rosa Prats. Aymá Editorial, Barcelona, 1965. La edición París, 1990.
francesa (Arthaud, París) es de 1959. WADDELL, HELEN. The DesertFathers. Traducción de textos e in-
TREVISA, JOHN. On the Properties ojThings. John Trevisa's Transla- troducción. Constable & Co. Ltd., Londres,.reprint 1987.
tion ojBartholomoeus Anglicus De Proprietatibus Rerum. A Critical WALTER MAP. De Nugis Curialium. Courtiers' Trijles. Edición y tra-
Text. Ediciónacargo de M. C. Seymoury otros. Tres volúmenes. ducción inglesa de Montague Rhodes James, revisada por C. N.
Clarendon Press, Oxford, 1975-1988. L. Brooke y R. A. B. Mynors. Oxford Medieval Texts. Clarendon
TYRRELL, WILLIAM BLAKE. Las amazonas. Un estudio de los mitos Press, Oxford, 1983.
atenienses. Traducido del inglés por Juan José Utrilla. Brevia- WARNER, REX. Encyclopedia ojWorld Mythology. Galahad Books,
rios. Fondo de Cultura Económica, México, 1989. Nueva York, 1975.
VENANCIO FORTUNATO. WENDT, HERBERT. El descubrimiento de los animales. Traducido
-Vita S. Marcelli, in Monumenta Germaniae Historica. Scriptores del alemán por Alfonsina Janés Nadal. Editorial Planeta, Barce-
RerumMerovingicarum, IV/2, 1885, pp. 49-54. lona, 1982.

374 375
WILKINS, W. J. Mitología Hindú, Védica y Puránica. Traducido del
inglés por Antonio Moragas. Visión Libros, S.A., Barcelona,
1980.
·WILLIAMSON, JOHN. The OakKing, the Holly King and the Unicorn.
The Myths and Symbolism oj the Unicorn Tapestries. Harper &
RowPublishers, Nueva York, 1986.
WITTKOWER, RUDOLF. "Eagle. and Serpent", in Allegory and the
Migration of Symbols. Collected Essays, volume III. Thames &
Hudson, Londres, edición enpaperback, 1987, pp. 15-44.
-"Marvels of the East", in Journal oj the Warburg and Courtauld
Institute, V(1942): 159-197. Reproducido en Allegory and the Mi-
gration oj Symbols, ed. cit., pp. 45-7 4.
- ·"Marco Polo and the Pictorial Tradition of the Marvels of the
INDICE
East", in Allegory and the Migration oj Symbols. Collected Essays,
volume III. Thames & Hudson, Londres, edición en paperback,
1987, pp. 75-92. PREAMBULO
- YARZA LUACES, JOAQUIN. Formas artísticas de lo imaginario. Edi- 7
torial Anthropos, Barcelona, 1987. INTRODUCCION
ZORZI, ALVISE. Vie de Marco Polo. Traducción de Bernard Guyader. 9
Robert Laffont, París, 1983. CAPITULO!
EL MUNDO DEL BESTIARIO MEDIEVAL,
FUENTES Y TEXTOS, FISIOLOGO Y BESTIARIOS
CLASIFICACION DE LOS ANIMALES '
15
Los animales del Bestiario y el imaginario medieval 15
Inte~~~ de definicion inicial. Fisiólogos y Bestiarios.
El Fisiologo, los Bestiarios y el Bestiario 18
Las fuentes de Fisiologos y Bestiarios.
Referencias culturales y textos básicos 24
A. Fuentes. ·
B. Los Textos. 24
26
l. Textos previos sobre mundo, simbología
Y ley;ndas animales. Fuentes del Fisiólogo. 27
Herodoto.
Ctesias. 28
28
Megástenes.
29
Aristóteles.
29
Plinio el Viejo.
Solino. 30
Eliano. 31
32
2. El Fisiólogo.
34
3. Los Bestiarios. Fuentes directas
y obras emparentadas con ellos. 37

