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CATEDRA DE NEGOCIOS INTERNACIONALES

ALUMNO:
JUAN JOSE ARIAS MEZA

GRUPO: 23

PRESENTADO A:
JOSE MANUEL PULIDO QUINTERO
ESP - GERENCIA DE TALENTO HUMANO

UNIVERSIDAD POPULAR DEL CESAR


FACULTAD DE INGENIERÍAS Y TECNOLÓGICAS
INGENIERIA AMBIENTAL Y SANITARIA
VALLEDUPAR/CESAR
2020
SUCESOS QUE ACONTECIERON ANTES DE 1967

REGÍMENES DE COMERCIO EXTERIOR Y DESARROLLO ECONÓMICO:


COLOMBIA.
Díaz-Alejandro, Carlos F. 2003. “Prólogo”, Regímenes de comercio exterior y
desarrollo económico: Colombia, Bogotá, Universidad Externado de Colombia.

Es curioso que haya pasado más de un cuarto de siglo desde su publicación en


inglés, antes de que esta obra de Carlos Díaz-Alejandro fuera publicada en
Colombia. Se trata, sin duda, de uno de los mejores ensayos sobre la economía
colombiana entre 1950 y 1973, escrita además por uno de los grandes economistas
latinoamericanos. Felicito, por lo tanto, a la Universidad Externado de Colombia por
la iniciativa de publicarla.

Carlos Díaz-Alejandro puede ser un personaje extraño para la nueva generación de


economistas colombianos. Economista cubano, nacido en 1937, ejerció su vida
profesional como profesor en algunas de las mejores universidades de Estados
Unidos: Yale, Minessota y Columbia. Con el tiempo, se convirtió en punto de
referencia obligado sobre la economía latinoamericana para los académicos
norteamericanos. Supo combinar en forma creativa la economía con la historia
económica, siguiendo los pasos de su profesor, otro gran economista e historiador
económico, Charles K. Kindleberger. Más allá de ello, fue un economista respetado
por diversas corrientes de la profesión, en momentos de grandes enfrentamientos
ideológicos y, de hecho, se convirtió en una especie de puente intelectual durante
los agitados debates económicos de los años 70 y 80.

Su personalidad arrolladora, su entusiasmo, simpatía y humor, caracterizadamente


caribeños, arrastraban por igual a amigos, colegas y alumnos. Muchos lo
recordamos, entre otras cosas, por la originalidad de los títulos de sus ensayos,
sobre todo en su obra tardía, así como por la calidez y originalidad de las
dedicatorias de sus libros, de los cuales conservo algunas joyas.

Sus trabajos más tempranos se dedicaron a Argentina. De su tesis doctoral, acerca


de las devaluaciones en este país suramericano, derivó un breve ensayo, quizás su
contribución teórica más importante, que lo llevó a ser uno de los primeros
economistas en mostrar que las devaluaciones podían tener efectos recesivos,
debido a la reducción de los salarios reales generada por sus efectos inflacionarios.
Después escribió una de las historias económicas de Argentina más conocidas, un
libro que, curiosamente, me confesó una vez era el que menos le gustaba, por
considerar que lo había escrito en el momento más conservador de su carrera.
Prefería, por lo tanto, este libro posterior, sobre Colombia, que le parecía más
equilibrado, y que fue publicado originalmente en 1976, como parte de una serie
sobre regímenes comerciales de países en desarrollo del National Bureau of
Economic Research de Estados Unidos.

Murió joven, en 1985, en la cima de su creación intelectual, cuando estaban saliendo


a la luz pública algunos de sus mejores ensayos, sobre los ciclos de financiamiento
externo de los países en desarrollo, la crisis de la deuda latinoamericana de los 80,
las crisis financieras nacionales en América Latina y sobre historia económica
latinoamericana. Todos estos ensayos tienen una lucidez y una actualidad que
sorprenden. Algunos de ellos muestran, además, que su vocación se estaba
inclinando cada vez más hacia la historia económica y, de hecho, dejó varios
ensayos que hacían parte de lo que consideraba capítulos para una historia
económica de América Latina en el siglo XX.

Tuve la fortuna de ser estudiante suyo en la Universidad de Yale y debo a él la


propensión a combinar el análisis económico con la pasión por la historia
económica. Como estudiante suyo escribí mis primeros ensayos sobre historia
económica de Colombia y de Cuba, y bajo su dirección redacté también mi tesis
doctoral. De la relación inicial de estudiante pasé luego a la de amigo. Tengo
recuerdos imperecederos de una y otra etapa, de los cuales quiero mencionar
apenas uno. Estábamos cenando en mi casa, donde había aceptado la invitación
para quedarse con ocasión de un seminario de historia económica de Colombia que
había organizado Miguel Urrutia, entonces Director Ejecutivo de Fedesarrollo, y en
el cual los dos éramos ponentes. En algún momento de la conversación le pregunté,
con las inquietudes de un joven profesional, si no le daba susto que todo el mundo
esperara de él reflexiones brillantes. Me contestó, con una humildad natural, que
hacía tiempo que había aprendido que no siempre decía cosas brillantes.