376
Las Etimologías de San Isidoro de Sevilla. 38
El Líber Monstrorum. 39 4.k El asno. 104
==¡Los diversos Bestiarios y Enciclopedias. 40 5. El zorro (la zorra). 106
4. La Carta del Preste Juan, los romances de Alejandrq 6. El toro, el lobo y el oso. 107
y los relatos de viajes. 44 El toro. 107
Los intentos de clasificacion de los animales del El lobo. 108
Bestiario. Sus dificultades. Nuestra clasificacion 45 El oso. 109
Pequeños animales terrestres, reales o míticos 111
CAPITUWII l. La hormiga, la hormiga gigante y la hormiga-león. 111
BESTIAS DE LA TIERRA. FELINOS, HIBRIDOS, 2. El erizo y el topo. 114
ANIMALES EXOTICOS Y CURIOSOS 49 3. Elleontófono y el camaleón. 115
Grandes felinos: león, tigre, pantera, 4. La comadreja. 116
pardo, leopardo y lince 49 5. El castor. 118
l. El león. 50 Dos grandes animales cargados de rica simbología~
2. El tigre. 58 el ciervo y el elefante 119
3:La pantera. 62 l. El ciervo. 119
4. El pardo y el leopardo. 67 2. El elefante. 124
5. El lince. 69
Los principales híbridos o monstruos terrestres 70 CAPITULO IV .
l. El centauro. 70 BESTIAS DE LA TIERRA: EL UNICORNIO 133
2. La quimera. 75 Orígenes del mito del unicornio. Su desarrollo
3. Cerbero. 77 en las tradiciones clásica y judea-bíblica 133
4. La mantícora. 77 l. La tradición clásica. 134
5. La centícora. 80 2. La tradiciónjudeo-bíblica. 134
6. El catoblepas. 81 La descripcion del unicornio
7. El odontotiranos. 82 en Fisiologos y Bestiarios 136
Animales exóticos, salvajes o silvestres 83 Componentes centrales de la leyenda
l. Los simios. 83 ~edieval cristiana del unicornio 139
2. El camello, el dromedario y la jirafa. 88 ··-l. El unicomo y la virgen
3. El onagro y la hiena. 90 o el unicornio como imagen sexual sublimada. 139
.4. Algunos rumiantes y carnívoros prodigiosos. 93 - 2. El alicornio o cuemo de unicornio
El autólopo y el bonacón. 93 y sus poderes mágicos. 142
El crocota y elleucrocota. 95 3. Enemigos delunicornio:
El dorkón y el glotón. 96 ~1 dragón, el león y el elefante. 146
4. La confusión y la diferenciación con el rinoceronte. 149
CAPITULO ID El unicornio en la alquimia, literatura cortesana,
BESTIAS DE LA TIERRA: ANIMALES CORRIENTES .y simbología medieval del Occidente cristiano 152'
Y PEQUEÑAS BESTIAS, EL CIERVO Y EL ELEFANTE 99
Animales comunes, domésticos o salvajes 99 CAPITUWV
l. El perro. 99 BESTIAS ACUATICAS, REPTILES Y PECES.
2. El gato. 101 LA SERPIENTE Y OTROS REPTILES 159
3. El caballo. 102 La serpiente. Diversos tipos de serpientes 159
l. La serpiente en el Fisiólogo
y .en los Bestiarios y enciclopedias medievales. 160 en Occidente y el Oriente Medio 238
2. La serpiente como símbolo. 162 El dragón en los enciclopedistas clásicos 240
3. La serpiente en la tradición judea-cristiana. 163 El dragón en Fisiólogos y Bestiarios medievales 241
4. El relato del Génesis. 164 El dragón en la literatura medieval europea,
5. Adán, Eva y la serpiente. 169 cristiana y pagana. Los grandes temas 244
Adány.Eva. 169 l. El héroe fundador y el dragón. 245
La serpíente. 170 2. La lucha contra el dragón como demonio
6. El culto de la serpiente con fines de cristianización. 249
en la tradición judea-cristiana. 175 3. La lucha contra el dragón por la doncella. 253
7. La serpiente en la literatura 4. La ~ucha contra el dragón por el tesoro. 258
y en la vida medieval de Occidente. 177 La evolucion y decadencia del dragón cristiano 261
Las otras serpientes y monstruos reptilescos:
el uroboros y la anfisbena, el sapo y la víbora, CAPITULO VIII
el aspic y el basilisco 180 BESTIARIO AEREO. LAS AVES.
1 .. El uro boros y la an:fis bena. 180 AVES REALES, VOLATILES MENORES Y AVES MITICAS 267
2. El sapo y la víbora. 183 Las aves reales más famosas 268
3. El aspic. 189 l. El águila. 268
4. El basilisco. 193 2. El buitre, el avestruz y el epopo. 272
3. La grulla, el ibis, la cigüeña y la garza. 276
CAPITULO VI 4 .. El pelícano y el cisne. 282
BESTIAS ACUATICAS, REPTILES Y PECES. Los volátiles menores 287
BESTIAS MARINAS, HIBRIDOS OCEANICOS l. La tórtola y la perdiz. 288
Y MONSTRUOS DE AGUA DULCE 199 2. La paloma y la golondrina. 290
Los animales marinos. 3. El búho, la lechuza, la urraca,
La ballena, el Leviatan y el músculus. , el cuervo y el murciélago. 293
La rémora y la serra. El pulpo y la murena. Las aves míticas 298
La madreperla y la ostra 199 l. Las pequeñas: caradrio, cinamomo,
l. La ballena, el Leviatán y el músculus. 201 Dio medias y Hercinias. 298
2. La rémora y la serra. 210 2. Las grandes: el grifo, el roe,
3. El pulpo y la murena. 211 el anqa y el simurg. 303
4. La madreperla y la ostra. 213
Híbridos oceánicos y monstruos de agua dulce 216 CAPITULO IX
l. Sirenas y tritones. Hombres-peces. El peje Nicolao. 216 BESTIAS DEL FUEGO, ANIMALES MINERALES
2. El hipopótamo •. Behemot, la hidra y el cocodrilo. 227 Y ANIMALES VEGETALES 313
El Bestiario de fuego. las bestias igneas 313
CAPITULO VII l. El fénix o ave fénix. 314
BESTIAS ACUATICAS, REPTILES Y PECES. 2. La salamandra. 318
ELDRAGON 235 Los animales J?inerales y los animales vegetales 323
Una necesaria introducción: l. Los anrmales minerales: la piedra índica,
el dragón. en Occidente, el dragón y la serpiente, las piedras piró bolas o piedras macho y hembra
el dragón en la cultura cristiana medieval 235 . y el diamante. ' 324
La simbología usual del dragón 2. Los animales vegetales: las bemachas,
el cordero vegetal, la mandrágora,
los árboles parlantes y el Wak-Wak. 326
Las bemachas. 327
El cordero vegetal. 333
La mandrágora. 339
Los árboles parlantes.
El Wak-Wak, árbol de frutos humanos. 342

BIBLIOGRAFIA 355

ESTE LIBRO SE TERMINO DE IMPRIMIR


EN LOS TALLERES. DE
INDUSTRIA GRAFICA INTEGRAL, C.A.
EN EL MES DE MAYO DE 1995

También podría gustarte