Este libro fue redactado precisamente cuando yo era alumno suyo en la Universidad
de Yale y tuve la oportunidad de comentárselo con detenimiento y de sorprenderme
con la atención que ponía a quien no era más que su estudiante. Varios de los
capítulos fueron publicados como borradores por Fedesarrollo, donde pasó algunos
períodos en la época de redacción del libro, por invitación de su amigo y entonces
Director Ejecutivo de la institución, Rodrigo Botero Montoya. De la enorme
actualidad que tuvo en su momento, la obra se ha ido transformando en un ensayo
magistral de historia económica, de hecho la mejor historia económica que se ha
escrito sobre el país entre 1950 y 1973. Estoy seguro de que esta metamorfosis
sería de su agrado.

Son muchas las ideas, e incluso las sorpresas, que el lector encontrará en este
maravilloso libro. La tesis más importante es, obviamente, que la “liberalización” del
régimen de comercio exterior y de cambios que tuvo lugar como resultado del
Decreto-Ley 444 de 1967 tuvo un gran éxito, a diferencia del ensayo de
liberalización más ortodoxo de 1965-1966, que se reflejó en el dinamismo
exportador y en los ritmos de crecimiento económico. Esta tesis, obviamente válida,
suena hoy curiosa, dado el uso del concepto de “liberalización” para lo que, con los
ojos de los debates de comienzos del siglo XXI, era un régimen engorroso de
intervención en el comercio exterior y en los flujos cambiarios. Sin embargo, su éxito
se corrobora aún más cuando se compara con la limitada capacidad de la apertura
económica de los años noventa para generar dinamismo exportador y crecimiento
económico general.

En cualquier caso, el éxito de entonces sólo se había reflejado en ritmos de


crecimiento que, en comparación con los de Brasil o México, o de los tigres
asiáticos, no eran impresionantes. De hecho, hasta el final de sus días me repitió
que, en materia económica, Colombia era un país “mediocre” que, como lo aclaraba
enseguida, quería decir, “que está en el medio” –es decir, un país promedio– que
no había experimentado “milagros”, pero cuya virtud fundamental era haber evitado
también las grandes crisis.

Hay otras tesis más específicas del libro que también vale la pena destacar. Una de
las que más me llamó la atención en su momento fue la observación de que en un
país importador de bienes de capital, la devaluación real genera un aumento de los
precios relativos de los bienes de capital y exige, por lo tanto, aumentar el esfuerzo
de ahorro de la economía, aun para financiar una misma tasa de inversión real. Otra
de las tesis destacadas de la obra es que el efecto positivo más importante que tuvo
la reforma de 1967 sobre las exportaciones no tradicionales no fue tanto elevar la
tasa de cambio real, sino hacerla más estable y, por el contrario, que pese a la fuerte
devaluación real que había tenido lugar en 1957, sus resultados en términos de
diversificación de las exportaciones habían sido limitados, debido a la inestabilidad
que caracterizó a la tasa de cambio real durante los años de devaluaciones
periódicas. El análisis del funcionamiento del régimen de control de importaciones
en el capítulo 6 (que en su Prefacio comenta que es su favorito) sirve, por su parte,
para mostrar sus problemas –sus sesgos hacia las grandes empresas, por ejemplo–
, pero también que su manejo era relativamente racional y libre de corrupción.

Carlos Díaz-Alejando fue uno de los grandes economistas latinoamericanos del


siglo XX y Colombia tuvo la fortuna de ser uno de sus temas de estudio. La vida me
dio la gran oportunidad de tenerlo como maestro y así lo recordaré por siempre.
Como alumno y amigo, es un gran honor tener la oportunidad de prologar esta obra
extraordinaria sobre la economía colombiana, una de sus joyas.
SUCESOS DADOS ENTRE 1967 Y 1991 (DECRETO 444 DE 1967)
https://aulaweb.unicesar.edu.co/pluginfile.php/267245/mod_resource/content/17/M
odulo_IV/index.html

SUCESOS DADOS A PARTIR DE 1991 HASTA LA FECHA (LEY 7 DE 1991)


La Ley 7 de 1991 regula el comercio exterior del país y a través de ella se crea el
Ministerio de Comercio Exterior y el Banco de Comercio Exterior, entre otras
entidades. Además, se confieren autorizaciones y otras disposiciones con base en
las cuales el año siguiente se crea Proexport.

Proexport nació en noviembre de 1992 como un fideicomiso con recursos públicos


y régimen administrativo de carácter privado, según los lineamientos establecidos
en el decreto 2505 de 1991. Se constituyó mediante la celebración de un Contrato
de Fiducia Mercantil entre la nación, representada por Bancoldex y la Fiduciaria
Colombiana de Comercio Exterior S.A. Fiducoldex, filial de Bancoldex. Los recursos
con los que se creó este fideicomiso, corresponden a bienes recibidos del antiguo
Proexpo y al 25% de acciones de Bancoldex.

Proexport fue creado con el propósito de prestar servicios o instrumentos no


financieros a las exportaciones y de promover la cultura exportadora.

En la ejecución del contrato de Fiducia, Fiducoldex -en calidad de Fiduciario- asumió


el manejo administrativo, financiero y jurídico del fideicomiso, de tal manera que
Proexport debía responder de manera exclusiva por la tarea de promoción de
exportaciones no tradicionales.

Proexpo que se había ocupado de la administración de servicios o instrumentos


financieros y no financieros para las exportaciones. Por su parte, Proexport fue
creado con el propósito de prestar servicios o instrumentos no financieros a las
exportaciones y de promover la cultura exportadora.

En 1994, la Junta Asesora de Proexport adoptó los lineamientos estratégicos que


permanecieron hasta 1998 y que en términos generales constituían las bases sobre
las cuales se estructurarían las políticas futuras de la entidad. En 1998 se formuló
el Plan Estratégico Exportador, como resultado de un trabajo de concertación y
compromiso entre el sistema de comercio exterior, la totalidad de entidades públicas
que tienen relación con el sector y la empresa privada. Fue así como se construyó
una política de Estado frente a la internacionalización, coherente, coordinada y con
compromisos de acción del Gobierno nacional, regional y del sector empresarial.

Proexport, orienta su gestión a las políticas lideradas por el Ministerio y atiende las
nuevas responsabilidades asignadas por la Presidencia de la República

Con el propósito de mejorar el impacto de su gestión y contribuir de una manera


más efectiva a los objetivos anteriores, a partir de agosto de 2002 se inicia un
cambio hacia el interior de Proexport, cuyas bases y lineamientos generales
aparecen en el Manual de Estrategia “PROEXPORT: Esquema de Trabajo para
Generar Impacto”. Allí se explica en detalle el significado de pasar de un modelo de
apoyo a uno de facilitación. La primera versión se publica el 17 de diciembre de
2002 donde se contempla la estrategia de la entidad para los próximos años.

En febrero de 2003 se produce la fusión de los Ministerios de Desarrollo Económico


y Comercio Exterior, denominado Ministerio de Comercio Industria y Turismo, el cual
pretende hacer una distribución más racional de los recursos destinados a mejorar
la efectividad de los programas de competitividad y productividad de los bienes y
servicios o instrumentos nacionales, requisito indispensable para conquistar los

mercados internacionales y mantenerse en ellos.

En febrero de 2003 se produce la fusión de los Ministerios de Desarrollo Económico


y Comercio Exterior, denominado Ministerio de Comercio Industria y Turismo, el cual
pretende hacer una distribución más racional de los recursos destinados a mejorar
la efectividad de los programas de competitividad y productividad de los bienes y
servicios o instrumentos nacionales.

Proexport, como entidad asociada al Ministerio de Comercio, Industria y Turismo


(MCIT), orienta su gestión a las políticas lideradas por el Ministerio y atiende las
nuevas responsabilidades asignadas por la Presidencia de la República.

En la actualidad, Proexport es una organización encargada de la promoción


comercial de las exportaciones, el turismo internacional y la inversión extranjera en
Colombia. A través de la red nacional e internacional de oficinas, ofrece apoyo y
asesoría integral a los clientes, mediante servicios o instrumentos dirigidos a facilitar
el diseño y ejecución de su estrategia de internacionalización, que busca la
generación, desarrollo y cierre de oportunidades de negocios.
INFORMACIÓN PARA REALIZAR LA LÍNEA DE TIEMPO
1980
Colombia asume posición en la comisión económica para América Latina y el caribe
(CEPAL), esta tenia marcada la orientación Keynesiana en donde se comenzaba a
profesar la liberación económica a través de la integración.

1982
Durante el gobierno de Virgilio Barco se aplicaron flexibilizaciones sobre los
productos importados: 80% de productos son de libre importación (antes de esto
solo el 10% de los productos se podían importar sin el visto bueno del gobierno).

1990
En este año la politica económica y de comercio exterior tuvo un gran cambio, se
siguieron las politicas de la corte neoliberal, lideradas por el Reino Unido, sus
primeros mandatarios, Margaret Thatcher y Ronal Reagan, donde se dio inicio a la
apertura económica. Se logró fusionar la dirección de impuestos Nacionales con la
Dirección de Aduanas Nacionales para construir la dirección de impuestos y
Aduanas Nacionales.

1992
En el gobierno de Cesar Gaviria se cre la constituyente y la gran reestructuración
del comercio exterior, introduciendo nuevas instituciones como: Bancolex, DIAN,
Mincomex, el consejo superior de comercio exterior y los intermediarios del mercado
cambiaron y a su vez se establece la libre tenencia y posesión de divisas.

ACTUALIDAD
Hoy en día Colombia cuenta grandes avances tecnológicos. La DIAN cuenta con
sistema informático robusto como lo es el SYGA (importaciones) y el MUISCA
(exportaciones y tributos), por otra parte el Ministerio de Comercio Exterior cuenta
con el VUCE (ventanilla Unica del Comercio Exterior) que facilita trámites de
permisos y registros de importaciones. También se han incorporado las zonas
francas y las comercializadoras internacionales.
LÍNEA DE TIEMPO CON LOS SUCESOS MÁS IMPORTANTES DE LA
EVOLUCIÓN DEL COMERCIO EXTERIOR COLOMBIANO

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